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DOCTRINA
JURISPRUDENCIA
LEGISLACIÓN
Directores académicos: 1. Derecho Procesal. I. Parada, Ricardo Antonio, comp. II. Errecaborde, José
Mariano H. Borinsky y Daniel, comp.
CDD 347.05
Daniel Schurjin Almenar
ISBN 978-987-793-310-9
clientes@errepar.com
errepar.com Esta edición se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Digital Ferreti SAS,
Buenos Aires, República Argentina, en marzo de 2023
Temas de
Derecho
Procesal
DOCTRINA
GABRIEL H. QUADRI
Algunas cuestiones sobre sanciones conminatorias y efectividad
de la justicia………………………………………………………………… || 99
ADRIÁN O. MOREA
El mandato preventivo……………………………………………………… || 123
GASTÓN A. NAVARRO
Complejidades e implicancias en el uso de los sistemas de videoconferencia
en la administración de justicia…………………………………………… || 137
MARCOS F. BONGIOVANNI
La mediación a distancia y la matrícula del abogado patrocinante……… || 153
NATALIA M. SALOMONE
El artículo 29 de la ley 13133 y el ¿acceso? a la justicia………………… || 157
JURISPRUDENCIA
❙ COMENTADA
lEGISLACIÓN
❙ NACIONAL………………………………………………………… || Erreius Online
(1) Abogado (UM). Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales. Secretario de la Cámara de Apelación
Civil y Comercial de Morón. Director del Instituto de Derecho Procesal del Colegio de Abogados
de Morón. Autor de varios libros, capítulos en obras colectivas y múltiples publicaciones en revistas
especializadas. Ganador del premio “Accésit” de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias
Sociales de Buenos Aires por la obra “La prueba en el proceso civil y comercial” - Ed. AbeledoPerrot
- Bs. As. - 2011. Integrante del Foro de Derecho Procesal Electrónico (E-procesal)
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(2) Aquí cabe una aclaración: lo que marco es para el caso de aquellos operadores a los que les interesa
una buena organización y una mejor gestión de recursos. A los otros, los burócratas judiciales, el
incumplimiento les dará exactamente lo mismo. No hay que engañarse en esto
(3) Otros aspectos de la conminación procesal hemos tratado en “Astreintes al Estado Nacional: la
Corte Suprema define una discusión” - ERREPAR - TDP - abril/2020 - Cita digital: IUSDC3287343A y
“Medidas para asegurar el cumplimiento de la obligación alimentaria” - ERREPAR - TDP - abril/2022
- Cita digital: IUSDC3288925A, ambos en la base de datos de la editorial
(4) Peyrano, Jorge W.: “Procedimiento Civil y Comercial” - Juris - T. II - Santa Fe - 1992 - pág. 3
(5) Diccionario de la Lengua Española - Vigésimo primera edición - Madrid - 1992
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La jurisprudencia local ha señalado, sobre el punto, que el juez que está investido
de la autoridad de juzgar debe contar con los medios idóneos para hacer cumplir sus
decisiones.(13)
Es que, como lo señala la doctrina, al ordenamiento jurídico le interesa, por sobre
todas las cosas, que se respeten los deberes impuestos por los magistrados.(14)
Ahora bien, no es el uso de la fuerza pública la única manera de lograr el
cumplimiento de lo decidido y ordenado por la jurisdicción.
Es que, en muchos casos, el uso de la fuerza pública puede ser inviable, insuficiente
o, incluso, innecesariamente gravoso.
Según ha expresado Peyrano en muchas oportunidades (todas, diríamos nosotros),
hace al mejor servicio de justicia que el destinatario de la medida la cumplimente por sí
mismo.(15)
Hay algo obvio: lo mejor siempre será que aquel sujeto a quien la jurisdicción
impuso determinada obligación o deber lo cumpla y acate voluntariamente.
Habrá ocasiones en las que lo hará, pero otras en las que no.
Y aquí es donde cobran relevancia las medidas de coacción o compulsión
tendientes a torcer la voluntad del obligado que se rehúsa a cumplir espontáneamente
el mandato que le fuera impartido desde el Poder Judicial.
Bien ha dicho la doctrina que la coacción ofrece diversas modalidades y gradaciones
para llegar a lograr su finalidad, que es el respeto a la ley y a las decisiones judiciales.(16)
Peryano nos habla de las medidas de apremio en general, teniendo por tales a todas
y cada una de las encaminadas a superar las dificultades propias de las ejecuciones de
los mandatos judiciales.(17)
El tema, a no dudarlo, da lugar a variadas reflexiones desde que, como lo apunta
la doctrina ibérica con toda exactitud, la regulación de las medidas de compulsión
afectará directamente, en el aspecto positivo, a la garantía de efectividad de la tutela y,
en el negativo, habrá que cuidar su incidencia en principios tales como la garantía de
defensa previa, presunción de inocencia, principios de proporcionalidad y adecuación y
el principio de legalidad punitiva.(18)
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(19) Peyrano, Jorge W.: “Medida cautelar innovativa” - Depalma - Bs. As. - 1981 - págs. 109 y ss.
(20) Brest, Irina D.: “Astreintes en el proceso contencioso administrativo de la provincia de
Corrientes a la luz de la ley 26.944 de Responsabilidad del Estado” - LLLitoral - marzo/2016 -
127; Compagnucci De Casso, Rubén: comentario al art. 804 en Medina, Graciela y Rivera, Julio
C. (Dirs.): “Código Civil y Comercial de la Nación comentado” - T. III - La Ley - CABA - 2014,
versión e-book disponible en Thomson Reuters Proview; Jueguen, María C.: “Astreintes en el
derecho del trabajo conforme el art. 804 del Código Civil y Comercial” - Ed. AbeledoPerrot -
Revista de Derecho Laboral y Seguridad Social - Bs. As. - 2015-B - 2391; “Muñoz Daniel H.
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c/Delta Car SA s/ejecución de multas procesales y astreintes” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala
1ª - 1/3/2016; “P. M. A. G. c/Bristol Medicine (Quorum Medicina Familiar) y otros s/amparo” -
CFed. La Plata - Sala 3ª - 27/9/2016, voto del Dr. Vallefin, Base de datos Microjuris
(21) “Simón, Elías Alberto s/incidente civil” - CNCiv. - Sala J - 11/8/2015 - Sumario N°24919 de
la Base de Datos de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil
(22) Llambias, Jorge J., “Código Civil anotado” - T. II A - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 1979 - pág. 455
(23) Palacio, Lino E.: “Derecho procesal civil” - Ed. AbeledoPerrot - T. II - Bs. As. - 1977 - pág. 241
(24) López Mesa, Marcelo: “Medios de forzar el cumplimiento de las obligaciones. Las astreintes
como mecanismo de compulsión” - DJ 2001-3 - 569
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Arazi las conceptualiza como condenaciones de carácter pecuniario que los jueces
aplican a quien no cumple un deber jurídico impuesto en una resolución judicial.(25)
Camps las define como verdaderas penas conminatorias de carácter provisorio,
destinadas a vencer la deliberada resistencia de aquel que se niega a cumplir un mandato
impuesto por orden judicial.(26)
A decir de otros autores, constituyen condenaciones judiciales conminatorias,
pecuniarias, aplicables al deudor que se resiste al cumplimiento de las obligaciones
emanadas de un mandato judicial en su contra.(27)
Sin hacer mayor hincapié en sus caracteres específicos, se ha destacado que
son vías compulsivas indirectas que la ley autoriza a aplicar en contra del sujeto que
no cumple lo dispuesto en una resolución judicial(28); con similar orientación, se ha
señalado que constituyen recursos compulsivos que puede implantar el juez para hacer
cumplir sus resoluciones.(29)
La Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, haciendo suyos
conceptos provenientes de la doctrina, tiene dicho que las sanciones conminatorias
constituyen condenas pecuniarias tendientes a presionar sobre la voluntad de la parte
que resiste a cumplir un deber impuesto en una resolución judicial, constituyendo una
forma de coacción psicológica, a fin de determinar su voluntad, forzándolo a cumplir
la resolución, cuando la clase de prestación contenida en la condena impide que se
obtenga por otros medios.(30)
Veamos ahora cuál es su finalidad.
Según acotara Arazi, las sanciones conminatorias tienen como finalidad obtener
el efectivo cumplimiento de un mandato cuando es resistido por el obligado(31), conceptos
que la jurisprudencia ha hecho suyos.(32)
Así, se indica que tienen el propósito de asegurar el acatamiento de medidas
ordenadas judicialmente que tengan por objeto el cumplimiento de un deber específico
a cargo de un sujeto pasivo de esa imposición.(33)
Veamos, para analizar el punto, cómo funciona el instituto.
(25) Arazi, Roland, en AA.VV.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
Aires. Anotado y concordado” - Ed. Rubinzal-Culzoni Editores - T. I - Bs. As. - 2009 - pág. 85
(26) Camps, Carlos E.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires” -
Ed. LexisNexis - T. 1 - Bs. As. - 2004 - pág. 84
(27) Miguens, Dolores: “Breves consideraciones con relación a la cosa juzgada y a la aplicación
de astreintes” - LL - 1997-C - 932
(28) Tinti, Guillermo: “Astreintes: requisitos para su aplicación y cuantificación del monto” -
LLC - 1997 - 1099
(29) Grillo, Iride I. M.: “Las astreintes: el respeto a la Justicia” - LL Litoral - octubre/2008 - 935
(30) “Martínez Baz, Manuel contra Hospital Privado Mariano Moreno SA Ejecución” - SCBA -
30/11/2011, in extenso en sitio web de la SCBA
(31) Arazi, Roland, en AA.VV.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
Aires. Anotado y concordado” - Ed. Rubinzal-Culzoni Editores - T. I - Bs. As. - 2009 - pág. 85
(32) “CJE SRL c/Osorio, Claudia Mabel s/Cobro ejecutivo” - Cám. Civ. y Com. San Martín - Sala
3° - 26/3/2009 - Juba sumario B3650075
(33) “Aparicio, Olga Elvira c/Tessone, Adriana E. s/Disolución de sociedad de hecho” - Cám.
Civ. y Com. San Martín - Sala 2° - 23/12/2008 - Juba sumario B2004158
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(34) Tinti, Guillermo: “Astreintes: requisitos para su aplicación y cuantificación del monto” -
LLC - 1997 - 1099
(35) Peyrano, Jorge W.: “Poderes de hecho de los jueces. Medida conminatoria” - LL - 1988-D - 851
(36) Brebbia, Roberto H.: “Las ‘astreintes’ en el derecho positivo argentino después de la reforma
del Código Civil de 1968” - LL - 1996-B - 1145; Llambias, Jorge J., “Código Civil anotado” -
T. II A - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 1979 - pág. 456; Morello, Augusto M.: “Las ‘astreintes’.
Su recepción jurisprudencial y legislativa” - Jus Revista jurídica de la provincia de Buenos Aires
- nº 2 - 1962 - 129; Smith, Juan C.: “Incorporación de las astreintes en la legislación argentina”
- LL - Obligaciones y Contratos. Doctrinas Esenciales - T. I - pág. 177; “Sala Victorica, Oscar
Alberto c/Gulminelli de Bargbagelat, María s/Motivos de vecindad” - Cám. Civ. y Com. Mar del
Plata - Sala 2° - 18/11/2010 - Juba sumario B1404686
(37) Arazi, Roland, en AA.VV.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos
Aires. Anotado y concordado” - Ed. Rubinzal-Culzoni Editores - T. I - Bs. As. - 2009 - pág.
87; Saravia Patrón, Vicente D.: “Las astreintes” - LL - Obligaciones y Contratos. Doctrinas
Esenciales - T. I - pág. 205
(38) Caruso, Eduardo A. en Highton, Elena y Arean, Beatriz (Dir.): “Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación” - Ed. Hammurabi - T. 1 - Bs. As. - 2004 - pág. 574
(39) Saravia Patrón, Vicente D.: “Las astreintes” - LL - Obligaciones y Contratos. Doctrinas
Esenciales - T. I - pág. 205; “D. B. E. c/Z. D. E. s/Alimentos - Inc. Art. 250” - Cám. Civ. y Com.
San Isidro - Sala 1° - 14/5/1990 - Juba sumario B1700291
(40) Diaz, Clemente A.: “Instituciones de derecho procesal” - Ed. AbeledoPerrot - T. 1 - Bs. As.
- 1968 - pág. 165; Kielmanovich, Jorge L.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación.
Comentado y Anotado” - Ed. AbeledoPerrot - T. 1 - Bs. As. - 2006 - pág. 117; CSJN, Fallos:
326:3081 y 331:933; “Montero, Abelardo v. Astilleros Ortholan SRL s/proceso de ejecución” -
CNFed. Cont. - Sala II - 25/8/2005
(41) Torres Traba, José M.: “Las sanciones conminatorias (astreintes): Características
particulares” - LL - 2009-B - 221
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(49) Cazeaux, Pedro N. y Trigo Represas, Félix A.: “Derecho de las obligaciones” - T. 1 - pág.
130
(50) Llambias, Jorge J., “Código Civil anotado” - T. II A - Ed. AbeledoPerrot - Bs. As. - 1979
- pág. 456; Smith, Juan C.: “Incorporación de las astreintes en la legislación argentina” - LL -
Obligaciones y Contratos. Doctrinas Esenciales - T. I - pág. 177
(51) Moisset De Espanés, Luis: “Sanciones conminatorias o ‘astreintes’. Obligaciones a las que
son aplicables” - LL - 1983-D - 128
(52) Baratelli, Germán A.: “Astreintes. La protección legal del crédito” - DJ - 24/12/2014 - 5
(53) “Prolongo, Silvia E. c/SICAL SA” - CNCiv. - Sala H - 28/8/2003
(54) “Barna, Norberto y otros c/Ferrocarril Mesopotámico Gral. Urquiza s/Ejecución de
astreintes” - Cám. Civ. y Com. San Martín - Sala 2° - 23/10/2003 - Juba sumario B2002788
(55) “Carcavelos, Juan M. c/Rufino Fernando s/entrega de documentación” - C2º La Plata - Sala
3 - 8/4/1960 - Jus, Revista Jurídica de la Provincia de Buenos Aires - n° 2 - 1962 - pág. 135
(56) “Sala Victorica, Oscar Alberto c/Gulminelli de Bargbagelat, María s/Motivos de vecindad” -
Cám. Civ. y Com. Mar del Plata - Sala 2° - 18/11/2010 - Juba sumario B1404686
(57) “Mielgo, Tomás v. Policlínica Solís SRL” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala 2° - 19/5/2008
109
(58) Saravia Patrón, Vicente D.: “Las astreintes” - LL - Obligaciones y Contratos. Doctrinas
Esenciales - T. I - pág. 205
(59) López Mesa, Marcelo: “Medios de forzar el cumplimiento de las obligaciones. Las astreintes
como mecanismo de compulsión” - DJ 2001-3 - 569
(60) “Morreale Cayetano Luis c/Morreale Ángel s/Inc.” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala 2° -
29/4/2004
(61) “De Filippi, Irma M. c/Complejo Sui Generis y otros” - Cám. Civ. y Com. 5a Nominación
de Córdoba - 3/8/1995
(62) Torres Traba, José M.: “Las sanciones conminatorias (astreintes): Características
particulares” - LL - 2009-B - 221
(63) Brebbia, Roberto H.: “Las ‘astreintes’ en el derecho positivo argentino después de la reforma
del Código Civil de 1968” - LL - 1996-B - 1145
(64) “Guiral de Gómez, Elma c/Estado Mayor General del Ejército” - CNFed. Cont. - Sala IV -
13/3/1997
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(65) Camps, Carlos E.: “La reforma procesal civil y el Código Civil y Comercial: primeras reflexiones”
- RCCyC - octubre/2016 - 3
(66) Voto del Dr. de Lázzari en “Vallejos, Margarita Rosa contra Verkuyl, Martín Conrado y
otros. Nulidad de donación” - SCBA - 10/8/2016
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No es, entonces, que haya algún cambio en el texto de las normas, sino su contexto
el que nos acerca una interpretación renovada, en clave convencional y constitucional,
que tendrá por norte la procura de una tutela jurisdiccional más efectiva, llevando a
descartar cualquier interpretación que contraríe aquel propósito.
Así, renombrada doctrina ha dicho que, en la actualidad, el principio cardinal
de la tutela judicial efectiva ofrece una nueva mirada de las sanciones conminatorias,
pues desde ese prisma no solo debe garantizarse a todo individuo la posibilidad de hacer
valer judicialmente sus derechos mediante técnicas procesales idóneas, sino además la
pronta ejecución de las órdenes judiciales que los reconocen.(67)
De este modo, por ejemplo, el carácter potestativo de estas sanciones que a veces
se menciona debería releerse. ¿Pueden seguir considerándose así, y no de obligatoria
imposición, cuando se perfilan como medio eficiente para dotar de eficacia, en el caso
concreto, a la prestación jurisdiccional?
Incluso el mandato genérico de prevención de daños (art. 1710, CCyCo.) y la regla
del artículo 10, parte final, del mismo estatuto normativo (que, como una de las reglas
que preside todo el ordenamiento, manda al juez a disponer lo necesario para evitar los
efectos de actos abusivos) vienen a incidir, a modo de norte interpretativo, en la cuestión.
Además, la cuestión de las sanciones conminatorias debe manejarse no solo en
clave de efectividad, sino que también debe tenerse en vista siempre la concreta situación
de la que se trate y si no existen otras disposiciones constitucionales o convencionales
que puedan ejercer influencia.
Así, todo lo que venimos diciendo puede resultar, aún, de mayor intensidad cuando
el acatamiento de los mandatos involucre, de alguna manera, los derechos de personas
destinatarias de alguna protección especial (NNA, adultos mayores, consumidores,
personas con problemática de salud mental, mujeres en situación de violencia, etc.) o
controversias de atención prioritaria (ambientales, familiares, cuestiones habitacionales,
etc.).
En estos casos, desde nuestro punto de vista, es imprescindible que la jurisdicción
dinamice, al máximo, todos los recursos que tenga a su alcance a la hora de asegurarse
el cumplimiento de sus mandatos.
Veamos, ahora, algunos ejemplos de cómo opera -en la praxis- esta novedosa
mirada.
Ha dicho la jurisprudencia de la Provincia de Buenos Aries que “en materia de
alimentos, donde los principales beneficiarios son niños, niñas y adolescentes, y en pos
de garantizar el superior interés de ellos, el Código Civil y Comercial de la Nación otorga
a los jueces la facultad de hacer cumplir sus decisiones de las formas más variadas, no
solo de aquellas tradicionalmente previstas en los códigos procesales. El artículo 670 del
citado ordenamiento refiere a las normas relacionadas a la obligación alimentaria entre
parientes, las que prevén, entre otras medidas, la aplicación de intereses a las sumas no
satisfechas en fecha, fijando la tasa más alta que los bancos cobran a sus clientes (cfr.
art. 552, CCyCo.). Así, según surge de las constancias del sub lite, la aplicación de las
citadas previsiones luce razonable, en tanto durante el tiempo que duró el incumplimiento
(67) Peyrano, Jorge W., Pauletti, Ana C., Esperanza, y Silvia L.: “¿Pueden quedar impunes las
desobediencias a mandatos judiciales cometidas por el estado nacional y sus agentes?” - ED -
260:853
112
(68) “S. M. c/O. A. L. s/ejecución de sentencia” - Cám. Civ. y Com. Lomas de Zamora - Sala
1º - 25/11/2015
(69) “P. M. A. G. c/Bristol Medicine (Quorum Medicina Familiar) y otros s/amparo” - CFed. La
Plata - Sala 3ª - 27/9/2016, voto de la mayoría
(70) “D., N. B. c/R., R. J. s/alimentos” - Juzg. Familia N° 3 Chubut - 10/11/2016
113
(71) Ver al respecto López Mesa, Marcelo J.: “La ejecución de sentencias contra el Estado y las
astreintes (¿Son realmente efectivas las astreintes para compeler al Estado a cumplir las sentencias
dictadas en su contra?)” - JA - 1999-III-1112
(72) Compagnucci De Casso, Rubén: comentario al art. 804 en Medina, Graciela y Rivera, Julio
C. (Dirs.): “Código Civil y Comercial de la Nación comentado” - T. III - La Ley - CABA - 2014,
114
Por ello se dice que son arbitrarias, en el sentido de que su monto no debe guardar
relación alguna con la prestación debida, ni con el eventual daño sufrido o a sufrir(73), ni
con el monto del pleito.(74)
La doctrina ha resaltado que este es uno de los caracteres que las torna más
eficaces(75) resultando obvio que, si el monto de las astreintes no pudiera exceder al del
perjuicio ocasionado, el instituto perdería toda eficacia como medida de compulsión.(76)
Así lo ha señalado la doctrina: debe graduarse el monto con la intensidad necesaria
para doblegar la porfía del obligado.(77)
Y, lo más importante, esto mismo ha sido expresado por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación.(78)
Ahora bien, ¿es totalmente discrecional el monto? ¿Puede el juzgador fijar uno
cualquiera?
Desde ya que no.
La jurisprudencia ha dicho que el marco discrecional que rige la determinación de
las astreintes no puede llevarse al extremo de superar los límites representativos de las
funciones que están llamados a satisfacer.(79)
Además, la propia ley lo condiciona y limita.(80)
Hemos visto ya que tanto el Código Civil y Comercial como el Procesal indican que
las sanciones se graduarán en proporción al caudal económico de quien deba satisfacerlas,
y así lo ha destacado la jurisprudencia.(81)
La doctrina indica que esa es la pauta que el juez deberá tener en cuenta.(82)
versión e-book disponible en Thomson Reuters Proview; “Morreale Cayetano Luis c/Morreale
Ángel s/Inc.” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala 2° - 29/4/2004
(73) López Mesa, Marcelo: “Medios de forzar el cumplimiento de las obligaciones. Las astreintes
como mecanismo de compulsión” - DJ 2001-3 - 569; Saravia Patrón, Vicente D.: “Las astreintes”
- LL - Obligaciones y Contratos. Doctrinas Esenciales - T. I - pág. 205; “Esteban Lagares SCA
c/Provincia de Buenos Aires s/Reivindicación” - C2° Civ. y Com. La Plata - Sala 3° - 16/3/1989
- Juba sumario B350051
(74) Imatz, Andrea A.: “Astreintes” - LL - 1992-A, 8; Torres Traba, José M.: “Las sanciones
conminatorias (astreintes): Características particulares” - LL - 2009-B - 221
(75) Cazeaux, Pedro N. y Trigo Represas, Félix A.: “Derecho de las obligaciones” - T. 1 - pág.
127
(76) Pérez Giménez, Pablo: “Las sanciones conminatorias o astreintes. Un análisis doctrinario
actual” - LLC - julio/2009 - 575
(77) Fassi, Santiago C. y Yáñez, César D.: “Código procesal civil y comercial. Comentado,
anotado y concordado” - Ed. Astrea - T. 1 - Bs. As. - 1988 - pág. 292
(78) CSJN, Fallos: 320:186 y 324:3041
(79) “D., A. S. v/Z., A. S. s/ejecución de alimentos – incidente” - CNCiv. - Sala L - 3/12/2008
(80) Torres Traba, José M.: “Las sanciones conminatorias (astreintes): Características
particulares” - LL - 2009-B - 221
(81) “Melechanco, Gregorio c/Cofiven, SA y otra” - CNCiv. - Sala B - 18/12/1985; “Illanes, Mirta
D. y otros v/Provincia de Chubut s/demanda contencioso administrativa y de inconstitucionalidad/
incidente de medida cautelar” - TS Chubut - 10/12/2003
(82) Caruso, Eduardo A. en Highton, Elena y Arean, Beatriz (Dir.): “Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación” - Ed. Hammurabi - T. 1 - Bs. As. - 2004 - pág. 574; Pérez Giménez,
115
116
(91) Tinti, Guillermo: “Astreintes: requisitos para su aplicación y cuantificación del monto” -
LLC - 1997 - 1099
(92) Brebbia, Roberto H.: “Las ‘astreintes’ en el derecho positivo argentino después de la reforma
del Código Civil de 1968” - LL - 1996-B - 1145
(93) “Morreale Cayetano Luis c/Morreale Ángel s/Inc.” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala 2° -
29/4/2004
(94) “Eléctrica Oeste Iluminación v/Empresa Ferrocarriles Argentinos s/cobro de sumas de
dinero” - CNFed. Civ. y Com. - Sala III - 27/4/2006
(95) Brebbia, Roberto H.: “Las ‘astreintes’ en el derecho positivo argentino después de la reforma
del Código Civil de 1968” - LL - 1996-B - 1145; Palacio, Lino E.: “Derecho procesal civil” -
Ed. AbeledoPerrot - T. II - Bs. As. - 1977 - pág. 241
(96) CSJN, Fallos: 278:47
(97) “Vidal, Carlos Jorge v/Estado Nacional s/accid. de trabajo art. 1113 cciv.” - CNFed. Civ. y
Com. - Sala II - 6/2/2003
117
no deseaba que la suma dineraria siguiera creciendo, no tenía más que cumplir, en su
momento, con la manda judicial respectiva.(98)
Aunque, contrariamente (e incorrectamente, en nuestro sentir), en otros casos se
ha ponderado (entre otras variables) el elevado importe al que ha llegado la sanción en
el transcurso de su devengamiento -cuyo incremento futuro presumiblemente habría de
perpetuarse de mantenerse las condiciones vigentes- para disponer, excepcionalmente,
la cesación de las astreintes.(99)
Llegado este punto, y trasladado a la problemática de hoy en día, confesamos que
-a veces- cuando leemos resoluciones nos sorprende la parquedad de los tribunales al
establecer los montos.
La pregunta es ¿alguien cree que una empresa de gran envergadura, por ejemplo,
una tecnológica o de e-commerce, va a preocuparse o sentir una sanción conminatoria
de diez o veinte mil pesos diarios?
Son poco más que cincuenta dólares.
Bueno, alguien nos dirá que, si el incumplimiento se prolonga, serían quinientos
o seiscientos mil pesos mensuales.
Menos de mil dólares.
Comparemos esos montos con sus ganancias e ingresos patrimoniales.
Entonces, o fijamos las sanciones conminatorias en serio, o seguiremos viendo que
la justicia no es respetada.
En tal contexto, y si queremos que el obligado realmente cumpla, pensamos que
-si son empresas importantes- la suma diaria no debería bajar de los trescientos o
cuatrocientos mil pesos, por arriesgar un número que, al menos, haga pensar a quien
recibe la comunicación de la orden que sería bueno prestarle atención. O sea, buscar
una suma que, si no se cumple, le genere al menos alguna molestia mínima que la lleve
a cumplir.
Algunas pautas podrían recabarse, con unos pocos clics, buscando en la red los
informes de la actividad de la empresa de la que se trate durante los últimos trimestres.
Lo que venimos diciendo se corrobora, incluso, a poco que se observe el sustancial
aumento que ha tenido el monto de los daños punitivos con la ley 27701.
Si bien una y otra figura tienen una ontología diversa, alguna aproximación
podemos encontrar: en ambos casos hay incumplimientos, en ambos casos hay sanción,
en ambos casos el monto es a favor del perjudicado, en ambos casos debemos tener en
cuenta las condiciones subjetivas del incumplidor.
Por ello creemos que, si al fijar las sanciones conminatorias la magistratura es
excesivamente prudente (o parca), y por ello el instituto no logra la finalidad esperada
en el caso concreto, se termina menoscabando el derecho a la tutela judicial efectiva de
la parte perjudicada.
Y hoy, creemos, la sociedad espera otra cosa de sus jueces.
Hay herramientas para que se hagan respetar, lo que hace falta es utilizarlas con
intensidad.
(98) “Morreale Cayetano Luis c/Morreale Ángel s/Inc.” - Cám. Civ. y Com. Morón - Sala 2° -
29/4/2004
(99) “Escuela de la Paz SRL c/Mamoli Roberto s/Cobro ejecutivo” - Cám. Civ. y Com. San
Nicolás - 9/2/2010 - Juba sumario B858636
118
IX - LA PROGRESIVIDAD
(100) Rocca, Ival: “Las sanciones conminatorias o ‘astreintes’: aplicabilidad de las normas de los
Códigos Civil, Procesal Civil y Comercial de la Nación” - LL - Sec. Doct. - 1968 V - pág. 856
(101) Smith, Juan C.: “Incorporación de las astreintes en la legislación argentina” - LL -
Obligaciones y Contratos. Doctrinas Esenciales - T. I - pág. 177
(102) Borda, Guillermo A.: “La reforma del código civil: Las ‘astreintes’” - ED - 30:821
(103) Kemelmajer De Carlucci, Aida en Bueres, Alberto J. (Dir.) y Highton, Elena I.
(Coord.): “Código Civil y normas complementarias. Análisis doctrinario y jurisprudencial” -
Ed. Hammurabi - T. 2A - Bs. As. - 1998 - pág. 581
(104) Peyrano, Jorge W.: “La ‘medida conminatoria’ y el valor eficacia en el proceso”, cit.
119
Al respecto, enseñaba Palacio que los jueces están habilitados para aumentar
el monto de la sanción en el caso de que el obligado se obstine en persistir en el
incumplimiento del mandato judicial, de ahí el carácter progresivo.(105)
En líneas generales, son contestes nuestros autores en la posibilidad de aumento
de la sanción impuesta.(106)
Partimos de la base de que las sanciones conminatorias perduran mientras no
cese el incumplimiento(107) (esto hace a su acumulabilidad, que no debe confundirse con
el carácter que estamos estudiando aquí).
El aumento progresivo de su monto procede si con las impuestas no se logra hacer
cumplir la manda judicial(108): así, la progresividad implica el aumento del monto diario
(o mensual) de la sanción anteriormente impuesta, sin perjuicio de lo ya devengado.
Es que la persistencia en el incumplimiento, luego de instalada la astreinte, dejará
a las claras su carencia de efectividad.(109)
Al respecto, la justicia bonaerense tiene resuelto que, desde el punto de mira de
la graduación de las astreintes, se ha subrayado que deben estar en consonancia con
el alcance de la actitud omisiva, criterio que debe observarse, asimismo, tratándose
del acrecentamiento y así, si la conducta morosa se mantiene, no obstante la multa
coercitiva decretada, ello revela que es menester acrecentar el rigorismo de dicha condena
pecuniaria con el objeto de lograr efectivizar la decisión e impedir que permanezcan
indefinidamente frustrados derechos ya reconocidos.(110)
En igual sentido se ha dicho que la aplicación progresiva de estas sanciones no es
regresiva o decreciente, sino ascendente o aumentativa, porque, justamente, de lo que
se trata es que el remiso cumpla su obligación(111) y que las sanciones conminatorias
o astreintes deben ser impuestas en forma progresiva, a fin de dotarlas de una mayor
eficacia para el cumplimiento de los mandatos judiciales, agravándose las mismas en
caso de incumplimiento.(112)
(105) Palacio, Lino E.: “Derecho procesal civil” - Ed. AbeledoPerrot - T. II - Bs. As. - 1977 - pág. 247
(106) Brebbia, Roberto H.: “Las ‘astreintes’ en el derecho positivo argentino después de la
reforma del Código Civil de 1968” - LL - 1996-B - 1145; Fassi, Santiago C. y Yáñez, César
D.: “Código procesal civil y comercial. Comentado, anotado y concordado” - Ed. Astrea - T. 1
- Bs. As. - 1988 - pág. 292; Torres Traba, José M.: “Las sanciones conminatorias (astreintes):
Características particulares” - LL - 2009-B - 221
(107) López Mesa, Marcelo: “Medios de forzar el cumplimiento de las obligaciones. Las
astreintes como mecanismo de compulsión” - DJ 2001-3 - 569; Cám. Civ. y Com. Mar del Plata
- Sala 2° - 26/8/1993 - “Sumbland, Matías y otra s/Sucesión” y 20/5/1997 - “Ranno, Ernesto
Enrique c/Deguer Patricia s/Ejecución hipotecaria” - Juba sumario B1400713
(108) “Barna, Norberto y otros c/Ferrocarril Mesopotámico Gral. Urquiza s/Ejecución de
astreintes” - Cám. Civ. y Com. San Martín - Sala 2° - 23/10/2003 - Juba sumario B2002788
(109) López Mesa, Marcelo: “Medios de forzar el cumplimiento de las obligaciones. Las
astreintes como mecanismo de compulsión” - DJ 2001-3 - 569
(110) “Serovic, Liliana Electra s/Medidas cautelares” - Cám. Civ. y Com. Quilmes - Sala 1° -
18/7/2007 - Juba sumario B2903691
(111) “Bratina, Liliana Graciela c/Roldan, Feliz y Lanfora, Antonia s/Cumplimiento de contrato”
- Cám. Civ. y Com. Mar del Plata - Sala 1° - 2/4/1992 - Juba sumario B1350165
(112) “Cirión, Ricardo c/Fernández, Delmita s/Cumplimiento de contrato” - Cám. Civ. y Com.
Dolores - 1/4/1993 - Juba sumario B950179
120
O que el monto de las astreintes puede ser incrementado, dado que estas son
discrecionales, de manera tal que el juez puede imponerlas, acrecentarlas, disminuirlas
o dejarlas sin efecto, conforme su arbitrio prudencial, ejerciendo poderes suficientes
para resolver su aplicación en el caso concreto.(113)
Como ejemplo, vemos que la jurisprudencia nacional ha sostenido que, en atención
a la naturaleza conminatoria, progresiva y provisoria de las astreintes y a los fines de
que no se desnaturalice su finalidad y ellas resulten eficaces, cabe establecer que el
importe fijado por cada día de retardo en la obligación de escriturar se duplique cada
quince días, pues dicho carácter típico de la sanción permite, frente al incumplimiento
de la obligación y al transcurso del tiempo, que su monto aumente -progresivamente-
mientras subsista aquel.(114)
De este modo, y resumiendo: si al fijar un monto este no está cumpliendo su
finalidad conminatoria, es perfectamente posible intensificarlo para lograr el fin
perseguido.
Solo es cuestión de estar atentos.
X - UN CASO DE ÉXITO
(113) “FAES SA c/Cons. de Prop. Olga Cossettini 1121/1135/1151 s/cobro de astreintes” - CNCiv. -
Sala B - 31/5/2018
(114) “Lambruschini, Olga Ethel y otro c/Realico SCA” - CNCiv. - Sala C - 26/9/2007
121
XI - COMO CIERRE
(115) “Villanueva Hernán Humberto s/Información Sumaria Con Expediente” - Cám. Civ. y Com.
Morón - Sala 2ª - 29/11/2022
122
I - CONCEPTUALIZACIÓN Y UBICACIÓN
(1) Abogado, egresado con Diploma de Honor. Funcionario judicial de la CApel. CC Pergamino.
Especialista en Magistratura Judicial. Doctor en Derecho. Profesor universitario regular de la UCA
(2010-2012). Profesor invitado de la UNNOBA (2014-2016). Coautor de cinco obras jurídicas
colectivas, publicación de más de ochenta artículos de doctrina y comentarios a fallos en diversas
editoriales jurídicas. Ponente y panelista en diversos congresos y jornadas
(2) Galdos, Jorge M.: “El mandato preventivo una valiosa herramienta procesal de la responsabilidad
civil” - RDD “Prevención del daño” - Ed. Rubinzal-Culzoni - 2016-2 - pág. 347
(3) La conceptualización propiciada resulta próxima a la noción expuesta por el Dr. Lorenzetti, aunque
este último circunscribe la oportunidad de su dictado en el momento de la sentencia definitiva: “El
mandato preventivo es el dictado oficiosamente por el juez, al pronunciar sentencia definitiva en el
marco de un proceso, cuya sustanciación le permitió conocer la probabilidad objetiva de que, de
mantenerse la situación de hecho, el daño se producirá, repetirá o agravará. Es particularmente
aplicable cuando está en juego el derecho a la seguridad y el derecho de las personas a la vida,
salud e integridad física y psíquica” (Lorenzetti, Ricardo L.: “Código Civil y Comercial de la Nación.
Comentado” - Ed. Rubinzal-Culzoni - T. VIII - Santa Fe - 2014 - pág. 296)
123
veces no solo el juez se pronuncie con antelación al pronunciamiento final, sino que
también a que la parte la peticione en el inicio del proceso o durante su sustanciación.(4)
Su origen se remonta a los supuestos en los que, en el trámite del juicio, antes
“generalmente” en la sentencia el juez, comprueba que un hecho o situación es fuente
de dañosidad (vgr., ruta sin señalizar, un predio privado peligroso sin cerramiento), la
que es susceptible de remediación mediante la adopción de medidas razonables de cese
del daño.(5)
En cuanto a sus destinatarios, puede estar dirigida a alguna de las partes o a
terceros, particularmente al poder administrador.
Desde un plano sistémico, el mandato preventivo o de prevención constituye
-junto con las medidas autosatisfactivas y la tutela anticipada- una de las herramientas
procesales fundamentales para la prevención del daño. En efecto, la figura tiene un
amplio campo de aplicación en los supuestos en los que en el trámite del juicio el juez
comprueba que un hecho o situación es fuente de dañosidad (vgr., ruta sin señalizar,
predio privado peligroso sin cerramiento), la que es susceptible de remediación mediante
la adopción de medidas razonables de cese del daño.(6)
Más ampliamente, podemos anunciar que el mandato preventivo ha venido a
reconocer a los magistrados la misión profiláctica de prevenir un futuro y probable
quebrantamiento del ordenamiento jurídico
(4) Galdos, Jorge M.: “El mandato preventivo en la Corte Suprema de Justicia de Tucumán. El caso
‘Ramadán’: una sentencia ejemplar”
(5) Vgr. “Biordo, Miguel Ángel vs. Rutas al Sur Concesionario Vial s/Daños y perjuicios” - CCiv. y
Com. Azul - Sala II - Causa nº 59966 - 11/11/2015 (mandato preventivo para la adopción de medidas
de seguridad en la señalización de una estación de peaje); “Espil María Inés y Otro/a c/Apilar SA y
Otro/a s/Daños y Perj. Estado (uso autom. s/lesiones” - CCiv. y Com. Azul - Sala II - Causa Nº 60.647
(6) Vgr. “Biordo, Miguel Ángel vs. Rutas al Sur Concesionario Vial s. Daños y perjuicios” - CCiv. y
Com. Azul - Sala II - Causa nº 59966 - 11/11/2015 (mandato preventivo para la adopción de medidas
de seguridad en la señalización de una estación de peaje)
(7) Reviriego, J. A.: “La tutela preventiva y la acción preventiva en el Derecho Argentino” - Ed. Ars
Boni Et Aequi - 2012 - 8(1) - págs. 135/70
124
(8) Ledesma, José O.: “Sistema procesal dispositivo y mandato preventivo” - Revista del Doctorado
en Derecho - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas UNNE - n° 4 - abril/2017
(9) Peyrano, Jorge. W.: “El ‘mandato’ preventivo” - LL - 91-E - 1276
125
II - FUNDAMENTO
126
Partimos, pues, de la premisa de un juez que se anticipa a lo que pueda ocurrir según
el orden normal y corriente de las cosas, procurando evitar el quebrantamiento del
orden jurídico. Así pues, el mandato preventivo se presenta como una especie particular
dentro del género función judicial preventiva.
Incluso en aquellos supuestos en que la orden está dirigida a los poderes públicos, cabe
señalar que no media intromisión del Poder Judicial dentro de la esfera propia del poder
administrador, sino que obra un ejercicio legítimo de la competencia judicial que, entre
sus diversas funciones, tiene la asegurar que el Poder Ejecutivo cumpla las obligaciones
asumidas en mérito de normas de la máxima jerarquía constitucional, recordando, en
tal sentido, que los jueces deben ser los intérpretes finales y los guardianes últimos del
imperio del orden constitucional y convencional.
En suma, el dictado de un mandato preventivo ya no puede verse en la actualidad
como una mera facultad, sino como un verdadero deber de los jueces, máxime porque,
como se dijo ut supra, la tutela anticipatoria se cierne sobre derechos humanos o
derechos comunes esenciales, todo ello habida cuenta de los compromisos que frente a
la comunidad internacional asumió nuestro Estado.
III - OBJETO
127
IV - REQUISITOS
V - MODALIDADES
128
parte de ella”(15). A nuestro criterio, y más allá de las específicas finalidades de cada
tipo mencionado, el mandato preventivo puede encausarse dentro de dos modalidades
básicas -como hemos señalado ad initio de este punto-: a) mandato preventivo típico,
imperativo o de prevención en sentido estricto, y b) mandato preventivo exhortativo o
atípico.
El primero constituye la medida típica, es decir, la dotada del poder jurisdiccional
que impone una carga al destinatario (dar, hacer o no hacer); en cambio el mandato
exhortativo o atípico más que nada pone en conocimiento, hace saber, exhorta a las
partes o a terceros, generalmente el Estado, para que adopte las medidas necesarias
para impedir o evitar el daño en el marco de sus competencias legales, pero sin mediar
compulsión. El mandato exhortativo o atípico carece de emplazamiento concreto y de
apercibimiento en caso de incumplimiento, instando a actuar a terceros o los otros
poderes del Estado. Esta alternativa estaba más difundida cuando se sostenía en que el
dictado de mandatos preventivos vulneraba el principio de congruencia y ello impedía la
imposición de cargas.(16)
Un ejemplo de mandato preventivo exhortativo es el que desde la judicatura tuvimos
ocasión de dictar, poniendo en conocimiento y haciendo saber al Poder Legislativo las
dificultades interpretativas derivadas de la ley vigente referida a la prioridad de paso
en las avenidas(17). En el trámite del juicio de verificó que “el art. 41, inc. d) de la ley
nacional de tránsito 24449, vigente en la Provincia de Buenos Aires mediante la ley de
adhesión 13927, presenta dificultades interpretativas porque solo prevé expresamente
como excepción a la prioridad de paso de quién circula por la derecha a las semiautopistas,
guardando silencio sobre las vías de mayor jerarquía, las avenidas, carreteras, rutas,
autovías, etc. Esta situación torna aconsejable, en el marco de los deberes institucionales
y de recíproca comunicación y colaboración entre los poderes independientes del Estado
provincial, dirigirse al Poder Legislativo de la Provincia de Buenos Aires para hacer saber
la problemática, dificultades y conflictos que presenta la actual redacción de la norma
referida. Ello así para que, en caso de entenderlo procedente, el Poder Legislativo de la
Provincia, sea a través de la Cámara de Diputados o del Senado, analice la conveniencia,
oportunidad o mérito de legislar las cuestiones omitidas regular en el art. 41, inc. d),
ley 24449, según ley provincial 13927, todo en el ámbito de sus específicas incumbencias
constitucionales propias (arts. 68, 69, 75, 93, 103 inc. 13), 104 y concs. de la Constitución
local)”.
Con esa base argumental, el acto decisorio dispuso: “Corresponde dirigirse al Poder
Legislativo de la Provincia de Buenos Aires, a través del mandato exhortativo o institucional,
a fines de poner en conocimiento del Senado y de la Cámara de Diputados (arts. 68, 69
y 75 Const. Pcia. Bs. As.), mediante oficios dirigidos a la Sra. Presidente del Honorable
Senado y al Presidente de la Cámara de Diputados las dificultades interpretativas que
genera la norma que regula las prioridades de paso en las avenidas, el art. 41 inc. d) de
la ley nacional de tránsito 24449, a la que adhirió -sin reserva- la Provincia de Buenos
Aires mediante la ley 13927. Ello así para hacer saber la problemática, dificultades y
(15) Peyrano, Jorge W.: “La flexibilización de la congruencia en sede civil. Cuando se concede
judicialmente algo distinto de lo requerido por el justiciable” - Revista de Derecho Procesal - 2007-2 -
Sentencia-I - pág. 103. Peyrano, Jorge W.: “Acerca del mandato preventivo facilitador” - JA - IV - 2008
(16) “P. N. y O. c. Z.S.O” - CCC Azul - Sala II - Bs. As. - 27/3/2013 - Causa N° 57.090
(17) “Castro Máximo R. c/Todesco Verónica y otros s/daños y perjuicios” - CCC Azul, con nota
de Morea, Adrián: “La prioridad de paso en avenidas: ¿silencio legal o diálogo de fuentes?” - SJA -
2/12/2020 - 55 - JA 2020-IV
129
conflictos que presenta la actual redacción de la norma referida, y para que, en caso de
entenderlo procedente, el Poder Legislativo de la Provincia, sea a través de la Cámara de
Diputados o del Senado (arts. 68, 69, 75, 93, 103 inc. 13), 104 y concs. de la Constitución
local) analice la conveniencia, oportunidad y mérito de legislar las cuestiones omitidas
regular en el art. 41, inc. d), ley 24449, según ley provincial 13927. Todo ello en el ámbito
de sus específicas atribuciones constitucionales propias y de la recíproca colaboración
y comunicación entre los Poderes del Estado local, en el marco de sus incumbencias
institucionales”.
(18) Ledesma, José O.: “Sistema procesal dispositivo y mandato preventivo” - Revista del Doctorado
en Derecho - Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas UNNE - n° 4 - abril/2017
130
(19) Peyrano, Jorge W.: “La flexibilización del cumplimiento de la sentencia condenatoria pecuniaria”
- ED - 12/5/2003
(20) Marinoni, Luiz: “Tutela inhibitoria, la tutela de prevención del ilícito” - ED - 185-1127 ss.
(21) Castagno, Silvana A.: “Tutela inhibitoria o mandato preventivo. Recepción de la función
preventiva en el Código Civil y Comercial” - LLC - septiembre/2017 - 4
(22) Ferrero, Eliana M.: “Mandato preventivo: una valiosa herramienta procesal para hacer efectiva la
función jurisdiccional preventiva” - RCCyC - noviembre/2018 - 14/11/2018 - 119
131
VIII - EJECUCIÓN
(23) Ver en la Casuística “Fideicomiso Italia 426 Tigre c/Tot Fusta SRL s/Diligencia Preliminar” - C1
Civ. y Com. San Isidro - 26/5/2016
(24) Elias, Jorge A.: “Cuestiones procesales relacionadas a la acción preventiva del daño” - Microjuris
- 3/5/2019
(25) Galdós, Jorge M. en Lorenzetti, Ricardo L. (Dir.): “Código Civil y Comercial de la Nación
comentado” - t. VIII - Ed. Rubinzal-Culzoni Editores - Bs. As. - Santa Fe - 2015 - pág. 315
(26) Murcia, Diego G.: “La acción preventiva de daños en la justicia nacional en lo civil y la vía
procesal más idónea” - Microjuris
132
Otro aspecto complejo es cómo se distribuyen los costos económicos que insume
la ejecución de las medidas.
A veces, el propio legitimado pasivo de la tutela de resarcimiento será beneficiado si
la adopción de las medidas de prevención supone evitar costos futuros por la producción
de daños probables(27), máxime si no son trasladables por no resultar asegurables.
Sin embargo, la cuestión es de más difícil solución cuando la implementación del
pronunciamiento preventivo genera costos adicionales (por ejemplo, ejecutar obras) en
los que el mandato judicial es la fuente o causa económica de las mayores erogaciones.
X - APELACIÓN
XI - CASUÍSTICA
(27) Ver en “M., M. M. E. c/Empresa Provincia de Energía de Córdoba (EPEC) s/ordinario - Daños y
perj. Otras formas de respons. Extracontractual - Recurso de apelación” - Casuismo C4a. CCórdoba -
Expte. 1279260/36 - 28/04/2016
(28) “P., J. C. y otros c/B., A. P. y otros s/medida autosatisfactiva - recurso de apelación” - CApel. CC
Santa Fe - Sala I - 28/4/2016
133
(29) “Altamirano Elsa c/Cerámica San Martín” - JPI Morón - N° 8 - 8/7/1986; el fallo fue revocado
por la CApel. CC Morón - Sala II - “Altamirano, Elsa, R. c/Cerámica Martín, SA y otros” - 5/2/1987
(30) “Carrizo, Carlos Alberto y otra c/Tejeda, Gustavo y otra -Daños y Perjuicios” - SCBA - resuelta
el 30/5/2005
(31) “Giménez Domingo y otra v/Estado Nacional (Ejército Argentino)” - CNFed. Civ. y Com. -
Sala III - 8/8/1988
(32) “Arouxet, Arnoldo E. c. Durañona, Ernesto y otros” - Juzg. Civ. Com. Azul - N° 1 - 10/11/1993
(sentencia firme)
(33) “De Blasi de Musmeci Claudia v/Sevel Argentina SA y otros” - CNCom. - Sala C - 8/7/2003. La
minoría delegó esa función en el juez de la causa
134
135
136
(1) Abogado Litigante (Univ. Nac. de Cordoba), diplomado en Magistratura y Análisis del Caso Ju-
dicial (Escuela de Capacitación Judicial de Catamarca y Fundación para el Desarrollo de las Cs. Ju-
rídicas), magíster en Derecho Procesal (Univ. Nac. de Rosario), doctorando en Derecho y Cs. Sociales
(Univ. Nac. de Rosario), miembro del Instituto de Derecho Procesal y secretario por Catamarca del
Instituto Noroeste, ambos de la Academia Nac. de Derecho y Cs. Sociales de Córdoba, miembro de
la Asociación Argentina de Derecho Procesal, miembro de la Academia Virtual Iberoamericana de
Derecho y Altos Estudios Judiciales, docente de posgrados y prof. titular adjunto -por concurso- de la
catedra de Derecho Procesal II de la Fac. de Derecho de la Univ. Nac. de Catamarca. Amicus Curiae
de la CSJN en la Causa Expte. N° 50016/2016, “Denegri, Natalia Ruth c/GOOGLE INC. s/derechos
personalísimos: acciones relacionadas”. Miembro titular y fundador de la Comisión de Derecho In-
formático e Inteligencia Artificial de la FACA, expresidente de la Comisión de Jóvenes Abogados
y actual director del Instituto de Investigación y Formación Jurídica del Colegio de Abogados de
Catamarca; autor y coautor de libros, tratados y múltiples publicaciones relacionadas con el derecho
137
(2) Palomino, Elisa A.: “La conservación y resguardo de las videograbaciones judiciales” - el-
Dial. Recuperado de http://www.eldial.com/nuevo/congreso_iberoamericano/LA%20CON-
SERVACI%C3%93N%20Y%20RESGUARDO%20DE%20LAS%20VIDEOGRABACIONES%20
JUDICIALES.pdf
138
139
(7) Martínez Borda, Daniel: “El rol protagónico de las audiencias ‘virtuales’ en tiempos de pandemia”
- SJA - 3 - 24/6/2020
(8) Warlet, Rosa A. R.: “Audiencia telemática y preclusión” - Microjuris - 14/5/2021
140
Ahora bien, desde las voces que se han manifestado en contra, o por lo menos
han puesto un manto de sospecha al respecto, tenemos: “La pregunta es: ¿Es razona-
ble aceptar un juzgamiento, cuasi en ausencia, con este sistema zoom, en homenaje a la
oralidad, a la posibilidad del medio tecnológico y el eficientismo? ¿Es razonable hacer
este enorme juego, sin que nos veamos a los ojos? ¿Qué garantías tiene el juzgador, que
el fiscal no está siendo ayudado?; el imputado …, que el defensor lo está defendiendo
adecuadamente … Las partes no se miran. Los jueces no ven la cara del imputado, él no le
puede ver los ojos de los jueces, para saber si de verdad quieren hacer justicia o lo despre-
cian. Si son piadosos … Esta en tela de juicio si el juzgamiento en ausencia es permitido o
no. Mi querido y respetado amigo, Hector Supersti, sostiene que es mejor para el imputado
el juicio en ausencia, y lo dice con muchas razones, son muchas convincentes … La Con-
stitución de Alemania, por ejemplo, lo prohíbe expresamente. Yo sin dejar de reconocer la
argumentación correcta de Supersti, prefiero el juicio penal en presencia; demasiada san-
gre sudor y lágrimas ha corrido en el mundo para que el proceso sea una garantía. Para
lograr que el proceso sea, precisamente, una cosa pensada a favor del imputado. Si Uds.
tienen presente que históricamente nació como un límite al poder, el proceso no está para
que jueces jueguen a procesar, sino para que garanticen la defensa al imputado. En otras
palabras, el proceso en general, particularmente el penal, está pensado en un sistema
acusatorio puro a favor del imputado. Y esto me lleva a mí de la mano a decirles que no
veo con mucha claridad que podamos tener juicios en cuasi ausencia, como son los juicios
por medios tecnológicos a distancia. … Yo no estoy muy seguro que se esté
cumpliendo la manda constitucional de que la defensa judicial es inviolable”(9); y desde
un punto de vista análogo, se sostuvo: “Aparecen todas estas dificultades de carácter
práctico que pueden poner en principio en dificultades constitucionales al desarrollo de
un juicio digi-tal. Lo que, si tenemos que acordarnos es un juicio, un proceso penal, tiene
que estar reg-ulado por la ley. Y la pregunta es ¿En cuántos lugares en donde se está
practicando, hay leyes que están respaldando el juicio digital? Bueno, si nosotros
recordamos a los teóricos, recordemos por ejemplo a mi maestro Vélez Mariconde, que
decía: El proceso para ser una garantía, tiene que tener un curso inalterable, actos que
tienen que estar preestablecidos, como se hacen, cuando se hacen y quienes lo hacen,
que no se pueden cambiar por la voluntad del tribunal ni de las partes, hay un
programa de actuación que es la verdadera garantía que se sabe que no se puede salir
de ese programa sin afectar lo que es el dere-cho de defensa. … ‘Yo lo que creo es que es
difícil, que, de pantalla a pantalla, uno pueda lograr que los jueces se lleven una
impresión sobre la veracidad o la mendacidad de quien está acusándolo al imputado.
Uds. me dirán, y qué importancia tiene una impresión? Miren… yo les voy a traer una
opinión de Gabriel Pérez Barberá … dice: en el juicio oral los jueces, la forma que tienen
de valorar la prueba, es por impresión. Hay pruebas que les impresionan de un modo y
pruebas que les impresionan de otro. Hay un testigo que les parece que dice la verdad o
les parece que miente, luego tienen que fundar racionalmente esa valoración, pero la
valoración, es la valoración por impresión. … Entonces, Yo digo que quizás sea el punto
más complicado para buscar una equivalencia…”.(10)
Por último, huelga decir que también existieron posturas re lexivas que buscaron
terciar entre las dos variables (en pro y en contra de las audiencias virtuales), como
(9) Alvarado Velloso, Adolfo: “Proceso y pandemia” en “Reflexiones Procesales en tiempos de pan-
demia” - organizado por la Academia Virtual de Derecho - Cap. 1 - extraído de https://www.youtube.
com/watch?v=9Xg4fbCXHPE
(10) Cafferata, José: “Clase en línea - El juicio penal digital” - organizado por el Centro de Perfeccio-
namiento Ricardo C. Núñez - Poder Judicial de Córdoba - Plataforma vimeo.com. Extraído de https://
vimeo.com/459148685
141
(11) Herranz, Alfredo: “El paradigma de los juicios telemáticos”, publicado el 23/1/2021. Extraído de
https://alfredoherranz.blogspot.com/2021/01/el-paradigma-de-los-juicios-telematicos.html?fbclid=I-
wAR1RveKtL_bSFI7PsJ6FqdmoSRieT8FW7OcFAdSEbQ1Xq3GtHmKjaP3TyIg
142
(12) Ballarini, Luciano y Sheridan, Martin: “Audiencias judiciales no presenciales durante la pan-
demia. Enfoque práctico bifronte interjurisdiccional” - SAIJ - 14/4/2021 - www.saij.gob.ar, Id SAIJ:
DACF210065
(13) “Amador, Alejandro Amadeo c/Cabrera, Jorgelina Mariana y otro/a s/daños y perj.” - CCiv. y
Com. Morón - Sala II - 12/3/2019
143
(14) “Salas, Guillermo Nicolás c/Edigráfica SA s/amparo sindical” - SCJ Buenos Aires - 6/2/2019
(15) “Carlos Ariel Cárcamo Hernández en el proceso penal RUC N° 1800776367-7, RIT N° 11-2020,
seguido ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Concepción” - Trib. Const. de Chile - Sent. Rol
N° 8892-2020 - 10/12/2020. Consultable en https://www.diariojudicial.com/nota/88106
144
(16) Cfr. “XX sobre 153 1° Y 2° parr. - Violación de secretos y de la privacidad y otros” - JPI Penal
Contravencional y de Faltas - N° 10 - Secretaría N° 19 - Número: XX - CUIJ: XX - Actuación N° XX
- Sent. 10/12/2020. “La utilización de herramientas digitales para llevar a cabo determinados actos
procesales -en el caso, las declaraciones de dos testigos en el juicio-, por sí misma no resulta viola-
145
toria de la garantía de debido proceso ni del derecho de defensa en juicio. Antes bien, la utilización
de medios tecnológicos y el aprovechamiento de las TIC … puede ser un camino para garantizar la
realización de determinados actos procesales en forma remota en condiciones análogas a su real-
ización presencial. … representa un beneficio en los tiempos que corren, como forma para garantizar
la continuidad de los procesos judiciales, con la ventaja que representa incluso desde la perspectiva
del derecho de la persona acusada de ser juzgada sin dilaciones indebidas, pero también del derecho
de la presunta víctima de acceder a la justicia para hacer valer sus derechos”. A diferencia de lo
afirmado por el defensor, el juzgado señaló que la transición a la etapa de DISPO “no implicó el cese
de la situación de emergencia sanitaria vigente, por lo que esta circunstancia no exime del deber de
adoptar todos los recaudos posibles para minimizar, dentro de las posibilidades existentes, la partici-
pación personal en el proceso de las personas que forman parte de los grupos de riesgo establecidos
por los protocolos sanitarios nacionales e internacionales de público conocimiento, entre los que sin
lugar a dudas se encuentra una de las testigos”. Según consta en la causa, uno de los testigos tiene 77
años y también presenta limitaciones físicas y dificultades para movilizarse fuera de su domicilio. “…
Entiendo que resulta aconsejable intentar evitar la comparecencia personal de quienes solicitan ser
eximidos de su deber de concurrir en razón de su pertenencia a un grupo de riesgo”
(17) Causa “R., S. J. sobre 52 - Hostigar, intimidar” - CApel. Penal, Penal Juvenil, Contravencional y
de Faltas CABA - Sala I - sent. 23/6/2021
146
dificultades para ejercer debidamente su función”. El juez subrayó además que “no re-
sulta suficiente la sola continuación de la pandemia … para justificar la realización de un
juicio oral de manera virtual, máxime si como en el caso ni siquiera existe conformidad de
todas las partes, pues la defensa recurrió la decisión en forma oportuna, pese a todo lo cual se
sustanció el debate”. Advirtió que tampoco surge de la decisión de la judicante, “los motivos
por los que no hubiera podido llevarse a cabo de manera presencial (resguardando siempre
las medidas de cuidado y distanciamiento) o semipresencial”. Para el camarista, no se trata
de negar las ventajas, sino de “rescatar el aspecto humano de la función de juzgar, de las
consecuencias para las personas de esa actividad, de la exigencia ética de enfrentar y mirar
a los ojos a las personas alcanzadas por la decisión judicial, y de tener presente la relevancia
institucional de nuestra tarea como pilar esencial del Estado de derecho, que debe garan-
tizarse y brindarse en todo tiempo y lugar, más aún en circunstancias como las presentes”.
(18) “Do Reys, Lucas Nelson c/Empresa Línea 216 SAT y otros s/daños y perjuicios” - CCiv. y Com.
Morón - Sala II - 15/3/2016
147
(19) Bielli, Gastón E. y Ordóñez, Carlos J.: “Las fuentes probatorias en particular (…) Plataformas de
videoconferencia”, en Bielli, Gastón E., Ordoñez, Carlos J. y Quadri, Gabriel H. (Dirs.): “Tratado de
la prueba electrónica” - LL - T. 1 - CABA - 2021 - pág. 959
148
cuestión señala que ‘la confesión hecha fuera del juicio, por escrito o verbalmente, frente a
la parte contraria o a quien la represente, obliga en el juicio siempre que esté acreditada
por los medios de prueba establecidos por la ley. Quedará excluida la testimonial, cuando
no hubiere principio de prueba por escrito. La confesión hecha fuera de juicio a un tercero
constituirá fuente de presunción simple’. Entonces, si se tratara de una videoconferencia
en la que intervinieran ambas partes y hubiera operado una confesión extrajudicial, podría
acreditársela mediante el aporte del archivo de video del que venimos hablando. El artícu-
lo, incluso, habla de la confesión verbal, y ese sería justamente nuestro supuesto. … Pero,
ahora, podrá quedar acreditada en un documento electrónico, plenamente utilizable en el
proceso. El problema sería si la videoconferencia no se hubiera grabado. En tal caso, si solo
hubieran intervenido las partes, la acreditación sería prácticamente imposible (salvo en el
caso de que existiera una segunda confesión que, a su vez, tuviera por objeto la primera
confesión). Pero si hubieran intervenido otras personas (que serían testigos virtuales), la
confesión efectuada en este contexto podría acreditarse aportando su declaración, aunque
sería necesaria la existencia, además, de un principio de prueba por escrito, como dice el
artículo. Ahora bien, la otra variante que podría darse es que la confesión fuera de juicio
tuviera lugar en una videoconferencia en la cual no hubieran intervenido ambas partes,
sino una sola, y otras personas ajenas al juicio. Estas personas podrían ser llamadas a
declarar como testigos. Pero, como dice el art. 425 antes referido, aquí tendría valor solo
como presunción simple. Ahora bien, podría suceder también que lo acontecido en el ámbito
de la videoconferencia no implique una confesión. En tal caso, y como es obvio, no regirán
las normas aludidas y serán de aplicación las genéricas de toda la prueba, adaptadas a lo
electrónico”.(20)
Un tema no menor en materia de videoconferencias es la cuestión que campea en
torno a la identidad de las personas intervinientes de las mismas; en otras palabras, ¿la
persona que estamos viendo a través del monitor es realmente ella?
Pese a que pueda resultar curioso o hasta inverosímil esta cuestión, la misma
cobra vital importancia cuando advertimos que, desde los mismos programas que se
utilizan como plataformas para las videoconferencias (o incluso otros programas exter-
nos, pero que resultan compatibles con la plataforma o los contenidos que esta genera),
permiten la utilización de aplicaciones tipo “filtros”, “máscaras” o similares, en donde se
sustituye y/o modifica la cara de la persona que opera el sistema por cualquier otra, que
va desde caras de famosos, animales, dibujos animados, distorsiones de características
faciales (agrandar mentón, nariz, insertar cejas falsas, modificar el estilo o color del
peinado, etc.), cambiar el tono de la voz o modificar el “entorno” donde se está realizando
la videograbación como, por ejemplo, al modificar el “fondo” de la imagen por un paisaje
o un lugar distinto del que realmente se ocupa al momento de la sesión.(21)
(20) Bielli, Gastón E., Ordóñez, Carlos J. y Quadri, Gabriel H.: “Zoom y prueba electrónica” - LL -
3/6/2020 - 2. También resultan de interés los siguientes trabajos: Quadri, Gabriel H.: “Las filmaciones
como prueba en el proceso civil” - LL - RCyS - 11/10/2016 - 7; Quadri, Gabriel H.: “Testigos virtuales en
el proceso civil” - disponible en http://e-procesal.com/testigos-virtuales-en-el-proceso-civil-1796; Almeida,
Julián: “Nuevas tecnologías: Audiencias virtuales y testigos en extraña jurisdicción, su implementación, y
la posible solución a los supuestos de caducidad probatoria de los arts. 453 y 454 del CPC” - ElDial.com
- Suplemento de Derecho Procesal - Director: Dr. Héctor Leguisamón - Año XXV - Nº 5771 - 30/8/2021
(21) https://www.infobae.com/tecno/2021/07/08/google-meet-ahora-cuenta-con-filtros- y-mascaras
-en-sus-videollamadas/;https://www.xatakandroid.com/foto-y-video/cinco-aplicaciones-
para-anadir-efectos-sobre-tu-cara-en-tiempo-real;https://www.xatakamovil.com/aplica-
ciones/ocho-aplicaciones-mascaras-tipo-snapchat;https://www.xataka.com/basics/como-utilizar-fil-
tros-snapchat-tu-pc-cualquier-videoconferencia;https://www.infobae.com/america/tecno/2021/02/15/
como-activar-o-desactivar-los-filtros-de-zoom/
149
150
IV - CONCLUSIONES
Conforme se desprende del libelo de este trabajo, busqué exponer distintas aristas
que posee actualmente el abordaje como desarrollo del uso de los sistemas electrónicos
de videoconferencia en los ámbitos tribunalicios.
El uso de esta herramienta tecnológica engloba un cumulo de circunstancias que
hacen que obren discusiones al respecto, que van desde poseer la infraestructura edil-
icia y tecnológica para poder implementarlo, la previsión normativa correspondiente
que habilite la adopción de su uso(25), hasta la armonía sistémica dentro del esquema
piramidal jerárquico(26), ciertos prejuicios y -por qué no- la falta de capacitación como
comprensión en el uso de esta herramienta(27), prácticas tribunalicias vetustas y anqui-
losadas, etc., etc.
Existe un muy buen trabajo (cuya lectura recomiendo) que hace un abordaje de la
cuestión pasando por análisis tales como la gran cantidad regulaciones y casos internac-
ionales que fomentan el uso de la videoconferencia hasta plantear la disyuntiva sobre si
realmente lo que se pone en crisis es el uso de la tecnología o la prueba en sí misma (la
cual se materializa mediante tecnología). Sobre dicho trabajo me permito transcribir al-
gunas líneas conclusivas que comparto: “En definitiva, y como bien lo ha expuesto Tirado
(2017:169), entender que la prueba mediante videoconferencia no es válida por la ausencia
de la presencia física de los declarantes ante el órgano jurisdiccional, es no entender lo que
significa la videoconferencia que ‘no es más que un medio técnico de auxilio que posibilita
las facultades de percepción física del juzgador respecto de lugares distantes a su ubicación
física -que no a su alcance sensorial-’. De esta forma, más que enjuiciar la videoconferencia,
esta debe ser entendida como una herramienta útil que los avances tecnológicos actuales
nos entregan, que viene en auxilio del ejercicio de la jurisdicción y que ha sido utilizada hace
más de una década tanto por el ordenamiento nacional como por instrumentos jurídicos
de cooperación internacional (Tirado, 2017:171). Así, nos atrevemos a decir que las venta-
jas de la utilización de videoconferencias serían más que las desventajas, al cumplirse en
su uso los elementos imprescindibles para garantizar los principios ya expuestos y poder
practicar la prueba. Siempre que se garantice la interacción continua de las partes, de los
miembros del tribunal y de los medios de prueba, que se escuche en todo momento a los
testigos, a las partes y a los peritos (Aba, 2009: 36), y que se provean mecanismos a fin de
que el abogado defensor y su representado se encuentren ‘físicamente’ en un mismo lugar,
la realización de juicios por videoconferencias no afectaría el debido proceso (Araya Novoa,
2020: 127). Nos quedamos con las palabras de Amoni quien señala que es posible cumplir
con las exigencias de la inmediación, siempre que la calidad de la imagen y el sonido sean
suficientes para equipararse a una audiencia en presencia real ante el juez, puesto que ella
permite a los presentes en la sala de audiencias, escuchar las declaraciones y observarlas,
así como también que la persona que declara a distancia pueda observar lo que ocurre en la
sala, en especial las reacciones del juez (2013:82). Si lo anteriormente señalado es posible
de garantizar, podemos concluir que el resto de los temores no son propios de la forma en
que se lleva a cabo el proceso, ya sea virtual o presencial, sino del tipo de medio de prueba
que comentamos, es decir, de las pruebas declarativas. El temor de que el declarante lea
o de que alguien le ayuda a responder las preguntas que se le efectúan o que no pueda
detectarse una eventual mentira porque no se aprecien las gesticulaciones o nervios de esa
persona, no pasa necesariamente porque la prueba sea virtual, sino porque se desconfía de
los declarantes, olvidando la importancia de la información o testimonio que traspasan”.(28)
Considero firmemente que la adopción de la videoconferencia como un recurso
más a sumar dentro del abanico de posibilidades, que debe proveer el Órgano Judicial
en el gestionamiento de los servicios a su cargo, resulta de indudable valor; asimismo,
entiendo que, desarrollados dentro de un marco controlado (tanto física, edilicia como
electrónicamente) para la realización de la audiencia, los usos de los sistemas digitales
de videoconferencias no vulneran derechos ni garantías al justiciable. No obstante -sien-
do este último el protagonista del proceso judicial-, si el justiciable así lo considerare
apropiado, creo criterioso que corresponda llevar adelante los actos procesales al viejo
estilo presencial y no de otra forma; más aún en los casos penales, minoridad o de fa-
milia por la sensibilidad de la materia.
Lo que no debe ser tolerable es que, so pretexto de brindar ese servicio a toda cos-
ta, se descuiden cuestiones esenciales en torno a la factibilidad normativa (o peor aún,
justificar el autoarrogamiento legislativo que estilan realizar los Tribunales Superiores
para desvirtuar las normas procesales vigentes), la previsión de una infraestructura que
posibilite y acompañe la implementación de estos sistemas, la capacitación de recursos
humanos que lidien con el mismo (empezando por el magistrado/a) y, por sobre todo,
la discrecional como despreocupada elección de las plataformas de libre uso a operarse
sin trepidar antes -o como mínimo tomar todos los recaudos posibles antes- en las fal-
ibilidades que poseen las mismas, por cuanto no están precisamente creadas para ser
operadas en entornos formales y reservados, como lo es un proceso judicial.
(28) González, María de los Ángeles: “El uso de videoconferencias: ¿desconfianza en la tecnología
o en los medios de prueba declarativos?” - Revista Chilena de Derecho y Tecnología - vol.11 - n°
2 - Santiago - diciembre/2022 - versión online - ISSN 0719-2584. http://dx.doi.org/10.5354/0719-
2584.2021.63970
152
I - INTRODUCCIÓN
(1) Abogado, especializado en métodos colaborativos de gestión de conflictos; director del Instituto
de Formación Académica Profesional del Colegio de Procuradores de Rosario; investigador y docente
153
154
155
156
I - INTRODUCCIÓN
Con el fin de establecer las bases legales para la defensa del consumidor y usuario,
en los términos previstos en el artículo 38 de la Constitución provincial, la Provincia de
Buenos Aires ha dictado la ley 13133. Su objetivo, conforme la propia ley dispone en
su artículo 1, es el de establecer las reglas de las políticas públicas y los mecanismos
administrativos y judiciales para la efectiva implementación en el ámbito provincial:
157
158
159
Lo mismo sucede en aquellos casos en los que los honorarios de los profesionales
intervinientes no han sido regulados y se difieren para la etapa de ejecución de
sentencia. ¿Debe estimarlos el depositante o debe exceptuarlos de abonar? Si los estima
erróneamente, puede tenerse por desistida la apelación por un depósito erróneo, pero
¿y si no los deposita? Estaría incumpliendo con lo previsto en la normativa y podría
también tenerse por desistido el recurso.
Queda por demás manifiesto que todo lo anteriormente expuesto dilata, sin duda
alguna, la elevación a Cámara de las actuaciones, demorando la obtención de una
sentencia firme.
En esta órbita, entonces, quien intenta recurrir una sentencia desfavorable debe
estar al aguardo de las consideraciones del juez para poder avanzar en el cumplimiento
del requisito establecido. No quedan dudas, entonces, de que la falta de claridad del
artículo deja librada a la discrecionalidad judicial los puntos mínimos que quien debe
realizar el depósito necesita conocer. Es necesario poner de resalto que la cuestionada
discrecionalidad es la que vulnera cada vez más la seguridad jurídica de los litigantes.
160
161
162
VII - CONCLUSIONES
163
◊ SUMARIADA
José I. Martínez(1)
Juan A. Gasparini(2)
I - Introito
El principio de la seguridad jurídica constituye una de las bases principales de
sustentación de nuestro ordenamiento, cuya tutela innegable compete a los jueces.(3)
(1) Abogado (UNLP). Especialista en Derecho Procesal Civil (UBA). Adscripto de la cátedra de
Derecho Procesal Civil (UNLP). Secretario de Cámara Civil y Comercial en la Provincia de Buenos
Aires
(2) Abogado. Diploma de Honor (UBA). Especialista en Derecho Procesal Civil (UBA). Especialista
en Derecho de Daños (UBA). Docente de Concursos y Quiebras en la Facultad de Derecho de la UBA.
Secretario de Juzgado de Primera Instancia en la Provincia de Buenos Aires
(3) CSJN, Fallos: 242:501; 316:3231; 343:1457, entre otros
167
168
II - Antecedentes relevantes
En el marco de un juicio de prescripción adquisitiva, en el cual el actor había
obtenido una sentencia definitiva en fecha 29/6/2017, se presentó el síndico del proceso
falencial de la titular de dominio Marisel SA y dedujo incidente de nulidad del decisorio
el 27/5/2021, del cual adujo haber tomado conocimiento el 16/11/2018.
En lo medular, el funcionario concursal sostuvo que la quiebra había sido decretada
el 24/3/1994 y publicados los edictos en el año 2009, esto es, con anterioridad al
inicio del proceso de usucapión y que, por efecto del desapoderamiento de los bienes,
la notificación de la demanda debió dirigirse a la sindicatura y no al titular de dominio.
En efecto, articuló la excepción de falta de legitimación pasiva respecto de Marisel SA
y alegó que el juicio se veía alcanzado por el fuero de atracción de la quiebra. Invocó la
nulidad absoluta en razón del desapoderamiento de orden público.
Sustanciada la incidencia con el actor, la jueza de la instancia de grado dictó
un auto interlocutorio, por cuyo intermedio dispuso decretar la nulidad de la sentencia
de prescripción adquisitiva -firme y consentida- y de todo lo actuado en dicho proceso.
Para así decidir, ponderó la circunstancia de que la quiebra de la sociedad fue notificada
por edictos en el año 2009, habiendo adquirido publicidad frente a terceros; mientras
que el juicio de usucapión fue iniciado con posterioridad a dicha comunicación y en
contravención a las reglas de competencia que rigen el fuero de atracción en el proceso
universal. Por tal motivo, consideró que asistía razón al síndico en cuanto a que el
interesado no debió promover las presentes actuaciones y, en vez de ello, acudir ante la
quiebra a verificar su crédito.
Tal resolución es apelada por el accionante, quien insiste en su expresión de
agravios sobre la extemporaneidad del planteo nulitivo. En esencia, dice que la
(8) Art. 1897, CCyCo. Sobre el carácter declarativo de la sentencia ver Kiper, Claudio: “Código Civil
y Comercial de la Nación. Comentado” - Ed. Rubinzal Culzoni - Ricardo Lorenzetti (Dir.) - T. IX -
Bs. As. - 2015 - pág. 84.
Art. 743, CCyCo. Bienes que constituyen la garantía. “Los bienes presentes y futuros del deudor
constituyen la garantía común de los acreedores ”. Ver dictamen del procurador general al cual adhiere
la Corte Suprema en autos “Florio y Compañía ICSA s/concurso preventivo s/incidente de verificación
de crédito por Niz, Adolfo Ramón, Fallo del 15/4/2004, F 597 XXXVI. RHE.
Dicho principio general debe cohonestarse con las exclusiones del ordenamiento especial. La propia
L. 24522, en su art. 108, enumera una serie de bienes no alcanzados por el desapoderamiento y que,
por tanto, no forman parte de la masa patrimonial que queda afectada por los trámites del concurso
como garantía de los acreedores -entre ellos, los bienes inembargables y aquellos excluidos por otras
leyes-. “Ortiz, Rodolfo Camilo s/incidente de exclusión de bien del activo falencial” - SCBA, en Ortiz,
Rodolfo C.: “Pedido de propia quiebra”, 5/12/2012
(9) “Trofe” - SCBA - causa L. 118.587 - 15/6/2016, voto del Dr. De Lazzari
169
(10) Art. 170, CPCBA. Subsanación. “La nulidad no podrá ser declarada cuando el acto haya sido
consentido aunque fuere tácitamente, por la parte interesada en la declaración”
(11) Dict. del procurador general al cual adhiere la Corte Suprema en autos Florio y Compañía
ICSA s/concurso preventivo s/incidente de verificación de crédito por Niz, Adolfo Ramón”, Fallo del
15/4/2004, F 597. XXXVI RHE
170
(12) Molina Sandoval, Carlos A. y Junyent Bas, Francisco: “Ley de concursos y quiebras comentada”
- 5ª ed. act. y amp. - Ed. Abeledo Perrot - T. II - CABA - 2021. Libro digital. Comentario al art. 203
(13) “Loscri y Compañía SRL s/quiebra s/incidente de venta inmueble y rodado” - CNCom. - Sala
A - 1/11/2016
(14) “Agrest SACIFEI s/quiebra” - CNCom. - Sala C - 22/12/2021
171
(15) Conf. Alterini, Jorge H., Alterini, Ignacio y Alterini, María E.: “Tratado de los derechos reales” - 1ª
ed. - LL - CABA - 2018 - Libro digital, Cap. II: “Elementos. Mutaciones jurídico reales: adquisiciones
originarias”, C. “Adquisiciones originarias”, 5º “Prescripción adquisitiva”
(16) “O’Leary Sonia María s/Concurso preventivo incidente de verificación de crédito - CNCom. -
Sala F - 7/2/2017
Zapponi Raúl c/Zapponi Horacio s/incidente de rendición de cuentas - Cám. Civ. y Com. San Isidro -
Sala III - 4/3/2021
172
tratar el mal llamado recurso de incompetencia la validez de los actos que se hubieran
cumplido hasta el momento de acogerse el planteo(17); pero dadas las particularidades
que reviste el caso en comentario, compartimos la solución brindada por el Tribunal a
partir de los principios generales del derecho, que se oponen al progreso de la nulidad
articulada. La Cámara trae a colación un viejo adagio que dice que nadie es oído
cuando alega su propia torpeza (nemo auditur propriam turpitudinem alegans). Esto es,
precisamente, lo que dicho Pretorio entiende que ha ocurrido en el caso.
“Si el juicio de usucapión ha tramitado durante casi siete años y alcanzado la
sentencia definitiva (notificada a la demandada el 8/9/2021) es porque la sindicatura
de la quiebra dejó transcurrir más de veinte años sin adoptar –reitero– medida alguna de
preservación del patrimonio de la fallida”.
A ese respecto, estimamos valioso traer al discurso las enseñanzas que nos aporta
Aída Kemelmajer de Carlucci, quien define con aguda claridad la figura del abuso del
derecho como un estándar, un concepto jurídico indeterminado; consecuentemente,
también en sus efectos se aviene mejor a las soluciones abiertas que a las cerradas. El
artículo 1071 del Código Civil [actual art. 10, CCyCo.] no enumera taxativamente cuáles
son los efectos del abuso. Por el contrario, deja abierta la solución al caso particular,
siendo amplísimo el “menú” (abierto) que ofrece la casuística.(18)
Indica Rodolfo Vigo que la reacción desfavorable del derecho frente al abuso se
fundamenta porque se produce un daño a alguien, es decir, se lo priva de algo que le
corresponde, sin que ello se pueda justificar jurídicamente. Es el juicio de equidad, fruto
de la razón práctica jurídica operativa o prudencial, lo que determina que se impida esa
conducta abusiva. La apariencia de juridicidad y lo injusto concreto, son, en última
instancia, las dos notas más características del instituto que estamos analizando.(19)
De tal modo, la Cámara indica que, para servir a los intereses de orden público, la
usucapión puede sancionar tanto al propietario negligente, cuanto a las sindicaturas de
la sociedad fallida, en tanto destinatarias de las respectivas facultades de administración
y disposición que se limitaron a la quebrada.
Para Alterini, es tan decisiva la conexión de la usucapión con la seguridad jurídica,
que recuerda la opinión de Radbruch para quien “...la necesidad a que responde la
seguridad jurídica puede hacer también que los estados de hecho se conviertan en
estados jurídicos ... Hay estados de hecho, como ... la posesión en derecho civil, que
gozan de protección jurídica sin necesidad de que asienten sobre una base de derecho. La
prescripción adquisitiva o extintiva no significa otra cosa que la transformación en estado
de derecho de una situación antijurídica, mediante el transcurso de un determinado
período de tiempo”.(20)
(17) Art. 101. Petición y admisión efectos. “Esta petición no suspende el trámite del concurso si el
deudor está inscrito en el Registro Público de Comercio de la jurisdicción del juzgado. En ningún caso
cesa la aplicación de los efectos de la quiebra.
La resolución que admite la incompetencia del juzgado ordena el pase del expediente a que
corresponda, siendo válidas las actuaciones que se hubieren cumplido hasta entonces”
(18) Según su voto en autos “Argenfruit SA en j 5759/27.007 Pedro López e Hijos SACIA p/Conc.
s/Inc. Cas.” - TSJ Mendoza - Sala Primera
(19) Conf. Vigo, Rodolfo: Consideraciones iusfilosóficas sobre el abuso del derecho” - Revista de
Derecho Privado y Comunitario - N° 16 - pág. 311
(20) Conf. Radbruch, Gustav: “Introducción a la filosofía del derecho” - Fondo de Cultura Económica
- México - 1955 - pág. 41, cit. por Alterini, Jorge H., Alterini, Ignacio y Alterini, María E.: “Tratado de
173
IV - Palabras finales
En la ponderación de los órdenes públicos en juego, esto es, el fuero de atracción
en la quiebra y la inmutabilidad de la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada,
no puede prescindirse de las circunstancias que rodean el caso y que guiarán la solución
del juzgador para arribar a una decisión razonablemente fundada (art. 3, CCyCo.).
En otros términos, es a partir de la valoración del contexto fáctico que reúne el
litigio y de los intereses involucrados que se logra alcanzar la justicia del caso en el
precedente en comentario.
No puede descansar la inactividad de las distintas sindicaturas que tenían a su
cargo la tarea de llevar a cabo los actos necesarios para la realización de los bienes en la
ficción legal de la publicación de los edictos. Pues frente a quien, aun habiendo iniciado
y tramitado un proceso individual ante juez incompetente y comportándose como dueño
y señor del inmueble, incorpora riqueza durante un lapso de tiempo lo suficientemente
prolongado, se revela el desinterés del titular de dominio -trasladable a la sindicatura
concursal en el caso de marras- en realizar actos posesorios que alteren la posesión
pública, pacífica e ininterrumpida de aquel.
El dictado de una sentencia de adquisición de dominio firme y consentida incorpora
a favor del poseedor un derecho de propiedad inconmovible que ingresa definitivamente
en su patrimonio (art. 17, CN), y que no puede ser soslayado frente a la ausencia de actos
posesorios de parte de las distintas sindicaturas que intervinieron en el procedimiento
de realización de bienes en la quiebra.
Útil resulta destacar, entonces, un precedente de nuestra Corte Suprema de
Justicia de la Nación, cuyas conclusiones consideramos plenamente aplicables, de
acuerdo con las particularidades del caso y que por su importancia nos permitimos
transcribir a continuación:
“Que, finalmente, cabe recordar que la cosa juzgada es uno de los pilares
fundamentales sobre los que se asienta nuestro régimen constitucional y, por ello, salvo en
los supuestos excepcionales en los que se ha admitido la nulidad de un pronunciamiento
judicial firme, no es susceptible de alteración ni aún por vía de la invocación de
leyes de orden público toda vez que la estabilidad de las sentencias, en la medida en
que constituye un presupuesto ineludible de seguridad jurídica, es también exigencia del
orden público con jerarquía superior” (el destacado nos corresponde).(21)
los derechos reales” - 1ª ed. - LL - CABA - 2018 - Libro digital, Cap. II: “Elementos. Mutaciones jurídico
reales: adquisiciones originarias”, C. “Adquisiciones originarias”, 5º “Prescripción adquisitiva”
(21) “Milantic Trans SA c/Ministerio de la Producción (Ast. Río Santiago y ot.) s/ejecución de
sentencia recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley y nulidad - CSJN - 5/8/2021
174
Luciano C. Zeoli(1)
Hola a todos los fanáticos del derecho procesal. Hoy estábamos en la duda de
discutir la posición jurídico-procesal del tercer mundial recientemente obtenido por este
bendito país; o, en lugar de eso, ponernos a parrafear acerca del proceso de desalojo. A
sugerencia del editor, lo mejor era dar nociones de lo que sabemos antes que darle curso
a cualquier otra cosa. Pero, en honor a la rebeldía, vamos a hablar de desalojo.
I - CONCEPTO
Este es el ítem que a todos más nos gusta. Determinar, a viva voz (a vivo renglón,
en este caso), cuál es el encuadre conceptual que enmarca al tema del que vamos a
opinar o desarrollar; y que, a su vez, nos da ciertos parámetros dentro de los cuales
reconocer el alcance de este tipo de proceso para evitar confundir sus límites y sus
posibilidades.
Así las cosas, la jurisprudencia, nos ayuda diciendo: “El juicio de desalojo es aquel
que tiene por objeto una pretensión tendiente a recuperar el uso y goce de un inmueble
que se encuentra ocupado por quien carece de título para ello, sea por tener una obligación
exigible de restituirlo o por revestir el carácter de simple intruso, aunque sin pretensiones
a la posesión.
Del concepto enunciado se infiere, por lo pronto, que la pretensión de desalojo no
solo es admisible cuando medie una relación jurídica entre las partes en cuya virtud el
demandado se halla obligado a restituir el bien a requerimiento del actor, sino también
en el supuesto que, sin existir vinculación contractual alguna, se trata de un ocupante
meramente circunstancial o transitorio que no aspira al ejercicio de la posesión (Palacio,
‘Derecho Procesal Civil’, T. VII, pág. 77, AbeledoPerrot, Buenos Aires, 1984; CApel. CC.
Salta Sala III, Tomo año 2002, fº 253 y Tomo año 2004 fº 1050; id., id., Tomo 2010, fº
69/71; id. id. tomo 2.013, fl. 605/608, entre otros). El artículo 691 del Código Procesal
Civil dispone que el juicio de desalojo podrá ser promovido por quienes tengan derecho a la
recuperación de la tenencia de inmuebles, contra todo aquel cuya obligación de restituirla
fuere exigible.
(1) Abogado (CPACF). Abogado en ejercicio. Ayudante de la clase de Práctica Forense de 3° y 4° año
(USAL), sede Pilar
177
(2) “Chiericotti, Alfredo Javier; Chiericotti, Emiliano Gastón; Chiericotti, Natalia #INSTANCIA: C
#TIPO_TRIBUNAL: CC s/desalojo” - CApel. CC Salta - Sala CIVIL - sent. 16/2/2016
(3) “AYSA c/Pettersson Elena Yolanda s/Ley de desalojo” - CFed. Apel. San Martín - Sala I - 9/5/2022
178
II - LEGITIMACIÓN ACTIVA
Es de destacarse que “la legitimación para obrar en la causa denota la condición
jurídica en la que se hallan una o varias personas en relación con el derecho que invocare
en el proceso, ya sea en razón de su titularidad o de otras circunstancias idóneas para
justificar su pretensión, configurando ello, en todos los casos, un elemento sustancial de
la litis, cuya ausencia impide que la sentencia resuelva la debida relación sustancial del
debate”.(5)
Sin ir demasiado lejos, el artículo 1941 del CCyCo. nos indica que el dueño de
una cosa puede ejercer sobre ella todos los actos jurídicos posibles. Ergo, puede tanto
dar la cosa en alquiler, o cederla en cualquier carácter, como así recuperarla en cuanto
a que el uso de la cosa no se encuentre acorde a las estipulaciones de la entrega. Con
esto resaltamos que el propietario, en tanto tenga la posibilidad de recuperar la cosa
cuyo uso y goce está limitado no por voluntad propia, es el principal actor que tiene todo
tipo de acción de desalojo.
En este supuesto, el titular de dominio deberá acreditar su condición en orden
a la presentación del título de propiedad que lo acredita como tal. Así, el artículo 1017
del CCyCo., en su primer inciso, “Escritura pública”, afirma: “Deben ser otorgados por
escritura pública:
a) los contratos que tienen por objeto la adquisición, modificación o extinción
de derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es
realizado mediante subasta proveniente de ejecución judicial o administrativa”.
Sin embargo, corresponde aclarar que el título suficiente se acompaña con la
noción de modo suficiente que indica el artículo 1892: “Título y modos suficientes. La
adquisición derivada por actos entre vivos de un derecho real requiere la concurrencia de
título y modo suficientes. Se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las
formas establecidas por la ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho
real.
La tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos
reales que se ejercen por la posesión. No es necesaria, cuando la cosa es tenida a nombre
(4) “Tosoroni, Olga Mirta c/Romero, Rodolfo Oscar s/acción de desocupación y/o desalojo” - STJ San
Luis - IURIX Exp. Nº 104250/9 - 20/12/2017
(5) Fenochietto, C.: “Código Procesal Civil y Comercial de la Nación” - Ed. Astrea - 1985 - págs.
354/5
179
(6) “Knaus, Luis Aniceto c/Raúl Oscar Martina y/o ocupante s/desalojo” - CApel. CC Resistencia,
Chaco - Sala 01
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Sin embargo, dependerá del tipo de pretensión sucesoria del incoante sobre la
masa el determinar la forma en que habrá de ejercer su derecho. Ergo, no es lo mismo
suceder con ascendente que como colateral. El CCyCo. dice:
(7) “Bussetiti, Mabel Estela c/Intrusos y/u ocupantes Salta Depto. 2 CABA s/desalojo: intrusos” -
CNCiv. - Sala F - 8/8/2016
(8) “Chiericotti, Alfredo Javier; Chiericotti, Emiliano Gastón; Chiericotti, Natalia #INSTANCIA: C
#TIPO_TRIBUNAL: CC s/desalojo” - CApel. CC Salta - Sala CIVIL - sent. 16/2/2016
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(9) “Chiericotti, Alfredo Javier; Chiericotti, Emiliano Gastón; Chiericotti, Natalia #INSTANCIA: C
#TIPO_TRIBUNAL: CC s/desalojo” - CApel. CC Salta - Sala Civil - sent. 16/2/2016
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(10) “Muñoz, Horacio Damián c/Baodoino, Diego Adrián y otro s/Desalojo por falta de pago” -
CNCiv. - Sala - 29/3/2019
(11) “AYSA c/Pettersson Elena Yolanda s/Ley de desalojo” - CFed. Apel. San Martín - Sala I - 9/5/2022
(12) “Stempelatto, Rosa Máxima c/Menses Maximiliano y otros s/desalojo por falta de pago” - CApel.
CC - Sala Primera - Departamento Judicial La Matanza - causa Nro.: 5400/1 - 5/4/2019
183
(13) Molina de Juan, Mariel F. et al.: “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, dirigido
por Marisa Herrera, Gustavo D. Caramelo Diaz y Sebastián Picasso - 2ª ed. - Ed. SAIJ - CABA - T. II
- 2022 - Págs. 227 y ss.
(14) Molina de Juan, Mariel F. et al.: “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, dirigido
por Marisa Herrera, Gustavo D. Caramelo Diaz y Sebastián Picasso - 2ª ed. - Ed. SAIJ - CABA - T. III
- 2022 - Págs. 603 y ss.
184
(15) “Berjolis, Augusto Luis c/Cifarelli, Marcelo Ricardo y otro s/desalojo por vencimiento de
contrato” - Cám. Civ. - Sala J - 23725/2019 - Buenos Aires - 22/10/2020
(16) Molina de Juan, Mariel F. et al.: “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, dirigido
por Marisa Herrera, Gustavo D. Caramelo Diaz y Sebastián Picasso - 2ª ed. - Ed. SAIJ - CABA - T. III
- 2022 - Págs. 571 y ss.
185
(17) Camps, Carlos E.: “Derecho procesal civil” - 4ª ed. act. por Carlos Enrique Camps -
Ed. AbeledoPerrot - CABA - 2017 - T. IV - págs. 46 y ss.
(18) Juicio: Pastrana Francisco c/Barroso Cintia Romina s/desalojo (excepto por falta de pago) -
CApel. CC Depto. Judicial Mercedes - Sala I - Expte: SI-118732 - 11/8/2021
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(19) CNCiv. - Sala G - 26/11/1990; íd. - Sala J - 26/4/1999, entre muchísimos otros citados en Salgado,
Alí Joaquín: “Locación, comodato y desalojo” - Ed. Rubinzal Culzoni - 2010
188
Sin embargo, “no basta que el demandado invoque la condición de poseedor para
que el desalojo no prospere, de modo tal que solo si se aportan elementos que ‘prima
facie’ acrediten la verosimilitud de su alegación el desalojo no procede, debiendo la
cuestión ventilarse mediante el ejercicio de las acciones posesorias”(20). No obstante,
la jurisprudencia acepta que “la demanda de desalojo, aún rechazada, interrumpe la
prescripción adquisitiva del poseedor”.(21)
Y hasta acá llegamos… (en esta entrega).
(20) “Baigorri, Evangelina c/Arias, Laura Mónica y otro s/desalojo: otras causales” - CNCiv. - Sala
B - 61689/2015 - 31/8/2017
(21) SCBA - Acds. 65115 S - 9/3/1999, 54399 S - 20/11/1996; CCiv. y Com. Quilmes - Sala 2ª - 18258
S - 31/10/2017; CCiv. y Com. San Isidroc - Sala 2ª - 59176 RSD-41-93 S - 23/3/1993
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Directores académicos: 1. Derecho Procesal. I. Parada, Ricardo Antonio, comp. II. Errecaborde, José
Mariano H. Borinsky y Daniel, comp.
CDD 347.05
Daniel Schurjin Almenar
ISBN 978-987-793-310-9
clientes@errepar.com
errepar.com Esta edición se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Digital Ferreti SAS,
Buenos Aires, República Argentina, en marzo de 2023
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