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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN


SEMINARIO DE AUTOR
RESEÑA EL SENTIDO SOCIAL DEL GUSTO

Laura Alejandra Prieto Muñoz 20171160015

El libro “El sentido social del gusto” de Pierre Bourdieu es un compendio de once
trabajos escritos por el autor francés nacido en Denguin en 1930, en este libro aborda
diferentes temáticas de manera interdisciplinar.

El capítulo sexto del compendio: titulado “La producción de la creencia una


contribución a una economía de bienes simbólicos” nos habla de como el campo
artístico tiene una influencia que liga a la comunidad a un consumo especifico, de esta
forma el arte tiene un nicho de mercado para personas que pueden adquirirlo; pero
además de tener la posesión económica, también estas personas tiene el capital cultural
para comprender lo que quiere decir el artista con su obra; es así como Bourdieu hace
hincapié en que la acumulación de capital simbólico se realiza por las mismas razones
que el capital económico por una cuestión de distinción.

Ahora bien, según Bourdieu la distinción se ejerce a partir de las perspectivas del sujeto
de modo que las personas que tienen una vida cotidiana, con objetos cotidianos solo van
a poder dialogar con el arte desde la visión oblicua a su cotidianidad, mientras que los
sujetos con una percepción propiamente artística, ya sea por estado objetivado o
institucionalizado, observarán la obra con una visión estética y una dimensión relacional
mucho más amplia que los anteriores; en consecuencia los sujetos observarán las obras
como productos de normas y convenciones sociales, que definen códigos entre bienes
simbólicos y las relaciones de mercado. Estos códigos se entremezclan en la sociedad
como algo natural, legitimando el buen gusto, de sentir, ver, valorar o rechazar los
bienes culturales tales como esculturas, pinturas, libros de texto, teatro, obras y demás.
Es así como los bienes simbólicos están atribuidos a una estética dominante que da peso
a imaginarios percibidos y normalizados por la restricción de la relación con el
mercado, posicionando así que la obra solo puede adquirirse y degustarse por aquel que
posee los medios para descifrarla o adueñarse de ella. Aquellos que carecen del capital
simbólico o económico se subyugan a admirar la obra desde su ethos de clase.

Por otro lado Bourdieu nos menciona que el campo de la producción al igual que el de
consumo también maneja rechazos ante algunos artistas, ya que el funcionamiento en el
campo artístico, las relaciones y contribuciones están evaluadas a partir del público,
creador, descubridor e intereses comerciales por lo que no importa como tal el objeto
sino la forma en que se presenta a esto Bourdieu lo llama “el juego de la homología” lo
cual plantea al arte y los libros de canon como medios idealizadores que posicionan en
un campo a quien los consume reproduciendo un orden especifico a través de discursos
implementados por el mercado. En ese aspecto, Bourdieu, revela que el campo de
producción está a instancias de perpetuar posiciones económicas a través del
desclasamiento jerarquizando a través de posiciones de consumo a los sujetos. Todo
esto muestra la lógica de funcionamiento del campo artístico pues a través del nombre
crea la convicción de que existe buen o mal arte, que es lo que motiva a los sujetos a
continuar consumiendo productos con un poder cultural que simboliza también el poder
económico y político.

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