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( Elizabeth) Psicomotricidad fina: el saber coordinar la habilidad visual y con la

de la mano, así como la coordinación de esos músculos que intervienen en


movimientos más cortos y precisos . También requieren en su ejecución que el niño
mantenga la atención y concentración durante la actividad. Por lo tanto, aprender
estos movimientos les lleva tiempo y práctica. ¿De qué movimientos finos estamos
hablando? Abrocharse un botón, punzar un papel, recortar con tijeras, sostener un
objeto pequeño con la punta de los dedos, hacer la pinza para coger el lápiz y seguir
un trazo marcado en un papel.

(rubi) Psicomotricidad gruesa: es el conocimiento de dominar movimientos


más complejos. Entrenar los músculos para obtener movimientos concretos requiere
tiempo y entrenamiento constante para alcanzar ciertos estándares. Generalmente,
los niños y las niñas en los primeros tres años de vida, logran realizar grandes
movimientos del desarrollo motor grueso como ponerse de pie, saltar, caminar o
sentarse. Con los años van perfeccionando estas habilidades que les permiten
realizar acciones más complejas como lanzar objetos con puntería, montar bicicleta
o realizar algún tipo de deporte.

(caoba) La evolución en cada persona es diferente. Durante nuestra infancia


cada uno tenemos una velocidad o unas destrezas diferentes para aprender tanto la
psicomotricidad fina como la psicomotricidad gruesa. Una las diferencias más
características entre la motricidad gruesa y la fina es que fisiológicamente primero
se fortalecen los músculos más grandes que dan paso a los movimientos amplios y
posteriormente empieza a evolucionar el desarrollo de movimientos finos, en este
sentido es posible observar que un niño o niña controla antes los movimientos de
sus brazos, que los movimientos precisos de los dedos.

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