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Comisión Diocesana de Pastoral

Juvenil
JORNADA DIOCESANA DE LA JUVENTUD
09 de diciembre de 2023
Apastepeque

Comisión diocesana de Pastoral Juvenil

Catequesis elaboradas por:


Pbro. Jacinto Ezequiel Novoa
Pbro. René Oswaldo Quiroz Leiva
Seminarista Emigdio Salvador Rivas

Diseño: Pbro. René Oswaldo Quiroz Leiva


Edición: Comisión diocesana de Pastoral Juvenil
Las Jornadas Diocesanas de la Juventud, en nuestras diócesis fueron una iniciativa de un
grupo de seminaristas mayores que comenzaron a plantearse la manera de acercarse y
avivar a la juventud de nuestro territorio. Con la convocatoria de San Juan Pablo II a un
encuentro mundial, en 1990, nace la iniciativa de realizar un encuentro diocesano, el cual
fue convocado por nuestro obispo, de grato recuerdo, Mons. José Óscar Barahona Casti-
llo. Se realizó en la Plazuela de la Basílica Nuestra Señora del Pilar, bajo el lema “Joven: tu
eres la esperanza de la Iglesia”.

Han pasado ya casi treinta y tres años de aquella primera Jornada Diocesana, sin embar-
go; el ardor y el compromiso de “encender el mundo con amor” aun sigue vivo. Por diversas
circunstancias a lo largo de la historia hubieron algunos años en los cuales no se celebro,
el mas reciente debido a la Pandemia de la COVID19 que hiso imposible la realización
de nuestro encuentro diocesano. Desde el año pasado hemos retomado esta tarea. Ahora
celebraremos la XXXI JDJ en la Ciudad de Apastepeque, que ya esta lista para recibir to-
das las delegaciones jóvenes de la diócesis.

Estas catequesis desean ser un subsidio para poder ir preparando


nuestro encuentro diocesano. La figura de la Virgen María nos
ayuden a discernir y meditar nuestro compromiso como jóvenes
en un mundo que necesita de Dios. Ojala, que dentro de tu gru-
po juvenil puedan meditar y asimilar las diversas temáticas para
realizar en el actuar de la vida lo que aprendamos.

Encomendamos a María, nuestra madre, auxiliadora del pueblo


cristiano la tarea de llevar a los jóvenes al encuentro de Jesús y
nuestros muchos esfuerzos por darlo a conocer.

Pbro. René Quiroz


Asesor diocesano de Pastoral Juvenil
El logo de la XXXI Jornada Diocesana de la
Juventud esta compuesto por varios símbo-
los que nos recuerdan nuestra misión y co-
metido:
1. La Cruz: Sobresale en todo el logo la
cruz latinoamericana de Pastoral Juvenil, sím-
bolo de la Redención obrada por Cristo y
compromiso de seguimiento para todo cris-
tiano.
2. Silueta de María: Dentro de la cruz se
vislumbra la silueta de nuestra Señora, como
modelo de discípula y de juventud entregada
al servicio de Dios.
3. Camándula: Nos recuerda la oración ma-
riana por excelencia, que nos hace contem-
plar la vida del Señor.
4. JDJ: Siglas de Jornada Diocesana de la Ju-
ventud que nos recuerda nuestro encuentro y
el nombre de la ciudad y año a realizarse.
5. Colores: La paleta de colores utilizada da vita-
lidad, recordando el encuentro que se espera sea
juvenil, alegre y dinámico.
El lema escogido para esta JDJ esta tomado del evangelio de San Lucas 1,45 :
“Dichosa tu que has creído”.

El Papa Francisco nos convocó a celebrar la JMJ 2023, bajo la figura de la virgen
que va deprisa hacia la casa de Zacarías. La prontitud de María en el servicio nos
inspiró. Ahora, nosotros fijamos la mirada en la respuesta de Isabel, esta Santa
mujer llama a María “ bienaventurada” es decir dichosa, pero la causa de su biena-
venturanza es la respuesta dócil y fiel a lo que el mensajero de Dios le ha comu-
nicado.

Que esta JDJ, sea para todos una experiencia para adherirnos a la fe que cree-
mos y como jóvenes demos testimonio de lo que profesamos.
Llego el momento de emprender
el camino que nos lleva a la felicidad
llegó el momento de vivir la experiencia
que nos lleva a Jesús.

Y junto a María quiero ser


portador del Evangelio del Reino de Dios
ella solo dijo si aceptando la misión
Que Dios le concedió .

Pre coro
Y tu ama y confía como, lo hizo María (bis)

Coro :
Dichosa tu que haz creído
tu dichosa eres
madre llena de gracia,
madre de amor,
madre de fe y madre de Dios.
Dichosa tu que haz Creído
fuiste tú la elegida
del fruto en tu vientre
por la gracia de Dios.

He aquí la sierva del Señor.


María respondió con mucho amor.
El Espíritu de Dios descendió sobre ella,
y llena de Gracia ella quedó

Mi alma glorifica al Señor,


y mi espíritu se goza en mi Salvador.
Grandes cosas ha hecho en mi.
por eso me llamarán bienaventurada.

* Letra y música por Ministerio Kerygma, Parroquia El Calvario, Ilobasco


Objetivo: Descubrir en la Santísima Virgen María un modelo
para la juventud y un prototipo en el seguimiento de Cristo.

Compartir nuestra luz


Un famosos maestro de Oriente, contó a sus discípulos la siguiente histo-
ria: “Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura
caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de ellos
logró encender una pequeña antorcha. Pero la luz que daba era tan escasa
que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le ocurrió
que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás prendieran su
propia antorcha y así, compartiendo la llama con todos, la caverna se ilu-
minó.”
Uno de los discípulos pregunto al maestro: “¿Qué nos enseña, maestro,
este relato?” Y el maestro contestó: “Nos enseña que nuestra luz sigue
siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también nos di-
ce que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que, por el contrario,
la hace crecer.”

Prepara una vela encendida y pásala a todos los del grupo reunidos en circulo.
Cada uno al tomar la luz debe decir una • Ahuyenta las sombras
cualidad de la luz, algunos ejemplos: • Quita los miedos
• Da calor • Da energía
• Ilumina
• Etc.
• Rompe las tinieblas
Vivimos en una etapa de grandes cambios, nuevas tecnologías, nuevas comu-
nicaciones, nuevas perspectivas de futuro… todo va cambiando más rápido que
nunca. Y en medio estamos nosotros, ¿y Dios también no? Muchas veces, la rapi-
dez de nuestro día a día hace que no le demos a Dios el gran papel que tiene en
nuestra vida. Simplemente, no caemos en ello. Pero llegado el momento en el que
paras de todo ese jaleo te das cuenta de que sí, que lo necesitas, que es imprescin-
dible en tu vida para crecer, para amar…para VIVIR.

Entonces, ¿cómo compaginar una vida tremendamente dinámica con un


acercamiento adecuado a Dios? Tenemos muchos, muchísimos ejemplos de san-
tos, personas como tú y como yo, que supieron dar respuesta a esta pregunta. Pero
hubo alguien por encima de todos ellos, que supo darnos las claves más importan-
tes para ello de la forma más clara posible: MARÍA. Imagínate. Una joven, como
tú, que hace dos mil años se iba a casar, seguro que, con miles de planes para la
boda, la vida que le esperaría…y de repente, el Señor se manifiesta. Debía de ser
ella, la más dichosa de entre las mujeres de la Tierra, en llevar consigo al Salvador
y Redentor del Mundo. Pero imagínate también el miedo que pasaría cuando el án-
gel Gabriel le habló directamente (“No temas, María, porque has encontrado la
gracia ante Dios”). Ella lo comprendió todo enseguida. Su respuesta fue clara: “He
aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”

Escribe 5 formas en las que puedes compartir tu luz:


1.
2.

3.

4.

5.
El «Sí» de María en la Anunciación es un «Sí» generoso y total que no sabe de ta-
cañerías, limitaciones y condiciones… María estuvo siempre de parte de Dios, al servi-
cio de su acción en el mundo. Ella es modelo de disponibilidad absoluta al amor de
Dios y a lo que Él nos pide para la construcción del Reino en nuestra sociedad.

Por tal motivo, María camina con el joven que dice “si” a Jesús en el momento
que él tiene un encuentro personal con Cristo, porque es El mismo, Jesús, quien llama
y pide que lo sigamos. Esa llamada es cautivante, transformadora y renovadora, para el
joven de fe es irresistible decir no al llamamiento que Jesús hace. Para el joven es muy
difícil estar quieto, el joven se caracteriza por su energía, entusiasmo y compromiso,
pero en el entorno que nos rodea es necesario salir y ser firme con la entrega y el Si”
que un día de dijimos a Jesús, el Papa Francisco nos dice “Dejen de balconear la fe,
dejen de ver los toros desde el balcón”, y otra de las frases conocidas y que ha calada
en el oído del joven, “Sean callejeros de la fe”, es decir, que ya basta de ver las cosas
como que si no nos importara, como si no fuera con nosotros, es hora de que el joven
de una manera guiada tome el protagonismo que se merece en una iglesia que pide a
grito aires de renovación y de mayor acercamiento con la humanidad, la iglesia del
Emmanuel (Dios con nosotros).

Para reflexionar
¿Qué te conmovió más en este texto?
¿María es una influencer para ti?
Cada joven dibuja en un trozo de papel su mano. En cada dedo , comenzando
desde el mas pequeño, colocara a que se compromete en acciones especificas para
ayudar a los demás esta semana y hacer la voluntad de Dios
Objetivo: Mostrar la fe de María como un ejemplo a se-
guir en los momentos de dificultad en nuestra juventud.

Los granos de trigo

Érase una vez un mendigo caminando, alforja al hombro, llena de las limosnas del
día, quizás maldiciendo su suerte, que oyó tras de sí el galopar de unos caballos.
Tras los caballos iba una carroza digna de un rey, su aspecto deslumbraba, hasta
parecía mágica, de fantasía. Al pasar junto a él la carroza se detuvo, y alguien se
asomó a la puerta, efectivamente era un rey. Por unos segundos el mendigo soñó
con un plato lleno de comida, con un traje nuevo, incluso con una ducha caliente
para aquella noche.
El mendigo dijo al rey: Señor, ¿qué podéis darme para sacarme de esta pobreza
que amarga mi existencia? El Rey extendió su mano vacía hacia el mendigo y le
dijo: Soy yo quien necesito que tú me des una limosna. El mendigo se enfadó con
el rey y con su propia mala suerte. Pero ante la insistencia del rey, o quizás por
miedo a un castigo mayor, el mendigo metió la mano en su alforja, y sacó cinco
granos de trigo. Muchas gracias, mendigo, gracias por tu limosna -, le dijo el Rey,
quien cerró la puerta y los caballos de nuevo cabalgaron.
El mendigo se sintió burlado por su Rey, ... pero llegada la noche, vació su alforja
para contar sus limosnas y encontró cinco granos de oro. En su pensar de dónde
salieron, se acordó enseguida de los cinco granos que dio al Rey. - Yo le di unos
granos de trigo y él los convirtió en granos de oro. ¿Por qué no le di todos los gra-
nos de trigo?, ahora tendría mi alforja llena de oro!!!
Toda nuestra vida, cuando es realmente cristiana, está orientada hacia el amor;
solo el amor hace grande y fecunda nuestra existencia y de ese modo ganamos
la salvación. Y ese amor debe de concretizarse en dos direcciones: una que es
horizontal y la segunda que es vertical; la primera nos lleva amar a los hom-
bres y la segunda nos lleva amar a Dios.

En nuestro camino de discípulos del Maestro -en el hoy de la Iglesia- estamos


llamados hoy más que nunca a ser jóvenes que somos portadores del amor de
Dios. Y este amor cobra sentido desde la fe; donde tiene una gran importan-
cia el servir a los demás, y servir significa que hemos de renunciar a nosotros
mismos, donde debe de haber una entrega total de mí persona hacia los de-
más. Y Dios nos da el modelo perfecto de como tenemos que hacerlo: la San-
tísima Virgen María. Lc. 1, 39-45.

Y es que ella, al proclamarse la “esclava del Señor” en la anunciación (Cfr. Lc.


1, 26ss) le entrega toda su vida para cumplir la tarea que Dios le encomienda.
Es así como, María, cambia sus planes por los planes de Dios porque es una
mujer de fe, porque ella esperaba la venida gloriosa del Mesías y primero lo
acepto y lo amo en su corazón y en segundo momento lo recibió en su vien-
tre.

Lo mismo hizo con su prima, a pesar de la distancia emprendió el camino ha-


cia Judea y se quedó tres meses con ella. Y es que María, ha comprendido el
mensaje de Dios, o ha hecho vida en su corazón; su fe es tan grande que le
permite salir de sus cosas y proyectos personales y va en busca de quién lo ne-
cesita, porque sabe que en el Reino de Dios los primeros son aquellos que se
convierten en servidores.
El Evangelio nos sigue diciendo: “el niño
salta de alegría en el vientre de su madre;
Isabel se llena del Espíritu Santo”. El
Evangelio nos presenta una íntima y pro-
funda unión entre la Madre y el Hijo, esa
unión ha comenzado en la anunciación y
dura por la eternidad. De ese modo, maría
nunca actúa sola, sino siempre en esta
perfecta unión de Madre e Hijo. De ahí,
que encontramos el viejo adagio: donde
esta María, ahí está Jesús; podríamos decir
que es el valor inconmensurable del miste-
rio de infinita fecundidad de Madre.

Para reflexionar:
• ¿Llevo a Cristo a los demás?
• De qué manera sirvo a los demás?
• Como joven, ¿busco la unidad entre
cristianos?
Proporcionar a cada integrante una pagina de color o una hoja en blanco y
dibujar una flor, si hay colores pintarla.

Al tener cada uno su flor, delante de una imagen de la Santísima Virgen, ha-
cer una petición espontanea (por los niños, los enfermos, la familia, etc.) y
depositar la flor a los pies d ela imagen. Se puede terminar con un ave Ma-
ría y un canto.

Cada uno se compromete a orar durante la semana por la intensión que


coloco delante de la imagen de Nuestra Señora.
Objetivo: Mostrar la vida de María como una vida nor-
mal, viviendo en la intimidad de Nazaret hasta la entrega
suprema a la hora de la cruz.

Un nuevo letrero para el joven ciego


Un jovencito ciego acostumbraba pedir limosnas a la entrada de un centro comercial. Todos
los días se le podía ver ahí, con un pequeño sombreo que le servía para recibir las monedas, y
un cartel que decía: “Soy ciego. Por favor, regálame una limosna”. Así pasaban los días, hasta
que ocurrió un hecho interesante.
Resulta que un hombre se le acercó y, después de echarle unas monedas, agarró el letrero y
escribió unas palabras en la parte de atrás. Luego lo colocó de modo que la gente leyera el
nuevo mensaje. Al poco rato el sombrero comenzó a llenarse de monedas con rapidez
inusual.
Al final de la tarde el hombre que había escrito el nuevo mensaje regresó para ver qué tal iban
las cosas. Entonces el joven ciego aprovechó para preguntarle.
—¿Qué hizo usted para que la gente me diera más dinero?
—Solamente cambié el letrero que usas para pedir ayuda.
—¿Y qué escribió?
—Escribí: “Este es un hermoso día, pero yo no puedo verlo”.
Ambos letreros pedían ayuda, pero el segundo tenía una pequeña y a la vez gran diferencia. Le
recordaba a todos que tenían la bendición de poder ver y que debían sentirse agradecidos por
ello.
La joven, María, desde muy corta edad sintió en su interior el llamado de Dios hacer su vo-
luntad, pero, te has preguntado alguna vez ¿qué sintió María después del anuncio del ángel?
¿Cómo lo comunico a sus padres? ¿Cómo se lo dijo a san José? Son respuestas que no en-
contramos en el evangelio, sin embargo, ella confiaba plenamente en Dios y que el resolve-
ría todo lo que viniera sobre su vida.

La fe de María es una fe firme en el momento de la prueba, tal como después lo dirá el


apóstol san Pedro: “porque la fe de ustedes es como el
oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego.
La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro,
el cual se puede destruir. De manera que la fe de uste-
des, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y
honor cuando Jesucristo aparezca” (1 Pe 1,7). ¿Qué ha-
brá pasado por la cabeza de la virgen al momento del
nacimiento de su hijo en Belén? ¿Dónde estaba la luz
de la anunciación cuando le dijeron que su hijo seria
Hijo del Altísimo? Es más, cuando tenía que huir a
Egipto, cuando su hijo corría peligro de muerte, cuan-
do Simeón le advirtió de la espada que traspasaría su
alma, estos y tantos momentos dolorosos, fueron la
prueba que aquilataba la fe de la madre.

Preguntas para reflexionar


¿Me he sentido solo y abandonado?
¿A quién acuso en mis momentos de soledad?
Por eso querido joven, cuando pasamos por la prueba, por los tormentos y do-
lores cuando creemos que Dios no esta ahí, debemos ver a la madre de Jesús,
ella que ha podido creer en medio de la prueba puede devolvernos la esperanza
e iluminar nuestra vida sumida en la debilidad y la prueba.

Finalmente, vemos a la madre en al pie de la cruz, firme y segura, su alma tras-


pasada, pero de pie, haciendo la voluntad de aquel que en Nazareth había pro-
metido que ese Hijo seria grande y ocuparía el trono de David su padre. No de-
bemos tener miedo al dolor, al sufrimiento y al llanto, recordemos lo que el Pa-
pa Francisco nos dijo en Lisboa: “Todos en la vida hemos llorado, y lloramos todavía.
Y ahí está Jesús con nosotros. Él llora con nosotros, porque nos acompaña en la obscuridad
que nos lleva adentro. Vamos a hacer un poquito de silencio y cada uno le diga a Jesús porque
llora en la vida. Cada uno de nosotros se lo dice ahora. En silencio.”

No tengas miedo a llorar, recuerda que Jesús ha sufrido y también nuestra madre,
pero al ser fieles a Dios, han encontrado el consuelo y la gloria eterna. Seca tus
lagrimas y mira a Jesús que nos acompaña en este caminar. Terminemos este en-
cuentro pidiendo a la madre de Dios que nos auxilie y nos haga confiar en Dios
en los momentos de sufrimiento:
Delante de un crucifijo, recemos
juntos un padre nuestro y un ave
María, pidiendo al Señor que sea-
mos fieles en las alegrías y triste-
zas de nuestras vidas.

Como expresión de cercanía y


apoyo, terminamos con un abra-
zo y saludo de paz al hermano
que esta junto a mi, para que se-
pa que no esta solo en las prue-
bas de la vida que se le presentan
como joven.

Haz el propósito de ofrecer esta semana los sufrimientos, angustias y


problemas que puedas tener.
Objetivo: Presentar la vida de María como la respuesta de
Dios a su fidelidad, que la llevo a creer y a no dudar de las
promesas.

EL ALPINISTA DE LA FRONTERA

Cuentan por allí, que un alpinista de la frontera, ambicioso y desesperado, desde siempre,
por conquistar escalar una gran montaña, se lanzó a realizar su cometido. Pero siempre cre-
yó en obtener la gloria de manera muy personal, por sí solo; así que optó por escalar la peli-
grosa montaña sin compañeros de aventura. Así inició su travesía, luego de varios años de
preparación física y mental.
Comenzó a escalar a media mañana y sin darse cuenta se fue haciendo tarde, el frío se acre-
centaba aún más, luego llegó el anochecer y en vez de acampar, como hubiera hecho cual-
quier experto, no ávido, decidió seguir subiendo y subiendo; entretanto la oscuridad se vol-
vió total, pero no importaba, su única meta era la cima, y continuó escalando..

En lo profundo de la noche, ya sin luna, a gran altura, entre él, la montaña y las pesadas nu-
bes que tocaban su cuerpo, la visibilidad era inexistente. Entre subiendo por un acantilado,
a casi 100mts. De la cima, imprevistamente, resbaló con un charco de hielo y se desplomó
por los aires, como un objeto arrojado al vacío, vertiginosamente y a gran velocidad; solo se
cruzaban a su paso oscuras manchas que veía, como una película, entre la oscuridad; sin
poder aferrarse a nada era succionado aceleradamente por la gravedad. Seguía cayendo, re-
signado y espantado, y en ese momento interminable, mortal, en su mente se despertaron
las imágenes de su pasado: la infancia, la adolescencia, su adultez, su familia, sus gratos
momentos, todo lo vivido; creyendo al fin que era su hora, que ya moría…de repente
un violento tirón, que casi lo parte en dos; sí, como cualquier alpinista hubiera hecho,
había clavado en la pared montañosa las estacas de seguridad con candados agarrados a
una larguísima soga que amarraba su cintura.

En ese momento da calma y quietud, temblando de miedo y frío, suspendido en el aire


con un movimiento pendular, de repente, gritó:
“Ayúdame, Dios mío”
Y de pronto una voz grave y refulgente emergió de la oscuridad, y dijo:
- “¿Qué quieres que haga, hijo?”
- “Sálvame, Dios mío”, dijo el alpinista.
- ¿“Realmente crees que puedo salvarte, hijo?
- “Por supuesto que sí, Señor”
- “Entonces, dijo la imperante voz, corta la cuerda que te sostiene…”

Instantáneamente un silencio sepulcral invadió la montaña y sus alrededores; y el alpi-


nista de la frontera se aferró aún más a la larga soga, hasta herir las palmas de sus ma-
nos; y exhausto, en el vaivén, se quedó reflexionando profundamente…

Cuentan que cuando el equipo de rescate llegó al lugar, hallaron colgado a un experto
alpinista, congelado, agarrado con fuerza de una soga, y ya muerto…A SOLO DOS
METROS DEL SUELO.
El Papa Francisco nos recuerda: “Todos estamos llamados a esta nueva “salida” mi-
sionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide,
pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a
llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio”, “María es nuestra Señora
de la prontitud, la que sale de su pueblo para auxiliar a los demás sin demora. Esta diná-
mica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace de ella
un modelo eclesial para la evangelización” .

El Papa ha resaltado en la JMJ Lisboa la prontitud


e nuestra Señora al ir a servir, ya hemos hablado
que nos reta a salir al encuentro del joven que su-
fre, pero ¿a que mas nos reta el ejemplo de María?
Pues ciertamente también a creer, el movimiento
de la Virgen de salir presurosa es debido primero
a que le creyó a Dios, se fio de su palabra.

Tu y yo estamos invitados a creer y fiarnos de


Dios aun en los momentos de oscuridad, en la en-
fermedad y cuando todo no va bien. Seguir al Se-
ñor es fácil en la alegría, pero recuerda: Dios esta
también en tus días grises. Confía como María y si
dudas, pídele a ella que te ayude a creer.
Renueva las promesas bautismales rezando
el Credo y adhiriéndote a lo que crees. A
ejemplo de María, que es dichosa por haber
creído.

Vive esta semana como intensa preparación para la JDJ 2023.


Procura y determina confesarte y organizarte para poder obtener los frutos de
esto encuentro.

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