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[Aprendizajes] Tiende Tu Cama de William H.

McRaven

Durante nuestro paso por la vida es inevitable que afrontemos momentos difíciles: momentos que nos hacen dudar de
nosotros mismos, de nuestras capacidades y de nuestras metas anheladas, momentos en los cuales nos sentimos
tristes y frustrados porque las cosas no salen como queremos, y momentos donde parece que la única solución es
abandonar. Todos pasamos por esto, pero si algo aprendió William McRaven durante su entrenamiento en las fuerzas
armadas de Estados Unidos es que podemos revertir esta situación si desarrollamos ciertos hábitos y conductas.

EL PODER DE LA PRIMERA VICTORIA


Los seres humanos solemos subestimar el impacto que pueden tener en nuestras vidas los primeros minutos del
día. Por lo general, los usamos para levantarnos apurados y prepararnos rápidamente para nuestra jornada laboral,
pero este espacio puede ser la oportunidad perfecta para empezar el día no solo con el pie derecho sino también con
una gran sensación de confianza y seguridad.

Cuando estaba preparándose para servir a las fuerzas armadas, William McRaven era puesto a prueba cada mañana.
Todos los días al levantarse tenía que tender su cama que minutos después sería revisada por los encargados del
cuartel. Si no se encontraba a la altura de las expectativas de sus superiores, vería un día lleno de pruebas extras solo
para él. Años después reconoce que, si bien es cierto que lo hacía para evitar el castigo, pronto descubriría que esta
pequeña actividad también trae grandes beneficios.

N°1: El Ciclo de Retroalimentación Positiva


Tender tu cama al levantarte te hace empezar el día con una sensación de orgullo: ¡Ya has logrado tu
primera acción del día! Esto te alentará a que vayas por la siguiente y así en adelante formando un
ciclo de retroalimentación positiva. Por el otro lado, al finalizar el día, se convierte en una prueba de
que has hecho algo bien dándote la motivación necesaria para volver a hacerlo al día siguiente.

N°2: Como eres en lo pequeño eres en lo grande


Empezar el día tendiendo tu cama forma tu disciplina, atención por los detalles, limpieza y orden. De
este modo, cuando te lleguen desafíos durante el día que pongan prueba estas conductas será más
fácil para ti hacerlo. Como bien dice el autor: “Si no puedes hacer bien las cosas pequeñas, jamás
harás bien las cosas grandes”

EL SECRETO PARA TRANSFORMAR TUS RESULTADOS


Otra gran lección que aprendió William McRaven durante su entrenamiento es que, si bien necesitamos trabajar en el
desarrollo de hábitos y fortalezas físicas para poder cumplir con las tareas encomendadas, también es necesario
trabajar en nuestro carácter para poder superar los obstáculos que se nos puedan presentar. A continuación, veremos
3 claves que nos permitirán trabajar este tema y conseguir así mejores resultados.

Clave N°1: Prepárate para los fracasos e injusticias de la vida


Sin importar lo bueno que seas o cuanto te esfuerces, en algún momento te encontrarás con el
fracaso o la injusticia. Esto suele frenar a las personas que inmediatamente empiezan a quejarse o a
culpar a los demás de lo sucedido. Aprende de tus errores y mantente perseverante en tu objetivo,
solo así estarás en condiciones de enfrentarte a los momentos difíciles que la vida te ponga delante.

Clave N°2: Aprende a tomar riesgos


Para obtener grandes resultados debes desafiar tus límites. El problema con esto es que muchas
veces la duda y el miedo pueden frenarnos de avanzar ya que nadie quiere ver su orgullo expuesto si
las cosas no salen como queremos. Debemos recordar que para poder aprender y seguir creciendo
no hay otro camino que tomar acción. Cree en ti y haz el intento.

Clave N°3: Nunca te des por vencido


La vida constantemente te dará pruebas. No siempre saldrán las cosas como queremos, pero el
hecho de haberlo intentado nos va formando como personas de acción. Por el otro lado, si nos
rendimos cada vez que la vida nos presente obstáculos, cada vez se nos hará más difícil avanzar y
nuestros resultados nunca crecerán. No lo olvides: Rendirse jamás facilita nada.

© 2020 | Daniel Rosan

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