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EL SALARIO BASE DE COTIZACIÓN

1.1 Introducción

Uno de los factores más importantes en la política fiscal es sin lugar a dudas la
recaudación que se genera con el gravamen a los salarios, que acorde a la política
del último gobernante, ha alcanzado cifras históricas, elevadas en comparación con
sexenios anteriores. Aunado a esto, con el pasar del tiempo se crearon conceptos
adicionales que están íntimamente ligados a esta figura, como lo son las cuotas
obrero patronales que deben cubrir los empresarios al IMSS e INFONAVIT. Es aquí
donde el salario base cotización juega un papel fundamental en la vida de las
empresas, ya que es el que incide directamente para la determinación de las citadas
cuotas

Es precisamente el pago de dichas cuotas, la razón por la que los patrones en la


búsqueda de disminuir su carga tributaria en materia de aportaciones de seguridad
social, utilizan para el pago de sus empleados conceptos excluyentes para la
determinación del salario base de cotización, con fundamento en el artículo 27 de
Ley de la ley del seguro social (LIMSS); sin embargo, esta situación que se
encuentra por supuesto dentro de la legalidad, provoca una disminución directa en
el monto pagado a los trabajadores respecto a las prestaciones en dinero que otorga
el seguro de riesgos de trabajo del régimen obligatorio, el de las incapacidades, el
que va ligado directamente a su Jubilación y/o Pensión, entre otros, ya que éstos
son calculadas sobre el salario base de cotización; razón por la cual surge esta
investigación, teniendo como objeto identificar, cuantificar y medir las implicaciones
que tiene el Salario Base de Cotización en la vida futura de los trabajadores.

1.2 Antecedentes

Desde los comienzos mismos de la humanidad, los salarios han constituido uno de
los temas más delicados, por las implicaciones humanas y sociales a que han dado

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origen en los distintos períodos en que se ha dividido la historia del hombre sobre
la Tierra.

Remontándoos a la historia, en tiempos coloniales, Vasco de Quiroga en territorio


tarasco, al observar la desorganización y pobreza generada por el colonialismo
español, formuló un plan de seguridad social para indígenas en 1531.
Posteriormente, existieron algunos planes de seguridad social propiciados por el
emperador Maximiliano de Habsburgo (1864-1867), los cuales no progresaron. En
el periodo del Porfiriato a fines del siglo XIX, creció el proceso de industrialización
nacional, y con ello la clase obrera que requería un sistema de seguridad social,
sobre todo en el Estado de México, en la Ciudad de México, Monterrey, Puebla y
Guadalajara. En este tiempo el Gobernador del Estado de México José Vicente
Villada (1904) proclamó una Ley de Accidentes de Trabajo. Posteriormente en 1906,
el General Bernardo Reyes gobernador de Nuevo León, proclama también una Ley
sobre Accidentes de Trabajo.

La atención a la seguridad social toma importancia en la Constitución Política


de los Estados Unidos Mexicanos de 1917, donde en su fracción XXIX, del artículo
123, establece la necesidad de la apertura de las Cajas de Seguros Populares para
proteger invalidez, cesación involuntaria del trabajo, entre otros.

Es así que, desde su campaña presidencial, el general Álvaro Obregón


demostró interés por la implantación de un Seguro Social, realizando en 1921 un
proyecto de ley para la creación del Seguro Social Obrero, encontrando oposición
empresarial. Mientras tanto, en Veracruz el gobernador interino Ángel Cazarín,
gestó la iniciativa de “Ley de enfermedades profesionales” surgida a partir de la
huelga de trabajadores de Orizaba de junio de 1923, donde los obreros exigían un
seguro para enfermedades profesionales, sin embargo, esta ley fue rechazada por
los representantes industriales.

En 1926, trabajadores organizados lograron crear la Ley General de


Previsiones Civiles y Retiro, convirtiéndose en la Dirección General de Pensiones
antecesora del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del
Estado (ISSSTE). El presidente Emilio Portes Gil promovió la modificación del
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artículo 123 constitucional para considerar como utilidad pública la expedición de la
Ley del Seguro Social. En agosto de 1931 el presidente Pascual Ortiz Rubio
promulgó la Ley Federal del Trabajo y seguido a ello, en enero de 1932, el H.
Congreso de la Unión otorgó facultades para que en un plazo de 7 meses se
expidiera la Ley del Seguro Social, sin embargo, el proyecto no se resolvió.

En 1933, el Gobernador de Veracruz de extracción comunista General


Adalberto Tejeda, propuso la implementación de un Seguro Social, pero no encontró
respaldo a nivel federal. Durante la campaña presidencial del General Lázaro
Cárdenas del Río en 1934, propuso la implantación de un Seguro Social en México,
haciendo que en el año 1935 el Departamento de Trabajo enviara al Congreso de
la Unión un nuevo proyecto de Ley del Seguro Social, el cual tampoco tuvo
progreso.

En 1936, Valentín González Suárez, trabajador de la Fábrica de Río Blanco,


Veracruz, redactó el proyecto: Un Estudio de Seguro General del Trabajo de
Previsión Social, y se organizó con algunos obreros y profesionistas para fundar la
Sociedad Pro Seguro Social destinada a promover a nivel federal y legislativo la
instalación de un régimen de seguridad social en México. El proyecto contó con el
interés del Ing. Miguel García Cruz quien siendo presidente de la Comisión Técnica
y Redactora de la Ley para el Seguro Social pudo integrar el proyecto para
confeccionar la Ley del Seguro Social. Siendo presidente de la República el Gral.
Manuel Ávila Camacho. En 1941 se envió un proyecto denominado Exposición de
motivos al Congreso de la Unión para su aprobación, previo al anteproyecto de ley
del Seguro Social, siendo recibido en enero de 1941 y aprobado en diciembre del
mismo año, con las modificaciones hechas por el Lic. Ignacio García Téllez. Dicho
documento expone la necesidad de un sistema de seguridad social, un análisis y
revisión al sistema de seguros y accidentes de trabajo, los salarios y las cuotas y
los seguros de pensión, invalidez, vejez y muerte.

El Instituto Mexicano del Seguro Social, nace oficialmente el 19 de enero de


1943 e inició operaciones el 1 de enero de 1944. Forma parte de la Asociación
Internacional de la Seguridad Social (AISS), de la Organización Iberoamericana de

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Seguridad Social (OISS) y de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social
(CISS) la cual preside actualmente. Su sindicato, el Sindicato Nacional de
Trabajadores del Seguro Social (SNTSS) se crea en respuesta a las aspiraciones
de la clase trabajadora nacional respecto de los derechos laborales y ciudadanos y
la primera sección sindical nace en Puebla. La ley del Seguro Social vigente,
publicada en el Diario Oficial de la Federación mediante decreto de fecha 21 de
diciembre de 19957 es el marco legislativo bajo el que rige sus operaciones el
Instituto Mexicano del Seguro Social.

Según su exposición de motivos, el objetivo principal es: “garantizar el


derecho humano a la salud, la asistencia médica, la protección de los medios de
subsistencia y los servicios sociales necesarios para el bienestar individual y
colectivo”. Las ventajas destacadas por los encargados de elaborar el proyecto de
Ley del Seguro Social estuvieron: elevar las condiciones de vida de un importante
sector de la población mexicana; aumentar el poder adquisitivo de los trabajadores;
mantener estables las relaciones obrero-patronales al eliminar intermediarios que
perjudicaban a ambas partes en las disputas por el pago de prestaciones
económicas; aprovechar los ahorros con fines de crédito productivo y de utilidad
colectiva; abrir nuevas fuentes de trabajo en obras de interés público –como
hospitales–, y uniformar las prestaciones sociales de los trabajadores,
contrarrestando las competencias basadas en la mano de obra barata.

El modelo del seguro social tiene como referencia histórica al sistema de


seguridad social puesto en marcha en la Alemania de Bismarck. Este modelo se
caracteriza por la cobertura de prestaciones sociales a la clase trabajadora
mediante la normatividad que rige las relaciones contractuales. Está inspirado en el
seguro privado, pero se diferencia de éste por el rol del Estado que corrige las fallas
originadas por el mercado. Este modelo se erige sobre el principio de solidaridad
propio de la formación de la clase trabajadora industrial y el principio de diferencia,
lo que permite a los individuos la percepción de beneficios de forma universal.

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