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Estrategias psicológicas en el tratamiento de fobias específicas: Un


metanálisis

Article · January 2010

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4 authors, including:

Kate B. Wolitzky-Taylor Mark B Powers


University of California, Los Angeles Baylor Health Care System
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Michael J Telch
University of Texas at Austin
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Estrategias psicológicas en el tratamiento de
fobias específicas: Un metanálisis
Kate B. Wolitzky-Taylor, Jonathan D. Horowitz,
Mark B. Powers, Michael J. Telch

Laboratory for the Study of Anxiety Disorders, Department of Psychology,


The University of Texas at Austin, United States

Resumen: Se sometieron a un meta-análisis datos de 33 estudios aleatorizados de tratamientos para responder


cuestiones sobre la eficacia de las estrategias psicológicos en el tratamiento de la fobia específica. Como se espe-
raba, los tratamientos basados en la exposición produjeron grandes tamaños de efectos en comparación con el no
tratamiento. Estos tratamientos también fueron mejores que el tratamiento con placebo y que las estrategias psi-
coterapéuticas activas alternativas. Los tratamientos que implicaban contacto in vivo con el objeto fóbico tam-
bién superaron a las modalidades alternativas de exposición (por ejemplo, exposición imaginaria, realidad virtual,
etc.) en el post tratamiento pero no en el seguimiento. Los tratamientos con placebo fueron significativamente más
eficaces que el no tratamiento sugiriendo que los sufridores de fobia específica responden moderadamente a las
intervenciones con placebo. Los tratamientos con sesiones múltiples superaron ligeramente a los tratamientos de
sesión única en las medidas de dominio específico en el cuestionario de disfunción fóbica y los análisis de mode-
rador revelaron que más sesiones predecían resultados más favorables. Contrariamente a lo esperado, el tamaño
de los efectos para las principales comparaciones de interés no estuvo moderado por el tipo de fobia específica.
Estos hallazgos proporcionan la primera prueba resumida cuantitativa que apoya la superioridad de los tratamien-
tos basados en la exposición sobre las estrategias de tratamiento alternativas para quienes padecen fobias especí-
ficas. También se exponen recomendaciones para la investigación futura.

plo, temor a los espacios cerrados, a volar) ambiental


P a l a b ra s c l a v e :
(por ejemplo, miedo a las alturas, las tormentas, el
Fobia específi ca; Meta-análisis; agua) animal (por ejemplo, miedo a las serpientes, las
Tratamiento de exposición arañas, los perros) y sangre/inyecciones/daño (por
ejemplo, miedo a los procedimientos dentales o médi-
cos, inyecciones, a la visión de sangre) siendo los más
prevalentes los subtipos animal y ambiental (Curtis,
Introducción Magee, Eaton, Wittche & Kessler, 1998).

La fobia específica se caracteriza por un marcado y Como en muchos trastornos de ansiedad, las fobias
persistente temor a un objeto específico o a una situa- específicas muestran un curso crónico con bajas tasas
ción que causa una significativa interferencia en la vida de remisión espontánea (Wittchen, 1988). A pesar de su
o malestar (APA, 1994). Con una prevalencia a lo largo concreta naturaleza, la fobia específica se asocia con un
de la vida del 12,5% (Kessler, Berglund & Demler, importante deterioro. Wittchen, Nelosn y Lachner
2005) la fobia específica se sitúa como el trastorno de (1998) hallaron que los adultos jóvenes con diagnósti-
ansiedad más común. Las fobias específicas se dividen co de fobia específica reportaban un grave deterioro de
actualmente en cuatro subtipos: situacional (por ejem- sus actividades rutinarias durante el peor episodio de

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sus trastornos. Las fobias específicas representan tam- tación del objeto fóbico y, por tanto, sirve como un des-
bién un importante desafío para la ciencia médica. Por incentivo para la búsqueda de tratamiento. Finalmente,
ejemplo, casi un tercio de los pacientes que se someten algunos individuos pueden haber experimentado un fra-
a una RNM tumbados no son capaces de completar el caso en la realización de exposición auto-administrada
procedimiento debido a graves reacciones de claustro- y haber llegado de ese modo a la conclusión de que
fobia (Quirk, Letendre, Ciottone & Lingley, 1989; ellos no responden a este tipo de tratamiento.
Thorp, Owens, Whitehouse & Dewey, 1990). De forma
similar las fobias de sangre/inyecciones/daño ocasio- A pesar de la baja proporción de sufridores de
nan a menudo la evitación de procedimientos médicos fobia que buscan tratamiento (Regier y col., 1993) la
(Kleinknecht, 1994) y la evitación relacionada con la fobia específica está entre los trastornos más tratables.
fobia dental puede ocasionar importantes problemas de Aquellos que buscan tratamiento pueden escoger entre
salud dental y reducción de la calidad de vida (sacado un gran número de intervenciones diferentes, incluyen-
de Mehrstedt, Tonnies & Eisentraut, 2002). do (pero no limitado a) terapia cognitiva, modelado,
exposición en imágenes o realidad virtual y exposición
directa in vivo. De todas las terapias disponibles, la
Utilización del tratamiento
terapia de exposición es la más ampliamente estudiada
y a menudo considerada como el tratamiento de prime-
Actualmente, existen pruebas convincentes que ra elección para las fobias específicas (véase Barlow,
sugieren que aquellos que padecen fobia específica son Raffa & Cohen, 2002; Craske, 1999; Telch, 2004). Un
reticentes a buscar ayuda a pesar de la disponibilidad de reciente artículo de revisión concluye que la exposición
intervenciones eficaces. Basados en los datos del estu- in vivo puede ser el tratamiento más eficaz para las
dio ECA, sólo buscaron tratamiento el 31% de aquellos fobias específicas (Choy, Fyer & Lipsitz, 2007). Sin
que cumplían los criterios del DSM-III para fobia embargo, los autores destacan asimismo que otras
(Regier, Narrow & Rae, 1993) y de ellos, sólo un modalidades de exposición y de reestructuración cogni-
43,4% buscó servicios especializados en salud mental tiva pueden ser también muy útiles en el tratamiento de
(Narrow, Rae & Mandesrcheid, 1993). ciertos subtipos de fobia específica.

Diversos factores pueden contribuir a esta resisten-


cia a buscar tratamiento. Primero, muchos perciben su
fobia como intratable o no están enterados de que exis- Tratamiento actual para la fobia específica
ten tratamientos eficaces. Segundo, como muchos de
los tratamientos disponibles implican la confrontación Estrategias de exposición
directa con el objeto causante de la fobia, aquellos que
conocen la existencia de los tratamientos pueden ser Exposición in vivo. La exposición in vivo implica
aprensivos a realizarlos. Más concretamente, cerca de que los pacientes tengan contacto directo con los estí-
un 25% de los pacientes fóbicos rechazan los tratamien- mulos del temor, como una araña viva. La exposición in
to basados en la exposición debido al temor de encarar- vivo se ha investigado extensamente para el tratamien-
se al objeto fóbico o a la situación fóbica. (Marks, to de las fobias específicas incluyendo, pero no limita-
1992; Marks & O’Sullivan, 1988). Asimismo, Öst do a, arañas (Hellstrom & Öst, 1995; Muris, Mayer &
(1989) reportó que el 90% de los participantes fóbicos Merckelbach, 1998; Öst, 1996; Öst, Ferebee &
a las arañas en su estudio habría rechazado su trata- Furmark, 1997; Öst, Salvkoskis & Hellstrom, 1991),
miento de sesión única si se les hubiera explicado con serpientes (Gauthier & Marshall, 1997; Hepner &
antelación en qué consistía el tratamiento. Tercero, Cauthen, 1975), ratas (Foa, Blau, Prout & Latimer,
dado el carácter situacional inherente al temor en la 1977), perros (Rentz, Powers, Smits, Cougle & Telch,
fobia específica, se puede conseguir fácilmente la evi- 2003) truenos y relámpagos (Öst, 1978a), agua

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(Menzies & Clarke, 1993), alturas (Baker, Cohen & emocionalmente la exposición a los estímulos. La EIAO
Saunders, 1973; Bourque & Ladouceur, 1980) miedo a usa menos avances tecnológicos que la RV; el cliente
volar (Beckham, Vrana, May, Gustafson & Smith, interactúa con un ordenador guiando a una persona vir-
1990; Howard, Murphy & Clarke, 1983; Öst, tual a través de interacciones con el objeto fóbico.
Brandberg, y Alm, 1997) espacios cerrados (Craske,
Mohlman, Yi, Glover & Valeri, 1988) temores dentales Desensibilización y reprocesamiento por el movi-
(Gitis, Herbert y Schmidt, 1996; Moore & Brodsgaard, miento ocular (DRMO). Desarrollado originalmente
1994) sangre (Öst, Fellenius & Sterner, 1991) y globos por Shapiro (1989) para el tratamiento del trastorno por
(Houlihan, Schwartz, Miltenberger & Heuton, 1993). estrés postraumático (TEPT), la DRMO consiste en dar
instrucciones para que al paciente se le presenten imá-
Desensibilización sistemática. Desarrollada por genes relacionadas con el recuerdo traumático mientras
Wolpe (1958, 1973) y basada en su teoría de la “inhibi- realiza movimientos oculares rápidos. Se instruye al
ción recíproca” la desensibilización sistemática consis- paciente para que se centre en una imagen, recuerdo,
te en enseñar al paciente a relajar los músculos emoción o cognición perturbadora mientras el terapeu-
voluntarios durante una confrontación imaginaria con ta mueve un dedo a lo largo del campo visual del
el estímulo del miedo. El tratamiento consta de tres paciente quien sigue el movimiento del dedo. Un obje-
componentes distintos: (a) entrenamiento en la relaja- tivo del tratamiento es cambiar las cogniciones en rela-
ción progresiva de la musculatura (RPM); (b): cons- ción con el trauma de negativas a positivas (para
trucción de una jerarquía de miedos; y (c) detalles del protocolo véase Shapiro, 1989, 1995).
desensibilización propiamente dicha – consistente en Adaptado para fobias específicas el componente de la
repetidas presentaciones imaginarias del estímulo del exposición imaginaria consiste en la confrontación de
miedo de modo gradual mientras el paciente se halla en imágenes con el objeto fóbico, más que con un evento
relajación muscular progresiva. traumático, como en el TEPT.

Exposición imaginaria. La exposición imaginaria Aunque los partidarios de la DRMO consideran


consiste en hacer que el paciente imagine una confron- este tratamiento como una modalidad única por pleno
tación con el estímulo del miedo. Contrariamente a la derecho, la terapia tiene, indudablemente, como ele-
desensibilización sistemática, la cual dedica diversas mento central la exposición. De hecho, algunos han
sesiones al entrenamiento de la relajación, las estrate- argumentado que los efectos de esta técnica son com-
gias de exposición imaginaria moderna tienden a omitir pletamente atribuibles al componente de la exposi-
el componente relajación. ción imaginaria (Pitman y col. 1996; Renfrey &
Spates, 1994).
Realidad virtual y exposición simulada con ordena-
dor. Estas estrategias permiten al paciente enfrentarse a Tensión aplicada (TA). La TA se ha usado inicial-
representaciones del objeto fóbico generadas en un mente en el tratamiento de las fobias a la sangre e
ordenador. Las dos variantes de esta estrategia general inyecciones. Los pacientes son expuestos a estímulos
incluyen la realidad virtual (RV; Rothbaum y col., 1995; de sangre/daño de manera gradual mientras se les ense-
Rothbaum, Hodges, Smith, Lee & Price, 2000) y la ña a tensar sus músculos para aumentar su presión arte-
exposición indirecta asistida por ordenador (EIAO; rial, previniendo de este modo el desvanecimiento en
Dewis y col., 2001). En la RV, el paciente interactúa con presencia de sangre o inyecciones (Öst y col., 1991;
una representación virtual del estímulo fóbico mientras Öst, Sterner & Fellenius, 1989).
lleva unos auriculares y un dispositivo de seguimiento
con la cabeza. El espacio virtual está pensado para crear Relajación aplicada (RA). Como la TA, la relaja-
un “sentido de presencia” suficiente (Rothbaum y col., ción aplicada consiste en enseñar a los pacientes una
2000, p. 1021) para permitir que el paciente procese habilidad específica durante el enfrentamiento con el

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estímulo del temor (en este caso la relajación muscular fobia específica. Basadas en los estudios publicados
progresiva, RMP) enseñándoles luego a usar esa habili- disponibles, las siguientes cuestiones relacionadas
dad durante el enfrentamiento con el estímulo del con la eficacia se prestaban a la investigación meta-
miedo. A los pacientes se les proporciona un amplio analítica: (a) ¿Son eficaces los tratamientos psicoso-
entrenamiento en RMP y a menudo se introduce mucho ciales en comparación con no tratamiento o con
más tarde la exposición en el tratamiento (por ejemplo, tratamiento con placebo? (b) ¿Son más eficaces los
Öst, Lindahl, Sterner & Jerremalm, 1984).
tratamientos que incluyen exposición al objeto fóbico
que aquellos que no la incluyen? (c) ¿Son más efica-
ces los “tratamientos” con placebo que el no trata-
Estrategias alternativas a las terapias
miento? (d) ¿Son más eficaces los tratamientos con
de exposición
exposición in vivo que los tratamientos que usan una
Terapia cognitiva (TC). Se ha estudiado la TC para modalidad alternativa de exposición (por ejemplo,
el tratamiento de la fobia específica (Craske & Rowe, imaginaria, asistida por ordenador)? (e) ¿Son más efi-
1997) bien sola (Booth & Rachman, 1992; de Jongh y caces los tratamientos de exposición que incluyen
col., 1995; O’Donahue & Szymanski, 1993) bien en técnicas cognitivas adyuvantes que los tratamientos
combinación con tratamientos basados en la exposición de exposición solos? (f) ¿Son más eficaces los trata-
(Kamphuis & Telch, 2000; Koch, Saptes & Himle, mientos de sesión múltiple que los tratamientos de
2004). En la TC se enseña a los pacientes a identificar sesión única? y (g) ¿Hay factores que predicen
y alterar sus defectuosas valoraciones de las amenazas (moderan) de manera fiable el resultado del trata-
manteniendo la reacción fóbica. Los ejemplos de técni- miento? Nuestra decisión de sintetizar los datos en un
cas de TC incluyen la reestructuración cognitiva (de metanálisis cuantitativo para afrontar estas cuestiones
Jongh y col., 1995) y la reevaluación guiada de la ame-
se basó en diversos factores. Primero, los estudios
naza (Kamphuis & Telch, 2000; Sloan y Telch, 2002).
individuales no proporcionan pruebas definitivas con
las que influir en la política o la práctica (Hedges &
Relajación muscular progresiva (RMP). La RMP
Olkin, 1985). Segundo, los hallazgos enfocando estas
consiste en enseñar a los pacientes a tensar y relajar
diversos grupos musculares con la intención de entre- cuestiones son a menudo contradictorios. Por ejem-
narles a que se relajen ellos mismos. Aunque algunos plo, algunos estudios muestran que las estrategias de
investigadores usan los términos RA y RMP como aumentación cognitiva mejoran claramente el trata-
intercambiables, la RA incluye por definición un com- miento de exposición (por ejemplo, Kampushi &
ponente de exposición, mientras que en la RMP no se Telch, 2000; Sloan & Telch, 2002) mientras otros
incluye. Aunque la RMP se ha estudiado más extensa- estudios no lo muestran (Szymanski & O’Donahue,
mente en el tratamiento de otros trastornos de ansiedad, 1995). Finalmente, las revisiones narrati-
diversos estudios han examinado la eficacia de la RMP vas/cualitativas pueden inflar los errores tipo II
en el tratamiento de la fobia específica (por ejemplo, (Cooper & Rosenthal, 1980).
Öst y col., 1982; Gilroy, Kirkby, Daniela, Menzies &
Montgomery, 2000).

Tratamientos psicosociales; ¿Son eficaces?


Objetivos de este meta-análisis Un primer paso hacia la valoración de la utilidad de
los tratamientos psicosociales para la fobia específica
Nuestro objetivo principal era proporcionar un
es separar las contribuciones relativas del tratamiento y
meta-análisis cuantitativo de la eficacia de la investi-
de los factores no específicos. Hay una considerable
gación sobre los tratamientos psicosociales para la

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varianza en los tamaños de efecto de los tratamientos ra (LE) permitiendo por tanto un cálculo de la respuesta
psicosociales en comparación con los controles placebo al placebo en el tratamiento de la fobia específica.
y no tratamiento.

Moderadores del tamaño del efecto


Tratamientos de exposición ¿Son eficaces?
Los estudios disponibles eran marcadamente
Dado que los tratamientos de exposición han sido
heterogéneos en diversas dimensiones, tales como el
los más ampliamente estudiados para la fobia específica,
subtipo de fobia específica, la dosis del tratamiento y
estaban disponibles un número suficiente de estudios
el nivel de implicación del terapeuta. Para aquellas
para examinar separadamente su eficacia en relación comparaciones que mostraban heterogeneidad esta-
con: (a) no tratamiento; (b) control con placebo; y (c) dística significativa, examinamos si estos factores
psicoterapias que no incluyen un componente de exposi- influenciaron significativamente en los cálculos de la
ción. Además, diversos estudios manejaron parámetros eficacia del tratamiento.
de tratamiento de exposición para evaluar maneras de
mejorar su eficacia. Nosotros examinamos tres de esas Número de sesiones de tratamiento. Al contrario
comparaciones paramétricas: (a) una versus cinco sesio- que otros trastornos, las fobias específicas pueden mos-
nes de exposición in vivo; (b) tratamientos de exposición trar una significativa reducción de los síntomas en dosis
in vivo versus modelos alternativos de exposición (por tan bajas como una única sesión (por ejemplo,
ejemplo, exposición imaginaria, RV, EIAO); y (c) expo- Hellstrom, Fellenius & Öst, 1996). La comprensión de
sición más técnicas cognitivas versus exploración sola. la relación dosis - respuesta puede ser de utilidad tanto
para la planificación del tratamiento como para la teóri-
La decisión de testar estas comparaciones se basó com-
ca comprensión de la reducción del miedo.
pletamente en la disponibilidad de los estudios. Por
ejemplo, había pocos estudios para comparar la exposi-
Tipo de fobia tratada. Se han estudiado los trata-
ción auto-dirigida con la dirigida por un terapeuta.
mientos para la fobia específica para cada uno de los
cuatro subtipos. Ninguno de los estudios que cumplía
los criterios de inclusión investigó la eficacia del trata-
Alternativas a la terapia de exposición: miento en más de un subtipo específico de fobia. Choy
¿Son eficaces? y col. (2007) concluyeron que ciertos tratamientos pue-
den ser más eficaces para ciertos subtipos de fobia
Se localizaron diversos estudios de tratamientos psi-
específica que para otros. Sin embargo, estas conclusio-
cosociales realmente de no exposición que permitieron
nes eran cualitativas y se basaban en un número de
estimar su eficacia en relación con el no tratamiento. Sin
estudios muy pequeño. Consecuentemente, nosotros
embargo, había muy pocos estudios para comparar los incluimos el tipo de fobia como un moderador putativo
tratamientos de no exposición con placebo. del resultado del tratamiento.

Implicación del terapeuta. Había muy pocos estu-


dios comparando directamente la exposición auto-diri-
¿Son eficaces los tratamientos con placebo en gida con la dirigida por un terapeuta. Sin embargo, dada
el tratamiento de la fobia específica? la importancia de la salud pública asociada con la apli-
cación del tratamiento auto administrado, examinamos
Diversos estudios incluían tanto grupos placebo
este parámetro de exposición como un factor potencial
control fiables (PL) como grupos control de lista de espe-
de la eficacia del tratamiento.

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Fecha de publicación. Basándonos en que la inves- de inclusión: (a) estudiaba una población adulta bien
tigación realizada sugiere que la fecha de la publicación cumpliendo completamente los criterios del DSM para
puede influenciar en el tamaño de los efectos de los la fobia específica, bien cumpliendo todos los criterios
estudios de tratamiento aleatorizados (Abramowitz, excepto el de malestar / interferencia; (b) los participan-
1997), nosotros examinamos si la fecha de la publica- tes eran aleatorizados a dos o más condiciones de trata-
ción moderaba los tamaños de los efectos para las com- miento en los que al menos un tratamiento activo se
paraciones de interés. comparaba a uno o más de las siguientes condiciones:
controlado por lista de espera, controlado por placebo u
otro tratamiento activo y (c) incluían índices de resulta-
Métodos
dos que valoraban los síntomas del objeto fóbico en
oposición al ajuste psicológico o disfunción general. De
los 37 estudios restantes, ocho no reportaban estadísti-
Selección de estudios cas que permitieran el cálculo de los tamaños del efec-
to. Tras intentar contactar con los autores, tuvimos
Empezamos buscando todos los informes publica- éxito al obtener los datos necesarios para cuatro de los
dos de estudios aleatorizados de tratamientos de inter- ocho estudios1. Los cuatro estudios restantes se exclu-
venciones psicosociales para fobia específica. yeron, dejando por tanto un total de 33 estudios publi-
Utilizamos diversos métodos para localizar los estudios cados.
publicados. Primero, realizamos búsquedas de
PsycINFO desde 1840 hasta Agosto, 2007,
PsycARTICLES desde 1894 hasta Agosto 2007,
Medline desde 1996 hasta Agosto 2007 e Índice Clasificación de los tratamientos
Acumulado para Enfermería y Literatura de Salud
Relacionados desde 1982 a Agosto 2007, usando las Tratamientos de exposición
siguientes palabras clave: fobia específica, fobia sim-
ple, tratamiento de la fobia específica, tratamiento sim- Los tratamientos se clasificaron como de exposi-
ple de la fobia, tratamiento de la fobia, acrofobia, ción si incluían confrontación directa o indirecta con
claustrofobia, fobia a las serpientes, fobia a las arañas y el estímulo temido. Tales tratamientos incluyeron
fobia a la sangre. Estas búsquedas se limitaban a revis- exposición in vivo, exposición in vivo con disponibi-
tas en lengua inglesa revisadas por pares (peer revie- lidad de conducta segura, exposición in vivo con utili-
wed), con sólo participantes adultos. Las búsquedas zación de conducta segura, exposición imaginaria,
nunca “explotaron” estas palabras clave en una termi- exposición imaginaria activa, desensibilización siste-
nología más general. Esta búsqueda obtuvo inicialmen- mática, DRMO, RV, RV con un componente táctil,
te 998 artículos. A continuación revisamos los EIAO, práctica negativa, técnica de inundación asisti-
resúmenes de estos 998 artículos e identificamos 46 da por terapeuta, técnica de inundación por grabación
artículos que proporcionaban descripciones acordes y dominio guiado.
con los criterios de inclusión del estudio (véase más
adelante). Posteriormente, examinamos la sección de Aunque algunos autores etiquetaban a sus trata-
bibliografía de los 46 artículos y seleccionamos 14 artí- mientos como algo más que exposición, nosotros con-
culos adicionales que parecían cumplir los criterios de sideramos estos tratamientos como de exposición si
inclusión. Estos 60 artículos fueron revisados indepen- incluían algún componente de exposición. Por ejemplo,
dientemente por dos de los autores (KW y JH) para ase- un tratamiento RA que incluía sesiones en los que los
gurar que cumplían todos los criterios de inclusión.
Veintitrés de los 60 artículos fueron eliminados debido Los datos los proporcionaron Beckham, Bourque, De Jongh, Muhlberger y Gotestham
1

aunque desafortunadamente los datos proporcionados por Gotestham eran insuficien-


a que no cumplían uno o más de los siguientes criterios tes debido a la falta de datos del grupo control.

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participantes usaban habilidades de RA en presencia los siguientes tres dominios: conductual, psicológico
del objeto fóbico se clasificó como exposición, tal y cuestionario. Los resultados conductuales se clasifi-
como lo fue un tratamiento llamado “reestructuración caron como aquellos derivados de un test de evalua-
cognitiva” que incorporaba reestructuración cognitiva ción de la conducta (TEC). Estos incluyeron
durante la confrontación con el objeto fóbico. Además, puntuaciones auto reportadas de temor mientras los
el DRMO se clasificó como exposición dado que inclu- participantes se acercaban al objeto fóbico y el nivel
ye un componente de exposición imaginario. de acercamiento conductual (por ejemplo, número de
escalones completados durante el TEC). Las medidas
que valoraban la respuesta psicofisiológica se clasifi-
caron como medidas fisiológicas. Estas incluyeron:
Tratamientos de no exposición frecuencia cardiaca, reactividad de la frecuencia car-
diaca, conductancia de la piel, presión arterial sistóli-
Estos se definieron como cualquier tratamiento ca y diastólica. Las medidas del cuestionario variaban
supuestamente activo (es decir, no un placebo) que no grandemente y dependían del objeto fóbico particular
incluía confrontación con el objeto fóbico como elemen- en estudio. Sin embargo, los cuestionarios sólo se
to del procedimiento. Estos incluyeron la relajación, incluyeron si medían directamente miedo o evitación
RMP (a la que muchos autores, quizás inadecuadamen- del objeto fóbico (por ejemplo, cuestionario de acro-
te, se refieren como RA sin componente de exposición), fobia). Se excluyeron los cuestionarios abarcando
técnicas de tensión solas y terapia cognitiva. funcionamiento general (por ejemplo, de estado de
ánimo o de personalidad).

Tratamiento con placebo (TP).


Análisis estadísticos.
Los tratamientos se clasificaron como placebo si se
cumplían todos los criterios: (a) el tratamiento se eti- Los tamaños del efecto se calcularon usando la
quetaba como “placebo” en el artículo original, (b) se versión 2.0 del Comprehensive Meta-analysis
proporcionaba a los participantes una explicación creí- Software (Biostat; Borenstein, Hedges, Higgins &
ble sobre como la intervención les ayudaría a superar la Rothstein, 2005). Los tamaños del efecto para cada
fobia; y (c) no incluía un componente de un procedi- medida se calcularon para las 11 comparaciones de
miento conocido por ser activamente eficaz en el trata- tratamiento de interés. Los tamaños del efecto para
miento de la fobia específica. Las condiciones de cada comparación se clasificaron incluyéndolos en
placebo incluían la imaginación placentera, la visuali- uno de los tres dominios de variables descritos ante-
zación de una película sobre la naturaleza y haberle riormente (es decir, conductual, fisiológico o cuestio-
dicho (tranquilamente) que la película contiene mensa- nario)4. Se promediaron múltiples medidas de un
jes subliminales que reducirían su miedo al objeto temi- dominio dado para obtener un tamaño de efecto com-
do, la asociación libre sobre acontecimientos de la puesto para ese dominio. Para cada estudio computa-
infancia2, sesiones de información acerca de las fobias
y estimulación audio-fótica pulsada (SAP)3. A los participantes se les explicó el racional de porqué estos acontecimientos (por ejem-
2

plo, el primer día de colegio) estaban relacionados con el objeto fóbico.


3
A los participantes que se sometieron al placebo SAP se les explicó el racional de por-
qué el dispositivo les relajaría. El dispositivo SAP se ha usado como placebo fiable en
estudios de fobia específica (Powers y col., 2004; Wolitzky y Telch en prensa) y fobia
social (Smits, Powers & Telch, 2005)
Clasificación de los resultados medidos 4
Estas categorías se seleccionaron de acuerdo con el modelo tripartito de ansiedad
(Turner & Mickelson, 1984), que enfatiza la importancia de la evaluación de los datos
del auto-informe, conductuales y fisiológicos para poder evaluar completamente la
Los resultados medidos se clasificaron en uno de ansiedad.

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mos los tamaños de efecto para una o más compara- ble de valoración del dominio: conductual y/o cuestio-
ciones de interés. Cuando los estudios incluían grupos nario y/o fisiológico (aunque muy pocos incluían resul-
múltiples que eran susceptibles de comparación, se tados fisiológicos). Para los estudios que incluían más
obtuvieron múltiples tamaños de efecto. Por ejemplo, de una medida en un dominio dado, los tamaños de
un estudio comparando tres tipos de terapia de exposi- efecto separados se calcularon para cada medida y
ción con una condición de lista de espera generaría luego se promediaron para obtener un tamaño de efec-
tres tamaños de efecto “exposición vs. lista de espera” to conductual o de cuestionario agrupado. Los análisis
separados. para cada comparación usaron sólo estos resultados
agrupados conductuales, de cuestionario y fisiológicos.
Para cada comparación de interés, obtuvimos un Por ejemplo, un estudio valorando los resultados usan-
tamaño de efecto separado para cada resultado disponi- do tres medidas de cuestionario y dos medidas conduc-

Tabla 1. Comparaciones por estudio

Exp. vs.
Todos Exp. No exp. Exp. LE vs. Exp. vs. IVE vs.
Estudio 1 vs. 5 Exp.
vs. LE vs. LE vs. LE vs. Plac. Plac. no exp. no IVE
+ TC
Bates, McGlynn, Montgomery,
and Mattke (1996) x x
Beckham et al. (1990) x x
Booth and Rachman (1992) x
de Jongh et al. (1995) x x
Emmelkamp et al. (2002) x
Foa et al. (1977) x x x x
Garcia-Palacios, Hoffman, Carlin,
Furness and Botella (2002) x x
Gauthier and Marshall (1977) x x x x
Gilroy et al. (2000) x x
Heading et al. (2001) x x x
Hecker (1990) x
Hellstrom, Fellenius, and Öst (1996) x x
Hoffman, Garcia-Palacios, Carlin,
Furness and Botella-Arbona (2003) x x
Kamphuis and Telch (2000) x
Kirsch, Tennen, Saccone, and Cody (1983) x x x x
Koch et al. (2004) x
Muhlberger, Herrmann, Wiedemann,
Ellgring, and Pauli (2001) x
Muris and Merkelbach (1997) x x
O'Donahue and Szymanski (1993) x x
Öst (1978a,b) x x
Öst et al. (1982) physiological responders x x x x
Öst et al. (1982) behavioral responders x x x x
Öst et al. (1991) x
Öst, Hellstrom, & Kaver (1992) x
Öst et al. (1997) x
Öst, Alm, Brandberg, and Breitholtz (2001) x x
Pendleton and Higgins (1983) x x x x
Powers et al. (2004) x x x x
Rentz et al. (2003) x
Rothbaum et al. (1995) x x
Rothbaum et al. (2000) x x x
Sloan and Telch (2002) x
Szymanski and O'Donahue (1995) x x x x x x
Williams, Turner, and Peer (1985) x x x

Significado Abreviaturas, ver Tabla 2

10 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010


tuales produciría dos tamaños de efecto – un tamaño de lizaron análisis separados para la valoración de cada
efecto compuesto para el cuestionario y otro compues-
to para el comportamiento5. 5
Dado que muchos estudios incluían múltiples modalidades de parámetros medidos
mientras otros incluyeron sólo uno, los análisis de resultados para las diferentes moda-
lidades se calcularon de colecciones de estudios ligeramente diferentes.
Los análisis se realizaron usando modelos de
Por ejemplo, se seleccionaron todas las comparaciones de “exposición versus medi-
efectos fijos. Para cada comparación de interés se rea-
6

das de cuestionario de placebo agrupadas” de diversos estudios.

Tabla 2. Información estadística por comparación

Comparación K # var N d DE Var. IC 95% Q (df)

Todos los ttos. vs. LE C 20 58 1217 1.03*** 0.06 0.004 0.91–1.16 (57) 142.95***
Todos los ttos. vs. LE B 14 27 5 89 1.09*** 0.09 0.008 0.91–1.27 (27) 39.42†
Todos los ttos. vs. LE Q 14 30 614 1.02*** 0.09 0.008 0.85–1.19 (29) 97.65***
Exp. vs. LE C 18 45 961 1.05*** 0.07 0.005 0.91–1.20 (44) 121.08***
Exp. vs. LE B 13 22 499 1.16*** 0.10 0.01 0.96–1.36 (21) 34.52*
Exp. vs. LE Q 12 22 448 1.00*** 0.11 0.01 0.79–1.20 (21) 79.26***
No exp. vs. LE C 6 12 298 0.98*** 0.13 0.02 0.73–1.23 (11) 21.51*
No exp. vs. LE B 3 4 104 0.81*** 0.22 0.05 0.37–1.24 (3) 2.33
No exp. vs. LE Q 5 8 194 1.07*** 0.16 0.03 0.76–1.38 (7) 18.24*
Exp. vs. Plac C Post 5 14 316 0.48*** 0.12 0.01 0.25–0.72 (13) 12.75***
Exp. vs. Plac B Post 5 9 216 0.42** 0.15 0.02 0.13–0.70 (8) 7.46
Exp. vs. Plac Q Post 2 5 100 0.61** 0.21 0.04 0.20–1.02 (4) 4.69
Exp. vs. Plac C FU 2 7 210 0.80*** 0.15 0.02 0.50–1.09 (6) 7.04
Exp. vs. Plac B FU 2 4 130 0.68*** 0.20 0.04 0.30–1.07 (3) 4.90
LE vs. Plac C 5 7 146 0.57*** 0.18 0.03 0.23–0.92 (6) 15.82
LE vs. Plac B 5 5 107 0.82*** 0.21 0.04 0.41–1.22 (4) 9.79
LE vs. Plac Q 2 2 39 − 0.03 0.33 0.12 − 0.66–0.61 (1) 1.27
Exp. vs. No exp. C Post 10 27 80 0.44*** 0.08 0.007 0.28–0.60 (24)37.36†
Exp. vs. No exp. B Post 5 10 236 0.38** 0.13 0.02 0.12–0.63 (9) 11.89
Exp. vs. No exp. Q Post 9 15 330 0.51*** 0.11 0.01 0.28–0.73 (14) 24.09*
Exp. vs. No exp. C FU 7 17 461 0.35*** 0.10 0.01 0.16–0.54 (16) 31.21*
Exp. vs. No exp. B FU 3 6 168 0.33* 0.16 0.03 0.02–0.64 (5) 15.48**
Exp. vs. No exp. Q FU 5 9 261 0.36** 0.14 0.02 0.08–0.63 (8) 12.40
IVE vs. Non-IVE C Post 7 11 357 0.38*** 0.11 0.01 0.17–0.58 (10) 16.54
IVE vs. Non-IVE B Post 5 6 220 0.37** 0.14 0.02 0.11–0.64 (5) 7.04
IVE vs. Non-IVE Q Post 5 5 155 0.38* 0.17 0.03 0.06–0.70 (4) 9.50
IVE vs. Non-IVE C FU 6 9 306 0.20† 0.12 0.01 − 0.03–0.43 (8) 6.96
IVE vs. Non-IVE B FU 4 5 187 0.20 0.15 0.02 − 0.09–0.49 (4) 3.95
IVE vs. Non-IVE Q FU 4 4 119 0.20 0.19 0.03 − 0.16–0.57 (3) 3.01
1 vs. 5 C Post 4 7 194 0.11 0.14 0.02 − 0.17–0.39 (6) 1.98
1 vs. 5 Q Post 4 4 110 0.23 0.19 0.04 − 0.14–0.61 (3) 0.76
1 vs. 5 P Post 2 2 62 0.003 0.25 0.07 − 0.50–0.50 (1) 0.08
1 vs. 5 C FU 4 7 194 0.18 0.15 0.02 − 0.10–0.47 (6) 6.89
1 vs. 5 Q FU 4 4 110 0.35† 0.19 0.04 − 0.03–0.74 (3) 4.41
1 vs. 5 P FU 2 2 62 0.19 0.30 0.09 − 0.40–0.78 (1) 0.09
Exp. vs. Exp + TC C Post 5 9 200 0.17 0.13 0.02 − 0.09–0.44 (8) 5.63
Exp. vs. Exp + TC B Post 5 5 125 0.25 0.18 0.03 − 0.11–0.60 (4) 0.70
Exp. vs. Exp + TC Q Post 3 3 75 0.22 0.23 0.06 − 0.24–0.68 (2) 3.10
Exp. vs. Exp + TC C FU 3 5 125 0.14 0.18 0.03 − 0.21–0.49 (4) 3.73
Exp. vs. Exp + TC B FU 3 3 75 0.15 0.23 0.06 − 0.31–0.61 (2) 2.91

K= número de estudios, # variables comparadas; d= tamaño del efecto d de Cohen; DE= desviación estándar del tamaño del efecto; Var. = varianza; IC 95% = intervalo de con-
fianza del 95%; Q= índice de heterogeneidad; *p<0.05; **p<0.01; ***p<0.001; †p<0.10

Abreviaciones: Q = cuestionarios; B = medidas de conducta; P = medidas fisiológicas; C = compuesto (todas las medidas); EXP. = exposición, Tto. = tratamiento; LE = Lista
de espera; Plac = placebo; Post = valoración post tratamiento; FU = seguimiento (follow-up); Exp. + TC = exposición aumentada con una técnica cognitiva; No exp. = trata-
miento de no exposición

RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010 11


dominio6, y se calculó un tamaño de efecto general meses. La Tabla 1 muestra los estudios incluidos en
compuesto agrupando los tamaños de efecto conduc- el metanálisis para cada una de las 11 comparaciones
tuales, de cuestionario y fisiológicos. Como indicador a priori. La Tabla 2 muestra el resumen de las estadís-
del tamaño de efecto se seleccionó la d de Cohen, con ticas de cada comparación.
valores d de 0.2, 0.5 y 0.8 representando efectos
pequeños, medianos y grandes respectivamente. Los
tamaños de efecto para cada variable se ponderaron
por el tamaño de la muestra en el análisis de cada Eficacia de los tratamientos activos
comparación. La ponderación del tamaño de la mues- en relación con los no tratamientos
tra se hizo para minimizar el riesgo de que una peque-
Veinte estudios comparaban uno o más tratamien-
ña muestra periférica ejerciera una influencia
tos activos con una condición de lista de espera o con-
desproporcionada sobre el tamaño de efecto final para
trol no tratamiento. No sorprendentemente, esta
una comparación (Rosenthal, 1991). Para cada com-
paración, calculamos la significancia estadística comparación reveló que los participantes fóbicos que
(valor de p) del tamaño del efecto, el índice de com- recibían tratamiento activo mostraban claros beneficios
paración de heterogeneidad (Q) y el valor de la p para en comparación con los participantes no tratados. La
el índice de heterogeneidad. Calculamos también el magnitud de este efecto era grande, d= 1.03, p<0.001,
(a): la desviación estándar (DE), (b) la varianza y (c) con una heterogeneidad significativa en los tamaños de
los intervalos de confianza del 95% (IC) para los los efectos a lo largo de los estudios Q (57)=142.95. La
tamaños de efecto. Estas estadísticas, reportadas en la magnitud de este efecto fue similar para las medidas de
Tabla 2, proporcionan información sobre la estabili- cuestionarios d=1.02 (p<0.001) y las mediadas conduc-
dad, la significancia y el rango del verdadero tamaño tuales d=1.09 (p<0.001). Este tamaño de efecto puede
del efecto. interpretarse como la muestra de que la media de los
participantes que siguieron tratamiento en estos estu-
Los análisis de los moderadores se realizaron
dios está mejor que el, aproximadamente, 84% de aque-
usando los efectos aleatorios SPSS macro desarrolla-
llos aleatorizados a no tratamiento. Tal como sucede
dos por Lypsey y Wilson (2001). En los estudios cada
con los estudios que valoran los grupos control de lista
moderador potencial fue adecuadamente codificado
de espera, muy pocos estudios incluyeron medidas de
simuladamente.
seguimiento para permitir la evaluación sistemática de
resultados a más largo plazo. Debe tenerse en cuenta
que en 18 de los 20 estudios incluidos en esta compara-
Resultados ción, el tratamiento activo comprendía un tratamiento
Características de la muestra basado en la exposición.
final de los estudios

Esta muestra final es de 33 estudios que se publi- Eficacia de los tratamientos de exposición
caron entre 1977 y 2004 e incluyeron 90 tratamientos Tratamientos de exposición vs. lista de espera
administrados a 1.193 participantes. El tamaño medio
Dieciocho estudios comparaban uno o más trata-
de la muestra de los estudios era de 36,15. La dura-
mientos de exposición con un control lista de espera.
ción media del tratamiento fue de 3,04 sesiones, con
Esta comparación proporcionó un gran tamaño de efec-
un 46% de los estudios examinando sólo una sesión
to global, d=1.05, p<0.001, y una heterogeneidad sig-
de tratamiento. La duración media del seguimiento
nificativa a lo largo de los estudios, Q (44)=121.08. Los
fue de 168 días con periodos de valoración en el
tamaños de efecto para esta comparación fueron simila-
seguimiento que iban desde las 2 semanas a los 14
res para las medidas de la conducta (d=1.16) y del

12 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010


cuestionario (d=1.00) (todas las p<0.001). Diez estudios compararon directamente uno o más
Tratamientos de exposición vs. placebo tratamientos de exposición con tratamientos de no
exposición. Como se predijo, los tratamientos de expo-
Cinco estudios compararon un tratamiento de
sición conllevaron a mejoras significativamente mayo-
exposición con un tratamiento con placebo. Esta
res tanto en el post tratamiento (d=0.44, p<0.001) como
comparación proporcionó un moderado tamaño de
en el seguimiento (d=0.35, p<0.001) con una heteroge-
efecto global en el post tratamiento y un gran tamaño
neidad significativa lo largo de los estudios Q
de efecto en el seguimiento, d=0.48, p<0.001. Se
(24)=37.36 (post tratamiento) y Q (16)=31.21 (segui-
observó una heterogeneidad significativa tanto en el
miento). Estos hallazgos fueron consistentes a lo largo
post tratamiento Q (13)=12.75 como en el seguimien-
de la evaluación de los dominios, con unos moderados
to Q (6)=7.04. Los tamaños de los efectos post trata-
tamaños de efecto post tratamiento observados para las
miento fueron de alguna manera más altos para las
medidas de conducta d=0.38, p<0.001 y cuestionario
medidas del cuestionario (d=0.61) que para las medi-
d=0.51, p<0.001). Se observó un patrón similar en el
das de conducta (d=0.42). La superioridad del trata-
seguimiento con tamaños de efecto de rango moderado,
miento de exposición sobre el tratamiento placebo fue
aunque de alguna manera más débil (medidas de con-
más fuerte en el seguimiento (d=0.68). Estos hallaz-
ducta d=0.33, p<0.05; medidas de cuestionario d=0.36,
gos indican que en la valoración del seguimiento la
p<0.01). En general, estos hallazgos indican que los tra-
media de los participantes que recibieron tratamiento
tamientos basados en la exposición superan significati-
de exposición está mejor que el 75% de los partici-
vamente a los tratamientos de no exposición tanto en el
pantes que recibieron tratamiento placebo. Sin
post tratamiento como en el seguimiento, con una
embargo, estos hallazgos deben interpretarse con pre-
media aproximadamente del 64% de participantes en
caución debido al pequeño número de estudios que
tratamientos de exposición superando aquellos que
contribuyeron a esta comparación.
recibieron un tratamiento activo de no exposición.

Eficacia de los tratamientos de no exposición Eficacia de los tratamientos placebo


Seis estudios compararon un tratamiento de no Cinco estudios incluyeron tanto un grupo control
exposición con un control lista de espera. Esta com- lista de espera como uno placebo permitiendo así una
paración proporcionó un gran tamaño de efecto glo- valoración de la respuesta de los individuos al trata-
bal d=0.98, p<0.001. Se observó una heterogeneidad miento placebo. Esta comparación proporcionó un
significativa a lo largo de los estudios, [Q (11)=21.5, moderado tamaño de efecto global a favor del trata-
p<0.001]. Los efectos fueron mayores para las medi- miento placebo, d=0.57, p<0.01, con una heteroge-
das de cuestionario (d=1.07, p<0.001) que para las neidad significativa a lo largo de los estudios, Q
medidas de conducta (d=0.81, p<0.001). Estos hallaz- (6)=15,82, p<0.01. De modo interesante, se observa-
gos indican que los tratamientos que no incluyen un ron mayores efectos cuando se examinaron los resul-
tratamiento de exposición pueden beneficiar, no obs- tados de conducta d=0.82, p<0.01. Sólo dos de estos
tante, a los pacientes con fobia específica. estudios reportaron resultados de cuestionario, sin
diferencias significativas en el efecto entre lista de
espera y placebo. De modo general, estos hallazgos
indican que los efectos del placebo son significativos
Eficacia de los tratamientos de exposición com- y similares en magnitud a los tamaños de efecto favo-
parados con los tratamientos de no exposición reciendo a los tratamientos no exposición sobre el no

RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010 13


tratamiento.

Examen de las variaciones Eficacia de tratamientos de exposición con sesio-


de los tratamientos de exposición nes múltiples en comparación con tratamientos
de sesión única

Eficacia de la exposición in vivo en comparación Había cuatro estudios disponibles para esta com-
con otras modalidades de exposición paración. El tamaño de efecto global no fue significa-
tivo en el post tratamiento, d=0.11, p<0.01 ni en el
Siete estudios compararon la exposición in vivo a
seguimiento, d=0.18, p<0.10, con una heterogeneidad
con un modelo alternativo de exposición para el obje-
no significativa a lo largo de los estudios. El examen
to fóbico. Esta comparación proporcionó una ventaja separado de cada dominio de comparación reveló una
significativa de la exposición llevada a cabo in vivo ventaja de 5 sesiones sobre 1 sesión para los resulta-
sobre otras modalidades de exposición en el post tra- dos del cuestionario en el seguimiento, d=0.35,
tamiento d=0.38, p<0.001. Sin embargo, en el segui- p<0.06. Estos hallazgos sugieren que debe haber
miento la ventaja de la exposición in vivo ya no era alguna ventaja del tratamiento de exposición de
significativa, d=0.20, p<0.09. Estos hallazgos eran sesiones múltiples sobre la sesión única para la mejo-
consistentes a los largo de los dominios medidos. Los ra del resultado del tratamiento en el seguimiento. Sin
embargo, el pequeño número de estudios incluidos en
tamaños del efecto en el post tratamiento estaban en
esta comparación exigen precaución.
el rango moderado tanto para los índices de la con-
ducta d=0.37, p<0.01 como para los del cuestionario
d=0.36, p<0.01, favoreciendo a la exposición in vivo. Análisis de los moderadores
Sin embargo, los tamaños de efecto en el seguimien- del tamaño del efecto
to no fueron significativos para ninguno de los domi-
nios evaluados. Tomados en su conjunto estos datos Antes de testar los moderadores potenciales, eva-
indican que mientras la exposición in vivo puede ser luamos si había heterogeneidad significativa en los
más eficaz que otras modalidades de exposición a tamaños de los efectos para cada variable usando el
corto plazo, esta ventaja ya no se encuentra en el macro diseño de efectos aleatorios de Lipsey y Wilson
(2001). Para cada comparación testamos la homogenei-
seguimiento.
dad de los efectos en cada tipo de medida y encontra-
mos efectos significativamente heterogéneos solamente
para la comparación de las medidas de cuestionario en
Eficacia de la exposición más técnicas cognitivas la exposición versus la lista de espera, χ2 (21,
en comparación con exposición sola. N=22)=77.32, p<0.001 y en todos los tratamientos ver-
sus la comparación con lista de espera χ2 (26
Había cinco estudios disponibles para esta com-
N=27=85.90, p<0.001. Por lo tanto, testamos los mode-
paración. Contrariamente a la predicción, la exposi-
radores sólo para estas comparaciones.
ción incrementada con procedimientos cognitivos no
superó a la exposición sola. El tamaño de efecto com- Sólo fue significativo un moderador potencial. Un
puesto global no fue significativo y las comparacio- modelo de regresión ponderada de varianza inversa
nes de los dos tratamientos para cada dominio de indicó que un aumento en las sesiones de tratamiento se
comparación separadamente revelaron una ventaja no asociaba con un mayor tamaño de efecto en la compa-
significativa para la combinación de exposición con ración de la exposición versus la lista de espera,
técnicas cognitivas. B=0,41, z(19)=2.13, p<0.05 y para todos los tratamien-

14 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010


tos en comparación con lista de espera B=0,43, exposición para la fobia específica. Además, la mag-
z(24)=2.58, p<0.01. No se encontró que el tipo de nitud de los tamaños del efecto (es decir, entre mode-
fobia, la fecha de publicación y el grado de implicación rado y grande) así como su robustez a lo largo de
del terapeuta moderaran el resultado del tratamiento. múltiples dominios de valoración y periodos de tiem-
po proporcionan mayor confianza en la conclusión de
que los tratamientos de exposición representan el tra-
Discusión
tamiento de elección para las fobias específicas.

Esta revisión incluyó 33 ensayos clínicos aleatori-


zados controlados investigando los tratamientos para la ¿Cómo es de fuerte la respuesta al placebo
fobia específica. La mayoría (82%) investigaban un tra- en el tratamiento de la fobia específica?
tamiento basado en la exposición, un 60% incluyeron
Que sepamos, esta es la primera revisión para
una valoración del seguimiento y un 42% reportaron
examinar la respuesta al placebo en la fobia específi-
que un porcentaje de participantes alcanzaron mejoría
ca. Contrariamente a lo esperado, los tratamientos
clínicamente significativa. Este metanálisis proporcio-
clasificados como “placebo” mostraron un tamaño de
nó diversos hallazgos interesantes. Primero, la media de
efecto moderado en comparación con no tratamiento.
participantes recibiendo tratamiento estaba mejor que
Sin embargo, debe destacarse que hubo muy pocas
aproximadamente el 85% de los participantes no trata-
comparaciones para testar si los tratamientos placebo
dos. Este tamaño de efecto general del tratamiento era
mayor que el reportado para comparaciones similares superan a los no tratamiento en el seguimiento. La
de tratamientos por depresión, trastorno de pánico y naturaleza de los tratamientos placebo varió conside-
trastorno de ansiedad generalizado (Westen & rablemente e incluyó cosas tales como la administra-
Morrison, 2001), avalando la eficacia de los tratamien- ción de estimulación pulsada audio/fótica (Powers y
tos aplicados en los estudios publicados de tratamientos col., 2004) esperando que mensajes subliminales
para las fobias específicas. redujeran el miedo (Gauthier & Marshall, 1997).
Basados en estos hallazgos, se sugirió que los estu-
dios sobre la eficacia de los tratamientos incluyeran
¿Cómo es de eficaz el rutinariamente placebo para proporcionar un test más
tratamiento de exposición? riguroso de los nuevos tratamientos presumiblemente
“activos”. Los mecanismos por los que los tratamien-
Cuando se compararon los tratamientos de expo- tos placebo ejercen sus efectos aún deben ser estudia-
sición con los grupos control no tratamiento, los dos. Una posibilidad es que los tratamientos placebo
tamaños de efecto eran mayores que los encontrados mejoran las expectativas del resultado del tratamien-
en los metanálisis investigando el tratamiento de to, que a su vez motiva al individuo fóbico a practicar
exposición para el trastorno de ansiedad social la exposición auto dirigida. Desafortunadamente, los
(Gould, Buckminster, Pollack, Otto & Yap, 1997) y el estudios que incluían comparación de placebo versus
trastorno de pánico (Gouldo, Otto & Pollack, 1995). lista de espera no evaluaron la auto exposición de los
Sin embargo, eran de alguna manera menores que los participantes entre las sesiones. Sin embargo, si los
tamaños de efecto reportados para el tratamiento de tratamientos placebo ejercen sus efectos mediante la
exposición y prevención de respuesta del TOC (van motivación de los sujetos para implicarlos en la expo-
Balkom y col., 1994). Nuestros hallazgos sobre la sición auto dirigida entre las sesiones, uno podría
relativa superioridad del tratamiento de exposición en
esperar que la diferencia entre la exposición y los tra-
relación con los tratamientos alternativos (tanto acti-
tamientos placebo disminuyera en el seguimiento.
vos como con placebo) ofrecen más pruebas convin-
Este no era el caso; de hecho, la diferencia entre
centes en apoyo a la eficacia de los tratamientos de
exposición y tratamiento placebo en el seguimiento

RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010 15


excedió a la del post tratamiento. potentes alternativas al tratamiento de exposición sigue
siendo un objetivo importante dada la reticencia de
Eficacia de los tratamientos alternativos
muchos individuos fóbicos a someterse a tratamientos
Dadas las bajas tasas de búsqueda de tratamiento de exposición (Marks, 1992).
entre los sufridores de fobia específica (Regier y col. No sorprendentemente, nuestros hallazgos reve-
1993) se precisan alternativas eficaces para el trata- laron que la superioridad de los tratamientos de expo-
miento de exposición para el apreciable grupo de sición sobre los tratamientos alternativos de “buena
pacientes que rechazan someterse a tratamientos que fe”, disminuye en el seguimiento (aunque sigue sien-
implique la confrontación directa con el objeto fóbico. do estadísticamente significativa). Sin embargo, estos
Nuestra revisión encontró seis estudios que compararon hallazgos deben ser vistos con precaución dado el
un tratamiento de no exposición a una condición de pequeño número de comparaciones y los sesgos intro-
lista de espera (N=5) o a un control con placebo (N=1). ducidos por el abandono de los sujetos. Una explica-
Contrariamente a la ampliamente mantenida creencia ción para este hallazgo es que los individuos fóbicos
de que los tratamientos de no exposición ofrecen un que muestran mejoras a corto plazo independiente-
beneficio limitado a los sufridores de fobia (Choy y mente del tipo de tratamiento que reciben pueden ser
col., 2007), nuestros hallazgos revelaron que los más aptos para entablar exposición naturalista duran-
pacientes fóbicos obtuvieron un beneficio significativo te el periodo de tratamiento, moviéndose así, en el
de los tratamientos de no exposición en comparación seguimiento, más cerca de los participantes tratados
con los que no reciben tratamiento. Sin embargo, los con exposición.
limitados datos disponibles sugieren que este beneficio
Se necesita investigación futura sobre los efectos
puede reflejar simplemente los efectos del tratamiento
a largo plazo de las alternativas a los tratamientos
no específico dado que un estudio que comparaba un
basados en la exposición. Desafortunadamente, las
tratamiento de no exposición (reestructuración cogniti-
comparaciones implicando alternativas a la exposi-
va) con un tratamiento placebo (Szymanski & Donahue,
ción en este meta-análisis fueron muy pocas para exa-
1995) no encontró diferencias significativas entre ellos.
minar las variaciones específicas de los tratamientos
Este hallazgo es también consistente con nuestro datos
de no exposición. Agrupando los tratamientos de no
mostrando tamaños de efecto similares para la exposi-
exposición en una categoría, intentamos sugerir que
ción versus placebo (d=0.48) y tratamientos de exposi-
todos los tratamientos de no exposición son igual-
ción versus no exposición (d=0.44). Tomados en
mente eficaces.
conjunto, estos datos sugieren que probablemente los
tratamientos de no exposición estudiados hasta la fecha
no son más eficaces que el tratamiento placebo. Es inte-
¿Son algunas variaciones del tratamiento
resante destacar que los tamaños de efecto para los tra-
de exposición más eficaces que otras?
tamientos de no exposición fueron más largos para las
medidas del cuestionario (d=1.07) que para las medidas
Telch (2004) ha argumentado que no todos los tra-
de conducta (d=0.81). Una interpretación puede ser que
tamientos de exposición se crean igual. De hecho, los
estos tratamientos alternativos son equivalentes en las
estudios que han manejado parámetros de exposición
características de las demandas a las condiciones place-
proporcionan pruebas sugiriendo que el modo en que se
bo. Esto ayudaría a explicar la discrepancia entre los
dirige el tratamiento de exposición puede impactar sig-
datos de cuestionario y de conducta ya que los cuestio-
nificativamente en el resultado del tratamiento
narios son más fáciles de “falsificar” que las evaluacio-
(Kamphuis & Telch, 2000; Powers y col., 2004; Rowe
nes de la conducta. Sin embargo, el desarrollo de más
& Craske, 1997a,b; Sloan & Telch, 2002; Telch y col.,

16 RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 61 - 2010


2004; Wolitzky & Telch, en prensa) seguimiento puede deberse a la exposición naturalista
continuada durante el periodo de post a seguimiento,
Una conclusión ofrecida por diversas revisiones
ninguno de los estudios reportó datos de esta variable.
cualitativas es que la exposición in vivo es más eficaz
Otra posibilidad es que pueda existir un efecto techo
que las otras modalidades de exposición (Anthony &
para aquellos que reciben exposición in vivo. Aunque
Barlow, 2002; Choy y col., 2007). Sin embargo,
aquellos que recibieron exposición no in vivo conti-
ambas revisiones apuntan hacia la falta de compara-
nuaban mejorando desde el post al seguimiento, las
ción directa entre la exposición in vivo y las modali-
reducciones de su miedo no superaron a las de aque-
dades alternativas al tratamiento de exposición.
llos que recibieron exposición in vivo. Además, estas
Nuestro hallazgo pone en duda esta conclusión.
dos posibilidades no son mutuamente excluyentes. La
Mientras que la exposición in vivo superó a las moda-
mejora para aquellos en condiciones de exposición in
lidades alternativas a la exposición en el post trata-
vivo pueden haber alcanzado un efecto techo, mien-
miento, la superioridad de la exposición in vivo ya no
tras que aquellos que recibían modalidades de exposi-
estaba presente en el seguimiento. Se realizaron aná-
ción no in vivo podrían haber tenido más capacidad de
lisis adicionales para determinar si la falta de diferen-
mejora, que alcanzaron vía exposición naturalista en
cia en el seguimiento se debía a un mayor regreso del
los periodos post a seguimiento.
miedo en el tratamiento de exposición in vivo o a una
mayor mejoría desde el post tratamiento al segui- Merecen un comentario nuestros hallazgos al exa-
miento de aquellos que recibieron modalidades alter- minar los efectos de dosis de tratamiento. Aunque
nativas al tratamiento de exposición. Entre aquellos muchos pacientes que se sometieron a protocolos de
que recibieron exposición in vivo, cuatro de los cinco una sesión de tratamiento muestran mejoría clínicamen-
estudios reportando datos del seguimiento no mostra- te significativa (por ejemplo, Powers y col., 2004),
ron mejoría adicional desde el post tratamiento al nuestros hallazgos ponen en duda la afirmación de que
seguimiento (Emmelkamp y col., 2002; Gilroy y col., una sesión de exposición es el “tratamiento de elec-
2000; Heading y col., 2001; Rentz y col., 2003). ción” para las fobias específicas (Öst y col., 2001. p.
Solamente un estudio mostró una mejoría continuada 168). Más bien, nuestros hallazgos mostraron que aque-
desde el post hasta el seguimiento para aquellos que llos pacientes tratados con cinco sesiones de tratamien-
recibían exposición in vivo (Rothbaum y col., 2000). to basado en exposición reportaban, moderadamente,
Por el contrario, entre aquellos tratados con modali- más mejoría en las medidas del auto informe de los sín-
dades alternativas de exposición, cuatro de los cinco tomas fóbicos comparados con los tratados con sólo
estudios mostraron mejoría adicional desde el post una sesión. Otras investigaciones de las diferencias en
hasta el seguimiento y un estudio mostró manteni- el seguimiento sugieren que la superioridad de las
miento de las ganancias del tratamiento. sesiones múltiples versus una sesión no se debía a un
mayor retorno del miedo si no más bien a la mejoría
Estos hallazgos sugieren que cuando el tratamien-
continuada desde el periodo post al de seguimiento para
to de exposición se realiza in vivo puede conducir a
aquellos que recibieron sesiones múltiples. Estos
una mejoría más rápida en comparación con formas
hallazgos deben interpretarse cautelosamente dado que
menos directas de tratamiento de exposición. Sin
en esta comparación se incluyeron pocos estudios. Sin
embargo, la ventaja de la exposición in vivo ya no está
embargo, nuestro análisis moderador mostrando que el
presente en el seguimiento debido a la mejoría conti-
número de sesiones de tratamiento predecía la respues-
nuada para aquellos que recibían formas menos direc-
ta al tratamiento (con más sesiones asociado a mejor
tas de exposición a diferencia de un mayor regreso del
resultado) proporciona apoyo adicional para el valor de
miedo entre aquellos que recibían exposición in vivo.
múltiples sesiones de tratamiento.
Aunque la falta de diferencias significativas en el

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¿Mejora la adición de estrategias cognitivas el Limitaciones del estudio
resultado del tratamiento? Los estudios incluidos en La validez de las inferencias obtenidas de inves-
esta comparación mostraron una considerable heteroge- tigaciones meta-analíticas está parcialmente en fun-
neidad en sus hallazgos, con algunos mostrando gran- ción del número, la calidad y las limitaciones de los
des y consistentes tamaños de efecto positivos a favor estudios individuales en los que se basa cada meta-
de la exposición con una estrategia de aumentación análisis. En el proceso de revisión de la literatura
cognitiva (por ejemplo, Kamphius & Telch, 2000; existente sobre los tratamientos psicosociales de la
Sloan & Telch, 2002) y otros mostrando grandes tama- fobia específica se hicieron evidentes diversas limita-
ños de efecto positivos para algunas medidas y largos ciones significativas de los estudios individuales.
tamaños de efecto negativos para otras (por ejemplo, Una limitación significativa de virtualmente todos los
Szymanski & O’Donahue, 1995). Estas inconsistencias estudios fue la falta de información sobre el uso por
pueden deberse en parte a la heterogeneidad de inter- los participantes de la exposición auto-administrada
venciones etiquetadas como “cognitivas”. durante el periodo entre el post tratamiento y el segui-
miento. Una limitación relacionada, también destaca-
da por Choy y col. (2007), es el fracaso de la mayoría
Factores que predicen los de los estudios para informar si sus protocolos de tra-
resultados del tratamiento tamiento animaban a los participantes a practicar la
confrontación con los objetos fóbicos entre las sesio-
Con excepción de la duración del tratamiento, nes. Nosotros sugerimos que futuros estudios infor-
ninguna de las otras variables potenciales pronósti- men del nivel de exposición auto-guiada una vez se
cas incluidas en el análisis moderador se asoció signi- ha terminado el protocolo del tratamiento prescrito y
ficativamente con el resultado del tratamiento. Estos que se examine si aquellos que realizaron exposición
datos sugieren que los tamaños de efecto para las auto-administrada entre el post tratamiento y el segui-
principales comparaciones de interés no se califica- miento continuaban mejorando o manteniendo las
ron significativamente para el subtipo de fobia, el ganancias más que los que no la realizaron. También
nivel de implicación del terapeuta o la fecha de publi- nos gustaría sugerir la necesidad de la investigación
cación. Nos sorprendió particularmente por los nulos experimental de los efectos de las instrucciones explí-
hallazgos en relación con el tipo de fobia en vista de citas para la exposición auto-guiada sobre la eficacia
la conclusión de Choy y col. (2007) de que ciertos del tratamiento a largo plazo.
subtipos de fobia específica suelen responder más
Una segunda limitación de los estudios revisados
favorablemente a tipos específicos de tratamiento
fue el fracaso de la mayoría de ellos en la inclusión de
(por ejemplo, la terapia cognitiva es de más ayuda
los abandonos en el análisis de los resultados.
para la claustrofobia). Tengan en cuenta que las con-
Consecuentemente, nuestros tamaños de efecto para las
clusiones se basaban en datos de estudios individua-
comparaciones de interés se basan en el subconjunto de
les que reportaban sobre la eficacia de una estrategia
participantes que completaron el tratamiento y por tanto
particular de tratamiento para un tipo de fobia concre-
algunos podría no asumir nuestros hallazgos como
ta (por ejemplo, tensión aplicada para la fobia a la
generalizables a muestras para intención de tratar. Un
sangre / daño) y no de tamaños de efecto controlados
aspecto relacionado es el fracaso de la mayoría de los
de hallazgos meta-análiticos o de efectos moderado-
estudios para informar del porcentaje de participantes
res de tratamientos reportados en un ensayo controla-
que rechazaron el tratamiento, impidiendo por tanto la
do de tratamiento comparando diversos tratamientos
investigación de posibles diferencias en el buen sabor
distintos.
de diversos tratamientos de la fobia. Se recomienda

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que, para enfocar este tema, futuros estudios reporten estar moderando la eficacia del tratamiento.
rutinariamente las tasas de rechazo. Desafortunadamente, nuestras opciones analíticas estu-
vieron forzadas por los datos proporcionados.
Tercero, debe tenerse también en cuenta que el
número de estudios testando tratamiento de no expo-
sición eran muy pocos para permitir análisis más pre-
cisos en el examen de la eficacia de los tratamientos Conclusiones
de exposición versus los tratamientos alternativos
individuales de no exposición tales como la terapia ¿Qué conclusiones pueden obtenerse de esta revi-
cognitiva o los tratamientos de relajación. Por tanto, sión cuantitativa de los tratamientos psicosociales de la
nuestros hallazgos mostrando que los tratamiento de fobia específica? Primero, nuestros hallazgos son con-
exposición superan a los tratamientos alternativos de sistentes con los de otras revisiones cualitativas
no exposición deben ser interpretados con algún (Barlow, Moscovita & Micco, 2004; Choy y col., 2007)
grado de precaución, así como deberían serlo nues- indicando que los tratamientos basados en la exposición
tros hallazgos mostrando que los tratamientos de no parecen ser los más potentes y perdurables de los trata-
exposición superan al no tratamiento. Debe destacar- mientos actuales sujetos a evaluación empírica.
se una limitación similar en relación con nuestros Además, a pesar de la breve duración de estos trata-
hallazgos sobre si los procedimientos cognitivos mientos, los tamaños de efectos en comparación a no
mejoran la eficacia de los tratamientos de exposición. tratamiento los sitúan como uno de los tratamientos
Dado el pequeño número de estudios que testan las más potentes para cualquier patología psiquiátrica.
técnicas cognitivas individuales nos vimos obligados Segundo, contrariamente a la aseveración de que una
a utilizar un enfoque agrupación en el que los estu- sesión de tratamiento de exposición es tan eficaz como
dios de cualquier estrategia de aumentación cognitiva sesiones múltiples, los datos nos llevan a concluir que
se contemplaban conjuntamente. Claramente, se las sesiones múltiples de exposición son más eficaces
necesitan más estudios que examinen las alternativas que una única sesión de exposición particularmente en
a los métodos basados en la exposición. Esto debería el seguimiento y sugiere que los clínicos deberían pro-
estudiarse en el contexto de tratamiento “indepen- porcionar tratamiento en sesiones múltiples para mejo-
diente” así como en el contexto de una estrategia de rar las ganancias del tratamiento a largo plazo. Tercero,
aumentación de la exposición. nuestros hallazgos sugieren que en general, los trata-
mientos de no exposición superan realmente al no tra-
Finalmente, nuestra selección de variables modera-
tamiento, pero la magnitud de este efecto es similar al
doras estuvo forzada por el tipo de información sumi-
del placebo versus no tratamiento sugiriendo la posibi-
nistrada consistentemente a lo largo de los estudios.
lidad de que la eficacia de los tratamientos de no expo-
Moderadores potencialmente importantes, tales como
sición sea el resultado de factores no específicos tales
el rasgo de ansiedad, la tolerancia al malestar y la
como los efectos de la esperanza. Cuarto, nuestros
comorbilidad psiquiátrica no pudieron ser evaluados ya
hallazgos sugieren que aquellos que padecen fobia
que, o no se proporcionó información para estas varia-
específica muestran una moderada tasa de respuesta al
bles, o la información no se proporcionó de manera que
tratamiento y subraya la importancia de controlar los
pudiera ser codificada para un análisis de moderadores,
efectos de los tratamientos no específicos en futuros
o había poca variación a lo largo de los estudios acerca
estudios de eficacia. Quinto, no encontramos evidencia
de la variable de interés (por ejemplo, la mayoría de los
para apoyar la reciente conclusión de Choy y col.
estudios usaron una muestra de edad universitaria). La
(2007) de que los tratamientos agudos para la fobia
significativa heterogeneidad observada para varias de
específica tienen diferente eficacia entre los distintos
las comparaciones sugiere que otras variables pueden

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subtipos de fobia. Más bien, nuestro análisis de mode-
radores no encontró efecto moderador significativo del
subtipo de fobia específica sobre el resultado del trata-
miento. Concluimos que las lagunas en la literatura del
tratamiento existente no permiten contestar esa pregun-
ta en este momento y concluir que la búsqueda de trata-
miento para la fobia específica avanzará
considerablemente mediante la adición de estudios que
testen los tratamientos múltiples con participantes que
padezcan diversos subtipos de fobia. Con suerte, los
datos de estudios como este proporcionarán las bases
para desarrollar tratamiento empíricamente testados
aparejando estrategias para el futuro.

La Bibliografía y las tablas de los artículos las pueden pedir a:


avellanedaguri@gmail.com.

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