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La peste negra o sencillamente la epidemia de la peste fue la pandemia de peste

bubónica más devastadora de la hiestoria de la humanidad.


Entre 1346 y 1347, estalló la mayor epidemia de peste de la historia de Europa
Llegó a Europa a través de las rutas comerciales. Introducida por marinos
Afectó a Eurasia en el siglo XIV y que alcanzó un punto máximo entre 1347 y 1353.
Fallecidos: 80 a 200 millones en Eurasia y África del Norte.
El origen de la peste bubónica era la bacteria yersinia pestis, que afectaba a las ratas
negras y a otros roedores y se transmitía a través de los parásitos que vivían en esos
animales, en especial las pulgas (chenopsylla cheopis), las cuales inoculaban el bacilo a
los humanos con su picadura.
La mayoría de las variedades de Yersinia pestis se han encontrado en China, lo que
sugiere que la epidemia podría haberse originado en esa región. Se pudo constatar que el
origen de esta se sitúa en esta la región de las montañas Tian Shan, en Asia Central.

Síntomas:

Fiebre alta incluso superando los 40 grados, tos y esputos sanguinolentes, sangrado por la
nariz y otros orificios, sed aguda, manchas en la piel de color azul o negro debido a
pequeñas hemorragias cutáneas, gangrena, que es la muerte de tejidos por la falta de
sangre, en la punta de las extremidades, aparición de bubones negros en ingle, cuello,
axilas, brazos, piernas o detrás de las orejas, debido a la inflamación de los ganglios
linfáticos y la rotura de los bubones supurando líquido con un olor pestilente.

Había otras variedades de peste como la peste septicémica, en la cual el contagio pasaba
a la sangre, lo que se manifestaba en forma de visibles manchas oscuras en la piel –de ahí
el nombre de «muerte negra» que recibió la epidemia–, y la peste neumónica, que
afectaba el aparato respiratorio y provocaba una tos expectorante que podía dar lugar al
contagio a través del aire.

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