Con el siglo xix llega el deseo de cambiar las estructuras sociales bajo las consignas de libertad e igualdad. La segunda mitad del siglo se caracteriza por el fin del idealismo romántico y la llegada de un concepto más práctico de las cosas, influido por el espíritu burgués. En España, en lo social y lo económico hay un gran atraso. El siglo culmina con la pérdida de las últimas colonias, se produce un estado de confusión y caos. 2. Movimientos literarios 2.2. El Romanticismo Movimiento romántico durante la primera mitad del siglo xix, El yo y los sentimientos se imponen a la razón. Los principales rasgos del Romanticismo son los siguientes: Sentimientos de decepción, fracaso y frustración, pero también de rebeldía. Aparecen personajes solitarios, incomprendidos y rebeldes. Búsqueda de la evasión para escapar de la realidad: huida en el espacio y en el tiempo El amor romántico es pasional, atormentado, imposible. La naturaleza presenta paisajes solitarios, apartados, oscuros, nocturnos, fantasmagóricos, que dan rienda suelta a la fantasía, la imaginación, lo irracional y están en consonancia con los estados anímicos del personaje. Gusto por lo local, lo tradicional, por el costumbrismo Consideración del artista como genio, dotado de una sensibilidad superior que choca con una sociedad que no lo comprende 2.3. El realismo y el Naturalismo El realismo, la corriente que surge en la segunda mitad del siglo xix. Se basa en una observación minuciosa de la realidad, desde los abstinentes hasta el retrato psicológico de los individuos. Entre sus rasgos destacan: La realidad externa como tema esencial, no la interna del autor. Importancia de lo actual y de lo cercano, lejos del espacio exótico romántico. Paisajes cotidianos, fantásticos ni pintorescos. Aparece una naturaleza cercana, provinciana, familiar… La exactitud y precisión en la observación y plasmación de esa realidad, partiendo de los datos sensibles. Intención moral de la obra Dominio del espíritu burgués El movimiento naturalista reflejará la realidad con un marcado pesimismo, según el cual la vida de las personas está determinada por el medio social en el que viven. 3. La Prosa 3.1. La prosa de ideas Durante el siglo xix la exposición de las nuevas ideas se hará a través del ensayo y de las publicaciones periódicas. Mariano José de Larra (1809 – 1837): denuncia desde una perspectiva crítica cuestiones políticas; de costumbre que considera groseras o un atraso del país y de crítica literaria. Normalmente emplea la ironía y el humor, que sirven para ocultar, en muchas ocasiones, su gran pesimismo ante la imposibilidad de transformar el país y la sociedad española. 3.2. La prosa realista En la segunda mitad del siglo xix, con el realismo y el naturalismo, se fija la mirada en la observación minuciosa y la reproducción científica de la realidad. Las principales características de la novela realista son: Presentación de un narrador omnisciente Descripción detallada de ambientes, espacios y personajes Verosimilitud: las obras están ambientadas en la época contemporánea Estructura cronológica lineal: presentación, nudo desenlace Estilo sobrio, que contrasta con la retórica romántica Importancia del dialogo en el estilo directo y del estilo indirecto libre Temas fundamentales: el amor y el enfrentamiento ideológico
Además, los autores realistas se interesaron por la narrativa breve.
Como representantes de la novela realista hallamos a Juan Valera (1824 – 1905)
Leopoldo Alas, Clarín (1852 – 1901): es el autor de la Regenta, obra que
tiene como protagonista a Ana Ozores, casada con Víctor Quintanar, mucho mayor que ella, lo que sirve para tratar el tema de los matrimonios desiguales en edad y el adulterio. Emilia Pardo Bazán (1851 – 1921) Benito Pérez Galdós (1843 – 1920): en Fortuna y Jacinta Galdós retrata la sociedad y los conflictos entre clases. Entre los rasgos técnicos de la obra destacan el narrador omnisciente, el monologo interior, el estilo indirecto libre y la importancia del dialogo Otro grupo de novelas son las espirituales. Están protagonizadas por individuos que habitan los barrios más miserables, frente a los personajes burgueses. La novela Misericordia, Benigna criada que mendiga para mantener a sus señores sin que ellos lo sepan. Cuando estos se enteran la despiden, a pesar de lo cual ella los perdona.