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Psicoanálisis

Para explicar el psicoanálisis haré el proceso contrario que hice con el conductismo, explicaré en qué
consiste y qué plantea, y luego abordaré las cuestiones más epistemológicas.Primero que todo, hay
que tener algo claro, todas las corrientes de la psicología poseen una historia propia, de fracasos y
descubrimientos, sin embargo muchas veces a la hora de explicar sus planteamientos, nos quedamos
solo con lo que cimentaron. Curiosamente el psicoanálisis es la excepción, también es una historia de
ensayo y error, pero a diferencia de las otras corrientes, los psicoanalistas suelen hacer mucho énfasis
en lo que Freud modifica en sus planteamientos, en lo que deja, pues da cuenta de cierto “progreso”
en el pensamiento freudiano. Freud constantemente desecha y modifica sus ideas, lo cual desde un
punto de vista racional es valorable, sin embargo escribió mucho, argumentó bastante sobre la
realidad de ciertas nociones que posteriormente abandonaría, lo que hace que el discurso
psicoanalítico dé mucho margen a la interpretación, al rescate de ciertas nociones, aún cuando el
mismo Freud dudase de ellas. Lo que quiero decir, en el fondo, es que no hay una versión oficial, una
interpretación final del psicoanálisis, ni siquiera partiendo por el propio Freud, por lo siempre será
materia de debate.

A pesar de lo anterior, me arriesgaré en darles una visión más o menos general del pensamiento
freudiano y que sirva, a lo menos, para los propósitos del curso.

A Freud realmente le gustaba la ciencia en su juventud y en los estadios finales de su muerte, se


interesó mucho más en la filosofía, lo que da cuenta que siempre tuvo una impronta más intelectual,
enfocado a la producción de conocimiento, que a la aplicación del saber. Sin embargo, por ser judio
no podía optar a una profesión de este tipo. Los judios en su época solían ser abogados, médicos y
comerciantes, por lo tanto él, al igual que sus pares, se dedicó a la medicina, particularmente se
especializó en neurología. Esto es importante, pues a diferencia de gran parte de las psicología, el
psicoanálisis se enfocó en el estudio de sujetos patológicos. Lo que podría llevar a pensar, y de hecho
eso ha sido parte de las críticas que se le han replicado al psicoanálisis, que es una psicología sobre lo
anormal. Sin embargo, para Freud el estudio de los sujetos que podríamos llamar “enfermos” daban
cuenta de una realidad más profunda que todos compartiríamos.

El psicoanálisis es una teoría sobre el funcionamiento psíquico humano, su objeto de estudio es el


inconsciente y sus diferentes manifestaciones en la asociación libre, los sueños, fantasías, actos
erróneos incluso chistes. Freud caracterizó el psicoanálisis de la siguiente manera:
- Es un método de investigación y análisis de ciertos procesos mentales, prácticamente
inaccesibles por cualquier otro medio.
- Es una técnica de tratamiento -una terapéutica- de los trastornos neuróticos1 basada en ese
método de investigación. (Es decir, algo relacionado especialmente con el aspecto clínico).
- Un cuerpo de saber psicológico, cuya acumulación tiende a formar una nueva disciplina
científica y a sustituir, en parte, a la psicología clásica.

Pero además se podría agregar que es una metapsicología, que es lo que postuló Freud
posteriormente, en tanto desarrolló proposiciones filosóficas y culturales que fueron más allá de la
propia psicología.

Freud generó sus desarrollos a partir del estudio de la histeria. En la época de Freud a los trastornos
psicológicos se los conocía como neurosis, pues se creía que estaban relacionados con los nervios, es
decir, tendrían un sustento biológico, solo que no se conocían cuáles eran. La neurosis más común
era la histeria. Un ejemplo de histeria es que un sujeto tenga inmovilidad en un brazo pero que, sin
embargo, no tenga ninguna falla biológica observable. Por eso se especulaba que podría relacionarse
con los nervios. Sin embargo, en un principio parecían haber dos tipos de neurosis: las neurosis
propiamente tales, que tenían una causa biológica, por ejemplo, la masturbación o la abstinencia
sexual adulta pueden desencadenar desequilibrios en las energías libidinales del cuerpo, recordemos
que estamos hablando de la psicología de la época victoriana, lo que generarían síntomas neuróticos.
Pero también estarían las psiconeurosis que tienen un componente más psicológico. En este caso, la
seducción por parte de un adulto hacia un infante, podría generar en la adultez síntomas neuróticos.
Freud en un principio pensaba que la histeria se generaba entonces porque un infante era seducido o
incluso abusado por un adulto, pero posteriormente dudó de tal tesis porque conocía casos de
individuos que fueron abusados y sin embargo no desarrollan síntomas histéricos. Por otro lado, la
histeria es muy común y parecía poco probable que a tantos adultos fueran seducidos por una figura
adulta, particularmente uno de sus padres. Es más, Freud casi en un trabajo detectivesco, buscó
corroborar los testimonios de algunos de sus pacientes y descubrió inconsistencias. Por ejemplo, un
paciente mencionó que fue seducido por un hombre que había muerto antes de que el paciente
naciera. Esto es relevante, porque de ser así, esto significaba que lo que determina el surgimiento de
los síntomas en un individuo, no es el hecho positivo, que haya sucedido el acontecimiento (del abuso
o la seducción), sino que el sujeto crea que vivió el acontecimiento. Es decir, la realidad psíquica es
más real que la realidad propiamente tal. Y esto es de suma importancia, porque marca un cambio
epistemológico en el pensamiento freudiano. Pues, como posteriormente veremos, Freud partió
concibiendo un psicoanálisis desde una perspectiva monista y materialista del inconsciente, cómo
resultado de procesos biológicos desconocidos, pero que posteriormente abandona al percatarse que
lo inconsciente no distingue la realidad de la ficción, por lo tanto el psicoanálisis debe estudiar lo

1
“Actualmente, el término neurosis es prácticamente sinónimo de un trastorno completamente mental («todo
está en la cabeza»), pero en época de Freud las neurosis se concebían como un trastorno principalmente
nervioso. La neurosis más común, con diferencia, era la histeria. En el mundo posfreudiano, la histeria se
denomina trastorno disociativo, y se define como una serie de síntomas físicos con una causa psicológica; pero
en tiempos de Freud, se creía que los síntomas físicos de la histeria, como la parálisis o las dificultades en la
percepción sensorial, provenían de un trastorno desconocido del sistema nervioso”. (Hardy, 2013, p. 240)
psíquico por encima de la realidad fáctica, porque es lo psíquico lo que determina la vivencia de las
personas y por lo tanto lo verdaderamente importante.

Y hablando de inconsciente, no me detendré en detalle en ello, pero Freud junto con Breuer
descubrieron el inconsciente cuando se percataron, a propósito del trabajo con hipnosis en pacientes
histéricas, que éstas reprimen recuerdos desagradables provocados por traumas en sus infancias y
que eran accesibles mediante la hipnosis. En la hipnosis los pacientes revelaban información que
desconocían cuando estaban concientes y que luego, al mencionarles los acontecimientos que
narraban, cuando éstos ya se encontraban lúcidos, mejoraban en su condición. Esto llevó a Breuer y
Freud a plantear la existencia de un estado mental que era inaccesible a la conciencia: el inconsciente.
El psicoanálisis nace como una alternativa al tratamiento por hipnosis, dado que no todos los
individuos son proclives a la sugestión que es necesaria para aplicarla.

Teniendo en mente todos estos elementos es que ya podemos caracterizar el psicoanálisis a partir de
cómo Freud formula el aparato psíquico. Primero, Freud concibe la mente humana como un operar
de energías (libido) y fuerzas psíquicas (pulsiones) siguiendo el modelo de la física de su época. Los
psicoanalistas no lo dirían así, pero se podría decir que el aparato psíquico es como una especie de
máquina cuya actividad está causada por el flujo de energías que se acumulan y descargan, como la
vejiga que se llena de líquido y que luego expulsamos cuando vamos al baño. Entonces, el aparato
psíquico opera a través de energías de naturaleza sexual, la líbido, y las fuerzas psíquicas, las
pulsiones. La energía se acumula, lo que genera tensión, por lo tanto debe liberarse a través de un
medio, la descarga, que es para Freud productora de placer.

Por lo anterior es importante entender lo que Freud denomina como principio de placer, que es
básicamente, la tendencia de evitar el dolor y buscar el placer de la manera más inmediata y
fácilmente posible. Freud dirá que las guaguas y los niños se rigen por el principio de placer, si
encuentran una caja con dulces o chocolates se los comen todos, no dejan ninguno, por lo tanto la
mamá debe restringir al infante para que no se devore todo los dulces y evitar las caries o un dolor de
guata. La acción de la madre se relaciona con el principio de realidad, que es la exigencia del medio
social a reprimir el placer. ¿Por qué se reprime el placer? porque hay necesidad, la comida no es
infinita, los medios son escasos, por lo tanto hay que restringir nuestra conducta, limitarse a lo que
permite la realidad, pues si cada uno busca su placer a como dé lugar, puede tener consecuencias
adversas tanto para la sociedad como para el individuo. Si se deja satisfacer la curiosidad del niño al
meter los dedos en el enchufe, éste se mata. Como veremos posteriormente, el principio de realidad
es el resultado del Complejo de Edipo, el ser humano renuncia a la satisfacción inmediata de sus
deseos con la promesa de que si logra regular su comportamiento podrá acceder de manera segura a
algún grado de placer.

Freud describe al aparato psíquico, entre 1900 y 1920, como un conjunto de sistemas que poseen
ciertas propiedades que los diferencian: el consciente, el preconsciente y el inconsciente. A esta
primera descripción del aparato psíquico se le llama la primera tópica. Es decir la primera
formulación del aparato psíquico. El Consciente corresponde al lugar donde se encuentran los
pensamientos, las percepciones y las experiencias que una persona está experimentando activamente
en un momento dado. Y es el nivel más superficial de la mente. Luego estaría lo que no es consciente,
que se separa en dos sistemas. Remarcó la idea de no-consciente, porque no es lo mismo que
inconsciente. Está el Preconsciente que corresponde a las representaciones latentes que son accesibles
a la consciencia, la memoria en el sentido ordinario es lo que caracteriza a lo preconsciente, y luego
está el Inconsciente, aquellos contenidos de la mente que son inaccesibles para la conciencia debido a
que son inaceptables o desagradables para el individuo. En el inconsciente se encuentran las
pulsiones como también los recuerdos reprimidos. Es importante mencionar aquí que Freud nos dice
que todo lo reprimido es inconsciente pero no todo lo inconsciente es reprimido, pues siempre lo
inconsciente trata de salir a las esfera de lo consciente y, muchas veces, logra hacerlo.

Luego Freud complejiza esta descripción con su segunda tópica, que es cómo describe Freud el
aparato psíquico después de 1923. Acá no se va a entender el operar del aparato psíquico como
sistemas sino, más bien, como instancias. Lo cual es relevante porque Freud está haciendo un símil
con lo que ocurre en mundo judicial, con los juicios que tiene una primera instancia, segunda, etc. Al
respecto, tenemos por un lado al Ello que es la parte más primitiva e inaccesible de la estructura
psíquica. El Ello se guía bajo el principio de placer, por lo tanto busca la gratificación inmediata de los
deseos y necesidades básicas, sin considerar las restricciones sociales o morales. Luego tendríamos al
Yo, pero que se entiende mejor cuando explicamos el Superyó. El Superyó es la interiorización de las
normas sociales producto de la educación familiar e institucional. Es la instancia psíquica que vela
por el cumplimiento de las reglas morales. En ella se encuentra el yo ideal (nuestra idea de
perfección), y también es la encargada de castigarnos cuando nos desviamos de este ideal a partir del
sentimiento de culpa. Luego está el yo que es la instancia que intenta lidiar con las exigencias del Ello
y las del Superyó, busca calmar las aguas y darle la satisfacción a ambas, aunque muchas veces esto
sea imposible. Por lo tanto el aparato psíquico, desde el punto de vista de Freud, está constituido por
un conflicto, es ese conflicto entre las diferentes instancias que lo componen.

Ahora bien, ningún sistema coincide con una instancia, el Superyó se desenvuelve mayoritariamente
en un plano inconsciente, el Ello también es inconsciente, y sólo el Yo tiene un espacio para la
conciencia. De aquí que el Yo consciente sea solo la punta de iceberg del aparato psíquico. De hecho,
debido a lo anterior es que los mismos psicoanalistas se separan de los psicólogos, pues dicen que
esta última disciplina se dedica a estudiar solo una pequeña parte del aparato psíquico, mientras que
ellos se focalizan en la más relevante de él, el inconsciente.

Y ¿cómo se desarrolla el aparato psíquico? pues, el bebe cuando nace es puro Ello, puro principio de
placer, posteriormente se desarrolla el Yo y el Superyo. Para ello, es necesario detenernos brevemente
en el desarrollo psicosexual que formula Freud. Esta teoría se centra en la idea de que el desarrollo de
la personalidad está influenciado por las experiencias y conflictos sexuales en diferentes etapas de la
vida que son:

1. Etapa oral (desde el nacimiento hasta los 18 meses aproximadamente): Durante esta etapa, el
foco del placer se encuentra en la boca y la succión. Los bebés obtienen satisfacción a través
de la alimentación y la estimulación oral. Si se produce un conflicto o una fijación en esta
etapa, puede dar lugar a comportamientos orales excesivos o problemas de dependencia.
2. Etapa anal (entre los 18 meses y los 3 años aproximadamente): Durante esta etapa, el placer se
encuentra en la zona anal y está relacionado con el control y la eliminación de los desechos
corporales. El proceso de aprender a controlar la eliminación se convierte en una fuente de
conflicto, y una fijación en esta etapa puede dar lugar a problemas relacionados con el
control, como la personalidad obsesiva o la rebeldía.
3. Etapa fálica (entre los 3 y los 6 años aproximadamente): Durante esta etapa, el foco del placer
se desplaza hacia los genitales y la exploración de las diferencias sexuales. Los niños
desarrollan un interés especial en sus órganos genitales y experimentan el complejo de
Edipo, donde sienten atracción hacia el padre del sexo opuesto y rivalidad con el padre del
mismo sexo. La resolución exitosa de estos conflictos y la internalización de las normas
sociales y morales son cruciales para el desarrollo de la identidad y la superación del
complejo de Edipo.
4. Etapa de latencia (entre los 6 años y la pubertad): Durante esta etapa, el interés sexual se
encuentra temporalmente reprimido y el enfoque principal está en el desarrollo de
habilidades y relaciones sociales. Los impulsos sexuales parecen estar inactivos mientras los
niños se centran en actividades escolares y amistades.
5. Etapa genital (desde la pubertad en adelante): En esta etapa, se reactiva el interés sexual y los
individuos desarrollan relaciones sexuales maduras y saludables. La energía sexual se
canaliza hacia las relaciones íntimas y la búsqueda de la satisfacción sexual adulta.

Algo que es importante destacar, es que lo sexual es algo que está más allá del interés reproductivo y
de lo biológico,por eso es mejor hablar en términos de erotismo. Freud dice que el bebe es un
perverso polimorfo, no porque el bebe sea un “perverso” como tal, sino porque se comporta como
uno. El infante siente placer y excitación sexual con la estimulación de las diferentes zonas erógenas
del cuerpo. Los besitos en la espalda, las palmadas en el poto, los cariñitos en la cabeza, la succión de
los objetos, chuparse el dedo, serían todas actividades vinculadas con la actividad sexual. ¿Qué es lo
que pasa? Que con el desarrollo del individuo, en la medida que va creciendo, el infante aprende a
reducir lo sexual y el erotismo al lugar de los genitales. Y esto por cierto, tiene implicaciones
tremendas en función de lo que refiere al sexo e incluso a las diferencias sexuales. ¿Por qué? porque lo
que se deduce de lo que postula Freud es que el sexo e incluso la diferencia hombre y mujer es un
producto de la socialización y no algo natural. Esto fue rescatado por algunas feministas por cierto,
pues sería coherente con la idea de que el género es una construcción social. A pesar, de que tambíen
muchos feminismos han planteados críticas relevantes al psicoanálisis, es cierto que lo que se deduce
del desarrollo psicosexual de Freud es que el sexo se restringe a lo genital, cuando lo sexual es algo
que es más que lo genital, más que tener pene o vajina. Y tiene sentido, pues los infantes no se
diferencian mucho entre sí, más allá de sus genitales, un niño o una niña son bastante similares y es
por ello que la sociedad, para evitar confusiones, viste a los niños de azul y a las niñas de rosa. Ahora
bien, si lo sexual es algo que está más allá de los genitales, resulta entonces que reducir lo sexual a
tener pene o tener vagina es una arbitrariedad, la sexualidad se podría vivir y experimentar de
formas más diversas que lo implicado y asociado a tener pene o tener vagina.

Pero volviendo a lo que nos compete, a nosotros lo que nos interesa del desarrollo psicosexual, y lo
que le interesó a Freud, es que ahí se constituye el aparato psíquico como tal, especialmente en la
etapa fálica con el desarrollo del Complejo de Edipo.

En un principio el niño se rige puramente por el principio de placer, busca la satisfacción inmediata de
sus impulsos. Esta satisfacción está dada principalmente por la Madre, en este estado casi de
simbiosis que tiene con ella. La Madre representa la satisfacción completa de estos impulsos. A partir
de esto, el niño tiene deseos incestuosos de unificación sexual con la Madre. Sin embargo, no puede
cumplir estos deseos, pues es coartado por la función del Padre que amenaza con la castración.
Recordemos que Freud piensa el Complejo de Edipo, en niños varones, después serán sus discípulas y
discípulos que lo extrapolarán a la niñas.

La amenaza de la castración no tiene que ser explícita, el niño se percata que hay mujeres que no
tienen pene, que ya han sido castradas.El Padre aquí representa la ley, la prohibición del placer
inmediato, pero también la promesa de un placer futuro. Si se llega a ser como el padre se podrá
alcanzar la gratificación de los deseos (la madre). Por ello es que la figura del padre es ambivalente
para el niño, que experimenta emociones contradictorias hacia el padre. Por un lado se lo odia
porque prohíbe la satisfacción de los deseos y se lo ama porque representa la promesa futura de esa
satisfacción. El niño para resolver el complejo de Edipo debe terminar identificándose con el Padre y
aspirando a llegar a ser como él. Es aquí que, a partir del Complejo de Edipo, se adquiere finalmente
el principio de realidad como también se desarrolla la instancia psíquica del Superyó. Pues el niño, si
quiere ser como el Padre, debe controlar sus impulsos, aceptar las normas para a futuro tener placer
como el Padre.

¿Y qué pasa con las niñas? Freud dice que las niñas tiene un deseo homosexual porque la Madre es
también la fuente de la satisfacción de sus necesidades, pero se dan cuenta que ellas ni la madre
tienen pene, y eso hace envidiar a los varones que si lo tienen, y cambian su deseo por el del padre que
posee pene. Después los y las discípulas de Freud arreglan esto con el principio de Electra que
basicamente es el principio de Freud pero para el sexo opuesto. Esta es una de las partes donde se le a
realizado bastantes críticas a Freud, pues su esquema es machista, sobre todo por lo de la “envidia
del pene”
Así el complejo de Edipo es entendido como un proceso de socialización: el infante al identificarse
con el Padre ha adquirido los valores de la cultura: la renuncia a las satisfacciones inmediatas y el
respeto a la ley, en tanto la sociedad promete la gratificación futura y moderada de los anhelos del
individuo. Para la sociología y la filosofía esto será sumamente relevante. La familia se convierte en el
mecanismo para interiorizar las reglas sociales en el individuo.

Pero acá hay que decir varias cosas. Salta a la vista que Freud se basó en la familia victoriana y
burguesa para plantear su teoría. Ya han existido críticas que mencionan que esta configuración no
es igual en todos los lugares del mundo ni en todas las épocas. Sin embargo los psicoanalistas
insisten que la Madre y el Padre no son figuras literales sino funciones, por ejemplo una madre
soltera podría hacer las dos. Por otro lado, resulta curioso que a pesar de lo machista que es la teoría
de Freud dio espacio para plantear elementos que serán relevantes por ejemplo para algunas teorías
feminista y queer como les mencionaba. Para Freud en el desarrollo psicosexual el infante no está
diferenciado sexualmente, pues su cuerpo es erógeno casi en su totalidad, es un perverso polimorfo.
Éste siente placer por la boca, por el ano y en más partes, y solo cuando llega a la etapa fálica, cuando
se enfrenta al complejo de Edipo es que la sexualidad se reduce a lo genital, con lo que luego se
aprenden los roles de género a partir de la identificación con el Padre, en el caso de los niños, y la
Madre en el caso de las niñas.

Con el Complejo de Edipo se obtiene el esquema del aparato psíquico. El Superyó, efecto de la cultura
buscará imponer y hacer respetar las normas sociales, mientras que el Ello, por el contrario, tratará
de dar satisfacción a los deseos que son muchas veces demasiados chocantes para la conciencia del
sujeto, de aquí que queden ocultos en el inconsciente, buscando salir. Los mecanismos de defensa
son entonces la manera que tiene el sujeto para poder lidiar con tales deseos: la represión, la
sublimación, las fantasías, la proyección son las formas con las que el Yo logra lidiar con el Ello a
partir de los estándares que impone el Super-yo.

Por último, Freud sostiene que donde mejor se puede apreciar el inconsciente y sus mecanismos es
en el sueño. En el sueño se expresan los deseos inconscientes y que en la vida diurna se encuentran
reprimidos. Pero no es que en el sueño las barreras que impone el aparato psíquico desaparezcan,
sino que las energías aplicadas para su funcionamiento disminuyen, las barreras pierden fuerza,
pero siguen estando presente, por lo tanto para no escandalizar a la conciencia moral, los contenidos
de los sueños son “camuflados”.

Freud distingue en el sueño el contenido manifiesto, que es lo que recordamos del sueño, y el contenido
latente que corresponde a los procesos inconscientes que determinan el contenido manifiesto del
sueño. El contenido latente está a interpretación del analista y podríamos decir que corresponde a las
líneas interpretativas de lo que realmente significa el sueño. Entonces, en el sueño aparecen los
deseos inconscientes, pero no aparecen como tales, sino recubiertos por un velo que los hace otra
cosa, para no revelar su verdadero significado. Y este recubrimiento del significado real del sueño se
hace a partir de dos mecanismos: la condensación que consiste en combinar en un solo elemento varias
líneas de los pensamientos latentes, y el desplazamiento que consiste en desviar el énfasis de un
elemento importante para el contenido latente a otro que se asocia por contigüidad o proximidad. La
condensación es cuando soñamos con una persona que sabemos que es Juan, pero que no se parece a
él. Y el desplazamiento es cuando le tenemos bronca a un tipo de apellido “Toro” y en el sueño
peleamos con un toro. Más tarde Lacan se daría cuenta que estos dos mecanismos son muy similares
a las figuras literarias de metáfora y la metonimia, lo que no sería casual ya que el mismo Freud
sostiene que actividades como la poesía revelan el inconsciente.

Cuestiones Epistemológicas
Con respecto a la bases epistemológicas de Freud, como se dijo, el Padre del psicoanálisis cambió de
ideas recurrentemente, por lo que siempre va a haber un debate sobre cuáles fueron los fundamentos
epistemológicos de Freud. Sobre todo pensando que el psicoanálisis se diversificó en distintas
escuelas lo que hace más difícil encontrar una unidad en sus postulados. Para algunos Freud fue un
materialista al hacer énfasis en el cuerpo y las pulsiones, otros dicen que es un mentalista y dualista
pues al concebir la diferencia entre neurosis y psiconeurosis está planteando que lo mental influye
sobre la conducta, por lo cual se diferencia de ella. Otros hacen énfasis en los aspectos relacionados
con el lenguaje, entendiendo el psicoanálisis desde un enfoque hermenéutico. Para algunos, como
Popper, el psicoanálisis es pseudociencia, para otros es una ciencia y Freud la concibió como ciencia,
etc. Dado este escenario es que intentaré mostrar las líneas con las cuales se puede deducir ciertas
mirada epistemológica.

Freud científico
Freud, cómo mencioné, era neurólogo por lo tanto creía en un principio que todo lo vinculado con los
fenómenos que estudia el psicoanálisis podrían explicarse en términos biológicos, en términos de
fisiología. El problema era que todavía la ciencia de su época no estaba en condiciones para estudiar
las causas fisiológicas de la mente, y por eso era que se debía optar por otros métodos que
permitiesen su estudio. Es más, Freud siempre tuvo la fé que los avances en biología demostrarían la
veracidad de sus teorías. Así, en un texto titulado “Proyecto de una psicología para neurólogos” o
“Proyecto para una psicología científica” Freud planteaba que una descripción adecuada de la mente
debía de darse en términos puramente fisiológicos. El problema de dicho texto es que Freud nunca lo
terminó y nunca se pudo saber a ciencia cierta qué tanto peso le dió a esos planteamiento en el
desarrollo del psicoanálisis.

Sin embargo, esta no es la única mención a una visión científica del psicoanálisis, más cercana a una
ciencia natural. En la época de Freud se había establecido un fuerte debate en los países de habla
germánica en torno a la diferencia entre ciencias naturales y ciencias del espíritu
(naturwissenschaften vs geisteswissenschaften). Según Dilthey había dos formas distintas para
estudiar la realidad. Una era trabajar a partir de la explicación, la búsqueda de leyes objetivas que
sirvan para establecer las causas de los fenómenos. Es decir, la forma en la que operan las ciencias
naturales, como la física o la química. Otra era la comprensión, que busca la interpretación de los
significados y las motivaciones subjetivas que guían la acción humana y que están determinados por
la cultura y la historia. Disciplinas como la sociología, la literatura, la historia serían las
representativas de este modo de abordar el estudio de la realidad social. Por lo tanto, las ciencias
humanas debían tener un enfoque comprensivo. De esta diferencia entre comprender y explicar es
que se establecería la diferencia entre ciencias naturales y ciencias del espíritu. Entonces ¿la
psicología es una ciencia natural o una ciencia del espíritu?. Freud que conocía este debate consideró
que no sólo la psicología sino el psicoanálisis mismo era una naturwissenschaften, es decir una
ciencia natural y criticó ese dualismo entre explicación y comprensión, que para él eran una ficción.
Comprender algo es también dar cuenta de una explicación. El estudio interpretativo da cuenta de
explicaciones que son de carácter universal.

Otro aspecto donde se puede ver esta veta cientificista es de hecho en la caracterización que hace
Freud del aparato psíquico como algo movido por “energías” y las pulsiones como “fuerzas”. ¿De
dónde proviene esto? Esto viene del principio de conservación de la energía, atribuido al físico inglés
James Joulie, pero que proviene realmente del médico aleman Julius Robert Mayer. Mayer en 1842 fue
unos de los primeros en percatarse que la energía que ingerimos a partir de los alimentos se
convierte en calor. Sumado a esto, años antes Johannes Müller postulaba la Teoría de la energía
específica de los nervios que planteaba que la percepción sensorial respondía a las características
específicas de los nervios, que poseían un tipo de energía específica, y no por la naturaleza del
estímulo en sí mismo. También en química se estudió en la misma época lo que Justus von Liebig
denominó como energética bioquímica. Por lo que el paradigma de la energía recorrió tanto la física,
la química, la fisiología, la medicina y por lo tanto iba a pasar también a la psicología. En este
sentido, si el psicoanálisis se quería plantear como ciencia, era obvio que también debía erigirse en
términos energéticos.

De aquí deriva una visión monista del psicoanálisis, que no separa la mente de lo que proviene del
cuerpo. Pero como mencioné, los psicoanalistas van a plantear que Freud, después de percatarse en
sus estudios sobre la histeria, las representaciones que se tienen sobre un acto de seducción infantil
tienen más peso para determinar el surgimiento de los síntomas que el hecho positivo, Freud se
alejaría más de esta visión biológica y se decantaría por explicaciones de carácter puramente
psicológicas. ¿Es esto cierto o no? Cómo todo, siempre se puede discutir, sin embargo, resulta
evidente que si el psicoanálisis se puede reducir puramente a lo biológico, como disciplina ésta se
vería en peligro. De ahí que una defensa del psicoanálisis como una teoría puramente psicológica se
vuelve crucial para los psicoanalistas.

Freud el kantiano
Hablo de momento kantiano porque se puede entender el aparato psíquico que describe Freud en
términos similares a como Kant describe las facultades del sujeto transcendental. De aquí que haya
una continuidad entre Freud y Kant. Son muchos los psicoanalistas que dicen que lo que hace Freud
es construir una teoría sobre el sujeto, cuestión que sería análoga a Kant. Por otro lado, es sabido que
Freud era lector de Kant y qué el mismo padre del psicoanálisis comparó el inconsciente con el
noúmeno. Ciertamente si Kant realizó un giro copernicano al plantear el fundamento del saber no en
los objetos sino en el sujeto, el desarrollo del pensamiento de Freud da cuenta de cómo éste fue
poniendo más atención a los aspectos de la vida psíquica en desmedró de las explicaciones
fisiológicas para tratar los síntomas de sus pacientes. El inconsciente no distingue entre realidad y
ficción por lo tanto hay que enfocarse en cómo opera la realidad psíquica: las emociones, los deseos,
las motivaciones, las fantasías son más importantes a la hora de comprender la condición humana
que los aspectos fácticos y materiales. Y eso implica el giro hacia el estudio del inconsciente. De
hecho resulta interesante que una de las críticas que se le hace al psicoanálisis es que si el
inconsciente no es accesible a la conciencia ¿cómo es posible su estudio? Freud planteará que el sujeto
no puede acceder a su inconsciente, pero sí el terapeuta puede acceder al inconsciente de su paciente,
pues son personas distintas. Uno podría sumar a esto la propia diferencia que hace Kant entre
conocer el noúmeno y pensar el noúmeno. La realidad tal cual es no podemos conocerla pero si
pensarla, deducir sus propiedades. Y ese es el trabajo que intenta realizar Freud. No podemos
observar directamente al inconsciente o el aparato psíquico, o lo mental, pero sí podemos deducir sus
propiedades y sus funciones. Otro elemento común entre Kant y Freud es que la estructura del sujeto
trascendental es compartida por todo sujeto racional, la descripción del aparato psíquico, al menos
como lo creía Freud es también compartida por todo ser humano. Entonces los elementos comunes
se dejan apreciar.

Sobre el carácter científico del psicoanálisis


Como ya mencioné en otra sesión Popper dice que el psicoanálisis no es ciencia. Y muchos
consideran que esto es así, no tanto por su incapacidad de ser falsable como creía Popper, sino
porque el psicoanálisis no hace uso del método experimental. Si como vimos al principio, lo que va a
caracterizar a la psicología cómo institución y práctica que se declara a sí misma como científica y
que la separa de la filosofía es que hace uso del experimento y la medición. Freud dice que el
psicoanálisis es un método de investigación para estudiar el inconsciente dado que éste no se puede
estudiar por otros medios. Como hemos visto, no es cierto que lo que caracteriza la ciencia es la
experimentación, hay fenómenos que no son manipulables, como los terremotos o los cuerpos celeste
y no por eso se dice que la geología y la astronomía no son ciencias. Como mostró Kuhn, Feyerabend
y Lakatos, los propios programas de investigación plantean sus propios métodos para validarse y el
valor de lo que se considera científico tiene que ver más con que si las teorías son predictivas o no,
que con los métodos que utilizan. Pero el psicoanálisis tiene un método y ciertamente no es tan
novedoso ni tan particular como muchas veces se sostiene, porque realmente aplica la racionalidad
que se ha utilizado históricamente en medicina, es decir el enfoque clínico. No es casual que Freud
sea médico de profesión.

George Canguilhem dice que la medicina se convierte en ciencia cuando hace uso del experimento
como método para poner a prueba los tratamientos, pero antes de esto, antes de que Korch hubiese
descubierto la bacteria que causa la tuberculosis, la medicina operaba desde un enfoque más
ideográfico basado el la prueba de tratamientos en función de las particularidades de los pacientes, a
cómo estos mejoraban o no con ciertos procedimientos. Básicamente ensayo y error, viendo caso a
caso. Este tipo de racionalidad sigue aplicándose hoy, pues muchas veces el tratamiento
universalmente establecido no funciona en todos los sujetos, por lo tanto se debe velar por
alternativas que sirvan para el caso particular. Esto es lo que comúnmente se llama enfoque clínico. Y
la forma con la cual estudiaba Freud a sus pacientes era bastante similar. Si se sigue el modelo de la
medicina y no el de la física, ciertamente el psicoanálisis podría considerarse como un saber
científico al menos en procedimiento.

Ahora bien, como mencioné, Freud postuló una versión energética del aparato psíquico, coherente
con los saberes de su época, pero que posteriormente parece dejar atrás en la medida que se enfoca
en lo psicológico. Pero la verdad es que Freud más bien mueve el peso del fundamento científico del
psicoanálisis de un modelo fisicoquímico a otro y que, desde mi punto de vista, los psicoanalistas
muchas veces prefieren omitir. Y es que todas las ideas de pulsiones que corresponden a mecanismos
internos de los individuos y que responden a necesidades como la alimentación, la seguridad y la
reproducción son en cierta medida elementos que derivan del Darwinismo, por mucho que los
psicoanalistas no lo mencionen. Si bien es cierto que la idea de pulsión es distinta a la de instinto,
cómo también que lo sexual no se reduce a lo reproductivo, es sabido que Freud adhirió a ideas
lamarckianas y darwinistas. Por ejemplo, Ernst Haeckel fue uno de los darwinistas más destacados
de la época de Freud y postuló la “ley biogenética” que planteaba que en el desarrollo embrional los
organismos replican el camino evolutivo de la especie. Por ejemplo, uno cuando es feto, primero tiene
cola y branquias como los reptiles y los peces y después desaparecen. Esta idea resultó ser falsa, por
cierto, sin embargo Freud hace algo bastante similar pero a nivel del desarrollo psicológico. Freud en
su texto Tótem y tabú postula que en algún momento, cuando los seres humanos éramos monos, el
macho alfa de la manada tenía las posesiones de la comida y las hembras (porque las hembras son
posesiones, no lo digo yo, lo dice Freud),mientras que el resto de los machos tenían que trabajar en la
búsqueda de alimento. Un día los monos chicos se hartaron y mataron al padre, se lo devoraron y se
repartieron los recursos. Así nació la democracia y la civilización. Freud por ejemplo veía en los mitos
órficos o en la religión cristiana ideas que le daban sustento a sus postulados. Al final uno cuando va a
misa y se come la ostia se está comiendo también el cuerpo de Jesuscristo que es el cuerpo del
Pulento. Bueno esta historia es la versión filogenética del complejo de Edipo. Lo que se experimenta
en el complejo de Edipo, el odio hacia el Padre, querer matarlo y reemplazarlo, es la repetición en la
vida del individuo (la ontogenia) del acontecimiento que se vivió en la historia de la especie humana.
El parecido entre lo que dice Freud y lo que postuló Haeckel es evidente.

Y es que se puede apreciar como Freud reemplazó el modelo neurológico del aparato psíquico con un
modelo darwinista de pulsiones y aspectos heredados e imposibles de escapar. Es decir, si el
psicoanálisis no necesita de experimentación es porque su legitimidad está puesta en esa base
darwiniana, de la misma manera que los etologos no hacen uso de experimento, simplemente
observan al animal en su estado natural, Freud observa el inconsciente en el estado natural que se da
en una interacción humana.

Esto me interesa destacar, porque muchas veces se dice que el psicoanálisis es la única perspectiva
que conformó una visión distinta de la condición humana a como la plantearon los filósofos
modernos y los psicólogos experimentales. Un “sujeto” que no coincide con un “yo”. La conciencia no
es lo que más lo caracteriza al individuo, como pensaba Descartes o los racionalistas,⸺pienso
luego existo⸺, sino el inconsciente. La idea de inconsciente contradice y pone en cuestionamiento
a toda la filosofía anterior que fundamentó lo propiamente humano en la consciencia. Pero el
psicoanálisis, al igual que el conductismo y al igual que el funcionalismo, tomó elementos prestados
de lo postulado por Darwin y lo adaptó a sus intereses, solo que los psicoanalistas tomaron elementos
que no fueron los mismos que se apropiaron los conductistas. Uno podría decir que conductismo y
psicoanálisis son dos caras de la moneda darwiniana. Lo cual no aleja tanto, como pretenden
algunos, al psicoanálisis de sus primos, las otras corrientes en psicología. Por ejemplo, Carlos Perez
Soto, dice que el psicoanálisis fue la única perspectiva que superó la racionalidad moderna inherente
a la psicología. Yo no estoy tan de acuerdo en ello. Al final la tesis de que se debe imponer el principio
de realidad al principio de placer a través de la represión está en la línea de Hobbes, cuyo
pensamiento es profundamente moderno. Lo que sí sería bueno admitir es que efectivamente el
psicoanálisis pensó al sujeto y lo psicológico, no como algo coherente, yo=identidad=mente, sino
como un sujeto atravesado por el conflicto, lleno de contradicciones que lo atormentaban, aunque no
fueron los únicos, pero sí los que más se interesaron en ese aspecto).

Superación del carácter científico


Ahora bien, por mucho que Freud haya querido darle una connotación científica al psicoanálisis, son
varios sus herederos que sostienen que el psicoanálisis es más que una ciencia. Por ejemplo Lacan, al
plantearse la pregunta por el estatus científico del psicoanálisis, invierte la interrogación al
cuestionarse ¿qué hace especial a la ciencia? Ciertamente, no es difícil ver que en la interrogación
sobre lo científico en el psicoanálisis se está asumiendo que lo científico es algo bueno, ejemplo del
mejor tipo de conocimiento, cuando realmente podría ponerse en cuestión esas nociones. Si
pensamos la ciencia en el sentido tradicional, cómo una ciencia natural, el psicoanálisis estaría muy
alejado de ello. El objeto de estudio del psicoanálisis no es abordable por métodos tradicionales. Por
el contrario, Lacan cree que el psicoanálisis es una praxis, una práctica clínica, es decir, implica la
interacción entre la teoría, la reflexión y la práctica. Y en ello, yo estoy de acuerdo. ¿Es ciencia la
medicina? ¿Es ciencia la ingeniería? Algunos podrían decir que sí, pero yo creo que quienes lo
plantean, confunden la técnica con el saber. La física no busca construir edificios, busca conocer las
leyes físicas. ¿Son útiles las leyes físicas para construir edificios? por supuesto que sí, pero construir
edificios no es el objetivo de la física sino de la ingeniería. Lo mismo podría aplicar para el
psicoanálisis. Esto no quiere decir que el psicoanálisis no dialogue con otras disciplinas, el mismo
Lacan buscó puntos comunes con la antropología, la lingüística o la matemática. Pero el psicoanálisis
busca algo más que el solo saber sobre lo psíquico en el ser humano.
Otros, como Ricoeur también postulan que el psicoanálisis se entendería mejor desde una mirada
hermenéutica, vale decir desde la lógica de la interpretación, de la comprensión de los elementos
simbólicos, etc. Es decir, el psicoanálisis se ocuparía de la interpretación y comprensión del
significado de los fenómenos psíquicos y su relación con la experiencia humana. En este sentido, el
psicoanálisis sería más cercano a la lógica de la crítica literaria. La crítica literaria busca comprender
el texto, sus significados, en función de una interpretación, en cómo la vida del autor condicionó la
obra; cómo la lucha de clase, la prejuicios de género o de raza se permean en la obra, etc. El
psicoanálisis haría algo similar, pero analizando la narrativa del paciente, conociendo cómo este
construye su historia, teniendo presente tanto a la obra como el autor, etc. Al final, desde el propio
Freud, siempre se han encontrado vínculos entre psicoanálisis y arte, por lo que, a pesar de las
intenciones del padre del psicoanálisis, ésta parece ser una disciplinas más cercana a
geisteswissenschaften que a la naturwissenschaften.

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