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EXAMEN CLÍNICA DE DERECHO DE FAMILIA.

PRIMER SEMESTRE 2021

Caso Nº 6

Jaqueline Abarca Villagrán, cédula de identidad N° 9.777.878-5, se casó con Marco Rolando
Castro Carvajal, cédula de identidad N° 10.546.333-1, bajo el régimen de sociedad conyugal
hace 5 años por insistencia de Jaqueline, pero son pareja desde hace 25. Viven en Pasaje
Lota Nº 324, Puente Alto en una casa que Marco heredó de su padre hace muchos años. De
su relación nacieron 3 hijos: Luis, Geraldine y Alejandro, de 24, 23 y 20 años
respectivamente. Luis y Geraldine ya están fuera del hogar y Alejandro pasa de fiesta en
fiesta y llega solamente a dormir.

Además, Jaqueline tiene dos hijos más de su primera relación de pareja: Hernán y Roberto,
de 35 y 38 años. Hace tres años que Jaqueline tiene el cuidado personal de sus nietas
Scarlett y Mia, ambas de 8 años e hijas de Roberto y su ex polola Vanessa. El se encuentra
privado de libertad por porte ilegal de armas y Vanessa es consumidora de pasta base,
abandonando el cuidado de las niñas hace rato.

Es evidente que Jaqueline ha pasado gran parte de su vida cuidando a su descendencia. A


Marco siempre le pareció lo correcto. Él provee y ella se hace cargo de la casa y los hijos.
Marco nunca tuvo problemas con los primeros hijos de Jaqueline, ni con que ahora las nietas
vivan con ellos. Pero nunca se ha involucrado demasiado afectivamente con nadie más que
con sus hijos de sangre. De cualquier forma, en los últimos años, Marco pasa mucho fuera
de la casa. De joven, partió con un carro de comida y hoy tiene varios locales de colaciones
en Puente Alto, La Florida y Macul.

La ausencia cotidiana de Marco, sus salidas nocturnas y el deterioro de la relación volvió


muy insegura a Jaqueline y el pasar de los años, también muy solitaria y relegada al hogar.
Tener a sus nietas con ella ha significado algo positivo para ella, pero al mismo tiempo, se
da cuenta de cómo su mundo se limita a las 4 paredes de su casa.

En una ocasión, Jaqueline se decidió por ser más activa e intentar retomar la pasión de su
relación. Se pintó los labios rojos, como no lo hacía hace años, se vistió con ropa nueva y
cocinó una cena extravagante. Cuando Marco llegó, se echó a reír a carcajadas diciéndole:
“oye weona ridícula, ponte de nuevo el delantal”. Esa vez fue el inicio de una seguidilla de
actitudes por parte de Marco que terminaban en que llegara borracho y agrediera
verbalmente a Jaqueline llamándola por adjetivos como “chancha”, “gorda culia”, “vieja
inculeable”.

Si bien, Luis y Geraldine no desconocen que su padre se comporta de esas forma con la
mamá, tienden a minimizar esta situación y le piden a Jaqueline que trate de ignorarlo, que
después de le pasa. Luis vive en Talca y Geraldine en Maipú. Por su lado, Alejandro intenta
no involucrarse y se limita a gritarle desde el segundo piso a su papá que “corte su weveo”.

Hace unas semanas, Jaqueline estaba tomando once con una vecina, Scarlett y Mia. Cuando
Marco llegó, estando borracho, la situación le pareció indignante y comenzó a gritarle a su
cónyuge desde muy cerca, cosas como: “QUE WEA PORQUE ANDAI COMIENDO PALTA VIEJA
MARACA ¿ACASO LAS COMPRAI VO? Y MAS ENCIMA TRAI A LA VIEJA CULIA DE AL LADO
ACASO NO TIENE QUE COMER ELLA EN SU CASA.”

En eso, Mia reacciona, se pone frente a Marco en señal de protección a su abuela y le dice:
¡te odio!. Marco la agarra del pelo y la bota al suelo, dejando la casa para irse a otro lado.

Jaqueline recurre a usted muy asustada y sin saber qué hacer. Marco comenzó a dormir en
la pieza de las niñas y la abuela con Mia y Scarlett usan el dormitorio principal, pero tratan
de salir lo menos posible. Tiene miedo a lo que haga su cónyuge y a denunciar la agresión
por miedo a que le quiten a sus nietas. Quiere separarse porque “ni en sus últimos días
perdonaría que le toquen a sus niñas”, pero no tiene bienes ni dinero.

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