Está en la página 1de 3

ARREPENTIMIENTO

Que es el arrepentimiento ?
El arrepentimiento es el pesar que una persona siente por algo que ha hecho, dicho o dejado
de hacer. Quien se arrepiente cambia de opinión o deja de ser consecuente con un
determinado compromiso.
Arrepentirse es un acto espontáneo, que debe surgir de la comprensión legítima de los propios
errores, aunque esto no significa que no vuelvan a cometerse. el arrepentimiento consiste en
reconocer los pecados, cambiar la actitud y pedir el perdón de Dios. arrepentirse tiene como
consecuencia un cambio en la conducta, una auténtica conversión a Dios que guarda una
estrecha relación con la salvación.

1 Juan 1:9 :“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.”

El arrepentimiento es el medio que se nos ha proporcionado para liberarnos de nuestros


pecados y recibir el perdón de ellos. Los pecados retrasan nuestro progreso espiritual e incluso
pueden detenerlo. El arrepentimiento permite que progresemos y crezcamos espiritualmente
de nuevo. El privilegio del arrepentimiento se hace posible mediante la expiación de Jesucristo.
En cierta manera que no comprendemos plenamente, Jesús pagó por nuestros pecados. Por
tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que
vengan tiempos de descanso de parte del Señor.
"Arrepentirse, literalmente significa tener un cambio de mente y de corazón (nuestro
interior)hacia Jesucristo y hacia el pecado. Significa que sinceramente, con todo nuestro
corazón, confiamos en el perdón que proviene de Jesucristo. Usted puede ver, entonces, cómo
el hombre que viene a Jesucristo, se arrepiente y el hombre que se arrepiente, cree en
Jesucristo y se convierte en Hijo de Dios.

para que debo arrepentirme?


Proverbios 28:13 :Quien encubre su pecado jamás prospera; quien lo confiesa y lo deja, halla
perdón. Dios exige, ordena que nos arrepintamos. Es un mandato. Hechos 17:30 dice: “Pero
Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los
hombres en todo lugar, que se arrepientan”. Debemos obedecer su palabra.
Debemos arrepentirnos, pues somos pecadores, nacimos con pecado. El pecado contaminó al
hombre y ese pecado lo separó de Dios. Todos somos pecadores. No hay ni uno bueno.
Romanos 2:23 dice: “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.

En Mateo 4:17 vemos a Jesús predicando y diciendo: “Desde entonces comenzó Jesús a
predicar, y a decir: Arrepentíos, PORQUE el reino de los cielos se ha acercado”. También
Pedro les dijo a sus paisanos Judíos: “Así que, arrepentíos y convertíos—¿para qué?— PARA
QUE sean borrados vuestros pecados–¿y para qué más?– PARA QUE vengan tiempos de
refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario
que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas”

Cuáles son los pasos para el arrepentimiento


Hechos 3:19 nos dice Por tanto, arrepentíos y convertíos para que vuestros pecados sean
borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del Señor.

1. Sé honesto acerca de tu necesidad de arrepentimiento.

¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu


no hay engaño! (v. 2) El arrepentimiento requiere honestidad. Nadie viene a Dios con
arrepentimiento verdadero en su corazón a menos que primero haya reconocido su necesidad
de perdón y reconciliación con Él. Solo aquellos que han dejado de tratar de encubrir su
pecado con su propia justicia y engaño pueden experimentar el cambio profundo y duradero
que viene a través del arrepentimiento.

2. Reconoce el peligro del pecado y el daño de la culpa.

Mientras callé mi pecado, mi cuerpo se consumió con mi gemir durante todo el día. Porque
día y noche Tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (v.
3-4) Seamos realistas: estás buscando arrepentimiento porque el Espíritu de Dios te ha dado
convicción. A menudo culpamos a otros por nuestro estrés y mal humor en general, pero
muchas veces nos sentimos mal simplemente porque hemos hecho cosas malas. David
describe los síntomas físicos y emocionales asociados con una conciencia culpable. Debemos
evaluar honestamente las consecuencias de nuestro pecado, lo que significa evaluar tanto las
consecuencias personales como el impacto que ha tenido y seguirá teniendo en los demás.

3. Confiesa completamente.

Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi iniquidad. Dije: “Confesaré


mis transgresiones al Señor; y Tú perdonaste la culpa de mi pecado”
(v. 5). El arrepentimiento profundo demanda confesión absoluta. Aunque parezca
contradictorio, la única forma de estar realmente cubierto de Cristo es exponer
completamente tu pecado. En el proceso de arrepentirnos, debemos luchar por ser
totalmente transparentes ante Dios sobre la profundidad y amplitud de nuestro pecado.
Solo la honestidad completa será suficiente, y nos conducirá a la libertad y alegría.

4. Ocúltate en Dios.

Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en
que puedas ser hallado; ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán
éstas a él. Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de
liberación me rodearás. (vv. 5b-7)

No es suficiente solo arrepentirse de los pecados manifiestos. No es suficiente decir, “admito


mis conductas equivocadas”. Todo tipo de personas se arrepiente de esa manera, sobre todo la
gente religiosa con una imagen que mantener. Un cristiano no solo se arrepiente de sus
pecados externos, sino también de sus intentos de ocultarse detrás de su rectitud de mala
calidad hecha por sí mismo. Deja de esconderte en tu esfuerzo. Ocúltate en Dios.

5. Aférrate a la esperanza.

Alégrense en el Señor y regocíjense, justos; den voces de júbilo todos


ustedes, los rectos de corazón. (v. 11)

¿Cómo puedes estar seguro de que Dios te perdonará? Su amor inagotable. Recuerda y
encuentra la garantía de las grandes promesas que ha hecho a lo largo de la historia, y
cómo se han cumplido en Jesucristo:

• Su promesa a Adán y Eva de aplastar al enemigo.


• Su promesa a Abraham de reclamar y proteger a Su pueblo.
• Su promesa a Moisés de proporcionar una manera para que los seres humanos pecadores se
relacionen de manera significativa con un Dios santo.
• Su promesa a David de proporcionar un Rey eterno y para siempre para Su pueblo.

A lo largo de toda la historia, justo en el momento cuando te estás arrepintiendo, Dios ha


estado diciendo, y continuará diciendo: “Te amo. No te fallaré. Yo soy suficiente”.

Mira a las promesas de Dios, aférrate a la esperanza, y “Alégrense en el Señor y regocíjense,


justos; den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón”. (Salmo 32:11)

También podría gustarte