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Q.H.); 3) el estado del quiste (calcificadón, alta frecuencia de la misma en los animales
etc.); 4) el compromiso parenquiniatoso, bi de matadero de nuestro país. No nos vamos a
liar o vascular; 5) por la presencia de infe.c referir a estas formas de equinococosis en el
ción; 6) la posibilidad de comprim}r, involu relato y nos remitimos a dichos artí.culos.
crar o romperse en estructuras extn¡hepáticas;
7) y la capacidad de producir agr�siones de
tipo inmunológico agudas (shock anafiláctico) III) QUISTE HIDATICO: BIOLOGIA DE LA
o crónicas (fibrosis). Con este criterio incluía LARVA Y COMPONENTE VISCERAL
mos casi la mitad de nuestros enfermos den Purriel y Tomalino (151) han tratado de
tro de las formas complicadas (132). relacionar la forma anatomoclínica con el es
Dada las características especiales del híga tado biológico de la hidátide y basar la te
do, órgano macizo, poseedor de una rica ca rapéutica. Es así que distinguen enfermedad
nalización biliar, recorrido por un intrincado hidatídica por: 1) hidátide sana; 2) hidátide
sistema vascular arterial y venoso, eje además enferma; 3) hidátide muerta; 4) res- tos pa
de la -circulación portal, donde existen modi rasitarios; 5) secuelas; 6) combinaciones de
ficaciones precoces de hipertrofia compensadora los diversos estados anteriores. Esta cronolo
o de atrofia; y donde se rompe precozmente el gía se cumple muy bien en el pulmón y ha sido
equilibrio del parásito con el organismo para demostrada por •estudios inmunológicos (153) y
sitado -con su cadena de consecuencias inmuno da sólidas bases para el tratamiento quirúrgi
alérgicas locales y generales, práctic�mente en co (159).
el sentir estricto del término siempre está com En el hígado la biología de la larva es al
pHcado, y. fuera de la etapa estrictamente pa terada totalmente al crecer en un medio sólido,
rasitaria. Las complicaciones están en marcha, inhóspito, agredida precozmente por la bilis y
o se harán presentes en el acto operatorio o la infección. El desarrollo más lento y pro
en el postoperatorio en el Q.H. más inocente. longado conduce al parásito a perpetuarse a
Es más adecuado hablar de repercusión en través de la vesiculización endógena. Salvo
el hígado y en las diversas .estructuras que casos excepcionales no existe muerte brusca de
alberga; de su intensidad y grado dependerá la vesícula madre, como en el pulmón. En la
la exteriorización clínica de las complicacio mayoría de los casos cuando la muerte llega,
nes. Este término ha sido usado por Maquiei su estirpe, biológicamente, se perpetúa a tra
ra (86) al estudiar la repercusión vascular y vés de las vesículas hijas, cosa que no ocurre
por D. Castiglioni (25) al referirse a la reper en la E. pulmonar. La muerte del parásito co
cUBión biliar de la E.H. rresponde sólo a algunas formas de Q.H. cal
Chifflet (40) definió a la E. H. como afec cificado: nódulo cálcico cicatriza! (255, 45).
ción hepatobiliar. Con los conocimientos ac No se puede superponer en e1 hígado, dadas
tuales se debe hablar de afección quistohepato las condiciones del habitat particular que ofre
vasculobiliar. ce, la biología de la larva a la anatomía patoló
Entendemos por complicaciones hepato-bilia gica y a la clíni.ca y menos basar la te-rapéu
res a La repercusión y a las complicaciones in tica. La interpretación anatomoclínica surge
trahepáticas en cuanto afectan al hígado d� de la evolución anatómica del saco visceral (45)..
rectamente por acción parasitaria o por medio En efecto, est, á vinculado a la biología de la lar
de la lesión de su vía canalicular o árbol vas va, pero más aún, a la calidad y a las· influen
cular y cuya terapéutica quirúrgica :sté diri cias del órgano en que asienta. Este concepto
gida al hígado especialmente. ha sido desarrollado por Chifflet (45), y Fal
Con este criterio la incidencia de las com coni (57). En su conocimiento se debe basar
pUcaciones en la serie ha sido la siguiente: la cirugía de la E.H.
Por lo tanto se debe considerar al Q.H. co
Repercusión y com- mo una unidad patológica •con dos ·componen°
plicaciones biliares 38,7 % (50 casos) tes: a) parasitario; b) visceral (45, 57).
Q.H. supurados . . 29,4 % (38 ,, )
Q. H. calcificados 26,3 % (34 )
En e-1 Q.H. hialino el componente parasita
E. peritoneal ..... 7,7 % (10 )
rio supone una hidátide madre intacta, un es
Complicaciones vas- pacio perivesicular virtual y un componente
culares . . . . . . . . 2,32 % 3 visceral mínimo. La adventicia es fina, colap
Tránsitos hepatoto- sable, con pocos fenómenos regresivos que son
rácicos 1,5 % 2, más evidentes en su parte interna. Está divi
dida en capas ·claramente definidas y se conti
Nos limitaremos al estudio de: 1) lesiones núa sin transición con e1 parénquima sano (45).
a nivel del parénquima hepático; 2.) Q.H. su Se llega al Q.H. alterado por diversos me
purado; 3) repercusión y complicaciones bi canismos patogénicos: 1) la infección y la
liares; 4) Q.H. calcificado; 5) repercusión y bilis que llegan por vía canalicular le hacen
complicaciones vasculares; 6) y por su fre perder tensión y el espacio perivesicular de
cuencia y gravedad veremos la E.H. múltiple. virtual se hace real; 2) el parénquima vecino
Excluimos el estudio de las hemorragias. se altera por compresión directa, por acción
Piaggio Blanco y García Capurro (54) estu tóxica del parásito, por compresión vascular y
diaron un caso interpretado por Dévé (54), de por fenómenos inmunoalérgicos desencadenados
E.H. primitiva micropoliquística infiltrante, for y agravados por el pasaje de líquido hidatídico,
ma intermediaria entre la E. hidática y la E. fragmentos cuticulares y productos de hidróli
Alveolar. Cendán, Barreneche y A. R. Ar sis de la misma (120, 255, 89, 31, 221, 45, 25).
dao (30) publicaron el primer caso autóctono En este juego de acción y reacción el pará
de E. alveolar en el Uruguay y señalaron la sito se defiende por la multivesiculización. La
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HIDAIDOSIS 443
En cambio los estudios de Capron ( 216,217) Blanco Acevedo (98) en 1921, fue el prime
sobre nuevas técnicas inmunológica, han sig ro que intentó la desensibilización realizando
nificado un gran adelanto en el diagnóstico repetidas reacciones de Casoni en el preope
biológico (217). Purriel y col. (153) estudian ratorio inmediato para evitar los accidentes
do por inmunoelectroforesis (IEF) anticuerpos anafilácticos.
correspondientes a fracciones antigénicas exis Nosotros desde que usamos altas dosis de
tentes en el líquido hidático, en enfermos con hidrocortisona y antihistamínicos pre, intra y
E.H., han ·comprobado una positividad global postoperatorias no hemos tenido más este tipo
del 86 % . En casos de hidátides sanas, enfer de accidentes.
mas o recientemente rotas la positividad llega
casi al 100 % ; mientras que en la E.H. calci B) Soluciones parasiticidas.- Las opiniones
ficada los valores tienden a negativizarse casi se reparten entre el formol y el ClNa. Le
totalmente. La exiBtencia radiológica de un Dentu (300) fue el primero que usó el formol.
Q.H. de hígado calcificado con una reacción Al 1 o al 2 % mata instantáneamente los es-
de IEF positiva debe hacer sospechar otro colex.
Q.H. (153,159). Pérez Fontana propugnó el uso de una so
Por último nos referiremos a la laparotomía lución de ClNa sobresaturada, al 33 % (126).
exploradora, "que es la última etapa del diag Los escolex en contacto con -el ClNa estallan
nóBtico y la primera del tratamiento" ( 286). y se desintegran. Pérez Fontana (126) lo con
En nuestro medio, es·caso de métodos auxilia sidera más ventajoso que el formol: 1) es
res costosos, con gran cantidad de enfermos menos irritante por lo que puede usarsa "a
que por razones economicosociales no se pue larga mano"; 2) puede quedar dentro de las
den trasladar a Montevideo, recurrimos fre cavidades para que continúe su acción; 3) pe
cuentemente a ella (132). Para Larghero ( 74) netra en las zonas anfractuosas creando verda
una incisión adecuada y amplia que se pueda deras corrientes de drenaje osmótico, por lo
prolongar es insustituible como método de diag que además de parasiticida posee acción de
nóstico. tersiva (126). El formol es más tóxico, menos
penetrante y fundamentalmente coagula y fija
exudados y restos parasitarios que pueden con
V) TRATAINENTO DE LA EQUINOCOCOSIS servar en su interior escolex en actividad (126).
HEPATICA (E.H.) Nosotros usamos el ClNa y coincidimos con
Pérez Fontana. En enfermos operados ante
El tratamiento de la E.H. es esencialmente riormente por E. peritoneal secundaria masiva.
quirúrgica (255,286, 74,32,). No se ha descu nos ha sorprendido, al reexplorarlos por otra
bierto hasta la fecha un quimioterápico o una causa encontrar el abdomen libre de equino
fuerza física capaz de actuar por vía enteral cocosis y la ausencia de adherencias; hecho
o parenteral sobre la larva (286). éste que ya fue señalado por el mismo au
tor (126). En el estudio de 8 siembras ope
A) Tratamiento biológico (213) .- Preconi ratorias en nuestro servicio, con más de 8 años
zado por Calcagno (213) es motivo de discu de seguimiento, en 6 se había usado el formol,
sión. No tenemos experiencia clínica ni expe mientras que en 2 no pudimos determinar la
rimental. Nos limitaremos a transcribir las solución parasiticida empleada.
opiniones más autorizadas. iDévé (255) es es Se ha demostrado que él ClNa ha sido de
céptico en cuanto a sus resultados v concluye cisivo en el éxito del tratamiento de la E.
que el tratamiento quirúrgico precoz es el úni ósea (123) como la siguiente observación:
co capaz de conducir a la curación.
Casiraghi (221) -considera que el método de XX, mujer, 23 años. Operada en 1950 por E. ósea
Calcagno coloca al paciente en mejores con de tibia (Prof. A. Chifflet) en que se le practicó cu
diciones quirúrgicas evitando además la apa retaje, formolado y drenaje. Fue reoperada 4 veces
rición de shock anafiláctico y las siembras se (Dr. J. A. Ubillos) por otras tantas recidivas con la
cundarias. misma técnica. La última vez se le practicó resec
ción casi total de la tibia e injerto óseo. En 1965
Larghero (74) no lo ha utilizado. B. Ríos
nueva recidiva. Reoperación (J.A.U. y Y.P.). Resec
( 154) es partidario del mismo pero "no pi
ción con escoplo y curetaje de gran parte de la diáfisis
diéndole más de lo que puede dar".
tibial. Lavado profuso con suero salado. Se dejaron
Cendán (,32) lo utiliza y lo cree útil en el 2 gruesos tubos de goma por los que se le practicó
preoperatorio como desensibilizante. Furriel y durante 1 mes lavados diarios con 1am isma solución.
Tomalino (151) afirman que ninguna terapéu Ocho años después (1973) curación clínica y radio
tica biológica debe ser dirigida a alterar la lógica.
salud del parásito; cuando éste es perturbado
en su delo vital aparecen en el huésped lesio Cuando usamos grandes cantidades de suero
nes anatomopatológicas, intensa sintomatología salado, sobre todo en el peritoneo, forzamos
y siembras secundarias. la diuresis con suero glucosado isotónico y
Para Ivanissevich (286) se trata de un tra diuréticos para eliminar el ClNa absorbido en
tamiento sin base cierta, de resultados muy exceso y evitar la obstrucción de los túbulos
discutibles, y que no puede sustituir, oponer renales por una discreta hemoglobinuria que
se ni demorar el tratamiento quirúrgico. hemos observado en estos casos (132).
Pérez Fontana y Pérez del Castillo (121,117)
lo han utiliza·do; han tratado además de pro C) Tratamiento quirúrgico.
ducir una vacuna que actuara sobre los ani
males en los que se desarrolla la forma quís l. Anestesia. Usamos siempre anestesia ge
tica (125). neral con intubación traqueal. Si existen otros
COMPLICACIONES HEPA'OBILIARES DE LA .HIDATIDOSIS 45
regladas tratan lesiones irreversibles viscerales lesión de una gruesa vena supra-hepática puede
y son d e menor riesgo que las quistecto obligar a una hepatectomía parcial. Se debe
mías" (114). estar pronto · para dominar la vena cava in
Resumimos las indicaciones de las publica ferior en su sector infrahepático, y seccionando
ciones de Larghero (74), Parodi (113,114), y el diafragma, en u sector alto (32). La liga
Cendán (32.): a) grandes Q.H. con adventicias dura de la cava inferior por encima del hígado
muy alteradas y destrucción casi total de un es catastrófica (32.). El mechado de la zona
lóbulo, o de uno o varios segmentos; b) la sangrante debe ser un método provisorio o de
E. múltiple confluente; c) las lesiones se.cue excepción si no se ha podido individualizar el
lares, cavidades residuales, etc., donde la fi vaso que sangra. La infección y la bilirragia
brosis y la alteración de la vía biliar llevan acompañan a este procedimiento (14, 32).
al fracaso a las exéresis locales y a las ope,ra Adherencias con órganos extrahepáticos (14).
ciones de drenaje; d) las formas micropoli Así como la resección de la adventicia intra
quísticas, infiltrantes y exógenas, que tienen visceral puede lesionar vasos importantes, el
una evolución y una malignidad semejante desprendimiento d·e la adventicia emergente o
a la E. alveolar (74). extravisceral puede lesionar órganos vecinos al
Para la realización de hepatectomías regla intentar la separación. En lo posible se debe
das ( exéresis de un territorio visceral definido tratar de separarla de los tejidos vecinos. En
por vía cisura!), se necesita que el o los Q.H. nuestra serie hubo que realizar una resección
asienten en unidades de resección técnicamente segmentaría de ·colon tra:,verso en un Q.H.
re;ecables ( 114). Escapa del tema el análisis calcificado y fistulizado al mismo. En un viejo
anatómico del hígado y de las diferentes téc Q.H. drenado anteriormente en otro servicio
nicas quirúrgicas. realizamos una antrectomía por involucro d�
Las hepatectomías regladas más utilizadas la pared posterior del estómago.
son: la lobectomía derecha o izquierda, la re Si el epiplón está adherido debe ser reseca
sección de los segmentos 5 y 6, la del seg do (14). En el caso del diafragma se debe
mento 4 y la resección de los segmentos resecar el tejido enfermo y realizar la sutura
2 y 3 (32). sobre músculo sano (74). · La extensión del
Larghero (74) señala en 125 observaciones proceso adventicia! puede obligar a dejar sec
3 resecciones lobares. Cendán (32) en más de tores e, adventicia en el diafragma. En este
200 operaciones realizadas por Q.H. ha reali caso se debe evitar la acumulación de exudados
zado 3 segmentectomías regladas. y la perforación por tubos muy duros o in
Nuestra experiencia es limitada. Hemos he correctamente colocados (74).
cho una sectoriectomía lateral izquierda (Figs. Drenajes perihepáticos. Usamos drenajes sub
5 y 6) (segmentos 2 y 3) por E. múltiple. hepáticos e interhepatofrénicos cuando por la
Al hacer 2 quistectomías por Q.H. calcificado, topografía o la magnitud de la resección lo
una del segm·ento 4 y otra de los segmentos 5 requieren. Las -condiciones tensionales subdia
y ·6, pudimos completarlas ligando los pedícu fragmáticas favorecen la acumulación de san
los de dichos segmentos. gre, exudados y bilis con su consecuencia: el
No hemos encontrado en nuestros enfer abceso subfrénico. Hemos abandonado los dre
mos claras indicaciones de resecciones regla najes en cigarrillo. Un grueso tubo de goma
das (132). permite la mejor salida de los exudados, (me
Manejo de las vías biliares en las adventi jor aún con aspiración continua las primeras
cectomías, y en las rese· cciones hepáticas (32). 48 horas), y la entrada de aire permite luego
Si la resección ha sido importante, si la co "r.acomodar" el -contenido de la región. Hemos
lostasis deja duda, y si existen condicioneB de tenido 2 abcesos subfrénicos por no seguir estas
terminantes de hipertensión biliar, se debe directivas.
drenar la vía biliar por colecistostomía o co !f. Epiploplastia. Hablaremos sobre eUa al
ledocostomía (.32). Si ha quedado abierto un tratar ·el Q.H. -calcificado. En general la uti
grueso canal biliar preferimos no suturarlo de lizamos para peritonizar superficies cruentas
jando pasado un tubo de poHetileno al colédoco sobre todo después de adventicectomías.
como lo aconseja Parodi (113, 114) y agregar 10. Drenajes internos. El abandono de la
si es necesario una coledocostomía (113, 114). cavidad adventicia! abierta al peritoneo, con
"La ligadura de los canales biliares no da se o sin resección de la adventicia emergen
guridad si existe una hipertensión biliar, por te (305) lo realizamos solamente en el trata
que la bilis no coagula y el muñón de la liga miento de los Q.H. perihepáticos de siembra.
dura cae produciéndose bilirragia con la peri El drenaje al duodeno por esfinteroplastia,
tonitis subsiguiente" (111). como lo preconiza Goinard (270,271) sistemá
El problema de la hemorragia intraopera ticamente nos parece un exceso; lo utilizamos
toria en las a,,venticectomías y en las resec cuando existen lesiones papilares francas.
ciones hepáticas. Es la .complicación más fre La quisto-yeyunostomía, preconizada por Pe
cuente y grave intraoperatoria. Se debe contar gullo y Pelissier (329) es para nosotros un
con la descubierta de una gruesa vena y tran método de excepción a aplicar solamente en
fusión abundante. algunas fístulas biliares postoperatorias (11O).
No se debe arriesgar un enfermo ·en un am La quisto-colecistostomía realizada por Cor
biente quirúrgico inadecuado. El cirujano debe neleac y col. (230') merece una severa crítica,
conocer a fondo la anatomía y el manejo de al drenar el Q.H. a la vesícula órgano diver
la hemostasis de1 hígado. El clampeo provi ticular y de stasis (25).
sorio del pedículo hepático puede ayudar a in 11. Cierre y abandono a la manerw de Po
dividualizar el vaso sangrante (111, -32). La sadas. Lo utilizamos sólo en niños, con Q.H.
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HIDAT1D0S1S 449
con adventicias laxas y colapsables (158). No mitido estudiar a fondo los fenómenos de atro
se debe realizar · en Q.H. supurados, calcifica fia y de hipertrofia compensadora (171, 172,
dos, o con complicaciones biliares. ·Expone fre 173,174,175).
cuentemente a un abceso intrahepático posto Es común encontrar el ángulo derecho del
peratorio (74). colon en posición subdiafragmática en pacien
tes que han sido operados por gruesos Q.H.
VI) LESIONES DEL PARENQUIMA
del lóbulo derecho (74).
HEPATICO EN LA E.H. (74) La atrofia periquísti-ca ha sido un argumento
a favor de las resecciones hepáticas (204, 208).
La agresión del parénquima hepático es el
denominador común patogénico por el que ac B) Equinococosis hepática. Fibrosis
túa el Q.H. Dichas lesiones gravitan en un y cirrosis.
10 % entre las causas de mortalidad (74).
l. Cirrosis portal. La cirrosis es una en
A) Atrofias. fermedad crónica con una anatomía patológica
compleja que la caracteriza: degeneración y
Davaine (237) dice comentando una histo necrosis del hepatocito, regeneración nodular
ria, en 1877, "que cuando el quiste ha adqui activa y fibrosis (92). Con este criterio "la
rido gran volumen el hígado sufre una atrofia cirrosis es excepcional en la E.H. (45).
más o menos extendida". Dévé (255) en 1928 Dévé (255) al hacer un análisis de varias
afirma que la obliteración de una rama de la observaciones de cirrosis con hipertensión por
vena porta explica los focos de atrofia escle tal y ascitis agrega: a) la extraña rare.za de
rosa. Loubbard (14) presentó un caso que ter tal asociación (cirrosis y E.H.) sobre todo en
minó con la muerte del enfermo atribuyendo la E.H. múltiple; b) que el proceso "fibrótico"
la causa de la misma no solamente a la com no predomina en el ambiente periparasitario;
presión sobre el parénquima sino sobre los c) y que dichas lesiones no se encuentran en
elementos vásc· ulo-nerviosos. Chifflet y Del la E. veterinaria que frecuentemente es ma
Campo (33, 52) señalaron en nuestro medio la siva. Concluye al final: "Selon toutes proba
intensidad del proceso. Urioste, Piaggio Blanco bilités, dans les cas jusqu'ici invoqué on n'avait
y Dubourdieu (178) en 1943 publicaron una en affaire qu'a de simples coincidences patho
observación de atrofia postoperatoria. El tra logiques" (255).
bajo más interesante sobre este aspecto de la Martínez Prado y Gómez del Valle (92-)
klatidosis lo atribuimos a Hueston (282) que en un estudio sobre 509 cirrosis auténticas del
en 1954 publicó un trabajo sobre 4 e-studios Hospital de Clínicas de Montevideo encontra
necrópsicos de pacientes con E.H. fallecidos ron 6 casos (1,2. % ) asociados de cirrosis y
por otras causas y en los que dicha afección equinococosis. Dos casos de irrosis de Laenec
no había sido diagnosticada. correspondían a .2 alcoholistas; 1 caso de ci
Después de analizar toda la documentación rrosis postnecrótica, posthepatitis; 1 c- aso de
experimental (282,316, 2,15) hasta esa fecha cirrosis biliar pero secundaria a la ligadura
estableció que: "el mecanismo de la atrofia accidental del colédoco. En 2. casos no se pudo
en la E.H. se debe a un proceso gradual en el determinar la anatomía patológica. En estos
que intervienn la oclusión lenta de elementos pacientes, los autores (92) demostraron la no
portales, arteria hepática y canales biliares. En vinculación etiopatogénica entre uno y otro
los 4 hígados estudiados no había evidencia de proceso. Es demostrativa la alta frecuencia
oclusión de una estructura más que otra; todas de la E.H. múltiple sin irrosis concomitan
habían sido envueltas y comprometidas lenta te (45, 92), que corrobora la asociación acci
mente por la ,cápsula fibrosa adventicia!". dental o simple ,coincidencia (45, 92), sobre
Mallet-Guy y Tavares (.309) al estudiar ex todo en el campo "donde la hidatidosis, alco
perimentalmente los e-fectos de las ligaduras holismo y disalimentación son frecuentes" (92).
de las venas suprahepáticas sobre Ia circula 2,. Cirrosis biliar. Es la etapa final •de una
ción (congestión, anastomosis intersuprahepá colestasis intra o extrahepática crónica donde
ticas, etc.) demostraron que a la larga se pro- el factor obstructivo es el elemento fundamen
uce una atrofia y una fibrosis subsecuente. tal (92, 103) lo que está demostrado experi
Estos hechos han sido avalados por la clínica mentalmente (215, .239).
la anatomía patológica. La fibrosis secundaria a la colestasis se hace
La atrofia indirecta de causa vascular o biliar más intensa cuando la infección está asociada
puede estar en el mismo sector del Q.H. o en llegándose más rápidamente a la cirrosis bi
otro; la topografía depende del pedículo afec liar (332).
tado (14). Pequeños quistes profundamente si Dévé (255) reportó una cirrosis biliar mo
tuados, yuxtasuprahepáticos o vecinos al hilio nolobar en un cordero producida por la com
hepático, pueden dar graves atrofias. presión crónica de un grueso conducto biliar
A esta atrofia indirecta debemos agregar la parahiliar.
atrofia por compresión directa ·del parénquima Muñoz Monteavaro y Negrotto (103) no
por el desarrollo expansivo del quiste (255). mencionan la E.H. como causa de cirrosis
Puede hacerse de dentro hacia afuera, por Q.H. biliar. Martínez Prado y Gómez del Valle
gigante central del lóbulo derecho (271), o de afirman que: "el Q.H. abierto en vías bilia
afuera hacia adentro en los casos de E. múltiple res (Q.A.V.B.) es una razón etiológica que
perihepática (52 ,45). teóricamente cabe dentro de la cirrosis biliar
La colangiografía (31,203), la angiogra pero no ,conocemos ningún caso indiscutible en
fía (196,197, 86, 87) la centellografía han per- nuestro país" (92).
450 Y. PORAS
nicas o con patología biliar asociada. La múl Caroli (�18) y Hess (281) afirman que ésta
tiple supuración en el E.H. múltiple conduce es inofem¡iva hasta tanto no se produzca una
casi siempre a evoluciones severas. retención biliar, que ocurre frecuentemente en
La E.H.S. es prácticamente la antesala de la E.H. 1n las oclusiones completas de la vía
todas las complicaciones naturales y está en la biliar, neqplasmas sobre todo ( 281), no es fre
base de las más graves complicaciones postope cuente la infección; "esta es una complicación
ratorias. En este sentido Dew (258) expresó clásica dl la obstrucción incompleta de las
en 1928: "debido a la producción de adheren vías biliares" (281).
cias entre el quiste y otros -órganos, y la relati La mayoría de los autores consideran que
vamente lenta difusión de los procesos supu la ruta bqiar es la más importante. La ruptu
rados, la ruptura en pleura, bronquios, y canal ra en órganos vecinos (colon) o la comunica
alimentario pueden ocurrir, y no hay duda que ción con los bronquios agregan otro tipo de
en la mayoría de tales complicaciones la su bacterias, así como la contaminación exógena
puración es la precursora y a menudo la causa que se prpduce luego de drenar un Q.H.
de la ruptura". La adventicitis simple o supurada, supura
Larghero (74} la encuentra en un 18 % de ción del S!CO visceral (45) es el punto de par
sus enfermos. Nosotros en un 29,4 % . La re tida de lo� proc. esas supurados hacia la cámara
lación con otras complicaciones fue la siguiente parasitariq o hacia el parénquima hepático (45).
en nuBtra ,erie: En un principio se puede constituir un •derrame
biliar supurado, al que Ivanissevich (28 . 6) lla
Supuración sola . . . 57 ,8 % (22 casos) mó bilionw perivesicular; el espacio inter, cis
Q.A.V.B.(9) y colangitis(5) 36,8 % (14 " )
toadventicfal de virtual se hace real. La mem
Tránsitos hepatotorácicos . 5,2 % ( 2, " ) brana parasitaria degenera y termina por
Encontramos 3 supuraciones metastásicas, y romperse ,iando salida a las vesículas hijas a
, pioneumoquistes. En las 6 muertes de la se la cámara parasitaria (45). La adventicia se
rie, hubo supuración en 5. convierte en una verdadera membrana pióge
En algunos casos la infección es de baja na (74) qµe exuda al inte,rior de la cámara
·irulencia, aislada por la reacción adventicia!, pus, bacterias y restos de desintegración celu
lo que explica la aus:mcia de signos toxiinfec lar. La infección se propaga: por vecindad al
ciosos. Bastaría el acto operatorio para difun parénquima hepático o a través del intersticio,
dir la infección en el hígado y en la sangre. linfáticos, vasos sanguíneos o canalículos bilia
Ictericias transitorias, hipotensión y algunas res. Si la comunicación a la vía biliar prin
manifestaciones renales postoperatorias son el cipal es amplia se produce un verdadero in
resultado de sepsis a gram negativos. cendio angiocolítico de todo el órgano. Un
ProtoLogía. La flora es polimicrobiana seme punto de discusión es la existencia d e formas
jante a la fecal: enterococo, coli, proteus y supuradas en Q.H. hialinos. Ivanissevich .286)
saprofitos. La presencia de gérmenes anaero ha observado tromboflebitis en la vecindad de
bios, perfringens y estreptococo, dan lugar a una hidátide hialina por propagación del pro
la formación de gas con su consecuencia: pio ceso infecqioso adventicia!. Chifflet (45) ex
neumoquistes hidatídicos del hígado (108, 109). presa que: "una supuraci-ón del saco visceral
Dew (258) daba cifras de un 15 a 20 % de se puede extender a todo el hígado y vías bi
supuraciones piogaseosas. En la actualidad son liares encontrándose una hidátide entera, lím
menos frecuentes dada la mayor sensibilidad pida y tensa ,con líquido cristal d e roca". Se
a los antibióticos de dichos gérmenes (286). admite que el pus puede ocupar el espacio pe
Se discute las vías de llegada de los gérme rivesicular y la hidátide mantenerse intacta.
nes. Para Larghero (74) y otros autores (332) Según la evolutividad del proceso se pueden
el hígado -contiene normalmente .gérmenes in considerar un absceso hidatídico agudo o un
testinales traídos por la sangre portal, y que absceso fríp, "cuyo pus sorpr€nde al cirujano
se encontrarían en los espacios porta. A favor por la aus!ncia de manifestaciones regionales
cita 2 hechos: 1) la putrefacción rápida post o clínicas" (45). En este caso las descargas
mor• tem del hígado; 2) . el desarrollo rápido de bacterianas y purulentas se han hecho a la
anaerobios luego de la ligadura de la arteria cámara parasitaria (45), mientras la adventi
hepática (74). El hígado sería un eliminador cia fibrosa�a ha impedido la absorción y el
normal de gérmenes hacia la bilis. Por vía pasaje d e productos bacterianos. Esto explica
sanguínea los microbios llegarían a la bilis y la latencia de muchos Q.H. supurados (258).
con ella pasan al intestino (286). La supuración es rara en el niño; el 90 %
La impor ancia de la vía arterial sería des de los Q.H. supurados se ven en los adul
preciable dada la ausencia casi total de focos tos (255).
sépticos en el curso de las septicemias. Los El pus es turbio, teñido en bilis y más o
estudios bacteriológicos en el hígado normal menos fétido. Este carácter era aceptado an
del perro han mostrado una rica flora anae tiguamente para diferenciar las supuracion€S
robia mientras que en los de hígado humano verdaderas de las falsas (258, 74).
han sido completamente asépticos (164). Los estudios bacteriológicos (pus, bilis, pa
Para Gilbert y Lippman (267) el colédoco rénquima hepático), son los elementos que ob
es un habitat normal de una rica flora bacte je,tivaran los gérmenes causales (74).
riana aerobia y anaerobia. Según Hess (281) El ga3 está constituido por C02 , metano y
las vías biliares no son necesariamente esté ácido sulfhfdrico, que le dan el olor particu
riles, especialmente el colédoco inferior. As lar (258). El gas puede provenir de una co
choff (191) demostró bacteriocolia en la tercera municación bronquial, digestiva o ser secun
parte de todas las investigaciones practicadas. dario a punciones diagnósticas (109). Se ha
452 Y. PORRAS
descrito neumatosis de la vía biliar (109). La El drenaje del Q.H. supurado mejora al en
supuración no impide la fertilidad de la larva; fermo y a su ictericia. La apertura del co
así lo ha demostrado Casiraghi (221). lédoco si bien es útil es difícil, laboriosa y
La larga evolución y los procesos legenera prolongada y con la posibilidad de una este
tivos pueden cambiar el aGpecto de la supura nosis en el futuro.
ción y el cirujano creerá estar en presenciá de El siguiente es un ejemplo claro:
un absceso hepático inespecífico. El examen
microscópico mostrará en este caso los ganchos '. M., hombre, 50 aias, Desde hace varios años he
característicos (258, 255, 74, 45). patomegalia por lo que ha sido tratado como un cirró
tico. Doce días antes del ingreso ictericia, coluria, aco
Larghero (74) clasifica la E.H.S. en supura lia, oligoanuria marcada y cuadro toxiinfeccioso. Quie
ción a foco único o focos múltiples. Esta úl nes lo ven piensan en la descompensación terminal de
tima la daGifica en: 1) por E. intrahe,pática una hepatopatía crónica. Ingresa muy obnubilado, don
múltiple; 2) por E. múltiple interhepatofré de se comprueba el síndrome pigmentario y la deshi
nica o subhepática; 3) flemón difuso; 4) abs dratación extrema, Llaman la atención dos hechos: la
cesos angiocolíticos múltiples. ausencia de elementos clínicos de insuficiencia hepa
Clínica. Piaggio Blanco y Sanguinetti ( 130) tocítica crónica y la existencia de dolor y defensa en
clasifican los síntomas de la siguiente mane hipocondrio derec'ho y flanco. Rx.• de tórax y de ab
ra: 1) síntomas dependientes de la repercu domen s/p., urea en sangre 3 gr. 20. Diagnóstico pri
sión general; 2,) por la repercusión sobre las mario: peritonitis biliar por perforación vesicular o
víaG biliares; 3) por las alteraciones propias Q,A,V.B. Se realiza terapia intensiva durante 24 horas
del quiste; y 4) por síntomas de vecindad ( plasma, sueros, Lasbc, Wyamine, antibióticos, etc.), en
(pleurales, lumbares o abdominales), que de que mejora francamente, Recupera la diuressi y el sen
penden de la topografía de la E.H.S. sorio. La urea desciende a 1 gr, 80. La defensa ab
La hipertensión dentro del absceso hidatídi dominal retrocede y permite palpar una gruesa hepa
co explica la intensidad de la hepatalgia y de tomegalia irregular, Se interviene con diagnóstico de
los síntomas generales (258), y favorecen la Q,A,V.B. con obstrucción mecánica del colédoco. Ope
producción de hepatitis difusa. Los síntomas ración: 15/V/73 (Y.P. y H.M.). Se comprueba enorme
mejoran cuando la tenGión cae por el drenaje hepatomegalia roja con zonas amarillentas del tamaio
espontáneo o quirúrgico del Q.H. de una cabeza de alfiler en toda la superficie del órgano.
Larghero (74.) resumió la clínica de un pa Existe un Q.H, gigante centrohepático del lóbulo de
ciente con E.H.S. en nuestro país: "hombre ,de recho calcificado y emergente por la cara inferior. Quis
campo con decaimiento marcado del estado tostomía y aspiración de múltiples vesículas hijas ape
general, con o sin ictericia, con hepatomegalia nas teñidas en bilis. El aspecto del Q,H, no explica el
dolorosa y circulación colateral debido al com cuadro clínico. Marcada inflamación del pedículo he
promiso de las radículas intrahepáticas de la pático y de toda la vía biliar extrahepática. Abordaje
porta por- edema intersticial". del colédoco, que es muy fino y con intensa coledo
La E.H.S., como ya vimos es de clínica po citis. Coledocotomía transversa. Hemobilia al abrirlo.
limorfa. Unas veces es un hallazgo operatorio, Nos queda la duda su origen: si fue por una compli
otras veces el cuadro dáGico ,de un Q.A.V,B. cación primitiva del Q.H. o por la quistostomía pre
o de un tránsito hepatobrónquico. via, aunque ésta fue exangüe, No hay obstáculos a la
Hoy en día no son comunes los pioneumo exploración mecánica de la vía biliar y los explorado
quistes. En casos extremos el hallazgo de la res pasan fácilmente al duodeno. No existe comunica
sonoridad suspendida en la base de,l tórax que ción franca con el Q,H, Se rota al enfermo al decúbito
podría confundirse con un neumotórax orien lateral izquierdo, drenándose por el 119 espacio inter
ta el diagnóstico (109). Hemos operado varios costal otro Q.H, posterior de aspecto similar, sin ele
pacientes con diagnóstico clínico de colecistitis mentos macroscópicos de grave supuración intraquística
aguda; la exploración demostró en ellos la exis como lo hacía suponer el cuadro clínico. Biopsia de
tencia de Q.H. supurados. hígado, Colecistostomía, Coledocostomía con tubo de
Las ictericias por angiocolitis más severas Kehr. Quistostomías, Drenajes perihepáticos. Evolu
las hemos visto en la E.H.S. Mariano R. Cas ción: fallece a las pocas horas. Anatomía patológica
tex (222,), al hacer el relato al .29 Congreso (Dr. L, M. Falconi): fragmento de hígado, microscópi
Nacional de Medicina en Buenos Aires en 1922 camente se observa fibrosis portal, pericolangitis, colan
decía refiriéndose a las supuraciones por Q.H.: gitis, mícroabscesos portales y centrolobulillares con
" ... no es el absceso hidatídico el proceso he los caracteres de una angiocolitis supurada; fragmento
pático de mayor trascendencia en estos casos, de adventicia fibrosa esclerocalcificada con focos de
sino las lesiones difusas <le angiocolitis y de exudación leucocitaria en las porciones periféricas, los
hepatitis degenerativa y hasta necrosantes, vasos linfáticos periadventiciales presentan abundantes
traducidas clínicamente por el cuadro de la depósitos leucocitarias.
ictericia grave, que implica siempre un pronós
tico sombrío, si bien no siempre letal". Comentario: 1) la ictericia en este enfer
Sanjinés y Tomalino (159) al hablar de trán mo fue por una auténtica angiocolitis supura
sitos hepatotorácicos por Q.H. abiertos inicial da; 2) se debería haber continuado el trata
mente en la vía biliar con ictericia franca miento médico hasta poner el enfermo en
afirman: "el hallazgo de un colédoco normal mejores condiciones operatorias; 3) se debe
significa que la obstrucción biliar se encuen tratar de discernir la causa d e la ictericia en
tra en el hígado o en los canales biliares in una E.H.S. en el preoperatorio (funcional he
trahepáticos". Para nosotros en enfermos con pático, gammagrafía, etc.), aunque es difícil
ictericia franca y con colédoco normal o fino en situaciones de urgencia y sobre todo en
la ictericia se debe en la mayoría de las si nuestros medios asistencials; 4) de todos mo
tuaciones a severas angiocolitis. dos el hallazgo de un colédoco fino con pedí-
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HIDATIDOSIS 453
culitis marcada debe hacer pensar que la causa minente con las gravísimas consecuencias que
de la ictericia es una angiocolitis; 5) la biop ello supone (74).
sia hepática y los estudios bacteriológicos de La posibilidad de focos múltiples y la fre
ben ser la regla; 6) llamamos la atención so cuente participación biliar obligan al cirujano
bre la hemobilia. a efectuar amplios abordajes. El drenaje de
Hemos visto en dos oportunidades E.H.S. sin el o los focos por quistoBtomía más el trata
sintomatología abdominal ni ictericia presen miento de las lesiones biliares, solucionará el
tándose -como síndrome febril prolongado. En problema. Ya vimos la importancia de los dre
uno el diagnóstico se hizo por punción, en el najes perihepático.s.
otro por gammagrafía. Tan importante como la cirugía es el ma
Diagnóstico. Se plantea de acuerdo a las di nejo de la sepsis; supone un conocimiento
ferentes complicaciones que acompañan a la acabado de las infecciones por gram negati
supuración, además de .síntomas locales y ge vos (355,155, .342).
nerales de supuración intrahepática. El error Se debe realizar:
más común de diagnóstico, que ocurre en un -estudios bacteriológicos y antibiogramas
37 % de los casos, es con la colangitis que seriados de la cavidad supurada, del trozo del
acompaña a la litiasis biliar (260). parénquima biopsiado, de la bilis y hemoculti
El absceso amibiano no es común en nues vos que orientarán una �ntibioterapia racional;
tro medio. Se plantea frecuentemente, el diag -reposición adecuada d e la volemia con con
nóstico diferencial con los abscesos subfrénicos. troles de preBión venosa, hematocrito, gases en
En la E.H.S. la leucocitosis en general es sangre, etc.;
alta; puede no serlo cuando la supuración es -combatir la vasoconstricción arteriolar que
abierto (258). producen las endotoxinas de los gram nega
Las reacciones inmunológicas son positivas tivos (Wyamine);
en más del 80 % de los casos por el aumento -diagnóstico y tratamiento de la repercu
de absorción de lo.s antígenos del líquido hi sión ·cardíaca que es constante y demostrada
datídico (258, 153). en estas infecciones;
-control (pre, intra y postoperatorio) de
La Rx. simple puede mostrar Ia hepatome la diuresis y mantenimiento de una buena fun
galia, calcificaciones, elevación del diafragma cionalida•d renal (Lasix).
o paresia del mismo, reacciones pleurales, ek.
En el pioneumoquiste se ve la clásica imagen Aunque Larghero (74) afirma "que Ia viru
hidroaérea (fig. . 6) ; el signo del camalote se lencia de la infección en los Q.H. supurados
viGualiza al flotar la membrana madre (109). es moderada", nosotros creemos que las muer
Otero describió la imagen de las pompas de tes en estas situaciones son debidas a angioco
jabón, correspondiente a vesículas hijas con litis severas con septicemias a gramnegativo.s,
gas en su interior, flotando en la zona líqui más que a la insuficiencia hepática. No se
da. Se ha descrito la neumatosis de la vía encuentran, salvo situaciones terminales o muy
biliar (108, 109). graves, alteraciones en el funcional hepático
de los enfermos con E.H. No hemos podido
Del Campo (49) ha utilizado la corona de confirmar por falta de laboratorio adecuado
punciones en semicírculo en el hipocondrio esta aseveración; pero la observación de los
derecho para localizar un Q.H. supurado y casos clínicos y la aplicación de medida3 de
planear el abordaje en el preoperatorio. tratamiento y reanimación utilizadas en el shock
El gammagrama hepático es de invalorable por gramnegativos nos ha permitido solucio
ayuda si -se ·cuenta con él (174, 175). nar enfermos que considerábamos perdidos.
Tratamiento. La E.H.S. es una situación de Es fundamental el control de la curva tér
verdadera urgencia quirúrgica donde se impo mica; si la fiebre no remite y el pa·ciente no
ne la e-vacuación inmediata pues la ruptura mejora se debe pensar: 1) mal drenaje por
hacia bronquios, vía biliar o abdomen es in- tubos tapados o en incorrecta posición; 2) la
presencia de otros focos supurados [otros Q.H.
abscesos angiocolíticos, focos adventiciales su
purados, complicaciones torácicas o abdomina
les, etc. (74)].
La evolución de la infección intrahepática
puede hacerse a bajo ruido, sobre todo cuando
persiste una cavidad residual y la antibiotera
pia no se utiliza racionalmente, como la .si
guiente observación.
L. G. de A., mujer, 52 años. Antecedentes de sufri
miento biliar. Ingresa con cuadro toxiinfeccioso y sín
drome coledociano. Hepatomegalia regular y dolorosa.
Se prepara para operar.
Operación: 6/V/70 (Y.P.) hepatomegalia congestiva
con zonas de degeneración grasa. Enorme Q.H. supu
rado centrohepático, pero con más contacto posterior.
Se aspiran 4 lts. de material puriforme, bilioso, con ve
sículas hijas sanas y otras con degeneración gelatinosa.
Frc. 6.- Ya se completó la resección (sectoriectomía Colecistitis subaguda litiásica. Colédoco moderadamen
lateral izquierda; g) estómago; j) ligamento redondo; te dilatado en un pedículo hepático edematoso y con
v) vesícula. (Y.P. y H.M.). adenopatías. Pancreatitis cefálica crónica. Se drena 1.
454 Y. PORRAS
Q.H. con una gruesa sonda Pezzer descabezada que se ( H.M.) se realiza toracotomía izquierda y tra
saca por el flanco en su zona posterior. Colecistecto tamiento del Q.H. por la técnica de Armand
mía. Coledocotomía. Viene bilis grumosa. El explora Ugón. A las pocas horas discreta erupción ur
dor no pasa al duodeno y existe la sospecha de un ticariana y leve dolor en hipocondrio derecho
cálculo enclavado en la papila. Duodenotomía trans donde se comienza a palpar una hepatomega
versa en la segunda porción del duodeno. Papila ede lia. A las 24 horas el dolor se vuelve intole
matosa y fibrótica, sin cálculos. Se realiza papiloes rable; la hepatomegalia es enorme, tensa y muy
finterotomía. Cierre cuidadoso del duodeno en tres pla dolorosa. La reintervención ( H.M.) por lapa
nos. Tubo de Kher. Tubos de goma perihepáticos. To rotomía, mostró un enorme Q.H. hialino que
dos los drenajes se sacan por contraabertura. había sufrido la complicación descrita por
Evolución: previa colangiografia normal, alta a los Chifflet y Suiffet ( 34). El mecanismo inmu
40 días. Reingresa 4 meses después. Decaimiento. Fe noalérgico fue .claro. IOs corticoides, pre e
brícula. Fistula purulenta por el orificio del tubo de intraoperatorios, en altas dosis, pueden ser be-
quistostomía. La fistulografía mostró una cavidad re neficiosos.
sidual con un nivel en la zona posterosuperior del ló
bulo derecho del hígado.
Segunda operación: 22/X/70 (Y.P.). Reseceión de lll VIII) REPERCUSION Y COMPLICACIONES
costilla. Fondo del saco pleural sinequiado. Se llega BILIARES
a una pequeña cavidad residual anfractuosa. Lavado, DeGde el parásito al polo duodenal el siste
polvo de cloromicetina y drenaje. ma biliar puede presentar alteraciones de gra
Evolución: inmediata buena. Alta al 159 día del post
do variable ( 2.71). El estudio de nuestra serie
operatorio. Pasa bien casi 5 meses en que reingresa mostró que la repercusión y las complicacio
febril, con tumefacción tensa y dolorosa en epigastrio nes biliares se hicieron presentes en 50 de los
muy adherida a la pared. 129 enfermos estudiadlos (38,7 %). En casi el
Tercera operación: 24/III/71 (Y .P.). La punción an total de estos 50 enfermos se realizó algún mé
tes de operar trae pus achocolatado. Se interpreta co tod'o operatorio, por diversos motivos, sobre la
mo "otro quiste supurado". Se drena sin romper adhe vía biliar inira o extrahepática. El resumen
rencias. Sigue febril sin mejoría franca a pes-ar del de las lesiones encontradas es el siguiente:
tratamiento. El 4/IV/71 cuadro de distensión abdomi
nal, vómitos, reacción peritoneal; la Rx. de abdomen Litiasis biliar 18,6 % (24)
muestra elementos claros de peritonitis. Q.A.V.B. . . . . . . . . . . . . . . . . . 6,9 % ( 9)
Cuarta operación: 4/IV/71 (Y.P.). Se aspiran varios
Adherencia adventicia! a la
litros de pus del abdomen. Lóbulo izquierdo hipertro vía biliar extrahepática . . . 9,3 % (12)
fiado, congestivo, oscuro, sembrado de múltiples abs Colecistitis aguda 3,1 % ( 4)
cesos angiocolíticos y rodeado de falsas membranas. En Vesícula fresa 1,5 % ( 2)
la parte posterosuperior existe un absceso del tamaño Pancreatitis aguda edematoGa 1,5 % ( .)
de una naranja perforado en peritoneo libre. La en Pancreatitis crónica ........ 0,8 % ( 1)
ferma fallece al 109 día del postoperatorio luego de Odditis estenosante (litiasis
sufrir cuatro operaciones en un año. asociada) 0,8 % 1)
Comentario. La infección biliar cromca, en
mascarada por la antibioterapia hizo todas las Además en 4 enfermos la angiocolitis estu
etapas de difusión de una sepsi3 intrahepática. vo presente •como manifestación- domina-nte.
La persistencia de la cavidad residual por no Aunque en la serie hay lesiones que muchos
haber agregado un drenaje posterior en la pri autores conGideran asociadas, las incluimos, da
mera intervención y el uso d e antibióticos sin da la frecuencia de las mismas en nuestro me
antibiogramas, fueron decisivos en la mala evo dio y la posible vinculación etiopatogénica con
lución de esta enferma. la E.H. Las lesiones supuradas y fibrosas se
cundarias al compromiso biliar fueron estu
diadas anteriormente.
Supuración metastásica (34)
Fue descrita por Chifflet y Suiffet .34.). Se A) Q.H. abiertos en vía, biliares ( Q.A.V.B.).
trata de una complicación a tener en cuenta
en la E. múltiple. La causa es la propia in En la Sociedad de, Medicina de Montevideo
tervención ( 34). Al operar un Q.H. hialino el el 29 de agosto de 1902, Morquio (102) pre
pasaje de líquido hidatídico a la circulación �entó el caso de un niño con 2, Q.H. operados
hace que Ge produzca una reacción alérgica de por Mondino. El niño falleció, y en el infor
hipersensibilidad; se exterioriza a nivel de la me de la autopsia se señalaba que "las vías
adventicia rica en neovasos de otro Q.H. hia biliares estaban dilatadas con el aspecto de un
lino, el que toma un aspecto supurado, crece asa intestinal, un Q.H. del lóbulo derecho abier
y tiene tendencia a romperse y complicarse. to en las vías biliares y éstas totalmente obs
La supuración es abacteriana pero cuando ocu truidas por membranas hidáticaB".
rre en el mismo parénquima hepático la in En marzo de 1925 Prat y Piquerez (139)
fección no puede descartarse. Tenemos varias decían: "llama la atención el silencio clínico
observaciones. La más demoGtrativa es la si sobre esta complicación del Q.H. que aunque
guiente: no muy frecuente tiene que haberse producido
B.G., hombre, 47 años. Ingresa al servicio en .nuestro medio"; y agrega que "hasta 1920
por enorme Q.H. hialino del pulmón izquier el Q.A.V.B. había pasado desapercibido para
do, cuyo diagnóstico se hizo en un catastro nosotros".
radiológico. Ausencia de elementos clínicos y Dieulafoy (2.43) en 1904 y Quenu (334) en
funcionales de sufrimiento hepático. El 8/8/64 1906 habían descrito muy bien esta complica-
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HI�ATIDOSIS 455
0�1
torio".
Del Campo (48) en 1933 estableció .concep 1
tos fundamentales, y Marella (89) publicó en
1955 su excelente tesis. Existen numerosos tra
bajos en nuestro medio (82, 140, 70, 56, 21, 88,
89, 90).
En la Argentina son de destacar los traba
jos de R. Finochietto (264), M. R. Castex (222)
el libro publicado por Cereseto (224) y muchos
otros.
El conocimiento de los Q.A.V.B. se debe a
la escuela rioplatense y a la escuela francesa
de cirugía (258).
1) Definición y concepto. La comunic.ción
o la apertura fr:nca de un Q.H. se hace con .. .
\ �f�
la vía biliar intrahepática y en modo muy ex
cepcional con la vía biliar extrahepática (89). f
Se deben distinguir .3 situaciones anatomopa
tológicas (89, 90) que fueron señaladas por Del
-s
Campo (48) en 1933.
Primera situación (fig. 7). El Q. H. comu
cando .con las V.B. pero con hidátide ínte
gra (89). Existen pequeños canales horadados
tangencialmente por la hidátide, pero tapona-
. dos por la mayor presión de la misma [40 a
60 cm. de H20. (195)J. La comunicación al Fra. 7.- Situaciones patológicas en el Q.A.V.B. A) Quis
espacio perivesicular es virtual, pero potencial te en contacto con un canal biliar. B) Quiste en sim
y probablemente antes de que ella ocurra está ple comunicación: 1) biliom·a perivesicular; 2) despeños
el camino abierto para la infección (89, 90). purulentos y bacterianos a la V.B.; x) membrana hi
Segunda situadón (fig. 7). A ella se llega dática insinuándose a través de la comunicación. C)
por la formación de una colección biliar y Q.H. roto y evacuado en V.B. La membrana madre ha
séptica [bilioma perivesicular (286)] que con quedado retenida en la cámara parasitaria. Hay restos
duce a la ruptura de la membrana madre del parasitarios en la V.B. en tránsito al duodeno. 3), 4) y
Q.H. ya alterado; pasando el contenido quís 5): Jugares de menor calibre normal de la V.B. más
tico a la V.B. (89). aptos para el enclavamiento de los restos parasitarios.
Tercera situación (fig. 7). Ocurre cuando el D) Obstrucción hidática de la V.B. 6) el parásito se
contenido hidático ha producido una obstruc ha evacuado totalmente; 7) han pasado restos hidáticos
ción de la V.B. principal. Prat y Piquerez (139) a la V.B. accesoria; 8) tapón hidático detenido en el
consideraban solamente a esta situación como colédoco terminal; 9) canal pancreático. [Imitado de
Q.A.V.B. y para ello era necesario una comu Larghero (74) y Marella (90)].
nicación amplia, fácil pasaje de elementos hi
datídicos a la V.B. y obstrucción mecánica
de la misma. municación quistobiliar puede pasar de5aper
R. Finochietto (264) exigía alguna de estas cibida en el acto operatorio y hacerse evidente
3 condiciones para definir el Q.A.V.B.: hida en el postoperatorio inmediato por la presen
tidemesis o hidatidentería, hallazgo de ganchos cia de una bilirragia inesperada, o en posto
en el líquido duodenal o en las materias feca peratorio alejado por una cavidad residual que
les, o comprobación anatómica (quirúrgica o descarga su contenido biliopurulento en la V.B.
necrópsica) del contenido quístico en la V.B. De nuestros 9 enfermos 7 pertenecían a la
En general las situaciones .2.� y 3� son las segunda y dos a la tercera situación.
más aceptadas como Q.A.V.B. (88, 89, 90). Ya vimos al estudiar las le,iones del parén-
Afirma Marella (89) que "todos los casos ' quima hepático que fundamentan el concepto
comprendidos dentro de estas 3 posibilidades de Chifflet (40) al considerar a la E.H. como
pueden ser considerados con un criterio am afección hepatobiliar. El tratamiento debe es
plio como hidatidosiG abierta en V.B., y que tar conducido a: "tratar, además del Q.H., el
del punto de vista anatomoclínico esta com problema hepático y el biliar si se quiere ser
plicación oscila entre una manifestación míni radical en la terapéutica" (40, 89).
ma que es la simple comunicación bilioquística 2) Frecuencia. Para Larghero (74) es des
a la manifestación máxima que es la obstruc pués de la supuración la ·complicación ms
ción del hepatocolédoco por membranas hidá frecuente (5 a 8,5 % ).
ticas". Cuando hay ictericia obstructiva el Para C�siraghi (2.21) la complicación más
diagnóstico es fácil (89); pero la simple co- frecuente es la rotura del quiste en la cavi-
456 Y. PORRAS
X) REPERCUSION Y COMPLICACIONES
VASCULARES
Concepto. El Q.H., proceso expansivo de
crecimiento lento, produce casi siempre modi
ficaciones vasculares anatómicas y hemodiná
micas muy especiales y difíciles de reproducir
experimentalmente (282). La frecuente com
pensación vascular y la intrincación con lesio
ses de origen biliar y parasitario ha hecho,
que hasta no hace mucho tiempo, fuSen je
FIG. 16.- 1) Quistografía: a) Q.H. calcific�do; b) Tubo rarquizadas. Los estudios angiográficos han
de quistostomia. 2) Colecistocolangiografia luego de ad llevado a un profundo conocimiento del tema.
venticectomia secundaria: b) Tubo de drenije; c) Resto La Escuela Argelina (196) fue la primera en
de adventicia calcificada pegada a la vena cava inferior; aplicar la esplenoportografía (E.P.G.) al estu
d) Colecistostomía. dio de la E.H.
Luego se han empleado otras técnicas de
portografía pre, intra y postoperatoria que jun
Tratamiento efectuado y resultados. to a la cavografía y a la arteriografía permi
Quistectomías 7 (buena evolución) ten una angiografía total del hígado. La gam
Resección atípica 1 ( " " ) magrafía y el estudio del pool sanguíneo ab
Quistostomías 7 ( 3 evolución buena) dominal permiten un fácil conocimiento de
( 3 fístulas purulentas) muchos aspectos circulatorios de la E.H. [hi
, l fístula duodenal) pertensión portal, hipertrofia compensadora,
No operados .. 8 etc. ( 3, 150, 196, 345, 86, 27
. 9, 87, 350, 174, 165,
166,46, 47) ].
En nuestro medio Barreneche (12) presentó
Tratamiento de las fístulas externas el primer trabajo de conjunto. B. Ríos (154)
crónicas en el Q.H.C. comunicó un caso de várices unilaterales que
desaparecieron luego de evacuar el Q.H. Fe
En nuestro medio Blanco Acevedo (17), rreira Berrutti y col. (58) publicaron el pri
Chifflet y MuSGo (35), Suárez Meléi.dez (168), mer caso de síndrome de Budd Chiari. El es
Ardao (6), Larghero (75) y Palma (110) se tudio más completo y mejor documentado en
han ocupado de este aspecto del teµia. nuestro medio es el trabajo de Maquieira (86)
En el Q.H.C. la fistulización constituye la en el cual basamos este capítulo.
secuela casi obligada luego de la quistosto El estudio queda limitado a la repercusión
mía (168). Suárez Meléndez (168) tas clasifica intrahepática que producen las lesiones vascu
en formas bilirrágicas, hemorrágicas y puru lares. Quedan excluidas las diferentes mani
lentas a las que nos vamos a referir escueta festaciones del embolismo hidatídico pulmo
mente. Se considera constituida la fístula si nar (24,285, 338,55) y las hemorragias.
la supuración persiste a las 4 semanas de la
operación (74).
En una primera etapa se debe realizar un Consideraciones generales.
enérgico tratamiento médico (antibioterapia lo Vamos a señalar varios hechos:
cal y general basada en estudios bacteriológicos -La capa externa de la adventicia es rica
y antibiogramas seriados) controlando la po en capilares de neoformación (7) y por fuera
sición de los tubos. El tratamiento quirúrgico de ella existe una zona de mayor densidad vas
es grave y puede significar la abstención en cular, bien visible en los estudios angiográfi
pacientes de riesgo. Se debe intentar la extrac cos y secundaria a la distorsión y compresión
ción de los restos calcificados con pinzas ade producida por el parásito (86,87,350,165,166).
cuadas, con maniobras suaves, a través del tra -Existe una zona llamada hígado o lóbulo
yecto o del tubo. Si no es posible se debe ir medio por Bourgeon (207,209), o zona peli
al abordaje de la cavidad residual para extraer grosa .231,232) que es aquella zona "donde
la adventicia excocleada o realizar algún tipo se ramifica el pedículo glissoniano, convergen
de adventicectomía (32) o de hepatectomía (205, las venas suprahepáticas (S.H.) principales y
114, 32). cuya cara posterior está recorrida por la vena
COMPLICACIONES EPATOBILIARES DE LA HIDATIDOSIS 467
cava inferior que recibe las venas S.H. acce de un caso de obstrúcción de la vena S.H. iz
sorias. Un Q.H. localizado en esa zona mo quierda por trombosis: ... "la vena S.H. iz
difica la circulación de entrada y salida de la quierda y todas .sus ramas estaban trombosadas.
glándula así como contrae íntimas relaciones Esta oclusión por las membranas hidáticas. fue
con el árbol biliar" (207). EO la zona de más crónica como puede demostrarse por las imá
riesgo quirúrgico y la que señala la mayor po genes de organización de los trombos que · se
sibilidad de complicaciones vasculares (12, 14). encuentran en las venas S.H." ( 58).
-El Q.H. puede estar en contacto con los La trombosis de la vena porta puede ir se
elementos del pedículo glissoniano que trans guida de abscesos hepáticos diseminados (2,22).
curren juntos (arteria hepática, vena porta y
árbol biliar), o con elementos del sistema ve ludificaciones vasculares en el hígado.
noso S.H. cava. Estas relaciones - son más im
portantes cuanto más grandes, más profundos Ya vimos al estudiar las lesiones en el pa
o existen mayor núme,ro de Q.H. (86, 87). rénquima hepático cómo el compromiso cir
-Pueten existir ricas mallas venosas de de culatorio incide en la atrofia, fibrosis y con
rivación: periparasitarias, interlobulares, sub gestión hepática (197, 198,31, 74, 86, 45).
glissonianas e inter-S.H. (109, 309). La hipertrofia compensadora fue denomina
-Las relaciones vasculares topográficas nor da por Chauffard (234) en 1896 hipertrofia
males están perdidas por la distorsión que el vicariante. Cuando el hígado es destruido, re
o los Q.H. provocan en dichos elementos o secado o comprimido como en la E.H. se pro
por la hipertrofia compensadora. Estas rela duce una regeneración de los hepatocitos que
ciones alteradas son mayores en la E. múlti puede exceder la cantidad perdida (74). Se
ple (86). ha demostrado una acción hormonal al colo
-El bazo puede agregar un componente "es car en parabiosis una rata sana con otra a la
plenógeno", a la hipertensión portal al estar que se le ha resecado parte del hígado· la
vinculado anatómica y funcionalmente a la cir primera desarrolla una intensa regenera�ión
culación hepática (105). hepatocítica (332.).
-El riñón derecho afectado de hidatidosis Existe una seudohipe-rtrofia o ingurgitación
puede modificar la circulación hepática y a su venosa que aparece quirúrgicamente como un
vez puede ser modificada por la equinococosis hígado grande y congestivo que Se deprime en
del sector posterior del hígado (39, 86, 45). "godet" y que a veces no s diferenciable del
-Existe un equilibrio circulatorio que pue hígado normal o hipertrófico (86, 87). Si se
de ser roto por la intervención quirúrgica mantiene va a la atrofia e impide el desarrollo.
(trombosis, edema, dislocación) y ser causa de de la hipertrofia compensadora (86, 87). En
insuficiencia hepática severa (31, 86). la E.P.G. se visualiza en la fase de hepato
grama el que se hace prolongado y denso (86).
Alteraciones de los vasos provocadas La hipertrofia verdadera es el resultado del
por ia acción del Q.H. (li). mayor flujo portal al sector no comprometi
El re,chazo y dislocación vascular es la mo do (197,86); se desarrolla en relación a la
dificación más frecuente. Ha sido puesta en lenta destrucción que provoca el parásito en
evidencia por las diferentes técnicas angiográ el hígado (197, 86) y para que se produzca es
ficas. Otras veces provoca obliteraciones con necesario que no exista compresión portal a ni
o sin trombosis y aun comunicaciones patoló vel de las partes sanas de la glándula ni obs
gicas del Q.H. con los mismos (12). La obs táculo de salida a nivel cavo-S.H. (197, 206, 86).
trucción completa que se traduce Rx. por una Macroscópicamente existe un aumento global
amputación vascular es más frecuente en el de la glándula que no Se diferencia del hígado
sector venoso S.H. de pared más fláccida (12, normal (86). Puede deformar por sí sola una
86). El sistema portal al tener una pared región toracoabdominal (74). Cuando se intrin
musculoelástica es algo más resistente. El sis can los procesos de hipertrofia verdadera y de
tema arterial más firme y elástico aún, con seudohipertrofia se produce una hipertrofia
régimen tensional más alto es rechazado y dis disarmónica (45). En la E.P.G. la hipertrofia
locado sin sufrir alteraciones en su luz (12, 86). verdadera presenta una red vascular armóni
Durante mucho tiempo la adventicia y la ca (86, 87).
pared de las venas conservan su independen Touyá y col. (175) estudiando los gamma
cia. Más tarde se vinculan por bandas de fi gramas hepáticos de 291 pacientes con E.H.
brosis periquística (261) llegando a tener una concluyen que:
pared común (285). La trombosis parietal es -la hipertrofia compensadora está presente
más frecuente en los Q.H. supurados (244) en la E.H.;
mientras que las luces vasculares son indife -no es fácil distinguir la hipertrofia com
rentes en los Q.H. no complicados (255). La pensadora del desplazamiento del parén
trombosis puede evolucionar como cualquier quima en los Q.H. únicos gigantes y en
trombosis venosa: migración y embolias sépti la E. múltiple;
cas, fibrosis, recanalización, etc. La hipercoa -la ausencia de hipertrofia compensadora
gulabilidad favorece dicha situación. es más frecuente en quistes pequeños, me
La adventicia al exfoliarse en el postope dianos con desarrollo extraparenquimato
ratorio puede ser causa de severas hemorra so, en Q.H. de segmento lateral del lóbulo
gias (12, 7). La vinculación quistovascular es izquierdo y en la E. múltiple;
el gran riesgo de la cirugía de exéresis de la -la hipertrofia compensadora se ve también
E.H.(12.). en tumores benignos y en un 24. % de
Es muy ilustrativa la descripción de la pie los tumores malignos de lento crecimien
za de necropsia que hacen F. Berrutti y col. to (174,175).
468 Y. PORRAS
,De la combinación de los Q.H., de las zo pática. Pueden ser quistes pediculados subhe
nas de atrofia y de hipertrofia dependerá la páticos, E. peritoneal secundaria subhepática
forma del hígado (45). Los del lóbulo dere o quistes extrahe,páticos (riñón, páncreas, etc.).
cho cursan con hipertrofia del izquierdo, los Cursan con presiones portales elevadas .202),
de éste, con hipertrofia del derecho menos mar 74,138).
cada; los del lóbulo cuadrado (seg. 4) cursan -Q.H. de la cúpula o domo hepático. Son
con atrofia del sector lateral izquierdo (seg. los Q.H. posterosuperiores del lóbulo derecho.
2, y 3) e hipertrofia del lóbulo derecho [seg. Se caracterizan por: la supuración, están casi
5, 6, 7 y 8 (45) ]. En la hidatidosis múltiple siempre abiertos en V.B., tienen tendencia a
del niño, intra o perihepática, predomina la transitarse al tórax, impiden el flujo de la ve
atrofia sobre la hipertrofia compensadora adop na S.H. derecha superior y a veces de la S.H.
tando el hígado la forma de una bolsa de nue media y pueden producir además alteraciones
ces (45). del pedículo glissoniano homólogo (202, 209).
La hiperplasia se puede hace,r en forma de -Q.H. del hígado medio. Si se tiene en
nódulos; si asientan en la cara superior pue cuenta que no hay más de 4 cms. (112) en
den deformar el diafragma y topografiados en el tre la bifurcación del pedículo glissoniano y
hilio hepático pueden comprimir los elementos el carrefour S.H. se comprende la gravedad de
vasculares que por allí transitan (45). La hi estas localizaciones. La compre,sión de los pe
pertrofia del lóbulo de Spiegel (seg. 1) puede dículos de entrada y salida (interporto-S.H.)
comprimir la vena cava inferior (199,202,). cursa con alta hipertensión portal.
Maquieira (86) estudia la topografía en re
Fisiopato,ogía de !a hipertensión portal lación a la supe,rficie del hígado y los divide
en !a E.H. (199, 202, 74, 86). en: centro-hepáticos, eme,rgentes y perihepáti
cos. Los primeros se presentan como una he
1) Más importante que la cifra de hiper patomegalia regular, y pueden ser de diagnós
tensión es el mecanismo patogénico puesto en tico difícil si no se cuenta con centellografía
juego: compresión, trombosis o fibrosis (202.). o estudios angiográficos (86). En los segun
La hipertensión portal se produce en la E.H. dos, parte · de la esfera está en pleno parénqui
por uno o varios •de los siguientes mecanis ma y parte exteriorizada. Los Q.H. perihepáti
mos: 19) por compresión o trombosis de las cos son de implantación superficial, corticales
venas S.H. o de sus ramas; 29) compresión y se pueden clasificar en margipales, angula
o trombosis de la vena porta o de sus ramas; res o polares inferiores y en quistes pedicula
39) por la suma de las situaciones .2, y 3,; 49) dos (207). Chifflet (33,38) los llamó cuando
por compresión del lecho vascular y del pa asentaban en los bordes, quistes del orillo he
rénquima por la pre,sencia del Q.H. como ma pático. Su repercusión es mínima cuando el
sa; 59) por a trofia y fibrosis hepática secun crecimiento es abdominal. Capítulo aparte me
daria a trastornos vasculares, biliares, infec rece la E. múltiple peritoneal secundaria peri
ciosos e inmunológicos; 69) por obstrucción hepática. Ha sido señalada por Chifflet y Del
completa y prolongada del colédoco (128,138); Campo (36,44, 52) la gravedad de los que
79) por factores de origen esplenógeno, estan asientan en la logia interhepatodiafragmática
do todavía este mecanismo no bien dilucida que es la logia más rígida de todo el abdo
do (4,105). De acuerdo a iste resumen el men (44). La hipertensión portal es frecuente
obstáculo a la circulación portal puede ser pre, al quedar el hígado y sus pedículos aprisiona
intra o posthepático. Pero lo fundamental es dos; la hipertrofia compensadora es imposible
establecer aquellas situaciones no reversi,bles y el parénquima hepático puede quedar redu
definidas po1· la organicidad de la causa: fi cido a un pequeño nódulo central (44). "La
brosis o trombosis. insuficiencia hepática que aparece luego de
2.) Tres factores gravitan además en la gra una o dos inte r, venciones lleva al paciente a
vedad de la,s complicaciones vasculares: el ta la muerte" (44).
maño, la topografía y el número de los Q. 3) La hidatidosis renal al crecer modifica
H. (86). Los Q.H. mayores dan alteraciones la posición del riñón (39); los quistes se pue
más importantes, pero quistes pequeños pueden den encastrar en el hígado y dar modificacio
darlas por su topografía (86, 138). ne,s vasculares que se pondrán en evidencia
Para hacer el estudio topográfico tomamos por la E.P.G. y la gammagrafía, y que serán
la clasificación de Bourgen, Guntz y Vogli iguales a las modificaciones que producen en
macci (202,207,209). las mismas los Q.H. del sector· posterior del
-Q.H. lobulares. Afectan pedículos vascu hígado. Si no hay alteraciones en el urogra
lares secundarios y cursan con poca repercu ma ni la E.P.G. (86), ni la gammagrafía (175)
sión vascular y escasa hipertrofia compensa podrán establecer el origen de la hidatido
dora. sis (86). Maquieira (86) basado en los traba
-Q.H. dextro y levo-medianos. Son quistes jos de Chifflet (39) describió un síndrome
lobares en su origen y que por su crecimien común linicorradiológico de la logia retrohe
to alcanzan el lóbulo medio del hígado, pa pática.
sando el plano de la gran cisura. Comprome 4) La hipertensión portal puede ser agra
ten además de los pedículos vasculare,3 del vada o mantenida por un factor esplenóge
lóbulo en que asientan los de otros lóbulos no (4). En efecto, un obstáculo en la circula
trastornando los mecanismos de compensa ción venosa es, plénica lleva al bazo a aumentar
ción (202). su volumen (esplenomegalia congestiva); que
-Q.H. de la cara inferio'. Pueden compri si se mantiene, lo lleva a la pérdida de su
mir el tronco de la porta y la V.B. extrahe- capacidad de contracción y distensión (105, 4).
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HIDATIDOSIS 469
Tratamiento 1
Tratam:ento médico. La trombosis del sec purados del lóbulo derecho (H.M.). Se reopera a los
tor portal o suprahepático, acompañando a los pocos días por evisceración de incisión transversa de
Q.H. supurados eS un hecho conocido pero no recha. 3 meses después tuberculosis pulmonar de la
bien valorado. Obliga a plantear el uso de que cura luego de un año de tratamiento. En enero
anticoagulantes, sobre todo en determinadas si y abril de 1973 hematemesis y melenas muy importan
tuaciones topográficas (tránsitos, etc.). tes, comprobándosele várices esofágicas, por lo que in
Se debe realizar un buen tratami,ento mé gresa al Hospital de Clínicas.
dico de la hipertensión portal, de la insufi Al examen presentaba eventración de incisión trans
ciencia hepática, de la infección biliar y de •ersa abdominal, circulación colateral abdominal um
las alteraciones de la crasis sanguínea si exi,3ten. bilífuga, hepatomegalia regular con aumento de con
PronósticO. Depende del mecanismo fisiopa sistencia y enorme esplenomegalia.
togénico en juego. Las trombosis portales y Los exámenes de iaboratorio mostraron insuficien
suprahepáticas, sobre todo cuando existe com cia hepatocítica de mediana intensidad y elementos de
presión biliar asociada y de larga evolución hiperesplenismo (G.B. 3200).
son las que cursan con mayor mortalidad. El centeUograma hepático (fig. 17) confirmó la es
La hipertensión portal por compromiso su plenomegalia, la hipertensión portal; mostrando un hí
prahepáticocava se resuelve por el drenaje del gado de pobre captación con una zona de probable
quiste cuando la compresión es el factor do secuela del Q.H.
minante, como un caso de Maquieira ( 86); la Se realizó un estudio angiográfico total (E. Silva):
trombosis suprahepaticocava es una situación esplenoportografía (fig 19), cavografía (fig. 20), supra
insoluble para el cirujano y casi siempre mortal. hepaticografía (fig. 21), angiografía selectiva del tron
El tratamiento quirúrgico tardío, de la hi co celíaco (fig. 22) y esofagogastroduodeno (fig. 18).
pertensión portal, conduce a -evoluciones deBas Los datos aportados por estos estudios en resumen fue
trosas; sólo en 3 enfermos, de los 10 estu ron: 1) hipertensión portal (47 cms. de agua); 2) obs-
diados, se realizó precozmente.
Como siempre la supuración, la equinococo
sis hepática múltiple, que lleva a dejar quistes
ignorados, están en la base del problema.
Del análi3is de estas 10 observaciones algu
nos hechos saltan a la vista:
19) La trombosis del sector venoso del hí
gado sólo puede ser demostrada por la an
giografía o la necropsia.
29) El tratamiento de la hipertensión por
tal por dicha complicación ha sido tardíamen
te efectuado en 7 enfermo. y cuya evolución
fue hacia la muerte. A este factor le damos
gran trascendencia .
. 39) En general no hay criterios claros y
uniformes en los cirujanos para tratar estos
enfermos.
49) En ninguna de las 10 observaciones se
realizó anastomosis porto-cava, por el bloqueo
subhepático o por trombosis real o sospecha
da de la vena porta. Es de destacar que puede
no verse en la esplenoportografía por tratarse
de una trombosis mural o r-ecanalizada de la
misma lo que fue bien claro en una necrop
sia resumida al final.
59) De 4 anastomosis esplenorrenales sólo
una tuvo evolución favorable y en 2 estudios
necrópsicos realizados se comprobó la trom FIG. 19.- Esplenoportografía: presión esplenoportal 46
bosis de la anastomosis y de la porta con sus cms. de agua (Claude). a) Mancha esplénica, visuali
ramas principales. zándose la circulación intraesplénica por contracorrien
69) Dos esplenectomías realizadas precoz te; b) aumento de calibre de la vena esplénica; c) enor
mente tuv.eron buena evolución y llevan más me vena hiliar inferior a la que se anastomosó la vena
de 10 años de seguimiento (hecho que discu renal izq. Importante derivación de suplencia a través
timos en el capítulo). de venas periesplénicas, mesentérica superior (m), gas
troepiploica derecha (e), coronaria estomáquica (d) y
Observación c!ínica. várices gastroesofágicas (i). La vena porta extrahepá
tica (g) está aumentada de calibre, así como su rama
Resumimos una observación de un paciente derecha (h). La rama izquierda de. la porta está trom
con trombosis de la porta y obstrucción de bosada pero, se adivina su origen (p). Cálculo corali
las suprahepáticas. forme de riñón izquierdo (f). Se observa un ovillo de
O.G., varón, 48 años. En 1967 tránsito hepatobrón venas dilatadas en la zona donde asentaba el Q.H. que
quico. Por toracofrenotomía derecha (Dres. Rugo Mén circunda Úna zona avascular venosa que puede corres
dez y Yamandú Porras) se drenó un enorme Q.H. su ponder a un nódulo de regeneración, a un Q.H. o a una
purado posterosuperior del lóbulo derecho del hígado, imagen provocada por el proceso de cicatrización y fi
y además se efectuó resección parcial del lóbulo infe brosis. La necropsia d�mostró esta última posibilidad'.
rior del pulmón. Al mes drenaje de varios Q.H. su- (E. Silva).
COMPLICACIONES HEPATOBILIARES DE LA HIDATIDOSIS 473
Comentario.
Aunque es fácil entender la etiopatogenia
de la hipertensión portal vamos a señalar al
gunos hechos de discusión referente a la evo
Iutividad de la misma.
En 1967 (tránsito e hidatidosis subhepática
supurada) se produjo la trombosis portal y
suprahepática que fue bien tolerada (el pa
ciente sufrió 3 intervenciones y Una tuberculo-
sis pulmonar) hasta 1973 en que aparece la La vena puede sufrir la impresión del Q.H.
hemorragia digestiva por várices esofágicas. en uno de los bordes, puede aparecer despla
La existencia de un período de tiempo libre zada a la izquierda de la columna mismo con
entre la trombosis y la aparición de síntomas compresión de la aurícula derecha (86).
lleva a pensar en la aparición de un factor Puede comprobarse una desaparición total
nuevo de agravación de la hip·ertensión portal. de la cor:iente venosa. Como el parásito, es
La existencia de un factor esplenógeno agre por definición al árb. vascular una ligadura
gado (4) es una posibilidad. En efecto la enor viva y de lenta instalación, se establee-en vías
me expansión de la arteria esplénica habla en colaterales de derivación que dependerán, así
favor del mismo. como las manifestaciones clínicas, de la topo
Otro elemento a considerar, basado en el grafía del obstáculo. Cuando éste a,sienta por
estudio anatomopatológico, sería el aumento de encima de las renales, la circulación supletoria
la estenosis de las venas suprahepáticas por se hace por los sistemas venosos profundos
retracción cicatriza! y envejecimiento del te (venas lumbares ascendentes, plexos raquídeos,
jido fibroso perivenoso que vino a sustituir venas espinales y sistema de la ázigos) y no
el Q.H. supurado origen del tránsito hepato. aparecen manifestaciones clínicas. Si la obs
brónquico. Desde luego, la esplenectomía, de trucción se hace en el sector infrarrenai la
bería haber sido la terapéutica realizada en la circuladón supletoria se hace por los sistemas
primer intervención si se hubiese agregado so superficiales de la pared abdominal y aparecen
lamente el factor esplenógeno (lamentablemen manifestaciones clínicas: circulación colateral
te no pudimos obtener la anatomía patológica tipo cava•cava, edema, trastornos tróficos y
del bazo). várices de los miembros inferiores (194,154,
La trombosis de todo el sector portal posto• 192,324,241,320,211,313,86,87).
peratoria (esplenectomía y anastomosis esple• Según �os autores argelinos (199,202) . , una
norenal) fue la causa de la muerte. En este compresióp cava en su sector medio, entre las
enfermo no fue valorada la hipercoagulabilidad S.H. superiores e inferiores, podría crear un
que sigue a las esplenectomías fácilmente evi "by-pass" intrahepático en el que la cava in
denciables por estudios de laboratorio (aumen. frahepática desaguaría a travs del mismo en
to del número de plaquetas, etc.). las S.H. superiores. Para Maquieira (86) debe
ser excepqional y de difícil observación.
Compresión de la vena cava inferior (86, 87). La situación más grave existe en el síndrome
cavo-S.H., en el que a la obstrucción cava se
Los Q.H. del sector medio y posterior del asocia el obstáculo a todo el desagüe venoso
hígado comprometen frecuentemente la vena del hígado. Las manifestaciones son máximas
cava inferior. (hepatomegalia congestiva marcada, fibrosis
El.aesarrollo de eficaces vías colaterales de hepática, ascitis, circulación colateral cava
derivación hacen que la mayoría de las veces cava, etc.), así como la repercusión funcional
pase desapercibida. hepática. Una supuración subdiafragmática
Aunque la compresión y la obliteración ha crónica, que afecte el diafragma en la zona de
bían sido analizadas hace mucho tiempo (237, pasaje de la cava, al producir una periflebitis
244) ha sido gracias al desarrollo de la cavo esclerosa crónica, estenosa la vena. El cuadro
grafía (150,200,279,.241) que se ha podido es clínico evoluciona como una pericarditis cons
tudiar la zona silenciosa del hígado, que antes trictiva (198).
era sólo apreciable por las autopsias (24,177, Aunque la obstrucción de la cava por un
58,55), y adelantarse en el diagnóstico de la
ruptura de la E.H. en la vena cava inferior. Q.H. debe hacer tener en cuenta la repercusión
La cavografía ha permitido conocer, además renal, no es común encontrarla (86). En la
el volumen del Q.H., el estado hemodinámico, bibliografía hay observaciones que cursaron
la posibilidad de inyectar las venas suprahepá con azoemia elevada o con hipertensión ar
ticas (2,79), y prevenir las lesiones quirúrgicas terial (135).
de la vena al ejecutar técnicas de exéresis (86, Manifestaciones clínicas y diagnóstico. La
87). primeras, como ya vimos, dependerán de la
En suestro medio B. Ríos (154) publicó en topografía y de la organicidad del proceso.
1949 una observaciós. La cavografía (200,86), y la flebografía cavo
Deschamps y Grinfeld .241) dieron a cono S.H., por contrainyección, harán el diagnósti
cer un caso muy bien documentado al 309 Con co (279). El hallazgo de elementos de labora
·greso Argentino de Cirugía. torio de hipertrombicidad harán sospechar una
Maquieira (86,87) estudió una serie impor trombosis cava agregada.
tante de enfermos con cavografías pre y posto Tratamiento. Aunque están descriptas, no
peratorias, de donde resumimos este capítulo. hemos tenido complicaciones vasculares por
Patología. La vena cava en general se pre decompresión. Las evoluciones accidentadas
senta comprimida por uno o más quistes; no que se ven en los postoperatorios pueden ser
son comunes los fenómenos de trombosis (86). debidas a la ruptura del equilibrio circulatorio
Pero la estasis y la infección, ésta última a intrahepático por dislocaciones vasculares (31,
punto de partida de la adventicitis supurada, 86) o, para nosotros, trombosis postoperatoria.
pueden ser causa de trombosis (244,255,286). De todos modos la evacuación de los grandes
Dévé (244) public·ó un caso en que la vena Q.H. que comprimen la cava debe ser lenta
había quedado reducida a un cordón fibroso y gradual (86).
sin manifestaciones de hipertensión venosa. Aunque es factible la liberación en el dia
Los desplazamientos que sufre la vena han fragma del orificio de la cava estenosada, la
sido puestos en evidencia por la cavografía (86). estenosis se reproduce rápidamente (198).
-176 Y. PORRAS
Frc. 28.- A), B), C) : Centellograma hepático con radiocoloid2. Gran área hiporradioactiva (laguna) que ampu
ta los 2/3 su,periores del lóbulo derecho en contacto directamente con el diafragma. Amputación del lóbulo iz
quierdo del hígado. D), E), F), G) : Centellograma del pool sanguíneo abdominal. S. ,recisan 2 procesos de sus
titución del parénquima en el lóbulo derecha (lagunas), y 2 en el lóbulo izquierdo ( una laguna Y una es
cotadura). Se determinan varios quistes en la logia esplénica. En suma: múltiples procesos de sustitución de
parénquima en el lóbulo derecho y en el lóbulo izquierdo del hígado, probablemente quísticos (no se comprueba
vascularización en el centellograma del pool), y múltiples procesos quísticos de logia esplénica ( E. Touyá).
478 Y. PORRAS
Fra. 29.- A), B), C) : Centellograma hepático con radiocoloide (a los 8 meses de operado). Regeneración del
lóbulo derecho. Escotadura (x) en el borde superior del lóbulo izquierdo (Q.H. ¿o secuela?). D), E), F), G):
El centellograma del pool sanguíneo abdominal logra definir la escotadura (x) como un proceso expansivo de
posible naturaleza quística. En suma: franca regeneración del lóbulo derecho del higado. Q.H. del lóbulo iz-
quierdo. (E. Touyá)
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