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Unidad 1

Introducción a la criminología: la Criminología va más allá de la


relación entre delito y castigo penal. Es el estudio del crimen en sí mismo, de
su naturaleza y, por tanto de la criminalidad, un concepto que se vuelve
fundamental, ya que en torno a éste y a la relación que establece con las
variables sociológicas, psicológicas y biológicas que afectan al individuo, se
conformará el marco de actuación de la ciencia criminológica, que, en última
instancia, siempre tendrá un carácter eminentemente práctico con el objetivo
de lograr un mejor funcionamiento social.

La introducción a la Criminología se profundizará en el estudio de las teorías


que explican su génesis, así como en el concepto de criminalidad desde una
explicación biológica, psicológica y sociológica. Otros aspectos fundamentales
de tienen que ver con la prevención del crimen, la reacción social y el estigma
para etiquetar y apartar a los desviados, la figura de la víctima y los rasgos que
la hacen más vulnerable, así como el control social que a través del poder y el
terror condicionan los comportamientos criminales. Sin olvidar, el papel que
ejercen las instituciones y fuerzas del orden como medidas de seguridad ante
el crimen.

Evolución histórica: La Criminología surge a principios del siglo XIX como


respuesta a la demanda social de estudio de las fuentes del comportamiento
antisocial siguiendo las bases del método científico, con la finalidad de
promover mecanismos para su prevención y tratamiento. A partir de una
revisión de la literatura criminológica de los últimos tres siglos, el presente
artículo realiza una síntesis de la evolución histórica de la Criminología,
presentando sintéticamente los desarrollos teóricos de la Escuela Clásica, la
Escuela Cartográfica, la Escuela Positiva, la Escuela de Chicago, la teoría de la
asociación diferencial, las teorías de la anomia y la tensión, las teorías del
control, las corrientes críticas, las teorías de la oportunidad, y las tendencias
actuales, para posteriormente realizar un breve análisis conjetural sobre el
futuro de la ciencia criminológica.

1.2 concepto de criminología: De acuerdo con la Real Academia


Española la criminología es una “ciencia social que estudia las causas y
circunstancias de los distintos delitos, la personalidad de los delincuentes y el
tratamiento adecuado para su represión”.

Es decir, consiste en el estudio del fenómeno delictivo para prevenirlo, o en su


caso, intervenir de manera oportuna para conseguir una reducción de los
fenómenos criminales. Busca y trata de comprender las conductas que atentan
contra el orden social.

Diversas interpretaciones:
La idea lombrosiana de características intrínsecas del comportamiento sigue en
alguna medida, aunque muy matizada, vigente en las teorías de la
personalidad, la genética del comportamiento o la racionalidad individual
(acción racional).

La criminología es una ciencia interdisciplinaria que basa sus fundamentos en


conocimientos propios de la sociología, psicología y la antropología tomando
para ello el marco teórico de la medicina y el derecho penal.

El nombre de esa ciencia fue utilizado por primera vez por el antropólogo
francés Paul Topinard en 1885 el profesor italiano de derecho Rafael Garofalo
acuño el termino

Rafael Garófalo a fines de 1885, se refiere a la Criminología como la ciencia del


delito y edita un primer libro llamado precisamente Criminología. Definió la
Criminología como la ciencia general de la criminalidad y de las pena

Vont Liszt y Mezger la definen como la ciencia que tiene por objeto de
indagación la etiología criminal

Quintanilla Saldaña en el año 1929, define la Criminología como la ciencia


del crimen o estudio científico de la criminalidad, sus causas y medios para
combatirla

1.3 historia mínima de la criminología secular: Es una ciencia


empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la persona
del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata
de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica
y variables principales del crimen —contemplado éste como problema
individual y como problema social— así como sobre los programas de
prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre
delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito.

1.4 Criminología y otras áreas de estudio de las ciencias


criminales
La Criminología también trabaja con otras ciencias como el Derecho, la
Psicología, Trabajo Social, Química, Física, Arquitectura, Ingeniería, y muchas
más disciplinas

Antropología criminal

Se enfoca en el estudio de perfiles delincuenciales basándose en el vínculo


que puede existir entre cómo se llevó a cabo un crimen y la personalidad o
aspecto físico de quien podría haberlo cometido.
Esta rama se basa en la idea de que los criminales nacen y que tienen
diferencias no solo psicológicas si no también fisiológicas con el resto de
personas y que, por lo tanto, pueden ser identificados fácilmente.

Penología

Esta rama se enfoca en la aplicación y ejecución de las penas que establece el


derecho penal. Busca la prevención del delito a través de la represión de actos
criminales utilizando el castigo como fuente de miedo pero también aplicando el
tratamiento adecuado para aquellos que los cometen. A través de la filosofía y
la práctica, estudia el tratamiento de los criminales a través del sistema
penitenciario (tanto reclusión como temas de libertad condicional), y su eficacia,
pero también de su futura rehabilitación para reinsertarse en la sociedad.

Psicología forense

La psicología forense involucra y aplica temas clínicos, específicamente la


psicología clínica, dentro del ámbito legal. Es decir, se basa en la recolección,
el análisis y la presentación de evidencia psicológica dentro de los procesos
judiciales con el fin de explicar diversos sucesos. Esta información aporta a la
creación de perfilamiento de los criminales. Entre las herramientas que utiliza el
psicólogo forense están la autopsia, las entrevistas, observación y evaluación
de trastornos mentales.

Sociología del derecho

Se conoce como un enfoque interdisciplinario dentro de los estudios sociales.


Esta especialización consta del análisis de la interacción entre el derecho en la
sociedad con las instituciones jurídicas, no jurídicas y los factores sociales
como por ejemplo las formas de control social y la regulación legal. Es el
estudio sistemático, basado en teorías sociales y métodos científicos del
derecho y el comportamiento legal.

Victimología

Estudia a las víctimas tanto de crímenes como de violaciones de derechos


humanos, sus características y su rol en el delito que se ha cometido en su
contra. Asimismo, analiza la relación entre las víctimas, victimarios, el sistema
de justicia e instituciones sociales como los medios de comunicación. Acá se
pone especial énfasis en la victimización y cómo influye en la interacción de
estos grupos de interés con aquellos que han sido afectados por el crimen,
incluyendo violaciones a las leyes y los derechos humanos. El objetivo de esta
rama es descubrir la verdad sobre la víctima y buscar que se haga justicia
dentro del proceso penal.

1.5 Clasificación de los delincuentes: Según Lombroso


 1) Delincuente Nato: Es aquel impulsado por su propia naturaleza, es
una fuerza superior a él; que lo lleva a delinquir. Este es distinguible por
sus caracteres anatómicos, fisiológicos, psíquicos y sociales.

 2) Delincuente Loco: Constituye una exageración del tipo de criminal
nato; una hipertrofia de sus caracteres anormales; sobre todos los
anatómicos. También este tipo de criminales tienden más al
arrepentimiento y las confesiones.

 3) Delincuente Loco Moral: Sostiene que esta es una entidad distinta de
la locura, puesto que la anormalidad no radica en la inteligencia. sino en
los sentimientos. Este grupo comprende a los maniáticos, melancólicos,
imbéciles, etc.

 4) Delincuente Epiléptico: Lombroso crea la teoría de la "Epilepsia
Larvada"; la cual consiste una enfermedad que produce en el
hombre ciertos vértigos, ausencias espaciales, o pérdida parcial o total
de la conciencia

 5) Delincuente de pasión o de ímpetu: El delincuente pasional
representa la contrapartida del delincuente nato. No son malos, obran
por un impulso de sentimiento loable. Sus delitos son cometidos por
causas proporcionales al afecto; como el amor el sentimiento de honor y
del deber.

 6) Delincuente Histérico: Son varios los hechos cometidos por estos
tipos de delincuentes: injurias, perjuicios, calumnias, mentiras, estafas;
son los casos más conocidos.
 Poseen algunas características que los distinguen de los demás tipos
de delincuentes:
 1) Es más común en las mujeres que en los hombres,
 2) Es egoísta en su carácter,
 3) Su carácter es cambiante lo que los hace coléricos,
 4) Es vengativo escandalosamente, y hace denuncias y falsos
testimonios,
 5) Tiene una verdadera necesidad de mentir y una gran tendencia al
erotismo
 .
 7) Delincuente Matoide: La palabra matoide proviene de "matto", que
quiere decir loco, y la palabra matoide quizás quiera decir textualmente
"Locoide", vendría a ser el sujeto que no está loco; pero casi lo está.

 8) Delincuente habitual: Comprende a quienes delinquen debido
fundamentalmente por la influencia de la miseria, el hambre, atacan
generalmente el patrimonio ajeno.

 9) Delincuente ocasional: No poseen caracteres antropológicos
criminales. Son autores de delitos involuntarios (culposos) o que no
implican perversión.

Clasificación de Ferri:
 1) Criminal Loco: Es el sujeto que ha cometido un delito en estado de
alineación mental, los cuales cometen delitos sin causa alguna, se
diferencia del loco moral de Lombroso porque la lesión se produce en la
inteligencia
 2) Criminal Nato: Son individuos degenerados e incorregibles que son
arrastrados al delito por la desorganización de su temperamento
orgánico y psíquico. Carecen de remordimiento, piedad y sentido social.
 3) Criminal Habitual: Son sujetos que ejercen la profesión del delito
como cualquier otra profesión de un modo frecuente y repetido. Sus
delitos son raterías, estafas y lesiones.
 4) Criminal Pasional: Son delincuentes que obran a causa de un factor
individual de origen afectivo; son generalmente honrados, de gran
sensibilidad moral; sus delitos tienen carácter afectivo como el amor, el
honor, el sentido del deber, etc.
1.6 Principales escuelas y corrientes de la Criminología

LA ESCUELA CLASICA

La Escuela Liberal clásica no consideraba al delincuente como un ser diferente


de los demás, no partía de la hipótesis de un rígido determinismo sobre cuya
base la ciencia tuviese por cometido una investigación etiológica sobre la
criminalidad, sino que se detenía sobre todo en el delito entendido
como concepto jurídico, es decir como violación del derecho y también de
aquel pacto social que se hallaba, según
la filosofía política del liberalismo clásico, en la base del Estado y del derecho.

Escuela positiva: FERRI nos dice que " la escuela positiva consiste en lo
siguiente: estudiar al delito, primero en su génesis natural, y después en sus
efectos jurídicos, para adaptar jurídicamente a las varias causas que lo
producen los diversos remedios, que por consiguientes serán eficaces " Debido
a los excesos de la Escuela Clásica, nace la Escuela Positiva. Todo se debió al
abuso de la dogmática, al olvido del hombre delincuente a sus creencias de
haber de haber agotado la problemática jurídico-penal.

 La Escuela Ecléctica. El objetivo de la escuela Ecléctica era crear reglas y


esquemas diferentes al de la Positiva. El presupuesto operante de esta es la
igualdad material y como en la Escuela clásica, radica su responsabilidad en lo
individual, pero le agrega el concepto de situación, referente al medio físico y
social.

 Escuela Social. La escuela social fue la primera en hacer la distinción entre lo
patológico y lo no patológico, con énfasis en lo no patológico. La clasificación
de delito y delincuente, Esta escuela nos dice que es normal, quedando a salvo
la anormalidad biológica y psicología del delincuente.

 Escuela Anómmica. Su fundamento teórico está basado en la anomia,
situación en la cual el desarrollo social desborda al control institucional. El
presupuesto operandi está fundamentado en la desigualdad material y una
mayor división del trabajo.

Escuela Ecológica. Las Teorías Ecológicas son aquéllas que aportan a
la criminología el examen de la influencia del ambiente en el que las personas
habitan sobre el fenómeno de la delincuencia

Unidad 2

2.1 Concepto de delito desde la perspectiva criminológica.


El delito, en sentido estricto, es definido como una conducta, acción u omisión
típica (tipificada por la ley), antijurídica (contraria a Derecho), culpable y
punible. Supone una conducta infraccional del Derecho penal, es decir, una
acción u omisión tipificada y penada por la ley. La palabra delito deriva del
verbo latino delinquiere, que significa abandonar, apartarse del buen camino,
alejarse del sendero señalado por la ley.

2.2 Concepto de delincuente desde la perspectiva


criminológica
Persona que ha transgredido las normas legales, sociales y culturales,
agrediendo a otra persona o a sí misma, debiendo ser objeto de estudio,
tratamiento y rehabilitación.

2.3 Clasificación de los delincuentes

a) Delincuente loco moral (cuya descripción se asimila mucho al psicópata, y lo


califica de astuto, antipático e inteligente)

b) El delincuente epiléptico;

c) El delincuente Loco (distingue entre el loco delincuente que es un enfermo


demente y el delincuente loco que es el que enferma en prisión) aquí distingue
a los alcohólicos, histéricos y los mattoide,

d) Delincuentes pasionales

e) Delincuente ocasional (entre los que distingue a los pseudo criminales,


criminaloides y habituales).
2.4 Factores criminógenos y psicología del delincuente

Son los elementos que sumados, contribuyen a un determinado resultado


criminal. Lo constituyen factores endógenos y exógenos. Esto es a nivel
general; es decir, se tienen un conjunto de factores que pueden ser
considerados como criminógenos, pero no todos van a influir de la misma
manera en todas las personas, por eso, se clasifican los factores, pero en cada
individuo serán distintos, los factores que afecten a nivel individual en un sujeto
en particular son llamados factores causales criminógenos

Más que cualquier otro tipo de teorías, las explicaciones psicológicas del
crimen se centran en las diferencias individuales, en factores como
personalidad, impulsividad, inteligencia e inhibidores internos contra el delito.
Los psicólogos ven la delincuencia como un tipo de conducta similar en
muchos aspectos a otros tipos de conducta antisocial o desviada, por lo que las
teorías, métodos y conocimientos sobre esos otros comportamientos pueden
ser aplicados al estudio del crimen. También incluyen factores situacionales y
ambientales, especialmente las influencias procedentes del núcleo familiar, del
grupo de pares, del marco escolar y del comunitario. Las teorías psicológicas
más actuales representan un intento de integración, en el que desde una
perspectiva ecléctica se asume que la delincuencia depende de la confluencia
de varios factores influyentes.

2.5 Incidencia del sexo y la edad en los tipos de delitos.

Rowe, Vazsonyi y Flannery (1995) demostraron que las tasas de actos


delictivos que confesaron los propios delincuentes son mayores en los
hombres que en las mujeres a través de muchas acciones diferentes, lo cual
refuerza el hecho de que los hombres cometen más actos criminales que las
mujeres.

Aunque no todo es el sexo biológico; pues factores como la edad, el estado


físico de la persona y su identidad de género son factores muy sustanciales,
pues mayormente los crímenes suelen ser perpetrados por hombres entre los
15 y 50 años de edad, lo que deja de lado a los pres púberes y adultos
mayores. También se detectó que las personas Discapacitada y Transgénero,
no sólo son blanco fácil de crímenes de odio y ataques, sino que también son
los que con menos frecuencia los cometen. Otros factores como la raza, color
de piel, origen étnico, religión, ideología, nacimiento y orientación sexual no
fueron tomados en cuenta o fueron considerados irrelevantes.

2.6 La Víctima del Delito

Persona física que directa o indirectamente ha sufrido daño o el menoscabo de


sus derechos producto de una violación de derechos humanos o de la comisión
de un delito

2.7 Clasificación de las víctimas


• Víctimas Directas. Aquellas personas físicas que hayan sufrido algún daño o
menoscabo económico, físico, mental, emocional, o en general cualquiera
puesta en peligro o lesión a sus bienes jurídicos o derechos como
consecuencia de la comisión de un delito o violaciones a sus derechos
humanos reconocidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de
los que el Estado Mexicano sea Parte.

• Víctimas indirectas. Son los familiares o aquellas personas físicas a cargo de


la víctima directa que tengan una relación inmediata con ella.

• Víctimas potenciales. Son las personas físicas cuya integridad física o


derechos peligren por prestar asistencia a la víctima ya sea por impedir o
detener la violación de derechos o la comisión de un de un delito

UNIDAD 3
LA ACTUALIDAD CRIMINOLOGICA Y LAS
VICTIMAS
Realmente hasta la aparición hace unos años de la Victimología como ciencia,
la persona objeto de un delito venía soportando una suerte de abandono por
parte de la Criminología y del Derecho Penal. En el análisis de los
acontecimientos, la víctima sólo inspiraba compasión, tal como refiere la
profesora Pecharroman. Pero lo cierto y verdad es que a pesar de los avances,
las cosas hoy en día no han cambiado tanto. La víctima sigue estando
desabrigada en su largo periplo de amarguras

Pero no siempre fue así. En tiempos primitivos la víctima poseía todo el


protagonismo y buscaba directamente la satisfacción de sus intereses
lesionados a través de la venganza privada, de acuerdo a una interpretación
totalmente subjetiva y frecuentemente injusta. De este modelo se pasó a
adoptar un criterio limitativo que quedó plasmado en la famosa Ley del Talión,
mediante la que se ponía coto a la falta de proporción entre la lesión y el
desagravio privado y se desligaba parcialmente a la víctima del manejo del
castigo para entregar dicho poder a un juez imparcial, ajeno al conflicto.

Tras la importancia que se asignaba a la víctima desde la antigüedad hasta


bien entrado el Medievo, con la implantación del Derecho Penal Estatal, a partir
del siglo XVIII, esta figura permanece totalmente olvidada. El ius puniendi
termina en manos del Estado, que se hace cargo de la protección de las
personas frente a la criminalidad, así como del enjuiciamiento y la punición al
reo.

Sin embargo, y a pesar de los progresos en lo que a defensa de los derechos y


necesidades de las víctimas se refiere, los problemas de quien en nuestros
días ha sufrido un delito no terminan con la solicitud de ayuda a la
administración a través de la denuncia, sino que, en numerosas ocasiones, los
daños sufridos por la víctima se magnifican a partir de ese momento.
Estaríamos hablando de una victimización secundaria, más lamentable y
desconsoladora que la primaria, puesto que deriva de las relaciones con el
aparato jurídico-penal.

Es muy frecuente que durante el contacto con el estamento judicial, la víctima


experimente el sentimiento doloroso de estar perdiendo el tiempo, de no recibir
toda la atención que merece, de ser ignorada o de ser tratada de forma
estereotipada y sin tacto; no es raro que sufra incomprensiones derivadas de la
excesiva burocratización y carencias del sistema. Resulta por tanto la
victimización secundaria aún más negativa que la primaria (cometida por el
malhechor) ya que la propia administración victimiza a quien se dirige a ella en
demanda de amparo.

Queda patentizado, pues, que la víctima resulta desconsoladoramente afectada


con el actual método procedimental. No debemos olvidar, asimismo, un
componente intangible y en consecuencia más incuantificable pero real, como
es la lesión de los sentimientos y el advenimiento del temor a través del
elemento sociológico. El italiano Rafael Garófalo, precursor en el siglo XIX de la
Escuela Positiva y de la teoría del “delito natural”, sostenía una tesis que venía
a decir, y que se ha revelado como cierta, que más allá de las épocas y de las
tipificaciones de los códigos penales de cada momento, persiste en las víctimas
la lesión de los sentimientos; es decir, el daño moral. He aquí el auténtico quid
de la cuestión que ni las sentencias ni las pólizas de seguros suelen
contemplar.

NUEVOS LINIAMIENTOS EN LA CRIMINOLOGIA


Desde su nacimiento como ciencia, la Criminología se ha encontrado siempre
en constante “transición” y “transformación”. En el siglo XX, la Criminología
desplazó sus puntos claves de investigación desde las tesis de corte biologista
a las perspectivas psicológicas y sociales. Además, la introducción, a partir de
la segunda mitad del siglo, de los mecanismos del proceso y control social,
supuso un importante cambio de enfoque desde las teorías e investigaciones
etiológicas a las teorías del proceso:

Las causas del delito ceden en gran parte su protagonismo al análisis del
proceso en cuya virtud se define la conducta como delictiva y se etiqueta al
sujeto como delincuente. No ha ocurrido lo mismo, sin embargo, con las
actitudes del criminólogo y las funciones correspondientes a la Criminología,
que se han mantenido más o menos invariables hasta comienzos del siglo XXI,
momento a partir del cual se hace patente la necesidad de un giro radical en lo
que ha sido el enfoque tradicional de la teoría y la práctica criminológica.

La Criminología contemporánea se enfrenta a un mundo en rápido cambio. La


velocidad y profundidad de estos cambios se han de reflejar necesariamente en
una transformación de las materias propias de la Criminología. La
reestructuración de las relaciones económicas y sociales, la fluidez de los
procesos sociales, la velocidad de los cambios tecnológicos, y la
heterogeneidad cultural y social propia de la postmodernidad plantea
importantes retos para la Criminología, retos que pueden ser muy complicados,
pero que son demasiado insistentes como para ser obviados.

Durante la mayor parte del siglo XX el análisis y la lucha contra el crimen y la


violencia se ha llevado a cabo desde la perspectiva interna de los propios
Estados y, con la excepción que en este sentido suponen las teorías de la
tensión y la Criminología Crítica, como un problema desconectado de la cultura
y la propia estructura de la sociedad.

Tal y como afirman Lanier y Henry, esta contraposición entre nosotros y el


enemigo no es más que un análisis simplista de la realidad. Los cambios
sociales acaecidos en los últimos años han demostrado que el incremento de
las conexiones interpersonales, no solo nacionales sino también globales,
implica que la seguridad de cada uno de nosotros esté en íntima conexión con
la seguridad de todos los demás, por lo que debemos pensar sobre los
problemas y sus soluciones, entre ellos el de la delincuencia, en un triple nivel:
Local, nacional y global.

La globalización, en cuanto proceso de integración global, implica que las


personas actúan y solucionan sus problemas conforme a puntos de referencias
que están más allá de su propia sociedad. Como apunta Aranberri Aresti, en
cuanto fenómeno de interacción social, política, económica, y tecnológica nadie
resulta ajeno a este fenómeno, por lo que también la seguridad y la
delincuencia son objeto-sujeto de la globalización. No podría desvincularse de
este nuevo proceso la seguridad tan íntimamente ligada al ser humano en su
doble dimensión como ser individual y como ser social. Ni tampoco la
delincuencia, en cuanto que ésta tiene su referente en un modelo social
concreto.

En definitiva, el crimen se ha globalizado, y del mismo modo que la


globalización ha beneficiado a los negocios internacionales, también ha
beneficiado al crimen organizado. La globalización, sustentada en su aspecto
económico en la creencia en el libre mercado para la asignación de recursos,
solo ha podido ser posible gracias a la revolución en el ámbito de las
telecomunicaciones y transportes. La revolución en los transportes ha hecho
posible el desplazamiento masivo, rápido y barato de bienes y personas a
través del mundo; y la revolución de Internet ha conseguido globalizar las
infraestructuras de servicios como la de los bancos y entidades financieras.

La libertad de mercado y la revolución de los transportes y de las


telecomunicaciones ha provocado importantes cambios a escala mundial: La
sustitución de las organizaciones jerarquizadas por las conexiones en red ha
dado lugar a dos fenómenos que, en cuanto favorecedores del comercio lícito,
también favorecen el comercio ilícito, y en consecuencia la globalización del
crimen:

Por una parte, la contratación externa de los servicios propios de la empresa


en cuanto que permite llevar a cabo funciones clave fuera de la estructura
formal de la organización; y, por otra, la deslocalización en cuya virtud estas
funciones claves pueden llevarse a cabo en cualquier lugar del mundo.

a) La oferta y la demanda en un mundo globalizado La base económica de la


globalización neoliberal es el sistema de economía de mercado sustentado
sobre el libre juego de la oferta y demanda. Se puede afirmar, pues, que en
la medida en que el consumo constituye la clave de los procesos de
globalización y de la cultura globalizada, la cada vez mayor demanda de
bienes y servicios y la necesidad de operar en un mercado altamente
competitivo ha provocado, como efecto asociado, un crecimiento
exponencial de la demanda de bienes y servicios ilícitos. En lo que se
refiere a la oferta de bienes y servicios ilícitos, además del efecto producido
por el incremento de la demanda, es preciso tener en cuenta el efecto que
la globalización tiene sobre las situaciones de desigualdad, pobreza,
marginación y exclusión social

b) La globalización de las comunicaciones Son muchos y variados los factores


de la globalización que influyen directa o indirectamente en la necesidad de
analizar, controlar y luchar contra el crimen desde una perspectiva global. Así,
por ejemplo, la necesaria dependencia de las comunicaciones globales por
parte de las infraestructuras nacionales y gubernamentales las coloca en una
constante situación de vulnerabilidad frente a las distintas variedades de
terrorismo informático. Junto a la aparición de todo un nuevo catálogo de
delitos, el referido incremento de la globalización de las comunicaciones se
traducido también en un incremento significativo de delitos “tradicionales”
(fraude, estafa, usurpación de identidad, pornografía infantil, etcétera) que bajo
el paraguas de Internet no solo se mueve un ámbito de aparente “impunidad”,
sino que además llega a un elevado número de víctimas potenciales,
incrementando así las posibilidades de éxito para el delincuente.

c) La globalización de los transportes Desde una perspectiva comercial, el


flujo de mercancías ilícitas -drogas, personas, órganos humanos, armas,
etcétera- requiere un enfoque logístico que permita transportar la “mercancía”
desde su lugar de origen a su lugar de destino. La revolución de los
transportes ha reducido considerablemente el coste del viaje y ha
incrementado el número de rutas posibles. La necesidad de asegurar estas
rutas para el tráfico ilícito de personas y bienes ha provocado, a su vez, un
incremento en el comercio de armas y en actividades relacionadas con la
corrupción de las autoridades

.
UNIDAD 4
CRIMINOLOGIA DE LOS SISTEMAS
PENITENCIARIOS
El hecho de que la Criminología asumiera la posición crítica, permitió
establecer las relaciones de la desviación y el delito con el ejercicio del poder,
con el Estado y en general, con el hecho político. Así, en contra del discurso
instrumental manejado por la Criminología y la ciencia Penal tradicionales, las
teorías criminológicas críticas cuestionaron la idea del consenso en la que se
fundamentaba el orden social, advirtieron que las sustentaciones filosóficas y
jurídicas de la pena se formulan en forma distanciada de una ponderación real
del ejercicio del poder penal del Estado y evaluaron los costos sociales y
materiales de la pena privativa de libertad y su fracaso como instrumento de
intimidación y/o de resocialización. A estas consideraciones, se adicionó el
estudio del problema estructural de la selectividad del sistema penal,
demostrando que las conductas delictivas se contraen a un ámbito específico
de lo criminalizable, el cual es coincidente con la población menos beneficiada
del sistema socioeconómico, haciendo énfasis en el análisis de aquellas
conductas relacionadas con delitos económicos, abusos de poder, ilegalismos
del Estado, prácticas de castigo extrajudiciales, etc.

La postura crítica se fundamentó, no en el mejoramiento de las instituciones de


control, sino en su negación: Para los criminólogos críticos el sistema de
control social tenía un éxito permanente, en cuanto su máximo objetivo
consistía en la dominación y represión de las clases sociales menos
favorecidas o disidentes políticamente (Cohen, 1988) por lo tanto, lo que se
imponía era un cambio radical en la política de control tanto en la sociedad
como en el sistema penal.

La afirmación principal consistió en que el control conduce a la desviación y no


la desviación al control. En este sentido, la ley y todos los mecanismos e
instituciones de regulación, están íntimamente unidos en función de mantener
el orden y la disciplina, lo que garantizarían unas determinadas relaciones de
poder y en las que el cuerpo de conocimientos aportado por la Criminología
Positivista sirvió como ideología legitimadora

La Criminología, al asumir el paradigma de la teoría critica, adopta una


orientación de carácter socio-político que trasciende de los dominios
doctrinarios hacia la praxis social, al estilo de la escuela de Frankfurt:

A diferencia de la vieja Criminología, la teoría crítica del control social aspirará


a quebrantar el orden ideológico que ha construido una falsa ciencia del crimen
y del criminal, y a combatir, pues, tanto en la teoría como en la práctica las
formas ocultas de la dominación

La disciplina, entonces, se estructuró con relación a una perspectiva macro


social y política, abordada desde la interdisciplinariedad, ubicando su referente
relación con el control social en su sentido más amplio (espacios, instancias,
agencias; formal e informal).

El objeto de la investigación criminológica ya no se encontrará en las


condiciones naturales o sociales del crimen, ni dependerá de la naturaleza
anormal del criminal, sino en la reacción social, institucional o formal y en los
procesos de criminalización primaria y secundaria, aspectos en los cuales el
tema del poder es concurrente. Por lo tanto, el método según el cual se aborda
el conocimiento del problema criminal, amerita de un vínculo político que se
expresa, tanto en la gestión del objeto de estudio, como en la necesaria
relación entre ciencia y sociedad, que podríamos comparar al vínculo funcional
que existe entre democracia y jurisdicción.

De esta manera, unificación de conocimientos y combinación de ciencia y


praxis, conformaron una doble justificación de la nueva propuesta, en donde la
Criminología no actuara como ciencia auxiliar aportando lineamientos técnicos
para el control bajo un modelo legitimador; si no por el contrario, cuestionando
el sistema de coerción penal y promoviendo formas alternativas de control
social, bajo un modelo de emancipación

EL TRATAMIENTO PENITENCIARIO

Una de las instituciones que por sus medios y fines funge como una de las de
mayor relevancia en el sistema penitenciario, es el tratamiento. El cual se
constituye hoy como u no de los bloques temáticos fundamentales y discutidos
del derecho penitenciario.

El creador de la obra penitenciaria Española García Valdez pone de relieve la


originalidad del tema en atención a algunos aspectos que permiten
corroborarlo.

En primer lugar la normativa penitenciaria dominicana incluye en su escaso


articulado el tratamiento como una parte del mismo con sustantividad propia y
autónoma situación que en sentido contrario es llevada a cabo por otras
legislaciones de carácter internacional, incluso la, más avanzadas que lo
desarrollan dentro del régimen penitenciario.
El tratamiento penitenciario consiste en el conjunto de actividades
directamente dirigidas a la consecución de la reeducación y reinserción social
de los penados.

El tratamiento pretende hacer del interno una persona con la intención y la


capacidad de vivir respectando la ley penal, así como de subvenir a sus
necesidades. A tal fin se procurara en la medida de lo posible desarrollar en
ellos una actitud de respecto a sí mismos y de responsabilidad individual y
social con respecto a su familia, al prójimo y a la sociedad en general.

El objetivo del tratamiento económico es pretender hacer del interno una


persona con la intención y la capacidad de vivir respetando la ley penal , así
como a subvenir a sus necesidades procurándose a tal fin en la medida de lo
posible que desarrollen ellos una actitud de respecto a si mismo y de
responsabilidad individual y social

 Los servicios encargado del tratamiento se esforzara por conocer y


tratar todas las peculiaridades de personalidad y ambiente del penado
que puedan ser obstáculo para las finalidades indicadas en el en el
artículo anterior
 Para ello deberán utilizarse en tanto sea posible todos los métodos de
tratamiento y los medios que respectando siempre los derechos
constitucionales no afectados por la cadena puedan facilitar la obtención
de dichas finalidades

Participación del interno en su tratamiento

1. “Se debe fomentar que el interno participe en la planificación y ejecución de


su tratamiento y colaborará para, en el futuro, ser capaz de llevar, con
conciencia social, una vida sin delitos.

2. .Serán estimulados, en cuanto sea posible, el interés y la colaboración de los


internos en su propio tratamiento. La satisfacción de sus intereses personales
será tenida en cuenta en la medida compatible con las finalidades del mismo”.

El derecho que tiene el interno de participar en su tratamiento, así como su


deber de colaborar en el mismo. En este orden de ideas, en opinión de García
Valdés, la voluntariedad de la participación preside la redacción del texto; y, por
otro lado, ha de señalarse la ausencia de sanción disciplinaria por no
producirse aquélla, quedando claro que ningún tratamiento, por su naturaleza,
puede ser impuesto coactivamente al interno. Añade el autor, que la nota de la
voluntariedad en la participación en su tratamiento y el pedir, modestamente, a
los penados el que una vez reincorporados a la vida social, sean capaces de
no delinquir, es lo mínimo que legalmente se puede exigir a todo recluso,
marchando por este camino las más modernas legislaciones; hacía así
referencia a este importante aspecto de la cooperación y colaboración de los
internos, o a las consultas a los mismos para la planificación y programación de
su tratamiento, como dice la Regla 71.1 del Consejo de Europa21; de ahí que
finalice el autor manifestando que ello es comprobable acudiendo a la vía
reglamentaria .

El tratamiento se debe inspirar en los siguientes principios:

Estará basado en el estudio científico de la constitución, el temperamento, el


carácter, las aptitudes y las actitudes del sujeto a tratar, así como de su
sistema dinámico-motivacional y del aspecto evolutivo de su personalidad
conducente a un enjuiciamiento global de la misma, que se recogerá en el
protocolo del interno.

Guardará relación directa con un diagnóstico de personalidad criminal y con un


juicio de pronóstico inicial, que serán emitidos tomando como base
una Consideración ponderada del enjuiciamiento global a que se refiere el
apartado anterior, así como el resumen de su actividad delictiva y de todos los
datos ambientales, ya sean individuales, familiares o sociales, del sujeto.

Será individualizado, consistiendo en la variable utilización de métodos medico


biológicos, psiquiátricos, psicológicos, pedagógicos y sociales, en relación a la
personalidad el interno.

En general será complejo, exigiendo la integración de varios de los métodos


citados en una dirección de conjunto y en el marco del régimen adecuado.

Será programado, fijándose el plan general que deberá seguirse en su


ejecución, la intensidad mayor o menor en la aplicación de cada método de
tratamiento y la distribución de los quehaceres concretos integrantes del mismo
entre los diversos especialistas y educadores.

Será de carácter continuo y dinámico, dependiente de las incidencias en la


evolución de la personalidad del interno durante el cumplimiento de la
condena”.

Los principios contenidos en el precepto inciden, como acertadamente apuntan


algunos autores en dos momentos distintos del tratamiento:

a) Fase de estudio de la personalidad del interno.

b) Fase de ejecución del tratamiento.

Complejidad del tratamiento: el tratamiento exige la integración de varios


métodos en una dirección de conjunto, en el marco del régimen adecuado; toda
vez que un tratamiento tendente a la reinserción social necesariamente debe
abarcar todos los métodos que ayuden a superar las deficiencias en la
socialización.

Programación del tratamiento: el tratamiento debe atender a un plan general,


que fijará la intensidad en la aplicación de cada método de tratamiento, así
como la distribución de los quehaceres concretos entre los diversos
especialistas. Continuidad y dinamismo del tratamiento: el tratamiento es
evolutivo y puede ser regresivo, dependiendo de sus objetivos. El fin último del
tratamiento, que es la reeducación y reinserción social, entendida como no
reincidencia, se alcanza por etapas, cumpliéndose en cada una, una serie de
objetivos concretos que, al ir lográndose, implica la evolución del interno en su
tratamiento. De aquí el dinamismo, ya que el tratamiento no es estático, sino
cambiante, en atención al logro de los objetivos propuestos.

Del análisis de los principios que inspiran el tratamiento penitenciario


dominicano, podemos concluir que el mismo se aboca al estudio y
conocimiento de los factores internos y externos que influyen en la vida del
interno; corroborándose con ello lo expresado por Adriano de la Cruz, a lo cual
nos adherimos, en el sentido de que el tratamiento español representa,
científica y sistemáticamente, uno de los mayores retos del texto legal en la
Republica Dominicana.

UNIDAD 5
LA CRIMINOLOGIA DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES
El clima de inseguridad generalizada por un lado exacerba el ánimo de la clase
media hacia una legislación más dura, en la actualidad se debate en el
Congreso nacional sobre un Proyecto sobre Responsabilidad Penal Juvenil
dentro del marco de los derechos humanos y los acuerdos internacionales.

El Lic. José Eduardo Machain Consejero por la Legislatura. Consejo de los


Derechos de Niños, niño y adolescente, Ciudad Autónoma de Bs. As. en la
Jornada de análisis y debate- “Niños, niñas y adolescentes en conflicto con la
ley penal: una mirada operativa desde las ciencias sociales 4 de junio 2009 en
la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), se refirió a la temática “ Adolescentes
Infractores y Ley Penal” de la siguiente manera: “Las personas menores de
edad no pueden ser perseguidas, juzgados y castigados como los adultos, y un
Sistema de Responsabilidad Penal Juvenil se dirige, justamente, a hacer
efectiva esa diferenciación exigida por la ley y la CIDN.

Al adolescente jamás se le puede formular el mismo reproche que al adulto,


simplemente por razones de psicología evolutiva. Nunca un menor puede estar
en peores condiciones que un adulto, por ser menor, al haber cometido lo
mismo que un adulto. En todo caso, la cuestión pasaría por garantizar la
incorporación de los adolescentes infractores al Derecho Penal con todas sus
garantías, según el Derecho Procesal y Penal, en tanto último recurso y como
forma de eliminar la Tutela”.

La institucionalización indiscriminada no significa otra cosa que la


“prisionalización selectiva” de los adolescentes de sectores empobrecidos.”
Savola (2008) en el matutino Clarín describe la alternativa judicial: “El nuevo
sistema bonaerense desde 2008 ofrece opciones al encierro. El sistema
funciona a través de 21 centros de Referencia donde se llevan adelante
programas alternativos a la restricción de libertad, que a través de distintas
medidas socioeducativas -como las de seguimiento escolar o los tratamientos
contra las adicciones a las drogas-están orientados a chicos con faltas leves. Si
los jueces creen que es necesaria una restricción de libertad, pueden remitir a
los chicos a alguno de los 16 Centros de Contención que son casa de
alojamiento semis-abierto donde además de la escuela se mantiene una
ajustada rutina de actividades.”

3. La violencia en el ámbito educativo La mirada sobre estas instituciones y el


grupo social que conforma su matrícula, surge como consecuencia del
aumento de la demanda tanto de los padres como de los docentes, de dar
respuesta a problemáticas específicas, el aumento del consumo de drogas y de
las manifestaciones violentas protagonizadas a diario en las escuelas. La
escuela cumple la función reproductora de la cultura hegemónica, además
como disciplinaria para el trabajo y el orden establecido. Para la clase media la
educación es comprendida como capital cultural, medio válido para el logro de
la movilidad social. Se erige muchas veces como barrera de contención de la
delincuencia

Con el perfil orientador de la sociología práctica consideramos fundamental


definir el modelo de país y promover políticas públicas sobre infraestructura,
desarrollo sustentable, empleo, salud, educación, seguridad, etc.

• Aumentar el presupuesto para la Educación Pública porque la Escuela en su


rol educativo es capacitadora de los alumnos para el mundo del trabajo y
formadora de nuevos ciudadanos

• Mejorar la infraestructura de las escuelas en cuanto hace las CIMAT


condiciones materiales de trabajo de los docentes

• Capacitar a los docentes de acuerdo a las necesidades del contexto social de


trabajo

• Realizar campañas de alfabetización a nivel nacional

• Reducir el ausentismo y deserción escolar en todo el país


• Promover las Escuelas de Adolescentes y adultos, escuelas agrotécnicas y
Centros de Formación Laboral

• Activar los Centros de Estudiantes Secundarios

• Mejorar los sistemas de Tutorías en las Escuelas Medias Área comunitaria

• Establecer redes con los Municipios y ONGS para el trabajo con las
problemáticas comunitarias y familiares

• Articular con Universidades para proyectos que beneficien a la comunidad


argentina

• Promover el empleo joven

• Prevenir las adicciones y la delincuencia juvenil

Según el estudio «Autopercepcion de Factores Causales de la Delincuencia en


Adolescentes en Conflicto con la Ley penal en la República Dominicana»
elaborado por la procuraduría general de la República y la Universidad
Iberoamericana (UNIBE). El 63% de los jóvenes encuestados dijo que vivía con
sus madres al momento de cometer el delito y apenas un 29% vivía con sus
padres. Sólo una minoría de los 243 encuestados afirma que usaban lo robado
para satisfacer necesidades básicas o ayudar a sus padres y familiares a
cumplir con sus responsabilidades económicas ante sus familias.

La mejor manera de prevenir que los niños y los adolescentes caigan en la


delincuencia es, fomentar a través de diversas políticas de gobierno la
asistencia a la escuela, la vinculación con el deporte en cualquier de sus
vertientes, los orientadores y psicólogos de los centros educativos públicos y
privados que brinden terapia de apoyo a aquellos jóvenes que provienen de
lugares de riesgo para tratar justamente el impacto psicológico que esto
ocasiona.

A la vez es importante que desde los sectores de poder de la sociedad, desde


los medios de comunicación y en la escuela, se promueva un mensaje a favor
del trabajo, del estudio y del deporte y por supuesto la condena de cualquier
tipo de actividad que constituya un delito, para así de esta forma evitar que nos
siga arropando esta problemática qué está afectando a nuestro país

La delincuencia juvenil es el resultado de la combinación de diversos factores


de riesgo y respuesta social. Se presenta en toda sociedad, en donde los
antivalores de violencia, agresividad, competencia salvaje y consumo, se
imponen a los valores supremos de la sociedad, como la tolerancia, la
solidaridad y la justicia. Hay que agregar que la sociedad actual se caracteriza
por un debilitamiento de los sistemas tradicionales de apoyo para el desarrollo
de la niñez y de la adolescencia.

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