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La Argentina, más transnacionalizada que Brasil

Por: Julio Sevares – 2008

Uno de los latiguillos del discurso económico convencional es que la economía argentina
está aislada del mundo y que no resulta atractiva para la inversión extranjera, a diferencia de lo que
sucede con Brasil. Un índice de Naciones Unidas muestra una realidad diferente: Argentina está
recibiendo más inversión externa que Brasil en términos reales y su grado de transnacionalización es
mayor que el del vecino y que el de otros países latinoamericanos. Y, en el sector de industrias
extractivas el grado de transnacionalización está a la par de los países africanos más colonizados
económicamente.

Según el reciente World Investment Report 2007 de la UNCTAD, en 2006 la economía local
recibió 4,809 millones de dólares de inversión externa directa (IED), algo menos que el año
precedente. En el mismo período, Brasil obtuvo18.782 millones.

De acuerdo a estos números, Brasil luce mucho más atractivo que Argentina para el capital
externo. Pero si se considera la inversión en relación al PBI de cada país (Este último según los
números del Centro de Estudios Internacionales (CEI) de Cancillería), la situación se revierte: En
2006 Brasil recibió inversiones directas equivalentes al 1,76% de su PBI, mientras que la Argentina
un 2,26%, es decir, 28% más en términos reales. El resultado de esta medición es compatible con la
información cotidiana de ingreso de capitales extranjeros --por otra parte mayoritariamente
brasileños-- para comprar firmas locales, que refleja el atractivo que ejerce la economía local para el
capital externo.

Los efectos de esos ingresos se refleja en el creciente grado de extranjerización


del aparato productivo argentino: en los cuatro años del pasado Gobierno se vendieron más de 490
empresas y, según las cifras del INDEC, el 72% de las 500 compañías líderes del país, son
extranjeras. Pero la comparación no termina aquí. El citado informe de la UNCTAD publica un
Indice de Transnacionalización confeccionado en base a cuatro variables: ingresos de IED como
porcentaje de la formación bruta de capital fijo; stock de IDE en relación al PBI, valor agregado de
las filiales extranjeras y cantidad de empleados de esas filiales en relación al total del empleo.

El índice de 2006 muestra a la Argentina con un grado de transnacionalización


mayor que el de Brasil, México, China, India y otros países periféricos y de desarrollo intermedio, y
en un escalón similar al de España y Francia. El número Indice de la UNCTAD es 18 para
Argentina y 16 para Brasil y México. Chile, con una economía más chica y mucho más
transnacionalizada, tiene un índice 30.

La situación se repite en dos variables que forman parte del Indice: En 2006, el stock
de IED en relación al PBI fue del 27,4% en Argentina y de 20,85 en Brasil. En Chile fue del 55,4%
y en México similar al local. Paralelamente, la Inversión Externa Directa como porcentaje de la
formación bruta de capital fijo fue del 9,6% en Argentina y del 10,5% en Brasil.

Estas cifras muestran, de paso, que si bien la inversión externa es importante en


términos cuantitativos (por las divisas que aporta), y en términos cualitativos (por la tecnología que
puede venir asociada a la inversión), la mayor parte de la formación de capital, aún en economías
muy abiertas a la inversión externa como la argentina, es de capital local. En este sentido, estas
economías viven fundamentalmente, según los términos de Aldo Ferrer, "con lo suyo".

LA MINERIA Y EL PETROLEO SON AJENOS

En la gran minería, la transnacionalización argentina no sólo es enormemente mayor que


la de Brasil, es absoluta. En los últimos años, debido al aumento de los precios de los minerales en
el mercado mundial, muchos yacimientos de diversos argentinos de diversos minerales se
convirtieron en rentables y atrajeron fuertes inversiones externas.

Este movimiento fue estimulado también por las excepcionales condiciones fiscales y la
garantía de continuidad de la legislación por treinta años, que proporciona le ley de promoción
minera (beneficio este último que está dificultando el propósito del Gobierno de imponer
retenciones a las crecientes y rentable exportaciones mineras).

Esto explica que, según la UNCTAD, la participación de las filiales de empresas


transnacionales en el total de la producción minera argentina en 2006 sea del 100%, una cifra que
sólo se encuentra en países africanos como Gabón, Ghana, Guinea, Mali y en algunos asiáticos
periféricos.

En Brasil, el cuadro es muy diferente. La participación del capital externo en la gran


minería es de poco más del 10%. Además, el país vecino cuenta con Vale Do Rio Doce, fundada en
1942 como empresa pública, privatizada en 1997 y que actualmente tiene un 12% de participación
estatal. En 1995, Vale era la N°6 en el ránking mundial de empresas de minería metálica de la
UNCTAD y en 2005, trepó hasta el tercer puesto, detrás de BHP Billiton y Rio Tinto.

En Petróleo el cuadro presenta algunas similitudes. La participación de filiales extranjeras


en la producción de petróleo y gas de 2005 fue del 81% en la Argentina y de sólo el 2% en Brasil.
En Latinoamérica, el promedio es del 18%.

El grado de participacion de empresas extranjeras en la producción de gas y petróleo que


tiene la Argentina, sólo es superada por Guinea Ecuatorial y Oceania En promedio en el mundo en
desarrollo es de 18,9% y en el desarrollado del 36,0% y el mundial del 22,4%.

Más aún, mientras Argentina no tiene una gran empresa petrolera nacional, la brasileña
Petrobras n° 17 ranking 2005 Repsol, la empresa dominante en el mercado, trepó del puesto N° 48
en 1995, al N° 30 en 2005, período en el cual las reservas locales de hidrocarburos se redujeron a un
nivel crítico.

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