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os AIT son signos de advertencia de un accidente cerebrovascular futuro y que recibir

atención médica de emergencia para tratarlos puede reducir significativamente el riesgo de


sufrir un accidente cerebrovascular mayor.

la importancia de reconocer y tratar los AIT como una medida preventiva para reducir el
riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular mayor. Se enfatiza la necesidad de buscar
atención médica de emergencia ante la presencia de un AIT, ya que esto puede marcar la
diferencia en la prevención de daño cerebral duradero, discapacidad o incluso la muerte.

Los principales resultados del artículo incluyen la descripción de tres clasificaciones


etiológicas principales: TOAST, ASCOT y CCS. Estas clasificaciones ayudan a determinar
la causa subyacente del accidente cerebrovascular isquémico y guían el tratamiento
apropiado. Además, se proporciona información sobre la etiología del accidente
cerebrovascular isquémico y su impacto en el pronóstico y los resultados.

Las conclusiones importantes a las que se llega en este artículo son que la correcta
clasificación etiológica del accidente cerebrovascular isquémico es crucial para seleccionar
el tratamiento adecuado. Se mencionan diferentes categorías y grados de causalidad para
las diferentes causas del accidente cerebrovascular isquémico, como la aterotrombosis, la
enfermedad de vasos pequeños, la patología cardíaca, entre otras. También se destaca la
importancia de la evaluación de la embolia criptogénica y las causas indeterminadas.

Además, se discuten las opciones de tratamiento para el accidente cerebrovascular


isquémico, como la terapia trombolítica y la trombectomía endovascular. Se recomienda el
uso de la trombolisis intravenosa con alteplasa dentro de las primeras 4-5 horas del inicio
del accidente cerebrovascular. La trombectomía endovascular se realiza dentro de las 6
horas del inicio del accidente cerebrovascular y es especialmente efectiva para pacientes
con oclusión de vasos grandes.

En conclusión, este artículo destaca la importancia de la clasificación etiológica correcta


del accidente cerebrovascular isquémico para el tratamiento adecuado. También resalta la
importancia del tratamiento temprano y el potencial de la medicina personalizada en el
cuidado del accidente cerebrovascular.

El objetivo principal de este estudio fue describir las características clínicas y tomográficas
de pacientes con enfermedad cerebrovascular isquémica. Se utilizó una metodología
descriptiva y transversal, analizando variables como edad, sexo, enfermedades asociadas y
factores de riesgo, manifestaciones clínicas y resultados tomográficos. Los principales
resultados mostraron que predominaron los hombres y el grupo de edad de 70-79 años, las
alteraciones motoras fueron el síntoma más común y los resultados de la tomografía
cambiaron con el tiempo. Se concluyó que la hipertensión arterial fue el principal factor de
riesgo y que la mayoría de los pacientes presentaron una evolución favorable con secuelas.
Se resalta la importancia de la prevención y el tratamiento adecuado para minimizar las
secuelas de esta enfermedad.
(Centro Provincial de Informacion de Ciencias Medicas (Cuba) et al., 2021)

El objetivo principal de este artículo es discutir el tratamiento de la enfermedad


cerebrovascular aguda, específicamente el accidente cerebrovascular isquémico. Se revisan
los tratamientos generales y específicos, incluyendo el uso de medicamentos
antiplaquetarios y la terapia trombolítica. Se enfatiza la importancia de la intervención
temprana y la necesidad de evitar enfoques terapéuticos nihilistas. La segunda etapa del
tratamiento implica la admisión a una unidad especializada donde el paciente recibe
atención médica continua, incluyendo soporte para funciones vitales y rehabilitación. El
artículo también discute el uso de medidas neuroprotectoras y el manejo de complicaciones.
Se recomienda el uso de medicamentos antiplaquetarios, como la aspirina, la ticlopidina y
el clopidogrel, tanto para la prevención primaria como secundaria. También se discute la
terapia trombolítica como una opción de tratamiento potencial. El artículo concluye que
estos tratamientos son efectivos para tratar el accidente cerebrovascular isquémico.
(Yuh et al., 2017)

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