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06 de enero de 2024

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El agotamiento de la eficacia discursiva


Psicología

Locura de la razón capitalista


en Argentina
Por Alejandro del Carril

14 de diciembre de 2023 -
00:01

. Imagen: Leandro Teysseire

Caída de los semblantes, pasión por el fuego


La desaparición de Alberto Fernández y la derrota abrumadora de
Horacio Rodríguez Larreta mostraron algo: la caída de los semblantes.
En estos momentos parece que casi nadie sigue a los que apuestan a
la apariencia. Se trata, claro, de apariencias vacías, sin relación a
ningún real. Por la misma razón Macri no se presentó a elecciones.

El ascenso de Milei refuerza la hipótesis. No hay allí ningún


argumento. Hay fractura del discurso. Todos somos un poco locos,
algunos más, otros menos. El votante de Milei puede ser inteligente,
racional y sereno en su vida cotidiana. Pero en su voto, en el mejor de
los casos, está gran parte de su locura. Ese voto está, en gran medida,
basado en su identificación con el grito furioso, enloquecido,
incendiario, del cual venía haciendo gala el candidato elegido hace un
buen rato.

Los discursos operan desde el semblante. Cuando el semblante se


desprende del real pulsional el discurso se degrada, pierde eficacia.
Cuando se toca lo real, el punto de imposibilidad de cada discurso, si
hay trabajo simbólico, existe la posibilidad de pasar de un discurso a
otro. Pero cuando la inflación imaginaria se ha tragado al trabajo
simbólico el pasaje entre discursos se vuelve imposible. Y cuando el
imaginario se agota, explota. Lo real retorna violentamente.

El triunfo de la locura y la maldad es una muestra del agotamiento de


la eficacia discursiva. Los “agotados de ser engañados” han
renunciado a apostar al discurso. El hecho de que Milei haya ganado
sin mentir no quiere decir que él sea el agente de un discurso
verdadero. Como decía Lacan no hay discurso que no sea del
semblante. Lo otro del discurso es el desecho. El grito enfurecido es el
desecho del discurso. Lo que parecería estar gravemente dañada es la
representatividad. No se puede esperar nada bueno de eso.

La representatividad dañada es un síntoma de lo que llamé la locura


de la razón capitalista. El avance voraz del capital financiero viene
produciendo hace rato fundamentalmente un efecto de destrucción
del entramado social. A nivel subjetivo suele ser una tentación, en
aquellos que se sienten acorralados, el salto al vacío, la hetero y
autodestrucción. Vimos durante la pandemia una aceleración en este
sentido, corporizada por los militantes de la antivacuna. Pareciera ser
que finalmente van a lograr instalar una pandemia con “libertad” y sin
vacunas. La libertad de morirse de hambre.

Voces en la Rosada
La voz de Cristina era escuchada con devoción por algunos, con
rechazo furioso por otros, con interés por muchos. Claramente no
dejaba indiferente a nadie. Era una voz invocante. Llamaba y ante el
llamado nadie puede ser indiferente.

Macri tenía dificultades con la voz. Tropezaba continuamente,


cometía muchos lapsus, incluso le costaba leer. Esa dificultad estaba
ligada al trabajo que requiere sostener la mentira planificada en
todos los órdenes. Sólo decía la verdad a través de los lapsus, que
quedaban ahogados por la cacofonía mediática. La acción violenta a
nivel de la palabra estaba a cargo de los oligopolios mediáticos y sus
operadores, autopercibidos periodistas.

Alberto Fernández nunca habló.

Cónan, el bárbaro domesticado


Milei tampoco habla. Fundamentalmente grita y escucha voces. Ese
grito surgido del abismo tiene que haber sido el rasgo identificatorio
que muchos abismados eligieron como sostén de su voto. La furia
incendiaria.

Quien no pasaba de ser un panelista gritón cuando fue llegando la


hora decisiva empezó a escuchar voces y toses perturbadoras. Un
economista argentino, que ha atravesado el 2001 y luego la crisis del
2008, nada menos que producida en EE.UU., y todavía cree en la
mano invisible del mercado, no puede estar más que al borde del
delirio. Que al asumir no tuviera un equipo armado para gobernar o
que si lo tenía lo haya depuesto tan fácilmente y en tan poco tiempo,
es un indicio claro de su aproximación al abismo. Como así también lo
fue la angustia que experimentamos gran parte de los que no lo
votamos.

Tal vez haya encontrado en la voz de Macri un elemento estabilizador.


A través de la desmentida (“lo sé pero aun así...”) de lo que ha dicho
hace muy poco de él, de Bullrich y de toda la casta que ya le copó el
gobierno. Veremos cómo termina esta aventura asociada a alguien
que se especializa en desechar humanos y hasta partidos políticos.

Sólo el fetichismo de lo nuevo y del cambio, que promueve esta


pseudocultura, le pudo hacer creer a alguien que el panelista
presidencial no forma parte de lo peor de la casta. Éstos, lo sepan o
no, siempre acusan apuntando al espejo.

Alejandro del Carril es psicoanalista. Autor de “Psicoanálisis en la locura de la


razón capitalista” (Ed. Planeta)

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roloando hace 3 semanas

En mi opinión, " Los “agotados de ser engañados” han renunciado a


apostar al discurso. El hecho de que Milei haya ganado sin mentir no
quiere decir que él sea el agente de un discurso verdadero." Milei gano
mintiendo ó engañándose ó...lo que se quiera, pero existe algo que
llamaría "el discurso de la motosierra" que, entanto discurso, no requiere
de palabras para mostrarse pleno de sentido. En fin, el asunto por donde
lo aborda el autor me parece bastante complejo y creo que queda
sometido a múltiples derivas formales. Lamentablemente no hay
muchos artículos con este nivel de elaboración

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Gordon hace 3 semanas

Buenísimo!

Por fin una explicación científica a una situación muy difícil de entender.

Me agrada mucho leer a un psicoanalista expresando una posible razón


de lo que acontece.

Me viene decepcionando la falta de participación de psiquiatras,


sociólogos y psicólogos opinando científicamente sobre lo que se siente
que algo no está bien, que hay algo que requiere de una reparación, pero
ese algo se desconoce.

Debieran ser los psiquiatras, sociólogos y psicólogos quienes con su


formación específica ayuden a la comprensión de lo que acontece y a
encontrar un curso de acción que ayude a evitar este camino
autodestructivo que transitamos buena parte de los humanos.

¿O esperan que el “mercado” lo solucione?

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Manzer hace 3 semanas

A esto ya lo leí en otra nota!

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