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IRRACIONALES»
El crítico y el artista
J. F. YVARS
Londres, Navidad de 2002 PREFACIO
PRIMERA ENTREVISTA
Octubre de 1962
Mayo de 1966
FB Sí, pero estaba tomado de otra gente, la mayoría. Tenía una terrible influencia del
diseño francés de la época. No creo que hiciese nada que fuera muy original.
Septiembre de 1974
DS Me he dado cuenta de que gran número de los cuadros de los últimos tres o
cuatro años (sobre todo los cuadros de desnudos) me han hecho recordar que hace
tiempo hablabas de que querías hacer escultura. ¿Crees que el pensar en hacer escultura
ha inlfuido en tu manera posterior de pintar?
FB Sí, creo que es muy posible. Porque llevo varios años pensando mucho en la
escultura, aunque no he hecho aún nada, porque cada vez que quiero hacerlo tengo la
sensación de que quizá pordría hacerlo mejor pintando. Pero ahora he decidido hacer
una serie de cuadros de las esculturas que tengo en la cabeza y ver cómo resultan en un
cuadro. Y luego podría empezar realmente a esculpir.
DS ¿Puedes describir de algún modo las esculturas que has pensado?
FB He pensado en esculturas sobre una especie de armazón, un armazón muy
grande pro el que la escultura pueda deslizarse y la gente pueda incluso alterar la
posición de la escultura según sus deseos. Este armazón no sería tan importante como la
imagen, pero estaría allí para destacar la imagen, tal como he hecho muchas veces
utilizando una estructura para hacer destacar la imagen en los cuadros. He pensado que
en escultura quizá pudiese hacerlo con mayor intensidad.
DS ¿Sería el armazón una especie de raíl como el que has utilizado a veces en los
cuadros, por ejemplo en ese desnudo de hombre en cuclillas de 1952 o en el cuadro que
hiciste en 1965 de una mujer y un niño, tomado de Muybridge?
FB Sí. He pensado en un raíl de acero muy pulimentado montado de tal modo que
la imagen pudiese atornillarse en posiciones distintas.
DS ¿Has visualizado los colores y las texturas de las imágenes?
FB Habría que hablar con alguien que tuviese muchos más conocimientos técnicos
de escultura que yo, pero he pensado que deberían fundirse en un bronce muy delgado
(no en ningún tipo de plástico, porque querría que tuviesen el peso del bronce), y
arrojaría sobre ellas una capa de lechada color carne, de modo que pareciesen haber
estado sumergidas en una lechada ordinaria, y conseguiría así la textura de la arena y la
cal. Y daría así la sensación de esta carne y este acero muy pulimentado.
DS ¿Y qué escala le darías?
FB He concebido el armazón como un espacio muy grande, como una calle, y las
imágenes serían comparativamente pequeñas en relación con el espacio. Las imágenes
serían figuras desnudas, pero no figuras literalmente desnudas; las he imaginado como
imágenes muy formales de figuras en actitudes distintas, aisladas o en parejas. Las haga
o no, lo intentaré desde luego en cuadro, y espero conseguir hacerlas en escultura si
logro definirlas en un cuadro. Probablemente las haga por la parte posterior del lienzo,
así podría dar cierta idea del aspecto que tendrían si se las dejara en el espacio.
DS Por supuesto, Tres estudios de figuras para la base de una crucifixión, de
1944, está compuesto de formas plásticas claramente definidas que podrían copiarse
casi en escultura.
FB Bueno, yo las imaginé como las Euménides, y al mismo tiempo vi toda la
Crucifixión de la que formarían parte en vez de las figuras habituales que hay al pie de
la cruz. Iba a colocarlas alrededor de la cruz, sobre un armazón que podría elevarse, y la
imagen de la cruz estaría en el centro con esas cosas alrededor. Pero nunca llegué a
hacerlo; dejé simplemente eso como tentativa.
DS Hay un cuadro muy reciente con la figura de un hombre sentado en una
habitación frente a una ventana y fuera de la ventana una especie de figura fantasmal
que es también, como tú has dicho, una representación de las Euménides. Y ese
fantasma, a mi juicio, es casi tan puro y simplemente escultórico como las Euménides
de 1944. Pero es la figura del hombre de ese cuadro, o esa figura reclinada con
persianas al fondo que pintaste hace tres años, la que me parece más representativa de
esa tendencia de las figuras a lo escultórico. Ahora es más complejo, porque ahora,
cuando creas una forma escultórica definida, la calificas a través de minucias en la
pintura y creas muchas sugestiones y ambigüedades. Sin embargo, esas figuras tienen
una plasticidad muy vigorosa.
FB Bueno, me gustaría ahora (y supongo que es por pensar en la escultura), al
margen de la tentativa de hacer escultura, hacer mucho más escultural el propio cuadro.
Veo en esas imágenes, veo como podrían ser en pintura la boca, los ojos, los oídos, de
modo que estuviesen allí de una forma totalmente irracional pero más realista; aunque
no haya llegado aún a ver exactamente cómo podría hacerse en escultura. Podría
conseguirlo. Veo constantemente imágenes, me asaltan continuamente y son cada vez
más formales y se basan cada vez más en el cuerpo humano, pero que, en el sentido de
la imaginería, se alejan más de él. Y me gustaría hacer los retratos más escultóricos
porque creo que es posible hacer a la vez una gran imagen y un gran retrato.
DS Es muy interesante que asocies la idea de la gran imagen con la escultura.
¿No tendrá esto relación con tu amor por la escultura egipcia?
FB Bueno, es posible. Yo creo que quizá las imágenes más grandiosas que haya
hecho hasta ahora el hombre han sido esculturas. Pienso en algunas de las grandes
esculturas egipcias, desde luego. Y también en la escultura griega. Por ejemplo, los
mármoles de Elgin del Museo Británico han sido siempre muy importantes para mí,
pero no sé si es por tratarse de fragmentos, no sé si en caso de ver la imagen completa
parecería tan penetrante como los fragmentos. Y he pensado siempre en Miguel Ángel.
Siempre ha pesado mucho en mi enfoque de la forma. Pero aunque sienta tan profunda
admiración por toda su obra, lo que más me gusta son los dibujos. Para mí es uno de los
mejores dibujantes de la historia, si no es el mejor.
DS He sospechado a menudo, ya desde 1950, al ver algunos de tus desnudos, que
estaban presentes allí ciertas imágenes de Miguel Ángel, o en el fondo de tu cabeza al
menos, como prototipos de la figura masculina. ¿Crees que es cierto eso?
FB En realidad, Miguel Ángel y Muybridge se entremezclan en mi mente, y puede
que haya aprendido de Muybridge respecto a las posiciones y de Miguel Ángel
respecto a la amplitud y la grandeza de la forma, y me sería muy difícil liberarme de la
influencia de Muybridge y de la de Miguel Ángel. Pero, por supuesto, como la mayoría
de mis figuras corresponden a desnudos masculinos, estoy seguro de que me ha
influido el hecho de que Miguel Ángel hiciese los desnudos masculinos más
voluptuosos de las artes plásticas.
DS ¿Crees que ciertas imágenes de figuras emparejadas de Miguel Ángel han
influido en tus figuras acopladas?
FB Bueno, muchas están basadas en los luchadores de Muybridge; hay algunos que
parecen estar, a menos que los mires con microscopio, en una especie de abrazo sexual.
En realidad, he utilizado con frecuencia a los luchadores para pintar figuras aisladas,
porque entiendo que las dos figuras juntas tienen un espesor que da sobretonos que no
tienen las fotografías de figuras aisladas. Pero no tengo en cuenta solo las fotografías
de Muybridge; miro constantemente fotografías de revistas, futbolistas y boxeadores y
cosas por el estilo; sobre todo boxeadores. Y miro también constantemente fotografías
de animales. Porque el movimiento animal y el movimiento humano están
constantemente ligados en mis imágenes del movimiento humano.
DS ¿Y están los desnudos, al mismo tiempo, estrechamente relacionados con la
apariencia de gente concreta? ¿Son en cierta medida retratos de cuerpos?
FB Bueno, es algo muy complicado. Yo pienso muchas veces en cuerpos de
gente que he conocido, en los contornos de los cuerpos que me han afectado
particularmente, pero luego suelo dibujarlos siguiendo los cuerpos de Muybridge.
Manipulo los cuerpos de Muybridge dándoles la forma de los cuerpos que he
conocido. Pero por supuesto, en mi caso, con este quiebre constante o distorsión o
como quieras llamarlo, de la imagen, es un medio elíptico de llegar a la apariencia de
ese cuerpo particular. Y el modo que yo utilizo para plasmar la apariencia plantea
constantemente la cuestión de qué puede ser la apariencia. Cuanto más trabajas, más
profundo se hace el misterio de lo que es la apariencia, o de cómo puede plasmarse en
otro medio lo que se llama apariencia. Y es necesario como un momento mágico para
coagular color y forma de modo que alcance el equivalente de la apariencia, la
apariencia que tú ves en un momento, porque la llamada apariencia solo se afirma por
un instante como tal. En un segundo, puedes pestañear o volver la cabeza levemente,
y al mirar de nuevo la apariencia ha cambiado. Quiero decir, la apariencia es algo que
parece flotar continuamente. Y, por supuesto, en escultura el problema quizá sea aún
más agudo, porque el material con que trabajas no es tan fluido como el óleo, y eso
añadiría otra dificultad. Claro que también el añadir una dificultad es lo que a menudo
lleva al hallazgo de algo más profundo. Por la dificultad de ejecutarlo.
DS Yo creo que en tu pintura te has enfrentado a un tipo de dificultad inmenso y
extraordinario, quizá por tu deseo de que la forma sea al tiempo muy precisa y muy
ambigua. En ese tríptico de 1944 utilizaste un fondo duro y brillante para formas
desplegadas de modo muy preciso y muy sencillo, formas talladas, como si dijésemos,
y eso era totalmente coherente. Luego el desarrollo de las formas se hizo malerisch, y
con ello el fondo se hizo más suave, más entonado, velado muchas veces, y todo eso
era absolutamente coherente. Pero luego prescindiste del velado, pasaste a combinar
un desarrollo malerisch de la forma (haciendo la pintura al mismo tiempo cada vez
más revuelta) con un fondo duro, liso y brillante, yuxtaponiendo así violentamente dos
convenciones opuestas.
FB Bueno, yo quería siempre que las imágenes tuviesen una mayor simplicidad y una
mayor complejidad. Y creo que esto se logra con más vigor si el fondo es muy compacto y
muy claro. Creo que las imágenes pueden articularse ellas mismas precisamente porque he
utilizado un fondo muy claro.
DS No creo que haya otro pintor que se haya planteado resolver una contradicción
tan patente entre una imagen malerisch y un fondo vívido y sin inflexiones.
FB Bueno, eso quizá se debe a que detesto la atmósfera doméstica, y pienso que
esa pintura malerisch tiene un fondo demasiado doméstico. Prefiero la intimidad de la
imagen frente a un fondo muy fuerte. Quiero aislar la imagen y apartarla del interior y
de la casa.
DS Volviendo a esas largas discusiones sobre azar o accidente, me han
sorprendido sobre todo dos de las ideas que se repiten. Una es tu rechazo de
cuadros que parecen lo que tú llamas «casuales», y la otra tu opinión de que lo
que brota por azar suele poseer mucho más una cierta inevitabilidad que lo que
surge por un proceso voluntario. ¿Puedes decirme por qué crees que una imagen
tiende a parecer más inevitable cuanto más accidental sea su aparición?
FB No ha habido interferencias. Da mayor sensación de frescura. Las articulaciones
de las formas que surgen por azar parecen más orgánicas y parecen funcionar más
inevitablemente.
DS Falta de interferencia... ¿no crees que esa es la clave?
FB Sí. La voluntad ha sido subyugada por el instinto.
DS Quieres decir que, al permitir que actúe el azar, uno permite que broten los
niveles más profundos de la personalidad, ¿no?
FB Pretendo decir eso, desde luego. Pero pretendo decir también que surgen
inevitablemente... surgen sin que el cerebro interfiera con la inevitabilidad de la
imagen. Parece venir directamente de lo que hemos dado en llamar el inconsciente, con
la espuma del inconsciente a su alrededor... y de ahí su frescura.
DS Tú sueles decir que los accidentes más fructíferos suelen surgir cuando más
desesperas de resolver un cuadro. Por otra parte, cuando te pregunté una vez si los días
en que las operaciones conscientes iban bien solía irlo también el azar, dijiste que sí.
Esta afirmación no es incompatible con las otras, por supuesto, pero ¿podrías ampliar?
FB Bueno, hay días que empiezas a trabajar y todo parece fluir de ti fácilmente;
pero eso no sucede a menudo y no dura mucho. Y no estoy seguro de que sea
necesariamente mejor que cuando brota algo de tu frustración y tu desesperación. Creo
que cuando las cosas te van mal tienes más libertad para embrollarlo todo poniendo
pintura sobre las imágenes que has hecho, lo haces con mayor abandono que si todo
estuviese funcionando bien. Y creo, por consiguiente, que quizá esa desesperación
ayude más, porque por desesperación puedes lanzarte a hacer la imagen de un modo
más radical, corriendo mayores riesgos.
DS Me has dicho que la mitad de tu actividad pictórica consiste en deshacer lo que
puedes hacer fácilmente. ¿Qué es lo que puedes hacer fácilmente y quieres deshacer?
FB Puedo muy fácilmente sentarme y hacerte lo que se llama un retrato
literal. Por eso estoy deshaciendo constantemente esta literalidad, porque no me
parece interesante.
DS Y supongo que los trazos que haces con el pincel pueden ser medios tan
destructivos como el arrojar pintura o aplicar un trapo.
FB Claro, por supuesto. Al ser el óleo un elemento tan fluido, la imagen cambia
constantemente mientras estás trabajando. Una cosa se construye sobre otra, o bien
destruye a la otra. Mira, no creo que la gente en general comprenda realmente lo
misteriosa que es, en cierto modo, la manipulación concreta del óleo. Porque el
mover (incluso inconscientemente) el pincel hacia un lado, en vez de hacia otro,
puede alterar por completo las implicaciones de la imagen. Pero solo puedes darte
cuenta si sucede ante ti. Quiero decir, el que un extremo del pincel pueda quedar
impregnado de otro color o la presión del pincel, por accidente, dé un toque que
preste una resonancia a las demás pinceladas lleva a un desarrollo posterior de la
imagen. En realidad, todo es una constante lucha entre accidente y sentido crítico.
Porque lo que yo llamo accidente puede proporcionarte una pincelada que parezca
más real, más verídica respecto a la imagen, que otra, pero solo tu sentido crítico
puede elegir y seleccionar. Así que tu capacidad crítica funciona al mismo tiempo,
como una especie de manipulación semiinconsciente. O muy inconsciente, en general,
si es que funciona.
DS Por supuesto, la confianza en el azar es algo que parece empapar toda tu vida.
No hay duda de que resulta evidente en tu actitud hacia el dinero. Cuando nos
conocimos, no ganabas gran cosa con tus cuadros, pero, incluso entonces, en cuanto
vendías uno te dedicabas a comprar champán y caviar para todos los que estuviesen a
mano. Nunca te echabas atrás. Nunca tuviste la menor cautela.
FB Bueno, eso se debe a mi voracidad. Tengo voracidad de vida, y soy voraz
como artista. Tengo voracidad de lo que espero que pueda darme el azar, creo que
puede darme mucho más de lo que pueda calcular lógicamente. Y es en parte mi
voracidad lo que me ha hecho lo que se llama vivir por azar... voracidad de comida, de
bebida, de estar con personas que me gustan, de la emoción que producen las cosas
que suceden. Y creo que es también aplicable a mi trabajo. Sin embargo, cuando cruzo
la calle, miro bien a ambos lados. Porque, con mi voracidad de vida, no me la juego
como si quisiese también que me matasen, como hacen algunos. Porque la vida es
muy corta y, mientras pueda moverme y ver y sentir, quiero que la vida continúe
existiendo.
DS Tu gusto por la ruleta no incluye, digamos, la ruleta rusa.
FB No. Porque para hacer lo que quiero hacer he de seguir viviendo, mientras
pueda. El otro día, alguien me hablaba sobre De Staél, me decía que la ruleta rusa era
para él una obsesión, y que solía lanzarse en coche por las curvas de la carretera de la
costa, de noche, a una velocidad tremenda, en dirección contraria, para ver si podía
evitar la cosa o no evitarla. Sé cómo se supone que murió; se cree que se suicidó por
desesperación. Pero para mí la idea de la ruleta rusa sería fútil. Además, nunca tuve
eso que se llama arrojo, en ese sentido. Sé bien que el peligro físico puede resultar
muy emocionante. Pero creo que soy demasiado cobarde para andar cortejándolo. Y
además, como quiero seguir viviendo, y como quiero perfeccionar mi obra, por
vanidad, podríamos decir, he procurado seguir viviendo, he procurado existir.
DS ¿Cuando tenías poco dinero y lo gastabas como lo hacías; te quedaste alguna
vez arruinado del todo por un tiempo? ¿O te salvó siempre alguna circunstancia?
FB Bueno, yo he solido manipular las cosas para que vinieran en mi auxilio. Creo
que soy de los que tienen la facultad de salir siempre del paso de un modo u otro.
Aunque incluso se trate de robar o algo parecido. No tengo ninguna prevención moral
en ese sentido. Supongo que es una actitud extremadamente egocéntrica. Sería un
engorro que le cazasen a uno y le metiesen en la cárcel, pero no tengo ningún
prejuicio moral en cuanto al robo. Ahora que gano dinero, sería una especie de lujo
estúpido ir y ponerme a robar. Pero cuando no tenía dinero, solía coger lo que podía.
DS Tengo la impresión de que tu modo de actuar no consiste exactamente en
seguir los propios impulsos, aceptar las consecuencias y prescindir de la seguridad;
hay también un prejuicio que rige tu visión de la sociedad. Quiero decir que hablas
como si la idea del «welfare state», con su garantía de cierto tipo de seguridad, te
pareciese una especie de perversión de la vida.
FB Bueno, yo creo que si el Estado nos protegiese demasiado desde la cuna a la
tumba, sería tremendamente aburrido vivir. Pero esto quizá se relacione en parte con
que nunca he tenido la moral de la pobreza. Y en consecuencia, no puedo imaginar
nada más aburrido que eso de que te lo proporcionen todo y velen por ti desde que
naces hasta que mueres. Pero la gente parece esperarlo y pensar que tiene derecho a
ello. Creo que con esa actitud vital se cercena (creo esto, no puedo probarlo) el
instinto creador. Sería difícil explicar por qué. Pero yo nunca creí que uno debiese
tener ninguna seguridad y no espero tenerla jamás.
DS ¿Crees, como dije yo, que el hecho de que la gente busque seguridad sea una
especie de perversión de la vida y de sus posibilidades?
FB Bueno, es lo contrario de desesperar de la vida y desesperar de la existencia.
Después de todo, dado que la existencia es en cierto sentido muy banal, debemos
convertirla en algo que posea cierta grandeza, en vez de limitarnos a que nos cuiden
para el olvido.
DS Evidentemente, la esencia de la política es ese conflicto entre libertad
individual y justicia social, y tú crees firmemente que la libertad individual es mucho
más importante que la justicia social. ¿No te altera el ver la injusticia social?
FB Yo creo que es la textura de la vida. Ya sé que puedes decir que toda vida es
completamente artificial, pero creo que eso que se llama justicia social la hace más
absurdamente artificial.
DS ¿Y no te conmueven los sufrimientos que algunos han de soportar por la
injusticia social?
FB No. Cuando me dices si no me conmueven, soy en cierto modo muy
consciente de ellos. Pero creo que, como vivo en un país donde ha habido cierto
grado de riqueza, difícilmente puedo hablar sobre otro que ha sido siempre
extremadamente pobre. Y es muy posible que pudiese ayudarse a los habitantes de
países extremadamente pobres a alcanzar un nivel en el que pudiesen eludir su
hambre y su desesperación general. Pero no me conmueve el que la gente sufra,
porque creo que el sufrimiento de la gente y las diferencias entre los seres humanos
son lo que ha hecho el gran arte, y no el igualitarismo.
DS ¿Quieres decir entonces que una sociedad debe juzgarse por su capacidad para
crear gran arte, en vez de por algo así como la mayor felicidad del mayor número?
FB ¿Quién recuerda a una sociedad feliz? ¿A quién le interesa? Transcurridos unos
cien años, solo se piensa en lo que una sociedad ha dejado. Quizá pueda llegarse a una
sociedad tan perfecta que se la recuerde por la perfección de su igualitarismo. Pero aún
no se ha llegado, y hoy por hoy se recuerda a una sociedad por lo que ha creado.
QUINTA ENTREVISTA
DS Me dijiste una vez que podías sentarte y ponerte a ensoñar e imaginar entonces
habitaciones llenas de cuadros que van pasando por tu mente como diapositivas.
Quiero saber más en qué medida puedes visualizar un cuadro antes de empezar a
trabajar sobre él.
FB Bueno, es absolutamente cierto que puedo ponerme a ensoñar durante horas
y los cuadros desfilan por mi mente como diapositivas. Pero no quiero decir con
esto que los cuadros que acabo realizando tengan nada que ver con los que pasan
por mi mente. Porque lo que yo veo son cuadros maravillosos. Pero ¿cómo
hacerlos? Y, claro, como no sé cómo hacerlos, confío en que el azar o el accidente
los hagan por mí.
DS Pero ¿qué es lo que ves en tus ensueños?
FB Veo cuadros extraordinariamente bellos.
DS ¿Tienen la misma disposición que los cuadros que haces luego?
FB En cierta medida sí. Pero hay que empezar por algo concreto. Por otro lado, no
sucede lo mismo con los retratos. No veo pasar los retratos del mismo modo por mi
mente, porque considero que los retratos son aún más accidentales que los otros
cuadros que hago. Me pasan por la mente muchas cosas que nunca he sido capaz de
utilizar. Pero no creo que esto me suceda solo a mí. Creo que a todos los artistas les
pasa algo parecido.
DS Para citar un ejemplo, ¿qué dices del tríptico Sweeney Agonistes, que es una
composición muy compleja, distinta además de todas las otras, y con una fuente
literaria concreta de inspiración? ¿Hasta qué punto previste la composición?
PB Creo que en el caso de este cuadro solo sabía que deseaba que el panel central
fuese un panel sin figura.
DS ¿No sabías de antemano cómo iban a ser los otros paneles?
FB Sabía que deseaba que tuviesen figuras; no sabía realmente cómo funcionarían
esas figuras.
DS ¿Previste hacer las Euménides en el lienzo de figura sentada con las
Euménides fuera de la ventana, o fue una reflexión posterior?
FB Eso fue una reflexión posterior. Y en el que hice aproximadamente por esa
época de una figura tendida en un lecho al principio no pretendía encerrarla dentro de
aquellas puertas; esto fue una decisión posterior. En realidad, yo no proyecto mis
cuadros, sabes. Pienso en la disposición de las formas y luego procuro que las formas
se formen ellas mismas, sabes.
DS ¿Fueron los caballos y los jinetes del tríptico de la playa una reflexión posterior
también?
FB Desde luego que lo fueron, sí. Consideré que deseaba exactamente aquella
distancia y aquel movimiento, todo aquello.
DS ¿Y las pantallas con imágenes de cabezas?
FB Son imágenes en las que había pensado muy a menudo.
DS ¿Las previste, entonces?
FB Sí, no había previsto cómo iba a ser la figura central.
DS ¿No sabías que iba a haber un desnudo entre las pantallas?
FB Sí, pero no sabía cómo iba a ser.
DS ¿No sabías que iba a ser una figura vista de espaldas?
FB No.
DS ¿Y habías previsto también esa especie de figura semihumana que hay más
abajo?
FB No, eso no lo había previsto.
DS ¿Y los paraguas?
FB Tampoco los había previsto. Fue un cuadro muy poco previsto.
DS A excepción de ese elemento extraordinario de las dos cabezas sobre pantallas.
¿Fue para hacerlas que empezaste este tríptico?
FB Ante todo, yo quería hacer algo en la playa, a la orilla del mar, aunque luego
resultó que el panel central no incluyó gran cosa de playa, pero al fondo utilicé el
mismo color que el del cielo de los otros dos paneles laterales. Creo que cuando la
imagen cae sobre mí, aunque los cuadros no resulten al final tal como esas imágenes
que caen sobre mí, las imágenes sugieren cómo puedo lograr que azar y accidente
trabajen para mí. Siempre me considero más un médium a través del cual actúan el
accidente y el azar, que un pintor.
DS ¿Por qué dices eso?
FB Porque creo que en eso quizá sea único. Y puede que sea vanidad decir tal cosa,
pero no me considero hombre de talento, creo que soy solo receptivo.
DS ¿A cierta energía que hay en el éter, digamos?
FB Yo creo que soy básicamente «enérgico», que soy muy receptivo a la energía.
Espero que no pienses, por todo esto, que me considero inspirado. Sólo creo que recibo.
DS ¿Crees que podrías haber trabajado en otro medio, que podrías haber sido
poeta, o que podrías haber hecho cine?
FB No, no. Creo que quizá pudiese hacer una pelicula; podría hacer una película de
todas las imágenes que han poblado mi cerebro, las imágenes que recuerdo y que no he
utilizado. Después de todo, la mayoría de mis cuadros los hago con imágenes. Pocas
veces miro un cuadro. Si voy a la Galería Nacional y contemplo uno de los grandes
cuadros que hay allí que me emocione, no es tanto la pintura lo que me emociona como
el que el cuadro abre toda clase de válvulas de sensación dentro de mí que me hacen
volver más violentamente a la vida. Podría hacer una pelicula, pero eso sería más
complicado incluso porque no podría nunca encontrar la imagen que puedo construir
pintando. No sé si en otro medio me vendrían las cosas con tanta facilidad como caen
sobre mí cuando pinto.
DS Eso parece indicar que la pintura es tu medio.
FB Desde luego no podría haber sido poeta.
DS ¿Por qué piensas eso?
FB Bueno, porque, pese a lo mucho que me gusta la poesía y a lo mucho que ha
influido en mí, no considero que sea ese el camino por el que discurra mi imaginación.
Creo que no podría haber sido otra cosa. Claro que uno nunca sabe. Después de todo,
ya soy viejo. Quizá si fuese muy joven intentase ser director de cine: es un medio
maravilloso. Pero no sé. Creo que soy esencialmente... todo lo que hago desemboca en
la pintura.
DS Y, a la vez, no te consideras especialmente dotado como pintor.
FB No. Yo creo que tengo ese tipo especial de sensibilidad que te dije, que soy un
pintor al que se le entregan las cosas y se limita a usarlas.
NOTA EDITORIAL
La primera entrevista se basa en una sesión única grabada por la BBC en octubre de
1962. El 23 de marzo de 1963 se emitió por primera vez una versión radiofónica,
Francis Bacon habla con David Sylvester, producida por Leonie Cohn; la primera
versión publicada, El arte de lo Imposible, apareció por primera vez en The Sunday
Times Colour Magazine, de 14 de julio de 1963; la versión ampliada que damos aquí
procede directamente de la grabación.
La segunda entrevista se basa en tres días de grabación y filmación que realizó la
BBC en mayo de 1966. Se incluyó una versión televisiva en una película, escrita y
dirigida por Michael Gill, Francis Bacon: Fragments of a Portrait, transmitida por
primera vez el 18 de septiembre de 1966; la primera versión publicada, From Interviews
with Francis Bacon by David Sylvester, se incluye en el catálogo de la exposición
«Francis Bacon: Recent Paintings», Marlborough Fine Art, Londres, marzo-abril de
1967; la versión ampliada que ofrecemos se hizo directamente de las grabaciones.
La tercera entrevista se basa en tres sesiones grabadas particularmente en diciembre
de 1971, julio de 1973 y octubre de 1973.
La cuarta entrevista se basa en dos sesiones grabadas particularmente en septiembre
de 1974.
Eichmann, Adolf 33
Bailey, Derek 122
Eisenstein, Sergei M. 41
Balthus, Balthasar Klossowski,
Elgin, Thomas Bruce, conde de
llamado 14
102
Barton, Philippa 122
Eliot,Thomas Stearns 65
Berger, John 15
Brancusi, Constantin 13 Braque, Georges 93
Forge, Andrew 122 Freud, Lucian 13
Füssli, Johann Heinrich 77
Cézanne, Paul 17, 60-61, 89
Cimabue, Cenni di Pepo, llamado
16 Genet, Jean 61
Clair, Jean 10 Giacometti, Alberto 11, 13-15, 77
Cocteau, Jean 113 Gill, Michael 121
Cohn, Leonie 121 Gloucester, Edgar 114
Connolly, Cyril 13 Golding, John 11