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LEYES DE REFORMA
Más tarde, surgió como necesidad dentro de su momento histórico
una nueva Constitución, la llamada “democrática” de 1857 con la que se
suscitó la guerra de tres años; con ello, surge la victoria de don Benito
Juárez. Las Leyes de Reforma que de un modo directo atacan primero
la desamortización y nacionalización de los bienes del clero y, en
segundo lugar, se ordenó la distribución de la tierra a los desheredados;
en el primero de los casos, con la ley que lleva su nombre
(desamortización), sin lograr plenamente una satisfacción a la necesidad
del movimiento para la gente que se lanzó a un movimiento armado con
la esperanza de ver sus sueños de justicia hechos realidad, situación
que difícilmente se podía dar, toda vez que se atendían situaciones más
bien de carácter político y no de orden social.
Después de casi un siglo del logro de nuestra Independencia y
ante la falta de justicia social, por un exceso apego a las Leyes de
Reforma por Porfirio Díaz (quien duró en el poder por espacio de más de
tres décadas), surge la primera Revolución Social del siglo XX.
ÉPOCA DE REVOLUCIÓN
DE SUS INICIOS
En 1910, surgió el segundo gran movimiento armado, la
Revolución Mexicana, misma que fue encabezada por el apóstol Madero,
quien al dictar su “Plan de San Luis” establecía un principio supremo de
democracia mediante el lema “político” de “Sufragio Efectivo y No
Reelección”, así como una distribución equitativa de la tierra para los
desheredados (necesidad de equidad en cuanto a la tenencia de la
tierra), es poco fecundo su tiempo de estadía en el poder, ya que en
1913 es asesinado conjuntamente con José María Pino Suárez, por el
usurpador Victoriano Huerta y surge al poder el Jefe del ejército
constitucionalista Venustiano Carranza, quien tuvo en principio que
tratar de calmar las exigencias que se presentaron desde la época de
Madero, invocadas en el norte por Francisco Villa, y en el sur por
Emiliano Zapata; quienes pedían el cumplimiento en sentido amplio de
los principios del referido “Plan de San Luis” por cuanto hace al
surgimiento de la justicia social.
PENSAMIENTO DE ZAPATA
El general Emiliano Zapata Salazar, en principio, inició su
movimiento enarbolando la bandera del agrarismo mediante los
postulados del “Plan de Ayala” (del 28 de noviembre de 1911), en el que
se plasmó una verdadera lucha de clases en el país, lucha que se
prolongó hasta lograr un estado de propiedad justo y humano en la
Nación. Por lo que, mediante el referido plan, se puede considerar como
la base del nacimiento de nuestro Derecho Agrario (social). El líder
suriano, manifestó que la lucha por la tierra es el fin de la Revolución
reivindicadora y en su manifiesto del 20 de octubre de 1913, sostenía lo
siguiente: “El pacto de Ciudad Juárez devolvió el triunfo a los enemigos
y la víctima a sus verdugos”. Declarando que había combatido a Madero
porque “ante la causa no existen para nosotros las personas”.
El programa de don Emiliano Zapata, no concluyó con las
reivindicaciones campesinas, toda vez que su ideario sirvió de base a la
legislación sobre la materia, que en torno a ello ha logrado inclusive,
establecer la directriz en esta materia de los diferentes gobiernos
emanados de la Revolución; además, se ha buscado la organización de
los campesinos en torno a la producción y, con ello, la satisfacción de las
necesidades más elementales para una digna forma de vida. Situación
que vemos hoy en día con un apego total conforme a derecho en una
carta magna como es la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos del 5 de febrero de 1917; en su precepto 27, en el que se
establece plenamente las conquistas de los trabajadores del campo
obtenidas a través de la historia de la Revolución Mexicana.
Considero oportuno hacer mención que además de los ideales del
máximo exponente en materia agraria dentro del movimiento armado
de 1910, surgió la figura fecunda de don Luis Cabrera, Diputado Federal,
quien planteó con realismo en diciembre de 1912 (en la máxima tribuna
de la Nación), la estrecha relación que existe entre las cuestiones
agrarias y las revolucionarias que convulsionaron al país, principio que
reforzó con la declaración siguiente:
Muchas de las cuestiones cuya solución no entendemos y
muchos de los problemas que no comprendemos en este
momento, dependen principalmente de la condición
económica de las clases rurales.