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Madame era hermosa, fina, delicada. Estaba a cargo del campo de su padre.
Era nieta de un pastor. El campo la aburría.
Primera parte - Capítulo 3 – pag 53 – Su padre era rico y casar a su hija era
un beneficio ya que le era una molestia. “Al señor Rouault no le hubiese
disgustado que le librasen de su hija, que casi no le servía para nada”.
Primera parte - Capítulo 7 – pag 75 – Emma tiene una gran decepción del
amor. “Cuando se cansó de golpear el eslabón sin conseguir arrancar una
chispa del corazón de su marido, incapaz, por otra parte, de comprender lo que
ella tampoco experimentaba ni de creer en nada que no revertiese las formas
convencidas, Emma acabó por convencerse de que la pasión de su marido no
tenía nada de extraordinario”.
Primera parte - Capítulo 9 – pag 89 – Emma sueña con vivir en París….. “Ella
estaba en Tostes; él, a la sazón, en Paris. ¿Cómo era Paris? ¡Que nombre tan
atractivo!
Primera parte - Capítulo 9 – pag 93 – Emma no sabe lo que quiere para su
vida. “Sentía deseos de viajar o de volver a vivir en el convento. Quería a la
vez morirse o residir en París”
quedar vacío y comenzó de nuevo una sucesión infinita de días tristes” …..”Me
fastidia todo” –decía.
Segunda parte - Capítulo 5 – pag 144… “Entonces, los apetitos carnales, los
apuros económicos y las melancolías de la pasión, todo se confundía en un
mismo martirio y, en vez de desviar su pensamiento, se aferraba más a él,
excitándola al dolor y buscando para ello todas las ocasiones. La irritaba un
plato mal servido o por una puerta entreabierta, se lamentaba del terciopelo
que no tenía, de la felicidad que le faltaba, de sus sueños demasiado elevados,
de su casa demasiado pequeña. Lo que la desesperaba era que Carlos no
parecía ni sospechar su suplicio. La convicción que tenía el marido de que la
hacía feliz le parecía un insulto imbécil, y su seguridad al respecto, ingratitud.
Segunda parte - Capítulo 6 – pag 156 – La pasión de Emma con León, pero
León toma la decisión de irse. “Entonces hubo un silencio. Se miraron; y sus
pensamientos, confundidos en la misma angustia, se apretaban se abrazaron
con fuerza, como dos pechos palpitantes”.
Segunda parte - Capítulo 7 – pag 169 – Emma conoce Rodolfo, quien quedo
cautivado por ella. “—¡Es muy guapa! —se decía — es muy guapa esa mujer
del médico. ¡Hermosos dientes, ojos negros, lindo pie, y el porte de una
parisina! ¿De dónde diablos habrá salido? ¿Dónde la habrá encontrado ese
patán?
Segunda parte - Capítulo 8 – pag 175 – Emma tiene una conversación con
Rodolfo y el se le insinúa. “—¡Qué hermosas margaritas —dijo él— para
proporcionar muchos oráculos a todas las enamoradas del país! Y añadió: —
¿Si yo cogiera algunas? ¿Qué piensa usted? —¿Está usted enamorado? —dijo
ella tosiendo un poco. —¡Eh!, ¡eh!, ¿quién sabe? —contestó Rodolfo.”
Segunda parte - Capítulo 8 – pag 184 – Emma y Rodolfo tienen
conversaciones sobre la moral social – “¡Pues no! ¿Por qué predicar contra las
pasiones? ¿No son la única cosa hermosa que hay sobre la tierra, la fuente del
heroísmo, del entusiasmo, de la poesía, de la música, de las artes, en fin, de
todo? —Pero es preciso ——dijo Emma— seguir un poco la opinión del mundo
y obedecer su moral. —¡Ah!, es que hay dos —replicó él—. La pequeña, la
convencional, la de los hombres, la que varía sin cesar y que chilla tan fuerte,
se agita abajo a ras de tierra, como ese hato de imbéciles que usted ve. Pero la
otra, la eterna, está alrededor y por encima, como el paisaje que nos rodea y el
cielo azul que no alumbra”
Segunda parte - Capítulo 9 – pag 202 - ¡Hago mal! ¡Hago muy mal! – decía
Emma- Es una locura escucharle. Emma quiere controlar su pasión.
Segunda parte - Capítulo 9 – pag 204 –Emma acepta lo que siente por
Rodolfo. “¡Tengo un amante! ¡Tengo un amante se repetía!”….”El dia siguiente
lo pasó con una dulzura desconocida. Emma le contaba sus pesares. Rodolfo
le interrumpía para besarla….”
Segunda parte - Capítulo 10 – pag 207 –Emma hacía de todo para ver a su
amante y tenía miedo de perderlo…..” Poco a poco, estos temores de Rodolfo
se apoderaron también de ella. Al principio el amor la había embriagado y
nunca había pensado más allá. Pero ahora que le era indispensable en su vida,
temía perder algo de este amor, o incluso que se viese perturbado.”
Segunda parte - Capítulo 10 – pag 212 y 213- Emma era muy intensa en su
manera de amar, Rodolfo no sentía ya lo mismo.
Rodolfo pensaba: “…se estaba poniendo muy sentimental. Habían tenido que
intercambiarse retratos, se habían cortado mechones de cabello, y Emma
pedía ahora un anillo, un verdadero anillo de matrimonio en señal de alianza
eterna.” – “Ya no empleaba como antes aquellas palabras tan dulces que la
hacían llorar, ni aquellas vehementes caricias que la enloquecían; de modo que
su gran amor en el que vivía inmersa le pareció que iba descendiendo bajo sus
pies, como el agua de un río que se absorbiera en su cauce, y percibió el
fango. No quería creerlo; redobló su ternura; y Rodolfo, cada vez menos, ocultó
su indiferencia. “
“Las apariencias, sin embargo, eran más tranquilas que nunca, pues Rodolfo
había acertado a llevar el adulterio según su capricho; y al cabo de seis meses,
cuando llegó la primavera, se encontraban, el uno frente al otro, como dos
casados que mantienen tranquilamente una llama doméstica.”
Segunda parte – Capitulo 11 – pagina 219 – Emma era ambiciosa del dinero
– “Ella no pedía otra cosa que apoyarse en algo más sólido que el amor.”
Tal era la ambición que cuando le convenía veía con buenos ojos a su marido
Segunda parte – Capitulo 11 – pagina 228 – La fama del marido duró poco y
todas los proyectos. Emma empieza a despreciarlo nuevamente.
“Emma frunció el ceño con un gesto nervioso, después continuó. Era por él, sin
embargo, por aquel ser, por aquel hombre que no entendía nada, que no sentía
nada, pues estaba allí, muy tranquilamente, y sin siquiera sospechar que el
ridículo de su nombre iba en lo sucesivo a humillarla como a él. Había hecho
esfuerzos por amarle, y se había arrepentido llorando por haberse entregado a
otro.”
“En efecto, aquella ternura crecía de día en día, a medida que aumentaba el
rechazo de su marido. Cuanto más se entregaba a uno, más detestaba al otro;
jamás Carlos le había parecido tan desagradable, con unas manos tan toscas,
una mente tan torpe, unos modales tan vulgares como después de sus citas
con Rodolfo, cuando se encontraban juntos.”
Emma solo planeaba que Rodolfo se la llevase lejos, pero Rodolfo dio muchas
excusas hasta que por fin dijo la verdad, que no podía dejar todo y expatriarse
a causa de ella. Y la abandonó a través de una carta.
“El invierno fue rudo. La convalecencia de la señora fue larga. Cuando hacía
bueno, la llevaban en su sillón al lado de la ventana, la que daba a la plaza,
pues seguía manteniendo su rechazo a la huerta, y la persiana de este lado
estaba constantemente cerrada. Ella quería que vendiesen el caballo; lo que
antes amaba ahora le desagradaba.”
Luego de sus crisis y depresión Emma comienza una vida religiosa y mistica.
Ya comenzaba a olvidar a Rodolfo.
Pasa el tiempo y Leon vuelve a la vida d Emma.
Emma salio a pedir plata para que no le embarguen las cosas y la casa, le pidió
a Leon y a Rodolfo sin éxito. Quiso seducir a Lhereaux pero no pudo conseguir
nada.
“Ella estuvo cobarde, le suplicó; a incluso apoyó su linda mano blanca y larga
sobre las rodillas del comerciante. —¡Déjeme ya! ¡Parece que quiere
seducirme! —¡Es usted un miserable! exclamó ella”
“Carlos cayó de rodillas ante su lecho. —¡Habla!, ¿qué has comido? ¡Contesta,
por el amor de Dios! Y la miraba con unos ojos de ternura como ella no había
visto nunca. —Bueno, pues allá..., allá... —dijo con una voz desmayada. Carlos
saltó al escritorio, rompió el sello y leyó muy alto: «Que no acusen a nadie.» Se
detuvo, pasó la mano por los ojos, y volvió a leer. —¡Cómo!... ¡Socorro!, ¡a mí!
Y no podía hacer otra cosa que repetir esta palabra: «¡Envenenada!,
¡envenenada!” (Pag 373)