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“Ten piedad de mí”: En este salmo, David pide misericordia a Dios por todos los
pecados que él había cometido, y en esta frase, David pide piedad. David ya no se
justifica, ya no intenta excusarse delante de Dios. Él ahora lo único que quiere es
piedad, misericordia.
Pero Dios no quiere excusas. Dios no quiere que culpemos a los demás o incluso
culpar al enemigo. Porque claro, él nos pone la tentación, pero él a nadie obliga a
hacer algo que no quiere. Dios no quiere excusas, Él quiere que hagamos lo que hizo
David. David no vino con más excusas, él solo vino a pedir piedad, misericordia.
Ezoic
PECADO CONFESADO: “BORRA MIS REBELIONES”
Muchas veces cuando le fallamos a Dios cargamos con una culpa enorme y tememos a
Dios porque sabemos que lo que hemos hecho no es de agrado para Él. Y la culpa nos
pesa, la conciencia nos pesa.
Nos repite que hemos fallado a la persona que más nos ama, que pagó un precio tan
grande por nuestra alma sin pedir nada a cambio. Y queremos que Él borre nuestras
rebeliones, que borre nuestros pecados porque ya no podemos más. Necesitamos sentir
Su perdón.
“Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra
ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas
reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.” (versículos 3-4)
“y he hecho lo malo delante de tus ojos”: David se dio cuenta de que Dios estuvo
ahí en todas esas veces que él pecó. Supo que Dios estaba ahí mirando.
“Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio”
La confesión de pecado de David no era solo para liberarse de la gran carga de su
pecado y culpa. Además, David hacía esto para glorificar a Dios. Al reconocer su
pecado, David buscaba ratificar la justicia y la santidad del carácter de Dios,
evidenciando que Sus mandamientos eran buenos y justos, incluso cuando David los
transgredía.
Llegando al fin, quiero recalcar que Dios no quiere que vayamos a Él intentando
justificarnos, o que intentemos culpar a otros. Él quiere que seamos sinceros
porque Él ya lo sabe. Dios ya sabe el porqué del pecado.
Lo que Él quiere es que abramos los ojos y nos demos cuenta del error que
cometimos. Y que, al igual que como hizo David, podamos reconocer el pecado y pedir
perdón, pedir piedad. Muchas veces somos como David, que intentamos esconder
nuestro pecado, pero hay que recordar que a Dios no le podemos ocultar nada.
CONCLUSIÓN
Hace poco escuché a alguien decir que existen 3 tipos de pecadores. El pecador que,
cuando peca, sabe su error. Sabe que se equivocó, pero también sabe que no quiere
quedarse en el error. Quiere volver a intentarlo; quiere que Dios lo levante
nuevamente, que lo limpie. Porque como dice la palabra de Dios: “7 veces cae el
justo y siete veces Él lo levanta” (Proverbios 24:16).
El pecador que, cuando peca, se aleja de Dios, de la iglesia, porque siente que la
culpa es tanta que ya no puede más.
El pecador que peca, pero sigue viviendo igual que como lo hacía, se congrega,
canta, habla de Dios e intenta vivir cegado como si nada hubiera pasado, igual que
como lo hizo David.
Espero que todos podamos ser la opción 1, y sé que cuesta seguir adelante porque
uno sabe que le falló a Dios, que le hizo doler su corazón, que le faltó a su
confianza. Pero hoy quiero recordarles que cuando Jesús entregó Su vida en aquella
cruz, no fue solo por el pecado de ayer, fue por el pecado de ayer, de hoy y el
mañana.