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MONOGRAFÍA: CONTAR LA INVESTIGACIÓN

Naturaleza y realización de una monografía

Doctor Christian Reyes Gavilán

Mayo de 2014
Proemio

Érase una vez… Hace mucho, mucho tiempo… Estos y otros enunciados similares funcionan como

arquetipos lingüísticos destinados a advertir a quienes conforman nuestro auditorio o público

lector que les contaremos una historia que sabemos, pero... Que no nos basta con conocerla. En

realidad, lo que queremos decir con esos inicios es que esas historias logran su propósito

definitivo cuando son contadas, es decir, compartidas para que —tal vez— den origen a otras

historias. No hay que olvidar que a Sherezade, la gran contadora de historias, literalmente, se le

iba la vida en cada uno de sus mil y un relatos.

Decir a otros lo que se conoce ha sido y sigue siendo una acción expresiva crucial. Por

ende, si aquel decir falla en su enunciación, inevitablemente se enturbia el contenido que se

esperaba transmitir. Las y los generosos lectores de estas líneas seguramente podrán evocar

casos propios y ajenos de este tipo: una idea, un análisis, una lectura, una investigación, una

hipótesis o un argumento quedó apenas en la intención porque no fue bien explicado.

La monografía es, precisamente, un medio, una forma de trabajo académico que nos

permite desarrollar las habilidades de decir —por escrito, en este caso— lo que hemos

investigado acerca de un tema específico. La elaboración de una buena monografía culmina, pues,

en contar con claridad informativa, argumentativa y analítica el tópico que se ha indagado.

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¿Qué, por qué y para qué?

Desde el punto de vista de las habilidades que se manifiestan en las etapas de realización de una

monografía, estas abarcan desde lo procedimental hasta el desarrollo de las pertinencias

discursivas textuales. De tal modo, el escrito monográfico es un eficaz medio para la aplicación

metodológica que exige el saber epistemológico y, asimismo, en el marco de un formato de

presentación establecido y del uso idiomático culto formal, complementa eficazmente lo anterior

con la obligatoriedad de organizar por escrito la comunicación de lo indagado.

Las afirmaciones precedentes permiten entender la definición que Ander-Egg y Valle

(2008) proponen para este tipo de trabajos, a saber, “descripción, narración o exposición

explicativa, sobre un tema concreto dentro de una ciencia, disciplina, tecnología o sobre un asunto

particular” (en Alatriste, 2009, párr. 3). Los ya aludidos autores detallan que, discursivamente, en

una monografía se pueden manifestar tres vías expresivas; estas se representan en la figura 1.

Discurso descriptivo:
aborda personas, objetos,
situaciones, etc.

DISCURSOS EN LA
MONOGRAFÍA

Discurso explicativo- Discurso narrativo:


expositivo: los hechos, expone de modo
acontecimientos o sucesivo hechios,
situaciones con acontecimientos o
explicados. circunstancias.

Figura 1. Tipos de discurso en la monografía.

Fuente: elaboración propia a base de Alatriste, 2009, párr. 4

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Acosta (2007) se refiere como informe a este tipo de escritos académicos y destaca de

ellos tres notas definitorias: capacidades que se ponen en juego, extensión y construcción.

(…) demostramos nuestra capacidad para sintetizar, analizar y asimilar

conocimientos. Entonces, podemos ver a los informes como estudios de corta

extensión pero con unos niveles de análisis y de profundidad adecuados a las

exigencias de la educación universitaria. En cuanto a su construcción, ya que

los informes pueden cobijar cualquier tema, lo más importante es tener claro

qué espera nuestro profesor de nuestro escrito y cumplir con los parámetros

que le hayan sido asignados (p. 10).

El para qué de una monografía es reforzado por Ander-Egg y Valle (en udlap.mx, s.f., p. 1)

cuando exponen que su utilidad es bifronte; por un lado, se forman las habilidades propias del

trabajo científico y, por otro, se profundizan conocimientos vinculados con la asignatura, curso,

programa o carrera del cual se es parte.

¿Cómo?

Esta pregunta nos lleva a dos consideraciones sobre la monografía. En primer término, qué etapas

de realización supone; en segundo lugar, qué partes contempla su comunicación por escrito.

Respecto a la realización, es evidente que la exigencia procedimental está focalizada en el

proceso de investigación del tema; Gojman (s.f., párr. 4) apunta al respecto:

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(…) no se puede empezar a escribir si antes no se tomaron decisiones acerca

de cuestiones como qué tema elegir, dónde buscar información, cómo

seleccionar las fuentes de información, cómo registrar aquello que es

relevante para nuestro trabajo, a quién pedir ayuda. Una vez resueltas estas

tareas, es imprescindible diseñar el plan: qué se dijo sobre el tema elegido, a

quién se va a citar, a quién se va a refutar, cuáles son las partes del trabajo,

cuántas páginas serán necesarias.

En suma, la calidad de la investigación y, por ende, de las informaciones que se recaben es

un factor directamente proporcional a la calidad del fondo de la materialización escrita del trabajo

monográfico. Pero… No debemos perder de vista lo dicho en el inicio de este documento: ese

fondo puede hacerse lábil, confuso y hasta diluirse si la estructura de presentación y la escritura

no son igualmente cuidadas. Forma y fondo se imbrican y se requieren para una buena

monografía.

Si bien la estructura definitiva de una monografía la resuelve y comunica en las

instrucciones respectivas quien ejerce la docencia de la asignatura o curso, de todos modos

existen criterios mínimos sobre lo que no debiera faltar en este tipo de trabajo. La dinámica para

llegar al escrito se expone enseguida (udlap.mx, s.f., p. 4):

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8. Revisión del
9. Edición de la
1. Selección y trabajo; en especial,
versión preliminar
delimitación del tema. las citas y paráfrasis
para la revisión final.
bibliográficas.

7. Corrección de la
2. Elaboración de una
monografía de 10. Elaboración de la
estrcutura tentativa
acuerdo a las partes versión final.
del trabajo.
definidas.

3. Búsqueda y 6. Elaboración de un
recolección de borrador parcial o
información. total.

5. Reorganización de
4. Depurar la
la estructura si se
información de
decidió un nuevo
acuerdo a la
enfoque a partir de la
estructura tentativa.
etapa anterior.

Figura 2. Etapas para la escritura de una monografía

Fuente: elaboración propia, a partir de udlap.mx (s.f.)

A partir de los pasos expuestos, la estructura de una monografía debiera —a lo menos—

contemplar:

1. Una PORTADA cuyos componentes y diagramación debe ajustarse al formato definido

para el trabajo (APA, por ejemplo).

2. ÍNDICE. Donde se señala el contenido del trabajo y la página donde comienza el

desarrollo de cada título y subtítulo.

3. INTRODUCCIÓN. Se expone el qué, el para qué y el cómo del tema de la monografía.

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4. CUERPO. Desarrollo del tema (despliegue de los resultados de la investigación, es

decir, de cada título y subtítulo).

5. CONCLUSIÓN. Página o páginas en las cuales se resume la investigación; en esta parte

de finalización no se agregan nuevos datos.

6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. Nómina de todas las obras o sitios en internet

utilizados en la monografía. La presentación de esta nómina debe ajustarse al formato

respectivo que se haya definido en las instrucciones del o de la docente (por ejemplo,

formato APA).

Reitero: puede el profesor o la profesora de la asignatura o curso definir ámbitos y

contenidos más o menos específicos que los anotados, atendiendo a los propósitos de

aprendizajes a los que sirve la realización de la monografía.

La escritura del trabajo suele ser el aspecto donde más dificultades se presentan; las

razones de esta situación se encuentran, en la mayor parte de los casos, en febles prácticas de

lectura y de redacción. No obstante que no es el propósito de este documento abordar tales

especificidades, sí es posible puntualizar lo siguiente a modo de recomendaciones que orienten el

proceso de escritura:

a. Verificar constantemente la organización (lógica), pertinencia (relación con el tema),

consistencia (claridad, validez y respaldo argumental) y coherencia (ilación de los

componentes de cada parte) del trabajo.

b. Uso del nivel culto formal del idioma, tanto a nivel léxico (vocabulario) como

preceptivo (estructura de las oraciones y ortografía). En este sentido, cabe

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recomendar elucidar interrogantes en el sitio de la Real Academia Española de la

Lengua (www.rae.es).

c. Siempre será recomendable que una tercera persona, no ligada al desarrollo del

trabajo y con las competencias correspondientes, pueda leer una versión final y

concretar, así, una revisión exógena antes de la entrega definitiva.

d. Contrastar sistemáticamente el escrito con la rúbrica o pauta de evaluación que el

profesor o profesora hayan comunicado, pues en ella constan y se describen los

aspectos y criterios que serán considerados para la revisión y calificación de la

monografía.

e. Tener presente que en toda cita o paráfrasis incluida en el trabajo se debe señalar

clara y puntualmente la fuente consultada para su obtención. Asimismo, que esas citas

o paráfrasis deben ajustarse al formato que las instrucciones señalen para la

presentación escrita de la monografía (por ejemplo, formato APA).

Epílogo

No escapará a la consideración de las y los distinguidos lectores de este documento, a partir de

todo lo dicho, la multidimensionalidad de aprendizajes que implica la realización de un trabajo

monográfico.

He aquí, entonces, una oportunidad no solo para optimizar el saber epistemológico acerca

del tema investigado e informado, sino también para desarrollar y perfeccionar otras dimensiones

relevantes del ser y saber tales como la investigación y la escritura.

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REFERENCIAS

Acosta, D. (2007). Manual para la elaboración y presentación de trabajos académicos escritos. En

http://www.tecnicasdevaluacion.com.ar/otras_facultades/carson_seminario/manual%20d

e%20escritos%20academicos.pdf Obtenido el 23 de mayo de 2014.

Alatriste, C. (2009). Monografías y otros textos expositivos. En

http://carlosalatriste.blogspot.com/2009/05/monografias-y-otros-textos- Obtenido el 20

de mayo de 2014.

Ander-Egg, E. y Valle, P. (2008). Guía para preparar monografías y otros textos expositivos. Buenos

Aires: Lumen.

Fragniére, J-P. (1996). Así se escribe una monografía. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Gojman, S. (s.f.). Estudiando con los breviarios. En

http://www.fce.com.ar/archivos/guias/Lenguayliteratura/fragniere.htm Obtenido el 22 de

mayo de 2014.

Universidad de las Américas Puebla (s.f.). ¿Cómo hacer una monografía? En

http://blog.udlap.mx/blog/2013/03/monografia/ Obtenido el 23 de mayo de 2014.

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