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La carta abierta, también firmada por los ex presidentes Jimmy Carter (Estados Unidos), Fernando
Henrique Cardoso (Brasil), César Gaviria (Colombia), Vicente Fox (México) y Lech Walesa (Polonia),
además de varios premios Nobel, artistas y empresarios, afirmó que decenas de miles de personas
mueren cada año en la guerra contra las drogas.
Asimismo, hay millones de personas en prisión a nivel mundial por delitos relacionados con
estupefacientes, por lo general consumidores y traficantes menores. Estas personalidades alertaron
que la corrupción entre los políticos y aquellos encargados de velar por el cumplimiento de la ley,
especialmente en los países productores y de tránsito, se ha
Según los firmantes, las políticas de prohibición crean más daños de los que previenen y por eso
reclaman propuestas basadas en la salud porque, a su juicio, producen mejores resultados que
reclaman propuestas basadas en la salud porque, a su juicio, producen mejores resultados que
aquéllas basadas en la criminalización. Reconocieron también que el mejoramiento de las políticas
de drogas es uno de los desafíos clave de nuestro tiempo.
En el escrito, todos apostaron por reevaluar la Convención Unica sobre Estupefacientes de la ONU y
por otorgar a los países la libertad de elegir las políticas de drogas que mejor se adecuen a sus
necesidades internas. “Ya que no podemos erradicar la producción, demanda o uso de drogas,
debemos encontrar nuevas maneras de minimizar los daños”, aseguraron los firmantes, al remarcar
que es imperativo estudiar nuevas políticas basadas en evidencia científica y que éste es el
momento de actuar.
Entre los firmantes también estaban el Nobel de Literatura peruano, Mario Vargas Llosa; el ex
secretario general del Consejo de la Unión Europea; el español Javier Solana; el filósofo
estadounidense Noam Chomsky; el cofundador de Facebook, Sean Parker; Yoko Ono y Gilberto Gil;
y el director de cine Bernardo Bertolucci.
“No tenemos alternativa a continuar esa política”, dijo, al reconocer que “después de 40 años nos
suscita muchas dudas e interrogantes”. Se refirió así a la Convención Unica de Estupefacientes y a
la guerra contra las drogas impuesta por el ex presidente de Estados Unidos Richard Nixon en 1971,
cuyos ejes han sido desde entonces la prohibición y el ataque a la producción. “Por eso hemos
propuesto que se haga un estudio, que está haciendo en este momento la OEA (Organización de
Estados Americanos), recogiendo la información más objetiva”, apuntó Santos.
Abogó así por revisar los diferentes escenarios porque, a su juicio, existe un abanico de opciones,
para explicar que entre los dos extremos puede haber buenas soluciones. Esos dos extremos,
según Santos, son penalizar al consumidor y al traficante, que en el caso de los países asiáticos
conlleva hasta la pena de muerte. Del otro lado está la legalización del consumo, iniciativas que se
han comenzado a tomar en algunos países, como el caso de Uruguay con la marihuana.