Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Annelise Else Frieda Fleischmann, conocida como Anni Albers, nació el 12 de junio de
1899, en Berlín, Alemania, en el seno de una familia convertida al protestantismo. Recibió
clases particulares de arte cuando estaba en el colegio y se decía que Anni era la más
peligrosa para su familia debido a su personalidad revolucionaria y a su gusto por las artes.
Esta última información está relatada en el libro "Ullsteinroman". Desde bien joven ya
mostraba interés en las artes, así que ingresó en el estudio de pintura y arquitectura de
Martin Brandenburg en Berlín. Allí le recomendaban que dejase el curso e hiciese otra cosa
pero acabó graduandose tras tres años. Después quiso acceder a la Escuela Superior de
Bellas Artes de Dresde, pero no fue admitida. En 1919 se matriculó en la Escuela Textil de
la Escuela Superior de Arte de Hamburgo.
En 1925, Anni contrajo matrimonio con Josef Albers, y ambos se trasladaron a la sede de
Dessau ya que fue nombrado director de los cursos de iniciación en la Bauhaus. Anni
exploró innovadores tejidos que combinaban propiedades de reflexión de la luz y absorción
del sonido, estableciéndose como una diseñadora textil influyente. Durante su tiempo en la
Bauhaus, también fue alumna de Paul Klee.
En 1931 la pusieron a cargo del taller de tejido, sustituyendo a Gunta Stölzl siendo una de
las pocas mujeres en dirigir un taller de la Bauhaus. Tras el cierre de la Bauhaus en 1933
debido a la llegada de Hitler al poder, Anni y Josef Albers emigraron a Estados Unidos,
donde impartieron clases en Carolina del Norte. Anni participó en exposiciones, escribió
artículos sobre diseño y en 1949 realizó la primera exposición monográfica de una
diseñadora en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Desde 1936, Anni Albers, junto a su esposo, se dedicó a obras que reflejaban su
fascinación por las culturas prehispánicas en Latinoamérica, influencia palpable en sus
trabajos de estudios preparatorios y tapices. Después de dejar la docencia en 1949, la
pareja se estableció en Connecticut, donde Anni continuó trabajando en sus diseños
textiles, experimentando con grabados y joyería inspirada en las culturas prehispánicas.
Durante la década de los 50, Anni trabajó en diseños textiles fabricados en serie, creando lo
que ella llamó "tejidos pictóricos". En los años 60, experimentó con técnicas de estampación
en el Taller de litografía Tamarind en Los Ángeles. Su trabajo sigue presente en la industria
textil actual, ya que convirtió la tradición artesanal de la tejeduría en arte, aprovechando los
nuevos tejidos sintéticos para dar plasticidad a sus creaciones.
Sin Título de la serie Connections: Anni Albers adoraba el
abstracto y todas las obras de las que se conoce las ha hecho en
ese estilo, en concreto sería una abstracción geométrica ya que
está formada de cuadriláteros de los colores blanco, rojo, gris y
negro. La técnica que usa es serigrafía ya que realiza
impresiones sobre tejidos. Esto era una hazaña para la época. Se
ubica en el museo MACBA junto con el resto de la colección
Connections, la cual tiene carácter autobiográfico
En la Bauhaus, Marianne Brandt estudió en el taller de metal, donde fue influenciada por
László Moholy-Nagy y Wassily Kandinsky. Rápidamente se destacó en el diseño industrial y
se convirtió en aprendiz de Moholy-Nagy. Durante su tiempo en la Bauhaus, trabajó en
diversos medios, incluidos metal, vidrio y cerámica, mostrando una habilidad versátil y una
mente creativa.
Uno de los logros más destacados de Marianne Brandt en la Bauhaus fue su enfoque en el
diseño de objetos cotidianos. Como diseñadora de metal, creó piezas que hoy son
consideradas iconos del diseño moderno, como su famosa lámpara de lápiz labial (1924) y
la tetera MT49 (1924), que se han convertido en íconos de la era Bauhaus.
En 1929, Marianne Brandt se casó con Erik Brandt y dejó la escuela al año siguiente.
Después de su tiempo en la Bauhaus, continuó su carrera como diseñadora y artista,
trabajando en la creación de objetos utilitarios y obras de arte. También participó
activamente en el movimiento de la Nueva Objetividad en la década de 1920.
Durante la Segunda Guerra Mundial y la posguerra, Marianne Brandt trabajó en diversas
instituciones culturales en la República Democrática Alemana (RDA). Trabajó como
directora de la Sección de Bellas Artes en la Asociación Cultural Alemana en la RDA y fue
profesora en la Hochschule für Bildende Künste Dresden.
Aunque durante muchos años su contribución a la Bauhaus fue en gran medida olvidada, en
décadas más recientes, Marianne Brandt ha recibido el reconocimiento merecido por su
papel innovador en el diseño industrial y su influencia en el movimiento Bauhaus. Su trabajo
ha sido exhibido en museos y su legado perdura como una figura clave en la historia del
diseño moderno.
Gunta Stölzl nació el 5 de marzo de 1897 en Múnich, Alemania. Mostró interés en las artes
textiles y el diseño desde que era pequeña. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de
Múnich y en 1919 se unió a la Escuela Bauhaus.
Gunta Stölzl ingresó a la Bauhaus en Weimar en sus primeros años y, tras la reubicación a
Dessau en 1925, se convirtió en una de las figuras más influyentes en el ámbito textil. Fue
alumna y luego maestra en el taller de tejidos, y en 1927 asumió el liderazgo de este taller,
convirtiéndose en la primera mujer en dirigir un taller en la Bauhaus. Bajo la dirección de
Gunta Stölzl, el taller de tejidos de la Bauhaus experimentó una transformación significativa.
Stölzl abogó por la integración de arte y tecnología en el diseño textil, y su enfoque se
centró en la exploración de nuevas técnicas, materiales y formas. Introdujo procesos
modernos y colaboró con artistas y arquitectos como Marcel Breuer y Walter Gropius.
En 1921, Gunta Stölzl se casó con Arieh Sharon, un arquitecto israelí. A pesar de su
contribución significativa a la Bauhaus, las restricciones de género y la llegada del régimen
nazi llevaron a su renuncia en 1931. Posteriormente, emigró a Suiza en 1931 y luego a
Inglaterra en 1938. En Suiza, Gunta Stölzl continuó su carrera en diseño textil y se unió al
estudio de arquitectura de su esposo. Tras la Segunda Guerra Mundial, emigraron a
Palestina y luego a los Estados Unidos, donde Stölzl se dedicó a la enseñanza y siguió
trabajando en diseño textil.
Aunque su tiempo en la Bauhaus fue breve, Gunta Stölzl dejó un legado duradero en el
diseño textil y la educación artística. Su enfoque en la convergencia entre arte y artesanía
influyó en generaciones de diseñadores textiles. En años más recientes, ha recibido
reconocimiento póstumo por su contribución a la Bauhaus y al diseño moderno.