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Doctrina Básica: Corderitos

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Arrepentimiento, Conversión
y Perdón
Hechos 3:19 Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados
sean borrados, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del
Señor​ ​(LBLA)

En la vida de todo aquel que tiene un llamado de salvación parte de Dios


(Romanos 8:30), es necesario que sea recorrido un camino, hay un proceso
que se debe seguir, de alguna manera, a ese camino se le puede llamar
santificación o consagración, este es el proceso por medio del cual, el
Señor Espíritu Santo, nos enseña lo que es bueno y lo que es malo, nos
ayuda a identificar aquellas acciones pecaminosas que nos alcanzan, para
poder enfrentarlas, y luchar contra ellas hasta alcanzar la liberación y la
victoria, en otras palabras, es un camino en el que vamos siendo
moldeados a la imagen del Señor Jesucristo (Romanos 8:29), nos llevan a
la estatura de Cristo (Efesios 4:13).
Entre los primeros pasos que como hijos de Dios damos en este camino,
encontramos un proceso que ocurre prácticamente de manera simultánea,
es un proceso que sucede en el momento del nuevo nacimiento.
En el evangelio de Juan 3:3, aparece un fariseo llamado Nicodemo,
hablando con el Señor, y en la conversación, Jesús le dice: ​“Nicodemo, te es
necesario nacer de nuevo, para poder ver el reino de los cielos”​, vemos
entonces que el primer paso para poder ingresar en el camino del reino de
los cielos, es el nacer de nuevo. Pero ¿qué es el nuevo nacimiento? es el
suceso que se da en toda aquella persona que recibe a Cristo Jesús como
su Señor y Salvador, eso lo podemos constatar en:
Juan 1:12 Mas a todos los ​que le recibieron​, a los que ​creen en su nombre​,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; ​13 los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios. ​(LBLA)

Note que, en este pasaje, se nos habla de un engendramiento, que viene no


por voluntad de hombre, sino ​por la voluntad de Dios​, por eso es que el
apóstol Pedro también dice que Dios, según su gran misericordia, nos ha

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hecho “nacer de nuevo” (1 de Pedro 1:3), dejando en claro que, el nuevo
nacimiento, también es por obra de Dios. Ahora bien, este engendramiento,
se cumple solamente en aquellos que reciben a Jesús como Señor y
Salvador y creen en Su nombre, esos son los que son engendrados por
Dios, son los que nacen de nuevo para tener la potestad de ser hechos,
hijos de Dios.
Pero, para que suceda en una persona el nuevo nacimiento, es necesario
que ocurran tres cosas, la cuales encontramos en el texto que usamos
como base, donde dice: ​“​arrepentíos y ​convertíos​, para que vuestros
pecados sean borrados​”​, debemos entonces, arrepentirnos, convertirnos y
alcanzaremos el perdón, nuestros pecados serán borrados, y como antes
mencionamos, las tres ocurren prácticamente de forma simultánea,
¿cuándo sucede esto? sucede en el momento en que, por voluntad Divina,
decidimos recibir a Cristo como nuestro Señor y como nuestro Salvador,
confesándolo con nuestra boca, delante de los hombres.
Veamos entonces, cada uno de ellos:

1. Arrepentimiento

2 Pedro 3:9 El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por


tardanza; pero es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno se
pierda, sino que todos procedan al a
​ rrepentimiento​. ​(OSO)

Este pasaje nos revela algo muy hermoso, con relación al corazón de Dios,
y es que el querer del Señor es que todos podamos llegar a un
arrepentimiento genuino, Dios no quiere que alguno se pierda. De hecho,
hay promesas que muchos consideran que ya no tienen cumplimiento, o
que el Señor se ha tardado en cumplirlas, pero no es que se haya olvidado
de cumplir lo que ha prometido, lo que sucede es que Dios ha tenido a bien
ser paciente con la humanidad, puesto que lo que Él tiene en Su corazón es
que todos podamos proceder al arrepentimiento.
Pero, ¿por qué debemos arrepentirnos? o ¿de qué debemos arrepentirnos?
la respuesta a estas interrogantes, las encontramos en el corazón del
hombre, por eso dice el Señor allá en el libro de Génesis 6:5, que la
intención de los pensamientos del corazón del hombre, era solo, hacer
siempre el mal.
En la Biblia existen algunas sombras y figuras, que nos permiten entender
por qué debe haber una necesidad de arrepentimiento en el ser humano,

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por ejemplo, hay una parábola que el Señor enseña, que habla acerca del
buen samaritano:
Lucas 10:30 Respondiendo Jesús, dijo: Cierto hombre bajaba de Jerusalén a
Jericó, y cayó en manos de salteadores, los cuales después de despojarlo y
de darle golpes, se fueron, dejándolo medio muerto. ​(LBLA)

Note que el pasaje dice que cierto hombre “bajaba” de Jerusalén a Jericó,
aquí encontramos una figura de lo que sucedió con nosotros y es que
salimos de la presencia de Dios, para entrar en este mundo, posiblemente
usted se estará preguntando, ¿cómo es eso de que salimos?, lo que sucede
hermanos es que antes de entrar en esta dimensión, antes de nacer en esta
tierra, nosotros ya existíamos en espíritu, por eso es que Dios le dice por
ejemplo a Jeremías: ​“antes que te formase en el vientre te conocí, y antes
que nacieses te santifiqué”​, ¿cómo es que Dios conocía a Jeremías si no
había nacido todavía, ni siquiera había sido formado en el vientre?, lo que
sucede es que antes de entrar en este mundo, nuestro espíritu ya existía;
otro ejemplo de esto lo podemos encontrar en Job, a quien Dios le dice:
“¿dónde estabas tu cuando Yo fundaba la tierra?, ¿quién encerró con puertas
el mar?, ¡Tú lo sabes! pues entonces ya habías nacido, y es grande el número
de tus días” ​(Job 38: 1-21), aquí el Señor está dando una respuesta a Job, y
comienza a cuestionarle acerca de la creación, y le dice: ¿dónde estabas tú
cuando Yo creaba todo?, y note la respuesta que le da Dios a Job: ​“tu lo
sabes, pues ya habías nacido, y grande es el número de tus días”​, quiere
decir que Job también ya existía en espíritu, antes de venir a este mundo;
de la misma manera, nosotros también ya existíamos en espíritu, sin
embargo, algo sucedió que nos condujo a separarnos de Dios, por eso es
que usted ve en la figura de Lucas 10:30, que aquel hombre descendió de
Jerusalén, para venir a Jericó, en otras palabras, descendimos de la
presencia de Dios en la Jerusalén de arriba, para venir a este mundo, pero
¿por qué descendimos? ¿qué sucedió que nos separamos de Dios? la
respuesta la podemos ver en:

Romanos 3:23 por cuanto todos pecaron, y han quedado separados de la


gloria de Dios,​ ​(ECR)

El problema fue que el pecado entró en escena, y por tal razón fuimos
separados de la gloria del Señor, y al darse esta separación, entró también
la muerte:

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Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por
cuanto todos pecaron. (​ RV1960)

La palabra “muerte” que aparece en este versículo, viene del griego


“thanatos” (G2288), y entre sus acepciones quiere decir ​“separación”​, esto
nos viene a aclarar que fue lo que sucedió, porque al entrar el pecado, con
él vino también la muerte, es decir, nuestra separación de la presencia de
Dios.
Por eso es que cuando vemos la parábola del buen samaritano,
encontramos una figura, porque dice que aquel hombre que descendió de
Jerusalén a Jericó, fue alcanzado por salteadores, quienes lo despojaron y
le golpearon, dejándole medio “muerto” (Lucas 10:30), este relato bíblico lo
que representa en figura, es la muerte espiritual que sucedió en el hombre,
al separarse de Dios, por causa del pecado.
Otra figura que nos enseña esta muerte espiritual, es la que se encuentra
en la historia de Adán y Eva, a quienes, mientras estaban en el huerto del
Edén, Dios les dijo: ​“de todo árbol del huerto pueden comer, excepto del
árbol del conocimiento del bien y del mal, porque el día que de él comieren,
ciertamente morirán” (Génesis 2:16-17), y seguramente usted conoce la
historia, porque llega un momento en el que Eva come del fruto y da a Adán,
cayendo así en desobediencia a Dios, ambos cayeron en pecado, pero en
ese momento no mueren de una manera física, sino que, siguen viviendo,
sin embargo, espiritualmente hablando, si murieron, porque fueron echados
fuera del huerto, fueron separados de la presencia de Dios; entonces,
podemos ver que, cualquiera que está separado de Dios, está muerto
espiritualmente hablando. Un pasaje que nos ayuda a entender que
cualquiera que está separado de Dios, está muerto en su espíritu, es el que
se encuentra en Efesios 2:1, donde dice: ​“Y él os dio vida a vosotros, cuando
estabais muertos en vuestros delitos y pecados”​, esto es muy importante de
poderlo ver, porque el pasaje claramente nos enseña que, antes de recibir a
Cristo Jesús, estábamos muertos por causa de nuestros delitos y pecados,
estábamos separados de Dios, estábamos, en una posición de muerte.
Entonces, el arrepentimiento, es la decisión que nos permite pasar de esa
posición de muerte a una posición de vida en Cristo.
La palabra “arrepentimiento”, viene del griego ​“metanoia” (G3341), que
significa: cambio de mente, esta palabra griega se origina de otra que es

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“metanoéo” (G3340) y entre sus diferentes significados está: pensar
diferente, enmendar sinceramente con aborrecimiento los pecados
pasados.
Entonces, el arrepentimiento es una cambio en nuestra manera de pensar,
que produce una necesidad de cambiar también nuestra forma de vida, de
tal manera que la vieja manera de vivir, viene a ser aborrecida, el pecado en
el cual antes nos deleitábamos, ahora es confrontado por nuestra nueva
forma de pensamiento, y aunque con seguridad el pecado tratará de seguir
alcanzandonos, ya no será visto por nosotros de la misma manera, sino
que habrá una lucha interna para no caer en él, y si en algún momento
cayéramos en el pecado, debido al cambio en nuestra mente, vendrá
contristamiento a nuestro corazón, y la voz del Señor Espíritu Santo,
internamente nos dirá que lo que hicimos, no le agrada, por lo tanto, vendrá
a nuestro corazón una necesidad de arrepentimiento y un deseo de pedir
perdón a Dios, vendrá también una necesidad de apartarnos de aquel
pecado, y una necesidad de ponernos a cuentas con Dios, para poder
alcanzar Su misericordia (Proverbios 28:13), esto es el arrepentimiento.
Un punto que es muy importante de mencionar, es que ese cambio de
mente, no solo se da con respecto al pecado, sino también, con respecto a
nuestra posición en Dios:

2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios


produce un arrepentimiento que conduce a la salvación, sin dejar pesar; pero
la tristeza del mundo produce muerte.​ (​ LBLA)

Como mencionamos anteriormente, nuestra posición antes de recibir a


Cristo Jesús como nuestro Señor y Salvador, era de muerte, como está
escrito, nosotros andábamos muertos en delitos y pecados, pero al
producirse en nosotros el arrepentimiento, nuestra mente vive un cambio,
ya el pecado no es visto de la misma manera, de hecho nuestro caminar
sufre un cambio, porque comenzamos a rechazar el pecado, comenzamos
a confrontar todo aquello que no agrada a Dios; este cambio de mente,
también trae consigo un cambio más, porque dejamos de ser muertos
espirituales y venimos a la salvación y recibimos vida. Pero la salvación que
recibimos debe ser sin remordimientos, es un arrepentimiento que no deja
pesar, esto significa que al momento de arrepentirnos, debemos alcanzar
también la libertad en Dios, ya no deben haber pensamientos de indignidad,
ni de culpa, porque la muerte del Señor Jesús en la cruz, nos ha librado de
toda sentencia, por eso es que dice la Escritura: ​“ninguna condenación hay,

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para los que están en Cristo Jesús nuestro Señor” (Romanos 8:1). Por lo
tanto, usted que ya ha alcanzado el arrepentimiento, no permita que el
enemigo le engañe con sus mentiras, no permita que a su mente lleguen
pensamientos de culpa, porque usted ya es libre, su deuda ha sido
cancelada por completo, usted ya fue comprado por precio de sangre,
además, recuerde lo que también dice la Escritura: ​“si alguno esta en Cristo,
nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas
nuevas”​ (2 de Corintios 5:17).
Hermanos, el plan de Dios es que procedamos al arrepentimiento (2 de
Pedro 3:9), esta es la obra que Dios está desarrollando mediante Su
ministerio, es un plan de salvación, para todo aquel que crea que Cristo
Jesús es el Señor y que solo a través de Él, podemos alcanzar la vida
eterna:
Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
(RV1960)

2. Conversión

Hechos 26:18 para que abras sus ojos, para que se ​conviertan de las
tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la
fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
(RV1960)

La palabra “conviertan” que aparece en este versículo, tiene su origen en la


palabra griega ​“epistrepho” ​(G1994), que significa: ​hacer regresar, traer de
vuelta, volver, revertir​.
Vamos a seguir utilizando el ejemplo de aquel varón que descendió de
Jerusalén a Jericó, vimos como por causa del pecado fuimos separados de
Dios, y esta separación, no es otra cosa que la muerte espiritual. Sin
embargo, el plan de Dios es darnos vida y vida en abundancia (Juan 10:10),
por eso, se presentó la necesidad de que procediéramos al arrepentimiento
y a la conversión, es decir que podamos regresar, que podamos volver a la
posición de donde caímos, es necesario que pasemos de muerte a vida,
para que podamos volver también a la presencia de Dios y que se cumpla
en nosotros lo dicho por el apóstol Pablo:
Hebreos 12:22 Vosotros, en cambio, ​os habéis acercado al monte Sion y a la
ciudad del Dios vivo, la ​Jerusalén celestial​, y a miríadas de ángeles, ​23 a la

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asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los
cielos, ​y a Dios​, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya
perfectos, ​24 y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada
que habla mejor que la sangre de Abel. (​ LBLA)

Note que dice “os habéis acercado”, lo cual indica que antes estábamos
alejados, en otras palabras, estábamos separados, pero al acercarnos, al
regresar, entonces volvemos como dice el pasaje a la “Jerusalén celestial”,
volvemos al lugar de donde descendimos antes de venir a Jericó, antes de
venir a esta tierra. Además de regresar a la Jerusalén celestial, también
como dice el verso 23, nos acercamos a Dios, volvemos a la presencia del
Señor, nosotros que estábamos muertos en delitos y pecados, recibimos
vida por medio de la sangre de Cristo, y también nos dan el acceso libre
para poder acercarnos con confianza a Dios Padre (Hebreos 4:16), esto es
la conversión, es dejar el camino de pecado, para volver al Camino del
Señor.
Hay muchas figuras de esto, por ejemplo, ¿ha escuchado usted hablar de la
oveja perdida? en Mateo 18:12, habla de un hombre que “tenía” cien ovejas,
pero una de ellas se descarrió, por lo cual aquel Pastor, dejando a las
noventa y nueve en el redil, se va a buscar la que se había descarriado y
cuando la encuentra la trae de regreso. En esta parábola, encontramos la
misma enseñanza, porque el Buen Pastor “tenía” consigo a todas las
ovejas, las cien ovejas estaban con Él, pero una de ellas se descarrió, y esta
palabra “descarriar” significa: ​“conducir a un lado del camino correcto,
conducirse lejos del camino de la verdad, y conducirse hacia el error”​, esta
oveja hizo lo mismo que aquel varón de la parábola del buen samaritano,
tomó un camino de error, se apartó del camino de la verdad, tomó la
decisión de dejar Jerusalén, para descender a Jericó; pero cuando aquel
pastor de las ovejas se da cuenta que le falta una, se va a buscarla hasta
encontrarla, y al hallarla, le hace ​“regresar”​, en otras palabras, se da la
“conversión”​.
1.1 ¿De qué debemos convertirnos?
El antiguo testamento, también nos enseña acerca de la “​ conversión”​:
Daniel 9:13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino
sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová nuestro Dios, para
convertirnos​ de nuestras maldades y entender tu verdad. (​ RV1960)
Cuando en este pasaje, habla de “convertirnos” (H7725, del hebreo “shub”),
se refiere a “desistir, cambiar, regresar”, entonces la conversión” es desistir
de la vida de pecado, es cambiar de camino, es pasar de tinieblas a luz, es

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pasar de la potestad de Satanás a Dios (Hechos 26:18), es regresar a la
presencia de Dios.
En este punto, debemos hacernos una pregunta: ¿de qué debemos
convertirnos?, en el pasaje anterior vimos que debemos convertirnos de
nuestras maldades, al inicio de este segundo punto, vimos que en Hechos
26:18, dice que debemos convertirnos de tinieblas a luz, pero también
debemos convertirnos de:
- Nuestro mal camino (Jonás 3:10), debemos convertirnos del camino
a Jericó, ¿no se ha preguntado usted, porque la parábola del buen
samaritano habla de que aquel hombre descendía hacia Jericó?
seguramente hay varias respuestas por ejemplo Jericó significa “ser
inestable, inconstante”, pero hay algo más, y es que en Jericó había
una mujer ramera llamada Rahab, una mujer que llevaba una vida de
perdición, pero se convirtió y alcanzó la salvación para ella y para su
familia, entonces Jericó representa al lugar donde hay una atmósfera
espiritual de pecado, una atmosfera que corrompe, contamina,
siembra error y muerte, por eso es que la Biblia dice que debemos de
convertirnos de nuestro mal camino, del camino de Jericó.
- Debemos convertirnos de los ídolos a Dios (1 de Tesalonicenses 1:9),
debemos entender que Dios es el centro de todo, Él debe ocupar el
primer lugar en nuestra vida, nada ni nadie, puede ocupar el lugar que
a Él le corresponde, porque Él es Dios, y no hay otro fuera de Él.
- Debemos convertirnos de la vana manera de vivir, heredada de
nuestros padres ​(1 de Pedro 1:18), hay herencias espirituales de
pecado, son conductas pecaminosas que son pasadas de padres a
hijos, por ejemplo, cuando un padre tiene algún tipo de adicción, hay
una alta probabilidad que los hijos sean tentados a caer en el mismo
problema, por eso la Biblia dice, ​“cual la madre, tal la hija” (Ezequiel
16:44); por tanto es necesario convertirnos de todo receptor de
pecado heredado de nuestros ancestros.
1.2 ¿A través de qué alcanzamos la conversión?
Salmos 19:7 ​La ley de Jehová es perfecta, que ​convierte el alma​; el
testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. ​(RV1960)
Es a través de la ley de Dios, es decir, la Palabra de Dios, cuando nos
exponemos al mensaje de la Palabra del Señor, nuestra fe se activa

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(Romanos 10:17), entonces se cumple el propósito para el cual Dios envió
Su Palabra (Isaías 55:11), que es la conversión de nuestra alma, ¡aleluya!
1.3 ¿Cómo nos convertimos?
1 Pedro 3:18 Porque también ​Cristo padeció una sola vez por los pecados​, el
justo por los injustos, ​para llevarnos a Dios​, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu; ​(RV1960)
La conversión, solamente se cumple a través de Cristo Jesús nuestro
Señor, fue Él quien pagó por nuestra culpa para poder llevarnos de regreso
a Dios, por eso en la Escritura dice el Señor: ​“Yo Soy el camino, Yo Soy la
verdad, Yo Soy la vida, nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6), no
existe ninguna otra manera de poder convertirnos a Dios, no hay otra forma
de alcanzar la salvación, la conversión solamente la podemos alcanzar a
través de Jesucristo, Él es la puerta de las ovejas, sólo a través de Él
podemos entrar.
Por eso es que dice:
Romanos 10:9 que ​si confesares con tu boca que Jesús es el Señor​, y
creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, ​serás salvo​.
(RV1960)
Nos convertimos, cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y
Salvador (Juan 1:12) y es a partir de ese momento que podemos
acercarnos al trono de la gracia y a Dios Padre con confianza (Hebreos
4:16), esta verdad nos la constata el libro de Jeremías donde dice: ​“si te
conviertes, delante de Mí estarás”​ (Jeremías 15:19).
Solo a través de Jesús, podemos encontrar el camino de regreso a la
Jerusalén celestial, el camino de vida que conduce a Dios.

3. Perdón

Hechos 3:19 Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros ​pecados
sean borrados​, a fin de que tiempos de refrigerio vengan de la presencia del
Señor, (​ LBLA)

Llegamos al último punto de este proceso que contempla los primeros


pasos del caminar de los hijos de Dios, proceso que como mencionamos al
inicio, pasa prácticamente de manera simultánea, en el momento de
nuestro nuevo nacimiento.

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Ya hemos estudiado el arrepentimiento, el cual nos conduce a la
conversión, y al convertirnos, alcanzamos misericordia, alcanzamos el
perdón de nuestros pecados.
Cuando en el pasaje de los Hechos, se habla de la palabra “borrados”,
podemos encontrar que se origina del griego ​“exaleífo” ​(G1813), palabra
que según sus acepciones significa: ​“frotar para borrar, figurativamente
perdonar el pecado, anular, eliminar”​.
Los tiempos y las dispensaciones Dios las cambia, así como también los
sacerdocios, y al cambiar estas cosas, también cambia los tratos, por
ejemplo, durante el tiempo de la Ley, el pecado no era borrado, sino que
solamente era cubierto, por eso dice la Biblia:

Hebreos 10:11 Los sacerdotes, puestos en pie, ofician cada día y ofrecen
repetidas veces los mismos sacrificios, a pesar de que éstos ​nunca pueden
borrar pecados​. ​(Castillian)

Note que, en el tiempo de la Ley, los sacrificios por el pecado eran


continuos (Éxodo 29:38-39) y una vez al año, en el día de la expiación, el
sumo sacerdote debía ofrecer un sacrificio, primeramente, por él y por su
casa y después por el pueblo (Levítico 16), pero era una expiación que
solamente cubría el pecado, no podía borrarlos, por eso es que todos los
años debía ser ofrecida.
Y esto no era todo, sino que, una vez ofrecido el sacrificio, el sumo
sacerdote, debía tomar la sangre de la ofrenda y entrar hasta el Lugar
Santísimo del tabernáculo, para presentarla delante de la presencia de Dios,
pero el punto es que, al entrar al Lugar Santísimo, la ofrenda debía ser
acepta por Dios, de lo contrario no había expiación. Si la ofrenda era
aceptada por Dios, entonces el sumo sacerdote salía al pueblo diciendo:
“paz a vosotros”, entonces el pueblo entendía que sus habían sido
cubiertos.

Sin embargo, en el tiempo de la gracia, que comenzó precisamente con una


ofrenda de expiación, las cosas cambian:

Hebreos 10:12 pero Cristo, habiendo ofrecido ​una vez para siempre un solo
sacrificio por los pecados​, se ha sentado a la diestra de Dios (​ RV1960)

La ofenda de la que hablamos es el sacrificio de Cristo, una ofrenda

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perfecta, sin defecto, una ofrenda sin pecado, para pagar por el pecado, una
ofrenda dada una vez para siempre, y al decir “una vez para siempre”,
significa que ya no hay más necesidad de más ofrendas por el pecado,
porque ya la deuda ha sido completamente saldada, por medio de la
ofrenda de Cristo, el pecado no fue cubierto, sino que fue borrado por
completo, por eso es que también dice la Escritura:

Hebreos 9:12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su


propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo
obtenido eterna redención. (​ RV1960)

Cristo por medio de Su sangre, entró una vez para siempre al Lugar
Santísimo, y por esta razón, nuestra redención es “eterna”, ya no es
necesario que se den ofrendas para la expiación del pecado de manera
continua, como se hacía en la Ley, sino que el sacrificio perfecto de Cristo,
borró de una vez y para siempre al pecado.
Esto solo puede ser alcanzado por medio de Cristo Jesús, es una bendición
inmensurable, es una bendición que trasciende lo natural, traspasando a lo
eterno, porque nos libra de la muerte, dándonos vida eterna, por eso es que
dice:

Salmos 32:1 Felices aquellos a quienes se han perdonado sus iniquidades, y


se han borrado sus pecados. (​ FTA)

Este verso, al decir “felices”, se refiere a “bienaventurados”, entonces todo


aquel que se ha arrepentido y se ha convertido, llega a ser bienaventurado,
que quiere decir “bien librado, glorioso”, porque sus iniquidades fueron
perdonadas y sus pecados fueron borrados, dando a entender que aquel
que alcanza el perdón que es a través de Cristo, ha sido bien librado de la
muerte eterna, llegando a ser glorioso, mediante la vida eterna, es por eso
que Pablo dice hablando de los santos: “a estos también glorificó”
(Romanos 8:30).
El “arrepentimiento, la conversión y el perdón”, es el primer paso que todo
hijo de Dios da, para alcanzar la salvación y para comenzar a ver el reino de
los cielos en su vida (Juan 3:3), es un proceso que se cumple al recibir a
Jesús como Señor y reconocer que el Padre le levantó de entre los muertos
(Romanos 10:9), y se resume en aquello que conocemos como el “nacer de
nuevo”.

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Juan 3:18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido
condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
(RV1960)

4. La Parábola del Hijo Pródigo

Además de las figuras y parábolas que a lo largo de esta enseñanza hemos


visto, estudiaremos una parábola más, en la cual podemos ver todo el
proceso desde el arrepentimiento, la conversión, hasta llegar a alcanzar el
perdón, nos referimos a la parábola del hijo pródigo.
Esta es una historia muy conocida que aparece en Lucas capítulo 15, y
comienza narrando que había un hombre que tenía dos hijos, y el menor de
ellos, pidió a su padre que le diera la herencia que le correspondía, y el
padre lo heredó. Después este joven decidió irse lejos, a una provincia
apartada (igual que el hombre que decidió descender de Jerusalén a Jericó
en la parábola del buen samaritano, este joven también decidió apartarse
de la casa de su padre, para irse lejos), y en aquella provincia vivió
perdidamente (muerto en delitos y pecados), en aquel lugar apacentó
cerdos, hasta el punto de desear comer lo mismo que comían los cerdos,
pero en un momento, sucedió algo en aquel hijo pródigo:
Lucas 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre
tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! ​18 Me levantaré e
iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. ​(RV1960)

En este momento se está dando el arrepentimiento, ¿por qué? porque dice


que “volvió en sí”, esto significa que antes de este punto, él estaba “fuera de
sí”, su forma de pensar era diferente, primero porque decidió separarse del
padre, segundo porque comenzó a vivir perdidamente, es decir en pecado, y
tercero porque fue tal la degradación que sufrió su alma, que llegó a
apacentar cerdos, que son figura de comportamientos inmundos, y no solo
eso, sino que deseó alimentarse de esos comportamientos de inmundicia,
pero en aquel momento de lucidez, su mente cambió, se dio una ​“metanoia”
en su mente, cambió su forma de pensar al decir: ​“aquí estoy muriendo,
pero en la casa de mi padre, hay pan en abundancia, por lo tanto, me
levantaré ​(quiere decir que estaba caído) y me arrepentiré al confesarle a mi
padre, que he pecado contra el cielo y contra él”​.
Esto mismo es el arrepentimiento, cambiar nuestra forma de pensar con
relación al pecado y a todo aquello que no agrada a Dios.

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Pero después sigue diciendo:
Lucas 15:20​ Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo
vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello,
y le besó. 2
​ 1​ Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya
no soy digno de ser llamado tu hijo. (​ RV1960)

Aquí la situación ya no solamente es a nivel de la mente, sino que la nueva


forma de pensar, se convierte en una acción, porque dice que se levantó y
revirtió su camino, regreso a su padre, y al estar delante del padre,
reconoció que había pecado. En este punto el hijo pródigo cambio de
rumbo, salió de la provincia lejana para regresar a la casa de su padre.
Aquí esta la conversión, el mal camino que se había tomado, fue cambiado
por el camino que lleva hacia el Padre, nos convertimos de tinieblas a luz,
nos convertimos de la potestad de Satanás, a Dios, nos convertimos de la
vana manera de vivir, y nos convertimos de los ídolos a Dios, nos
regresamos de nuestro mal camino, para regresar a nuestro Dios y Padre.
Y finalmente dice en Lucas 15:20, que el padre de aquel pródigo, fue
movido a misericordia, es aquí donde encontramos el perdón de Dios,
hecho que viene a ser sellado por lo que a continuación hizo el padre del
pródigo:
Lucas 15:22​ Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y
vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. (​ RV1960)

Al que antes era pródigo, le cambian sus vestiduras, ya no son vestiduras


de inmundicia, sino que son vestiduras de santidad, le ponen un anillo en su
mano, indicándole que hay un pacto, del Padre para con él, le enseñan que
en él hay autoridad espiritual para decretar y le ponen calzado en sus pies,
enseñándole a caminar conforme a la voluntad del Padre.
El milagro del nuevo nacimiento, cambia nuestra vida para toda la
eternidad:

2 Corintios 5:17​ De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. ​(RV1960)

CONCLUSIÓN

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DOCTRINA BÁSICA - CORDERITOS - IGLESIA DE CRISTO EBENEZER HONDURAS
1. Antes del nuevo nacimiento, nuestra posición espiritual es de muerte
por causa de nuestros delitos y pecados.
2. Arrepentimiento​: es tener un cambio de mente, nuestra forma de
pensar viene a ser distinta con respecto al pecado, nuestra mente es
cambiada, por eso dice Pablo, que nosotros tenemos la mente de
Cristo.
3. Conversión​: es tomar la decisión de cambiar nuestro camino,
dejamos el camino del pecado, para tomar el camino que nos lleva de
regreso al padre, entendiendo que el único camino que existe para
hacer esto es Cristo Jesús nuestro Señor.
4. Perdón​: es el punto en el que todos nuestros pecados son borrados,
la Biblia dice que cuando nos arrepentimos y confesamos nuestros
pecados, Dios los toma, los ata, los lanza al fondo del mar y no se
vuelve a acordar más de ellos.
5. Este es el proceso del nuevo nacimiento, mediante el cual
alcanzamos la salvación eterna a través del sacrificio perfecto de
Jesucristo, ofrecido una vez para siempre en la cruz.
Amén y amén.

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