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IBERO-AMERICANA
© C O L L O Q U IU M VERLAG
BERLIN
BIBLIOTHECA I B E R O -A M E R I C A N A
La emigración europea
a la América Latina:
Fuentes y
estado de investigación
Informes presentados a la
IV. Reunión de Historiadores
Latinoamericanistas Europeos
5
lograr la participación de representantes de los más países europeos
posibles, evitando al mismo tiem po una concurrencia excesiva que
rom piera el m arco de una reunión de trabajo. Frente a estos problem as
se decidió delim itar el tem a a los aspectos estrictam ente europeos de la
emigración y de abarcar el com plejo del im pacto de la inm igración en
los d istintos países latinoam ericanos sólo de m odo general en una sola
ponencia. La idea directriz, que guió los preparativos, era de presentar
un panoram a más o m enos com pleto del potencial de investigación
sobre el problem a existente en Europa, form ando así un in stru m en to de
trabajo que pudiera servir de base para futuros estudios.
Para lograr este fin, se concibió el plan de reunir dos tipos de trab a
jos: por una parte ponencias que presentarían resultados de investiga
ciones en curso o recién term inadas, que debían de tratar la procedencia
y el volum en de la em igración, sus causas dem ográficas, políticas,
económ icas y sociales, la organización del m ovim iento m igratorio y,
finalm ente, el regreso de em igrantes a E uropa; por o tro lado, inform es
sobre fuentes existentes y el estado de la investigación en cada país, que
debían ilustrar la base m aterial en que se fundan las investigaciones
realizadas y el potencial docum ental para futu ro s estudios.
La idea de reunir tales inform es sobre fuentes y estado de investiga
ción surgió frente al problem a de la extrem a dispersión de los m ateriales
correspondientes en los países europeos. Las vicisitudes políticas del
últim o siglo y medio hicieron surgir estados nuevos en E uropa y con
tribuyeron a la form ación de nuevas unidades adm inistrativas en
m uchos de los países existentes, todo lo cual dificulta extrem adam ente
la búsqueda de fuentes. D istintas posturas políticas hacia el fenóm eno
de la em igración en cada país y en cada época dieron origen a una
m ultitud de norm as adm inistrativas, que rigieron las corrientes m igrato
rias, de lo cual resulta que los diferentes tipos de fuentes sobre la
em igración se encuentran en archivos de índole y nivel adm inistrativo
muy variados. Y, finalm ente, tam bién los criterios y grados de organiza
ción de los archivos en los diferentes países europeos estorban con
siderablem ente la búsqueda de las fuentes, sobre todo a los investigado
res no-europeos, que en m edida creciente se dedican al estudio de los
fenóm enos m igratorios. O tro tan to sucede con la m u ltitud de im presos
de la época, que se ocuparon de la em igración, ya sea dando orientacio
nes, ya haciendo propaganda en pro u en contra de ella. Tam poco son
ventajosas las posibilidades de orientación bibliográfica sobre estudios
m odernos en to rn o a la em igración, m uchos de los cuales se publicaron
o en idiom as que más allá de las fronteras nacionales apenas se en tien
den, o en series y revistas de difícil acceso.
Para lograr la m ayor hom ogeneidad posible de estos inform es, se
elaboraron algunas directrices para su inform ación. En concreto se pidió
que los inform es sobre fuentes tratasen de lo siguiente:
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1) Requisitos adm inistrativos para la em igración, cuyo conocim iento
facilitaría al investigador hacerse una idea sobre el tipo de fuentes
que puedan existir y sobre el carácter de los archivos que p o d rían
albergar estos materiales.
2) Esbozar los tipos de archivos que eventualm ente co n ten d rían
inform ación sobre la em igración y precisar los repositorios que de
hecho tienen tal docum entación.
3) C aracterización de las fuentes m anuscritas existentes en los archi
vos principales según haya noticias.
4) Enum eración de guías de archivo y catálogos de fuentes corres
pondientes a la em igración.
5) Esbozo de las fuentes im presas que puedan existir, p.e. folletos de
propaganda y de orientación para em igrantes, legislación im presa
etc., y existencia eventual de colecciones especializadas en la
m ateria.
6) Indicar la inexistencia de determ inados tipos de m ateriales o su
inexistencia en determ inados tipos de archivos, en los cuales
podrían sospecharse existencias, si positivam ente conste su falta.
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so de fondos, y ni siquiera fue posible facilitar a to d o s sus autores la
participación en la reunión misma, de m odo que estos trabajos son
fru to de un verdadero idealismo científico.
Tam poco sería justo callar el m érito en la form ación de este pan o ra
ma, contraído por los coordinadores nacionales en cada país, que
tuvieron a su cargo la preparación de las contribuciones, ya sea buscan
do colaboradores para la realización del program a, ya encargándose
personalm ente de los inform es. Las personas que contribuyeron de esta
form a al éxito del proyecto fueron A dám Anderle (H ungría), Harold
Blakemore (Inglaterra), Marcello Carmagnani (Italia), Jo h n Everaert
(Bélgica), Hermann Kellenbenz (Alem ania Federal), Nicolai Lavrov
(Unión Soviética), Tadeusz Lepkow ski (Polonia), Frédéric Mauro (F ran
cia), Francisco Morales Padrón (España), Josef Polisensky (Checoslova
quia), Joel Serrão (Portugal), Hans-W emer Tobler (Suiza) y, de form a
excepcionalm ente destacada, Magnus M örner (Suecia), quien m ediante
sus contactos personales y su energía incansable logró superar m uchos
de los problem as que surgieron en la trayectoria de esta empresa.
Después de que hace ya dos años se publicaron las ponencias que se
presentaron en la reunión de 1975 en el Jahrbuch fü r G eschichte von
Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinam erikas (vol. 13, Köln-Wien
1976), se agradece ahora m uy particularm ente al Dr. Wilhelm Steg
mann, D irector del Instituto Ibero-A m ericano de B erlín, el haber facili
tado esta publicación.
NOTAS
1 Así, por ejem plo, The International Migration R eview , año 1 y ss.,
New York 1966 ss.; International Migration, año 1 y ss, Ginebra
1963 ss.
2 Frank T histlethw aite, “ Migration from E urope Overseas in the Nine
te e n th and T w entieth C enturies” , en X F Congrès International des
Sciences H istoriques, S to c kh o lm , 21 - 28 A o ú t 1960, R apports V:
Histoire contem poraine, p. 32 ss., G öteborg-Stockholm -U ppsala
1960.
3 G. D upeux, Les migrations. Comission Internationale pour TEtude
des Mouvements sociaux et des Structures sociales. X l V t h in ter
national Congress of Fhstorical Sciences, San Francisco, August 22 -
29, 1975, com o resum en de los inform es presentados.
4 Una síntesis in ten tó Magnus M örner, Am érica Latina: Culturas
Inmigratorias. (M anuscrito in édito, 100 p., 1 9 7 6 ).'
5 El inform e sobre fuentes y estado de investigación en Checoslova
quia, por estar entretejido con la ponencia de Josef Polisensky, se
publicó ju n to con las ponencias.
INFORME SOBRE FUENTES
EXISTENTES EN ESPAÑA PARA UN ESTUDIO DE
LA EMIGRACION ESPAÑOLA A IBEROAMERICA
DURANTE EL SIGLO XIX
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La segunda parte, está dedicada a la docum entación, a los fondos
docum entales donde hem os obtenido datos sobre em igración. Estable
ciendo — com o en la prim era parte — la misma doble distinción, según
la docum entación localizada se refiera a las antiguas posesiones espa
ñolas de Cuba, Puerto Rico o Santo D om ingo; o bien, a los territorios
de América del Sur. A unque a veces pueda suceder — caso del Archivo
H istórico N acional — que en algunos archivos, existan noticias tan to
para nuestras ex-colonias, com o para los territorios sudam ericanos.
Los Archivos que han aportado datos para Cuba, Puerto Rico y
Santo D om ingo, son los siguientes: Archivo H istórico Nacional, Archivo
G eneral de Indias, Archivo de las Cortes Españolas y Archivo del Con
sejo de Estado. Para los territorios de América del Sur: Archivo General
de Alcalá de Henares, Ministerio de A gricultura y Ministerio de Asuntos
Exteriores.
F inalm ente, hem os insertado un apartado con un títu lo genérico
Otras fuentes, que a pesar de incluirlo en el lugar destinado al estudio
de los archivos de América del Sur, sus datos hacen referencia tan to a
estos territorios, com o a las antiguas colonias de Cuba o Puerto Rico.
Los aspectos que tratam os en este p u n to fundam entalm ente son tres: la
Prensa, los P rotocolos Notariales y los A yuntam ientos (la C om endati
cia). A unque no deben olvidarse otras fuentes: la Legislación sobre
em igración, las Embajadas y Consulados sudam ericanos en España, los
Archivos de las C om pañías Navieras, los Censos (la tabla de exceden
tes), las obras literarias, las Sociedades Económ icas de Amigos del País,
las ju n ta s de Com ercio y Agricultura, etc., etc.
Esta prim era parte del presente Inform e, la hem os dividido cronoló
gicam ente en tres etapas diferentes; cuyas fechas — de inicio y co n
clusión —, explicarem os en su lugar correspondiente. Por otro lado, en
cada uno de los períodos, com entarem os brevem ente las obras que
revistan un m arcado interés para el trabajo que acom etem os; para ya
por últim o, incluir una bibliografía com pleta del tem a. Veamos p o r
separado cada una de las etapas:
A) E tapa pre-estadística (1853 - 81).
B) E tapa estadística (1882 - 1948).
C) E tapa G onzález-Rothvoss (1949 - 75).
10
A ) Etapa pre-estadística (1853 -8 1 ).
Antes que nada, creo o p o rtu n o dedicar unas líneas a explicar el por
qué establezco como fecha inicial 1853 y no 1800, com o aparente
m ente debería ser. Analicemos las razones.
La prim era m itad del siglo XIX (1800 - 53), se caracteriza por ser
una etapa pobre en cuanto a la em igración española a los territorios de
América del Sur1 se refiere. ¿A qué es debido? F undam entalm ente dos
son las causas: de un lado, a las luchas existentes durante los prim eros
lustros del XIX entre España y las futuras Repúblicas am ericanas que
quieren lograr su independencia, lo que dificulta enorm em ente la em i
gración de nuestros paisanos. O curriendo que — salvo casos aislados —,
la única em igración que se realiza es hacia las colonias españolas de
Cuba y Puerto Rico.
A esta circunstancia adversa, hay que sumar tam bién la p o lítica
m igratoria seguida po r el G obierno español, que a lo largo de los prim e
ros cincuenta años del siglo, prom ulga distintas m edidas, ten d en tes a
conseguir directa o indirectam ente el fom ento de la población cam pe
sina y p o r ende a im pedir la em igración de sus súbditos fuera del terri
torio nacional. Disposiciones que estudiadas por Jo rd í N adal,3 podem os
escalonar entre 1767 y 1855.
Que este período es pobre en em igración a América del Sur, eligién
dose unicam ente los dom inios hispanos, lo hem os podido com probar
docum entalm ente a través de las Com endaticias o licencias de em barque
de los A yuntam ientos del Archipiélago canario. Veamos un ejemplo. En
los años que van de 1848 a 1853, todas las licencias de em barque que
expide la A lcaldía de la Ciudad de La Laguna,4 se libran para Cuba y
Puerto Rico. Así a Cuba se autorizan 79 permisos para em igrar y el
resto — 53 — para “ A m érica” , térm ino genérico que engloba a Puerto
Rico y a la propia C uba.5
En la segunda m itad del siglo y más concretam ente a p artir de 1853,
varía el panoram a, produciéndose un nuevo cam bio de m entalidad y
una evolución de la norm ativa. Se cierra el capítulo de las m edidas
repobladoras y se abre o tro ciclo: el de las disposiciones migratorias,
que de 1853 a 1903, elim inan gradualm ente todos los obstáculos que
evitaban la salida de los españoles hacia América del Sur.6 El paso más
significativo en tal sentido es la Real O rden Circular de 16 de septiem
bre de 1853,7 que supone la libertad de em igrar para los españoles.
A um entando a p artir de este instante, no sólo el núm ero de em igrantes
sino tam bién la gama de países de destino: Venezuela, Argentina, Brasil,
Uruguay, etc., etc.
Esta R.O.C., concede la posibiüdad de emigrar hacia las Repúblicas
de América del Sur, a los canarios en particular y a los peninsulares en
general,8 que hasta entonces — com o decíam os —, les estaba vedada.
11
Esta prohibición del G obierno estuvo m otivada — se indica te x tu a l
m ente en la disposición —, po r el mal trato que recibían los em igra
dos españoles y los riesgos, m olestias y vejaciones a que se veían expues
tos a causa de las guerras intestinas que asolaban aquellos países” . Pero
considerando que desde el m om ento en que se dictaron dichas medidas,
han variado las circunstancias, cesando el estado de agitación de dichas
Repúblicas y habiéndose establecido en m uchas de ellas agentes diplo
m áticos y representantes del G obierno español, “ ... que protegerán los
intereses, los derechos y las personas de los súbditos de S.M. Católi
ca es por lo que — piensa el G obierno español —, no sería ya justo
ni equitativo, m antener una prohibición absoluta que im pida a los
naturales de Canarias — y peninsulares en general —, buscar en otros
países el sustento que no encuentran en su p atria y dar conveniente
salida al exceso de población de dichas islas, exceso que lejos de ser un
elem ento de prosperidad, sirve de rem ora a sus adelantos.
Una vez explicadas las acotaciones cronológicas y analizada la im por
tancia de la R.O.C. de 1853, pasem os a ver que estudios se realizaron
sobre la em igración en los años 1853 - 81.
Este prim er perío d o que hem os titulado “ E tapa pre-estadística
(1853 - 81)” , com o de su propio nom bre se desprende, se caracteriza
por la carencia de estadísticas seriadas sobre em igración, ya que, com o
veremos en el apartado siguiente, hasta 1882, el G obierno no se p reo
cupa seriam ente p o r el fenóm eno em igración-inm igración. Y así, a la
hora de plantearnos un estudio serio sobre la problem ática m igratoria
del XIX español, sin duda alguna es este el m om ento más difícil de
estudiar y por ésto el m enos conocido. Esta dificultad que se me plan
teó en mi Tesis doctoral La emigración de Las Islas Cantinas durante los
siglos X I X y X X : 1 8 5 3 - 1931, hube de solventarla con el estudio de
cada uno de los A yuntam ientos de las Islas Canarias; ya que las corpora
ciones m unicipales isleñas — y pienso que en la Península ocurra igual.
Es una hipótesis —, libraban las correspondientes autorizaciones a los
habitantes del térm ino para que pudiesen emigrar a V enezuela, Brasil,
etc., etc. Es la llam ada Com endaticia o licencia de em barque.
En resum en, podem os decir que ésta es una etapa sin estadísticas
oficiales seriadas sobre la em igración y además con el agravante de los
pocos estudios coetáneos que nos puedan servir de utilidad. Entre los
existentes y que hem os podido localizar, m erecen ser reseñados los
trabajos de Fulgencio Navarro, G uillerm o de Castro, Cristóbal Botella,
etc., etc. De todos los cuales dam os referencia exacta en el apéndice
bibliográfico.
12
B) Etapa estadística (1882 -1 9 4 8 ).
13
playas extranjeras precioso contingente de m teligencia, de esfuerzo y de
brazos, capaces de abrirse más seguro porvenir cultivando el suelo de la
Patria ...” (p. 3).
Con el propósito de conocer datos sobre la em igración del siglo XIX,
la Comisión pidió la colaboración de las D iputaciones Provinciales,
Sociedades Económ icas del País, Juntas de A gricultura, Industria y
Com ercio y Cuerpos Facultativos. Enviándoles un Interrogatorio de
cinco preg u n tas.13 Las respuestas recibidas fueron agrupadas p o r regio
nes: a) Región de Levante (com prende las provincias del litoral m edi
terráneo); b) Región Cantábrica (las provincias Vascongadas, las de
Galicia, la de Navarra y la de Oviedo); c) Región Insular (Islas Baleares y
Canarias) y d) Regiones varias (que aglutina respuestas de carácter gene
ral y de distinta procedencia: Madrid, Barcelona, Zaragoza, etc.).
Igualm ente esta Comisión propició num erosos trabajos, entre los que
destacan los de D. Nicolás Díaz Pérez, D. Miguel López M artínez,
D. Francisco Javier de los Arcos, D. Carlos M aría Períer, etc., que reco
gemos en la bibliografía final.
Sobre los trabajos em prendidos por la citada Com isión, hem os de
decir, a m odo de com entario crítico, en vista de que es en 1882
(hasta que no se valore la transcendencia de la Com endaticia o licencia
de em barque), cuando aparecen las estadísticas oficiales sobre la em igra
ción, que este estudio es fundam ental para la em igración española en la
segunda m itad del siglo XIX. Nos aporta en la década de 1870 -80,
datos sobre la em igración de las distintas regiones españolas y, aunque
son incom pletas (no hablan del sexo, estado civil, edad de los em i
grados, etc.), contem plan o tros aspectos im portantes: causas de la em i
gración, lugares de destino, etc.
14
títu lo s en inglés, francés, italiano y por supuesto español, que indican el
grado de conocim iento sobre la em igración del autor.
No hay datos para el estudio de la em igración sólo el que dan los
autores ...’’Nos dice textualm ente Cristóbal Botella. En este p u n to dis
crepam os de C.B. — artifice de uno de los más im portantes trabajos que
conocem os acerca de la em igración española del XIX —, pues, aparte de
los datos de los autores, existen otros com o los que nos proporcionan la
“ ab u ndante” Prensa del X IX ; igualm ente, la inform ación de los P ro to
colos N otariales14 o la de la Comendaticia, cuya transcendencia aún no
ha sido del to d o valorada a escala nacional. En p u n to a la bibliografía
observam os tam bién algunas lagunas; así por ejem plo, no se incluye el
estudio realizado p o r la Com isión especial para ver los m edios de con
tener la em igración, y de cuya im portancia nos ahorram os com entario,
pues, ya hem os dejado constancia de ello más arriba. Igualm ente se
om iten los trabajos de Díaz Pérez, Parga y Sanjurjo, etc., etc.
15
b ) E stadística de 1891 - 95:
Contem pla en lugares distintos la em igración a las Repúblicas de
America y a las colonias españolas. Y en ambos se establecen clasifica
ciones por sexo, edad, profesión, etc.
Novedad im p o rtan te de esta Memoria respecto a la anterior, es que
hay un capítulo dedicado al análisis po r provincias de las causas de la
em igración. Asimismo hay o tro capítulo que se ocupa de los “precios
medios de artículos de consum o y jornales m áxim o y m ínim o y den
sidad de las provincias em igradas” .
16
Rafael María de Labra y M artínez: Cuba com o país de inmigración.
I o folleto, Madrid 1910.
Rafael M aría de Labra: Am érica en España. I o folleto, Madrid 1900.
Orientación americana de España. 1 vol., Madrid 1909 ( l a edic.) y
Madrid 1910 (2 a edic.).
Juan D íaz Caneja: A p u n te s sobre la emigración castellana. 1 vol.,
Palen cía 1907.
A. Serrano y F. de la R ocha A ntón: Guía del emigrante español en
las R epúblicas Ibero-Americanas. 1 vol., Madrid 1909.
Francisco M enocar: La emigración en Cuba. I o folleto, H abana
1909.
Jo a q u ín Morales Morales: Guia comercial del Ecuador. 1 vol., Quito
1909.
“ Los españoles en el Plata. Por un gallego de Buenos Aires” . Publica
do en E l Financiero H ispano-Americano de 29 de octubre de
1909.
La inmigración en la R epública Argentina. Por la Dirección de Inm i
gración de Argentina, 1 vol., Buenos Aires 1908.
De la im portancia y las conclusiones de este Prim er Congreso Nacio
nal de Em igración, nos ahorram os com entario, pues, en su m om ento
— en noviem bre de 1909 —, D. Pedro Sangro y Ros de O lano, auxiliar
de la Sección Prim era del In stitu to de Reform as Sociales, elevó una
M em oria17, al citado organism o, exponiendo su p u n to de vista. En
síntesis, nos dice:
18
tica migratoria tienen que inevitablem ente hacer referencia. Y no
porqué sus trabajos estén plenam ente logrados — cuestión de la que nos
ocuparem os más adelante —, sino debido a que no existe otra posibili
dad de opción: no hay estudios referidos a toda España, sino ap o rta
ciones m onográficas a nivel regional.
Hemos de decir tam bién que esta etapa, ju n to con la prim era, es la
que m enos atención presta a nuestra em igración del XIX, denotándose
u n a falta estudios en profundidad, salvo las excepciones antes ap u n ta
das.
Sentada esta premisa, a renglón seguido com entarem os dos de las
publicaciones de G onzález-R othvoss: “ La em igración española a Ibero
am érica” e “ Influencia de la em igración en el crecim iento de la pobla
ción española en los últim os cien años (1850 - 1950)” .
El prim ero de estos data de 1949 y ya distingue G.R. — división que
luego se ha hecho clásica —, cuatro direcciones en la em igración
española del XIX: a) C ontinental, b) Colonias, c) N orte de Africa,
d) América. G.R. se ocupa igualm ente de explicam os que nuestra em i
gración española hacia América del Sur en la prim era m itad del XIX, es
m uy pobre. Y entre los cuadros estadísticos que inserta im p o rta el que
refleja la la em igración de España po r países de destino en 1882 - 1909.
El segundo de los trabajos de G .R ., es una conferencia p ronunciada
en el In stituto de Sociología en 1952. Y se trata de saber el grado de
incidencia que la em igración ha tenido a lo largo de un siglo: 1850 -
1950, en la población española.
E ntre las objeciones que podríam os poner a este últim o trabajo,
decir que cuando se analiza la em igración a las colonias hispanas, el
au to r (ver p. 68) olvida a P uerto Rico, cuya im portancia en la em igra
ción ha quedado reflejada en los trabajos de la d o cto ra Cifre de
Loubriel. Por o tro lado, añadir, que en el apartado que el autor dedica a
las provincias de m ayor a m enor em igración, no cita a las Islas Canarias
(ver pp. 73 - 77), a pesar de la enorm e im portancia que poseen. Y
finalm ente, G onzález-R othvoss, llega a la conclusión (p. 72), de que la
población española no se ha visto afectada en este largo p erío d o de
tiem po po r la em igración. Personalm ente pienso que ésto está aún por
estudiar. Creemos que ha influido y m ucho, aunque hay que establecer
convenientes m atizaciones regionales.
Decíamos al principio que G onzález-R othvoss es fuente obligada,
debido a que los estudiosos que van a tratar los problem as de la em igra
ción del siglo XIX, no tienen otros autores a los que poder acudir y
com o apuntábam os no hay posibilidad de opción. Señalábamos tam bién
que G .R , no era original; en efecto, en sus trabajos lim itase a reflejar y
com entar las estadísticas oficiales que sobre em igración poseem os desde
1882, sin aportar una labor de investigación personal.
19
Tras estas acotaciones hechas a G .R ., y observando que hayam os
querido dar su nom bre a esta etapa, es fácil imaginarse la escasa labor de
conjunto realizada en este período sobre la em igración en el XIX. En tal
sentido, quien quizás, tras G .R ., se preocupe más de esta cuestión es el
profesor Jo rd í Nadal y sólo destina veinte y nueve páginas (de la 175 a
204) de su libro La población española (siglos X V I al X X ). Estudia
— centrándose fundam entalm ente en los datos del In stitu to de R efor
mas Sociales —, las m edidas repobladoras y posterior libertad de emigrar
(pp. 175 - 184); las corrientes de em igración hacia América (pp. 184 -
192) y la distribución geográfica de la misma (pp. 192 - 197).
O tros autores contem poráneos, caso de Salustiano del Campo
— Análisis de la población de España —, dedican m enos espacio (dos
páginas 127 - 28), resum iendo lo ya conocido de G onzález-Rothvoss y
Nadal. Y lo mismo podem os decir de La población española en los
siglos X V II I y X IX de Pedro Rom ero de Solis, que (pp. 272 - 276) se
basa en citar a Nadal y las estadísticas del M ovim iento de E ntrada y
salida de pasajeros po r m ar (1882 - 1900).
Existen o tros autores que tam bién se ocupan de pasada de la emigra
ción española, pero creo que com o b otón de m uestra vale lo expuesto,
pues, los casos citados son los que consideram os más significativos.
A hora me pasaré a ocupar rápidam ente de algunos autores que han
aportado estudios basados en investigaciones personales. Me refiero a
Cifre de Loubriel, G uerrero Balfagón y Fernández Arlaud.
El trabajo de Cifre de L oubriel —La inmigración a Puerto Rico
durante el siglo X IX — está estructurado en tres partes. En la prim era,
se hace un breve balance de la historia de la inm igración en Puerto Rico
de los siglos XVI al X VIII. En la segunda, se analiza la inm igración en el
siglo XIX: Legislación, causas de la em igración (políticas, adm inistrati
vas, económ icas, etc.); núm ero, edad, estado civil y tantos por ciento de
participación de los em igrantes de las distintas provincias, etc. Y por
últim o, en la tercera — en mi opinión la más im portante —, a la que la
autora dedica más espacio (439 páginas de un to ta l de 570), es un catá
logo com puesto de 13.217 em igrados, en donde p o r orden alfabético, se
indica el nom bre y la fecha de arribada a P uerto Rico del em igrado;
igualm ente, la naturaleza, estado civil, profesión, etc., etc.
Todos estos datos — fru to de un intenso trabajo de años — han
tenido com o apoyatura docum ental los siguientes archivos: Archivo
H istórico Nacional, Archivo de Indias de Sevilla, Archivo G eneral Mili
tar de Segovia y Archivo de la C atedral de San Juan de P uerto Rico. La
autora reseña tam bién los legajos y to d a la docum entación que em pleó.
Por nuestra parte, sólo añadir que esta obra de la do cto ra Cifre de
Loubriel, constituye la aproxim ación más seria y con criterio científico,
de cuantas conocem os sobre la em igración española del XIX. Y además
20
sirve para abrir brecha en este m undo tan apasionante, cercano y desco
nocido, que es nuestra em igración a Am érica en el siglo XIX.
Por últim o, nos restan los artículos de G uerrero Balfagón y F ernán
dez Arlaud que com entarem os al alim ón, pues, ámbos se ocupan del
mismo tem a: la em igración clandestina española a América en la prim e
ra m itad del siglo XIX.
El trabajo de G uerrero Balfagón — publicado en 1960 — trata d&La
emigración de los naturales de las Islas Canarias a las Repúblicas del R io
de la Plata en la primera m itad del siglo X IX . Y el de Fernández Arlaud
- publicado en 1973 - se ocupa de La emigración española a Am érica
durante el reinado de Isabel II; aunque tam bién p o d ría haberse titulado
“ La em igración canaria durante ...” , pues, la docum entación que sirve
de apoyatura se refiere casi en exclusiva a los isleños de Canarias.
A m bos estudiosos utilizan las mismas fuentes: la Sección de Estado
del Archivo H istórico Nacional y la docum entación diplom ática de
U ruguay y A rgentina que se conservan en el M inisterio de Asuntos
Exteriores.
En resum en, estos trabajos constituyen una aportación destacada
para el conocim iento de la em igración clandestina española —y más
especificam ente la canaria — hacia las Repúblicas del Plata, cuya inde
pendencia no fue reconocida de iure por España hasta 1841. Asimismo
se nos habla de las contratas que se h acían con los em igrados; condicio
nes en que se desarrollaba la travesía; los problem as que al G obierno
espauol acarrea este tipo de em igración fraudulenta y por últim o, el
estudio de las disposiciones legislativas dictadas sobre em igración, con
atención preferente a la Real O rden Circular de 16 de septiem bre
de 1853.
21
A ) Colonias españolas.
a) Colonias españolas,
a. 1) Los Libros de Registro de Cuba:
La docum entación que sobre Cuba existe en el Archivo H istórico
Nacional, se encuentra inventariada en los llam ados Libros de Registro,
que se desglosan a su vez en Libros de F om en to , G obierno, G racia y
Justicia y Hacienda.
Estos Libros constituyen la única fuente de que disponem os para
conocer los fondos que sobre la Perla de las A ntillas existen en el
A .H.N., pues, aun no se han editado unos Inventarios similares a l
publicados sobre P uerto Rico, y que más adelante veremos.
El núm ero de Libros de Registro sobre Cuba, así com o los años que
com pendian, son éstos:
F om ento, Años 1833 - 99, Libros 1 - 5.
Gobierno, Años 1833 - 99, Libros 6 - 14.
22
Gracia y Justicia, Años 1844 - 99, Libros 15 -2 1 .
Hacienda, Años 1840 - 99, Libros 22 - 32.
Para conocer cuál es exactam ente la docum entación que sobre em i
gración pueda existir hacia Cuba, hay que mirarse com pleto cada uno
de los tom os señalados, ya que, los tem as que se tratan siguen un
criterio alfabético y no un orden por materias.
Con el fin de hacernos una idea de la riqueza que encierran estos
Libros, voy a citar sólo la docum entación de uno de ellos, pues, aunque
para mi tesis los he tenido que utilizar, enum erarlos todos rebasaría los
estrechos lím ites de este Inform e.
Los expedientes que vamos a relacionar, están estractados del Libro
núm ero 10 de la Sección de G obierno, que com prende los años que van
de 1857 a 1862. Para facilitar su búsqueda, indicam os la letra corres
pondiente así com o el núm ero del expediente:
“ Ana (Fragata) sobre trato dado a los pasajeros de la ... 1861” ,
legajo 4676 (letra A, exp. n ° 174)/ “ Sobre envió de ... a la R epública de
Venezuela, con instrucciones para obtener reparación de los excesos
com etidos contra los súbditos españoles residentes en aquella R epúbli
ca, 1860” (letra B, exp. n ° 120)/ “T rato dado a los pasajeros del
bergantín Bigarrena, 1861” , legajo 4676 (letra B, exp. n ° 165)/ “ Com
p añía Franco-am ericana de las Islas Canarias. Sobre llevar ... colonos de
aquellas islas a las Antillas, 1857” , legajo 4649 (letra C, exp. n ° 67)/
“ Colonización blanca. Se halla unido al expediente de D. Domingo
G oicuría sobre lo mismo, 1859” , legajo 4658 (letra C, exp. n ° 146)/
“ Bergantín Cristóbal Colón, sobre abusos com etidos respecto a la
Sanidad por ... 1869” (letra C, exp. n ° 204)/ “ Colonos gallegos. Sobre
su introducción en la isla de Cuba solicitada por D. Urbano Feijoo y
Sotom ayor, 1857” (letra C, exp. n ° 85)/ “ Reclam ación por parte de los
colonos gallegos de unos haberes, 1860” (letra C, exp. n ° 102)/ “ Trato
dado a los pasajeros de la goleta Carmela, 1860” (letra C, exp. n ° 109)/
“ Colonos canarios. D. Beltrán R am írez solicita perm iso para introducir
colonos canarios, 1861” (letra C, exp. n ° 140)/ “ Ederrena, bergantín.
Sobre su viaje a la Isla de Cuba, y trato dado a sus pasajeros, 1857”
(letra E, exp. n ° 7)/ “ Eusebia (corbeta española), sobre el trato dado a
los pasajeros que condujo la ..., 1859” (letra E, exp. n ° 189)/ “ F ran
cisca, bergantín. V isita y contrata de pasajeros del ..., 1860” (letra F,
exp. n ° 2 5 0 )/ “ Francisca, bergantín. T rato dado a los pasajeros ...,
1861” legajo 4676 (letra F, exp. n ° 171)/ “ Gran Canaria, visita al
buque ..., 1861” legajo 4676 (letra G, exp. n ° 176)/ “ T rato dado a los
pasajeros de la fra g a ta ..., 1862” (letra G, exp. n ° 4 4 )/ “ Habana,
b erg antín español. Salida del puerto de Gijón y del tra to dado a los
pasajeros ..., 1860” (letra H, exp. n ° 119)/.
D ecía que iba a citar la relación com pleta de expedientes de un
Libro de Registro, pero como quiera que aun vamos p o r la letra H y
23
hem os de llegar a la Z este apartado se prolongaría dem asiado; por este
m otivo, hem os decidido acabar aquí, añadiendo unicam ente que los
papeles de las letras siguientes, poseen idénticas características a las
anteriores. Veámoslas en conjunto.
Com o se ha podido com probar ante el ejemplo expuesto, la docu
m entación de los Libros de Registro — en especial la de G obierno y
F om ento —, nos perm ite conocer con gran profusión de datos, algunos
aspectos hasta ahora poco estudiados de nuestra em igración en el XIX:
trato dado a los pasajeros durante la travesía; tran sp o rte de em igrantes
desde distintas provincias españolas — Galicia, Canarias, ... — a Cuba;
situación de los m ism os al llegar al p unto de destino, etc., etc.; tratán
dose asuntos relacionados con la repatriación y evasión del servicio
militar.
En resum en, estos Libros de Registro, constituyen una fuente de
prim er orden para el conocim iento de los m ovim ientos de la población
española y más concretam ente hacia Cuba, cuya trascendencia está aún
pendiente de estudio.
a .2) Los Catálogos de P uerto Rico:
H istoriar la em igración de Puerto Rico, es m ucho más fácil que en el
caso de Cuba, debido a que el personal de la Sección de ultram ar bajo la
dirección de su directora, Ma Teresa de la Peña Marazuela, h a realizado
unos excelentes Inventarios. H asta el m om ento se han publicado dos
tom os, uno de G o b iern o 19 y otro de F o m en to 2 0 .
Del tom o de G obierno destacan para m uestro estudio los siguientes
apartados: A gricultura, Cuestiones Laborales, Ejército, Q uintas, Emigra
ción, Prensa, M arina2 1.
Y del tom o de F om ento: A gricultura y E m igración2 2 .
Sólo añadir, que la isla de Puerto Rico, ha tenido más fo rtu n a que la
de Cuba, pues, a ella le ha dedicado un excelente trabajo la Dra. Cifre
de Loubriel: “ La inm igración a P uerto Rico durante el siglo X IX ,” , que
ya com entam os en su m om ento y al que hay que acudir necesariam ente
a la hora de replantearse el estudio de la inm igración a Puerto Rico en el
siglo XIX.
a .3) Los Libros de Registro de Sto. Domingo:
Se refieren a G obierno, Gracia y Justicia y H acienda, carece por
tan to de la Sección de Fom ento que vimos en Cuba y el p erío d o crono
lógico abarcado es m ucho m enor, de 1861 a 1867.
Esta es la rela ció n :
G obierno, A ño 1861, Libro 83.
Gracia y Justicia, Años 1861 - 65, Libro 84.
Hacienda, Años 1861 - 67, Libro 85.
24
b) T erritorios de América del Sur.
b .l) La Sección de Estado:
La Sección de Estado contieno 8.713 legajos, con docum entación
com prendida en líneas generales entre el últim o tercio del Siglo XV II y
segundo tercio del XIX; procede de la antigua Secretaría del Despacho
de E stado, que a p artir de 1833 se denom inó Ministerio de Estado.
Esta Sección reviste un enorm e interés para el conocim iento de
nuestra em igración en el XIX; especialm ente para la prim era m itad,
pues, precisam ente en este período es donde más escasean las noticias
sobre la em igración. Prueba la im portancia de esta fuente, los artículos
ya com entados de Guerrero Balfagón y Fernández Arlaud, que tienen
com o únicos soportes docum entales la Sección de Estado y el Ministe
rio de A suntos Exteriores.
A p untada la im portancia de esta Sección, veamos que tem as se abor
dan para nuestro estudio:
Brasil: Buques (1789 - 1819).
Correspondencia y varios (1809 - 53).
C orrespondencia diplom ática (1809 - 36), etc.
Consulados: Méjico.
Cuba.
Embajadas: Méjico.
Junta de Comercio y
Extranjeros: Pasaportes ( 1 8 1 8 -2 1 ) .
Uruguay: Legación de E xpedientes (1842 -4 8 ).
Veracruz: Correspondencia de losConsulados (1839 - 50).
Del “ Inventario de Libros de la Sección de E stado” , destacam os para
nuestro trabajo:
Actas del Consejo de Estado (1812 - 34).
Consultas del Suprem o Consejo de Estado (1820).
Esta docum entación — de la que sólo m e he lim itado a enum erar
alguno de sus epígrafes — nos perm ite conocer los proyectos de emigra
ción que se fraguan hacia las jóvenes Repúblicas Sudam ericanas; las
condiciones en que el em igrante efectúa la travesía; el trato que recibe
al llegar a tierra firm e, etc. Es una docum entación que podríam os titu
lar “ diplom ática” : correspondencia entre España y sus cónsules en el
extranjero; relaciones con los cónsules de Méjico, Brasil, etc.
b .2 ) Sección de G obernación:
T anto en el “ corpus” docum ental de la Sección de E stado, com o en
éste de G obernación, existen abundantes referencias sobre la emigración
hacia las Repúblicas de América del Sur; pero - aunque en m enor
cu an tía no faltan datos sobre las antiguas colonias de Cuba y Puerto
Rico.
Todos los papeles de esta Sección, proceden del M inisterio de la
G obernación, que h a cedido parte de sus fondos del XIX al Archivo
25
H istórico Nacional, e igualm ente ha rem itido o tro im p o rtan te co n tin
gente de características similares, al Archivo Central de Alcalá de Hena
res, com o más adelante estudiarem os.
A pesar de que en esta Sección de G obernación existen noticias de
carácter diplom ático: correspondencia entre consulados, etc.; en térm i
nos generales, sus características son bien diferentes a las de la Sección
de Estado. Se ocupa casi en exclusiva de los asuntos relacionados con la
repatriación de españoles indingentes en el extranjero, captura de
prófugos, etc.
Al igual que hicim os en la Sección anterior, vamos a relacionar algu
nos de los expedientes:
Beneficencia. Repatriación y Socorros M utuos (1890 - 92).
Sobre Repatriación y Nacionalizaciones (1877 - 85).
Sobre R epatriación de españoles de varias provincias (1876 - 93).
Beneficencia. R epatriación. Varias provincias (1882 - 83).
O rden Público. A suntos rehgiosos y de em igraciones. Varias provin
cias (1879 - 86).
D ocum entos referentes ... y sobre régim en penal para Prófugos de
varias provincias (1879 - 96).
Inform es sobre Cónsules y Consulados: de Liberia a Perú (1882 -
95).
D ocum entación varia referente a Cónsules: desde Chile a Estados
Unidos alfabéticam ente (1885 -9 1 ), etc.
26
ciones m ilitares y civiles. Además gran parte de esta docum entación,
rebasa los lím ites puram ente locales de la Isla.
27
podríam os denom inar socio-política, pero no perm ite cuantificar el
fenóm eno.
Que en las Cortes existió una evidente preocupación p o r el problem a
migratorio, lo prueba las intervenciones que desde 1822 a 19 0 5 2 7 se
recogen en los Diarios de Sesiones.
En esta larga lista que hem os adjuntado a pié de página, no se
incluye el “Proyecto de colonización gallega en la Isla de C uba” , que
llevase a cabo Urbano Feijoo y Sotom ayor, y cuya existencia hem os
constatado personalm ente. Todo ello nos hace pensar que un detenido
estudio de los Diarios de Sesiones de Cortes se hace im prescindible.
B) Países sudamericanos.
28
reza en su catálogo - la de recoger y conservar la gestión adm inistrativa
del Estado los fondos docum entales de la A dm inistración Pública que
por su antigüedad o carácter no sean de utilidad inm ediata para la
misma; y seleccionar, conservar y ordenar aquellos otros que, pasada su
vigencia adm inistrativa, m erezcan ser conservados com o testim onio
histórico de la gestión del Estado. Su función será, pues, la de Archivo
adm inistrativo y depósito interm edio de selección de los docum entos
que deban pasar al H istórico N acional” .
Sus fondos docum entales proceden de distintos M inisterios: Presi
dencia del G obierno, A gricultura, A suntos E xteriores, Educación y
Ciencia, G obernación, Hacienda, Inform ación y Turism o, Justicia y
Obras Públicas. A esta docum entación hay que sum ar la procedente de
algunas Em bajadas y Consulados españoles en el extranjero.
Para nuestro estudio interesan las Secciones siguientes:
a) Sección de G obernación.
Esta docum entación, al igual que la de G obernación del Archivo
H istórico Nacional, procede del M inisterio de la G obernación, que en
un prim er m om ento (diciem bre de 1965), la ingresó en calidad de
depósito en el Palacio del Infantado de G uadalajara; pasando definitiva
m ente más tarde al Archivo de Alcalá de Henares.
Sus características son similares al corpus del Archivo H istórico
Nacional. C entrándose principalm ente en asuntos relacionados con la
repatriación de españoles indingentes en América, captura de prófugos,
correspondencia diplom ática con los Consulados españoles en América,
etc. En resum en, constituye un buen com plem ento a la docum entación
de G obernación del Archivo H istórico Nacional.
A parte de la docum entación citada, existe en esta Sección un aparta
do dedicado a las calamidades que padecieron distintas provincias
españolas a lo largo del siglo XIX. Este tipo de papeles —ju n to a los que
se encuentra en el A.H.N. - es una fuente a considerar, pues, nos
perm ite poder conocer el grado de incidencia de estas “ calam idades” en
los m om entos de alza en la em igración. F enóm eno que hem os constata
do docum entalm ente en el caso de Canarias, donde estas “ calam idades”
— pérdidas de cosecha, sequías, plagas de langosta, caída de la cochini
lla, tem porales, etc. - se acom pañan con un increm ento significativo en
el núm ero de salidas.
29
En Com ercio, se tratan asuntos relacionados con la em igración en
general: líneas de navegación, sanidad, etc. La Sección de Judiciales, en
cam bio, es básica para aproxim arnos al conocim iento de la emigración
clandestina; existen legajos com pletos dedicados a la captura de p ró fu
gos y desertores e indultos de los mismos.
30
ser m ucho más frecuentes, pues, nuestra em igración en el XIX, fue en
su inm ensa m ayoría a esos territorios.
c.2) Las Embajadas:
En las Embajadas, nos encontram os con el mismo problem a que en
los Consulados, estando aún por inventariar la docum entación. De las
Em bajadas en América del Sur que han enviado sus fondos - V ene
zuela, A rgentina, Brasil, Chile y G uatem ala - , vamos a elegir V enezuela,
p o r ser la docum entación que ha llegado m enos desordenada. t.
Venezuela: Como indicábam os, es ésta una docum entación que se
encuentra aún sin catalogar. Por ello tuvim os que recurrir a la consulta
directa, papel po r papel.
A continuación, vamos a com entar algunos expedientes de V ene
zuela, que po r si solos hablan de la im portancia que estos Archivos de
las Em bajadas de América del Sur poseen para el conocim iento de
nuestra em igración.
D o cum entos relativos al censo de españoles residentes en Venezuela:
1897 - 1901. Se trata de los datos que la Em bajada española en V ene
zuela elaboró a instancias del In stitu to G eográfico y E stadístico espa
ñol, que lleva a cabo el censo de españoles en esos años. La trascenden
cia de esta docum entación viene refrendada por los datos que nos apor
ta: población española en los distintos distritos o colonias, nom bre y
apelüdos del em igrante, naturaleza, sexo, edad, estado civil, nivel de
instrucción, profesión y lugar de su últim o dom icilio en España.
R epatriación de españoles: 1 8 9 7 - 1904: En prim er lugar, estos
expedientes nos perm iten enterarnos de la situación angustiosa por la
que atraviesan nuestros com patriotas en un determ inado m om ento, así
com o las causas que la han m otivado.
Igualm ente se nos indica la relación de repatriados — nom bre,
naturaleza, edad, destino, profesión, si va solo o en familia, etc. —; así
com o tam bién el ta n to por ciento que en esta repatriación ocupan las
regiones españolas.
D o cum entos sobre la emigración clandestina a Venezuela de los
naturales de Canarias en el siglo X IX : A unque estos expedientes se
refieran concretam ente a los naturales de Canarias, su interés trasciende
de lo m eram ente local, ya que, se nos habla de una im p o rtan te corriente
clandestina: form a de llevarla a cabo, núm ero de em igrantes, trato dado
a bordo de las em barcaciones, etc.
Quiero acabar com o em pecé: insistiendo en la gran im portancia que
poseen estos fondos de las Em bajadas y Consulados españoles en
Sudamérica. Im portante po r m últiples aspectos: nos habla de la repa
triación de nuestros com patriotas y de la situación angustiosa por la que
han atravesado, de sus lugares de residencia y de sus principales ocupa
ciones en Venezuela, A rgentina, etc.
31
En las notas que hem os escrito, sólo efectuam os una prim era aproxi
m ación al conocim iento de esta riquísim a docum entación, d eten ién
donos m uy rápidam ente en señalar algunos de los ejem plos más signifi
cativos de la Em bajada de Venezuela. Y los futu ro s estudios que sobre
em igración española del XIX se hallen vinculados con algunos de los
países Sudam ericanos, necesitaran de una m ayor profundización, que
estas simples notas.
2. M inisterio de Agricultura.
3. M inisterio de A su n to s Exteriores.
32
4. Otras fuentes.
a) La Prensa:
Si para la H istoria de nuestro siglo la Prensa es fundam ental, para el
XIX es decisiva; convirtiéndose en ocasiones en la única fuente de que
podem os disponer. Es el caso de nuestro estudio, ya que al no iniciarse
las estadísticas seriadas sobre em igración hasta 1882, su consulta se
hace im prescindible. Sin em bargo, hay una interrogante que surge fácil
¿es válida to d a la Prensa del XIX? No y voy a explicar el p o r qué.
En prim er lugar, hay que tener cierto cuidado a la h ora de utilizarse
el periódico com o vehículo de inform ación sobre el fenóm eno m igrato
rio, no olvidando que la prensa del XIX española es de los colores más
dispares: “ com unista” , anarquista, católica, etc. A parte de tener en
cuenta la ideología del periódico, debem os tam bién considerar la
duración del mismo, pues, el periódico en el XIX con la m isma facilidad
que aparece, desaparece y a veces no pasa del prim er núm ero. Siendo
preferible, en resum idas cuentas, un periódico que dedique más aten
ción a la cuestión socio-económ ica.
Algunas de las dificultades apuntadas, tuve que resolverlas en el
m om ento de elegir los periódicos que pudieran servirme para historiar la
em igración durante el siglo XIX en Canarias. A unque la división de las
islas Canarias en dos provincias es posterior (1927), escogí para la p ro
vincia de Sta. Cruz de Tenerife el “ Eco del Com ercio” y para la pro
vincia de Las Palmas “ El O m nibus” , periódicos de características simi
lares, dedicados con preferencias a las cuestiones socio-económ icas.
A continuación, vamos a ver las noticias que sobre em igración se
insertan en am bos periódicos y que opinam os constituyen un ejemplo
suficientem ente ilustrativo de lo que pueda obtenerse en un futuro
estudio de la Prensa española.
Tanto en el “ Eco del C om ercio” , com o en “El O m nibus” , se reciben
cada cierto tiem po, noticias de Cuba, P uerto Rico, V enezuela, Argen
tina, etc.; a través de las respectivas “ corresponsalías” , que p u n tu al
33
m ente inform an de la situación del em igrante en general y del canario
en particular.
Igualm ente en los dos periódicos, se insertan noticias de propagan
da3 0 sobre la salida o entrada de barcos con em igrantes; sobre contratis
tas que quieren llevar em igrantes a Cuba o a V enezuela, etc. U na
cuestión m uy im portante es el análisis - incluso a nivel de pueblo - de
la situación por la que atraviesa la agricultura; aspecto de indudable
interés, pues, la noticia de una sequía, de una plaga de langosta, etc.;
puede explicarnos el porqué la em igración aum enta en determ inados
años.
Pensamos que con estos ejemplos ha quedado de m anifiesto la
im portancia que tiene en el siglo XIX la Prensa “diaria” . Llamémosla
así para distinguirla de la otra, “la oficial” : Gaceta de Madrid y B oletín
Oficial de la Provincia, a la que vamos a dedicar un breve com entario.
La G aceta de Madrid — actual Boletín Oficial del Estado — fundada
en 1661, es uno de los más antiguos periódicos de los que actualm ente
se publican en el m undo; siendo de interés para este estudio, pues, en
ella se recogen todas las disposiciones legislativas que de una form a u
otra afectan a la em igración.
Si el interés de la Gaceta de Madrid, estriba en que recoge las m edi
das que el G obierno adopta para la N ación, en los Boletines Oficiales de
la Provincia la inform ación es a escala local; aunque norm alm ente se
copian las m edidas ms im portantes de la Gaceta.
34
ca, préstam os hechos desde América, herencias dejadas en América,
etc., etc.
Los P.N. constituyen, pues, al igual que la Prensa, una fuente im por
tante para el conocim iento de nuestra em igración en la pasada centuria.
Prueba el interés de lo que apuntam os, las dos Memorias de L icenciatu
ra que actualm ente dirige el Dr. Muñoz Pérez, sobre la “ R epatriación de
los Indianos canarios en el período 1825 - 7 0 ” , que tienen com o prim e
ra fuente de investigación precisam ente los P rotocolos Notariales.
35
— com o decíam os — por negligencia o falta de interés no escribieron o
se lim itaron a afirm ar que no h ab ía nada. Tras esta prim era to m a de
contacto con los Archivos la segunda fase de la Investigación fue la
visita a cada uno de ellos, localizando la docum entación que sobre
em igración se me h ab ía dicho que no existía. Y saco ésto a colación
porque sospecho que en la Península ocurra exactam ente igual y se haga
preciso un estudio porm enorizado de Archivo p o r Archivo.
Que en las C orporaciones M unicipales de la P enínsula debe existir la
Comendaticia, nos lo prueba esta inform ación por carta del profesor
García Bartolom é: "... puedo decirle que en Archivo Civil del Gobierno
de Santander existían tales expedientes y que h u b o un par de investiga
dores santanderinos (uno de ellos vive) que se dedicaron a hacer un
fichero con los mismos, donde se recogían datos y filiación de los
em igrantes. Tal fichero y Archivo me com unicaron h ab ía desaparecido
en un incendio que sufrió S antander” .
De m uy im p o rtan te podem os calificar la inform ación que am able
m ente nos ha facilitado el D irector del Archivo H istórico Provincial de
Santander, Sr. V aquerizo Gil. D iciéndonos que en el Archivo H istórico
existe una copiosa docum entación relativa a pasaportes expedidos por
las autoridades para el paso de viajeros al extranjero (Am érica y E uro
pa). En conjunto abarcan los años 1 8 1 6 a 1862 (es una prim era aproxi
m ación), separado los pasaportes correspondientes a América, E uropa e
interior, así com o los concedidos a extranjeros.
Nos dice igualm ente el Sr. V aquerizo Gil, que a la solicitud del pasa
porte seguía una inform ación sobre la veracidad del viaje que se con
serva ju n to a la petición; los pasaportes (o las copias con que se queda
ban la adm inistración) se conservan hoy, y la adm inistración llevaba
estadísticas mensuales de los expedidos.
E ntre las fotocopias que nos rem ite el Sr. V aquerizo, destacam os:
a) u n expediente de solicitud de em barque, b) un pasaporte, c) un parte
mensual y d) una obra de libro-registro.
A unque estos cuatro expedientes son im portantes, querem os desta
car el interés del prim ero, el expediente de solicitud, pues, es el mismo
tipo de docum ento que la Com endaticia o expediente de em barque que
hem os localizado en Canarias, con idéntico form ato y las mismas carac
terísticas: nom bre y apellidos del em igrado, edad, etc., etc.
F inalm ente querem os puntualizar de que en el caso de que estas
Comendaticias o autorizaciones para em barcar no existan en algún
A yuntam iento por determ inadas circunstancias (incendio, venta de
docum entos, etc.), hay otras fuentes en el mismo A yuntam iento a las
que poder acudir: los Libros de Actas, los Indices o Inventarios, los
Libros de Reem plazos, los expedientes de prófugos, las cartas de los
em igrantes, etc.
36
En fin, pensam os que en el m om ento en que se p retenda llevar a
cobo el estudio de la em igración española en el pasado siglo; ya desde
una perspectiva local, regional o nacional, los Archivos de las C orpora
ciones Municipales constituyen una fuente de investigación a tener m uy
en cuenta.
CONSIDERACION FINAL
APENDICE BIBLIOGRAFICO
37
M uchos de ellos piezas únicas —, citam os el lugar de origen y la signa
tura correspondiente.
Lista de siglas utilizadas:
B.N.: Biblioteca Nacional.
B.M.T.: Biblioteca M inisterio del Trabajo
B.M.H.: Biblioteca M inisterio de Hacienda
I.N.E.: In stitu to N acional de E stadística
B.U.S.: Biblioteca Universidad de Santiago
B.I.P.S.: Biblioteca In stitu to Padre Sarniento (Santiago de C om
postela)
M.C.: Museo Canario (Las Palmas de G ran Canaria)
B.M.A.: Biblioteca Marqués Acialcázar (Las Palmas de Gran
Canaria)
B.C.: Biblioteca de la C osm ología (S.C. de La Palma, Islas
Canarias)
B.M.T.: Biblioteca Municipal de S.C. de Tenerife (Islas Canarias)
B.U.L.L.: Biblioteca Universidad de La Laguna (Tenerife)
38
8) Navarro, Fulgencio: La emigración. E studio Literario-Tipográfico
de P. Madoz y L. Sagadti. Madrid, 1846, pp. 51.
B.N. V / Ca 2831-46 y V / Ca 732, n ° 36.
9) Olive, Pedro de: Diccionario E stadístico adm inistrativo de las Islas
Canarias. Barcelona: Jaim e Jepus, 1868, pp. 1264.
10) Parga y Sanjurjo, José A ntonio; R odríguez Seoane, Luis; G. Loza
no, Florencio; F ernández, M. Bibiano; Eleizegui, Ram ón; N eíra
D ominguez, M anuel: Inform e contestando al interrogatorio de
G.M. sobre las causas y rem edios que pueden aconsejarse para
evitar los males que trae al país la emigración. Santiago:
Im prenta de la Gaceta de Galicia, 1881.
B.U.S.
39
18) Congreso de Emigración celebrado por iniciativa de la Sociedad
Económ ica de A m igos del País y las Cámaras Agrícola y de
Comercio de Santiago de Galicia, celebrado en esta ciudad, en
septiem bre de 1909, bajo la presidencia de D. Rafael M. de
Labra. M adrid: Tipografía de A lfredo Alonso 1910, pp. 23.
B.M.T.: F 32 / 21 325.2 :0 6 1 .3 y B.U.S.
19) Congreso Español de G eografía Colonial y Mercantil. Ventajas e
inconvenientes de la emigración. M adrid, 1883. Celebrado los
días 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 de noviem bre de 1883, A c to ,
1884.
B.M.H.: 325.3.
20) Conrado y C ontestí, A ntonio M arqués de la F uensanta de Palma:
Pro-Hispania. El problem a migratorio. Estudios. M adrid: Imp.
del Asilo de H uérfanos del S.C. de Jesús, 1905, XXXI, pp. 190.
B.M.H.: 325.1/2.
21) Curbelo, José: P royecto de Inmigración nacional para la Isla de
Cuba y de la más fácil realización. La H abana: La propaganda
Literaria, Im prenta, Librería, P apelería, Música, Encuader
nación O ’Reilly, n ° 54, 1882, pp. 26.
B.M.T.: F 8 22-6 / 21.
22) D íaz Caneja, Juan: La emigración en Castilla. M adrid, 1912, pp. 42.
+ 1 hoja.
B.N.: Ca 457, n ° 22.
23) Díaz Pérez, Nicolás: D ictám en sobre las causas de la emigración en
las provincias de Baleares y Canarias. M adrid: Imp. de
M. R om ero, 1882, pp. 99.
B.M.T.: F 32 / 18; 325.2 (4 27.5) M.C. y B.C.
24) “ Emigración a la A rgentina” . (Series estadísticas 1882 - 1945). En
Revista Internacional de Sociología, año V, enero-m arzo 1947,
n ° 17, pp.236 - 245.
25) Estadística de la Emigración e Inmigración de España en los años
1882 a 1890. Por la Dirección G eneral del In stitu to Geográfico
y E stadístico. 1891, pp. 642.
I.N.E.: E-13-I.
26) Estadística de la ... en el quinquenio 1891 -1 8 9 5 . Por la D irección
... Madrid, 1898, pp. 426.
I.N.E.: E-13-II.
27) E stadística de la ... en el quinquenio 1896 -1 9 0 0 . Por la Dirección
... Madrid, 1903, pp. 62.
I.N.E.: E -13-111.
28) Estadística de la ... en los años 1901 a 1902. M inisterio de Instruc
ción Pública y Bellas Artes. Dirección G eneral del In stituto
Geográfico y E stadístico. M adrid: Im prenta de la ..., 1903,
pp. 39.
I.N.E.: E -13-IV ; B.M.T.: 325.2:31 y 31:325.2.
29) Fernández de Castro, Rafael: La emigración española. Recopilación
jurídico-Social. M adrid: Hijos de Reus, 1915, pp. 50.
B.N.: V / Ca 561-39.
40
30) F reixa y Rabaso, Eusebio: Manual de emigraciones. M adrid: Imp. a
cargo de Tomás Rey, 1888, pp. 31.
31) G onzález Besada, A ugusto: La emigración. Discurso inaugural de
las conferencias del Centro gallego de Madrid, pronunciado en
la noche del 22 de diciem bre de 1904. M adrid: M. Rom ero
Im presor, 1905, pp. 24.
B.M.T.: F - 32 / 17; 325.2 (042). T am bién en B.I.P.S.
32) G onzález D íaz, Francisco: Un canario en Cuba. H abana (S.C.):
Imp. La Prueba, 1916, pp. 102.
B.U.L.L.: A / V - 21.; B / IV - 28. y B.M.T.: 10-1-74.
33) Inspección G eneral de Emigración (España). Compilación de las
disposiciones dictadas sobre emigración. Madrid: Im prenta
H erm anos, 1933, 2 vols. Com prende, to m o I: 1848 - 1932;
tom o II: 1932 - 1935.
B.M.T.: 325.2 (094.5)
34) In stitu to de R eform as Sociales. La emigración. Inform ación legis
lativa y Bibliográfica de la Sección Primera Técnico-adm inistra
tiva. Imp. de la Sucesora de M. Minuesa de los Ríos, M adrid:
Imp. de la Sucesora de M. Minuesa de los Ríos, 1905, pp. 268.
B.N.: 1 / 18.192.
35) Labra y M artínez, Rafael M aría de: Cuba com o país de inmigra
ción. (M emoria). M adrid: Tipografía de Alfredo Alonso, 1910,
pp. 47.
B.M.T.: 325.1 (729.1).
36) L os Canarios en América. De la edición publicada en el periódico
La Prensa el 26 de junio de 1936. Introducción de Felipe
Sassone. S.C. Tenerife: L ibrería Hespérides (Canarias), pp. 72.
B.U.L.L.: Ca 28 b; F ° 73.
37) M arrero, Manuel María: Los canarios en Am érica (R ecopolación
histórica, Caracas, 1897). S.C. Tenerife: Imp. V alentín Sanz,
pp. 15.
B.U.L.L.: Ca 39 / F ° 6.
38) Molina Nadal, E.: E l em igrante en América. Madrid, 1913, pp. 403.
B.N.: 1 / 65.026 y 1 / 64.313.
39) M ontero Pérez, Francisco: Noticias acerca de algunos naturales de
la provincia de A licante que se distinguieron en Am érica:
Alicante: Talleres tipográficos de El D ía, 1919, pp. 46.
B.N.: V / Ca 1715, n ° 28.
40) Palom o Ruiz, Luis: La emigración española a A m érica (C onferen
cia), M adrid, 1911, pp. 20.
B.N.: V / Ca 594, n ° 24.
41) Polo Benito, José: F em inism o social. La emigración en Béjar (Con
ferencias, 1906). Bejar, 1907, pp. 37.
B.N.: V / Ca 353-1.
42) Rísquez A lfonso, Jesús M aría, y O rdóñez, Melchor: Cartilla del
em igrante (O bra prem iada en concurso abierto por la unión
ibero-am ericana), M adrid: Im prenta de los Hijos de M. G. Her
nández, 1910, pp. 138. + plano plegable.
B.N.: 1 / 55.904 y B.M.T.: 352.2 y 3 52.1/2.
43) Rocam ora, J.: “ La em igración de España y su régim en actual de
prevención y garantía. En Revista N uestro Tiem po, Madrid,
abril y junio de 1908.
44) Sangro y Ros de O lano, Pedro: Primer Congreso Nacional de E m i
gración. M emoria acerca de los trabajos del Congreso, presen
tada por el In stitu to de R eform as Sociales. Madrid, 1910,
pp. 14.
B.N.: V / Ca 422 n ° 17.
45) Idem : N oticias útiles para el em igrante a la R epública Argentina.
Madrid, 1908, pp. 98, + 1 hoja.
B.N.: V / Ca 478, n ° 30 y B.M.T.: F 32 / 17; 325.2 (46 : 82).
46) Serrano y Jover, A lfredo, y R ocha A ntón, F ernando de la: Guia del
em igrante español a las R epúblicas Ibero-americanas. M adrid:
Im prenta de los Hijos de M. G. H ernández, 1909, pp. 255.
B.N.: 1 / 55.370.
47) Torres Campos, Rafael: La emigración a América. Ponencia presen
tada al Congreso Geográfico H ispano-portugués-am ericano,
celebrado en Madrid. M adrid: Im prenta del M emorial de Inge
nieros, 1893, pp. 14.
B.N.: V / Ca 1716, n ° 16.
48) Valdés Failde, J.: La emigración gallega. M adrid: E studio Tipográfi
co a cargo de A ntonio Haro, 1902.
B.M.T.: 325.2 (461.1). Tam bién en B.U.S.
49) Viñals y T orrero, Francisco: Pasaje para ultramar. Breves apuntes
para la emigración española. M adrid, (2 a edición notablem ente
aum entada): Jaim e Rates, s.a. (1913? ), pp. 60.
B.N.: V / Ca 2486-20.
42
anexos a la Revista Hispania 4 (Estudios sobre la España libe
ral), M adrid, 1973, pp. 419 - 455.
56) Fernández, David W.: “ Los canarios en el U ruguay.” En Revista de
Historia Canaria. La Laguna de Tenerife, núms. 141 - 148.
1963 - 64, pp. 56 - 69.
57) G andara y Feijóo, Alfonso: “ La em igración gallega a través de la
historia.” En Revista de la Universidad de Madrid, XVI, núms.
61 - 64 (1967 [1969]), pp. 381 - 382.
58) G onzález Rothvoss, M.: “ La em igración española a iberoam érica.”
En E studios Demográficos, Vol. III, M adrid, 1954, pp. 315. Y
en Revista Internacional de Sociología, enero-m arzo y abril-
junio de 1949.
59) “ Influencia de la em igración en el crecim iento de la población espa
ñola en los últim os cien años (1850 - 1950).” En R evista In ter
nacional de Sociología, año XI, n ° 4 1 , enero-m arzo 1953,
pp. 6 1 - 84. Y en E studios Demográficos, Vol. IV, M adrid,
1959.
60) G uerrero Balfagón, Enrique: “ La em igración de los naturales de
las Islas Canarias a las R epúblicas del R ío de la Plata en la
prim era m itad del siglo X IX .” En A nuario de E studios A tlá n
ticos, Madrid-Las Palmas, n ° 6, 1960, pp. 493 - 517.
61) H ernández A costa, Jesús: N otas para un estudio de la población
canaria en Cuba. XXXVI Congreso Internacional de Am erica
nistas, España, 1964, A ctas y M emorias, Separata del vol. IV,
Sevilla, 1966.
62) H ernández G arcía, Julio: A portación para el estudio de la emigra
ción tinerfeña en la segunda m itad del siglo X IX . M emoria de
L icenciatura (inédita), Julio 1972, pp. 335.
- Idem: La emigración de La Laguna en la segunda m itad d el si
glo X I X (1 8 4 8 - 1895). A rtículo (en prensa), prem iado por la
R.S.E. de Amigos del País de La Laguna, en nov. de 1974
pp. 77 + 2 mapas.
63) M artínez Ruiz, E nrique: “ D esertores y prófugos en la I a m itad del
siglo X IX .” En Hispania, M adrid, 1967, XXVII, núm . 107,
pp. 608 -6 3 8 .
64) Mesa, R oberto: El colonialismo en la crisis del X I X español.
Madrid: Edit. Ciencia Nueva, 1967, pp. 291.
65) Nadal, Jo rd í: La población española (siglos X V I a l X X ). Barcelona:
Edit. Ariel, 1973 (3 a edic.), pp. 283.
66) Pérez Vidal, José: “ A portación de Canarias a la población de Amé
rica. Su im portancia en la lengua y en la poesía trad icio n al.”
En A nuario de E studios A tlánticos, Madrid-Las Palmas, to m o I,
1955, pp. 158 - 196.
67) Rom ero de Solís, Pedro: La población española en los siglos X V II I
y X I X (Estudio de sociodem ografía histórica). M adrid: Edit.
Siglo XXI, 1973, pp. 288.
68) Sánchez Alonso, B.: F uentes de la Historia española e hispanoam e
ricana. Madrid, 1952 (3 a edic. corregida y puesta al día),
3 vols. (pp. 678, 508 y 736 respectivam ente).
D) T ítulos extractados de la obra de Sánchez A lonso.
Del tom o I:
69) Barrantes, V icente: “ Los extrem eños en A m érica.” Cent., II,
pp. 399 - 409.
70) Cuesta, Luisa: “ La em igración gallega a A m érica.” A rquivos do
Seminario de E studos Galegos, Santiago, 1932, IV, pp. 141 -
217.
71) M artí, Carlos: L os catalanes en América. Cuba. Cartas-prólogos de
D. Feo. Cam bó y del Dr. Mario G arcía Kobly. (2 a edic. corregida y
aum entada), H abana, 1921, pp. 328.
72) O rtiz y San Pelayo, Félix: Los vascos en Am érica. Buenos Aires,
1915, pp. 205.
73) Tejeiro M artínez, Benigno: Gallegos ilustres en A m érica desde la
conquista hasta nuestros días. N otas biográficas, Buenos Aires,
1 vol., pp. 94.
74) Valverde y Maruri, A ntonio L : Colonización e inmigración en
Cuba. La H abana, 1923, pp. 98. (Discurso de la entrada en la
Academia de la H istoria de La H abana).
75) Vidal y Careta, Feo.: E studio de las razas hum anas que han ido
poblando sucesivam ente ... Cuba. Madrid, 1897, pp. 135.
E) Varios.
44
Contiene además con portada propia: Congrés international de
¡’intervention des pouvoirs publics dans I ’emigration et l ’inmi-
gration tenu a Paris, Societé d ’editions scientifiques, 1890,
pp. 142.
B.M.T.: 325.3: 061.3 y 325.2: 061.3.
83) Chandeze, Gustave: De l ’intervention des pouvoirs publics dans
I’emigration et l ’inm igration au X IX siècle. Stude Historique.
B.M.T.
84) Duvsel, Jules: Histoire de I ’em igration europenne, asiatique e t afri-
caine au X I X siècle. Paris: Libraire de G uillaum in et Cie.,
1862, pp. 496.
B.M.T.: 3 25.1/2 “ 18” .
85) España. Ministerio de Trabajo y Previsión; D irección General de
Acción Social y Em igración: Despoblación y repoblación de
España (1482 - 1920). M adrid: Im prenta Helénica, 1929,
pp. 141.
B.M .T.: 325 (46): 31 y 312.8 (46).
86) Sacchetti, A lfredo: Inm igrantes para el Perú. T ipografía salesiana,
1904, pp. 59.
B.M .T.: 325.1 (85).
F) Investigaciones en curso.
45
NOTAS
46
13 Interrogatorio.
I o . Los habitantes de esa provincia, ¿emigran sistem ática m ente
fuera del territorio español? En caso afirm ativo, ¿á qué países se
dirigen? ¿Cuál es el núm ero anual de em igrantes, clasificándolos por
sexos y edades, si fuera posible, y enum erándolos desde la fecha en
que existan datos fidedignos?
2o . ¿Que causas ha producido la em igración en esa provincia, y
cuáles han contribuido á desarrollarla?
3o . Los habitantes de esa provincia, ¿se dirigen á o tra de España en
busca de trabajo? En caso afirm ativo, señalar las épocas y condicio
nes de ese m ovim iento y la referencia que puedan dar á la em igración
al extranjero. En caso negativo, indicar las razones que im piden la
salida de trabajadores de esa provincia para otras de España.
4 o . ¿Que m edios podrán contribuir á contener ó á variar la corriente
de la em igración?
5o . ¿Existen agencias de em igración en esa provincia? En caso afir
m ativo, ¿cuales son las ventajas, y garantías que ofrecen á los em i
grantes?
En vista de que antes de 1882 — hasta que no se estudia la im p o rtan
cia de la Com endaticia —, no hay estadísticas oficiales sobre em igra
ción, salvo datos aislados y m uy generales, este estudio es fundam en
tal para el conocim iento de la problem ática m igratoria del siglo XIX.
14 El interés de los P rotocolos Notariales lo valoram os en la segunda
p arte de este trabajo.
15 González-Rothvoss, M.: La emigración española a Iberoamérica
p. 322, n o ta 2.
16 La bibliografía que seguidam ente adjunto, la cito tal com o te x tu al
m ente se recoge en la obra que estam os com entando.
17 Sangro y Ros de Olano, Pedro: Primer Congreso Nacional de Emigra
ción. M em oria acerca de los trabajos del Congreso presentada al
In stitu to de R eform as Sociales, Madrid, Im prenta de la Sucesora de
M. Minuesa de los Ríos, 1910, p. 13.
18 En este apartado dedicado a la D ocum entación, me lim ito sim ple
m ente a señalar de las fuentes localizadas los tem as más im portantes;
todos ellos subceptibles de un estudio posterior más profundo.
19 Inventario de la serie Gobierno de Puerto R ico (I). Archivo H istórico
Nacional. Sección de U ltram ar. Bajo la dirección de M aría Teresa de
la Peña Marazuela y la colaboración de José Ram ón Barraca, Isabel
Echarari Lom o y M. Angeles O rtega Benayas, Madrid, 1972, pp. 294.
20 Inventario de la serie de F om ento de Puerto R ico (II). Bajo la direc
ción de M aría Teresa de la Peña Marazuela, con la colaboración de
José Ram ón Barraca Ramos, M aría Luisa Conde Villaverde y
M. Angeles O rtega Benayas, Madrid, 1972, pp. 224.
21 En el tom o de G obierno editado sobre P uerto Rcio, se especifican
los legajos y el núm ero de expedientes relacionados con la emigra
ción.
22 Idem en el tom o de F om ento.
47
23 Peña y Cámara, José M aría de la: A rchivo General de Indias de
Sevilla. Guía del Visitante. D irección General de Archivos y B ibliote
cas, Valencia, 1958, p. 206.
24 “ O rden de la Regencia del Reino sobre aprehensión de desertores
(1 8 1 2 )” , leg. 30, n ° 29 / “ E xpedientes acerca del Rem plazo de los
m ism os (1 8 2 3 )” , leg. 32, n ° 60.
25 “ Circular expedida por el G obierno acom pañando un m odelo de
pasaportes (1 8 1 3 )” , leg. 18, n ° 32 / “Proyecto de ley sobre nacio
nalidad de los hijos de españoles nacidos en América (1 8 6 4 )” ,
leg. 118, n ° 7.
26 “ Em igración de las provincias del norte. Proposición de ley del
Sr. Puig y Llagonera, ofreciendo un prem io al au to r del p royecto
más ventajoso para evitar que de dichas provincias se dirijan actual
m ente a Am érica y al extranjero (1 8 7 6 )” , leg. 182, n ° 24. / “ Emigra
ciones. Reclam ación del Sr. D iputado D. Rafael M aría de Labra,
sobre el expediente relativo a la R.O. de ... (1887 - 8 8 )” , leg. 244,
n ° 290. / “ Emigraciones. Reclam aciones hechas p o r el Sr. Badrán
(D. R am ón M aría de) de una relación de los que han emigrado a
América, Africa y O ceania y de las Memorias de los G obernadores
Civiles sobre ... (1888 - 8 9 )” , leg. 245, n ° 47. / “ Colonos españoles.
Reclam ación del Sr. Salamanca y Negrete para que se rem itan varios
datos relativos a los colonos españoles em barcados para Cuba, des
pués del D ecreto de reconstrucción del D epartam ento Central y a la
separación del A dm inistrador de la aduana de la H abana” , leg. 184,
n ° 145.
27 Es una larga lista de intervenciones que están recogidas en las tres
prim eras páginas de la obra In stitu to de R eform as Sociales. La em i
gración. Inform ación legislativa y bibliográfica de la Sección Primera
té en ico -ad m inistra tiva.
28 Los legajos que hacen referencia a la em igración están en la Guía de
F uentes para la Historia de Iberoamérica, en las páginas (141 a 156)
dedicadas a la Sección de Estado.
29 Quiero aprovechar la ocasión para decir que existió un antiguo
Archivo G eneral Central en Alcalá de Henares fundado en 1859 y
con sede en el antiguo Palacio de A rzobispos de Toledo. D ecíam os
existió, pues, fue pasto del fuego durante la G uerra Civil española,
desapareciendo la docum entación relacionada con la em igración del
XIX, procedente de los m inisterios de F o m en to (1759 - 1859);
G obernación (1589 - 1895) y G uerra (1730 - 1866), etc.
A quien desee obtener una inform ación más com pleta de este
desaparecido Archivo, le rem ito al trabajo de José Torres Revello E l
A rchivo General Central en Alcalá de Henares, publicado p o r la
Im prenta de la Universidad de Buenos Aires en 1966.
30 A fin de hacem os una idea de esta activa propaganda desplegada,
citarem os algunos de los anuncios utilizados en el periódico Eco del
Comercio durante la segunda m itad del siglo XIX:
“ ... El herm oso y velero B ergantín Español nom brado Las Palmas,
acabado de forrar en cobre, su capitán D. Pedro Arozena, adm ite
48
sólo un resto de pasajeros, por tener ya una parte reunidos, a quienes
ofrece las com odidades que proporciona su espaciosa cám ara y com
bés y el buen trato que tiene acreditado su capitán en el discurso de
sus m ucho viajes.”
O tro anuncio exprésase en parecidos térm inos:
Saldrá el I o de Setiem bre, el velero Bergantín Español GUAN-
CHE; es buque de prim era clase, forrado y claveteado en cobre:
adm ite carga a flete y pasajeros, a quienes ofrece su capitán, D. F ran
cisco Padrón, un esm erado tra to .”
Ambos textos de tan tem prana fecha: 1853, — despachado el prim e
ro por D. Ram ón Mandillo, su consignatario o agente en Santa Cruz
de Tenerife, y el segundo po r D. Juan G arcía y Alvarez, su consigna-
rario —, refleja un aspecto parcial de la activa com petencia llevada a
efecto por las diversas com pañías navieras.
SUPLEMENTO
F u ndam entalm ente nos vamos a ceñir a estos dos apartados: I) Inves
tigaciones en curso y nuevas aportaciones y II) O tros aspectos.
49
Resum iendo, podem os agregar que en ninguno de los centros citados, se
trabaja actualm ente sobre la em igración española a Am érica en el XIX;
aunque, el Dr. Muñoz Pérez nos com unica desde la Universidad de
Granada, que m uy probablem ente p ro n to se inicie, bajo su dirección,
algunas investigaciones acerca de la em igración de la A ndalucía O riental
a América en los siglos XIX y XX.
Por lo que respecta a las nuevas aportaciones, tras el Congreso de
Colonia, hasta hoy, hay que sum ar un nuevo títu lo a la bibliografía de
la em igración española en el XIX. Me estoy refiriendo a la contribución
presentada en el mismo Congreso de Colonia, p o r el profesor D em etrio
Ramos Pérez, que analiza las distintas “ Fases de la em igración española
a H ispanoam érica en el siglo X IX ” .
Asimismo, hago constar que el tem a de la em igración in terco n tin en
tal fue tratado por la Comisión Internacional de H istoria para el estudio
de los m ovim ientos y estructuras sociales, en el Congreso de San F ran
cisco (22 - 29 agosto de 1975). A unque, entre los rapports presentados
no figuró ninguno de España, quizá el rapport de Cecilia W estphalen,
Altiva Pilatti Balhann y Brasil Pinheiro M achado: “ La inm igración al
Bradil desde fines del siglo X V III hasta nuestros d ía s” , pueda interesar
para el presente estudio, pues, no se nos oculta que en el siglo XIX
acudió al Brasil un respetable contingente de españoles.
50
Archivo del Consejo de E stado: Mayor, 79, Madrid.
A rchivo General de Indias: Archivo General de Indias, Sevilla.
A rchivo H istórico Nacional: Serrano, 115, Madrid-6.
Ministerio de A suntos E xteriores: Plaza de la Provincia, 1, Madrid.
Ministerio de A gricultura: Archivo G eneral del M inisterio de Agricul
tura. Paseo de la Infanta Isabel, 1, Madrid,
b) Biblioteca N acional: Avenida Calvo Sotelo, 22, Madrid.
M inisterio de H acienda (Biblioteca).
M inisterio de Trabajo (Biblioteca).
In stitu to N acional de E stadística (Biblioteca).
T am bién es consulta obligada para profundizar en nuestra em igra
ción del X IX : los A yuntam ientos, los G obiernos Civiles, las Em bajadas
y Consulados sudam éricanos acreditados en España, los Archivos H isto
ríeos Provinciales, Archivos M ilitares, Archivos de Marina, Reales Socie
dades Económ icas de Amigos del País, etc., etc.
NOTA
51
INVENTARIAÇÃO DAS FONTES E BIBLIOGRAFIA
RELATIVAS À EMIGRAÇÃO PORTUGUESA
(ÉPOCAS MODERNA E CONTEMPORÂNEA)
I. E poca m oderna
a) N ota preambular
53
b) F ontes inéditas
54
2) A rquivo da Secção de Reservados da Biblioteca Nacional de L is
boa (Cam po G rande, Lisboa):
Parte da docum entação aqui existente está inventariada em dois catá
logos impressos.
2a) Colecção Pombalina: que contem todas as fontes relativas ao
p erio d o da A dm inistração Pom balina. Pistas referentes à emigração
podem encontrar-se nos seguintes códices:
Colonos dos Açores para o Pará (159 e 618).
Colonos Naufragados no Brasil (159).
Colonização do Brasil (159 - 160, 162 - 163 e 457).
Estatísticas Várias (642).
Fundação de Vilas em M ato Grosso (159 e 161 - 163).
Vilas criadas e povoadas [no Brasil] (468, 621 - 624, 628 - 629 e
642).
Colonos da Ilha da Madeira para o Brasil (958).
2b) Secção XIII-M anuscritos, 1896: que inclui a inventariação de
739 códices. N otícias relacionadas com a emigração podem talvez
obter-se no códice n ° 467, nos seguintes títu lo s:
América. Colecção de noticias várias, especialm ente do Brasil.
Relação brevíssima de todo o E-íado do Maranhão.
A m aior parte dos docum entos estão catalogados em ficheiros
(Ficheiro Ideográfico e Ficheiro Geral). O ficheiro geral pode fornecer
indicações sobre em igração nos títu lo s respeitantes a Brasil, E statística,
Povoam ento, R ecenseam ento, Mapas, Escravatura, Relação, etc. ... Tra-
ta-se porém de inform ações ocasionais e dispersas. Os Códices mais
d irectam ente relacionados com a Emigração são os seguintes:
Colonização (Cx 234, n ° 112).
Mapa de embarcações e escravatura que têm entrado neste Porto
(Maranhão), 1779 - 80 (Cód. 7194).
Mapa dos habitantes que existem na Capitania do Maranhão em
1798 (Cód. 6936).
Papéis vários relativos a navegações, tráfico de escravos (séc. X V II I e
X IX ), Cod. 8555.
D ecreto de João V I autorizando o estabelecim ento de um a colónia
de suíços de Friburgo no Brasil (Cx 286, n ° 44).
Pará. Contratos de Colonização com G uilherm e Brum (1646), (Cód.
7627).
Brasil. Colonização por Irlandeses Católicos (1650) (Cód. 7627).
S. Paulo. M em orial das Vilas (Cód. 467).
55
existente no Arquivo dos Feitos Findos. Esta colecção inclui p erto de
6.700 processos respeitantes ao Brasil, proporcionando inform ações
im portantes sobre contingentes de colonos oriundos dos Açores e de
Entre-o-Douro-e-M inho. Dos processos inventariados destacam os os
seguintes:
Certidões de Ó bito, que m encionam o nom e do falecido, terra de
origem e localidade em que faleceu.
Testam entos, que referem o local onde residiam , bens que possuiam ,
etc.
Inventários, com o nom e dos inventariantes e de outros funcionários
po r onde corriam os inventários, avaliadores e bens avaliados.
Rem essas de heranças, com os nom es dos m agistrados intervenientes,
locais de proveniência e valor.
Arrem atações de bens e escravos.
A preensão de cargas, revelando o valor e n atureza da apreensão e
respectivos intervenientes.
Procurações, indicando o nom e dos procuradores e sua residência no
Brasil.
D evedores no Brasil, de indivíduos falecidos ou não no Brasil.
Pedidos de Passaportes
Bens no Brasil de pessoas residentes em Portugal (m encionando
locais e valores).
O A rquivo da Torre do T om bo possui ainda num erosa docum en
tação não catalogada (ou em vias de o ser) susceptível de fornecer
elem entos valiosos sobre em igração. Citam os, a títu lo de exem plo, a
Relacam e N oticia da gente que nesta segunda M onção chegou ao Sito
do Grão-Pará (1754), (Caixa 38 R.M.C.-Flistória).
id
víduos) do presídio norte-africano de Mazagão (evacuado pelos p o rtu
gueses) para a capitania brasileira do Pará. Tam bém é natural que os
Livros da Receita e Despesa do Thezoureiro-M or prestem inform ações
ocasionais sobre saídas de colonos para o Brasil, no quadro da coloni
zação oficial prom ovida pela Coroa e, em consequência, acarretando
encargos financeiros por parte do Estado.
d) Bibliografia Geral
57
II. Epoca contem porânea
a) Nota Preambular
b) F ontes inéditas
3) A rquivos Distritais:
Estes arquivos funcionam em todas as capitais distritais portuguesas.
A sua im portância para o estudo da emigração reside no facto de neles
estarem registados os pedidos de passaportes de indivíduos que queriam
em igrar aos governadores civis locais. A análise sistem ática destas fontes
pode perm itir um côm puto bastante aproxim ado do núm ero de saídas
por distrito.
58
4) A rquivo do M inistério das Obras Públicas (Praça do Com ércio,
Lisboa):
As colecções de docum entos existentes neste arquivo susceptíveis de
conterem inform ações dispersas sobre emigração são as seguintes:
Diários N áuticos de Embarcações pertencentes à Companhia União
M ercantil (1860 - 64), cota D.G.C.I., 8.1. ...etc.
Diário N aútico de Embarcações pertencentes à Companhia Geral
Portuguesa de Navegação a Vapor (1866), m esm a cota.
c) F ontes Publicadas
59
d) Testem unhos
e) Bibliografia Geral
f) Bibliografia E specífica
60
César, G uilherm ino, O “Brasileiro” na Ficção Portuguesa, Lisboa, 1969.
Costa, Afonso, E studos de Econom ia Nacional — I. O Problema da E m i
gração, Lisboa, 1911.
Coelho, Jacinto do Prado, “ Emigração na L iteratura Portuguesa” , in
Dicionário das Literaturas Portuguesa, Galega e Brasileira; “ Etudes
sur 1’ém igration espagnole et portugaise” , in Annales, Janeiro-Feve-
reiro, 1969.
Costa, Carreiro da, Para a História da Emigração do D istrito de Ponta
Delgada, P onta Delgada, 1972.
Costa, F. Ramos da, Emigração: Fatalidade Irrem ediável?, Lisboa,
1973.
H erculano, A lexandre, “ A emigração para o Brasil” , in Diário do Gover
no de 12 e 13 de Janeiro de 1883; “ A em igração” (1873 - 75), in
Opúsculos, t. IV.
Iglésias, Francisco, “ Emigração Portuguesa. O ntem e H oje” , in Minas
Gerais,suplem ento literário), 29 de Abril de 1972.
Laranjo, Jaim e Frederico, Teoria Geral da Emigração e Sua Aplicação a
Portugal, t. I, Coimbra, 1878.
Martins, J. P. Oliveira, “ A emigração portuguesa” (1891), in F o m en to
Rural e Em igração,Lisboa, 1956.
M urteira, Mário, Emigração e Política de Em prego em Portugal, Lisboa,
1966.
Ramires, Ad. Baptista, “ A specto Paradoxal da Emigração Portuguesa” ,
in Anais do In stitu to Superior de Agronom ia, vol. V II, fase. 2o ,
Lisboa, 1936.
Rita, José G. de M. Santa, “Da emigração portuguesa nos últim os cin
quenta anos. Como se deve preparar o em igrante para ser um bom
co lo no” , in Congresso do M undo Português, “Publicações” , vol. XV.
Schwalbach, L uís, Emigração e Colonização, Lisboa, 1914.
Serrão, Joel, F ontes de Demografia Portuguesa, 1800 - 1862, Lisboa,
1972; A Emigração Portuguesa, Lisboa, 1974 (2 a ed.).
Silva, F ernando E m ídio da, Emigração Portuguesa, 1917.
Silva, P.e Fernando A ugusto da, e Carlos Azevedo Meneses, “ Emigra
ção ” in Elucidário Madeirense, F unchal, 1940 (2 a ed.).
Simões, N uno, O Brasil e a Emigração Portuguesa, Coim bra, 1931.
Teles, Moreira, O Brasil e a Emigração, Lisboa, 1913 (? );A Emigração
Portuguesa para o Brasil, Lisboa, 1913.
Vasconcelos, M ota de, E popeia do Em igrante Insular-Subsidios para a
sua H istória-M ovim ento para a sua Consagração, Lisboa, 1959.
NOTA:
61
FUEN TES CUANTITATIVAS ITALIANAS
RELATIVAS A LA EMIGRACION ITALIANA.
UN ANALISIS CRITICO.
63
ción de E stadística), que en 1887 pasó a llamarse D irezione Generale di
Statistica (Dirección General de E stadística), que dependió del Ministe
rio de A gricultura y C om ercio hasta 1931.
C orrespondió a la DGS la recopilación y presentación de todas las
estadísticas italianas y, po r lo que concierne la la em igración, ella se
m aterializó en el Annuario d e ll’emigrazione. El prim er volum en de este
anuario se publicó en 1878 y co n ten ía las estadísticas relativas al bienio
1876 - 7 7 .1
La reciente unificación política y la escasez de fuentes disponibles
im pidió a la DGS elaborar una estadística de la em igración a p artir de
las listas de em barque y utilizar — com o en otros países — la inform a
ción de los registros de estado civil y m unicipales, por lo que recurrió
hasta 1903 a los registros de nulla-osta para la concesión de pasaportes.
Los nulla-osta eran otorgados por las diferentes m unicipalidades y ser
vían al sobcitante para obtener, en un segundo m om ento, el pasaporte
que era otorgado por las autoridades de policía.
Para evitar que se confundieran los simples viajeros con los em igran
tes tem porarios o perm anentes, se recurrió a la “ distinción que provenía
del hecho que los pasaportes de las personas em igraban se otorgaban
con un gasto de Liras 2,40 y a los o tros con un gasto de Liras 12,40” y,
en m odo com plem entario, a través de “ oportunas interrogaciones
hechas a los solicitantes” .2
Las inform aciones obtenidas de los registros de nulla-osta d ebían, en
teoría, ser com plem entados por las oficinas m unicipales con los datos
de la “ pública n o to rie d ad ” , es decir, con la inform ación relativa a los
qüe habían abandonado el m unicipio de residencia y no hab ían dado
noticia de ellos en o tro m unicipio.3
Si bien la DGS insistiera todos los años sobre la necesidad de la
interrogación al solicitante del nulla-osta, sobre la necesidad de no des
cuidar los registros de em igración por “ pública n o to rie d ad ” y sobre la
necesidad de elim inar los nulla-osta que por cualquier m otivo no se
hubieran efectivam ente traducidos en pasaportes, la verdad es todos
estos elem entos adicionales — com o dem uestra una encuesta m inisterial
de 1904 — no fueron utilizados para corregir la inform ación de base.4
Por lo que hem os dicho, resulta bastante evidente que las inform a
ciones de los nulla-osta, que servían a las prefecturas y subprefecturas
para confeccionar las planillas trim estrales para enviarse a la DGS, fue la
única fuente de la estadística de la em igración de la D G S.5
Algunas innovaciones fueron introducidas en la estadística de la em i
gración a p artir de 1904 y ellas conciernen ta n to la fuente de inform a
ción com o el m odo de recopilación de la misma.
Por lo que concierne la fuente de inform ación, se decidió que la
estadística de la em igración debía hacerse sobre la base del “registro de
pasaportes” llevado por las autoridades de la policía, elim inándose los
64
que “ por el m onto del im puesto pagado o por otras inform aciones
resultaren ser solicitados por m otivos de viaje de negocios, turism o o
salud” . Se decidió igualm ente to m ar en cuenta los pasaportes solicita
dos a los cónsules po r personas que hab ían em igrado sin él.6
El cam bio de fuente se hizo necesario porque el núm ero de pasapor
tes concedidos era generalm ente inferior al núm ero de nulla-osta:
m uchas personas, una vez obtenido el nulla-osta, decidían por m otivos
personales no solicitarlo m ientras otros no lo o b ten ían por m otivos
p o líticos o p o r poseer antecedentes penales.7
A p artir de 1904, com o consecuencia de la m odificación de la fuente
de inform ación, la com pilación de la inform ación que debía rem itirse
trim estralm ente a la DGS pasó de las prefecturas y subprefecturas a las
oficinas de policía que lo h acían utilizando exclusivam ente los registros
de pasaportes y abandonando totalm ente el criterio com plem entario de
la “ pública n o to rie d ad ” 8 . O tra consecuencia fue el abandono de la
clasificación de los em igrantes en “ tem porarios” y “ perm anentes” que
se h ab ía dem ostrado una distinción puram ente form al.9
C ontra esta fuente de inform ación exprim ieron parecer contrario no
pocos estudiosos de la estadística que hicieron presente el escaso valor
estadístico del pasaporte. S ostenían que no necesariam ente el poseedor
de un pasaporte term ina por em igrar efectivam ente y además, en el caso
de efectiva em igración, las noticias obtenidas del pasaporte no eran en
grado de determ inar con certeza el país de destinación porque el pasa
p o rte po d ía ser concedido para más de un país. Se hizo igualm ente
presente que, de acuerdo con el Regio decreto del 31. 1. 1901, el pasa
p o rte te n ía validez trienal - y no más anual — po r lo que el poseedor
del pasaporte p o d ía expatriar más de una v ez .10
El conjunto de las críticas determ inó que la DGS, una vez escuchado
el parecer del Consiglio Superiore de Statistica expresado el 2. 3. 1914,
se decidiera substituir — a partir de la publicación de la estadística de la
em igración de .1915 — el sistema existente p o r otro que preveía el envío
directo a la sede central de la DGS de la ficha individual unida al
pasaporte, una vez com pilada po r la oficina de policía del p uerto o de la
estación de salida del em igrante.11 Esta m odificación perm itió una
com pleta utilización de todas las noticias contenidas en los pasaportes y
perm itió aplicar a la inform ación un criterio uniform e para su trata
m ie n to .1 2
No o bstante las reform as de 1903 y de 1914, la base fundam ental de
la estadística de la em igración elaborada por la DGS co n tinuó siendo
esencialm ente la originaria: la inform ación ofrecida por los em igrantes
potenciales que, com o tales, p o d ían no servirse del pasaporte, posticipar
la p artida o en el caso que em igraran p o d ían hacerlo hacia un país
diferente del declarado.
65
El exam en de la estadística de la em igración elaborada p o r la DGS
nos perm ite entonces decir que esta serie no m ide la em igración efectiva
sino más bien la propensión a la em igración lo que, traducido a nivel
estadístico, significa que ella presenta un margen de error por exceso
que convendrá, en un segundo m om ento, tratar de estimar.
66
tiva al puerto de em barque, país de destinación, p u erto de desem
barque, sexo, edad y si p artían con billete prepagado.
La estadística del CGE no estableció ninguna distinción entre los
italianos titulares de pasaportes italianos y los oriundos titulares de
pasaportes extranjeros porque el CGE hizo propio el concepto de Iuris
Sanguinis y por consiguiente todos los em igrantes de origen italiano
eran considerados italianos y com o tales com putados en la estadística
de la em igración.1 7
Una substancial m odificación en el criterio utilizado por el CGE en
la confección de la estadística de la em igración se produce a p artir de
1920 com o consecuencia de la am pliación de la noción legislativa
originaria de em igrante, resultado del Regio D ecreto del 13. 11.
1 9 1 9 .1 8 Como consecuencia de este decreto el concepto de em igrante
no fue más el resultado de una circunstancia form al (la clase del barco
en el cual expatria) sino que reposó sobre un m otivo substancial, el
objeto del viaje.
El decreto establecía que es em igrante “ cualquier ciudadano que
expatria exclusivam ente con el objeto de o b ten er un trabajo m anual o
ejercitar el pequeño com ercio, o reunirse con el cónyuge, asciendentes,
desciendentes, herm anos, tío s, nietos o afines en los m ism os grados, ya
em igrados por m otivo de trabajo, o aquél que vuelve a un país ex tra n
jero donde precedentem ente había emigrado en las condiciones p re
vistas en el presente a rtíc u lo ” .1 9
El CGE pasó así a ocuparse, a p artir de 1920, de todos los em igran
tes italianos, incluso de aquellos que em igraban al interior del área
europea. A p artir de este año la estadística de em igración com enzó a ser
elaborada exclusivam ente po r el CGE el cual se substituye to talm en te a
la DGS en esta tarea.
Si bien en teo ría la estadística del CGE pareciera ofrecer la estad ísti
ca de la em igración efectiva, por el hecho que su fuente de inform ación
son las listas de em barque, ella no fue en grado de m edir una buena
p arte del m ovim iento de los em igrantes ultram arinos. En efecto, un
buen porcentaje de ellos se em barcaban en p uertos que no eran c o n tro
lados p o r los servicios de em igración italiana y en especial los em igran
tes que p artían hacia países con los cuales Italia no te n ía com unica
ciones directas (Canadá, M éxico, América C entral, países latinoam eri
canos de la costa del Pacífico). No venían igualm ente cuantificados los
que, si bien eran efectivam ente em igrantes, viajaban en segunda clase y
los que em igraban en veleros y no en buques a vapor.
Sobre la base del análisis del tipo de fuente y de la m etodología
utilizada po r el CGE par definir los em igrantes, se puede entonces decir
que la estadística del CGE m ide, al contrario de la elaborada p o r la
DGS, el flujo em igratorio con un margen de error p o r defecto, que en el
párrafo siguiente tratarem os de medir.
67
2. Análisis cuantitativo de la estadística de la em igración
elaborada por la DGS y por el CGE.
68
sigue en im portancia la que se dirige hacia A rgentina, se caracteriza por
una baja relación em igración potencial-em igración registrada. Por cada
100 em igrantes potenciales, solam ente 55,9 son registrados, d eter
m inando así en buena m edida la diferencia que se registra a nivel sub-
continental (143.283 unidades sobre un to tal de 229.656 unidades).
Sobre la base de estas observaciones, se puede entonces pensar que la
serie del CGE no representa en verdad la em igración efectiva sino más
bien la em igración efectiva registrada. Por consiguiente, la emigración
efectiva debe haber sido no sólo m ayor al núm ero de registrados (serie
del CG E) e inferior al núm ero de em igrantes potenciales (serie de la
DGS) sino tam bién que la subestim ación de la serie del CGE debe haber
sido m ucho m ayor que la sobrestim ación de la serie de la DGS. Se
desprende entonces que de las dos series de la em igración existentes, la
de la DGS debería reflejar m ejor las fluctuaciones de los flujos emigra
torios.
En 1912 C oletti sostenía que el error por defecto de la serie del CGE
es superior al error po r exceso de la serie de la DGS “ porque los em i
grantes que se em barcan en p uertos extranjeros no vigilados por el
Commissariato, deben ser más de los individuos que, después de haber
obtenido el pasaporte, no parten o no se dirigen en los países trasatlán-
' 20
ticos en los cuales h ab ían declarado querer ir .
El coeficiente de correlación y de determ inación nos perm ite obser
var m ejor los defectos de la serie del CGE. No obstante que a nivel de la
entera América Latina la correlación es altam ente positiva (0,960) lo
que perm ite decir que la serie de los em igrantes registrados explica el
92,1 % (0,921) de la serie de los em igrantes potenciales, el coeficiente
de correlación m uestra fuertes variaciones a nivel de las diferentes áreas.
Si bien las dos series explican el mismo fenóm eno, el coeficiente de
correlación y por consiguiente el de determ inación — con la excepción
del de A rgentina — es bajo para Brasil, m uy bajo para M éxico-América
Central y Uruguay-Paraguay y negativo para los países de la costa del
Pacífico.
Sobre la base de la inform ación de la tabla II se puede decir que las
m otivaciones aducidas por C oletti y por nosotros en este estudio para
explicar la diferencia entre las dos series son claram ente insuficientes
porque ellas no explican el bajo coeficiente de correlación que existe
entre las dos series en la em igración hacia Brasil, México-América Cen
tral y Uruguay-Paraguay y el coeficiente de correlación negativo para
los em igraciones hacia el área del Pacífico.
Los coeficientes de correlación perm iten pensar que, para algunas de
las áreas latinoam ericanas, no hay ningún p u n to de co n tacto entre las
dos series: la serie de la DGS tom a en cuenta la destinación declarada
por el solicitante del pasaporte m ientras la serie del CGE parece tom ar
en cuenta exclusivam ente la destinación final y los p uerto s interm edios
69
Tabla II: Coeficientes de correlación y determ inación
entre las series de la DGS y del CGE, 1902 - 14.
tocados por los buques. Los em igrantes que debiendo, por ejem plo,
em igrar a Chile, país para el cual no existían lineas regulares que par
tieran de pu erto s italianos, y se em barcan en dirección a Buenos Aires
para proseguir después por vía terrestre, term inaban por ser incluidos
en la lista de em igrantes registrados para A rgentina.21 A este elem ento
hay que agregar que la serie del CGE tom aba en cuenta exclusivam ente
los em igrantes que se em barcaban en buques a vapor y si bien los
veleros pierden constantem ente terreno en el tran sp o rte de carga y
pasajeros, no por ello fueron to talm en te sostitu íd o s p o r los buques a
vapor antes de 1930.
Com o es sabido, la regresión linear (y = a + bx) exprim e en que
m edida, a p artir de un p u n to de origen, el increm ento de una unidad de
y (serie de la DGS) es explicado por el increm ento de x (serie del CGE).
Dicho en otras palabras, a nivel latinoam ericano vemos que, a p artir del
p unto de origen (88.704 unidades em igradas) al increm ento de 1 unidad
de em igrantes potenciales (serie de la DGS) corresponde un increm ento
de 1,066 unidades de em igrantes registrados (serie del CGE).
La tabla III nos m uestra que el increm ento de una unidad de em i
gración potencial se acom paña con un increm ento de em igrantes regis-
Areas Regresión
A rgentina y = 67.102 + 1,002 x
Brasil y = 16.766 + 1,200 x
Costa del Pacífico y = 1.620 - 0 ,3 2 8 x
M éxico-América Central y= 605 + 0,721 x
U ruguay-Paraguay y= 1.766 + 0,048 x
T otal y = 88.704 + 1,066 x
70
trados que presenta fuertes variaciones, debido al fuerte margen de
error por defecto que — como hem os visto — se registra en la serie de
em igrantes registrados.
A p artir de esta constatación, se puede entonces form ular la h ip ó te
sis siguiente: m idiendo las dos series el fenóm eno em igratorio, la corre
lación debería ser casi perfecta y la linea de regresión d ebería m ostrar
que el increm ento de una unidad de em igración potencial corresponde
un increm ento casi idéntico de la em igración registrada; p o r lo ta n to la
diferencia entre el increm ento de la em igración registrada por la serie
del CGE y el increm ento por nosotros calculado con la regresión linear
debería perm itim os de determ inar el porcentaje probable del margen de
error por defecto de la serie del CGE.
71
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72
D eterm inado el margen de error de las dos series de la em igración, es
posible ahora estim ar para el período 1902 - 14, el probable flujo anual
de la em igración hacia América Latina. Este cálculo no puede hacerse a
nuestro juicio a p artir de cualquiera de las dos series sino a p artir de la
que presenta m enores variaciones del margen der error, indicador de
un a m ayor adherencia a la realidad.
Si se observa la tabla V se n o ta que entre las dos series existentes la
del CGE presenta para las diferentes áreas latinoam ericanas fuertes dife
rencias porque su margen de error por defecto fluctúa entre el 0,2 %
para A rgentina y el 62,4 % para los países del Pacífico. La serie de la
DGS presenta en cam bio m enores variaciones a nivel de las áreas intere
sadas por cuanto el m argen de error por exceso fluctúa entre un 6,4 y
un 4 9 ,0 %.
La serie de la DGS es la que - con todos sus defectos - la que mejor
cum ple con el requisito antes m encionado y por consiguiente el flujo
anual de los em igrantes efectivos debe ser calculado a p artir de la serie
de la em igración potencial.
3. Conclusión.
N uestro análisis nos ha conducido a una estim ación del flujo efectivo
de la em igración italiana hacia América Latina para el perío d o 1902 -
14. Al estado actual de nuestro análisis es im posible por ahora estim ar,
a p artir de la única serie disponible para el período 1876 - 1902, el flujo
anual de em igrantes efectivos antes de 1902. Podem os em pero decir que
el margen de error por exceso contenido en la serie de la DGS para el
período 1 8 7 6 - 1902 debe haber sido diferente del que hem os logrado
estim ar para el período 1 9 0 2 - 14. Este diferente margen de error de
pende del hecho que hasta 1902 la base fundam ental de la estadística
fue los nulla-osta para los pasaportes y no los pasaportes y del hecho
que entre 1876 y 1887, la recopilación de la inform acón relativa a los
nulla-osta parece haber sido relativam ente ineficiente.
A estos dos m otivos, inputables a la organización de los servicios de
la DGS, debe agregarse un tercero vinculado al hecho que la relación
em igración potencial-em igración efectiva no es inalterable en el tiem po
porque ella depende de un conjunto de m otivaciones económ icas,
sociales, políticas y culturales relacionadas especialm ente con la situa
ción agraria.
De estas observaciones se desprende entonces que los márgenes de
error que hem os calculado son válidos solam ente para el p erío d o 1902 -
14. Por lo que hace referencia a este p eríodo, un m odo puram ente
cualitativo para controlar la validez de nuestros cálculos es el de com
pararlos con las series disponibles relativas a la inm igración italiana en
73
América Latina. Las únicas series accesibles son la argentina y la bra
sileña.
74
qué el núm ero de inm igrantes italianos en Argentina es superior al
núm ero de em igrantes (+ 1 5,6 %) y el por qué el núm ero de inm igrantes
en Brasil se aproxim a m ayorm ente al núm ero de em igrantes (+ 5,8 %).
NOTAS:
75
17 CGE, L ’em igrazione italiana dal 1910 al 1923, Rom a, 1926, p. 137.
18 Ibid; CGE, Annuario statistico, cit., p. X IX ; CGE, L e statistiche cit.,
p. 17.
19 CGE, Annuario statistico, cit., p. XX.
20 F. C oletti, op.cit., p. 37.
21 Los pu erto s latinoam ericanos servidos po r las lineas regulares italia
nas y extranjeras que p artían de p uertos italianos son: Rio de Janei
ro, Santos, M ontevideo, Buenos Aires, P uerto Rico, La H abana,
T rinidad y la Guaira. CGE, A nnuario statistico, cit., p. 1578.
22 O p.cit., p. 1634.
76
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1: Emigración italiana hacia América Latina, 1902 -14 (según la DGS).
*3 C'OiN^t'Cít^'tONt^cocoinin
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APENDICE
77
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78
LA EMIGRACION ESCANDINAVA
A LA AMERICA LATINA
FUENTES Y ESTADO DE INVESTIGACION
INTRODUCCION
Magnus M örner
79
Este conjunto de países que hoy en día son altam ente industrializa
dos y urbanizados con un PNB per cápita y un nivel de desarrollo
apenas superados form aban aún a m ediados del siglo XIX, al m enos
fuera de D inam arca, una esquina relativam ente pobre y atrasada de
Europa. Eran países predom inantem ente agrarios aunque las minas de
hierro suecas y los bosques noruegos y suecos hab ían , desde antaño,
form ado la base para em presas y exportaciones industriales. El nivel del
desarrollo m aterial alcanzado en Escandinavia ya a vísperas de la I. G ue
rra M undial había llegado a ser bien alto desde una perspectiva m undial
y aún eu ro p ea.1
Resum irem os unos pocos datos esenciales sobre los cuatro países
cuya em igración se discutirá en el presente inform e. D esafortunadam en
te hem os tenido que dejar al lado Islandia a pesar de pertenecer esta isla
lejana tam bién al conjunto de nuestras naciones.
Bajo estas cifras se esconde un proceso bien com plejo y con im por
tantes m odalidades nacionales. Cierto que en todos los países, la expan
sión del com ercio exterior jugaba un papel im p o rtan te, lo m ism o que el
alza de productividad de la agricultura, la industrialización, la expansión
de la educación y reform as incipientes de las anticuadas estructuras
80
político-sociales. Em pero, la m odernización de la agricultura tuvo un
papel m ucho más im p o rtan te en Dinam arca, la navegación fue especial
m ente im p o rtan te en el caso de Noruega m ientras la industrialización
destacó, en particular, en Suecia y Finlandia.
D entro de este proceso de expansión, la em igración transatlántica,
desde luego parte de un proceso m undial y, esencialm ente, europeo,
tuvo im portancia considerable. Sobre to d o , com o verem os, en el caso
de N oruega, Suecia, y hacia fines del p erío d o tam bién en Finlandia.
81
atención de los historiadores, al m enos en este lado del A tlántico. La
prim era obra de conjunto, de calidad y alcance im presionantes, fue la
de la noruega Ingrid Semmingsen aparecida en 1950.4 O tros trabajos de
conjunto m ucho más recientes son el del danés Kristian Hvidt y otro del
finlandés Reino K ero.5 En Suecia, durante años recientes, vienen apare
ciendo una m onografía tras o tra en to rn o a la em igración, tem a prefe
rido por num erosos individuos al igual que equipos de historiadores.
Talvez precisam ente por eso no ha surgido en dicho país aún, una obra
de conjunto m oderna.6 Todo este trabajo de investigación en Escan-
dinavia, de calidad m etodológica avanzada, trata casi exclusivam ente,
sin em bargo, de la em igración a los Estados Unidos, desde luego, sin
com paración posible, la más im portante.
Por lo ta n to los estudios reunidos en este inform e sobre la emigra
ción escandinava a la América Latina representan trabajos pioneros y
son de carácter prelim inar. Como se verá, dos de los artícu lo s son de
m ayor extensión y tratan de proporcionar una visión más am plia, la del
danés Bent Essinger de la Universidad de Odense, y la del sueco Harald
Runblom , de la Universidad de Uppsala y desde hace algún tiem po ya
participante activo en la investigación histórica en torno a la em igración
sueca com o tal. En cuanto a las breves contribuciones del noruego
G udm und Stang y del finlandés Olavi Lähteenm äki, requieren com enta
rios especiales. El prim ero se ha lim itado a darnos aquí una reseña de las
fuentes existentes para la investigación m ientras en la reunión de Colo
nia presentará los resultados prelim inares de una investigación en curso
sobre uno de los fenóm enos más característicos e interesantes de la
em igración noruega y, al parecer, escandinava con destino latinoam eri
cano o sea la de ingenieros. En cuanto al segundo investigador está por
presentar una disertación doctoral dedicada precisam ente al tem a de la
em igración finlandesa a América Latina, la cual será, en efecto, la pri
mera m onografía especializada en Escandinavia publicada con respecto
a América Latina. Por eso, ha preferido no presentar en este instante
sino un resum en m uy breve al respecto.
Cada uno de los autores queda responsable de su cap ítu lo , com o es
natural. Mi trabajo, com o coordinador, se ha lim itado a uno u otro
porm enor de carácter form al. Los estudios de Runblom y de L ähteen
m äki han sido traducidos al español por un colaborador de nuestro
In stitu to de Estudios Ibero-A m ericanos de Estocolm o, el Dr. Ricardo
Herrera quien, además, ha revisado el de Stang. Debido a su actual
ausencia, sin em bargo, el Sr. H errera no ha podido revisar esta in tro
ducción y tam poco la contribución danesa.
82
La reproducción y distribución del Inform e ha corrido a cargo del
In stitu to de Estudios Ibero-A m ericanos de E stocolm o en colaboración
con la Asociación Escandinava de Investigación L atinam ericanista
(NOSALF).
E stocolm o en ju n io de 1975
Magnus M örner
Secretario y representante escandinavo
del Com ité C oordinador Provisorio de
H istoriadores Latinoam ericanistas
Europeos.
NOTAS:
83
Migración anual transatlántica de los paises nórdicos 1880 - 1884
(indicada en porm il de la población).
Elaborado a base de m aterial del P royecto de Emigración Nórdica
por Harald R unblom .
I. LA EMIGRACION DANESA
Bent E. Essinger
1. C aracterística general
85
durante este mismo p eríodo, el 52,3 % de los em igrantes p rocedían de
las ciudades.2
P robablem ente esto se debía a la incapacidad del m edio urbano de
absorber el exceso de población rural, a su vez una consecuencia de
increm ento industrial lento. En com paración con Suecia y Noruega, sin
em bargo, la m igración interna a la ciudad fue más extensa en Dinamarca
por ser el proceso de urbanización allí más rápido. Las ciudades danesas
eran m ayores en población y núm ero y resultaba más norm al incor
porarse a la vida diaria de la población urbana que en los países escandi
navos más al norte, donde la “ ciudad” quedaba, a m enudo, tan alejada
com o “ A m érica” .
No se sabe si la m igración a la ciudad fue solam ente un fenóm eno
pasajero, es decir, si el asentam iento de los elem entos rurales en Copen
hague fue tem poral por ser esta ciudad puerto de em barque.3 Esto no
se deja averiguar a pesar de existir inform aciones sobre el lugar de
nacim iento y la duración de la estancia en la ciudad antes de haberse
tom ado la decisión de em igrar de los em igrantes. No o bstante, m uestran
las inform aciones a partir de 1903 que varias fases de em igración:
pueblo-ciudad-C openhague-extranjero eran un fenóm eno m uy corrien
te.
A pesar de las deficiencias inevitables que se deben a la incidencia de
inform aciones incorrectas de los em igrantes mismos, por lo general, los
datos sobre las edades de los emigrantes son buenos y perm iten conclu
siones generales. El prom edio de edad de la m ay o ría de los em igrantes
era entre 15 y 29 años, lo que corresponde al prom edio europeo. El
prom edio de edad era relativam ente alto en la em igración urbana. Mien
tras que tuvo una tendencia descendente después de 1868 (el grupo de
edad de 15 - 19 años constituyó en 1870 una décima parte de la to tali
dad de em igrantes y en 1900 una cuarta parte).
El carácter social de la em igración parece haber cam biado. Com en
zando com o una m edida de em ergencia, para las familias em igrantes en
los años de la depresión: 1870 - 80, se caracterizaría en 1890 y los años
siguientes por el aum ento de em igración individual, de aventureros jóve
nes, etc. C om parando con la em igración sueca, la danesa era más irregu
lar con respecto a los grupos por edades: así com o la noruega m uestra
una concentración m ayor que la danesa en el grupo de edades de 15 a
24 años.
En cuanto a la distribución de sexos se aprecia que de 1.000 em i
grantes solam ente 367 eran mujeres, y por o tra parte eran en su m ayo
ría de m ayor edad que el prom edio m asculino.4 D urante la últim a parte
del p erío d o , el porcentaje fem inino iba a aum entar en cuanto se refiere
a los demás países escandinavos, pero com o p o d ría observarse, dismi
n uiría con respecto a la em igración danesa a América Latina.
86
En cuanto a la distribución profesional tenem os en com paración con
las cifras de Suecia, la interesante circunstancia de que solam ente una
m inoría de los em igrantes eran labradores.
Esto se debía a que en Dinam arca nunca hubo una crisis agraria tan
catastrófica com o en Suecia. La subdivisión de las tierras no era tam p o
co tan difundida en Dinamarca com o en Suecia. A esto se añade la
violenta caída del precio del trigo desde la m itad de 1860 en adelante,
causa principal de la crisis agraria europea. Esta am enaza fue apartada
gracias a una rápida reorganización de la producción agraria danesa,
desde el trigo hasta los productos lecheros y las carnes, siendo efectuada
en gran parte por m edio del m ovim iento de cooperativas danesas. Esta
reorganización estim ulaba tam bién el desarrollo de la industrialización
de la agricultura y la industria basada en la agricultura.
En térm inos generales no existían motivos políticos, religiosos o
nacionales para estim ular la em igración, com o lo indicaban ya los
investigadores A. Jensen y H. Kofoed (1919).
En com paración con el resto de los países escandinavos, la emigra
ción danesa fue bastante dispersa. El 87 por ciento se fue a los EE. UU.
(com parado con el 97,6 por ciento de la de Suecia y el 95,6 por ciento
de la de Noruega).
R especto a la reem igración se dificultan las investigaciones por falta
de estadísticas. Investigaciones hechas en los EE. UU. m uestran, sin
em bargo, que a partir de 1908, cuando se com enzó a registrarlas, apro
xim adam ente una tercera parte volvió, más tarde o más tem prano, al
lugar de procedencia. Los datos sobre el m ovim iento m igratorio entre
Dinamarca y A rgentina coincide con los datos que tenem os con respec
to a los EE. UU.
87
Inm igración y em igración de
daneses de A rgentina
2. La em igración a Sudamérica
89
El reclutam iento a través de em presas de agentes ha sido de gran
im portancia para la aceleración de la em igración. Basta un ejem plo
com o ilustración. En 1885 el agente Sr. Reeh, de la firma R. O. Lope-
danz de H am burgo, recibió una oferta de enviar em igrantes al Brasil con
una provisión de 4 m arcos alemanes por em igrante durante un p eríodo
superior a 10 años. M ientras la em igración al Brasil en los años 1872 -
79 fue de 10 personas por año, el Sr. Reeh y sus subalternos enviaron
en los años 1886 - 87, a 800 em igrantes daneses al Brasil.
Por el siguiente ejem plo podrá tam bién com probarse el interés
entusiasta de los países de inm igración por atraer a em igrantes euro
peos. Un teniente coronel en la caballería chilena, V ícto r Lindholm , de
procedencia danesa, fue enviado a D inam arca p o r el G obierno chileno
en el año 1901 “ en com isión especial” para “reclu tar” a pescadores a
Chile. El Sr. L indholm propagó este proyecto en varias revistas danesas.
Las prom esas doradas de este agente fueron públicam ente rechazadas
por el Cónsul noruego-sueco en V alparaíso quien vigorosam ente advir
tió a los escandinavos de no dejarse raptar, con lo cual term inó este
asunto.
El Brasil tam bién buscó em igrantes daneses por medio de la propa
ganda enérgica del agente Hesse. Se tiene conocim iento de que Hesse
desde el año de 1876 com enzó a repartir folletos y propaganda sobre
Sao Paulo, entre otras cosas ofreciendo viajes gratis (parte de esta p ro
paganda se ha conservado).1 1 No obstante, la em igración al Brasil por
parte de D inam arca fue m ínim a com parada con la de Suecia
(1868 /1 9 0 0 un to ta l de 1.144)12 lo cual quizás se debe a los inform es
negativos enviados por el Cónsul danés en Sao Paulo. De cualquier
m odo se pusieron de acuerdo los M inisterios de A suntos E xteriores y de
Justicia para enviar una advertencia semioficial al periódico m atutino
“ Berlingske T idende” el 4 de octubre de 1876. No se llegó, en cam bio,
a tom arse m edidas prohibitivas com o sucedió en Francia y Prusia. La
postura de las autoridades danesas queda aclarada en la contestación de
la policía de em igración al Cónsul brasileño Octaviano, quien en 1891
solicitó perm iso para ser agente em igratorio a parte de su puesto con
sular. Al negarse esta solicitud se refirieron a los agentes ya existentes
com o “ personas h o nradas” .
En 1908 se publicaron un to tal de cuatro núm eros de la revista
mensual titulada “ Revista de los em igrantes dano-sudam ericanos” . El
editor era un tal Sr. Lund de los astilleros de “ H ollandske L lo y d ” ,
com pañía de viajes y de transportes para el tráfico entre H am burgo y
Santos (Sao Paulo). Es posible que el Sr. Lund ha sido contratado por el
G obierno brasileño pero no existen pruebas al respecto.
90
5. Los daneses en A rgentina y Brasil
NOTAS:
91
6 El cuadro se basa en el R esum en estadístico del m o vim ien to m igrato
rio en la R epública Argentina, años 1 8 5 7 - 1924, Buenos Aires,
1925.
7 Véanse abajo A péndices estadísticos.
8 Véanse abajo A péndice estadístico, 1.
9 Julio Poulson, La R epública Argentina, Copenhague, 1874. Este año
solicitó el Sr. Poulson autorización para ser agente danés de emigra
ción, pero le fue rechazado por no haber residido en Dinam arca los
5 años requeridos por las autoridades, por lo cual se asoció a un
agente residente en Copenhague, Sr. K $le. Sólo en 1888 se nom bró
a un agente en Dinam arca para la em igración a Argentina: Godo-
fredo Huss.
10 El tem a de em igración a Sudam érica (Argentina y Brasil) aparecía de
vez en cuando en los periódicos de Copenhague en form a de n o ti
cias. Más am plia era una serie de artículos escritos por daneses vivien
do en A rgentina en el periódico “ Berlingske T idende” publicados
14 de enero, 4 de julio, 9 de noviem bre, 1889 y 10 de enero, 3 - 9 de
septiem bre, 14 de octubre, 1890.
11 “ K ^benhavs Politis udvandringssager” , grupo b, vol. 47, 1902.
12 Int. Migr., pág. 1006.
13 Véanse, por ejem plo, Baekh0j (1948), Carbel (1925), Mikkelsen
(1927), Nissen (s. a.), Danskernes A lb u m (1 9 2 0 /2 2 ), todos citados
abajo en la bibliografía. Hay un registro de los daneses en A rgentina
(Personregister over danske i A rgentina) en la oficina de “ Mellem-
folkeligt Samvirke” , Hejrevej 38, 2400 Copenhague NV.
APENDICE ESTADISTICO
92
1.016 (F uente: “ Kçíbenhavns politis udvandringssager” , grupo e:
Estadísticas sobre em igrantes, vols. 259 - 262).
Hay que observar que tam bién fueron incluidas en los registros algu
nas personas nacidas en Suecia y Noruega pero residentes en C open
hague. Se trata de aproxim adam ente 1.000 personas o del 7 ,6 % del
total.
Debido a los cam bios efectuados en cuanto a la form a de organizar
los registros es necesario incluir abajo tres cuadros estadísticos distintos,
el prim ero abarcando los años 1868 (1872) - 1885, el segundo el p e río
do de 1886 - 1900, y, finalm ente, el de 1901 - 24.
93
A péndice 2: Estadística. 1886 - 1900
Resum en general del núm ero de personas que en los años 1886 -
1900 se fueron a Sudam érica, Africa y Asia po r el interm edio de agen
tes en Copenhague.
94
A péndice 3: Estadística. 1901 - 24
95
Año 1905 Horn- Mu- N iños/N iñas Total
bres jeres
1. trim . 28 4 2 3 37
2. trim . . . . . so
3. trim . - . . . 88
4. trim . 169 24 0 2 195
Total 370
96
ANEXO: Lista de archivos, fuentes y literatura.
A . A rchivos y fu e n te s inéditas
e) 259 - 262 “ S tatistik over udvandrede 1868 - ca. 1930” (estad ísti
cas sobre em igrantes 1868 - hacia 1930).
B. Literatura
97
Si no se m encione o tro lugar, las obras se publicaron en Copenhague.
Falbe-H ansen, V., “ U dvandringen i vor tid ” (La em igración con tem p o
ránea), N ationalijikonom isk tidsskrift, 1873.
98
Kam p, A., De drog ud -- og gjorde D anm ark starre (Se fueron hiciendo
más grande D inam arca), 1943.
M ikkelsen, E., H vor guldet gror. Liv og Virke i Argentina (D onde crece
el oro. Vida y trabajo en A rgentina), 1927.
99
II. LA EMIGRACION FINLANDESA
100
pasajeros de los barcos y de las com pañías de navegación representan
una buena posibilidad de control y de consiguiente una fuente im por
tante. Sin em bargo, m ucho m aterial anterior a la I G uerra M undial se ha
destruido (p.e. los archivos de la N orddeutscher L lo y d y de V iktor Ek).
Pero están en disponibilidad las listas de pasajeros d é la Finnish S te a m
ships L td. (FA A ) desde el final del siglo XIX.
Debemos m encionar tam bién, el interesante m aterial sobre las
colonias finlandesas existente en el Ministerio de Relaciones E xteriores
y en los archivos de colonización e inmigración de las autoridades,
particularm ente en la Argentina.
Todo el m aterial dejado a la posteridad po r em igrantes individuales,
cartas, diarios, fotografías arroja luz sobre la em igración. Por igual,
existen posibilidades de conseguir inform ación al través de entrevistas
com pletas. En realidad, ya se ha iniciado la colección de dicho m aterial,
dentro de lím ites perm itidos por las condiciones, en Finlandia y en
Latinoam érica.
La prensa semanal puede aportar gran ayuda en el estudio, p.e. de las
imágenes que los em igrantes se han hecho respecto a sus destinaciones.
E studios de este tipo im plican, desde luego, una enorm e cantidad de
labor.
En las relaciones entre Finlandia y Latinoam érica, la em igración,
ju n to con las vinculaciones com erciales, ofrece un cam po notable de
estudio. Este se debe especialm ente a los antecedentes únicos del
m ovim iento em igratorio, a su estructura y carácter, y sólo en m enor
grado, a sus proporciones reales. En el análisis de la em igración, un
punto de vista com parativo sería de particular interés. El relativo a la
finlandesa, basado así, está de veras en progreso. H abría ciertam ente
posibilidades, p.e. de profundos estudios sociológicos de asimilación,
pero su m ayor dificultad estriba en organizar la com pilación de datos,
Un área nueva de investigación, sería estudiar un período dado de
em igración a Latinoam érica (o a algunos de sus países) com o actividad
nórdica.
T ardíam ente, hasta el año de 1906, la em igración de Finlandia hacia
América Latina era m ínim a y dispersa.1 Los prim eros em igrantes fin
landeses parecen haber sido m arineros que arribaban a los puertos a lo
largo de la costa oriental del continente, en especial a Rio de Janeiro y
Buenos Aires. Tenem os tam bién relatos de aventuras ocasionales. Desde
fines del siglo XIX en adelante, sabem os asimismo de ingenieros y
técnicos que p artían para esos lugares tan lejanos. Especialm ente en
Centroam érica y tam bién tan al sur com o en la Argentina, m igrantes
finlandeses, salidos al principio para los Estados Unidos, trabajaban en
la construcción de vías férreas.
Al iniciarse el siglo actual, el interés de los finlandeses por la Argen
tina h ab ía crecido hasta el p unto de m irar ese país com o la tierra
101
prom etida de los em igrantes. La intención original sería fundar en la
Patagonia un nuevo hogar para los finlandeses que h u ía n de la opresión
rusa, y se calculaba que constituirían un vasto contingente. Este plan,
en form a m uy m odificada, se convirtió en realidad en 1906. En este año
un grupo finlandés, en m ayoría de habla sueca, estableció la “ Colonia
Finlandesa” de Misiones, en A rgentina. En los años anteriores a la
I G uerra Mundial, cerca de 200 personas de diferentes lugares de F inlan
dia fueron a sumarse a esa colonia tan singular. Se tratab a sobre todo de
personas de las capas medias altas, sueco-parlantes y procedentes de las
ciudades costaneras de Finlandia (Helsinki, T urku, Vaasa, K okkola
etc.). E m pero, ella se encontró sitiada por diversas dificultades, y
m uchos de sus m iem bros regresaron a su tierra natal.
T am bién, se buscó a Cuba com o nuevo hogar. En 1908 se fundó allí
una pequeña colonia finlandesa com puesta de unas 20 familias. Este
proyecto m alogrado ha sido estudiado por Ritva Jarva.2 Después, en
1909 - 10, un grupo de individuos de la misma nacionalidad, proce
dentes del n o rte de Suecia (K iruna) y del norte de Finlandia, emigraron
a la parte m eridional del Brasil. Pero, por igual, este experim ento fue
infructuoso.
Por algún tiem po entre las dos guerras, cerca de un m illar de fin
landeses m igraron a Latinoam érica, en m ayoría al Brasil y Argentina,
aunque m uchos se dirigieron al Paraguay y H aití. Por entonces, la
“ Colonia F inlandesa” original recibió em igrantes de Finlandia oriental.
Se trataba, sobre to d o , de m inifundistas y obreros agrícolas con grandes
familias. En Brasil, un utópico experim ento social, "P enedo”, h ab ía
com enzado en 1929.3 Casi a la vez, o tro similar, "V iljavakka”, prin
cipiaba en H aití. Aun en estas u to p ía s fue alto el porcentaje de emigra
dos de regreso. V ista la relación con sus grandes objetivos, hay que
convenir, en que tales experim entos resultaron fallidos.
Después de la II G uerra Mundial, la em igración de Finlandia a
Latinoam érica continuó, pero en m ucho m enor grado que antes. De
conform idad con las estadísticas oficiales finlandesas cerca de 500 em i
grantes salieron hacia los países latinoam ericanos.
Con el transcurso del tiem po, surgieron pequeñas colonias fin
landesas en algunas de las más grandes ciudades de Suram érica, especial
m ente Buenos Aires, Rio de Janeiro, Caracas y Sao Paulo. A quí sin
em bargo, cabe distinguir entre em igrantes verdaderos y finlandeses
ocasionales residentes en países latinoam ericanos por razón del servicio
diplom ático o de negocios.
C ontem plada sobre el fondo de la em igración total de Finlandia, la
relativa a Latinoam érica tiene algunas peculiaridades. Prim ero, fue un
simple arroyo, po r decirlo así, que corrió al lado del to rre n te principal
de los que partieron para N orteam érica. Segundo, su carácter es por
entero diferente de la em igración masiva espontánea: lo vemos clara
102
m ente en el fondo especial de la fundación de la “ Colonia Finlandesa”
y otras colonias experim entales más o m enos utópicas. De hecho p o d e
mos caracterizar este tipo com o “la em igración-paraíso” . Tercero, los
problem as de asimilación de los inm igrantes finlandeses han resultado
en general m ucho más difíciles que en el caso de los Estados Unidos.
A causa de su escaso núm ero, los migrantes finlandeses a L atino
américa no han dado ninguna contribución apreciable a sus nuevas
sociedades. Hay que agregar, que tam poco han sobresalido particular
m ente en térm inos económ icos.
Dado que la em igración a la América Latina ha sido baja y que los
em igrantes, debido a la gran distancia quedaron m uy aislados de su país
natal, la im portancia de ellos com o factor de con tacto creador entre el
S ubcontinente y Finlandia ha resultado de veras exigua. Servirían, sin
duda, para hacer por lo m enos conocido ese territorio en Finlandia y
m ostrarían tam bién en Latinoam érica que Finlandia existe.
NOTAS:
103
III. LA EMIGRACION NORUEGA
104
naviera que in ten ta usar el em igrante, su destino en América, y la
profesión que intenta proseguir, y la m otivación para emigrar. Estos
ú ltim os datos los encontram os en los protocolos a partir de 1899 -
1905.
Copia de los registros de em igración fueron originalm ente enviados al
M inisterio del Interior (D epartem entet fo r d e t Indre). Desde 1876 han
sido com unicados a la O ficina Central de E stadística (S tatistisk Sentral-
byra, D ronningens gt. 16, Oslo). Los protocolos de em igración se
encuentran ahora en los archivos regionales (Statsarkivene, Oslo,
Bergen, T rondhjem y K ristiansand). La prim era estadística sobre la
em igración proviene de los inform es quinquenales de los gobernadores
de provincia (A m ten es fem arsberetninger), 1841 - 60. Estos se basaban
en los registros parroquiales que son la fuente fundam ental para anotar
el m ovim iento de la población en Noruega. Los registros parroquiales
no corrientes se depositan en los archivos regionales (Statsarkivene).
Estos registros perm anecen cerrados a la investigación hasta pasar
70 años.
Los registros parroquiales (kirkeb<f>kene) datan de la ley de 1685. Un
decreto de 1812 ordenó que estos se escriban en duplo (klokker-
b<j>kene). En estos se registran “ baptism os” , con nom bre de padres y
padrinos, “ prim era com unión” (confirm asjon) a los 14 o 15 años de
edad, “ m atrim onios” , con nom bre, edad, ocupación y dom icilio, y
m uertos. En estos registros tam bién se registraba todo m ovim iento,
“ entradas” y “ salidas” , de los habitantes de la parroquia. Estas listas
registran nom bre, edad, ocupación, origen o destino. Cuando una
persona intentaba moverse de una parroquia te n ía que traer con sigo un
testim onio del pastor, y que presentaba a el pastor en su nuevo dom i
cilio. La función era doble: control con el m ovim iento de las clases
pobres y el control de los jovenes de edad m ilitar. En las ciudades estos
registros del m ovim iento de la población se llevaba a cargo de las au to ri
dades policiales. Los registros parroquiales no registran adecuadam ente
los m ovim ientos en etapas. T am poco registran con exactitu d destinos
en ultram ar donde el testim onio del pastor era de poco valor. Estos
registros tam poco cubren adecuadam ente el m ovim iento de grupos
sociales bien establecidos.
La E stadística Oficial de Noruega (Norges offentlige sta tistik k) ju n to
con el M inisterio de A suntos Sociales (Sosialdepartem entet), publicó en
1921 una presentación y análisis de los datos sobre la emigración
noruega 1825 - 1918 (NOS V II 25 - U tvandringsstatistikk).
Las fuentes m encionadas no son perfectas. Los protocolos policiales
rara vez cubren el 100 por ciento de la em igración form al. A su vez, una
investigación de los registros parroquiales es una tarea sum am ente
laboriosa que no se puede justificar para un estudio de la emigración
noruega a la América Latina.
105
Las fuentes referidas se pueden ajustar, com parándolas con las listas
de pasajeros de los archivos de las com pañías navieras (por ejem plo Den
N orske S y d-A m erika Linje, Prinsens gt. 2, Oslo) y las listas de inm igran
tes y pasajeros de los puertos de arribo. Estas fuentes han sido de gran
utilidad en el estudio de la em igración a la América del N orte. Es de
esperar que estas fuentes tengan una utilidad com parable en el estudio
de la em igración a la Am érica Latina.
En general, se puede decir que las fuentes que hem os anotado aquí
dan una im presión m uy detallada y exacta de la migración de masas en
dicho período. La em igración noruega a la América Latina no se puede
caracterizar com o una em igración de masas y no se registra adecuada
m ente en las fuentes que hasta aquí hem os m encionado. Con algunas
reservaciones, creém os que es justificable hablar de una emigración
burguesa. Las reservas atañen a dos grupos: I o y principalm ente, los
marineros, y 2o unos pocos experim entos de colonización en grupos. La
em igración de m arineros es m uy difícil, sino im posible, de reconstruir a
base de los datos estadísticos y otros, de que disponem os.
P or varias razones, no todas com pletam ente esclarecidas, el em igran
te burgués solam ente de vez en cuando se registra en nuestras fuentes
más im portantes com o em igrante. Em pero, disponem os de otras fuentes
que en alguna m edida com pensan esta falta, y que dan en suma un
m aterial de considerable interés y valor. A m edida que ascendem os la
pirám ide social aum enta la docum entación aprovechable para el histo
riador. Este es específicam ente el caso en una sociedad tan transparente
y docum entada com o la noruega. Gran parte de tal docum entación es
ordenada y publicada. Se trata, en prim er térm ino, de varias com pila
ciones biográficas. La más im portante es la serie anual de colecciones de
biografías de todos los bachilleres, al cabo de 25 años (de vez en cuando
tam bién, 50 años) después de su exam en artium , es decir de grado.
Además disponem os de las m atrículas biográficas de todos los ingenie
ros diplom ados y de la m ayoría de los técnocos, agrónom os, y otros
grupos profesionales. Por últim o, en esta categoría de docum entación
biográfica es m enester m encionar la m uy amplia literatu ra genealógico-
biográfica sobre las familias de profesionales, de com erciantes y de alta
posición social de Noruega. Solam ente de éstas últim as tenem os unos
centenares. Detrás de estas fuentes yacen los archivos institucionales,
oficiales y privados.
Los archivos de instituciones al servicio de noruegos en el extranjero
m erecen algún interés. Las fuentes que se originan en el Ministerio de
Relaciones E xteriores (U tenriksdepartem entet) se encuentran en parte
en las misiones noruegas en el exterior (por ejem plo, listas con nom bres
y direcciones). En E stocolm o se hallarán docum entos relativos al
perío d o anterior a 1906, y, po r supuesto, en Oslo encontrarem os los
demás. Una investigación rápida de los archivos del Ministerio del
106
E xterior en Oslo en los legajos correspondientes a la em igración a la
A mérica Latina (grupo K8G y79 .1 0 ) resultó poco alentadora. El ser
vicio consular estaba entonces en la m ayoría de los casos, en m anos de
cónsules honorarios; m uchas veces estos dignatarios eran de origen
alemán, británico o latinoam ericano. De cualquier m anera, sus servicios
se dirigían principalm ente a la com unidad com ercial. U na investigación
de unas cuantas de estas oficinas consulares (Buenos Aires, M ontevideo,
Santiago, A sunción, Caracas, Havana y Ciudad de M éxico) indicó que
sus archivos, rara vez son de más de una utilidad marginal.
En los archivos consulares se pueden encontrar listas de noruegos en
diferentes partes del m undo, docum entación sobre el reto m o de
nacionales a costo del estado, y la transferencia de herencias del M undo
Nuevo a la m adre patria.
En unos pocos centros de colonización noruega y escandinava, en
general se establecieron asociaciones de ayuda (hjelpeforeninger, hjelpe-
kasser). Los legajos de las asociaciones en V alparaíso y Sao Paulo se
encuentran en el M inisterio del E xterior, Oslo (grupo G.15B). La
docum entación de la Caja en Buenos Aires se encuentra probablem ente
en esa ciudad.
O tra institución noruega vinculada a los noruegos de ultram ar es la
iglesia, en form a de misión para m arineros, la cual tam bién sirvió a la
com unidad de noruegos expatriados. En este aspecto ha funcionado
com o qualquier registro parroquial nom ego. (Misión Noruega de
Marinos, Av. Ing. Huergo 1269, Buenos Aires; Missao dos Marinheiros
Noruegueses, Rua A lexander Martins 31, Santos.)
La gran em igración noruega del siglo XIX y los prim eros decenios de
n uestro siglo, dio base a la form ación de varias asociaciones noruegas en
el extranjero. Unas eran locales, com o D et norske La Plata sam funn,
otras eran más extendidas. La más im portante es sin duda N ordm anns
F o rb u ndet (Asociación de Noruegos). Esta se dirige a todos los
noruegos de ultram ar. Los archivos de esta organización son m uy con
siderables y son de considerable interés para el estudio de nuestro tema.
Un obstáculo es que estos archivos están en sum o desorden (Nordm anns
F orbundet, R adhusgaten 23 B, Oslo.) La asociación pública desde su
fundación (1907) un periódico m ensual que incluye listas de nuevos
m iem bros, notas biográficas sobre em igrantes fallecidos y correspon
dencia de em igrantes. N ordm anns F orbundet ha sido en la América
L atina una agrupación de noruega bién establecidos y fuertem ente
vinculados a la m adre patria. No es, pues, una organización que abrace
to d o s y ni siquiera la m ayoría de los noruegos en el Mundo Nuevo.
N oruegos que se alejaron de la m etrópoli y centros escandinavos, que
no participaron en la vida social de las pequeñas colonias, que pierden
su ciudadanía noruega, form an un grupo que ha existido, pero que ha
dejado m uy pocas huellas para el historiador m oderno.
107
ANEXO: Pequeño guía de fuentes y literatura
A A rchivos
Statsarkivene
Estos repositorios son fundaciones más o m enos recientes, y sus
contenidos varían algo. El archivo de T rondhjem se fundó en 1850,
siguió Bergen en 1885, Oslo 1914, Hamar 1917 y Kristiansand en
1935. Elasta 1919 estos repositorios se denom inaban Stiftsarkiv. El
m aterial policial sobre la em igración, listas de agentes y subagentes,
listas de em igrantes de Bergen y de T rondhjem (más tarde K ristian
sand) se encuentran en Statsarkivene de estas ciudades. Com o hem os
108
visto, esto no es el caso en Oslo. El archivo de Hamar no tiene
m aterial de esta clase. En Statsarkivene se encuentra m ayorm ente los
p rotocolos parroquiales (ver texto).
K irkebifkene, y sus copias, K lokkerbtfkene. Estos son un m aterial
fundam ental para todo estudio intenso sobre la em igración. No hay
un a linea definida entre m aterial docum entário que se encuentra en
los diferentes repositorios. Esto es particularm ente el caso entre
Statsarkivene y R iksarkivet. En el últim o se pueden encontrar
pro tocolos parroquiales.
109
C D ocum entos oficiales publicados
E Literatura selecta
110
0 yvind R0devand, N ordm enn pa fly tte fo t Studier i geografisk m o b ilitet
(un estudio sobre la moviledad geográfica noruega), Oslo 1959.
Arne Skaug, Norwegian Emigration, its flu ctuations com pared with the
flu ctu a tio n s in migration in other countries since 1900 and the
causes o f these fluctuations, International Studies C onference —
Norwegian m em orandum N ° 1, Paris 1937.
I. Semmingsen, Veien m o t Vest. Utvandringen fra Norge til Am erika
1825 -1 8 6 5 (la em igración noruega 1825 - 65), Olso 1941.
I. Semmingsen, Veien m o t Vest. Utvandringen fra Norge 1865 - 1915,
Oslo 1950.
Jac. S. Worm-Müller, Den norske sjtßfartshistorie, fra de eldste tider til
vore dager, 3 volúm enes en 6 tom os (quarto) que cubren la historia
m arítim a de noruega desde sus com ienzos hasta la prim era guerra
m undial. Oslo 1921 - 51.
F.H odne, A n E conom ic H istory o f N orw ay (prelim inary version),
Trondhjem 1975.
G. Stang, “ Norway and Latin A m erica” , Bibliography, en The S tu d y o f
Latin Am erican H istory and Society in Scandinavia, Estocolm o
1973.
G. Stang, “ La em igración escandinava a la América Latina 1800 -
1940” , en Jahrbuch fü r G eschichte von Staat, W irtschaft und Gesell
schaft Lateinam erikas, Band 13, Colonia 1976.
F R elatos de viaje
Ill
G unnar Neergard, num erosísim os artículos en N o rd m a n n sfo rb u n d et
sobre la com unidad noruega en Chile y el oeste argentino, especial
m ente los ingenieros.
Pedro Rubio, E t ar pa pam paen (y m uchos otros libros, m em orias
ficcionalizadas de un “ gaucho” noruego), Oslo 1936.
P. Lykke-Seest, M exico, Havana, Galveston. A voyage with the first
steam er o f the M exico G u lf L ine (aquí encontram os la única y m uy
im perfecta descripción de una pequeña com unidad de plantadores
noruegos en Cuba), K ristiania 1909.
Liv Olsson, Piken fra Argentinas pampas (una biografía de una hija de
inm igrantes hum ildes noruegos del siglo pasado — libro religioso),
Oslo 1948.
J. Randall, Galapagos, Verdens ende, Oslo 1929.
0 . Mjalid, N ybyggjarane a Galapagos, Oslo 1936. Dos libros sobre el
experim ento colonizador noruego y de escazo valor.
112
IV. LA EM IGRACION SUECA
Harald R unblom
113
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0) 10 -
114
trabajo transoceánico” (“ transoceanic labor m arket m igration” ).2 Esta
em igración individual recurrente guarda una rara sim ilitud con la
inm igración argentina de los trabajadores “golondrinas” .
La más vasta em igración fue la de los distritos rurales suecos del sur
(las provincias de Kalmar, Jönköping, K ronoberg, O stergötland, Hal-
land, V ärm land). Las com arcas en torno a las grandes ciudades (E sto
colm o, G otem burgo, Malmö, Ö rebro) tuvieron bajas cuotas em igra
torias. La región que rodea Estocolm o m ostró las cifras más reducidas
del país. La m igración interior hacia las grandes ciudades constituyó
una fuerte alternativa para la gente que vivía en sus cercanías.
E ntre los em igrantes iniciales se encontraban varios terratenientes,
pero su participación en el m ovim iento em igratorio to ta l fue insignifi
cante. Mucho más alta fue la frecuencia de salida entre las bajas clases
agrícolas (operarios, sirvientes, hijos y hijas de granjeros). Los em igran
tes concertados para la industria y artesanía eran m uy a m enudo trab a
jadores jóvenes y aprendices o jornaleros. E ntre los em igrantes de las
ciudades, las solteras y las sirvientas integraban una gran parte. H ay, sin
em bargo, una observación general, y es que los trabajadores de m uy
m enguados salarios y los pobres eran im perceptibles entre quienes
m igraban a ultram ar.
115
b. 1885 - 90, em igración en m ayoría originaria de las regiones
m eridionales de Suecia.
a. Emigraciones de grupo
116
La m igración sueco-suram ericana llegó a su pleno ápice durante 1890
y 1891, cuando se expatriaron alrededor de 2.000 personas. Un grupo
de 1891, proveniente de una lim itada región, el distrito de Sundsvall en
la provincia de V ästernorrland, es de particular interés. Las parroquias
circundantes de la ciudad de Sundsvall form an un centro de la industria
aserradora de Suecia septentrional. En los años alrededor de 1890, se
produjo una depresión de la dem anda, caída de los precios y superpro
ducción. La más n u trid a em igración suram ericana se cum plió en Alnö,
parroquia con gran núm ero de pequeñas serrerías peculiarm ente sen
sibles a las variaciones dei m ercado. El m ovim iento sindical estaba muy
desarrollado en las áreas aserradoras del distrito de Sundsvall en co m
paración con el del resto del p aís.6
F uentes contem poráneas llam aban “ fiebre del Brasil” lo acaecido
entre los trabajadores del distrito de Sundsvall.7 F ueron organizadas
cerca de veinte reuniones públicas, denom inadas reuniones brasileras,
p o r un “ com ité brasilero” especial. Todos los m iem bros de este com ité
eran trabajadores. Se elaboraron listas em igratorias prelim inares y la
oficina brasilera de Malmö reclutaba em igrantes m ediante frecuentes
anuncios en los periódicos que se distribuían en el distrito.
Tal m archa encam inada al Brasil desde el distrito de Sundsvall
en 1891 ha sido parangonada con la em igración a N orteam érica en ese
mismo año. Em pero, h ab ía obvias diferencias. La m igración al Brasil se
concentraba sobre todo en ciertas zonas industriales m ientras la n o rte
am ericana te n ía un carácter más agrario. Las posibilidades de salida
m igratoria al Brasil eran pocas. Los em igrantes dem ostraban gran solida
ridad aún desde el principio de su viaje. M ientras que la em igración
n orteam ericana se distinguía po r su carácter de individual, la con
tribución de familias era más extensa entre los pasajeros al Brasil. Los
em igrantes a este país se reclutaban entre los grupos más bajos de las
clases trabajadores y el núm ero de obreros calificados era insignificante.
El deplazam iento era más definitivo para los individuos que p artían
para el Brasil, en tan to que una gran cuota de los em igrados a N orte
am érica regresaban después de uno o dos años.
Los em igrantes brasileros de la región de Sundsvall esperaban enco n
trar un dom icilio nuevo, perm anente en un país donde la igualdad y
posibilidades de avance social estaban pro n to a la m ano — hecho obvio,
según las resoluciones aceptadas en las precitadas juntas brasileras.
El reclutam iento social de dichos em igrantes en el área citado coin
cide con lo que se sabe acerca de los de Estocolm o, hacia la misma
destinación en 1890 y 1891. Estos individuos, conform e a los cálculos,
ascendieron a la cantidad de 698, en su m ayor parte oriundos de p arro
quias “ pobres” de la capital y con pronunciado origen p ro letario .8
D urante los años de 1909 - 11 el núm ero de em igrantes suecos al
Brasil se increm entó notablem ente. En varios respectos este ápice
117
recuerda el de la em igración a dicho país en 1890 - 91. H ubo una
concentración en una com arca, en este caso, el distrito m inero de
Kiruna en Laponia, y la com posición social de este contingente emigra
torio difería del que salió para N orteam érica. Además, existía cierto
nexo entre la situación local del m ercado de trabajo y la emigración
dirigida al Brasil.9
Hay un estudio referente a la em igración Kiruna-Brasil que da, entre
otras cosas, una clara visión del papel de la prensa local en el proceso
em igratorio. En los años de 1909, 1910 y 1911 dos diarios regionales
(N orrbottenskuriren y N orrskensflam m an) publicaron no m enos de
1.744 anuncios de com pañías m arítim as y agentes m igratorios. De estos
1.744 avisos, 41 trataban de la em igración al Brasil y los 1.703 restan
tes, de la relativa a N orteam érica. Los anuncios de la del Brasil sólo
aparecían en el N orrskensflam m an, periódico socialdem ócrata que
coadyudaba al m ovim iento sindical y al la política -de la clase trabajado
ra. Al través de editoriales y la publicación de cartas de los prim eros
em igrantes, este diario incitaba a los trabajadores a salb de Suecia y
migrar hacia el Brasil. El propio esfuerzo propagandístico de los obreros
por la em igración brasilera ha de estim arse com o respuesta a la mala
situación del m ercado laboral, que culm inaría en la sedicente “gran
huelga” de 1909 (un cierre de fábricas — lo c ko u t — que se extendió por
todo el país m ediante una huelga de alcance nacional). El o tro periódi
co circulante en el distrito de K buna obraba co n tra la em igración al
Brasil, sea publicanddo cartas descriptivas de las condiciones de anterio
res em igrantes por un aspecto desfavorable, sea por m edio de editoriales
que desacreditaban a los agentes de em igración.
Similar a la em igración de Sundsvall en 1891, ésta al Brasil se carac
terizó por grupos de familia tal com o puede verse en el cuadro
siguiente:
118
1909 1910 1911
Brasil N orte Brasil N orte Brasil N orte
américa américa am érica
Padre o m adre so
los (casados o sol - 4 f. 8 f. 14 f. 8 f. 10 f.
teros con hijos)
Migrantes indi
viduales (casa 1P 52 p. 7p. 79 p. 4 p. 28 p.
dos o solteros)
Parejas de ca
sados y solte 1 f. 3 f. - 3 f. - 2 f.
ros sin hijos
Total 8 f. 12 f. 44 f. 39 f. 35 f. 16 f.
1P 52 p. 7 p. 79 p. 4 p. 28 p.
119
la ubicación de las agencias dedicadas al Brasil. La m ayoría de ellas
estaban situadas en Malmö donde tres agentes (Tufve M athiasson,
Bentham Nelson y T heodor Tufveson) fueron registrados desde 1885.
Una agencia brasilera fue inscrita en Malmö en 1890. Esta oficina y sus
subsidiarias en G otem burgo eran sub-agencias del centro em igratorio
brasilero de Hamburgo.
La propaganda difundida por los agentes suecos que transportaban
viajeros al Brasil aspiraba a presentar las condiciones generales y rasgos
distintivos de este país com o una alternativa de N orteam érica. Los
agentes ex ten d ían su inform ación ya por m edio de avisos de periódico
ya m ediante folletos (brochures) que enviaban a los em igrantes p ro
spectados. En algunos casos, estos folletos ten ían origen oficial o
semioficial.
Las actividades bastante sospechosas de Damm pueden contrastarse
con las de una agencia em igratoria de los años 1880, presentada por
Berit B rattne en su estudio de Bröderna Larsson (H erm anos Larsson).
La inform ación po r interm edio de anuncios periódicos de esta agencia
eran casi en su totalidad del tipo de un voyage technical y ten ían com o
objetivo establecer contacto de correspondencia con las personas
interesadas. O tro hallazgo de B rattne que difiere no tab lem en te de la
em igración al Brasil, consiste en que la inform ación de los agentes
carecía casi de significado para la escogencia de destinación de los
em igrantes. Una de las conclusiones generales de B rattne es que las
com pañías trasportadoras no p odían aum entar el volum en em igratorio,
aún cuando su actividad publicitaria alcanzara un alto nivel. Ellas lim ita
ban exactam ente su capacidad de transpo rte a la dem anda del
m o m e n to .1 2
120
Sven Arne Flodell, en una tesis, estudia la colonización y sociedades,
las organizaciones sociales, así com o las condiciones religiosas y cu ltu
rales de los colonos provenientes de los grupos m igratorios de 1890 - 91
y 1909 - 11. Subraya que las prom esas de altos salarios y facilidades de
colonización de la propagande oficial brasilera no se cu m p liero n .14
Las autoridades brasileras encam inaron a los em igrantes de 1890 - 91
a lugares lejanos del Estado de Rio G rande do Sul, tan aislados unos de
o tro s que a duras penas p o d ían m antener algo de sus tradiciones
étnicas. Su situación era penosa y m uchos de ellos sucum bieron por
enferm edades, ham bre y miseria. “ Las im placables condiciones de vida
de los colonos a m enudo los condujeron a la em briaguez y a la apa
tía ” .15 La vida de los colonos en Rio G rande do Sul se caracterizó por
el aislam iento cultural, y los hijos de la segunda generación recibieron
una educación deficiente. El conocim iento del idiom a sueco entre los
hijos de los em igrados era rudim entario. A m pliam ente se extendieron la
superstición y el prim itivism o en sus m odos de vivir.1 6
En to m o al año de 1910 m uchos suecos del Brasil cruzaron la fro n
tera argentina hacia la región de las antiguas Misiones jesuítas, donde se
hab ían instalado em igrantes de diversas nacionalidades. Misiones vino a
ser la destinación de los em igrados de la gran oleada de 1890 - 9 1 , que
abandonaron sus hogares en el área occidental de P orto Alegre, lo
mismo que de los del contingente de K iruna, quienes, relativam ente
p ro n to después de su arribo al nuevo país, encontraron la vida en el
Brasil m ucho m enos que atractiva. Para un gran sector de los salidos de
K iruna, la em igración com probó ser un fracaso cal que apelaron a la
ayuda del gobierno sueco. En 1912, alrededor de 500 suecos fueron
repatriados colectivam ente gracias a la intervención de la Em bajada
Sueca en Buenos A ires.1 7
La colonización sueca en Misiones resultó tan co ncentrada que
perm itió establecer una base de solidaridad étnica. Un censo practicado
a m ediados de los años trein ta por funcionarios eclesiásticos suecos,
registró 927 individuos de esta nacionalidad en la región de Oberá,
corazón de la colonización sueca.18 Los habitantes suecos de Misiones
m an ten ían el conocim iento del sueco en más alto grado que el del
prom edio de los sueco-am ericanos. Es verdad que las cerem onias en
español de la parroquia sueca de Oberá aum entaban contin u am en te ►n
núm ero, pero hasta el decenio de 1960 el sueco era el idiom a del culto.
No h u bo, sin em bargo, ningún aislam iento to tal del co n ju n to étnico
sueco sem ejante al de ciertos grupos de em igrantes japoneses en el
Brasil. El m atrim onio m ixto fue de clara m ayoría en la segunda y
tercera generación de suecos. Asociaciones suecas abrieron sus puertas a
gente de otras nacionalidades.1 9
U na cualidad distintiva de los em igrados suecos en Suramérica fue su
tendencia a constituir asociaciones y sociedades, con el fin de preservar
121
tradiciones patrióticas. La actitud socialista y an tip atrió tica de m uchos
em igrantes suecos antes de su salida no les im pidió el anhelo de m an
tener vínculos culturales con su tierra natal. Los in ten to s de trans
plantar el m ovim iento de tem perancia sueca a América, estableciendo
sociedades al efecto, fracasaron debido quizá a los h ábitos alcohólicos
de los dem ás en el nuevo país. En el cam po religioso hubo una p ro p en
sión al sincretism o durante las prim eras décadas después de la em igra
ción. Muchos suecos no ten ían contacto con la iglesia evangélica, y
característica de culto de la iglesia extranjera y de ocultism o penetraron
en las costum bres religiosas, por ejem plo, en referencia a la m uerte y los
funerales.
Las relaciones con la parroquia sueca de Buenos Aires y con el
órgano m isionario de la Iglesia L uterana Estatal significaron, p o r con
siguiente, un viraje en la situación eclesiástica de los emigrados.
M ediante iniciativas de Suecia, los connacionales en Misiones recibieron
los servicios de iglesia y paulatinam ente institu y ero n su propia parro
quia. Como m uchas iglesias de em igrantes, la parroquia sueca se con
virtió en un elem ento conservador en cuanto se colocó en defensa de la
solidaridad cultural con la patria de origen. La iglesia estim uló los
esfuerzos de sostener una escuela sueca y el uso cotidiano del propio
idiom a, que, no obstante, sufriría la dura com petencia del español,
especialm ente entre las familias de parejas m atrim oniales de naciona-
ledad m ix ta.2 0
d. Conclusiones
122
Para m uchos em igrantes sueco-brasileros el traslado se convirtió en
un fracaso personal, el cual se revelaría, entre otras cosas, por la repa
triación colectiva de cerca de 500 de ellos en 1912. En Suram érica, el
grupo étnico sueco ha dejado huellas sobre todo en la colonia de
Misiones, donde, por unas pocas generaciones, m antuvo una vigorosa
cohesión.
3. F uentes y archivos
Una valiosa ayuda para quien consulte archivos suecos que encierren
m aterial sobre América Latina es Guia de fu e n te s para la historia de
Ibero-Am érica: Escandinavia (E stocolm o, 1968). La p arte sueca del
volum en fue preparada por Magnus Mörner. La obra contiene una breve
reseña de las relaciones suecas con Latinoam érica y da inform ación
detallada de aquélla, en cuanto a las fuentes en archivos suecos, tan to
oficial com o privados.
Se ha establecido un centro de docum entación referente a la emigra
ción sueca en Utvandrarnas hus (Casa de los Em igrantes) en Växjö.
Em pero, el m aterial sobre América Latina es hasta ahora exiguo.
F uentes esenciales para el estudio del m ovim iento em igratorio sueco
son las Sum m ariska redogörelser fö r folkm ängden (Inform es Anuales
Parroquiales sobre la Población), que se conservan en la Oficina Central
de E stadística de Estocolm o. Tales relaciones las preparaba el clero de
todas las 2.500 parroquias del país. De 1861 en adelante, el to tal de
em igrantes registrados aparece enum erado en estos inform es, que en
realidad integran una recopilación de los registros parroquiales sobre
em igración. D atos básicos relativos a ocupación, condición de familia e
instrucción religiosa están contenidos en husförhörslängder (anota
ciones de exam en eclesiástico) y desde 1895, en los llam ados för-
sam lingsböker (libros parroquiales) que se encuentran en los archivos de
las parroquias.
O tra fuente de m aterial útil es la colección de skeppslistor (listas de
pasajeros), las cuales contienen datos acerca de todos los em igrantes que
p artían hacia América desde los grandes puertos de em barco (utrese-
hamnar). En cuanto a G otem burgo, el más vasto de ellos, hay dispo
nible una serie com pleta, a p artir de 1869. Estas listas de pasajeros
sum inistran inform ación sobre el lugar de nacim iento e itinerarios de la
travesía así com o sobre los com pañeros de viaje y destinación en A m éri
ca. Este m aterial se ha usado com o base para la reconstrucción de la
estructura del grupo em igratorio. Listas de pasajeros pueden verse ta m
bién respecto a E stocolm o y Malmö, puertos que recibieron el grueso de
la em igración a Suramérica. De igual m odo, pueden encontrarse em i
grantes suecos en los registros de pasajeros de los puertos noruegos
123
Oslo, Bergen, T rondheim ). Tam bién los de H am burgo (A usw anderer
listen, Staatsarchiv, H am burgo) se utilizaron para reconstruir la emigra
ción sueca al Brasil (Stenbeck 1973). Tales listas han sido especialm ente
eficaces, puesto que gran parte de los salientes pasaban por H am burgo,
centro de las actividades inm igratorias brasileras en Europa. Para una
evaluación crítica de las listas de pasajeros com o m aterial de fuente,
véase T edebrand 1971, ps. 317 - 323.
D atos agregados en torno a la em igración e inm igración suecas (cifras
distritales y nacionales) se encuentran en el im preso Bidrag till Sveriges
officiella Statistik. Serie A. Befolkningsstatistik. En lo que concierne a
Suramérica, estas estadísticas no ofrecen cifras anuales separados de la
em igración a los varios países del continente.
Una fuente de ordinario abundante sobre la em igración sueca es
Em igrationsutredningen (EU), consistente en una indagación que reali
zó la Com isión Real nom brada en 1907. Su objetivo era hallar rem edio
contra pérdidas de suecos en la em igración. La enquesta redundó en un
inform e principal y 20 suplem entos (im presos en 1908 - 13), los cuales
encierran, entre otras cosas, un rico m aterial de estadísticas sociales. Sin
em bargo, la em igración a Latinoam érica apenas se m enciona en E m i
gra tionsu tredningen.
No se ha encontrado archivo alguno de ninguna de las agencias
m igratorias suecas dedicado a la em igración a Latinoam érica. El m ate
rial de folletos im presos por dichas agencias (para los títu lo s, véase
Stenbeck 1973) se halla en las colecciones de la Biblioteca Real de
E stocolm o y en la de la Universidad de Uppsala. Varios investigadores
han exam inado periódicos, con el fin de elucidar las actividades de las
agencias m igratorias (Stenbeck 1973, N orm an 1974). La propaganda de
la O ficina brasilera de Malmö ha sido estudiada por Stenbeck en varios
periódicos diarios (Sundsvalls nyheter, Sundsvalls tidning, Sundsvalls-
Posten, y Dagens N yheter), tarea que consum e m ucho tiem po. El m ate
rial de prensa da tam bién otras aclaraciones sobre la em igración. H abía
a m enudo relaciones en los periódicos locales, especialm ente de lugares
donde se reunían los trabajadores para abandonar el país, con noticias
sobre el estado m oral de los em igrantes y, a veces, sobre su destinación.
Cartas de em igrados se publicaban con bastante frecuencia en los dia
rios. Gran parte del debate m igratorio se h ab ía desarrollado en la pren
sa, form ando así m aterial para estudios de la reacción nacional contra la
em igración.
La situación de los em igrados suecos en el exterior, de vez en cuando
m erecía la atención de las em bajadas y consulados de su país de origen.
Algunos inform es diplom áticos y consulares son de interés para el
investigador de em igración y se conservan en los Registros del M iniste
rio de Relaciones E xteriores Sueco. Asimismo, puede encontrarse m ate
rial en los archivos de las em bajadas y consulados (generalm ente rem iti
124
dos al R iksarkivet de Estocolm o). Una copiosa docum entación aún no
utilizada que atañe a los em igrantes suecos al Brasil y la Argentina
alrededor de los años 1910, la integran los Registros de la Embajada
Sueca en Buenos Aires (núm eros de archivación 54 A l, F 1 - 26, G 5 y
111 L l, ahora en el Archivo N acional (Riksarkivet), Estocolm o. Entre
otras cosas, hay allí inform es sobre la repatriación de cerca de 500 sue
cos de la A rgentina en 1912.
La actividad de los colonos suecos en Misiones produjo cierta can
tidad de m aterial de archivo relacionado por Flodell (1974). En los
A rchivos de la parroquia sueca de Oberá, los m inutos del despacho
parroquial, los inform es anuales y correspondencia form an la más co m
pleta docum entación disponible.2 1 A estos archivos se ha agregado ta m
bién docum entación de otras asociaciones suecas de la zona. Dichas
fuentes las usado Flodell, pero es posible que, m ediante m étodos
sistem áticos, proporcionen datos adicionales en cuan to las coloniza
ciones suecas y la condición dem ográfica de sus emigrados.
Las entrevistas con em igrantes suecos descendientes fueron grabadas
por Sven A rne y G unvor Flodell. Las grabaciones, en 70 cintas, están en
el D ialekt- och F olkm innesarkivet de Uppsala. Los investigadores que
em pleen este m aterial han de tener en cuenta, al estim ar la utilidad de
las entrevistas, que Sven A rne Flodell sirvió com o pastor sueco en
Misiones.
Algunas colecciones suecas contienen docum entación respecto a
actividades de connacionales en el extranjero. R iksföreningen fö r
svenskhetens bevarande i utlandet (La Sociedad para la Cultura Sueca
en el E xterior) fundada en 1908, a fin de m antener co n tacto con los
suecos fuera del país, incluye m aterial sobre individuos de tal nacionali
dad en América, en sus archivos de G otem burgo. R ecortes de prensa y
artículos concernientes a suecos fuera de Suecia deben buscarse en
O. R. L andelius’ utlandssvenska samling (Colecciones de los suecos en el
extranjero), ahora en R iksarkivet de E stocolm o. En éste mismo pueden
localizarse los A rchivos de A x e l Paulin, diplom ático y escritor. C om
prenden fuentes y m anuscritos que fueran utilizados por Paulin en su
pletórica obra acerca de los suecos en Suramérica (Paulin 1951). La
citada colección es m uy útil, en cuanto su libro no contiene ningunas
referencias directas a las fuentes usadas.
125
NOTAS:
126
APENDICE ESTADISTICO
127
Em igración, 1886 - 1900
1887 1 - 55 31 1 - - -
1888 2 - 63 29 4 1 - -
1889 - - 247 96 - - - -
1892 - - 9 8 - - - -
1893 - - 23 13 - - - -
1894 - - 20 16 - - - -
1895 - - 18 7 - - - -
1896 - - 43 25 - - - -
1897 - - 32 18 - - - -
1898 1 - 14 9 1 2 1 1
1899 1 - 12 8 - - - -
1900 - - 8 9 - - - -
128
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729
A péndice 2: Inmigración a Suecia de Latinoamérica, 1873 -1 9 1 0
130
Inm igración, 1886 - 1900
131
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132
ANEXO
A) Bibliografía anotada
133
La colonización sueca en el sur del Brasil y en Misiones la trata
Flodell (1974), el cual, relata con singular interés la situación social y
religiosa de los em igrados. Una descripción sobre los suecos en Misiones,
escrita por el Príncipe G uillerm o de Suecia (Prins Vilhelm 1947) y
citada a m enudo, tiene carácter de reportaje.
B) Lista de libros
134
Lindm ark, Sture, Sxvedish-Amerika, 1914 - 1932. Studies in E th n icity
with Em phasis on Illinois and M innesota. Uppsala, 1971.
M öm er, Magnus, “ Invandringen och det m oderna Latinam erikas till-
blivelse” (La inm igración y la form ación de la América Latina
m oderna). Ymer, 1960.
Nilsson, Fred, Em igrationen fran Sto ckh o lm till Nordam erika 1880 -
1893. En Studie i urban utvandring (La em igración procedente de
E stocolm o a N orteam érica, 1880 - 93. Un estudio sobre emigración
urbana). Estocolm o, 1970.
N orm an, Hans, Fran Bergslagen till Nordamerika. Studier i migrations-
m önster, social rörlighet och dem ografisk Struktur m ed utgangs-
p u n k t fran Örebro län 1851 - 1915 (Desde la zona de Bergslagen a
N orteam érica. E studios sobre las estructuras de em igración, mobili-
dad social y dem ográfica con la provincia de Örebro com o p u n to de
partida, 1851 - 1915). Uppsala, 1974.
Paulin, Axel, Svenska öden i Sydam erika (Destinos suecos en Sudaméri-
ca). Estocolm o, 1951.
Prins Vilhelm (Príncipe Vilhelm [Guillerm o]), R oda Jordens svenskar
(Los suecos de la Tierra Colorada). Estocolm o, 1948.
Rogberg, Martin, Svenskar i Latinam erika (Suecos en América Latina).
Ö rebro, 1954.
R unbiom , Harald, Svenska företag i Latinam erika. Etableringsm önster
och fórhandlingstaktik 1900 - 1940 (Las em presas suecas en L atino
am érica. E structuras de establecim iento y táctica de negociación).
Uppsala, 1971.
R unbiom , Harald, Reseña de la arriba m encionada “ Tierra Nueva,
etc. ...” de S. A. Flodell publicado en K yrkoh isto risk arsbok,
Uppsala en 1975(a).
R unbiom , Harald, Empresas suecas en Latinoamérica. 1975(b). A
publicarse.
R unbiom , Harald & N orm an, Hans (editores), From Sw eden to A m e
rica. A H istory o f the Migration. University o f M innesota Press,
Uppsala, 1976.
Stenbeck, Karin, Utvandringen fran Sverige till Brasilien 1868 - 1891.
Tre studier (La em igración sueca al Brasil, 1868 - 91. Tres estudios).
Tesis inédita del In stitu to de Historia de la Universidad de Uppsala,
1973.
T edebrand, Lars-Göran, Västernorrland och N ordam erika 1875 -1 9 1 3 .
Utvandring och aterinvandring (La provincia de V ästernorrland y
N orteam érica, 1875 - 1913. Emigración y reem igración). Uppsala,
1972.
135
LA EMIGRACION BRITANICA
A AMERICA LATINA EN LOS SIGLOS XIX Y XX
Harold Blakemore
137
A m erica and the Caribbean in the British Isles,4 ha revelado am pliam en
te por prim era vez la riqueza de estos recursos, y la extensa sección que
la G uía dedica a los archivos económ icos señala todo el m aterial virgen
que podrá servir para futuras investigaciones sobre las relaciones econó
micas entre Gran Bretaña y América Latina. A lo largo de los años ha
ido apareciendo una serie de estudios generales, pero im portantes, tales
com o L. H. Jenks, The Migration o f British Capital to 1875 (Londres,
1938); J. Fred Rippy, British Investm ents in Latin Am erica, 1 8 2 2 -
1949 (University of M innesota Press, 1959); David Joslin, A Century o f
Banking in Latin Am erica: Bank o f L ondon and S outh Am erica, 1862 -
1962 (O xford University Press, 1963); y D. C. M. P latt, Latin Am erica
and British Trade, 1806 - 1914 (Londres, 1972). Sin em bargo, en época
más reciente han aparecido m onografías más especializadas, entre las
que cabe m encionar, Peter Calvert, The M exican R evo lu tio n , 1 9 1 0 -
1914: the D iplom acy o f Anglo-Am erican C onflict (Cambridge Univer
sity Press, 1968), la que trata, en parte, de los intereses m exicanos de
Weetman Pearson, prim er V izconde Cow dray; H. S. Ferns, Britain and
A rgentina in the N ineteenth Century (O xford University Press, 1960);
Richard G raham , Britain and the Onset o f M odernization in Brazil,
1 8 5 0 - 1914 (Cam bridge University Press, 1968); y Harold Blakemore,
British N itrates and Chilean Polities, 1 8 8 6 - 1896 (Londres, A thlone
Press para el In stitu te of Latin A merican Studies, 1974). R esulta claro,
además, que la relación económ ica histórica entre Gran Bretaña y
América Latina, que ha aum entado en im portancia con la proliferación
de las teorías de “ dependencia” , es ahora una preocupación m ayor para
los historiadores británicos y latinoam ericanos. Entre los historiadores
británicos podem os m encionar en particular a D. C. M. Platt (O xford),
director de un equipo de investigadores dedicados a estudiar los m uchos
aspectos de esta relación y editor de Business Imperialism , 1840 - 1930:
an enquiry based on British E xperience in Latin A m erica (O xford Uni
versity Press, 19 7 7 );s W. M. M athew (Leicester), R ory Miller (Liver
pool), Rosem ary T horp y G eoffrey Bertram (O xford), todos los cuales
están trabajando sobre las relaciones económ icas anglo-peruanas; Roger
Gravil (Zam bia) y Colin Lewis (Londres), sobre las relaciones económ i
cas anglo-argentinas; Harold Blakem ore (Londres), sobre las relaciones
económ icas anglo-chilenas, y m uchos otros dedicados a tem as más gene
rales, com o R obert Greenhill (Londres), navegación com ercial; Charles
Jones (Londres), la banca; y Colin Crossley (Leicester), colonización
agrícola. Asimismo entre los latinoam ericanos tenem os, por m encionar
sólo a tres, a Claudio Véliz (Chile), Heraclio Bonilla (Perú) y R oberto
Cortés-Conde (Argentina).
La publicación de la G uía y otros instrum entos bibliográficos, ju n to
con el aum ento de servicios académicos para los latinoam ericanistas en
el In stitu te o f Latin Am erican Studies de Londres y los folletos de su
138
Centro de Inform ación6 , han dado a los investigadores la posibilidad de
em prender de m anera más sistem ática la doble tarea de explorar en sus
diversas facetas las relaciones económ icas anglo-latinoam ericanas, así
com o interpretarlas. Y se puede afirm ar sin miedo a exagerar que gran
parte de la m oderna historia económ ica de América Latina, y en espe
cial la de Argentina, Chile y Perú, puede descubrirse en su totalidad
solam ente a través de la investigación en los archivos británicos.7
De ahí que, a nivel doctoral, se haya visto en años recientes una
expansión de las investigaciones sobre las relaciones económ icas anglo-
latinoam ericanas y, al respecto, bastará citar unos pocos ejemplos para
indicar el alcance de los tem as que se están llevando a cabo. E ntre éstos
figuran las tesis en preparación de Edwin Early (Londres) sobre el T ra
tado Roca-Runcim an, Ricardo Couyoum djian (Londres) sobre Relacio
nes Económ icas Anglo-Chilenas durante la Prim era G uerra M undial y
sus Consecuencias (term inada en 1975); Carm en Carióla (Londres),
Im pacto de la Política E conóm ica Chilena sobre los Intereses Británicos
después de la Depresión M undial;8 Malcolm Hoodless (Londres), Gran
Bretaña y la Industria Mexicana del Petróleo, 1901 - 4 6 ; N. J. F. Bowen
(Cam bridge), Relaciones Económ icas entre la A rgentina, Gran Bretaña
y los Estados U nidos durante la Segunda G uerra M undial; Manuel F er
nández (Glasgow), Decadencia de la Influencia Británica en Chile,
1905 - 25; E. N. Tate (Liverpool), Relaciones Británicas con el Paraguay
en la Prim era Mitad del Siglo XIX.
Dada la variedad y m agnitud de las relaciones económ icas de Gran
Bretaña con Am érica Latina en los siglos XIX y XX, era natural que las
diversas repúblicas contaran con la presencia de m uchos súbditos britá
nicos, dedicados al com ercio, la banca, la navegación com ercial, la co n
strucción, la adm inistración y m uchas otras actividades, lo suficiente
m ente num erosos com o para constituir verdaderas com unidades b ritán i
cas. La A rgentina es el ejem plo más notable y esto no es sorprendente si
se tiene en cuenta que casi todas las em presas de servicios públicos del
país y m uchas de las industrias — por no m encionar los deportes —
fueron iniciadas por em presas británicas y construidas por ingenieros
británicos. Pueblos suburbanos de Buenos Aires com o Tem perley,
Hurlingham y Ranelagh, con sus zonas residenciales que todavía atraen
a los británicos en la A rgentina, aun reflejan to pon ím icam en te esta
influencia. A fines de la década de 1950 la A rgentina aun contaba con
más de 11.000 residentes británicos, y la com unidad británica de ese
país sigue siendo la de m ayor tam año fuera del C om m onw ealth. Chile
es o tro país latinoam ericano donde la influencia británica se hizo sentir
de m anera particularm ente fuerte, si bien allí la cantidad de inm igrantes
británicos siempre fue reducida, sobre todo en com paración con las
inmigraciones de alemanes, suizos, franceses e italianos en el siglo XIX
que estuvieron asociadas en gran parte a la colonización del centro y sur
139
de Chile. Han sido los anglo-chilenos, más que los británicos de pura
sangre, los que han escrito sus nom bres en la historia de la república.9
Em pero, por to d a América L atina todavía se perciben claram ente las
señales del im pacto británico en los bancos y negocios, con su arquitec
tura que revela la influencia de m odelos británicos, en los m uchos
clubes y cámaras de com ercio británicos que todavía existen, y en la
difusión general de las características culturales y estilos de vida. Las
escuelas británicas independientes en América Latina, tales com o The
Grange y M ackay en Chile y el M arkham College en el Perú, fundados
en el siglo XIX, constituyen otro ejem plo cabal de esta influencia,
especialm ente porque las clases superiores locales ten ían particular
interés en enviar sus hijos a esas escuelas. Aun hoy d ía las escuelas
británicas en América Latina no reciben subvención alguna por parte
del gobierno británico sino que dependen exclusivam ente de las m a trí
culas de sus alum nos, la m ayoría de los cuales son en la actualidad
ciudadanos nativos de esos países.
La inm igración británica y el im pacto británico fueron esencialm ente
cualitativos, no cuantitativos, y concordaron con las razones por las que
cada persona en particular decidió dirigirse a América Latina. Estas
razones eran casi siem pre personales y la m ayor parte de los em igrantes
iba con objetivos determ inados. En realidad, m uchos de ellos fueron
enviados a Am érica Latina por sus propios superiores para proveer de
personal a los bancos y negocios, construir los ferrocarriles, adm inistrar
puertos e instalaciones, y supervisar las operaciones económ icas, con la
intención de regresar a su país una vez cum plidos sus deberes en el
extranjero. O tros fueron contratados por gobiernos latinoam ericanos o
particulares para tareas específicas similares en las que se requerían sus
conocim ientos técnicos y especial pericia. Sólo en unos pocos casos que
se detallan más abajo, se dirigieron a América Latina em pujados por
presiones económ icas que les obligaron a desarraigarse com pletam ente
de Gran Bretaña para iniciar una nueva vida en esos países, y pueden
señalarse algunos ejem plos de gobiernos latinoam ericanos que ofrecie
ron incentivos especiales a los inm igrantes británicos en potencia para
que se establecieran en sus países. La gran m ay o ría de los que fueron a
A mérica Latina al fin regresaron a Gran B retaña,10 pero algunos se
casaron con gente latinoam ericana y perm anecieron en sus países adop
tivos, y o tros que llevaron consigo sus familias por un determ inado
período llegaron a sentirse tan apegados a su nuevo am biente que al fin
optaron por quedarse. En este sentido, los residentes británicos en
América Latina durante los siglos XIX y XX siguieron el ejemplo de la
prim era ola m igratoria que llegó de Gran Bretaña al continente a prin
cipios del siglo XIX, es decir, los que estuvieron im plicados en las G ue
rras de Independencia y el período que las sucedió. Casi 7.000 soldados
y m arinos británicos tom aron parte en esas Guerras, al finalizar las
140
guerras napoleónicas en Europa, y sólo sobrevivieron cerca de mil.
Algunos se establecieron en América Latina, principalm ente en Colom
bia y Ecuador, donde jugaron un papel im portante en la historia del
período inm ediatam ente posterior a la independencia de las repúblicas:
es un hecho que en m uchos casos sus relatos del período constituyen
im portantes fuentes históricas.11
De igual m anera, la contribución británica a las crónicas de viajes en
la América Latina independiente fue m uy amplia: las obras de viajeros
com o M aría G raham ,12 Basil H all,13 John M iers14 y A lexander Cald-
cleugh,15 para m encionar sólo a cuatro de ellos, siguen ediciones que
sirven com o fuentes principales para el estudio del período e incluyen
m aterial sobre los inm igrantes extranjeros en América L atin a.16 Casi
todos ellos se refieron a residentes británicos en los países que visitaron,
y m uchos de esos residentes estaban dedicados al establecim iento de los
prim eros negocios británicos en América Latina, los precursores de las
relaciones económ icas que habían de progresar substancialm ente y a las
que y a nos hem os referido brevem ente en el curso de este en say o .1 7
Así pues, com o la naturaleza de la em igración británica a América
Latina estaba íntim am ente ligada en su m ayor parte al desarrollo de los
intereses económ icos británicos en ese continente y, en segundo lugar,
com o la m eyoría de los em igrantes británicos eran “ aves de paso”
(golondrinas) que esperaban volver a su patria y que iban a América
Latina para regresar com o pasajeros en barcos de vela o de vapor, no es
sorprendente que “ La em igración británica a América L atin a” no sea en
sí m isma un tem a de estudio, sino una parte de esa relación especial que
es, a la vez, una sección de la historia económ ica británica y de la
historia económ ica de la América Latina m oderna. Además, las fuentes
para el logro de una vista panorám ica to tal de la em igración británica a
América Latina están inevitablem ente m uy dispersas. Por lo tan to , no es
de ex trañar que los estudios sobre los británicos en América Latina sean
más que nada de tipo general y com prendan m ucho más la historia del
co n tin ento m ismo que el papel que los británicos desem pañaron en
é l,1 8 siendo principalm ente una serie de reseñas biográficas de ciudada
nos británicos que jugaron un papel im p o rtan te en la historia de las
guerras o el com ercio de América L atina.1 9 Casi no ha habido estudios
sistem áticos sobre las com unidades británicas que significaron algo
com o tales y se han realizado m uy pocos a nivel nacional o local sobre
el im pacto de la presencia británica. No obstante, se han hecho reciente
m ente algunos trabajos sobre el tem a y hay otros en preparación. La
historiadora paraguaya Dra. Josefina Pía tiene en prensa en estos
m om entos un largo y detallado estudio titulado Los británicos en Para
guay (publicado 1976), y o tro trabajo recientem ente aparecido se
ocupa de los intereses económ icos británicos y las personalidades b ritá
nicas en el estado brasileño de Rio G rande do Sul.20 Dos investigadores
141
de universidades británicas están trabajando sobre las com unidades
británicas en la A rgentina y Chile, utilizando com o m aterial principal
papeles familiares y periódicos en lengua inglesa publicados en América
Latina, tales com o The S outh Pacific Mail, The R eview o f the River
Plate y The Chilean Times. 21
Sin em bargo es un hecho establecido que la em igración británica a
América Latina ha sido, desde el p u n to de vista num érico, tan pequeña
que la historia fu tu ra de esta nacionalidad en particular o, m ejor dicho,
de las cuatro nacionalidades que abarca el térm ino — inglesa, irlandesa,
escocesa y galesa — se ocupará principalm ente de estudios sobre activi
dades económ icas británicas, investigaciones biográficas y micro-
estudios de grupos individuales. Para los dos prim eros tipos de investiga
ción las fuentes de archivo son, desde luego, m uy grandes en el Reino
U nido, pero el últim o presenta dificultades más serias.
Existe, em pero, una salvedad a estas generalizaciones y en realidad
hay una em igración británica a Am érica Latina que constituye la excep
ción a lo que se ha venido afirm ando en el curso de este ensayo. Se trata
de las colonias de asentam iento (settlem ents) de ciudadanos británicos
en América Latina de las cuales el ejem plo más n otable lo constituyen
los galeses en la Patagonia, objeto de un m inucioso estudio que mi
colega Dr. Glyn Williams presentará a la conferencia. El resto de este
ensayo se concentrará en otras colonias aparte de la galesa en la
Argentina.
De vez en cuando, en la historia de las relaciones británico-latino-
americanas, se han llevado a cabo proyectos para atraer colonias per
m anentes de ciudadanos británicos a diversos estados latinoam ericanos
com o colonos agrícolas en territorios vírgenes de esas repúblicas, y esos
proyectos han recibido buena acogida po r parte de pequeños grupos de
gente británica, generalm ente de escasos recursos económ icos en su
país, atraídos ta n to por las prom esas de ayudo latinoam ericanas com o
por sus propias esperanzas de lograr una vida m ejor en esta parte del
Nuevo M undo. D. C. M. P latt,22 ha tratad o el tem a con cierto d eteni
m iento y aq u í pueden bastar algunos ejemplos. Bernardo O’Higgins de
Chile y Bernardino Rivadavia de Buenos Aires p rocuraron atraer colo
nos de este tipo después de la Independencia.2 3 Y, más adelante, en el
mismo siglo, el gobierno chileno del Presidente Balmaceda (1886 - 91)
tuvo igual intención.24 El gran filántropo R obert Owen trató de esta
blecer una colonia de británicos en la entonces provincia m exicana de
Tejas,25 pero este proyecto no llegó a concretarse y , en general, la
historia de la colonización británica en América L atina en el
siglo XIX — exceptuando a los galeses de la Patagonia — fue “ un record
de ininterrum pido desastre” .26 Esto se halla en abierto contraste con la
experiencia colonizadora en América Latina de otros inm igrantes euro
peos, especialm ente los italianos, españoles, alemanes y suizos, y de
142
otros extranjeros com o los japoneses, sirios y ju d ío s.27 Es evidente que
cada caso de colonización se vió influido por factores especiales, pero
pueden sugerirse ciertos elem entos com unes en el fracaso de la coloniza
ción británica y en su pequeña escala, si los com param os con el éxito de
otras nacionalidades y con su propia eficacia en otras partes. En prim er
lugar, según hem os observado al com ienzo de este ensayo, la existencia
en el m undo de extensas regiones de habla inglesa, relativam ente des
pobladas, en las que la influencia británica fue predom inante en la
form ación tan to po lítica com o religiosa, lógicam ente hizo de éstas un
imán para los inm igrantes británicos cuyos m otivos para dejar su país de
origen eran principalm ente económ icos más que político s y religiosos.
De ah í que las dificultades de ser pioneros en un medio am biente
extraño y de buscar en el m ismo un standard de vida, quedaran hasta
cierto p unto com pensadas por afinidades culturales más íntim as, reales
o imaginarias. En segundo lugar, durante los siglos XIX y XX, casi toda
la propaganda efectiva dirigida a ciudadanos británicos para emigrar y la
m aquinaria eficazm ente m ontada para m anejar dicha em igración con
sistía en dirigirlos a los Estados U nidos y a los white D om inions. Las
agencias de los Dominios, los com isionados en el mismo Reino Unido y
las num erosas sociedades de em igración hacían lo mismo al respecto y
se veían apoyados por el fracaso de los prim eros inten to s de coloniza
ción británica en América Latina, con lo cual tendían a descartar a ese
co n tin ente sin considerarlo seriam ente. Por supuesto, los em igrantes en
potencia eran prevenidos y aconsejados específicam ente de no ir a
América Latina por razones chm atológicas, dietéticas, lingüísticas,
sociales y p o líticas.28 Así, m ientras la presión para la em igración del
Reino Unido — especialm ente económ ica — fue lo suficientem ente
fuerte para que 15 m illones de personas em igraran entre 1851 y 1920,
la atracción de América Latina era m uy débü. N aturalm ente esto se
aplicaba en especial a aquéllos que form aban el núcleo de los em igrantes
co n stituidos por la gente trabajadora y sus famüias. Las com unidades
británicas que llegaron a establecerse en América Latina, com o las de
A rgentina y Chile, estaban constituidas principalm ente p o r com ercian
tes, terratenientes, ingenieros, banqueros, supervisores, técnicos, etc.,
com o así tam bién por trabajadores contratados para fines específicos
que solían ser obreros capacitados m uy bien rem unerados. Su núm ero
era pequeño, incluso en la A rgentina, que a fines del siglo XIX tal vez
co ntaba con 50.000 británicos residentes, sólo un 2 % de su inmigración
a lo largo del siglo estaba representada por el elem ento británico. Su
standard de vida era com parativam ente alto gracias a sus funciones,
pero en su propio país no hubiera sido m uy diferente. Para esos m iem
bros de la clase obrera británica que rom peron lazos para em igrar a
América Latina dentro de los planes de colonización, la hostilidad del
medio era demasiado fuerte para perm itirles estalecerse, en p arte debido
143
a que pese al bajo nivel económ ico en su país, sus perspectivas en
América Latina no eran lo bastante elevadas com o para convencerlos de
quedarse. M uchos estaban to talm ente engañados por la propaganda de
los agentes de Am érica Latina, com o en el caso de un grupo de em igran
tes británicos de la ciudad de N ottingham que llegó a V alparaíso
en 1888: el M inistro británico se quejó de que el agente h ab ía sido
“ escandalosam ente inex acto ” en sus exposiciones ya que “ de hecho no
hay posibilidad alguna para las clases especificadas en la notificación
oficial” .29 Con respecto a la propuesta británica de colonización en el
sur de Chile, advirtió: “ Parece haber razones poderosas suficientes
com o para desaconsejar una aventura británica en este sen tid o .” 30 Y
sugirió al Ministro de Com ercio de Chile que se debía advertir seria
m ente a los posibles inm igrantes de los peligros y las dificultades involu
crados y se ordenara a los agentes del gobierno chileno en el Reino
U nido que cesaran en su labor de engatusar a los em igrantes “ con toda
clase de promesas sin g aran tía” .3 1 Esta fue una experiencia corriente
para los británicos en toda la América Latina aunque, afo rtunadam ente,
el núm ero de gente com prom etida fue relativam ente pequeño.
La em igración británica a América Latina fue, pues, cuantitativam en
te de m enor escala y donde resultó exitosa fue porque h ab ía una gran
dem anda de inm igrantes capacitados. No fue predom inantem ente una
em igración de clase obrera, excepto en los casos de co n trato de trabajo,
com o en las minas de M éxico, en la construcción de los ferrocarriles
argentinos, en las fábricas de algodón del Brasil y en las haciendas de
ovejas de la Patagonia. Los contratos eran, sin duda, generosos desde el
p unto de vista pecuniario, condiciones de vida y duración de estancia en
el país — infinitam ente superiores a los que se ofrecían a la m ano de
obra local — así que no era difícil reclutar gente de Gran Bretaña en
tales condiciones. La opinión de un funcionario británico en Colom bia
en 1870 resum e las perspectivas de la em igración británica en América
Latina, en su totalidad:
144
com o así tam bién a recientes trabajos secundarios y trabajos de investi
gación en preparación. Es tan grande la cantidad de obras publicadas
sobre la m ateria que es im posible consignar aquí una bibliografía p erti
n en te sobre esta tem a que, com o se sugiere en el ensayo, es fundam en
tal para el futuro estudio del tem a algo lim itado de la em igración britá
nica. Por lo ta n to , a continuación se ofrece una breve guía para las
principales fuentes impresas e inéditas que existen en el Reino Unido
sobre la em igración británica a América Latina y las com unidades britá
nicas en esos países.
145
inform es im presos a los que deben dirigirse prim eram ente los investiga
dores, y que el m aterial original del que han sido extraíd o s es tan
am plio. Si bien los inform es sobre asuntos latinoam ericanos se encuen
tran incluidos en los volúm enes anuales encuadernados ju n to con infor
mes provenientes de otras zonas, cada volum en tiene un índice y por lo
tan to , son fáciles de localizar.33
M uchos de estos inform es se refieren casi exclusivam ente a la
inmigración y colonización británicas, tal com o lo indican los siguientes
ejemplos:
146
B) O tros archivos del Reino Unido
147
3. Archivos familiares: Muchas familias residentes de origen británico
poseen im portantes colecciones de docum entos sobre negocios o
asuntos dom ésticos.
Estos y o tro s docum entos son com plem entos de los registros oficia
les, pero constituyen m aterial invalorable para la preparación de la
futura historia de las com unidades británicas en América Latina. Las
actividades económ icas son, sin duda, el quid de la presencia británica
en Latinoam érica, pero no presentan el cuadro com pleto ya que en esos
países donde ha dejado sus huellas, la presencia británica significó difu
sión de ideas y la unión de gentes y culturas, lo que no se refleja
enteram ente en las cuentas bancarias o en las cifras estadísticas.
NOTAS:
148
6 Theses in Latin Am erican Studies at British Universities in Progress
and C om pleted; S ta ff Research in Progress or R ecen tly C om pleted in
the H um anities and the Social Sciences; and Latin Am erican Studies
in the Universities o f the United K ingdom , A L ist o f S ta ff and
Courses (todos se publican anualm ente).
7 P. e j.: Para Chile y Perú, el archivo de A ntony Gibbs & Sons en la
Guildhall Library, Londres, es indispensable tan to por su tam año
com o por su variedad, y para los tres países los archivos del Bank o f
L o n don and South Am erica, en University College, son fundam en
tales en lo referente a asuntos económ icos.
8 El p royecto de Carm en Carióla es parte de un estudio de m ayores
proporciones que dirige su m arido, Oswaldo Sunkel.
9 Com o dos excepciones tenem os a los británicos que estuvieron liga
dos a la explotación de las dos principales industrias extractivas del
siglo XIX — cobre y nitratos. Para la del cobre se im portaron m ine
ros de Cornualles y la de los nitratos fue casi exclusivam ente un
interés británico de 1880 a 1920.
10 A este respecto es interesante consignar la existencia de una gran
núm ero de sociedades en Gran Bretaña — la Anglo-Argentine,
Anglo-Brazilian, Anglo-Chilean, Anglo-Peruvian, Britisch-Mexican,
British-Colombian, y British-Uruguayan — fundadas por hom bres de
negocios y diplom áticos británicos que pasaron gran parte de su vida
activa en América Latina.
11 La obra clásica sobre los súbditos británicos, y otros, que sirvieron
en los ejércitos y navios patriotas es la de A. H asbrouck, Foreign
Legionaries in the Liberation o f Spanish S outh Am erica (Nueva
Y ork, 1928). Ver tam bién, Liberation in South Am erica, 1 8 0 6 -
1827: the career o f Jam es Paroissien, por R. A. H um phreys (L on
dres, 1952). El típico ejemplo del soldado, colono y escritor lo
tenem os en Daniel F. O’Leary, uno de los ayudantes de cam po de
Bolívar, cuyas volum inosas Memorias han quedado com o fuente
original sobre el L ibertador y las Guerras de Independencia en el
n o rte de Sud América. Ver tam bién, M. Pérez Vila, Vida de Daniel
Florencio O ’L eary (Caracas, 1957), y R. A. H um phreys (ed.), The
‘D etached R ec o llectio n s’ o f General D. F. O ’Leary (Londres, Insti
tu te o f Latin A m erican Studies, M onografías, No. 1, 1969).
12 M aria Graham (Lady C allcott), The Journal o f a Voyage to Brazil
and residence there during parts o f the years 1821, 1822, 1823
(Londres, 1824), y Journal o f a residence in Chile during the year
1822 (Londres, 1824).
13 Basil Hall, E xtracts fro m a journal w ritten on the coasts o f Chile,
Peru and M exico in the years 1820, 1821, 1822 (2 vols., Edim burgo,
1824).
14 Jo h n Miers, Travels in Chile and La Plata 2 vols., Londres, 1826).
15 Alexander Caldcleugh, Travels in South Am erica during the years
1 8 1 9 - 2 0 - 2 1 containing an account o f the present state o f Brazil,
Buenos A yres and Chile (2 vols., Londres, 1825).
149
16 Bernard Naylor ha com pilado una lista con com entarios, A cco u n ts
o f N ineteenth Century South A m erica (Londres, In stitu te of Latin
A m erican Studies, M onografías, No. 2, 1969).
17 Para una breve bibliografía de esos prim eros negocios, ver Platt,
Latin A m erica and British Trade, pág. 26, n o ta 2, y tam bién
R. A. H um phreys, “ British M erchants and South American Inde
pendence.” Proceedings o f the British A ca d em y, Vol. II (1966),
págs. 1 5 1 -1 7 4 .
18 P. ej.: W. H. K oebel, British E xploits in S outh A m erica (Nueva York,
1917).
19 P. ej.: M. G. Mulhall, The English in South A m erica (Buenos Aires y
L ondres, 1878); B. V icuña M ackna, L os prim eros ingleses en Val
paraiso, 1 8 1 7 - 1 8 2 7 (V alparaíso, 1884), y “ Quién sabe” (seud.
C. F. Hillm an), ‘Old T im ers’. British and A m ericans in Chile (San
tiago, 1900).
20 F. Riopardense de Macedo, Ingleses no R io Grande do Sul (Pôrto
Alegre, 1975).
21 J. Bailey (University de Surrey) sobre “ La com unidad anglo-argen-
tin a de Buenos Aires” y J. Mayo (O xford) sobre “ Los anglo-chilenos
y su influencia en la historia chilena” .
22 D. C. M. P latt, “ British Agricultural Colonization in Latin A m erica,”
In ter Am erican E conom ic Affairs, Vol. 18 (invierno de 1964)
págs. 3 - 38, y Vol. 19 (verano de 1965), págs. 23 - 42.
23 R. A. H um phreys, M odern Latin Am erica (O xford University Press,
1946), págs. 52 - 53.
24 Harold Blakem ore, The Chilean R evolution o f 1891 (Londres, tesis
doctoral inédita, 1955), págs. 104 - 105.
25 R. A. H um phreys, M odern Latin America, págs. 53.
26 P latt, “ British A gricultural C olonization” , pág. 4.
27 Para una útil visión general de la colonización y asentam iento que
incluye una excelente bibliografía, ver T. Lynn Sm ith, “ Studies o f
C olonization and S ettlem en t” , Latin Am erican Research R eview ,
Vol. IV, No. 1 (1969), págs. 93 - 123.
28 Ver Platt, Latin Am erica and British Trade, págs. 131 - 132.
29 Del Ministro Fraser a Lord Salisbury, Santiago, 4 de enero de 1888.
No. 8. Diplom atic. Vol. 252. Foreign Office Archives, Chile
(F.O. 16), Londres, Public Record Office.
30 Fraser a Salisbury, Santiago, 4 de enero de 1888. No. 9. D iplom atic.
F.O . 16/252.
31 Idem a idem , Santiago, 20 de enero de 1888. No. 12. D iplom atic.
F.O. 16/252.
32 Inform e de Mr. Bunch sobre Colombia para 1869 - 70. Parliamentary
Papers, 1871. Vol. LXVII. Citado por P latt, Latin A m erica and
British Trade, pág. 134, n o ta 2.
33 En 1971 la Irish University Press anunció que p royectaba publicar en
50 volúm enes todos los inform es sobre América Latina publicados
en los Parliamentary Papers para el siglo XIX. Este p royecto no se
con cretó , pero en 1975 la Irish M icroform s L td . produjo una versión
150
en m icrofichas que totaliza 338 m icrofichas equivalentes a
32.000 páginas de tex to im preso. Puede obtenerse, en su totalidad o
en parte, de los editores en 35, Kildare St., Dublin 2, República de
Irlanda.
151
LA EMIGRACION FRANCESA
A LA AMERICA LATINA:
FUENTES Y ESTADO DE LA INVESTIGACION
Frédéric Mauro
Introducción
I. Las fuentes
153
F uentes “ L iterarias” , impresos: relatos de viajeros, reportajes y artícu
los de periódicos, revistas, magazines y novelas.
B) En América Latina
154
Bibliographie des R ecensem ents D ém ographiques e t E conom iques
des Pays d ’A m érique Latine. Copias dactilografiadas, París,
1.H.E.A.L. (In stitu t des H autes E tudes de EAmérique Latine), 1967.
155
Sources argentines:
R ecensem ents nationaux de la R épublique A rgentine (Province de
Buenos Aires, partido de Saavedra).
Régistres de mariages, de baptêm es et de décès de la paroisse de
Pigüé (à partir de 1885).
Régistres d ’é tat civil du m unicipio de Pigüé (à p artir de 1891).
Journaux de Pigüé: collections de El R eflector, El Independiente, El
Orden. N otam m ent num éros spéciaux de 1909 et 1934 (2 5 ° et
5 0 ° anniversaires).
Journaux privés: Journal du voyage (1884) et Journal (1884 - 1934)
de Francisco Issaly. En possession de sa filie Elvire Issaly de
Mangas que nous les a aim ablem ent prêtés.
B ibliothèque Sarm iento.
Bibliothèques privées mises à notre disposition par les h ab itan ts de
Pigüé.
E nquêtes orales. Enrégistrem ents par m agnétophone de conver
sations et de chants en français et en occitan.
Sources françaises:
Archives du M inistère des Affaires Etrangères, Quai d ’Orsay, Paris.
C orrespondance consulaire com m erciale de Buenos-Aires: V olu
mes 13 (3 0 jan v ier 1884 - l e r février 1887); 14 (7 m ars 1887 -
25 décem bre 1888).
Archives départem entales de l’Aveyron: régistres d ’état civil des
com m unes: Journaux aveyronnais (Le Journal de l ’A veyro n , Le
Courrier républicain, l ’A veyronnais): de 1884 à 1914 essen-
tiellem ent.
Correspondances privées (lettres de François Gay, etc. ...).”
(C om m unication de Bartolom é Bennassar)
156
1. M éxico.
157
Lucette Contraras et Michèle C ourtade: L ’imm igration française et
les Français en A rgentine à la fin du X IX e siècle. TRM, Départ-
m ent d ’H istoire, Université de Toulouse le Mirail, 1973 (Direc-
teur: B. Bennassar).
3. Brasil.
159
apuntar trabajos que giran alrededor de la em igración tantas veces m en
cionada. Son los siguientes:
a) La tesis de doctorado alem án de Jürgen Schneider atin en te a las
relaciones de Francia y el Brasil en la prim era m itad del siglo pasa
d o .1 6
b) El estudio de Raqueline Soriano, Le R io Grande do Sul au X I X e siéc-
le, d ’aprés les rapports du Consul de France (Paris X — N anterre
1969) que es una edición crítica con traducción portuguesa. Se ve
aparecer allí durante el período 1850 - 70 aquellos vendedores
am bulantes de origen francés que se encontrarán en todo el Brasil.
Ellos preparan la inm igración de alsacianos y loreneses después
de 1870 y su establecim iento com o com erciantes fijos, en particular
joyeros.
c) La disertación de Leda Almeda Cruz, Les Français au Brésil au
X V I e siécle, le com m erce du bois Brésil. (Paris X — N anterre 1974).
d) El estudio de Majella Q uinn, Les investissem ents français au Brésil
(In stitu t des H autes Etudes de l’A m érique Latine, 1972), que parte
de los Archivos Nacionales, Misión del Ministerio de E conom ía y
Finanzas. 7
e) La tesis de 3er ciclo de Guy M artiniére, C ontribution à l ’étude de
l ’économ ie retrospective du Brésil (Paris X — N anterre 1973, 3 vol.
m ultigrafiados) m uestra el papel que los universitarios franceses de
m isión en el Brasil han jugado en la evolución del pensam iento
económ ico y social brasilero.
f) El estudio de Denis Bernardes, Le p o rt de R ecife au X I X e siécle
d ’aprés les archives consularos françaises, 1 8 2 0 - 1850. (Paris X —
N anterre 1972).
g) La Bibliographie Franco-Brésilienne de A. L. G arraux, 2a ed., Jose
O lym po Ed., Rio 1962, fue puesta al día por la tesis com plem entaria
de Roeders no publicada ( Thése de Lettres, Sorbonne 1954).
N aturalm ente ciertos trabajos en preparación se refieren a los fran
ceses del Brasil. Por ejem plo, la tesis d ’E stado, em prendida bajo direc
ción nuestra, po r Meimar Wendel Nunes do Amaral sobre La France et
le Brésil p endant la prem ière guerre mondiale, o la tesis de 3er ciclo que
prepara, con nosotros, Leda Almada Cruz sobre La Marine française et
le Brésil 1880 - 1900, o la escrita por Margarida de Lima acerca de La
fo n d a tio n de l ’Ecole de M ines d ’Ouro Preto (1 8 7 4 - 91), fundación
debida a un francés, o la de Helcio Pereira sobre La balance com m er
c i a l du Brésil avec la France de 1945 á 1973, o la de Helenice R odri
gues Da Silva respecto a La politique française et le Brésil (1900 - 14).
Para el Brasil, es ante todo en Alsacia y Lorena donde la indagación
de los recuerdos de familia y archivos privados será fecunda en cuanto
al perío d o posterior a 1870.
160
CF. Françoise, Massa: A lexandre Brethel, pharmacien et planteur
français au Carangola — R echerche sur sa correspondance brési-
lienne (1862 - 1901), V - 465 p.. Paris: Klincksieck, 1977.
4. Otros países.
161
Cf. A. Yacou: L ’em igration a Cuba des colons français de l ’ile de
S t D om ingue au course de la R évolution. Bordeaux: Ex ronéo,
1975.
G. Debien: “ Les réfugiés de Saint Domingue à la Jam ai'que,” à
paraitre dans le B ulletin de la Societé d ’H istoire de la Guade
loupe.
N ota del Profesor G. Debien: “ A l’Université de V alladolid, sous la
direction du Prof. D em etrio Ram os Pérez est préparée une thése
sur les Français qui o n t emigré de la M artinique à la Trinité et au
Vénézuela.
Tous ces travaux p o rten t sur l’époque de la Révolution et de
l’E m pire.”
5. Conclusión
NOTAS:
162
de DES quedan depositados en las bibliotecas de los dep artam en to s de
h istoria de las universidades correspondientes.
164
EMIGRACION
DESDE AMBERES A AMERICA LATINA (1830 - 1914).
FUEN TES BELGAS Y ESTADO DE INVESTIGACION
John Everaert
165
La prim era cubre el período desde la independencia belga (1 8 3 0 )5
hasta la elaboración de un sistema rudim entario de control para la
em igración transatlántica (1843). Las únicas fuentes potenciales para
m edir el m ovim iento m igratorio serían los registros de población. Sin
em bargo, una adm inistración m unicipal deficiente, así com o el gran
núm ero de em igrantes m archados sin dejar rastro dism inuyen su valor,
dejando aparte las dificultades prácticas causadas por la dispersión y la
m ultitud de estos registros.6
A fortunadam ente una encuesta, em anada del m inistro de la justicia
(1845), nos facilita la tarea. Se recogieron por provincia — falta
N am ur — los datos locales referentes a la em igración en el espacio de
15 años (1830 - 44): núm ero, profesión y destinación de los em igrantes;
adem ás se m enciona a veces la edad y la fecha de la salida. Los siete
legajos provinciales — Lim burgo no envió nadie a América Latina — se
conservan en el Archivo G eneral del Reino (AGR, Bruselas), fondo
M inisterio de Justicia 3179 (liasse des ém igrations). En un ensayo,
G. Kurgan-van H en ten ry k 7 utiliza esta docum entación, poniendo el
acento sobre la procedencia regional, social y profesional de los em i
grantes (vecinos y habitantes extranjeros), sin en trar en más detalles en
cuanto al destino ultram arino. A más de esto se conserva una correspon
dencia esporádica, dirigida desde Amberes — agencias de em igración,
gobierno provincial o burgom aestre — a la Seguridad del Estado (Service
de la Súreté Générale) y tratando de los trám ites de migración, especial
m ente de la inspección de los pasaportes.8
II
166
yacijas), de la densidad de los pasajeros en proporción al tonelaje y de
las provisiones de boca (raciones m ínim as); en otros térm inos se lim itó
a garantizar las condiciones del transporte m a rítim o .1 1 A partir
de 1846, un inspector vigiló la estancia tem poral de los em igrantes en la
ciudad de Amberes. Gracias a un inform e, redactado en 1872 por el
com isario del gobierno para la em igración en Amberes, tenem os infor
m ación com pleta sobre las diferentes órganos gubernam entales p erten e
cientes al Service des Em igrants: l 2
a) Com isión de inspección (com m ission d ’inspection pour le service
des émigrants), creada por D. R. del 13 de febrero de 1846:
6 m iem bros: delegados del A yuntam iento (2) y de la Cámara de
Com ercio (2) de Amberes, un comisario m arítim o y un inspector del
servicio de la em igración; el todo bajo la presidencia del gobernador
provincial.
C om petencia: inspección de los em igrantes (pasaportes) y super
visión de los actos de la com isaría m arítim a.
Sabem os que en 1866, aunque probablem ente antes, la comisión
dispone en Am beres de una oficina de inform aciones al servicio de
los emigrantes.
b) Com isión de peritación (com m ission d ’expertise), dependiente de
la policía m arítim a del puerto de Amberes:
6 m iem bros: 2 expertos-capitanes, un com isario m arítim o , un fun
cionario del servicio sanitario, 2 expertos accesorios.
C om petencia: inspección de la navegabilidad y de la capacidad del
buque; vigilar las vituallas y el alojam iento.
c) Com isaría m arítim a (Commissariat m aritim e en c h e f d ’A nvers):
C om petencia: registrar los navios de em igración; instruir proceso
verbal a base del inform e elaborado por la com isión de peritación;
recoger las listas de los em igrantes así com o controlar sus pasaportes;
arbitraje en caso de diferencias.
d) Servicio sanitario:
Com petencia: inspección de la caja de m edicinas; reconocim iento de
pasajeros; tom ar precauciones contra epidemias.
N orm alm ente tal m ultiplicidad adm inistrativa dejaría suponer la
existencia de vastos archivos bastante ordenados y conservados en masa.
¡Desgraciadamente hay poco de eso! Exam inam os por orden de im por
tancia los depósitos concem ados.
a) D atos estadísticos:
A nualm ente el com isariato m arítim o de Am beres envió al m inistro
un estado num érico de los em igrantes salidos por el puerto. Solam ente
se conservan cifras generales — sin distinción de nacionalidad o destina
167
ción — para los años 1843 - 59 (MAE 2020 II, VI y VII). Por o tro lado
varias listas de pasajeros, com unicadas a la com isaría por agencias de
em igración, se encuentran dispersas en los legajos (MAE 2020 V
a V III1).14
El mismo depósito contiene además una docum entación profusa
sobre la em presa belga de colonización (1840 - 1845/59) en Santo
Tomás de G uatem ala, p royecto ya bastante estu d iad o .15 En la colec
ción de fuentes de N. L eysbeth abunda la inform ación estadística sobre
los em igrantes belgas y prusianos (parcialm ente partidos desde Stet
tin ).16 C oncerniente los últim os, véase tam bién MAE 3 9 9 0 bls. El legajo
3984bis agrupa docum entos originales del registro civil (1846, 1850 -
57) redactados en Santo Tomás.
168
su archivo que debería ser de una im portancia capital. Q uem ándose los
archivos del pilotaje del puerto, se destruyeron asim ism o los registros
precitados. El único superviviente es el llam ado “registro de em igra
ció n ” (die. 1854 - die. 1855; 9 buques a América L atina) preservado en
el AEA.
El mismo depósito guarda igualm ente — aunque sólo en fragm en
to s2 0 - los archivos del gobierno provincial, o tra adm inistración m etida
en la inspección de los em igrantes (cfr. supra). La serie J ( “ Archivo
Provincial” ) rinde alguna inform ación:
J 273 Subvencionar la em igración a Santo Tomás (1850); listas
sueltas de pasajeros (G uatem ala, B rasil/1843 - 48).
J 274 Inmigración y colonización en Venezuela (1851).
J 275 Emigración al Brasil y Argentina (1852 - 58).
J 259 - 61 M ovim iento portuario y navegación (1833 - 58): registros
de entradas y salidas (fecha, capitán, destinación, car
gazón).
Los archivos del T ribunal de Com ercio de A m beres,2 1 conservados
en el AEA, están poco aprovechables. De un lado se quem aron en su
m ayor parte lo s docum entos en fecha anteriores a 1858. Por o tra parte,
se conservaron solam ente los inform es de peritación y las relaciones
m arítim as para el período 1 8 9 0 - 1936. Esto es una pena, puesto que
los certificados de visita, form ulados por la com isión de inspección para
la em igración, han tenido que depositarse en la escribanía del tribunal.
Por su parte, la Cámara de Com ercio redactó anualm ente un inform e
sobre la em igración.2 2
169
El fondo de la A dm inistración de la Marina24 contiene una serie
co n tin u a (1839 - 1921) de anuarios (Mar. 238 - 322) registrando el
tráfico portuario (entradas y salidas) de Amberes.
III
170
Ya desde 1841 el M inisterio de A suntos Interiores publicó periódica
m ente cifras de migración sacadas de los registros de po blación.26 Men
cionando m eram ente totales anuales del m ovim iento m igratorio, estos
datos son de ninguna utilidad para nuestro designio. Saliendo en 1876
el prim er anuario estadístico,2 7 las tablas de em igración sólo pueden
servim os a partir de 1885.
El anuario estadístico procura dos series apartes de datos de distinto
valor intrínseco. La prim era, a base de los registros del estado civil,
especifica desde 1884 la em igración continental (detallada por país) y
ultram arina (A m érica Latina valuada globalm ente). Se clasifican, por
provincia, los em igrantes de nacionalidad belga y los extranjeros, esta
bleciéndose al mismo tiem po una distinción entre los sexos. Des
de 1886 se añade una clasificación rudim entaria de profesiones.
La segunda serie, más com pleta y de m ayor fiabilidad, analiza des
de 1886 el m ovim iento em igratorio por el p uerto de Amberes según los
estados del com isario para la em igración. En cuanto a las salidas direc
tas, se específica, para cada nacionalidad de em igrantes, la edad (2 cate
gorías), el sexo, los grupos profesionales y la destinación in terco n tin en
tal (Am érica del Sur valuada globalm ente). La em igración ultram arina
indirecta - por ejem plo desde Amberes por vía de Londres - queda
sum ariam ente indicada.
En busca de más detalles en lo tocante a la destinación latinoam eri
cana (país y puertos de inm igración), al origen, a la edad y a la profe
sión del em igrante y a los buques de transporte, se debe recurrir a los
estados originales. Para los em igrantes belgas, algunos registros m encio
nan además los conocim ientos lingüísticos y el capitalito exportado,
indicándo eventualm ente si se trata de un viaje con regreso (visita de
fam üia).28 He aquí una sinopsis cronológica:
MAE 2669bisIII Emigración belga (1885 - 88; fragm entariam ente
1 9 1 3 -1 4 ).
MAE 2020 V III3 Idem ; estados a base de destinación (1896 - 98);
repertorio de em igrantes interrogados (agosto
1896 - 98); estados mensuales (por buques;
1899).
MAE 295 1 V Emigración m ixta: estados trim estrales (1899).
MAE 2951 I Emigración belga: estados mensuales (1900 - 01);
repertorio de declaraciones (1901).
MAE 2951 Ibis Emigración belga: estados y repertorios (1902 -
10 ).
MAE 2951 IIbls Idem.
MAE 2951 IIIbis Idem .
MAE 2951 IV Emigración m ixta: estados m ensuales y trim estra
les (1 9 0 0 - 06). Emigración belga: estados m en
suales (1900 - 11).
171
MAE 2951 IV*3*8 Emigración belga: estados mensuales (1912 - 14);
repertorio de declaraciones (1912).
MAE 2951 V Emigración m ixta: estados mensuales y trim estra
les (1908 - 14); estados anuales (1903 - 13).
AGR/M ar 82 Emigración m ixta: estados anuales (1896 - 1914;
faltan los años 1905, 1907 y 1914).
La docum entación “ narrativa” , en cierto sentido relativam ente esca
sa durante esta fase, se revela en cam bio más diferenciada.
1) M inisterio de A su n to s E xteriores
172
c) R eclutam iento y transporte de em igrantes:
2953^ Propaganda (Brasil, V enezuela, A rgentina).
3380 Navegación a vapor a América del Sur (1865 -
97).
2 6 6 9 ^ls Agencias de em igración a Amberes.
IV
173
ANEXO: DEPOSITOS DE ARCHIVOS.
NOTAS
174
5 Bajo el régim en del Reino U nido de los Países Bajos (1815 - 30) se
efectuó alguna em igración de la provincia de Luxem burgo de en to n
ces (form a desde 1839 parcialm ente el Gran D ucado) al Brasil. Cfr.
A. Sprunck, “ L ’em igration des Luxem bourgeois en A m érique méri-
dionale dans la prem ière m oitié du X IX e siécle” , Les A m is de l ’His-
toire (Luxem bourg), 2 /1960, pp. 3 - 39. O m itiendo las cifras, el
au to r exam ina especialm ente el fondo social de la em igración alrede
dor de 1828 (tasación exorbitante, atrasos económ icos). En realidad,
pocos em igrantes llegaron al Brasil — probablem ente p o r la vía de
Alemania (Tréveris) — y m uchos regresaron a su com arca natal, com
pletam ente indigentes y agravando así el problem a social.
6 La crítica desfavorable ejercida por J. Stengers en cuanto a la utili
dad del registro civil para estudiar la em igración belga a los Estados
Unidos, se aplicca igualm ente a América Latina. Cfr. art. cit.,
pp. 436 -4 2 .
7 Aspects de l’em igration beige (1 8 3 0 - 1844), en L ’expansion beige,
o. c., pp. 444 - 75; tam bién en Bulletin de I ’Académ ie royale des
Sciences d ’Outre-Mer. Com m ission d ’histoire, 1964, pp. 1306 - 37.
8 AGR, Policía de E xtranjeros (PE) expedientes generales 284. Esta
docum entación se refiere esencialm ente a los transeúntes alemanes
con destinación a los Estados U nidos (Nueva Y ork, Baltim ore).
9 A G R/PE 284.
10 Los decretos reales (10. 5. y 28. 12. 1850, 20. 8. 1 8 5 1 ,2 1 .7 . 1852,
2 9 .3 . 1855) y m inisteriales ( 1 3 .2 . 1846, 4 . 6 . 1849, 1. 1. 1851)
contienen disposiciones análogas a la reglam entación inglesa. Véase
A. Legoyt, L 'emigration européenne, Paris 1861, p. 280.
11 Véase el folleto intitulado Service des émigrants (1850); ejem plares
en MAE 2020 111 y en Archivo Municipal de Amberes, Archivo
M oderno (AMA/AM), 674/1 (2°).
12 MAE 2 9 5 3 1. W alter W am otte, R apport sur le service des émigrants
tel q u ’il est fa it dans le p o rt d ’A nvers ... (1872).
13 Para un inventario sum ario, copia fiel del existente en el m inisterio,
referim os a L. Liagre y J. Baerten, Guide des sources de l ’histoire
d ’A m érique Latine conservées en Belgique, Bruxelles 1967 (AGR),
pp. 81 - 85.
14 2020V ; Perú, Brasil (1857); 2020V I: Brasil (1858); 2020V H ; Brasil
(1859 - 64); 2020V 111-1: A rgentina (1868).
15 J. Fabri, Les Beiges au Guatemala (1840 - 45), Bruxelles s. d. (1955)
descuida el aspecto de la em igración. Bibliografía am plia en L. Liagre
y J. Baerte, o. c., pp. 121 - 28 y en A. Duchesne, art. cit., pp. 791 -
97.
16 N. Leysbeth, H istorique de la colonisation beige à Santo Tom ás/
Guatemala, Bruxelles 1938, pp. 93, 153 - 54, 158 - 59, 162, 165 -
67, 258 - 60, sobre todo pp. 333 - 50 (listas synópticas de em igran
tes-colonistas).
17 Se tra ta de em igrantes flam encos dentro del cuadro de la “ Société
belge-brésilienne de colonisation à Sainte-C athérine” (1842 - 4 5 /4 8 ;
p rom otor: Charles van Lede). Una breve reseña da Ch. Maroy,
175
“ Sainte-Cathérine du Brésil. E tablissem ent beige” , Bulletin d ’études
et d ’inform ation de l ’école supérieure de com m erce de St. Ignace
(Anvers), 9 /1 9 3 2 , 31 pp. Bibliografía selectiva en L. Liagre y J. Baer-
ten, o. c., pp. 1 19 - 21 y en A. Duchesne, art. cit., pp. 798 - 99.
Véase tam bién MAE 2028Ü , 3004.
18 En 1855, un pequeño núm ero de mendigos, subvencionados de parte
del gobierno, emigró al Brasil. Cfr. R. Boum ans, “ Een onbekend
aspect van de Belgische uitw ijking naar Amerika: de gesubsidieerde
em igratie van bedelaars en oud-gevangenen (1850 - 5 6 )” , p. 497. [Un
aspecto desconocido de la em igración belga a América: la emigración
subvencionada de m endigos y ex-prisioneros], en L ’expansion beige
(o. c.), p. 497.
19 En 1 8 6 1 -6 2 , se practicó en Francia el reclutam iento clandestino de
Belgas, em igrantes engañados por prom esas falsas. Cfr. J. R. Leconte,
“ E nrólem ents clandestins de Beiges dans l’armée argentine (1861 -
6 6 )” , en L ’expansion beige, o. c., pp. 516 - 49. Ya en 1838 - 40, el
Brasil pulsó al gobierno belga sobre la form ación de un cuerpo expe
dicionario, buscando los “voluntarios” en los penitenciarios. Cfr.
Idem , “ Un projet de recrutem ent de m ilitaires beiges pour le Brésil
(1 8 3 8 ),” Carnet de la Fourragére 9 /1950, pp. 286 - 99.
20 Probablem ente archivos restantes se conservan en la sede del gobier
no provincial (Koningin E lisabethlaan, Amberes).
21 Inventario por J. Bekers, Bruselas 1970.
22 Provisionalm ente se hallan archivos del T ribunal de Com ercio en el
depósito interm edio de Beveren-Waas. Los inform es más antiguos de
la Cámara de C om ercio se conservan en la Biblioteca Municipal
(H. C onscienceplein); los demás en la sede actual (M arkgravenstraat,
12 ).
23 Véase el inventario de de S. Vervaeck, Inventaire des archives du
M inistère de la Justice, A dm inistration de la Súreté Publique (Police
des Etrangers), dossiers généraux (Regim e francais), Bruxelles 1968.
24 L. V an M eerbeeck, Inventaire des archives de la Marine; supplem ento
m anuscrito por R. De Bock-Dechaerd.
25 En disculpa de su retraso, les arm adores invocan la com plicación en
el reclutam iento. En efecto, hay tres categorías de pasajeros: 1 em i
grantes que cierran un con trato en la oficina misma de la com pañía
naviera; 2° los que se contratan en otro lugar (Bélgica o extranjero);
3° pasajeros de últim a hora (AGR, PE 275).
26 E xposé de la situation du R oyaum e. Statistique générale de la Bel
gique,
— 1841 - 50: titre II, Bruxelles 1852, p. 44.
— 1851 - 60: tom e II, Bruxelles 1865, p. 16lB .
— 1861 - 75: vol. I, Bruxelles 1885, pp. 590 - 91.
27 Annuaire statistique de la Belgique, 1876 y sig., Bruxelles 1877 y sig.
28 Esta últim a indicación invalida parcialm ente la apreciación negativa
de las estadísticas de la em igración por J. Stenger, art. cit., pp. 430 -
31.
176
29 G. Cauderlier, La vérité sur l ’émigration des travailleurs e t des capi-
taux beiges dans la R épublique Argentine, Bruxelles 1889 (2 a ed.),
pp. 64.
30 Cfr. Ch. Loom ans, “ H istorique de l’essai de colonisation flam ande au
M exique” , en: Bulletin de la Société R oyale Beige de Géographie,
13/18, pp. 335 - 46 (fracaso de la im plantación del cultivo del lino,
1884).
31 A. Duchesne, “ Le Musée royal de l’armée et d ’histoire m ilitaire au
p o int de vue de la docum entation historique coloniale” , en: Bulletin
de L ’Acad. royale des sciences coloniales, n. s. 4 /1 9 5 8 , pp. 287 -
316.
32 C. M onheim , “ La légion beige au Mexique: une tentative de colonisa
tio n agricole” , en: R evue coloniale beige, 1956, pp. 657 - 58.
33 A. Duchesne, A u service de M axim ilien et de Charlotte. L ’expedition
des volontaires beiges au M exique (1 8 6 4 - 67), 2 vol., Bruxelles
1967 - 68.
34 L. Hymans, H istoire parlem entaire de la Belgique, 10 vol., Bruxelles
1850 - 1914 (con índices analíticos de m aterias).
177
LA EMIGRACION ALEMANA
PARA AMERICA LATINA (1815 - 1929/31)
FUENTES Y ESTADO DE INVESTIGACION
Introducción
A) Archivos
Las actas del B undestag (1816 - 66) incluyen las leyes e inform es de
los Estados del D eutscher B und sobre la em igración al Brasil. Para los
179
años de 1851 - 55 hay los boletines anuarios de la asociación h am
burguesa de colonización.
180
emigrar tom aban el puerto de H am burgo. En 1849, bajo la dirección de
un grupo de m ercaderes se constituyó una “ Asociación para la Coloni
zación” (Colonisations-Verein von 1849 in Ham burg) cuyo nom bre fue
cam biado en “ Sociedad Hanseática de C olonización” en 1879. La socie
dad com pró bienes en Santa Catarina (D ona Francisca) para entregarlos
a em igrantes. En el Staatsarchiv de H am burgo hay el im p o rtan te fondo
Senat nr. 16, pero todavía más ricas son las actas del “Oficio de Em igra
ción” (Ausw anderungsam t).
A quí encontram os las listas de la em igración directa (280 tom os y
140 tom os de registro, 1850 - 1914) y de la em igración indirecta
(122 tom os y 25 tom os de registro, 1854 - 1910), además hay las listas
de los que regresaron.
181
h) N ordrhein-W estfalen: Después del Congreso de Viena varios m er
caderes de Renania y W estfalia te n ían relaciones com erciales con Amé
rica Latina, pero no hubo em igración de m ayor im portancia. Papeles
sobre em igración hay en el H auptstaatsarchiv de D üsseldorf (en los
fondos del gobierno de A achen)2 y en los archivos (Staatsarchive) de
M ünster y D etm old.
182
En los Archives du D épartem ent et du Com té N antais (N antes) hay
un rap port al M inistro del Interior sobre la em igración de Francia en los
años 1878 hasta 1881. C ontiene cifras de extranjeros que salieron por
puertos franceses a América Latina. En el año de 1880 em igraron
2.537 hom bres de Alsacia y L orena y 8.259 Alemanes por Le Havre.
Pero las tablas no m uestran cuantos em igraron a América Latina. La
Compagnie Genérale Transatlantique te n ía un servicio de em igración y
se preservan listas de pasajeros. Para N antes y St. Nazaire hay los E tats
trimestriels des émigrés de los años 1859 - 79 (1 M 1787).
B) Estadísticas impresas
Para el siglo XIX hay dos procedim ientos estadísticos para la investi
gación sobre la em igración. El uno consiste en la averiguación de la
salida notada por las autoridades del lugar natal. Ese m étodo es proble
m ático porque dentro del N orddeutscher B und cada Estado del D eu t
scher Bund fue juzgado com o extranjero. El otro procedim iento con
siste en la averiguación del factor de la em igración por los puertos
m arítim os. Ese últim o es que quisiera explicar más en detalle. Así en
Brema com o en H am burgo se hizieron notas sobre los em igrantes. Pero
sólo a partir de 1871 existen datos bastante seguros, clasificando los
que utilizaron el entrepuente com o em igrantes y los de los cam arotes
com o viajantes. Más tarde tam bién em igrantes alemanes utilizaron el
cam arote, m ientras que Rusos, Húngaros, Polacos y otros viajaron en el
entrepuente. Pero no basta satisfacerse con las estadísticas alemanas,
hay que añadir los que salieron por los puertos de Holanda, Bélgica,
Francia e Inglaterra.
Antes de 1899 las estadísticas del R eich m encionan com o países de
destinación M éxico, los Estados de América Central, las Islas del Caribe,
Chile, Perú, A rgentina y Brasil, además la rúbrica “ otros Estados de
América M eridional” .
Las estadísticas antes de 1870 sólo m encionan la em igración por los
p uertos de H am burgo y Brema. Desde 1871 hasta 1887 la estadística
del Reich m enciona, además de Ham burgo, Brema y S tettin , la em igra
ción p or Amberes y más el país de origen en el R eich y el país de
destinación. A partir de 1899 la estadística del R eich com prende todos
los em igrantes, directos e indirectos, po r los puertos alemanes com o por
Liverpool, A m sterdam , R otterdam , Amberes, Le Havre y Cherbourg en
un valor separando origen en el R eich y país de destinación. Inform a
ción sobre la em igración alem ana vía los puertos franceses hay esporádi
cam ente hasta 1899. En el V ierteljahrheft de 1892, vol. 1, p. 85, está
m encionado que los datos franceses no fueron inclusos en la cuenta
global según países de destinación, porque los datos no eran m uy pre
183
cisos. Sólo en los años particulares hay una noticia sobre los resultados
de la estadística francesa. Los valores franceses no m encionan la región
de origen en el R eich, sólo hay una m ención en el M o n a tsh eft de
Enero 1886, p. 54, según una noticia de la Oficina estadística de F ran
cia que la m ayor parte de los em igrantes venía de Elsass-Lothringen y
de Baden.
H asta m ediados de 1924 la definición de los em igrantes = personas
que viajaron com o pasajeros de 3a clase o en el en trep u en te co n trib u ía
a equivocaciones. Sólo desde la fecha m encionada la definición de la
Oficina de Trabajo Internacional de G inebra fue utilizada, según la cual
un em igrante era tal que ten ía la intención de quedar en el extranjero
más de 12 meses, sin m irar la clase del navio. Por eso en las cifras sobre
em igrantes hubiese que incluir tam bién los que viajaron en o tra clase
que la tercera. Así según la definición válida hasta 1924 hay entre las
7.911 personas emigradas vía H am burgo a A rgentina 6.781 em igrantes
que tom aron la 3 a clase para el pasaje, aunque faltan 15 %. N aturalm en
te la cifra real d ebería excluir todos pasajeros tom ando la 3 a clase que
no eran em igrantes. Después de la Prim era G uerra M undial cuando el
entrepuente fue suprim ido m uchos pasajeros no em igrantes tom aron la
3a clase.
La estadística alem ana no deja reconocer los que fueron repatriados.
Esos son inclusos entre los que entraron vía H am burgo y Brema, aquí
desde 1924 los países de origen y la destinación están m encionados.
Sólo para los años de 1923 - 26 hay m uchos que volvieron de Argen
tina. El cuadro de conjunto dado en la S ta tistik des D eutschen Reichs,
vol. 336, p. 136, utiliza los datos de las autoridades de Argentina. Para
dar una vista general sobre el perío d o de 1846 hasta 1929/31 hay que
utilizar las estadísticas siguientes:7
184
II. Estado de la Investigación
A) Bibliografías
B) L iteratura secundaria
185
Em igrantes de Schleswig, Holstein y H am burgo vinieron a las Islas
dinam arquesas (St. Thom as, St. C roix).19 M iembros de la Com unidad
de H errnhut y o tros Alemanes se establecieron en Surinam .20 O tros
encontram os en las islas españolas, por ejemplo en Puerto R ico.2 1
2. Colombia y Venezuela
3. Brasil
186
4. L os Estados del R ío de la Plata
5. Costa Occidental
187
publicación del libro de Blancpain haya parecido o tro libro del Am eri
cano George Young sobre la inm igración y colonización de los A lem a
nes en Chile.5 1
RESUMEN
NOTAS
188
jahresblätter, año VI, 1936, pp. 295 - 326, y año V III, 1938,
pp. 315 - 332.
3 Mergen, Josef, Die A m erika-Ausw anderung aus dem Landkreis Daun,
M etdorf 1958, p. 115 s.
4 Cf. n o ta 2.
5 Archives Générales du Royaum e, Guide des sources de l ’histoire de
l ’A m érique latine conservées en Belgique, par Léon Liagre et Jean
Baerte, Fascicule I I I /1, Belgique, Bruxelles 1967.
6 G eneral State Archives, The Hague, Guide to the sources in the
N etherlands fo r the history o f Latin Am erica, by M. P. H. Roessingh,
The Hague 1968.
7 Cf. Schw andt, F riedrich, Die Sta tistik der internationalen W anderun
gen. Ihre A ufgaben und M ethoden m it besonderer Berücksichtigung
ihrer geschichtlichen E ntw icklung in D eutschland vom Beginn des
19. Jahrhunderts bis zu r Gegenwart, H errnsheim b. Worms 1928.
8 Das D eutschtum im Ausland. Eine system atische Zusam m enstellung
der im G esam tkatalog der preussischen wissenschaftlichen B iblio
th eken verzeichneten Schriften, 1900 - 1923, Berün (cerca de 1930).
Bibliographisches H andbuch des A uslanddeutschtum s. Ed. p o r el
D eutsches A uslandsinstitut Stuttgart, S tuttg art 1932 (entregas l y
VII; incluye riquísim a literatura sobre América Latina).
9 Bibliographie des D eutschtum s im Ausland. Verzeichnis der vom
D eutschen A uslands-Institut Stuttgart 1917 bis 1941 herausgegebe
nen V eröffentlichungen, Beiheft 1, S tuttgart 1942.
lO Illi, M anfred, “ Die deutsche Ausw anderung nach Lateinam erika.
Eine L iteraturübersicht” , Lateinam erika Studien, vol. 2, M ünchen
1977.
11 Thalheim , Karl Christian, Führer durch die deutsche A u sw a n d e
rungsliteratur, E rster Nachtrag, Leipzig s.a. (1928).
12 Thalheim , Karl Christian, Führer durch die deutsche A usw ande
rungsliteratur. Das deutsche S ch rifttu m zur Auswanderungsfrage,
Leipzig s.a. (1929).
13M aack, Reinhard, “ Die deutsche L iteratur über die deutsche Ein
w anderung und Siedlung in Südbrasilien” , en H an d b o o k o f Latin
A m erican Studies, Cambrigde 1939, vol. 4, pp. 399 - 417.
14 Boguslawski, B. von, “ U eber deutsche Colonisation in M exiko” ,
Berlin 1851; G ünther, Erich, Illustriertes H andbuch von M exiko, m it
besonderer B erücksichtigung der deutschen Interessen, M exiko
1912; Hagelberg, Karl, Wo siedeln wir uns an? M exiko als Siedlungs
land fü r deutsche A cker- und Gartenbauern, sow ie Viehzüchter m it
kleinem bis m ittlerem Kapital, Schleswig 1919; K ühn, Joachim ,
“ Das D eutschtum in Mexiko um 1850. Ein Bericht des preussischen
M inisterresidenten S eiffart” , en Jahrbuch, vol. 2, 1965, pp. 335 -
372; Die A usw anderung nach M exiko fü r Landw irte und G ewerbe
treibende. Gegenwärtige und künftige A ussichten, S tu ttg art s.a.
(1925).
15 Schottelius, H erbert M ittelam erika als Schauplatz deutscher K o lo n i
sationsversuche 1 8 4 0 - 1865, Ham burg 1939; Schröder, Ferdinand,
189
“ D eutsche K olonisationsversuche in Z entralam erika” , D er Ausländs
deutsche, 12. 1929; Hassert, K., und Lutz, O., M ittelam erika als Ziel
der deutschen Auswanderung, Berlin 1919; Wagner, M., und
Scherzer, C., Die R ep u b lik Costa Rica in Centralamerika m it beson
derer B erücksichtigung der N aturverhältnisse und der Frage der d e u t
schen A usw anderung und Colonisation. R eisestudien u n d S kizzen
aus den Jahren 1853 und 1854, Leipzig 1856/67; Rösch, Adrian,
A llerlei aus der A lta Verapaz. Bilder aus dem deutschen Leben in
Guatemala 1 8 6 8 - 1930, s.l., 1934; Graef, H., Santo Bom as de
Guatemala oder Beiträge zu dessen K olonisations-G eschichte,
C oleccionado por H. Graef, s.l., 1847; Sandner, G erhard, “ Agrar
kolonisation in Costa Rica” , Schriften des Geographischen In stitu ts
der Universität Kiel, vol. XIX, cuaderno 3, Kiel 1961.
16 Quelle, O tto , “ K urländische K olonisation in W estindien” , en Ibero-
Am erikanisches Archiv, 7,1933/34.
17 M atthiesen, O. H., Die Kolonial- und U eberseepolitik der K urländi
schen H erzöge im 1 7. u nd 18. Jahrhundert, S tu ttg art 1940.
18D rascher, W., “ D eutsche Siedlungen auf Jam aika” , en Ibero-Am eri-
kanisches Archiv, 6, 1932/33.
19 Kellenbenz, H erm ann, “ Sephardim an der unteren Elbe. Ihre w irt
schaftliche und politische B edeutung vom Ende des 16. bis zum
Beginn des 18. Jah rh u n d e rts” , Vierteljahrschrift fü r Sozial- und Wirt
schaftsgeschichte, Beiheft Nr. 40, W iesbaden 1958.
20 Kellenbenz, H erm ann, “ D eutsche Plantagenbesitzer und K aufleute in
Surinam vom Ende des 18. bis zur Mitte des 19. Jah rh u n d e rts” , en
Jahrbuch, vol. 3, 1966, p. 141 s.
21 Kellenbenz, H erm ann, “ Von den Karibischen Inseln. Archive und
neuere L iteratur, insbesondere zur G eschichte von der M itte des
17. bis zur M itte des 19. Ja h rh u n d erts,” parte I y II, en Jahrbuch,
vol. 5, p. 378 s., vol. 6, p. 452 s.
22 Harran, Rafael, K olum bien ... unter besonderer Berücksichtigung der
Einwanderungsfrage, G lückstadt und Ham burg 1927; Siebers, W.,
“ V enezuela und die deutschen Interessen” , A ngew andte Geographie,
Serie 1, Heft 3, Halle 1903; Glöckler, L., Die G ründung und der
heutige Z ustand der Colonie Tovar in Venezuela, A cten stü c ke aus
dem Spanischen übertragen, s.l., 1851; Glöckler, L., Venezuela und
die deutsche E inw anderung dorthin, Schwerin, Ham burg 1850.
23 Sudhaus, F ritz, “ D eutschland und die Ausw anderung nach Brasilien
im 19. Ja h rh u n d e rt” , Uebersee-Geschichte, 11, H am burg 1940.
24 O beracker jr., K. H., D er deutsche Beitrag zum A u fb a u der brasiliani
schen N ation, São Paulo 1955; id., A contribuição teuta à form ação
da Nação Brasileira, Rio de Janeiro 1968.
25 Roche, Jean, La colonisation allemande et le R io Grande do Sul,
Paris 1959.
26 Schröder, F erdinand, D ie deutsche Einwanderung nach Südbrasilien
bis zum Jahre 1859, Berlin s.a. (1931).
27 P orto, A urelio, Die deutsche A rb eit in R io Grande do Sul, São
L eopoldo 1934.
190
28 Becker, R udolf, D eutsche Siedler in R io Grande do Sul. Eine
G eschichte der deutschen Einwanderung. Ijui 1939.
29 Brepohl, Friedrich Wilhelm, Das Wesen der deutschen E inw ande
rung, K olonisation und Siedlung in Brasilien, P onta Grossa 1933.
30 F o uquet, Carlos, Der deutsche Einwanderer und seine N achkom m en
in Brasilien 1808 - 1824 - 1974, São Paulo — P ôrto Alegre 1974.
31 Hunsche, Carlos, O Biénio 1 8 2 4 /2 5 da Imigração e Colonização
A le m ã no R io Grande do Sul, Pôrto Alegre 1975.
32 Aulich, Werner, O Paraná e os Alemães. Paraná und die D eutschen,
C uritiba 1953.
33 Ficker, Carlos, Historia de Joinville. Subsidios para a crónica da
Colonia Dona Francisca, Joinville 1965, 447 p.
34 Granzow, Klaus, “ Zur G eschichte der pom m erschen A uswanderung
nach Brasilien” , en Baltische Studien, vol. 59, Flamburg 1937,
pp. 59 - 73.
35 Keller, Flansheinz, “ Die Brasilienauswanderung aus dem H unsrück.
S ym ptom einer geistigen Ström ung” , en Z eitsch rift fü r K u ltu r
austausch, vol. 16, S tuttgart 1966, pp. 228 - 232.
36 K uhlm ann, G. und Krähe, Fr., Neu-W ürttem berg. Eine Siedlung
D eutscher in R io Grande do Sul/Brasilien, S tuttg art 1933, 47 p.
37 Blau, Josef, Baiern in Brasilien. Chronik der im Jahre 1873 begonne
nen Besiedlung von São B ento in Brasilien durch arme L eu te aus
dem Böhm erw ald, Gräfelfing bei M ünchen 1958, 110 p.
38 Schramm , Percy Ernst, “ Die deutsche Siedlungskolonie D ona F ran
cisca im Rahm en gleichzeitiger Projekte und V erhandlungen” , en
Jahrbuch, vol. 1, 1964, pp. 283 - 324.
39M ergen, Joseph, “ Die A usw anderung aus den ehemals preussischen
Teilen des Saargebiets im 19. Jahrh u n d ert (I)” , en V erö ffen tlich u n
gen des In stitu ts fü r Landeskunde des Saarlandes, vol. 20, Saar
brücken 1973; cf. la recensión de Hanns Klein en Z eitsch rift fü r die
Geschichte der Saargegend, vol. XXII, 1974, p. 405 s.
40 Wolf, Wilhelm, D eutsche Einwanderer in São L eopoldo 1824 -1 9 3 7 ,
N eustadt an der Aisch 1964.
41 Brunn, G erhard, “ D eutschland und Brasilien (1889 - 1914)” , en
Lateinam erikanische Forschungen, vol. 4, Köln —Wien 1971.
42 Waibel, Leo, “ Die europäische K olonisation Südbrasiliens” , en Collo
quium Geographicum, vol. 4, Bonn 1957.
43 Backhaus, A lexander, “ Die A usw anderung nach den La-Plata-
S taaten ” , en Schriften des In stitu ts fü r A uslandskunde und A u s
landsdeutschtum , cuaderno 13, Berlin 1920.
44 Riffel, Jacob, Die Russlanddeutschen, insbesondere die W olgadeut
schen am La Plata (A rgentinien, Uruguay und Paraguay). F estschrift
zu m 50jährigen Jubiläum ihrer Einwanderung 1878 - 1928, s.l. 1928.
45 Lütge, Wilhelm, “ Russlanddeutsche in A rgentinien” , en Jahrbuch
der H auptstelle fü r die S ippenkunde des D eutschtu m s im Ausland,
vol. 4, 1939, pp. 237 - 251; Keiper, Wilhelm, Der D eutsche in A rgen
tinien, Leipzig 1936; Louis F erdinand, Prinz von Preußen, Theorie
der E inw anderung dargestellt am Beispiel Argentiniens, Berlin 1931;
191
Lam m , H erm ann, A usw anderungsm öglichkeiten in Argentinien,
D resden 1929; Diana, Justo E., Einwanderungs- und A nsiedlungs
gesetzgebung der südam erikanischen Staaten, insbesondere A rg en ti
niens. Die R ep u b lik A rgentinien als Einwanderungsland, Berlin
1927; Regel, F ritz, “ Die D eutschen in Argentinien und die d eu t
schen Interessen daselbst” , en Forschungen und Versuche zur
G eschichte des M ittelalters und der N euzeit, F estschrift, Jena 1915,
pp. 747 - 796; Hiller, G., “ E inw anderung und Einw anderungspolitik
in A rgentinien” (Hiller, Einwanderung und K olonisation in A rgenti
nien, vol. 1), Berlin 1912; Schm idt, H erm ann, Geschichte der d e u t
schen evangelischen G em einde Buenos A ires 1843 - 1943, Buenos
Aires 1943; Lütge, W., H offm ann, W., y K. W. K örner, G eschichte
des D eutschtum s in A rgentinien, Buenos Aires 1955.
46 Hauff, W alter von, “ Das D eutschtum in U ruguay” , en Der D eutsche
im Ausland, ed. por F. W. Mohr u. a., Breslau 1929; Nelke, Wilhelm,
“ Das D eutschtum in U ruguay” , en Schriften des D eutschen A u s
land-Instituts, Stuttgart, K ulturhistorische Reihe, vol. 5, S tu ttg art
1921.
47 F retz, J. W., Im m igrant group settlem en ts in Paraguay. A stu d y in
the sociology o f colonization, N orth N ew ton/K an. 1962 (con biblio
grafía); Hack, H., Die K olonisation der M ennoniten im para
guayischen Chaco, A m sterdam 1961; “ Die deutschsprachigen Sied
lungen in Paraguay” , en M itteilungen des In stitu ts fü r A uslandsbe
ziehungen, 4, 1954, nr. 11/12; Kliewer, F riedrich, Die deutsche
Volksgruppe in Paraguay. Eine siedlungsgeschichtliche, vo lksku n d li
che und volkspolitische Untersuchung, Ham burg 1941; W ilhelmy,
H erbert, “ Die deutschen Siedlungen in M ittelparaguay” , en Schriften
des Geographischen In stitu ts der Universität Kiel, vol. 11,1, Kiel
1941; Quiring, W., “ R usslanddeutsche suchen eine Heim at. Die d eu t
sche Einw anderung in dem paraguayischen Chaco” , en S ch riften
reihe des D eutschen Ausland-Instituts, Neue Reihe, 7, Karlsruhe
1938; K empski, K. E., “ Die deutschen Siedlungen im paraguayischen
C haco” , Der Ausländsdeutsche, 14, 1931.
48 R eichsstatistiken.
49 Ciasen, Armin, “ D eutsche A usw anderung nach Chile 1850 - 1852” ,
en Z eitschrift fü r Niedersächsische F am ilienkunde, 32, Ham burg
1957, 2, pp. 47 - 57; Held, E., Schuenem ann, H. und C. Plate (Ed.),
H undert Jahre deutsche Siedlung in der Provinz Llanquihue, 1852 -
1952. F estschrift, Santiago 1952; F ittbogen, G o ttfried , “ Von
Philippi bis A nw andter. Die Entw icklung des G edankens der d e u t
schen Einw anderung in Südchile” , en Ibero-Am erikanisches Archiv,
10, 1936; D ocum entos sobre la Colonización del Sud de Chile. D e la
Colección Histórica de E m ilio Held, Bosquejo histórico, N om ina de
Barcos y Personas que llegaron entre los años 1840 -1 8 7 5 , Santiago
de Chile 1970.
50B lancpain, Jean-Pierre, “ Les Allemands au Chili (1816 - 1945)” , en
Lateinam erikanische Forschungen, vol. 6, K öln — Wien 1974; id., La
Tradition paysanne allem ande au Chili. La colonie de Llanquihue
( 1 8 5 0 -1 9 2 0 ), Paris 1969.
192
51 Young, George, The Germans in Chile: Im m igration and Coloniza
tion, 1849 - 1914, New Y ork, s.a. (1974).
52K übler, F ritz, D eutsche in Bolivien, S tuttgart 1936.
53 Kinzl, H., “ Bei den D eutschen am Pozuzo (Peru)” , en Pädagogische
Warte, 41, 1934.
54 Fischer,R ., “ Pozuzo, eine deutsche Sprachinsel in P eru ” , en Die
Getreuen, 9, 1932.
55 Scholich, K urt, “ Der D eutsche in P eru” , en Der D eutsche im A u s
land, H. 64., Langensalza s.a. (cerca 1930).
56 Petersen, Georg G., Ueber das D eutschtum in Peru, Lima 1964.
57 Fleimann, Flans, “ D eutsche Einw anderung und K u ltu rarb eit in
E k u ador” , en Südam erika Jg. 6, Buenos Aires 1956, pp. 577 - 585;
Pérez G uerrero, E dm undo, Colonización e inmigración en el
Ecuador, Q uito 1954.
193
EMIGRACION EUROPEA A AMERICA LATINA:
SUIZA
Introducción
195
estatales son de m uy diversa extensión e incluso, en m uy pocos casos, ni
siquiera se dispone de ellos.
A fin de dar una idea del tipo de m aterial docum ental de los archivos
estatales a través de un ejem plo, se presenta una visión general de las
existencias relativam ente ricas y bien ordenadas del Archivo Estatal del
cantón de Argovia; al final se ha agregado una lista de los demás archi
vos estatales suizos, especificando si se encuentra m aterial en ellos y los
casos en que éste está clasificado.
2. El Archivo Federal Suizo en Berna, com o se desprende del deta
llado inform e siguiente, com plem enta en m últiples sentidos el m aterial
de los archivos estatales.
3. La visión general sobre los archivos se cierra con una n o ta breve
sobre el A rchivo E conóm ico Suizo de Basilea, que contiene sobre todo
m ateriales sobre agencias de em igración y em presas de colonización
suizas.
4. La segunda parte de este inform e sobre la situación de las fuentes
está dedicada a las ricas y variadas existencias de fuentes impresas de la
Biblioteca Nacional Suiza en Berna.
E ntregam os nuestros más sinceros agradecim ientos a los autores de
los distintos inform es parciales, sin cuyas m inuciosas investigaciones no
hab ría sido posible presentar esta visión general — aún siendo en parte
ejem püficadora, en parte som era — de la situación de las fuentes rela
tivas a la em igración suiza hacia América Latina.
En el mismo sentido, quisiéram os hacer llegar nuestros agradecim ien
tos a los directores del “ Archivo Federal Suizo” y de la “ Biblioteca
Nacional Suiza” , Dr. Oscar G auye y Dr. Franz Georg Maier, y al trad u c
tor de los te x to s originales en francés y alem án, Rafael Ortega.
196
A) Fuentes relativas a la emigración a América Latina
en el Archivo Estatal y en los
archivos comunales del cantón de Argovia
B erthold W essendorf
197
cialm ente en lo que se refiere a la historia de la gestación de la em presa,
la agrupación adm inistrativa de un alto núm ero de apátridas, que pasa
ría a co nstituir el grueso del contingente de Argovia. El m aterial relativo
al desarrollo de la em igración y al' destino posterior de los colonos es
m enos abundante.
La em igración a Sudam érica alcanzó una im portancia renovada en la
década de 1850, p erío d o para el que contam os con el excelente instru
m ento de trabajo representado por la E stadística de Emigración de
Argovia. Va más o m enos de 1847 a 1880 y abarca con pocos vacíos la
totalidad de la em igración interco n tin en tal del cantón. Para la m ayor
parte de los años se dispone sólo de listas distritales que registran para
cada com una el núm ero de em igrantes por regiones im p o rtan tes de
destino. Listas com unales detalladas que contienen nom bre, edad y en
parte oficio de los em igrantes existen sólo para m uy pocos años, pero
entre ellos se encuentran 1855 a 1857, en que tuvo lugar la em igración
más intensa hacia Brasil y Argentina. Argoveses en D oña Francisca, en
M ucury, Rio Novo y en las colonias de Vergueiro y Esperanza han sido
registrados aquí. El volum en especial: “ Em igración al Brasil, 1857 a
1866” contiene adem ás de una lista de los argoveses en las distintas
colonias de Vergueiro algunos inform es posteriores sobre su situación y
sobre to d o m aterial sobre las m edidas tom adas por las autoridades
suizas en favor de estos colonos.
D esgraciadam ente, el tercer episodio im p o rtan te de la em igración a
Sudam érica, la propaganda para Chile en la década de 1880. Ya no
alcanzó a ser registrado po r la estadística de Argovia. Al respecto no
encontram os más que escasas inform aciones, en especial del distrito de
Zurzach. Los docum entos relativos a la em igración a Sudam érica p oste
riores a 1880 se refieren po r lo general sólo a casos particulares de
familias que se encontraban en dificultades y solicitaban ayuda de su
patria.
Los docum entos cantonales entregan al m enos para el p erío d o entre
1850 y 1880 una visión general m uy confiable sobre el volum en, el
origen regional y los países de destino más im p o rtan tes de la em igra
ción. Sin em bargo, sólo en casos excepcionales se dispondrá de inform a
ciones sobre personas en particular, especialm ente en aquellos en que se
consideró la posibilidad de un apoyo financiero con m edios fiscales. Si
alguien quisiera inform arse en m ayor detalle sobre personas o grupos en
particular, puede in te n ta r aún el cam ino de los archivos com unales,
aunque sin espectativa segura de éxito.
Por lo general no será difícil para el investigador serio conseguir
acceso a estos archivos; integridad y orden de las existencias son a p artir
de 1850 lo suficientem ente buenos com o para perm itir un trabajo racio
nal.
198
A aquellos em igrantes que em prendieron viaje p o r sus propios
medios, sin apoyo financiero, se les buscará igualm ente en vano en estos
docum entos. Sin em bargo, en m uchos casos y seguram ente en la m ayo
ría de aquellos de em igrantes a Sudam érica, se solicitaba a la com una un
aporte a los costos de viaje, habiéndose registrado casi siempre el trata
m iento dado a esas solicitudes en las Actas del Consejo Com unal o de la
Asamblea Com unal. Las más huellas fueron dejadas, por supuesto, por
las “ expediciones” de familias com pletas y de grupos m ayores de nece
sitados, que suponían un despliegue financiero y organizativo conside
rable. En relación a esto tipo de em presas encontram os en no pocos
casos cuentas, contratos de viaje, inform es de com isiones especiales y
similares.
Precisam ente la em igración a Sudam érica fue m uy rara vez osada
individualm ente, sino por lo general en grupos y con la ayuda de agen
tes, em presas de colonización, etc. La situación de las fuentes de los
archivos com unales relativas a este tipo de em igración en grupos es
generalm ente bastante favorable.1
NOTA:
1 Esta visión general sobre las existencias del Archivo Estatal del can
tó n de Argovia tiene un carácter ejem plificador. Desgraciadam ente, y
debido a que las form alidades para la em igración no estaban regla
m entadas de m odo hom ogéneo, no es posible entregar un esquema
de archivam iento válido para todos los archivos estatales. Por esta
rezón, el trabajo en los archivos estatales (y, para el caso, com unales)
deberá realizarse en cada caso individualm ente con la ayuda del
encargado com petente del archivo.
A m odo de ejem plo adicional se rem ite — además de a las indica
ciones sobre archivos en B. W essendorf, “ Die überseeische A usw an
derung aus dem K anton Aargau im 19. Ja h rh u n d e rt” (La em igración
transatlántica desde el cantón de Argovia en el siglo XIX), en:
Argovia, vol. 85, A arau 1973, p. 355 sig. — tam bién a la correspon
diente reseña de los docum entos archívales en M artin N icoulin, La
Genése de N ova Friburgo — Em igration et colonisation suisse au
Brésil 1817 - 1827 (La génesis de Nova Friburgo — Emigración y
colonización suiza en Brasil, 1817 - 1827), F ribourg 1973, p. 307 -
311.
199
APENDICE: Lista de los archivos estatales.
200
Staatsarchiv des K antons Schaffhausen
8200 Schaffhausen, R athausbogen 4
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Staatsarchiv des K antons Schwyz
6430 Schwyz, B ahnhofstraße
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Staatsarchiv des K antons Solothurn
4 5 0 0 S olothurn, Bielstraße 41
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Staatsarchiv des K antons St. Gallen
9000 St. G allen, Regierungsgebäude
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Staatsarchiv des K antons Thurgau
8500 Frauenfeld, Regierungsgebäude
No hay docum entos al respecto.
Archivio C antónale del Ticino
6500 Bellinzona, Via C. Salvioni
Hay docum entos al respecto; no clasificados.
Staatsarchiv des K antons Uri
6460 A ltdorf; Ankenwaage
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Archives C antonales V audoises
1004 Lausanne, rue du Maupas 47
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Archives d ’E tat du C anton du Valais
1951 Sion, 9 rue des Vergers
Hay docum entos al respecto; clasificados.
Staatsarchiv des K antons Zug
6 3 0 0 Zug, Regierungsgebäude
No hay docum entos al respecto.
Staatsarchiv des K antons Zürich
8001 Zürich, Predigerplatz 33
Hay docum entos al respecto; clasificados.
201
B) Documentación de los Archivos Federales
relativa a la emigración suiza
a América Latina (antes de 1914)*
Gérald A rlettaz
a) El F ondo 2
202
intereses económ icos de los suizos y sobre la situación de los co
lonos.
a.2) R epresentaciones diplom áticas en el extranjero.
a. 3) Servicio Consular
a.4) Sociedades de ayuda en el extranjero.
a.5) Servicio m ilitar en el extranjero; v. 2/2352 A rgentina; 2 /1 1 7 6
Brasil.
b) La Serie 2300
c) La Serie 2400
d) El F ondo 2200
203
d.2) Archivos de los consulados en América del Sur: G eneralm ente
contienen registros (registro de correspondencia, estado civil, en
algunos casos registro de inm igrantes), series de correspondencia y
escrituras, especialm ente sobre la inm igración.*
Tenem os los archivos de diversos puestos en los siguientes países:
A rgentina (1855 - 1962); Brasil (1819 - 1968); Chile (1857 - 1957);
Colom bia (1911 - 47); Paraguay (1893 - 1958); Perú (1884 - 1921);
Uruguay (1860 - 1959); V enezuela (1909 - 61).
204
Todas estas series hacen accesibles los debates de las Cámaras F edera
les. Es necesario agregar a ellas el R epertorium über die Verhandlun
gen der B undesversam m lung der schweizerischen Eidgenossenschaft.
El prim er volum en, de 1848 a 1874, fue preparado por León Kern y
el segundo, de 1874 a 1891, por W alter M eyrat.*
e.l 1) Hoja Federal de la Confederación Suiza, 1848 - 1914:
T anto com o el Inform e de G estión del Consejo Federal, la Hoja
Federal es un excelente cond u cto r a través de los problem as que se
presentaron a las autoridades suizas desde 1848, especialm ente en
m ateria de em igración. Com prende, además de las estadísticas y de
las advertencias oficiales, los mensajes del Consejo Federal y los
inform es de las com isiones de las Cámaras. Si se utiliza el Nachweiser
über die B undesversam m lung und im B undesblatt abgedruckten
B erichte (G uía de la Asam blea Federal y de los inform es publicados
en la Hoja Federal), se encontrará un sum ario del contenido de la
colección en lo referente a asuntos relacionados con la em igración.*
e.l 2) Colección oficial de las leyes y decretos de la Confereración Suiza,
desde 1849.
e. 13) A nuario estadístico de Suiza, desde 1891.
e. 14) Actas de la Dieta Federal, 1814—48.
a) Em igración en general
a .l) Estadísticas:
Hasta el prim ero de junio de 1891, fueron los cantones los encarga
dos de recolectar los datos relativos a la em igración de los consejos
com unales, las oficinas de Correos y de las agencias. Desde la entrada en
vigor de la ley federal sobre las agencias de em igración del 24 de diciem
bre de 1880, las agencias entregan a la C onfederación las inform aciones
necesarias po r m edio de form ularios destinados a tal fin.
A ntes de 1880 es necesario utilizar fuentes particulares, que entregan
inform aciones inconexas.*
Estas inform aciones pueden ser com pletadas por medio de los im pre
sos oficiales de la C onfederación, a saber:
Hoja Federal de la Confederación Suiza (ejem plo: 1853, III, p. 212,
em barque de suizos en Le Havre, por cantones).
Las publicaciones de la Oficina de E stadística del D epartam ento
Federal del Interior, desde 1860 (v. censos; publicaciones sobre el
m ovim iento de la población, ej. 1877; anexo: La em igración suiza
a países de u ltram ar en el período 1868 - 77).
A nuario estadístico de Suiza, desde 1891.
205
Inform es de G estión del Consejo Federal, con estadísticas de las
partidas por cantón y de las sumas pagadas a las agencias por los
em igrantes, desde 1891 (antes de esta fecha, estadísticas irre
gulares).
b) Legislación
c) Agencias de em igración
206
núm ero de sub-agencias pasa a 341. La autoridad federal se ve obligada
a intervenir. Es así que la ley de 1888 introduce disposiciones más
restrictivas. Obliga a las agencias a adquirir patentes condicionadas al
depósito de una fianza por 40.000 francos y 3.000 francos por cada
sub-agente. La ley estiipula tam bién un cierto núm ero de incom patibili
dades entre las funciones de agente y sub-agente y diversas profesiones.
La docum entación de los Archivos Federales inform a sobre la activi
dad de las agencias de em igración, sobre las disposiciones legales que
reglam entan dicha actividad, com o tam bién sobre los casos de propa
ganda ilícita y de violación de la ley.*
207
La oficina de em igración se com pone de una sección adm inistrativa y
de una sección comisarial encargada de entregar inform aciones a los
em igrantes. La oficina queda ligada al D epartam ento Federal de Asun
tos Extranjeros. El inform e de gestión del Consejo Federal inform a
sobre la naturaleza y la calidad de las inform aciones provistas por el
com isariado y sobre las actividades de protección de la oficina. De 1893
a 1896 se duplica la cantidad de inform aciones entregadas. Después de
una serie de conflictos entre las dos secciones de la oficina, el Consejo
Federal decide, po r un decreto del 29 de m arzo de 1900, reag ru p arias
dos secciones de la oficina en un solo servicio. Los años entre 1900 y
1914 transcurren particularm ente bajo el signo de los choques que
o ponen a la oficina de em igración, sus jefes Dreifuss y Möhr, a las
agencias, especialm ente a la agencia Zw ilchenbart.*
e . l ) Brasil:
Los años de la R estauración y de la Regeneración no conocen gran
des tentativas de colonización, aparte de la em presa de Nova Friburgo.
Se señala en to d o caso algunas colonias germano-suizas, en especial la de
L eopoldina en 1832. Es recién a p artir de 1850 que el gobierno brasile
ro desarrolla una propaganda intensa en favor de la inm igración. Las
dificultades a que dió origen el sistema aparcero de colonización del
senador V ergueira ponen a la Confederación en aprietos inextrincables
entre 1855 y 1868, al p u n to de hacer necesario el envío de la misión
extraordinaria de Tschudi.
La situación de los colonos suizos en Brasil es m iserable; el gobierno
federal debe desalentar la em igración a ese país, especialm ente a las
colonias de Moniz, T heodoro y Polycarpia. Las condiciones en la colo
nia de Alpina, en la provincia de Rio de Janeiro, entre 1890 y 1893,
parecen no haber diso en nada m ejores y así las autoridades desalientan
tam bién los proyectos de la asociación de trabajadores zuricheses
Pionier-Verein que p rete n d ía establecer una colonia m odelo en Funil,
Estado se Sao Paulo, entre 1897 y 1900.*
208
e.2) A rgentina:
Los Archivos Federales no contienen inform aciones sobre la em igra
ción a la A rgentina antes de 1857. A p artir de esta fecha, las partidas
hacia ese país aum entan considerablem ente. En 1860 existen diversas
colonias habitadas esencialm ente po r suizos, com o Santa Fe. Los años
entre 1860 y 1870 se caracterizan por cuantiosas dificultades; en tre tan
to, y al ejem plo de Brasil, A rgentina se lanza a una cam paña de p ropa
ganda intensa para favorecer la inm igración europea, estim ando el cón
sul suizo en Buenos Aires el núm ero de inm igrantes suizos en A rgentina
en cerca de 15.000 en 1876. En térm inos generales la situación del país
es más favorable a los colonos suizos que el Brasil; al m enos, las au to ri
dades federales parecen m ejor dispuestas frente a la Argentina. A lrede
dor de 1890 surgirían dificultades a propósito de la realización del
proyecto de colonización del cónsul argentino en G inebra, M áximo
Fernández. E n tretan to y hasta 1914, la cifra de partidas hacia la Argen
tina se m antiene claram ente más elevada que hacia el Brasil.*
e.3) Chile:
A pesar de los esfuerzos del gobierno chileno por atraer inm igrantes,
especialm ente de raza germánica, las dificultades y la naturaleza poco
acogedora del país alejan a los inm igrantes suizos. Hacia 1880 no son
más de 160 en Chile. Sin em bargo, a partir de 1870 la propaganda
chilena se intensifica y las prom esas a los colonos, sobre todo después
de 1885, term inan po r tener su efecto. Los colonos suizos se ven co n
fro n tados a grandes dificultades, no estando en general suficientem ente
preparados para las tareas que les esperan. Además, los cam pesinos
chilenos son hostiles a los recién llegados. El fin del siglo es m arcado
por una ola de terrorism o que obliga a intervenir al gobierno suizo.*
NOTA:
210
C) In fo rm e sobre las fuentes
en el Archivo E co n óm ico Suizo
Béatrice Ziegler
211
3) C ontactos con las colonias y con los colonos: con trato s de viaje,
de com pras y de servicios; inform es familiares desde las colonias; libro
de cuentas corrientes de San Carlos; periódicos; tablas estadísticas de
gestión; alrededor de 2.400 cartas de las colonias; entre ellas inform es
de los gerentes C. Beck-Bernard, H. V ollenw eider y S. Denner-Vollen-
weider.
NOTA:
212
D) In fo rm e sobre las fuentes impresas
en la Biblioteca Nacional
M artin Nicoulin
con la colaboración de Béatrice Ziegler
1. Introducción general
213
purga: sólo los testim onios de em igración masiva retuvieron nuestra
atención. El lector no encontrará en esta bibliografía ni un a huella de
los intelectuales suizos en Am érica Latina (com o H einrich Rebsam en,
pedagogo en México o Mosé B ertoni, gran etnólogo en Paraguay).
La dim ensión geográfica de esta bibliografía no p o d ría sorprender a
nadie: se ajusta estrictam ente a los m arcos clásicos. Como todos saben,
los países que acogieron a los em igrantes de E uropa fueron Brasil,
U ruguay, Paraguay, A rgentina y Chile.
A pesar de los esfuerzos desplegados por la Biblioteca N acional Suiza
en cum plim iento de su m isión, hay títu lo s que no se encuentran en ella.
Quien utilice la bibliografía n otará la ausencia de “ H elvetica” im p o rtan
tes, com o, po r ejem plo, Pedro G renon, La ciudad de Esperanza (provin
cia de Santa Fé), Historia docum entada e ilustrada (C órdoba 1939 - 48,
4 Vols.), o A dolf Niklaus Schuster, Der Schw eizer-Argentinier (Aarau
1913, 250 págs.). Sin em bargo, los sondeos efectuados en la Biblioteca
Central de Zurich y en la Biblioteca de la Ciudad y de la Universidad de
Berna — cuyos resultuados presentam os en algunos casos — dem uestran
que la Biblioteca Nacional Suiza posee lo esencial de las fuentes im pre
sas sobre la em igración suiza hacia Am érica Latina. Desgraciadam ente
debem os constatar que la Bibüoteca N acional, al igual que las demás
bibliotecas suizas, n o han conservado todos los im presos editados por
las agencias de em igración y las sociedades de colonización. ¿Ha des
aparecido definitivam ente este preciosísim o m aterial de propaganda?
No pareciera ser el caso. N uestra investigación sobre Nova Friburgo nos
m ostró que los archivos cantonales han conservado bastantes folletos y
volantes. De acuerdo a nuestras inform aciones, los Archivos Federales
en Berna serían ricos en docum entos de esta categ o ría.2 Se revelaría
necesario y apasionante hacer su inventario. En el fu tu ro este ensayo
bibliográfico p o d ría tam bién com pletarse en otro sentido: exam inando
la prensa. El análisis de los periódicos especializados en la cuestión de la
em igración se revelaría gratificante. Sin em bargo, la em presa parece ser
técnicam ente delicada, puesto que sería conveniente com enzar por
com pletar las colecciones. Una encuesta de los grandes periódicos de la
época se im pondría para lograr com prender m ejor la realidad m igrato
ria. Por lo dem ás, las grandes olas de em igración coinciden con el sur
gim iento de la gran prensa, ese cuarto poder. Sería interesante observar
las tendencias de la opinión helvética frente a la em igración y al grado
de utilización de la prensa por parte de los p ro m o to res de la em presa
m igratoria. Pero su aprovecham iento no será posible sino en un fu tu ro
relativam ente lejano.
214
2. Presentación breve de la rúbricas
a) Prom oción
a. 1) Discusión general:
El térm ino “ prom oción” perm ite evitar el em pleo dem asiado peyora
tivo de la palabra “ propaganda” . Bajo la rúbrica se encuentran en
prim er lugar las obras que tom an partido a favor o en contra de la
em igración. A hí se halla el gran discurso pronunciado el 18 de septiem
bre de 1844 por Jo h n H uber-Saladin ante la Sociedad de U tilidad Públi
ca Federal en Zurich; se añaden los libros que sostuvieron el gran com
bate de Wilhelm Joos en vista de com prom eter al joven estado federal a
fom entar la em igración o este simple folleto anónim o de títu lo signifi
cativo: Die A usw anderung als öffentliche W ohltat (Lichtensteig:
J. M. Wälle, 1854, 64 págs.); la célebre tom a de posición de G ottfried
Keller: Das Auswanderungs-Problem in der Schw eiz (R orschach 1936,
96 págs.) en que se explica bajo que condiciones se p o d ría considerar la
em igración com o una solución a la crisis económ ica de los años treinta.
Bajo esta rúbrica figura tam bién la lista de los periódicos especializados.
La lectura de Der Schw eizerische Auswanderer, publicado en Berna
en 1850 o de Der K olonist de 1853 m uestran claram ente que la cues
tión fundam ental es abundantem ente com entada en ellos. Die Neue
Welt, o tro periódico, presenta las ventajas de una colonización según el
m étodo fourrierista. El análisis sistem ático de estos periódicos en tre
garía o tra categoría de inform aciones: im presiones y juicios de colonos,
artícu los de personas o sociedades interesadas.
215
R ep u b lik (Buenos Aires: C ourrier de la Plata, 1877, V III +, 156 págs.);
N eueste M ittheilungen über die Argentinische R ep u b lik (Biel 1882,
56 págs.). Brasil y su sistema de colonización introducido a m ediados
del siglo XIX sería seductoram ente propuesto en J. L. M oré, L e Brésil
en 1852 et sa colonisation fu tu re. N otice écrite sur les d o cu m en ts c o m
m uniques par le Consulat suisse à R io de Janeiro (Genève et Paris 1852,
318 págs.).
A la prom oción practicada po r individuos sigue aquella de las socie
dades de colonización. E ntre los testim onios de estos pro m o to res colec
tivos que presenta nuestra bibliografía, citam os especialm ente los ricos
legajos de la Schw eizerische Colonisations-G esellschaft Santa Fé (Socie
dad suiza de Colonización Santa Fé), que contienen los estatu to s de la
em presa, la lista de accionistas, una herm osa lista de inform es anuales
(1864 - 1900) y ejem plares del con trato de colonización.
Bajo esta rúbrica se señalan los docum entos im presos que perm iten
captar la acción de la Confederación a partir de 1874. Para el período
anterior, época en que la cuestión m igratoria se en contraba bajo la
com petencia de la autoridad de los cantones, se puede utilizar pro
vechosam ente la bibliografía ya citada de Dreifuss.
b .l) La legislación:
Los preparativos de la decisión se encuentran en los inform es de las
distintas com isiones parlam entarias, en algunas peticiones y sobre todo
en los mensajes del Consejo Federal: el de 1879, que prevee la creación
de una ley sobre la revisión de la misma ley, así com o el del 13. IX.
1935 en que se discute si el Estado debe o no financiar algunos pro
yectos de colonización. Después vienen las referencias precisas y los
principales docum entos ju ríd ico s aprobados por las cámaras federales.
216
de Em igración, creada en 1888. Algunos inform es tienen una extensión
de más de 50págs. impresas en caracteres pequeños. El abanico de
cuestiones tratadas es am plio: supervisión de la propaganda, de las co n
diciones de transporte y de acogida, etc. A veces hay vivas acusaciones a
las agencias de em igración y a su personal de reclutam iento: se trata de
“ gente que se ha encargado de im pulsar a la emigración y com o lo ha
expuesto un ex-sub-agente en un inform e m uy franco, de buscar las
familias necesitadas, de presentarse a ellas com o los salvadores en su
miseria y de propagar la literatu ra de propaganda en la que se alaba
com o un Eldorado ya un país de ultram ar, ya o tro ” (In fo rm e de Ges
tión del Consejo Federal, 1889, págs. 322). Señalemos que la bibliogra
fía entrega las referencias bibliográficas exactas de los inform es de ges
tión de 1848 a 1940.
c) Las cifras
217
los em igrantes, entregadas po r las agencias de em igración. En 1891 el
A nnuaire statistique de la Suisse, o tra publicación de la misma oficina,
pasa a sustituir la anterior, dando así la posibilidad de siguir la cifra de
las partidas hasta 1940.
Estas series estadísticas inform an por lo general sobre el núm ero, el
sexo, el estado civil, el cantón de origen y el de dom icilio, la profesión y
el lugar de destino de los em igrantes. En aquellos casos en que los datos
se hallan desglosados a nivel cantonal, se puede presentar las partidas al
nivel de distritos para los años 1882 - 1902. Para los años 1926, 1928,
1931 y 1939 se dispone tam bién del núm ero de suizos establecidos en
el extranjero. De 1893 a 1896 encontram os datos sobre las sumas de
dinero que los em igrantes llevaron consigo a ultram ar.
Para los años anteriores a 1870 el investigador deberá contentarse,
desgraciadam ente, con estadísticas fragm entarias. Las o b ten d rá ya sea
de la Feuille Fédérale o de estudios publicados p o r algunos cantones. La
bibliografía de Dreifuss contiene algunas referencias en este sentido. Sin
em bargo, el resultado no podrá ser sino aleatorio. Por lo demás esta
crítica es válida para la to talidad de los docum entos que se hallan bajo
esta rúbrica. Las cifras publicadas no m iden con exactitud el fenóm eno
de las partidas. Los m ism os estadísticos de la Confederación lo reco n o
cen: centenas de em igrantes escapan cada año a su control. Algunas
encuestas nos advirtieron tam bién que las cifras oficiales subestim an la
am plitud del m ovim iento m igratorio. F recuen tem en te pudim os co m
probar que los tesineses firm aban con trato s directam ente con agencias
de Italia y que los jurasianos solían recurrir a agentes de Francia. Una
acotación más: la lectura de las fuentes estadísticas deparará un buen
núm ero de sorpresas. Al principio los trabajos se acom pañaban de un
largo com entario. R eflexionando sobre la corriente m igratoria de Suiza,
los redactores de la Statistique de la Suisse (núm eros 60, 61, 62, 63)
destacan n ítid am en te la tendencia siguiente: el agricultor helvético se va
a cultivar las tierras vírgenes de América porque rehúsa las ocupaciones
que le ofrece la revolución industrial. Serán los extranjeros quienes
ocupen los puestos ofrecidos por las fábricas.
d) Testim onios
218
exteriores y el encam inam iento interior que em pujan y deciden al ser
hum ano a convertirse en un em igrante. En este caso particular, la situa
ción marginal del joven argovés en su com unidad aldeana y la influencia
de los escritos del p ro m o to r Sommer-Geiser lo llevarán finalm ente a las
oficinas de una agencia de em igración. Muchas veces las cartas de los
colonos son apologías de em presas determ inadas. Por ejem plo, la
Correspondances de la Colonie San Carlos prés de Santa Fé (Bále 1860,
81 págs.). La obra más célebre del género es del colono Thom as Davatz,
Die Behandlung der K olonisten in der Provinz St. Paulo in Brasilien und
deren Erhebung gegen ihre Bedrücker. Ein N o th - und H ilfsru f an die
Behörden un d M enschenfreunde der Länder und Staaten, welchen die
K olonisten angehörten (Chur 1858, 243 págs.). Davatz denuncia violen
tam ente las desgracias de los colonos del senador Vergueiro y su d o lo ro
sa explotación que com ienza con el inicio del viaje.
NOTAS:
219
H ochschule Z ürich, In stitu t für G eschichte, A uf der Mauer 2,
CH-8001 Zürich.
2 Véanse los párrafos correspondientes en el an terio r inform e sobre el
Archivo Federal Suizo.
220
II. ESTUDIOS SUIZOS SOBRE
LA EM IGRACION SUIZA HACIA AMERICA LATINA
Martin Nicoulin
1. Generalidades
221
gaban elem entos de juicio para la conducta gubernam ental detienen sus
reflexiones a partir de 1950. Sería m ucho después — alrededor de
1966 — que com ienzan a darse a conocer estudios de las facultades de
Letras. Los historiadores asum en dicha actividad, pero su cosecha es
escasa. Tan cierto es lo dicho, que el p u n to de vista histórico perm anece
tributario del presente y, en el plano de las migraciones, la Suiza con
tem poránea vive problem as opuestos a nuestra tem ática: los de una
inm igración relativam ente im portante.
222
presentar, gracias a sus fuentes, una geografía precisa de la Q uinta
Suiza. Más interesante para el historiador se revela el artícu lo de
Georges L o b sig er(1 2 ) y sobre todo su estudio inédito (11). Lobsiger
inserta el m ovim iento estadístico en una serie cronológica más larga que
la de Vogel (de 1887 a 1940) y denota una intuición correcta en su
ensayo explicativo. A diferencia del prim er estadístico, el segundo
rechaza la explicación puram ente cuantitativa: “ L ’ém igration” —
escribe — “est un phénom éne hum ain, c’est plus q u ’une nécessité
économ ique. II faut done étudier sous l’angle hum ain le principe de
Immigration et non plus seulem ent sous Tangle purem ent économ ique.
L’ém igration n ’est pas un élém ent pour graphique de p ro d u ctio n , c’est
un être vivant, ce que l’on a trop souvent oublié.”
223
joven historiador ha logrado superar los peligros escollos de la Macro-
historia. Escribió páginas penetrantes sobre las procedencias y el sistema
de reclutam iento, sobre la fascinación ejercida por la propaganda im pre
sa en las masas recién alfabetizadas. Sin em bargo, para el historiador
sudam ericano, W essendorf no ap o rta nada nuevo. En este terreno, re to
m a la inform ación desenterrada por los predecesores.
Prim eram ente han sido los geógrafos los que han abierto el camino.
Pero la historia, p u n to de encuentro de las ciencias hum anas, puede
tom ar en cuenta sus observaciones. En 1967, Hans A nnaheim (20)
publica un artículo sobre Nueva Helvetia, colonia suiza en Uruguay.
Habla sobre to d o del presente de este establecim iento, explicando a la
vez su desarrollo económ ico. Igual sistema de análisis encontram os en
Jürg Müller (33). Su tesis sobre Helvetia, colonia fundada en 1888 por
obw aldianos en el Estado de Sao Paulo expone una apasionante radio
grafía de la localidad en 1970/71 y perm ite com prender el grado de
aculturación de esos suizos en el m undo brasilero.
En 1973, M artin Nicoulin (34) publica su libro sobre Nova Friburgo.
Estudiando exclusivam ente la génesis de esta ciudad brasilera, describe
una cantidad relativam ente lim itada de hechos. Quiso, p o r m edio de la
lim itación, profundizar en el tem a explotando varios tipos de archivos:
com unales y parroquiales, cantonales y federales. Tam bién integró
archivos brasileros en su cam po de investigación (sobre todo aquellos de
Rio de Janeiro y de Nova Friburgo). De tal m o d o , la creación de esta
ciudad nueva se replantea en sus verdaderas dim ensiones, inscribiéndose
en el gran in te n to efectuado bajo el reinado de João VI de colonizar el
Brasil con em igrantes suizos. Nicoulin analiza los prim eros habitantes,
esa sociedad form ada por 2006 em igrantes de acuerdo a criterios cuanti
tativos y cualitativos. A fin de explicar la form ación, insiste en el plura
lismo causal que influencia al hom bre y lo lleva a convertirse en candi
dato a la em igración. Se aboca tam bién al proceso de m odificación
dem ográfica y social favorecido por la larga travesía. Pierre Chaunu,
profesor de la Sorbonne, propone a la investigación dejarse inspirar por
este ejem plo. En el prefacio que le dedica, afirm a: “ ... Tenem os gracias
a la probada técnica de la m onografía, del medio de partida al m edio de
acogida, una sociedad, dos mil destinos individuales, hom bres vivos,
hom bres insertos en su m edio de existencia concreta, a saber el núcleo
familiar y la com unidad de habitantes, las dos células hum anas funda
m entales de la sociedad europea tradicional. Par una buena com pren
sión del fenóm eno m igratorio, la m onografía de Martin Nicoulin es tan
im portante com o la síntesis fundam ental y con razón clásica de
W. F. W illcox.”
Pero Nova Friburgo no es más que el prim er m om ento de la em i
gración suiza hacia Am érica Latina, el prim er eslabón de una larga y
apasionante historia. Es una form a de decir, entonces, en que m edida
esta terra incognita espera sus descifradores.1
224
B) Lista de los estudios
1. Emigración en general
226
36. R affard, Henri: La colonie suisse de Nova Friburgo e t la Société
philanthropique suisse de R io de Janeiro. Rio de Janeiro, 1877,
199 pp.
37. Scherer, Emilio CL: William M ichaud von Vevey, 1829 - 1902.
Schicksal eines Schw eizer Auswanderers in Brasilien. Basel, 1960
(SA A cta tropica, 17, H. 4), 53 pp.
38. Schneider, A dolfo Bernardo: A form açao das primeiras sociedades
na Colónia Dona Francisca (Hoje Joinville). Joinville, ca. 1960,
32 pp.
39. Schobinger, Juan: Inmigración y colonización suizas en la R ep ú b li
ca argentina en el siglo X IX . Buenos Aires, 1957, 231 pp.
40. Schuster, A dolf N.: Paraguay, Land, Volk, Geschichte, W irtschafts
leben und K olonisation. S tuttgart 1929, 667 pp.
41. Schuster, A dolf N.: Argentinien, Land, Volk, W irtschaftsleben und
Kolonisation. Diessen vor M ünchen, 1913, 2 vols., 504 pp. + 528 pp.
42. Weizinger, Franz: Colonia H elvetia no Brasil, Estado de Sao Paulo,
1885 - 1935. São Paulo, 1935, 198 pp.
43. W irth, Juan Carlos F.: Colonia suiza hace 80 años; la inmigración al
Uruguay en 1861. M ontevideo, 1944, 87 pp.
44. W irth, Juan Carlos F.: Historia de colonia suiza (de ¡’Uruguay).
Nueva Helvecia, 1962, 183 pp.
45. Z binden, Carl: Die schweizerische A usw anderung nach A rgentinien,
Uruguay, Chili und Paraguay. A ffoltern a. A., 1931, 209 pp.
NOTA:
227
INVESTIGACIONES
ACERCA DE LA EMIGRACION HUNGARA
HACIA AMERICA LATINA
Ádám Anderle
229
A ) L os Jesuítas húngaros en Am érica Latina en el siglo X V III.
230
por Pál Rostí significan único valor y podem os decir sin prejuicios que
las 44 fotografías sobre Méjico pertenecen a los prim eros docum entos
sacados en aquel parte del m undo.
El capítulo sobre Venezuela fue publicado en Caracas bajo cuidado
de T ibor W ittm an, la parte sobre Cuba fue utilizado por el literato
cubano Salvador Bueno, y actualm ente la versión española está en
prensa.
El m édico Ede Szenger pasó once años en Méjico (1850 - 60). Des
pués de regresar publicó un libro sobre la situación del salud pública y
de problem as dem ográficos-climáticos.
El tercer em igrante a Méjico a quien cabe m encionar es Károly
László, el secretario personal de Lajos K ossuth, jefe de la Revolución.
Károly László pasó casi siete años en Méjico en el istm o de T ehuante
pec, vivía com o agrim ensor, com erciante y latifundista. Escribió un
diario — todavía no publicado, solam ente preparado para publicación.
C ontinuando esta linea nuestros deberes son seguir investigando acer
ca de la actividad en América Latina de los em igrantes de 1848/49,
buscar sistem áticam ente referencias, y publicar posiblem ente en espa
ñol — los resultados alcanzados. No se debe retroceder delante de la
escasez de las fuentes. N aturalm ente surge aquí el problem a y la dificul
tad de buscar y hallar referencias sobre los em igrantes húngaros de 1848
en los m ism os países latinoam ericanos. Hasta ahora no hem os hecho
más que ponderar las posibilidades y hem os llegado a la conclusión que
necesitam os activa colaboración con historiadores latinoam ericanos,
pero la solución definitiva no se desenvolvió hasta ahora.
231
continuación de la em igración agrario de los años 1918 y m uestran la
lim itación de las reform as agrarias de dichos países.
Sobre la em igración de estos años disponem os de bastante datos. Un
grupo de las fuentes es la docum entación del archivo de los órganos
com petentes de los gobiernos húngaros, ya que el gobierno quiso ex ten
der su influencia p o lítica en las masas em igrantes. Como fuentes origi
nales podem os utilizar los periódicos húngaros y diferentes folletos y
libros publicados por los organism os húngaros en América Latina, la
m ayoría de los cuales está alcanzable en nuestras bibliotecas.
El tercer p unto de partida son las diferentes m emorias de aquellos
em igrantes políticos quienes regresaron a H ungría. Muchas de estas
mem orias fueron publicadas en los años pasados.
Como fuente especial utilizam os las publicaciones de aquellos viaje
ros quienes pasaron más tiem po en América Latina du ran te los si
glos XIX y XX. En algunos casos estos tenían cargos políticos y aspira
ron a dar inform aciones sobre la vida de la colonia húngara de América
Latina. Buscando la m otivación individual de los em igrantes, muchas
veces estos políticos aclaran la causa de la em igración. En este sentido
son útiles las inform es de las representaciones diplom áticas húngaras en
Buenos Aires y Rio de Janeiro. Estos datos hablan tam bién sobre los
problem as de adoptación, integración, o sea m uestran el lado latinoam e
ricano de la em igración.
II
232
partir de este tiem po hay una tendencia espontánea en las investigacio
nes, con propia división de trabajo.
D entro de la Academia de las Ciencias, Julianna Puskás del In stitu to
H istórico se dedica a los problem as generales de la em igración principal
m ente la em igración hacia América del N orte hasta 1914. E ntre los
m otivos básicos de la em igración ella m enciona por ejem plo la presión
dem ográfica a fines del siglo XIX, la ausencia de la m obilidad in tern a o
sea la escasez de la posibilidad de cam biar del sector agrario al indus
trial, y po r fin la atracción del dinero de América Latina. Com o fondo
histórico ella designa la negativa presencia de los latifundios en Hungría.
En la Universidad de Debrecen y en algunas escuelas superiores
(Szeged, Nyiregyháza) las investigaciones buscan el m otivo específico-
local de la em igración en ciertas regiones (por J. Rácz, I. Polányi). Estos
trabajos tam bién buscan las regiones a donde se dirigió la em igración
antes de 1918.
Después de 1918 la em igración húngara se dirigió basicam ente hacia
América Latina, com o las posibilidades en América del N orte se queda
ron lim itadas. Esta segunda “ oleada” de la em igración fue exam inada
por la cátedra de la Universidad en Szeged, bajo la dirección de Tibor
W ittman.
Tibor W ittman se dedicó m ucha atención al problem a de los jesuítas
húngaros del siglo X V III pero el historiador excelente no p o d ía ya
term inar sus investigaciones porque le sorprendió la m uerte. Bajo su
dirección se iniciaron otras investigaciones tam bién.
Ádám Anderle sigue investigando sobre el siglo XIX, más cerca sobre
la actividad de János Czetz en Argentina en la form ación del ejército
m oderno. El tam bién reveló algunos datos sobre los participantes h ú n
garos de la expedición cubana en 1851 encabezada por Narciso López.
La em igración de 1848/49 im plicó durante un rato la idea de “reco
m enzar” y regresar, por eso en general los em igrantes se quedaron den
tro de Europa. Solam ente durante los años 50 - 60 continuaron su viaje
a países más lejanos, entre ellos a Am érica Latina.
En Cuba los participantes húngaros de la expedición de Narciso
López eran revolucionarios radicales de la pequeña burguesía, pero
estos “republicanos rojos” caeron víctim as de una acción inm atura.
La m ayoría de los em igrantes húngaros, los revolucionarios
de 1848/49 quienes se establecieron en América Latina pertenecieron a
la clase aristócrata y así, debido a su origen burguesa y form ación
m ilitar se integraron facilm ente a los círculos dom inantes de los países
latinoam ericanos.
Ádám Anderle al tratar estos problem as confronta siem pre datos
adquiridos tanto en H ungría com o en los países respectivos (A rgentina,
Cuba etc.) elim inando así el peligro de ser unilateral en cuanto a la
visión o la valoración. De este m odo se logra ofrecer un síntesis más
233
profundo de los que hasta ahora nacieron ta n to en Cuba y A rgentina
com o en Hungría.
Ju n to con estudiantes de Szeged, utilizando algunas fuentes signifi
cantes prepararon una edición en diferentes idiom as.
La E ditorial Corvina publicó en el año 1975 una edición nueva de la
H istoria de H ungría — donde Adám Anderle da un resum en, por la
prim era vez, sobre la historia de la relaciones húngaro-latinoam ericanas.
Ilona Varga tam bién profesora de la universidad de Szeged realizó
investigaciones en los últim os cinco años acerca de los motivos de la
em igración hacia América Latina en el período 1 9 1 8 - 3 8 . Ella tam bién
busca inform aciones sobre el establecim iento de los húngaros, y reveló
el actitud político de los gobiernos húngaros frente a los em igrantes.
Ilona Varga publicó cinco artículos en húngaro y acabó de escribir un
libro sobre el actitud político de los gobiernos húngaros acerca del
problem a de la em igración. Como conclusión ella señala que los gobier
nos húngaros estim ularon la em igración, porque no querían realizar
reform a agraria. Al mismo tiem po utilizaron el hecho de la emigración
com o argum ento en su política chauvinista cuando presentar dem andas
territoriales. Tam bién trataron los gobiernos m antener influencia p o líti
co-ideológica sobre los em igrantes, form ando así una base externa para
su política.
Ilona Varga continua en cuanto al tiem po las investigaciones de
Julianna Puskás, quien realizó investigaciones hasta la fecha 1918. Pen
samos que el perío d o entre 1918 - 38 puede ofrecer nuevas posibilida
des para investigaciones ulteriores.
Resum iendo los escritos podem os decir que las investigaciones acerca
de la em igración abarcan solam ente los pasos iniciativos, m uestran el
rum bo a seguir. Com o resultado, se publicó las prim eras sinopsis de las
investigaciones de los 5 - 8 años pasados.
Ill
L iteratura general
234
Eber, F., M unkabér és kivándorlás. B udapest 1902 (Sueldos y em i
gración).
Farkas, P., A z am erikai kivándorlás. Budapest 1902 (La emigración
hacia América).
Hosta, J., “ A century o f Hungarian E m igration” . En Am erican Slovac
and East European R eview , diciem bre 1957.
Kovács, I., Kivándorlás. Budapest 1938 (Em igración).
Puskás, Julianna, “ Amerikai magyar szervezetek.” En Tôrténelm i
Szem le, 2. sz., 1970 (Organizaciones húngaras en América).
Puskás, Julianna, “ K ivándorlás M agyarországról az Egyesült Állam okba
1914 e lo tt.” En Tõrténelm i Szem le, 2. sz., 1974 (Em igración desde
H ungría hacia los EEUU antes de 1914).
Rácz,I., “ A kivándorlás és a m agyar uralkodó osztály 1849 - 1914.” En
D ebreceni K L T E E vkönyve, Debrecen 1962 (La em igración y la
clase gobernante).
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national Migrations, Vol. VII, New York 1931.
Thirring, Gusztáv, Em igration fro m Hungary. Data on Statistical and
Topographical D istribution o f Emigration. Budapest 1902.
a) F uentes:
Magyar K önyv Ház: 1 7 8 3 - 1806 (Casa del Libro Húngaro, ed. por
János M olnár).
235
M olnár obtuvo relaciones am istosas con m uchos m isionarios en
América Latina y publicó varios artículos de ellos.
Szdellár, Fr., Itinerarium peregrini philosophi. Sinis, Japone, Cocincina,
Canada, Brasilia, definition. Trnaviae 1720.
Eder, Fr. X., Descriptio provinciae M oxitarum in regno Peruano ...
Buda 1791.
b) Literatura:
B) La emigración de 1848/49
a) Literatura general:
236
Szántó, Miklós, M agyarok a nagyvilágban. Budapest 1970 (Húngaros en
el m undo entero).
b) Fuentes:
c) Literatura:
237
Gáspár, Ferenc, Délamerika. Budapest 1907 (Am érica del Sur).
Gáspár, Ferenc, Délamerika. B udapesttol Colonig. Budapest 1907
(A m érica del Sur. Desde Budapest hasta Colón).
a) Fuentes:
238
D élam erikai Magyarság, Buenos Aires 1926 - 46 (H úngaros en América
del Sur).
Szabad Magyarság, México (Húngaros Libres).
Magyar Lapok, Buenos Aires 1943 - 45 (G aceta Húngara).
Szabad Szó, Buenos Aires 1943 - 45 (Palabra Libre).
Uj Világ, Buenos Aires 1945 - 48 (El M undo Nuevo).
H itünk, E cuador 1952 - 53 (N uestra Fe).
Lobogó Tüzek, Sao Paulo 1937 (Fuego Flam ante).
Szabad Magyar Szem le, Havanna 1940 - 45 (Libre Revista Húngara).
d) F uentes de archivos:
ej Literatura:
239
Varga, Ilona, “ M agyarország kereskedelm e a latin-am erikai országokkal
a két világháboru k ö z ö tt.” En A cta Histórica, Szeged 1972 (C om er
cio húngaro con países latinoam ericanos entre los dos Guerras M un
diales).
Varga, liona, “ A dalékok az A rgentinába kivándorló m agyarok életénik
alakulásához a két vilábháboru k ö z ö tt.” En A cta Histórica, Szeged
1973 (D atos sobre la vida de los em igrantes húngaros en A rgentina
entre los dos G uerras M undiales).
240
A EMIGRAÇÃO POLONESA PARA A
AMERICA LATINA
NOS SÉCULOS XIX E XX.
AS FONTES HISTÓRICAS E O ESTADO DOS ESTUDOS
K rzysztof G roniowski
241
ções centrais, são com postos pelos docum entos das chancelarias das
várias províncias, e dos esporádicos atos das adm inistrações do grau
mais baixo. Estas fontes concernam principalm ente a prim eira etapa da
febre de em igração, procedente dos terrenos da occupação russa, para o
Brasil, no período dos anos 1890 - 91. E n tretan to , os m ateriais que se
referem à segunda febre de em igração da parte sudoeste do Reino da
Polónia nos anos 1911 - 12 estão mais escassos. Estes m ateriais, em
m aioria, consistem em correspondência com as autoridades do grau
inferior, mas tam bém , com os do nível superior; atos policiais dos sus
peitos da agitação para a emigração (o que era considerado um delito);
às vêzes, listas das pessoas que durante a febre de em igração deixaram a
região. A febre de em igração dos anos 1890 - 91 se propagou especial
m ente nas regiões norte-oeste do cham ado Reino da Polónia, perto das
fronteiras com as terras ocupadas pela Prussia, principalm ente nas
regiões de Mlawa, Plock, Lowicz, Wloclawek, K onin, K utno, Kalisz e
Lodz. Em princípio conservou-se o m aterial dos arquivos da chancelaria
dos governadores da província de Varsóvia (A rchiw um G tówne A k t
D aw nych, 00-263 Warszawa, ul. Dhiga 7), de Kalisz ( W ojew ódzkie
A rchiw um Panstw ow e w to d z i , PI. Wolnosci 1, L odz 90-950), de
Lublin ( W ojew ódzkie A rchiw um Panstw owe w Lublinie, ul. Trybunals-
ka 13, 20-950 Lublin). A em igração da província de Lublin nos anos
1890 - 91, era fraca, mas consistia em ser o mais im p o rtan te núcleo da
emigração para a América Latina nos anos 1911 - 12. Em q u arto lugar
pelo grau de conservação, podem os classificar, as atas da chancelaria do
governador da província de Plock ( W ojew ódzkie A rchivum Panstw owe
w Ptocku, 09-402 Plock, ul. 1 Maja 1) as quais se referem às regiões da
emigração mais forte, mas infelizm ente não possuím os os m ateriais de
carácter geral. Os mais fragm entados encontram -se entre os papéis, que
concernam ao tem a de nosso interêsse, na chancelaria da província de
Piotrkow (nos m encionados arquivos de Lodz) e de Radom . Estes ú lti
mos concernam aos terrenos que tiveram um a emigração bem restrita
( W ojew ódzkie A rchiw um P anstw owe w R adom iu, 26-600 R adom ,
R ynek 1). T am bém não se conservaram os materiais que dizem respeito
às quatro das restantes províncias. Dois dos governadores governaram as
províncias que não deram m ostras de interêsse pela em igração, para a
America Latina. E n treta n to a falta dos m ateriais das províncias de
Lomza (para a prim eira expansão de em igração) e de Siedlce (região da
mais extensa em igração da segunda fase) causam um a real falta que não
pode ser preenchida nem pelos escassos docum entos concernantes aos
depoim entos das instituições centrais, nem pela docum entação dos
órgãos de grau mais baixo. Nos terrenos da província de Lom za conser
varam-se som ente os docum entos que dizem respeito aos três m u n icí
pios: da Lomza e Mazowsze (os dois em W ojew ódzkie A rch iw u m Panst
wowe w B iaiym stoku, O ddziai w to m z y , L om za, ul. Swierczews-
242
kiego 36) e de Szczuczyn ( W ojew ódzkie A rchiw um P añstw ow e w
Suwaikach, O ddziat w Etku, Eik, ul. Kapielow a 1). Os dois arquivos
dependem de W ojew odzkie A rchiw um Pañstw owe em Bialystok (R ynek
K osciuszki4, 15-950 Bialystok). Do terreno da província de Siedlce
conservaram-se os atos do m unicípio de Lukow (no já m encionado
arquivo de Lublin). Atas das m enos im portantes autarquias tam bém
possui o arquivo de Lodz. Estes docum entos estão, em principio, nos
bem conservados registros de guardas territoriais e da polícia, da cidade
de Lodz, então das autoridades policiais; depois vêm os m ateriais do
m unicípio de Kalisz, e enfim da mais baixa em im portância, da com arca
adm inistrativa de Radogoszcz — que era, na verdade, um subúrbio de
Lodz (o m aior centro de tecelagem industrial). O m aterial infelizm ente
m uito fragm entado, mas que é do nosso interêsse, foi achado entre os
docum entos da prefeitura do centro de tecelagem da província Piotr-
kow — Tom aszow Mazowiecki, onde estava situado o prim eiro centro
da febre de emigração para o Brasil, no ano 1890 ( W ojew ódzkie A rch i
wum P añstw owe w P ietrkow ie, Tom aszow M azowiecki, ul. Tkacka 2).
Este arquivo, depende do arquivo de Lodz. Pode ser que entre os
docum entos, ainda não classificados das adm inistrações de grau m enor,
podem estar os papéis referentes a em igração para o Brasil.
Para os distritos de Bialystok, que naquela época, pertencia à p ro v ín
cia de G rodno, precisa-se procurar os docum entos em G rodno (Bialarus
RSS) ou no grau de general-governador em Vilna (L ituania RSS). E n tre
tan to , os m ateriais referentes às viagens dos em igrantes até as fronteiras,
através da província de Lom za encontram -se nos acim a m encionados
docum entos das autoridades dos m unicipios desta província. Todas as
autoridades, nos terrenos ocupados pelos russos, usavam a língua russa.
A sede do governo da autónom a G alicia — que perten cia naquele
tem po à Austro-H ungária, e que se estendia ao oeste até os terrenos,
que agora pertencem à Polónia, e na parte este, até U craina RSS — era
cidade de Lwow. Lá se encontram m uito bem conservados os conjuntos
dos arquivos provenientes dos escritórios centrais da Galicia. Os d ocu
m entos que concem am aos num erosos em igrantes ucrainianos da G ali
cia de este, dos anos noventa e do com eço do século XX, para o Brasil e
em p arte, para a A rgentina, são im portantes. E xistem tam bém os
papéis, que se referem à prim eira onda de em igração para o Brasil nos
anos setenta, exclusivam ente com posta dos procedentes da central parte
de Galicia, gente de origem polonesa das regiões de Tarnow e Gorlice.
Principalm ente estes docum entos consistiam de um a extensa correspon
dência das autoridades adm inistrativas de Lwow com os orgãos subalter
nos e está to d a escrita em língua polonesa e com as instituições centrais
de V iena em alemão. Na Polónia no Arquivo de Cracovia ( W ojew ódzkie
A rchiw um Pañstowe w Krakowie, 30-960 K raków , ul. K anoniczna 1)
conservou-se um a certa q u a n tia dos atos policiais (coleção da D irectoría
243
da Polícia em Cracovia) e justiça (Sçid K rajow y K arny w K rakow ie) do
com eço do século XX.
Nos terrenos da ocupação prussiana a em igração para a América
Latina era num éricam ente a mais fraca. Mas, na prim eira fase, antes da
febre de em igração dos anos 1890 - 91, nos anos setenta e o iten ta
justam ente os em igrados destas terras eram os principais criadores das
prim eiras colónias polonesas — especialm ente ao redor de Curitiba,
capital do estado do Paraná. A m aior emigração para América Latina
era da Pom erania, que era dividada em províncias prussiana (tam bém
dividida depois dos anos setenta para parte este e oeste) e a província
cham ada tam bém Pom erania. U m a parte destes dois terrenos não per
tence à Polónia. Fora da Pom erania-oeste às vezes cham ada de Pom e
rania de Szczecin, um a em igração bastante num érica segue tam bém da
Prussia d ’oeste, assim cham ada naquele tem p o (as terras entre Byd
goszcz e G dansk). A em igração da W ielkopolska, especialm ente proce
dente dos terrenos a oeste de Poznan, era bem mais fraca. Na Silésia a
mais num erosa emigração da qual eram provenientes os prim eiros fun
dadores das colónias polonesas perto de Curitiba, era da região de
Opole. Os principais atos das autoridades centrais do R eich das repar
tições do Ministério do Interior, do M inistério das Relações E xteriores e
a repartição do R eich especializado nos assuntos de emigração encon
tram-se na RDA em Potsdam , e das autoridades Prussianas com expe
diente em Merseburg (RDA). Alguns m ateriais dos arquivos poloneses,
que concernam à prim eira fase de emigração para a Am érica Latina,
acham-se entre os atos da Direccão Geral da Província da Pom erania
( W ojew ódzkie A rchiw um Pañstw owe w Szczecinie, 70-410 Szczecin, ul.
Sw. Wojciecha 13), da Direccão Geral da Província da Silésia e da Pro
víncia de O pole {W ojew ódzkie A rchiw um Pañstw owe w W rodawie,
50-215 W roclaw, ul. Pom orska 2).
Tam bém encontram -se fragm entos dos docum entos nos escritórios
do Presídio da Polícia em Poznan {W ojew ódzkie A rchiw um Pañstw owe
w Poznaniu, 61-744 Poznañ, ul. 23 Lutego 4 1 /4 3 ) e neste m esm o arqui
vo foram achadas atas das autoridades m enos graduadas de Czarnkow e
M iedzychod. T am bém , entre os papéis, do arquivo de Bydgoszcz {Woje
w ódzkie A rchiw um Pañstwowe, 85-009 Bydgoszcz, ul. D w orcow a 65)
os docum entos parecidos da Kruszwica e Trzem eszno. A adm inistração
usava sóm ente o idiom a alem ão, e urna parte dos m ateriais está escrita á
m ão, em gótico.
Os arquivos governam entais possuem tam bém um a coleção fragm en
tada dos papéis particulares do Eng. Wladysfaw Kluger, que se referem
aos projectos feitos por ele das construções de p ontes e da regularização
do curso dos rios no Perú, nos anos setenta do século XDÍ. Estes
docum entos estão conservados, no acima m encionado arquivo de
Cracovia.
244
Para os anos 1918 - 39, quando existia já o independente Estado da
Polonia, os atos das autoridades centrais, que agiram em Varsóvia, estão
guardados no Arquivo das Atas Novas (A rchiw um A k t N o w ych ,
02-554 Warszawa, Al. Niepodlegfosci 162, blok B). A principal coleção
é com posta dos atos do Ministério das Relações E xteriores en tre os
quais podem achar-se os depoim entos das missões diplom áticas da P olo
nia, dos terrenos da América Latina, principalm ente das missões do Rio
de Janeiro e Buenos Aires, dos quais se conservou sóm ente a m etade,
especialm ente com eçando pelo ano 1927. Estes docum entos inform am
não sóm ente sobre as atividades dos postos diplom áticos, mas tam bém
sobre a em igração da Polonia, no período entre as duas guerras; sobre a
situação económ ica entre as aglomerações dos poloneses, estado do
ensinam ento, e das associações polonesas, e tam bém sobre a cooperação
com a Polonia, e sobretudo dos congressos dos poloneses que viviam
fora do país. Em princípio, os m ateriais, que nos interessam , estão
coleccionados no conjunto do M inistério das Relações E xteriores e
podem ser achados no D epartam ento Consular, R epartição da P olítica
da Emigração e R epartição dos Poloneses no Estrangeiro. O utro mais
resquício conjunto é com posto das atas das missões diplom áticas da
Reública da Polónia, as que não foram incluídas na coleção do Minis
tério das Relações Exteriores. E ntre este conjunto se encontram atas da
missão em Santiago do Chile. Como costum a ser, nas inform ações diplo
m áticas, estes atos dizem tam bém respeito à situação económ ica e p o lí
tica dos respectivos países visto pelos olhos de diplom atas. Os atos dos
postos diplom áticos mais im portantes fora da América Latina tam bém
conservaram um pouco dos materiais recebendo os inform es sobre os
mais im portantes acontecim entos através de Varsóvia. Isto concerna em
princípio ao posto de Paris (Com ité Nacional Polonês em Paris o qual
com o tem po transform ou-se prim eiram ente em Legação e depois em
Em baixada) e o posto de Londres. Estes docum entos estão principal
m ente ligados ao reatam ento das relações diplom áticas, com os vários
países da América Latina.
Seguindo ao lado da coleção do Ministério dos Negócios E stran
geiros, o mais im p o rtan te, mas de funções mais lim itadas pelos tem as, é
a coleção da Federação Mundial dos Poloneses no Estrangeiro. Esta
entidade possui em princípio os m ateriais, desde o ano 1934, que tra
tam das relações dos núcleos poloneses da em igração, com o país de
origem e com especial atenção para as associações e ensinam ento escolar
polonês.
Materiais dispersos podem ser tam bém achados entre os conjuntos
do Presidium do Conselho dos Ministros, especialm ente na parte IX,
entre os atos do Com ité Económ ico dos Ministros, que tratam tam bém
dos assuntos da em igração; em Chancelaria Civil do Chefe do E stado, e
de após o ano 1922 na Chancelaria Civil do Presidente da República,
245
tam bém entre os conjuntos dos outros m inistérios. E n tre estes últim os,
excluindo o M inistério das Relações E xteriores, devemos dar to d a a
atenção ao M inistério das Religiões e Educação Pública e ao Ministério
das Finanças.
O p erío d o que antecedia à recuperação de independência possuia a
docum entação nos conjuntos da Comissão de co n tacto s entre os par
tidos lutadores, para a independência (KSSN) a p artir do ano 1912.
Esta com issão m antinha contacto com os poloneses radicados precisa
m ente no Brasil. T am bém , os Arquivos de A tas Novas possuiam a d ocu
m entação acima m encionada. Os papéis do Com ité Suprem o Nacional
(NKN) que era um a continuação nos anos da Ia G uerra M undial da
KSSN, estão guardados, nos arquivos de Cracovia. No Arquivo de Atas
Novas estão guardados tam bém os atos do Com ité N acional Polonês em
Paris (1917 - 20), que tinha com o alvo representar a Polónia perante os
países da Coalição. Por este Com ité era dirigida a. ação política, com o
tam bém o recrutam ento para o exército do Gen. Haller, entre outros,
nos terrenos da Am érica Latina.
O A rquivo das A tas Novas possui tam bém dois o u tro s conjuntos de
carácter diverso e que concernam principalm ente à história da América
Latina. O prim eiro conjunto corresponde aos papéis particulares de
Kazim ierz e Janina W archalowski (188 postas com os docum entos).
Kazimierz W archalowski era um dos mais ativos em igrantes da Polónia,
no Brasil, no século XX, e que m antinha as relações com o Com ité
N acional Polonês em Paris, e com as autoridades polonesas no percurso
dos vinte anos entre as duas guerras. Tam bém ele procedeu a várias
pesquisas sobre as possibilidades de colonização e tam bém propagava o
recrutam ento ao serviço m ilitar para o exército polonês na França,
durante a Ia G uerra M undial. O segundo conjunto das atas é feito dos
há pouco tem po tornados do conhecim ento público arquivos da Gazeta
Polska w Brazylii ( “ Journal Polonês no Brasil” ) editado em C uritiba
entre os anos 1893 - 1941 e que contém várias correspondências.
Pesquisador da em igração no período entre as guerras, não pode
perder de vista, tam bém m ateriais no grau de província, em conjuntos
de adm inistração provincial guardados nos arquivos de províncias. Estes
encontraram -se nos arquivos de Lodz entre docum entos do Escritório
Nacional de Trabalho (Pañstw ow y Urzad Posrednictwa Pracy). Tam bém
deficientes m ateriais deste tipo possuem os Arquivos de Bydgoszcz e
Poznan. O D epartam ento de Trabalho e Assistência Social das provín
cias podem ter os docum entos de nosso interêsse. Fora disto existe
tam bém o A rquivo Central do In stitu to de E statística da Polónia (Cen-
tralne A rchiw um Gtównego Urzçdu S tatystyczn eg o , 00-608 Warszawa,
Al. N iepodleglosci 208), d entro do qual precisa-se procurar os materiais
que com pletam os dados publicados para o período de entre guerras.
24 6
O Arquivo do Com ité Central do U nificado Polonês de T rabalhado
res (Centraine A rchiw um K C P ZP R , 00-484 Warszawa, ul. Górnosl^s-
ka 18/20) que se ocupa em ju n ta r os docum entos concernantes ao
m ovim ento operário, possui um núm ero im portante de cartas dos diri
gentes socialistas poloneses da Am érica Latina endereçadas aos dirigen
tes do Partido Socialista Polonês na passagem do século XIX para XX, e
entre outras as cartas de Jan K ozakiew icz que fôra um dos participantes
dos Congressos do II International, e passou os prim eiros anos do sécu
lo XX na A rgentina (coleção do Partido Socialista Polonês). E ntre os
herdados dos particulares, estão neste arquivo papéis de W itold Zongol-
lowicz, ativista da esquerda no terreno do Paraná.
Na Polónia os m ateriais dos arquivos do tem po das partilhas e da
época entre as guerras podem ser obtidos, se se tem a recom endação de
um in stitu to científico polonês. As perm issões estão sendo acordadas
pelos directores dos arquivos provincianos. Se faltar esta recom endação,
a pessoa interessada deve dirigir-se, ao D irector dos Arquivos do Estado.
Sob as condições parecidas os arquivos do Com ité Central e do In stituto
de E statística deixam consultar os arquivos.
G rande significação têm para os poloneses pesquisadores da em i
gração os m ateriais da im prensa. A im prensa polonesa que fôra editada
no território da América Latina está um pouco deficiente, e em virtude
disto está com pletada pelas inform ações da im prensa da Polónia,
im prensa dos em igrados políticos e trabalhadores dos outros núcleos.
Ao lado da docum entação que concerna especialm ente à febre de em i
gração, grande significado têm as correspondências dos países da Am éri
ca Latina. Igual ao caso da publicística contem porânea os tem as se
avizinham às vezes às descrições das viagens pela América Latina. A
maior coleção de edições possui a B iblioteka N arodow a (00-973 Warsza
wa, ul. Hankiew icza 1) onde se encontra tam bém o catálogo central da
im prensa e Biblioteca da Universidade de de Cracovia (B iblioteka Jagiel-
lonska, 30-059 K raków , ul. M ickiewicza 22). Como guia deste assunto
pode servir o trabalho de Marcin K ula (Dzieje N ajnow sze 1972, n ° 2)
que com pila perto dos 400 dados bibliográficos poloneses sobre a
América Latina.
A ciência histórica se interessou tarde pela sorte dos em igrantes p olo
neses, que seguiram para a América Latina. Na passagem do século XIX
para XX, quando não existia o Estado da Polónia, este era um tem a que
interessou som ente a alguns publicistas e alguns políticos. O problem a
principal para êles consistia em expatriar-se ou em resguardar a naciona
lidade polonesa e em consequência m anter alguma ligação com a Pátria.
Após a conquista da independência, veio juntar-se tam bém , o problem a
da p o lítica externa da Polónia para com as terras da América Latina, e
os laços dos em igrados, com o país renascido. Não era por acaso, que os
interesses, não separados da história contem porânea das em igrações
247
eram no com eço som ente da com petência dos políticos. A prim acía
disto pertence a Jozef O kolow icz, antes ligado ao m ovim ento socialista,
depois ativista progressista, nos terrenos do Estado do Paraná, na passa
gem do século XIX para o XX e que enfim foi tam bém m em bro da
Sociedade Polonesa de Em igração, que era organisada em Cracovia,
antes da Prim eira G uerra Mundial. A publicação dele dava de m odo
geral um resum o da história da em igração com vastos fragm entos em
princípio dedicados aos países da América L atin a.1 Jo zef Wlodek
ocupou-se da A rgentina contem porânea, mas tendo em vista a história
da em igração para este país, que principalm ente aglomerou-se no n o r
deste da província de Missiones e em Buenos Aires.2 Sem dúvida a mais
séria publicação deste período foi o livro usado até hoje do ativista
polonês nos Estados U nidos, e no tem po de entre guerras, prim eiro
cônsul polonês em Curitiba - K azim ierz Gluchow ski, e que trato u da
emigração polonesa para o Brasil.3
O pioneiro das pesquisas sobre a em igração de en tre guerras, era
A poloniusz Zarychta, geógrafo de form ação, e que durante certo tem po
assumia cargo de director no D epartam ento de P olítica de Emigração
do M inistério das Relações Exteriores. F oi ele que d em onstrou a p ro
gressão do m ovim ento de em igração para os vários países da América
Latina até o ano 1931 procedente de várias províncias e m ostrando
tam bém propagação deste m ovim ento para os países que dantes não
entravam em cogitação, com o: U ruguai, M éxico e Cuba. Após a sua
estada no Paraná nos anos vinte Z arychta publicou suas m em órias.4
Neste m esmo tem po Stanislaw Zielinske que fazia pesquisas bibliográfi
cas e se interessava po r biograficística, tam bém se interessou p o r proble
mas de em igração, e um a form a bastante popular apresentou a adesão
dos poloneses à revolução do Rio G rande do Sul, nos anos 1893 - 94.
Os trabalhos do In stitu to Económ ico Social (IGS) tiveram significa
do m uito especial para as pesquisas sobre a em igração dirigidas pelo
em inente sociólogo da esquerda Ludw ik Krzyw icki. Para o concurso das
m em órias de em igrantes prom ovido por este In stitu to , chegaram da
América do Sul 39 trabalhos — destes, 28 do Brasil (14 do Paraná, 8 de
Santa Catarina, 6 do Rio G rande do Sul), 8 da A rgentina e o u tro s do
Paraguai e Uruguai. Foram editados anonim am ente 27 trabalhos (20 do
Brasil, 5 da A rgentina, 1 do Paraguai e 1 do U ruguai). Esta publicação
com um resum o em francês, devia com eçar um a série de m em órias de
em igrantes já publicadas pelo In stitu to Económ ico Social. K rzyw icki
afirm a no prefácio que 20,5 % dos escritores das m em órias emigraram
antes do ano 1900, os seguintes 25,6 % nos anos 1900 - 14. Em p rin cí
pio eram colonos, som ente os da A rgentina eram operários e os dois do
Brasil mestre-escolas. Na m aioria, os que escreveram as m em órias, n a
sua terra de origem eram cam poneses.5
248
No tem po da Polonia Popular o crescente interêsse dos históricos
pelo problem a da em igração pode ser situado dentro dos últim os quinze
anos. Os dois esboços editados nos anos sessenta eram da autoria das
pessoas fora dos círculos estudiosos professionals. O m estre-escola pola
co Wojciech Breowicz segue os passos de Gluchow ski. Em especial
ocupou-se ele da história p o lítica e escolar, tendo com o base os m ate
riais m anuscritos dos em igrados para o Brasil. O au to r da segunda publi
cação, o recém -falecido escritor, publicista e viajado Mieczyslaw
Lepecki que se interessava já pela Am érica do Sul na época entre as
duas guerras, publicou seu livro após ter passado no Brasil um a dezena
de anos. N esta ultim a publicação ocupou-se ele especialm ente do aspec
to num érico da prim eira fase de em igração, e das m udanças sociais no
p erío do de entre guerras.6
C om pletam ente diverso tip o de estilo de escrever dem onstram os
trabalhos do antigo ativista polonês e m estre-escola Wladyslaw Wojcik,
que depois da sua reem igração, publicou suas m em órias. Publicação dele
sobre os em igrantes no Brasil durante o período da segunda febre da
emigraçao do Reino da Polónia nos anos 1911 - 12, representa um
trabalho já beletrístico, das várias entrevistas feitas no Brasil com os
antigos habitantes das regiões de Podlasie e Lublin. N aturalm ente os
entrevistados pelo Wojcik encaram os acontecim entos já de um a distân
cia dos anos, e são pessoas de certa cultura. Os colonos entrevistados na
m aioria eram gente sem as terras para os quais o principal m otivo de
emigração era a prom essa de receber gratuitam ente o terreno e desta
m aneira se sentir livres da pressão económ ica e nacio n al.7 O artigo de
Wojcik sobre as três gerações da Polónia brasileira possui os valores
sintéticos (P roblem y Polonii Zagranicznej, v. III, 1962 - 63). O seu
estudo sobre os poloneses no Brasil, A rgentina e Uruguai, no sécu
lo XIX e XX, oscila na fronteira de autobiografia, porque esta parte da
em igração é mais bem conhecida pelo autor (D zieje N ajnow sze, 1972,
n ° 2) Coisa parecida ocorre com a obra do ativista polonês do Paraná de
antes da Ia G uerra M undial, Michal Pankiewicz, au to r dos artigos sobre
a educação e sobre o conhecido livro pensador, depios com unista, Jan
Hempel. Jan D rohojow ski, antigo diplom ata, interessou-se pela América
Latina do que dao provas as várias publicações que com pilam a disser
tação sobre os poloneses no M éxico, América Central, nos países dos
Andes, no século XIX e XX, e que foram publicados no acima m encio
nado caderno de D zieje N a jn o w sze.
Tam bém o pubhcista K azim ierz Kozniew ski era edito r de duas novas
coleções de memórias. No ano 1957, para o concurso prom ovido por
um dos semanários, chegaram 18 trabalhos do Brasil e 3 da Argentina.
Todos estes trabalhos foram tam bém rem etidos para o In stitu to de
Sociologia da Universidade de Lodz. E ntre as obras publicadas, acha
vam-se três da América Latina. Seus autores eram um filho de carpin-
249
teiro, em igrado no ano 1911 que dirigiu-se durante o p erío d o da febre
da em igração para o Paraná, e dois operários, que estavam na A rgentina,
desde os principios de século XX e outro desde o ano 1929. O segundo
volum e contem as m em orias de alguns ativistas poloneses . D entro
desses o trabalho de Marian Hessel foi publicado recem ente ao lado das
outras m em órias e relatos em C uritiba na língua portuguesa.
E ntre os historiadores professionais m antém a prim acía Halina
Janow ska, a qual à margem do seu interêsse pelos em igrantes poloneses
na França, consagrou um capítulo para os assuntos gerais da emigração
polonesa nos anos 1919 e 1939, dispondo para isto dos m ateriais dos
arquivos.9 N o m om ento a autora está preparando um trabalho mais
vasto sobre este tem a. Boguslaw D rew niak ocupou-se do m ovim ento
em igratorio da Pom erania-Oeste entre outros para América L atina e das
dificuldades criadas pelas autoridades prussianas para in terro m p er o
fluxo. A questão da emigração para o Brasil da Pom erania-Este, em
margem dos outro s assuntos, foi tratado por K azim ierz Wajda, mas com
a questão da em igração da Silésia e dos prim eiros colonos chegados ao
Brasil, se interessam alguns pesquisadores de Opole, especialm ente
Andrzej Brozek, que tam bém in tro d u z vários elem entos novos concer-
nantes à emigração da Silésia.1 0
Sobre o assunto já tratado por Zielinski, referente à posição tom ada
pelos ploneses na já lem brada revolução do Rio G rande do Sul, a
K rystyna M urzynow ska fez um estudo mais aprim orado (P roblem y
Polonii Zagranicznej, v. V, 1966 - 67).
Para com em orar os cem anos da emigração polonesa no Paraná,
apareceu um grande volum e redigido pelo escritro e ativista cultural
A ntoni Olcha, autor de vários livros sobre a América Latina. Este livro
interessa tam bém ao historiador porque na elaboração deste trabalho
tom aram tam bém parte vários pesquisadores brasileiros de origem p olo
nesa.1 1
A m onografia do K rzysztof G roniow ski sobre a em igração polonesa
para o Brasil, com a abreviação em inglês, tra ta dos com eços desta
em igração, do percurso das successivas ondas da febre de em igração, das
discussões que a m iudo se processavam sobre este assunto no territorio
polonês. G roniow ski ocupa-se tam bém da com m unidade dos em igrados
no Brasil e com os seus laços com a Pátria. A problem ática da em igraçao
foi analisada na escala de cada um a parte de Polónia du ran te o tem po
das partilhas. G roniow ski analisou tam bém os contactos da emigração
para o Brasil com a em igração política polonesa na Europa-O este e com
a em igração polonesa a procura de trabalho, nos Estados Unidos. O
autor acha que, para os estudos, sobre a América Latina, abrem-se
m aiores possibilidades, ao que concerna à história da colonização e à
contribuição dos diferentes grupos étnicos para com a civilização destes
países, para os historiadores que trabalham nos países latinoam ericanos,
250
e que historiador o polonês m uito pode dizer sobre a estru ctu ra social e
a vida política, que na época form ava parte integral, com as correntes
p olíticas polonesas. Os prim eiros resultados das suas pesquisas aparece
ram em K w artalnik H isto ryczny (ano 1967, n ° 2) e sobre os operários
do distrito de Lodz, que participaram da em igração para o Brasil no ano
1890 - no livro “Polska klasa ro b o tn icza” (Studia h ys to r y czne, v. III,
Warszawa 1972). D urante a sua conferência, no X I Congresso G eral dos
Historiadores Poloneses, em T orun, G roniow ski deu urna característica
geral da presença polonesa na América Latina, durante os séculos XIX
e X X .1 2
A em igração do Reino da Polonia para o Brasil nos anos 1890 - 91
era tam bém o tem a, estando já no prelo, o trabalho de Izabela K lam er.
A au to ra ocupou-se num am pio sentido da situação no Brasil, desde o
m om ento em que ocorriam m ovim entos m igratorios, e com as febres da
emigração do Reino da Polonia, estas últim as vistas pelo lado das terras
poloneses. Izabela K larner trato u tam bém da questão da agitação e
analisou a extensão e m ecanism o dos m ovim entos das em igrações. O
trabalho de licença de A. Pancer, feito ju n to à Cátedra de H istória
Económ ica da Universidade de Varsóvia tam bém era consagrado à fase
da prim eira febre de emigração.
Com a im prensa polonesa na A rgentina e Uruguai ocupou-se o h isto
riador e bibliógrafo Wladyslaw C hojnacki.13 Por ele publicada foi um a
bibliografia que continha 374 posições bibliográficas referentes ao
Brasil.
O artigo de Tadeusz Lepkow ski, autor de algumas das m aiores publi
cações históricas sobre a história dos países centrais da Am érica Latina
apresenta os princípios que geriam as pesquisas dirigidas por ele no
conjunto do In stitu to H istórico da Academ ia de Ciência da Polónia.
Este mesmo artigo trata das questões da cronologia da América Latina.
Com posta de três volumes, história da América Latina, preparada no
In stitu to , vai ter capítulos referentes aos problem as dos em igrantes
poloneses no continente Sulam ericano. O trabalho de Lepkow ski sobre
os contactos polono-m exicanos é a prim eira publicação científica sobre
o assunto. O au to r é um dos poucos cientistas poloneses que chegaram
até os arquivos dos países da Am érica L atina: Archivo H istórico D iplo
m ático Mexicano e Archivo N acional em Cuba. Muito im p o rtan tes são
especialm ente, os fragm entos deste trabalho consagrados à intervenção
francesa dos anos sessenta e aos poloneses que tom aram parte nas lutas
em dois cam pos opostos, com o tam bém as relações polóno-m exicanas,
na época, entre as duas guerras do século XX, com a especial atenção,
para os anos 1 9 2 8 - 34. Lepkow ski consagrou um o u tro trabalho em
espanhol ao tem po da presidência de Lázaro Cárdenas, no tem po q uan
do devido as reform as sociais m exicanas as relações entre os países,
esfriaram b astan te.14 E stando na Am érica Latina Lepkow ski encontrou
251
traços dos soldados poloneses do com eço do século XIX os quais, após
as guerras de N apoleão, estabeleceram -se nestas terras. Sobre as relações
diplom áticas entre a Polónia e países da América Latina, escreveu ta m
bém Edw ard J. Palyga, no acima m encionado caderno de Dzieje
Najnowsze.
Com o publicação da fo n te de prim ondial im portância, estudada
pelos historiadores e um sociólogo de renom e estão as cartas dos em i
grantes tam bém do Brasil dos anos 1890 - 91, editados por W itold Kula,
Nina A ssorodobraj-Kula e Marcin Kula, com um vasto prefácio e com as
abreviações, na língua inglesa e portuguesa. As cartas confiscadas pela
censura russa no tem po da prim eira febre de emigração para o Brasil,
eram dirigidas para a província de Plock que no tem po era um dos
núcleos da em igração. Estas cartas faziam parte do conjunto da policia
de Varsóvia, do Arquivo das Atas Antigas (A rchiw um A k t D aw nych)
que foi destruido no ano 1944. Estes docum entos foram salvos por um
dos editores, e, em parte, em copias preparadas pelos estudantes do
ensino superior conspirativo durante a ocupação nazi. Cerca de 60 car
tas procedem do Brasil e desta quantia até 28 são do estado do Rio
Grande do Sul, 13 de Santa Catarina, 9 do Paraná, 4 de São Paulo e
1 do Rio de Janeiro. A im portância desta fonte foi julgada, na outra
conferência, apresentada, pelo co-editor das cartas. V ou então me
restringir som ente a afirm ar que este m aterial é um raro exem plo das
correspondências dos cam poneses da E uropa Central, os quais acharam -
se de repente em condiçoes diferentes de vida, d en tro da econom ia da
América Latina, arrancados das pequenas com unidades rurais, nos quais
cresceram e as deixaram para procurar as terras que na p átria lhes
faltavam .1 5
C om pletam ente diverso é o m aterial estudado por E lzbieta Helena
Niec - estes são as m em órias de um dos mais em inentes m em bros da
emigração política, reitor da Universidade de Santiago, Ignacy Domey-
ko, e que na m aior parte estão consagradas às atividades dele no
Chile.16
E ditado desde quarenta anos o Polski Stow n ik B iograficzny (Dicio
nário Biográfico Polonês), agora sob a chefia de Em anuel Rostw o-
rowski, chegou até a letra M, e conta entre outros nos volum es mais
recentes, biogram as dos cientistas e ativistas poloneses da América
Latina. Os autores destas biografias eram às vezes os antigos em igrantes
poloneses. Como po r exem plo, podem os citar biogram as dos médicos
G ustaw Jasinski e Julian Jurkow ski, dos quais o prim eiro era tam bém
um conhecido ativista polonês na Argentina. Uma coletânea das biogra
fias dos engenheiros poloneses que trabalharam no Perú foi preparada
por Maria R udow ska.1 7
Relatório de Jerzy Tom aszewski apresentado du ran te o XI Congreso
Geral dos H istoriadores Poloneses,, no ano 1974 sobre as causas que
252
provocaram as migrações externas da Polónia nos anos 1918 - 39, dava
contas de consequências da crise após o ano 1930 e restrições para com
a em igração para América Latina. Ele reuniu tam bém os dados e statísti
cos já publicados sobre o núm ero dos em igrantes para a A rgentina e o
Brasil do ano 1923 até 1938.18 Tam bém Mieczyslaw M arkowski, o
autor de um a tese de douto rad o , não publicada, mas que foi defendida
no ano 1974 no In stitu to H istórico da Academ ia de Ciências da Poló
nia, e que trato u dos operários da província de Kielce nos anos 1918 -
39, apresentou num ericam ente a emigração desta região para a Argen
tina e o Brasil, nos anos 1925 - 39, todavia confirm ando o crescim ento
desta, desde ano 1932.
A Secção de H istória da América Latina e Africa no In stitu to H istó
rico da Academia de Ciências de Polónia (PAN) possui um a cartoteca
dos m ateriais sobre a história da América Latina nos arquivos da Poló
nia, na confeção da qual colaboraram os arquivistas. A prim eira infor
mação sobre os arquivos foi dada por Jan Szeminski e Ryszard
Stem plowski no já m encionado caderno D zieje Najnowsze, e gradual
m ente sobre as páginas de “ Estudios L atinoam ericanos” apareceram em
língua espanhola resum os consagrados ao m aterial do Arquivo referente
aos respectivos países, com eçando pela A rgentina, Perú e Cuba. No
Przeglgd P olonijny que é continuação dos P roblem y Polonii Zagra-
nicznej, vai aparecer em breve o artigo de M artin K ula sobre a emigra
ção polonesa para Cuba, nos anos vintes do século XX. Em preparação
encontram -se mais duas obras bem am plas de Marcin K ula - sobre os
em igrantes da Polónia dentro da sociedade brasileira nos anos entre-
guerras, e de Ryszard Stem plow ski sobre as m inorias eslavas na Argen-
tiana.
Publicação em conjunto sobre os em igrantes da a Polónia na América
Latina foi preparada no In stitu to Polonês para A ssuntos Internacionais
(Polski In s ty tu t Spraw M i^dzynarodow ych) sobre a redação de
Zbigniew D obosiewicz e W aldemar Rom m el, e os prim eiros capítulos
estao consagrados a tem ática histórica. Pesquisas dos cientistas de
Cracovia sobre este problem a encontram -se em estádio dos trabalhos
bibliográficos dos quais os resultados vão ser apresentados por Alek-
sandra Klasa, nas páginas de Z e szy ty N a u ko w e U niw ersytetu Jagielloús-
kiego. A segunda etapa vai ser o estudo sobre a Polónia brasileira do
século XX.
Os estudos poloneses sobre a em igração da parte de Polónia anexada
pela Á ustria, claram ente se encaixam com os estudos dos históricos
ucrainianos. Os mais interessantes são entre eles os trabalhos de Andrzej
Strielko, publicados nos anos 1972 - 73 em Latiskaja A m erika e
Ukrainski Istoriczny Z um al. E ntre os trabalhos dos em igrantes da Poló
nia ou dos descendentes destes nos terrenos da América Latina, espe
cialm ente tenho em apreço os estudos de Ruy Christovam W achowicz
253
de Curitiba. E dm undo G ardolinski recentem ente falecido, Stanislão
Pyzik e Padre Jan P itón não são históricos de profissão, mas tam bém
deram eles um real proveito aos estudos sobre a história da emigraçao
polonesa.
No to ta l da migração das terras polonesas, a em igração para América
L atina constituía som ente alguns percentos. A principal direção deste
m ovim ento era para a em igração de além-mar — os Estados unidos da
América. A em igração para América Latina cum priu um papel im por
ta n te no Reino da Polónia nos anos 1890 - 91 e l 9 1 1 - 1 2 e n a G alicia
nos anos 1895 - 96. No decorrer dos anos entre as duas guerras a per
centagem dos em igrantes que se dirigiram para este co n tin en te era mais
alto do que a m édia nos tem pos da partilha da Polónia. D urante vários
anos, especialm ente tendo em vista a em igração para a A rgentina, a
percentagem podia ser calculada na altura de um a dezena dos percentos
do to ta l da em igração da Polónia, raram ente baixando para m enos do
que 10 % e aum entando num éricam ente na segunda m etade dos anos
vinte, quando pode-se com parar a em igraçao para a América L atina em
quantidade às épocas das febres de migração.
NOTAS:
254
no Brasil), Warszawa ano 1963, pag. 197; M oje zycie w Brazylii
(M inha vida no Brasil), Warszawa ano 1961, pag. 287.
8 P am ietniki em igrantów 1 8 7 8 - 1958 (As m em orias dos em igrantes
nos anos de 1878 até 1958), Warszawa ano 1960, pag. 924. Pamiçt-
n iki em igrantów (As m em orias dos em igrantes), Warszawa 1965,
pag. 325.
9 H. Janow ska, Polska emigracja zarobkow a we Francji 1919 - 39 (A
emigração polonesa em procura de trabalho na França nos anos
1919 - 39), Warszawa ano 1964, pag. 317.
10 B. D rewniak, Emigracja z P om orza Zachodniego 1 8 1 6 - 1914 (A
em igração da Pom erania Oeste nos anos 1816 - 1914), Poznañ ano
1966, pag. 117; K. Wajda, Migracje ludnosci w iejskiej Pom orza
Wschodniego w latach 1850 - 1914 (Migração da população rural da
Pom erania - Este nos anos 1850 - 1914), Wroclaw ano 1969,
pag. 209; K onferencja: 100 lat Polonii brazylijskiej (Assembléia -
100 anos dos em igrantes poloneses no Brasil), O pole ano 1969.
11 Emigracja polska w Brazylii. 100 lat osadnictwa (Em igração p o lo n e
sa no Brasil. 100 anos de colonização), Warszawa 1971, pag. 555.
12 K. G roniowski, Polska emigracja zarobkow a w Brazylii 1871 -1 9 1 4
(Em igração polonesa em busca de trabalho no Brasil nos anos 1871 -
1914), Wroclaw ano 1972, pag. 293; G lówne etapy rozw oju Polonii
p oludniow o-am erykañskiej (As principais fases de desenvolvim ento
dos núcleos poloneses na Am érica do Sul), “Dzieje Polonii w XIX i
XX w ieku, XI Pow szechny Zjazd H istoryków Polskich w T o ru n iu ”
(H istoria das em igrações polonesas no século XIX e X X , Congresso
Geral dos H istoriadores Poloneses em T orun), T orun 1974.
13 W. Chojnacki, Prasa polska w A rgentynie i Urugwaju 1913 - 63 (A
im prensa polonesa na A rgentina e Uruguai nos anos 1 9 1 3 - 63),
“P roblem y Polonii Zagranicznej” , v. III, 1962 - 63,; Bibliografia
polskich w ydaw nictw w Brazylii 1892 - 1 9 7 4 (Bibliografia das edi
ções polonesas no Brasil nos anos 1892 - 1974), “Przeglad Zachod-
n i” , ano 1974, n ° 2.
14 T. Lepkow ski, O polska syntezg dziejów A m e ry k i Lacinskiej X I X i
X X w (Pela síntese polonesa da história de América L atina dos sécu
los XIX e XX), “Dzieje N ajnow sze” , ano 1972 cad. 2; Z dziejów
k o n ta k tó w polsko-m eksykanskich w X I X i X X w (H istória dos con
tato s polono-m exicanos no século XIX e XX), “ E tnografia Polska” ,
v. X IV , cad. 2, ano 1970 \ La Polónia de los coroneles y el M éxico de
Cárdenas (1934 - 39), “ E studios L atinoam ericanos” (In sty tu t Histo-
rii PAN w Warszawie) v. II, ano 1974.
15 L isty em igrantów z Brazylii i Stanów Z jednoczonych 1890 - 91 (Car
tas dos em igrantes poloneses do Brasil e os Estados U nidos dos anos
1890 - 91), editado po r W. Kula, N. A ssorodobraj-Kula e M. Kula,
Warszawa ano 1973, pag. 591.
16 I. D om eyko, M oje p o dróze (Minhas viagens), editado p o r E. H. Niec,
v. I (1831 - 38), Wroclaw ano 1962, pag. 254; v. II (1839 - 4 5 ), ano
1963, pag. 560; v. III (1846 - 88), pag. 338.
255
17 M. Rudow ska, Polscy inzynierow ie w Peru w drugiej potow ie X I X w.
(Os engenheiros poloneses no Perú na segunda m etade do sécu
lo X IX ), “ Problem y Polonii Z agranicznej” , v. IX, ano 1974 (1975).
1 8J. Tom aszewski, C zynniki wptywajace na migracje zew nçtrzne
ludnosci w Polsce 1 9 1 8 - 39 (Os factores que influiram sobre a
migração da populaçao polonesa, para o ex terio r nos anos 1918 -
39), “ Emigracje zarobkow e na tie w schodnioeuropejskich i polskich
Struktur spoleczno-ekonom icznych. X I Pow szechny Zjazd Histo-
ryków Polskich w T oru n iu ” (As em igrações em busca de trabalho,
em vista das estruturas sócio-econôm icas da Europa-este e Polonia.
XI Congresso Geral dos H istoriadores Poloneses em T orun), T orun
ano 1974.
256
ANALISIS DEL PROBLEMA DE LA EMIGRACION
DE RUSIA A LA AMERICA LATINA
(HASTA EL AÑO 1917) EN LA URSS
A. A. Strelko
257
de Leningrado hay algunos ejem plares del periódico R u sskij Golos ( La
Voz R usa” ) que salió a la luz en 1913 - 14.
Los m ateriales de las ediciones periódicas constituyen la principal
fuente para estudiar el aspecto político-social de la vida de los em igran
tes de Rusia en los países latinoam ericanos. A la vez dichos m ateriales
resultan sum am ente útiles para hacer investigaciones en to rn o a las
condiciones del trabajo de aquellos que se trasladaron, para escrutar la
influencia que ejercían éstos sobre el am biente económ ico y étnico.
O tro grupo de las fuentes lo constituyen los m ateriales que se publi
caban po r los testigos de la em igración de Rusia a los países de la
A mérica Latina. M uchos datos valiosos referentes a este problem a los
contienen los libros de A. S. Io n in .1 El autor, según se sabe, era el
enviado de Rusia en Brasil en los años 1883 - 89. D urante su estancia en
la Am érica Latina, A. S. Ionin visitó tam bién A rgentina, U ruguay, Para
guay, Chile, Boüvia y Perú. El libro m encionado form ado por cuatro
volúm enes ofrece las im presiones form adas a raíz de una estancia pro
longada en el continente.
Las m em orias de A. S. Ionin dejan observar la etapa inicial de la vida
en la Am érica Latina de los em igrantes alem anes procedentes de Rusia.
En el prim er volum en de su libro el autor describe detalladam ente las
razones de la em igración, así com o la vida de los alemanes en la Am éri
ca Latina, habiéndose trasladado éstos para el continente en la década
de los años 70 del siglo pasado desde la gobernación de Sarátov y desde
U krania.2 Este grupo de em igrantes que se alojó prim eram ente en
Brasil, después de no haber sido satisfecho con el em pleo laboral, se
trasladó para A rgentina. A. S. Ionin dem ostró las condiciones de vida de
los em igrantes que se instalaron en las provincias de Buenos Aires (la
colonia de O lavaría) y de E ntre R íos (la de D iam ante). En el libro se
dem uestra el gran aporte hecho por los procedentes de Rusia en el
poblam iento de las regiones m encionadas, se resaltan las ventajas de la
propiedad com unal de la tierra, aplicada por los em igrantes. Este tipo
de propiedad, según la opinión de A. S. Ionin, resultó de m ayor rendi
m iento económ ico en las condiciones de A rgentina com parándolo con
la propiedad individual basada en la tenencia de fincas. A consecuencia
de una ardua labor y gran experiencia práctica de los em igrantes de
Rusia, en las regiones m encionadas de A rgentina se com enzó a cultivar
en gran escala los cereales.3
Según el testim onio de A. S. Ionin los em igrantes alem anes proce
dentes de Rusia cultivaron por prim era vez en la Am érica L atina el lino
para extraer el aceite de sus semillas, hecho que convirtió este p roducto
en “uno de los principales renglones de exportación de la provincia de
Buenos A ires” 4 En el libro se hace énfasis del gran aporte hecho por la
inm igración desde Rusia en lo que se refiere al em pleo de los caballos
para tran sp o rtar las cargas. A. S. Ionin destaca con relación a ello que
258
los inm igrantes “se han dedicado aquí a m ejorar las razas de los caba
llos, a la cría de caballos a la rusa y ganaban m ucho sum inistrando a la
ciudad sus caballos, porque para transitar por la urbe no servían los
caballos de pam p a” .5
Está claro que los libros de A. S. Ionin constituyen tam bién una
im p o rtante fuente para estudiar la política inm igrativa de los países
latinoam ericanos en la segunda m itad del siglo XIX y nos dan la im pre
sión sobre el proceso de poblar dicha región po r los representantes de
distintos estados y continentes.
Algunos datos reales referentes al problem a en cuestión se puede
extraerlos de los libros describiendo en una form a popular las im presio
nes originadas durante las visitas a los pueblos hebreos de procedencia
rusa situados en la América Latina al final del siglo XIX y com ienzos
del siglo XX. En el trabajo de la. K onstantinovskiy6 se nos ofrece, por
ejem plo, una característica de las condiciones de trabajo de esta po b la
ción, ofreciéndose tam bién algunos datos estadísticos. En o tro trabajo
se publican cartas de las personas procedentes de Rusia que perm iten
juzgar sobre las relaciones laborales y nacionales en las regiones agrarias
de A rgentina.7 En algunos libros se publican diferentes actas legislativas
referentes a las cuestiones de la em igración.8
Un trabajo de I. R e b rín 9 nos ofrece algunos datos reales sobre las
condiciones del trasladarse desde Rusia a Brasil en los finales del siglo
pasado y com ienzos del presente. Los m ateriales de esta edición reflejan
la situación precaria de los em igrantes rusos en los estados brasileños de
Paraná y San Pablo.
Las publicaciones periódicas que se editaban en Rusia al final del
siglo XIX, com ienzos del siglo XX poseen m ucho m aterial valioso refe
rente al problem a de nuestro inform e. Dichas publicaciones co n ten ían a
m enudo cartas de los em igrantes narrando sobre la vida en la América
Latina, las m em orias de las personas que hab ían visitado las colonias de
los procedentes de Rusia, contenían disposiciones de las autoridades en
lo to cante al traslado para el continente.
Está claro que a las fuentes m encionadas deben agregarse tam bién
distintos folletos, inform es y m ateriales estadísticos.
El interés de los científicos rusos po r el problem a de la emigración
europea hacia América Latina tiene sus inicios en el prim er tercio del
siglo XIX. Fue, en particular, el científico naturalista G. H. Langsdorff
(1774 - 1852), cónsul general de Rusia en R ío de Janeiro, el que se
interesaba vivamente po r esta cuestión. Este em inente representante de
la ciencia rusa organizó, com o se sabe, en años 1821 - 29 una expedi
ción a las lejanas regiones brasileñas, culm inándose esta em presa con la
obtención de resultados valiosos. Por iniciativa de G. H. Langsdorff
llegaron al Brasil en el año 1822 alrededor de cien inm igrantes alemanes
y suizos. En el mismo período el científico editó un folleto especial
259
dirigido a los deseosos de trasladarse para este país latin o am erican o .10
Sin em bargo, esta actividad de G. H. L angsdorff no cobró el apoyo
debido po r parte de los círculos gobernantes brasileños, fracasando de
tal form a el in ten to de organizar un traslado masivo de los inm igrantes
europeos.
Los prim eros intentos de analizar científicam ente el problem a de la
em igración desde Rusia para Am érica Latina, em prendidos p o r los
investigadores rusos, datan del com ienzo del siglo XX. U na detallada
característica de la cuestión de em igración rusa en A rgentina la contiene
el trabajo de N. A. K riúkov.11 La investigación está dedicada a analizar
la producción agropecuaria de A rgentina al com ienzo del siglo XX y,
está claro, que el autor destaca el problem a de la em igración que era
uno de los problem as claves en el desarrollo económ ico del país en el
período m encionado. Al escribir su trabajo N. A. K riúkov se valió de
alrededor de 80 fuentes extranjeras habiendo visitado tam bién, en
persona, siete poblados en A rgentina donde residían los em igrantes
rusos.
El valor de la investigación consiste sobre to d o en lo que el autor
dem uestra el aporte hecho por la em igración de Rusia al desarrollo
económ ico de A rgentina, ofreciendo un aspecto panorám ico del papel
que desem peñaba la inm igración en la econom ía de este país, en gene
ral. El trabajo ofrece los datos estadísticos referentes al núm ero de los
inm igrantes de Rusia que llegaban a la A rgentina en diferentes períodos,
dim ensiones de las tierras elaboradas por los inm igrantes, las cosechas
de distintas culturas agrícolas. U na tabla especial dem uestra la dinám ica
del m ovim iento m igrativo desde Rusia hacia la A rgentina en un p eríodo
de diez años (1900 - 09). Revisten un interés considerable los m ateriales
acum ulados en el trabajo de N. A. Kriúkov dedicado al estudio de la
situación de algunos poblados fundados po r los procedentes de Rusia.
C iertos datos sintéticos sobre la em igración de Rusia a la América
Latina se reflejan en una edición de carácter enciclopédico, ofrecién
dose en ella algunos datos num éricos.12
En el trabajo de K. G. V obliy1^ se da un análisis de los datos esta
dísticos referentes a la em igración rusa para el co n tin en te en el p eríodo
com prendido entre 1885 y 1902. A diferencia del grueso de los autores
que m anejan los datos sobre el traslado hacia la A rgentina y Brasil,
K. G. V obliy ofrece el m aterial num érico sobre la envergadura del tras
lado para Chile y México desde Rusia en el perío d o m encionado. En el
trabajo se analizan las variaciones en la dinám ica de la em igración rusa
hacia Brasil, lo que, según el au to r se explicaba por no llevarse a cabo
una consecutiva política inm igrativa por este país latinoam ericano.
S. P atkánov14 analiza los datos num éricos referentes a los proceden
tes de Rusia que se trasladaban hacia la A rgentina en los barcos de las
com pañías navales alemanas, en el período com prendido entre 1893 -
260
1908. R esultan sum am ente interesantes tam bién los m ateriales estadís
ticos referentes a los procedentes de las gobernaciones Privíslenskie de
Rusia en la América L atina que abarcan el periodo de quince años
(1890 - 1904). La im portancia de dichos datos se atribuye no solam ente
a lo que poseen actualidad desde el p u n to de vista estadístico, sino al
hecho de que ofrecen definido el núm ero de personas que procedieron
de las regiones rurales y urbanas, siendo ello im portan te para caracte
rizar la com posición social de los em igrantes.
De tal m odo, el problem a de la em igración desde Rusia hacia la
A mérica Latina constituía un objeto de cierta investigación en los trab a
jos editados hasta el año 1917. Los investigadores rusos tienen estudia
do en grado m ayor el aspecto económ ico de la em igración, ofreciéndose
sus características num éricas.
La Prim era G uerra M undial hizo que se estancara el m ovim iento
migrativo desde Rusia hacia la Am érica Latina. A raíz del triu n fo en
1917 de la Gran Revolución Socialista de O ctubre en el país m enciona
do se llevaron a cabo cambios radicales. Q uedó expropiada la propiedad
de grandes latifundios, nacionalizada la industria, y la población fue
asegurada plenam ente con el em pleo laboral. Los cam bios de carácter
social que tuvieron lugar en la URSS en to d o su conjunto hicieron
desaparecer las causas económ icas, nacionales, políticas y religiosas de
la em igración.
Los científicos soviéticos tienden a esclarecer m ultilateralm ente las
causas de la em igración desde Rusia hacia la Am érica L atina en el
período que com prende nuestra investigación, analizan la situación
económ ica y social de los inm igrantes trabajadores, su aporte al desarro
llo económ ico, cultural, al m ovim iento p o lítico de los países de esta
región.
Una serie de autores que se dedicaron a analizar los vínculos econó
micos, políticos y culturales entre Rusia y los estados latino-am ericanos
al final del siglo XIX, en el com ienzo del siglo XX, abordan tam bién el
problem a de la em igración rusa en Am érica L atin a.1 5
La m onografía de N. V. K oroliov1 ^ nos ofrece un p anoram a más
com pleto del proceso del traslado desde Rusia a los países de la Am éri
ca Latina al final del siglo pasado y com ienzo del presente, la situación
de los inm igrantes en las condiciones de las nuevas estructuras económ i
co-sociales y étnicas. En esencia es el prim er in te n to en la historiografía
soviética de caracterizar en una form a exhaustiva la em igración desde
Rusia.
•N. V. K oroliov ha analizado la escala de la em igración desde Rusia
vinculándola con el proceso migrativo en general, dem ostrando los
aspectos más esenciales en la p o lítica inm igracionista de los países de la
región. El autor dedica m ucha atención al análisis de la actividad de las
oficinas emigrativas y sus em pleados en el territorio de Rusia.
261
N. V. Koroliov presta especial atención al análisis de las condiciones
de vida de los em igrantes rusos en los países de la América Latina. El
autor ha dem ostrado una labor de gran volum en, realizada p o r los
inm igrantes, lo que hizo palpable el aporte de ellos al desarrollo de una
serie de ramas de la econom ía de los países latinoam ericanos. Resultan
tam bién de sum o valor aquellos m ateriales del libro que reflejan la
em igración inversa (reem igración) de los procedentes rusos.
Una interesante tesis de grado, dedicada al análisis del pasado h istóri
co de la em igración lituana en los países latinoam ericanos fue confec
cionada por P. Ulevichus en el año 1 962.17 Este autor ha editado un
libro dedicado al mismo te m a .18 En estos trabajos se reflejan las con
diciones económ ico-sociales de la vida, actividad de las organizaciones
sociales de la em igración lituana.
U na investigación interesante desarrollada en la historiografía sovié
tica ha dado com ienzo al estudio de la cuestión sóbrenlos prim eros
inm igrantes de Latvia en los países de la América Latina.
E ntre los em igrantes de Rusia los ukranianos co n stitu ían una parte
considerable en el continente al final del siglo XIX, com ienzo del
siglo XX. Algunas cuestiones de la historia de la em igración trabajadora
ukraniana en los países de la América Latina en el p eríodo m encionado
se han reflejado en varios artícu lo s,20 así com o en una tesis de grado.
En estos trabajos a base de los m ateriales de los archivos, datos de las
publicaciones periódicas y otras fuentes se dem uestra el aporte hecho
por la em igración trabajadora ukraniana al desarrollo económ ico y
social de los países de la América Latina.
En síntesis, se han dado los prim eros pasos en el cam po de investigar
el problem a de la em igración desde Rusia hacia la América Latina a los
finales del siglo pasado y com ienzos del presente siglo. Exigen su análi
sis ulterior tam bién las cuestienes de im portancia tales com o, la situa
ción económ ico-social y jurisdiccional de los em igrantes, los vínculos de
los em igrantes con Rusia, su participación en los procesos político-
sociales. T am bién se ha de seguir investigando el pasado histórico de los
grupos nacionales de procedencia de Rusia. Para seguir profundizando
el análisis de las cuestiones m encionadas es m enester valerse de los
materiales que se hallan en la America Latina.
NOTAS:
262
canos. J. Riffel: Die Russlanddeutschen. Insbesondere die Wolga
deutschen am La Plata (Argentinien, Uruguay u n d Paraguay),
Buenos Aires 1928.
3 A. S. Ionin, op. cit., T. II, p. 244.
4 Ibid., p. 245.
5 Ibid., p. 245.
6 Ja. K onstantinovskij: M oe Prebyvanie v A rgentine. Odessa 1893.
7 A rgentinskij A l ’bom . S bornik statej o kolonizacii. Odessa 1 892.
8 M. Polinovskij, Ja. Sirkeev: A rgentinskij O tklik. Odessa 1892.
9 I. Rebrin: O pereselenii v Braziliju. C har’kov 1909.
10 G. H. L angsdorff: M ém oires sur le Brésil pour servir de guide á ceux
q ui désirent s y établir, Paris 1820; Bem erkungen über Brasilien m it
gew issenhafter Belehrung fü r auswandernde D eutsche, Heidelberg
1821; M emoria sobre Brasil para servir de guia aqueles que nele se
desejam establecer pelo cavaleiro G. de Langsdorf, Rio de Janeiro
1882.
11 N- A. K rjukov: Argentina. S e l’s ko e chozjajstvo v A rgentine v svjazi s
obscim razvitiem strany. Spb. 1911.
12 Spravocnaja kniga po voprosam emigracii. Spb. 1913.
13 K. G. Voblyj: Zaatlanticeskaja emigracija, ee priZiny i sledstvija.
Varsava 1904.
14 S. Patkanov: Itogi sta tistiki v Soedinennye sta ty Severnoj A m e rik i iz
Rossii. Spb. 1911.
15 R. S. G anelin: P o p y tk i razvitija ekonom iceskich svjazej m ezdu
R ossiej i stranam i L atinskoj A m erik i v konce X I X - nacale X X v.
“ M onopolii i inostrannyj kapital v Rossii” , Moskva - Leningrad
1 962. L. A. Sur: Rossija i Latinskaja Am erika. Moskva 1964.
16 N. V. Korolev: Strany Ju zn o j A m e rik i i Rossija, 1 8 9 0 - 1 9 1 7 ee
K isin e v l9 7 2 .
17 P. Ulevicjus: Emigracija trudjascichsja L itvy v Ju zn u ju A m eriku,
ekonom iceskie uslovija ich zizni, progressivnaja obscestvennaja i
k u l’turnaja d eja tel’n o s t’. 1909 -1 9 4 0 . V il’njus 1962.
18 P. Ulevicius: Pietu A m eriko s Lietuviai. Vilnius 1960.
19 A. D. D ridzo. L atysi v L atinskoj A m erike. “ Latinskaia A m erika”
N .° 1 ,1 9 7 0 .
20 A. A. Strelko: Pervye Im m igranty-U kraincy na latinoam erikanskom
K o ntinente. “ Latinskaja A m erika” , N .° 4, 1972; A. A. Strilko: Pro
g rom ads’ke zy ttja ukrajins’ky ch im m igrantiv u Braziliji napry-
N °C1 O ^ i ~ na ^ ° ca^ u X X st. “ U krajins’kyyj istoricnyyj zu m al” ,
263
COLABORADORES
265
Dr. Arnaldo Pereira, Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa,
Lisboa, Portugal.
266
CONTENIDO
ESPAÑA
Julio H ernández G arcía: Inform e sobre fu e n te s existentes en
España para un estudio de la emigración a Iberoamérica
durante el siglo X IX . ..................................................................
PORTUGAL
Joel Serrão e Arnaldo Pereira: Inventariação das fo n te s e
bibliografia relativas d emigração portuguesa (Epocas
m oderna e contem porânea)...........................................................
ITALIA
Marcello Carmagnani y Giovanna Mantelli: F uentes cuantita
tivas italianas relativas a la emigración italiana. Un análisis
crítico..................................................................................................
ESCANDINAVIA
Bent E. Essinger, Olavi Lähteenm äki, Magnus M öm er, Harald
R unblom y G udm und Stang: La emigración escandinava a
la A m érica Latina. F uentes y estado de investigación. . .
Magnus M örner: Introducción (79) - Bent E. Essinger: La
emigración danesa (85) - Olavi Lähteenm äki: La emigra
ción finlandesa (100) — G udm und Stang: La emigración
noruega (104) — Harald R unblom : La emigración sueca
(113).
GRA N BRETAÑA
H arold Blakemore: La emigración británica a Am érica Latina
en los siglos X I X y X X ...................................................................
FRANCIA
Frédéric Mauro: La emigración francesa a la Am érica Latina.
F uentes y estado de investigación...............................................
BELGICA
Jo h n Everaert: Emigración desde A m beres a A m érica Latina
(1830 -1 9 1 4 ). F uentes belgas y estado de investigación.
ALEMANIA
H erm ann K ellenbenz y Jürgen Schneider: La emigración
alemana para A m érica Latina (1815 - 1 9 2 9 /3 1 ). F uentes y
estado de investigación.................................................................... 179
SUIZA
Gérald A rlettaz, M artin Nicoulin, Hans W erner Tobler,
B erthold W essendorf y Béatrice Ziegler: Emigración
europea a Am érica Latina: Suiza................................................. 195
H ans W erner Tobler: Introducción (195) — Berthold
W essendorf: El Archivo Estatal y los A rchivos Comunales
del cantón de Argovia (197) — Gérald A rlettaz: Los
A rchivos Federales (202) — Béatrice Ziegler: E l Archivo
E conóm ico Suizo (211) - Martin Nicoulin (con la colabo
ración de Béatrice Ziegler): F uentes impresas en la B iblio
teca Nacional (213) — M artin N icoulin: E studios suizos
sobre la emigración suiza hacia A m érica Latina (221).
HUNGRIA
A dám Anderle: Investigaciones acerca de la emigración h ú n
gara hacia A m érica L atina.............................................................. 229
POLONIA
K rzysztof Groniowski: A emigração polonesa para a Am érica
Latina nos séculos X IX e X X . A s fo n te s históricas e o
estado de estudos.............................................................................. 241
URSS
A. A. Strelko: Análisis del problem a de la emigración de Rusia
a la Am érica Latina (hasta el año 1917) en la URSS. . . . 257