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HISTORIAS DE PANDEMIA
OBRA REGISTRADA
CUIDADOS
(De la serie Historias de Pandemia)
OBRA REGISTRADA
PERSONAJES:
ELLA.. Mujer de barrio
EL……. Enigmático.
En un lugar público. Pueden ser dos asientos en una plaza
COMIENZO:
amantes por el balcón, toda una cochinada sanitaria. Yo, dejo todo aireado, y
no pasa nada…
EL: Ah, eso es bueno…Si usted mantiene a cero grados, se muere de una
pulmonía, pero está permitido.
ELLA: Sí, ¿por qué habrá cosas mal vistas? Hoy en día, hasta morirse es
indigno. Eso sí, se ahorran de llorarte en el velorio y después te tiran por ahí,
es más económico.
EL: Y sí…La pandemia es la pandemia…
ELLA: Gran verdad. Si no fuera por eso, lo convidaría con un mate…
EL: ¿Un mate? Ni se le ocurra. Traje el mío. Lo tengo acá
ELLA: Ah, entonces, bebamos….¡Salud! (sorben al mismo tiempo)... Bueno, ya
está. El mate es la mejor compañía; se la pasa bien, pero tampoco la pavada.
EL: ¿Sabe que hasta contiene cafeína?
ELLA: ¿Café qué?…¡Ay, dios libre y guarde, una no puede sentirse segura con
nada!...Yo, lo único que quiero es hacerme un Pcr
EL: ¿Qué? ¿Ya con síntomas?
ELLA: No, pero tiene prensa. Mi otro hermano y mi cuñada se lo hicieron.
Como primero le agarró el síntoma a él, ella lo culpó, y tanto que estuvo por
cometer un cuñadicidio. “Antes presa que engañada”, y cuando lo estaba por
achurar, les dijeron que la única que tenía el covi era ella. Por eso, nunca hay
que escupir al cielo. ¿Sabe? También le tengo miedo a los bichos, que vengan
a picarme por la noche. Por eso duermo con la máscara.
EL: ¿Y eso le dio resultado?
ELLA: Con los mosquitos, sí. Antes tenía la cara llena de ronchas. Parecía un
queso gruyere
EL: Pero los quesos no tienen ronchas.
ELLA: No, pero tienen agujeros…No sé si dije algo obceno, perdón
EL: Sí, hay que reconocerlo, lo justo es justo.
ELLA: Por eso le decía, ¡si no fuera por esos malditos insectos…! Todos, todos
los animales son peligrosos.
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EL: Ya hubo otras pestes, la española, la del caballo, la del chancho, y hasta la
del pollo, dicen que es la maldición bíblica por no hacerse vegano.
ELLA: ¿Vegano? ¡Dios no lo permita! La Naturaleza nos puso a los animalitos
en la Tierra con el fin de que podamos digerirlos
EL: Sí, pero digerir cualquier cosa, no.
ELLA: Hoy no, pero a todo se llega
EL: ¿Le parece?
ELLA: Lo decían en un programa de radio. El hambre de la humanidad tiene
mucha bulimia.
EL: Sí, por supuesto, por suerte estamos en un país rico.
ELLA: En un país donde clavás la mirada y te brota una soja. Ah, pero dicen
que los transgénicos hacen mal. Parece que te patean el hígado
EL: ¿Transgénicos? ¿Me puede explicar qué es eso?
ELLA:¿No sabe? ¡Qué desilusión!, me parecía un hombre informado
EL: Soy cambiante.
ELLA: Como le decía, yo me conformo con que el envase diga cero de esto,
cero de lo otro, y “revienten los que lo compran”.
EL: Sí, es lo más importante a partir de la segunda juventud, dicen que hay
grasas trans y omega tres.
ELLA: Eso, éso, dios me libre.
EL: Pero creo que es bueno.
ELLA: ¿Qué? Ahora sabe?
EL: Soy cambiante, le dije
ELLA: Sí, pero no le entiendo. No sé por qué le estoy conversando.
EL: Perdóneme, le hablaba de experiencias con tóxicos.
ELLA: ¡Qué dice!, ni que la comida fuera veneno.
EL: ¡Pero, qué esperanza! Peor están los que no comen en su vida, o los que
comen murciélagos.
ELLA: Bueno, murciélagos…. No sé si todos son peligrosos, hay unos que
vienen con el piquito para arriba. Según me enteré hay muchas variedades,
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están los buenos y están los malos, como siempre. Hay que tener cuidado
con los que tienen el pico para abajo. Por eso yo, mejor me cuido de todos
EL: Pero bueno, pensando un poco, ¿usted cree que la culpa la tienen los
murciélagos?
ELLA: Ah, no sé, pero si lo dicen por televisión…
EL: Eso, eso, la televisión es un referente. En casa está todo el día prendida.
ELLA: Yo ya estoy harta de futbol
EL: No, eso es lo mira mi mujer.
ELLA: ¿Y a usted qué lo divierte?
EL: No sé si es demasiada confidencia…
ELLA: No, diga, diga…
EL: Me gusta ver esas cosas que no ve la familia.
ELLA: ¿Películas condicionadas? Eso a mí también….Perdón por la
confesión…Y ya me está dando hambre. Es una forma de canalizar lo que está
prohibido, dicen, ¿no quiere un alfajorcito dulce, dulce?
EL: No, no se moleste.
ELLA: ¡Pero sí, con confianza! Se lo desinfecto….(se lo hace llegar) ¡Ahí va!
(comienza a abrir el de ella) ¿Sabe? Solo puedo olerlo. Por la dieta
EL: (come) Ggmm….
ELLA: ¿Como dice?
EL: Gggmmm
ELLA: Ah, sí, claro
EL: Gggg, disculpe
ELLA: Al contrario, es un honor …Pero dígame algo de usted. ¿De qué se
ocupa?...No se atragante, tómese todo el tiempo que necesite.
EL: Yo…hago guardias
ELLA: ¡Ay!, ¡¿Qué tipo de guardias?!
EL: No se asuste. Guardias en un garaje.
ELLA: ¡Ah… pero qué bien!…Todo trabajo dignifica….¿en blanco o en
negro?...Digo, ¿de qué color trabaja?
EL: Y, le diría que en gris…mitad y mitad.
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ELLA: ¿Y entonces?
EL: Precauciones, nada más
ELLA: Hay que ser más decidido.
EL: No, no es eso. Solo se trata de guardar distancia
ELLA: Pero, ¡si igual puedo tomarlo!... (por el celular) este tiene 60 k y 1500
gigas…
EL: ¡1500!, ¿quién iba a decirlo?
ELLA: Bueno, ¿se pone en pose o no se pone?
EL: ¿Con qué motivo?
ELLA:¿Le parece poco, un encuentro casual?.
EL: ¿Casual?, quién sabe…
ELLA: Bueno, ¿se anima?
EL: ¡Ah…!, (se pone en pie. Mueve la pierna) ¡Me dio como un calambre!
ELLA: ¡Ay, justo ahora se le ocurre!
EL: ¡Ah! Falta de ejercicio,
ELLA: ¿No hace tik tok?...¿Me ecucha? ¿No hace tik tok?
EL: ¿Y eso?
ELLA: La gente se mueve mucho. La tecnología, le decía…
EL: (camina de un lado a otro) Bueno, cambiemos de tema.
ELLA: ¿Qué, usted no es de esta era?
EL: Soy cambiante
ELLA: Claro, por eso mismo… Y ahora sí, ahí, quédese quieto. (enfoca con el
celular) ¡Chis, chis, whisky! , ya está. ¿A ver? (desde su lugar) Mire: ¿No
salimos regios?
EL: Le dije que no veo los detalles.
ELLA: No importa. Se la mando por whatsapp. Ahora sí: ¿Cuál es su número?
EL: No puedo decírselo
ELLA: ¿Qué no me lo puede decir?, ¿Y tiene el tupé? Parecía desconfiable,
pero no tanto como para seducir y engañar a una mujer…Pero bueno, al fin
de cuentas, todos tenemos algún pan quemado…
EL: Me estoy arrepintiendo de esa foto. ¿Por qué no me da eso?
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EL: Que ya está. Que lo que fue, ya pasó. A partir de ahora todo va a ser
distinto.
ELLA: Sí, no, pero mire, ante un hecho así, no me queda otro remedio que
espantarme. Es lo que corresponde, ¿no le parece?
EL: ¿Y de qué se va a espantar, si provocó la fuga de su marido?
ELLA: ¿Yo?... ¿Cómo lo sabe?
EL: Eso está a la vista.
ELLA: ¡Ah, encima, brujo!
EL: Solo cambiante.
ELLA: Bueno, en fin, en el fondo, veo que los dos tenemos cosas en
común…cosas que ocultar. A veces cuesta llevar un secreto tan bien
guardado.
EL: Es que cada uno tiene su destino
ELLA: ¿Usted cree en el destino?
EL: Absolutamente
ELLA: ¿Sí, usted también? ¿De qué signo es?
EL: De cualquier signo…De pregunta.
ELLA: Sí, de pregunta. Por ejemplo: ¿No piensa que lo pueden detener en
cualquier momento?
EL: No. Aunque no lo crea, todo fue bien planeado. Fue un desenlace legal
ELLA: ¿Legal? No entiendo como un desenlace así puede ser legal
EL: Hay cosas peores dentro de lo legal
ELLA: Ah, con eso me deja más tranquila
EL: Sí, me gusta que me entienda
ELLA: ¿Cómo no voy a entender? ¿Cómo no voy a saber que cada vez se
vuelve todo más difícil en esta vida?
EL: Por eso, lo mejor es hacer como que no pasa nada
ELLA: ¿Le parece?
EL: No, no me parece, pero no hay otro remedio. No nos queda más que
mirar al horizonte…Todavía tenemos este sol hermoso, por ejemplo…
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ELLA: ¿El Sol? ¿También las nubes? ¿Sí?... Pero… ¡Mire, mire! ¡Se acerca una
nube negra!
EL: (como algo natural) Ah, sí, un avance de radiación.
ELLA: ¿Estamos en peligro?
EL: Todavía no .
ELLA: ¡Avances de radiación, nubes de fuego, el cambio climático, me quemo,
quemo, no, no, ahora me enfrío, me estoy helando! ¡Ay, ay!
EL: Hay, hay… ¿Qué hay?
ELLA: Llueve, lo siento…¡Está lloviendo cianuro!
EL: Cálmese, (la cubre con su saco) ¿le hace bien esto?
ELLA: Ay, ¿no siente que se termina el mundo?
EL: ¡No!... todavía quedan dos meses
ELLA: ¿En serio?
EL: Todavía podemos hacer mucho daño
ELLA: No sé. Necesitaría sentirme segura
EL: ¿Segura de qué?
ELLA: Tengo miedo, tengo miedo, ya le dije.
EL: Bueno, pero piense en cambio, que si llegamos a unirmos, juntos, vamos
a estar mejor.
ELLA: ¿Usted cree? …Este pequeño momento que compartimos es hermoso,
¿no es cierto?
EL: Es cierto, sí.
ELLA: Pero ahora que somos dos y enamorados, ¿podremos saber nuestros
nombres?
EL: ¿Nuestros nombres? Sí, sí, claro.
ELLA: ¡Dígame el suyo, por favor…!
EL: El mío…Covid Mutante
ELLA: Y yo…Pandemia Soledad (dichosos, se abrazan)
FINAL
(2022)
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LA CÉLULA
(De la serie Historias de Pandemia)
Autor: Carlos Cazila
carloscazila@gmail.com mensaje70@yahoo.com.ar
15 4172-8732 4 241-4718
OBRA REGISTRADA
PERSONAJES:
ANA: No te rías, ¿no conoces los beneficios del agua? ¿Y el alcohol? Anduve
cuadras y cuadras para poder conseguirlo. Todo un triunfo. Eso sí, como
promoción, te desinfectan antes de entrar.
MAURO: Está bien. Eso es sano.
ANA: Sí, pero me despeinaron toda. Hablando de agua… ¿ya arreglaste?
MAURO: ¿Qué?
ANA: ¿Ya te olvidaste de la canilla del baño?
MAURO: No, no me olvidé
ANA: ¿La arreglaste?
MAURO: ¿Si la arreglé?… Eh, sí, otro día.
ANA: ¿Sabés qué? No servís para nada. Sos completamente inútil.
MAURO: (Se aparta y toma su celular) ¿Ya empezas a ofender?
ANA: ¿Cómo no querés que empiece? ¿No sabés que no se puede meter a
nadie en casa?
MAURO: Sí, ya lo sé. Es pecado. Tampoco se puede hablar con extraños.
ANA: Mirá, no te burles porque te fumigo.
MAURO: Está bien, pero si estamos en tren de diálogo, te podría decir que
acá nadie plancha, ni limpia, ni nada de nada.
ANA: Vamos por partes. La muchacha no puede venir más, por el mismo
motivo.
MAURO: Entiendo, en desinfección
ANA: En desinfección no, pero tiene miedo de que la vuelvan a detener al
cruzar el puente. Dice que ya la bajó del micro, un ejército de no sé qué, y
que la amenazaron…Y bueno…Eso explica todo.
MAURO: Eso no explica que teniendo más tiempo, tampoco cocines.
ANA: ¿Cocinar? La cocina no funciona… Y dicen que los gasistas también
contaminan.
MAURO: Magnífico el pretexto. ¿Y con el delivery no hay problema?
ANA: Estás derivando la cuestión. No le busques tres patas al gato.
MAURO: ¡Delivery! No es más que comida basura
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ANA: Bueno, hacé silencio que los chicos duermen. ¡Ah! Si querés algo
naturista, por acá hay unos chinos.
MAURO: ¿Chinos? ¿Comida china? ¿Vos, que decís que hay que tener
cuidado? ¿No sabés que ni siquiera se puede nombrar a los chinos?
ANA: Nunca hablé de comer murciélagos.
MAURO: No sé, no sé, dejame trabajar
ANA: ¿Ahora trabajás con el celular?
MAURO: ¿Y qué? La tecnología es la tecnología. Estamos en pandemia
ANA: ¡Mauro, todo el día con eso! ¡Jurame que no me engañás!
MAURO: Pero, ¿qué estás pensando?
ANA: ¿En qué querés que piense? Estos momentos en que estamos más
juntos, en realidad sirvieron para entender que estamos lejos…
MAURO: ¡Pero no!… ¡mirá las cosas que se te ocurren!
ANA: Pero sí, vos, todo el día conectado con tus cosas, el partido… en
cambio, yo…
MAURO: Sí, yendo a atender a esas dos o tres locas.
ANA: Son las clientas que me quedan.
MAURO: No te entiendo. Decías que hay que evitar contactos.
ANA: Uso máscaras, guantes, ropa de astronauta, pero no me cambies el
tema…
MAURO: No. No te cambio nada. Todo se justifica. En estos tiempos, el estrés
del encierro, la falta de estímulos, los chicos que molestan…
ANA: ¡Si duermen como santos…!
MAURO: ¿Te olvidás de que les dimos Valium?
ANA: Sí, pero no roncan
MAURO: ¿Eso también me vas a reprochar? No pretenderás negar el caos de
la convivencia. Mi madre me contó que un psicólogo aconseja que hay que
aislarse, darle escupideras a la familia y meterse con una almohada en la
bañera. ¡Ah!, y cerrar con llave.
ANA: ¿Y eso te parece un consejo? ¿De dónde sacó?
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MAURO: No sé, pero ella también mira televisión. (Se conecta con el
televisor)
ANA: La televisión, la televisión…Menos mal que escuchás con auriculares…
MAURO: Eso es para que no digas que molesto.
ANA: Lástima que el del dormitorio se rompió. Si hubiera alguien que lo
arreglara…
MAURO: No pretenderás que me quede pegado haciéndome el service…
ANA: Pero me podrías prestar este.
MAURO: ¿Este? Quedó bien claro que no es para pavadas..
ANA: ¿Pavadas?, ¿los realitys de la doctora Jurado, eso que veo, son
pavadas?
MAURO: Acordamos que este era para el futbol
ANA: ¡Sí, todo el día!
MAURO: Todo el día, no. Solamente la mayor parte del día
ANA: ¿Y eso, no se puede negociar?
MAURO: ¿Estás loca? ¿negociar el futbol? ¿Lo más importante que hay en la
vida de un argentino?
ANA: Sí, eso es cierto. ¿Pero ni una, ni una sola vez?
MAURO: ¿Qué?
ANA: ¿No podemos dejar de hablar…?
MAURO: Sí, sí, dejá de hablar.
ANA: ¿No podemos dejar de hablar… boludeces?
MAURO: Yo no hablo de boludeces.
ANA: Ni yo tampoco.
MAURO: Entonces, si ninguno de los dos hablamos de lo que no hay que
hablar…Eso quiere decir…quiere decir… ¿qué quiere decir?
ANA: Que no hablamos ni de lo que hay que hablar. ¡Mauro! Esperá, poné
pausa, después lo ves. ¡Mauro! ¡Mauro!
MAURO: Bueno, está bien, ¿que querés?
ANA: Digo que…mejor dicho que...
MAURO: Sí, ¿qué?
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ANA: Que salgo a pasear la perra (va hacia un costado. El sigue mirando el
televisor)
ANA: (vuelve a entrar) Al lado, Mauro, al lado…¡Mauro!
MAURO: ¿Qué pasa ahora?
ANA: Perdoname, no quería interrumpir…
MAURO: Te aclaré que si hay partido, no escucho.
ANA: Es que yo, yo escuché.
MAURO: ¿Qué escuchaste? ¿A ver? ¿Qué escuchaste?
ANA: Parece que alguien golpea en la pared
MAURO: Yo no oigo nada
ANA: Bueno, pero recién…
MAURO: Alguien colgando un cuadro, seguro.
ANA: No, no, eran otro tipo de golpes, como llamados
MAURO: ¿Llamados?
ANA: Sí, como golpes con las manos.
MAURO: Ese no es mi tema. Además, ¿en qué pared?
ANA: Eh, la pared de…
MAURO: ¿De dónde?
ANA: De allá, de allá…
MAURO: Bueno, pero ya no golpea.
ANA: A mí me parece oir.
MAURO: Está bien, voy a ver qué inventaste.
(Suena el teléfono)
ANA: Hola, ¿mamá? Sí, todo bien, salvo que ahora golpean…Ah, sí… No, no,
lo de los chicos, todavía no se lo dije (se percata de la hora)… ¡Ah, las nueve,
ya!, tengo que salir a aplaudir, bueno, bueno, después hablamos.
(Ella hace como un amago de aplauso. Regresa él)
MAURO: Nadie golpeaba.
ANA: Mejor, me habrá parecido.
(El pulsa el celular)
ANA: ¿A quién llamás?
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ANA: Ya te lo expliqué
MAURO: No me explicaste nada.
ANA: Pero Mauro, entendeme. Estarían mejor en un ambiente sano
MAURO: ¿Ah, eso? Está bien. Ya está. Te entiendo.
ANA: ¡¿Me entendés Mauro?!
MAURO: Sí, uno y uno.
ANA: ¿Uno y uno?
MAURO: Sí, uno y uno
ANA: Ahora no entiendo yo
MAURO: Uno con tu madre y otro con la mía
ANA: ¿Separarlos? Eso jamás. Jamás semejante trauma
MAURO: Ya te dije. Dejá de trabajar. Bueno, si eso que hacés se puede llamar
trabajar…
ANA: ¿Y vos me hablás así? ¿Vos, que tendrías que atender por vía virtual, y
te pasás mirando el partido? Eso que hacés es una estafa a los usuarios.
MAURO: Estamos en pandemia.
ANA: Precisamente.
MAURO: Los dedos se acalambran de tanto tipiar
ANA: (en sorna) ¡Sí, por fatiga! Son una manga de corruptos
MAURO: Trabajamos con límites sólo por motivos ergonómicos. De salud en
las manos, y en la mente también.
ANA: Bueno, de cualquier manera, en tu despacho nunca atendían a nadie.
Así, se cobra muy fácil un sueldo.
MAURO: ¿Y bueno, a ver? ¿Tu trabajo, qué? Dos o tres maniáticas.
ANA: Pero al menos me siento útil.
MAURO: ¿Y eso? ¿De dónde salió?
ANA: ¿Cómo?
MAURO: Que yo sepa…
ANA: Tenés razón, en realidad, no soy útil para nada
MAURO: Es lo mismo que me dijiste a mí
ANA: Y si somos dos inútiles, entonces…
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la saco yo. Para que no haya cuestiones de género… La cosa es que cuando
vuelven, hasta ese perro viene perfumado. Yo sé a qué perra va a ver Mauro..
Ya lo tengo estudiado. Pero todo dentro de lo legal, no pasa de dos cuadras a
la redonda. Ahí se ve con una pelirroja, tarda como una hora. Se ven los
martes, jueves y sábados…Sí, sí, anotá: los martes, jueves y sábados…
¿Qué?...Sí, lo de los chicos ya está arreglado. Estuve hablando con él. No sabe
que ya te los llevé. Dame con ellos….¡Hola amor!…¡Hola mi vida…! (busca
señal. Sale a interior)
CAMBIO DE ILUMINACION
MAURO: (Entra hablando por teléfono) Sí, sí, mamá, mañana te consigo…Sí,
acaroína, dos litros ¿no necesitás nada más? Ah, piedritas para
gatos…Tranquinol para la ansiedad…También, también te llevo. ¿Qué?
¿Lencería erótica? ¡Ah, no, eso compralo vos!... No te enojes. Cuando te vea,
elegimos… Bueno, si te quedan chicas, se pueden cambiar, sí, por Internet,
también. ¡No rompas más, la caja viene fumigada…! bueno como quieras, ¡sí,
sí, beso, beso!
ANA: (entra, sin acercarse) ¡Beso, querido beso!
MAURO: Lamé a mi vieja
ANA: ¿Solo eso? Yo tengo otras noticias
MAURO: (sintoniza) Después me contás. Ahora quiero compartir.
ANA: ¿Sí?
MAURO: (le entrega uno de los dos auriculares) Tomá… España contra
Camerún.
ANA: ¿Tu vieja lo sabe? ¡Mauro, Mauro!
MAURO: (por el partido), ¡Vamos, sí, eso!
ANA: Si, eso, tengo novedades.
MAURO: ¡Pateá, marmota!
ANA: ¡Tengo novedades, dije!
MAURO: ¡Qué? ¡¿Ana, me vas a decir que estás embarazada?!
ANA: ¿Te parece? ¿por vía virtual?
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MAURO: ¿Ah, sí? Mi cuenta secreta, en Suiza, por supuesto es ”Golpeá que te
van a abrir”, si conseguís algo, te doy el diez por ciento…. Bueno, ¿dónde
están las cosas?
ANA: Ahora te traigo… ¡Ay, la espalda!
MAURO: Dejá, voy yo.
ANA: ¡No, no, las busco yo! (sale a interior)
MAURO: (habla por el celular) ¡Hola! Te hablo de acá, porque allá no tengo
señal. Hermano, escuchame, tengo que decirte que ya me puse de acuerdo
con la Colo. Andá preparando todo, está dificil pero vamos a poder pasar,
quería saber si ya tenés los certificados. ¿Qué? ¡Voy para allá! (sale)
CAMBIO DE ILUMINACION.
(Se escucha el intenso toser de ella. Viene extremadamente cansada y
desarreglada en su aspecto. Suena el teléfono)
ANA: (atiende) Hola, mamá. Sí, estoy hecha mierda. Sí, se confirmó. Pero se
pasa pronto. Sí, pienso estar mejor…La vecina incomunicada, esa que
golpeaba, vino a refugiarse acá. Se aloja en el cuartito, es un amor, me cose,
me lava, me plancha. No hay desgracia sin suerte… ¿Mauro? No, todavía está
preso. Sí, ya te expliqué: contrabando de papel higiénico…No. La Colo lo
largó. A él lo sueltan enseguida porque también dio positivo. ¿Cómo no me
ve voy a enterar, con lo avanzadas que están las comunicaciones?... ¡No te
oigo! Sí, sí, él, va a venir acá; ¿dónde va a ir? ¿Qué? ¡No te oigo! …¡No te
oigo!... ¡No! ¡No digas! ¡¿Vos también?!, ¡¿y los chicos?!, ¿todos sin olfato?,
¡pero qué coincidencia! ¿Así que todos?... ¡Eso…! ¡sí, sí, vengan, vengan,
todos juntos que hay lugar! ¡Juntos, una sola célula! ¡Todo, todo es alegría!
¡¡Al fin el Covid sirvió para unir a la familia!!
FINAL
2022
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COLEGAS
De la serie “Historias de pandemias”
OBRA REGISTRADA
Autor: Carlos Cazila
carloscazila@gmail.com
mensaje70@yahoo.com.ar
11 4172 8732 4 374 2841
PERSONAJES:
COMIENZO:
DOCTOR: ¡Pero mezcle doctora, mezcle! Acá todo es riguroso. Hay veces que
llevamos informes diarios, como por ejemplo, éste, que dice así: “En el día de
la fecha, se han incorporado las siguientes sustancias: Agua destilada, -
obtenida en manantiales naturales, por supuesto-, y algo de sal gruesa junto
con una pizca de sacarina”. Esto va a los registros oficiales de salud… ¡pero
agarre, dele mezcle!
DOCTORA: De acuerdo, de acuerdo, pero ¿cuánto es una pizca?
DOCTOR: No entiendo
DOCTORA: Una pizca puede tener más, o menos
DOCTOR: Dije una pizca, no el doble ni la mitad de una pizca. ¿No pretenderá
salirme con cuestiones?
DOCTORA: No. Doctor, ¿cómo se le ocurre?
DOCTOR: Sígame en lo que le digo y no se aparte ni un ápice
DOCTORA: No, pero, ¿cuánto es un ápice?... Perdón.
DOCTOR: Acostúmbrese a que hay muchas cosas que no tiene que pensar.
DOCTORA: Claro que no…
DOCTOR: Solo en el progreso.
DOCTORA: Eso mismo, el progreso.
DOCTOR: Algún día me van a rendir honores por mis logros en pos de la
Sanidad. En pos de la curación de los males que nosotros mismos fabricamos.
¿Qué me dice?
DOCTORA: Que no esperaba otra cosa.
DOCTOR: No. Le pregunto qué me dice de Rumania.
DOCTORA: ¡Ah, Rumania, mi tierra natal…Mesetas, el Danubio, clima entre
templado y continental. Se juega al tenis y al baloncesto… Ahí conocí al amor.
Ahí me casé
DOCTOR: ¿Sí?, qué me cuenta de él?
DOCTORA: ¿De quién?
DOCTOR: ¿Se casó con un hombre?
DOCTORA: Hoy día no sé, se perdió de la base de datos.
DOCTOR: ¿No se pudo rastrear?
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DOCTOR: Sí, sí, la miro bien (lo hace)… tiene cara de lechuza.
DOCTORA: (mostando su pierna) Pero, además, además…
DOCTOR: Sí, la media corrida. No creo que pase la admisión
DOCTORA: ¿Acaso duda de que estoy dispuesta a todo?
DOCTOR: Tendrá que probar sus intenciones, si es que no viene a boicotear
DOCTORA: Tengo las mejores intenciones, quiero decir, las peores, las peores
intenciones
DOCTOR: ¿Mejores, peores, vé que se contradice?
DOCTORA: Mis intenciones son ciéntificas
DOCTOR: ¿Y a quién le importa la ciencia?
DOCTORA: Si se trata de fabricar pestes, importa.
DOCTOR: Ya lo sé. Por eso tengo que denunciarla
DOCTORA: ¡No! ¡No informe! ¡Piense que por una simple confusión, va a
exponer la vida de alguien que quedó fascinada en cuanto lo vio!
DOCTOR: No sé de qué habla
DOCTORA: Vamos, ¡esos ojos, esa mirada profunda, asesina, veo en usted a
un gran exterminador!
DOCTOR: ¿En serio? ¿No lo dice por halagarme?
DOCTORA: Jamás lo haría. La vida de mucha gente depende de usted. Mejor
dicho, la muerte de mucha gente ¡Quiero ser parte suya!
DOCTOR: Nunca me habían hablado así… ¡Pero no! No tengo que mostrarme
conmovido.
DOCTORA: Vamos, criminal mío, muéstrese. Vivamos nuestros ideales, la
concreción de nuestros sueños…Después, una casita junto al mar…
DOCTOR: No. No puedo dejarme convencer. Mi obligación es denunciar el
error.
DOCTORA: ¿Va a dejar que me supriman? Para usted no significaría nada, en
cambio, piense… juntos…Una casita con murciélagos…
DOCTOR: Está bien. Nadie tiene que saberlo, pero se pacta
DOCTORA: ¿Se pacta?
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DOCTOR: (Extrae otros papeles) Esto, entre nosotros dos. Una especie de
contrato. El texto no es mío, pero sirve. Dice así como…”Mi esclava: Las
condiciones bajo las cuales la acepto, son las siguientes: fuera de la mía,
usted no tiene voluntad; usted es en mis manos un instrumento ciego que
cumple todas mis ordenes sin discutirlas…”
DOCTORA: ¡Sí, si, el contrato del Marqués de Sade!
DOCTOR: “…en caso de que usted olvidara que es mi esclava y no me
obedeciera en todo, tendré el derecho de castigarla o corregirla según se me
antoje…”
DOCTORA: ¡El marqués de Sade, gran amigo de mi abuelo!
DOCTOR: Eso mismo,…”Al igual que su cuerpo, su alma también me
pertenece. Podré darle licencia cuando se me ocurra, pero usted no tiene
nada, y… ya me cansé de tanta cháchara, sepa que acá se trabaja sin rechistar
y que no se respetan horarios…
DOCTORA: ¿No, eso tampoco?
DOCTOR: ¿Y qué esperaba?
DOCTORA: ¡Por Dios! ¡Tengo que tomar luz de luna!
DOCTOR: ¡Ahora vamos, no se distraiga, combine el A con el B, el B con el Z.
¡El abecedario entero! Hay que producir! ¡Producir, antes de que nos gane la
competencia!
DOCTORA: Ya va a ver lo que vamos a conseguir.
DOCTOR: Eso, mezcle, bata, mezcle. Y todo, todo bajo mi tutela, ¡mezcle,
bata, refrigere! (sopla un silvato) ¡Pausa! ¡Stop! ¡Descanse!
DOCTORA: Gracias, doctor
DOCTOR: Trabaje, vamos, trabaje.
DOCTORA: ¿En qué quedamos?
DOCTOR: Usted ha elegido un amo
DOCTORA: ¿Un qué?
DOCTOR: ¡Un amo! ¡El pacto!
DOCTORA: Perdone, doctor, pero si quiere ser un amo, yo sé...
DOCTOR: ¿Qué es lo que sabe?
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FINAL, (2022)
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