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El azul del cielo parecía asegurar la paz que los habitantes del planeta Tierra disfrutaban desde
hacía centenares de años.
Casi 326 años habían transcurrido desde el último óbito en el planeta. La vida desde entonces
era tranquila y placentera; la longevidad y juventud en toda la población era la norma.
La polución no existía, la energía solar era utilizada para todo, transporte, climatización,
alumbrado…
Los científicos de la época, habían solucionado viejos problemas; las enfermedades eran
desconocidas en la práctica.
La producción agrícola era lo suficientemente rica como para abastecer a toda la población, en
ese momento menos de 2.000.000.000 millones de habitantes, repartidos en DOS continentes,
el Este y el Oeste, una gran masa de agua salada partía las grandes extensiones
mencionadas. La alimentación omnívora había sido sustituida por la herbívora. Una planta
desconocida suplió, incluso superando, la falta de ingestión de carnes y pescados. Esta norma
era aplicada también en la fauna terrestre y marítima.
Maese Jon, dijo uno de los oyentes, que de manera indolente estaba estirado en el césped de
la improvisada aula, ¿Cómo podemos creer que alguien se metiera humo en su cuerpo? Todos
sabemos que el aire es lo único bueno para nuestros pulmones- remachó el oyente, un joven
de 300 años con apariencia de 20. Haciendo levantar risas entre los asistentes.
-Sé que es difícil de imaginar tal idiotez, pero es cierto, mi padre fumaba. Pensad-continuo Jon-
que llegar a los 80 años era casi un record.
Las sonrisa y cuchicheos de incredulidad, continuaban entre la joven audiencia haciendo que
Jon sonriera tolerante.
-Es más… para obtener alimentos, ropas, cosas, servicios etc., existía el dinero.
¿Dinero?-preguntaron varios al unísono.
-Sí, dinero, en papel o monedas. Eran vales que cada nación emitía para sus transacciones
comerciales, avalado por un patrón común, el oro. Tanto oro tenían, tanto dinero emitían.
Cierto es que en alguna época, a finales del siglo XX, se abandonó ese patrón durante un
tiempo, dando cancha a las monedas internacionales... pero eso es otra historia.
Maese Jon, ¿qué es una nación?- le preguntó una muchacha.
-Hoy no existen naciones, de hecho, yo fui Presidente de una de las Confederaciones,
exactamente la de la Federación Europea. Para que os hagáis una idea, una nación era un
conjunto de personas que residiendo en un mismo territorio tenían en común casi siempre, el
idioma, religión, moneda y gobierno.
Como veo que estáis muy interesados, aplazaremos esta charla para mañana, si os place, y
con más datos que traeré podréis haceros una idea de lo que era antes el planeta Tierra.
Diciendo esto Jon dio por terminada la instrucción y levantándose se dirigió al encuentro de un
viejo amigo que apareció por el horizonte.
¿Todo bien?- preguntó a modo de saludo el visitante.
-Bien.-contestó Jon con una gran sonrisa- gracias a ti- acabó.
Mientras, los asistentes comentaban las incidencias habidas.
-No me puedo creer lo del dinero-decía uno.
Pues créetelo, replicaba otro. Mi padre tiene guardados unos ejemplares en papel y en metal.
-¿Pero cómo es posible que no hubieran DNB?-DISPENSADORES NECESIDADES
BASICAS-se preguntaba una agraciada muchacha.
Todas esas preguntas y más, despertaban la curiosidad de los pacíficos moradores del planeta.
La incredulidad era la regla que seguían todos después de cada charla. Muchos no volverían
más, otros los harían a los sumo en dos o tres ocasiones más. Ciencia ficción decían unos,
demencia senil otros.
Tan sólo unos pocos seguían a los llamados Maeses, en sus pláticas, uno de éstos era Carlos.
Piloto interestelar, doctor en cibernética y medicina espacial.
Había que disculpar a los incrédulos. El sistema vigente en el planeta durante centurias, era tan
sencillo, que cualquier indicación de otros habidos o por haber, era tachado de fantasías en una
noche de invierno.
Todo habitante en edad productora o sea a los 300 años más o menos, trabajaba durante 10
horas semanales en su DNB, aportando con sus conocimientos a que su DNB siempre
estuviera abastecido para el reparto a la población. Por ejemplo, una persona que fabricara
abrigos, estaría destinada al DNB textil y así toda la población, con lo cual cualquier persona se
podía abastecer en cualquier punto del planeta de lo necesario para su confort en el planeta.
Todo esto sin perjuicio al desarrollo que cada persona ejerciera fuera de sus horas laborales.
Ya que, Carlos por ejemplo, aún siendo un titulado superior en varias ramas, su aportación a su
DNB era la transformación de la kernia en refrescos.
La kernia era cultivada y mimada en el D.N.B. agrícola, siendo éstos los más preciados por
toda la población.
La sanidad como práctica no existía en enfermedades y sí en traumatología. Los estudiosos
habían recopilado todo el saber sobre plagas y epidemias, pero como tema histórico. Doctores
como Arnold Pomar o Silvia Coquet, estudiaban con denuedo las anomalías genéticas
producidas por el gran viaje. Muchos de los habitantes quedaron estériles, otros no pudieron
tener más de un vástago. La demencia fue lo único que mató a gran parte de la población, casi
toda mayor, de 70, años. Excepto en las llamadas épocas de Asentamiento, dónde las muertes
fueron contadas por millones. El último fallecimiento fue el de una mujer de 85 años que no
paraba de decir: ¡Era él! ¡Era él! hasta que murió.
Pomar y Coquet estaban dentro de un programa espacial con rumbo a un planeta tipo Tierra
situado a unos 9.000 años luz, lo cual les supondría casi dos años de viaje en estado
aletargado. Nadie les había informado del motivo real de la expedición, pero como siempre, si
estaba programado era porque la Humanidad lo necesitaba. La confianza entre la población era
tan grande que, cualquier indicación de los Puntos de Administración, eran realizados sin
desconfianza y con el convencimiento que aquello era lo mejor para el bienestar de la
Humanidad.
-Sí, y además necesaria. La kernia sólo crece en aquel planeta en estado puro y no injertada
como la que os traje.
La kernia era la planta que sustituía a la alimentación omnívora. El injerto al
cual alude el amigo de Jon fue el repartimiento que se efectuó entre la mar y la tierra, al
no haber suficiente y como quiera que la kernia no se plantó debidamente, los efectos
beneficiosos para la población estaban decayendo desde hacía 60 años. Se pasó de
suministrarla en comprimidos a mezclarla con refrescos.
El riesgo de volver la antigua alimentación populaba por el planeta como la antigua espada de
Demócles. Se habían encontrado algunos casos de onmivarismo entre la población más
alejada de las costas, con la consecuente alarma para el resto de la población adulta. La
solución pasaba por recoger varias toneladas de kernia en el planeta productor y replantarla
debidamente en la tierra y en el mar. Uno de los principales componentes de la longevidad y
juventud entre la población era debido a los efectos de la kernia.
¿Quién comandará la nave? preguntó
-Carlos Jordán, respondió Jon y con un ademán señaló a un joven moreno de ojos y cabellos
negros como una noche sin Luna.
Como si de un imán se tratara, el desconocido fue al encuentro de Carlos.
No podía creer lo que aquel desconocido me estaba diciendo. Incomprensiblemente todo lo que
pasó en el planeta Tierra, había sido programado por unos cuantos privilegiados, que a su
antojo, crearon crisis, guerras, etc.
-Sí, me decía aquel desconocido, todo estaba pre-determinado. Te contaré como lo sé y porqué
creo que su difusión será beneficiosa para todos.
Ante todo, piensa que la versión de este relato es totalmente cierta y que si es a ti a quien he
elegido para contársela es por ser quien eres y considerar que entre tu pueblo serás
escuchado.
Capítulo 2
EL PRINCIPIO
La comida volvía a escasear, todo Egipto estaba pendiente del gran benefactor el río NILO,
sabían que cuando no pudieran subsistir, cuando el hambre corroyera sus maltratados cuerpos,
el poder del gran dios, haría fructificar nuevamente las cosechas, resecas por el sol. Y
nuevamente la abundancia llegaría a todos los rincones del vasto territorio llamado EGIPTO.
-Aha! no te acerques más a las dunas, gritó una mujer, que en su tiempo debió de ser bellísima,
a juzgar por sus rasgos, que aunque tristes y resecos, reflejaban una singular belleza.
-No mamá. -respondió el muchacho.
Como todos los jóvenes de aquel tiempo y de este también, la curiosidad podía más que los
gritos y castigos que su madre, Sakkara, amenazaba sin llegar casi nunca a cumplirlos.
-Mamá, dentro de un rato vendré, quiero ir con Ostris al Valle del Silencio.
-Te he dicho muchas veces que no me gusta ese sitio, pero como prohibírtelo va a ser inútil,
puedes ir, pero cuando el sol esté en el horizonte te quiero en casa.
-Lo que tú digas mamá.
Con estas palabras y con el viento en las piernas, Aha fue a buscar su gran amigo de juegos
Ostris.
-Ostris! Llamó, cuando el joven estuvo en las cercanías de la casa de su amigo.
-Que quieres, contestó.
-¿Vienes al Valle del Silencio?
-No me dejan.
-Va, ven, mi madre sí que me ha dejado, díselo a la tuya.
-Está bien, espera.
-No, te he dicho que no.
-Pero mamá, a Aha su madre le deja.
-Mira Ostris, desde que tu padre este ausente mi obligación es protegerte, y además en ese
Valle ocurren cosas muy raras. No, no vas.
-Pero madre, ya tengo casi quince cosechas. Puedo defenderme y defenderte a ti también.
Con una leve sonrisa en los labios, producto del orgullo y del amor que Napata sentía por
Ostris, y para no dejarle mal ante su amigo Aha, dijo:
-Hijo pronto serás como tu padre y entonces no podré atarte a mí. Algún día tendrás que
valerte por ti mismo. De acuerdo, acude con tu amigo, pero al caer el sol vuelve.
En un tris, saltando de alegría, corrió al encuentro de Aha, que paciente esperaba a su
inseparable amigo.
El padre de Aha, fue uno de los primeros que denominó a aquel lugar el Valle del Silencio.
Sin ser de una extensión muy grande, podría estar en treinta hectáreas, su belleza era tan
llamativa como su silencio.
Hacía varias lunas que la lluvia había dejado de aparecer por el Valle del Nilo, todo o casi todo,
estaba mustio y reseco, pero en el Valle del Silencio, el frescor del verde seguía tal cual, como
si acabara de ser regado. Algunos, acosados por el hambre y otros por la curiosidad, se
adentraban en esas tierras en busca de un alivio para sus maltrechas despensas.
La alegría de la juventud y las ganas de refrescarse en una de las charcas del Valle, hacían que
Ostris corriera, muy por delante de su amigo Aha.
-Ostris, espérame; tenemos tiempo hasta la caída del sol.
Riendo y sin visos de pararse, Ostris contestó; si no te das prisa calentaré el agua con mi
cuerpo y no podrás refrescarte en la charca, así pues, ¡Corre!
Ostris no sabía que sus ganas de llegar, iban a cambiar su destino.
-Ostris, Ostris!, no te escondas y responde.- llamaba preocupado Aha.
Llevaba mucho rato buscando a su amigo, creía que se había escondido entre unas palmeras
ratonas que crecían por la zona y dónde normalmente jugaban.
Pero Ostris no respondía.
De pronto, el cielo se tornó rojo como el fuego, el sol parecía juntarse con la tierra, no tenía
calor, pero empezó a sudar, algo desconocido estaba pasando y se encontraba sólo, muy sólo.
Por enésima vez grito: Ostris, por los dioses, aparécete, no me gusta lo que está pasando.
Caída la noche, Aha, llegó a su casa.
Sakkara, intranquila preguntó reprochando: Dónde has estado hasta ahora, el sol cayó hace
mucho y me tenías en vilo.
Aha, balbuceando y con más miedo a lo desconocido que al castigo de su madre,
contestó.
-Ostris ha desaparecido, el sol bajo al Valle del Silencio, tenía frío y hacía calor, calor y hacía
frío,
-Pero..., corto su madre.
-Se puede saber que estás diciendo, no entiendo nada, por Horus que pareces confuso como
un camello sediento.
-Madre, lo he visto, he visto al sol, casi lo he tocado con mis manos.
-Que me estás diciendo de que Ostris ha desaparecido.
-Iba delante, cuando llegué lo busqué en nuestro escondite y allí no estaba. Lo llamé y no
contestó. Y de repente el sol bajo.
Capítulo 3
LA PUERTA
Dónde estoy Aha!, contéstame.
Una luz clara baña el cuerpo de Ostris, estaba estirado en una mesa estrecha y larga, no se
parecía en nada a la de su casa. No tenía frío ni sed.
Aquella sed que le llevó a correr hacia la charca había desaparee ido.
Una figura alta y transparente se le acercó. Le habían hablado de los dioses, ¿Sería esta figura
alguno de ellos?
-¿Quién eres? preguntó con voz, sorprendentemente firme.
La figura no contestó, de hecho ni se movió de donde se hallaba.
Ostris sintió en su cabeza un dolor intenso, calor, frío y miedo.
Cuando despertó se encontró en una especie de cueva, sus manos estaban cogidas por unos
extraños cordeles y con diferentes colores.
-Hola Ostris!
Quién sería aquel ser que sin conocerle sabía su nombre.
-Hola, contestó. ¿Eres extranjero?
-Oh no. respondió el ser, soy del mismo sitio de donde tú procedes.
-Efectivamente, mi indumentaria para ti puede ser diferente, pero si quieres que te diga la
verdad, está pasada de moda.
-¿Moda? ¿Qué es moda?
-Curioso muchacho. Moda es el uso que se da a algo durante cierto tiempo. Por ejemplo la
cinta, que llevas en el cuello, hace unos miles de años, tus antepasados no la llevaban.
-¿Años? Con esta pregunta Ostris volvió a dormirse.
No era la primera vez que desaparecían hombres, mujeres o niños en el Valle del Silencio.
Los gritos de dolor de Napata, la madre de Ostris, eran punzadas en los vientres de las madres
que la asistían. Los maridos estaban guerreando como era habitual, desde hacía varias
cosechas. Se veían impotentes para entender aquel misterio. Misterio que por otra
parte no era del todo desconocido ya que algunos, de los que osaban entrar en el Valle del
Silencio, acuciados por el hambre, no volvían nunca más a sus casas.
-Le dije que no fuera, después lo dejé, por los dioses que si pudiera arrepentirme lo haría.-
decía compungida Napata.
El ente no hablaba, pero Ostris lo entendía todo.
Algo le decía que seguir la corriente a aquel ser, sería lo más juicioso para preservar su
integridad física.
No sabía el tiempo que estaba en aquel lugar. Recordaba a su amigo Aha y el calor que tenía
cuando corría hacia el Valle del Silencio.
Una especie de saya blanca le habían dejado para que se la pusiera. Su cuerpo estaba
desnudo cuando despertó y olía raro. Poniéndosela, digamos, túnica, paso a través de un
estrecho pasadizo que desembocaba en una gran cueva y allí estaba el ser.
No, había dos seres, los dos se parecían bastante.
La presencia de Ostris fue reparada por el ser que lo recogió del Valle del Silencio.
-Pasa Ostris.- invitole. Mi nombre en tu lengua es LAM y mi ayudante, dijo señalando al otro
ente, VECLA.
-Hola, dijo Ostris a modo de saludo.
-Sí, dijo Lam a Vecla, deberemos emitir sonidos para comunicarnos, la mente de Ostris es muy
endeble todavía para usarla en esta función.
Capitulo 4
EL SILENCIO
El dominio que llegó a tener sobre la computadora era envidiable. Lam le decía que sabía tanto
como él.
Un día...
-¡Ostris!- llamó Vecla.
-Sí Vecla.
-Vamos a bajarte a Terra y hablarás con tu amigo Aha. ¿Lo recuerdas?
-Sí, claro-contestó intrigado.
-Bien, le presentarás estas figuras, diciendo esto. Le alargó una hoja parecida al papiro pero
infinitamente más resistente, en la cual había varios dibujos en forma de punta, ancha por
abajo y fina por arriba. Vecla continuo: a esta figura la llamarán Pirámide. Como podrás
observar están en diferentes posiciones para que puedan construirlas debidamente.
Deberás decir a tu amigo Aha, que dentro de la Pirámide habrá como mínimo una cámara
dónde yacerá el cuerpo de un rey. Se construirán tantas Pirámides como reyes hubiesen. A
estos reyes se les llamará FARAONES. Dile que por cumplir los mandatos de los seres de la
luz, su recompensa será la de ser uno de ellos. Aha será Faraón y se le conocerá con el
sobrenombre de El Luchador.
Doce años habían pasado desde que Ostris desapareció. Aha, creyó que nunca más volvería a
ver a su gran amigo, pero se equivocó. Después de una intensa búsqueda, todo el pueblo de
Saki dio por perdido, al niño. Al no ser la primera vez, el consuelo fue el de los tontos. Eso sí al
Valle del Silencio nunca más fueron.
Aha, ya se había convertido en un hombre, su padre murió en una de las batallas contra los
hititas, hacia bastante tiempo. Casi el mismo desde que su amigo Ostris desapareció.
De pronto una sombra tapó el Sol que Aha estaba recibiendo sobre su cabeza, al alzar ésta,
descubrió una figura que le resultaba familiar, pero el resol le impedía ver con claridad quién
era.
La figura dijo: Aha, no me reconoces, soy yo, Ostris. De un salto Aha vio de repente al niño que
antaño fue su compañero de juegos.
¡No es posible! exclamó. Como puedes ser tú después de tanto tiempo. Sin ser yo ya, aquél.
No te asustes Aha, calmaba Ostris, te contaré, lo que pasó y el por qué de mi "juventud".
Poco a poco, Aha, iba asimilando las palabras, que no pensamientos, lo que Ostris le estaba
diciendo. No interrumpía ninguna vez, temeroso de que fuera un sueño y se desvaneciera si
decía algo.
...Con lo cual, tú Aha, serás Faraón.
Una vez dio el mensaje al estupefacto Aha, Ostris volvió a la nave.
Lo que más tardó en comprender fue el paso del tiempo ¿Por qué en la nave parecía que el
tiempo no pasaba y en la Tierra habían transcurrido casi 12 cosechas?
.N.A. - En el antiguo Egipto el Nilo, con su crecida, daba para una cosecha al año, ya que el
limo que arrastraba servía de abono para los agricultores, de ahí el que los habitantes de las
riberas del Nilo contaran el tiempo por cosechas.-
Lam le explicó la relación entre la velocidad-espacio-tiempo. Y lo entendió a la primera. Al
parecer Aha también.
Mark, no podía dormir, estaba dando vueltas y más vueltas en su reducido gabinete, aquello
era algo, que por ahora, era totalmente incomprensible. Tenía la imperiosa necesidad de volver,
al Museo. Pero estaba cerrado a aquellas horas de la madrugada, eran las 3,15 horas.
Sin pensárselo dos veces, buscó entre la bibliografía del Museo de Historia el número del
fonoteléfono de la responsable, o sea de Amelia Ramírez,
-¡Aquí está! exclamó.
Sin mirar la hora ni nada por el estilo, marcó y espero que su inter1ocutora estuviera en casa,
no ya durmiendo que era lo normal.
-Sí. Salió una voz por el audio del fonotel. Estos aparatos estaban .preparados para trabajar
independientemente del audio y de la visión.
-Soy Ducan, Mark Ducan, señorita Ramírez.
Como si un pincho le hubiera hecho impacto en el culo, de un salto, Amelia despertó de su
sopor, una alegría por oír su voz y a la vez una rabia por la hora que era, hizo conectar, sin
percatarse como estaba, el fonotel.
-Sr, Ducan, apeando lo de Dr., sabe la hora que es.
Mark, sin darse cuenta del tono de la pregunta, consultó su reloj, diciendo.
-Sí, son las... 3 y pico, casi y veinte.
Amelia, haciendo de tripas corazón, y temiéndose a ella misma, ya que era de armas tomar.
Resoplando dijo, bien Sr. Ducan y al la tres y veinte que tripa se le ha roto, para incordiar mi
sueño.
-Como si de un bofetón se tratará, se dio cuenta de que había metido la pata, ¡Qué
imbécil!, el tiempo se le había pasado volando y no se dio cuenta de la hora real que
era. Balbuceando, como un colegial cogido in fraganti, contestó.
-Discúlpeme, no me había dado cuenta de la hora, pero es que me es de necesidad imperiosa
ir al Museo.
-Dr. Ducan, hay un horario. No puedo abrirle el Museo a la hora que Vd. quiera.
Mientras Amelia se despachaba a gusto, Mark se fijó entonces en la hermosura de su pelo
negro resbalando sobre sus pechos morenos.
Hacía tiempo que se había fijado en ella, su profesionalidad en el Museo y su feminidad en el
trato, le dejaron desde el primer día que la vio prendado de ella, de eso hacía casi dos años. Su
timidez con las mujeres le impedía acercarse más a Amelia, tan sólo en el campo profesional,
procuraba estar más tiempo del necesario para estar junto a ella.
-Dr. Ducan, casi chilló Amelia, me está oyendo.
-¿Eh? Sí, sí. Perfectamente.
Sólo entonces Amelia se percató de la mirada de bobalicón que ponía y a la vez de la poca
ropa que llevaba encima.
-Dese la vuelta, ordenó Amelia, cuando hubiera sido más fácil apagar la visión.
-Como un buen niño Mark se apartó del fonotel, y sin que ella le preguntara añadió:
-Si la he molestado dispense, pero es que la investigación que estoy llevando es tan grave que
si no compruebo unos datos ya, creo que mañana será tarde para todos.
El tono de voz de Mark era casi suplicante. Amelia vio por primera vez, desde hacía dos años,
a Mark Ducan como a un chicuelo desvalido. Esto le gustó.
-Bien Dr. Ducan, volvió al trato habitual, dentro de media hora le espero en la puerta.
Como un clavo Amelia llegó a la puerta del Museo de Historia de América.
Mark la esperaba con una media sonrisa.
-Buenos días, saludó.
-¿Buenos? respondió Amelia.
Albert estaba sentado en su viejo sillón de cuero. Absorto en sus pensamientos, no escucho
entrar a su ayudante Von Karl.
-Profesor, llamó Von Karl tímidamente.
Sabía que su maestro era muy sensible a las llamadas bruscas desde que el nazismo se
apoderó de Alemania.
Einstein estaba insoportable, su condición de judío, le hacía pensar en la posibilidad de huir de
aquel horror. Y como cualquier hijo de vecino sentía un pánico tremendo a la GESTAPO.
Un timbre, unos pasos, cualquier ruido podría dejarle helado de MIEDO.
-Profesor, repitió Von Karl.
-¿Sí? contestó Einstein inquieto.
-Tiene una visita, se trata de un catedrático de la Universidad de Múnich, el Dr. Stuttgart.
-¿Stuttgart aquí?-pensó- Bien que pase- accedió Albert.
-Estimado Profesor, entró Franz Stuttgart saludando a Einstein.
En el correr de los años, oyó, cada vez con más insistencia, la gran BOLA que algunos
aristócratas militares, hacían correr por donde alguien quisiera oírlos, se trataba de la gran
traición, o sea la claudicación de una contienda, que según aquéllos, no estaba aún perdida.
Esto fue una gran traición para el pueblo alemán. Por mediación de un antiguo camarada,
Stuttgart consiguió ejercer su profesión en un pequeño laboratorio dé Hamburgo a cambio de
afiliarse a un nuevo partido llamado nacional socialista, como quiera que la necesidad aprieta,
no puso demasiadas objeciones a ello y entró en el partido.
-Einstein le instó a hablar. Y bien...
-Desde 1.923 he estado trabajando en un campo un tanto hipotético; los rayos gamma.
- ¿Por qué hipotético? inquirió Albert. Los rayos gamma son una, realidad. ¿O es que Vd. no lo
sabía?
-Albert, aprovechaba cualquier ocasión para atacar al físico nazi, ya fuera en Cafés o tertulias
científicas dónde a menudo se encontraban. No resistía al nazismo ni a los nazis.
-Dr. Einstein, si me deja acabar, verá el porqué lo de hipotético.
-Bien, farfullo Albert, moviendo las manos en señal de conformidad.
-He estado aplicando los rayos gamma, conjuntamente con el gas neón, en una experiencia un
tanto futurista. Viendo que Einstein no le interrumpía; había captado su atención, continuó
diciendo:
-He conseguido abrir una puerta en el Tiempo.
Desde hacía mucho, Ostris se encontraba "raro", no enfermo, ¡Ni mucho menos!, si no en
forma, seguro de sí mismo. El comunicarse con Lam y Vecla telepáticamente era muy sencillo.
Algo le impulsaba a desentrañar de la computadora todos sus conocimientos.
Un día. . .
EXTRUCTURA MASCULINA-MOLDEABLE
Ostris se hallaba en el Valle del Silencio, había despistado nuevamente a Lam y Vecla
Los datos que VIC le había facilitado, conjuntamente con una pequeña esfera, los iba a poner
en práctica.
El terreno por el que pasaba seguía teniendo la misma fisonomía, el tiempo no había
transcurrido tampoco para él. Pero la realidad era que habían pasado más de 2000 años,
desde que habló con su amigo Aha, cuando le dijo que sería Faraón.
A lo lejos divisó unas formaciones rocosas que parecían montañas, pero cuanto más se
acercaba observó que su amigo había cumplido su palabra, estaba ante las Pirámides; un poco
más lejos vio como un hormigueo de hombres trabajaban afanosamente en otra nueva
construcción, al parecer mucho mayor que las que hasta ahora había. Más tarde sería
la célebre Keops.
En la primera pirámide que se encontró se colocó en el centro de la misma, perpendicular a la
cúspide. Antes había dejado a unos tres metros de sí, el objeto esférico. Y espero.
El sol caía, los últimos rayos se ponían por el horizonte, uno de éstos rozó la figura esférica y
ésta empezó a crecer como un globo, tanto que a los pocos segundos rozaba el cuerpo de
Ostris, éste sin pensárselo dos veces se introdujo en él, antes que los rayos dejaran de iluminar
la esfera, ya que al dejar de hacerlo volvería a su posición original.
Una luz rojiza le envolvió y de repente estaba en un bosque de árboles totalmente floridos, en
él había un hombre con vestimenta diferente a la suya.
-Hola dijo.
No se dio cuenta de que de su garganta no salió ningún sonido, pero el hombre le "oyó" y
contestó.
- Sí, ¿Quién es Vd.?
-Yo, Ostris ¿Y tú quién eres?
-Franz Stuttgart.
Maguncia ciudad situada en Renania Palatinado, no era precisamente como la vieja Múnich,
dónde Franz residió desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta 1.930, año que Adolf f
Hitler obligó todos los científicos a residir cerca o en Renania, lugar muy visitado por el
estadista.
Maguncia era una población discreta a cualquier mirada extranjera, no poseía la inquietud de
Múnich; Hamburgo o Fráncfort u otra de una importancia industrial que la hiciera sospechosa
por su capacidad bélica. Por lo cual Franz se aburría como una ostra. Las noches eran
interminables y los días agotadores. Trabajaba como QUÍMICO-CIBERNÉTICO, especialidad
por inventar oficialmente, en los laboratorios que el partido nazi tenía en la Platz Hammer,
destrozada más tarde por un bombardeo de los aliados, pero que él ejercía desde que se afilió
al partido. Y nunca nadie reconoció.
La industria química en Maguncia siempre fue próspera y avanzada para su época. Hitler
quería lo mejor, sabía que no podría competir con la tecnología extranjera; pero si lograba una
combinación química y cibernética sería el amo del mundo.
Adolf Hitler, un hombre nauseabundo que no dudaba echar mano a cualquier arma real o por
inventar, con tal de ser el amo del mundo. Creía a pies juntillas en las magias y poderes
paranormales, su juicio se fue trastrocando a medida que pasaban los años, haciéndole cada
vez más peligroso para la Humanidad.
Franz destacó desde que empezó en el pequeño laboratorio de Hamburgo. Sus progresos,
aunque no espectaculares, sí lo eran por la innovación de sus experimentos.
Logró el control de gases como el óxido de etileno, que más tarde se utilizaría como
esterilizante quirúrgico. Pero Franz, dominó el G.E. para la guerra. Hizo que su poder
destructivo fuera mil veces más potente irradiando el gas con ondas hertzianas.
Consiguió camuflar un tanque, usando ondas gamma y el producto de RX e hidrógeno. Al ser
sus descubrimientos ultra secretos, Stuttgart nunca fue conocido como Einstein u otros físicos
de la época.
El encuentro con Ostris cambió su vida.
El Dpto. de Sanidad de New York, conjuntamente con el de los EUE- Estados Unidos de
Europa- Estaban analizando las muertes que, a partir, del Gran Cataclismo, se venían
sucediendo misteriosamente. La gente no moría por enfermedad. Morían y punto. Las
autopsias revelaban siempre el mismo resultado; muerte natural.
En la Sala Azul, salón de conferencias internacionales, tenía la palabra el representante de la
EUE, Dr. Bruno.
-Así Dr. Hale, que según su teoría todos los óbitos habidos en los últimos 50 años
tienen una misma base, ¿No es cierto? preguntó irónicamente,
-Sí Dr. Bruno, sí una y un millón de veces, lo he comprobado y constatado con todos los
Departamentos de Sanidad de la Tierra.
-Pero Dr. Hale, interrumpió Bruno. ¿Cómo podemos creernos que estas muertes
obedecen únicamente a un sólo fin? ¿Quién puede creer, según su teoría, que NOS ESTÁN
MATANDO?
En ciertas épocas los meteorólogos fueron el punto de mira para los habitantes de la Tierra.
Las apreciadas lluvias que todos deseaban que llegaran o no venían, o cuando lo hacían era
para saciar tan sólo la sed de los habitantes. La sequía desde finales del siglo XX se estaba
transformando en cuasi perenne.
Ni que decir tiene que la mayor audiencia en los canales de televisión eran los noticiarios y con
éstos las noticias del Tiempo.
John Russell, Jefe de los Servicios Meteorológicos de Indiana conversaba animadamente con
Frank Martínez, Delegado Nacional para la Prevención de Terremotos.
-Las lluvias no llegan, -decía Russell- medio Hemisferio Norte está seco como el desierto del
Sáhara. Y sin embargo las inundaciones en el sur de África y parte de Asia, son tan frecuentes
que, parecen pantanos perpetuos, no se puede cosechar nada. La población está muriendo de
hambre.
-Pues me temo que voy a darte una mala noticia- continuo Martínez.
-¿Cual? - se interesó Russell.
-El Big no habrá sido nada comparado con lo que se nos viene encima.-Diciendo esto,
pasó a su colega un dossier con una foto Graham del espacio exterior. (Fuera del Sistema
Solar-N. A-)
PREVISIONES:
IMPACTOS EN EUROPA 42%.
IMPACTOS EN ASIA 31%.
IMPACTOS EN AMÉRICA-N.C.S. 65%.
IMPACTOS EN AFRICA 58%.
IMPACTOS EN OCEANIA 99%.
TENIENDO EN CUENTA LA VELOCIDAD DE LOS AEROLITOS Y EL TAMAÑO DE LOS
MISMOS, CADA IMPACTO SERÁ LA DESAPARICION DE UN TROZO DE SUPERFICIE
TERRESTRE. AGUJEREÁNDOLA COMO UN QUESO GRUYÈRE.
Russell sólo pudo hacer una pregunta.
-¿Para cuándo?
-Noventa y dos días, contestó Martínez.
La foto era bellísima y a la vez letal. Aquello tan hermoso iba a destruir a la Tierra.
Las Naciones Unidas no pudieron, como casi siempre desde que se fundaron, poner de
acuerdo a sus asociados para que visto el informe de Frank Martínez, aunarán esfuerzos para
evacuar a la población a lugares donde la lluvia fuera menor. Los intereses políticos
nuevamente se esgrimieron en decremento de los pobladores del planeta Tierra.
Frank Martínez erró en su previsión. Sesenta y un días tardó en llegar a la Tierra la lluvia
maldita.
Los habitantes de la costa, oeste de los U.S.A. volvieron a revivir con mayor intensidad el Big,
que tan sólo tres años atrás asoló el estado de California.
Todo empezó con un gran apagón del Bol, la noche había llegado a las 10 h 14' A.M. La gente
creyó que la lluvia había hecho su aparición con una gran tormenta. Los primeros impactos así
lo hacían prever, pero al poco se percataron que el granizo que estaba cayendo era MORTAL.
El ruido era ensordecedor, cada esquirla era un agujero sin fondo. Las personas caían
destrozadas; un río de sangre bañaba las calles. Los alaridos de las víctimas eran
espeluznantes. No se salvaron ni los que se guarnecieron en los sótanos o garajes
subterráneos. La lluvia llegaba a todas partes.
La dañada California tuvo más "suerte” que el resto del planeta. El desgajo producido por el
Big, dejaba poca superficie por lacerar, aun así, las víctimas se contaron por millones.
Diez minutos fue lo que duró. Unos minutos de muerte para la Humanidad.
La lluvia del espacio llegó a todo el planeta. Desde California a Laos, desde Argentina a
Australia. Pocos se salvaron de los impactos mortales.
Martínez predijo el tamaño, también se equivocó, o tal vez las defensas de la Tierra fueron
mayores de lo que se calcularon, ya que el meteorito más grande no pasó de un cm².
Suficiente para golpear mortalmente al ya maltrecho planeta.
La Tierra era irreconocible, parecía desde el espacio, una diana totalmente agujereada. Las
aguas invadieron zonas como los Alpes y los Pirineos. Nuevas tierras nacieron de las aguas al
oeste de África, extensas tierras ácimas que durante milenios fueron cubiertas por el
océano Atlántico emergieron con ímpetu, de su exilio en la penumbra hacia el Sol.
Los muertos por los impactos, aún siendo una cantidad respetable, se calculó en 326.000.000
millones de habitantes, más murieron por el cólera peste, hambre y la difteria, que durante tres
años asoló el planeta. Durante ese tiempo la población no dejó de vagar por el planeta, iban
como idos, deambulando de un lugar a otro sin sentido.
Fue caldo de cultivo para que los viejos santones, proliferaran como ratas en un vertedero.
Unos pocos científicos, médicos, enfermeras, técnicos agrícolas y militares que lograron
sobrevivir, lograron poco a poco restablecer la "normalidad" en el planeta. Las pérdidas en
vidas y en tierras fueron cuantificadas en un gran horror para la Humanidad:
-Te dije que era muy peligroso usar un terrestre para esta misión- decía Vecla a Lam.
-Sí lo sé, pero no había otra solución.
La última vez también fallamos con un terrestre.
-Medio terrestre, rectificó Lam. Por eso, continuo, se optó por usar a un terrestre puro.
-Pues esto ya no tiene remedio comentó Vecla. Ostris se ha transformado en un científico
gracias a los conocimientos de VIC y la única solución que nos queda es destruirlo a él y a la
Tierra.
Lam, pensaba que si en su raza hubiera género masculino y femenino, Vecla seguro sería del
femenino, sólo sabía quejarse.
Pero por suerte los Molocs eran asexuados. Su forma de reproducción era milenaria y
totalmente científica. A través de la ingestión de energía, a los diez mil años, poco más o
menos (terrestres), de un moloc aparecería otro de similares características, así era desde el
principio de los tiempos y así sería.
John Hale estaba desesperado, su esposa Ruth trataba de calmarlo inútilmente.
-¡Idiota! decía Mark, ¡Espagueti de mierda! Pues no ha conseguido al final, que no me hicieran
puto caso. ¡Imbéciles!
Mientras Hale despotricaba, Ruth, le estaba preparando una bebida a base de valeriana y
menta, "nuevo” invento de la industria del refresco, o sea le preparaba un cordial.
-John, ¿qué podemos hacer?
-Nada- respondió derrotado. Está pasando lo mismo que cuando hubo la lluvia de meteoritos.
Nadie hizo caso.
Las pruebas están muy claras, la gente muere de repente, sin paros cardíacos o nada que se le
parezca y por las autopsias parecen unas muertes totalmente naturales. Muerte de viejo.
En veinte años ha fallecido el 35% de la población en el planeta y en contrapartida tan sólo
han nacido un 3%., a este paso en 60 o 70 años, el planeta será un cementerio.
-¿Por qué no hablas con Ducan?
-¿Ducan?
-Sí Mark Ducan, amplió Ruth, tu compañero de Universidad, al que llamabais PISTÓN, porque
todo lo remachaba.
-¿Qué puede hacer Mark? Preguntó.
-No sé, me ha pasado por la imaginación su nombre. Bueno, no me hagas mucho caso. He
creído que tal vez...
-Posiblemente tengas razón- dijo a su esposa- Entre otras cosas Mark se doctoró en medicina
de enfermedades anteriores al Gran Cataclismo. Tal vez él tenga alguna solución. Le
llamaré.-decidió.
Los científicos no se explicaban el fenómeno. Las plagas resultantes del CATACLISMO, como
los supervivientes dieron por llamar, hacía 30 años que, habían sido superadas, empero, la
población seguía extinguiéndose. Fernando Latorre, doctor Jefe para la Prevención de
Enfermedades Endémicas. (El P.E.E.), llevaba varios años investigando el caso. Las
conclusiones estaban llegando a su final.
Repasando una y otra vez los apuntes recopilados en el informe Estrella, nombre dado por su
ayudante Cis Laber, siempre propensa a dar nombre a todas las cosas, que durante seis años
estuvo recogiendo a lo largo y ancho del planeta, no daba crédito al resultado.
Sentando en su viejo sillón de piel de vaca reflexionaba en voz alta:
-El Gran Cataclismo fue provocado por una lluvia de meteoritos procedentes del espacio
exterior ¿Por qué o por quién?
La llegada a la Tierra de la lluvia de la muerte fue con más de 30 días de antelación sobre las
previsiones del doctor Martínez. Si los cálculos eran correctos y lo fueron según los datos
aportados. ¿Cómo es que su velocidad varió? ¿Por qué el tamaño de los meteoritos varió a la
altura de Mercurio? - . '
La conclusión es que alguien estaba interesado en la destrucción total o parcial del planeta. Y
siguen interesados ya que la población está muriendo sin causas justificadas.
Obsesionado por sus descubrimientos, se puso en comunicación con su viejo amigo James
Bean de la Universidad de Yale.
-Mr. Bean, por favor
-¿Quién le llama?
-Fernando Latorre, Dr. Latorre de Caracas.
Un momento por favor, dijo la telefonista con voz rutinaria.
La pantalla del fonotel quedó en blanco por breves momentos. Al cabo de unos largos
segundos un hombre de pelo canoso y ojos profundamente verdes, apareció con una gran
sonrisa diciendo:
Un hombre de complexión atlética estaba frente a él, no parecía ningún vendedor o santón de
turno. Lo cual chocaba con su bronceado y ojos negros de persona acostumbrada a estar en la
calle.
-Buenos días Dr. Latorre.- dijo el desconocido, afirmando con el saludo el conocimiento de su
personalidad-.
-Buenos días, contestó. En qué puedo servirle
-Vd. no me conoce, continuo el desconocido, pero nosotros a Vd. sí.
-¿Nosotros? inquirió receloso
-Sí, nuestra Comunidad, amplió el visitante.
-¿Y? preguntó--angustiado. No era la primera vez que científicos eran atacados por fanáticos
que daban por sentado la culpabilidad de aquéllos por lo del Gran Cataclismo.
-Necesitamos tu ayuda, te rogaría que me acompañases.
Sobresaltado interrogó a su interlocutor
Tenía hambre, siempre le pasaba cuando tenía el nervio metido en el cerebro, era el aviso de
parar de pensar y relajarse, el hambre era su sedante.
El olor a tocino frito y café, le sacó de sus cavilaciones, haciéndole decir.
-Deja que te ayude Amelia.
Por respuesta, Amelia llevaba en las manos sendos platos, dejándolas en la mesa
ratona dijo;
-No hace falta, ya está, de todas maneras gracias.
Diciendo esto, empezaron a dar buena cuenta del suculento desayuno.
Mark escuchaba atentamente las explicaciones que John le daba sobre su investigación.
-...Y si no hacemos algo, dentro de 80 años no habrá ningún humano sobra la capa de la
Tierra- concluyó John.
Mark estaba atando cabos, Ostris le advirtió lo mismo en su comunicación, es más le dijo
también el por qué, cosa que su amigo aún no sabía ni podía intuir por mucha imaginación que
tuviera.
-¿Qué puedo hacer para ayudarte John?- preguntó.
-No lo sé Mark, pero a alguien se lo tenía que explicar, a parte de los cafres de Sanidad, lo que
podrá pasar dentro de nada.
Mark, apretó la mano de Amelia con cariño, con este gesto. Amelia se sentó al lado del mullido
sillón, invitando con este ademán a que Ruth hiciera lo propio con su marido. Amelia sabía que
Mark iba a hablar largo y tendido y contra más unidos estuvieran más credibilidad daría
a la historia.
De esta manera los Hale empezaron a oír la narración más fantástica jamás contada, con un
pequeño matiz, este relato era auténtico.
-Supongo que alguna vez habéis oído hablar del MANA-decía Mark
-Sí. -respondió John- ¿No fue la comida que el pueblo hebreo recibió diariamente en el
desierto camino de la Tierra Prometida?
-Algo así, replicó Mark, ya que no sólo el pueblo hebreo recibió el MANA, a lo largo de la
Historia, otros pueblos también recibieron el preciado alimento. Por ejemplo los Faraones
egipcios recibían Maná una vez al año, y eso no se sabe, ya que era ultra secreto.
Interesado John rebatió, ¡Pero sólo hay constancia de que lo recibieran los hebreos!
-Efectivamente, convino Ducan, pero este no es el problema.
-El MANA,- continuó Mark- era un complejo energético y nunca mejor dicho de energía súper
concentrada, que se daba a los terrestres, para que éstos generaran durante su ínfima
existencia, y después os diré el por qué de ínfima, una multiplicación de esa energía y a la vez
traspasaran aquélla a otros congéneres, o sea procreando.
-¿A dónde quieres ir a parar Mark? -dijo Hale.
-Pues simple y llanamente en que los terrestres hemos sido, somos y seremos el
alimento de los dioses.
-Sí John, cuando dejamos de vivir, la energía de nuestro organismo sale al espacio exterior y a
través de, primero unos receptores y después de unos emisores, la energía es enviada
continuamente a un planeta similar al de la Tierra, distante de ésta en unos aproximadamente
10.000 años luz.
Capitulo 6
SUPERVIVENCIA
-¿Qué puedo hacer Franz? preguntó Einstein Ayudarme a centrar una puerta temporal
-¿Cómo?
-Vd. es el mejor Físico del mundo. Ya se le ocurrirá algo, agoró Stuttgart.
Albert, pensativo, creyó haber vivido aquella escena en otra ocasión. Sabía que lograría hacer
lo que le pedían, pero la duda embargaba su ánimo y el miedo atenazaba su
originalidad.
-Bien -concluyó. ¿Cuando empezamos?
VIC indicó la posibilidad de obtener energía, si se reconducía a los terrestres a una existencia
con más calidad, la solución pasaba por inseminar a una humana con MANA PURO, haciendo
así nacer a un. Salvador de la Humanidad. Dada la pureza del MANA, las propiedades del ser
engendrado serían totalmente asombrosas a los ojos de sus coetáneos. Ni que decir
tiene, que el caudillaje sería cosa de coser y cantar. Con lo cual el objetivo
estaba garantizado y el problema de los molocs solucionado.
Vic se equivocó, No contó que los molocs tenían unos intereses que no eran,
precisamente los de los terrestres.
El caudillo falló. Tuvo que dejar su organismo humano y retornar a MOLOC. Tardó más de lo
normal, ya que su energía no pudo ser transmitida, dada su pureza. Tuvieron que recogerlo por
los métodos tradicionales, o sea, con una nave espacial.
Eso sí dejó huella de la salida de su organismo, con lo cual siguió dando de qué hablar durante
siglos.
El consejo de Moloc decidió un solución, desoyendo en aquel momento a VIC, buscar otro
planeta para repetir la experiencia, eso sí, descartando los fallos que hubo en la Tierra. Pero,
mientras, la Tierra tenía que devolverlos el MANA dado años ha.
-¿Lo entiendes ahora? preguntó Mark
Lívido estaba Hale, no se lo podía creer, de un trago apuró la copa que Ruth le había servido.
Según lo que decía Mark, los molocs estaban matando a los terrestres para recuperar su
inversión.
-¡Espeluznante!
-¿Hay alguna solución? preguntó John
-Fácil dijo Mark, casi jocosamente. DESTRUIR LAS PIRAMIDES. Sin receptor-emisor,-continuo
diciendo Mark, los molocs no vendrán a ver qué pasa, sus problemas son más acuciantes que
recuperar algo de energía. Con lo cual la vida en la Tierra será casi eterna y no como la de
ahora, 80 o 90 años y al pote.
Normalmente una semana hubiera sido lo normal y por supuesto no un todo terreno. Con lo
cual aquel servicio daría pingües beneficios a su compañía.
Solícita pidió: Me deja su pasaporte por favor.
En veinte minutos, las dos parejas se encontraron camino de la carretera de Siró, El paisaje era
agreste, un cielo azul, sin nubes, hacían que el todo terreno pareciera una aparición sobre la
gran cinta negra que era la carretera.
-Km. 15 dijo Amelia. Mark que conducía, paró el vehículo en el arcén, o sea, en la arena.
-Era el km. 15,100, diciendo esto, Mark sacó de su saco una cinta métrica, dando un
cabo a Hale, aguanta dijo.
-Noventa y nueve y cien. Aquí es -concluyó Mark.
No se veía nada, arena y asfalto el azul del cielo y el sol en lo alto.
Ruth y Amelia se acercaron al punto.
Estando reunidos, Amelia dijo ¡OSTRIS!
El cielo, que hasta ahora había sido azul, se convirtió de repente en rosa amarillento. Unas
nubes rojas aparecieron en el firmamento y en un segundo ¡Flash! Una luz blanca como la
leche...
-Buenas tardes dijo el hombre.
Como, ocurriera en otras ocasiones, no habían voces. Pero se comunicaban.
Se encontraban en un bosque verde con árboles que parecían milenarios. Amelia se acurrucó
junto a Mark, buscando el calor de su cuerpo. Habían pasado de los 32C a unos escasos 8C
que haría en aquel paraje.
-Hola contestó Mark. Herr Stuttgart supongo.
- Exacto, Vds. son…
John y Ruth Hale.
¡Ah! dijo Franz y Vds., interrumpió a Mark, los Ducan.
Sin darle tiempo a resolver el entuerto. Franz, imperativamente les invitó a cobijarse en el
cobertizo que estaba a unos cincuenta metros.
De prisa por favor, exclamó. La Gestapo ha estado husmeando en los últimos días por aquí.
-¿Gestapo?- preguntaba mientras se dirigían al cobertizo, John a su esposa-¿pero esto no era
por el 1.932?
-Sí contestó Ruth, licenciada por Yale en Historia Universal...
Una vez dentro, el profesor Stuttgart, les invitó a tomar asiento.
-Bien Vd. dirá profesor, dijo Mark.
Franz Stuttgart, se quedó blanco- Creía que era Mark el que tenía algo que decirle, de hecho,
él venía del futuro.
Carraspeando contestó.
-Bien, Ostris me dijo que Vd. vendría aquí y que tendría la solución para su problema. No sé
más, acabo compungido.
-Perdone profesor, intervino Ruth, ¿Qué especialidad tiene Vd. actualmente? -
-Es secreto señora, ¡Oh, perdón!, que tonto soy, creía que Vds. pertenecían a este siglo, Soy
QUIMICO CIBERNÉTICO, estoy trabajando en un explosivo muy especial. Es tan
especial, que parece tierra, si lo analizaran, los resultados serían que son tierra. Pero
sin embargo, no es así.
La cibernética le hace ser explosivo, al recibir una serie de ondas en una
frecuencia muy baja se activa y...boom!
-¿Qué potencia tiene? preguntó Hale
-¡Oh! la potencia es algo así como un millón de veces la dinamita. - Teóricamente-aclaró Franz.
-Como una bomba atómica, comentó Hale a Mark.
-¿Atómica? preguntó Franz interesado.
-Sí profesor, atómica, Vds. no la conocerán hasta dentro de unos años, por desgracia, contestó
Hale.
-¿Cuál es la frecuencia para la activación, pregunto Mark?
-Ahí está el problema. La desconozco. Albert Einstein estuvo trabajando en ello hasta que
marchó de Alemania. No pudo dármela.
Aha, creyó intuir de quién se trataba. Resoluto, ordenó que lo trajeran a su presencia y que le
dejaran a solas con él.
No se había equivocado, más mayor, casi un hombre, pero era inconfundible, era Ostris.
Aha, dejando su trono, saludó afectuosamente a su amigo de la infancia.
-Ostris, ¿Qué tal?
-Traigo nuevas instrucciones de los señores de la Luz, dijo.
-¿Acaso no he cumplido todo lo que se me ordenó? Preguntó asustado a su amigo.
-Sí, y no debes preocuparte, calmó Ostris. Tan sólo deberás, a la mayor celeridad, acatar otra
normativa de obligado cumplimiento por ti y por toda tu descendencia.
Deberás, continuó, ir al Valle del Silencio, cogerás de la montaña amarilla la tierra más oscura
que encuentres, la mezclaras con el agua del Nilo y formarás en un primer lugar, adobes de un
codo. Los cuales colocarás alrededor de las pirámides construidas. Dos adobes cada diez
codos. Las pirámides venideras serán conjuntadas con la argamasa resultante. ¿Lo has
entendido Aha?
Aha asintió con un movimiento de cabeza y sospechando la rápida partida de su amigo se dio
buena prisa para hacerle unas preguntas que interferían en el cumplimiento del MANDATO DE
LOS SEÑORES DE LA LUZ.
-Ostris, amigo, la construcción de las Pirámides cada vez es más costosa, me faltan esclavos
para poder llevar los grandes bloques de piedra, no tengo talladores, aquélla, dijo señalando
una incipiente construcción, lleva así doce cosechas. Si cada Faraón debe construir su
Pirámide, deberá empezarla cuando empiece su mandato y aún así le costará el poderla
acabar antes de su muerte.
Ostris, con su imperturbable sonrisa, cortó a Aha diciéndole:
-Está bien, está bien, sé que la obra es grande y que los medios escasos pero con poco
esfuerzo podrás, siguiendo mis instrucciones, hacer. Pirámide más sólidas y más altas. Ya que
los señores de la Luz están interesados en que estos monumentos sean los más grandes
posibles para su mayor grandeza.
-¿Pero cómo?-preguntaba angustiado el Faraón.
-Escucha, dijo Ostris con aire misterioso. Nadie, ni tu familia, deberán conocer el secreto de las
Pirámides. Sólo tú y tus sucesores estaréis en poder de la solución a los problemas de
construcción.
-Por cada Pirámide-continuaba explicando, Ostris- que construyas lo harás de la siguiente
manera. Harás un plano de la construcción, contando todas las medidas- Cada bloque será
numerado y catalogado, o sea, sabrás antes de empezar la ubicación medidas de cada
elemento. Esto te servirá para que, con moldes hechos de madera, los llenes de la tierra que
hay en la parte sur del Valle del Silencio, lo harás a partes iguales de tierra y agua. De esta
manera podrás con pocos trabajadores construir en la misma obra, sin necesidad de tallar,
transportar y colocar los bloques de piedra. De piedra serán los que hicieras con los moldes, la
consistencia y dureza serán idénticas a la de las otras Pirámides. Eso sí tendrás que dejar
secar el molde doce puestas de sol y al treceavo, podrás quitar las maderas que forman el
bloque. Estos bloques serán unidos también por la argamasa que antes te mencioné.
Aha oía incrédulo a su amigo. Pretendía hacer bloques de PIEDRA como si de una ánfora se
tratara. Pero sólo fue un instante, le había dado pruebas de que todo lo que Ostris decía era
verdadero.
Sin más preámbulo, Ostris marchó.
Las vacaciones de los Hale y la luna de miel de los Ducan, duró poco.
Hale, acababa de recibir un mensaje urgente del Dpto. de Sanidad del Estado, ordenándole su
incorporación inmediata al igual que la comparecencia de Mark Ducan.
El Salón de Actos de la Gobernación en New York había sido reducido, debido al gran
Cataclismo, el terreno era tan valioso como el agua, el gran edifico Orfeus era, casi miniatura,
de lo que antaño fue. Lo cual, nos permite hacernos una idea de lo apretados que estaban las
cuarenta personas que asistían a aquella reunión. Reunión de seguridad nacional.
Por arte de magia, o vete a saber cómo, la historia de Ostris. Era de dominio Federal. Mark,
Hale, Amelia y Ruth, aparte de estar convocados a aquella cumbre, eran casi prisioneros de la
Federación, por motivos de seguridad, aducían, no les era permitido ningún contacto con el
mundo exterior hasta nueva orden.
El general Nike McNeal hablaba en aquel momento. ...
-Debemos bombardear las Pirámides, es muy sencillo señores.
Poseemos la tecnología para hacerlo. Hagámoslo. Terminó diciendo e general.
Mark tomaba buena nota de que la idiotez no es un problema ni de espacio ni de tiempo, si no
de cerebro.
Habiendo acabado el general, se permitió la licencia de pedir la palabra la cual le fue otorgada
por el secretario de estado Mr. Walk.
-Sr. Ducan tiene la palabra.
Mark, se levantó de su asiento, y aun teniendo que pasar casi rozando a los asistentes,
empezó a caminar alrededor de la gran mesa.
-Señoras y señores, empezó diciendo. Lo que el general nos dice es una gran verdad, tal, que
en otra situación, le hubiera votado la solución a nuestro problema, un problema que aunque a
algunos les pese, no es tan sólo de esta Federación, sino de todo el planeta. General McNeal,
pregunto: ¿Es cierto que los EUE, conjuntamente con tropas locales egipcias han intentado,
infructuosamente si se me permite, decirlo, llegar a las Pirámides de Egipto y no han
logrado estar a menos de 1000 km?
¿No es cierto que, desde el espacio, se han lanzado misiles convencionales con cabezas
atómicas y rayos láseres teledirigidos y no han podido traspasar la estratosfera?
Un murmullo de incredulidad lleno la sala. Aquel informe era totalmente desconocido por la
mayoría de los asistentes.
Un ¡No quiera crear la confusión Ducan! dicho por el general, fue el detonador para que el
secretario de estado golpeara con fuerza en la mesa con su puño.
-¡Silencio! General este no es su turno, siéntese, ordenó.
Estamos reunidos para solucionar algo vital para la vida del planeta, no para discutir fracasos.
Dicho esto, devolvió la palabra a Mark.
-Prosiga Dr. Ducan.
-En los informes que todos los que estamos aquí tenemos, se nos indica muy claramente que
sólo hay una forma de destruir las Pirámides, esto es, por un explosivo creado en el 1.932
conjuntamente con una frecuencia de que aún no se ha descubierto.
-¿Qué solución nos da Vd.? Interrumpió el jefe de seguridad nacional Robert Dean.
-Una muy sencilla. Volver al pasado,
Tan sólo tres personas dieron fe de las palabras que Ducan acaba de pronunciar.
Capítulo 7
¡VOLVER AL PASADO!
Horacio Walk, se estremeció al oír a Mark, sabía, por el informe que tenía, delante, del ataque
exterior, conocía la pequeña aventura efectuada por los convocados. Pero, la duda
ensombrecía su disposición en creerlo todo a pies juntillas.
La muerte de toda la familia de su madre durante el Gran Cataclismo había dejado huella en su
forma de ser. Su infancia transcurrió en centros especiales, ya que desde su nacimiento, fue
apartado de su madre. Una de las millones de víctimas que no murieron por la catástrofe
pero… mejor hubiera sido, ya que desde entonces la locura fue minando su espíritu. Su padre
Herbert, tuvo que internarlo en un centro para deficientes mentales cuando él tan sólo tenía
seis años.
Su madre falleció a los seis meses del ingreso.
Tenía ante sí un hombre totalmente desconocido. Mark Ducan.
Había estudiado cuidadosamente el informe cuasi secreto de Frank Martínez, la suposición de
un ataque dirigido a la Tierra volvía a estar en la palestra. Si le hubieran hecho caso, la Tierra
habría podido defenderse o mitigar de alguna manera las muertes que acaecieron durante y
después de la lluvia de aerolitos.
La muerte volvía a campear sobre sus cabezas.,
Mark Ducan, Dr. en medicina y cibernética. Este era el posible salvador de la Tierra y de sus
habitantes. En su mano estaba dar la luz verde para intentar lo imposible.
El secretario de estado, rompió el silencio con una escueta pregunta:
Lam seguía diciendo: Las últimas instrucciones llegadas al VIC de la nave procedente de
Moloc, no nos dejan ninguna duda, nos ordenan no dejar llegar a los humanos a los
transmisores,
-¿Y Ostris?- cortó Vecla.
-Ostris sigue atrapado en el tiempo. VIC lo ha confirmado.
Lo que VIC no sabía es que Ostris había logrado tener una puerta temporal estable y que
estaba usándola contra reloj para vencerles.
-¿Cómo lo harán? Pregunto Vecla a Lam
-Si te refieres si será como aquellas poblaciones…
-¿Cómo se llamaban?
-Sodoma y Gomorra- contestó Vecla.
-Eso sí, Sodoma y Gomorra, pues no. Será totalmente diferente, según los informes de VIC.
Deberán de recuperar el máximo de Maná y transferirlo con la mayor intensidad posible de
llegada a Moloc.
-Pero...-interrumpió Vecla- ¿Tan mal están que quieren borrar el planeta de un plumazo?
-Quisiera recordarte que lo de Sodoma y Gomorra fue una decisión política. La situación no era
la misma que ahora, aunque lo parezca.
Nuestros científicos destruyeron las ciudades al verse incapacitados para reconducir la
producción de energía con los habitantes de estas poblaciones. Debían recuperar el máximo de
maná para reinvertirlo en otros experimentos.
Se les aviso en numerosas ocasiones para que procrearan y no utilizaran el sexo entre
miembros de la misma especie, ya que la producción de Maná era sumamente necesaria. Al no
hacer caso, se tuvo que destruir las ciudades.
-¿Pero, quedó alguien, verdad?-preguntó Vecla
-Sí, un tal Lot y su familia. Exactamente dos hijas, las cuales procrearon con su propio padre al
creerse solas en el planeta.
Las noticias eran alarmantes, todos los canales de Intervisión repetían las mismas.
-Una ola de frío está congelando el desierto del Sáhara.
-La comida escasea, el frío está quemando todas las cosechas, las reservas van disminuyendo
por momentos.
-El pillaje en los centros de alimentación desbordan a las fuerzas del orden.
-En Barcelona (Europa), Buenos Aires (América Sur), Los Ángeles (América Norte) Pekín (Asia)
y El Cairo (África), ciudades emblemáticas de los cuatro continentes, los muertos por
inanición se contaban por millares. Las fuerzas del orden de las respectivas
Federaciones se veían desbordados por el CAOS TOTAL, la gente sólo buscaba alimento
donde fuera, sin importarlos en absoluto la procedencia o el método para llegar a sus fines. Se
calcula- detallaba el locutor- que las muertes por enfrentamientos duplican las víctimas por frío
y el hambre.
Desde hacía 24 horas las noticias bombardeaban a todo el planeta a través del sistema
Intervisión, que conectaba automáticamente cualquier aparato receptor, sin que el usuario lo
pusiera en funcionamiento.
-Cuéntame -decía impaciente Mark a Ostris. Éste antes de empezar su relato, obsequió a sus
convidados con abundante agua fresca y una rica comida a base de tortas de trigo. Una vez
aplacada la necesidad. Ostris empezó a hablar.
-Los Molocs en diversas ocasiones han semidestruido el planeta. Diluvios, terremotos, ataques
directos, etc., pero siempre dejaron seres vivos para seguir abasteciéndose de energía.
Ruth le interrumpió diciendo.
-No me dirás que lo de Noé, Sodoma y Gomorra, Dinosaurios y otras guisas fueron obra de
esos molocs, ¿Verdad?
-Sí, Ruth, contestó Ostris. Los molocs no se detienen ante nada. Las guerras que
después han habido fueron provocadas por ellos.
-Como iba diciendo, continuo Ostris, los Kader se instalaron en un planeta cercano a Moloc,
más o menos a unos 4 años luz. Este planeta se llama KADERMA.
Percatados de lo que hacían sus vecinos, intentaron contrarrestar sus violencias y enviaron a la
Tierra diversos emisarios, normalmente en naves espaciales y en algunas ocasiones por
corredores dimensionales.
-Deja, cortó Ostris a Mark, viendo la intención de éste, ya te explicaré lo que son los corredores
dimensionales, tiempo habrá, diciendo esto Ostris atacó con el mismo entusiasmo a su
narración.
Los Kader consiguieron cierta estabilidad en la Tierra, en diversas épocas. Los molocs no
pudiendo consentir tal intrusismo, atacaron a Kaderma intermitentemente para debilitar a los
Kader. De hecho lo consiguieron y los molocs continuaron ordeñando a la Tierra.
Ricardo García era el Jefe de Seguridad Espacial de MASPALOMAS (España), leía y volvía a
leer el informe que el satélite W-22, que orbitaba en la elipse de Plutón desde hacía 20 años.
-Un cometa sin catalogar, ha aparecido a 50.000.000.000 millones de km. de la Tierra
-¿Corrige trayectoria?
Velocidad 9.800 km/s,
LLEGADA AL SISTEMA SOLAR EN 59 DÍAS 18H 56’
DIRECCIÓN PLANETA TIERRA
En algo más de dos meses la Tierra iba a ser impactada por aquel cometa.
La Tierra no podría soportarlo. Después de la lluvia de meteoritos que cayeron en el principio
del siglo XXI, ésta estaba diezmada. Un simple roce de cualquier cometa medio, haría
desaparecer al planeta. No digamos un impacto como pronosticaba el W-22
Sin dudarlo apretó el botón del fonotel que comunicaba directamente con el Presidente de la
EUE (Estados Unificados Europeos)
Jon Azcurra escuchaba atentamente las palabras de García. Azcurra como Presidente de la
EUE, tenía plenos poderes para cualquier contingencia que atañera a la Federación, pero esto
se le escapaba de sus atribuciones. Un cataclismo iba a destruir lo que siglos de guerras no
consiguieron.
-¿Qué solución ve Vd.? Preguntó a Ricardo García.
-Señor Presidente no hay solución. Sólo una esperanza.
-¿Cuál?
-Que ese cometa no sea lo que parece.
-¿En qué se basa?
-Según el informe del 14-22 "este cometa“ corrige su trayectoria constantemente al igual que su
velocidad. Esto me hace suponer que no es un cometa ortodoxo. Lo sabremos cuando llegue a
nuestro Sistema Solar.
-¿Cuándo será eso?
-Dentro de 59 días más o menos, Ya que las modificaciones que efectúa no nos deja prever
con exactitud la llegada a la Tierra.
Además, continuo García, hemos recibido una serie de radiaciones desconocidas que influyen
en la climatología del planeta; al principio creímos que era debido a una inclinación del eje
terrestre, motivado por la lluvia de meteoritos que recibió la Tierra en el Gran Cataclismo, de
hecho estábamos acostumbrados a tales eventos, Pero esta vez ha sido debido a esas
malditas radiaciones procedentes del espacio, casi juraría que ese "cometa" tiene algo que ver.
Jon pensativo, hizo otra pregunta, casi temiendo la respuesta.
-¿Ricardo, si pudiésemos detener las radiaciones y al cometa, como quedaría la Tierra para
poder habitarla?
Viena era un continuo hormigueo de personajes que se dirigían a la Villa. Azcurra había
comunicado a sus homólogos de Asia, América y África- Oceanía
desapareció con el Gran Cataclismo- el informe de Ricardo García.
Todos dos presentes en la mesa Delta, querían pruebas y soluciones. Nadie descansaba en la
Villa, residencia oficial de la Federación de Estados Europeos.
Isaac Jordán, Presidente de la EUA (Estados Unificados Americanos) corroboraba los informes
que Jon Azcurra remitió a la sede de New York.
Doce eran las personas que estaban sentadas en la gran mesa Delta de metacrilato azul:
Jon Azcurra, Irene Zola, Luisa Martínez e Isaac Jordán, como presidentes de las Federaciones
del Planeta, ocho personas más pertenecían a las secretarías correspondientes a cada
Federación.
-Tengo en mi poder, decía Jordán, pruebas de que el cometa que se dirige a nuestro Sistema
Solar, no es tal. Hace doce días, el Dpto. de Seguridad Federal Americano, me informaba
de
-YO LE CREO
Capítulo 8
YO LE CREO
El silencio se podía cortar, todos enmudecieron al oír aquella frase.
Jordán fue el primer sorprendido. Había motivos personales para creer que Luisa no apoyaría
jamás su intervención.
Luisa, dejando unos breves instantes para que se recuperaran de la noticia, prosiguió diciendo:
-Todos sabéis que Isaac y yo no estamos en la misma onda, lo cual es una garantía para que
no hagáis suposiciones erróneas. He dicho que le creo porque yo misma recibí, hace unos
días, en mi propio dormitorio. -Unas sonrisas y miradas a Isaac produjeron las últimas palabras
de Luisa. La cual haciendo caso omiso, acabo diciendo.- Esa visita, eran tres personas, Mark
Ducan, su esposa Amelia y un tal Ostris, Ostris de Siro.
Vecla estaba asustada. ¿Asustada? no podía creerlo, ella ¿ella? no podía asustarse, su
constitución dejaba a un lado cualquier sentimiento. Pero sin embargo lo estaba.
Lam le miraba, sin saber que decir, su apariencia la dejaba sin ánimos para nada.
-¿Has consultado al VIC? preguntó Lam.
-Sí, aquí tienes la respuesta, diciendo esto le alargó una especie de lámina traslúcida de
plástico, no mayor que una antigua moneda fraccionaria. Lam sin decir nada, cogió el rad,
como así se dominaba la lámina y la introdujo en un lector tipo láser.
Los caracteres empezaron a salir en la gran pantalla del VIC, su traducción era
escueta:
VECLA ESTA PERDIENDO MANA, SU DESAPARICIÓN ES INMEDIATA
Algo que jamás había sentido hizo estremecer su cuerpo ¿Cuerpo? No se había percatado de
que él también se estaba volviendo opaco y era del género masculino
Sin decir nada Lam se acercó a Vecla y la estrechó entre sus brazos; Vecla recibió con agrado
aquello que nunca disfrutó.
La noche era rasa, las estrellas lucían y la Luna era clara, Ostris y Mark
paseaban por las cercanías de la cueva.
-¿Cuál es la parte del planeta más poblado? preguntó a Mark.
-La Federación Asiática tiene, aún después del Gran Cataclismo, más habitantes, que el resto
de las Federaciones juntas.
-Bien, convino Ostris, deberemos ir a ver a su Presidente.
-¿Cómo? preguntó Mark.
-Por un corredor dimensional.
-¿Me explicarás que es de una vez por todas, un corredor dimensional? arguyó Mark.
-Ah! sí, no hay problema -dijo Ostris- Un corredor dimensional no tiene espacio, juega con las
paralelas del tiempo, y te traslada a cualquier época, año, mes, día, hora, etc. pero sólo en
energía, nunca en materia.
-Perdona Ostris, pero no entiendo ni jota.
Ostris se echo a reír.
-Eres directo, expresivo y sincero, me gustas Mark. Yo mismo tardé bastante en entender este
sistema de "comunicación".
Ya que de eso se trata, es tan sólo un sistema de comunicación.
Imagínate, continuaba Ostris, que el fonotel en vez de verlo a través del transmisor, no hubiera
transmisor y sólo vieras la imagen y oyeras la voz.
-O sea -cortó Mark- Es como una traslación de tu ser en el tiempo sin ocupar espacio.
-Exacto-resopló Ostris-Eso me costó varios años entenderlo.
-¿Y cómo funciona? preguntó Mark.
-Con la misma puerta temporal, pero sin introducirte. Me explicaré, cuando vas a viajar en el
tiempo, manejas la puerta con 'tu mente. ¿Me sigues?
- Te sigo- contestó Mark.
-Pues bien para entrar en el corredor dimensional tan sólo tienes que proyectar tu imagen,
como si de un viaje astral se tratara.
Después de recibir la información, Mark volvió con su esposa en la improvisada habitación que
Ostris les proporcionó. Unas voces interrumpieron la intimidad de la pareja.
-¡Mark, Mark!
Era John.
-Sí contestó Mark
-Tienes un momento.
-Sí, claro, tú dirás.- Dijo saliendo del aposento.
-Ruth y yo hemos decidido quedarnos en esta época, creemos que, bueno, que las
posibilidades de salvar a la Tierra son escasas y quisiéramos tener hijos y vivir unos años más.
¿Lo comprendes? dijo balbuceando.
-Sí.- Contestó Mark, creo que haces bien, y no me preguntes el por qué.
Ostris se acercó a los dos amigos.
-¿Ya te la ha dicho? preguntó a Mark.
-¿Dicho? exclamó.
-Sí, que se quedan.
-¿Lo sabías?
-Sí, contestó sonriéndose y sin esperar su reacción siguió su camino.
El susto fue morrocotudo, creí que eran terroristas o algo parecido. Las alarmas no habían
funcionado y la seguridad no les impidió elpaso. Así pues, imaginaros como estaba de
nerviosa. Cuando de repente la mujer me dijo:
-No se asuste Luisa, mi nombre es Amelia Ducan, éste, señalando a Mark, es mi esposo Mark
y ése es un buen amigo, su nombre es Ostris, Ostris de Siro. Me estoy comunicando con Vd. a
través de un corredor dimensional. No intenté entender y sólo escuche: Los molocs están
preparados para atacar a la Tierra, de hecho ya lo están haciendo con las últimas inclemencias
climatológicas. Su Federación es la más poblada, lo cual es objetivo prioritario para ellos. Tiene
unos cincuenta días para camuflar a toda la población.
Azcurra, como anfitrión, rompió el hielo existente con una pregunta al aire:
-Si podemos ir al pasado ¿Qué presente nos aguardará si el cometa destruye la Tierra?
No habían tenido mucho tiempo para estar juntos. ¿A caso lo tendrían? Mark miraba con ojos
de cordero degollado a su esposa. Todo había sido tan rápido. Perdió su soltería a cambio de
dar sentido a su vida, con lo cual había ganado. Amelia era preciosa e inteligente, muy
inteligente. Veía como dormía, su pelo negro como el azabache brillaba en aquella noche
estrellada en aquel desierto donde se encontraban. No sabía en qué lugar y época se hallaban,
pero se sentía a gusto y feliz, su esposa estaba allí. Ostris les dejó dos días antes, les indicó
que le aguardaran en aquel punto sin moverse hasta su regreso.
Esto fue después de la comunicación, que tuvieron con Luisa Martínez, de aquello hacia siete
días.
-¡Eh! ¿Qué pasa? dijo Amelia despertándose.
-Nada amor sigue durmiendo, contestó Mark
Amelia le hizo caso, siempre, lo hizo, desde cuando él entraba en el Centro de Datos y
suspiraba por una de sus miradas. Pero... era tan distraído. A veces ni se daba cuenta cómo
iba vestido. Como aquella vez que iba con una camisa azul mal abrochada y los calcetines de
diferente color ¿Se inmutó acaso? ¡Qué va! Cuando le indiqué el fallo. Tan sólo dijo ¡Ah, bien
gracias! y siguió andando, ¡Era odioso!
Ni tan si quiera la miró. Y ahora, soy su esposa y le quiero.
Y con este pensamiento Amelia siguió durmiendo.
Los preparativos en las cuatro Federaciones iban contrarreloj.
En Asia los quinientos millones de personas que quedaban después del Gran Cataclismo, se
trasladaban a las laderas del Everest a marchas forzadas.
La consigna dada a la población en todo el planeta había sido la misma: RESTOS
ESPACIALES PROCEDENTES EN SU MAYOR PARTE A RESTOS DE LOS METEORITOS
CAÍDOS EN EL GRAN CATACLISMO, LLEGARAN A LA TIERRA EN UN PLAZO MUY
BREVE. LAS CUATRO FEDERACIONES HAN UNIDO TODO SU POTENCIAL TÉCNICO Y
HUMANO PARA QUE NO VUELVA A OCURRIR OTRO GRAN DESASTRE.
UNA DE LAS MEDIDAS, SERÁ EL TRASLADO DE TODA LA POBLACIÓN, A LOS PUN¬TOS
MAS ELEVADOS DEL PLANETA. A ESTOS PUNTOS, DEBIDAMENTE HABILITADOS, SE
LES DOMINARAN: PUNTOS DE ENCUENTRO.
La cara de Luisa era un poema, por una parte le complacía la noticia, con esas naves era
cuestión de días la evacuación ya que, con los medios que ahora disponía, le hubiera sido
bastante difícil el cumplir la misión encomendada. Pero por otro lado...
¿Qué se había creído aquel engreído que tenía enfrente?
La furia la estaba dominando, estaba a punto de estallar... cuando Isaac dijo.
-Luisa, te estoy hablando desde la nave Presidente, dentro de quince minutos me reuniré
contigo, entonces hablaremos. Y sin más cortó.
Cuando Ostris llego al lugar donde dejo a Mark y Amelia, solo encontró a esta.
-¿Dónde está Mark? le preguntó.
-No lo sé, lo he estado buscando desde hace rato y no le he encontrado,
-¿No has oído o visto algo?- preguntó Ostris.
-Sólo recuerdo haber soñado con una gran luz y con una gran oscuridad. Y después desperté.
Ostris, pensaba, sabía lo que había ocurrido, aunque algo pronto, pero
previsible. Los molocs han capturado a Mark, dijo en voz alta.
Amelia se sobresaltó.
-¿Por qué? preguntó.
Porque es el único ser en el planeta que puede destruirlos.
-Pero si Mark es un simple humano, que tan sólo tiene como cualidades, su tesón y su amor al
prójimo.
-¡Te parece poco Amelia! replicó Ostris. No te preocupes-continuo- tengo unos amigos que nos
ayudaran.
-¿Quiénes son, los conozco? preguntó angustiada Amelia
-No, no los conoces, aunque has oído hablar de ellos, son Lam y Vecla.
Y sin más asió una mano de Amelia y la condujo hacia unas dunas que había a unos cien
metros del campamento. Pasada éstas, Amelia vio con asombro un Todo Terreno SIiper (nuevo
modelo con magnetos anti-gravedad). Sin darse cuenta se encontró sentada al lado del
conductor, o sea, de Ostris.
-¿Ostris? preguntó Amelia. ¿Dónde estamos en espacio y tiempo?
-Estamos a unos 100 Km. al oeste del punto kilométrico 15,100, en cuanto al tiempo, estamos
en tu época, en el año 2.116.
-¿Cómo? preguntó extrañada.
-Cuando volvimos de visitar a Luisa Martínez, utilice un bypass para volver al presente
recuperando la materia del pasado. Técnicas temporal es acabó sonriendo ufano.
Diciendo esto, Ostris puso en marcha al TT SIiper, elevándolo 10 metros del suelo, introdujo en
la bitácora del vehículo las coordenadas de destino y aceleró.
Catorce fueron los minutos que Isaac tardó en llegar al punto donde se hallaba Luisa.
Luisa por protocolo, curiosidad y rabia, fue a recibir a la nave Presidente, que aterrizó en el
astropuerto de la residencia Ming, situada a las afueras de la antigua capital de Mongolia, Ulán
Bator.
Al fin, nos trasladamos a mediados del siglo XX y nos instalamos en New York, fue nuestro
error. Los molocs nos localizaron. La Tierra pagó por ello. El Gran Cataclismo fue a causa
nuestra. Entonces nos percatamos que en todas las épocas en que viajábamos -ocurría algún
desastre; peste, guerra, hambre. En fin muerte. La solución pasaba por no permanecer más de
dos años en la misma época.
-¿Y en ese tiempo no habéis tenido descendencia?
Vecla, contestó ruborizada.
-Al principio no conocíamos el sexo ni las caricias, ni el amor, ni nada de nada. Estábamos a
gusto el uno con el otro pero nada más. Lam sentía algo, y yo también, pero la falta de
comunicación, o la vergüenza, hizo que los años transcurrieran sin saber lo qué es el verdadero
amor. Hasta que un día nos decidimos hablar de nuestras sensaciones y vete aquí que en tu
siglo tuvimos a nuestro único hijo: Mark.
-Cuando tuve, perdona, dijo mirando a su marido, quiero decir que cuando tuvimos a Mark, fue
el instante más feliz de nuestra larga existencia, durante dos años, Mark fue enteramente
nuestro, crecía y crecía. Hasta que su vida, a causa de la persecución de los molocs, estuvo en
peligro.
Soportamos con bastante frialdad, todo hay que decirlo, las muertes que por nuestra causa los
molocs efectuaron durante la persecución. Pero la muerte de nuestro hijo no la habríamos
podido sufrir. Éramos padres y ahora comprendíamos el valor de la vida.
Hicimos ver, tras preservar el futuro de Mark, nuestra propia muerte en un accidente de
aviación. Nuestro hijo fue desde entonces y hasta su mayoría de edad protegido. Nunca le faltó
de nada, Cada año, por su cumpleaños volvíamos a su lado y le dejábamos un pequeño regalo,
siempre era el mismo; nuestro amor.
Lo habían conseguido, la población del planeta estaba reunida ante y bajo .las mayores alturas
del planeta Tierra, sólo faltaba que Ostris empezase, a actuar.
Isaac y Luisa parecían dos colegiales. Irene y Jon sonreían complacidos por la aptitud de
ambos. Por fin los amantes separados se unían en, por las caricias que se otorgaban, un gran
amor. Parecía que quisieran recuperar los diez años perdidos.
-Señora Jordán, que bien suena le decía Luisa a Isaac.
-Amor mío, decía Isaac, besándola una y otra vez.
-Crees que Ostris lo logrará, preguntó Luisa.
-Sí, algo me dice que sí. Le tengo mucha confianza y eso que no hace más de un mes que lo
conozco y me es muy familiar.
-¿Ella es David?
-Sí, contestó Ostris, Amelia hará de David y tú deberás ayudarla.
-No sé cómo- respondió- pero por mí no ha de quedar y diciendo esto, se dirigió a Amelia con
un vamos a fuera, tenemos poco tiempo y mucho de qué hablar.
-Tienes que darme las coordenadas en espacio-tiempo de donde tienes la nave.- pidió.
-No sólo te las daré, sino que también iré contigo, contestó Lam.
-Querida- dijo a Vecla. Sabes que tengo que ayudar a Ostris, ¿Verdad?
-Sí, lo sé. Pero en estos años que hemos vivido como, humanos la frialdad moloc se ha
desvanecido y la razón me llevaría a rogarte que no fueras, pero no lo haré. Te quiero.
Lam abrazó a su esposa como nunca creyó poder hacerlo en el pasado. Con amor.
Ostris intervino diciéndola.
-Tranquila, volverá.
Lam tomando el mando, dijo a Ostris.
-Vámonos metomentodo, que hay prisa.
-Sí, afirmativo.
Mientras Ostris introducía los datos. Lam le preguntó calladamente.
En el panel de control Vic estaba dando las resoluciones a lo indicado por Ostris.
-¿Cuándo lo harás?
-¡Ahora! y diciéndolo, Ostris apretó el botón de FUNCION.
Transcurridos unos largos 5 segundos, Ostris hizo dos preguntas a Vic.
-Vic, resultado transporte temporal.
POSITIVO 100% EJECUTADO.
-Vic, distancia y velocidad del cometa MOLOC.
Un resplandor rojo surgió de la Tierra hacia el espacio. Visible desde la nave. Ostris, sabía que
Goliat había sido nuevamente vencido. Sólo, por confirmar, aunque presumía la respuesta dijo.
-¡VIC! pregunta: situación del cometa moloc y velocidad.
……………………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………..
……………………………………………………………………………………………………..
Ostris lo tenía todo planeado, punto por punto. Pero ahora todo se le desmoronaba como un
castillo de naipes.
Lam comprensivo, paso su brazo sobre los hombros del 'compungido amigó diciéndole:
-Es difícil encajar una derrota, ya ves, tanto esfuerzo no ha servido para mucho, todo lo
más para que los habitantes de la Tierra puedan vivir 5,000 años más. Cuando mis
ex-congéneres lleguen a una corporación del 56%, nada ni nadie les podrá detener. De nuevo
empezará una lenta agonía para los terrestres.
Ostris parecía una estatua, sus músculos no se movían. Su rastro impenetrable
le daba una dureza jamás vista por Lam. Su famosa sonrisa había desaparecido. Si
había oído a Lam, eso es algo que sólo él sabría. Se dirigió al VIC con una rabia inusitada
preguntando:
-VIC:
Localización actual de las semi-corporaciones MOLOC.
ESTAN REPARTIDOS ENTRE LOS DOS CONTINENTES ACTUALES DEL PLANETA TIERRA
-VIC:
Sistema de localización in situ de las semi-corporaciones.
Pasaban los segundos y la tradicional velocidad de VIC se estaba denigrando por momentos.
Un minuto, cinco… A la hora la pantalla del VIC seguía en blanco.
Ostris confuso se dirigió a Lam.
-Creía- dijo-, que me habías enseñado todo lo referente a VIC, pero veo que algo se te ha
pasado por alto.
Capítulo 9
LA LLEGADA
Todo había sido muy rápido. Un resplandor rosáceo una especie de trueno y después aquello...
El Sol brillaba en lo alto del firmamento, no hacía calor, la temperatura podría estar entorno a
los 18º C. La vegetación era frondosa y variada. Irene Zola, más acostumbrada que sus
compañeros ¿Compañeros? Inexplicablemente se encontraban los cuatro Presidentes de las
Federaciones juntos, cuando el punto de partida fue distinto. Sólo un segundo duró su
pregunta, ya que la vegetación era tan hermosa que, aquel detalle no tenía la mayor
importancia. Su habitáculo anterior, África, le enseñó a amar a la naturaleza. La que tenía ante
sus ojos era totalmente desconocida para ella.
El susto que se llevó el individuo no fue menor, cuando vio el inmenso grupo de personas
vestidas de diferentes formas.
-¡Hola!- saludó Jon al desconocido.
-¿Qué tal?-respondió.
-Mi nombre es Jon Azcurra, estas personas que ves son parte de los ciudadanos de mi planeta.
El desconocido, parecía tragar las palabras y digerirlas en vez de oírlas. Azcurra seguía
hablando. La mirada de aquel hombre parecía conocida por todos los presentes.
-¿Y tú, cómo te llamas?
El individuo pareció volver a la consciencia al oír la pregunta, respondiendo:
-¿Moisés?
-Sí, Moisés, el Moisés que al parecer todo el mundo conoce.
-Imposible exclamó Irene.
- ¿Por qué? Razonó Isaac. Acaso no es imposible que todos los habitantes de un planeta
hayan viajado al pasado.
-Pues si.-convino el hebreo- pero cuando Ostris está por el medio, yo ya me lo creo todo.
Hace-continuó- unas semanas me trasladó de Kaderma a estos lares a recibiros. La misión que
me encomendó fue la de ayudaros a construir vuestros nuevos hogares
-¿Cómo que a construir nuevos hogares? saltó Luisa. Aquí estaremos temporalmente hasta
que la amenaza del cometa haya pasado.
-Me temo que otra vez me la han vuelto a jugar-susurró el patriarca.
Con voz firme, Moisés, explicó a los dirigentes del planeta Tierra que volver al futuro era
totalmente inviable por el mal estado del mismo, ya que las inclemencias climatológicas
habían dejado yerma la Tierra e imbebible el agua. Los preparativos para el gran viaje
habían, de algún modo, desviado la atención de la realidad a los moradores del planeta. Pero la
muerte había puesto sus garras en la Tierra y no dejaría que nada ni nadie pudiera otra
vez vivir en el globo azul.
Jon, más práctico, empezó a dirigir a sus delegados para que las gentes
empezaran a mover la rueda de la vida.
Sin percatarse, una serie de instrumentos de todo tipo, vehículos, naves, computadoras, etc.
Empezaron a rodear a los sufridos habitantes del planeta Tierra. Por lo menos la tecnología de
las nuevas generaciones estaba garantizada.
El sol brillaba en lo alto, la temperatura rayaba los 38º C, el hombre cruzaba raudo la Plaza
Hammer, situada al sur de la ciudad de Magundia. Con paso prieto se dirigió al portal del
número seis. Dos soldados armados le impidieron el paso con un alto.
-¿A dónde va?-inquirió uno de ellos, quedando el otro a la defensiva tras el centinela.
Por respuesta el hombre entregó un documento al militar, que con aire marcial empezó a leer.
EL PORTADOR DE LA PRESENTE KURT DOLTEHN ESTA AUTORIZADO PARA VISITAR,
INDAGAR, INVESTIGAR Y EJECUTAR, CUALQUIER SITUACION EN EL CENTRO DE
INVESTIGACIONES NACIONAL SOCIALISTAS.
TODA INJERENCIA EN EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER QUE ESTE DOCU¬MENTO
OBLIGA. SERÁ SANCIONADO RIGUROSAMENTE POR LA AUTORIDAD COMPETENTE.
SIENDO RESPONSABLES A TITULO PERSONAL EL O LAS PERSONAS QUE IMPIDAN EL
PASO AL AQUÍ AUTORIZADO.
Berlín, 24 Abril 1.936
Adolf Hitler
El centinela no entendía bien, bien, el significado de aquel documento, pero la firma del mismo
le hizo olvidarse de todo lo demás.
Con la boca reseca, no por el calor precisamente, dio el grito al cabo de guardia, éste presto,
corrió a las dependencias del oficial en jefe, que en ese momento dormía el exceso de vino y
licores tomados durante el almuerzo.
-¿Sí? -chilló el oficial .
Una sarta de improperios y amenazas tuvo que recibir el cabo. Éste, impertérrito
aguantó el chaparrón hasta que el oficial, Hans Kruguer, decidió saber el por qué de su
llamada.
Kruguer, sin dar señales de ser un intelectual, le ocurrió lo mismo que al centinela, la firma de
Adolf Hitler, fue suficiente para que los vapores del alcohol ingerido se borraran de un plumazo,
de su cerebro.
Tusándose el pelo y componiendo su vestuario, con paso marcial fue al encuentro del dueño
del salvoconducto.
Haciendo el saludo hitleriano, Kruguer presentó sus respetos a Kurt Dolthen.
Dolthen haciendo caso omiso al saludo, puso de manifiesto su interés inmediato de
visitar al profesor Stuttgart. El oficial, deshaciéndose en disculpas por la tardanza en haberle
atendido, acompañó a través de unos pasillos flaqueados por toda clase de puertas, hasta
llegar a una puerta maciza.
Era de roble, antigua, como todo lo que había en Magundia, un cartel colocado a modo de
aviso, impedía franquear el paso a cualquier persona no autorizada.
SALA QUIMICA - NO PASAR
Unos golpes dados en la puerta por el oficial, hicieron que ésta se abriera.
Franz Stuttgart apareció.
Capítulo 10
MUERTE
Dos años habían transcurrido desde la llegada de los terrestres a la nueva época. Todo iba
bastante bien; las edificaciones se construyeron en tiempos récords, utilizando en algunas los
sistemas de construcción de los antiguos egipcio, el mismo que Aha empleó para levantar sus
mausoleos.
Poco a poco, las gentes volvieron a la vida cotidiana. Un rayo de esperanza alumbraba los
corazones de aquéllos que, en un tiempo anterior, no tenían la más remota posibilidad de
sobrevivir más de dos meses. La temperatura, el ambiente y la alegría de los niños, hacían de
un trozo nuevo de tierra, un verdadero Edén.
Moisés era querido y admirado por todos. Su simpatía era repartida por doquier; cualquier
problema era de inmediato abordado con un optimismo que frisaba el frenesí.
Las Federaciones se disolvieron formando un sólo Punto Administrativo.
Las funciones de este Punto no eran propias de un gobierno, aunque algo tenían en común,
llegar al bienestar social de la población.
Se crearon, a indicaciones del Patriarca, unos sistemas de auto-servicio para la manutención,
tanto alimenticia como de utilidades generales, para que NADIE pasara ninguna penalidad.
La experiencia adquirida en los últimos años, en la otra época, hicieron reflexionar a todos los
"poderes públicos", para que, con tan sólo una indicación de otra persona, Moisés, olvidaran
para siempre, todos los sistemas de gobierno conocidos.
Todo empezaba a funcionar correctamente hasta que un día...
Gabriel Sabatini recibió en su Control una nota urgente firmada por el jefe de Ayuda
Ciudadana.:
SE HAN ENCONTRADO EL LA PLAYA DE LAS AMÉRICAS, SECTOR OESTE, CIENTO
VEINTISIETE CADAVERES DE HOMBRES, SIN NINGÚN SIGNO DE VIOLENCIA
APARENTE- PROCEDEMOS AL ENVIO AL INSTITUTO ANATOMICO FORENSE PARA SU
AUTOPSIA.
Víctor Crol
Los habitantes del planeta estaban cada vez más recelosos los unos de los otros. Cinco largos
años habían transcurrido desde la llegada, tan sólo los dos primeros, años fueron
esperanzadores para la población. Hoy décimo día del segundo mes del año quinto, las voces
de protesta, mezcladas con un miedo que frisaba el pánico, hacían que Isaac y sus
colaboradores estuvieran tensos como las cuerdas de un violín.
Moisés, no sabía lo que contestar a las preguntas de sus coetáneos. Siempre daba con la
solución adecuada a los problemas surgidos años ha. Ahora sólo podía rogar por la pronta
aparición de Ostris. Él era la única solución para salvar a la Humanidad.
-Bien, Moisés.- decía Jordán en tono crispado. Esto no puede continuar, el pánico está en las
calles. Si las muertes ya resultan traumáticas para los habitantes, más lo son las autopsias. En
los primeros óbitos pudimos silenciar el resultado de las mismas. Aducimos a muerte
post-trasladum, hasta que alguien filtró la realidad. Los cráneos de los cadáveres estaban
vacíos. Desde entonces la tónica ha sido la misma, los muertos ya llegan al os quince millones.
¿Qué podemos hacer?
-Sé que deciros que tengáis paciencia es pedir demasiado, pero, creo que Ostris está ya en
ello. Siempre, en otras épocas, él me ayudo. Esta vez no veo por qué sería diferente...
Moisés, no se equivoca mucho. Ya que además de estar en "ello”, como dijo, resulta que
también estaba allí por ello.
La puerta de la sala donde estaba el Consejo Administrativo se abrió de par en par, dos
hombres uno más bajo que el otro, pero de características similares en todo lo demás,
irrumpieron cortando las explicaciones, que Moisés estaba dando, éstos no eran otros que
Lam, y Ostris.
Casi todos los sentados ante la gran mesa zafiro, conocían a Ostris, ya sea por haberlo visto
antes del viaje o por las referencias dadas por Isaac. Al que no conocían era al acompañante.
Ostris percatándose de la curiosidad de sus amigos, con una gran sonrisa presentó a Lam.
Éste, dijo señalándolo.
-Es mi buen amigo Lam, él me ayudara a solventar el pequeño problema que tenéis.
Cinco largos minutos duró el abrazo. Amelia no dejaba a su marido por nada. La emoción de
las angustiosas horas pasadas, el esfuerzo mental realizado y la alegría de volver a ver a Mark
vivo, la hacían pegarse al cuerpo de su esposo como una lapa, como si quisiera fundirse con
él.
Una vez pasada la emoción, las explicaciones afloraron por la boca de Amelia como un
torrente de agua. Albert absorto contemplaba la escena.
-...Y los ha trasladado al pasado-continuaba Amelia- para que los molocs del cometa no tengan
ningún motivo para llegar 'a la Tierra, -acabó.
A los que mistifican, que llevando su fanatismo al odio, arrebatan la vida de sus
semejantes en nombre de su dios, a los que analizan y quieren encontrar siempre un por qué
de las cosas y casi nunca lo hayan, a los que luchan por una vida mejor sin importarles las
creencias de los demás, a los que esperan algo más, les dedico esta Historia que sin ser real
no es menos cierta.
Vicente Ros 1995
El transcribir y adaptar una obra como esta ha sido una experiencia maravillosa,
esta obra fue escrita por mi padre en mil novecientos noventa y cinco, en esa época yo tenía
doce años y no estaba para lecturas de este tipo, o al menos en ese momento eso pensaba.
Siempre le decía a mi padre que me esperaría a la película y la verdad creo que sería una gran
película, pero como siempre el libro será mejor.