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EL PAÍS, DOMINGO 28 DE ENERO DE 2007

ANTROPOLOGÍA 9

La hermana
de Mowgli
La joven que supuestamente
pasó 18 años en la jungla
camboyana se enmarca en
la mitología de los ‘niños salvajes’
JACINTO ANTÓN

A
l fin, el hombre siempre vuel-
ve al hombre, aunque la sel-
va no lo arroje de su se-
no”. Las palabras de Kaa
en El libro de las tierras
vírgenes, de Rudyard
Kipling, eran para Mowgli, pero
podrían servir para la joven Ro-
chom P’ngieng, surgida de la sel-
va camboyana para unirse al ex-
traño y conmovedor grupo de los
niños salvajes. Como los litera-
rios Mowgli y Tarzán, como los
reales Victor, el niño salvaje de
Aveyron, o Marie-Angelique Me-
mmie LeBlanc, la niña salvaje de
Champagne a la que hubo que
hacer bajar de un árbol tentándo-
la con un pescado crudo, Ro-
chom ha aparecido entre sus se-
mejantes con una peripecia ex-
traordinaria a sus espaldas y un
difícil futuro por delante. La ex-
pectación que ha despertado su
caso evidencia que más allá del
interés psicológico y antropológi- Rochom P’ngieng, la mujer salvaje descubierta recientemente en Camboya. REUTERS
co, o del simple morbo, nos mo-
vemos en el terreno emocional sarlos. Nos llevan a las fronteras cluso de raza negra, pero era por ria de las famosas niñas lobo in-
de los mitos. Las historias de los de la humanidad. Nos demues- la capa de suciedad que la recu- dias (país de larga tradición en
niños salvajes continúan pulsan- tran la naturaleza social de la bría), cicatrices, dedos alargados el género, que no hizo más que
do un resorte especial en noso- condición humana, cómo una (en relación con la habilidad pa- recoger Kipling) Kamala y Ama-
tros, algo que conecta con el os- persona que vive aislada de sus ra trepar a los árboles), expre- la, supuestamente halladas en
curo humus de nuestra concien- semejantes es incapaz de desa- sión asustada, costumbre de co- 1921 en una madriguera de lo-
cia donde medran los más viejos rrollar las potencialidades de mer carne cruda y de caminar a bos en Allahabad. Se ha dicho
miedos y florecen los cuentos y nuestra especie”. cuatro patas. Rochom apareció que posiblemente eran en reali-
las maravillas. Poco importa que la historia desnuda, sin capacidad para ha- dad hijas de prostitutas rescata-
“Es la hermana de Mowgli”, de la muchacha camboyana, de- blar e ignorando los usos civiliza- das para evitarles la misma suer-
sintetiza el filósofo Fernando saparecida en 1988 cuando con- dos. También a ella —como a te, lo cual entroncaría con Rómu-
Savater, hombre sensible a la taba diez años y cuidaba un búfa- Mowgli— la han identificado lo y Remo, a los que,
fuerza mitopoética de la historia lo en una localidad remota al no- unos supuestos padres como su según una tradición
de Rochom. “En la imaginación, reste del país, no esté nada clara. niño perdido. evermerista, la que
todos hemos sido niños salvajes Que se hable de un hombre salva- Se ha dicho de Rochom que los amamantó no fue
Se ha llegado
en una época, la infancia, en que je que la habría secuestrado y es “mitad humana, mitad ani- una loba-loba, sino a decir que Rochom
existíamos sólo nosotros y un ex- mantenido en cautividad. Que al mal”, aunque en su historia no fi- una lupa humana
terior terrible, el mundo adulto. mismo tiempo desapareciera gure como en numerosos casos (una puta). P’ngieng es
Todos hemos tenido que ser traí- también un primo suyo de seis de niños salvajes la relación con “Por lo que respec- “mitad humana,
dos del salvajismo a la civiliza- años. La chica de los ojos tristes, animales. En realidad, esos ca- ta a los grandes mo-
ción, de la oscuridad a la luz”. Y que, dicen, pasa la mayor parte sos de niños lobo, niños mono nos, yo nunca he oí- mitad animal”
continúa el filósofo: “Una re- del tiempo desde que salió de la (el ugandés John Ssebunya, que do que cuidaran ni-
flexión básica que inspiran casos selva mirando DVD —otras fuen- habría vivido años con un grupo ños humanos”, expli-
como el de esa chica camboyana tes, de la policía local, indican de cercopitecos para pasar luego ca el etólogo y prima-
o el del niño de Aveyron, del que que se habla de exhibirla en una a cantar en un coro), niños gace- tólogo Jordi Sabater
hizo esa película sensacional Tru- jaula y hacer pagar por verla—, la (del famoso descubierto en Si- Pi. “En realidad es
ffaut y del que por cierto hay un presenta muchos de los rasgos ar- ria en los años cincuenta se de- imposible, por el im-
Del fabuloso niño
libro con prólogo de Ferlosio, es quetípicos de los niños salvajes. cía que corría más rápido que un printing, el sello de gacela se explicaba
que la humanidad es El naturalista J. J. Vivey detalló jeep) o incluso niños avestruz, especie. Ningún gori-
una cosa que nos así esos rasgos en su informe so- son en su mayoría puras fabula- la, por ejemplo, se que era capaz
dan los demás, no es bre Victor de Aveyron: piel oscu- ciones. Ni siquiera se ha podido haría cargo de un ni- de correr más
A la niña salvaje de un mecanismo auto- ra (la chica LeBlanc parecía in- probar que fuera cierta la histo- ño. Tarzán es pura
Champagne hubo mático. En el útero fantasía. Como lo rápido que un ‘jeep’
social se produce son en general todas
que hacerla bajar de nuestro segundo na- esas historias de ni-
un árbol ofreciéndole cimiento, el que nos ños recogidos por animales.
otorga verdadera- Tampoco creo que un niño pue-
pescado crudo mente carta de natu- da sobrevivir por sí solo mucho
raleza humana. Los tiempo en la jungla, a no ser que
niños perdidos o se convierta en depredador de
arrojados fuera de la sociedad no las comunidades indígenas, que
pueden hacerse humanos, pier- se dedique a robar a grupos hu-
den la posibilidad de construirse manos”.
un mundo, todo lo más un nicho El psicólogo español Héctor
ecológico”. Rifá está ya trabajando con Ro-
Para la antropología, los ca- chom para ayudarla a adaptarse.
sos de niños salvajes como Ro- ¿Podrá él rebobinar la historia
chom “son una fuente de re- de la niña salvaje camboyana?
flexión fecunda sobre la condi- En tanto no lo consiga, la mira-
ción humana”, señala entusias- da de la joven permanecerá an-
mado el antropólogo Manuel clada en el intransitable e inhu-
Delgado. “Es apasionante no só- mano reino de la jungla, tan le-
lo estudiar estos casos, sino pen- Fotograma del filme de François Truffaut El pequeño salvaje. jos de casa.

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