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ALUMNAS
Punto 1
Analizando nuestra práctica diaria, hemos podido visualizar ciertas
situaciones que en el ámbito educativo aún se presentan que generan tensiones,
resistencias y debates.
Compartiendo experiencias decidimos abordar una cuestión recurrente que
es la resistencia por parte de nuestros/as pares a implementar la ESI en las
aulas, se aborda pero no con suficiente apertura.
Se trabaja en la semana de la ESI en agosto, generalmente se propone
trabajar enfermedades infecto contagiosas y métodos anticonceptivos, y en lo que
respecta a la modalidad de adolescentes, jóvenes y adultos, se hace hincapié en la
prevención de embarazos adolescentes. Si hay inquietudes con respecto a algún
tema “se trabaja o se pregunta al o a la profe de Biología porque es su materia”, lxs
alumnxs manifiestan intereses que al momento de trabajarlas y plasmarlas en las
planificaciones nos encontramos con directivos que dicen “este tema está bien, este
mejor no toques porque puede generar problemas”.
Punto 2
Planteada la situación reconocemos que hay un recorte en los ejes de la
ESI, que urge ser cuestionado y debatido, sólo se trabaja el eje relacionado a
cuidar el cuerpo y la salud desde una mirada aún biologicista, la presencia de la
sexualidad se hace presente de manera explícita en las materias relacionadas con
la biologìa y no de una manera integral. Esto denota que aún persisten
concepciones de modelos tradicionales con los que muchos/as docentes se han
formado. Podemos observar también que la ESI se reduce a métodos y no a la
construcción de autonomía, a que cada una/o/se decida en relación a sus propios
cuerpos, su sexualidad y de su salud sexual y reproductiva.
“Las decisiones que tomamos como docentes al momento de seleccionar los
contenidos del diseño curricular y planificar nuestras clases, trabajar determinados
ejes omitiendo otros, la planificación de una estrategia de intervención y su
desarrollo, o bien el modo de expresarnos y comunicarnos con nuestras y nuestros
estudiantes están atravesados por nuestra subjetividad, por lo que debemos ser
conscientes de que cada una de las elecciones que hacemos nos posiciona en un
lugar específico al momento de enseñar” (Módulo Nº 7, Pág. 7)
El segundo aspecto que consideramos que se presenta como resistencia es
el temor. Hay una idea con la que la mayoría nos hemos formado en la que el
docente era el dueño del saber, “omnipotente”. El temor radica en no poder
responder todas las inquietudes que puedan surgir dentro de nuestras aulas como
fuera de la institución, no se aborda la ESI con total apertura porque nos
anticipamos a las posibles resistencias que también pueden presentarse por parte
de las familias.
Estamos adoptando una mirada adultocentrista pero es en la revisión
de nuestra práctica, en la tarea diaria de desarmar para volver a construir aportes,
abrir debates y generar acuerdos. Son nuestros/as/es estudiantes quienes están
manifestando sus necesidades, pidiendo ser escuchados/as/es y reconocidos/as/es
como sujetos de derecho.
“…formar a los estudiantes en valores y prácticas que permitan vivir la sexualidad
de manera responsable, placentera y segura, no sólo como dimensión ineludible de
la experiencia humana, sino también como campo de reconocimiento y ejercicio de
derechos…”
Eleanor Faur (2007)
Punto 3
Hablamos de tensiones entendiéndolas como aquellas resistencias que
continúan dificultando, al día de hoy, la implementación de la Ley de la ESI en
nuestras aulas. En este punto trataremos de analizar cómo se presentan estas
resistencias ya señaladas en el punto 2.
Anteriormente planteamos que se evidencia una resistencia proviene del propio
cuerpo docente. Las mismas se generan cuando se menciona la falta de
capacitación sobre “esos temas”, lo que revela, por un lado, el temor a no tener
“todas” las respuestas, la carga de prejuicios e incertidumbres que cada docente
trae y por otro lado el temor al potencial conflicto con las familias.
Las familias de los/as/es estudiantes. Personas adultas que, por diferentes
motivos, se muestran temerosas de que ciertos conocimientos sean abordados en
las aulas. Esto tiene que ver con el desconocimiento de lo que efectivamente implica
la Educación Sexual Integral en las escuelas, sus alcances y contenidos.
Se puede relacionar parte de esta oposición a algún tipo de formación
religiosa, de una historia contruìda con una mirada biologista y moralizante existente
en nuestra formación escolar tradicional, en las “desinformaciones” de diferentes
medios de comunicación. Es importante la divulgación y puesta en conocimiento de
que los saberes que se trabajan en las aulas son acordes con el desarrollo y las
edades de las y los estudiantes, esto servirá para aliviar estas tensiones y temores
por parte de las familias.
Este análisis realizado sobre las tensiones que se generan en nuestras
instituciones devienen de un aspecto de mayor complejidad: la dificultad para
reconocer a niñas, niños y adolescentes como sujetos de pleno derecho.
”El movimiento que proclama como lema “Con mis hijos no te metas” constituye una
clara ilustración de esta concepción, adultocéntrica según la cual las personas
menores de edad son percibidas como “posesión” de sus progenitores. Esta
concepción es compatible con el viejo paradigma tutelar, presente en la derogada
Ley Agote, donde niñas, niños y adolescentes eran concebidos como objetos de
intervención y no como sujetos de derecho con capacidad de agencia”.
(Módulo Nº 8, Pág. 5.)
Punto 4
…”la escuela es un lugar donde se entraman innumerables conceptos, ideas
y valorizaciones, saberes no reconocidos como tales, conocimientos y opiniones,
mitos y prejuicios, enseñanzas y aprendizajes escolares, extraescolares, creencias,
convicciones personales y profesionales, decisiones individuales y colectivas…”
Beatriz Greco, 2007.