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Índice general
I
II Índice general
Bibliografı́a 186
Bibliografı́a 229
II
Prefacio
Estas notas contienen el contenido de un curso de introducción a la
Mecánica cuántica impartido por el autor en la Universidad de Zarago-
za en septiembre de 2005 y en Coimbra en febrero de 2006. Las mismas
están divididas en cinco capı́tulos que contienen tanto los conceptos teóri-
cos como distintos métodos de resolución de la ecuación de Schrödinger.
Quiero agradecer a todos los que de una forma u otra me han ayudado a
que estas notas sean posibles. En primer lugar a mi familia, a los que les he
robado un tiempo precioso. Además agradezco a Manuel Alfaro (Univer-
sidad de Zaragoza), José Luis Cardoso (Universidade de Trás-os-Montes e
Alto Douro), Mario Pérez (Universidad de Zaragoza), Francisco J. (Pacho)
Ruiz (Universidad de Zaragoza), José Carlos Petronilho (Universidade de
Coimbra) y Juan L. Varona (Universidad de La Rioja) sus comentarios y
correcciones que me han permitido mejorar notablemente la exposición.
También debo agradecer a Luis Velázquez de la Universidad de Zaragoza
y Alberto Grunbaum de la Universidad de California (Berkeley) por las
interesantes discusiones que tuvieron lugar en la semana más calurosa de
mayo de 2015 en Sevilla que me permitieron corregir e incluir más ma-
terial. Estas notas fueron ampliadas y corregidas en el año sabático que
disfruté durante el curso 2016/2017 por lo que agradezco al Departa-
mento de Análisis Matemático de la Universidad de Sevilla por su apoyo.
También quiero agradecer a los oyentes del curso en marzo de 2023 en
la Universidad de La Rioja, en especial a Alberto Arenas, Edgar Labarga,
Luis Español y Emilio Fernández por sus comentarios y correcciones.
Max Planck1
1
¿Determinismo o indeterminismo? Conferencia pronunciada el año 1937 en la Escue-
la Superior Técnica de Munich. Traducción de R. Pérez Delgado: ¿Determinismo o in-
determinismo?, en: R. Pérez Delgado (ed.), Plank, Schrödinger, Heisenberg, Madrid, Ed.
Cuatro Pliegos, 1947. Esta reveladora cita me la ha hecho llegar Luis Español González
de la Universidad de la Rioja.
Capı́tulo 1
1
2 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
2
1.1. ¿Cuál es el objetivo de la Fı́sica? 3
donde ⃗i, ⃗j y ⃗k, son los vectores unitarios correspondientes a los ejes x, y y
z, respectivamente. Entonces, usando el producto escalar estándar de los
vectores tenemos
⃗ ∂V ∂V ∂V
F (x, y, z)d⃗r = − dx + − dy + dz = −dV (x, y, z).
∂x ∂y ∂z
Es decir, la cantidad
E = T (⃗v ) + V (⃗r)
vale lo mismo en los extremos de la curva Γ. Como Γ es arbitraria de-
ducimos que E es una cantidad invariante en el tiempo. Esta cantidad se
3
4 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
p 2
denomina energı́a mecánica del sistema. T = 12 mv 2 = 2m se denomina
energı́a cinética, V , energı́a potencial y p = m⃗v , impulso.
En la mecánica cuántica el formalismo es muy distinto y es el objetivo
de este curso. Antes de pasar a discutirlo veamos brevemente otra for-
ma de describir los sistemas mecánicos clásicos: El formalismo canónico o
hamiltoniano.
dx ∂H dpx ∂H
= , =− ,
dt ∂px dt ∂x
dy ∂H dpy ∂H
= , =− , (1.2.1)
dt ∂py ∂t ∂y
dz ∂H dpz ∂H
= , =− .
∂t ∂pz ∂t ∂z
dqi ∂H dpi ∂H
= , =− , i = 1, 2, . . . , N. (1.2.2)
dt ∂pi dt ∂qi
4
1.2. Mecánica hamiltoniana 5
1 2
H(⃗r, p⃗) = (p + p2y + p2z ) + V (x, y, z),
2m x
las ecuaciones (1.2.1) nos dan (sólo incluiremos las ecuaciones para la
coordenada x)
dx ∂H px
= ⇒ vx = , px = mvx ,
dt ∂px m
dpx ∂H dvx ∂V d2 x
=− ⇒ m =− = Fx ⇒ m = Fx ,
dt ∂x dt ∂x dt2
es decir, recuperamos las ecuaciones de Newton de la mecánica clásica.
Dentro del formalismo canónico hamiltoniano hay una operación de
especial importancia para entender el paso de la Mecánica clásica a la
cuántica: las llaves de Poisson.
Se definen las llaves de Poisson de dos magnitudes fı́sicas (u observa-
bles) A := A(q1 , . . . , qN , p1 , . . . , pN ) y B := B(q1 , . . . , qN , p1 , . . . , pN ), fun-
ciones de las variables canónicas qi y pi , i = 1, 2, . . . , N , a la cantidad
XN
∂A ∂B ∂A ∂B
{A, B} := − . (1.2.3)
k=1
∂q k ∂pk ∂p k ∂qk
dA
= {A, H}. (1.2.5)
dt
5
6 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
p2 1
H(x, p) = + kx2 , (1.3.1)
2m 2
luego
k m
x
Figura 1.1: El oscilador armónico
dx ∂H(x, p) dp ∂H(x, p)
= , =− ⇒
dt ∂p dt ∂x
dx p dp
= , = −kx ⇒ mx′′ (t) + kx(t) = 0.
dt m dt
6
1.3. Dos ejemplos representativos 7
7
8 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
Pero
x
Fx (r) = F (r) cos α = F (r) ,
r
y
Fy (r) = F (r) cos β = F (r) ,
r
z
Fz (r) = F (r) cos γ = F (r) ,
r
luego las ecuaciones del movimiento de nuestra partı́cula son
x y z
mx′′ (t) = F (r) , my ′′ (t) = F (r) , mz ′′ (t) = F (r) . (1.3.3)
r r r
Vamos a probar que el movimiento de la partı́cula es plano. Para ello
multiplicamos la primera ecuación en (1.3.3) por −y, la segunda por x y
las sumamos. Ello nos da
m(xy ′′ − yx′′ ) = 0 =⇒ xy ′′ − yx′′ = 0.
Si ahora multiplicamos la segunda por z, la tercera por −y y sumamos
tenemos
m(yz ′′ − zy ′′ ) = 0 =⇒ yz ′′ − zy ′′ = 0.
8
1.3. Dos ejemplos representativos 9
9
10 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
d⃗ur d⃗uθ
= ⃗uθ , = −⃗ur . (1.3.4)
dθ dθ
10
1.3. Dos ejemplos representativos 11
dr dr dθ u′ (θ) 2
= = − 2 cu (θ) = −cu′ (θ),
dt dθ dt u (θ)
d2 r du′ (θ)
= −c = −cu′′ (θ)θ′ (t) = −c2 u2 (θ)u′′ (θ),
dt2 dt
luego (1.3.7) se transforma en
α
u′′ (θ) + u(θ) = ,
c2
que es lineal. La solución de la ecuación anterior la escribiremos en la
forma
α α
u(θ) = c1 cos(θ) + c2 sen(θ) + 2
= 2 [1 + e cos(θ − δ)] ,
c c
luego, si escogemos los ejes coordenados de forma que δ = 0 –o lo que es
lo mismo, que r sea mı́nimo cuando θ = 0, i.e., c1 > 0 y c2 = 0– obtenemos
la ecuación para la trayectoria
c2 /α
r(θ) = .
1 + e cos(θ)
11
12 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
12
1.3. Dos ejemplos representativos 13
m ′2
′2 ′2
d U + (x + y + z = 0.
2
En otras palabras, la función energı́a
m 2 α m
E(t) = U + v = − + v2 (1.3.8)
2 r 2
es constante. Esto es, como ya hemos visto, la Ley de Conservación de la
Energı́a. Si aplicamos esta ley a nuestro sistema tenemos, usando (1.3.5),
m 2 αm m αm m αm
E= v − = (vθ2 + vr2 ) − = [(rθ′ (t))2 + (r′ (t))2 ] − .
2 r 2 r 2 r
Escojamos el momento de tiempo cuando θ = 0. Usando la propiedad 1 te-
nemos (rθ′ (t))2 = c2 /r2 , pero, según nuestra elección, r′ = 0 (es mı́nimo)
y r = c2 [α(1 + e)]−1 , luego
r
mα2 (e2 − 1) 2c2
E= =⇒ e = 1 + E .
2c2 mα2
13
14 Capı́tulo 1. Breve introducción a la mecánica clásica
y por tanto e < 1, o sea, los planetas se mueven siguiendo órbitas elı́pticas.
Esta es la conocida primera Ley de Kepler.
Finalmente, tenemos que rm = ae, y (1 − e2 ) = b2 /a2 , donde a y b son
los semiejes mayor y menor de la elipse, respectivamente. Entonces, como
a es la semisuma de las distancias máxima y mı́nima de nuestra partı́cula
(planeta) al foco,
1 c2 /α c2 /α c2
a= + =⇒ a = ,
2 1 + e 1 − e cos α(1 − e2 )
de donde deducimos que b2 = c2 a/α. Si ahora usamos que el área de la
elipse es A = πab, y la propiedad 1, obtenemos que πab = cT /2 donde
T es el tiempo que tarda la partı́cula en dar una vuelta entera sobre la
órbita. Sustituyendo el valor de b en la expresión anterior obtenemos
T2 4π
= , (1.3.9)
a3 α
es decir, el cuadrado del perı́odo de revolución de los planetas es propor-
cional al cubo de sus distancias medias. La propiedad anterior se conoce
como tercera Ley de Kepler. Nótese que la constante de proporcionalidad
no depende para nada del planeta, sólo de α, que según la Ley de Gravita-
ción Universal es GMs , donde G es la constante de gravitación universal
y Ms la masa del sol.
1.4. Problemas
Problema 1.4.1 Estudia como se comporta una partı́cula material que se
mueve en un campo potencial definido por las siguientes funciones potencial:
U0 , x < 0, 0, x < 0,
V (x) = 0, 0 < x < L, V (x) = U0 , 0 < x < L,
U0 , x > L, 0, x > L,
conocidas como pozo potencial y barrera de potencial.
14
Capı́tulo 2
15
16 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
1
En muchos sitios se suele encontrar una frase parecida. Concretamente la siguiente:
Hoy dı́a la ciencia fı́sica forma, esencialmente, un conjunto perfectamente armonioso, ¡Un
conjunto prácticamente acabado! Sólo quedan dos “nubecillas”: la primera, el resultado
negativo del experimento de Michelson-Morley. La segunda, las profundas discrepancias de
la ley de Rayleigh-Jeans. Esta frase atribuida a Lord Kelvin envuelve cierta polémica pues
está claro que Lord Kelvin no pudo haber mencionado en su conferencia de 1900 la Ley
de Rayleigh-Jeans pues el artı́culo de Lord Rayleigh y James Jeans es de 1906. De lo que
se se puede dar fe es de lo que dejó escrito en dicho artı́culo de 1901.
2
Exactamente Thomson escribió: ((The beauty and clearness of the dynamical theory,
which asserts heat and light to be modes of motion, is at present obscured by two clouds.
I. The first came into existence with the undulatory theory of light [. . . ]; it involved the
question, How could the earth move through an elastic solid, such as essentially is the lumi-
niferous ether? II. The second is the Maxwell-Boltzmann doctrine regarding the partition of
energy.))
16
2.1. La radiación del cuerpo negro 17
17
18 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
el fogón de casa o ha visto el color que toma una parrilla al hacer una
parrillada–. Probablemente nuestra curiosidad nos llevó a preguntarnos
–al menos todo fı́sico lo deberı́a haber hecho– ¿cómo emiten la luz los
cuerpos al calentarse?
Para resolver estas cuestiones, los fı́sicos de finales del siglo XIX idea-
lizaron un cuerpo cualquiera y construyeron un modelo que llamaron
cuerpo negro –también, “cavidad”, etc–. La idealización consistı́a en que
el cuerpo negro tenı́a que absorber –y por tanto emitir– ondas electro-
magnéticas en todo el espectro de frecuencias. De hecho, era un hecho
bien conocido a finales del XIX que la luz visible estaba constituida por
ondas electromagnéticas dentro de un cierto rango de frecuencias.
18
2.1. La radiación del cuerpo negro 19
19
20 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
otro fı́sico alemán Wilhelm Wien, obtuvo la misma fórmula pero basándo-
se en razonamientos teóricos. En ambos casos los valores de α y β debı́an
obtenerse a partir de los datos experimentales. Conviene destacar que la
fórmula de Paschen-Wein solo explicaba razonablemente bien la parte ul-
travioleta –altas frecuencias, o equivalentemente, longitudes de onda pe-
queñas– del espectro de emisión de un cuerpo negro y fallaba en la ban-
da infrarroja –bajas frecuencias, o equivalentemente, longitudes de onda
grandes–. Es aquı́ donde entra por primera vez nuestro primer protagonis-
ta: Max Planck. Planck no estaba convencido en la forma que Wein habı́a
“deducido” la función u(ω, T ) ası́ que una serie de trabajos partiendo de
los principios más generales posibles de la electrodinámica y la termo-
dinámica recupera la fórmula de Wein y calcula los valores de las constan-
tes a partir de los datos experimentales. Aunque en apariencia la teorı́a y
los experimentos parecı́an coincidir existı́a una corriente de opinión (lide-
rada por el propio Wein) que argumentaba que las suposición de que el
cuerpo negro absorbı́a la radiación de la misma forma independientemen-
te de la frecuencia no era correcta. No mucho después se comprobó que
para temperaturas altas y frecuencias bajas (longitudes de onda grandes)
u(ω, T ) ∼ T tal y como dedujo Lord Rayleigh en un artı́culo aparecido en
junio de 1900: “Remarks upon the law of complete radiation”, Phil. Mag.
(5) 49, 539-540. En dicho artı́culo Rayleigh demostraba que u(ω, T ) debı́a
tener la fórmula
u(ω, T ) = αω 2 T,
que obviamente no es compatible con la ley de Wein.
Años más tarde el 1905 de forma independiente Rayleigh y Jeans,
presentaron una deducción más elegante para la banda infrarroja, la hoy
conocida como fórmula de Rayleigh-Jeans que establecı́a que
ω2
u(ω, T ) = kT, (2.1.3)
π 2 c3
donde c es la velocidad de la luz y k es la constante de Ludwig Boltzmann.
En particular, para frecuencias muy altas (zona de frecuencias ultravio-
letas) es muy grande lo cual está en contradicción con las mediciones
experimentales (la ley de Wein). Esta es la llamada catástrofe ultravioleta
y no es más que la mal llamada segunda nubecilla de Lord Kelvin. Nótese
que al sustituir u(ω, T ) en (2.1.1) obtenemos U (T ) = ∞ lo cual no tiene
sentido.
Por completitud vamos a dar una breve idea de la prueba de Rayleigh
y Jeans (2.1.3). Era un hecho establecido en el siglo XIX que el número de
20
2.1. La radiación del cuerpo negro 21
21
22 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
10
T=1
T=2
8 T=3
T=4
Rayley-Jeans T=1
6
u(ω,T)
0
0 10 20 30 40 50
ω
E
exp − kT . Si E sólo puede tomar valores que sean múltiplos enteros de
ℏω, En = nℏω, entonces la probabilidad
pn de cada uno de estos valores
nℏω
de energı́a es pn = exp − kT y por tanto la energı́a media es
X∞
nℏω
∞
nℏω exp −
X kT ℏω
⟨ε⟩ = pn En = n=0 ∞ = ,
X nℏω ℏω
n=0
exp − exp −1
kT kT
n=0
22
2.1. La radiación del cuerpo negro 23
La segunda razón fue que los quanta de Planck eran absorbidos o emi-
tidos por la materia que componı́a al cuerpo negro: es decir sus átomos.
Y la estructura atómica era algo desconocido a principios del siglo XX,
incluso muchos modelos de la materia consideraban a ésta como un con-
junto de osciladores, por lo que no era del todo descabellada la idea de
Planck de que estos osciladores sólo pudiesen absorber la energı́a o emitir-
la mediante porciones individuales –podrı́a ser una especie de resonancia,
o algo parecido–. No obstante para Planck la luz seguı́a siendo una onda
perfectamente continua y perfectamente descrita por las leyes de Maxwell.
Antes de continuar nuestra historia debemos hacer un breve paréntesis
para explicar cuáles fueron las principales causas de que la hipótesis de
Planck calara tan hondo el la fı́sica de principios de siglo.
El primer hecho importante es que, como ya hemos mencionado, la
fórmula de Planck se correspondı́a exactamente con la curva experimen-
tal para el cuerpo negro obtenida en los laboratorios. Pero además per-
mitı́a resolver una de las paradojas de la fı́sica clásica: la denominada
“catástrofe ultravioleta”, consecuencia de la fórmula de Rayleigh-Jeans.
Si la fórmula (2.1.4) era correcta entonces la densidad de equilibrio de la
energı́a u(T ) de la radiación (2.1.1) daba infinito, es decir que nunca se
alcanzarı́a el equilibrio termodinámico entre la materia y la radiación. Si
usamos (2.1.6) tenemos
Z ∞
π2k4 4
U (T ) = u(ω, T )dω = T = σT 4 ,
0 15c3 ℏ3
23
24 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
24
2.3. Bohr y el modelo atómico 25
25
26 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
26
2.3. Bohr y el modelo atómico 27
Figura 2.6: Tabla del artı́culo de Balmer donde aparece la fórmula del
espectro del hidrógeno.
27
28 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
m2
λ= 2
3645 · 10−10 m
m −4
que obtuvo comparando los resultados experimentales de varios espec-
troscopistas. Mehra cuenta en su libro la historia de como Balmer dio con
la fórmula que publicó en 1885.
Para lo que sigue conviene reescribir la fórmula de Balmer de la si-
guiente forma equivalente
1 1 1
= RH − , m = 2, n = 3, 4, . . . ,
λ m2 n2
28
2.3. Bohr y el modelo atómico 29
29
30 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
v2 ke e2
me = 2 , (2.3.1)
r r
donde ke es la constante de Coulomb y e la carga del electrón. Además la
energı́a del electrón en dicha órbita estable debe conservarse y ser igual a
la suma de la energı́a cinética más la potencial
1 ke e2
E = me v 2 − .
2 r
1 2 ke e2 ke e 2 me ke2 e4 1
E n = me v − =− =− . (2.3.2)
2 r 2r 2ℏ2 n2
Pero Bohr no se quedó ahı́. Borh postuló que los electrones solo podı́an
estar en alguno de dichos niveles permitidos y por tanto las lineas espec-
trales del átomo de hidrógeno se correspondı́an a los saltos cuánticos entre
dichos estados. Ası́, si el electrón se encontraba en la órbita con n y salta-
ba, al ser excitado, a una nueva órbita m > n, entonces este absorbı́a un
fotón (radiación de absorción) cuya frecuencia ν habrı́a de calcularse por
la fórmula hν = ∆E = Em − En , es decir
Em − En me ke2 e4 1 1
ν= = − , n < m = 1, 2, 3, . . . ,
h 4πℏ3 n2 m2
30
2.3. Bohr y el modelo atómico 31
me ke2 e4
RH = 3
≈ 1,09 × 107 metros−1 ,
4πcℏ
en perfecta concordancia con los resultados espectrográficos previos.
Es decir, la hipótesis cuántica y el ya famoso cuanto de acción de
Planck no solo jugaba un papel fundamental en la estabilidad atómica
sino también en la explicación del espectro de emisión y absorción del
hidrógeno. Cada vez todo apuntaba a que dicha hipótesis y en particular
la constante, h (o ℏ), no era un mero artificio teórico, h tenı́a que ser una
de las constantes más importantes de la naturaleza. Todo esto lo publicó
Bohr en un artı́culo aparecido en en el número 121 del volumen 26 del
Philosophical Magazine publicado en julio de 2013 titulado “On the Consti-
tution of Atoms and Molecules” que luego completó con otros dos más para
tratar el caso de otros átomos y moléculas.
Usando un razonamiento fı́sico Borh también concluyó que, si en cual-
quier átomo un único electrón estaba lo suficientemente alejado del nú-
cleo, es decir, si estaba en una órbita muy lejana (n muy grande), entonces
era esperable que la fórmula para las transiciones electrónicas fuese muy
parecida a la del hidrógeno, de donde dedujo que la constante de Rygberg
K tenı́a que coincidir con el valor RH obtenido por él, algo que ya habı́a
constatado Rydberg años antes. Este razonamiento constituyó el núcleo
de toda una filosofı́a a la hora de tratar con los sistemas cuánticos y que
hoy conocemos como el Principio de correspondencia (de Bohr) que venı́a a
decir que, en algún lı́mite y de alguna forma, la teorı́a cuántica debı́a con-
tener a la clásica. En el ejemplo que nos ocupa, esto ocurre si tomamos n
muy grande, entonces prácticamente las frecuencias de emisión clásicas y
cuánticas coinciden. Bohr fue un maestro explicando como usar el Princi-
pio de correspondencia en una serie de trabajos de 1918 con el objetivo
31
32 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
32
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 33
2π ℏ2π ℏω
p = mv = ℏ = = .
λ vT v
33
34 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
34
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 35
35
36 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
36
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 37
deberı́a escribir las leyes mecánicas, no como ecuaciones para las posiciones
y velocidades de los electrones, sino como ecuaciones para las frecuencias y
amplitudes de su expansión de Fourier”.
Ası́, en opinión de Heisenberg, una teorı́a fı́sica correcta ha de ha-
cer uso única y exclusivamente de magnitudes observables. Cuenta David
Lindley en su libro Incertidumbre. Einstein, Heisenberg, Bohr y la lucha por
la esencia de la ciencia
((No fue difı́cil para Heisenberg poner por escrito, de una manera
matemática formal, ecuaciones que expresan la posición y la velo-
cidad de un electrón como combinaciones de las oscilaciones fun-
damentales de un átomo. Pero cuando insertó estas expresiones
compuestas en ecuaciones estándar de la mecánica, lo que creó
fue un tremenda confusión. Los números individuales se convir-
tieron en listas de números; el álgebra sencilla explotó en páginas
de fórmulas repetitivas y confusas. Durante semanas, Heisenberg
probó diferentes cálculos, jugó juegos algebraicos con la serie de
Fourier, luchó inútilmente contra la confusión y luego se detu-
vo cuando un monstruoso ataque de fiebre del heno (alergia) le
obstruyó el cerebro.))
37
38 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
cualitativo al afirmar que toda magnitud fı́sica clásica a(t) debe transfor-
marse en el conjunto Anm (t). Ası́, por ejemplo la posición del electrón
x(t) debı́a ser sustituida por una tabla Xnm (t). A continuación Heisenberg
2
razona como habrı́a de calcularse Xnm (t) hasta obtener la fórmula
X
2
Xnm (t) = Xnk (t)Xkm (t),
k
38
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 39
39
40 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
40
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 41
un simple vistazo le fue suficiente para dar con la idea: asociar a cada
partı́cula una onda y construir la ecuación diferencial que gobierna dicha
onda.
Al principio Schrödinger intentó construir una
teorı́a ondulatoria para un electrón atrapado en un
átomo. Comienza con un modelo relativista pero no
le sale bien –fue Paul Dirac quién dio con ella dos
años después– y decide estudiar qué ocurre en el ca-
so no relativista.
Los detalles de esta historia la cuenta muy bien
Sánchez-Ron en su libro [21]. A finales del año 1925
tenı́a lugar un seminario conjunto entre los fı́sicos de
la Escuela Politécnica Zúrich (ETH) dirigidos por Pe-
ter Debye (premio nobel de quı́mica en 1936) y los
Erwin Schrödinger
de la Universidad de Zúrich, entre los que se encon-
traba Schrödinger donde se discutı́an resultados recientes del área. Fue en
uno de esos encuentros donde se desencadenó todo.
Felix Bloch (premio nobel de fı́sica en 1952), estudiante de la ETH por
aquello tiempos lo recordaba ası́:
41
42 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
p2
H(x, p) = + V (x),
2m
siendo V (x) la función potencial (energı́a potencial), se tiene la ecuación
de diferencial
ℏ2 ∂ 2
− Ψ + V (x)Ψ(x, t) = EΨ(x, t). (2.4.2)
2m ∂x2
Una de las pruebas de fuego de su ecuación fue el caso V (x) = 0, es decir
cuando se tenı́a el movimiento de una partı́cula libre. Si consideramos el
caso unidimensional, y hacemos V (x) = 0, la solución debı́a ser una onda
plana del tipo
2π
Ψ(x, t) = A cos(kx + ωt), k= .
λ
42
2.4. El nacimiento de la Mecánica Cuántica 43
((Lo que usted nos acaba de exponer suena de manera muy ex-
traña –Comenzó Einstein–. Usted admite que hay electrones en el
átomo, y en esto, sin duda alguna, tiene razón. Pero las órbitas
45
46 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
46
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 47
47
48 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
48
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 49
49
50 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
le espetó ((Si por todo eso debemos limitarnos a esta condenada acrobacia
de los ‘quanta’, lamento haber consagrado parte de mi tiempo a la teorı́a
cuántica)).
Fue en ese momento (mediados de 1926) cuan-
do Max Born se dio cuenta que que una forma de
entender lo que ocurrı́a era estudiar las colisiones
entre partı́culas, algo similar a lo que hizo Ruther-
ford cuando descubrió, casi por accidente, el núcleo
atómico.
Según la opinión Schrödinger las partı́culas no
eran más que paquetes de ondas. Un paquete de on-
das se pude desplazar por el espacio sin dispersarse,
ası́ ¿por qué no asumir que en realidad las partı́culas
Max Born no eran más que esos paquetes de onda concentra-
dos en una pequeña región del espacio?. Yendo más
lejos intentó convencer a sus colegas de que la función de ondas que des-
cribı́a su ecuación podrı́a representar a los electrones, pero su intuición
resultó falsa. Cuando Born usó la ecuación de Schrödinger para estudiar
las colisiones y usó una idea originaria del propio Einstein en uno de sus
intentos de explicar la dualidad onda-partı́cula para los fotones descubrió
algo muy distinto: durante una colisión la onda que representaban las
partı́culas (en su caso el electrón) se difuminaban. La siguiente anima-
ción muestra esquemáticamente la diferencia entre lo que deberı́a ocurrir
si efectivamente las partı́culas no fuesen fuesen más que un paquete de
ondas que no puede dispersarse (lo que sugerı́a Schrödinger) y lo que
ocurrı́a según Born, que el paquete tras la colisión se dispersaba. En la
animación de abajo se muestra como el paquete de ondas tras la colisión
con otra partı́cula (el punto rojo) mantiene su forma (que es lo que pro-
ponı́a Schrödinger) y arriba lo que descubrió Born, que tras la colisión el
paquete se dispersaba hasta prácticamente desaparecer.
Basándose en los resultados experimentales sobre la dispersión de on-
das planas –recordemos que el electrón libre se consideraba como tal en
la mecánica ondulatoria de Schrödinger– Born aseguró que la función de
onda Ψ(x) daba la probabilidad de que una partı́cula fuese detectada en
la posición x y que dicha probabilidad era proporcional a |Ψ(x)|2 , es decir
la Mecánica ondulatoria, al igual que la matricial como se verı́a más tarde,
era una teorı́a estadı́stica incluso para describir una única partı́cula.
En su conferencia de aceptación del premio Nobel Born lo cuenta con
50
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 51
cierto detalle:
51
52 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
52
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 53
Parte importante para entender esta polémica viene del hecho de am-
bas teorı́as, la mecánica matricial y la ondulatoria, describı́an rigurosa-
mente muchos de los fenómenos del micromundo, pero ambas tenı́an un
gran problema ¿Cómo definir si una partı́cula cuántica estaba en un esta-
do determinado o en otro?
7
La traducción al inglés de la carta original en alemán de Einstein a Bohr es debida a
la hija de Born, Irene Born, y está tomada de The Born-Einstein Letters. Correspondence
between Albert Einsteinand Max and Hedwig Born from 1916 to 1955 with commenta-
ries by Max Born, Macmillan Press, London and Basingstoke, 1971: ((Quantum mechanics
is certainly imposing. But an inner voice tells me that it is not yet the real thing. The theory
says a lot, but does not really bring us any closer to the secret of the ‘old one‘. I, at any rate,
am convinced that He is not playing at dice.)) En alemán Einstein no se refiere al ’viejo’
sino a ’Jacob’. David Lindley sostiene que se refiere al personaje bı́blico, aunque en la
traducción Irene Born opta por ’el viejo’ que podrı́a entenderse como Jacob o como Dios,
lo que está de acuerdo con la frase posterior Dios no juega a los dados.
53
54 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
54
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 55
55
56 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
56
2.5. La interpretación de la Mecánica cuántica 57
Figura 2.14: Los universos paralelos de Everett. Cada decisión que toma-
mos o medición que hacemos desdobla nuestro universo en dos o más,
de forma que siempre hay alguno donde ocurre cada uno de los sucesos
probables.
57
58 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
58
2.6. El principio de incertidumbre de Heisenberg 59
Al mismo tiempo que discutı́a con Bohr, Heisenberg mantenı́a una in-
tensa correspondencia con su amigo Pauli sobre los avances de ambos en
el entendimiento de la nueva mecánica cuántica. Según Cassidi, el biógra-
fo de Heisenberg ese intercambio epistolar fue uno de los catalizadores
que llevó a Heisenberg a enunciar su principio de incertidumbre. Ası́, el
19 de octubre de 1926 Pauli le escribió una carta a Heisenberg donde le
explicaba, entre otras cosas, que habı́a extendido la interpretación pro-
babilı́stica de Born no solo a los estados del átomo o del electrón tras
una colisión, sino que, en general, el cuadrado de la función de onda de
Schrödinger daba la densidad de probabilidad de encontrar al electrón en
una determinada posición. Además le contaba algo tremendamente cu-
rioso que habı́a descubierto. Cuando intentaba describir el estado de su
sistema solo lo podı́a hacer en términos de las coordenadas (denotadas
por la letra q), o de los momentos p (p = mv, donde v es la velocidad). En
palabras de Pauli ((Podemos ver el mundo con el ojo de las “p” y podemos ver
el mundo con el ojo de las “q”, pero si abrimos ambos ojos juntos, entonces
nos volvemos locos.))
Heisenberg discutió las ideas de Pauli con Dirac (de visita en Copenha-
gen) y por supuesto con Bohr y descubrió que Dirac se habı́a topado con
algo similar: parecı́a que sólo se podı́a saber lo que ocurrı́a en el mun-
do cuántico cuando se consideraban las variables p o las q, ¡pero no si se
usaban las dos al mismo tiempo!
Mientras discurrı́a todo este intercambio de ideas Bohh no dejaba de
darle vueltas a la interpretación de la Mecánica Cuántica (lo que hoy se
59
60 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
Ası́ que Heisenberg se fue a dar un paseo por el el parque Fälled para
poder pensar sobre esta afirmación de Einstein y fue durante ese paseo
cuando se le ocurrió la solución. La pregunta que se hizo Heisenberg fue
concretamente ¿con cuánta precisión podemos medir la posición y veloci-
dad del electrón? Formalmente dicha precisión podrı́a ser tan alta como se
quisiese. Pero era aquı́ donde comenzaban a aparecer los problemas como
le habı́an comentado Pauli y Dirac, o miras con el ojo q o con el ojo p. En
sus propias palabras:
60
2.6. El principio de incertidumbre de Heisenberg 61
es decir10 Z Z
Ψ(x, 0)Ψ(x, 0)dx = |Ψ(x, 0)|2 dx = 1.
R R
10
La operación a denota el complejo conjugado de a.
61
62 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
Si una partı́cula venı́a descrita por dicha onda, entonces usando la idea de
Born, el valor medio para la posición de la partı́cula era
Z Z
⟨x⟩ = Ψ(x, 0)xΨ(x, 0) = x|Ψ(x, 0)|2 dx = x0 ,
R R
de forma que
ℏ2 ℏ
σx σp = , o, equivalentemente, ∆x∆p = ,
4 2
√ √
con ∆x = σx y ∆p = σp . Es decir, no podemos nunca medir con una
precisión tan grande como se quiera las dos magnitudes ∆x y ∆p. De
hecho, resulta ser que ∆x∆p ≥ ℏ/2, es decir, Heisenberg descubrió justo
la onda que minimizaba el principio que lleva su nombre.
Lo que Heisenberg habı́a descubierto no era el hecho de que al hacer
cualquier medición, dicha medición siempre tiene asociado cierto error.
Era algo más profundo, si se era capaz de medir con una gran precisión
la posición de un objeto, se perderı́a precisión en la medición del impulso
(velocidad). No era una cuestión del instrumento a usar, era una conse-
cuencia de la propia teorı́a cuántica ((Sólo la teorı́a decide sobre lo que puede
observarse)): o bien la posición o bien la velocidad, pero ambas al mismo
tiempo eran imposible medirlas con precisión arbitraria.
Heisenberg envió una carta a Pauli de 14 páginas el 23 de febrero
de 1927 contándole lo que habı́a descubierto y como lo habı́a hecho y
que le sirvió para escribir su artı́culo más famoso (más aún si cabe que
su primer trabajo sobre la mecánica matricial) “Über den anschaulichen
62
2.6. El principio de incertidumbre de Heisenberg 63
63
64 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
64
2.6. El principio de incertidumbre de Heisenberg 65
65
66 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
66
2.8. Sobre la bibliografı́a 67
67
68 Capı́tulo 2. ¿Cómo se gestó la Mecánica cuántica?
consultar [8, 22, 29]. Textos más avanzados lo constituyen [3, 7, 12, 17,
23, 25, 28]. Para un tratamiento mas riguroso desde el punto de vista
matemático consultar [13, 19, 26]. Una magnı́fica introducción de lo que
pretende la fı́sica y de su interacción con las matemáticas se tiene en [9].
68
Capı́tulo 3
Mecánica Cuántica I:
“Movimiento” de una partı́cula
material
69
70 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
70
3.1. Los postulados de la Mecánica Cuántica 71
71
72 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
∂Ψ(⃗r, t) ℏ2
iℏ =− ∆Ψ(⃗r, t) + V (⃗r, t)Ψ(⃗r, t), (3.1.1)
∂t 2m
donde ∆ es el laplaciano4 en R3 , y V es el potencial al que esta sometida la
partı́cula.
b ℏ2 b
H := − ∆ + V (⃗r, t)I.
2m
Antes de continuar debemos destacar que aquı́ sólo trataremos el caso
cuando el potencial V es independiente del tiempo.
Nuevamente proceden una serie de comentarios. Por sencillez consi-
deraremos el caso cuando la partı́cula se mueve solamente en el eje x,
es decir, un caso unidimensional. EL caso tridimensional es análogo y lo
dejamos al lector como ejercicio.
3
Nótese que si α1 = α2 = 0, se tiene Ψ ≡ 0, es decir la partı́cula no está en ningún
sitio. Aunque formalmente esta es una posibilidad en la práctica se asume que Ψ ̸= 0
en todo Ω (Ω es la región donde podrı́a estar la partı́cula, luego en algún punto de Ω
la función Ψ ha de ser distinta de cero). Si Ψ1 y Ψ2 están normalizadas a la unidad,
entonces para que Ψ lo esté basta que |α1 |2 + |α2 |2 = 1.
4 ∂2 ∂2 ∂2
En coordenadas cartesianas es ∆ = ∂x 2 + ∂y 2 + ∂z 2 .
72
3.1. Los postulados de la Mecánica Cuántica 73
73
74 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
entonces ∆xi ∆pi ≥ ℏ/2, y la igualdad sólo tiene lugar cuando Ψ(⃗r, t) es
proporcional a una gaussiana en ⃗r, es decir el principio de incertidumbre
de Heisenberg.
Para nuestro caso de la partı́cula libre ello implica que si Ψ(⃗r, t) está
muy dispersa en el espacio, entonces el valor del impulso p⃗ está muy con-
centrado y si Ψ(⃗r, t) está muy concentrada entonces p⃗ está muy disperso.
6
Para más detalles sobre la transformada de Fourier en L2 ver [10, Capı́tulo VI§22].
74
3.1. Los postulados de la Mecánica Cuántica 75
8 0.4
p0 = 1 y σ = 1/2 p0 = 1 y σ = 1/2
7 0.35
6 0.3
5 0.25
|Ψ(x)|2
|Ψ(p)|2
4 0.2
e
3 0.15
2 0.1
1 0.05
0 0
-0.5 0 0.5 1 1.5 2 2.5 -20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20
p x
8 0.4
p0 = 1 y σ = 1/10 p0 = 1 y σ = 1/10
7 0.35
6 0.3
5 0.25
|Ψ(x)|2
|Ψ(p)|2
4 0.2
e
3 0.15
2 0.1
1 0.05
0 0
-0.5 0 0.5 1 1.5 2 2.5 -20 -15 -10 -5 0 5 10 15 20
p x
ℏσ π 4
para los valores ℏσ = p0 /2 (p disperso, figura superior) y ℏσ = p0 /10 (p
concentrado, figura inferior). El correspondiente valor de Ψ(x, 0) es
√
ℏσ (ℏσ)2 x2
Ψ(x, 0) = Ψ(x) = 1 e− 2 eip0 x .
π4
Ambas funciones están normalizadas a la unidad en la norma L2 (R). La
gráfica muestra claramente que si la función Φ(p) está concentrada enton-
ces la función Ψ(x) está dispersa y viceversa.
Antes de continuar debemos destacar que la media y la varianza defi-
nidas en (3.1.7) no tienen por que corresponder con la media y varianza
75
76 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
Test de consistencia
∂Ψ(⃗r, t) ℏ2
iℏ =− ∆Ψ(⃗r, t) + V (⃗r, t)Ψ(⃗r, t)
∂t 2m
y su complejo conjugado7 . Ψ (se entiende que V es un potencial real)
∂Ψ(⃗r, t) ℏ2
−iℏ =− ∆Ψ(⃗r, t) + V (⃗r, t)Ψ(⃗r, t),
∂t 2m
multiplicamos la primera por Ψ, la segunda por Ψ, las restamos y tomamos
la integral en toda la región Ω (ver postulado 3.1.1)
Z
∂
iℏ |Ψ(⃗r, t)|2 d3⃗r =
∂t Ω
Z !
∂Ψ(⃗r, t) ∂Ψ(⃗r, t)
= iℏ Ψ(⃗r, t) + Ψ(⃗r, t) d3⃗r
Ω ∂t ∂t
Z
ℏ2
=− Ψ(⃗r, t)∆Ψ(⃗r, t) − Ψ(⃗r, t)∆Ψ(⃗r, t) d3⃗r.
2m Ω
76
3.1. Los postulados de la Mecánica Cuántica 77
77
78 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
i.e., ⟨A⟩(t) ∈ R.
Vamos a definir el operador r̂ por
b
⃗rˆ := ⃗rI, (3.1.8)
donde Ib es el operador identidad. Entonces
Z Z
3
⟨⃗r⟩(t) = Ψ(⃗r, t)⃗r Ψ(⃗r, t)d ⃗r = ⃗r|Ψ(⃗r, t)|2 d3⃗r,
Ω Ω
78
3.2. El principio de incertidumbre 79
Nótese que los operadores ⃗rˆ y p⃗ˆ cumplen con las siguientes relaciones:
[b bj ] = 0 = [b
xi , x pi , pbj ], [b b
xi , pbj ] = iℏδi,j I,
donde [A,b B]
b es el conmutador de los operadores Ab y Bb definido por
[A, B] = AB − BA.
Lo curioso es que a partir de esta relación de conmutación se puede
probar que si definimos las varianzas de x bi y pbi mediante las expresiones
(acordes con los postulados descritos), i.e.,
q q
∆xi = ⟨(b b 2
xi − ⟨xi ⟩I) ⟩, ∆pi = ⟨(b b 2 ⟩,
pi − ⟨pi ⟩I)
entonces
ℏ
∆xi ∆pi ≥ ,
2
12 b como vere-
Esta propiedad es en realidad una consecuencia de la hermiticidad de A,
mos más adelante.
79
80 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
∆b b − ⟨x⟩Ib y ∆b
x := x b
p := pb − ⟨p⟩I.
[∆bx, ∆bp] = [b b
x, pb] = iℏI.
p p
Obviamente ∆x = ⟨(∆b x)2 ⟩ y ∆p = ⟨(∆b p)2 ⟩, ahora bien, por la des-
igualdad de Cauchy-Schwarz
sZ sZ Z
xΨ(x)|2 dx
|∆b pΨ(x)|2 dx ≥
|∆b ∆b
xΨ(x) ∆b
pΨ(x)dx
Ω Ω Ω
y Z Z
∆b pΨ(x)dx ≥ ℑ
xΨ(x) ∆b ∆b
xΨ(x) ∆b
pΨ(x)dx = Ixp ,
Ω Ω
i.e.,
∆xi ∆pi ≥ Ixp .
Pero
Z Z
1
Ixp = (∆b
xΨ(x))(∆bpΨ(x))dx − (∆b xΨ(x))(∆b pΨ(x))dx
2i Ω Ω
Z Z
1
= (∆b
xΨ(x))(∆bpΨ(x))dx − (∆b xΨ(x))(∆b pΨ(x))dx
2i Ω Ω
Z Z
1
= (Ψ(x))(∆b
x∆bpΨ(x))dx − (Ψ(x))(∆b p∆bxΨ(x))dx
2i Ω Ω
Z Z
1 1 b ℏ
= (Ψ(x))([∆b
x, ∆b
p]Ψ(x))dx = (Ψ(x))(iℏIΨ(x))dx = .
2i Ω 2i Ω 2
Luego
ℏ
∆x ∆p ≥ ,
2
que es justo lo que querı́amos probar.
80
3.3. Los estados estacionarios de la ecuación de Schrödinger 81
81
82 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
3.4. Ejemplos
Vamos a estudiar algunos ejemplos unidimensionales. Concretamente
resolveremos la siguiente ecuación de Schrödinger estacionaria:
ℏ2 ∂ 2
− Ψ(x) + V (x)Ψ(x) = EΨ(x), (3.4.1)
2m ∂x2
para varios potenciales V (x) representativos.
82
3.4. Ejemplos 83
Ψ1 (0) = Ψ2 (0), Ψ′1 (0) = Ψ′2 (0), Ψ2 (L) = Ψ3 (L), Ψ′2 (L) = Ψ′3 (L),
83
84 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
(k + q)eiL(k−q) (q − k)eiL(k+q)
B1 = C, B2 = C. (3.4.6)
2q 2q
Multiplicando por k la primera ecuación de (3.4.5) y sumándole y restán-
dole la segunda obtenemos
cuya solución es
(A + 1) q + (1 − A) k (A + 1) q + (A − 1) k
B1 = , B2 = .
2q 2q
Combinando estas dos ecuaciones con (3.4.6) obtenemos un sistema de
dos ecuaciones con dos incógnitas que nos permiten calcular A y C
(k 2 − q 2 ) sen(qL)
A= , (3.4.7)
(k 2 + q 2 ) sen(qL) + 2ikq cos(qL)
4kqe−ikL
C=
(k + q)2 e−iqL − (k − q)2 eiqL
(3.4.8)
2ikqe−ikL
= 2 .
(k + q 2 ) sen(qL) + 2kqi cos(qL)
Por conveniencia vamos a introducir el concepto de densidad de co-
rriente de probabilidad. De forma análoga al caso discutido en el apartado
3.1 podemos demostrar que en el caso unidimensional se tiene
" #!
∂ ℏ ∂ ∂Ψ(x, t) ∂Ψ(x, t)
|Ψ(x, t)|2 = Ψ(x, t) − Ψ(x, t) .
∂t 2mi ∂x ∂x ∂x
Si definimos la cantidad
" #
ℏ ∂Ψ(x, t) ∂Ψ(x, t)
J(x, t) = Ψ(x, t) − Ψ(x, t) , (3.4.9)
2mi ∂x ∂x
∂
P(a,b) (t) = J(a, t) − J(b, t), (3.4.11)
∂t
donde P(a,b) (t) es la probabilidad de encontrar la partı́cula en el intervalo
(a, b) en el instante de tiempo t. La ecuación (3.4.10) se conoce (por su
analogı́a con la dinámica de fluidos) como ecuación de continuidad y co-
mo hemos visto es implica la conservación de la probabilidad. En el caso
de funciones del tipo (3.4.4) obtenemos
ℏk ℏk 2
J(x < 0) = (1 − |A|2 ), J(x > L) = |C| .
m m
Pero en este caso está claro que la densidad de probabilidad es indepen-
diente del tiempo, luego J ha de ser constante, de donde se sigue que
|A|2 + |C|2 = 1. Ello nos nos conduce a definir los coeficientes de transmi-
sión T = |C|2 y el de reflexión R = |A|2 , luego
4k 2 q 2 4k 2 q 2
T (E) = = ,
(k 2 + q 2 )2 sen2 (qL) + 4k 2 q 2 cos2 (qL) (k 2 − q 2 )2 sen2 (qL) + 4k 2 q 2
(k 2 − q 2 )2 sen2 (qL)
R(E) = .
(k 2 − q 2 )2 sen2 (qL) + 4k 2 q 2
Nótese que R(E) + T (E) = 1. La interpretación fı́sica de lo anterior es
que la partı́cula incidente (de izquierda a derecha) al interactuar con la
barrera la traspasa (se trasmite) con una probabilidad T y se refleja con
una probailidad R.
Por conveniencia reescribiremos en coeficiente T de la forma
1
T (E) = 2 . (3.4.12)
(k − q 2 ) sen(qL)
2
1+
2kq
ℏ2 π 2 n2
E = U0 + .
2mL2
85
86 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
1.2
T(x) T(x), α=1/2
1 T(x), α=5
1
0.8 0.8
0.6 0.6
0.4 0.4
0.2 0.2
0 0
1 1.5 2 2.5 3 3.5 4 4.5 5 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
1
T (E) = 2 . (3.4.13)
(k + κ2 ) senh(κL)
2
1+
2kκ
Nótese que T (E) > 0, es decir ¡la partı́cula siempre traspasa la barre-
ra! Este resultado es imposible en la mecánica clásica.
√
Sea, como en el ejemplo anterior, x = E/U0 y α = 2mU0 L/ℏ. Enton-
ces podemos escribir (3.4.12) como
1
T (x) = √ 2
, x > 1,
sen α x − 1
1+
4 (x − 1) x
y (3.4.13) como
1
T (x) = √ 2
, 0 < x < 1,
sinh α 1 − x
1+
4 (1 − x) x
86
3.4. Ejemplos 87
87
88 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
88
3.4. Ejemplos 89
k − iq k2 − q2 2kq
eiqL = =⇒ cos qL = y sen qL = − ,
k + iq k2 + q2 k2 + q2
2kq
tan qL = − . (3.4.16)
k2− q2
p √
Sea x = E/U0 y α = 2mU0 L/ℏ, entonces la ecuación anterior se escri-
be como
√
2x 1 − x2
tan αx = f (x) := , x ∈ (0, 1). (3.4.17)
2x2 − 1
Es fácil comprobar que para todo α > 0 esta ecuación tiene al menos
una raı́z real en (0, 1) por lo que nuestro sistema tiene al menos un es-
tado estacionario. A medida que α es más grande el número de estados
aumenta (véase la figura 3.5).
Nótese que si tomamos el lı́mite U0 → ∞ en (3.4.16) obtenemos los
valores de energı́a
ℏ2 π 2 n2
E= , (3.4.18)
2mL2
que coinciden con los valores de energı́a para un pozo infinito (ver pro-
blema 3.5.1).
89
90 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
10 10
tan(αx) tan(αx)
f(x) f(x)
5 5
0 0
-5 -5
-10 -10
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
1
p √
donde ki = ℏ
2m(E − Ui ), i = 1, 3 y q = ℏ1 2mE.
90
3.4. Ejemplos 91
Sin embargo, al igual que hicimos en los ejemplos del pozo y la ba-
rrera, vamos a buscar dos soluciones linealmente independientes que nos
permitan discutir un poco la “fı́sica” del problema. Es decir buscaremos
una solución de la forma Ψ+
Ψ1 (x) = eik1 x + A+ e−ik1 x , x < −L,
Ψ+ (x) = Ψ2 (x) = B1 eiqx + B2 e−iqx , −L < x < L, (3.4.21)
Ψ3 (x) = C+ eik3 x , x > L,
91
92 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
4k1 k3 q 2
T+ = ,
(q 2 + k1 k3 )2 sen2 (2Lq) + (k3 + k1 )2 q 2 cos2 (2Lq)
y por tanto R+ + T+ = 1. Nótese que en este caso la definición del coefi-
ciente de transmisión no es el módulo al cuadrado de la amplitud de la
función de onda para la región x > L.
92
3.4. Ejemplos 93
93
94 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
3.5. Problemas
Problema 3.5.1 Encuentra los autoestados de la ecuación de Schrödinger
estacionaria para un pozo potencial infinito
∞, x < 0,
V (x) = 0, 0 < x < L,
∞, x > L,
94
3.5. Problemas 95
(k − iq) 2kq
e2iqL = ⇒ tan 2qL = − 2 .
(k + iq) k − q2
1
p √
donde ki = ℏ 2m|E − Ui |, i = 1, 3 y q = ℏ1 2mE.
95
96 C AP ÍTULO 3. M EC ÁNICA C U ÁNTICA I: LA PART ÍCULA MATERIAL
96
Capı́tulo 4
97
98 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
|λ|2 ⟨f, f ⟩ + λ⟨f, g⟩ + λ⟨g, f ⟩ + ⟨g, g⟩ = |λ|2 ⟨f, f ⟩ + 2ℜ(λ⟨f, g⟩) + ⟨g, g⟩ ≥ 0.
0 ≤ |λ|2 ⟨f, f ⟩ + 2ℜ(λ⟨f, g⟩) + ⟨g, g⟩ = |α|2 ⟨f, f ⟩ + 2|α||⟨f, g⟩| + ⟨g, g⟩,
98
4.1. Espacios euclı́deos y espacios normados 99
99
100 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
1. Elegimos ψ1 = ϕ1 /∥ϕ1 ∥.
2. A continuación escogemos ψ̃2 de la forma
ψ̃2 = ϕ2 + α2,1 ψ1 ,
donde α2,1 es tal que ψ̃2 sea ortogonal al vector ϕ1 , i.e. ⟨ψ1 , ψ2 ⟩ = 0, de
donde se deduce que α2,1 = −⟨ψ1 , ϕ2 ⟩. Entonces ψ2 = ψ̃2 /∥ψ̃2 ∥ es ortonor-
mal a ψ1 .
3. Paso n. Escogemos ψ̃k , k ≥ 3, de la forma
X
n−1
ψ̃n = ϕn + αn,k ψk ,
k=1
100
4.1. Espacios euclı́deos y espacios normados 101
Nótese que del proceso anterior se sigue además que, para cada n ≥ 1,
X
n−1 X
n−1
ψ̃n = ϕn + αn,k ψ̃k ⇒ ϕn = ψ̃n + βn,k ψ̃k .
k=1 k=1
Luego,
Está claro de la prueba del teorema 4.1.8 que los subespacios genera-
dos por los vectores (ϕn )n y (ψn )n coinciden.
101
102 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
4.2. Operadores en H
En este apartado daremos un paseo por la teorı́a de operadores en
espacios de Hilbert. Un tratamiento riguroso desde el punto de vista ma-
temático de los operadores se puede encontrar en muchos textos clási-
cos del análisis funcional. Una aproximación pensada en su aplicación en
mecánica cuántica se puede encontrar en [19] o en la más moderna mo-
nografı́a [13]. Hemos de destacar que muchos de los textos fı́sicos que
tratan la teorı́a de operadores no distinguen los casos cuando los opera-
dores nos acotados o no acotados. Hay que hacer notar que los operadores
relevantes en la mecánica cuántica son, en general, no acotados4 .
Las demostraciones que mostraremos aquı́ han de entenderse desde
el punto de vista formal. De hecho, para el caso de espacios de Hilbert
de dimensión finita todas son rigurosamente ciertas (en este caso los ope-
radores son siempre acotados) pero en el caso de dimensión infinita la
situación es mucho más compleja. El lector interesado puede consultar,
por ejemplo, [13].
4
A ese respecto hay un comentario muy revelador en Zur Quantenmechanik. II. (Sobre
la mecánica cuántica II) recibido en noviembre de 1925 en la revista alemana Zeitschrift
für Physik y escrito por Born, Heisenberg y Jordan (publicado en enero de 1926). En el
tercer capı́tulo, escrito integramente por Born se puede leer a pie de página lo siguiente:
((Hasta ahora, la teorı́a de las formas cuadráticas (o hermı́ticas) [matrices
asociadas a los operadores] de infinitas variables se ha desarrollado principal-
mente para una clase especial (formas “acotadas”). Pero aquı́ nos interesan
las formas no acotadas. Sin embargo, podemos suponer que, en general, las
reglas se aplican de la misma manera.))
Afortunadamente, Born tenı́a razón. John von Neumann, se encargó de desarrollar la
teorı́a de los operadores no acotados en una serie de trabajos entre 1926 y 1929 que
culminaron con la publicación del libro Mathematische Grundlagen der Quantenmechanik
(Fundamentos Matemáticos de la Mecánica Cuántica) en 1932 [27].
102
4.2. Operadores en H 103
b 1 Ψ1 + α2 Ψ2 ) = α1 LΨ
L(α b 1 + α2 LΨ
b 2.
b
Φ = BΨ, b = AΦ
LΨ b =⇒ b = A(
LΨ b BΨ).
b
LbLb−1 = Lb−1 Lb = I,
b
b
lo denominaremos operador inverso de L.
103
104 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
Definición 4.2.7 Sea Lb : H 7→ H. Si existe el operador Lb† tal que para todos
|Φ⟩ y |Ψ⟩ de H tal que
b
⟨Ψ|L|Φ⟩ = ⟨Φ|Lb† |Ψ⟩, (4.2.1)
lo denominaremos conjugado o adjunto de L.b Es decir el operador Lb† es el
conjugado o adjunto de Lb si ⟨Ψ|LΦ⟩
b = ⟨Lb† Ψ|Φ⟩ = ⟨Φ|Lb† Ψ⟩.
1. (Lb† )† = L,
b
b † = αLb† , ∀α ∈ C,
2. (αL)
3. (LbN
b )† = N
b † Lb† y
4. ⟨Ψ|LbN
b |Φ⟩ = ⟨Lb† Ψ|N
b Φ⟩, ∀Ψ, Φ ∈ H.
X
N
b n=
Lϕ Ln,k ϕk ,
k=1
104
4.2. Operadores en H 105
Otro ejemplo son los Lb que admiten una representación integral. Por
ejemplo, supongamos que H = L2 (R) y
Z
b
LΨ(x) = L(x, y)Ψ(y)dy,
R
b B]
Proposición 4.2.10 El conmutador [A, b de dos operadores hermı́ticos Ab
y Bb es tal que
b B]
[A, b = iL,
b
con Lb hermı́tico.
b B]
Demostración: Supongamos que [A, b =N
b . Entonces
b † = ([A,
N b B])
b † = −[A,
b B]
b = −N
b =⇒ b = iL,
N b
105
106 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
Demostración:
b
L|Ψ⟩ = λ|Ψ⟩ =⇒ b
⟨Ψ|L|Ψ⟩ b = λ⟨Ψ|Ψ⟩ = λ.
= ⟨Ψ|LΨ⟩
b 1 ⟩ = λ1 |Ψ1 ⟩,
Demostración: Sea L|Ψ b 2 ⟩ = λ2 |Ψ2 ⟩, entonces
L|Ψ
b 1 ⟩ =λ1 ⟨Ψ2 |Ψ1 ⟩ =
⟨Ψ2 |L|Ψ
⟨Ψ2 |Lb† |Ψ1 ⟩ =⟨Ψ1 |L|Ψ
b 2 ⟩ = λ2 ⟨Ψ1 |Ψ2 ⟩ = λ2 ⟨Ψ2 |Ψ1 ⟩,
i.e. (λ1 −λ2 )⟨Ψ2 |Ψ1 ⟩ = 0, luego, como λ1 ̸= λ2 , se sigue que ⟨Ψ2 |Ψ1 ⟩ = 0. 2
UbUb† = Ub† Ub = I.
b
106
4.2. Operadores en H 107
b
Demostración: Sea U|Ψ⟩ = λ|Ψ⟩, entonces
1 = ⟨Ψ|Ub† U|Ψ⟩
b = λ⟨Ψ|Ub† |Ψ⟩ = λ⟨Ψ|U|Ψ⟩
b = λλ⟨Ψ|Ψ⟩ = |λ|2 .
2
AbBb − BbAb = Lb =⇒ b
Ub† AbBbUb − Ub† BbAbUb = Ub† LbUb = ℓ,
pero
(Ub† AbU)(
b Ub† BbU) b Ub† AbU)
b − (Ub† BbU)( abb − bbb
b =b a =⇒ a, bb] = ℓ.
[b b
b
3. Sea L|Ψ⟩ = λ|Ψ⟩, entonces
(Ub† LbU)(
b Ub† )|Ψ⟩ = λ(Ub† |Ψ⟩) =⇒ b = λ|ψ⟩.
ℓ|ψ⟩
107
108 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
Nota 4.2.19 Los operadores que nos van a interesar son aquellos operado-
res hermı́ticos cuyo conjunto de autovectores constituya un sistema completo
de H, es decir que todo vector |Ψ⟩ ∈ H se puede expresar biunı́vocamente en
función de dicho sistema. Este problema (de encontrar dichos operadores y el
conjunto de sus autovalores y autovectores y comprobar que constituyen un
sistema completo) es muy complicado y requiere de la potente maquinaria de
la teorı́a de operadores en espacios de Hilbert, el teorema espectral de Riesz,
etc. Basta mencionar que si H es separable, entonces en H existe una base
ortonormal completa y si Lb es un operador autoadjunto (hermı́tico) y com-
pacto, entonces sus autovectores constituyen un sistema ortogonal completo7 .
Conviene no obstante destacar, como ya mencionamos8 antes, que muchos
operadores importantes de la mecánica cuántica no son siquiera acotados.
Una discusión matemática rigurosa se tiene en [19, 13].
108
4.2. Operadores en H 109
2
El recı́proco también es cierto:
109
110 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
b N
L([ b |Φ⟩) = N
b L|Φ⟩
b b |Φ⟩)
= λ(N ⇒ b |Φ⟩ ∈ Γλ .
N
110
4.2. Operadores en H 111
X X
λm δm,k Nk,n = Nm,k λn δk,n =⇒ Nm,n (λn − λm ) = 0.
k k
Definición 4.2.25
P Sea Fn (z) una función analı́tica en un entorno de z = 0
y sea F (z) = n≥0 fn z su desarrollo en serie de potencias con radio de
convergencia r > 0. Definiremos al operador F (L)b mediante la serie
X
b =
F (L) fn Lbn .
n≥0
b Lb es el operador que se
Definición 4.2.26 La derivada operacional ∂F (L)/∂
obtiene mediante la formula
b
∂F (L) F (Lb + εI)
b − F (L)
b
= lı́m . (4.2.2)
∂ Lb ε→0 ε
Por ejemplo
∂ Lbn
= nLbn−1 .
∂L b
b Bbk ] = k Bbk−1 ,
[A, k ≥ 1.
111
112 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
b
b = dF (B) .
b F (B)]
[A,
dBb
Es decir, para cada t el estado está determinado por un vector de H tal que
∥Ψ∥ = 1 (|Ψ⟩ = 0 no representa a ningún estado fı́sico real). El postulado
además deja claro que si dos vectores no nulos son tales que |Ψ1 ⟩ = c|Ψ2 ⟩,
c ̸= 0, entonces ambos describen el mismo estado10 . De aquı́ también se
P general, dados los estados |Ψ1 ⟩, . . . , |Ψk ⟩, la combinación li-
sigue que, en
neal |Φ⟩ = nk=1 αk |Ψk ⟩ también es un (posible) estado. Conviene aclarar
10
Para cada t ∈ R cualquier vector no nulo |Ψ⟩ siempre se puede normalizar a la
unidad.
112
4.3. Los axiomas de la Mecánica Cuántica 113
que el tipo de estados a los que alude el postulado 4.3.1 son los denomi-
nados estados puros y son una idealización de los estados de un sistema
cuántico. Estados más realistas son los estados mezclados que no vamos a
considerar aquı́ (ver, por ejemplo, [13, Capı́tulo 19]).
Postulado 4.3.3 Sea |Ψ⟩ el estado del sistema en el momento t justo antes
de la medición de la magnitud (observable) L (asociada al operador L).b
Independientemente de cuál sea el estado original |Ψ⟩, el resultado de la
b
medición sólo puede ser un autovalor de L.
113
114 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
Este postulado tiene un significado fı́sico evidente pues nos indica que el
promedio de las magnitudes medibles posición, impulso y energı́a (hamil-
toniano) satisfacen las ecuaciones dinámicas de la mecánica hamiltoniana
(1.2.1), i.e, en el lı́mite apropiado (ℏ → 0) la Mecánica cuántica se trans-
forma en la clásica (principio de correspondencia de Bohr).
Proceden unas aclaraciones. En general el hamiltoniano H de un siste-
ma clásico depende de las coordenadas xi y los impulsos pi , i = 1, 2, 3, por
lo que el operador H b se obtiene cambiando las xi por los correspondientes
operadores x bi y pi por pbi . Esto, aunque en apariencia es trivial, en general
no lo es pues H b debe ser hermı́tico (ya que corresponde a la magnitud
fı́sica energı́a). A esto regresaremos en breve, pero antes introduciremos
nuestro último postulado.
[b bj ] = 0 = [b
xk , x pk , pbj ],
[b b
xk , pbj ] = iℏδk,j I, (4.3.2)
√
donde ℏ es una constante (de Planck) e i = −1.
bk y pbk no pueden
En particular, de lo anterior se sigue que los operadores x
tener un conjunto completo de autovectores comunes (no conmutan). Este
postulado es el análogo de las relaciones (1.2.4) (llaves de Poisson).
ci = 1 (b
W xi pbi + pbi x
bi ).
2
115
116 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
bi pbj − pbj x
adicionar el correspondiente operador x bi pues éste no es nulo (ver
postulado 4.3.6).
Tomando las derivadas funcionales
∂ ∂
xi pbj − pbj x
(b bi ) = xi pbj − pbj x
(b bi ) = 0,
∂b
xi ∂ pbi
bi pbj − pbj x
i.e., x bi pbj − pbj x
bi es proporcional al operador identidad x b
bi = αI.
Si además x bi y pbj son hermı́ticos entonces, necesariamente, α = iℏ (ver
la Proposición 4.2.10) donde ℏ ∈ R que no es más que la relación de
conmutación del postulado 4.3.6.
116
4.4. Discusión de los postulados 117
bk |Ψ⟩ = λ|Ψ⟩ ⇒ P
P b2 − P
bk2 |Ψ⟩ = λ2 |Ψ⟩ ⇒ (P bk )|Ψ⟩ = (λ2 − λ)|Ψ⟩ = 0,
k
X
K
bk =
P |Ψk,j ⟩⟨Ψk,j |
j=1
Es fácil comprobar que en este caso se tiene las mismas propiedades que
en el caso cuando K = 1. También es fácil comprobar que en este caso la
bk
probabilidad de obtener el valor λk vuelve a ser |⟨Ψk |Ψ⟩|2 donde ahora P
es el proyector ortogonal sobre todo el subespacio asociado a λk . Ambas
propiedades se dejan como ejercicio al lector.
Supongamos que tenemos dos autovalores distintos λk y λk′ . Entonces
los autoespacios correspondientes Lk y Lk′ son ortogonales, luego
bk ◦ P
P bk′ = 0, ∀k ̸= k ′ .
117
118 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
4.4.3. bi y pbi
Representación de los operadores x
xn
∂b
[b bn ] = pbx
p, x bn − x
bn pb = −niℏb
xn−1 = −iℏ .
∂b
x
14
Recuérdese que nos estamos restringiendo al caso cuando H es de dimensión finita,
el caso de dimensión infinita es mucho más complejo como ya hemos mencionado en
más de una ocasión.
15 b B]
Si [A, b = αB,
b α ∈ C, entonces [A,
b Bbk ] = αk Bbk−1 , k ≥ 1.
118
4.4. Discusión de los postulados 119
∂F (b
x)
[b x)] = −iℏ
p, F (b , (4.4.2)
∂bx
que en nuestra representación se puede reescribir como
∂F (b
x)
x)Ψ(x) − F (b
pbF (b pΨ(x) = −iℏ
x)b Ψ(x),
∂bx
bk Ψ(x) = xk Ψ(x),
o equivalentemente, usando que x
∂F (x)
pb[F (x)Ψ(x)] − F (x)b
pΨ(x) = −iℏ Ψ(x),
∂x
de donde escogiendo16 Ψ(x) = 1 obtenemos, sustituyendo pb1 = ϕ(x) la
expresión
∂F (x)
pbF (x) = −iℏ + F (x)ϕ(x).
∂x
En general
∂F (x1 , x2 , x3 )
pbk F (x1 , x2 , x3 ) = −iℏ + F (x1 , x2 , x3 )ϕk (x1 , x2 , x3 ).
∂xk
pk , pbj ] = 0, k = 1, 2, 3, luego
Pero [b
∂ ∂Φ b
pbk = −iℏ + I.
∂xk ∂xk
119
120 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
con
Ub = exp(−iΦ(x1 , x2 , x3 )/ℏ)I,
b Ub† = exp(iΦ(x1 , x2 , x3 )/ℏ)Ib
∂F (bp)
[b
x, F (b
p)] = iℏ . (4.4.3)
∂ pb
X3
b = Tb + Vb , pb2k
H Tb = ,
i=1
2m
120
4.4. Discusión de los postulados 121
∂V (b
x) b
∂H
[b b = [b
p, H] x)] = −iℏ
p, V (b = −iℏ . (4.4.4)
∂bx ∂b
x
db
p b
∂H
=− ,
dt ∂b
x
de donde se sigue que
db
p i b
= − [bp, H]. (4.4.5)
dt ℏ
De forma análoga, pero usando (4.4.3), se deduce la segunda ecuación de
Heisenberg
dbx i b
= − [bx, H]. (4.4.6)
dt ℏ
Las ecuaciones anteriores se conocen como ecuaciones dinámicas de
la Mecánica cuántica en la representación de Heisenberg: es decir, cuando
las funciones de onda son vectores independientes del tiempo pero los
operadores dependen del tiempo.
Obviamente hay otra posibilidad y es que los operadores no dependan
del tiempo y las funciones de onda sı́. En este caso usando el postulado
H
4.3.5 y la fórmula (4.4.4) ( ∂∂b
b b obtenemos
p, H]),
= i/ℏ[b
x
* +
d ∂Hb i
⟨Φ|b
p|Ψ⟩ = − Φ Ψ = − ⟨Φ|[b b
p, H]|Ψ⟩.
dt ∂b
x ℏ
i i i
i
⟨Φ|[b b
p, H]|Ψ⟩ = ⟨Φ|b b
pH|Ψ⟩−⟨Φ| b p|Ψ⟩ = pbΦ HΨ
Hb b + b pbΨ ,
HΦ
ℏ ℏ ℏ ℏ
121
122 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
122
4.4. Discusión de los postulados 123
∂ ℓb ∂ Ub b b† b ∂ Lb b† b b∂ Ub† i bb bb i b b
= LU + U U + UL = (H ℓ − ℓH) = [H, ℓ]. (4.4.8)
∂t ∂t ∂t
|{z} ∂t ℏ ℏ
=b
0
La mecánica matricial
∂L i
= [H, L].
∂t ℏ
donde H es la matriz correspondiente al hamiltoniano del sistema, i.e.,
recuperamos la también antes mencionada mecánica matricial de Heisen-
berg.
123
124 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
Entonces, d b
⟨Ψ|A|Ψ⟩ b H]
= 0 si y sólo si [A, b = 0.
dt
Si ahora escogemos la representación de Heisenberg entonces (|Ψ⟩ no
depende del tiempo, pero Ab si puede) tenemos
d b ∂ Ab i b A]|Ψ⟩,
b
⟨Ψ|A|Ψ⟩ = Ψ Ψ = ⟨Ψ|[H,
dt ∂t ℏ
donde hemos usado la ecuación de Heisenberg (4.4.8). Es decir, también
b
en la representación de Heisenberg dtd ⟨Ψ|A|Ψ⟩ b H]
= 0 si y sólo si [A, b = 0.
Sea Lb = x
bk . Entonces, usando (4.4.3) tenemos
∂H b
b x
[H, bk ] = [Tb, x
bk ] = −iℏ .
∂ pbk
b
b pbk ] = [Vb , xk ] = iℏ ∂ H ,
[H,
∂b
xk
d b
⟨Φ|L|Ψ⟩,
dt
se obtienen las fórmulas de evolución del postulado 4.3.5.
∆Ab = Ab − ⟨A⟩I,
b ∆Bb = Bb − ⟨B⟩I,
b
donde ⟨A⟩ y ⟨B⟩ son los valores medios de Ab y Bb en el estado |Ψ⟩. Enton-
b B]
ces, como [A, b = iL,
b con Lb hermı́tico, se sigue que [∆A,b ∆B]
b = iL.
b
Las dispersiones de las magnitudes A y B en el estado |Ψ⟩ vendrán
dadas por
q q
b 2 b
∆A := ⟨Ψ|(∆A) |Ψ⟩ = ∥∆AΨ∥, ∆B := ⟨Ψ|(∆B) b 2 |Ψ⟩ = ∥∆BΨ∥.
b
127
128 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
4.5. Problemas
Problema 4.5.1 Dado tres operadores pb, qb y rb, prueba la identidad de Jacobi
128
4.5. Problemas 129
by
Problema 4.5.5 Prueba que el producto de dos operadores hermı́ticos L
c siempre se puede escribir como
M
bM
L c=A
b + B,
b
b es hermı́tico y B
donde A b es antihermı́tico: B
b † = −B.
b
129
130 Capı́tulo 4. Mecánica Cuántica II: Espacios de Hilbert
130
Capı́tulo 5
Resolviendo la ecuación de
Schrödinger
τe(z) ′ e(z)
σ
u′′ (z) + u (z) + 2 u(z) = 0, (5.1.1)
σ(z) σ (z)
131
132 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
132
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 133
133
134 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
[σ(x)ρ(x)y ′ ]′ + λρ(x)y = 0,
′ ′ (5.1.10)
[σ(x)ρm (x)ym ] + µm ρm (x)ym = 0,
[σ(x)ρ(x)]′ = τ (x)ρ(x),
(5.1.11)
[σ(x)ρm (x)]′ = τm (x)ρm (x).
Anm Bn dn−m
Pn(m) (x) = [ρn (x)], (5.1.13)
ρm (x) dxn−m
n! Y
m−1
Anm = Am (λ) = [τ ′ + 21 (n + k − 1)σ ′′ ]. (5.1.14)
λ=λn (n − m)! k=0
134
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 135
luego
Am dn−m Y
m−1
m
ρm (x)ym = [ρn (x)yn ] , Am = (−1) µk , A0 = 1.
An dxn−m k=0
Anm Bn dn−m
Pn(m) (x) = [ρn (x)],
ρm (x) dxn−m
(n)
donde Anm = Am (λ) y Bn = Pn(n) /Ann . Como Pn es una constante,
λ=λn
de (5.1.9) obtenemos que µn = 0, luego, usando la expresión (5.1.9)
n(n − 1) ′′
λ := λn = −nτ ′ − σ . (5.1.16)
2
Sustituyendo (5.1.16) en (5.1.9) obtenemos el valor de µnm = µm (λn )
135
136 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Bn dn n
Pn (x) = [σ (x)ρ(x)], n = 0, 1, 2, . . . (5.1.18)
ρ(x) dxn
b
xk σ(x)ρ(x) = 0, para todo k ≥ 0. (5.1.19)
a
136
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 137
137
138 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
donde
an bn bn+1
αn = , βn = − ,
an+1 an an+1
(5.1.24)
cn − αn cn+1 bn an−1 d2n
γn = − βn = ,
an−1 an−1 an d2n−1
donde an , bn y cn son los coeficientes del desarrollo Pn (x) = an xn + bn xn−1 +
cn xn−2 + · · · , y dn es la norma de los polinomios.
Pero como el grado de xPk (x) es k + 1, entonces cnk = 0 para todo 0 ≤ k <
n − 1, de donde se concluye que la SPO satisface una relación (5.1.23).
Además, los coeficientes αn , βn , y γn se expresan mediante las fórmulas:
Z b Z b
1 1
αn = 2 xPn (x)Pn+1 (x)ρ(x)dx, βn = 2 xPn (x)Pn (x)ρ(x)dx,
dn+1 a dn a
Z b
1
γn = 2 xPn (x)Pn−1 (x)ρ(x)dx.
dn−1 a
(5.1.25)
Para probar (5.1.24) basta sustituir la expresión Pn (x) = an xn + bn xn−1 +
cn xn−2 +· · · en (5.1.23) e igualar las potencias xn+1 , xn y xn−1 . Finalmente
como xPn−1 = αn−1 Pn + βn−1 Pn−1 + γn−1 Pn−2 ,
Z b Z b
1 1
γn = 2 Pn (x)[xPn−1 (x)]ρ(x)dx = 2 αn−1 Pn2 (x)ρ(x)dx,
dn−1 a dn−1 a
138
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 139
1. Todos los ceros de Pn son reales, simples y están localizados en (a, b).
139
140 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Bn Ann Y
n−1
an = = Bn [τ ′ + 12 (n + k − 1)σ ′′ ]. (5.1.27)
n! k=0
140
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 141
B1
P1 (x) = [σ(x)ρ(x)]′ = B1 τ (x), (5.1.30)
ρ(x)
Luego
−λn Bn
Pn′ (x) = P̄n−1 (x), (5.1.31)
B̄n−1
donde P̄n−1 denota al polinomio ortogonal respecto a la función peso
ρ1 (x) = σ(x)ρ(x). O sea, si Pn es ortogonal Pn′ (x) también lo será.
Si escribimos la fórmula de Rodrigues (5.1.13) para el polinomio de
grado n + 1, utilizando la ecuación de Pearson [σ(x)ρn (x)]′ = τn (x)ρn (x)
3 (m) (m)
Hemos usado Pn+m en vez de Pn pues estos son polinomios de grado exactamente
n en x mientras que los últimos no. Obviamente ellos también son solución de la ecuación
(5.1.9) y satisfacen la fórmula de Rodrigues (5.1.13) cambiando n por n + m.
141
142 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
vemos que
o, equivalentemente,
λn λ2n
′
I − σ(x)D Pn (x) = αn Pn+1 (x). (5.1.33)
nτn 2n
donde
λn Bn λn λn γn
α ′
en = ′ αn τn − , βen = ′ [βn τn′ + τn (0)] , en =
γ ̸= 0.
nτn Bn+1 nτn n
(5.1.36)
142
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 143
143
144 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
144
5.1. El método de Nikiforov-Uvarov 145
Pn (x) Hn (x) Lα
n (x) Pnα,β (x)
(−1)n (−1)n
Bn (−1)n
2n (n + α + β + 1)n
n(α − β)
bn 0 −n(n + α)
2n + α + β
√
n! π 2α+β+2n+1 n!Γ(n + α + 1)Γ(n + β + 1)
d2n 2n Γ(n + α + 1)n!
Γ(n + α + β + 1)(2n + α + β + 1)(n+α+β +1)2n
αn 1 1 1
β 2 − α2
βn 0 2n + α + 1
(2n + α + β)(2n + 2 + α + β)
n 4n(n + α)(n + β)(n + α + β)
γn 2 n(n + α)
(2n + α + β − 1)(2n + α + β)2 (2n + α + β + 1)
en
α 0 0 −n
2(α − β)n(n + α + β + 1)
βen 0 n
(2n + α + β)(2n + 2 + α + β)
4n(n + α)(n + β)(n + α + β)(n + α + β + 1)
en
γ n n(n + α)
(2n + α + β − 1)(2n + α + β)2 (2n + α + β + 1)
(−1)n Γ(n + α + 1) −n
Lαn (x)
= 1 F1 x , (5.1.40)
Γ(α + 1) α+1
α,β 2n (α + 1)n −n, n + α + β + 1 1 − x
Pn (x) = 2 F1 . (5.1.41)
(n + α + β + 1)n α+1 2
Como consecuencia de las fórmulas anteriores podemos obtener los valo-
res de los polinomios en los extremos del intervalo de ortogonalidad. Estos
valores pueden ser obtenidos también a partir de la fórmula de Rodrigues
(5.1.13) aplicando la regla de Leibniz para calcular la n-ésima derivada de
un producto de funciones.
(−1)m (2m)!
, n = 2m (−1)n Γ(n + α + 1)
Hn (0) = 22m m! , Lαn (0) = ,
Γ(α + 1)
0, n = 2m + 1
145
146 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
n!
(Lαn (x))(ν) = Lα+ν (x), (5.1.43)
(n − ν)! n−ν
n!
(Pnα,β (x))(ν) = P α+ν,β+ν (x), (5.1.44)
(n − ν)! n−ν
Casos particulares.
− 21 ,− 21 1
Tn (x) = Pn (x) = cos[n arc cos(x)].
2n−1
1 1
, 1 sen[(n + 1) arc cos(x)]
Un (x) = Pn2 2 (x) = .
2n sen[arc cos(x)]
λ− 12 ,λ− 12
4. Los polinomios de Gegenbauer Gλn (x) = Pn (x), λ > − 21 .
146
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 147
ℏ2 ′′ 1
− Ψ (x) + mω 2 x2 Ψ(x) = EΨ(x), x ∈ R.
2m 2
p
Haciendo el cambio x = x0 ξ, x0 = ℏ/(mω), E = ℏωε/2, se transforma
en la ecuación
Ψ′′ (ξ) + (ε − ξ 2 )Ψ(ξ) = 0,
e(ξ) = ε − ξ 2 .
que obviamente es del tipo (5.1.1) con τe(ξ) = 0, σ(ξ) = 1 y σ
Para π(ξ), (5.1.6) nos da
p
π(ξ) = ± ξ 2 + (k − ε).
Como el polinomio ξ 2 + (k − ε) ha de ser un cuadrado perfecto, entonces
k = ε y, por tanto, π(ξ) = ±ξ, luego
π(ξ) = ξ, π ′ (ξ) = 1, λ = ε + 1, τ (ξ) = 2ξ,
π(ξ) = −ξ, π ′ (ξ) = −1, λ = ε − 1, τ (ξ) = −2ξ,
que nos conducen a las ecuaciones
y ′′ (ξ) + 2ξy ′ (ξ) + (ε + 1)y(ξ) = 0, y ′′ (ξ) − 2ξy ′ (ξ) + (ε − 1)y(ξ) = 0,
respectivamente. En cada caso la función ϕ(ξ) es la solución de las ecua-
ciones ϕ′ /ϕ = ξ y ϕ′ /ϕ = −ξ, que conducen a las funciones
2 /2 2 /2
ϕ(ξ) = eξ , y ϕ(ξ) = e−ξ ,
respectivamente. Finalmente, la ecuación y ′′ (ξ) − 2ξy ′ (ξ) + (ε − 1)y(ξ) = 0
corresponde a la ecuación hipergeométrica de los polinomios de Hermite,
por tanto tenemos ε − 1 = 2n, n = 0, 1, 2, . . . y las soluciones normalizadas
de nuestra ecuación original serán
2 /2
Ψ(ξ) = Nn e−ξ Hn (ξ), ε = 2n + 1, n = 0, 1, 2, . . . . (5.2.1)
Para calcular Nn notamos que
Z ∞ Z ∞ √
2 2 πn!
Ψ(ξ)Ψ(ξ)dξ = Nn Hn2 (ξ)e−ξ dξ = Nn2 d2n , d2n = .
−∞ −∞ 2n
147
148 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
148
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 149
149
150 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
se transforma en
Z 2π Z π Z ∞
|Y (θ, ϕ)|2 sen θdθdϕ = 1 y |F (r)|2 r2 dr = 1. (5.2.6)
0 0 0
Φm (ϕ) = Cm eimϕ , m ∈ Z.
2
con Ξn =√2πCm . Si queremos que sean normalizadas a la unidad entonces
Cm = 1/ 2π. Ası́ tenemos las soluciones
1
Φm (ϕ) = √ eimϕ , m ∈ Z. (5.2.8)
2π
150
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 151
o, equivalentemente,
d 2 ∂Θ(x) m2
(1 − x ) + µ− Θ(x) = 0 =⇒
dx ∂x 1 − x2
2x µ(1 − x2 ) − m2
Θ′′ (x) − Θ′
(x) + Θ(x) = 0.
1 − x2 (1 − x2 )2
Esta ecuación del tipo (5.1.1) con
Υ(x) = (µ − k)x2 + (k − µ) + m2
ϕ′ mx
=− =⇒ ϕ(x) = (1 − x2 )m/2 .
ϕ 1 − x2
7
√ Nótese que si x = cos θ, entonces d/dθ = dx/dθ · d/dx = − sen θd/dx, y sen θ =
1 − x2 .
8
No confundir la función ϕ(x) con el ángulo ϕ en coordenadas esféricas. Abusando
de la paciencia del lector y para no introducir otra notación diferente hemos optado por
mantener la notación original de [18].
151
152 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Sólo nos queda pendiente analizar qué ocurre si m < 0 (ver (5.2.8)).
(m,m)
Para ello escribiremos (5.2.10) usando la expresión analı́tica de Pl−m (x)
mediante la fórmula de Rodrigues (5.1.18)
s
(−1)l−m (2l + 1)(l + m)! 2 −m/2 d
l−m
Θl m (x) = (1−x ) [(1−x2 )l ] (5.2.11)
l! 22l+1 (l − m)! dl−m x
9
Nótese que l ≥ m ≥ 0. Es decir, si fijamos l, entonces m = 0, 1, 2, . . . l.
152
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 153
153
154 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
El átomo de hidrógeno
Como τ (ζ) = 2π(ζ), tenemos, por el teorema 5.1.9 y la nota 5.1.10 que
τ ′ < 0, luego π ′ < 0 de donde eliminamos las dos primeras. De las dos
posibilidades restantes para el polinomio π(ζ) seleccionamos, siguiendo
154
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 155
e
xy ′′ (x) + [(2l + 1) + 1 − x]y ′ (x) + λy(x) = 0, e = √λ ,
λ
2 −2ε
Ahora bien,
155
156 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Z ∞ Z ∞
Rn2 l (x)dx = 2
Nn,l x2l+2 e−x (L2l+1
n (x))2 dx
0
Z0 ∞
2
= Nn,l ρ(x)x(L2l+1
n (x))2 dx = Nn,l
2
βn d2n
0
2
= Nn,l 2(n + l + 1)n!Γ(n + 2l + 2),
donde hemos usado la relación de recurrencia (5.1.23) para el producto
x L2l+1
n (x) y luego la ortogonalidad. Por tanto
s
1
Nn,l = 2
.
a0 (n + l + 1) n!(n + 2l + 1)!
156
5.2. Resolución de la ecuación de Schrödinger 157
Para convertir esta ecuación en una del tipo (5.1.1) hacemos el cambio
z = ζ 2 , ası́ tendremos
′′ 1 ′ εz − z 2 − l(l + 1)
R (z) + R (z) + R(ζ) = 0. (5.2.16)
2z 4ζ 2
donde
σ(z) = 2z, e(z) = εz − z 2 − l(l + 1),
σ τe(ζ) = 1.
Por tanto, tenemos
2
1 p 2 1
π(z) = ± Υ(z), Υ(z) = z + (2k − ε)z + l + ,
2 2
y para que este sea un cuadrado perfecto en z, k debe tomar los valores
k = ε/2 ± l + 12 , luego para π(z) tenemos las siguientes dos opciones
π(z) = ±z + l + 1.
π(z) = −z + l + 1,
que corresponde a k = ε/2 − l + 12 , luego
ε 3
τ (z) = −2z + 2l + 3 ⇒ λ = k + π ′ (z) = −l− .
2 2
157
158 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
pero
Z ∞ Z ∞ 2 Z ∞ 2
2 2 R(z)2 Nn,l l+1/2 −z
Nn,l
Rn l (ζ)dζ = Nn,l dz = z e (Ll+1/2
n (z))2 dz = ,
0 0 2z 2 0 2
158
5.3. El método de factorización de Schrödinger 159
l+1/2
donde d2n es el cuadrado de la norma de los polinomios de Laguerre Ln ,
i.e., d2n = n!Γ(n + l + 3/2). Luego
s
2
Nn,l = .
r0 n!Γ(n + l + 3/2)
5.3.1. Introducción
d
−(D2 − x2 I)Ψλ (x) = λΨλ (x), donde D := , (5.3.2)
dx
e I es el operador identidad.
Si operamos “formalmente”podemos sustituir x2 − D2 por la corres-
pondiente diferencia de cuadrados (x − D)(x + D) o (x + D)(x − D). En
12
E. Schrodinger. A Method of Determining Quantum-Mechanical Eigenvalues and Eigen-
functions, Proc. Roy. Irish Acad. A 46, (1940) 9-16.
159
160 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
H+ := x + D, H− := x − D
160
5.3. El método de factorización de Schrödinger 161
Nótese que H± = H± .
Los operadores H+ y H− son uno el adjunto del otro. En efecto,
Z b Z b Z b
Ψ(x)H+ Φ(x)dx = Ψ(x)xΦ(x)dx + Ψ(x)Φ′ (x)dx
a a a
Z b
b Z b
= Ψ(x)xΦ(x)dx + Ψ(x)Φ(x) − Ψ′ (x)Φ(x)dx
a a
a
Z b Z b
= (x − D)Ψ(x)Φ(x)dx = H− Ψ(x)Φ(x)dx
a a
161
162 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
162
5.3. El método de factorización de Schrödinger 163
o, equivalentemente16 ,
d d
H−m = k(x, m)I − , H+m = k(x, m)I + . (5.3.14)
dx dx
163
164 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Teorema 5.3.3 Los operadores H+m y H−m son adjuntos entre sı́, i.e.,
Z b Z b
⟨H−m ϕ, ψ⟩ = H−m ϕ · ψdx = ϕ · H+m ψdx = ⟨ϕ, H+m ψ⟩ (5.3.17)
a a
Demostración: Ante todo notemos que si k(x, m) es una función real en-
tonces H±m = H±m . En adelante asumiremos que k(x, m) es real. Entonces
Z b Z b Z b
Ψ(x)H−m Φ(x)dx = Ψ(x)k(x, m)Φ(x)dx − Ψ(x)Φ′ (x)dx
a a a
Z b Z b b
164
5.3. El método de factorización de Schrödinger 165
λ = λl = L(l + 1).
l
Además para ese l, y denotando ym (x) := y(x, L(l + 1), m) tenemos
R
H−l+1 yll (x) = 0 ⇒ yll (x) = e k(x,l+1)dx
,
y, entonces para m = 0, 1, . . . , l − 1, l,
p
H+m ym
l l
(x) = L(l + 1) − L(m) ym−1 (x), (5.3.18)
y, por tanto,
" #
Y
l
1
l
ym (x) = p H+m+1 H+m+2 · · · H+l yll (x), m < l.
k=m+1
L(l + 1) − L(k)
(5.3.19)
165
166 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
tenemos
Z b Z b
2 −2
[y(x, λ, m + 1)] dx =αm [H−m+1 y(x, λ, m)]2 dx
a a
Z b
−2
= αm y(x, λ, m)H+m+1 H−m+1 y(x, λ, m)]dx
a
Z
λ − L(m + 1) b
= 2
[y(x, λ, m)]2 dx.
αm a
Ahora bien, como L(m) es creciente entonces existirá un l tal que L(l+1) >
λ, lo cual implica que λ = L(l + 1) o y(x, λ, l + 1) ≡ 0. En caso que
y(x, λ, l + 1) ≡ 0, usando (5.3.15) tenemos
H−l+1 y(x, λ, l) = 0,
166
5.3. El método de factorización de Schrödinger 167
l
Ası́ pues, denotando ym (x) := y(x, L(l + 1), m) tenemos que (5.3.15)
se transforma en
p
l
H−m+1 ym l
(x) = L(l + 1) − L(m + 1) ym+1 (x), m < l, (5.3.20)
y, en particular,
H−l+1 yll (x) = 0,
ası́ que usando (5.3.16)
p
H+m ym
l
(x) = l
L(l + 1) − L(m) ym−1 (x), (5.3.21)
λ := λl = L(l),
l
Además, denotando por ym (x) := y(x, L(l), m), tenemos
p
H+m ym
l
(x) = l
L(l) − L(m) ym−1 (x), (5.3.22)
y, en particular,
R
H+l yll (x) = 0 ⇒ yll (x) = e− k(x,l)dx
y por tanto,
"m−1 #
Y 1
l
ym (x) = p H−m H−m−1 · · · H−l+1 yll (x), m > l.
k=l
L(l) − L(k + 1)
(5.3.24)
167
168 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
r(x, m) + r(x, m − 1)
L(m) = − − k 2 (x, m),
2
r(x, m) − r(x, m − 1)
k ′ (x, m) = .
2
Derivando la primera de las expresiones respecto a x y sustituyendo el
resultado en la segunda deducimos que17
r′ (x, m) + r′ (x, m − 1)
k(x, m) = − .
2(r(x, m) − r(x, m − 1))
Ahora bien, para que la EDO (5.3.10) sea factorizable L(m) ha de ser
independiente de x. Ası́ pues hemos probado el siguiente
17
Nótese que si r(x, m) es una función real, entonces k(x, m) también lo será.
168
5.3. El método de factorización de Schrödinger 169
r′ (x, m) + r′ (x, m − 1)
k(x, m) = − , (5.3.27)
2(r(x, m) − r(x, m − 1))
y
r(x, m) + r(x, m − 1)
L(m) = − − k 2 (x, m), (5.3.28)
2
es independiente de x.
5.3.4. Ejemplos
entonces el cambio
s
p ρ(t)
y(x) = 4 p(t)ρ(t)z(t), dx = dt
p(t)
169
170 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
√
Hacemos el cambio y(x) = sen θ Y (θ), x = θ y obtenemos la forma
canónica (5.3.10)
m2 − 41
′′
y − y + µy = 0, µ = λ + 41 ,
sen2 x
por tanto
2
1 1 1
k(x, m) = m − cot θ, L(m) = m(m − 1) + = m− .
2 4 2
Como L(m) es creciente tenemos el caso I, ası́ que el teorema 5.3.4 nos da
1
µ = λ+ = L(l + 1) ⇒ λ = l(l + 1), l = 0, 1, 2, . . . , m = 0, 1, 2, . . . , l.
4
Usando (5.3.20) tenemos
1 d
H−l+1 yll (θ) =0 ⇒ l+ cot θ − y l (θ) = 0 ⇒
2 dθ l
luego
r
(2l + 1)!!
yll (θ) = l+1
senl+1/2 θ.
2 l!
Finalmente, como L(l+1)−L(m) = (l+m)(l−m+1) y L(l+1)−L(m+1) =
(l − m)(l + m + 1), entonces (5.3.20) y (5.3.21) nos dan
1 d l
p l
m− cot θ − ym (θ) = (l − m)(l + m + 1) ym+1 (θ),
2 dθ
1 d l
p l
m− cot θ + ym (θ) = (l + m)(l − m + 1) ym−1 (θ),
2 dθ
respectivamente.
170
5.3. El método de factorización de Schrödinger 171
Potencial de Poschl-Teller 1
Sea
′′ α2 (m + g)(m + g + 1) α2 (m − g)(m − g − 1)
y + − − y + λy = 0,
sen2 α(x − x0 ) cos2 α(x − x0 )
con x ∈ (x0 , x0 + π/(2α)). Entonces el teorema 5.3.6 nos da
k(x, m) =2 α g + m cos 2α (x − x0 ) csc 2α (x − x0 )
= (g + m) α cot α (x − x0 ) + (g − m) α tan α (x − x0 ) ,
L(m) = 4 m2 α2 .
Al ser L(m) creciente usamos el teorema 5.3.4 y por tanto
λ = 4α2 (l + 1)2 , l = 0, 1, 2, . . . , m = 0, 1, 2, . . . , l.
En este caso
Finalmente, como
171
172 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Potencial de Poschl-Teller 2
Sea
α2 (m + g)(m + g + 1) α2 (m − g)(m − g + 1)
′′
y + − + y + λy = 0,
senh2 α(x − x0 ) cosh2 α(x − x0 )
con x ∈ (r0 , ∞). Entonces el teorema 5.3.6 nos da
k(x, m) =2 α g + m cosh 2α (x − x0 ) csch 2α (x − x0 )
= (g + m) α coth α (x − x0 ) + (m − g) α tanh α (x − x0 )
L(m) = −4 m2 α2 .
Al ser L(m) decreciente usamos el teorema (5.3.5) y por tanto
λ = −4α2 l2 , l = 0, 1, 2, . . . , m = l, l + 1, l + 2, . . . .
En este caso
172
5.3. El método de factorización de Schrödinger 173
Finalmente, como
Potencial de Morse
y ′′ + − 14 e−2x + m + 1
2
e−x y + λy = 0,
con x ∈ R. Entonces el teorema 5.3.6 nos da
e−x
k(x, m) = − + m, L(m) = −m2 .
2
λ = −l2 , l = 1, 2, . . . , m = l, l + 1, l + 2, . . . .
En este caso
173
174 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
y por tanto20 s
1
yll (x) = e−exp(−x)/2−lx .
Γ(2l)
Finalmente, como
L(l) − L(m) = (m − l) (m + l) ,
L(l) − L(m + 1) = (m + 1 − l) (l + m + 1) ,
entonces usando (5.3.20) y (5.3.21) tenemos, para m ≥ l,
−x
e d l
p l
− +m+1− ym (x) = (m + 1 − l) (l + m + 1) ym+1 (x),
2 dx
−x
e d l
p l
− +m+ ym (x) = (m − l) (m + l) ym−1 (x),
2 dx
respectivamente.
Sea
1 1
′′ 1 m+ 2 4
+λ
W + − + + W = 0, 0 ≤ z < +∞.
4 z z2
x
Haciendo el cambio z = ex , W (z) = e 2 y obtenemos
y ′′ + − 14 e2x + m + 12 ex y + λy = 0,
ex
k(x, m) = − m, L(m) = −m2 ,
2
20
Hemos usado que
Z ∞
e− exp(−x)−2lx dx = Γ(2l), l > 0.
−∞
174
5.3. El método de factorización de Schrödinger 175
ası́ que
λ = −l2 , l = 0, 1, 2, . . . ,
m = l, l + 1, l + 2, . . . ,
s
1
H+l yll (x) = 0 ⇒ [k(x, l) + D] yll (x) = 0 ⇒ yll (x) = e−exp(x)/2+lx .
Γ(2l)
Finalmente, (5.3.20) y (5.3.21) nos dan
x
e d l
p l
−m−1− ym (x) = (m + 1 − l) (l + m + 1) ym+1 (x), m ≥ l,
2 dx
x
e d l
p l
−m+ ym (x) = (m − l) (m + l) ym−1 (x), m ≥ l,
2 dx
respectivamente.
La ecuación de Bessel
Sea
m2 − 41
y ′′ − y + λy = 0, z ∈ R.
z2
Aplicando el teorema 5.3.6 tenemos
m − 21
k(x, m) = , L(m) = 0.
x
Como L(m) es constante no podemos usar ninguno de nuestros resultados
por lo que no tenemos ninguna expresión para λ. No obstante si podemos
seguir usando las expresiones (5.3.20) y (5.3.21) que en este caso dan
m + 12 d √
− ym (x) = λ ym+1 (x),
x dx
m − 21 d √
+ ym (x) = λ ym−1 (x).
x dx
Ambas expresiones dan sendas relaciones de recurrencia para las funcio-
nes de Bessel.
Para resolver la ecuación tenemos que usar el método de Frobenius
(ver e.g [5, 24]). La solución general en este caso da
√ √ √
y(x) = x c1 Jm ( λx) + c2 Ym ( λx) ,
175
176 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
El átomo de hidrógeno
2 2 m(m + 1)
R′′ + R′ + R − R + λR = 0, r ≥ 0.
r r r2
Si hacemos el cambio y(r) = rR(r), tenemos
′′ 2 m(m + 1)
y + − y + λy = 0, r ≥ 0.
r r2
En este caso
l+1 1
H−l+1 yll (r) =0 ⇒ − − D yll (r) = 0 ⇒
r l+1
r
yll (x) = Crl+1 e− l+1 .
Calculamos C para que ∥yll ∥ = 121
s
1 r
yll (r) = rl+1 e− l+1 .
(l + 1)l+3 Γ(l + 1)
Finalmente, como
1 1
L(l + 1) − L(m + 1) = 2
− ,
(m + 1) (l + 1)2
21
Hemos usado que
Z ∞
xβ e−αx dx = Γ(β + 1)α−1−β , ℜα > 0, ℜβ > −1.
0
176
5.4. Factorización de la EDO hipergeométrica 177
1 1
L(l + 1) − L(m) = 2
− ,
m (l + 1)2
entonces de (5.3.20) y (5.3.21) obtenemos, para 1 ≤ m ≤ l,
s
m+1 1 d l 1 1
− − ym (r) = − y l (r),
r m + 1 dr (m + 1) 2 (l + 1)2 m+1
s
m 1 d l 1 1 l
− + ym (r) = 2
− 2
ym−1 (r),
r m dr m (l + 1)
respectivamente.
dn+1 dn−1
αn φn+1 (s) + γn φn−1 (s) + (βn − x(s))φn (s) = 0, (5.4.3)
dn dn
177
178 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
λ2n dn+1
L† (x, n)φn (s) := [f (x, n) − σ(x)D]φn (x) = αn φn+1 (x), (5.4.6)
2n dn
donde
λ τ (x) 1
n n
L† (x, n) = + (τ (x) − σ ′
(x)) I − σ(x)D,
n τn′ 2 (5.4.7)
| {z }
f (x,n)
λ2n dn−1
L− (x, n)φn (x) := [g(x, n) + σ(x)D]φn (x) = γn φn−1 (x), (5.4.8)
2n dn
donde
λn τn (x) λ2n 1
L− (x, n) = − + (x − β n ) − (τ (x) − σ ′
(x)) I + σ(x)D.
n τn′ 2n 2
| {z }
g(x,n)
(5.4.9)
† −
Los operadores anteriores L (x, n) y L (x, n) constituyen los operadores
“escalera”de ascenso (raising) y descenso (lowering), respectivamente.
Si usamos las expresiones explı́citas de τn y λn (ver apartado 5.1.2)
′ σ ′′
λn = −n τ + (n − 1) , τn (x) = τ (x) + nσ ′ (x),
2
y
nτn−1 (0) (n + 1)τn (0)
βn = ′
− ,
τn−1 τn′
se comprueba que
f (x, n − 1) = g(x, n). (5.4.10)
178
5.4. Factorización de la EDO hipergeométrica 179
en particular
Z b
λ2n dn−1
φn+1 (x)[L† (x, n)φn (x)] dx = αn ,
a 2n dn
Z b
λ2n+2 dn
[L− (x, n + 1)φn+1 (x)]φn (x) dx, = γn+1 .
a 2n + 2 dn+1
De lo anterior se sigue que L† y L− son el adjunto el uno del otro respecto
al producto escalar22
Z b
⟨Ψ, Φ⟩ = Ψ(x)Φ(x) dx.
a
o, equivalentemente,
Ahora bien,
g(x, n + 1)f (x, n) + σ(x)(f ′ (x, n) + ν(x) + λn ) =
(n + 1) τ ′ +τn−1
′
τ (0)2 σ ′′ − 2τ (0)σ ′ (0)τ ′ + 2σ(0)τn′ 2 − nσ ′ 2 (0) (τ ′ +τn′ )
−
4τn′ 2
22
Estamos asumiendo que las funciones (φn )n son una base ortonormal completa del
correspondiente espacio de funciones de cuadrado integrable y que φn (±a) = 0.
179
180 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
λ2n λ2n+2
µn = αn γn+1 .
2n 2n + 2
Análogamente se tiene
L† (x, n − 1)L− (x, n) =g(x, n)f (x, n − 1)I + σ(x) [f (x, n − 1) − g(x, n)] D
| {z }
=0
− σ(x)[g ′ (x, n) + σ ′ (x)D + σ(x)D2 ]
o, equivalentemente,
a φn (x) y usar, como antes (5.4.6), (5.4.8) y (5.4.5). Lo anterior nos con-
duce a la expresión
λ2n λ2n−2
M (n) = αn−1 γn = µn−1 .
2n 2n − 2
180
5.4. Factorización de la EDO hipergeométrica 181
donde los operadores L† (x, n) y L− (x, n) son los operadores de ascenso (rai-
sing) y descenso (lowering), respectivamente definidos por
λn τn (x) 1
f (x, n) = + (τ (x) − σ ′ (x))
n τn′ 2
Además,
√ √
L+ φn (x) = −τn′ αn γn+1 φn+1 (x), L− φn (x) = −τn′ αn−1 γn φn−1 (x).
y, por tanto,
Z
−
L (x, 0)φ0 (x) = 0 ⇒ φ0 (x) = N0 exp − f (x, n − 1)dx , ∥φ0 ∥2 = 1,
1
φn (x) = Qn−1 ′
L† (x, n − 1) · · · L† (x, 1)L† (x, 0)φ0 (x), n ≥ 1.
k=0 (−τk αk γk+1 )
5.4.3. Ejemplos
Como ejemplo consideraremos el caso correspondiente a los polino-
mios de Hermite y Laguerre.
Caso Hermite
2n/2 2
φn (x) = p √ e−x /2 Hn (x),
n! π
23
Estamos usando polinomios mónicos de Hermite.
181
182 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
Caso Laguerre
1
φn (x) = p e−x/2 xα/2 Lαn (x)
n!Γ(α + n + 1)
Entonces
+x − α − 2 − 2n x − α − 2n
f (x, n) = , g(x, n) = ⇒
2 2
† x − α − 2 − 2n
L (x, n)φn (x) = I − xD φn (x)
2
p
= (n + 1)(n + α + 1) φn+1 (x),
− x − α − 2n p
L (x, n)φn (x) = I + xD φn (x) = n(n + α) φn−1 (x).
2
De lo anterior se sigue
1
φ0 (x) = p e−x/2 xα/2 ,
Γ(α + 1)
24
Estamos usando polinomios mónicos de Laguerre.
182
5.5. Problemas 183
1
φn (x) = p L† (x, n − 1) · · · L† (x, 1)L† (x, 0)e−x/2 xα/2 .
n!Γ(α + n + 1)
Finalmente,
5.5. Problemas
′
donde Qn (x) ≡ Pn+1 (x)/(n + 1). Encuentra una expresión de los coeficientes
en función de los coeficientes calculados en el apartado 5.1.2.
Problema 5.5.4 Probar que para los polinomios clásicos se tienen las si-
guientes identidades.
∞
X ∞
X tx
2n n 2xt−t2 (−1)n e− 1−t
Hn (x)t = e , Lαn (x)tn = , (5.5.2)
n=0
n! n=0
n! (1 − t)α+1
∞
X (−1)n (α + β + 1)n 2α+β
Pnα,β (x)tn = , (5.5.3)
n=0
n! R(1 − 2t + R)α (1 + 2t + R)β
p
con R = 1 + 4t(t + x).
183
184 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
184
5.5. Problemas 185
185
186 Capı́tulo 5. Resolviendo la ecuación de Schrödinger
186
Bibliografı́a
187
188 Bibliografı́a
[14] L. Infeld and T. E. Hull, The factorization method. Rev. Modern Phy-
sics 23 (1951), 21–68.
[17] A. Messiah, Mecánica Cuántica. Vol. I y II. Ed. Tecnos. (Hay una edi-
ción inglesa reciente Quamtum Mechanics, Dover, New York, 1999)
188
Bibliografı́a 189
189
190 Bibliografı́a
190
Anexo A: Breve introducción al
análisis funcional
En este anexo incluiremos algunos resultados del análisis funcional. Para más
información véase la bibliografı́a mencionada al final del mismo.
1. ⃗r(x, y) = 0 ⇐⇒ x = y,
191
192 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
El par obtenido Cp ([a, b]) es un espacio métrico. Como caso particular (de especial
relevancia) tenemos el caso p = 2, i.e., X = C[a,b] y ⃗r es la función
s
Z b
ρ(f, g) = |f (x) − g(x)|2 .
a
192
A.1. Espacios métricos y espacios normados 193
193
194 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
194
A.1. Espacios métricos y espacios normados 195
Definición A.1.17 Dada una sucesión (xn )n de elementos de X, diremos que (xn )n
es acotada si existe un subconjunto M ⊂ X acotado tal que xn ∈ M para todo
n ∈ N.
195
196 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
196
A.1. Espacios métricos y espacios normados 197
197
198 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
a) x + y = y + x
b) (x + y) + z = x + (y + z)
c) Existe un elemento “nulo” de V, tal que x + 0 = 0 + x = x
d) Cualquiera sea el vector x de V, existe el elemento (−x) “opuesto” a x,
tal que x + (−x) = (−x) + x = 0.
a) α · (x + y) = α · x + α · y
b) (α + β) · x = α · x + β · x
c) α · (β · x) = (αβ) · x
d) 1 · x = x
Ejemplos.
198
A.1. Espacios métricos y espacios normados 199
Está claro que todo espacio normado es un espacio métrico con la métrica
inducida por la norma, pero no a la inversa (construir un contra ejemplo como
ejercicio).
Obviamente en los espacios normados podemos definir la convergencia de
sucesiones, sucesiones de Cauchy, etc.. Basta considerarlos como espacios métri-
cos con la métrica ⃗r inducida por la norma: ⃗r(x, y) = ∥x − y∥.
199
200 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
(m) (m)
i.e., las sucesiones (αk )m son de Cauchy, y por tanto convergen (los Pn αk son
números reales o complejos), a ciertos αk , k = 1, 2, . . . , n. Sea y = k=1 αj ej ∈
M . Entonces
n
X n
X
(m) (m) m→∞
∥ym − y∥ = (αk − αk )ek ≤ |αk − αk |∥ek ∥ −→ 0,
k=1 k=1
Demostración: Como ya hemos visto (ver Teorema A.1.21 ) todo subespacio com-
pleto de un espacio completo es cerrado. Pero por el teorema A.1.30 M es com-
pleto, luego es cerrado. 2
200
A.1. Espacios métricos y espacios normados 201
(m)
Luego las sucesiones (αk )m son acotadas para cada k, y por tanto existe una
subsucesión convergente (Lema de Bolzano-Weierstrass) a αk , para todo k =
1, 2, . . . , n –debemos hacer una construcción similar a la de laPprueba del lema
A.1.29–. Ası́, existe una subsucesión (xnk )k que converge a x = nk=1 αk ek . Como
M es cerrado x ∈ M . Luego toda sucesión (xn )n de m tiene una subsucesión
convergente en M , i.e., M es compacto. 2
Consideremos ahora un caso particular de las aplicaciones introducidas en la
definición A.1.5.
201
202 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
Demostración:
Pn Sea dim X = n y sea (e1 , . . . , en ) una base de X. Para todo x ∈ X,
x = k=1 xk ek . Entonces
n
X n
X n
X
∥T x∥ = T xk e k ≤ |xk |∥T ek ∥ ≤ máx ∥T ek ∥ |xk |.
k
k=1 k=1 k=1
Por otro lado, usando el lema A.1.29 tenemos que existe un c > 0 tal que
n
X n
X
∥x∥ = xk ek ≥ c |xk |.
k=1 k=1
δ
x − x0 = y ⇒ ∥x − x0 ∥ < δ ⇒ ∥T x − T x0 ∥ < ε.
2∥y∥
202
A.2. Espacios de Hilbert separables 203
Con esta definición es fácil ver que L(X, Y) es un espacio lineal (el elemento nulo
de L(X, Y) es el operador nulo).
cn = ⟨x, ϕn ⟩, ∀n ≥ 1. (A.2.2)
203
204 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
Nótese que
* n n
+
X ⟨x, ϕk ⟩ X ⟨x, ϕk ⟩
∥x − sn ∥2 = x − ϕk , x − ϕk
∥ϕk ∥2 ∥ϕk ∥2
k=1 k=1
n
X Xn n
X
2 |⟨x, ϕk ⟩|2 |⟨x, ϕk ⟩|2 ⟨ϕm , ϕk ⟩
=∥x∥ − 2 + (A.2.3)
∥ϕk ∥2 ∥ϕk ∥2 ∥ϕm ∥2
k=1 k=1 m=1
n
X Xn
|⟨x, ϕk ⟩|2
=∥x∥2 − = ∥x∥ − 2
|ck |2 .
∥ϕk ∥2
k=1 k=1
luego
∞
X
|ck |2 ≤ ∥x∥2 , (A.2.4)
k=1
P∞ 2
por lo que la serie k=1 |ck | converge (¿por qué?) y, por tanto,
lı́m |cn | = 0 =⇒ lı́m ⟨x, ϕk ⟩ = lı́m ⟨ϕk , x⟩ = 0. (A.2.5)
n→∞ n→∞ n→∞
204
A.2. Espacios de Hilbert separables 205
Por ejemplo, los sistemas (ek )k definidos por (A.2.6) y (A.2.7) son bases ortogo-
nales completas de Cn y l2 , respectivamente
1. (ϕn )n es completo en X ⊂ H.
∞
X
2. Para todo x ∈ X ⊂ H, x = ⟨x, ϕk ⟩ϕk .
k=1
205
206 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
4)→2)
P Por sencillez consideremos que el sistema (ϕn )n es ortonormal. Sea
yn = nk=1 cP k ϕk , ck = ⟨x, ϕk ⟩ . Usando la desigualdad de Bessel (A.2.4) se sigue
que la serie ∞ 2
m=1 |cm | es una serie convergente y por tanto la cantidad
n+p
X
∥yn − yn+p ∥2 = |ck |2 ,
k=n+1
206
A.2. Espacios de Hilbert separables 207
Teorema A.2.9 Todo espacio de Hilbert H separable tiene una base ortonormal.
207
208 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
P
Demostración: Sea xn = nk=1 ck ϕk . Como vimos en la prueba del Teorema A.2.5
n→∞
la sucesión anterior es de Cauchy y como H es completo entonces xn −→ x ∈ H.
Probemos que entonces ck = ⟨x, ϕk ⟩, k = 1, 2, . . . . Para ello notemos que
⟨x, ϕk ⟩ = ⟨xn , ϕk ⟩ + ⟨x − xn , ϕk ⟩.
208
A.2. Espacios de Hilbert separables 209
209
210 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
T x = ⟨x, z⟩,
lo denominaremos adjunto de A.
Para los espacios euclı́deos la existencia del operador adjunto no está garan-
tizada en general, no obstante si que lo está en el caso de los espacios de Hilbert.
De hecho, como consecuencia del Teorema de representación de Riesz A.2.15 se
tiene el siguiente resultado:
210
A.2. Espacios de Hilbert separables 211
i.e., Ty es un funcional acotado, ası́ que el teorema de Riesz A.2.15 nos asegura
que existe un único vector y ∗ tal que Ty x = ⟨x, y ∗ ⟩, para todo x ∈ H. Ası́, el
operador A : H 7→ H′ induce un operador A∗ : H′ 7→ H con A∗ y = y ∗ , pues
⟨Ax, y⟩′ = ⟨x, y ∗ ⟩ = ⟨x, A∗ y⟩. La linealidad de A∗ se sigue de la linealidad de A.
Probemos ahora que ∥A∗ ∥ = ∥A∥. De la igualdad ⟨Ax, y⟩′ = ⟨x, A∗ y⟩ y usando
que A es acotado tenemos
Escogiendo x = A∗ y obtenemos
∥A∗ y∥
∥A∗ y∥2 ≤ ∥A∥∥A∗ y∥∥y∥ =⇒ ≤ ∥A∥ =⇒ ∥A∗ ∥ ≤ ∥A∥.
∥y∥
De lo anterior se sigue que A∗ es acotado. Pero entonces podemos aplicar el mis-
mo razonamiento intercambiando A y A∗ lo que nos conduce a la desigualdad
contraria ∥A∥ ≤ ∥A∗ ∥ por tanto ∥A∥ = ∥A∗ ∥. 2
Si
n n n
! n
X X X X
Aek = ai,k ei =⇒ y= ai,k xk ei = yi ei =⇒
i=1 i=1 k=1 i=1
n
X
yi = ai,k xk , i = 1, 2, . . . n.
k=1
211
212 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
212
A.2. Espacios de Hilbert separables 213
∥A∥n+1
∥T x − An x∥ ≤ ∥x∥ ,
1 − ∥A∥
n→∞ n→∞
Pero ∥An+1 x∥ ≤ ∥A∥n+1 ∥x∥ −→ 0, luego An+1 x −→ 0, y por tanto (I −A)T x =
x para todo x. La prueba de que T (I − A)x = x para todo x es análoga y la
omitiremos. 2
El teorema anterior admite una generalización que nos será de gran utilidad.
31
Aquı́ usamos el hecho conocido de que toda aplicación lineal T : D(T ) ⊂ X 7→ Y de
un espacio normado (Hilbert) X a otro espacio normado (Hilbert) Y tiene las propieda-
des: 1. T es continua si y sólo si T es acotada y 2. Si T es continua en algún x0 ∈ D(T ),
T es continua en todo su dominio D(T ).
213
214 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
Como ∥A∥ < |λ|, entonces ∥A∥ e < 1. Aplicando el teorema A.2.19 a Ae obtenemos
la expresión para Aλ . Para probar la desiguladad restante usamos que
∞
X ∞ ∞
Ak 1 X ∥Ak ∥ 1 X ∥A∥k 1 1
∥Aλ ∥ = ≤ | ≤ | =
λk+1 |λ| |λ|k |λ| |λ|k |λ| 1 − ∥A∥/|λ|
k=0 k=0 k=0
Definición A.2.21 Denotaremos por B(X) el conjunto de todos los operadores li-
neales acotados A de X en X, i.e., A : X 7→ X.
Nótese que la prueba del Teorema A.2.19 se puede adaptar para probar que
toda sucesión de Cauchy de operadores Tn ∈ B(X) es convergente. En efecto, si
Tn es de Cauchy entonces ∀ε > 0, existe un N ∈ N tal que ∀n ∈ N, n > N y
∀p ∈ N, ∥Tn+p − Tn ∥ < ε. Luego la sucesión Xn := Tn x es de Cauchy
n→∞
∥Tn+p x − Tn x∥ ≤ ∥Tn+p − Tn ∥∥x∥ ≤ ε∥x∥ ⇒ ∥Tn+p x − Tn x∥ −→ 0.
∥Tn+p x − Tn x∥ ∥T x − Tn x∥
∥Tn+p x − Tn x∥ ≤ ∥Tn+p − Tn ∥∥x∥ ⇒ ≤ε⇒ ≤ε
∥x∥ ∥x∥
214
A.2. Espacios de Hilbert separables 215
Teorema A.2.23 Sea X un espacio de Banach y sea B(X) el conjunto de todos los
operadores lineales acotados A : X 7→ X. El conjunto E ⊂ B(X) de los operadores
invertibles en X es abierto en B(X).
215
216 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
∥T xnm − T xnl ∥ ≤∥T xnm − Tk xnm ∥ + ∥Tk xnm − Tk xnl ∥ + ∥Tk xnl − Tk xnl ∥
≤∥T − Tk ∥∥xnm ∥ + ∥Tk xnm − Tk xnl ∥ + ∥T − Tk ∥∥xnl ∥ < ϵ,
216
A.2. Espacios de Hilbert separables 217
Demostración: Por simplicad asumiremos que H es real (el caso complejo se deja
como ejercicio). Sea M = sup∥x∥=1 |⟨Ax, x⟩|
Nótese que
|⟨Ax, x⟩|
sup |⟨Ax, x⟩| = sup ⇒ |⟨Ax, x⟩| ≤ M ∥x∥2 , ∀x ̸= 0.
∥x∥=1 ∥x∦=0 ∥x∥2
217
218 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
Demostración:
∥A − B∥ = sup |⟨(A − B)x, x⟩| = sup |⟨Ax, x⟩ − ⟨Bx, x⟩| = sup |0| = 0,
∥x∥=1 ∥x∥=1 ∥x∥=1
luego, A = B. 2
Ax = λx, x ∈ X, x ̸= 0, (A.2.8)
218
A.2. Espacios de Hilbert separables 219
1
(U − λI)−1 x(t) = x(t).
u(t) − λ
Demostración: Supongamos que existe un λ ∈ σ(A) tal que |λ| > ∥A∥. Entonces
por el Teorema A.2.20 el operador Aλ := (λI − A)−1 está bien definido lo cual
es una contradicción. Luego si λ ∈ σ(A), |λ| ≤ ∥A∥ y por tanto sup{|λ| : λ ∈
σ(A)} ≤ ∥A∥ de donde se sigue el resultado. 2
Del resultado anterior se sigue que σ(A) está contenido en el interior del
disco cerrado D = {z; |z| ≤ ∥A∥}. De hecho se tiene el siguiente teorema:
219
220 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
220
A.2. Espacios de Hilbert separables 221
visto ∥A∥ = sup∥x∥=1 |⟨Ax, x⟩|, luego existe una sucesión (xn )n de H tal que
n→∞
∥xn ∥ = 1 para todo n y tal que |⟨Axn , xn ⟩| −→ ∥A∥. Sin pérdida de generalidad
n→∞ n→∞
asumiremos que ⟨Axn , xn ⟩ −→ ∥A∥ (el caso ⟨Axn , xn ⟩ −→ −∥A∥ se deja como
ejercicio).
Sea λ = ∥A∥. Probemos que λ ∈ σ(A). Ante todo notemos que
221
222 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
H2 = {x ∈ H | ⟨x, x1 ⟩ = 0},
222
A.2. Espacios de Hilbert separables 223
de uno), que son numerables pues H es separable (¿por qué?). Ahora bien, por
el Teorema A.2.40 tenemos
n→∞
de donde se sigue que λn −→ 0. 2
n→∞
Existe otra forma de probar que λn −→ 0. En efecto, supongamos que hay
n→∞
infinitos λn distintos pero que λn −→ ̸ 0. Entonces existe un ε > 0 tal que infinitos
λnk son tales que |λnk | > ε. Construyamos con dichos elementos una sucesión
que denotaremos por (λk )k . Como todos los elementos de (λk )k son distintos, el
Teorema A.2.37 garantiza que sus correspondientes autovectores son ortogonales
xk , i.e., ⟨xk1 , xk2 ⟩ = 0. Si calculamos ahora la norma
223
224 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
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A.2. Espacios de Hilbert separables 225
usado los autovalores obtenidos gracias al Teorema A.2.39 por lo que procede
preguntarse si existen otros autovalores de A no nulos distintos a los anteriores.
Comprobemos que eso es imposible. Supongamos que existe un autovalor λ ̸= 0
distinto de los autovalores λk que aparecen en la suma (A.2.9), i.e., λ ̸= λk , para
todo k, y sea x su correspondiente autovector normalizado a la unidad. Por el
Teorema A.2.37 x es ortogonal a todos los xk , i.e., ⟨x, xk ⟩ = 0 para todo k. Pero
entonces, aplicando la fórmula (A.2.9) a dicho autovector x tenemos
∞
X ∞
X
λx = Ax = λn ⟨x, xn ⟩xn = λn 0 xn = 0,
n=1 n=1
225
226 A NEXO : B REVE INTRODUCCI ÓN AL AN ÁLISIS FUNCIONAL
Asumamos que λn ̸= 0 (si hay algún λn = 0 este se puede omitir de la suma). Co-
mo el núcleo de A, ker A ⊂ H (que coincide con el subespacio vectorial generado
por los autovectores correspondientes a λ = 0) es a su vez un espacio de Hilbert
separable (¿por qué?) existirá una sistema (numerable) ortogonal completo que
denotaremos por (ψn )n . Dicho sistema de vectores estará constituido por los au-
tovectores correspondientes al autovalor 0. Sea ahora un autovector cualquiera
ϕm correspondiente al autovalor λm ̸= 0. Entonces ϕm será ortogonal a todos los
ψn y el sistema (ϕm )m será ortogonal a (ψn )n . Además de (A.2.10) se tiene que
para todo x ∈ H
!
X X
A x− ⟨x, ϕm ⟩ϕm = Ax − ⟨x, ϕm ⟩Aϕm = 0,
m m
P
i.e., x − m ⟨x, ϕm ⟩ϕm ∈ ker A, luego podemos desarrollarlo en serie de Fourier
en la base de ker A (ψn )n de forma que obtenemos, para todo x ∈ H,
X X X X
x− ⟨x, ϕm ⟩ϕm = ⟨x, ψn ⟩ψn =⇒ x = ⟨x, ϕm ⟩ϕm + ⟨x, ψn ⟩ψn ,
m n m n
S
i.e., el sistema (ϕm )m (ψn )n es completo (Teorema A.2.5) que podemos ortogo-
nalizar utilizando el método de Gram-Schmidt obteniendo el sistema ortonormal
(numerable) (en )n (recordemos que para autovectores correspondientes a auto-
valores distintos ya tenı́amos la ortogonalidad, ası́ que sólo es necesario aplicarlo
a losPautovectores correspondientes a un mismo autovalor), luego tendremos
x = n ⟨x, en ⟩en de donde se sigue el teorema. 2
Como consecuencia del teorema anterior tenemos que todo operador lineal
A : H 7→ H autoadjunto y compacto en H, espacio de Hilbert separable, se le
puede puede hacer corresponder una matriz (finita o infinita) que además es
diagonalizable y en cuya diagonal aparecen los correspondientes autovalores.
Además se tiene el siguiente resultado:
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A.2. Espacios de Hilbert separables 227
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Bibliografı́a
[7] J. Tinsley Oden y L.F. Demkowicz. Applied Functional Analysis. CRC Press,
1996.m,n
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