Divorcio y Nuevo Matrimonio: Cuando Se Lucha Con La Concesión de Dios

Matrimonio
Una Perspectiva Bíblica para Brindar Cuidado Pastoral
PERSPECTIVAS PARA ACONSEJAR

2
DIVORCIO Y NUEVO MATRIMONIO

Cuando se Lucha con la Concesión de Dios
Swindoll, Charles
Visión Para Vivir

Frisco, Texas
2015
Copyright © 2015 por Visión Para Vivir. Reservados mundialmente todos los derechos.
Metas para Cada Paso
Paso 1: Explore las circunstancias y preocupaciones de los aconsejados respecto al

divorcio y al nuevo matrimonio.
Charles Swindoll, Divorcio y Nuevo Matrimonio: Cuando se Lucha con la Concesión de Dios, vol. 2, Perspectivas
para aconsejar: Matrimonio (Frisco, TX: Visión Para Vivir, 2015).
Exportado de Software Bíblico Logos, 10:50 a. m. 17 de febrero de 2023. 1
Paso 2: Muestre que el divorcio es la concesión de la gracia de Dios, aunque
renuente, en un mundo caído.
Paso 3: Hable del costo y consecuencias del divorcio y/o un nuevo matrimonio.
Paso 4: Edifique un firme cimiento para una relación personal saludable y de toda
la vida.
PASO UNO
Observación e Identificación del Problema

Explore las circunstancias y preocupaciones de los aconsejados respecto al divorcio y al
nuevo matrimonio.
Conozca a los Aconsejados

Andrés: “Yo siempre quise un matrimonio que durara toda la vida, pero últimamente he
perdido toda esperanza. Todo es peleas, vivo todos los días con un nudo en el estómago, el
miedo que puedo ver en los ojos de nuestros hijos … todo eso tiene que acabarse. Nunca
pensé que me oiría a mí mismo diciendo esto, pero en realidad pienso que será mucho mejor
para todos si simplemente ponemos fin a nuestro matrimonio. Eso no puede ser peor de lo
que estamos viviendo hoy.”
Betty: “¿Qué hago con esta demanda de divorcio? Yo no quiero divorciarme. Oro todos los
días para que mi esposo vuelva. ¿Sería falta de fe si consulto con un abogado? Temo que si no
lo hago, me va a dejar sin un centavo y sin mis hijos. Tengo miedo de que si alguien de la
iglesia se entera de lo que está sucediendo, perderé a todas mis amistades.”
Carlos y Diana: “Queremos casarnos, pero hemos oído que si lo hacemos eso sería adulterio.
Ambos estuvimos casados antes, como sabe. ¿Qué dice la Biblia? Además, en realidad
tenemos miedo de caer en los mismos errores dolorosos que rompieron nuestros primeros
matrimonios. ¿Puede ayudarnos?”
¿QUÉ SABE USTED EN CUANTO A SUS ACONSEJADOS?
• ¿Cuál es la condición espiritual de cada aconsejado?
• ¿Tiene esta persona o pareja una base bíblica para el divorcio (ver el próximo
paso)?
• ¿Qué impulsó a este individuo o a esta pareja a buscar consejería esta vez?
• ¿Quieren el divorcio ambos cónyuges? ¿Por qué sí o por qué no?
• ¿Cuál es el trasfondo de cada aconsejado? ¿Han visto ellos el divorcio como una
solución entre sus amigos y familiares?
• ¿Parece haber en la persona o pareja que está contemplando el divorcio algún
sentimiento no-examinado de hacer valer sus derechos que es su derechos?
• ¿Cuáles cargas se le han impuesto a este matrimonio debido a estas actitudes de
hacer valer sus derechos?
• ¿Sería mejor si esta pareja considera la separación o la restauración? (Los
aconsejados deben consultar a un experto matrimonial para guiarles a la
restauración).
Matrimonios: Tropezando Bajo el Peso de las Expectativas Injustas

En los Estados Unidos, en el año 2000 tuvieron lugar 2,355,005 matrimonios y
957,200 divorcios. “El Centro Nacional de Estadísticas de Salud reportó un informe que
decía que el 43 por ciento de los primeros matrimonios terminan en separación o
divorcio en un período de 15 años.”1
La tasa de divorcio entre los cristianos se acerca peligrosamente a la misma de los que
no conocen al Señor Jesucristo.
• El matrimonio ha sido grandemente devaluado, y ahora se le ve como un contrato

condicional en lugar de un pacto de por vida.
• El matrimonio se ha convertido en una relación más frágil que nunca antes debido a
1 Americans for Divorce Reform, Divorce Statistics Collection. Disponible en

www.divorcereform.org/rates.html. Acceso 23 septiembre 2003.
que las expectativas son egoístas y erradas .
¿Qué Buscan las Personas?

Nuestra generación—más que cualquier otra—espera cosas equivocadas del
matrimonio. ¿Qué es lo que hace a nuestra generación más propensa al divorcio?
• Nuestra sociedad orientada al consumo nos ha enseñado a ver el matrimonio

simplemente como otro producto diseñado para nuestra satisfacción personal.
Cuando el producto ya no satisface, simplemente lo desechamos para buscar otro
nuevo que tal vez funcione mejor .
• Nuestra cultura constantemente envía el mensaje de que la libertad personal es
antitética al compromiso a largo plazo. Nos hace pensar que el matrimonio debe ser
una puerta a la libertad, y no un compromiso de sacrificio (aunque a la larga
satisfactorio ).
• Nuestra generación espera que el matrimonio lleve el peso que otras partes de
nuestra red social solían llevar. Note como se mueve nuestra sociedad, la búsqueda
consumidora de la prosperidad y la falta de un consenso moral. Debido a esto no
podemos depender de nuestras instituciones—gobierno, comunidad, iglesia, familias
extendidas y amistades, como solíamos hacerlo anteriormente.
• Muchos vienen de hogares inestables que se caracterizaron por el conflicto
destructor, el maltrato o el divorcio. Debido a esto carecemos de un modelo de orden,
compromiso, responsabilidad, desprendimiento y amor genuino.
• Muchos esperan que su matrimonio les compense por las pérdidas que sienten, las
heridas que han sufrido, el caos que han experimentado y el egoísmo y deslealtad de
sus modelos a seguir .
Bajo el peso de estas cargas, no es sorpresa que los matrimonios atraviesen

dificultades y se rompen.
A menudo las parejas vienen en busca de consejería echándose la culpa el uno al

otro, cada uno con un profundo sentido de queja. ¿Cuál es la queja? No haber
conseguido lo que buscaban en el matrimonio. Sus expectativas eran demasiado
altas y se sienten defraudados . En alguna parte de los votos matrimoniales
oyeron: “Prometo darte lo que sea que andabas buscando en este matrimonio.
Prometo ser el buffet que sirve todo o que se te antoje.” Ver al matrimonio como un
lugar primordial para conseguir en vez de dar , es peligroso.
La mayoría de divorcios se deben a la frustración por las expectativs de

derechos no cumplidos.
PASO DOS
Instrucción y Estímulo Bíblico

Muestre que el divorcio es la concesión de la gracia de Dios, aunque renuente, en un
mundo caído.
La información bíblica sobre el divorcio y un nuevo matrimonio se puede agrupar

en pasajes que expresan (1) el ideal de Dios sobre el tema (Génesis 2:24; Malaquías
2:10–16) y (2) la concesión de Dios a la luz de las crueles realidades de un mundo caído
(Deuteronomio 24:1–4; Mateo 5:31–32; 19:1–10; y 1 Corintios 7:10–16).
EL IDEAL DE DIOS EN CUANTO AL DIVORCIO

El ideal de Dios en cuanto al divorcio es sencillamente que suceda. Génesis 2:24
describe al matrimonio como un pacto inquebrantable y unificador: “y serán una sola
carne.” La unidad está destinada a ser indisoluble: “Por tanto, lo que Dios ha unido,
ningún hombre lo separe” (Mateo 19:6). La permanencia marital basada en el
compromiso es un principio de Dios. Los cónyuges en el matrimonio deben “unirse” el
uno al otro de acuerdo a Génesis 2:24; en lenguaje sencillo, deben “pegarse como con
pegamento.”
¿Cómo se siente Dios en cuanto al tema? “Porque yo detesto el divorcio—dice el
Señor, Dios de Israel” (Malaquías 2:16). Eso es tan claro como cualquiera pudiera
pedirlo.
La mayoría de divorcios pueden prevenirse, y no tienen respaldo en las Escrituras.
Dios, que tiene el título de propiedad de todo, ha mostrado Su gran fidelidad dejando a
un lado lo que le correspondía por derecho y tomando forma de siervo y muriendo la
muerte de un criminal. Si el latido del corazón de Aquel que tiene todo derecho es dar y
morir, entonces con certeza Sus criaturas—especialmente Sus hijos e hijas
redimidas—pueden aprender a dar de sí mismos y a morir a sí mismos.
La Concesión de Dios en Cuanto al Divorcio

Dios es un realista. Él ve la dureza del corazón humano y su potencial para hacer del
matrimonio una forma de esclavitud, especialmente para las mujeres . Herbert Vander
Lugt dijo: “Un hombre de corazón duro en una sociedad dominada por los hombres
puede hallar muchas … maneras para hacerle la vida di!cil a una esposa que ya no
quiere sostener.… Pienso que fue la tierna preocupación de Dios por las mujeres lo que
le llevó a permitir el divorcio en Israel.”2
Este comentario sobre Deuteronomio 24:1–4 refleja la dedicación de Dios a no
permitir que un hombre egoístamente mantenga a su esposa en el limbo mientras sigue
casado y prefiriendo a otra mujer. Tiene que darle a su esposa un certificado de divorcio
que oficialmente la deje en libertad y le dé el derecho de volver a casarse (v. 2). El
certificado de divorcio elevaba a la mujer del estatus de propiedad (como en las culturas
circundantes) al estatus de persona. El divorcio, entonces, es la concesión de Dios ante el
egoísmo de Sus criaturas caídas.
Límites de Dios en Cuanto al Divorcio
Jesús dejó en claro que no se debe abusar de la concesión de Dios. Para cuando Jesús
2 Herbert Vander Lugt, Divorce and Remarriage: What Does the Bible Teach? (Grand Rapids, Mich.:
Radio Bible Class, 1994), p. 8.
hizo estos comentarios en el Evangelio de Mateo, la permisividad respecto al
divorcio había permeado en la sociedad israelita, violando el espíritu de la ley (ver
Mateo 5:32). Así, Jesús radicalmente reinterpreta la ley, permitiendo el divorcio sólo por
infidelidad sexual . ¿Por qué esta excepción? Porque es consistente con la esencia de
Deuteronomio 24:1–5, y debido a que la infidelidad sexual rompe el pacto
matrimonial.
NOTA: El adulterio permite la oportunidad para el divorcio, pero no exige un divorcio.
De hecho, en la mayoría de los casos Dios preferiría que el matrimonio se restaurara.
Pablo, trabajando en un escenario gentil en donde los matrimonios entre
creyentes y no creyentes eran mucho más comunes, extiende el razonamiento de
Cristo para añadir otra excepción a la prohibición del divorcio. Dice que si el no
creyente se separa del cónyuge creyente, “que se separe; en tales casos el hermano o
la hermana no están obligados” (1 Corintios 7:15). El pastor Chuck Swindoll dice: “El
abandono del cónyuge inconverso rompe el vínculo, dejando así en libertad al
cónyuge creyente para divorciarse y volver a casarse.”3
¿Se Extiende la Concesión de Dios al Maltrato?

Dios detesta el divorcio, pero también detesta la violencia doméstica (ver Salmos 11:5).
Pensar que Dios aprobaría el que una mujer se someta a la crueldad de su esposo, golpizas,
perversión sexual o ira desenfrenada, es inimaginable. Ella debe separarse junto con sus hijos
y emprender acción legal para asegurar su seguridad de acuerdo a los pasos bosquejados en
el Capítulo 13: “Abuso doméstico”. Tal vez, mediante un programa de consejería para
maltratadores, más la disciplina eclesiástica y la consejería, se pudiera restaurar el
matrimonio. Sin embargo, si la restauración es imposible, el divorcio tal vez sea el único
recurso para el cónyuge maltratado.
Nuevo Matrimonio: Una Perspectiva Bíblica

Marcos 10:2–12 enseña que un nuevo matrimonio después de un divorcio no sancionado
por las Escrituras es lo mismo que adulterio.
Mateo 5:32 indica la excepción. La infidelidad sexual rompe el pacto matrimonial y deja
en libertad al cónyuge ofendido para divorciarse y volver a casarse legítimamente.
1 Corintios 7:15–16 específicamente considera un matrimonio mixto. El cónyuge
creyente “no está sujeto” cuando el no creyente se separa. (La comprensión de Pablo de
estar sujeto se aclara en 7:39). Así, cuando el no creyente disuelve el matrimonio, el
cónyuge creyente no está bajo mandato de preservarlo. Pablo parece ver que el
matrimonio es nulo e inválido con la implicación de que un nuevo matrimonio es
permitido.
2 Corintios 5:17 quiere decir que Dios promete al pecador creyente que es una “nueva
criatura.” Esto tiene en mente a la criatura flamante, fresca, sin uso, que llega a ser en el
momento de la salvación. Pablo añade que “las cosas viejas pasaron.” Por consiguiente,
si el divorcio tuvo lugar antes de la salvación, el creyente está libre para volver a casarse
.4
En otras palabras, un nuevo matrimonio tiene suficiente base bíblica cuando, y sólo
cuando, el divorcio previo descansa sobre base bíblica. (Para una consideración más
completa sobre este tema vea el libro del pastor Chuck Swindoll Dile Que Sí al Amor,
capítulo 9, o el folleto en inglés Divorce and Remarriage: A Biblical Perspective, ambos
incluidos en la sección “Recursos” en la última página de este capítulo).
PASO TRES
Ayudas Prácticas para Hoy

Hable del costo y consecuencias del divorcio y/o un nuevo matrimonio.
CÓMO ACONSEJAR A LOS QUE ESTÁN CONTEMPLANDO

DIVORCIARSE
4 Vease Charles R. Swindoll, Dile Que Sí al Amor (Nashville, TN.: Grupo Nelson, 1992), pp. 129–141.
En momentos cuando parece que ya no hay ninguna esperanza en el matrimonio, las parejas
pueden sentir un dolor tan intenso que piensan que el divorcio es la única salida. Estas parejas
a menudo buscan consejería con una actitud que dice: “Usted tiene que convencernos de que el
divorcio no es el único camino que nos queda.” Necesitan confrontar tres mitos:
Mito #1: El dolor del divorcio será menor que el presente dolor en el matrimonio.
La verdad es que la secuela del divorcio es un infierno. Los divorcios amistosos son
raros, si acaso existen. La mayoría de divorciados, especialmente las mujeres, se sienten
sin esperanza, derrotados y deprimidos. Sin que importe la desdicha en el matrimonio,
acabarlo parece la muerte de un sueño.
Mito #2: Los hijos sobreviven el divorcio relativamente intactos.

El germen de la verdad en esto es que los niños son resistentes. Pero estudios a largo
plazo muestran que los niños y adolescentes sufren enormemente en el divorcio,
incluso hasta su vida como adultos. Pero puesto que los niños también sufren
grandemente en relaciones crónicamente abusivas, el cónyuge que no es abusivo debe
poner fin al maltrato. Esto puede significar una separación marital hasta que sea seguro
restaurar el matrimonio.
Mito #3: Un matrimonio doloroso es un matrimonio fracasado.

Los matrimonios no son como los caballos—los matrimonios pueden tener “huesos
rotos” sin necesidad de que se les dé un tiro de gracia. En realidad, un matrimonio
doloroso es un matrimonio con un mensaje. A menudo, el mensaje tiene que ver con
cuestiones emocionales dentro de cada cónyuge que el divorcio no resolverá. El mensaje
de un matrimonio doloroso puede ser que al matrimonio se le ha pedido que dé
compensación por las desilusiones en la vida de uno o ambos cónyuges. También le
indica a la pareja que han edificado su matrimonio sobre el cimiento equivocado. (Ver el
Paso 4 sobre la reconstrucción sobre el cimiento apropiado).
Los creyentes no arrepentidos que han ignorado la Palabra de Dios y han escogido el
divorcio en contra de la voluntad de Dios, o cuya conducta ha impulsado a su cónyuge a
buscar un divorcio, sufrirán las consecuencias de sus acciones.
Por otro lado, hay muchos que han sufrido el trauma del divorcio a pesar de haber hecho
todo lo que podían para salvar su matrimonio. Detestan el divorcio y lo que esa experiencia
les ha hecho a ellos y a sus hijos, pero no pudieron evitarlo. Estos individuos necesitan una
mayor cantidad de comprensión, compasión y bondad que lo usual.
“¿Qué si la Desilusión Matrimonial Parece No Acabarse Nunca?”

¿Que tal una situación en donde no hay base bíblica para el divorcio, pero el cónyuge
se niega por completo a responder y las necesidades insatisfechas de uno son crónicas?
¿Qué hace uno cuando desilusiones significativas ocurren a diario?
Primero, lo que no hay que hacer: (1) Mantener en desacato al cónyuge que no
responde. (2) Justificar un espíritu vengativo. (3) Morirse por dentro y fingir que no
duele.
Ahora, lo que hay que hacer: (1) Pídale a Dios que le ayude a ver su matrimonio como
una parábola. Imagínese que su cónyuge representa la falta de respuesta de su propio
corazón a Dios. Procure quebrantarse por el dolor que su pecaminosidad a veces le ha
causado a Dios. Agradézcale a Él por darle una idea de cuánto el corazón de Dios anhela
el suyo. (2) Pídale a Dios que le ayude a convertirse en una persona que perdona. Sólo al
perdonar usted puede quedar libre de la amargura y podrá amar de nuevo. (3) Pídale a
Dios que le muestre a amar cómo Él ama. Su patrón de amor es promover el bien y
oponerse al mal. (4) Pídale a Dios que provea por sus necesidades insatisfechas, que le dé
de Su amor mientras usted crece para reflejar el amor de Dios. (5) Busque un amigo o
amiga de su propio sexo, o un grupo pequeño, a quien o quienes usted pudiera contar su
experiencia de manera confidencial, y pedir oración sin que los demás menosprecien a
su cónyuge. (Ver el capítulo 4: “Consejería Matrimonial”).
Cómo Aconsejar a los que ya han Entablado el Divorcio

Imagínese mentalmente a la mujer que va a hablar con su pastor y le dice: “Mi esposo
acaba de presentarme los documentos en que demanda el divorcio. ¿Debo firmarlos?” El
mejor enfoque es dilatar el comienzo de la demanda tanto como sea posible, aconsejando de
que no los firme. Ella tal vez necesite buscar un abogado para que le ayude a presentar una
solicitud para extender la fecha límite para firmarlos.
La demora le dará al cónyuge que ha entablado la demanda, la posibilidad de calmarse, y
tal vez le dé al pastor o a otro consejero una oportunidad de hablar con ese cónyuge. Al
momento de la conversación, el consejero pastoral debe enfocar los tres mitos que se
indicaron arriba en este capítulo, descubrir si hay alguna base bíblica para el divorcio, y
animar al cónyuge a retrasar el proceso del divorcio y aceptar consejería con el propósito de
lograr una restauración.
Cómo Aconsejar a los que están Recuperándose del Divorcio

Algunos de los que asisten a las iglesias evangélicas les lanzan piedras a los divorciados.
Sin embargo, los que están recuperándose del trauma de matrimonios rotos necesitan
compasión, un lugar en donde pertenecer, un sentido de esperanza y la posibilidad de ser
útiles en la iglesia. Lo que menos necesitan es que se les juzgue, o que se les recuerde lo que
han perdido, o que se les diga que jamás se recuperarán. Anime a los miembros de su iglesia
a:
• brindar compasión (véase Romanos 12:15),

• ofrecer un lugar en donde pertenecer dentro del cuerpo de la iglesia,
• ofrecer un sentido de esperanza al mostrar la certeza de que Dios tiene toda la intención
de proveer una buena salida a su situación (véase Génesis 50:20).
Tal vez como pastor o líder de la iglesia, usted puede sugerir la posibilidad de servir cuando
los líderes de la iglesia vean que la persona divorciada ha trabajado a través y ha aprendido
de su divorcio y esta lista para servir. Por esta razón, la consejería post-divorcio es
sumamente crucial.
CONSEJO RÁPIDOLos siguientes capítulos de Perspectivas Para Aconsejar también se aplican al

Paso 3:
• Si ha ayudado a un individuo o pareja a decidir reconstruir su matrimonio en lugar de

divorciarse, véase el capítulo 4: “Consejería Matrimonial”.
• Si está aconsejando a un individuo o pareja que contempla volver a casarse, consulte los
siguientes capítulos:
— Para asegurar que los conflictos del matrimonio o matrimonios pasados se hayan resuelto,
véase el capítulo 4: “Consejería Matrimonial”.
— Para la preparación para un nuevo matrimonio, véase el capítulo 5: “Consejería
Prematrimonial”.
— Para la preparación para la combinación de dos familias, véase el capítulo 7: “Familias
Ensambladas”.
PASO CUATRO
Principios de por Vida para el Crecimiento

Edifique un firme cimiento para una relación personal saludable y de toda la vida.
Paso Uno:
Busque e identifique maneras en las cuales cada cónyuge espera egoístamente que el
matrimonio compense heridas pasadas.
Paso Dos:
Guíe a cada cónyuge a arrepentirse de esas expectativas. Ayúdeles a reconocer y a
confiar en el plan de Dios.
Paso Tres:
Anime a cada cónyuge a reconocer en sí mismo y en el otro, el instrumento de Dios
para edificar madurez y consagración en sus vidas.
ARREPENTIMIENTO POR LAS EXIGENCIAS EGOÍSTAS DE DERECHOS

• Las actitudes de exigencia de derechos son la peor base posible para un matrimonio
que prospera. Un cimiento mucho mejor es tener una visión para el estímulo mutuo
hacia la consagración.
• Toda declaración de exigencia de derechos es esencialmente una declaración de
incredulidad. Cuando nuestra felicidad personal es el centro de nuestras vidas,
empujamos a Dios fuera de nuestras vidas y declaramos: “No con!o en el plan de
Dios para mí. Mi plan es sentirme bien; sospecho que Sus planes pudieran ir en otra
dirección”. Por tanto, la primera parte del puente para alejarse del reclamo de
derechos es el arrepentimiento. El arrepentimiento incluye aceptar que hay algo que
importa más que como nos sentimos.
Un corazón arrepentido diría: “Señor, lamento profundamente haber dado a mis
sentimientos más importancia que a conocerte—y más importancia que a comprender y
cuidar a mi cónyuge. He sido muy egoísta. Ayúdame a pasar a un plano más alto en mi
matrimonio; es decir, a conocerte y ayudar a mi cónyuge a que te conozca a Ti.”
Para el Aconsejado
Nuevo Matrimonio: UNA PERSPECTIVA PRÁCTICA
La libertad para volver a casarse no necesariamente implica que un nuevo matrimonio sea
sabio. ¡El tiempo lo dice todo! Hay dos factores que indican cuando es un buen tiempo para
volver a casarse:
1. Vigile el efecto de rebote; no se case de nuevo para evadir el dolor de hacerle frente al
rechazo y la aflicción.
2. Evite repetir los viejos errores relacionales. Busque ayuda pastoral o profesional para
resolver asuntos clave tales como: ¿Qué heridas del pasado pude haber querido que mi
matrimonio compensara? ¿Cómo puedo sanar substancialmente de esas heridas antes de
volver a casarme? ¿Qué estrategias he cultivado para protegerme de heridas similares? ¿De
qué manera esas estrategias le hicieron daño a mi matrimonio anterior? ¿Qué tengo que
hacer para arrepentirme y abandonar esas estrategias?
Probablemente se necesita un mínimo de un año para sanar y redirigir la vida de uno antes
de que se deba considerar un nuevo matrimonio.
Deje de preguntar:
“¿Qué está haciendo este matrimonio para mí?”
Empiece a preguntar:
“Dios: ¿cómo quieres Tú ministrar a mí cónyuge por medio de mí?”
TENGA EN MENTE
Un matrimonio logra estabilidad a largo plazo cuando ambas partes se arrepienten

de sus actitudes de exigencia de derechos y ven sus papeles como ministros de la
gracia del uno para el otro.
EL CIMIENTO FIRME: GRACIA, COMPROMISO, ACEPTACIÓN
Si creencias egoístas y exigencias miopes de derechos fomentan las condiciones para el
colapso del matrimonio, ¿qué tipo de creencias proveen un cimiento sólido para
reconstruir un matrimonio o edificar un nuevo matrimonio? Mucha conversación, e
inevitables malos entendidos y conflictos, tendrán lugar para un cambio serio de
paradigma matrimonial. El esposo y la esposa deben comprender y abrazar tres
compromisos fundamentales.
A mado Señor:
Quiero Tu plan, Tu dirección para mi vida y para nuestro matrimonio. Quiero que el
conocerte a Ti sea más importante que el sentirme bien. Confieso que he convertido en
ídolos mis sentimientos. Quiero cambiar mi enfoque, y en lugar de exigir cosas de mi
cónyuge establecer como prioridades Tus deseos para mi vida y a ministrar a mi cónyuge e
hijos. Me comprometo contigo para desarrollar una actitud humilde, atenta, comprensiva,
para estas personas a quienes quiero tanto.
• Gracia. Debemos construir sobre el cimiento de nuestra fe la gracia perfecta de Dios. Sin
que importen las circunstancias o los fracasos de nuestro cónyuge, nunca debemos
perder la esperanza en cuanto a la intención de Dios para en última instancia,
traernos un bien y para Su gloria.
• Compromiso. Debemos añadir a ese cimiento comprometernos a obedecer a Dios cueste
lo que cueste. Esta no tiene por qué ser una obediencia cansada y a regañadientes.
Puede ser vista como la búsqueda de nuestros deseos más profundos y el
cumplimiento de nuestro propósito más alto.
• Aceptación. Debemos completar ese cimiento con la aceptación de nuestro cónyuge por
gracia. Eso quiere decir que tendremos una visión de lo que nuestro cónyuge puede
ser. Sentiremos compasión por las luchas, fracasos y limitaciones de nuestro
cónyuge. Perdonaremos debido a nuestra profunda gratitud por el perdón que Dios
hacia nosotros. Tal vez sintamos una desilusión apropiada cuando nuestros deseos no
sean satisfechos, pero no la amargura o resentimiento que podríamos sentir si
nuestras necesidades no fueran completamente satisfechas en Cristo. 5
5 Basado en el libro de Larry Crabb, El Edificador Matrimonial: Los Fundamentos Esenciales Para un
Estos compromisos señalados arriba producirán un medio ambiente
emocionalmente saludable en el cual la madurez puede prosperar. Todavía habrá
conflictos, pero el compromiso con estos cimientos producirá un hogar en donde
abunda el amor y los conflictos se resuelven mediante comunicación abierta y sincera.
En Efesios 4:15 se nos enseña a decir la verdad en amor. Y cuando el amor se expresa de
esta manera, se promueve un clima para el crecimiento, y el conflicto se vuelve una
oportunidad para el cambio positivo.
Las dos cualidades de verdad y amor deben caracterizar siempre nuestras conversaciones
del uno con el otro si queremos conocer la alegría de una relación armoniosa.
Más adelante en la misma carta, el apóstol asemeja el cambio resultante en una

esposa que es amada, al igual que ocurre en la iglesia como resultado del amor de Cristo:
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo
por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la
palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga
mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada.
(Efesios 5:25–27)
Y el mismo tipo de ambiente de amor para el cambio se producirá en un esposo

cuando su esposa le respeta:
Y que la mujer respete a su marido (Efesios 5:33).
No se Precipite a Criticar al “Chico Malo”

Los líderes de la iglesia a menudo luchan para discernir si a un cónyuge creyente
que inicia una separación o un divorcio se le debería colocar bajo disciplina
eclesiástica. Para evitar un juicio precipitado, considere lo siguiente:
El cónyuge que entabla el divorcio pudiera:
• ser espiritualmente maduro pero hostigado al punto de agotamiento y

quebrantamiento. Se separa en busca de auto-preservación.
• estar enfrentando abuso !sico o sexual que la comunidad desconoce.
Matrimonio Bíblico (Btá, Colombia: Centro de Literatura Cristiana, 1999), capítulos 6–8.
• estar yéndose con los hijos en un esfuerzo sincero de protegerlos del daño.
Después de una investigación cuidadosa, se pudiera pedir la disciplina de un

cónyuge que se divorcia bajo las siguientes circunstancias:
• cuando el otro cónyuge ha sido fiel y está dispuesto a considerar sus problemas en
consejería.
• cuando el cónyuge que inicia el divorcio está llevando activamente un estilo de
vida de pecado, por el cual no muestra ningún arrepentimiento. Esto pudiera
incluir problemas tales como abuso !sico y sexual, así como también infidelidad.
Una Palabra del pastor Swindoll:

En donde Dios permite el divorcio y un nuevo matrimonio, con humildad
aceptémoslo sin temor ni culpabilidad. No llamemos “inmundo” a lo que Él ahora
llama limpio. Pero tampoco pongamos palabras en Su boca ni le hagamos decir lo
que Él, de hecho, no ha dicho. Sin importar cuán desdichados podamos sentirnos.6
Tarea para Hacer en Casa
Pida que cada cónyuge escriba por lo menos una página sobre la siguiente
pregunta: “¿De qué maneras he actuado yo como si este matrimonio existiera sólo
para hacer que yo me sienta bien?” Pídales que traigan a la próxima sesión lo que
hayan escrito.
Recursos
Adams, Jay E. Matrimonio, Divorcio y Nuevo Matrimonio. BCN, España: Editorial Clie,
1985.
Carder, Dave. Destrozados: La recuperación de una relación extramatrimonial. Miami, FL.:

Editorial Unilit, 2013.
———. Torn Asunder Workbook: Recovering from ExtrDestrozados: La Recuperación de una

Relación Extramatrimonial. Miami, FL.: Editorial Unilit, 2013.
House, H. Wayne, ed. Divorce and Remarriage: Four Christian Views. Downers Grove,
Ill.: InterVarsity Press, 1990.
Swindoll, Charles R. Cuando se Atraviesa Tiempos Di!ciles. Plano, TX.: Insight for
Living, 1981.
Swindoll, Charles R. Dile Que Sí al Amor. Nashville, TN.: Grupo Nelson, 1992.

Divorcio y Nuevo Matrimonio: Cuando Se Lucha Con La Concesión de Dios

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• El matrimonio ha sido grandemente devaluado, y ahora se le ve como un contrato

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• Nuestra sociedad orientada al consumo nos ha enseñado a ver el matrimonio

Bajo el peso de estas cargas, no es sorpresa que los matrimonios atraviesen

A menudo las parejas vienen en busca de consejería echándose la culpa el uno al

La mayoría de divorcios se deben a la frustración por las expectativs de

Instrucción y Estímulo Bíblico

La información bíblica sobre el divorcio y un nuevo matrimonio se puede agrupar

EL IDEAL DE DIOS EN CUANTO AL DIVORCIO

La Concesión de Dios en Cuanto al Divorcio

Límites de Dios en Cuanto al Divorcio

¿Se Extiende la Concesión de Dios al Maltrato?

Nuevo Matrimonio: Una Perspectiva Bíblica

Ayudas Prácticas para Hoy

CÓMO ACONSEJAR A LOS QUE ESTÁN CONTEMPLANDO

Mito #2: Los hijos sobreviven el divorcio relativamente intactos.

Mito #3: Un matrimonio doloroso es un matrimonio fracasado.

“¿Qué si la Desilusión Matrimonial Parece No Acabarse Nunca?”

Cómo Aconsejar a los que ya han Entablado el Divorcio

Cómo Aconsejar a los que están Recuperándose del Divorcio

• brindar compasión (véase Romanos 12:15),

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