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TEMA 14

LAS SOCIEDADES DE
CAPITAL. ASPECTOS
I. INTRODUCCIÓN. BÁSICOS

1. Las sociedades de capital. Caracterización general. Clases y régimen legal.

Con la expresión sociedades de capital se hace referencia a tres clases de sociedades mercantiles que
responden todas ellas a una caracterización común frente a las denominadas sociedades personalistas o de
personas.

 Todas tienen su capital dividido en partes alícuotas que atribuyen a su titular la condición de socio y
que, según la clase de sociedad de que se trate, reciben una determinada denominación (acciones o
participaciones sociales), tienen o no la consideración legal de valores mobiliarios y están sometidas
a un diferente régimen de transmisibilidad.

 Todas son sociedades de responsabilidad limitada, en el sentido de que el socio se obliga a aportar el
importe de las partes alícuotas del capital social que le correspondan, pero sin asumir ninguna
responsabilidad personal por las deudas sociales. Los acreedores, por tanto, sólo pueden contar con
el patrimonio de la propia sociedad para la satisfacción de sus créditos.

 Se trata de sociedades mercantiles cualquiera que sea el objeto al que se dediquen.

Las tres clases de sociedades de capital son la Sociedad Anónima (incluida la Sociedad Anónima Europea), la
Sociedad de Responsabilidad limitada (incluida la sociedad nueva empresa) y la sociedad comanditaria por
acciones. LA regulación de las tres clases de sociedades se encuentra en el Texto refundido de la Ley de
Sociedades de Capital, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio (LSC). Sn embargo, el
régimen legal básico aplicable a las sociedades de capital no se contiene exclusivamente en la referida LSC,
sino que ha de ser completo con abundante legislación especial.

2. Sociedad anónima, sociedad de responsabilidad limitada y sociedad comanditaria por acciones:


concepto y particularidades tipológicas.

SOCIEDAD ANÓNIMA

Históricamente la Sociedad Anónima ha sido el modelo de sociedad de capital con mayor presencia en la
actividad económica. Hasta la promulgación de la LSC, la regulación de la SA se contenida en el Texto
refundido de la Ley de Sociedades Anónimas de 1989.

Tras la referida reforma de 1989, y como consecuencia de la exigencia de un capital mínimo para la
constitución de las sociedades anónimas, el grado de difusión práctica de este tipo social se ha visto
disminuido y la sociedad de responsabilidad limitada se ha convertido en el modelo más utilizado en el
tráfico.

La SA se presenta como el modelo de sociedad para atender a las exigencias organizativas y funcionales de
las grandes empresas y es la forma característica de las sociedades cotizadas o bursátiles.

En la sociedad anónima el capital, que estará dividido en acciones, se integrará por las aportaciones de todos
los socios, quienes no responderán personalmente de las deudas sociales (Art. 1.3 LSC). Como sociedad de
capital tiene las características anteriormente citadas. Además, la división del capital en partes alícuotas se

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materializa en las acciones, que son susceptibles de representación por medio de títulos o por medio de
anotaciones en cuenta, que en principio son libremente transmisibles y tienen la consideración legal de
valores inmobiliarios.

La consideración de las acciones como valores mobiliarios junto a la ausencia de responsabilidad de los
accionistas por las deudas sociales, la convierten en el tipo idóneo para operar a través de los mercados de
valores.

SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA.

La SL surge en la segunda mitad del siglo XIX como una forma social orientada a proporcionar a las empresas
de pequeña o mediana dimensión económica un modelo societario alternativo al de la SA.

Esta forma social no obtuvo carta de naturaleza en nuestro OJ hasta la promulgación de la Ley de 17 de julio
de 1953, posteriormente sustituida por la Ley de 23 de marzo de 1995, que se ha mantenido vigente hasta la
integración de su contenido en la LSC.

En la SL el capital, que estará divido en participaciones sociales, se integrará por las aportaciones de todos
los socios, quienes no responderán personalmente de las deudas sociales. Participa de las características
comunes a todas las sociedades de capital. Sin embargo, se ha de señalar que en su configuración legal se
advierte una mayor consideración de la figura del socio al existir algunos principios característicos de las
sociedades personalistas y permite situar a la SL en una cierta posición intermedia entre éstas y la sociedad
anónima. Reflejo de esto es la exigencia de que su capital este dividido en partes alícuotas, denominadas
participaciones sociales, que no tienen la condición de valores mobiliarios y que no podrán estar
representadas por medio de títulos o anotaciones en cuenta. Carecen así de la aptitud necesaria para ser
objeto de negociación en los mercados de valores.

La regulación de este tipo social se inspira en 3 postulados generales:

 El carácter mixto o híbrido de la SL. Esto es, el propósito de construir un modelo societario en el que
convivan con el equilibrio elementos característicos de las sociedades de capital y de las
personalistas.

 Su configuración como una sociedad esencialmente cerrada. Se manifiesta en la necesaria existencia


de un régimen restrictivo para la transmisión o circulación de las participaciones sociales.

 La flexibilidad de su régimen jurídico. La flexibilidad se evidencia en la configuración dispositiva de


sus normas reguladores. Implica la atribución de un protagonismo a la autonomía de la voluntad de
los socios.

La SL es la forma característica de las empresas de dimensiones económicas más reducidas y de aquellas que
no alcanzan el capital social mínimo exigido para la SA (60.000 euros).

Cualquier empresa puede decantarse tanto por la SA como por la SL sin que la opción por una o por otra
comporte diferencias organizativas o de funcionamiento particularmente significativas.

SOCIEDAD COMANDITARIA POR ACCIONES.

Regulada con anterioridad en el CCom, su régimen jurídico se halla ahora integrado en la LSC, cuyo artículo
3.2 establece que las sociedades comanditarias por acciones se regirán por las normas específicamente
aplicables a este tipo social y en lo que no esté en ellos previsto, por lo establecido en esta ley para las SA.

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Esta sociedad no se concibe legalmente como una clase de la sociedad comanditaria, perteneciente a la
categoría de las sociedades personalistas. El legislador la considera más bien como una SA especial que
solamente se distingue de la anónima ordinaria por el peculiar estatuto jurídico al que quedan sometidos sus
administradores.

Por ello, la LSC nos dice que en la sociedad comanditaria por acciones, el capital, que estará dividido en
acciones, se integrará por las aportaciones de todos los socios, uno de los cuales, al menos, responderá
personalmente de las deudas sociales como socio colectivo. Aun así, es erróneo considerar que ha dos clases
de socios, unos comanditarios y otros colectivos, ya que la exigencia legal de que alguno de los socios
responda como un socio colectivo se relaciona directamente con la peculiar configuración del régimen de
administración de la sociedad.

En el caso de los socios que accedan al órgano de administración y en atención a su designación como
administradores, se les atribuye la condición legal de socios colectivos, lo que se traduce en la asunción de
una responsabilidad personas e ilimitada por las deudas sociales, mientras ocupen el cargo. El resto de los
accionistas responden hasta el importe de la aportación realizada. Al mismo tiempo, los administradores de
este tipo societario disfrutan de unas facultades y poderes más extensos que los de una SA.

3. La sociedad anónima europea.

Aspectos sustanciales de la ordenación jurídica de las SA han sido objeto de armonización en los distintos
Estados de la UE. La existencia de legislaciones nacionales diferenciadas se ha erigido tradicionalmente en un
obstáculo a la actuación de las empresas en el mercado comunitario. Con el fin de evitar estos problemas, se
promulgo el Reglamento número 2157/2001, de 8 de octubre, por el que se aprueba el estatuto de la
sociedad anónima europea.

La Sociedad Anónima Europea (SE) se concibe legalmente como una genuina SA, con todos los caracteres
que definen a ésta, pero creada y regida por el propio Derecho comunitarios. La sociedad está obligada a
registrarse y domiciliarse en un Estado miembro, cuyo ordenamiento interno se declara de aplicación
supletoria en relación con aquellas materias que no estén reguladas en el Reglamento o en los estatutos de
la sociedad.

En definitiva, el régimen jurídico se integra tanto con normas de naturaleza comunitaria como con las
normativas nacionales de los distintos Estados. La SE sólo puede constituirse por empresas que no limiten su
actividad al territorio de un Estado miembro que operen en distintos mercados europeos.

4. La sociedad nueva empresa.

La ley 7/2003, de 1 de abril adiciono a la entonces vigente ley de Responsabilidad Limitada un nuevo capítulo
destinado a regular la denominada sociedad nueva empresa, contenida hoy en día en la LSC.

Se trata de una variante del tipo SL caracterizada por la introducción de particularidades en su régimen
jurídico relativas a la constitución de la sociedad y a su régimen de funcionamiento

 Constitución. Se mantienen las exigencias de escritura pública como forma de negocio constitutivo
y de la inscripción registral para la adquisición de la personalidad jurídica. Pero para abreviar el
proceso, la LSC prevé que los trámites necesarios para el otorgamiento e inscripción de la escritura
se puedan realizar a través de técnicas electrónicas.

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 Régimen de funcionamiento. Se amplían y liberalizan las formas de convocatoria de la junta general,
se prescinde de la exigencia de incluir en los estatutos el plazo de duración del cargo de
administrador y se suprime la exigencia de llevanza del libro-registro de socios.

Además, la Sociedad Nueva Empresa también ofrece muchas particularidades en cuanto a su régimen
constitutivo. Destacan, entre otras:

 Se exige que los socios sean personas físicas y se limita a cinco el número máximo de los fundadores.

 Se fija un capital máximo no superior a 120.000 euros y un capital mínimo no inferior a 3.000 euros
cuyo desembolso sólo podrá ser realizado mediante aportaciones dinerarias.

 Se impone un modo específico de formar la denominación social que inicialmente adopte la


sociedad.

Estas particularidades se complementan con ciertos beneficios de carácter fiscal durante los primeros años
de vida de estas sociedades.

II. ELEMENTOS BÁSICOS DE CARACTERIZACIÓN.

1. El capital social.

Todas las sociedades han de constituirse con una cifra de capital que puede ser fijada libremente por los
socios, respetando el mínimo exigido por la ley, y ha de recogerse en los estatutos.

El capital social, que representa la suma de los valores nominales de las acciones o participaciones sociales
en que está dividido, despliega un importante papel:

 La participación de los socios en el capital social resultará del nuero de acciones o participaciones
sociales poseídas y del valor nominal de ésta.

 El capital social también desempeña una importante función de garantía de los acreedores sociales.

El capital social no debe confundirse con el patrimonio. Mientras que el primero es una categoría jurídica
que alude a la suma de los valores nominales de las acciones o participaciones sociales en que se divide, el
segundo se refiere al conjunto de bienes, derechos y obligaciones de contenido económico que pertenecen
a la sociedad en cada momento. La cifra del capital tiene un carácter estable. El patrimonio oscila en función
de los resultados de la actividad social. Por ello, a medida que el valor del patrimonio rebase la cifra del
capital, la situación será más sólida, mientras que lo contrario implica que las perdidas han ido absorbiendo
los fondos aportados.

La Ley obliga a las sociedades de capital a tener un capital mínimo. Éste no puede ser inferior a 60.000€ en el
caso de la SA y de la Sociedad Comanditaria por Acciones. En la SL la regla no puede ser inferior a 3.000€,
con la excepción de las sociedades limitadas en régimen de formación sucesiva que pueden constituirse con
una cifra de capital inferior.

La exigencia de un capital mínimo elevado en las SA se presenta como un elemento de ordenación de los
diversos tipos sociales dentro del sistema general del Derecho de sociedades. Sin embargo, no es función del
capital mínimo garantizar la constitución de un patrimonio suficiente para el desarrollo del objeto social.

Sin embargo, existen numerosas Sociedades Anónimas especiales que quedan sometidas a la exigencia de
capitales mínimos notablemente superiores (bancos, sociedades de seguros, etc.). En estos casos, la

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elevación del capital mínimo sí que busca garantizar la existencia de una dotación patrimonial suficiente en
este tipo de sociedades.

2. Mercantilidad por razón de la forma. 3. Responsabilidad limitada de los socios. 5. Organización


corporativa.

4. La personalidad jurídica.

Las sociedades de capital dan nacimiento a una persona jurídica. La sociedad se constituye mediante
escritura pública, que deberá inscribirse en el RM y con esa inscripción adquirirá la personalidad jurídica que
corresponda al tipo social elegido. (La inscripción determina el nacimiento no de la sociedad, sino de una
verdadera SA, SL con personalidad jurídica que corresponda al tipo elegido.

La personificación jurídica de las sociedades de capital determina que tengan atribuida la consideración legal
de empresarios y quedan sometidas al conjunto de deberes y obligaciones que conforman el estatuto
jurídico de éste.

Un atributo inherente a la personalidad jurídica consiste en la necesidad de la sociedad de operar bajo su


propio nombre o denominación. La LSC exige que en la denominación figuren necesariamente en cada caso
las indicaciones “sociedad anónima” o su abreviatura “SA”, “sociedad de responsabilidad limitada”,
“sociedad limitada” o sus abreviaturas “SRL” o “SL” y “sociedad comanditaria por acciones” o su abreviatura
“S. Com. Por A.”, a la vez que prohíbe la adopción de una denominación idéntica a la de otra preexistente.

También las sociedades de capital tienen una nacionalidad y un domicilio que suelen ser diferentes de los de
sus socios. Son españolas y se regirán por la LSC todas las sociedades de capital que tengan su domicilio en
territorio español (Art. 8); además, tienen la obligación de fijar su domicilio en territorio español cuando
tengan en él su principal establecimiento o explotación. (El legislador quiere evitar la posible fijación del
domicilio en lugar desvinculado de la efectiva actividad jurídica o económica de la sociedad)

Las sociedades de capital pueden disponer igualmente de una página web corporativa a los efectos de
difundir determinada información societaria. Con carácter general se trata de una facultad, salvo en el caso
de las sociedades cotizadas, que legalmente están obligadas a disponer de una página web que ha de tener,
además, un contenido determinado.

III. LA SOCIEDAD UNIPERSONAL.

1. Concepto, función económica y clases.

Se denomina unipersonal a la sociedad que tiene un solo socio, bien porque desde su origen la titularidad de
todo el capital corresponde a una sola persona, bien porque teniendo varios socios una sola persona llega a
adquirir la participación de todos en el capital social.

Tradicionalmente la admisibilidad de las sociedades unipersonales fue discutida debido al obstáculo que
representaban, de un lado, la exigencia legal de que concurrieran al menos dos personas para constituir una
sociedad, y, de otro lado, la ausencia de un tratamiento normativo para la situación que se producía cuando
todo el capital de la sociedad era adquirido por una persona.

La adaptación de nuestro OJ a las disposiciones de la 12ª Directiva comunitaria puso fin a ese debate dando
carta de naturaleza a las sociedades de capital de un solo socio y dotándolas de regulación específica en la
LSC.

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Conforme al art 12 LSC se considera sociedad unipersonal la constituida por un único socio, sea persona
natural o jurídica, y también, la constituida por dos o más socios cuando todas las participaciones o acciones
hayan pasado a ser propiedad de un único socio. El dato identificador de la unipersonalidad es la
concentración de la titularidad de todas sus participaciones o acciones en una sola mano, siendo indiferente
que esa concentración se produzca en el momento fundacional (unipersonalidad originaria) o durante la vida
de la sociedad (unipersonalidad sobrevenida).

2. Particularidades de régimen jurídico.

La unipersonalidad no determina la existencia de un nuevo tipo de sociedad de capital, sino que comporta
ciertas particularidades de régimen jurídico para la sociedad en la que concursa esta situación. La sociedad
unipersonal no tiene un régimen legal propio y diferenciado del resto. Lo que sucede es que la disciplina
general (fundación, aportaciones, órganos etc.) no resultará aplicable en determinados extremos por razón
de la existencia de un solo socio.

Las particularidades son las siguientes:

1. Las sociedades unipersonales se hallan sometidas a un peculiar sistema de publicidad. Además del
requisito general de escritura pública que debe ser inscrito en el RM, el Articulo 13 LSC exige que:

a. Consten las situaciones de unipersonalidad sobrevenida, mediante la realización, en misma


forma y publicidad, de una declaración de que una sola persona ha devenido propietaria de
todas las participaciones sociales o acciones.

b. Tanto, en el caso de unipersonalidad originaria como en el de sobrevenida, se exprese en la


inscripción registral la identidad del socio único.

c. Se han constar en escritura pública inscrita, la perdida de la unipersonalidad o el cambio de


socio único.

d. Mientras subsista la situación de unipersonalidad, la sociedad deje constancia de esa


situación en toda su documentación.

2. La unipersonalidad comporta particularidades en el funcionamiento de los órganos sociales. En lo


que se refiere a la junta, se prevé que el socio único ejerza las competencias de la junta general a
través de las oportunas decisiones que habrán de consignarse en acta. La unipersonalidad comporta
la inaplicación de las reglas que sean incompatibles con esa situación (por ejemplo reglas de
convocatoria).

Por el contrario, no afecta a las exigencias legales relativas a la constancia en la escritura de


constitución y estatutos sociales del nombramiento de los primeros administradores y de la
estructura del órgano de administración.

3. El riesgo de los conflictos de interés por las relaciones contractuales entre la sociedad y su socio
único:

a. Como medida protectora del patrimonio social, se prevé que el socio único responderá
frente a la sociedad como consecuencia de los contratos que hubiera celebrado, durante un
plazo de dos años a contar desde la fecha de su celebración.

b. Con la finalidad de facilitar la prueba de estas relaciones contractuales, se exige que los
correspondientes contratos consten por escrito, que sean transcritos a un libro-registro de la

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sociedad y que en la memoria de las cuentas anuales se haga referencia a ellos con
indicación de su naturaleza y condiciones.

El incumplimiento de estas exigencias no afectara a la validez de los contratos, pero sí tendrá consecuencias
en caso de concurso del socio único, pus no serán oponibles a la masa aquellos contratos que no hayan sido
transcritos al libro-registro.

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