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Incluso antes del brote de la COVID-19, era probable que uno de cada cinco países
(en donde habitan miles de millones de personas que viven en situación de pobreza)
vieran sus ingresos per cápita estancarse o reducirse en 2020. A día de hoy, las
perturbaciones económicas y financieras derivadas de la COVID-19 (como las
alteraciones en la producción industrial, la caída de los precios de los productos
básicos, la volatilidad del mercado financiero y el aumento de la inseguridad) están
desbaratando el ya de por sí tibio crecimiento económico y empeorando los riesgos
acentuados de otros factores.
Datos destacables
Es probable que la ralentización del crecimiento mundial en 2023 sea menos grave de
lo previsto, debido principalmente a la resistencia del gasto de los hogares en las
economías desarrolladas y a la recuperación de China. Ahora se prevé que el
crecimiento económico mundial alcance el 2,3 % en 2023, lo que supone una revisión
al alza de 0,4 puntos porcentuales respecto a la previsión de enero. WESP
Se prevé que la inflación media mundial disminuya del 7,5 %, en 2022, al 5,2 %, en
2023, debido a la bajada de precios de los alimentos y de la energía y al descenso de
la demanda, especialmente en las grandes economías desarrolladas. WESP
1.5 De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todas las mujeres y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con
discapacidad, así como la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor
1.7 Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner
fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar
la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos
el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin
al trabajo infantil en todas sus formas
1.8 Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin
riesgos para todos los trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en
particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios
1.9 De aquí a 2030, elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover
un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los
productos locales
8.b De aquí a 2020, desarrollar y poner en marcha una estrategia mundial para el
empleo de los jóvenes y aplicar el Pacto Mundial para el Empleo de la
Organización Internacional del Trabajo
Enlaces
En la mayoría de los países, los ingresos del 40% más pobre de la población
aumentaron con mayor rapidez que la media nacional. Sin embargo, los últimos
datos, aún no concluyentes, sugieren que la COVID-19 puede haber perjudicado esta
tendencia positiva de reducción de la desigualdad dentro de los países.
Las mujeres y niños sin acceso a asistencia sanitaria mueren cada día de
enfermedades prevenibles como el sarampión y la tuberculosis o durante el parto. Las
personas mayores, los migrantes y los refugiados se enfrentan a la falta de
oportunidades y la discriminación, un problema que afecta a todos los países del
mundo. Una de cada cinco personas afirma haber sido discriminada por al menos un
motivo de discriminación prohibido por el derecho internacional de los derechos
humanos.
La igualdad puede y debe lograrse a fin de garantizar una vida digna para todos. Las
políticas económicas y sociales deben ser universales y prestar especial atención a las
necesidades de las comunidades desfavorecidas y marginadas.
Entre países, debemos garantizar que los países en desarrollo estén mejor
representados en el proceso de toma de decisiones sobre los problemas mundiales, a
fin de que las soluciones sean más eficaces, más dignas de crédito y más
responsables.
Datos destacables
En la mayoría de los países, los ingresos del 40% de la población más pobre
han crecido más rápidamente que los de la media nacional. Sin embargo, los
nuevos datos, aún no concluyentes, sugieren que el COVID-19 puede haber
hecho mella en esta tendencia positiva de reducción de la desigualdad en los
países. La pandemia también ha provocado el mayor aumento de la
desigualdad entre los países en tres décadas.
El año 2022 fue testigo del mayor número de refugiados (34,6 millones de
personas) jamás documentado. Este año también está siendo mortal para los
inmigrantes, con casi 7000 fallecimientos registrados en todo el mundo.
Para reducir la desigualdad, tanto en los países como entre ellos, es necesario
distribuir equitativamente los recursos, invertir en educación y en el desarrollo
de competencias, aplicar medidas de protección social, luchar contra la
discriminación, apoyar a los grupos marginados y fomentar la cooperación
internacional para un comercio y unos sistemas financieros justos.
10.c De aquí a 2030, reducir a menos del 3% los costos de transacción de las
remesas de los migrantes y eliminar los corredores de remesas con un costo
superior al 5%
Enlaces
UNICEF
Oficina del Alto Representante para los países menos adelantados, los países
en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo
Disponible en inglés
Objetivo 11: Lograr que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y
sostenibles
El Objetivo 11 pretende lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean
inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La población mundial
alcanzó los 8000 millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven
en zonas urbanas. Se prevé que esta cifra aumente y que para 2050 el 70 % de la
población vivirá en ciudades.
Las ciudades representan el futuro del modo de vida global. La población mundial
alcanzó los 8000 millones de personas en 2022, de las cuales más de la mitad viven
en zonas urbanas. Se prevé que esta cifra aumente y que para 2050 el 70 % de la
población vivirá en ciudades.
Sin embargo, muchas de estas ciudades no están preparadas para esta rápida
urbanización, y el desarrollo de la vivienda, las infraestructuras y los servicios se ve
superado, lo que provoca un crecimiento de los barrios marginales o de condiciones
similares.
¿Cuáles son los retos más urgentes a los que se enfrentan las ciudades?
Asimismo, muchas ciudades son más vulnerables a los efectos del cambio climático y
a los desastres naturales debido a su elevada concentración de población y a su
ubicación, por lo que mejorar la resiliencia urbana es crucial para evitar pérdidas
humanas, sociales y económicas.
Los enormes barrios marginales, la congestión del tráfico, las emisiones de gases de
efecto invernadero y la proliferación de suburbios en todo el mundo son algunas de
las consecuencias del desarrollo urbano no planificado.
Al apostar por la sostenibilidad, elegimos construir ciudades en las que todos los
ciudadanos tengan una calidad de vida digna y formen parte de la dinámica
productiva de la ciudad, lo que genera prosperidad compartida y estabilidad social sin
dañar el medio ambiente.
En comparación con los beneficios, el coste es mínimo. El coste de crear una red de
transporte público funcional, por ejemplo, es elevado, pero los beneficios en términos
de actividad económica, calidad de vida, medio ambiente y éxito general de una
ciudad interconectada son aún mayores.
Datos destacables
Para alcanzar el Objetivo 11, los esfuerzos deben centrarse en aplicar políticas y
prácticas de desarrollo urbano inclusivo, resiliente y sostenible que den prioridad al
acceso a los servicios básicos, a la vivienda a precios asequibles, al transporte
eficiente y a los espacios verdes para todo el mundo.
A nivel mundial, las ciudades se expandieron físicamente más rápido que sus tasas de
crecimiento poblacional, con tasas promedio anuales de consumo de suelo del 2,0 %,
en comparación con las tasas de crecimiento poblacional del 1,6 %, entre los años
2000 y 2010, y del 1,5 %, en comparación con el 1,2 % respectivamente, entre los
años 2010 y 2020, según los datos de 681 ciudades entre los años 1990 y 2020.
A nivel mundial, las ciudades se expandieron físicamente más rápido que sus tasas de
crecimiento poblacional, con tasas promedio anuales de consumo de suelo del 2,0 %,
en comparación con las tasas de crecimiento poblacional del 1,6 %, entre los años
2000 y 2010, y del 1,5 %, en comparación con el 1,2 % respectivamente, entre los
años 2010 y 2020, según los datos de 681 ciudades entre los años 1990 y 2020.
1.6 De aquí a 2030, reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las
ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión
de los desechos municipales y de otro tipo
11.a Apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las
zonas urbanas, periurbanas y rurales fortaleciendo la planificación del
desarrollo nacional y regional
Sin embargo, el mundo se enfrenta a una triple crisis del cambio climático, a la
contaminación y a la pérdida de la biodiversidad.
Los esfuerzos mundiales y regionales para mantener los ecosistemas forestales, así
como sus funciones sociales, económicas y medioambientales, son esenciales
especialmente para los países en desarrollo y los trópicos.
A escala mundial, una quinta parte de la superficie terrestre del planeta está
degradada, un área casi del tamaño de la India y Rusia juntas. La degradación de los
suelos empuja a las especies a la extinción e intensifica los efectos del cambio
climático.
La biodiversidad y los servicios de los ecosistemas que respalda también pueden
sentar las bases de las estrategias de adaptación al cambio climático y reducción del
riesgo de desastres, ya que pueden generar beneficios que aumenten la resiliencia de
las personas.
Unos dos millones de personas mueren cada año a causa de enfermedades zoonóticas
desatendidas, la mayoría en países de ingresos bajos y medios. Estos mismos brotes
pueden causar graves enfermedades, muertes y pérdidas de productividad entre las
poblaciones ganaderas del mundo en desarrollo, un grave problema que tiene
sumidos en la extrema pobreza a cientos de millones de pequeños ganaderos. Las
enfermedades zoonóticas han generado, solo en las dos últimas décadas, pérdidas
económicas de más de 100 000 millones de dólares. Todo ello sin contar el coste de
la pandemia de la COVID-19.
Nuestro planeta se está quedando sin recursos, pero el índice de población sigue
creciendo. En caso de que la población mundial alcance los 9800 millones de
personas en 2050, se podría necesitar el equivalente a casi tres planetas para
proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener los estilos de vida
actuales.
Son muchos los hábitos de consumo que, si se modifican ligeramente, pueden tener
un gran impacto en la sociedad.
Los gobiernos deben implantar y poner en práctica políticas y normativas que recojan
medidas como el establecimiento de objetivos para reducir la generación de residuos,
el fomento de prácticas de economía circular, y el apoyo a políticas de contratación
sostenible.
Además, se puede adoptar un estilo de vida más sostenible: consumir menos, elegir
productos con menor impacto ambiental y reducir la huella de carbono de nuestras
actividades cotidianas.
A las empresas les conviene encontrar nuevas soluciones que permitan modelos de
consumo y producción sostenibles. Es necesario conocer más a fondo las
repercusiones medioambientales y sociales que tienen ciertos productos y servicios,
tanto en lo que respecta a su ciclo de vida como al modo en que se ven alterados por
su uso en los diferentes estilos de vida.
1. Reducir los residuos generados y 2. Pensar bien lo que se compra y elegir una
opción sostenible siempre que sea posible.
Evitar tirar comida y reducir el consumo de plástico, una de las causas principales de
contaminación de los océanos. Tener siempre encima una bolsa reutilizable, negarse a
usar pajitas de plástico y reciclar botellas de plástico son buenas formas de contribuir
en el día a día.
El objetivo 2 es crear un mundo libre de hambre para 2030. El problema global del
hambre y la inseguridad alimentaria ha mostrado un aumento alarmante desde 2015,
una tendencia exacerbada por una combinación de factores que incluyen la pandemia,
los conflictos, el cambio climático y la profundización de las desigualdades.
Todos queremos que nuestras familias tengan suficientes alimentos para consumir
productos seguros y nutritivos. Un mundo sin hambre puede tener un impacto
positivo en nuestras economías, salud, educación, igualdad y desarrollo social.
Es una pieza clave para construir un futuro mejor para todos. Además, dado que el
hambre limita el desarrollo humano, no podremos alcanzar otros objetivos de
desarrollo sostenible, como la educación, la salud y la igualdad de género.
También puedes usar tu poder como consumidor y votante, exigiendo a las empresas
y a los gobiernos que tomen las decisiones y los cambios que harán realidad el
hambre cero. Participa y únete a la conversación, ya sea en plataformas de redes
sociales o en tus comunidades locales.
Datos destacables
Para lograr el hambre cero en 2030, es imprescindible una acción coordinada urgente
y unas soluciones políticas que aborden las desigualdades arraigadas, transformen los
sistemas alimentarios, inviertan en prácticas agrícolas sostenibles y reduzcan y
mitiguen el impacto de los conflictos y de la pandemia en la nutrición y en la
seguridad alimentaria mundiales.
Metas del objetivo 2
1.1 Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en
particular los pobres y las personas en situaciones vulnerables, incluidos los
lactantes, a una alimentación sana, nutritiva y suficiente durante todo el año
1.2 Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a
más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso
del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, y abordar las
necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y
lactantes y las personas de edad
1.5 Para 2020, mantener la diversidad genética de las semillas, las plantas
cultivadas y los animales de granja y domesticados y sus especies silvestres
conexas, entre otras cosas mediante una buena gestión y diversificación de los
bancos de semillas y plantas a nivel nacional, regional e internacional, y
promover el acceso a los beneficios que se deriven de la utilización de los
recursos genéticos y los conocimientos tradicionales y su distribución justa y
equitativa, como se ha convenido internacionalmente
2.3 Para 2030, duplicar la productividad agrícola y los ingresos de los productores de
alimentos en pequeña escala, en particular las mujeres, los pueblos indígenas, los
agricultores familiares, los pastores y los pescadores, entre otras cosas mediante un
acceso seguro y equitativo a las tierras, a otros recursos de producción e insumos,
conocimientos, servicios financieros, mercados y oportunidades para la generación de
valor añadido y empleos no agrícolas