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En el fulgor de la revolución tecnológica, la realidad

virtual se erige como un puente entre lo tangible y lo


imaginario, redefiniendo nuestra interacción con el
espacio y el tiempo. Este inmersivo universo digital
transporta a los individuos a mundos alternativos,
donde la frontera entre lo real y lo simulado se
desvanece. La realidad virtual no solo ofrece
experiencias de entretenimiento envolventes, sino
que también se extiende a campos como la medicina,
la educación y la capacitación, abriendo nuevas
posibilidades para la simulación y la práctica en
entornos controlados. Sin embargo, este avance
tecnológico plantea interrogantes sobre los límites
de nuestra percepción y las implicaciones éticas de
vivir experiencias sintéticas. En este emocionante
cruce entre lo tangible y lo virtual, la realidad virtual
despliega un panorama fascinante de oportunidades
y desafíos que nos invitan a reconsiderar la
naturaleza misma de la realidad y la forma en que
interactuamos con ella.

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