Está en la página 1de 19

Objetivo 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo

y el trabajo decente para todos

Un crecimiento económico inclusivo y sostenido puede impulsar el progreso, crear


empleos decentes para todos y mejorar los estándares de vida.

La COVID-19 ha alterado miles de millones de vidas y ha puesto en peligro la


economía mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una recesión
mundial tan mala o peor que la de 2009. A medida que se intensifica la pérdida de
empleo, la Organización Internacional del Trabajo estima que cerca de la mitad de
todos los trabajadores a nivel mundial se encuentra en riesgo de perder sus medios de
subsistencia.

Incluso antes del brote de la COVID-19, era probable que uno de cada cinco países
(en donde habitan miles de millones de personas que viven en situación de pobreza)
vieran sus ingresos per cápita estancarse o reducirse en 2020. A día de hoy, las
perturbaciones económicas y financieras derivadas de la COVID-19 (como las
alteraciones en la producción industrial, la caída de los precios de los productos
básicos, la volatilidad del mercado financiero y el aumento de la inseguridad) están
desbaratando el ya de por sí tibio crecimiento económico y empeorando los riesgos
acentuados de otros factores.

Datos destacables

Múltiples crisis amenazan gravemente la economía mundial. Se prevé que el


crecimiento real del PIB per cápita mundial se ralentice en 2023. Las difíciles
condiciones económicas abocan a más trabajadores al empleo informal.

A medida que las economías comienzan a recuperarse, la tasa de desempleo mundial


ha registrado un descenso significativo. Sin embargo, la tasa de desempleo juvenil
sigue siendo muy superior a la de los adultos, lo que indica que siguen existiendo
dificultades para garantizar oportunidades de empleo a los jóvenes.

La pandemia ha acelerado la digitalización y transformado el acceso a la


financiación. A nivel mundial, en 2021, el 76 % de las personas adultas tenía cuentas
bancarias, o cuentas en entidades reguladas, frente al 62 % en 2014.

La consecución del Objetivo 8 exigirá una reforma en profundidad del sistema


financiero para hacer frente al aumento de la deuda, a la incertidumbre económica y a
las tensiones comerciales, promoviendo al mismo tiempo una remuneración
equitativa y un trabajo digno para los jóvenes.

Es probable que la ralentización del crecimiento mundial en 2023 sea menos grave de
lo previsto, debido principalmente a la resistencia del gasto de los hogares en las
economías desarrolladas y a la recuperación de China. Ahora se prevé que el
crecimiento económico mundial alcance el 2,3 % en 2023, lo que supone una revisión
al alza de 0,4 puntos porcentuales respecto a la previsión de enero. WESP
Se prevé que la inflación media mundial disminuya del 7,5 %, en 2022, al 5,2 %, en
2023, debido a la bajada de precios de los alimentos y de la energía y al descenso de
la demanda, especialmente en las grandes economías desarrolladas. WESP

Según el informe «Situación y Perspectivas para la Economía Mundial», el


crecimiento de la producción mundial se desacelerará hasta el 1,9 % en 2023, lo que
supone una caída de más de un punto porcentual respecto al 3 % de 2022. WESP

Metas del OBS 8

1.1 Mantener el crecimiento económico per cápita de conformidad con las


circunstancias nacionales y, en particular, un crecimiento del producto interno
bruto de al menos el 7% anual en los países menos adelantados

1.2 Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la


diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas
centrándose en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la
mano de obra

1.3 Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades


productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la
creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las
microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el
acceso a servicios financieros

1.4 Mejorar progresivamente, de aquí a 2030, la producción y el consumo


eficientes de los recursos mundiales y procurar desvincular el crecimiento
económico de la degradación del medio ambiente, conforme al Marco Decenal
de Programas sobre modalidades de Consumo y Producción Sostenibles,
empezando por los países desarrollados

1.5 De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con
discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor

1.6 De aquí a 2030, reducir considerablemente la proporción de jóvenes que no


están empleados y no cursan estudios ni reciben capacitación

1.7 Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner
fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar
la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos
el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin
al trabajo infantil en todas sus formas

1.8 Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin
riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en
particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios
1.9 De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover
un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los
productos locales

1.10 Fortalecer la capacidad de las instituciones financieras nacionales para


fomentar y ampliar el acceso a los servicios bancarios, financieros y de seguros
para todos

8.a Aumentar el apoyo a la iniciativa de ayuda para el comercio en los países en


desarrollo, en particular los países menos adelantados, incluso mediante el
Marco Integrado Mejorado para la Asistencia Técnica a los Países Menos
Adelantados en Materia de Comercio

8.b De aquí a 2020, desarrollar y poner en marcha una estrategia mundial para el
empleo de los jóvenes y aplicar el Pacto Mundial para el Empleo de la
Organización Internacional del Trabajo

Enlaces

Organización Internacional del Trabajo

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

Investigación sobre el Diseño de un Sistema Financiero Sostenible: Las innovaciones


de política para una economía verde Disponible en inglés

Pacto Mundial de la ONU Disponible en inglés

Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico Disponible en inglés

Comisión Económica y Social para Asia Occidental Disponible en inglés

Comisión Económica para África Disponible en inglés

Comisión Económica para Europa Disponible en inglés

Comisión Económica para América Latina y el Caribe

Perspectivas Económicas Mundiales del Fondo Monetario Internacional Disponible


en inglés

Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización Disponible en inglés

Banco Asiático de Desarrollo


Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países

La desigualdad amenaza el desarrollo social y económico a largo plazo, frena la


reducción de la pobreza y destruye el sentido de realización y autoestima de las
personas.

En la mayoría de los países, los ingresos del 40% más pobre de la población
aumentaron con mayor rapidez que la media nacional. Sin embargo, los últimos
datos, aún no concluyentes, sugieren que la COVID-19 puede haber perjudicado esta
tendencia positiva de reducción de la desigualdad dentro de los países.

La pandemia también provocó el mayor aumento de la desigualdad entre países en


tres décadas. Para reducir la desigualdad tanto dentro de los países como entre ellos
es necesario distribuir equitativamente los recursos, invertir en la enseñanza y el
desarrollo de capacidades, implementar medidas de protección social, luchar contra la
discriminación, apoyar a los grupos marginados y fomentar la cooperación
internacional para un comercio y sistemas financieros justos.

¿Por qué hay que reducir la desigualdad?

La desigualdad por razón de ingresos, sexo, edad, discapacidad, orientación sexual,


raza, clase, etnia, religión, así como la desigualdad de oportunidades, sigue
persistiendo en todo el mundo. La desigualdad amenaza el desarrollo social y
económico a largo plazo, frena la reducción de la pobreza y destruye el sentido de
realización y autoestima de las personas. Esto, a su vez, puede resultar en
delincuencia, enfermedades y degradación ambiental.

Es imposible lograr un desarrollo sostenible y mejorar el planeta si se priva a la gente


de la oportunidad de tener una vida mejor.

¿Qué ejemplos de desigualdad hay?

Las mujeres y niños sin acceso a asistencia sanitaria mueren cada día de
enfermedades prevenibles como el sarampión y la tuberculosis o durante el parto. Las
personas mayores, los migrantes y los refugiados se enfrentan a la falta de
oportunidades y la discriminación, un problema que afecta a todos los países del
mundo. Una de cada cinco personas afirma haber sido discriminada por al menos un
motivo de discriminación prohibido por el derecho internacional de los derechos
humanos.

Una de cada seis personas en el mundo ha sufrido algún tipo de discriminación,


afectando de forma desproporcionada a mujeres y personas con discapacidad.

La discriminación tiene múltiples formas interrelacionadas, desde la religión y la


etnia hasta el género y la orientación sexual. Por ello, es urgente adoptar medidas
contra todo tipo de prácticas discriminatorias y discursos de odio.
¿Cómo acabamos con la discriminación?

En el mundo de hoy, todos estamos interconectados. Los problemas y los desafíos, ya


se trate de la pobreza, el cambio climático, las migraciones o las crisis económicas,
no se limitan nunca a un país o a una región. Incluso en los países más ricos sigue
habiendo comunidades que viven en la miseria. Las democracias más antiguas siguen
enfrentándose al racismo, la homofobia y la transfobia, así como a la intolerancia
religiosa. La desigualdad mundial nos afecta a todos, independientemente de quiénes
somos o de nuestro lugar de procedencia.

¿Podemos lograr la igualdad para todos?

La igualdad puede y debe lograrse a fin de garantizar una vida digna para todos. Las
políticas económicas y sociales deben ser universales y prestar especial atención a las
necesidades de las comunidades desfavorecidas y marginadas.

¿Qué podemos hacer?

La reducción de la desigualdad exige un cambio transformador. Es preciso redoblar


los esfuerzos para erradicar la pobreza extrema y el hambre, e invertir más en salud,
educación, protección social y trabajo decente, especialmente en favor de los jóvenes,
los migrantes y otras comunidades vulnerables.

Dentro de los mismos países, es importante potenciar y promover el crecimiento


económico y social inclusivo. Podemos garantizar la igualdad de oportunidades y
reducir la desigualdad de los ingresos si eliminamos las leyes, políticas y prácticas
discriminatorias.

Entre países, debemos garantizar que los países en desarrollo estén mejor
representados en el proceso de toma de decisiones sobre los problemas mundiales, a
fin de que las soluciones sean más eficaces, más dignas de crédito y más
responsables.

Los gobiernos y otras partes interesadas pueden también promover la migración


segura, regular y responsable, entre otras cosas mediante la aplicación de políticas
migratorias planificadas y bien gestionadas, para los millones de personas que han
abandonado sus hogares en busca de mejores condiciones de vida debido a la guerra,
la discriminación, la pobreza, la falta de oportunidades y otras causas de la
migración.

Datos destacables

 En la mayoría de los países, los ingresos del 40% de la población más pobre
han crecido más rápidamente que los de la media nacional. Sin embargo, los
nuevos datos, aún no concluyentes, sugieren que el COVID-19 puede haber
hecho mella en esta tendencia positiva de reducción de la desigualdad en los
países. La pandemia también ha provocado el mayor aumento de la
desigualdad entre los países en tres décadas.

 Una de cada seis personas en el mundo ha sufrido algún tipo de discriminación,


afectando de forma desproporcionada a mujeres y personas con discapacidad.

 El año 2022 fue testigo del mayor número de refugiados (34,6 millones de
personas) jamás documentado. Este año también está siendo mortal para los
inmigrantes, con casi 7000 fallecimientos registrados en todo el mundo.

 Para reducir la desigualdad, tanto en los países como entre ellos, es necesario
distribuir equitativamente los recursos, invertir en educación y en el desarrollo
de competencias, aplicar medidas de protección social, luchar contra la
discriminación, apoyar a los grupos marginados y fomentar la cooperación
internacional para un comercio y unos sistemas financieros justos.

Metas del objetivo 10

1.1 De aquí a 2030, lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los


ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media
nacional

1.2 De aquí a 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y


política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo,
discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra
condición

1.3 Garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de


resultados, incluso eliminando las leyes, políticas y prácticas discriminatorias
y promoviendo legislaciones, políticas y medidas adecuadas a ese respecto

1.4 Adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y


lograr progresivamente una mayor igualdad

1.5 Mejorar la reglamentación y vigilancia de las instituciones y los mercados


financieros mundiales y fortalecer la aplicación de esos reglamentos

1.6 Asegurar una mayor representación e intervención de los países en desarrollo


en las decisiones adoptadas por las instituciones económicas y financieras
internacionales para aumentar la eficacia, fiabilidad, rendición de cuentas y
legitimidad de esas instituciones

1.7 Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y


responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas
migratorias planificadas y bien gestionadas
10.a Aplicar el principio del trato especial y diferenciado para los países en
desarrollo, en particular los países menos adelantados, de conformidad con
los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio

10.b Fomentar la asistencia oficial para el desarrollo y las corrientes financieras,


incluida la inversión extranjera directa, para los Estados con mayores
necesidades, en particular los países menos adelantados, los países africanos,
los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin
litoral, en consonancia con sus planes y programas nacionales

10.c De aquí a 2030, reducir a menos del 3% los costos de transacción de las
remesas de los migrantes y eliminar los corredores de remesas con un costo
superior al 5%

Enlaces

 Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas

 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)

 UNICEF

 Oficina del Alto Representante para los países menos adelantados, los países
en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo
Disponible en inglés
Objetivo 11: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y
sostenibles

El Objetivo 11 pretende lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean
inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

Las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La población mundial
alcanzó los 8000 millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven
en zonas urbanas. Se prevé que esta cifra aumente y que para 2050 el 70 % de la
población vivirá en ciudades.

Aproximadamente 1100 millones de personas viven actualmente en barrios


marginales, o en condiciones similares en las ciudades, y se espera que en los
próximos 30 años haya 2000 millones más.

Las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La población mundial
alcanzó los 8000 millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven
en zonas urbanas. Se prevé que esta cifra aumente y que para 2050 el 70 % de la
población vivirá en ciudades.

Aproximadamente 1100 millones de personas viven actualmente en barrios


marginales, o en condiciones similares en las ciudades, y se espera que en los
próximos 30 años haya 2000 millones más.

Sin embargo, muchas de estas ciudades no están preparadas para esta rápida
urbanización, y el desarrollo de la vivienda, las infraestructuras y los servicios se ve
superado, lo que provoca un crecimiento de los barrios marginales o de condiciones
similares.

El crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la escasez de


espacios públicos abiertos persisten en las ciudades.

Desde la implementación de los ODS en 2015 se han realizado grandes progresos y, a


día de hoy, el número de países con estrategias nacionales y locales de reducción del
riesgo de catástrofes se ha duplicado. No obstante, siguen existiendo problemas y, en
2022, solo la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte público.

No es posible alcanzar el desarrollo sostenible sin transformar significativamente la


forma en que se construyen y gestionan los espacios urbanos.

¿Por qué no están las ciudades preparadas para el futuro?

La mayor parte del crecimiento urbano ocurre en ciudades pequeñas y pueblos


intermedios, exacerbando las desigualdades y la pobreza urbana.

Se estima que, en 2020, 1100 millones de residentes urbanos vivían en barrios


marginales o en condiciones similares y, en los próximos 30 años, se espera que otros
2000 millones de personas vivan en tales asentamientos, principalmente en países en
desarrollo.

¿Cuáles son los retos más urgentes a los que se enfrentan las ciudades?

La desigualdad y los niveles de consumo urbano de energía y de contaminación son


algunos de los principales retos. Las ciudades apenas ocupan el 3 % de la superficie
terrestre, pero suponen entre el 60 % y el 80 % del consumo energético y el 75 % de
las emisiones de carbono.

Asimismo, muchas ciudades son más vulnerables a los efectos del cambio climático y
a los desastres naturales debido a su elevada concentración de población y a su
ubicación, por lo que mejorar la resiliencia urbana es crucial para evitar pérdidas
humanas, sociales y económicas.

¿En qué me afecta?

Con el tiempo, estos problemas afectarán a toda la población. La desigualdad puede


generar malestar e inseguridad, la contaminación deteriora la salud de la población y
afecta a la productividad de los trabajadores y, por tanto, a la economía, y los
desastres naturales pueden alterar el estilo de vida de las personas. La contaminación
del aire no es solo un problema urbano que perjudica la salud de millones de
personas, sino que también afecta a los pueblos y las zonas rurales.

¿Y si dejamos que las ciudades crezcan orgánicamente?

Los enormes barrios marginales, la congestión del tráfico, las emisiones de gases de
efecto invernadero y la proliferación de suburbios en todo el mundo son algunas de
las consecuencias del desarrollo urbano no planificado.

Al apostar por la sostenibilidad, elegimos construir ciudades en las que todos los
ciudadanos tengan una calidad de vida digna y formen parte de la dinámica
productiva de la ciudad, lo que genera prosperidad compartida y estabilidad social sin
dañar el medio ambiente.

¿Sale caro implementar prácticas sostenibles?

En comparación con los beneficios, el coste es mínimo. El coste de crear una red de
transporte público funcional, por ejemplo, es elevado, pero los beneficios en términos
de actividad económica, calidad de vida, medio ambiente y éxito general de una
ciudad interconectada son aún mayores.

¿Qué puedo hacer para contribuir a lograr este objetivo?

Participe activamente en la administración y gestión de su ciudad. Defienda el tipo de


ciudad que cree que necesita.
Defina el concepto general de su edificio, calle y barrio, y actúe en consecuencia para
conseguirlo. ¿Hay suficiente trabajo? ¿Pueden caminar sus hijos al colegio de forma
segura? ¿Puede salir a pasear con su familia por la noche? ¿A qué distancia está la
parada de transporte público más cercana? ¿Es buena la calidad del aire? ¿Cómo son
los espacios públicos compartidos? Cuanto mejores sean las condiciones en que se
desenvuelve la comunidad, mayor será el efecto sobre la calidad de vida.

Datos destacables

Más de la mitad de la población mundial reside actualmente en zonas urbanas, una


tasa que se prevé alcance el 70 % en 2050. Aproximadamente 1100 millones de
personas viven actualmente en barrios marginales, o en condiciones similares, en las
ciudades y se espera que en los próximos 30 años haya 2000 millones más.

En 2022, solo la mitad de la población urbana mundial tenía acceso al transporte


público. El crecimiento urbano descontrolado, la contaminación atmosférica y la
escasez de espacios públicos abiertos persisten en las ciudades.

Desde 2015, se ha duplicado el número de países con estrategias nacionales y locales


de reducción del riesgo de catástrofes.

Para alcanzar el Objetivo 11, los esfuerzos deben centrarse en aplicar políticas y
prácticas de desarrollo urbano inclusivo, resiliente y sostenible que den prioridad al
acceso a los servicios básicos, a la vivienda a precios asequibles, al transporte
eficiente y a los espacios verdes para todo el mundo.

Actualmente, el 85 por ciento de los habitantes de barrios marginales se concentran


en tres regiones: Asia central y meridional (359 millones), Asia oriental y sudoriental
(306 millones) y África subsahariana (230 millones).

A nivel mundial, las ciudades se expandieron físicamente más rápido que sus tasas de
crecimiento poblacional, con tasas promedio anuales de consumo de suelo del 2,0 %,
en comparación con las tasas de crecimiento poblacional del 1,6 %, entre los años
2000 y 2010, y del 1,5 %, en comparación con el 1,2 % respectivamente, entre los
años 2010 y 2020, según los datos de 681 ciudades entre los años 1990 y 2020.

A nivel mundial, las ciudades se expandieron físicamente más rápido que sus tasas de
crecimiento poblacional, con tasas promedio anuales de consumo de suelo del 2,0 %,
en comparación con las tasas de crecimiento poblacional del 1,6 %, entre los años
2000 y 2010, y del 1,5 %, en comparación con el 1,2 % respectivamente, entre los
años 2010 y 2020, según los datos de 681 ciudades entre los años 1990 y 2020.

Metas del objetivo 11

1.1 De aquí a 2030, asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y


servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios
marginales
1.2 De aquí a 2030, proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros,
asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial, en
particular mediante la ampliación del transporte público, prestando especial
atención a las necesidades de las personas en situación de vulnerabilidad, las
mujeres, los niños, las personas con discapacidad y las personas de edad

1.3 De aquí a 2030, aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la


capacidad para la planificación y la gestión participativas, integradas y
sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países

1.4 Redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y


natural del mundo

1.5 De aquí a 2030, reducir significativamente el número de muertes causadas por


los desastres, incluidos los relacionados con el agua, y de personas afectadas
por ellos, y reducir considerablemente las pérdidas económicas directas
provocadas por los desastres en comparación con el producto interno bruto
mundial, haciendo especial hincapié en la protección de los pobres y las
personas en situaciones de vulnerabilidad

1.6 De aquí a 2030, reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las
ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión
de los desechos municipales y de otro tipo

1.7 De aquí a 2030, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios


públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los
niños, las personas de edad y las personas con discapacidad

11.a Apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las
zonas urbanas, periurbanas y rurales fortaleciendo la planificación del
desarrollo nacional y regional

11.b De aquí a 2020, aumentar considerablemente el número de ciudades y


asentamientos humanos que adoptan e implementan políticas y planes
integrados para promover la inclusión, el uso eficiente de los recursos, la
mitigación del cambio climático y la adaptación a él y la resiliencia ante los
desastres, y desarrollar y poner en práctica, en consonancia con el Marco de
Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, la gestión
integral de los riesgos de desastre a todos los niveles

11.c Proporcionar apoyo a los países menos adelantados, incluso mediante


asistencia financiera y técnica, para que puedan construir edificios sostenibles
y resilientes utilizando materiales locales
Objetivo 15: Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la
desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la
pérdida de biodiversidad

El Objetivo 15 pretende conservar la vida de ecosistemas terrestres. Busca proteger y


restablecer los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques, luchar
contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, y detener la
pérdida de biodiversidad.

Los ecosistemas terrestres son vitales para el sostenimiento de la vida humana,


contribuyen a más de la mitad del PIB mundial e incluyen diversos valores culturales,
espirituales y económicos.

Sin embargo, el mundo se enfrenta a una triple crisis del cambio climático, a la
contaminación y a la pérdida de la biodiversidad.

Más de 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas se degradaron


anualmente entre 2015 y 2019, lo que afectó a la vida de 1300 millones de personas.

La expansión agrícola es el motor directo de casi el 90 % de la deforestación


mundial. Esta cifra guarda relación directa con nuestros sistemas alimentarios, pues la
cosecha de palma de aceite representó por sí sola el 7 % de la deforestación mundial
entre los años 2000 y 2018.

Los esfuerzos mundiales y regionales para mantener los ecosistemas forestales, así
como sus funciones sociales, económicas y medioambientales, son esenciales
especialmente para los países en desarrollo y los trópicos.

Para cumplir el Objetivo 15, es esencial un cambio fundamental en la relación de la


humanidad con la naturaleza, y tomar conciencia de que la naturaleza es la base de
nuestra vida en la Tierra. El Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad
Biológica, recientemente adoptado, ofrece al Objetivo 15 un impulso renovado al
esbozar cuatro objetivos orientados a resultados que deben alcanzarse para 2050 y 23
metas que deben lograrse para 2030.

¿Por qué debería importarnos?

Los bosques cubren casi el 31 % de la superficie de nuestro planeta y albergan más


del 80 % de todas las especies terrestres de animales, plantas e insectos. Sin embargo,
el deterioro de la biodiversidad se está produciendo a un ritmo más rápido ahora que
en cualquier otro momento de la historia de la humanidad.

A escala mundial, una quinta parte de la superficie terrestre del planeta está
degradada, un área casi del tamaño de la India y Rusia juntas. La degradación de los
suelos empuja a las especies a la extinción e intensifica los efectos del cambio
climático.
La biodiversidad y los servicios de los ecosistemas que respalda también pueden
sentar las bases de las estrategias de adaptación al cambio climático y reducción del
riesgo de desastres, ya que pueden generar beneficios que aumenten la resiliencia de
las personas.

¿Qué supone la pérdida de los bosques?

La pérdida de los bosques implica la desaparición de los medios de subsistencia de


las comunidades rurales, el aumento de las emisiones de carbono, el deterioro de la
biodiversidad y la degradación del suelo. Aunque el ritmo de pérdida neta de bosques
sigue siendo elevado, los datos de 2020 muestran que la proporción de bosques en
áreas protegidas y bajo planes de gestión a largo plazo aumentó o se mantuvo estable
a nivel mundial y en la mayoría de las regiones del mundo.

Un efecto irreversible de la actividad humana sobre el medio ambiente es la extinción


de especies, lo que altera el equilibrio de la naturaleza y hace que los ecosistemas
sean más frágiles y ofrezcan menos resistencia a las perturbaciones. Según un
reciente informe de la ONU sobre biodiversidad, cerca de un millón de especies
animales y vegetales están en peligro de extinción, en muchos casos en las próximas
décadas, más que en cualquier otro momento en la historia de la humanidad.

¿Cómo afecta eso a la salud?

Una mayor demanda de proteínas animales, el aumento de una agricultura intensiva e


insostenible, el uso y la explotación crecientes de la fauna salvaje y la crisis climática
favorecen la aparición de enfermedades zoonóticas ―aquellas que pueden
transmitirse entre animales y seres humanos― como la COVID-19.

Unos dos millones de personas mueren cada año a causa de enfermedades zoonóticas
desatendidas, la mayoría en países de ingresos bajos y medios. Estos mismos brotes
pueden causar graves enfermedades, muertes y pérdidas de productividad entre las
poblaciones ganaderas del mundo en desarrollo, un grave problema que tiene
sumidos en la extrema pobreza a cientos de millones de pequeños ganaderos. Las
enfermedades zoonóticas han generado, solo en las dos últimas décadas, pérdidas
económicas de más de 100 000 millones de dólares. Todo ello sin contar el coste de
la pandemia de la COVID-19.

¿Qué podemos hacer?

Reciclar, seguir una dieta basada en productos locales de origen sostenible y


consumir solamente lo que necesitamos son algunas de las cosas que podemos hacer
para ayudar.

Debemos ser respetuosos con la fauna y únicamente participar en actividades de


ecoturismo gestionadas de forma responsable y ética para evitar perturbarla. Las
áreas protegidas bien gestionadas contribuyen a la salud de los ecosistemas, lo que a
su vez contribuye a la salud de las personas. Por ello, es fundamental que las
comunidades locales participen en el desarrollo y la gestión de estas áreas protegidas.

Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles

El Objetivo 12 pretende garantizar modalidades de consumo y producción


sostenibles, algo fundamental para sostener los medios de subsistencia de las
generaciones actuales y futuras.

Nuestro planeta se está quedando sin recursos, pero el índice de población sigue
creciendo. En caso de que la población mundial alcance los 9800 millones de
personas en 2050, se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para
proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida
actuales.

Para reducir nuestros niveles de consumo, debemos cambiar nuestros hábitos de


consumo, y una de las principales medidas que debemos adoptar es sustituir los
sistemas de suministro energético por otros más sostenibles. Las crisis mundiales
provocaron un resurgimiento de las subvenciones a los combustibles fósiles, que casi
se duplicaron de 2020 a 2021.

Se están produciendo cambios prometedores en las empresas, como la tendencia al


aumento de la elaboración de informes de sostenibilidad ―que en apenas unos años
se ha visto casi triplicada―, lo que demuestra un mayor nivel de compromiso y
concienciación sobre la necesidad de dar prioridad a las prácticas sostenibles en todos
los sectores empresariales.

El desperdicio de alimentos es otro indicio del consumo excesivo. Abordar la pérdida


de alimentos es urgente y requiere políticas específicas basadas en datos, así como
inversiones en tecnologías, infraestructuras, enseñanza y supervisión. A pesar de que
una gran parte de la población mundial pasa hambre, cada año se desperdicia la
asombrosa cantidad de 931 millones de toneladas de alimentos.

¿Por qué debemos cambiar nuestros hábitos de consumo?

El progreso económico y social conseguido durante el último siglo ha estado


acompañado de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los
mismos sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro y, ciertamente, nuestra
supervivencia.

Para que la transición tenga éxito, es necesario potenciar el aprovechamiento eficaz


de los recursos, tener en cuenta todo el ciclo de vida de las actividades económicas y
participar activamente en los acuerdos multilaterales sobre el medio ambiente.

¿Qué tiene que cambiar?

Son muchos los hábitos de consumo que, si se modifican ligeramente, pueden tener
un gran impacto en la sociedad.
Los gobiernos deben implantar y poner en práctica políticas y normativas que recojan
medidas como el establecimiento de objetivos para reducir la generación de residuos,
el fomento de prácticas de economía circular, y el apoyo a políticas de contratación
sostenible.

La adopción de una economía circular implica diseñar productos duraderos,


reparables y reciclables. También implica promover prácticas como la reutilización,
el reacondicionamiento y el reciclaje de productos para minimizar los residuos y el
agotamiento de los recursos.

Además, se puede adoptar un estilo de vida más sostenible: consumir menos, elegir
productos con menor impacto ambiental y reducir la huella de carbono de nuestras
actividades cotidianas.

Como empresa, ¿cómo puedo ayudar?

A las empresas les conviene encontrar nuevas soluciones que permitan modelos de
consumo y producción sostenibles. Es necesario conocer más a fondo las
repercusiones medioambientales y sociales que tienen ciertos productos y servicios,
tanto en lo que respecta a su ciclo de vida como al modo en que se ven alterados por
su uso en los diferentes estilos de vida.

Las soluciones innovadoras y de diseño facilitan e inspiran a las personas a adoptar


estilos de vida más sostenibles, lo que reduce su impacto y mejora su bienestar.

Como consumidor, ¿cómo puedo ayudar?

Hay dos maneras principales de ayudar:

1. Reducir los residuos generados y 2. Pensar bien lo que se compra y elegir una
opción sostenible siempre que sea posible.

Evitar tirar comida y reducir el consumo de plástico, una de las causas principales de
contaminación de los océanos. Tener siempre encima una bolsa reutilizable, negarse a
usar pajitas de plástico y reciclar botellas de plástico son buenas formas de contribuir
en el día a día.

Tomar decisiones inteligentes acerca de las compras también ayuda. Comprar


productos sostenibles y locales puede suponer una diferencia, además de que presiona
a las empresas para que adopten prácticas sostenibles.

Para pasar a la acción, visite la siguiente página web: www.un.org/es/actnow


Objetivo 2: Poner fin al hambre

El objetivo 2 es crear un mundo libre de hambre para 2030. El problema global del
hambre y la inseguridad alimentaria ha mostrado un aumento alarmante desde 2015,
una tendencia exacerbada por una combinación de factores que incluyen la pandemia,
los conflictos, el cambio climático y la profundización de las desigualdades.

En 2022, aproximadamente 735 millones de personas (o el 9,2 % de la población


mundial) se encontraban en estado de hambre crónica, un aumento vertiginoso en
comparación con 2019. Estos datos subrayan la gravedad de la situación y revelan
una crisis creciente.

Además, se estima que 2400 millones de personas se enfrentaron a inseguridad


alimentaria de moderada a grave en 2022; lo que significa que carecen de acceso a
una alimentación suficiente. Este número aumentó en unos alarmantes 391 millones
de personas en comparación con 2019.

El persistente aumento del hambre y la inseguridad alimentaria, impulsado por una


compleja interacción de factores, exige atención inmediata y esfuerzos globales
coordinados para aliviar este desafío humanitario crítico.

El hambre y la malnutrición extremas siguen siendo un obstáculo para el desarrollo


sostenible y crean una trampa de la que las personas no pueden escapar fácilmente. El
hambre y la malnutrición se traducen en individuos menos productivos, más
propensos a las enfermedades y, por tanto, a menudo imposibilitados para ganar más
y mejorar sus medios de subsistencia. 2000 millones de personas en el mundo no
tienen acceso habitual a alimentos seguros, nutritivos y suficientes. En 2022, 148
millones de niños sufrieron retraso en el crecimiento y 45 millones de niños menores
de 5 años sufrieron emaciación.

¿Cuántas personas pasan hambre?

Se prevé que más de 600 millones de personas en todo el mundo se enfrentarán al


hambre en 2030, lo que pone de relieve el inmenso desafío de alcanzar el objetivo de
hambre cero.

Las personas que experimentan inseguridad alimentaria y moderada normalmente no


pueden llevar una dieta sana y equilibrada de forma habitual debido a limitaciones de
ingresos u otros recursos.

¿Por qué hay tantas personas que pasan hambre?

Sorprendentemente, el mundo ha vuelto a niveles de hambre no vistos desde 2005, y


los precios de los alimentos siguen siendo más altos en más países que en el período
2015-2019. Junto con los conflictos, la crisis climática y el aumento del coste de la
vida, la inseguridad civil y la disminución de la producción de alimentos han
contribuido a la escasez y los altos precios de los alimentos.
La inversión en el sector agrícola es fundamental para reducir el hambre y la pobreza,
mejorar la seguridad alimentaria, crear empleo y aumentar la resiliencia ante
desastres y crisis.

¿Por qué debería importarme?

Todos queremos que nuestras familias tengan suficientes alimentos para consumir
productos seguros y nutritivos. Un mundo sin hambre puede tener un impacto
positivo en nuestras economías, salud, educación, igualdad y desarrollo social.

Es una pieza clave para construir un futuro mejor para todos. Además, dado que el
hambre limita el desarrollo humano, no podremos alcanzar otros objetivos de
desarrollo sostenible, como la educación, la salud y la igualdad de género.

¿Cómo podemos lograr el hambre cero?

La seguridad alimentaria requiere un enfoque pluridimensional: desde la protección


social para salvaguardar alimentos inocuos y nutritivos, especialmente para los niños,
hasta la transformación de los sistemas alimentarios para lograr un mundo más
inclusivo y sostenible. Será necesario realizar inversiones en zonas rurales y urbanas
y en protección social para que las personas más pobres tengan acceso a los alimentos
y puedan mejorar sus medios de subsistencia.

¿Qué podemos hacer para ayudar?

Puedes contribuir con cambios en tu propia vida (en casa, en el trabajo y en tu


comunidad) apoyando a los agricultores o mercados locales y eligiendo alimentos
sostenibles, defendiendo una buena nutrición para todos y luchando contra el
desperdicio de alimentos.

También puedes usar tu poder como consumidor y votante, exigiendo a las empresas
y a los gobiernos que tomen las decisiones y los cambios que harán realidad el
hambre cero. Participa y únete a la conversación, ya sea en plataformas de redes
sociales o en tus comunidades locales.

Datos destacables

A pesar de los esfuerzos globales, se calcula que, en 2022, 45 millones de niños


menores de 5 años sufrían desnutrición aguda, 148 millones tenían retrasos en el
crecimiento y 37 millones, sobrepeso. Para alcanzar los objetivos de nutrición para
2030, es necesario un cambio fundamental de trayectoria.

Para lograr el hambre cero en 2030, es imprescindible una acción coordinada urgente
y unas soluciones políticas que aborden las desigualdades arraigadas, transformen los
sistemas alimentarios, inviertan en prácticas agrícolas sostenibles y reduzcan y
mitiguen el impacto de los conflictos y de la pandemia en la nutrición y en la
seguridad alimentaria mundiales.
Metas del objetivo 2

1.1 Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en
particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los
lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año

1.2 Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a
más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso
del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, y abordar las
necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y
lactantes y las personas de edad

1.3 Para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los


productores de alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los
pueblos indígenas, los agricultores familiares, los pastores y los pescadores,
entre otras cosas mediante un acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros
recursos de producción e insumos, conocimientos, servicios financieros,
mercados y oportunidades para la generación de valor añadido y empleos no
agrícolas

1.4 Para 2030, asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de


alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la
productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los
ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los
fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros
desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra

1.5 Para 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas
cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus especies silvestres
conexas, entre otras cosas mediante una buena gestión y diversificación de los
bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional, y
promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los
recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y su distribución justa y
equitativa, como se ha convenido internacionalmente

2.a Aumentar las inversiones, incluso mediante una mayor cooperación


internacional, en la infraestructura rural, la investigación agrícola y los
servicios de extensión, el desarrollo tecnológico y los bancos de genes de
plantas y ganado a fin de mejorar la capacidad de producción agrícola en los
países en desarrollo, en particular en los países menos adelantados

2.b Corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los


mercados agropecuarios mundiales, entre otras cosas mediante la eliminación
paralela de todas las formas de subvenciones a las exportaciones agrícolas y
todas las medidas de exportación con efectos equivalentes, de conformidad
con el mandato de la Ronda de Doha para el Desarrollo
2.c Adoptar medidas para asegurar el buen funcionamiento de los mercados de
productos básicos alimentarios y sus derivados y facilitar el acceso oportuno a
información sobre los mercados, en particular sobre las reservas de alimentos,
a fin de ayudar a limitar la extrema volatilidad de los precios de los alimentos

2.3 Para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de
alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los pueblos indígenas, los
agricultores familiares, los pastores y los pescadores, entre otras cosas mediante un
acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos de producción e insumos,
conocimientos, servicios financieros, mercados y oportunidades para la generación de
valor añadido y empleos no agrícolas

También podría gustarte