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Estimados compañeros y compañeras, me siento honrada de estar aquí hoy para

hablarles sobre un gran personaje en la literatura peruana, sus obras han guiado mis
ideas a un gran discurso con la asesoría del escritor chimbotano Enrique Tamay.
Quiero rendir homenaje a la memoria de José Carlos Mariátegui, el gran pensador
peruano que supo interpretar la realidad de nuestra patria con una visión crítica y
creativa, basada en el materialismo histórico y en la defensa de los intereses de los
trabajadores y los pueblos oprimidos.

“la revolución no es solamente la lucha por el pan si no también la conquista de la


belleza” frase célebre del amauta, maestro en quechua José Carlos Mariátegui.

Esta frase expresa la idea de que la revolución no solo busca satisfacer las
necesidades materiales de los oprimidos, sino también elevar su nivel cultural, moral
y espiritual. La belleza, en este sentido, no se refiere solo a la estética, sino también
a la creación de valores, de arte, de ciencia, de filosofía, de educación y de todo lo
que enriquece la vida humana.

Mariátegui fue un hombre de acción y de reflexión, un periodista, un escritor, un


político y un filósofo que no se conformó con repetir dogmas ni aceptar verdades
impuestas. Fue un revolucionario que buscó la transformación radical de la sociedad
peruana, partiendo de su propia experiencia y de su profundo conocimiento de la
historia, la cultura y las luchas de nuestro pueblo. Fue el fundador del Partido
Socialista Peruano y de la Confederación General de Trabajadores del Perú, dos
organizaciones que han jugado un papel fundamental en la construcción del
movimiento obrero y popular en nuestro país.

Mariátegui nos legó una obra monumental, que sigue siendo una fuente de
inspiración y de orientación para todos los que luchamos por una sociedad nueva. Su
libro más conocido, los Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, es un
análisis magistral de los problemas económicos, sociales, políticos e ideológicos de
nuestro país, que nos permite comprender las causas y las consecuencias del
colonialismo, el feudalismo, el imperialismo y el gamonalismo que han marcado
nuestra historia. Pero Mariátegui no se limitó a describir la realidad, sino que
también propuso soluciones basadas en el socialismo científico y en el
internacionalismo proletario.

Mariátegui organizó a los trabajadores del campo y de la ciudad, a los indígenas y a


los mestizos, a los hombres y a las mujeres, en un solo frente revolucionario capaz
de enfrentar al enemigo común: la burguesía nacional y extranjera que explota
nuestros recursos naturales y nuestra fuerza de trabajo Luchó por la independencia
nacional, la reforma agraria, la educación popular, la emancipación de la mujer y la
unidad latinoamericana.

Compañeros y compañeras, hoy más que nunca debemos recordar y reivindicar el


pensamiento y la acción de José Carlos Mariátegui. Hoy más que nunca debemos de
plantearnos nuestra realidad sin embellecerla ni idealizarla, y sí, aunque cueste
plantearlo es una realidad llena de crisis, hablamos de una crisis política, cultural,
moral, socioeconómica. Pensar en la realidad.
La siguiente frase se le atribuye al filósofo, psicoanalista y crítico cultural esloveno.
Slavoj Zizek

“A veces no hacer nada es lo más violento que puede hacerse”

La indiferencia y la pasividad son formas de violencia que contribuyen a perpetuar


el sufrimiento y la opresión.

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