Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A comienzos del siglo xx, Rusia era un imperio muy extenso, que durante el siglo
anterior había incorporado nuevos teritorios, y alcanzado la salida al océano Pacífico
Este imperio era gobernado por un emperador llamado zar y estaba habitado por
múltiples nacionalidades (polacos, lituanos, estonios, ucranianos, armenios, etc).
Hasta fines del siglo x había sido un país atrasado, en relación con las potencias
europeas de la época, ya que su industrialización se limitaba a algunas regiones y la
mayoría de la población estaba formada por campesinos. Una nobleza hereditaria
gozaba de privilegios bajo el amparo del zar, y, como consecuencia de la
industrialización que el gobierno comenzó a fomentar a partir de la década de 189p
se consolidaron, además, una burguesía y una creciente clase obrera.
El régimen zarista era una autocracia, es decir, un gobierno despótico ejercido por
una sola persona, que se basaba en un sistema de represión que imponía la cárcel, el
exilio o la muerte a sus opositores.
La oposición al zarismo
El Imperio Ruso a comienzos del siglo XX era vasto y diverso, gobernado por un zar con
múltiples nacionalidades en su territorio. Aunque había avanzado en la industrialización, la
mayoría de la población eran campesinos, mientras una nobleza y una creciente clase obrera
emergían. El régimen zarista era autocrático y represivo.
(Segunda pag)
La revolución bolchevique
El fin del zarismo en Rusia se precipitó en 1914 debido a la Primera Guerra Mundial. El
reclutamiento masivo, las derrotas militares, la escasez de alimentos y la influencia negativa de
Rasputín en la corte imperial provocaron un descontento generalizado. En 1917, una
sublevación popular en Petrogrado llevó a la abdicación del zar Nicolás II, marcando el colapso
del zarismo.
Después de la abdicación, se formó un gobierno provisional moderado, mientras que los
soviets, asambleas de obreros, campesinos y soldados, se reunieron y exigieron la paz y
reformas socioeconómicas. Los bolcheviques, liderados por Lenin, regresaron del exilio y
fomentaron esta demanda. Las ciudades vieron a los obreros exigiendo mejores condiciones
laborales, y en el campo, los campesinos se levantaron contra los terratenientes y tomaron
tierras.
El gobierno provisional se debilitó con el fracaso de una ofensiva militar en el frente oriental y
un intento de golpe de Estado por el general Kornilov. La respuesta de los trabajadores
mediante las milicias obreras conocidas como las “guardias rojas” fortaleció a los bolcheviques.
En octubre de 1917, dirigidos por León Trotsky, tomaron el control de Petrogrado, seguido por
la toma del Palacio de Invierno y el establecimiento del primer Estado comunista bajo el
liderazgo de Lenin.
Así, la Revolución Bolchevique marcó el final del zarismo y el inicio de un nuevo capítulo en la
historia de Rusia como un Estado comunista.