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Hace referencia a todas las habilidades que el niño adquiere a lo largo de su infancia. Se trata
de una evolución que se desarrolla desde bebés, durante toda la infancia, es decir, es el
proceso mediante el cual el niño aprende a moverse, hablar o distinguir personas y objetos,
entre otras capacidades.
Primeros 6 meses
Durante los primeros seis meses, el bebé mantiene la posición fetal, similar a cuando aún
estaba en el útero materno. De forma progresiva irá extendiendo los brazos y las piernas y
empezará a mover la cabeza. Sobre los tres meses habrá mejorado la coordinación de sus
extremidades y adquirirá la capacidad de agarrar objetos y sujetar su cabeza.
Durante esta etapa, los bebés van aprendiendo a producir sonidos y a expresarse con gestos.
Una vez cumplen ya los seis meses, aproximadamente, comienzan a articular consonantes
como la m, la b o la t. Igualmente, comienzan a ser curiosos y va aumentado su interacción con
el entorno. El llanto, por otro lado, es la primera forma de comunicación que desarrollan los
bebés, seguido por la risa. Durante esta etapa aprenderá a emitir sonidos, pero no distinguirá
palabras.
En esta etapa el bebé ya es capaz de sentarse solo e intentará moverse por sí mismo,
inicialmente gateando. La comunicación no verbal se ha potenciado durante esta etapa,
aunque sigue sin tener la capacidad de asociar palabras a su significado. El bebé, además, ya
puede reconocer a las personas de su entorno, en mayor o en menor medida, y especialmente
a sus padres, en relación a los objetos, es capaz de sostenerlos y de empezar a buscarlos y
encontrarlos por sí mismo.
En esta tercera etapa del desarrollo psicomotor, el bebé ya sabe caminar e incluso puede llegar
a subir escaleras. Intenta, por otro lado, moverse de otras formas, corriendo o saltando. Su
capacidad para agarrar objetos es mayor y, además, es capaz de utilizar herramientas para
realizar actividades como, por ejemplo, pintar un dibujo o amontonar partes de un juego de
construcción.
Por otro lado, la capacidad para comprender órdenes es mayor. También crecerá su sentido de
la independencia, de modo que pedirá menos ayuda para comer, para moverse o para utilizar
objetos.
En esta fase el niño o niña ya ha estabilizado el equilibrio y, por lo tanto, puede andar, subir
escaleras, correr, saltar y bailar. La sujeción de objetos también ha mejorado, y puede realizar
sus tareas de forma más precisa. También colabora al vestirse o asearse, entre otros.
El número de palabras que comprende y utiliza ha aumentado, y además es capaz de decir su
propio nombre y reconocerse en los espejos. Por otra parte, intenta imitar a las personas
adultas y a sus acciones. Disfruta interactuando con otras personas y empieza a acercarse a
otros niños y niñas.
En esta última etapa las habilidades de equilibrio se encuentran en un estado avanzado. El niño
o niña ya puede saltar sobre un pie, montar en triciclo, subir y bajar escaleras, etc. También
han mejorado las habilidades manuales.
Respecto al lenguaje, en esta etapa se amplia considerablemente. Cada vez puede construir
frases más largas y distinguir los tiempos verbales hasta el punto de que llegan a conocer unas
500 palabras. Además, dado que su curiosidad es mayor, el niño hará más preguntas e
interactuará mucho más con su entorno.
Conceptos clave
Socioafectivo: Es el fomento de las habilidades que permiten al niño crecer como persona y ser
social. Por una parte, consiste en enseñar a los niños a reconocer y gestionar sus emociones
para que puedan expresarlas de manera asertiva. Por otra parte, se trabaja la empatía a las
necesidades de los demás, las competencias sociales para que puedan relacionarse con otros
niños y adultos de manera satisfactoria y las estrategias de resolución de conflictos
intrapersonales.
4- 5 meses: - ¿Comienza a llevar las manos voluntariamente hacia los objetos que llaman su
atención para agarrarlos?- ¿Utiliza indistintamente ambas manos o, por el contrario, muestra
particular preferencia por una de ellas?
7 meses: - ¿Se mantiene sentado sin apoyo durante 1 minuto? - ¿Es capaz de dar la vuelta
completa en la cama?
10 meses: - ¿Se mantiene de pie, aun con ligera ayuda, dando pequeños saltitos, sin excesiva
rigidez de las piernas, sin cruzar las piernas, sin apoyar exclusivamente la punta de los pies? -
¿Gatea?
14 meses: - ¿Es capaz de caminar solo? - ¿Arrastra la punta de algún pie al dar el paso?
18-20 meses: - ¿Sabe usar la cuchara y el vaso? - ¿Juega con objetos "como si fueran de
verdad"?
La motricidad fina tiene que ver principalmente con las extremidades superiores,
especialmente las manos, y son la base de nuestra capacidad para utilizar objetos,
herramientas y utensilios, Su desarrollo es esencial para la interacción del niño con lo que le
rodea y su madurez comienza desde el nacimiento y siempre en constante relación con el
desarrollo motor grueso.
Uso bilateral de las manos: uso conjunto de las manos para realizar la actividad.
Destreza: capacidad para realizar pequeños movimientos con las manos de manera precisa y
eficaz, con agudeza y sin mucho esfuerzo.
porque es esencial para el desarrollo de los hábitos diarios como vestirse, abrochar botones,
cerrar cremalleras, abrir el tubo de la pasta de dientes, … Sin estas habilidades el niño ve
menguada su capacidad para hacer cosas, y desenvolverse adecuadamente en su entorno y
esto afecta a su autoestima y aprendizaje escolar.
Nacimiento a 9 meses
Estrategias de interacción:
Colocar objetos estratégicamente alrededor del niño donde tendrá que extender la
mano para alcanzarlos
Proveer oportunidades para el niño de agarrar juguetes y otros objetos pequeños
Dar un modelo de diversas maneras de usar objetos, por ej., golpear dos objetos uno
contra otro, agitar una pelota sensorial, apilar bloques
10 meses a 18 meses
Los niños empiezan a controlar los músculos pequeños y manipular objetos a
propósito.
Estrategias de interacción:
Proveer materiales de artes, por ej., crayones y papel, para que el niño pueda hacer
garabatos
Permitir que el niño explore libros por su cuenta
Proveerle al niño alimentos que puede agarrar con los dedos y traer a la boca, por ej.,
cereal seco
Animar al niño a participar en juegos de los dedos, por ej., el de la arañita
Proveer diversos materiales que el niño puede explorar, por ej., libros y juguetes con
diversas texturas, juguetes de tela, juego con agua
19 meses a 24 meses
Los niños empiezan a coordinar sus movimientos al usar los músculos pequeños y empiezan a
manipular diversos tipos de objetos.
Intenta doblar varios tipos de materiales, por ej., papel, cobija de bebé
Usa señas para bebés para comunicar varios conceptos, por ej., “ya terminé”, “más”,
“agua”
Usa herramientas sencillas, por ej., cucharón para sacar agua o arena, crayón para
garabatear
Empieza a imitar líneas y círculos al dibujar
Controla la ubicación de objetos de manera más efectiva, por ej., apila bloques en
forma más ordenada
Estrategias de interacción:
25 meses a 36 meses
Los niños coordinan eficazmente sus músculos pequeños para manipular de diversas maneras
una amplia gama de objetos, juguetes y materiales.
Empieza a usar movimientos más complicados de las manos, por ej., usa utensilios para
comer independientemente, apila bloques
Intenta ayudar con el vestir, por ej., cierra botones, sube la cremallera, se pone los
calcetines y zapatos
Garabatea con intención y empieza a dibujar círculos y líneas por su cuenta
Usa la coordinación de los ojos y las manos de manera más controlada, por ej., arma
un rompecabezas, ensarta cuentas
Estrategias de interacción:
Dar un modelo del uso de utensilios para escribir y comer en actividades de todos
los días
Proveer experiencias y objetos que fomenten la motricidad fina, por ej.,
manipulativos para ensartar, pasta para moldear, el uso de pinzas de plástico para
levantar objetos, tableros con huecos para varillas
Dejar que el niño ayude a vestirse; tener paciencia y darle la guía que sea necesaria
para evitar la frustración
Proveer rompecabezas más complejos para que el niño intente armarlos; por ej.,
rompecabezas con más piezas.
No le gustan los juegos que exijan coordinación de los ojos con las manos como
construcciones, juegos de encaje, imanes…
Presenta dificultades para realizar tareas de autocuidado con comparación con los
niños de su edad: pobre ejecución, mayor lentitud, frustración y evitación…
Necesita más tiempo que los demás niños para aprender una tarea motora fina nueva.
No le gusta pintar, escribir, colorear, recortar…Su desempeño no es bueno y se
apresura para terminar lo antes posible.
Tiene un agarre extraño del lapicero, aprieta mucho o por el contrario muy poco el
papel, su caligrafía es ilegible…
Se cansa fácilmente cuando realiza cualquier actividad que requiera estas destrezas.
Actividad:
3 personas deberán participar con plastilina, tienen 5 minutos para realizar una figura, la más
creativa gana.