Columna de Trajano

1. IDENTIFICACIÓN DE LA OBRA:

La Columna de Trajano corresponde a la época del Imperio Romano, y fue

construida en torno al año 113. Se desconoce la identidad de su autor
pero fue construido bajo la supervisión del arquitecto Apolodoro de
Damasco, aunque la columna no se le atribuye a él. Es un monumento
conmemorativo y sepulcral, y que conmemora la victoria contra los dacios
a manos de Trajano.
ANÁLISIS FORMAL:

pero está situada en el Foro de Trajano, en Roma Es una columna de 38

metros de altura decorada con 155 bajorrelieves que se desarrollan en
torno al fuste, de la base a la cima , construida en mármol. En la cima una
estatua de San Pedro, aunque originalmente era de un águila y después
una estatua de bronce de Trajano.
El relieve es policromado, las figuras talladas tiene carácter de crónica, por
lo que no importa la técnica escultórica, sino el mensaje que trata de
transmitir.
Se emplea una perspectiva caballera, es decir, desde una punto de vista alto que permite
observar mejor los acontecimientos.

Casi todas las escenas están muy decoradas, prácticamente no hay nada que esté vacío.
Las figuras aparecen en muchos casos en movimiento, con escorzos muy marcados, lo
cual hace que sea más dramático.

En determinados tramos del relieve tiene un grado muy alto de detalles, que muestra
vestuarios, edificios…

2. ANALISIS ICONOGRÁFICO:

Estamos ante uno de los mejores ejemplos de relieve históricos. Género

escultórico genuinamente romano fruto de su deseo de gloria terrenal y
de dejar constancia de sus triunfos y éxitos militares, con una finalidad
evidentemente propagandística.

3. CONTEXTO HISTÓRICO Y ARTÍSTICO

Esta obra es un ejemplo de Romanización en la Península, ya que el
marco geográfico del arte romano abarca todos los territorios que
constituyeron el Imperio, que fue un estado unitario y centralizado
que se controlaba desde Roma, unido a una estricta organización
administrativa y de gobierno.
El espíritu pragmático de los romanos les llevó siempre a buscar el
sentido de lo útil
La mayoría de las obras de arte romanas que mejor se han
conservado pertenecen a la época del Imperio (siglo I a.C. al siglo V
d.C.). Durante este período, todo el poder se concentra en manos del
Emperador, que era a la vez jefe militar, político y religioso.
Roma alcanza en esta etapa su máxima extensión ya que su imperio
abarca toda la cuenca del Mediterráneo
El centralismo que impuso el imperio romano, determinó una fuerte
uniformización en todas las manifestaciones de este arte, es decir, las
obras son prácticamente iguales, independientemente del lugar del
Imperio donde se realicen. El arte está al servicio del funcionamiento
del Imperio.