EL ARTE DE CONQUISTAR A UNA POTENCIAL PAREJA

Escrito por Publio Ovidio Nasón, poeta romano nacido en el año 43 antes de Cristo.

1. Hay que salir a buscar el amor en los concurridos espectáculos, el amor odia a los
perezosos.
2. Responder las preguntas con amabilidad y si no conoce la respuesta de algo se vale
inventar.
3. Para valorar la belleza el alcohol y la noche son un estorbo.
4. Tanto las que acceden como las que se niegan se alegran no obstante de que se las
corteje, así que no hay que preocuparse con intensidad por el rechazo.
5. El estado de ánimo idóneo para la conquista es la alegría.
6. No conquistar en tiempos de fiesta (por ejemplo, navidad) porque se puede gastar
dinero de más.
7. Conviene insistir en la conquista, es decir asegurarse de que lee o presta atención a
las cartas, canciones, regalos, etc. que se le entregan y nunca utilizar amenazas.
8. Belleza sin aliño cuadra bien a las personas, que los cuerpos agraden por su
limpieza.
9. Agradar a la persona con alguna habilidad y no solo con cosas materiales.
10. No conviene la misma táctica para todas las personalidades, una persona mayor se
dará cuenta de las intenciones a mayor distancia. Si ante la inculta te presentas
como docto, y ante la tímida como desenvuelto, enseguida ella desconfiará de sí
misma, sintiéndose desgraciada. Por eso ocurre que la que tuvo miedo de
entregarse a un hombre honrado, cae en brazos de otro inferior.

Lic. Edwin D. López Monterroza, Psicólogo (JVPP 7,818)

Consejería prematrimonial y terapia de pareja
 ¿CÓMO MANTENER EL AMOR?
Escrito por Publio Ovidio Nasón, poeta romano nacido en el año 43 antes de Cristo.
Seas quien seas, pon una débil confianza en el prestigio de tu lindo semblante y
adórnate con prendas superiores a las del cuerpo. Una afectuosa y oportuna
complacencia gana del todo los corazones, y la rudeza engendra odios y guerras.
Aborrecemos al buitre, porque vive siempre en armas, y a los lobos, siempre dispuestos
a lanzarse sobre el tímido rebaño, mientras todos respetan a la golondrina, y la paloma
que habita las torres que levantó la industria humana. Lejos de vosotros las disputas y
expresiones ofensivas; el tierno amor se alimenta de dulces palabras. Con las
discusiones, la esposa aleja de sí al marido, y el marido a la mujer; obrando así creen
devolverse sus mutuos agravios. No os habéis reunido en el mismo lecho por mandato
de la ley; el amor desempeña con vosotros sus funciones; al acercarte a su lado,
prodígale blandas caricias, y dile frases conmovedoras si quieres que se regocije en tu
presencia.
Yo no te ordeno que recorras las asperezas del Ménalo (monte de Arcadia en Grecia
con una altura de 1,981 metros), ni que lleves las redes en tus espaldas, ni que
ofrezcas el pecho a las flechas dirigidas contra ti. Un joven previsor halla suma facilidad
en seguir los preceptos de mi arte. Cede a la que te resista; cediendo cantarás victoria.
Arréglate de manera que hagas las imposiciones de su voluntad. ¿Reprueba ella una
cosa?; repruébala tú y alábala si la alaba; lo que diga, repítelo, y niega aquello que
niegue, ríete si se ríe, si llora haz saltar las lágrimas de tus ojos, y que tu semblante sea
una fiel copia del suyo. Si juega, revolviendo los dados, juega tú con torpeza, y en
seguida pásale la mano; evítale el disgusto de perder y amáñate porque te toque
siempre la fatal suerte del perro, coge por la empuñadura la sombrilla abierta cuando
haya necesidad, y si atraviesa por medio de la turba, ábrele camino; al reclinarse en el
blando lecho, quita o calza las sandalias a su pie delicado. A veces tiritando de frío
tendrás que calentar su mano helada en tu seno, y aunque sea vergonzoso para un
hombre libre, no te abochorne sostenerle el espejo: ella te lo agradecerá.

Lic. Edwin D. López Monterroza, Psicólogo (JVPP 7,818)

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