Este fin de semana se dio a conocer una denuncia realizada por apoderados, en que una

enfermera habría utilizado la misma aguja para administrar a los niños de un colegio la
vacuna contra la influenza. De corroborarse, es condenable y preocupante.

¿Por qué un profesional de la salud, con un título universitario, comete este acto
negligente? Un acto de esta naturaleza ocurre por un actuar o dejar de actuar, ya sea en las
formas de negligencia, imprudencia y/o impericia lo que ocasiona graves consecuencias en
la vida, cuerpo o la salud de las personas.
El enfermero(a), debe ser un profesional con conocimientos y habilidades integrales,
fundamentales para su ejercicio profesional, la ética debe guiar sus decisiones, a través de
las cuales es autónomo, responsable, libre, respetuoso de la dignidad humana, y de sus
pacientes. Un actuar fuera de esta norma debe ser sancionado, y considerado una mala
práctica profesional.

Como docente de enfermería, me pregunto de qué forma durante la formación, estamos

desarrollando y fortaleciendo en nuestros estudiantes los aspectos éticos/legales de la
profesión. ¿Es suficiente la incorporación de asignaturas de ética y bioética en la
enfermería? La evaluación de estos aspectos ¿Tiene el valor que corresponde al evaluar la
práctica clínica? De nada sirve un profesional de excelencia académica, si tiene un accionar
profesional imprudente y/o negligente y con graves faltas a la ética profesional.

Cuando declaramos que un enfermero debe tener una formación “integral” es nuestra
responsabilidad asegurarnos que así sea, revisar nuestros planes de estudio, generar
metodologías innovadoras y buenas estrategias de evaluación que permitan medir
eficientemente todos los aspectos que debe tener un profesional de enfermería.

Como enfermera, confío que situaciones como estas no vuelvan a ocurrir y me comprometo
a seguir trabajando en formar profesionales confiables, para enaltecer nuestra hermosa
profesión.

Pamela Duarte G.
Decana Facultad de Enfermería
Universidad Pedro de Valdivia