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¿Qué es la novela romántica?

La novela romántica es aquella que aborda temas como el amor, la muerte, la sensación de
incomprensión o el rechazo al mundo. Suele remontarse a épocas pasadas o lugares lejanos o imaginarios. En
este tipo de novela, el mundo emocional de los personajes es central para narrar sus pasiones y los sentimientos
de melancolía o soledad que los agobian.

La novela romántica surge con el Romanticismo, movimiento que se extiende desde el siglo XVIII hasta
el XIX. En ella se expresa narrativamente la fuerza lírica de esta corriente, que tuvo gran importancia en
Alemania e Inglaterra, y que luego se expandió por el mundo.
Sus características predominantes fueron un marcado subjetivismo, la idealización de la naturaleza y el paisaje,
el interés en los temas históricos, cierto nacionalismo y, usualmente, la presencia de una historia de amor
tormentosa.

Características de la novela romántica

Las principales características que describen la novela romántica son las siguientes:

El romance estructura la acción. La trama amorosa es el eje a partir del cual se desarrollan los acontecimientos.
Los personajes son impulsados por el sentimiento desbordado de amor, pese a que no necesariamente tendrán
siempre un final feliz. A veces, incluso, el desenlace de la historia puede ser trágico.

Marcada subjetividad y presencia del yo. La subjetividad lo impregna todo. La novela romántica otorga
protagonismo al mundo interior de los personajes, a sus sentimientos, estados de ánimo y arrebatos pasionales.
Describe, de modo intimista, los tormentos del individuo, las luchas que atraviesa en la búsqueda del amor o sus
dificultades para adaptarse al mundo y la sociedad.

Idealización de la naturaleza. La descripción de la naturaleza es fundamental. Se la idealiza y se la utiliza como


metáfora de los sentimientos de los personajes. El paisaje, en este sentido, no se comporta como telón de fondo,
sino que tiene una función expresiva.

Nostalgia por el pasado. La nostalgia por un pasado idealizado marcó este periodo. La fascinación por la Edad
Media, momento del nacimiento de los primeros nacionalismos, y periodo de apogeo del gótico, de mística y
espiritualidad, fue fundamental. Hay, en este gesto, cierta actitud de escapismo frente a los estragos que ya
comenzaba a causar la Revolución Industrial en la realidad de los autores.

Nacionalismo. Los autores del Romanticismo sintieron fascinación por la Edad Media. Había en ellos una
necesidad de revisitar, en sus libros, el momento de nacimiento de sus naciones, ocurrido en este periodo. En
parte, la búsqueda de la identidad (individual y colectiva) fomenta este espíritu. Consecuencia de esto también
es la incorporación de la herencia popular, antiguamente considerada baja cultura, a la literatura y el arte.

Elementos que integran la novela

Personajes:
a) Clasificación, caracteres, tipos, símbolos. Se clasifican los estereotipos de personajes a presentar, también se
deben demostrar los símbolos de dichos personajes.

b) Caracterización directa o indirecta. Se deben organizar los personajes en principales o secundarios de


acuerdo a como están estereotipados en la obra.

c) Relación entre personaje y acción. Explica de que manera están vinculados en los hechos de la trama.
d) Relación entre personajes y ambiente. Ubica al personaje en los lugares que deben estar para representar el
nudo o suspenso de los hechos.

Ambiente:
a) Escenario y época (el dónde y el cuándo de los hechos).

b) Índole real o ficticia, rural o urbana, actual o del pasado.

c) Atmósfera (sensación que prevalece en la obra).

Acción:
a) Naturaleza:
Interna o externa.
En el tiempo, en el espacio o en ambos.
Tiempo de duración de la acción y tiempo vivido.

b) Lógica y motivación:
Relación causal.
Obedece a motivos o propósitos humanamente comprensibles, actúa arbitrariamente o movido.

Forma:
a) Estructura o composición:
Exposición.
Nudo.
Desarrollo.
Punto culminante.
Resolución.

b) Aspectos técnicos:
Punto de vista.
Técnicas narrativas.
Relación entre el autor y la novela

c) Forma y estilo:
El lenguaje y sus particularidades: la lengua.
Relación entre contenido y forma.
Relación entre autor y forma.
Apreciación y valores de la novela.

Ejemplos de novelas románticas

Durante el Romanticismo, la producción novelística fue enorme. Entre las novelas más destacadas del
período, podemos mencionar:

Las cuitas del joven Werther (1774), de Goethe. Es una novela epistolar de fuerte influencia en el
Romanticismo. Cuenta la vida de Werther, un joven artista que se aleja de su familia (contraria a que este se
dedique al arte) y se va a vivir a un lugar llamado Wahlheim, donde se enamora de la joven Charlotte, quien
está ya comprometida para casarse.

Atala (1801), de François-René de Chateaubriand. Precursor de la novela romántica, este libro cuenta
la historia de René, un exiliado de la Revolución francesa, en sus viajes a través de los Estados Unidos. La
convivencia con una tribu indígena lo llevará a conocer los horrores de la ocupación europea sufridos por los
nativos.

Orgullo y prejuicio (1813), de Jane Austen. Retrato de la vida burguesa de la Inglaterra del siglo XIX,
en esta historia se entremezclan amor, intrigas y codicia para narrar las peripecias de una familia que busca
casar a sus hijas antes de perder su patrimonio y quedar sumida en la pobreza, debido a la muerte del padre.

Ivanhoe (1820), de Walter Scott. Es una novela de aventuras e historia de amor enmarcada en la Edad
Media y ambientada en Inglaterra, durante los tiempos de las cruzadas cristianas a Palestina. Cuenta los avatares
que sufren el caballero Ivanhoe y la joven Rowena para poder estar juntos.

Guatimozin, último emperador de México (1846), de Gertrudis Gómez de Avellaneda. Calificada


como novela romántica de corte histórico y con tema indianista, cuenta la historia de la conquista de México
desde un punto de vista inédito hasta el momento de su publicación.

Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë. Historia de amor con tonos de misterio, este clásico de la
literatura inglesa narra la vida de Jane Eyre desde su infancia hasta convertirse en institutriz privada en una
mansión. Es considerada una novela revolucionaria para su época, mordaz en su crítica social y reveladora de
un incipiente feminismo.

Cumbres borrascosas (1847), de Emily Brontë. Clásica de la literatura en lengua inglesa de corte
gótico, esta novela cuenta la historia del amor tormentoso entre Heathcliff y Catherine. El rechazo de esta
última a Heathcliff para casarse por conveniencia hace que la narración derive en una oscura trama de
venganza.

Amalia (1851), de José Mármol. Este clásico de la literatura argentina gira en torno a la historia de
amor de Amalia y Eduardo, atravesada por la violencia política imperante durante el gobierno de Juan Manuel
de Rosas. Destaca la recreación de la realidad histórica de 1840.

Los miserables (1862), de Víctor Hugo. Esta narración, considerada una de las cumbres de la novela
romántica, plantea una profunda reflexión sobre la sociedad, el bien y el mal, la ley y la justicia. Luego de haber
estado en prisión por robar comida para su familia, el protagonista vuelve a las andanzas, pero la intervención
de un sacerdote le hace replantearse toda su vida.

María (1867), de Jorge Isaac. Clásico de la novela romántica en Hispanoamérica, cuenta la historia de
amor contrariado de Efraín y María, su hermana adoptiva. Narrada como un libro de memorias, la historia se
enmarca en el exuberante paisaje colombiano.

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