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JORNADA DIOCESANA DE LA JUVENTUD
09 de diciembre de 2023
Apastepeque
Han pasado ya casi treinta y tres años de aquella primera Jornada Diocesana, sin embar-
go; el ardor y el compromiso de “encender el mundo con amor” aun sigue vivo. Por diversas
circunstancias a lo largo de la historia hubieron algunos años en los cuales no se celebro,
el mas reciente debido a la Pandemia de la COVID19 que hiso imposible la realización
de nuestro encuentro diocesano. Desde el año pasado hemos retomado esta tarea. Ahora
celebraremos la XXXI JDJ en la Ciudad de Apastepeque, que ya esta lista para recibir to-
das las delegaciones jóvenes de la diócesis.
El Papa Francisco nos convocó a celebrar la JMJ 2023, bajo la figura de la virgen
que va deprisa hacia la casa de Zacarías. La prontitud de María en el servicio nos
inspiró. Ahora, nosotros fijamos la mirada en la respuesta de Isabel, esta Santa
mujer llama a María “ bienaventurada” es decir dichosa, pero la causa de su biena-
venturanza es la respuesta dócil y fiel a lo que el mensajero de Dios le ha comu-
nicado.
Que esta JDJ, sea para todos una experiencia para adherirnos a la fe que cree-
mos y como jóvenes demos testimonio de lo que profesamos.
Llego el momento de emprender
el camino que nos lleva a la felicidad
llegó el momento de vivir la experiencia
que nos lleva a Jesús.
Pre coro
Y tu ama y confía como, lo hizo María (bis)
Coro :
Dichosa tu que haz creído
tu dichosa eres
madre llena de gracia,
madre de amor,
madre de fe y madre de Dios.
Dichosa tu que haz Creído
fuiste tú la elegida
del fruto en tu vientre
por la gracia de Dios.
Prepara una vela encendida y pásala a todos los del grupo reunidos en circulo.
Cada uno al tomar la luz debe decir una • Ahuyenta las sombras
cualidad de la luz, algunos ejemplos: • Quita los miedos
• Da calor • Da energía
• Ilumina
• Etc.
• Rompe las tinieblas
Vivimos en una etapa de grandes cambios, nuevas tecnologías, nuevas comu-
nicaciones, nuevas perspectivas de futuro… todo va cambiando más rápido que
nunca. Y en medio estamos nosotros, ¿y Dios también no? Muchas veces, la rapi-
dez de nuestro día a día hace que no le demos a Dios el gran papel que tiene en
nuestra vida. Simplemente, no caemos en ello. Pero llegado el momento en el que
paras de todo ese jaleo te das cuenta de que sí, que lo necesitas, que es imprescin-
dible en tu vida para crecer, para amar…para VIVIR.
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El «Sí» de María en la Anunciación es un «Sí» generoso y total que no sabe de ta-
cañerías, limitaciones y condiciones… María estuvo siempre de parte de Dios, al servi-
cio de su acción en el mundo. Ella es modelo de disponibilidad absoluta al amor de
Dios y a lo que Él nos pide para la construcción del Reino en nuestra sociedad.
Por tal motivo, María camina con el joven que dice “si” a Jesús en el momento
que él tiene un encuentro personal con Cristo, porque es El mismo, Jesús, quien llama
y pide que lo sigamos. Esa llamada es cautivante, transformadora y renovadora, para el
joven de fe es irresistible decir no al llamamiento que Jesús hace. Para el joven es muy
difícil estar quieto, el joven se caracteriza por su energía, entusiasmo y compromiso,
pero en el entorno que nos rodea es necesario salir y ser firme con la entrega y el Si”
que un día de dijimos a Jesús, el Papa Francisco nos dice “Dejen de balconear la fe,
dejen de ver los toros desde el balcón”, y otra de las frases conocidas y que ha calada
en el oído del joven, “Sean callejeros de la fe”, es decir, que ya basta de ver las cosas
como que si no nos importara, como si no fuera con nosotros, es hora de que el joven
de una manera guiada tome el protagonismo que se merece en una iglesia que pide a
grito aires de renovación y de mayor acercamiento con la humanidad, la iglesia del
Emmanuel (Dios con nosotros).
Para reflexionar
¿Qué te conmovió más en este texto?
¿María es una influencer para ti?
Cada joven dibuja en un trozo de papel su mano. En cada dedo , comenzando
desde el mas pequeño, colocara a que se compromete en acciones especificas para
ayudar a los demás esta semana y hacer la voluntad de Dios
Objetivo: Mostrar la fe de María como un ejemplo a se-
guir en los momentos de dificultad en nuestra juventud.
Érase una vez un mendigo caminando, alforja al hombro, llena de las limosnas del
día, quizás maldiciendo su suerte, que oyó tras de sí el galopar de unos caballos.
Tras los caballos iba una carroza digna de un rey, su aspecto deslumbraba, hasta
parecía mágica, de fantasía. Al pasar junto a él la carroza se detuvo, y alguien se
asomó a la puerta, efectivamente era un rey. Por unos segundos el mendigo soñó
con un plato lleno de comida, con un traje nuevo, incluso con una ducha caliente
para aquella noche.
El mendigo dijo al rey: Señor, ¿qué podéis darme para sacarme de esta pobreza
que amarga mi existencia? El Rey extendió su mano vacía hacia el mendigo y le
dijo: Soy yo quien necesito que tú me des una limosna. El mendigo se enfadó con
el rey y con su propia mala suerte. Pero ante la insistencia del rey, o quizás por
miedo a un castigo mayor, el mendigo metió la mano en su alforja, y sacó cinco
granos de trigo. Muchas gracias, mendigo, gracias por tu limosna -, le dijo el Rey,
quien cerró la puerta y los caballos de nuevo cabalgaron.
El mendigo se sintió burlado por su Rey, ... pero llegada la noche, vació su alforja
para contar sus limosnas y encontró cinco granos de oro. En su pensar de dónde
salieron, se acordó enseguida de los cinco granos que dio al Rey. - Yo le di unos
granos de trigo y él los convirtió en granos de oro. ¿Por qué no le di todos los gra-
nos de trigo?, ahora tendría mi alforja llena de oro!!!
Toda nuestra vida, cuando es realmente cristiana, está orientada hacia el amor;
solo el amor hace grande y fecunda nuestra existencia y de ese modo ganamos
la salvación. Y ese amor debe de concretizarse en dos direcciones: una que es
horizontal y la segunda que es vertical; la primera nos lleva amar a los hom-
bres y la segunda nos lleva amar a Dios.
Para reflexionar:
• ¿Llevo a Cristo a los demás?
• De qué manera sirvo a los demás?
• Como joven, ¿busco la unidad entre
cristianos?
Proporcionar a cada integrante una pagina de color o una hoja en blanco y
dibujar una flor, si hay colores pintarla.
Al tener cada uno su flor, delante de una imagen de la Santísima Virgen, ha-
cer una petición espontanea (por los niños, los enfermos, la familia, etc.) y
depositar la flor a los pies d ela imagen. Se puede terminar con un ave Ma-
ría y un canto.
No tengas miedo a llorar, recuerda que Jesús ha sufrido y también nuestra madre,
pero al ser fieles a Dios, han encontrado el consuelo y la gloria eterna. Seca tus
lagrimas y mira a Jesús que nos acompaña en este caminar. Terminemos este en-
cuentro pidiendo a la madre de Dios que nos auxilie y nos haga confiar en Dios
en los momentos de sufrimiento:
Delante de un crucifijo, recemos
juntos un padre nuestro y un ave
María, pidiendo al Señor que sea-
mos fieles en las alegrías y triste-
zas de nuestras vidas.
EL ALPINISTA DE LA FRONTERA
Cuentan por allí, que un alpinista de la frontera, ambicioso y desesperado, desde siempre,
por conquistar escalar una gran montaña, se lanzó a realizar su cometido. Pero siempre cre-
yó en obtener la gloria de manera muy personal, por sí solo; así que optó por escalar la peli-
grosa montaña sin compañeros de aventura. Así inició su travesía, luego de varios años de
preparación física y mental.
Comenzó a escalar a media mañana y sin darse cuenta se fue haciendo tarde, el frío se acre-
centaba aún más, luego llegó el anochecer y en vez de acampar, como hubiera hecho cual-
quier experto, no ávido, decidió seguir subiendo y subiendo; entretanto la oscuridad se vol-
vió total, pero no importaba, su única meta era la cima, y continuó escalando..
En lo profundo de la noche, ya sin luna, a gran altura, entre él, la montaña y las pesadas nu-
bes que tocaban su cuerpo, la visibilidad era inexistente. Entre subiendo por un acantilado,
a casi 100mts. De la cima, imprevistamente, resbaló con un charco de hielo y se desplomó
por los aires, como un objeto arrojado al vacío, vertiginosamente y a gran velocidad; solo se
cruzaban a su paso oscuras manchas que veía, como una película, entre la oscuridad; sin
poder aferrarse a nada era succionado aceleradamente por la gravedad. Seguía cayendo, re-
signado y espantado, y en ese momento interminable, mortal, en su mente se despertaron
las imágenes de su pasado: la infancia, la adolescencia, su adultez, su familia, sus gratos
momentos, todo lo vivido; creyendo al fin que era su hora, que ya moría…de repente
un violento tirón, que casi lo parte en dos; sí, como cualquier alpinista hubiera hecho,
había clavado en la pared montañosa las estacas de seguridad con candados agarrados a
una larguísima soga que amarraba su cintura.
Cuentan que cuando el equipo de rescate llegó al lugar, hallaron colgado a un experto
alpinista, congelado, agarrado con fuerza de una soga, y ya muerto…A SOLO DOS
METROS DEL SUELO.
El Papa Francisco nos recuerda: “Todos estamos llamados a esta nueva “salida” mi-
sionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide,
pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a
llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”, “María es nuestra Señora
de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás sin demora. Esta diná-
mica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella
un modelo eclesial para la evangelización” .