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May.4, 2016
Su fuente
Pablo nos dice que debemos esforzarnos “por preservar la unidad del Espíritu en el
vínculo de la paz” (Ef. 4:3). Eso lo tomo en el sentido de que el Espíritu Santo es el gran
dador de la unidad. “Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo
cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos o libres. A todos se nos dio a beber del mismo
Espíritu” (1 Co. 12:13).
Sus ideas
Pablo dice que los pastores y maestros han de equipar a los santos “hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios” (Ef. 4:13). En
otras palabras, la unidad que buscamos es unidad en la verdad. Por supuesto, la unidad
cristiana es más que la verdad compartida, pero no es menos que esto. Pablo amontona
las palabras para unidad en Filipenses 2:2, “hagan completo mi gozo, siendo del mismo
sentir, conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo
propósito” (véase también Filipenses 4:2). Todo para que sea “conforme a Cristo”. “Y
que el Dios de la paciencia […] les conceda tener el mismo sentir los unos para con los
otros conforme a Cristo Jesús” (Ro. 15:5).
Sus afectos
Sus objetivos
Las famosas declaraciones de Jesús en Juan 17 tienen sus raíces en la profunda unidad
espiritual entre el Padre y el Hijo, y con los que Dios ha escogido de entre el mundo (Jn.
17:6). “Para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que
también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste” (Jn.
17:21). Nota que el testimonio al mundo es que los discípulos están en el Padre y el
Hijo para que el mundo crea. Esto es mucho más —profundamente más— que estar
relacionado a través de una organización común.
La unidad que brilla con gloria para que el mundo vea es la unión con el Padre y el Hijo,
para que la gloria del Padre y el Hijo sea parte de nuestras vidas. “La gloria que Me
diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno” (Jn. 17:22). Esa
gloria se debe a esto: “Yo en ellos y tú [Padre] en mí” (Jn. 17:23). De esta unión con
Dios, y la gloria que da, brilla algo que el mundo puede ver, si Dios les da ojos para ver.
El objetivo de Dios con esta unidad verticalmente arraigada, esta unidad
horizontalmente enfocada, esta unidad que refleja la gloria de Dios, es que Él pueda
“reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos” (Jn. 11:52).
El objetivo final de dicha unidad de los cristianos es la gloria de Dios. De ahí que Pablo
ora, “Y que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda tener el mismo sentir los
unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para que unánimes, a una voz,
glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, acéptense los unos a
los otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios” (Ro. 15:5-7).
“Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu”
(Ef. 5:18). Busca ser guiado por el Espíritu y producir los frutos del Espíritu (Gá.
5:18, 22-23) pues estos son los engranajes de las ruedas de amor. Si eres un extraño al
Espíritu Santo, te preocupará poco la unidad que Él construye.
Trata de alcanzar “la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios” (Ef.
4:13). Crecer “en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2
Pedro 3:18). Compartir, por todos los medios que puedas, lo que ves de Cristo. “Que la
palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y
amonestándose unos a otros” (Col. 3:16).
Cultiva el afecto hacia aquellos más allá de tus fronteras teológicas que son
verdaderamente tus hermanos y hermanas en Cristo. Odia errores graves, no hermanos
sinceros. Los seres humanos nunca han sido buenos en esto. Y el ambiente filosófico y
emocional de hoy lo hace que sea aún más difícil, ya que las declaraciones de verdad
solo se ven como un pretexto para lograr tener el control. Pero considera lo que dice
Spurgeon y trata de llegar a ser como él. Observa la intensidad de odio y amor:
Donde está el Espíritu de Dios ahí debe haber amor, y si alguna vez he conocido y
reconocido a algún hombre como mi hermano en Cristo Jesús, el amor de Cristo me
constriñe a no pensar en él como un extraño o un extranjero, sino como un
conciudadano de los santos. Ahora, yo aborrezco la fuerte adherencia a las prácticas de
la ‘Iglesia Alta’, de la manera que mi alma odia a Satanás; pero me encanta leer a
George Herbert, aunque George Herbert era un denodado miembro de la ‘Iglesia Alta’.
Yo aborrezco su fuerte adherencia a las prácticas de esa iglesia, pero amo a George
Herbert muy profundamente, y guardo un cálido rincón en mi corazón para cada ser que
sea como él. Si me encontrara a algún hombre que ame a mi Señor Jesucristo como
George Herbert lo amó, entonces no me preguntaría si he de amarlo o no; las preguntas
no cabrían, pues no podría evitarlo; a menos que pudiera dejar de amar a Jesucristo, no
podría dejar de amar a aquellos que lo aman. (Sermones del Púlpito del Tabernáculo
Metropolitano, vol. XII, 6)
Es en medio de una diferencia que tenemos nuestra oportunidad dorada. Cuando todo va
bien y todos estamos de pie en torno a un pequeño círculo, no hay mucho para que el
mundo vea. Pero cuando llegamos al lugar donde hay una diferencia real, y exhibimos
un compromiso inquebrantable con la verdad, pero al mismo tiempo un amor
observable, entonces hay algo que el mundo puede ver, algo que pueden utilizar para
juzgar que estos realmente son cristianos, y que Jesús ciertamente ha sido enviado por el
Padre. (Obras completas, vol. 4, 201, énfasis añadido)
La ambigüedad y la esperanza
Cuando todo está dicho y hecho, las ambigüedades permanecen. ¿Qué tipo de límites
deben definir iglesias, escuelas, denominaciones, conferencias, ministerios
paraeclesiásticos, reuniones de oración a nivel de la ciudad, esfuerzos evangelísticos
locales? Sin embargo no estamos a la deriva. No estamos sin timón y sin velas.
Tenemos las estrellas del cielo y nuestro sextante de confianza. En dependencia de la
Palabra y el Espíritu, en humildad, llegaremos a casa… juntos.
Publicado originalmente para Desiring God. Traducido por Kevin Lara.
http://alianjesus.cubava.cu/2016/05/04/que-es-la-unidad-cristiana/