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Hoy conocemos miles de moléculas HLA gracias al trabajo de los laboratorios de inmunología y a la colaboración
entre los mismos a través de los Workshops Internacionales de Histocompatibilidad que desde mediados del siglo XX
se celebran cada dos años en distintos lugares del mundo. Sin embargo, hoy sabemos que estas moléculas tienen
funciones mucho más amplias, entre las que se incluyen, el permitir que se lleve a cabo la respuesta inmune, sin lo cual no
sería posible la defensa de los organismos frente al ataque de agentes extraños. Estas moléculas se encuentran en la
membrana de la mayoría de las células del organismo, y por ser muy variables de unos individuos a otros
contribuyen a la diversidad biológica de la especie humana.
La parte extracelular de la cadena pesada posee tres dominios, α-1, α-2 y α-3.
Los α-1 y α-2 conforman la hendidura o sitio de unión a los péptidos y tienen
una composición muy variable en aminoácidos, mientras que el dominio α-3 es
muy constante (Figura: Variabilidad HLA).
Obviamente las moléculas HLA no están ahí para complicar la evolución humana, por ejemplo interfiriendo en la
realización de trasplantes, aspecto éste por el que fueron descubiertas estas moléculas. Muy por el contrario, este
complejo génico y las moléculas HLA, poseen importantes funciones en la defensa de los organismos frente a
sustancias extrañas, colaborando en hacer posible su identificación correcta como algo distinto de lo propio.
Estos genes se heredan de padres a hijos de acuerdo con las leyes de Mendel, como caracteres codominantes
simples. Cada una de las combinaciones de genes de cada individuo presentes en cada uno de los cromosomas que
los codifican, se conocen como haplotipo HLA. Cada célula del organismo, excepto las células germinales, posee un
haplotipo que procede del padre y otro de la madre. Como la herencia de los haplotipos se hace en bloque en una familia determinada en
la que el padre, por ejemplo, tiene los haplotipos (a) = A2, B8, Cw1, DR1 y (b) = A3, B7, Cw3, DR4 y la madre los haplotipos (c) = A2, B7, sólo
Cw2, DR12 y (d) = A11, B13, Cw3, DR15, cada uno de los hijos podrán heredar cuatro combinaciones distintas de estos haplotipos: (a, c),
(a, d), (b, c) y (b, d) (Figura: Herencia haplotipos).
El complejo CMH, que posee diferentes loci y un número extraordinariamente grande de alelos diferentes, es por tanto,
el complejo genético más poligénico y polimórfico que se conoce en vertebrados superiores. Hoy (año 2012), sabemos
que existen 6.725 alelos para HLA clase I y 1.771 para clase II. Este enorme polimorfismo da como resultado una gran
diversidad de moléculas de histocompatibilidad. (Tabla polimorfismo HLA)
Desequilibrio de ligamiento
b) Que los nuevos haplotipos HLA aparecen como consecuencia de los efectos del proceso evolutivo; por
ejemplo, algunas combinaciones de alelos proporcionarían resistencia a ciertas enfermedades y harían que se
seleccionen y estuvieran representadas en mayor frecuencia mientras que otros que podrían generar efectos
perjudiciales no se seleccionarían o lo harían negativamente.
Probablemente uno de los mayores retos de la evolución de la especie humana haya sido la generación de su
biodiversidad. A su vez, esta biodiversidad ha permitido la supervivencia de aquellos individuos cuya peculiaridades
diferenciales les ha dado mayores posibilidades de sobreponerse frente a las múltiples adversidades con las que se han
encontrado a lo largo de la evolución. Por ejemplo en la actualidad existen un 2% cierto de individuos que son residentes a
contraer la infección con el VIH. Es evidente, que esta población resistente dejará mayor descendencia en las zonas donde el
SIDA es un azote que aquellas otras personas que poseen mayor facilidad a infectarse por dicho virus.
Por otra parte, se conoce que aquellas personas que poseen mayor variabilidad de moléculas de HLA serán, por tanto,
más resistentes a contraer infecciones, que aquellas que poseen menor variabilidad.
La mezcla de genes, como ocurre en reproducción sexual en humanos, es el principal factor inductor de variabilidad
HLA. Máxime cuando, se ha denostado, que cada persona elige inconscientemente como pareja a otra persona que
posee genes HLA diferentes a los propios. De esta manera los hijos heredan de cada uno de sus padres la mitad de
sus genes codificadores de estas moléculas HLA. Los fetos con genes HLA más distintos a los maternos tienen más
posibilidades de crecer, mientras que aquellos más idénticos tienen más riesgo de terminar en abortos.
Debido a la complejidad de esta función, existen mecanismos muy precisos de control que evitan que sea el sistema inmune el
que destruya los componentes propios del organismo donde se asienta. Sin embargo, la biología humana no está exenta de
fallos, apareciendo así en ciertos casos enfermedades, conocidas como de autoinmunidad, comentadas con antelación, en las
que el sistema inmune falla en estos sistemas de reconocimiento y pierde la tolerancia que debe mantener frente a los
componentes propios.
De la misma manera en que todos los miembros de una especie cuentan con
componentes idénticos como son las hormonas, también cuentan con unos
componentes muy variables denominados “moléculas de histocompatibilidad”
que son diferentes de unos individuos a otros incluso dentro de la misma
especie y en consecuencia, en base a los conocimientos que se tiene
actualmente, se les puede considerar como los verdaderos “marcadores de lo
propio de cada individuo”
Las células que exponen los péptidos unidos a moléculas HLA- II, se conocen como células presentadoras de
antígenos (APC), mientras que aquellas que lo hacen unidos a moléculas de HLA-I, se conocen como células
diana o célula blanco. En el primer caso, lo que se produce es una estimulación de linfocitos Th en el inicio de la
respuesta inmune, mientras que en el segundo caso se activan los linfocitos Tc relacionados con los fenómenos
citotóxicos al final de la respuesta. Veamos estos procesos:
Las células APC, portadoras de las moléculas HLA-II, tienen que capturar del medio exterior los antígenos y
fraccionarlos (procesarlos) en su interior hasta su degradación en péptidos antes de ser presentados por las
moléculas de HLA-II. Los tres tipos celulares que cumplen estos requisitos son las células dendríticas, los macrófagos
y los linfocitos B.
La incorporación de antígenos del medio externo se realiza mediante pinocitosis o fagocitosis, según el tipo de
partícula y célula. El fagosoma formado, se fusiona con lisosomas constituyendo un fagolisosoma, que es donde se
produce la degradación de los antígenos en péptidos debido a al bajo pH y a la presencia de proteasas.
La biosíntesis de las moléculas HLA-II se realiza en el retículo endoplasmático de tal manera que una vez formadas, a
ellas se unen otras moléculas, las cadenas invariables (Ii). El complejo formado posteriormente se traslada al aparato
de Golgi desde donde se desvían a otra parte de la vía endocítica denominado compartimento de clase II (MIIC). Aquí
se inicia la proteólisis parcial de la cadena Ii, quedándose sólo que unida a la molécula HLA-I la porción de Ii que
ocupa la hendidura de unión a los péptidos, llamada cadena asociada a péptidos (CLIP). El CLIP se separa
posteriormente, pero el dímero se mantiene estable gracias a la intervención de una chaperona, el HLA-DM (Figura 6).
Después, las moléculas HLA-II se separan de HLA-DM si se asocia a un péptido capaz de conferirle suficiente
estabilidad y por último, el complejo estable HLA-II/péptido viaja a la superficie celular de la APC por vía vesicular
(Figura: Procesamiento APC).
La biosíntesis de moléculas HLA clase I, se realiza en el retículo endoplasmático (RE) en donde el heterodímero
formado por la cadena pesada y la beta-2-m es inestable en condiciones fisiológicas. Por ello requiere unirse a una
molécula llamada calnexina, que actúa como chaperona de HLA-I, manteniendo su estructura espacial. Después la
beta-2-m se une a la cadena pesada y la calnexina se desplaza para que HLA-I se una a otras chaperonas, como
la calreticulina. El complejo calreticulina/beta-2-m se une a una tercera chaperona llamada tapasina (Figura
Procesamiento célula diana).
Por otra parte, las proteínas endógenas son degradas en los proteosomas celulares en donde las proteínas son
degradadas hasta péptidos que posteriormente serán trasladados al interior del RE con ayuda del transportador
asociado de péptidos (TAP). Posteriormente las moléculas HLA-I, estabilizadas por los pépidos unidos a ellas, son
transportadas a la membrana celular donde quedan ancladas exponiéndose a los receptores de los linfocitos Tc.
En estado de reposo celular, las moléculas del HLA están ocupadas por péptidos propios, endógenas o exógenas, pero
cuando el organismo es atacado por un agente extraño, por ejemplo un virus, estos péptidos naturales son
desplazados por los péptidos virales.
Debido al polimorfismo de las moléculas del HLA, cada molécula de histocompatibilidad presenta una secuencia de
aminoácidos distinta en el lugar de unión al péptido. Esto implica que existen preferencias en cuanto al patrón de
péptidos que se unirán a cada una de las moléculas de HLA (Figura 7).Las moléculas de clase I unen péptidos cortos, de 8-
10 aa, y cada una de las moléculas puede unir 5.000 péptidos distintos que se unen a la cavidad de la molécula HLA por los
aminoácidos en posición 2 y 9 del péptido que son los "puntos de anclaje" (Tabla 6.1).
Las moléculas de clase II, unen péptidos de mayor tamaño que las de clase I, oscilan entre 12 y 20 aa y sus puntos de
anclaje a la cavidad del HLA se hace por los aminoácidos situados en las posiciones extremas de los péptidos.
En múltiples circunstancias se hace necesario analizar en el laboratorio clínico muestras humanas para conocer el tipo
de moléculas HLA o los genes que las codifican. Cuando se quiere confirmar un diagnóstico de un paciente que se sospecha
sufre una determinada enfermedad o patología asociada a la presencia de determinados tipos de estas moléculas; en
trasplantes de órganos sólidos y médula ósea para encontrar la máxima igualdad de moléculas HLA, compatibilidad HLA, entre
donantes y receptores y evitar así el rechazo en el futuro; en estudios de filiación familiar ya que al ser los genes humanas de
mayor polimorfismo, mediante su análisis se pueden analizar relaciones familiares entre padres e hijos.
Al análisis que se realiza en el Laboratorio de Inmunología para conocer el tipo de moléculas de histocompatibilidad o sus
alelos de un determinado individuo, se le denomina tipaje HLA. Este tipaje se hace utilizando bien métodos serológicos
o de biología molecular (genéticos), ó ambos si se requiere (Figura Tipaje HLA).
El método serológico, se realiza para identificar los tipos de molécula HLA presentes en las membranas celulares de
los linfocitos, siendo el método más utilizado el test de microlinfocitotoxicidad mediada por complemento. Éste se
realiza enfrentando a los linfocitos a estudiar a una batería de anticuerpos monoclonales específicos para cada una de
las moléculas HLA posibles. Posteriormente se añade complemento de tal manera que en los pocillos en los que se
encuentren los anticuerpos específicos con las moléculas HLA de un individuo determinado, se producirá lisis celular que es
visualizada al microscopio. Para identificar las células muertas y vivas, se usan los fluorocromos naranja de acridina y bromuro
de etidio. El primero, tiñe a las células de rojo, y nos indica cuales están muertas ya que se fija al ADN y el segundo tiñe las
células vivas de color verde brillante (Figura Tipaje serológico).
El estudio de HLA clase II, no se suele hacer por métodos serológicos pues requiere separar a los linfocito B del resto
de linfocitos, es por ello que se acude a métodos basado en biología molecular.
Las técnicas de biología molecular más usadas para el tipaje requieren en primer lugar amplificar un segmento de ADN por la técnica
de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) (Figura Tipaje por biología molecular).
El extraordinario polimorfismo de las moléculas HLA y sus genes está ayudando a comprender por qué unas personas desarrollan unas
Tabla
enfermedades y otras no. Además estos conocimientos están siendo una importante herramienta para el estudio genético de gran
8.
utilidad en biología y en medicina.
HLA
y
Así, desde hace varias décadas se sabe que el padecimiento de ciertas enfermedades se asocia con el incremento
enfermedad
en la frecuencia de un determinado alelo HLA. Esta asociación cuando tiene un valor estadísticamente significativo,
se viene considerando como un factor de susceptibilidad o un marcador de riesgo a padecer una
determinada enfermedad. Esto puede cifrarse estadísticamente como “riesgo relativo” (RR) y da una idea de la mayor o
menor probabilidad que tiene un sujeto a padecer una determinada enfermedad si presenta dicho marcador o alelo
HLA con respecto a aquellos individuos que no lo tienen (Tabla Enfermedades asociadas)