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CELESTINO B.

ROMERO

RAIZ HISTORICA
DE LA
MASONERIA EN
VENEZUELA

EMPRESA EL COJO, S. A.
CARACAS
19 5 7
O V ^ - r ~ '

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CELESTINO B. ROMERO

RAIZ HISTORICA
DE LA
MASONERIA EN
VENEZUELA

EMPRESA EL COJO, S. A.
CARACAS
19 5 7
Celestino B. Romero
Grndo 33
A M A N E R A DE PROLOGO

Nunca he escrito un prólogo. Me he sentido acobardado cuando


se me ha pedido que lo haga; pero éste, lo hago sin temor, más bien,
con entusiasmo, porque se trata de algo ú til que la Masonería Vene­
zolana necesitaba con urgencia.

Los anales de la Institución Masónica Venezolana se conocen a


través de los “díceres”, en algunos fragm entos dispersos aquí y allá
y en lo que queda de los archivos que la incuria de algunos funcio­
narios irresponsables ha extraviado o destruido.

H ay que tener en cuenta que los comienzos de nuestra Institución


en Venezuela fueron casualmente en los tiempos de la gesta liber­
tadora y que ésta requería una gran movilidad de los personajes
que actuaban en ella, y, la mayoría de éstos eran francmasones. Las
sesiones se efectuaban en alguna casa particular, en algún local
alquilado temporalmente y muchas veces en el campo de batalla. Por
tal motivo, los archivos se extraviaban con frecuencia. E sta es la,
causa por la que se encuentran algunas lagunas en la Historia Masó­
nica Nacional de los primeros tiempos. Afortunadamente, algunas
notas, cuadros de cuerpos masónicos, documentos, diplomas y actas
constitutivas que reposan en los archivos de los cuerpos masónicos
actuales, perm iten concatenar los acontecimientos pasados y sur-
ciendo aquí y allá, seguir el hilo de la historia de la Masonería en
Venezuela desde sus comienzos.
E l mérito de esta obra que hoy prologamos estriba precisamente
en que el Ilustre y Poderoso Hermano Celestino B. Romero ha urgado
en esos infolios y documentos, a veces carcomidos por la inclemente
acción del tiempo, y ha hecho una recopilación cronológica de m ulti­
tud de datos dispersos que son de una gran utilidad para nuestra
Institución Benemérita y de indiscutible provecho para los hermanos
estudiosos que quieran abrevar en las fuentes de los orígenes de la
Masonería en Venezuela. E sta es la primera y creo que la única
obra documentada de este género que se presenta al público masónico
y este honor le pertenece en totalidad al insigne franc-masón Celestino
B. Romero.

La trayectoria masónica del Hermano Romero es digna de to­


m arla en cuenta, estudiarla e imitarla. Contrariamente a algunos
que han dado saltos inmerecidos dentro de los grados y cargos de la
Orden y que en consecuencia han hecho una carrera meteòrica con
grave perjuicio para la Institución, no teniendo en cuenta los inte­
reses generales sino la propia ostentación, Celestino ha ido obteniendo
los grados uno a uno y los cargos los ha escalado por riguroso esca­
lafón hasta culminar con el desempeño por varios años de la P resi­
dencia del Supremo Consejo del grado 33, por ausencia del titular.
Celestino es uno de los masones que más rendimiento le ha dado
a, nuestra Institución. Con su apariencia humilde y bonachona, es
un verdadero carácter que sabe lo que quiere y lo que tiene entre
manos aplicando rigurosamente, sin alharacas, sin petulancia, sin
pavorrealismo, sin ostentación y sin egolatría, los postulados de esta
Benemétria Institución.
E n Romero no se encuentra ni la vigorosa figura de verbo to­
rrentoso de un Coronil; ni la reciedumbre ordenada de un Beroes; ni
la humilde energía de un Bendahán; ni la soberbia ostentación de un
García B aptista; ni la bondad y generosidad de un Briceño Belisario.
E n contraste con todos estos hermanos que han desempeñado el cargo
máximo dentro del Suprem o Consejo y que en una u otra form a han
podido provocar reacciones de apreciación o de índole discrepante,
el Hermano Romero no es capaz de provocar reacciones violentas ni
divergencias o abusos dentro de la Fraternidad. Hombre reposado,
que se complace en cambiar impresiones con sus hermanos, que gusta
departir y perorar amablemente en reuniones y banquetes, que oye
con paciencia cuanto se le dice, poco afecto a la ostentación, al exhi­
bicionismo y la egolatría, transita por la senda masónica irradiando
bondad y sabias enseñanzas. E s el hermano consecuente que habla
a sus hermanos con el corazón abierto, con la m ente desprovista de
los cardos ponzoñosos que anidan en algunos cerebros enfermos; con el
pensamiento puesto en el bienestar de la humanidad como si quisiera
arroparlos a todos en un gigantesco abrazo de fraternidad y de amor;
como si quisiera con esa luz purísima y radiante que difunde su alma
generosa, ilum inar la senda de todos, con refulgente claridad, para
que vean el camino recto y apacible y no pisen los abrojos y las es­
pinas del camino.
Celestino es el soldado altivo y consciente que en el momento de
peligro, cuando la Orden lo necesita, no rehuye el combate y aparece
siempre en las avanzadas cuando las circunstancias son apremiantes.
E ste es el hermano que hoy me permito presentar ante vosotros,
porque ha sabido, en este opúsculo, concentrar girones de nuestra
historia masónica, que al ser ordenados en la form a tan acertada
como lo ha hecho, da una cabal idea de la historia de nuestra In sti­
tución en Venezuela.
La Orden le debe merecido reconocimiento. Los Hermanos le debe­
mos especial agradecimiento.
C aracas: l 5 de enero de 1957.
JACOBO B E N D A H A N CH.
RAIZ HISTORICA DE LA MASONERIA EN VENEZUELA

EXORDIO

En mi afán de dar a conocer la raíz y los puntos re*


saltantes de la Masonería en Venezuela, y tomando como
base lo escrito por maestros que fueron actores de los
primeros tiempos de luchas, traeré ante vosotros una serie
de datos que os deleitarán y dejarán en vuestras mentes
un acervo que podréis trasmitir mañana como fuente de
conocimientos para los futuros maestros.

He de advertir, que para esta dura tarea que me he


impuesto, sólo por mi gran amor a la Orden y por la
atracción que siento por la Historia, hurgaré en papeles
y libros lo más posible; aunque no podré daros una re­
lación que abarque todas las etapas de una historia ge­
neral, puesto que en Venezuela se ha escrito poco sobre
la materia y muchos archivos de Logias se han perdido
a causa de las tremendas luchas políticas en los primeros
tiempos y a la incuria de aquéllos que estaban llamados
a guardar y conservar tan preciosos tesoros.

Debemos proclam ar con orgullo y satisfacción, para


que el mundo todo lo sepa, que a la par de la indepen­
dencia de estos pueblos, caminó la Masonería por los
mismso senderos, puesto que la G ran Colombia es fruto
de una mente masónica mucho tiempo llevada y prendida
en Miranda.

Tres puntos básicos queremos dar a conocer y


probar por medio de este libro, ya que nuestra aspiración
es contribuir con este grano de arena, a que se clarifiquen
los hechos y que todo masón venezolano sepa el origen
y trayectoria de la masonería en nuestra patria.
Primero:

Que los Poderes masónicos más antiguos en la Am é­


rica del Sur, son los fundados en Venezuela en 1824 por
el Comisionado Especial Don José Cerneau enviado por
El Supremo Consejo Masónico de New York, con creden­
ciales de aquel Alto Cuerpo, según documentos copiados
para este libro, de los auténticos, depositados en el Su­
premo Consejo del grado 33 para Venezuela.

Segundo:
Que los prohombres fundadores de la naciona­
lidad, fueron iniciados en las Logias M asónicas, fuentes
de Libertad, Tolerancia, Disciplina y respeto mutuo, que
son las bases inconmovibles de los derechos del hombre.
Ellos a sabiendas de que. "en la unión está la fu erza",
la buscaron en el vínculo masónico y recogieron allí mismo
la palabra vibrante, para llevarla como ariete de libertad
e independencia, y

Tercero
Que la masonería, no es lo que propagan sus ene­
migos, que siempre arm ados de una coraza de egoís­
mo e intolerancia ante las doctrinas liberales, quieren
ensombrecer la luz de las conciencias. Analicemos con
reposo estos tres puntos, y encontraremos como resultado
principal; que la República se alumbró con el fanal his­
tórico prendido por Miranda y llevado por Ellos hasta
muchos años después de disuelta la G ran Colom bia, de­
jándonos como herencia en los Templos de la Fraternidad,
lo que ellos buscaron con tanto afán: " U N IO N " , pedida
con voz trémula en San Pedro Alejandrino y que hoy re­
suena en nuestros corazones, como cam panada de justi­
cia para los hogares de América.

El Autor.
CAPITULO I

Cuando la efervescencia de la Revolución Francesa, que


asombró al mundo con su lum inaria de la libertad, se au­
naron a ella los grandes maestros como Dantón, Bailly, Con-
dorcet, Desmoulins y otros, para contribuir con la palabra,
cual golpe de mallete, a derribar tronos de reyes y dar a los
pueblos la soberanía democrática que por siglos le había
sido usurpada.
Años antes de esta Revolución, las colonias inglesas do
América del Norte, se declaraban independientes y sobera­
nas el 4 de julio de 1776 por medio del famoso documento
histórico redactado por el gran masón Tomás Jefferson y
decretado en Filadelfia por una Asamblea form ada en su
m ayoría de masones.
W ashington, el prim er ciudadano norteamericano, padre
de la Gran Nación Democrática, es el prototipo del m aestro
masón, quien nutrió su pensamiento en las aulas de las
Logias y formó su corazón con la sabia doctrinaria de la
Acacia; de allí su visión en los grandes acontecimientos de
la guerra, venciendo a sus enemigos, y sus relevantes vir­
tudes para gobernar en la paz.
He hecho referencia a estas cosas para que veáis que
son eslabones de una misma cadena, forjados por el A ltísi­
mo, con su fuego invisible y misericordioso, como acto de
redención de pueblos oprimidos.
Volvamos nuestros ojos a los anales de nuestra his­
toria y sigamos escudriñando en folios y pergaminos, todo
aquello que resalte y sirva de buen concepto como apoyo
a nuestro propósito.
Debemos traer, como punto masónico principal, un
acontecimiento, que según la tradición popular, en él hay
raíces de nuestra Acacia, trasplantadas desde el Continente
Europeo a las fecundas playas de la América Meridional.
En 1796, la E spaña de los Felipes y de los Carlos re ­
mitió, en calidad de prisioneros, al P uerto de L a Guaira,
p ara que fueran encerrados en las bóvedas allí existentes,
a los revolucionarios: Manuel Cortés Campomanes, Juan
M ariano Picornel, José M anzanares, N. Las y Sebastián
Andrés, quienes quisieron, en plan de libertad, convertir*
en República liberal a la E spaña Monárquica.
Ya hundidos aquellos caballeros en las fétidas y frías
rotundas donde debían p u rg ar su falta, fueron visitados por
los no menos p atriotas Don Manuel Gual y Don José
M aría España, quienes conocieron, por boca de los prisio­
neros, todo el plan que debía seguirse p ara la tran sfo rm a­
ción política de E spaña y de América, con la ayuda de
F rancia y sus colonias como: M artinica, Santo Domingo y
Las Guadalupe, en donde y a había satélites inteligenciados
con el famoso proyecto revolucionario.
—Me he extendido en estas consideraciones, aseve­
rando con ellas el aforismo que dice: “Voz del pueblo, voz de
Dios”. Como es de todos conocido, el pueblo de Venezuela
siem pre h a tenido por masones a esos prisioneros de 1796,
considerándolos como los propagadores de la Luz Masónica
en nuestro país; lo que no es de dudarse, puesto que m ás
tarde, Gual y E spaña dieron pruebas de los principios que
propaga la Orden.
Otro acontecimiento singularísimo y de una validez
extraordinaria, es la aparición de Don Francisco de M iran-
en el g ran escenario de n u estra Independencia. En ella
intervino activam ente desde su prim era invación de 1806,
h asta el aciago día en que cayó prisionero, víctim a de la vil
traición del esbirro Monteverde.
Don José M aría España, guaireño, quien había servido
por espacio de 15 años, desde Cadete h a sta Capitán del
Batallón V eterano de esta provincia y Ju sticia Mayor de
Macuto, acompañado por Don Manuel Gual, Capitán reti-<
rado del Batallón V eterano de Caracas, por Don Manuel
Ponce, Capitán de A rtillería del P uerto y muchos m ás dis­
tinguidos guaireños, form aron un Club ( :. ?) de adictos a

— 10 —
un gobierno independiente del Reino Español, simbolizandq
su idea secreta en un cofre cerrado, que poseía la libertad
e igualdad entre personas, razas y colores. Se reunían va­
riablem ente en las casas particulares de los cabecillas, en
las playas, en el río arriba de La Guaira y en el de Macuto
y de allí se inducía a m ilitares y civiles p ara el prim er mo­
vimiento de Libertad Republicana, idea que corrió a varias
p artes del país, formando un principio de igualdad y
unión. (1)
M iranda, quien había recorrido la Europa y Norte
América, sacrificándose en campos de batalla y sufriendo
persecuciones incontables, llegó a ser General del ejército
francés obteniendo el Comando como segundo jefe del Ge-,
neral Doumuriez.
P a ra que se conozca y se juzgue el temple de est©
grande hombre americano y su amor por la libertad, haré
un alto para incertar el diálogo mantenido entre el P re­
cursor de nuestra Independencia y el General Doumuriez,
cuando ambos luchaban por la Francia:
Doumuriez, un tanto envanecido con su victoria,
consultó con su segundo (el General M iranda), sobre
sus propósitos de regresar a Francia, y, una vez en París,
disolver la Convención Nacional y convertirse en señor y
amo de su propia patria. El General M iranda contesta:
— ¿De qué modo, General?
— Con el ejército, le respondió.
— Sería peor el remedio que el mal. Y, sin vacilar,
agregó: Me opondré, si me es posible.
— Y, ¿se batiría Ud. contra mí?
—Tal vez así sucederá si Ud. se bate contra la libertad.
— ¿Sería Ud- un Labienus?
— Labienus o Catón, me encontrará siempre Ud. al
lado de la L ib ertad ! . . . (2)
Después de algunos acontecimientos, Miranda fué acu­
sado calumniosamente de traidor, ante la Asamblea y el
(1) Enrique Rivodó. Apuntes y tradiciones de La Guaira. Pág. 44.
(2) Diccionario Enciclopédico Masónico. — Tomo I. Pág. 576.

— 11 —
pueblo francés. Se defendió con las arm as y argum entos
de la verdad y de los hechos. Pasó luego, nuestro héroe,
a las Islas B ritánicas, donde expuso sus planes al joven Mi­
nistro P itt, quien a la sazón afrontaba graves problemas
con España.
Obtuvo la promesa del M inistro Inglés, de favorecer
sus planes revolucionarios, aquel Hombre inquieto, que no
podía su je ta r sus ideas a la espera reposada e inerte, al
contrario, debía moverse dentro de una acción expansiva
que le diera los elementos para llevar su em presa a feliz
término.
E ste soñador, Caballero de la Espada y de la Pluma,
fué iniciado en los secretos de las Logias Masónicas por
aquel General francés L afayette, frate rn al y amigo, a quien
había conocido junto con Jorge W ashington en las lides
libertarias de América.
En su larga estada en Londres, funda, junto con otros
francm asones europeos, especialmente ingleses, las logia.1»
conocidas con los nombres de “Gran Reunión A m ericana”
y “Caballeros Racionales”. (3).
Allí conoció a Bernardo de O’Higgins, a quien le en­
señó M atem áticas en 1798. Después de tratarlo d u ran te
un año, M iranda un día expone sus planes al fu tu ro Liber­
tador y F orjador de Chile.
O’Higgins, una vez que lo hubo oído con mucha aten­
ción, derram ó lágrim as y besó las manos de su profesor.
“O’Higgins relata a su m aestro las hazañas de Lautaro,
ese gran cacique araucano que defendió y reconquistó el
suelo de Arauca, logrando vencer al propio conquistador de
Chile, Don Pedro Valdivia, hasta perder su vida en defensa
de la libertad de sus hermanos de raza”.
(3) Cita Angel G risanti en su libro “ MIRANDA PRECURSOR”.
Págg. 23. — De esta Logia m atriz nacerá la Logia “ LAUTA-'
RO” con el mismo O’Higgins, San M artín, Alvear y Zapiola,
previamente confirmados en Londres por el venezolano Luis
López Méndez, en la propia casa del General M iranda, sede
aquella que va a convertirse en la fra g u a donde se fo rja rá el
destino fulgurante de la América A ustral.

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“Nació entonces la idea en Miranda, llevada luego al te ­
rreno de los hechos, de recordar al héroe araucano y creó la
Logia “L autaro”, con filiales, más tarde, en varias ciudades
europeas, siendo una de las más im portantes la filial de Cá­
diz, a la cual llegaron y se iniciaron muchos americanos que,
algún tiempo después, al regresar al suelo patrio, propa-i
garon y difundieron la Libertad y la Independencia de sus
respectivos países”.
Muchos jóvenes que hacían vida de estudio en distintas
regiones de la vieja Europa, abrazaron y juraron con devo­
ción y entusiasm o patriótico, cumplir con los preceptos que,
impone la M asonería en defensa de su Trípode: LIBER­
TAD - IGUALDAD - FRATERNIDAD.
Fueron ellos: Alvear, Puyredón y San M artín en La,
A rgentina; Nariño en Nueva Granada ; Morazán en el Sal­
vador; O’Higgins de Chile; Bolívar de Venezuela y tantos
otros, que sería largo enum erar. Armados ya con la con­
sagración masónica y la persuasión de su m aestro Miranda,
no vacilan en em prender la jornada, la misma que trescien­
tos años antes emprendieron los heroicos caciques: Guauc-
temos, Lautaro, Caupolicán, A tahualpa y Guaicaipuro, de­
fensores de las tierras de sus antepasados y del patrimonio)
legítimo que les había sido arrebatado.
F ué tanto el afecto y el aprecio de Miranda por su dis­
cípulo O’Higgins, que al p a rtir éste de Londres, ya con la
consigna de lucha por libertar a su patria, “Miranda le
oprime a agasajos” y conmovido le dice:
“Si, hijo mío, la Providencia Divina querrá se cumplan
nuestros votos por la libertad de la patria común, así está
decretado en el libro de los destinos. Mucho secreto, valor
y constancia son la égida que os escudarán de los tiros de
los tiranos”.
Y el P recursor caraqueño entrega al eufórico hijo d©
A rauca sus “CONSEJOS DE UN VIEJO SURAMERICANQ
A UN JOVEN PATRIOTA AL REGRESAR DE INGLA­
TERRA A SU PAIS”.
Citaré algunos párrafos de dichos “CONSEJOS” por
— 13 —
considerarlos de alta trascendencia p ara la causa am ericana
y por la gran acción psicológica que, a través de ellos,
ejerció aquel visionario sobre las juventudes que iban a lan­
zarse a tan difícil em presa:
“Mi joven amigo:
“El ardiente interés que tomo en v u estra felicidad met
induce a ofreceros algunas palabras de advertencia al e n tra r
en ese gran mundo en cuyas olas yo he sido arrastrad o por
tantos años. Conocéis la historia de mi vida, y podéis
juzgar si mis consejos merecen o nó ser oídos.
“Al m anifestaros una confianza h a sta aquí ilimitada,
os he dado pruebas de que aprecio altam ente vuestro honor
y vuestra discreción, y al trasm itiro s estas reflexiones os
dem uestro la convicción que abrigo de vuestro buen sentido,
porque nada puede ser m ás insano, y a veces m ás peligroso,
que hacer advertencias a un necio.
“Al dejar In g laterra no olvidéis por un solo in stan te
que fuera de este país no hay en la tie rra sino otra nación
en que se puede hablar de política, fu era del corazón pro­
bado de un amigo, y que esa nación es la de los Estados
Unidos.
Más adelante expresa, con visión a los hechos del por­
venir, refiriéndose a la proxim idad de un pueblo libre, visión
confirm ada con las batallas de Chacabuco y Maipú:
“No teniendo sino m uy im perfectas ideas del país que
habitáis, no puedo daros mi opinión sobre la educación,
conocimiento y carácter de vuestros com patriotas; pero,
a ju zg ar por su m ayor distancia del Viejo Mundo, los cre­
ería los más ignorantes y los más despreocupados. E n mi
larga conexión con Sud América sois el único chileno que
he tratado, y, por consiguiente, no conozco m ás de aquél
país que lo que dice su historia, poco ha publicada, y que
lo presenta bajo luces ta n favorables”.
“P or los hechos referidos en esta historia esperaría
mucho de vuestros campesinos, particularm ente del Sur,
donde, si no me engaño, intentáis establecer v u estra resi-

— 14 —

dencia. Sus guerras con sus vecinos deben hacerlos aptos
para las arm as, m ientras que la cercanía de un pueblo libre
debe tra e r a sus espíritus la idea de la libertad y de la In­
dependencia”.
Y, como conocedor profundo de sus perseguidores,
expresa:
“El orgullo y fanatism o de los españoles son invenci­
bles. Ellos os despreciarán por haber nacido en América
y os aborrecerán por ser educado en Inglaterra. Mantenéos,
pues, siempre a larga distancia de ellos”.
Y term ina con frases sentenciosas y elocuentes, donde
se traduce la am argura del masón convencido:
‘Los obstáculos para servir a vuestro país son tan nu­
merosos, tan formidables, tan invencibles: llegaré a decir
que sólo el más ardiente amor por vuestra p atria podrá sos­
teneros en vuestros esfuerzos por su felicidad.
“Respecto del probable destino de vuestro país, ya co­
nocéis mis ideas, y aún en el caso de que las ignoráseis, no
será este el lugar a propósito para discutirlo.
“Leed este papel todos los días durante vuestra na­
vegación y destruidlo en seguida- No olvidéis ni la Inqui-«
sición, ni sus espías, ni sus sotanas, ni sus suplicios”.-
FRANCISCO DE MIRANDA. (4).
M iranda, que atesora en su espíritu todo lo que en­
cierra la redención de un C ontinente; él que sabía del fragor
de la m etralla, del dolor del soldado y de las tristezas del
vivac, se aventuró como un titán trayendo la expedición dq
1806, que aunque no tuvo éxito en el momento, fué el grito
que despertó a los pueblos, desde el Mar de las Antillas
h a sta las bocas del Plata. El y sus discípulos, que a la par
de aquellos prisioneros de La Guaira, fueron los primeros
sembradores que, abriendo surcos en tierras de la indiada,
depositaron la simiente que un día reventara en pimpollos
de acacia.
Las corrientes magnéticas del verbo estampadas en
(4) “MIRANDA”, de Angel Grisanti. — Págs. 20 al 23.
los textos liberales que despojan al hombre de su m arasm q
fanático, la antorcha de libertad, que en reguero de luz ilu­
mina los pueblos y la fundación de algunas logias que tu ­
vieron lugar a principios del siglo, fueron sin duda, las
raíces de la Masonería en Venezuela; raíces que se robus­
tecieron con la acción del 19 de Abril y la gloriosa fecha
del 5 de Julio de 1811.

19 DE ABRIL DE 1810
j

L a jornada gloriosa o grito que resonó desde Caracas,


para despertar a los pueblos, a la defensa de sus fueros y
derechos, trae como fig u ra central de este acontecimiento,
al revolucionario liberal, Canónigo Don José Cortés y Ma­
dariaga. E ste ilustre Prelado después de salir de Chile,
quiso conocer a Europa, recorridas algunas provincias de
España, siguió a París y Londres. En ast^s andanzas co­
noció a muchos personajes de la América del Sur, en tre
ellos a Miranda, Caro, Nariño, O’Higgins, Isnardy, F retes,
y otros, quienes frecuentaban las “Sociedades Secretas o
Logias fundadas por M iranda; su m ayor estada fué en
Cádiz, donde entró a fo rm ar parte como miembro de
aquellos obreros de la Libertad, intimando con M iranda á
quien admiró y reconoció como Centro y A ntorcha de la
Revolución.
Mas tarde fortalecido su corazón y pensamiento con
las ideas de aquellos hombres y con las instrucciones re ­
cibidas del Precursor, aparece en Caracas donde ya eran
conocidas las ideas de Bonaparte, de apoderarse de E spaña
y sus Colonias. P a ra este entonces se había producido en
esta población, un movimiento repulsivo y agresor con la¡
llegada de los Comisionados del Imperio, dando lugar a lle­
varlos custodiados h asta el P uerto de La G uaira p ara siü
reembarque.
“M adariaga comprendió que había sonado la hora de
la emancipación am ericana y apercibióse p ara la luchai
siem pre disimulado y astuto, sin dar pábulo a que se le cre-¡

— 16 —
y era comprometido en las juntas políticas que a diario se
efectuaban en diversos lugares, señaladam ente en la quinta
“EL PALMITO”, situada a orillas del Guaire y que per­
tenecía a Don Simón Bolívar, concurría junto con los Bo­
lívar, el M arqués del Toro, José Félix Ribas, Mariano Mon-
tilla, Juan N. Ribas, los Sojo, los Tovar, los Palacios, Vi­
cente Ibarra, Narciso Blanco y algunos otros”. P ara mejor
ilustración del lector, vamos a presentarle parte de la pu­
blicación que hizo “La Opinión Nacional” de Caracas, diario
de la tarde N 9 2839 el 28 de Octubre de 1878 como un ho­
m enaje al Libertador.
“Concluido felizmente el litigio de M adariaga en Chile,
éste quiso conocer p arte de Europa, y después de visitar al­
gunas provincias de E spaña siguió a París y a Londres.
Un gran suceso le preocupaba; la Revolución Francesa que
había derrocado vetustas doctrinas y abierto vastos hori­
zontes a la libertad del pensamiento y las nobles aspiracio­
nes de los pueblos- Buscando eco a sus sentimientos, tro ­
pezó M adariaga con varias Celebridades de la América del
Sur, que viajaban por Europa, entre las cuales estaba Mi­
randa, ya renombrado por el papel que había desempeñado
en la Revolución Francesa y en la emancipación de la Amé­
rica del Norte.
M iranda de acuerdo con sus amigos de España, aca­
baba de fundar en aquella época, 1797, una sociedad secre­
ta, cuyo objeto era la emancipación de la América Espa­
ñola. N inguna ocasión más propicia para el joven repúbli­
co, que aquella que le proporcionaba espontánea fam iliari­
dad con las entidades americanas que trabajaban en pro
de una idea fecunda y trascendental”.
“Dos centros políticos sirvieron en aquellos días para
inform ar la opinión de los paladines de la causa americana:
Londres donde residía Miranda que acababa de ser expulsado
del territorio francés, y Cádiz, donde vivía el chileno Don
Nicolás de la Cruz, conde del Maulé, opulento comerciante y
hombre de letras, cuya casa fue el refugio de cuantos ame­
ricanos visitaron aquella sección de la Península, foco de
los revolucionarios liberales”.

— 17 —
“Incorporado M adariaga a sus com patriotas bajo la di­
rección de Miranda, tuvo ocasión de comunicarse con Caro,
Isnardy, Nariño, O’Higgins F retes, y otros americanos que
frecuentaban las sociedades secretas de Cádiz, Londres y
P arís. Desde luego, M adariaga y M iranda sim patizaron al
conocerse; después se comprendieron.
“Yo me glorié de ser americano cuando tra té a este
hom bre”, exclamó M adariaga doce años más tard e cuando
supo en San Carlos el nombram iento de Generalísimo que
había hecho en M iranda el gobierno del 19 de Abril de
1810. (5).
“M adariaga pareció presen tir desde muy al principio, el,
papel que le tenía reservado la Providencia, lleno de con­
fianza en el hombre superior que m anejaba el timón de la
emancipación am ericana, aguardó las órdenes de su je fe”.
“L a principal residencia de M adariaga durante su esta­
día en Europa fue el puerto de Cádiz, en la casa del ban­
quero literato La Cruz, quien tenía, no sólo a M adariaga,
sino tam bién al sacerdote Juan Pablo F retes, n atu ral del
Paraguay, “Nunca el acaso o un destino singular: ha escrito
el historiador Makemna) había reunido en sus arcanos y
puestos en contacto dos espíritus más sem ejantes, dos al­
mas más ardientes, dos inteligencias más osadas y conven­
cidas que las de aquellos dos clérigos, que bajo un obscuro
manteo, ocultaban el corazón y la m ente de verdaderos t r i ­
bunos populares, pues tales lo serían en climas apartados,
y ambos lejanos de sus cunas y de sus pueblos”. “Aquellos
dos hom bres” (agrega M akemna), llamados a un rol tan,
ilustre en la historia de América, no tenían de común con
la m ayoría del clero de su época, si no el tra je y la tonsura.
Su fe religiosa las llevaban a ejemplo de aquel que m u riera
en el Calvario, h asta la redención de la conciencia humana...
E ran en una palabra, aquellos mismos sacerdotes que Mi­
randa había profetizado a su discípulo O’Higgins debería
encontrar alguna vez en su camino” (6).
(5) Discurso de M adariaga delante de la Municipalidad de San
Carlos en 1811.
(6) Vicuña Makenna. E l Ostracisco de 0 ”Higgins, Valparaíso.
1 Volumen, 1860.

— 18 —
LA JORNADA

“Instalado el Ayuntam iento, no advierte Em paran que


había en su ceno muchos extraños que fueron precisamente
los que tom aron la palabra, y hablaron acerca de la situa­
ción de la Península, del estado alarm ante de la capital y de
la necesidad de obrar, antes que los sucesos complicaran la
situación. Acalorábase el debate, cuando el Gobernador,
tom a el sombrero, se pone de pie y levanta la sesión, ale­
gando que había pasado la hora de asistir a los oficios reli­
giosos del día, y que dejaba para más tarde la consideración,
de los asuntos políticos de España.
El A yuntam iento y a su frente Em paran, se dirige
hacia la M etropolitana.
No se le oculta a los revolucionarios que la súbita sali­
da de Em paran, podía encubrir un plan preconcebido y que
lo que deseaba era obrar con eficacia en el caso de haber
comprendido la tram a.
Alertados los jóvenes, comprenden el peligro, y preci­
pitadam ente se comunican con los distintos grupos, quienes
comprendiendo, gritan, “al Cabildo”, repitiéndose esto en
los momentos en que un joven de los iniciados, Francisco
Salías, acompañado de otros atraviesan aceleradamente la
plaza con el objeto de acercarse a Em paran, alcanzarle y
detenerle, Salías le exige cortezmente a que retroceda a la
sala capitular, “Por que así lo exigían las circunstancias”.
“Reúnese de nuevo el Ayuntamiento y comienza la dis­
cusión, E m paran no era ya el mismo de momentos antes,
insinuante, persuasivo, pero armado de astucia, se propone
envolver a los conjurados provándoles la necesidad de esta­
blecer la apetecida Junta.
No estaba allí M adariaga, el único de quien podía temer,
y de quien no sospechaba ni la más rem ota idea de que
pudiera presentársele. Ya todo se había discutido y uná­
nime el Cabildo respeto de la formación de un nuevo gobier­
no bajo la presidencia de Em paran, se comenzaba a redactar
el acta, cuando el diputado Roscio, dejando su asiento se

— 19 —
acerca al grupo de espectadores que llena la barra, y llam an­
do al joven P resbítero José Félix Blanco “le ordena que a
toda prisa, salga en busca de M adariaga” el joven levita,
sin perder tiempo, se pone en camino y va directam ente a
la casa de Madariaga.
Allí le dicen que estaba en el templo vecino, y a éste
se dirige el entusiasta comisionado que algo conocía de la
tram a revolucionaria. E stab a el canónigo en el confecio-
nario, cuando el joven Blanco a distancia se hace v er; y
al instante comprende M adariaga que había llegado el mo^
mentó de obrar, y absolviendo, con la prontitud que exigían
las circunstancias a su h ija de confesión, deja el templo y
sale con el comisionado, quien durante el trán sito le inform a
som eram ente de cuanto había pasado. A poco subía Mada-.
riaga la escalera del A yuntam iento, llena de espectadores,
lo mismo que los corredores altos y bajos, m ientras que en
la calle no había concurrentes.
Tan luego como el canónigo llegó al piso superior, un
murmullo se percibe entre la m ultitud: ésta le había cono­
cido y descubriéndose le abría el paso, no había llegado
M adariaga a la puerta de la sala cuando uno de los especta-i
dores le vitorea, grito que fue correspondido por algunos:
“El Diputado por el clero y por el Pueblo”, g rita otro en los
momentos en que el canónigo en la pu erta del Cabildo, salui
daba ligeram ente a la Asamblea y se detenía como ag u ar­
dando una excitación de sus colegas”.
“E ra un hombre que podía llamarse esbelto, de tea
blanca, de herm osas facciones, de m irada inteligente, que
sabía m anejarse según las circunstancias en que se hallara.,
E ste conjunto simpático acompañado de modales muy cultos,
de amabilidad atractiv a y de fina sonrisa con la cual corres­
pondía al respetuoso saludo de sus adm iradores, hacían de
M adariaga un hombre típico”.
“Invitado por sus compañeros a en trar, M adariaga
sigue directam ente a sentarse en una silla desocupada que
estaba frente a la de el presidente Em paran.
Refiérese que estos dos hombres se m iraron con fijesa,

— 20 —
por cortos instantes, y que en el semblante del Gobernado^
estam póse la inquietud. Después de haber escuchado el
canónigo de boca de Rosciolos pormenores del debate, la
resolución del Ayuntam iento acerca de la formación de una
ju n ta, cuyo Presidente sería el mismo Em paran, se pone de
pie, y desplegando una osadía tribunicia hasta entonces des­
conocida en Venezuela, dice entre otras cosas: “Da lástim a
ver a hombres tenidos hasta ahora por de buen sentido, po­
n er la Revolución, y lo que es más grave, sus propias vidas
a la merced de este hombre”. (Señalando a Em paran). “Si él
disim ula por un momento; es para vengar después con me­
jo r éxito el u ltraje que estáis haciendo a su autoridad y
es locura contenerle por medio de una Ju n ta que él sabría
derribar y satisfacer todos los caprichos de su altanería.
“No es digno de caracteres animosos, ni de hombres distin­
guidos y honorables como vosotros perder el fru to de un
proyecto en que se cifra, no la ambición personal, sino la
felicidad de un pueblo”.
En seguida pinta a grandes pinceladas la precaria si­
tuación de España, las necesidades del momento y el estado
de la opinión pública. Acusa al Gobernador, de traidor a
las libertades públicas y falso propalador de noticias inexac-<
tas. Em paran interrum pe entonces a M adariaga y le dice
que, cuanto aseguraba respecto a España no era cierto, se­
gún papeles que había recibido: “También yo tengo pape­
les que aseguran todo lo contrario de cuanto U. S. manifies­
ta ”, replicó el canónigo, sacando del bolsillo un legajo de
cartas. Em paran le desmiente por segunda vez, y Madaria-
ra irguiéndose le apostrofa así. “No, No, ya U. S. es aquí
un Cero, la autoridad a caducado.” . Y dirigiéndose ali
A yuntam iento, el canónigo agrega con voz sonora: “Pido la
deposición de este mandatario, como medida de seguridad,
y por ser el deseo del clero i del pueblo, cuyos derechos re­
presento en esta asam bla”. (7).
“Em paran quedó petrificado, y después de corta pausa
dice al Ayuntam iento, “Deseo apelar a la opinión del pueblo
(7) P alabras copiadas de un manuscrito antiguo, referente a la his­
toria de 1810. Resumen de la historia de Venezuela, tomo I.
B aralt.
— 21 —
para saber si me acepta como su m andatario”. “Conveni­
do”, contesta con arrogancia el canónigo, y encaminándose
a la p u erta central del balcón, la abre de p ar en par, m ientras
que E m paran le seguía.
Lo anterior pasaba en sesión secreta como lo había exi­
gido M adariaga desde el principio.
Cuando el Gobernador se presenta en el balcón, los
miembros del A yuntam iento se m iran, sin darse cuenta de
las intenciones del canónigo. E n tre ta n to los grupos de
espectadores que llenaban la calle y ven salir a Em paran,
ricam ente vestido, levantan la cabeza sin comprender lo
que pasa en el Cabildo.
E ra necesario un intérprete de aquel enigma político,
y el intérprete fue M adariaga. P asa un momento de silen­
cio en que todos aguardan, cuando Em paran, sereno y cir­
cunspecto, después de volver la m irada en torno a la concu­
rrencia, dice ¿ “Me queréis por vuestro Gobernador”.? El
intérprete colocado a sus espaldas hace con la mano derecha
un signo negativo, y los espectadores inm ediatam ente con­
te stan : “No lo querem os”. “Yo tampoco quiero m ando”,
contesta Em paran, y restituido al salón siéntase de nuevo
en la silla presidencial.
“Así E m paran se entregaba a los revolucionarios que
no necesitaron deponerle: él mismo deponía el mando. Des­
pués de aquel instante el A yuntam iento quedó anulado, y
sólo funcionaron como Gobierno los diputados de la Revo­
lución. M adariaga, Roscio, Sosa y Ribas, a cuyos deseos co­
rrespondía Em paran de la m anera más liberal.
El Gobernador pone a disposición de los diputados, los
diversos cuerpos de tropa, las comandancias de los depar­
tam entos, la Hacienda nacional, etc. etc.
De orden suya son llamados y detenidos por el Cabildo
los jefes A gustín García, Superintendente de artillería, F ie­
rro, coronel del Estado Mayor de la plaza, Osorio, Ponte,
y otros más.
La casa capitular se convierte en despacho y en cárcel,

— 22 —
y las diversas comisiones salen y entran, en obedecimiento
a las órdenes de los revolucionarios. Todos los oficios de Em ­
paran eran refrendados por los cuatro diputados Madariaga,
Roscio, Sosa, y Ribas. Estos mismos ofician al arzobispado
y ordenan que se cierren los templos y se suspendan los ofi­
cios divinos hasta segunda orden.
A la vista tenemos una de estas comunicaciones fir­
m adas por los diputados revolucionarios, que es la siguiente
dirigida al gobernador del arzobispado, y recibida después
de las dos de la tarde. Dice así: “El M. I. A. de esta
capital, representante de los derechos del pueblo, con acuer­
do de los diputados del mismo, ha dispuesto prevenir a V. S.
que en la parte que le toca comunique en el instante la orden
conveniente a los Párrocos, Prelados Regulares y demás igle­
sias de su jurisdicción, para que se cierren las puertas de
todos los templos, se hagan los oficios reservadam ente y se
suspepndan las procesiones públicas en tanto que se orga­
nicen las cosas, se notice a V. S. de cuanto sea del caso,
en ese obsequio de la religión del Rey y de la amable
P a tria ” .
Dios guarde a V. S. muchos años.
Caracas, Abril 19 de 1810.
Dr. Joseph Cortés, como diputado del clero y del pueblo.
Dr. Francisco José Ribas, como comisionado del pueblo.
Como diputado del pueblo, Dr. Roscio.
Como diputado del pueblo, Dr. Felipe Sosa.
Excmo., Provisor Gobernador del Arzobispado” .

“Después de diversos actos en que se instala la audien­


cia y se redacta el acta de aquella célebre jornada, y como
consecuencia de ella, surge de inmediato la diplomacia vene­
zolana, y representada por los miembros más distinguidos
del partido radical. Los Bolívar, López Méndez, Montilla,
Salias, Orea y después Revenga y Salazar, que son los agen­
tes que envía Venezuela a Europa y Norte América en la
noble gestión de su reconocimiento.

— 23 —
“Las tres de la tarde eran cuando concluyó la prolon­
gada sesión del A yuntam iento, refiérece que no hubo ningún
desmán, ninguna frase injuriosa p ara los caídos. ’’E n tu ­
siasm ada y erguida la juventud de Caracas, conducen a Ma­
dariaga y sus compañeros al centro de la plaza mayor, dan­
do victores y arrojando a los aires los sombreros, piden qua
uno de sus miembros discurra, y por aclamación sube a las
gradas del N orte, un pasante del Dr. Roscio, el joven Diego
B autista U rbaneja, quien improvisó un discurso que entu­
siasmó a la m ultitud por sus ideas oportunas y conci­
liadoras”.

E ste joven Diego B autista U rbaneja, es el mismo que


funda en Barcelona su tie rra natal, la Logia “P rotectora de
las V irtudes”, en 1812. Más tard e en 1824, organiza y funda
los Grandes Poderes Masónicos, llegando a ser el prim er
Gran M aestro de la Gran Logia de la República de Colom­
bia” con sede en Caracas y hoy Gran Logia de la República
de Venezuela”. — N ota del autor.

¿Quién que conozca los preceptos altísim os de la obra


masónica, podría negar que los hombres de aquellos aconte­
cimientos fueron iniciados en nuestros augustos m isterios?
¿Quién no descubre en el verbo de un Coto Paúl, de un
Bolívar o de un Isnardy, cuando derram aban a to rren tes en,
sus discursos de la Sociedad P atriótica, la filosófica ense­
ñanza de la M asonería?
Y, como una prueba más del sentim iento que anim aba la
palabra de aquellos hombres, repetirem os, textualm ente, p ar
te del debate del 5 de julio de 1811, traído en su “HISTORIA
DE COLOMBIA” por el Dr. Antonio Parejo, hijo del Coro­
nel Francisco Vicente Parejo, presenciante de aquel acto y
actor en los campos de batalla, masón que contribuyó con el
Licenciado Diego B au tista U rbaneja en la formación de la
Gran Logia de Venezuela, y cuyos restos de héroe reposan
en el Panteón Nacional de Caracas. He aquí el d eb ate:
“El Presidente Rodríguez Domínguez abrió la sesión,

— 24 —
informando antes al Cuerpo del resultado de la comisión que
se le encargara el día anterior, sobre la consulta que debía
hacer al Ejecutivo Federal. La opinión de éste, dijo el P re­
sidente, es que la Independencia debía resolverse cuanto,
antes, porque aunque había obstáculos, éstos desaparecerían
más tarde y, porque difiriéndola quizás aventuraríam os
nuestra suerte. Añadió que el Ejecutivo la consideraba
necesaria ahora, p ara destruir, de una vez, la ambigüedad
en que vivimos, y trasto rn a r los proyectos que asoman de
nuestros enemigos, muy de acuerdo con la fuga de Monte­
negro. Después de este exordio continuó la discusión.
“El general Miranda apoyó la opinión del Ejecutivo
haciendo valer la situación de Europa y la de la Península,
por lo que era indispensable una resolución firme, que nos
salvase para siem pre o nos sacrificase a todos por el bien
de la P atria.
El Sr. Cabrera reclamó la presencia de los ausentes,
pidiendo que se citasen en el acta para que asistiesen o
diesen sus excusas y así se hizo. Los que dejaron de con­
cu rrir fueron los Sres.: Ustáriz, Méndez (de Guasdualitn),
Rivas, Mendoza y Quintana.
“El Sr. Maya (de La G rita), insistió en negar su voto
porque así era la expresa voluntad de sus comitentes, por la
cual consideraba p rem atu ra la Independencia. Igualm ente
la consideró prem atura el diputado Bermúdez, alegando el
estado indefenso en que se encontraba Cumaná para soste­
ner esa innovación.
“El Sr. Briceño (de M érida), contrariando las opiniones
de sus colegas de La Grita, presentó sus credenciales ente­
ram ente iguales a las de éste, y agregó que las circuns­
tancias habían variado desde que se dieron aquellas instruc­
ciones, por lo cual se había dirigido ya a sus comitentes, ex­
presándoles el cambio que exigía la justicia y la necesidad
pública, y no dudaba de su aprobación.
El Sr. Unda se expresó enérgicamente en favor de la
Independencia, porque estaba cierto de que los habitantes
de Guanare, dóciles al bien y conocedores de los n 'es que
tra e un gobierno, lo que desean es gozar de una adm inistra­
ción libre, enérgica y capaz de conocer los verdaderos inte-<
reses del país que gobierna; bajo estos conceptos, garantizo,
dijo, la voluntad de Guanare a favor de la Independencia
absoluta, y la suscribo a su nombre.
“El Sr. Peñalver se levantó y dijo: suscribo igualm ente
por Valencia.
“Los señores Alamo y Pérez de Pagóla, hicieron igual
declaratoria, a nombre de Barquisim eto y del Partido Capi­
tu lar de Ospino, a quien representaban.
“El Sr. Paúl, después de su discurso en el que concentró
los argum entos emitidos en favor de la Independencia, te r ­
minó excitando a la unión a la fam ilia venezolana, con este
apostrofe: “seamos libres, unidos, si no queremos ser escla*
vos para siempre, y demos al mundo que nos contempla un
testimonio de que somos dignos del alto rango que vamos
a ocupar”.
“Los señores Maneiro (de M argarita) y Briceño (de
Pedraza), se suscribieron a las mism as ideas en nombre de
sus respectivos comitentes.
“El Sr. Palacios fue más lejos, asegurando que Vene­
zuela no necesitaba auxilios extraños, y que ella se b astab a
a sí misma para asegurar su Independencia. Llevando en
alas de su patriótico ardor y después de citar los ejemplos
de la antigua Roma, y de la Ing laterra de hoy, débiles en sii
infancia, y después tan poderosas, agregó : “todo cede al im i
pulso de la libertad, y las fuerzas del hombre libre son o
no son comparables a su dignidad... Venezuela será habi­
tada por hombres libres, o será el sepulcro de sus actuales,
m oradores” ; y term inó, a nombre del D epartam ento de Mi-
jagual, que representaba, pidiendo que en ese mismo día se
hiciese la declaración de la Independencia, de E spaña y d©
todo poder extranjero.
“El Sr. S ata se declaró convencido de que la Indepen­
dencia, ju s ta y necesaria, h a entrado en los designios de la
Providencia, la cual nos acordará propicia su m isericordia,
después de trescientos años de esclavitud y de castigo.

— 26 —
“El discurso del Sr. Roscio fué verdaderam ente trascen­
dental ; se extendió en consideraciones generales sobre las fa ­
cilidades verdaderam ente providenciales conque se habían
efectuado los cambios políticos, así en Caracas como en San­
ta F e : explicó el estado de nuestras relaciones con los países
extranjeros, asegurando que en los más, la declaración de
Independencia contribuiría a estrechar los lazos, aunque
fue menos explícito respecto a Inglaterra, cuyo gobierno sa
encontraba urgido por móviles igualmente delicados, a sa­
ber: sus compromisos recientes con España y la necesidad
para sus industrias de m antener el comercio libre con núes«
tra s costas. De allí las vivas sim patías que encontrábamos»
en el pueblo inglés y la frialdad o displicencia en su Gobier­
no. Discurriendo sobre la cuestión de juram ento, y después
de pesar el valor que podían tener cuando los sucesos de la
Península, habían modificado las condiciones en que fueron
dictados, agregó: “dos juram entos habíamos prestado a
Fernando, cuando se instaló el Congreso: uno el 15 de julio
de 1808 y el otro, el 19 de abril de 1810; pues, el primero;
lo arrancó la fu e rz a ; y el segundo, la ignorancia y la necesi­
dad de no alarm ar a los pueblos” ; y, observando que había­
mos jurado conservar en sus derechos, cuando,ignorábamos
si esto dañaba a nuestros intereses, terminó preguntando:
¿cómo puede ser válido un pacto oneroso que lejos de haber
sido aceptado por la o tra parte, ha sido rechazada hostil­
mente por los que se dicen sus apoderados?
“El discurso que siguió del Diputado Miranda versó
sobre la escasez de población de Venezuela, que no podía
considerarse como argum ento para su independencia, tr a ­
yendo a colación los estados europeos, mucho más pequeños,
y no por eso menos libres, y citando el ejemplo sublime da
las provincias de Holanda, que desafiaron el poder colosal
y la soberbia del Duque de Alba que estaba a sus puertas,
cuando nosotros estábamos a dos mil leguas de distancia y
teníam os ya como aliados que debían participar de nuestra
misma suerte, al nuevo Reino de Granada que había procla­
mado los mismos principios.
“El Presidente Rodríguez apoyó estas ideas, convencido

— 27 —
de que así como el movimiento del 19 de abril había sido
acogido favorablemente, en S anta Fé, C artagena y Bue­
nos Aires, el de la Independencia sería acogido en toda
la América, y por consiguiente no estaríam os aislados.
Después de eso y de m an ifestar que no creía ne­
cesario apoyar con nuevos argum entos una medida gene­
ralm ente aceptada, quería solamente exponer una conside­
ración que se le había ocurrido con la lectura de la últim a
Gaceta. Insertóse en ella una sesión de las Cortes de Cádiz,
referente a los negocios de América, probablemente la en
que se concedió la dignidad de hombres libres, pues el Dipu­
tado Valiente se expresó en los térm inos siguientes: “Va<
mos a tr a ta r de un punto en que no puede haber queja por
p arte de América, ni pretexto alguno por la ingratitud,
porque seguram ente se ha hecho en su favor cuanto se ha
podido”. ¿Cuáles son esos beneficios? —pregunta el ora­
dor—. P ara contestar trae a cuento las palabras que el
verdugo dirigió al primogénito de Felipe II, cuando en el
acto de ponerle el dogal al cuello, le decía: “paz, paz, señor
Don Carlos, que todo esto se hace por bien”. Tales son los
beneficios que espera la América de España, y como prueba
concluyente trae la conclusión del discurso del mismo dipu­
tado V aliente: “Señor, prim ero es co rtar el vicio; por ahora
está afianzada la confraternidad que debe haber entre ellos
y nosotros; de lo demás se tra ta rá más adelante y entonces
se acordará lo que se deba hacer. Háblese de los indios,
pero sólo para conservar las In d ia s; esto es lo que nos inte­
resa, lo que nos im porta”. Al llegar a este lugar, el orador
se interrum pe, presa de emociones profundas, y después de
desahogar en frases enérgicas la indignación de que se halla«
poseído, term ina: “declaremos, señor, n u estra Independen­
cia: no seremos prudentes, si la retardam os un m om ento:
cortemos el vuelo a las maquinaciones de esos protervos que
han rem unerado nuestros sacrificios con las más humillan­
tes vejaciones”.

“El Sr. Maya (de San Felipe), m anifestó que no tenía


inconveniente en que se declarase la Independencia; pero
deseaba ser ilustrado sobre los tem ores que abrigaba el Di­

— 28 —
putado Roscio y tranquilizado respecto a las emigraciones a
que podía dar lugar esa aclaratoria, como sucedió en
F rancia” .
“Se levantó el Sr. Miranda para responder a las obser­
vaciones del preopinante y m anifestó: que en la emigración
de F rancia no había tomado parte sino la nobleza, que se
veía despojada de derechos hereditarios, por no poder ejer­
cer el predominio que ejercían en tiempo de los reyes. Ex-,
puso el orador la creencia de que entre nosotros sólo emw
g rarían algunos españoles europeos, que no pudiendo asentir
a nuestra libertad, se opondrían siempre a nuestra regene­
ración, lo cual sería un bien para el país, pues nos dejarían
en perpetua tranquilidad: “Em bárquense enhorabuena, di­
jo, váyanse a P uerto Rico y únanse a ese rey en Co­
misión, con ese tal Cortabarría, que allí, seguramente,
nos harán menos daño que el que pudieran causarnos entre
nosotros mismos. Las diferentes conspiraciones descu­
biertas en Cumaná, el hecho escandaloso del Capitán Don
Feliciano Montenegro y otros muchos ejemplos partícula-!
res que omito, han sido el pago y remuneración de nuestros
buenos tratam ientos y de las consideraciones que les hemos
guardado”.
“El Sr. Cabrera expuso las razones del preopinante e
indicó la necesidad de conceder pasaportes a cuantos lo
necesitasen.
“Los señores Cova (de Cumaná) y Pacheco (de Truji-
lio), ratificaron sus opiniones en favor de la Independencia
y el Sr. Clemente, aludiendo al discurso del Presidente sobre
el Diputado Valiente, de las Cortes de Cádiz, manifestó que
“el autor de aquel discurso es un español que fué primero
Oidor en México y después Intendente en La Habana, de­
biendo a la América su crecida fortuna.
“Los señores Mayz (de Cumaná), Bermúdez (del mis^
m o), Toro (de El Tocuyo), Méndez (de Caracas), Toro (de
Valencia), junto con los señores Alcalá, Castro y Fernández,
m anifestaron su disposición a votar inmediatamente por la
Independencia.

— 29 —
“En ese momento el Presidente ordenó se diese cuenta
de las excusas de los ausentes y se leyeron las de los señorea
Ponte, Quintana, U stáriz, Mendoza y Hernández, como en­
fermos, y el Sr. Méndez (de G uasdualito), que acababa de
incorporarse, pidió la palabra. Su discurso versó única­
m ente sobre el juram ento que el Congreso había prestado
a Fernando VII, porque no quen'a que en una m ateria de
ta n ta trascendencia fuésemos a aparecer inconsecuentes
ante el mundo, y que allanados esos reparos votaría por
la Independencia que aclamaban loá pueblos.
“El Sr. Roscio satisfizo los escrúpulos del preopinante
observando: que anulado como está el contrato, de que el
juram ento es sólo un vínculo accesorio, debe quedar anulado
éste, como sucede en los esponsales en que no vale el ju ra ­
mento anulado; que sea el contrato por mutación sustancial.
“P ara nuestro bien y no p ara n uestra ruina, continuó el
orador, invocamos a Dios en nuestros contratos por medio
del juram ento, y cuando éste es un vínculo de iniquidad
o de daño, queda disuelto como el contrato mismo, sin
necesidad de pedir dispensaciones” y luego agregó: “E stá
visto que no puede ser válido el juram ento disuelto por la
pluralidad, con presencia de todas las razones y motivos
anteriorm ente alegados y su invalidación no es el efecto de
la voluntad o el capricho de uno solo, es la sanción clara y
bien expresada de la soberanía de Venezuela, legalmente
constituida y autorizada en su instrucción para decidir
esta m ateria.
“Los Sres. Ramírez, Castro, Briceño, Peñalver y Maya
(de San Felipe), discurrieron en igual sentido, y el Sr.
Maya (de La G rita), insistió en que no tenía dificultades
de sus comitentes p ara hacer aquella declaratoria que le
prohibían sus credenciales. Los Sres. Roscio, Méndez y
Paúl, m anifestaron sus opiniones contrarias a la del Sr.
Maya.
“En ese estado y considerando el P residente que la
m ateria estaba suficientem ente discutida, llamó la aten­
ción del Congreso sobre la gravedad, im portancia y tras-

— 30 —
cendencia de aquella votación. Cerrado el debate, y reco­
gidas las opiniones, la decisión fue unánime, excepción he­
cha del voto del Sr. Maya (de La G rita), con lo que el Pre­
sidente declaró solemnemente la Independencia absoluta de
Venezuela, declaratoria que fue acogida por vítores y
aplausos del numeroso concurso que asistía a aquella
cerem onia”.

Después de conocer la fogosidad de tales palabras y el


alto sentido conque fueron emitidas, ¿podría dudarse, os
repito, de que aquellos hombres fueron purificados con el
fuego sagrado de nuestro prim er viaje? ¿Podría negarse
que el famoso documento redactado el 5 de julio y llamado
“ACTA DE LA INDEPENDENCIA”, no encierra en todas
sus partes el ideal masónico y sus enseñanzas doctrinarias?
Todo documento masónico comienza: A:. L:. G.: D.:
G .: A :. D :. U :. y dicha Acta empieza: “En el nombre de
Dios Todo Poderoso”, frases sinónimas escritas con lápiz,
barreno y carbón como por la mano certera del hijo de la
Viuda.

— oqo —

— 31 —
CAPITULO I I

Ya hemos visto, con citas de autores conocidos, cómo


existió en Londres la Gran Logia Americana de Los Caba­
lleros Racionales, obra de aquel incansable paladín, quien
con mano experta, llegó a sem brar por tierras infinitas
el semillero que más tard e se recogería en opimos frutos
de Libertad - Igualdad y F raternidad.
M iranda comprendió que para su vasta obra necesi­
tab a de una propaganda intensa y eficaz y, nada más
acertado, que la fundación de una sociedad que acogiera en
su seno a todos los adeptos a sus doctrinas y principios,
p ara llevar el m ensaje de luz que, como cam panada, des­
p erta ra en los pueblos subyugados, la conciencia de los DE­
RECHOS DEL HOMBRE. Oigamos a Jules Mancini en
su obra, “Bolívar y la Emancipación de las Colonias Espa-
pañolas” : capítulo III pág. 269 y 270.
“Solo de una m anera im perfecta conocemos el método
complejo empleado por M iranda en la elaboración subte­
rránea de aquella obra m agna; pero sabemos bastan te
acerca de ciertos trab ajo s del Precursor, para reconocer
en las realizaciones de sus m andatarios, su universal
instigación.
“El principal instrum ento de propaganda de que se
sirvió, parece haber sido, en efecto, la vasta asociación
secreta que, hacia 1797, fundó en Londres, y cuyo papel
fue considerable sobre los destinos de la Emancipación.
“Iniciado en las prácticas de la Fracm asonería en una
época en que los dogmas igualitarios de que ella se inspira,
comenzaban a socavar los cimientos del Antiguo Mundo;
M iranda había asistido y comprometido, por sí mismo, a los
prodigiosos comienzos de aquel cambio radical. Desde aquel
momento, el antiguo compañero de los filadelfos ambicionó
form ar una legión de adeptos, que a la vez esparciera en
Sud-América las luces del nuevo espíritu.
— 32 —
“Tomando modelo sobre la organización de las socie­
dades de los iluminados, reunió en torno de él a todos aque­
llos de entre sus compatriotas, a quienes animaban las mis­
m as esperanzas, y se instituyó Gran Maestro de una Logia
A m ericana”.
La asociación, modesta al principio, no tardó en agru­
par a la m itad de los criollos que acudían a Europa para
perfeccionar su educación, o para ayudar a la revolución.
“Dicha Logia tuvo filiales en París, en Madrid con el
nombre de “Ju n ta de las Ciudades y Provincias de la Amé­
rica M eridional” ; en Cádiz con el de “Sociedad de Lautaro”
o de los “Caballeros Racionales”. Los criollos afluían a
Cádiz, su principal puerto de llegada, motivo por el cual
fueron muy numerosos los “Caballeros Racionales” sobre
todo en 1808, año en que según documentos publicados por
prim era vez por el señor Mitre hasta contaban entre sus
adherentes a varios miembros de la aristocracia española.
Sin embargo, de Londres era de donde salían las órdenes
del Supremo Consejo”, para las Logias continentales. El
taller se hallaba en la casa de Grafton Square, en donde
h a sta 1810 M iranda dió personalmente la luz a todos lo»
apóstoles de la Revolución americana.
O’Higgins. (2)
M ontufar y Rocafuerte, (3) de Quito;
Del Valle, de Guatem ala;
Monteagudo, (4 ); del Perú. Caro, de Cuba;
Servando Teresa Mier; (5), de Méjico.
C arrera, de Chile (6).
(1) Mitre, H istoria de Belgrano, t. II, cap. XXIV, e His­
toria de San M artín, introducción.
(2) O’Higgins y Riquelme (Bernardo) el gran patriota
chileno, nació en Chillan el 20 de agosto de 1776, falleció
en Lima el 24 de agosto de 1842. V. V icuña Mackenna, Vida
de O’Higgins, t. I. p. 130.
(3) Rocafuerte (Vicente), nació en Guayaquil, en 1783,
fallecido en Lima en 1847. Diputado de la provincia de Gua­
yaquil en las Cortes españolas de 1812. Pasó luego a Mé­
jico, y de 1824 a 1830 fue sucesivamente secretario de le­

— 33 —
gación, y m inistro de Méjico en Londres, de regreso a su
país, fue presidente de la República del Ecuador, de 1834
a 1839.
Mariano Moreno (8) de La Plata, desfilaron su­
cesivamente ante el Precursor, llevando luego las palabras
de éste a sus patrias de origen.
Bolívar acudió tam bién a renovar ante el Gran Maes­
tro el juram ento pronunciado hacía poco; así como Nariño,
en Cádiz cuando su segundo viaje a Europa.
(4) Monteagudo (B ernardo), nació en Tucumán en
1787, asesinado en Lima en 1821, fue auditor de guerra con
el general San M artín. En 1.821, habiéndose éste procla­
mado P rotector del Perú, nombró a Monteagudo m inistro
de Relaciones Exteriores, desempeñando este cargo h asta
su m uerte.
(5) Abogado mejicano, diputado en las Cortes de 1812.
(6) C arrara (José Miguel). P rim er presidente de la
República de Chile; nació en Santiago en 1785; fusilado
en Mendoza el 4 de septiem bre de 1821.
San M artín fue así mismo iniciado en Londres, en
1811 con Alvear (9) y Zapiola (10) —sus com patriotas en
G rafton Square (11)— también, de donde acababa de salir
M iranda, dejando allí instalados, como pronto veremos, a
los diputados de Caracas.
(8) Nació en Buenos Aires en 1778, murió en 1811. Doctor en
Leyes en 1800 en la ciudad de Carcas (Alto Perú) ; ejerció en
ella su profesión de abogado y regresó a su ciudad natal en
1805, p a ra ejercer la Abogacía. Después de su viaje a Europa,
fue uno de los jefes de la revolución argentina. Redactó luego
la Gaceta de Buenos Aires. Encargado de una misión a Ingla­
terra, murió en la travesía.
( 9) A lvear (Carlos M aría) nació en Buenos Aires, fué Director
de las provincias unidas de La P lata en 1815. En 1824 desem­
peñó una misión en In g laterra y los Estados Unidos. En 1827
mandó las fuerzas argentinas que derrotaron el ejército impe­
rial brasileño en Itusaingo. Murió en Montevideo.
(10) Zapiola (José M aría) nació en Buenos A ires en 1780 y allí
falleció en 1874. Tomó p arte en los acontecimientos más glo­
riosos de la g uerra de la Independencia, sobre todo en las b ata­
llas de Chacabuco y Maipú.
(11) Recuerdos del General Zapiola, citados por M itre (H istoria de
San M artín 71 Cap. II).

— 34 —
“San M artin, Alvear y Zapiola, los tres principales pro­
tagonistas de la emancipación de la Provincia de La Plata,
fundaron, el año siguiente en Buenos Aires, la célebre
“Logia de L autaro ”, la cual sirvió de ferm ento decisivo
para la revolución argentina y de paladio para sus discordias.

(1) “La Logia Lautaro fue en realidad la sola aso­


ciación de este género en la América del Sur. Pero si bien
no había logrado el Supremo Consejo encender otros focos
aparentes en las colonias, contaba allí, no obstante, con un
verdadero ejército de adeptos aislados en quienes subsistían,
inextinguible alguna chispa del fuego sagrado de M iranda”.
(1) No sólo la Lautaro existía para esta época. En Ve­
nezuela se habían fundado la “Protectora de las Virtudes"
en Barcelona, la “Perfecta Armonía en Cumaná”, la “Rege­
neradores” en Maracaibo, “P atria” en Carúpano y algunas
más que actuaban en las Antillas inglesas. ¿Y qué otra
cosa que una Logia masónica era la “Sociedad Secreta” que
actuaba en una de las estancias de Bolívar en las cercanías
de Caracas (12) y donde figuran todos aquellos hombres
que habían recibido la iniciación masónica en las Logias fun­
dadas por M iranda y las que actuaban en Norteamérica. Allí
se congregaban los Bolívar, los Salías, los Montillas, los Is-
nardy, consagrados en E uropa; y Juan Germán Roscio, ini­
ciado en Norteam érica. Los Tovar, hijos del Conde de To-
var, quienes más tarde figuraron con el Grado 33 en el Su­
premo Consejo Masónico de Venezuela.
Lo mismo que Pelgrón, quien llegó a ser Gran Maestro
de la Gran Logia de Venezuela, siendo uno de los fundadores
del Supremo Consejo.
En la citada estancia de Bolívar fue donde semanas
antes de la llegada de los emisarios del Gobierno Imperial,
Salias, Pelgrón, Montilla, Ribas y algunos otros, se dieron
cita para designar a un jefe.
¿P or qué en los primeros años de la Guerra Magna, a
esa Soiedad no se le llamaba Logia, ni se le consagraba con

(12) L arrazábal. Vida de Bolívar. Ob. cit., p. 41.

— 35 —
nombres simbólicos? y ¿por qué todos los que actuaban bajo
la égida del compás y la escuadra no se llamaban HH. ni
siquiera en los documentos que em itían?
Justo es m anifestar que para esa época todavía exis­
tían en América los funestos Tribunales de la Inquisición y
que bajo la poderosa fuerza de un clero fanático y retró g ra ­
do, era un peligro inm inentísimo obrar abiertam ente en la,
sagrada causa emancipadora, puesto que con ello sucumbi­
rían sus privilegios, su dominación y la esclavitud de los,
hom bres; prueba de ello es la actitud hostil y terca del P a-
dre Maya ante la Asamblea en 4 y 5 de julio en la aprobar
ción del A cta Magna.
En la ciudad de Valencia llega a tan to la violencia y
fanatism o del Clero, que arm an a partidas del pueblo p a ra
ir en contra de los que luchaban por su libertad, razones to ­
das estas sobradas para ocultar el nombre de masón y las
doctrinas redentoras de Libertad, Igualdad y F raternidad,
que derram ó la F rancia y N orteam érica como to rren te de luz
surgida de los libros de los enciclopedistas.
O’Leary, actor en aquellos días y sentidor en carne pro­
pia de los dardos del oscurantism o, nos dice en su Tomo
I, pág. 27, lo sig u ien te: “Fué especial cuidado de la política
española no sólo m antener a los americanos en la ignoran­
cia, sino aum entarla, poniendo trab as a la inteligencia, per­
petuándolo por medio de la supertición”.
“La educación de la juventud estaba a cargo del clero,
que con rarísim as excepciones se componía m ás bien de
M inistros del obscurantism o que de Dios, y en agentes ac­
tivos en prohibir la propagación de conocimientos útiles, y
era su principal empeño im buir en la m ente de aquellos que
les estaban confiados, un respeto superticioso por la persona
y el poder del rey, e inspirarle odio y an tip atía a los ex tra n ­
jeros, enseñándolos a m irarlos como a herejes por ortodoxa
que fuera su fe. En épocas posteriores fueron estas ideas
ganando fuerza, pues desde el pulpito y en el confesionario
síe procuró fom entarlas. L a introducción de libros que no
hubiesen obtenido la previa sanción de los inquisidores e sta ­

— 36 —
ba rígidam ente prohibida, y poníanse todos los obstáculos
posibles al adelantamiento intelectual. Solamente en la
ciudad de México y en Lima era permitido enseñar Mate­
m áticas, Ciencia N áutica y Derecho de Gente”.
“Más adelante encontramos por el mismo autor, pág.
81: “y donde un clero ignorante que confundía la Libertad
con el fanatism o, gozaba de una influencia poderosa, que
empleaba en sofocar todo sistem a de innovación”.
Siguiendo el mismo tomo en la Pág. 257 dice: “aunque
se abrieron las puertas de Santa Fe a las tropas venezola­
nas, fué imposible reconciliar al pueblo con los soldados a
quienes les habían enseñado los clérigos fanáticos a m orir
como enemigos de Dios, que estando como tales fuera de la
Iglesia era una violación de sus mandamientos aun cual­
quier tra to con ellos. Y aunque las autoridades eclesiás­
ticas levantaron la excomunión, no fue posible evitar sus
fatales consecuencias”.
En este párrafo encontramos que los venezolanos fue­
ron excomulgados. ¿Y a qué obedecía esa excomunión?
¿E ra acaso tan sólo por ir en contra del rey y sus ejércitos?
No! poderosamente obedecía a que la mayor parte de loa
jefes y oficiales del ejército Libertador eran masones.
P ara m ayor abundamiento de lo expuesto, citaremos
un p árrafo del Marqués de Rojas, donde describe el sistem a
de gobierno español hasta la emancipación am ericana; cita
traíd a por el Dr. B. Tavera Acosta en sus “Anales de Gua~
yana” Págs. 166 y 167.
“Su sistem a se reduce, en consecuencia, a gobernar
la colonia por medio de un Virrey o Capitán General, que
es simplemente un dictador absoluto e irresponsable, inves­
tido, por tanto, de facultades discrecionales e ilim itadas;
a m antener en ella un ejército puram ente español, cuyo
sostenim iento debe salir de las arcas de la colonia; a enviar
de E spaña todos los empleados que necesite la colonia en el
orden político, civil, m ilitar, judicial y eclesiástico, dispen­
sando simplemente a los nativos el honor de desempeñar
destinos secundarios cuando los exiguos sueldos no permi­

— 37 —
í
ten que vaya de E spaña el propietario; a g rav ar al colono
con contribuciones exorbitantes e inicuas no para que se
cubra el presupuesto ordinario de la colonia, sino p ara que
se cubran tam bién grandes expensas de la metrópoli o quede,
en las arcas, al finalizar el ejercicio de cada año, un so­
brante que pueda ser transportado a la Madre P a tria ; a
restrin g ir la enseñanza pública por todos los medios im a­
ginables; a negar al colono el goce de la libertad en sus
múltiples form as de pensam iento y de acción, prohibiéndo­
les el uso de la prensa sin previa censura o sin previa ad­
vertencia de lo que era lícito decir; negándole la libertad
de reunión y de asociación sin permiso expreso de la auto­
ridad, permiso que se requiere h asta p ara las reuniones
más inocentes; negándole la libertad de trán sito p ara salir
de la colonia o de un pueblo a otro, sin someterlo a la ve­
jación de un pasaporte; negándole la libertad de industria,
so pretexto de monopolio oficial o por cualquier motivo,
negándose la libertad de petición, so pena de graves con­
secuencias si se hace infractor, negándole, finalm ente, la
libertad religiosa, porque sólo es perm itido al colono ser
católico, apostólico, romano, cualesquiera que sus creencias
sean”. Y, por último, ¡la negación absoluta de toda g aran ­
tía, h asta la de la existencia...!”
En efecto, ¿cómo pensar que abrieran frag an tes las.
flores del ingenio cuando el frío del egoísmo político-social
todo lo enervaba?
“¿Cómo extenderse las impalpables m anifestaciones de
la idea sin campo alguno de estímulo y cuando al pedirse,
por ejemplo, una Universidad, contestaba nada menos que
el Monarca, que no convenía se ilustrase a los am erica­
nos? (13).
Una razón sem ejante movió a los habitantes de Mé-
rida a pedir a la Corte de Madrid igual gracia p ara un Se­
minario que tenían; m ás se la negó Carlos IV, a principios
del siglo XIX, “porque S. M. no consideraba conveniente el
que se hiciese general la ilustración en A m érica” (14).
(13) Repertorio Americano, tomo I, pág. 244 - 1826.
(14) Resumen de la H istoria de Venezuela, por B aralt y Diaz, tomo
I, pág. 385. - - 1841.
— 38 —
“Rubor nos causa decir que no sólo era allí estorbada
la enseñanza pública, más prohibida a veces formalmente.
Ahí está la real cédula del buen Rey Carlos IV que prohibe
la creación de la Universidad de Mérida, y en la que, sin
esbozo alguno, declaran los Ministros que S. M. no creía
conveniente se propagase la ilustración en América. No
parece sino que se estimaba la ignorancia de los colonos
como un elemento conservador de su fidelidad a la corona
de E spaña” (15).
Y cabe aquí aplicar a Venezuela el mismo bosquejo
que con respecto a Filipinas ha trazado el doctor Pardo de
T a v e ra :
“Toda la enseñanza dada, desde los primeros días de
la soberanía española hasta su terminación, se caracterizó
por su exclusivismo. Tendió siempre, consiguiendo su ob­
jetivo, a no ensañar más que aquello que fuera genuina-
m ente español y absolutam ente aceptado de la ortodoxia
católica más tradicional.
“No sólo enseñó que la civilización española era la me­
jo r y que la ciencia enseñada por la escuela española ca­
tólica era la única buena, sino que condonó toda idea mo­
derna, confundiendo en el mismo desprecio y en el mismo
anatem a la ciencia experimental y todo ensayo que la razón
hum ana hiciera para pensar sin subordinarse a la trad i­
ción y a las influencias de fórmulas religiosas empíricas”
(16).
En corroboración a todo lo que dejamos anotado y
p ara m ejor evidenciar el ingrato sistem a puesto en prác­
tica, es de recordarse que 1816 el mismo Pacificador Mo­
rillo escribía al teniente coronel Nicolás Ceruti, Goberna­
dor de Guayana, “que cortara la cabeza a el que supiera
leer y escribir, como lo hacía él en Nueva Granada...”
“Tal estado de cosas no podía producir como conse­
cuencia sino la paralización de todo esfuerzo intelectual,
(15) M arqués de Rojas, Biblioteca de escritores venezolanos, pág.
10. Introducción. — 1875.
(16) T. H. Pardo de Tavera, Reseña histórica de Filipinas desde
su descubrimiento hasta 1903, pág. 31. Manila 1906.
— 39 —
coartado el pensamiento por las estrechas m iras de una
política estacionaria y opresiva como la que desplegó la
católica corona de E spaña sobre sus colonias en el tra n s ­
curso de trescientos a ñ o s. ..
¿Cómo iba, pues, nadie a pensar en el cultivo de las
bellas letras?
Y si bien es cierto que “por entonces existían (en Ca­
racas) el Seminario Tridentino, erigido en 1673, y la U ni­
versidad Real y Pontificia de Felipe V en 1721, en uno y
otro instituto no se enseñaba sino cánones y teología, el
latín con preferencia al castellano y algunos rudim entos
indigestos de física y filosofía peripatética. E ran ambos
planteles más adecuados p ara form ar teólogos y canonistas
que literatos. Prohibido el estudio de la lite ra tu ra y de las
ciencias políticas y encomendada la instrucción exclusiva­
mente al clero, el trab ajo intelectual de los colonos se re ­
ducía a pláticas y oraciones de escaso m érito literario, en
alabanza y enaltecim iento de los reyes de E spaña y de sus
delegados en la asendereada colonia”. (17).
L a obra de redención llevada en A m érica tenía su ra i­
gam bre en las Logias Masónicas como la tuvieron la Re­
volución F rancesa y la Gran República del N orte con las.
Logias de los “filadelfos e Iluminados” . Pero en la Amé­
rica del Sur fué más titán ica y hostil, ya que en este he­
m isferio se infundía el te rro r bajo la acción de los trib u ­
nales inquisidores y la de la acción del clero poderoso.
E ste mismo clero con su corte de fanáticos se ha em­
peñado al través de los años en negar por todos los medios
a su alcance, que Bolívar fué masón. ¿Pero acaso no están
allí las pruebas de sus hechos y su lenguaje estam pado en
las páginas de su correspondencia?, que prueban h a sta la
saciedad que estaba aureolado con la luz que un día reci­
biera en la Logia Lautaro, y como prueba irrefu tab le de esa
aseveración, oigamos sus propias palabras estam padas en
las memorias de O’Leary, tomo I, pág. 258, dirigidas a los
Gobernadores del Arzobispado de C undinam arca:
(17) M arqués de Rojas, obra citada.
“La guerra es un mal, pero mayor lo es la opresión y las
medidas que la conservan. Trabajándose generalmente en,
la América para destruir la tiranía española, la falta de
unión, la falta de un gobierno general respetado en todas
las partes del territorio incapaz de resistir con todas laa
fuerzas y de oponer la energía entera de la Nación al ene­
migo verdadero propendía a conservarla en la Nueva Gra­
nada. Rem ediar tam año mal ha sido el objeto de que me
encargué, para ah o rrar la sangre de mis hermanos, cuya
efusión dolía a mi corazón, propuse muchas veces una ca­
pitulación en que nada pedía que no fuese conducente al
bien común. El Gobierno de Cundinamarca inconsulto en
sus medidas, no quería sino la guerra; y careciendo de los
medios eficaces para hacerla, ocurrió a otros fundados so­
lam ente en la religiosidad o en el fanatism o de la multitud.
Tal es la pastoral que U. S. S. como Gobernadores del
Arzobispado dirigieron a estos diocesanos el 3 del corriente.
Denigróse en ella de mi carácter y se me pintó impío e irre­
ligioso, se me excomulgó, se incluyó en la excomunión a
toda mi tro p a; se me dijo autor de la m uerte y la desolación
de estos países, y se aseguró que todo mi ejército, sin
ningún sentim iento de humanidad, venía a atacar nuestra
santa e inviolable religión, sus Ministros y altares, sus rentas
y alhajas, y aún las mismas vírgenes y vasos sagrados”.
“Medios tan bajos han sido siempre reprobados de las
naciones cultas, y U. S. S. mismos han sido testigos de que
m ás humano hacia el pueblo de Cundinamarca, que su
propio Gobierno, me abstuve de cuanto me perm itía el de­
recho de la guerra sobre la mayor parte de la ciudad que
habían ocupado mis tropas; busqué constantemente la paz
y acepté, cuando dos días más de sitio bastaban para hacer
perecer la pequeña guarnición de la plaza mayor, una ca­
pitulación que yo mismo había propuesto antes del comba­
te, y la única que yo y mi ejército podíamos desear. La
capitulación ha sido publicada y ustedes habrán visto si po­
día m ayor moderación ni mayor generosidad de mi parte, ni
m ejor conducta de parte de un ejército que se había abierto
entrada por la fuerza”.
“El honor del gobierno a que pertenezco y el senti­
miento de lo que me debo a mí mismo y mis valientes,
exigen una reparación. Jam ás he tomado las arm as sino
p ara lib ertar; y en medio de los combates he confiado
siempre en que mi religiosidad contribuyese a mi fortuna.
Espero que U. S. S. más justos de lo que fueron en aquella
ocasión, procuren reponer mi opinión a los ojos de la m ul­
titud, por medio de una pastoral digno del M inisterio de
U. S. S. y de la verdad. Es injusto mezclar la religión en
cuestiones puram ente civiles; lo es mucho m ás valerse en
tales casos de arm as sólo útiles contra sus enem igos; lo
es más abusar así de la credulidad de un pueblo que tiene
tal confianza en sus sacerdotes; lo es, en fin, mucho más
difam ar tan cruelm ente a un ejército que no cede en piedad
a ningún pueblo cristiano y cuyo único consuelo en las ad­
versidades es el sentim iento de su propia conciencia y la
sagrada religión de sus padres”.
¿Podrá seguirse engañando a los pueblos, negando la
identidad masónica de un hombre que nos habla con ese
lenguaje que no se encuentra sino entre masones?
Ese documento y otros tantos que hay en la vida del
Libertador, son bases graníticas que fueron forjadas a
golpe de m ayete y de cincel.
Los que ayer se empeñaron en calumniarlo y d estru ir­
lo, son los que hoy niegan su identificación con la maso­
nería, para seguir medrando el resplandor de su gloria, ya
que no podrían de o tra m anera teniendo por delante el de­
lito de convivir con un excomulgado.
“O tra prueba de gran valor de que fué masón es aquella
que trae Mancini refiriéndose a los diputados de Caracas,
Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello en su
libro ya citado, pág. 320.
“Los Diputados de Caracas eran ahora los fervientes
comensales de G rafton Square. Allí eran presentados por
M iranda a todas las celebridades de Londres. José L an­
caster entre otros, cuyo famoso sistem a hacía entonces
furor, recordaba m ás tard e al L ibertador que se había con-

— 42 —
vertido en protector suyo, (18) “los largos discursos con
que, decía él, expresaba yo compendiosamente mi método
a los D iputados de Caracas (de que tú formabas parte) en
la habitación del General Miranda en G rafton Square, Pi-
ccadilly, Londres, hacia el 26 ó 27 de septiembre de 1810.
(19).
“Bolívar recibió entonces del Precursor en persona el
Supremo Grado de la iniciación de la “Gran Logia Ame­
ricana” y repitió, dándole esta vez todo su sentido, las fór­
mulas que a poco había pronunciado ante los adeptos de
la Logia de Cádiz” (20).
Una de las falsas pruebas que presentan los enemigos
de la Masonería, para decir que Bolívar no fué masón, es
el decantado Decreto del año 28 contra las “Sociedades
Secretas”.
¿Fueron acaso esos cuerpos secretos donde se fragua­
ba la calumnia y odio, templos donde se venera a Dios y la
Caridad tiene su culto? No! esos fueron antros de des­
prestigio, donde sólo la ambición campeaba en la mente de
aquellos ingratos.
En el Tomo III, pág. 124, define O’Leary en sus Me­
m orias, cuales fueron los grupos a que se refirió el famoso
Decreto. Veamos:
“Por aquel tiempo se formaron sociedades secretas
que se denominaban Círculos”, cuyo objeto principal eri*
m inar la reputación del Libertador y sem brar la descon­
fianza entre las diferentes secciones que componían a Co­
lombia, desconfianza que tan amargos frutos debía dar
después. El Círculo principal residía en Bogotá y constaba
de doce individuos, cada uno de los cuales era Jefe de Círcu­
lo Subalterno, que se componía también de doce miembros
(18) De 1824 a 1829, cuando Lancaster emigrado en América trató
de organizar la enseñanza mutua en Colombia, tuvo que renun­
ciar a ella a la muerte del Libertador. Lancaster falleció poco
después, en situación precaria en Montreal a la edad de 62
años.
(19) Carta de Lancaster a Bolívar. 9 de julio de 1824. O’Leary, To­
mo X II, Pág. 244.
(20) V. Supra, Lib. I, Cap. III, Párraf. 3.

— 43 —
y así sucesivam ente se form aban otros en las Provincias
que estaban en correspondencia con el Central de Bogotá.
P or medio de esta organización de que eran principales
Directores Santander, Soto, y Azuero, se m antenía agitado
el país y se consitaban odios contra el Libertador, hacién­
dole aparecer como enemigo del pueblo y prom otor de
planes liberticidas” .
Ya podrá comprenderse cuanto hay de falso al decir
que el Decreto fué contra las Logias.
¿Acaso es perm itido que los profanos entren a tra b a ­
ja r en las actividades de las Logias? ¿Y no está compro­
bado que en esos círculos quienes m ilitaban eran profanos
de una insana conducta, como, Soto, Azuero, Obando en el
Ecuador y B ustam ante en Lima, para no m encionar sino a
los más destacados de esa corte fu n esta? Sólo Santander era
masón, pero ya es demasiado conocida su ambición desde
la defección de La G rita cuando la Campaña Admirable en
ol año 13, h asta la n efasta noche Septem brina, cuando la
heroica M anuelita salvó la vida del G rande Hombre.
No podía ir el Decreto contra la Masonería, porque
ella jam ás se h a visto envuelta en crímenes horrendos como,
el de Berruecos, obra del Círculo que actuaba en El Ecuador,
encabezado por Obando. Ni podía ser obra de las Logias la
sublevación de B ustam ante en Lima, quien tam bién era
Jefe de un Círculo en dicha ciudad. ¿Cómo podríamos ca­
lificar el eterno borrón del 25 de septiem bre? Los nervios
se crispan, la m ente se tu rb a y aún la plum a mism a se re ­
siste a describir ta n ta felonía. Cicarios de los Círculos Se­
cretos fueron los autores de tanto mal, en quienes tenía
que recaer el famoso Decreto y no en la M asonería que sólo
predica la fratern id ad entre los hombres, el progreso de
los pueblos y el despojo del fanatism o y la superstición
en todo ser humano. Pero dejemos a los farsan tes m as­
cullando sus prédicas y volvamos a buscar las raíces de
n uestra aseveración, para d ejar sentado para siempre, que
la obra de los Libertadores tuvo su origen en el fuego sa­
grado de la Masonería.

44 —
Ya para term inarse este libro, ha sido publicado en la
fam osa rev ista “E L IT E ” N 9 1609 del 28 de julio de 1956,
un documento probatorio, de que Bolívar fue masón; docu­
mento que viene precedido de un artículo narrativo, de cómo
fue el hallazgo, lugar y forma de obtenerlo, por el no menos
talentoso escritor e historiógrafo venezolano, Don Ramón
Díaz Sánchez, a quien debemos felicitar por tan notable
acontecim iento; ya que con este histórico Documento, se des­
corre el velo de la duda a muchos escritores, y la tenaz con­
tum acia de los enemigos de la masonería, en negar la iden­
tidad de Bolívar con la Institución.
Nosotros los masones que nos hemos compenetrado de
su obra por medio de sus cartas, proclamas y acciones, no
hemos dudado nunca de su INICIACION en la Logia Lau­
taro de Cádiz y la CONSAGRACION de Maestro, por manos
del ILUSTRE Don Francisco de Miranda, en Londres, cuan­
do fue comisionado con el Hermano López Méndez.
He aquí el artículo de la revista “ELITE” .
¡Sí, Bolívar fue masón!
El escritor Ramón Díaz Sánchez, en su último viaje a
Europa, hizo un descubrimiento de gran valor para la his­
toria de Simón Bolívar. Encontró el documento original
que prueba el ingreso a la masonería del futuro L ibertador;
hecho discutido o puesto en duda por más de un historiólogo.
Una de las prim eras visitas de Díaz Sánchez en la ciu­
dad de P arís fue al editor M. Sorlet, director de “Nouvelles
Editions L atines” que lanzó la versión francesa de la novela
“Cumboto”. Sorlet estuvo en Caracas hará algo más de un
año e hizo una exposición del libro francés en los altos de
la plaza Diego Y barra, en El Silencio. Eran, así, buenos
amigos el escritor y el editor. Y, entre palabras y palabras,
recuerdos y proyectos, apareció que el Director de las edi­
ciones estaba especializado también en el negocio de docu­
mentos valiosos.
— “Tengo algo relacionado con Venezuela, dijo M. Sor­
let. Y Díaz Sánchez vió, sorprendido y jubiloso a la vez, que
se tra ta b a de un documento original, en el que contaba al
pie la firm a autóg rafa de Simón Bolívar. Leído el texto,
apareció que era el acta de la sesión en que Bolívar fue reci­
bido masón, en el grado de Compañero. El au to r de “Guz-
m án”, miembro, además de la Academ ia de la H istoria,
negoció en seguida tan valioso original, cuyas copias fotos-
táticas ofrece hoy “E lite” a sus lectores.
— “Mi propósito, al adquirir esta hoja, única sin duda,
nos dice el novelista e historiógrafo, fue doble: lograr por
este medio la aclaración de un hecho íntim am ente relacio­
nado con la vida del Libertador, y actu ar como vene­
zolano, en presencia de un documento que le corresponde a
Venezuela.
— ¿Cómo lo consiguió M. Sorlet?
—Seguram ente en la misma form a en que habían lle­
gado a sus manos las ta n tas piezas valiosas, en cuyo negocio
se ocupa. Alguien debió de habérsela ofrecido; lo examinó
y lo compró. .
—Díaz Sánchez, una vez llegado a Caracas, se preocupó
de hacer exam inar la hoja por uno de los más expertos pa­
leógrafos ; y en el inform e correspondiente consta la certifi­
cación del severo análisis realizado y de la autenticidad del
documento. Hubo gran interés en com parar la firm a de
Bolívar con las muchas que de él se conservan y se la halló,
asi mismo auténtica”.

El documento es una hoja de un libro de actas; la hoja


número 15. Se advierte que fue cortada del volumen, apro­
vechándola solo en la mitad, de arrib a a abajo. En esa
m itad consta completa el acta, como podrá verse en las fo­
toscopias que se insertan aquí. Al reverso, hay cortada por
la m itad o tra acta, al final de la cual pueden verse dos de
las firm as que aparecen en el anverso.

El papel, algo am arillento, trae esa m arca n atural de


antigüedad, propia de aquello que fue utilizado hace siglo
y medio; y el corte de la hoja, hecho con tijeras, revela, por
lo irregular, el nervosismo de quien lo efectuó, en acto sin
duda clandestino. La tin ta negra, se conserva en excelente
— 46 —
EXCLUSIVO Un sorprendente hallazgo histórica

"Elite" publica en esta página


un documento extraordinario:
el acta de ingreso de Bolívar en la masonería,
descubierta recientemente
en Europa por R. Díaz Sánchez.
Una prueba concluyente

desconocida hasta hoy..

•»STRATO Dfc BOLÍVAR «n 1804, o *** * * i*


i>e que i n d m i r i a 1« mauywwía en P*A
< *iinnu** original que p e rtm tc f a ta U 0 k fk ttH V OU VIUARS, tt qw riite *rtm a" d*
Troómnd, * Bust) Bfllívar (Miniatura original perteneciera» 4 U
(amili* Trobrtwid, 0« B reit, B rtU iii)

S í, B o lív a r f w m a s o n !

E
L escritor Ramón Díaz Sánchez, en su te relacionado con la vida d el Libertador, pudiéndose leer e l texto, en copsecuefic
ultim o viaje a Europa, del q ue re­ y actuar com o ven ezolano, en presencia con toda claridad.
gresó h ace poco, h izo un descubrim iento de un docum ento que le corresponde a
do gran valor para la historia de Simón Venezuela I K< \ l > t t « I O N tH .I Y» I A
Bolívar. Encontró e l docum ento original —¿Cóm o lo con sigu ió M. Sorlot? Que Bolívar h aya sido m asón , lo i
q u e prueba e l ingreso a la m asonería del —S egu ram ente en la m ism a forma en sostenido num erosos autores, del pa»
futuro Libertador; hecho discutid o o pues. que h ablan llegad o a s u s m an os la s tan sig lo y d el p resente M ucho a n te s ,
tn en duda pur m ás de un hifttoriólogo. ta s p iezas valiosas, en cu yo negocio se que se descu b riese e l “Diario de Búa
Üfe le la* primeras visita s de Díaz Sán ocupa. A lguien deb ió d e h abérselo ofre m anga" d e L ouls Péroux d e Lacroii
che* en la ciudad de Parla fu e a i editor cido; lo ex a m in ó y lo compró. se lan zase ia primera ed ición <19121.«
M. Sorlot, director de “Nou vellos E ditions Diaz Sánchez* una vez llegad o a Cara­ e s la obra donde e l propio Libertador < » al fc M o r KntMto ha« »co » c w u «1
Latines" q ue lanzó la versión francesa de cas, se preocupó de hacrr exam in ar la clara q u e Ingresó a e s a en tid ad, el ge m «taja «a* está para ibnnm tm . habitado Uto
1¿ novela "Cumboto” Sorlot estu vo en hoja por uno de tos m á s expertos paleó ral M itre en su “Historia de Belgrtuf aakataae ia aptafcte de k» W> (tara t» aMMÉa y « n -
Caracas hará alg o m ás de un alto e hizo gratos; y e n e l inform e correspondiente (tom o III, cap itu lo 23» reveló e l date ovtauo favaraHa. al S: «afear h» M m touto * Tea»
alo » dataah * tai *
una exp osición d el libro francés en los consta la certificación d el « v e t o a n á lisis añ ad ió el te s to d el Juramento adtck>«¡ efe-i del Tnwa ti
altos d e la plaza D iego Ibarra, en El Si realizado y d e ia au ten ticid ad d el docu que se lee e s ig la a loa Iniciado-- Juí Sai VItKaato ha fra_____ ________ ___
lencio. Eran, asi. buenos a m ig o s e l e s ­ m ento. Hubo gran interés en com parar Mancinl (“Bolívar y la em ancipación «a de W B tt «S* l Al»»a*« *
•* • trtpn halan. ____
critor y e l editor. Y, entre p alabras y pa la firm a d e Bollvur eo.i J a s m u ch as que la s colon ias esp a ñ o la s“, tom o 1, caplté a • ta u M u «a la Coturno*
labras, recuerdos y proyectos, apareció que de él se conservan y se la h alló, a si m is­ III) reafirm ó la aserción Pero asejja
el Director de la s edicion es estaba esp e mo. auténtica- que e l ingreso se produjo en Cádiz; di
cializad o tam bién en e l n egocio d e d ocu­ que queda rectificado con el docum*»
m ento* valiosos. que ahora pubücamou. Lo q u e se let A La Taw O A w iv m
—T engo a lg o relacionado con V enezu e­ El docum ento ; u n a hoja de un libre el "Diario d e Bucaram anga" e s lo slgulf
la, dijo M. Sorlot. Y Diaz S ánchez vió, fie acra*., la hoja n ú m e r o 1 15. S e advierte te: “H abló e l Libertador de la masón«!- Vttta par Meaeutw Or.
sorprendido y Jubiloso a la vez, que *e uue fu e cortada del volum en , aprovechan diciendo que tam bién é l habla tenido«
trataba de un d ocum ento original, en el cióla sólo en la m itad, de arriba abajo. curiosidad de h acerse Iniciar para veri
que constaba a l pie ia firm a autógrafa de En esa m itad consta com pleta e l acta, eo cerca lo que eran a q u e llo s misterio*,;
Sim ón Bolívar, Leído el texto, apareció mu podrá verse en la s fotocopias que se que en París se h abla recibido de Me
que era e l acta de 1« sesión en q ue Bo insertan aquí. Al reverso, h ay cortada tro" (p ágin a 107 de la edición d e Ma<
livar fu e recibido maHÓn. en el grado de por la m itad otra acta, a l fin al de la cu al 1924« El docum ento en contrado por
Compañero. El autor de "GwzmAn", m iem ­ pueden verse dq» d e la s firm as que apa-' Sánchez, no se refiere al grado de Mai
recen en e l anverso. Rl papel, alg o a m a ­ sino a l in m ed iatam en te anterior, ou« Vite!
bro, ad em ás, de la Academ ia de Historia,
negoció en segu id a tán valioso original,
cu yas cop las fotostáticas ofrece hoy “Eli
rillen to. trae egfc m arca natural de a ñ il
gtiedad, propia de a q u e llo que fu e u tili­
e l d e Com pañero, o sea el segundo
primero, de Ingreso, se llam a Aprendí
A:étt ».
le' a su s lectores. zado h ace s ig lo y m ed io, y e l corte de 1« segú n lo s M an u ales d e m asonería ? r Mu * AadoMil:
—Mi propósito, a l adquirir esta hoja, hoja, hecho con tijeras, revela, por lo irre­ pueden com prarse en cu alqu ier libro;
única sin duda, nos dice el n ovelista e
historiógrafo, fue doble: lograr por ese m e
gu lar, el nerviosism o de q uien lo efectuó,
en acto sin duda clan d estin o. La tinta,
T enem os uno a la vista, ed itad o en Mft
co (1950) por e l autor esp añ ol Luis Ut n i (JTH>l 11 Mirili
dio la aclaración de un hecho tntlm am en- negra, s e conserva en ex c elen te estado. bert Santos. Jwuwe 4» ia S « a
FOTOCOPIA 0 € L DOCUMÉNTO O RIGINAL, • c w o pi* co ntU la firm a <
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PARTE ALTA DEL OOCUMENTO. ampliada. a « " d i Qur « *“* *’ * * '


mero de la página tíev* tam bién un* firma de autenticidad.

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REVERSO de la fw*
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Sim ón Bolívar, aquel día 11 d el undé


cim a me* del a fio m aad n leo «J.-» 5..»¡6, o sea
el 11 di? noviem bre d e 1805 (loa M anuales
m asón icas dicen que los añ os para esa
entidad t*>n los m ism os del calend ario
n uestro, pero añadién d oles la cifra 5.000.
au nq ue no aclaran con precisión lo del
mes» —fech a señ alada en e l d o c u m e n to -
a ra b a tu de llegar de su v la íe a Italia,
a donde fuera en com pañía d e Sim ón Ro­
dríguez y d e Fernando Toro. Era el Joven
de v ein tidós aftas que ya h ab ía hech o el
Juramento del Monte Sacro y que se pre­
paraba a regresar a Venezuela. Actuaba
en él el fervor por la libertad de su patria
com o se lo con fesó n o só lo a Hum boldt y
Ron pía od, sino tam bién a au “querida
p rim a” Kanny du Villars. El Arta dice
que s e le da el segundo grado m asón ico
al “herm ano Bolívar”, recien tem en te Iní
ciado, porque va a em prender un viaje.
Puede colegirse, por ta n ta .que Ingresó
a la Fraternidad en la m ism a ciu dad de VARIAS FIRMAS de) lib ertador, de diferente! épocas Pueden com pararle con la del docu­
París, poco an tes de esta fccha del Acta; mento y * « r i el parecido.
pero n o pudo viajar en segu ida, com o lo
tenía resuelto, entre otras rawines qui
zas porque no le llegaron a tiem po la» dencla con mucho« autores, dice q u e los m erosos m ason es neo gran ad in os los q ue le
rem esas de dinero que aguardaba. Em años 1804 y 1805 fueron lo s m ás b rillan tes com batían acerbam ente De ah í q ue se
prendió e l retorno al año sigu ien te, y en para la m asonería: "Los prtncines, lo* expresara contra los Integrantes poco d ig ­
esos m eses deb ió d e haber «Ido elevado, m a r it a le s de Francia, los oficiales, los nos d e la entidad. "Dijo q u e en la s Lo
a l grado de Maestro —e l grado tercero— , m agistrados; todos los hombres, en fin. gia* había encontrado alg u n o s hombres
de ou r h abló en e l “Diario d e Bucara, notab les por su gloria o consideración, de m érito, b astantes fan áticos, mucho«
m anga". am bicionaban hacerse iniciar". Y añade: em busteros y m uchos ton tos burlado«*’.
La preparación de la Independencia en "L-a Intim idad q ue con e llo s m antuvo 8o
toda la parte hispánica d e Am érica se Uvar, a l m ism o tiem po que era la m i s
hizo a través de la m asonería. La “Gran a propósito para afirm arlo en su s recien­
Loj?ia Americana" de Londres era e l pun tes resoluciones, contribuía a madurar su F.I d ocum ento q ue publicam os e s el*?!
to d esd e donde el Reneral Miranda opera- carácter > a desarrollar su espíritu ”. Es primero que se conoce en la historia, pro £
ba; y fu e él en persona quien h izo tngre u s y otra# debieron de ser las ra/on es y ha torio del Ingreso d e Sim ón B olívar a la ‘
sar a la Institución a m uchos que fueron circu nstan cias que hicieron que e l futuro m asonería, Esa e s la trascendencia que
m ás tarde los d irigen tes de la guerra lí Libertador se hiciese masón tien e, p ues da fe de algo que ha sid o p ues
bertaria en Venezuela, la N ueva Granada, Hacia 1828. año del “T>iario de Bucara- to en duda y que tien e im portancia en la
Argentina, Perú, Chile, Ecuador, México, manga", ya Bolívar se habla retirado de formación m ental y esp iritu al d el U b er
etc. Por otra parte, M ancinl. en colncl- la m asonería Y eran p recisam ente n u ­ tador.

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estado, pudiéndose leer el texto, en consecuencia con toda


claridad.

Que Bolívar haya sido masón, lo han sostenido nume­


rosos autores, del pasado siglo y del presente. Mucho antes
de que se descubriera el “Diario de Bucaramanga” de Louis
Peroux de Lacroix y se lanzase la prim era edición (1912),
que es la obra donde el propio Libertador declara que ingre­
so a esa entidad. El general Mitre, en su “H istoria de Bel-
grano” (tomo III, capítulo 23) reveló el dato y añadió el
texto del juram ento adicional que se les exigía a los inicia­
dos. Jules Mancini (“Bolívar y la Emancipación de las Co­
lonias Españolas” ), tomo I,capítulo III)reafirm ó la aserción.
Pero asegura que el ingreso se produjo en Cádiz; dato que
queda rectificado con el documento que ahora publicamos.
Lo que se lee en -el “Diario de Bucaramanga” es lo siguien­
te : “Habló el Libertador de la masonería, diciendo que
tam bién él había tenido la curiosidad de hacerse iniciar para
ver de cerca lo que eran aquellos misterios, y que en París,
se había recibido de M aestro” (página 107 de la edición de
Madrid, 1924). El documento encontrado por Díaz Sánchez
no se refiere al grado de Maestro, sino al inmediatamente
anterior, que es el de Compañero, o sea el segundo. El pri­
mero, de ingreso, se llama Aprendiz, según los Manuales de
m asonería que pueden comprarse en cualquier librería. Te­
nemos uno a la vista, editado en México (1950) por el autor
español Luis Um bert Santos.
“Simón Bolívar, aquel día 11 del undécimo mes del año
masónico de 5805, o sea el 11 de noviembre de 1805 (los ma­
nuales masónicos dicen que los años para esa entidad son los
mismos del calendario nuestro, pero añadiéndoles la cifra
5.000 aunque no aclaran con precisión lo del mes) -fecha se­
ñalada en el documento- acababa de llegar de su viaje de
Italia, a donde fuera en compañía de Simón Rodríguez, y de
F ernando Toro. E ra el joven de 22 años que ya había
hecho el juram ento del Monte Sacro y que se preparaba a
regresar a Venezuela. Actuaba en el fervor por la libertad
de su patria, como se lo confesó no solo a Humboldt y Bon-

— 47 —
piad, sino a su “querida prim a” Fanny du Villars. El acta
dice que se le da el segundo grado masónico al “hermano
Bolívar”, recientem ente iniciado, por que va a em prender un
viaje. Puede colegirse, por tanto, que ingresó a la F ra te r­
nidad en la mism a ciudad de P arís, poco antes de esta fecha
del A cta; pero no pudo v iajar en seguida, como lo tenía
resuelto, entre otras razones quizás por que no le llegaron
las rem esas de dinero que aguardaba. Em prendió el retorno
el año siguiente, y en esos meses debió de haber sido elevado
al grado de M aestro — el grado tercero— de que habló en
el “Diario de B ucaram anga”.
La preparación de la independencia en toda la p arte his­
pánica de América se hizo a través de la m asonería. La
“Gran Logia A m ericana” de Londres era el punto desde
donde el general M iranda operaba; y fue él en persona quien
hizo ingresar a la institución a muchos que fueron más
tard e los dirigentes de la gu erra lib ertaria en Venezuela, la
Nueva Granada, A rgentina, Perú, Chile, Ecuador, México,
etc. P or otra parte, Mancini, en coincidencia con muchos
autores, dice que los años 1804 y 1805 fueron los más b ri­
llantes para la m asonería: “Los príncipes, los m ariscales
de Francia, los oficiales, los m a g istrad o s; todos los hombres,
en fin, notables por su gloria o consideración, ambicionaban
hacerse iniciar”. Y añade: “La intim idad que con ellos
m antuvo Bolívar, al mismo tiempo que era la m ás a pro­
pósito para afirm arlo en sus resoluciones, contribuía a m a­
d u rar su carácter y a desarrollar su esp íritu ”. E stas y
otras debieron de ser las razones y circunstancias que hicie­
ron que el futuro L ibertador se hiciese masón.
Hacia 1828, año del “Diario de B ucaram anga”, ya Bo­
lívar se había retirado de la m asonería. Y eran precisa­
m ente numerosos masones neogranadinos los que le comba­
tían acervamente. De ahí que se expresara contra los inte­
grantes poco dignos de la entidad. Dijo “que en las Logias
había encontrado algunos hombres de mérito, bastantes fa ­
náticos, muchos em busteros y muchos tontos burlados”.

El documento que publicamos es el prim ero que se cono-

— 48 —
cc en la historia, probatorio del ingreso de Simón Bolívar a
la m asonería. E sa es la trascendencia que tiene, pues da
fe de algo que ha sido puesto en duda y que tiene impor-;
ta n d a en la formación mental y espiritual del Libertador.

CAPITULO I I I

P ara 1811 germ inaba con más fuerza en la mente de


aquellos hombres, la separación completa de la España, rom­
piendo aquel poder que por trescientos años había explotado
y encarnecido a todo un Continente que gemía desesperante
por la Libertad.
“La Sociedad P atriótica se convirtió en verdadera uni­
versidad revolucionaria, al mismo tiempo que en una cons­
piración perm anente y Pública”. ¿Y qué era la Sociedad
P atrió tica? E ra el Templo donde actuaban todos aquellos
hom bres que habían recibido la iniciación masónica, pero
que por resguardo de su seguridad personal no podían darle
el nombre de Logia, ya que el poder español las perseguía
y las hacía sucum bir con los Tribunales Inquisidores.
El 3 de julio reúnese en Asamblea Pública la “Sociedad
P atriótica, allí se encuentran Miranda, Bolívar, Peña, Is-
nardy, Espejo, Roscio, Yánez, Peñalver y toda una pléyade
de ciudadanos que enaltecidos se disputaban el momento
p ara em itir sus opiniones: “Se discute en el Congreso
Nacional lo que debiera estar decidido, exclamó Bolívar...
Y qué dicen?, que debemos atender a los resultados de la
política de España. ¿ Qué nos importa que España venda a
Bonaparte sus esclavos o que los conserve, si estamos re­
sueltos a ser libres ? ¡ Qué los grandes proyectos deben pre­
p ararse en calma! Trescientos años de calma ¿no bastan?
La J u n ta P atriótica respeta como debe al Congreso de La
Nación, pero el Congreso debe oir a la Junta Patriótica.
Pongamos sin tem or la piedra fundamental de la libertad
sud-americana, vacilar ee perdernos”. Aplausos y aclama-
dones de los congregados y del pueblo que había acudido
a presenciar aquel debate donde se jugaba su propia
Libertad. (21)
“Habíase establecido en la capital, una sociedad con el
dictado de “PATRIOTICA”, cuyos prom otores y prim eros
directores fueron el General M iranda y el Coronel Bolívan
y los asuntos de que se ocupaban eran los derechos y debe­
res del ciudadano, los principios constitutivos de los gobier­
nos y aquellos que se tratab an en el Congreso. El calor y
entusiasm o con que se hablaba de la libertad e igualdad de
los hombres, aum entó considerablem ente el número de socios
de todas clases, estados y condiciones, pues sólo se rehusaba
la admisión de aquellos cuya conducta era notoriam ente
desarreglada. Los enemigos del nuevo orden intentaron
hacer despreciable y odiosa esta sociedad, so pretexto de que
era una masonería. (22).
Cuando ya aparecían los albores de aquellos días to r­
mentosos que debían arran ca r p ara siem pre de la pesada co­
rona de España, las diademas fulgurantes de la A m érica
A ustral, un médico guaireño más tard e denominado sabio,
residía en la Prim ogénita del Continente, uno de los M aestros
y M ártir de las contiendas políticas de n u estra P atria. E se
hombre era el Dr. José M aría V argas, quien ya iniciado
Masón, difundía sus doctrinas entre sus íntimos, lo mismo
que leía las páginas rusonianas del Contrato Social a la ju ­
ventud cumanesa, quien había despertado con las nuevas
ideas las corrientes liberales del siglo. Junto con él el Li­
cenciado José Grau y Diego de Vallenilla, quienes poseían
grados de alta jerarquía, se dan a la ta re a de difundir la
luz en la conciencia, que m ás tard e llevaría la antorcha por
(21) Todos los componentes de la Sociedad Patriótica fueron m a ­
sones, pues más tarde declarada la Independencia de Venezuela
en el día glorioso del 5 de julio de 1811, se aprestaron a tra­
bajar con más libertad de acción y abiertamente fueron apare­
ciendo las Logias que h asta esa fecha trabajaban clandestina­
mente. En el Oriente de la República, lo mismo que en Cara­
cas, fue donde m ás acción tuvo la m asonería para los efectos
de la Libertad y donde sus Apóstoles iniciados en Europa y
Norte América, trabajaron con más ahinco.
(22) Francisco Javier Yanes. H istoria de Venezuela, pág. 192.

— 50 —
todos los caminos de América hasta culminar en la Repú­
blica de Bolivia.
Los invasores de Chacachacare, que venían aureolados
con el resplandor del sol de P atria, reforzaron el grupo de
Cumaná, y redoblan la tenaz campaña para desaparecer los
lúgubres dictados de la Inquisición, que sumían al pueblo
en la ignorancia y la superstición. (23). Este grupo que
más tard e se convirtió en el terro r de los aguerridos espa­
ñoles, fueron Santiago Mariño, José Francisco Bermúdez,
Domingo Montes, Agustín Armario, Antonio José de Su­
cre (24), Manuel Rivas, Miguel Aristeiguieta, Andrés Caba­
llero y otros tantos que sería largo enumerar, quienes echa­
ron a andar en aquel jirón de patria los primeros pasos
de la República con su bandera de Libertad, Igualdad y
F raternidad.
De su actuación y requerimientos la Gran Logia de
M aryland, constituye en Cumaná la Logia Perfecta Armonía
con el N 1? 74, que estuvo bajo su jurisdicción hasta 1823,
siendo su prim er Venerable Maestro Don José Graü.
El mismo movimiento, como en otras ciudades tenía
lugar en Barcelona, donde ya se había prendido la raíz, que
un día sembró Miranda en la ciudad de Londres.
(23) Archivo de la R :. L :. “Perfecta Armonía N* 2” del Oriente
de Cumaná, hoy en poder de la R :. L :. “Bella Altagracia
N* 24”.
(24) Apenas encontramos el nombre del Mariscal Sucre en un libio
de Actas de la “Perfecta Armonía” de Cumaná para 1811.
Mas la Providencia nos ha favorecido, para probar que Sucre
fué Masón, proporcionándonos un documento que no se puede
desmentir por la calidad del personaje que lo trae y la refe-
referencia histórica en que actuó Antonio José de Sucre, he
aquí el texto: “Al consolidarse la República con semejante
blasón, el Mariscal de Ayacucho tuvo oportunidades para reu­
nir en fraternales Asambleas a los masones Chuquisaqueños,
Libráronse de la acción desvastadora de los motines militares
algunas actas por los cuales venimos en conocimiento que el
insigne masón Antonio José de Sucre, daba cuenta de sus planes
a los H :. H :. y les consultaba sobre las represiones que adop­
taría por la disipación de los frailes y la ociosidad de las
m onjas a quienes redujo a estrechos límites, convencido de la
misión de impedir como gobernante que la juventud, reclamada
por menesteres urgentes en un país pobre, se dedique a la vida
contemplativa o a la inmoralidad repudiable. (Fragmentos del
discurso del Gran Orador de la Gran Logia de Bolivia, H :.
A ngel Salas, y tomado del Boletín publicado para las Bodas
de P lata de esa misma Gran Logia, 1929-1954).
— 51 —
La Respetable Logia “Protectora de las V irtudes I.”
P rim era Logia Venezolana en orden numérico, fue constitui­
do Triángulo Masónico en la ciudad de Barcelona, el 24 de
junio de 1810. Más tarde, el l 9 de julio de 1812 entró en
función de m archa con su prim er Venerable M aestro, Licen­
ciado Diego B autista U rbaneja, asistiendo a la tenida E x tra ­
ordinaria de Instalación, los Ilu stres Hermanos, Don Manuel
Carias, Don José M aría Otero G uerra, General José Tadeo
Monagas, Don Juan Maimó, Don Rafael Meneses, Cnel. A.
Brito, Gral. Juan Suárez, y como visitadores, los II:. H H :.
Gral. Carlos Soublette, Don Fernando Peñalver, Gral. Rafael
U rdaneta y Don Pedro Gual.
P ara estos tiempos n u estra g uerra emancipadora, cru­
zaba por una de las etapas de m ayor peligro p ara la P atria,
era en las augustas columnas de la “Protectora de las V irtu ­
des”, en donde estos destacados H H :. paladines, cam biaban
ideas acerca del deber en que estaban como masones res-
pansables, de sacrificarlo todo en bien de n u estra p atria
esclavizada. De allí de esas columnas salió p ara esa fecha
la consigna, “Vencer o M orir”.
Más tarde el Licenciado Diego B autista U rbaneja se
expresaba como sigue: “E ste grupo de masones que hoy
estabilizan las columnas de la Lg:. Protectora de las V irtu ­
des N? I en el Oriente de la República, celebraron durante
once años sus tenidas en los cam pamentos de batalla, o cara
al enemigo en pie y al orden, sin otro m allete que el estam ­
pido del cañón, disparando en cada oportunidad las baterías
de campaña, en consigna perm anente por el afianzam iento
de la Libertad y la Ju sticia”.
En 1824, consolidadas las labores en el Templo y bajo la
veneratura del I:. H :. Don Juan Manuel Cajigal, siguió su
curso ininterrum pido, que h asta esta fecha sigue rindiendo
culto a Dios, al bien humano y a la cultura de los pueblos.
En el mismo año aciago de la contienda en 1812, fú n ­
dase en Maracaibo la R :. L :. “R egeneradores”, según memo­
rias suscritas por los H H :. Pedro Bracho, su Venerable
M aestro y W. Briceño Méndez, su Secretario Protém pore y
publicadas en 1873.
— 52 —
CAPITULO I V

Continúa la guerra con todo su furor y cuando en aque­


llos aciagos días del año 14, aparece en el Puerto de Carú-
pano un bergantín de tres palos, con bandera norteameri­
cana y de nombre “P a tria ”. Comandaba este bergantín un
am ericano de nombre Charles Mac Tukers, oriundo de Bos­
ton, quien poseía algunos conocimientos de Astronom ía; en
la tripulación de aquella nave había varios masones y entre
ellos el Capitán Tukers, quien poseía un alto grado. Este
barco y su tripulación se vieron en el forzoso caso de per­
m anecer algún tiempo en aquel Puerto, debido a que había
sido saqueado por flecheros piratas, que merodeaban e in­
fectaban la costa de Venezuela. Tal acontecimiento acon­
gojó al Capitán, pero pronto se reanimó, pues estaba acos­
tum brado a luchar, ya contra la fu ria de los elementos en su
ya larga vida de marino, o en las vicisitudes humanas reci­
bidas en los puertos donde tenía que hacer escala. Convi­
viendo en la ciudad de Carúpano aquellos hombres, muy
pronto congeniaron con sus habitantes, quienes les brinda­
ron hospitalidad y una acogedora amistad nunca desmentida
por el pueblo de Carúpano. Allí conocieron a Don Ramón
Maneiro, natural de M argarita y quien poseía el don de un
hombre altru ista y generoso, pues muchas veces llegó a sa­
crificar sus haberes para socorrer al pueblo que sufría
ham bre y m iseria debido a la cruenta lucha sostenida en el
Oriente contra aquellos sanguinarios, Cerveris, Zoazola, Bo-
ves y otros.
Los m arinos reunidos en tertulias familiares en casa del
señor Maneiro, diéronse a conocer con algunos masones que
acudían a las charlas amenas y cordiales, se interesó el señor
Maneiro por hacerse masón, y días después era consagrado
por el hermano Tukers, quien poseía credenciales que lo
autorizaban debido a su alto grado. Ya iniciado Maneiro
resolvieron fundar una logia en Carúpano, cuyo Centro ser­

— 53 —
viría de m utua ayuda de los hombres y de filantropía ante
la torm entosa situación del pueblo. Aquel m arino acostum ­
brado a luchar se dió a la tarea de fab ricar las joyas y reu n ir
los elementos que requiere una logia p ara su fundación. Así
nació la prim era logia en Carúpano, la cual pusieron el pom­
poso nombre de “PATRIA ”, pero como todavía no existía en
Venezuela un Gran Oriente, se vieron en el caso de poner la
Logia en instancia, bajo la soberanía de la Gran Logia de
Velmont (N orteam érica).
Una vez hechas las correspondientes comunicaciones se
dieron éstos a la ta re a de propaganda, atrayéndose así a
muchos adeptos, quienes más tarde fueron figuras en la
Institución y en la República.
P ara fines del año recibieron todo lo concerniente a la
instalación y “el 2 de diciembre de 1814 quedó constituida la^
Logia “PATRIA ” en una casa propiedad de Pedro Nolasco
G uerra, al pie del cerro llamado de la “M uerte”, cuya direc­
tiva se constituyó así:
Venerable M aestro Charles Me Tukers
P rim er Vigilante M orris Thompson
Segundo V igilante Manuel Quesada
Orador Adolfo F e rre tti
Secretario Melard Adophe
Tesorero Ramón Maneiro
E xperto José del Lago
H ospitalario Edwad Lewis.
Fue tanto el entusiasm o y sim patía que sintió aquel
pueblo con tal acontecimiento, que ya p ara el 27 de diciem­
bre del mismo año empezaron a promoverse las iniciaciones.
En 1815 a mediados de este año, el auge de la Logia
había crecido de tal suerte, que contaba con cincuenta y cua­
tro miembros activos, contándose entre ellos los patriotas
José Nicolás Salazar y Braulio G uerra, quienes venían sir­
viendo en las cam pañas de 1812 y 1813 con tal propaganda
en contra del gobierno colonial en aquella región, esto tuvo

— 54 —
F
por consecuencia el traslado a ésa del “Brigadier Morales,
cuyo prim er acto criminal fue sacrificar sin piedad a Salazar
y a G uerra, señalados por su adversión a los realistas”. Esta
Logia tuvo un fin trágico, pues días después del sacrificio
de Salazar y G uerra, el Brigadier Morales ordenó la matanza
de todos los masones, salvándose únicamente tres, Mayz,
Correa y M aristani, quienes se salvaron dentro de un algibe.
pasando todo ese año sin ningún movimiento efectivo, pero
el fervor masónico quedó latente donde se había regado la
sangre de los m ártires.
“Discurrieron los primeros meses de 1816 sin que se
registrase ningún suceso de importancia para la Masonería
en Carúpano, h asta el l 9 de junio que apareció Bolívar en el
P uerto con su expedición de Los Cayos, atacó al español Pini­
nos que guarnecía la plaza y ocupóla sin gran resistencia
de p arte de los españoles”.
“Inform ado Bolívar que era Masón grado 3^, de las
atrocidades cometidas por Morales, quiso visitar los sitios
manchados con la sangre de las víctimas, arengó al pueblo
que le seguía a todas partes, haciéndole inspirar confianza
en la victoria de las armas republicanas, y por último
parado sobre el montón de tierra donde existió la Logia
invocó a presencia del Pueblo, al Gran Arquitecto del Uni­
verso y dictó y firmó el célebre Decreto por el. cual decla­
raba libre a todos los esclavos que empuñasen las armas
contra la opresión tiránica de España”.
Otro suceso de capital importancia, donde la masonería
influyó grandem ente, fue la Asamblea presidida por el Li­
cenciado Diego B autista Urbaneja y compuesta por Cruz
C arrera, Mariano de la Cova, Juan Manuel Salazar, Juan
B au tista Meaño, Juan Alcalá y Juan Francisco Mays, todos
masones, para pedir la unidad del Gobierno, reconociendo
a Bolívar y a Mariño, Como Primero y Segundo Jefe del mo­
vimiento Libertador, quienes habían sido desconocidos el año
anterior, por la defección de Piar y Ribas. Reconocidas las
autoridades para el 8 de junio, los masones se dieron a la
ta re a de reforzar sus contingentes, con el fin de restablecer
la Logia, más la exigencia de la guerra y la movilidad de

— 55 —
la campaña, no dejaban estabilizar a los hombres, pues era
necesario com batir donde quiera estuviese el enemigo.
Pasaron los años y ya declarada la paz en el año de
1823, los masones se movilizaron y compactaron, viendo el
colmo de sus deseos coronados el 27 de diciembre de 1824
con la fundación de la Respetable Logia “V irtu d ” presidida
por don Francisco Mays. (25)
Solemnemente se reunieron en Caracas el 16 de abril
de 1823, los ilustres masones: Licenciado Francisco Aran-
da, Licenciado Diego B au tista U rbaneja, Andrés N arvarte,
José Santiago Rodríguez, Judas Tadeo Piñango, José Remi­
gio M artín, Rafael Lugo, José De Lima, Marcelino de La
Plaza, Manuel Echeandía, y Ju an Lovera, todos Proceres
de la Independencia, con el laudable fin de fu n d ar una Lo­
gia, cam biadas las ideas y oídas las argum entaciones que
cada quien em itía, surgió el nombre de “F ratern id ad Colom­
biana”, quedando la Logia consagrada con ese nombre e in­
corporada desde ese momento a la gran fam ilia masónica
con residencia en Venezuela. (En la reorganización del
Gran Oriente de Venezuela en el año de 1838 quedó con el
sólo nombre de “F ratern id ad N9 4” , cuyos trab ajo s no han
cesado h asta hoy, dando pruebas de bien y de una encau­
sada disciplina.
Corroborando más n u estra creencia, que la masonería
con M iranda y los demás Paladines Americanos, influyó
grandem ente en las contiendas de independencia y afianza­
miento de la libertad, fundándose logias en los lugares de
m ayor efervescencia, como Caracas, Barcelona, Cumaná,
Carúpano y p ara el año 18 A ngostura; copiamos te x tu al­
m ente de los “Anales de G uayana”, pág. 396 y 506, del
doctor B. Tavera A costa:

“En abril de ese año de 1818, Jam es Ambrose, capitán


del bergantín inglés H unter, estableció la prim era logia
masónica que funcionó en A ngostura, a cuyo efecto se ha-
(25) Archivo de las Logias de Carúpano, publicado por el H :. M.
A. SALVATI.

— 56 —
bilitó uno de los departam entos del edificio del colegio, en
el cual m ás tarde se instalaría el Congreso, que en ese año
convocó el Libertador.
E sa logia se denominó “Concordia” y en ella fueron
iniciados el general Montilla, que era a la sazón Gobernador
de la Provincia, el capitán José Padilla, comandante de la
escuadrilla republicana y tres comerciantes ingleses (¿Ha-
milton, Anderson y K arinton?).
“Después de la logia “Concordia”, que en 1818 fue la
prim era que se estableció en Angostura, instalóse la logia
“E strella del Oriente de Colombia”, bajo los auspicios del
Grande O riente de Edinburgo, el 14 de mayo de 1845. El
4 de abril de 1853 reformó sus estatutos, que están firm a­
dos así: Adolfo Wuppermann, Venerable Maestro; Merced
Ramón Montes, P rim er Celador; Theodor Monch, Secreta­
rio; José Simón Marzán, Prim er Diácono; Ascanio Negretti,
Segundo Diácono. Estos estatutos fueron aprobados por la
Gran Logia Provincial de Guayana, fundada en 1845, tam ­
bién bajo los auspicios del Grande Oriente de Edinburgo.
Fue su G ran Maestro, Florentino Grillet y Secretario Theo-
dore Monch.
E sta Logia se extinguió, para aparecer el 26 de octubre
de 1854 la actual Logia “Asilo de la Paz”, reunida en ins­
tancia el 12 de julio anterior. Fueron los primeros digna­
tarios y oficiales de ese taller las siguientes personas: José
S. M arzán y José Fermín Carreño, respectivamente, ambos
grado 18; José Ramón Serrano, Orador, grado 3; Secretario,
Pedro Mares, grado 3; Francisco Antonio Serrano, Tesore­
ro, grado 3; y Hospitalario, Amador Arias, grado 3.
La carta constitutiva de esta Logia fue expedida por
la Gran Logia de Venezuela, el 17 de agosto de dicho año,
bajo el número 34, y el 23 de agosto de 1865 se lo rectificó
el número 34 por el 13 con que hoy se distingue.
“Los primeros que se iniciaron en esta Logia fueron
los siguientes individuos: Emeterio Emazábel, Sandalio
Alcalá, Ramón Afanador, Domingo Padilla, José Tadeo
Ochoa, Eugenio y Juan Bautista León, Manuel Antonio

— 57 —
Urbina, Juan B autista F arrera, José Molero, Jorge Media-
villa, M atías Lovera, Bartolomé Somoza, Nicolás W. Holms-
quist, Carlos Sengbusch, Máximo Hernández, José Felipe
Silva, Alejandro Mantilla, Manuel Antonio Mediavilla, B ar­
tolomé Salóm, José B ernardo Agesto, Rafael A risteguieta,
José Antonio Franco, y otros más, quienes la m ayor p arte
pertenecían al “Liberalism o” regional.
Anexos a esta Logia se establecieron el Capítulo “Paz
de G uayana” número 14, el II de febrero de 1863, y el Con­
sejo Kadosch “G uayana”, número 4 el 3 de noviembre de
1876.
Debemos deducir que en el puerto de La Guaira fue,
quizás, donde prim ero la LUZ masónica iluminó las con­
ciencias, pues hay que ten er presente que los m ártires Gual
y España tuvieron contacto con aquellos prisioneros que
envió España a las bóvedas de La Guaira, de los cuales se
sabe, fueron masones, por todo esto debemos recordar a
]f> Rr. Logia “U nanim idad” N° 3 de La Guaira, que había
sido heredera de una Logia llamada “G uaira” , que trab ajó
en aquel puerto y cuyos golpes sobre la piedra bruta, s ir­
vieron para despertar en los hombres la idea de P a tria
Grande, independiente de toda tu tela colonial.
Conocida en Venezuela la proclama del General Páez,
dictada en Caracas el dos de diciembre de 1823, y en la
cual m anifestaba “QUE YA ESTABA ASEGURADA LA
PAZ Y LA LIBERTAD” , los masones se dieron a la ta re a
de organizar la Institución en todo el territorio. Surgió
entonces la Gran Logia de la Gran Colombia. E sta fue
instalada solemnemente, con sede en Caracas, el 24 de ju ­
nio de 1824 y presidida por su prim er Gran M aestro, Licen­
ciado Diego B autista U rbaneja.
E sta entidad fue constituida por el comisionado espe­
cial, venido de los Estados Unidos de N orte América, Don
José Corneau, quien tra jo poderes p ara ello.
Según copia autorizada, por el I:. H :. Ju an José Conde,
luchador en las cam pañas de A pure al lado del C entauro y
quien fue miembro prom inente del Supremo Consejo Masó­
nico, damos a cqnocer el texto que reposa en los archivos
del Cuerpo ya citado.
masónico publicado el año 1861, por los herm anos Carlos
M. Ponte y Eduardo Pardo bajo la protección de la Gran
Logia y en el cual consta el dato oficial siguiente: Junio 24,
de 1824, Instalación en el Or. de Caracas, de la Gran Logia
de Colombia”.
(Papeles y documentos del Supremo Consejo).
En este gran día p ara la P atria, en que tam bores y
clarines echaban a todos los vientos las dianas del triu n fo
de Carabobo, fueron instalados los demás altos poderes m a­
sónicos de la República, como un hom enaje a la clásica
fecha y a la memoria de los masones que sucumbieron a lo
largo de toda la cam paña emancipadora.
Con inusitado fervor se empezó a tra b a ja r en las logias
ya constituidas, por la paz y la concordia de una sociedad
que había vivido du ran te catorce años bajo el aciago im-*
perio de la guerra y, donde la guadaña de la m uerte salía
al encuentro de las criatu ras a vueltas de la esquina y al
recodo del camino.
T area altísim a y de un relieve con abultam ientos de
m ontaña, fue la em prendida por los m asones: todo estaba
por hacer, ya que en los catorce años de cam paña lo único
que había quedado en pie y se había acrecentado era el
valor y la buena voluntad p ara seguir la obra.

CAPITULO V

Tiempos después de haberse instalado los Poderes Ma­


sónicos, se encontraron con la dificultad de una correspon­
dencia tard ía y m uchas veces desaparecida, debido a la falta
de vías de comunicación y a las exiguas oficinas de correo,
pues, la República se debatía en un estrecho estado econó­
mico a causa de la larga guerra.
Estos y otros motivos contribuyeron a que muchas
Logias se silenciaran y quedaran trabajando aisladamente,

— 60 —
a tal punto que la mayor parte cayó en sueño para no levan­
ta rse sino en el año 32, con la reorganización que nuevamen­
te hizo el incansable Licenciado Diego B autista Urbaneja.
Ya en todos estos años, venía minando la idea separa­
tista, y muchos de aquellos II. HH. fueron a ocupar cargos
civiles o m ilitares en diferentes lugares de la República, de­
jando, por consiguiente, un vacío profundo en las columnas
de la nueva G ran Logia.
Tenemos por fuerza que traer de nuevo a colación el
baldón que los enemigos del Libertador han querido enros­
tra rle con el famoso decreto “PROHIBIENDO LAS SOCIE­
DADES SECRETAS” ¡M entira!!! No podía el grande
hombre ir contra la Institución Masónica, en cuyas filas
había luchado por im plantar las famosas consignas de Li­
bertad, Igualdad y Fraternidad. Por otra parte, dicho de-
creto se refiere a “Sociedades Secretas” y no a Sociedades
Masónicas. Y, ¿cuáles eran esas Sociedades Secretas?
Círculos políticos donde actuaban los profanos, como lo he
dicho antes, y cuyas referencias son traídas por O’Leary
en sus fam osas “Memorias”.
He querido volver a este punto, porque muchos consi­
deran que el silencio que medió en la Gran Logia de Colom­
bia, en los años siguientes al 24, fué efecto del ya decantado
Decreto. No hay constancia de semejante absurdo, y prueba
de ello es que las Logias existentes para aquella época, si­
guieron trabajando en todo el territorio. Allí están la»
A ctas y la correspondencia, que no cesó hasta que vino la
reorganización en 1832.
Lo que se considera paralización del Gran Oriente hasta
el año 1832 fué por la efervescencia política de aquellos días:
la desmembración de la Gran Colombia y la muerte de
muchos de aquellos paladines, durante los ocho años que me­
diaron.
Nosotros los masones sabemos que el Libertador fué
un gran masón, que su obra en la América tuvo íntima rela­
ción con la Institución y que jamás podría él, que clamó por
la unión h asta en los últimos momentos, ir en contra de la

— 61 —
doctrina que propaga, y que procura lo que tanto él anheló.
Ni U rbaneja, ni Páez, ni Peña, ni U rdaneta, ni A randa
ni ningún otro que fu era masón, estuvo alguna vez en contra
del Libertador por tal decreto. Mucho menos podía él decre­
ta r algo en contra de la M asonería que era fuerza avasalla­
dora para sus planes de unión y de engrandecim iento de la
América. Jam ás nos cansarem os de contradecir lo vil de los
propagadores del engaño, quienes esgrim en esta arm a p ara
hacer aparecer a Bolívar como un traid o r a los juram entos
prestados a la Logia “L au taro ”. Nunca anidó en su corazon
de apóstol sem ejante atrocidad. Y, estudiadas a través del
tiempo, las; distintas fases de su pensam iento y de su acción,
quedamos más convencidos de su nobleza de alma, incapaz
de ir contra la M asonería que es toda bondad y altruism o.
Consideramos que es nuestro deber acopiar todas las
pruebas que podamos obtener, p ara despejar la duda de la
actuación de Bolívar y sus conmilitones, en la masonería.
El H :. Francisco Reiguero, (de Jerez de la F rontera,
España,) donó a la M:. R :. G:. Logia de New York, dos
joyas masónicas pertenecientes al Libertador, que hoy se
conservan con celo y reverencia en el museo histórico de
dicha Gran Logia, (véase la fotografía del museo. En una
de las vitrinas donde indican las flechas, reposan las jo y as),
una de ellas la traem os en fotograbado, es el MANDIL del
GRADO 32 con que se decoraba el GRANDE HOMBRE;
eso nos dá a entender que Bolívar poseyó los altos grados
de la masonería, y en acuerdo a la lista que trae el I:. H :,
P resbítero José Félix Blanco en sus “Memorias” y publica­
da por el Dr. Vicente Dávila en un boletín de la Academia
de H istoria (cuya lista aparece en este libro), considera­
mos que no podía ser de o tra m anera, por su A lta J e ra r­
quía política, M ilitar y Libertadora.
Oigamos al Dr. Valdivieso Montaño abogado de la Re­
pública Gran M aestro de la Gran Logia de Venezuela, quien
además cita al historiador C arranca y Trujillo.
“Con arreglo a los E statu to s adoptados, las Logias que
en 1824 se congregaron por medio de sus Venerables Maes-

— 62 —
tros y V igilantes de dentro y fuera de Caracas y de un Re­
presentante por las que no concurrieran, declararon “para
siem pre” no tener secreto alguno “que tendiera al trastorno
de la autoridad suprema del Estado” no depender directa
ni indirectam ente de Grandes Orientes y Grandes Logias de
países ex tran jero s; que el fin de sus trabajos sería el au­
mento de la felicidad humana, inspirando amor a las virtu­
des morales, “sentimientos religiosos”, la más entera fran ­
queza y la sumisión más estricta a las Leyes del Estado;
la igualdad de todas las Logias; la tolerancia de todos los
R itos; así como que nada que no fuera anexo a los tres
grados simbólicos, podría ser discutido ni deliberado en la
Gran Logia, debiendo considerarse que ésta, como una so­
ciedad que era en el sentido jurídico de la palabra, debía
tener una constitución auténtica.
Pero tal auge francmasónico había de alcanzar en breve
gran menoscabo como así sucedió. En efecto, al año si­
guiente 1826, fué agitada Venezuela por la lucha reaccio­
n aria política denominada “La Cosiata”. De donde resulta
oportuno considerar aquí la especie tantas veces repetidas
de que las Logias dejaron de funcionar porque el Libertador
Bolívar prohibió sus reuniones en su decreto de 8 de no­
viembre de 1828: a lo que es obvio argüir que el Decreto en
referencia no se contrajo más que a las “Sociedades Secre­
ta s ” y las Logias no lo son, porque aquéllas se constituí
yen con fines meramente políticos y en sitios ocultos propi­
cios a la realización de sus planes, mientras que éstas (las
Logias) institúyense con fines de acción fraternal y social
en lugares públicos; que a mayor abundamiento, el Decreto
aludido para poder englobar, además de las sociedades
confraternidades secretas a las Logias Masónicas, ha debido
expresarlo así, y al no hacerlo no pudo comprenderlas, por
la sencilla razón de que masón como lo era Bolívar, no tenía
para que echarse encima a la generalidad de los masones
que no le molestaban; y por último, “que no existiendo
Logias” en actividad en 1828, mal pudiera el Decreto de 8
de noviembre prohibir unas reuniones que no se verificaban.
“La Sociedad am ante de la Ilustración” y su subordi­

— 63 —
nada y protegida la Fisiológica “de Bogotá de que habla el
historiador neogranadino G rott. (26) bien se alcanza a v er
por sus denominaciones que no fueron Logias masónicas
sino sociedades políticas, bien que encubierto su objeto con
las m iras del saber y de la ilustración científica y literaria.
Claram ente dejó ver Bolívar en su Decreto, que se refirió
a éstas cuando en él dijo: “ . . . l a s sociedades secretas
alarm an a todos aquéllos que ignoran el objeto de que se;
o c u p a n .. . ” pues que instruido como lo estaba como masón
de los trab ajo s de las Logias, y no de lo que se tram ab a en
las sociedades secretas, resalta de esto que su Decreto fué
dirigido contra las arrib a nom bradas, únicas p ara él co­
nocidas, pues que con respecto a las demás de su índole,
autoriza a los Gobernadores y Jefes de Policía p ara “ave­
rig u a r” si existían en sus jurisdicciones.
Desm em brada la Gran Colombia, los masones que in­
tegraban la Gran Logia de esta República, pensaron desde el
año 1832 en la reorganización de la M asonería en Venezuela.
Uno de los grandes tropiezos que tuvieron fué la m uerte de
(26) Para aclarar este interesantísim o aspecto de la vida del Li­
bertador, debe recordarse que ya en 20 de febrero se había
expedido un Decreto imponiendo pena de m uerte “a los que
aconsejen, auxilien o fomenten la rebelión y a todos los que
secretamente se reúnan o coligan ya en favor de los enem igos
de la República, ya contra su Gobierno y autoridades cons­
tituidas”. En septiembre el General Santander apelaba a la
conjuración y al asesinato, y constituía sociedades secretas...
“que determinaron un movimiento de protesta nacional, du­
rante su ausencia en W ashington para regresar él como acla­
mado por los pueblos...” Florentino González, el Coronel Ra­
món Guerra, Mariano Escobar y otros formaron una junta
revolucionaria con el objeto de derrocar al gobierno de Bolívar,
apoderarse de éste y de sus m inistros para poner a la cabeza
del Gobierno a Santander, quien dispondría de la suerte de los
usurpadores...” El 21 de septiembre en Soacha cerca de Bo­
gotá, haciéndose desistir el propio General Santander. Para el
28 del mismo, fecha en que iba a darse un baile en la Lega­
ción de México, prepararon nuevo intento de asesinato, que
fue descubierto al aprehenderse el 25 al Capitán Triana, y
anticiparon el golpe, asaltando el palacio en que dormía Bolí­
var quien salvó la vida gracias a Manuela Sáenz, saltando
por una ventada. Parece pues, bien claro, que el Decreto de
8 de noviembre de 1828, al prohibir “las sociedades secretas”,
no tuvo intenciones de referirse sino a las form adas por San­
tander con fines exclusivam ente políticos”.
(N ota de Camilo Carranca y T rujillo).

— 64
muchos de sus afiliados, sobre todo de aquéllos que eran
DD. y Of. Of. de la Gran Logia, sin cuya presencia les era
gravoso proceder; más llegó el año 1838, encontráronse en
Caracas los elementos humanos requeridos para el caso; se
pusieron en contacto y acto continuo procedieron a la tran s­
formación e instalación del Alto Cuerpo, como sigue:

“ACTA CONSTITUTIVA DE LA GRAN LOGIA


DE VENEZUELA

A :. L :. G:. D:. G:. A:. D:. U:.


Al G r:. O r:, de Caracas, el 139 D:. D:. 91? M:. M:. A:.
D :. L :. V :. L :. 5838 (9 de septiembre de 1838 E:. V :.).

Reunidos en el local correspondiente el M:. R:. G:. M:.


DD:. y OOf:. de la M:. R:. G:. L:. antes titulada de la Re­
pública de Colombia, a saber: los M:. II:. hh:. Diego Bautis­
ta U rbaneja, José Cordero, Carlos Cornejo, Bartolomé Man­
rique, Manuel López de Umérez, José María Lovera, José
Manuel Morales, Juan José Conde, Felipe Esteves, José
M aría de las Llamozas y José María Pelgrón, el M:. R:. G:.
M :. abiertos los trabajos en la forma y términos acostum­
brados, m anifestó: que por un efecto imprescindible de las
alteraciones políticas que han tenido lugar desde el año de
1829, en cuya época se dividió el pacto social que existía
entre los tres Estados que antes formaban la República de
Colombia, Venezuela uno de ellos, quedó árbitra y señora
de su propia suerte, y en consecuencia, se constituyó como
una Nación libre e independiente, dándose al efecto una
constitución y leyes bajo cuyas bases ejerce desde 1830 toda
la plenitud de su soberanía, reconocida ya por todos los
demás Estados independientes del Sur y Norte América, y
de otras varias naciones en el continente europeo; que
m ientras Venezuela por virtud de su nueva nacionalidad
aseguraba el hermoso sistema que la rige, aseguraba
tam bién sus instituciones, y las hacía respetables por fuerza
de la razón, apoyada en la física, y en el patriotismo de sus

— 65 —
habitantes, no ha sido posible que la M:. R :. G:. L :. que
anteriorm ente había sido instalada y reconocida en toda la
extensión del hem isferio colombiano como el G:. O:, de
aquella República, se pusiese en conformidad y analogía con
la transform ación política que queda enunciada, reinando
por tanto en todo el tiempo que queda dicho, el silencio y la
circunspección que eran indispensables hasta su oportuni­
dad, sin dar actividad a sus trabajos, m ientras que llegase
el momento a propósito de v erificarlo ; que ahora que la paz
interior y exterior de que goza el territo rio que ocupa la
República de Venezuela, ha asegurado el reposo público, y
en él se han animado todos los gérm enes de prosperidad que
ella encierra; cuando el espíritu nacional y todas las v irtu ­
des cívicas parecen cooperar a la conservación, estabilidad
y engrandecim iento del p a ís ; y tan preciosos bienes no pue­
den lograrse de un modo perm anente e indestructible, sino
procurándose con gran esmero y tesón, la unión, am or y con­
cordia entre los venezolanos; que ningún resorte es más
fu erte y poderoso para fu n d ar establem ente en la República:
el imperio inefable de la unión como la MAZ:., por cuyas
filantrópicas instituciones fué que en 1824 se esparció con
profusión sobre el territo rio de Venezuela la verdadera luz;
y su foco luminoso de moral y de virtud, extendieron sus
rayos para m ejorar el estado social; y en fin, que esta g ran ­
diosa obra sólo puede em prenderla la M:. R :. G:. L :. fu n ­
dada y establecida en este G:. O r:.
El M:. R:. G:. M:. sometió las prudentes consideracio­
nes a los R R.\ miembros que se hallaban presentes, p ara
que discutiéndose con el tino y sabiduría que le son propias,
se acuerde si son aceptados, una G r.\ resolución fundam en­
tal, que coincida a que se restablezca en el hem isferio ve­
nezolano el orden simbólico, interrum pido tanto tiempo hace
por las razones que dejo enunciadas.
Varios RR:. miembros tom aron la palabra en apoyo
de las razones em itidas por el M:. R :. G:. M:. y después de
algunos discursos acertados por unánime votación se acordó:
P rim ero: Que la M:. R :. G:. L :. fundada y establecida
er. Caracas antes del G:. O r:, de la República de Colombia,

— 66 —
es y debe ser considerada como de la República de Venezue­
la, declarándose desde este día en actividad y en toda la
plenitud de autoridad y facultad simbólica, según le conce­
den los estatutos generales del orden, componiendo la parte
que le corresponde en el G:. Or:. Nacional.
Segundo: Que con el objeto importante de que este
acuerdo llegue a noticia de todos los hijos de la verdadera
luz exparcidos en Venezuela, se imprima y circule a los VV:.
M:. y demás DD:. de las Ll:. establecidas antes en este te ­
rritorio para que cada uno por su parte se reinstale de
nuevo, y exijan de esta R:. G:. L:. la refrendación de sus
cartas constitucionales, y queden dependientes del G:. Or:.
de Venezuela.
Tercero: Que donde no existan DD:. de las indicadas
L L :. se comisione por el M:. R:. G:. M:. a un masón de alto
grado, celoso de la propagación del orden, para que active,
form e y reinstale la L:. que antes existía, sujetándose a
este G:. O:. Nacional, y siguiendo en esta importante co­
misión los estatutos generales del orden simb:. del rito an­
tiguo escocés aceptado y reconocido por la M:. R:. G:. L:.
expidiéndose al efecto las competentes letras de comisión.
C uarto: Que se dirija una Gr:. plancha circular con
este acuerdo a los GG:. OOr:. de los Estados Unidos del
N orte, de F rancia e Inglaterra.
Quinto: Que por la muerte de varios RR.\ H.H:. D.D:.
y OOf:. de la G:. L:. se nombran interinamente los que
falten h asta que tengan lugar las nuevas elecciones. En con­
secuencia y acto continuo, se procedió a la elección de los
funcionarios conforme al acuerdo, y terminado resultó el
cuadro del modo siguiente
G r:. M:., Diego B. Urbaneja, 33—. 1er. Rep:. José
Cordero, 33.— 29 Rep:. Manuel López Umérez, 33.— 1er.
G:. V :., José R. Martín, 33.— 29 G:. V:., José María Love-
ra, 33.— G r:. Orador, Andrés Narvarte, 33.— Gr:. Sec:.,
José M aría Pelgrón, 33.—Gr:. Guardesellos, Pedro Vaamon-
de, 18.— G r:. Capellán J. P. Hernández 18.— Gr:. Ex­
perto, Bartolomé Manrique, 32.—2? G:. Experto Felipe

— fi7 —
Esteves, 3 3 .— 3er. G:. Experto, Santos Michelena^
33.— 49 G:. Experto, Ju an B au tista M onserrat, 33. 1er.
G:. M:. de C er:., Juan José Conde, 33.— 2o. G:. M:. de
Cer:., José M aría de las Llamozas, 32.— 3er. G:. M :. de
C er:., Antonio Jurado, 32.— 41? G:. M:. de Cer:., Ramón
Lozano, 32.— G r:. G uardat:. Carlos Cornejo, 33.— G r:.
D ir:. de banq:. Isidoro H. Bello, 32.— G r:. H osp:., Ildefon­
so Molero, 32.— 1er. G r:. Diac:., José A ustria, 33. — 29 G r:.
Diac:., F. V. Parejo, 32. — A b j:. al G r:. G:. S:., Pedro Nú-
ñez Cáceres, 32.— (fdo.) Diego B au tista U rbaneja, José
Cordero. — Carlos Cornejo. — Bartolomé M anrique. — Ma­
nuel López de Umérez. — José M aría Lovera. — José Ma­
nuel Morales. — Juan José Conde. — Felipe Esteves. —
José M aría de las Llamozas. Es copia fiel. El G r:. Sec:.
(fdo.) José M aría Pelgrón”.
La m asonería en Venezuela h a tenido una tray ecto ria
gloriosa y trascendental, en las conquistas civilizadoras del
pueblo, o en los casos de grandes vicisitudes o calamidades
en que se ha visto envuelta la P atria. La instrucción públi­
ca, la Secularización de los cementerios, el M atrimonio Civil
y el Divorcio, han sido apoyadas y defendidas por masones
en el Congreso de la República.
En la peste del cólera, en los terrem otos, e inundacio­
nes, ha contribuido eficazmente con su altruism o, h a sta
poner su gran Templo como hospital de em ergencia ante
las autoridades de Caracas, en la llamada Peste Española
en 1918.
“Ella ha estado presente p ara socorrer a la Humanidad
en todas sus desgracias. En 1853 contribuyó a socorrer
las víctim as del terrem oto de C um aná; por los mismos años
ayudó a aliviar la suerte de las víctim as de las epidemias
de paludismo y de fiebre am arilla, que en aquel entonces
azotaron a algunas regiones de la nación; en 1855 y 56, fue
consuelo en Caracas, Valencia y otros puntos con ocasión
de la epidemia del cólera, (27) constituyendo una ju n ta que
(27) Fue en el año 1855 cuando el cólera diezmó a Venezuela y la
Francm asonería tomó el cuidado de la defensa de la Nación
y fue por esto que el Estado venezolano le dió entonces el reco­
nocimiento oficial como una “sociedad eminentemente útil a la
humanidad”.
— 68 —
la presidió el altru ista fracmasón, Isaac José Pardo, Gran
Secretario del Gr. Or. de Venezuela, que arbitró fondos para
las víctim as y sus fam iliares; y como quiera que con la mor­
tandad se llenaron los cementerios, ideó la Logia Esperan­
za (como así lo había hecho en la “Logia Fraternidad” don
Diego B autista U rbaneja) secundado por el Gr:. Maestro
del G r:. O r:. Casimiro Hernández y por los frac-masones
Francisco Conde, Mariano Briceño y otros, la construcción
de los cem enterios de “Los Hijos de Dios” y de la “F rater­
nidad” inaugurados poco tiempo después; también en todas
n u estras guerras civiles fue cooperadora en el levantamien­
to de hospitales de sangre y cura de heridos; en 1878 nom­
bró de su seno ju n tas recaudadoras de fondos para soco­
rre r como lo hizo, a las víctimas del terremoto de Cua; y
de allí en adelante ha concurrido con sus óvolos para m iti­
g a r espontáneam ente las desgracias que han azotado a la
humanidad.
A su acción hum anitaria, débese la construcción de la
Casa de Beneficencia de Maracaibo, comenzada el año de
1860 en terrenos cedidos por la Legislatura del Estado Zu-
lia, edificación hecha con dinero de los masones y en cuya
creación puso todo su empeño el antiguo Venerable Maestro
de la Logia Regeneradores, el filántropo médico Antonio J.
U rquinaona”.
Su trab ajo ha sido latente, llevando su ración de luz
y de bondad a los pueblos más apartados del territorio y
m ás allá de él. La siguiente lista nos dará un cabal cono­
cimiento de su obra.
Nómina de las Logias que bajo la jurisdicción de la
G ran Logia de Venezuela se han fundado desde 1810 hasta
1955 (E :. V :.).
P rotectora de Las Virtudes . . NO 1 Barcelona 1811
P erfecta A rm o n ía ................. u
2 Cumaná 1811
P a t r i a ...................................... Carúpano 1814
U n a n im id a d ........................... íi
3 La Guaira 1823
F ratern id ad ........................... a
4 Caracas 1823
Unión ...................................... a
5 Caracas 1823
— 69 —
V irtud ....................................... Carüpano 1824
Libertad .................................. “ 5 Pto. Cabello 1823
Regeneradores .......................... “ 6 Maracaibo 1812
Esperanza ................................ “ 7 Caracas 1854
A lia n z a ....................................... “ 8 Valencia 1854
V ictoria .................................... “ 9 La Victoria 1854
Prudencia .................................. “ 10 Caracas 1854
C a rid a d ....................................... “ 11 Caracas 1855
L e a lta d ....................................... “ 12 Caracas 1855
Asilo de la P a z ........................ “ 13 Cd. Bolivar 1854
Fé ............................................... “ 14 Caracas 1855
Tolerancia ................................ “ 15 Sn. Felipe 1855
Porvenir .................................... “ 16 Caracas 1855
Unión F ratern al ..................... “ 17 Coro 1856
La E sta b ilid a d .......................... “ 18 Caracas 1860
Lealtad ..................................... “ 19 Caracas
E strella del G u á ric o ............... “ 20 Calabozo 1875
Independencia y U n ió n ......... “ 20 Pto. Cabello 1870
Benevolencia ............................ “ 21 S anta Lucia 1841
V irtud Prem iada ................... “ 21 Carüpano 1842
Orden ......................................... “ 22 C arüpano(28)
Bella A lta g r a c ia ..................... “ 24 Cumanä 1855
E strella de P a r i a ................... “ 25 Rio Caribe 1865
Unión F ratern a l ..................... u 27 Caracas 1865
Candor ....................................... “ 27 San Fdo. Apure 1865
F ilantropía .............................. “ 28 La Vela Coro 1875
Pedro Cova .............................. “ 28 U pata
E strella del A v ila ................... “ 29 Petare 1870
Equidad .................................... “ 31 Cumarebo 1874
R eg en e ració n ............................ “ 31 Caracas 1873
Borinquen ................................ “ 33 Pto. Rico 1864
Andrés Bello ............................ “ 33 Caracas
Unión ......................................... “ 34 U pata 1860
A urora de la Paz ................... “ 35 Barcelona 1870
Progreso de Sant Catalina . . “ 36 Carüpano 1887
Concordia .................................. “ 36 Guanare 1875

(28) Las Logias, Virtud Premiada y Orden, se fucionaron en 1894


y desde entonces funciona con el nombre de Virtud, Orden N®
22, Carúpano.

— 70 —

E strella del Llano ................. 37 Pto. Nutrias 1864
Sol de América ..................... 37 Caracas 1882
Paz de O riente ....................... 38 Maturín 1874
Ecos del T u y ........................... 39 Ocumare del
Tuy 1875
Perseverancia ......................... 39 Caracas 1875
R eg en e ració n ............... ............ 40 Caracas 1875
P ru d e n c ia .................................. 40 Caracas 1865
Sol de los Llanos ................... 41 Ortíz 1870
E strella de G u a n ip a ............... 41 El Tigre
Reflejo de la Justicia .......... 42 Petare 1876
Estabilidad ............................. 42 Caracas 1872
A urora de P aria ................... 42 Güiria
Porvenir .................................. 43 Caracas 1865
G u a ic a ip u ro .............................. 43 Los Teques
Asilo de la Concordia .......... 43 Ospino 1875
Sol de P aria ............................ 44 El Pilar 1885
Luz del Caribe ....................... 44 Pto. La Cruz
Am érica .................................... 45 Coro 1878
E strella del T a c a rig u a ........... 46 Valencia 1894
Ju sticia .................................... 47 Cd. de Cura 1884
A urora del Y uruari ............... 47 Guasipati 1894
Perseverancia ......................... 48 Caracas 1884
Ley ............................................. 49 Caracas 1865
Unión P o r te ñ a ......................... 50 Pto. Cabello 1884
E strella de O ccid e n te............. 50 Barquisimeto 1852
Luz del S i n a í ........................... 51 Santa María de
Ipire 1884
E strella de B a rlo v e n to .......... 53 Río Chico 1875
E strella de las Pampas . . . . 54 El Socorro
El Nivel .................................... 54 Carúpano 1881
Ad Omnia Bona ..................... 55 Caracas 1881
A urora de la P a z ................... 55 Tucupido 1854
Reina del P u e r t o ..................... 56 Pto. Cumarebo 1884
Obreros de la P a z ................... 57 Caracas 1884
Luz del 12 de J u l i o ................. 57 Ocumare de la
Costa 1884
Luz de Oriente ....................... 58 Guatire 1885

— 71
E strella de Orituco ............... “ 60 A ltagracia de
Orituco 1884
Restauración ............................ “ 61 Panam á 1889
Estabilidad .............................. “ 62 Porlam ar 1889
A urora del I s t m o ................... “ 63 Panam á 1889
Orion ......................................... “ 64 Panam á 1889
Rosa de A m é ric a ...................... “ 65 Panam á 1889
Pro Mundi B e n é fic o ............... “ 66 Panam á 1889
Dios y P a t r i a ............................ “ 67 Tumeremo 1883
Acacia ....................................... “ 68 Curazao(A.H.) 1880
Carabobo .................................. “ 69 Maracaibo
Restauración ............................ “ 70 Panam á 1889
Unión y P r o g r e s o ................... “ 70 Cumarebo
José B. Alvizu ........................ “ 71 Panam á
Sol Naciente ............................ “ 71 Tucacas
Renovación .............................. “ 72 Caracas
Francisco de M ir a n d a ........... “ 13 Tucupita
Dalla Costa .............................. “ 75 El Callao
Simón B o lív a r.......................... “ 76 Pto. P íritu
Guzmán B la n c o ........................ “ 77 N irgua
Senaí ........................................... “ 78 A ltagracia de
Orituco
Juan B autista Arismend: . . . “ 79 Juan Griego
José Antonio P á e z ................. “ 80 Guasdualito
Francisco Salias ...................... “ 81 M aturín
R ic a u r te ..................................... “ 82 Cabimas
Luz y A rm o n ía ........................ “ 83 San José de
Sol de Nueva E s p a r t a ........... Guaribe
“ 84 Porlam ar
Sol del Táchira ........................ “ 85 San Cristóbal
Obreros de P a z ........................ “ 86 Río Chico 1895
Venezuela Internacional “ 86 Caracas
E strella del Z u l i a .................... “ 87 Encontrados
Libertador Bolívar ............... “ 88 Aroa
L ibertador ................................ “ 89 Valle de la Pascua
19 de abril .............................. “ 90 Villa de Cura
Bolívar y Morillo .................... “ 91 Valera
Renacimiento .......................... “ 92 Caracas

72
E strella de Belén ................. ti 93 Aragua de Bar­
celona
Luz y Progreso ................... tt 94 Caripe
A m antes de la Caridad . . . ti 95 Pto. Cabello
Sol de A r a g u a ....................... a 96 Maracay
Sol de Carabobo ................... ii Valencia
97
Benito Juárez ....................... ii 98 Barcelona
F raternidad H u m a n a .......... ti 98 Caripito
Sol de J u s t i c i a ....................... tt 99 Carúpano
Jorge W a sh in g to n ................. ti 100 Caracas
L ibertad Española ............... it 101 Caracas
I r á n .......................................... it 102 ArubaAruba (A.H.)
José Plaz O r t i z ..................... it 103 Maturín
F a lc ó n ...................................... ii 104 Punto Fijo
Antonio José de S u c r e ........ ii 105 Quiriquire
Asilo L la n e r o ......................... ti 106 Las Mercedes
E strella de San J u a n .......... ii 107 San Juan de los
Morros
Sol de Tacarigua ............... ti 108 Güigiie
A braham Lincoln ................. ti 109 Barcelona
A rm o n ía .................................. it 110 El Tejero
Oasis de Paz ......................... ii 111 Barinas
Sol de C u lp a ........................... ii 112 Acarigua
Símbolo .................................. ii 113 Caracas
Gandhi .................................... ii 114 Caracas
Teófilo L e a l ........................... ii 115 Barquisimeto
Buena V i s t a ........................... ti 116 Maracaibo
Sol de A n zo á te g u i................. ti 117 Cantaura
E strella Bolívar ................... ii 118 Caracas
De M o la y ............................... ti 119 Caracasc
Lago de Maracaibo ............ ii 120 Cabimas
H e r m e s .................................... ii 121 Caracas
Luz y J u s t i c i a ....................... ti 122 Irapa
Luz del U n iv e rs o ................... ii 123 Maracay
I t a l i a ........................................ ii 124 Caracas
E strella de Icabarú ............ ii 125 Santa Elena de
Guairén
General Rafael U rdaneta .. ii 126 Maracaibo
E strella de A r a g u a .............. ti 127 Cagua

— 73 —
Sol de Im ataca ..................... . “ 128 El Palm ar
José M a r t í .............................. . “ 129 Chivacoa
E strella Guzmán Blanco . . . . “ 130 El Dorado
Luz de M iranda . .. ............. “ 131 P ariaguán
Sol de C o je d e s ........................ “ 132 San Carios
Cuna de A m é r ic a ................. “ 133 P unto Fiio
P itágoras ................................ . “ 134 Caracas
Federico G a rrid o ................... . “ 135 Valencia
A m istad .................................. . “ 136 Barquisím eto
Moderación ............................ . “ 137 Caracas
M a r a c a y .................................. . “ 138 M aracay
E strella del Caroní ............. “ 139 San Félix
Luz del T u rim iq u ire ............. “ 140 Cumanacoa
Hum boldt .............................. “ 141 Caracas
Giordano Bruno ................... “ 142 Caracas
Unificación ............................ . “ 143 Pto. Ordaz
San Ju an ................................ “ 144 Pedernaels
I g u a ld a d .................................. “ 145 Los Teques
Las Logias de Panam á y P uerto Rico, form aron p arte
de la Gran Logia de Venezuela, h asta 1912.
Las que no tienen fecha de fundación se establecieron
en lo que va de este siglo.
Muchas de estas L :.L :. están en sueño.

_oO o_

— 74 —
GRANDES MAESTROS DE LA GRAN LOGIA
DE LA REPUBLICA DE VENEZUELA
DESDE 1824

1824— 1844 ......................Ledo. Diego B autista Urbaneja


1844— 1847 ......................Ignacio J. Charquet
1847— 1851 .....................Casimiro Hernández
1851— 1854 ......................Isidoro Hernández Bello
1854— 1856 .....................Manuel Felipe de Tovar
1856— 1857 ..Coronel Francisco Conde
1857— 1858 ..Luis Delgado Correa
1858— 1860 ..Ledo. Antonio J. Rodríguez
1860— 1861 .Luis Delgado Correa
1861— 1863 ..Fernando A. Díaz
1863— 1865 ....................Coronel Francisco Conde
1865— 1869 .....................Rafael Martínez
1869— 1873 ......................Dr. Fernando Arvelo
1873— 1877 ......................Juan C. Hurtado
1877— 1881 .....................Isaac J. Pardo
1881— 1883 ......................Federico M. Meyer
1883— 1887 .....................Dr. Pedro Medina
1887— 1889 .....................Agustín Coll Otero
1889— 1891 .....................Dr. Santiago T. Atienza
1891— 1893 ......................Pedro S. Delfino
1893— 1895 ......................Agustín Coll Otero
1895— 1897 ......................Wenceslao Carias Pérez
1897— 1899 ......................Lorenzo Matías López
1899— 1901 ......................Andrés A. Albor E.
1901— 1903 ......................José S. Gavazut
1903— 1905 ......................Francisco Brito L.
1905— 1907 .................. General Joaquín Garrido
1907— 1909 ......................Dr. Domingo A. Coronil
1909— 1911 .....................Enrique B. Levy
1911— 1912 ..Dr. Pablo Godoy Fonseca
1912— 1913 ..Dr. Manuel Porras Ortiz
1913— 1915 ..César Zum eta
1915— 1917 ................... ..Dr. Ignacio L ares Ruiz
1917— 1919 ................... ..Dr. A gustín Beroes
1919— 1921 ................... ..Dr. Aaron B enchetrit
1921— 1923 ................... ..Dr. J. B. Ascanio Rodríguez
1923— 1925 ................... ..Dr. J. A. Valdivieso Montaño
1925— 1927 ................... ..Dr. Jacobo Bendahan Ch.
1927— 1929 ................... ..Ju an Clausell
1929— ................... ..J. P. Reyes Zum eta
1929— 1930 ..Br. Adolof Olmo
1930— 1931 ..Dr. Jacobo Bendahan Ch.
1931— 1933 ..Celestino B. Romero
1933— 1935 ................... ..Dr. A gustín Beroes
1935— 1937 ................... ..Carlos E. Lemoine
1937— 1939 ................... ..P. A. Ruiz Paz-Castillo
1939— 1940 ..Fernando Marquiz
1940— 1941 ..Juan Masó Benítez
1941— 1943 ..L. A rturo Irazábal
1943— 1945 ................... ..Dr. Juvencio Ochoa
1945—7947 ................... ..B uenaventura Briceño Belisario
22.2.47— 7.9.47 .............Dr. Carlos Rodríguez Jiménez
27.9.47—26.5.48 ..Dr. A gustín Beroes
26.5.48— 19.2.49 ..Dr. José Tomás Uzcátegui
1949— 1951 ................... ..Dr. José Tomás Uzcátegui
1951— 1953 ................... ..Dr. José Tomás Uzcátegui
1953— 1954 ..Rafael E. Otero
1954— 1955 ..Dr. B. Briceño B.
1955— 1957 ..A ugusto Ascanio S.

Como elemento de fuerza en ayuda de n u estra inform a­


ción, reproducimos una plancha que fue expedida hacen 115
años en el O r:. de S anta Lucía, (Estado M iranda), y firm ada
por el Venerable M aestro T. Paz Castillo, quien tam bién fue
uno de los luchadores en la contienda libertaria, llegando a
obtener un alto grado m ilitar.

76 —
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18®
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CAPITULO VI

Siguiendo con perseverancia en el esclarecimiento de los


prim eros pasos de la masonería en Venezuela, hemos encon­
trado las huellas del Supremo Consejo, consignadas en un
documento conservado con reverencia en sus archivos. Para
el año 1823 llegó a Caracas el I :. y P :. H :. Don José Cerneau,
persona de gran relieve en la masonería americana y quien
venía investido con altas credenciales por el Supremo Con­
sejo de N orte América para que hiciese todo “el bien que
fuere necesario”, sobre todo dignificar con honores a aque­
llos masones que se habían distinguido en la lucha por la
Libertad. He aquí el documento:

E xtracto de la sesión del dia II del 5? M:. M:. A:.


V:. L:. 5823.

ORDO AB CHAO
El Supremo Consejo de los G:. G:. I:. J :. J:. del Gr:. 33
en los Estados Unidos de América, sus territorios y depen­
dencias,
A todos los M:. M:. esparcidos sobre la faz de ambos
hem isferios,

SALUD

Habiendo este Supremo Consejo estudiado atentamente


la Resolución pasada por el Sob:. Gran Consistorio de Jefes
de la A lta Masonería para los Estados Unidos el día nueve
del cuarto mes masón, año de la V :. L :..... en la cual nuestro
Muy I:. H :. José Cerneau fue revestido de amplios poderes
p ara que, en nombre del referido Gran Consistorio, en la
A mérica Meridional, en los lugares que haya de visitar, haga
todo cuanto la urgencia, la prudencia, las circunstancias indi-
quen para el bien, la prosperidad y la propagación de nues­
tr a Institución Sublime, h a resuelto con unanimidad, 1?
Que nuestro Muy Ilustre H ermano José Cerneau sea reves­
tido de poderes iguales a los que tiene conferidos al Sob:.
Gran Consistorio. 2° Que desde ahora p ara siem pre quedan
aprobados, como lo son, todos los actos y diligencias y, en
general, todo cuanto nuestro M:. I:. H :. Cerneau hiciere en
las ciudades y lugares que va a v isitar p ara el bien y pros­
peridad de los verdaderos principios de n u estra S anta
Institución.
Dado en el Supremo Consejo y firm ado de n u estra
mano, sellado con nuestro sello m isterioso en New York, E s­
tados Unidos de N orte América, el día undécimo del quinto
mes A :. L :. 5823 (cinco mil ochocientos v ein titrés).
(Firm ado)
John W. Malligan, Sob:. G r:. Comend:.
P. J. Jo d e...........chan, 1er. Ten:. G r:. Com:. G r:. 33.
J. B. D urand G r:. 33.
José Lownd. G r:. 33.
E. Esticks, Gr., 33.
................... in H o su r....................
Gran Secretario, G r:. 33. (L. S.)
................................ G r:. G uarda Sello......................
J. Cerneau.
O r:. de Caracas el 27 d. d. 1er. m. m. año de L. V. L. 5856.
Es copia fiel de su Original
El Sob:. Gran Com:.
J. A ustria.
Es copia fiel de su original
El Gr. Canciller
Isidoro Hernández Bello, 33.
Después de conocer tan extraordinaria prueba, inserta­
remos otra de no menos im portancia para la masonería vene­
zolana, puesto que se hace constar, claramente, cual fue la

— 78 —
I
misión del H J o s é Cerneau y quiénes los que obtuvieron los
altos grados masónicos conferidos por el personaje aludido.
F ig u ra el documento a qué nos referimos en el tomo I, folio
298 de los “Papeles” del I:. H:. Presbítero José Félix Blanco
actor activo en nuestra Independencia y uno de los agracia­
dos que recibió el grado 33.
El Boletín del Archivo Nacional en su número 2, revista
que dirigía el famoso historiador Dr. Vicente Dávila, da la
relación de esa pieza que de seguidas conoceréis:
“L ista Nominal de los masones de Altos Grados que ins­
taló, en diversos cuerpos, en el mes de abril de 1824, el Gran
Comisionado M:. I:. H :. José Cerneau.
Grado 33
Diego Bautista Urbaneja. (29)
Carlos Soublett
Andrés N arvarte
Francisco Avendaño
Lino de Clemente
Manuel M. Quintero
José de España
Vicente del Castillo.
J. Porfirio Iribarren
José María Pelgrón
José Manuel Landa
Francisco Vicente Parejo
José Gabriel Lugo
José Manuel Morales
Santiago Mariño
Tomás José Sanabria
Marcelino de la Plaza
Felipe Estévez
José Remigio Martín
Ramón Landa
José María Lovera
Gerónimo Pompa
José Manuel Rivero
(29) En el Libro de Oro del Supremo Consejo están estampadas
las firm as autógrafas de estos paladines de !a libertad.

— 79 —
Manuel Cala
Juan José Conde
Francisco Carabaño
Judas Tadeo Piñango
Juan B autista M onserrate
José M aría Ponce
Joaquín Tellechea
Manuel Vicente Huizi
Juan Maimó
José Santiago Rodríguez
Simón Bolívar
Rafael Lugo
Francisco Conde
José Manuel Olivares
José Cordero
Carlos Cornejo
José M aría de Rojas
Antonio Febres Cordero.
José M aría del Castillo
A ndrés Caballero
Juan M. B arry
George Woudwery
Leonardo Jiménez
José Tadeo Monagas
Diego Vallenilla
Manuel Maneiro
José Francisco Bermúdez
José Antonio Páez
Juan B autista Arismendi
Manuel López de Umérez
Francisco A randa
José A ustria
Leonardo de Lorenzy
M atías Padrón
Rafael Guevara
Manuel Echeandía
Juan Escalona
Valentín Osío
José Antonio Gonell
Santos Michelena
— 80 —
José de Lima
Pedro Gual
Carlos Padrón
José Graü
Miguel Vargas
E steban Escobar
Manuel Muñoz
Rafael Urdaneta
Ramón Machado
A gustín Armario
Tomás Yánez
Andrés Torrellas
Pablo de Michelli
Fernando Peñalver
Pedro Briceño Méndez
Rafael Hermoso
Juan B autista Dalla Costa
José Freyres
José Félix Blanco (Presbítero).
Grado 32
Pedro Guillén
Miguel Borrás
José Angel Alamo
Vicente Michelena
Miguel Rivas
Francisco Hernáiz
Ramón Plaza
Nicolás Mayor
José María Muñoz
José María Lanz
José Angel Freyres
Bartolomé Manrique
Antonio M. Brito
José M. Llamozas
José Salustiano Plaza
José Francisco Machado
José Miguel Rodríguez
Antonio Soublett
Juan Hurtado”.
— 81 —
En el mes de abril de 1824 se instaló en Caracas el
Gran Consistorio llamado “Carabobo”, como un hom enaje
a! campo glorioso de la G ran B atalla que emancipó a Vene­
zuela para siempre. Ese día, reunidos los m ilitares y ci­
viles y con un solo pensam iento, la G randeza de la P atria,
eligieron al General José Francisco Bermúdez, Comenda­
dor del Consistorio y al I:. H :. Manuel Q uintana, G ran
Secretario del mismo cuerpo, cuya acta de instalación la
presentam os de seguida, copiada de los libros del Supremo
Consejo de G.G. I.I. G.G. de la Orden.

U:. T :. O:. A :. A :. G :. I:.


ORDO ab CHAO
ACTA DE INSTLACION DEL SOB:. G r:. CONST:.
PARA LA REPUBLICA DE COLOMBIA

Al O r.\ del Universo bajo la bóveda celeste, cerca del


astro ardiente a los 10-38. latitud N. el 14 D:. D :. 29 M.\
M:. D :. L :. V :. L :. 5.824.

EL SOB:. G r:. Comisionado del Sup:. Cons:. de G. G.


I : . I : . G : . G : . por la República de los EE. UU. de N orte Amé­
rica, José Cerneau. Habiéndose convocado previam ente a
todos los M .M .:. I.I:. H .H :. del grado 33 y los Í.I:. del grado
32, con el objeto de proceder a la instalación y proclamación
del Sob:. G r:. Cons:. de Jefes Supremos de la alta maso­
nería por la R ep:. de Colombia, se reunieron en efecto en
el templo de la m asón:, los infrascritos I.I:. H .H :. y el m is­
mo Sob:. Gran Comisionado abrió los tra b :. de P :. P :. Sub:.
del R b:. Sec:. del mismo modo acostum brado, después de
haber nombrado P. Tem :. a los siguientes I.I:. H .H :. p a ra
desem peñar las D inds:. del Sob:. Gran Comité, y a sab er:

le r. T e t:...................................... Diego B autista U rbaneja


2° T e t:.......................................... Santiago Mariño
M. de E s t.................................... José M artín
T e s o re ro ..................................... Ramón Landa
Gda:. Sell:.................................. Tomás J. Sanabria

82 —
le r. E sp ........................................... José de Lim as
29 E sp ............................................. José T. Irib arren
le r. M. de C................................ ... Leonardo de Lorenzy
29 M. de C.................................... ... Gerónimo Pompa
Gdo. Tplo........................................ M iguel Rivas.
S ecre:............................................. ..José M aría Pelgrón.

Inm ediatam ente el G ran Scre., de orden del Gn. Co­


misionado hizo la a p e rtu ra de los trab a jo s, por un breve
discurso, y anunció que los del Gr. Consisto, de la Repú­
blica de Colombia estab an abiertos.

Hecha la elección, se leyó la lista de los I.I:. H .H :.


D.D:. y O.Ofs:. de él, y es a la le tra la que sigue:

Sob. Gg. Com. José Francisco Berm údez


le r. G. Rep. José Cordero
2<? Id. Id. Rafael U rd an eta
39 Id. Id. Ju an M. B arry
le r. Tet. de Com. Francisco Avendaño
2o. Id. Id. José E spaña
3o. Id. Id. Ju an B au tista A rism endi
4o. Id. Id. Diego A ntonio Caballero
Gr. M tro. de Edo. A ndrés N arv arte
Gr. Cane. José M artín
Gr. Scret. M anuel Q uintero
Gr. Tsro. Manuel Landa
Gr. Gdo. Sell. Leonardo Lorenty
Gr. le r. E xperto Manuel L. de Umérez
2o. Id. Id. Juaquín Tellechea
3o. Id. Id. Ju an Escalona
4o. Id. Id. José A ntonio Gonell
5o. Id. Id. R afael G uevara
6o. Id. Id. Vicente Guzmán
7o. Id. Id. Ju an José Lavié
le r. Gn. M. de C. Gerónimo Pompa
2o. Gn. “ Leonardo Giménez
3o. Gn. “ José Orá
4o. Gn. “ Pedro B. Méndez

— 83 —
ler. Gn. Hospitalario José Angel Alamo
2o. Gn. Hospitalario Francisco Vte. Parejo
ler. Guarda Templo José María Llamozas
2do. Guarda Templo Miguel Rivas
Luego fue proclamado solemnemente por el Sob. Grn.
Com. el M. I.:. H:. José Francisco Bermúdez. Fue también
proclamado el ler. Diputado representante, el M. I:. H:.
José Cordero presente, habiendo prestado antes el corres­
pondiente juramento, el Gr. Comisionado José Cerneau lo
instaló entregándole el mallete, haciéndole presente de un
modo enérgico, que El era el Signo de Suprema autoridad
que debía ejercer con la mayor dulzura y prudencia para la
iluminación y propaganda de nuestra Sub. Ins. El Sob.
Gr. Com. José Cordero procedió inmediatamente, a procla­
mar a todos los presentes y ausentes, presedido el juramen­
to de ellos como empleados en el Sob. Gr. Cons:. insta­
lando a los presentes hasta el Gr. Sec. Manuel Quintero, en
cuyo estado el M. I:. H:. José Pelgrón, le dió su lugar para
que continuara los trabajos que llevaba éste como Gr. Scret.
del Sob. Gr. Comisionado José Cerneau. En consecuencia,
separado del mismo modo a la proclamación e instalación
de los demás, I.I:. H.H:. de lo antes dicho, hasta cada uno
de las D :. D :. y Ofles., pronunciaron un discurso congratula­
torio, que fue contestado por el Sob:. Gr:. Com:. y aplau­
dido con la bat:. de costumbre.
El Gr. Mtro. de Estado dió una tribuna que fue del
propio modo aplaudida. El Sob. Gr. Com. procedió luego
a inculcar varias cuestiones, después de una breve discusión,
acordó; que se comunique a los I.I:. H.H:. ausentes su
elección y proclamación; que se establezca comunicación con
los Sob. G. Gr:. Consistorios conocidos, y particularmente
con el de los EE. UU. de Norte América en New York, de
quien ha recibido el Sob. Gr. Comisionado José Cerneau. los
poderes de que se han hecho mención y mandar de ellos por
ahora el sello y timbre del Sup. Cons., hasta que se haga
el del Sob. Gr. Consistorio, lo cual se expresará en las mis­
mas comunicaciones o balaustradas. Que se nombre una
comisión para que forme los i-eglamentos particulares que¡

— 84 —
reglen los derechos de las patentes que deben expedirse, el
que presentarán al Gr. Cons. para su sanción, y habiéndose
acordado por unanimidad que el nombramiento de comisio­
nados debía hacerse por el Sob. Gr. Com. eligió éste a los
I. :I. H.H:. Andrés Narvarte, Manuel Muñoz, y José María
Llamozas, con asistencia del Sob. Gr. Com.
Se trató la interesante materia, de nombrar represen­
tantes de este Sob. Gr. Cons., acerca de los demás,y por
unanimidad de votos, se resolvió que recayera el nombra­
miento en los I.I:. H:.H:. que indicara el Sob. Gr. Comisio­
nado José Cerdeau, por la falta de conocimiento que tiene
en esta materia el Sob. Gr. Com. que acaba de establecerse.
Se acordó también que el sábado próximo, se celebre una
tenida para tratar de la solicitud de las L. L:. acerca de su
regularidad, en la cual se dará cuenta de las planchas que
dirijan, y se resolverán estos puntos pendientes.
El Sob. Gr. Com.: concedió la palabra para que lo»
I.I:. H.H:. hiciesen proposiciones en bien del orden, y anun­
ciando el silencio, corrió el tronco de pobres y produjo cin­
cuenta y siete y medio reales, en cuyo motivo el Sob. Gr.
Com:. manifestó; que este fondo debía destinarse en soco­
rro de una familia o persona desvalida, en obsequio del alto
favor que se ha servido dispensarnos el G.\ A:. D:. U:. y
habiendo anunciado la viuda de un masón el I. H:. España
apoyado del I. H. Urbaneja, y otra el I. H. José María Love-
ra, y una anciana el I. H. Quintero, se determinó que deci­
diese la suerte, la que fue favorable a la que indicó el H.
Lovera a quien se le entregó aquella suma; con lo cual con­
cluyeron los trabajos que declaró cerrados el Sob. Gr. Com.
del modo acostumbrado.
José Cerneau
Sob. Gr. Comisionado.
El G r. Secretario
José María Pelgrón.
(Se haya un sello).
Es copial fiel
Isidoro Hernández Bello (33).

— 85 —
Ya instalado el Gran Cosistorio “Carabobo”, pasaron a
constituir e instalar, con toda la solemnidad del caso, los
altos poderes del Supremo Consejo del Grado 33 para la
República de Colombia, recayendo el nombramiento de
Soberano Gran Comendador en la Ilustre Persona del Lic.
Diego Bautista Urbaneja.
De las actas de ese Gran Día, que tiene repercusiones
de Gloria en los Anales de América y es huella indeleble
en la trayectoria masónica, copiamos a la letra el documento
expedido al I:. H:. Don José Cerneau y que como prenda de
inestimable valor se conserva en sitio de honor en el Supre­
mo Consejo Masónico de Venezuela. He aquí el documento:
A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.
ORDO AB CHAO
El Sup:. Cons:. de Grand:. Insp:. Gener:. del Grad:.
33 en la República de Colombia, regularmente establecido
en el punto correspondiente a los 10 Gr:. 38 m:. 15: Seg:.
L:. N:.
A todos los Resp:. H.H.:. Val:. Cab:. y Prin:. de la
Maz:. de cualquier Grado y Did:. que puedan estar Reves­
tidos, Difundidos en ambos Hemisferios.
Firmeza. Salud. Poder.
El Sup:. Cons:. hallándose regularmente convocado y
reunido en lugar acostumbrado de sus sesiones, el 17 del
m:. M:. A:. D:. la Verdadera Luz, por anuencia de uno de
sus miembros. El Sob:. Gran Com:. puso en considera­
ción los estimables servicios que el M:. Ilus:. H:. José Cer­
neau, Gran Com:. del S. Gran Insp:. Gen:. ...aha...a..la
Maz:. en la República de Colombia, y el Sup:. Con:, que­
riendo dar una prueba más que conste de su reconocimiento
por los favores de que le es deudor, vino en proclamar, y
proclamó al dicho M:. Ilust:. H:. José Cerneau, Sob:. Gran
Com:. Honorario ad vitam del Sup:. Con:, de Gran:. Ins:.
Gen:, del Grad:. 33 en la República de Colombia, invistién­
dolo de todos los derechos, privilegios y prerrogativas que
son anexas a Subí:. Dig:. en toda la extención de su
jurisdicción.
— 86 —
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i.v L .* . C r,'. I) .* . ے.\ A .* . D .* . 1 .* .

O K D O A l! C H A O .

E i- i i f cosa, o e r.fia.nu iv s p . ftr s p n . d r i. fiftAt) -. m v-'> U HP.n-BFK'A ñ u o t u n n n t, Rr<,Tl.ARMiiNTt: e s t a b le c id o r.% E t r i'.v r o


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FIRM EZA . p o d e r

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A i i .V '.M . I»m« ». ||. . JtxA t'rriK»» n\ U Míh. . !>■*, di <(tw •* h«IU rmwJÍ-t«. olm-K,«r-l.. |W«I« )«• m m . u tKMi>wl«r<H»ai^« «»(. lacba iju. m> «* aula
M^nwlu. fnii>i«4o» ik Í£iml«< aalrntam«.
U 41M’ m Cmú K«p *, Imju iío « iw tru firma», A f aw^atro ÍJran 8«Ho nUWNW. <W «or»«r<i. t m w , y <|r»B H*llo <to loa P«ae.* ■<• la M**.- rw «a la^a< -l'-Bdr ««>»•
^ « h i a i U hw a-a« |[T->a<loa T m oii » <|íi«>la *út* (MNtte fM»*|»*i«wnar «!•' rmuiívl». g n m y r. . . > » * • - » . linio lu ( ¡raan).’ j Rn.Hu,
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El Sup:. Cons:. queriendo además manifestar toda la
confianza que tiene en el celo y virtudes Maz:. del M:. Ilus:.
H:. José Cerneau, lo nombra su representante cerca de los
cuerpos de la Al:, y Sul:. Filosof:. Maz:. regularmente es­
tablecidos en los Estados Imperiales donde fijare su resi­
dencia, bien sea en los Estados Unidos de Norte América,
bien sea en Francia, confiándole poder de solicitar y abrir
en nombre de nuestro Sup:. Cons:. una correspondencia
recíproca con todos los Grandes Cuerpos; y de nombrar por
nosotros y en nuestro nombre, Representantes cerca de to­
dos los demás Grandes Cuerpos que pueda llegar a conocer,
y con los cuales le parezca conforme ponernos en corres­
pondencia, para bien de la Orden, prometiendo reconocer
y aprobar los nombramientos que hiciere, participándolo a
nuestro Sup:. Cons:.
En consecuencia rogamos a todos nuestros M:. Ilus:.
HH:. Val:. Cab:. y Princ:. de la Maz:. regularmente cons­
tituidos, tengan a bien reconocer y dispensar su favorable
acogida a N:. M:. Ilus:. H:. José Cerneau en la Sub:. Dig:,
de que se halla investido, ofreciendo guardar las mismas
consideraciones en todos aquellos que se presentaren en
nuestro asilo sagrado, provistos de iguales títulos auténticos.
Dado en Cons:. Sup:. bajo de nuestras firmas, de
nuestro Gran Sello misterioso, del Sello de nuestras Armas,
del Gran Sello de los Princ:. de la Maz:. en un lugar donde
están depositados los más grandes Tesoros que la vista
puede proporcionar, de consuelo, gozo y reconocimiento
hacia todo lo Grande y Bueno.
En Caracas, Departamento de Venezuela en la Repú­
blica de Colombia, bajo el Signo de la Z :. A :. A :. a 27 de 2“
m. Maz:. llamado Tiar del año de la V :. L:. 5824 y de la Era
Cristiana 1824.
Soberano Gran Comendador
Diego Bautista Urbaneja. (30)
Gran Tesorero
.1. M. Pelgrón
(30) Todas estas firmas están rubricadas; véase el fotograbado.

— 87 —
Gran Secretario
Tomás J. Sanavria.
Sellado y Firmado por Nos.
Gran Guarda Sello,
J. MI. Morales.

Más prueba de lo aseverado anteriormente, que los


Poderes Masónicos Regulares se constituyeron en Caracas
en 1824; es el documento que para el año de 1827, fue ex­
tendido a uno de los Oficiales del Ejército Libertador, cuyos
Poderes regían bajo la jurisdicción de la República de
Colombia. Este documento que veréis copiado más abajo,
fue firmado por dos prominentes paladines de la Guerra
Magna y extendido en la Ciudad de Coro, donde la masone­
ría sembró las doctrinas liberales, desde el primer momento
de la invasión del Ilustre Miranda, hasta el estrundoso
grito de la revolución liberal”.

A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

A todos los M.M. regularmente recibidos sobre la


superficie del Globo.
Salud:. Salud:. Salud:.

Nos RAFAEL HERMOSO, Príncipe del Real Secreto,


Gran Inspector Jral. de todas las L:. L:. del Rl:. Arco de
la Perfección, Consejos, Grandes Capítulos, de todos los
G:. G:. de la antigua y moderna Maz:. etc.
CERTIFICAMOS: que nuestro caro Hermano Juan de
Dios Monzón, natural de la Victoria, Departamento de Ve­
nezuela, Primer Comandante de los Extos. de la República
de Colombia, habiendo merecido el concepto más recomen­
dable por sus continuos desvelos en trabajar por el engran­
decimiento del Sublime Orden de la Maz:. en el T:. Simbó­
lico de la Unión Filantrópica N° 12, y haciendo uso de las
facultades que nos están concedidas, lo hemos elevado al
g:. sublime de 18:. conocido con el nombre de Sob:. P:. de
Rosa Cruz, en premio de su celo, fervor y constancia; pre-

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vias las formalidades del ord:. y juramento Solemne que
ha prestado en nuestras manos, y le damos la presente pro­
visionalmente para que pueda ser admitido por tal Sob:. P:.
R:. Cruz, en los respectivos Cpos:. Mazos:, y se le guarden
los honores y privilegios que le competen. — Por tanto
rogamos a todos nuestros Queridos Hermanos de todos los
g.g:. y dig:. lo reconozcan por tal, haciéndolo útil en su
grado, y lo favorezcan debidamente en sus conflictos, en
cuya correspondencia, ofrecemos hacer lo mismo con todos
los que se nos presenten con legítima y regular creden­
cial.— Dado al O rt.: de Coro bajo la bóveda Celeste a los
16 días de 6:. mes Mazco:. año de la V:. L:. 5827.
Rafael Hermoso R.
I:. G:. y gr:. 33:.
Cabo. t:. y de M:.
Miguel Borras
S:. G:. I:. G:. gr. 33.
Cabo T:. y de M:.

CAPITULO VII

El momento de tragedia en que vivieron los pueblos


por la tormenta revolucionaria de aquellos días y la fer­
mentación política, con toda su secuela que se agitaba, en
los que tanto se sacrificaron, trajo por consecuencia la di­
solución de la Gran República y con ello las contiendas in­
testinas, causa de tantos males para los pueblos que pre­
sentaban un cuadro dantesco, salido del fragor de las ba­
tallas y la desolación de las campañas.
Si nos ponemos a examinar los hechos de los días
y años del 30 al 40, comprendemos cual fué el grado de con­
fusión y para lización que sufrieron las corrientes de la
cultura y la fraternidad de los hombres; de allí el vacío
que hay en la marcha regular en los altos poderes masó­
nicos, cuyos cuerpos vienen a reaparecer algunos años des­

— 89 —
pués por el empeño y voluntad de un núcleo de hombres que
sostienen con tenacidad la escasa correspondencia que podía
llevarse con las logias, ya que muchas de ellas habían desa­
parecido, o caído en sueño, porque sus dirigentes fueron a-
rresbatados por el vendabal político o pasados al Oriente
Eterno.
De esa pléyade de masones firmes y valientes, es su a-
banderado el Licenciado Diego Bautista Urbaneja, cabeza
visible y brazo sostenedor de aquella filosofía doctrinaria,
que supo defender con amor y con justicia.
Separadas ya las tres porciones territoriales que compo­
nían la Gran República constituida por Bolívar en los
días Históricos de Angostura, y considerando que desde el
año de 1830, Venezuela se constituyo en República Sobera­
na, de su territorio o instituciones; los Pro Hombres de esa
jornada política, que a la par eran Prominentes Masones,
pensaron y resolvieron la reorganización de todos los Pode­
res Masónicos sin arterar las líneas trazadas en las jor­
nadas del 1824. Tan solo cambiaron en todos sus documen­
tos y distintivos, el nombre de Colombia que había desapa­
recido como República, por el de Venezuela.
Promovidas las reuniones preparatorias y en acuerdo
con la mayoría de los I. I:. H. H:. llevaron a feliz termino
entre los años de 1839 a 1840, la definitiva reorganización,
según los distintos documentos que de seguida copiamos.

“Declaratoria del Sob:. Gr:. Consistorio de la República


de Colombia para constituirse como de la República de Ve­
nezuela. Sus territorios y dependencias”.

ORDO AB CHAO.

“Por exitación de los I.I:. H.H:. G:G:. I.I:. G.G:. José


Cordero, Juan José Conde, Maní. L. de Umeres, José Ma.
Ponce, José Ma. Lovera, Juan Bta. Monserrate, Antonio
Leocadio Guzmán y Carlos Cornejo, y de los Subli:. y Valí.
P. P:. del Rd:. Secret. Isidoro Hz:. Bello, y Manuel Sojo,
habiendo número suficiente con que constituir el Gr:. Con-

— 90 —
s i s t d e Subí:. P.P:. del Rr:. Sec:„ continuaron los traba­
jos de el I:. en toda su fuerza y vigor, haciendo de G:. Com:.
el h:. José Cordero como Ier Gr:. Dip:. titular.
Leída la nómina de los I . I :. P.P:. del Rd:. Sec:., con
exepción de las D.D:. que cada uno ocupa, resultaron ha­
llarse en este Grn:. Or:. los I.I:. P.P:. Rafael Urdaneta, 2 Q

Gn:. Dip:. Andrés Naverte. Gn:. M:. de Estado, Francisco


I. Parejo 29 Gn:. Hosp:. y J. de Remigio Martín Gn:. Canc:.
además de los que constan al margen, los cuales desempe­
ñan en propiedad, las siguientes D.D:., José Cordero Gr:.
Com:. como Ier, Gr:. Dip:., Manuel L. de Umeres Ier:. Gr:.
Esp:. Gerónimo pompa, 29 Matro de Cerem:., así reunido,
el Gr:. Com:. declaró por el voto unánime de todos los S.S:.
P.P:. conveniente, P ; que las revueltas políticas que en los
últimos años han agitado el continente que formaba la Re­
pública de Colombia ha sido la causa única que ha tenido
el Gr:. Consist:. para mantenerse en reseso hasta hoy en
que deslindados ya perfectamente los intereses de las tres
naciones en que se ha dividido la república de Colombia, va
a continuar sus trabajos el Gr:. Cons:. de Sub:. P.P:. del
R1:. Sec:., bajo los auspicios del G r:. O r:. de la República de
Venezuela; y 29 que la continuación de tt:. de Gr:. Cons:., se
ponga inmediatamente en conocimiento de la Gr:. Log:.
y G.\ Cp:., que se encuentran regularmente establecidos, en
el Gr:. Or:. de Venezuela.
Luego se leyó una bal:, suscrita por el Cab:. Kad:. An­
tonio Jurado y por los C.C:. Rosa Cruz Pedro Núñez de Ca-
seres, Antonio Madrigal y Ramón Lozano, solicitando humil­
demente su regularisación en el grado de Sub:. y Val:. P.P:.
del Rl:. Sec:. que le han comunicado en el reseso del Gr:.
Cons:., al l 9 por el G:. I:. Gl:. Gr. 33 Antonio L. Guzmán, y
al 2? y 39 por el Gr:. I:. G:. Manuel López de Umeres y al
49 por el G:. I:. G:. gr:. 33 Gerónimo Pompa, y habiendo
sido admitidos a la regularización por voto unánime de los
V .V :. P.P:. que componían el Gr:. Comité, suscribieron las
obligaciones y prestaron los juramentos que provienen los
Est. genr:. del Ord:., en cuya virtud fueron proclamados y
reconocidos como S.Sb:. P.P:. del Reí:. Secre:., fieles guar­

— 91 —
dianes del Tes:. Sag:. y con grado 32 los nombrados h.h:.
Antonio Madrigal, Antonio Jurado, Pedro Núñez Caseres y
Ramón Lozano, y se mandaron inscribir sus nombres en el
Gr., Cuadro de los m.m;. act:. del Gr:. Cons:. de Sub:. P.P:.
del Rl:. Sec:..
Acto continuo procedió el Ceb:. Gr:. Com:. a llenar al­
gunas de las vacantes que han resultado por el gr:. receso
en que ha estado, y fueron proveídos prot:. y hasta las pró­
ximas elecciones, las G.G:. D.D:. siguientes
Para 3er. G r:. Dip:. El M. I. H. Diego B. Urbaneja
Para 1er. Gr. Ten:. Felipe Esteves
Para 2o. Gr. Ten:. Carlos Cornejo
Para Gr:. M. de E. Vicente del Castillo
Para 1er. Gr:. Sec:. José Austria
Para 2<? Gr:. Sec:. Pedro N. Casares
Para G r:. Tesor:. Ramón Landa
Para 3er. Gr:. Esp:. Juan José Conde
Para 1er. Gr:. M. de C:. Isidoro H. Bello
Para 2o. Gr:. Gda:. Tem:. Antonio Madrigal.
Concluido este acto el Sob:. G:. Com:. Cerró el Gr:.
Cons:. con las p. y u. de orden y retiro a los h.h:. en paz.
Leída fue aprobada.— El Gr:. Com:. José Cordeo.
El Gr:. Sec:. José Austria.
Es copia fiel Isidoro H. Bello (33).
He aquí el Acta: del Supremo Consejo de G.G. II. G.G.
U:. T:. O:. A:. A:. G:. I:.

ORDO AD CHAO
Al Or:. del Universo bajo la B:. C:. cerca de la Z:. A:,
al punto vertical del zenit que corresponde a los 10. 30.
L:. N:. el 10 d:. I:. 3:. m:. m:. a:, d:. 1:. v:. luz 5840.
Reunido el Gr:. Comité de GG. II. G.G:.que a continua­
ción se expresan
El m:. I:. H:. Diego Bautista Urbaneja, su Gran Pre­
sidente. El m:. I:. H:. Tomás J. Sanavria Gr:. Srio.. acd
y los mm:. I. HH:.

— 92 —
José Antonio Páez
José María Pelgrón
Carlos Soublette
Manuel López de Umérez
Carlos Cornejo
José María Lovera
Francisco Conde
José Gabriel Lugo
José Austria
Juan José Conde
Felipe Esteves
Judas Tadeo Piñango
Gerónimo Pompa
Vicente Carrillo
José Manuel Morales
José María Ponce.
El m.. I.. H.. Gr.. Presidente manifestó que la pre­
sente Gran Reunión tenía por objeto la instalación de
los altos Dignatarios y Oficiales del Sup.. Consejo de GG..
II. GG:. gr.. 33 que en la Sesión presedente habían sido elec­
tos al efecto: En consecuencia, el M.. I.. H.. José Antonio
Páez cubrió el Templo, e introducido luego a él por el 1er.
Gr.. Mtro.. de Ceremonias electo, conduciendo el gran Es­
tandarte y por cinco I : .I : .H : .H : . armados de espadas y tres
con estrellas, y conducido al Santuario, prestó ante toda la
Asamblea el Juramento de orden. El Gr.. Presidente puso
en sus m¿inos el Cetro, y ocupó Su Silla bajo el Docel, acto
continuó el mismo Gr. Presidente proclamó Solemnemen­
te al m.. I.. H.. José Antonio Páez Sob.. Gr.. Comendador
del Sup.. Consejo de GG.. II.. GG.. de la República de Ve­
nezuela aplaudiendo su instalación.
Luego el Sob.. Gr.. Comendador, hizo cubrir el tem­
plo al M.. I.. H.. Diego Bautista Urbanej«, e introducido por
tres H :. H :. armados de espadas y dos con estrellas, prestó
en el Santuario el Juramento de orden. El Sob.. Gr.. Comen­
dador le hizo colocar en su puesto y proclamó al M.. I.. H..
Diego Bautista Urbaneja primer Gr. Diputado del Sup..
Conp.. y fué en consecuencia aplaudido.

93 —
Con las mismas formalidades fueron sucesivamente
instalados y aplaudidos los MM.. II.. HH.. Carlos Soublette
pr. Segundo Gr.. Diputado, y Manuel López de Umérez por
Gr. Teniente del Sob:. G.. Comendador.
Del propio modo y orden Sucesivo fueron también
instalados y aplaudidos los MM:. II:. H.H:. Tomás José Sa-
navria por Gr:. Ministro de Estado, José María Pelgrón por
Gr. Canciller y Francisco Conde por Gr.. Tesorero.
Seguidamente fueron instalados y apludidos todos a
la vez los MM. II. HH:. Carlos Cornejo pr. 29 Gr.. Esperto,
Gerónimo Pompa 49 Gr. Esperto, Vicente del Castillo y
José María Lovera por GG.. MM.. de Ceremonias, y Juan
José Conde y Felipe Esteves por GG.. Capitanes de Guar­
dia.
Acto continuó por orden del Sob.. Gr.. Comendador,
pasó el Gr. Teniente acompañado del Gr. Canciller a la
Sala preparatoria de Juramentados y allí le tomaron a los
Subí.. PP.. del Rr.. Sec.. Ignacio José Charquet y Antonio
Madrigal y regresado el Gr.. Teniente al Sup.. Tribunal, el
Soberano Gr. Comendador proclamó instalado a los expre­
sados Sub.. P.. Carquet y Madrigal por Gr. Guardia Tem­
plo Externos del Sup. Cons.
Terminada aún la instalación de los altos DD. y ofics..
del Sup.. Com.. el Sob. Gr. Comendador y todos los II.. H:.
H:. puesto en pié y al orden dijo:
“En virtud del poder con que estoy investido declaró
y proclamó consttiuído el Sup.. Con. de GG.. II. G.G:.
de la República de Venezuela”.
Y esta solemne y augusta proclamación fué aplaudida
con triple batería.
Luego el Gr.. Ministro de Estado buriló la gr. Tribuna
del orden en un elocuente discurso que fué aplaudido de­
bidamente.
Como proposiciones alusivas al Gr.. Acto instalatorio
que acababa de tener lugar el Gr. Ministro de Estado hizo
las siguientes:

— 94 —
I 9. Que se consagre pr. el Sup. Consejo el Segundo
Domingo de Mayo de todos los años como solemne aniver­
sario de la instalación del Sup. Consejo, y en cuyo día se
instalen sus funcionarios oficiales.
2^. Qué se participe la instalación del Sup. Consejo
de GG.. II.. G.G:. de la República de Venezuela ante los Al­
tos Cuerpos filosóficos del mundo por medio de Represen­
tantes que se eligirán.
3^ Qué igual participación se haga a los otros Cuer­
pos Masónicos de la República de Venezuela.
Esas tres proposiciones fueron aprobadas por la uno-
nimidad del Sup.. Consejo.
En este estado, el Sob.. Gr.. Comendador anunció, que
asuntos urgentes le obligaban a retirarse y que entre pocos
días se ausentaría de la Capital y que durante ella tenía
la gran satisfacción de que desempeñase sus funciones,
El ler Gran Diputado M.. I.. H:. Diego Bautista Urbaneja, y
en seguida el Grn.. Com.. en ejercicio.

RECESO

SEGUNDA GRAN SESION

Vueltos del receso los M.. M.. I.. I.. H.. H.. G.. G..
I.. I.. G.. G.. el primer Grn.. Diputado continuo los tra­
bajos del Sup.. Con., y el Gran Ministro de Estado, hizo
las siguientes proposiciones, para que se nombre una comi­
sión que forme un proyecto de reglamento interior del
Consejo Supremo, 2. Y otra comisión que con vista de las
liturgias que existen en manos de los I.. I.. H.. H.. se pre­
sente la que paresca más adactable, para el régimen del
Consejo Supremo.
Ambas proposiciones fueron aprobadas por unanimi­
dad.
Nombrando el Sob.. Gr.. Com.. para componer la pri­
mera comisión, los M.. M.. I.. I.. H.. H.. Ministro de Es­
tado y el Gr.. Canciller, y para la segunda al Gr.. Tenien­

— 95 —
te Comendador, y a los M.. M.. I.. I.. H.. H.. Juan José
Conde y José María Lovera.
El propio Gran Ministro de Estado propuso, l 9. que
se adocte provisionalmente, la liturgia que estaba sobre el
altar.
2<?. que se nombren dos guardas templo exteriores, a
más de los elegidos y otros dos G.. G.. M.. M.. de Ceremonias,,
y habiendo sido aprobadas por unánimidad, recayó la elec­
ción para G.. G.. M.. M.. de Ceremonias 39 y 4<? en M.. M..
I.I:. H.H:. José María Ponce y José Austria, y de Guardas
Templos Exteriores 3? y 49 los Sbl P.. P.. del Rl.. Secc..
Isidoro Hernández Bello y José B. Arvelo.
En cuyo estado el Sb.. Gr.. Comendador, cerró los
trabajos del Su.. Con., del modo acostumbrado, Citándose
todos los M.. I.. I.. H.. H.. al gran banquete que estaba
preparado para la celebridad del día.
José María Pelgrón.
G.. Canciller.

ORDO AB CHAO;
Ad Majorem Dei Glorian

El Sob:. G:. Com. del Sup:. Cons:. de G.G:. I. 1:. gr:. 33


de la República de Venezuela.
Al M:. R:. Gr:. Mtro:. de la M:. R:. G:. L:. de Ve­
nezuela.
U:. y F:.
“Restablecidos en este Or:. los Cuerpos de la Masone­
ría Simbólica, Perfecta y Filosófica, era de absoluta nece-
cidad, la creación del Sup:. Con:, de G.G:. I. I:. G.G:. gr:.
33 como el Tribunal supremo de la alta Mas:. Filosófica.
Con este laudable objeto varios I. I:. H .:. G.G:. I.I:. G.G:.
residentes en este Gr:. Or:. se reunieron en gr:. Comité y
unánimemente acordaron, erigir el Sup:. Con:, de la Re­
pública de Venezuela, refundiendo el que antes existía en
la de Colombia, y habiendo procedido a la elección, de sus

— 96 —
altos funcionarios, se instaló solemnemente lO? día del Ser.
m:. m:. A:, de la L:. 5840.
El primer acuerdo del Sup:. Con:, fué el que se par-
tipace su instalación, a los altos Cuerpos de la masonería
de la República y me cabe la distinguida satisfacción de
anunciároslo, para que os sirváis ponerla en conocimiento
de la M:. R:. G:. L:. acompañándoos el cuadro de las Dig:.
y Ofc:. del mismo Sup:. Cons:. para los efectos que sean
convenientes.
Os Saludo con todos los Sig:. y Bat:. que os son
conocidos, al Or:. de Caracas el 159 día del 3er. m:. m:.
A:. L:. 5840 Era vulgar 15 de mayo de 1840.
Por ausencia del Sob:. G:. Comendador,
El Primer Gr:. Dip:.
Diego Bautista Urbaneja.
(33)
El Gr:. Canciler
P. M. Pelgrón.
(33)
(Las firmas son autógrafas rubricadas)
Hay un sello

A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U.\


Al M:. R., H:. Gr., Sec:. de la M:. R:. G:. L:.
Salud Fuerza — Uuión
El Supremo Con:, de G.G:. I.I:. G.G:. del Gdo:. 33.
ha incorporado hoy en su ceno al M:. I:. H:. Manuel Cala,
residente en la Ciudad de Valencia y Miembro activo del
antiguo Supremo Consejo de G.G:. I.I:. G.G:. de la Repú­
blica de Colombia.
Servios ponerlo en comunicación de la M:. R:. G:. L:.
para que incorporándolo en el Gr:. Cuadro de sus miem­
bros, lo haga reconocer como tal a las Logias de la juris-
dición.
Os saluda con las b:. que nos s:. c:. al Or:. de Cara­

— 97 —
cas el 27 de D:. I I 9 m:. m:. A:. L:. 5842.
El Gr:. Canciller (Pro t:.)
I. Charquet.

Y para cerrar en este capítulo las pruebas de que. los


Poderes Masónicos fundados en el año de 1824; en la juris­
dicción de la República de Colombia, son los mismos que
hoy gobiernan en el Territorio de Venezuela, tomamos del
trazado del 6 de agosto de 1840; la siguiente resolución.
“Delibera el Sup:. Con:., que sin necesidad de arterar
lo que provienen los reglamentos en esta parte de los de­
rechos, asignados en general al grado 33; constace por un
acuerdo especial, que solo deberían pagar la suma de 50
pesos, aquellos I.I:. H.H:. que poseyendo el grado 32 per­
tenecieron al Sob:. Gr:. Cons:. de la República de Co­
lombia”.

Conocidos los documentos ya citados, que son LA


RAIZ HISTORICA DE LA MASONERIA EN VENEZUE­
LA, queda comprobado que sus actores fueron los mismos
que actuaron en la Sociedad Patriótica de Caracas, los que
con ojos de águila vislumbraron el Esplendente Sol del cinco
de Julio de 1811, y pasearon por todos los caminos de Amé­
rica el tricolor mirandino, regando la luz de sus siete es­
trellas en los antros oscuros de la esclavitud.

Sembrada la simiente en Londres por la experta mano


del viejo sembrador MIRANDA, fué trasladada a tierras
americanas por el grupo de jóvenes que se aprestaron sin
temor para abrir los surcos donde sus raíces quedarían para
dar sus frutos que, desde esa época hasta hoy, se han con­
vertido en LIBERTAD, IGUALDAD Y FRATERNIDAD.

Cúmplenos ahora consignar la penetración del Supre­


mo Consejo en el territorio de la República, para que se
conozca su labor que ha sido incansable en la fundación de
sus dependencias.
CUERPOS FILOSOFICOS Y CAPITULARES

Soberano Gran Consistorio de Venezuela Caracas


II Consejo Kadochs Caracas No. 1 Caracas
n ti
Anzoátegui
a
2 it
Barcelona
tt it
Carúpano
a
3 it
Carúpano
ti it
Guayana
a
4 tt
C. Bolívar.
it it
Coro
tt
5 ti
Coro
ti it
Guaira
a
6 tt
La Guaira
ti it
Curazao
tt
7 ti
Curazao
ti a
Carabobo
tt
8 tt
Maracaibo
ii it
Apure
tt
9 ti
Apure
it tt
Teófilo Leal
tt
10 ti
Barquisimeto
ti a
Guanipa
a
11 ti
El Tigre
Gral. Rafael
it it it

Urdaneta 12 ii
Maracaibo
it a
Gral. Santia­
tt

go Marino 13 it
Aruba (A.H.)
it it
Gral. Carlos
a

Soublett 14 ti
Puerto Cabello
Gral. Manuel
it tt tt

Piar 15 tt
Upata.

CUERPOS CAPITULARES

La Prudencia ................................................................................ . . . N<? 1 La Guaira


Unificación .......................... tt
2 Caracas
Protector de las Virtudes . .
ti
3 Barcelona
Juan Crisòstomo Falcón . . . .
it
4 Punto Fijo
Simón B olívar...................... ii
5 Maracay
Libertad .............................. tt
6 El Tigre
Mariscal S u c re ................... ti
7 Quiriquire
Perseverancia...................... (i
8 Los Teques
Perfecta Lealtad.................. tt
9 Caracas
Los A ndes........................... ti
9A San Cristób
Perfecta A rm o n ía ................ ti
10 Cumaná
A lian za................................ ii
11 Valencia

— 99 —
Paz de Guayana .................
it
12 Ciudad Bolivar
Candor ................................
tt
26 S. Fernando Ap.
Regeneradores ......................
i
27 Maracaibo
Tolerancia...........................
tt
29 San Felipe
V ictoria...............................
tt
35 La Victoria
Aurora de la P a z .................
ti
37 Tucupido
Libertador ...........................
ti
46 V. de la Pascu;
Aurora de P a r ia ................
it
47 Giiiria
Luz y Perfección.................
ti
48 Tucupita
Francisco de Miranda ..
i
49 Pto. Cabello
Diego Bautista Urbaneja . . it
50 Maturin
Dalla Costa..........................
ti
51 El Callao
S in a í....................................
a
52 Alt. de Orituco
Estrella de Occidente............
tt
53 Barquisimeto
Virtud y O rden.....................
tt
54 Carüpano
Montes de O livos.................
tt
55 Aruba (A. H.)
Moral y Luces.....................
a
56 Upata
Gral. José Antonio Páez .. . . ti
57 Barinas
Luz del C aribe......................
it
58 Pto. la Crnz
Antonio José de Sucre . . a
59 Cumanä
Estrella de O ritu co.............
i
60 Zaraza
Carabobo ............................. a
69 Maracaibo
Renovación.......................... tt
72 Caracas
Ricaurte............................... tt
82 Cabimas

SOBERANOS GRANDES COMENDADORES QUE HAN


REGIDO LOS DESTINOS DEL SUPREMO CONSEJO DE
GG:. II:. GG:. DE LA ORDEN PARA EL TERRITORIO
DE VENEZUELA, DESDE SU FUNDACION EN 1824
Licenciado Diego B. Urbaneja . . . . . . Año de1824 a 1840
General José Antonio P á e z .................. ...” ” 1840 ” 1843
Ledo. Diego Bautista U rbaneja........... ” ” 1843 ” 1850
General Carlos Soublette........................ ” ” 1850 ” 1855
Don Manuel C a la .................................. ...” ” 1855 ” 1860
Coronel Francisco Conde......................... ” ” 1860 ” 1863
Don José A u s tria .................................. .. ” ” 1863 ” 1864
General Juan Crisóstomo Falcón .. .. ” ” 1864 ” 1865
Dr. Francisco A r a n d a ......................... ” ” 1865 ” 1867

— 100 —
1867 ” 1868
Isaac J. Pardo .............................
1868 ” 1871
José Félix H errera.......................
1871 ” 1873
Isaac J. P a rd o .............................
1873 ” 1877
Pedro E. Hernández...................
1877 ” 1881
Fernando A rv e lo ........................
1881 ” 1882
Rafael M a rtín e z..........................
1882 ” 1883
José Rafael Pacheco..................
1883 ” 1885
Pedro M edina................................
1885 ” 1888
Dr. Raimundo Anduezaz Palacios
1888 ” 1891
Juan Tomás P ére z.......................
Wenceslao Carias P é r e z ............. 1891 ”1894
General Joaquín C respo............. 1894 ” 1898
Wenceslao Carias P é re z ............. 1898 ” 1902
José Sebastián G ab azu t............. 1902 ” 1905
Dr. Máximo Consentino............. 1905 ” 1909
” Emilio Conde F lo re s............. 1909 ” 1912
” Rafael Villavicencio............. 1912 ” 1913
” Domingo Antonio Coronil . . 1913 ” 1916
” Manuel Porras O r t iz ............. 1916 ” 1919
” Domingo Antonio Coronil . . 1919 ” 1923
” Agustín B eroes.................... 1923 ” 1925
” Agustín Beroes....................... 1925 ” 1930
Don Felipe S. M aduro................. 1930 ” 1931
Dr. Ricardo Vanegas A................ 1931 ” 1934
” Federico Raig Febles A ........ 1934 ” 1935
” Jacobo Bendahán C h ............. 1935 ” 1940
’’Agustín Beroes....................... 1940 ” 1945
” Jacobo Bendahán C h ............. 1945 ” 1950
Nicanor García B ap tista ............. 1950 ” 1955
Dr. B. Briceño Belisario............. 1955 ” 1960
No solamente en nuestro territorio, se ha circunscri­
to la acción del Supremo Consejo Masónico Venezolano,
sino que ha llevado su obra más allá de los límites de la
Patria, en función de acercamiento y confraternidad.
Hijo de este Supremo Consejo podemos considerar,
al que desde el año de 1.913 quedó instalado en la Repúbli­
ca de Panamá, cuyo documento instalador, presentamos
como prueba de la influencia ejercida por la masonería ve­
nezolana.
— 101
DEUS MEUNQUE JUS ORDO AB CHAO
A LA GLORIA DEL GRAN ARQUITECTO DEL
UNIVERSO
SUPREMO CONSEJO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE
VENEZUELA
EN EL ORIENTE DEL SUPREMO CONSEJO DE LOS
GRANDES INSPECTORES GENERALES, GRADO 33 Y
ULTIMO DEL RITO ANTIGUO ESCOCES ACEPTADO,
PARA LOS ESTADOS UNIDOS DE VENEZUELA, BAJO
LA BOVEDA CELESTE Y EN EL ZENIT
QUE CORRESPONDE A LOS 10* — 30’ - 24”,4
Latitud Norte.
A TODOS LOS QUE LA PRESENTE VIEREN,
UNION, TOLERANCIA, PROGRESO
NOS. DOMINGO ANTONIO CORONIL, Abogado, Ministro
de Obras Públicas de la República, gr:. 33, Muy Pode­
roso y Soberano Gran Comendador del Supremo Con­
sejo de los Estados Unidos de Venezuela, ex-M:. R:.
Gr:. M:. de la Muy Resp:. Gr:. Log:. y ex-Serenísimo
Gran Maestro del Grande Oriente Nacional,
Visto lo resuelto unánimemente por este
Supremo Consejo, y
Considerando: Que el Supremo Consejo de Venezuela
tiene bajo su jurisdicción un considerable número de her­
manos revestidos de los grados intermediarios desde el 49
hasta el 33 inclusive, domiciliados en la República de
Panamá, entre los cuales existen muchos Inspectores
Generales.
Considerando: Que el Supremo Consejo de Venezuela,
en su gran tenida de esta misma fecha y con el objeto de
facilitar la realización de los deseos de los muy queridos
hermanos de la República de Panamá, quienes con su celo
y fervor masónicos, contribuirán al progreso de nuestros
trabajos y al brillo de nuestras ceremonias; y habida con-

— 102 —
sideración del interés superior del Rito como de la conve­
niencia de los hermanos residentes en la República de
Panamá.
Suficientemente autorizados por los artículos 13 y 17
de las Grandes Constituciones Masónicas de 1786 y el ar­
tículo 59, Título I de la Ley Fundamental y Orgánica del
Supremo Consejo de Venezuela.

DECRETAMOS
Art. I, Queriendo dar a los Muy II:. y PP:. HH:. Ernesto
Lamela Muflbz, Primer Gran Teniente y Doctor Ricardo Va-
negas A. Gran Canciller Secretario, de este Supremo Con­
sejo, un testimonio de nuestra confianza en el desenvolvi­
miento de nuestro Rito y una prueba de la alta estimación
en que tenemos sus méritos, los constituimos en Altos Co­
misarios para organizar en Panamá, Capital de la República
de Panamá, un Supremo Consejo del Grado 33 y último del
Rito Antiguo Escocés y aceptado con el nombre de SUPRE­
MO CONSEJO DE LA REPUBLICA DE PANAMA y
con jurisdicción de dicha República, sus territorios y
dependencias.
Artículo II. Los Altos Comisarios designarán entre
los hermanos revestidos del grado 33, que residan en Pa­
namá, un número, que no sea menor de nueve, para consti­
tuir el Supremo Consejo de la República de Panamá.
Artículo III. Al partir del mismo instante en que se
haya constituido el Supremo Consejo de la República de Pa­
namá, el Supremo Consejo de Venezuela declara renunciar
a toda jurisdicción masónica en la República de Panamá,
sus territorios y dependencias.
Artículo IV. La Ley Fundamental y Orgánica del Sup.
Cons.. y la Constitución masónica de Venezuela regirán para
los trabajos del Supremo Consejo de la República de Pana­
má, mientras este Alto Cuerpo los modifica en parte o to­
talmente.

— m —
Artículo V. Este Decreto tendrá fuerza de Constitu­
ción y será estampado en la primera hoja del Gran Libro de
Oro del Supremo Consejo de la República de Panamá, con­
servando el original en su Gran Cancillería.
Dado en el Campam.. de Caracas a los catorce días del
6“ m:. m:. Elul.- Año de la luz 5.913 correspondiente al 16
setiembre de 1913.
El Muy Pod:. y Sob:. Gr:. Comend:.
(Fdo.) D. A. CORONIL
El Seg:. Gr:. Rep:.
(Fdo.) C. B. LEVI
El Pri:. Gr:. Repr:.
(Fdo.) MANUEL PORRAS O.
El Seg:. Gr:. Ten:.
(Fdo.) P. ROJAS
El Prim:. Gr:. Ten:.
(Fdo.) E. LAMEDA MUÑOZ
El Gr:. Canc:. Secret:.
(Fdo.) R. VANEGAS A.
El Gr:. Minist:. de Estado
(Fdo.) MANUEL M. MARRERO
El Gr:. Tesor:.
(Fdo.) NEMECIO HERRERA
Sellado por mi el Gr. Guard:. Sell
(Fdo.) MAXIMO CRESENTINO.

CAPITULO VIII

En esta breve historia, que hemos tratado de traer a


nuestro pueblo masónico, queremos consignar para siempre
que la Masonería no interviene en política, ni en religión.
Que es una Institución excelentemente fraternal, pro­
gresista y respetuosa.

— 104 —
Fraternal porque busca la unión y comprensión de
todos los hombres, sin distinción de razas, ni religión.
Bajo nuestras arcadas tienen cabida el chino, el afri­
cano y el europeo y demás razas pobladoras del globo, que¡
llevan en su corazón la creencia y sumisión a la Divina Pro­
videncia, ese eterno e infinito poder que el hombre no ha
podido analizar, pero que sí ha podido comprender.
Progresista porque apoya y sostiene todos aquellos -
actos, resoluciones o hechos que tiendan al mejoramiento
y elevación moral y material de los pueblos.
Respetuosa porque acata y observa las leyes del Es­
tado, dando la pauta a sus adeptos: recomienda disciplina
y austeridad en todos los actos de la vida, especialmente
para con la Patria y sus Instituciones.
Sólo aquellos ultramontanos que, en su afán de man­
tener a los pueblos sumisos y sujetos a una prédica car­
comida, declaran que la Masonería es autora de oscurantis­
mo y que en ella se fraguan los más inicuos procederes.
Prédica de desierto, torrente que se hunde en un
inmenso abismo de pasiones y de egoísmo intolerable.
Si bien es verdad que la prédica contraria la es ejerci­
da primordialmente en las masas ignorantes, donde impe­
ra el fanatismo y la superstición y en aquellos que por su
egoísmo quieren conservar una posición social de hipócri­
tas y engreídos, bajo el manto de una beatitud blanqueada
como los sepulcros, invocados por Jesús.
Es cierto también que los apóstoles y bienhechores de
la humanidad, no han podido sutraerse a las corrientes de
luz y armonía que vibran como dones del G. A. D. U. en
las naves de nuestros templos.
Hombres de sacrificio, hombres de acción. Hombres con
un verdadero sentido de su misión, no han dudado en cerrar
filas en el gran ejército de la fraternidad, para dar, de sus
alforjas, lo más exquisito de su vida.
Mozart, Goeth, Riego, Manzini, Washington y toda una

— m —
pléyade de hombres de Norte América; Diderot, los Reyes
de Inglaterra; Rosemblet, Juárez y en la América Meridio­
nal, desde Miranda, con Bolívar y San Martín, un conjunto
de hermanos que cierran el capítulo de la Independencia
con el héroe de Dos Ríos, José Martí.
Esas son luminarias que han dejado un reguero de luz
en el sendero de la Masonería y que jamás se apagará con
la cantidad de oprobios vociferados por sus enemigos; ni
dejará de brillar como faro indicador en las rutas que de­
bemos seguir.
HOMBRES ILUSTRES DE VENEZUELA QUE SE HAN
DESTACADO EN EL CAMPO DE LA PATRIA, Y QUE
HAN PERTENECIDO A LA INSTITUCION MASONICA
Francisco de Miranda, considerado, el “Precursor” luchó
con Lafayette, al lado de Washington, por la independencia
de Norte América. Fué General del Ejército francés, per­
teneció a la Sociedad Patriótica de Caracas, Diputado al
Congreso del 5 de Julio de 1811 y tuvo actuación como ge-i
neral en las primeras contiendas de guerra.
Como masón fundó en Londres la Gran Logia Ame­
ricana, donde inició a la mayor parte de los jefes de la
emancipación americana.
Simón Bolívar, el Libertador: Presidente provisional
y constitucional de la antigua Colombia.
Su obra inmensa se pierde en los confines de la gloria.
Perteneció a la Sociedad Patriótica de Caracas. Fué ini­
ciado masón en la Logia Lautaro (en Cádiz) España. Re-,
cibió el grado de M:.M. en Londres cuando fué comisionado
junto con López Méndez.
Santiago Mariño, llamado el “Libertador de Oriente”.
General de la República, hizo toda la campaña de Oriente,
en los primeros años de la guerra de Independencia. Actuó
en la Batalla de Carabobo en 1821 y fue candidato a la Pre­
sidencia de la República. Masón grado 33. Serenísimo Gran
Maestro del Gran Oriente de Venezuela.
José Antonio Páez, General en Jefe del Ejército Li-
— 106 —
bertador, Presidente Constitucional de Venezuela. Alcan­
zó el grado 33 y fué el primer Gran Comendador de la
Orden en Venezuela, en su organización.
Licenciado Diego Bautista Urbaneja: presidió en Ca-
rúpano la Junta que recibió al Libertador, cuando vino en
la Expedición de los Cayos. Fué Ministro de Justicia y Vi­
cepresidente de la República por dos veces. Alcanzó el
grado 33. Fué el primer Gran Maestro de la Gran Logia
de Venezuela y Soberano Comendador.
General José María Carreño: héroe de la Independen­
cia. Vicepresidente del Consejo de Gobierno. Encargado
del Ejecutivo. Masón grado 30.
Dr. José María Vargas: Procer. Médico eminente. Pre­
sidente Constitucional de la República. Masón grado 18.
General Carlos Soublette. Héroe, actuó en toda la
campaña de Independencia. Vicepresidente dos veces y
Presidente Constitucional de la República. Masón grado
33, llegó a ser Comendador en el Supremo Consejo.
Dr. Joaquín Herrera: Procer. Vicepresidente de la Re­
pública. Masón grado 33.
General José Gregorio Monagas. Héroe, intervino acti­
vamente en la Campaña de los Llanos y el Oriente, así como
en toda la Independencia. Fue Presidente Constitucional.
Puso en ejercicio el famoso Decreto de Libertad a los escla­
vos, Masón Grado 33.
Dr. Pedro Gual: procer. Designado para la Presiden­
cia y Presidente de la República. Masón grado 33.
General José Tadeo Monagas: héroe. Presidente
Constitucional de la República. Masón grado 33.
Dr. Juan Germán Roscio. Procer, uno de los sobresa­
lientes el 5 de Julio de 1811. Masón iniciado en Boston.
General Juan Bautista Arismendi: héroe. Defendió
valerosamente la Isla de Margarita. Gobernador de Cara­
cas. Masón grado 33.
General Judas Tadeo Piñango: héroe de la Indepen­
dencia. Masón grado 33.
— 107 —
Manuel Felipe de Tovar: Procer, formó parte de la So­
ciedad Patriótica. Vicepresidente y Presidente Constitu­
cional de la República. Masón grado 33, fué Lugar Tenien­
te del Supremo Consejo Masónico.
Coronel Francisco Conde: Héroe de la Independencia,
asistió a las campañas de Apure y Centro de Venezuela, con
Urdaneta y Páez. Masón grado 33, fué Gran Maestro de
la Gran Logia de Venezuela.
General G. Pompa, Héroe de la Independencia, Masón
grado 33.
General Felipe Esteves, Héroe de la Independencia,
Masón grado 33, Lugar Teniente Comendador del Supremo
Consejo Masónico.
Coronel Juan José Conde: Héroe de la Independencia,
hizo la campaña de Angostura junto a Bolívar. Masón
grado 33, ocupó varios cargos en el Supremo Consejo.
General José Austria: Héroe, empezó la campaña eman­
cipadora desde 1810. Masón grado 33, Gran Comendador
del Supremo Consejo Masónico.
Dr. Jesús María Blanco: Ilustre Procer; formó parte
de la Sociedad Patriótica, dirigió una cátedra en la Univer­
sidad Central de Venezuela. Masón grado 33, fue de los fun­
dadores de la Rp. Logia Fe N9 14 y su Venerable Maestro
por tres veces.
General Tomás Montilla; Héroe, Gobernador de An­
gostura en 1818, iniciado masón en la Logia “Concordia
Venezolana” fundada en ese mismo año.
General José Padilla: Héroe de la Batalla Naval del
Lago de Maracaibo, masón iniciado en la “Concordia
Venezolana”.
General Valentín García: (llamado Valentín Valiente).
Héroe, fué de los que vinieron de Chacachacare en la inva­
sión a GUIRIA, después estuvo en las campañas de An­
gostura con Bolívar.
Don José Graü: procer. Presidente del Cabildo de Cu-

— 108 —
maná. Formó parte de la Junta que, en esa Ciudad, proclamó
la Independencia. Masón grado 33, fundador de la Logia Per­
fecta Armonía de Cumaná.
General Agustín Armario: héroe, integrante de la ex­
pedición de Chacachacare. Tuvo intervención muy activa
en toda la Campaña de Oriente junto con los Generales Ma­
rmo y Bermúdez. Masón grado 33, trabajó en la “Perfecta
Armonía”.
General Rafael Urdaneta: héroe, el más leal de los ge­
nerales bolivarianos. La cumbre de su gloria está en la de­
fensa que hizo en el Sitio de Valencia; intervino activa­
mente en toda la campaña de Independencia. Fué candida­
lo a la Presidencia de la República. Masón grado 33, tra­
bajó en la Logia Regeneradores de Maracaibo, allí existe
su firma en los archivos.
Dr. Juan Vicente González Delgado: segundo Desig­
nado a la Presidencia de la República. Masón grado 18.
Coronel Antonio Leocadio Guzmán: periodista de com­
bate. Vicepresidente de la República. Masón grado 33.
General Julián Castro: Presidente Provisional de la
República. Masón grado 18.
General Manuel Ezequiel Bruzual: Ministro de Guerra.
Encargado del Ejecutivo. Masón grado 33.
General Juan Bautista García: Ministro. Encargado
dos veces del Ejecutivo. Masón grado 30.
Dr. Guillermo Teli Villegas: miembro del Gobiernq
Plural en 1868. Presidente del Consejo Federal. Encar­
gado del Ejecutivo. Masón grado 33.
Mariscal Juan Crisòstomo Falcón: Presidente Constitu­
cional de la República. Soberano Gran Comendador, grado 33.
General León Colina: segundo Designado a la Presi­
dencia de la República. Masón grado 18.
General Antonio Guzmán Blanco: Presidente de la Re­
pública cuatro veces. Protector de la Masonería, Serenísi­
mo Gran Maestro grado 33.
— 109 —
Dr. Laureano Villanueva: Ministro de Relaciones In­
teriores. Masón grado 33.
General José Desiderio Trías: Encargado del Ejecutivo,
Federal, Masón grado 18.
Dr. Juan de Dios Monzón: Presidente del Consejo Fe­
deral, encargado del Ejecutivo. Masón grado 33.
General José Ruperto Monagas: Presidente Constitu­
cional. Masón grado 32.
Dr. Raimundo Andueza Palacios: Presidente Constitu­
cional de la República. Masón grado 33, Canciller del Su­
premo Cornejo.
General Manuel Guzmán Alvarez: Presidente del Con­
sejo de Gobierno. Encargado de la Presidente de la Repú­
blica. Masón grado 33.
Dr. Diego Bautista Urbaneja (h ijo ): Ministro de Re­
laciones Interiores y encargado del Ejecutivo Federal. Ma­
són grado 33.
General Jacinto Gutiérrez: Presidente de la Alta Corte
Federal. Masón grado 33.
Dr. Nicolás Mariano Gil: Ministro de Relaciones In­
teriores. Masón grado 18.
General José Rafael Pacheco: Presidente de la Alta
Corte Federal. Masón grado 33.
General Vicente Amengual: Ministro de Relaciones In­
teriores. Masón grado 33.
General Pedro Julián Acosta: Héroe de la Federación,
Diputado al Congreso Nacional: Masón gr:. 18.
General Joaquín Crespo: Presidente Constitucional de
la República. Serenísimo Gran Maestro del Gran Oriente,
grado 33.
General Juan Francisco Pérez: Ministro de Guerra,
Masón grado 30.
General Francisco Linares Alcántara: Presidente Cons­
titucional de la República. Masón grado 33.
— 110 -•
Dr. Pedro Ezequiel Rojas: Ministro de Relaciones Ex­
teriores. Masón grado 33, Venerable Maestro de la Logia
FE NO 14.
Don Manuel Cala: Fundador de la República, miem­
bro de la Sociedad Patriótica. Masón grado 33, Soberano
Gran Comendador del Supremo Consejo.
Dr. José Morales Marcano: famoso orador, Presiden­
te del Senado de la República. Masón grado 339.
Etanislao Rendón: orador, Diputado al Congreso de la
República. Masón grado 33.
General José Laurencio Silva: héroe, actuó en to-'
da la Campaña de la Independencia, hasta culminar en A-i
yacucho. Masón grado 33.
José Antonio Pérez Bonalde: Ilustre poeta venezola­
no, autor de “VUELTA A LA PATRIA”. Masón grado 18.
Dr. José Antonio Velutini: gran político venezolano.
Masón grado 33.
Dr. César Zumeta: Diplomático. Ministro del Interior.
Masón, Gran Maestro de la Gran Logia de Venezuela (1.913
- 1.915.)
Tomás Ignacio Potentini: poeta épico. Masón grado 30.
Dr. E. Conde Flores: médico eminente. Masón grado
33, Soberano Gran Comendador.
Elias Calixto Pompa: famoso poeta. Masón grado 33.
Dr. Antonio J. Urquinaona: médico filántropo, que ejer­
ció su profección en Maracaibo. Masón grado 18, fué Vene­
rable Maestro de la Rep. Logia Regeneradores N1? 6:
Dr. Francisco Jiménez Arraiz: publicista de combate,
Masón grado 18, Gran Secretario de la Gran Logia de Ve­
nezuela.
Dr. Esteban Smith Monzón: educador que consagró su
vida al magisterio. Masón grado 18 Venerable Maestro de
la Rep. Logia Unión Fraternal N9. 17.
Dr. Santiago Guinand: historiador, Masón Grado 32.
Dr. Lisandro Alvarado. Escritor de renombre, etnologo
indigenista, Masón grado 30.
— 111 —
Dr. B. Tavera Acosta. Escritor e historiador, Masón
Grado 33.
Dr. Rufino Blanco Fombona: Historiador, novelista y
poeta, fue Gobernador de una Provincia de España y en
Venezuela su Patria, fué gobernador de un Estado de la Re­
pública; Masón grado tercero.
Dr. Andrés Eloy Blanco: Insigne poeta, gran político,
fue presidente del Congreso y Ministro del Exterior en Ve­
nezuela. Masón grado primero.
Dr. Rafael Naranjo Osty: Abogado del Foro venezola­
no, Masón grado treinta y dos. Fué Gran Orador de la Gran
Logia y Venerable Maestro de la Rep. Logia Fe N9. 14.
Dr. Luis G. Pietri: Abogado, Embajador en Colombia
y Ministro del Interior en Venezuela. Masón grado 18.
Dr. Eloy González: Historiador y periodista, Minsitro de
la República. Masón 18.
Dr. C. Parra Pérez: Varias veces Ministro en la Re­
pública de Venezuela, gran Diplomático, historiador y perio­
dista. Masón 39.
Dr. Pedro Rafael Figallo: Altruista médico oriental, Ma­
són grado 18, fue Venerable Maestro varias veces de la Rr-
Logia Estrella de Paria N9 25.
Dr. J. B. Ascanio Rodríguez: Miembro del Concejo Mu­
nicipal del Distrito Federal, masón grado 32, fue Gran Maes­
tro de la Gran Logia de Venezuela.
Dr. Juan Bautista Figallo: Abogado notable, murió
siendo Procurador General del Estado Aragua. Masón
grado 18.
Dr. Baltazar Vallenilla Lanz: escritor y diplomático.
Masón grado 18. Fué Gran Secretario de la Gran Logia.
General R. Cayama Martínez: Ministro de Fomento.
Gran Masón grado 18.
Dr. Domingo A. Caronil: abogado, Ministro de Obras
Públicas. Masón grado 33. Gran Maestro y Soberano Gran
Comendador.

— 112 —
General José Manuel Peñaloza. Héroe de la Federación.
Diputado de la República. Masón grado 18.
Dr. Laureano Vallenilla Lanz: periodista y escritor.
Masón, fué Venerable Maestro de la Protectora de las Vir­
tudes.
Dr. José Victorio Guevara: diplomático y político. Ma­
són grado 32.
Dr. Máximo Greccentino, Médico, masón grado 33. So­
berano Gr. Cmdor del Sup. Con. de Venezuela.
Dr. Pablo Godoy Fonseca, abogado, masón grado 18.
Dr. Manuel Porras Ortiz, médico, masón grado 33 Sob.
Grn. Com. del Supremo Consejo masónico.
Gral. Diego Bautista Ferrer, Ministro de Guerra en Ve­
nezuela, masón grado 33.
Dr. Luis Godoy Fonseca, Médico, Presidente del Esta­
do Bolívar, Masón grado 18.
Dr. Agustín Beroes, Abogado del foro venezolano, dis­
tinguido por su honradez en todo los actos de su vida. Ma­
són grado 33 Sob. Gr. Comendador y Gr. Maestro de D. G. L.
Dr. Gumersindo Torres, Ministro de Fomento, Masón
Gr. 30.
Dr. Jacobo Bendahan Chocron. Médico distinguido por
su altruismo y prendas morales, Masón Gr. 33 Gr. Com. y
Gr. Maestro de la Gr. Logia de Venezuela.
Dr. Félix Mai'ía Beauyon. Masón Grado 32.
Dr. Roberto García. Ingeniero constructor d*il palacio
legislativo y del gran templo masónico de Caracas Masón
grado 33.
Gral. Manuel Antonio Matos. Ministro del Exterior en
Venezuela, Masón grado 33.
Dr. A. Valdivieso Montaño. Abogado notable Masón
grado 33. Gr. Maestro de la Gr. Logia de Venezuela.
Dr. Jesús Enrique Lossada. Rector de la Universidad
del Zulia. Masón grado 18.
— 113 —
Dr. Rafael Villavicencio, Gran Masón, Gran Comenda­
dor del Sup. Con. de Venezuela y otros tantos que sería
largo enumerar.
A:. L:. G:. D.\ G:. A:. D:. U:.
La G r:. L:. De:. Venezuela
Al:. M:. II:. H:.
JOSE ANTONIO PAEZ
Querido H:. : también nosotros aparecemos ante vos
para saludaros a nombre de los mas:, de Venezuela, en me­
dio de las ovaciones que todos los ciudadanos y corpora­
ciones se apresurán a tributaros.
Como ciudadanos hemos tomado parte en el entusias­
mo general a vuestro arribo a nuestras playas; como ha­
bitantes de esta ciudad hemos contribuido con nuestros más
cordiales sentimientos al espléndido triunfo de vuestro reci­
bimiento; y ahora como HH:. queremos exponeros de nue­
vo nuestra admiración, respeto y gratitud, confirmándolos
con la sinceridad de la palabra masónica.
Ese gozo inmenso que brilla en los semblantes a vues­
tra presencia, tiene por base el sentimiento íntimo de la
reacción de la moral, tanto tiempo abatida; sois un símbolo^
de dicha, sois el aura apacible que viene a revivir en los co­
razones el casi extinguido fuego de la virtud. Dios os ha
prolongado la vida por entre azares y peligros, no tanto pa­
ra recompensaros, como para que obréis el bien de la patria,
en la oportunidad debida. Os ha preparado en la adversidad
para una misión de paz y de concordia.
Para hacer de vos un enviado, os ha hecho transitar por
las eminencias y los abismos de la vida humana, dándoos
moderación y fortaleza.
Ciñó vuestras sienes de frondosos laureles y puso la
humildad en vuestro corazón para que no os envaneciérais.
Colocó en vuestras manos las riendas del Estado, y en
vuestro pecho la probidad y la benevolencia para que vues­
tras manos no se manchasen en el crimen.
— 114 —
Os hizo víctima expiatoria de los errores de vuestros
conciudadanos, y os infundió la resignación del mártir.

Os trajo a la hora del triunfo más espléndido, del triun-<


fo de la virtud; y puso la caridad en vuestro corazón y el
perdón en vuestros labios; el perdón que fluye de ellos tan
copiosamente que envuelve a vuestros enemigos, cual es­
pesa niebla; y los roba a la dignidad y penetrante mirada
de la justicia.
Como soldado, como magistrado, como filósofo y como
cristiano, nos presentáis un alto ejemplo que seguir, un
cumplido modelo que imitar, y un conjunto de brillantes!
virtudes que arrebata nuestra admiración.
Nos presentáis el modelo del verdadero mas:, del hom­
bre que haciéndose dueño de sus pasiones, se consagra a
trabajar por la felicidad de sus semejantes.
Por eso es que llenos de fervor y de veneración veni­
mos ante vos a manifestaros nuestro regocijo por volveros,
a ver en el seno de la patria; y a implorar vuestra ayuda en
auxilio de nuestra institución.
Sí, querido h:., los oleajes del diluvio que inundando el
mundo profano, han llegado hasta nuestro templo, cubrien-
do su pavimento de cieno.
Falsos hh:. disfrazados con el manto de la caridad han
hecho ludibrio de nuestra institución.
Obreros indignos se han introducido furtivamente en el
templo, no a labi'ar la piedra bruta, no a pulirla, no a siw
tuarse entre el compás y la escuadra, sino a levantar alta­
res a la impiedad.
Venid, oh Señor, con el azote en la mano, cual otro
Jesús, a arrojar del templo a éstos mercaderes de la vir­
tud: venid a reanimar el espíritu de los que verdadera­
mente trabajan por la reedificación del templo.
Esa palabra de caridad que fluye tan fácilmente de
vuestros labios, resuene entre las columnas para vivificar
el espíritu de fraternidad: y la voz de vuestra justa indig­

— 115 —
nación al contemplar los abusos, haga retemblar la bóveda
estrellada, para que la iniquidad se confunda, huya y bus­
que el camino de la enmienda y de la expiación.
Venid, Herm:., a nuestro seno, para que podamos con­
firmar nuestros sentimientos con un abrazo fraternal. En­
tretanto, la Gr:. L:. de la República os saluda con los sign:.
num:. y bat:. de orden en el O:, de Caracas a 2 de mayo
de 1859 ( E V ‘|)
El M:. R:. G:. M:
Luis I). Correa.
El D:. G:. M:.
Eduardo Calcaño.
El 1er:. Gr:. Vig:. El 29. G:. Vig:.
Fernando A. Diez I. Manuel Cadenas Delgado.
El Gr:. Orad:. El Gr:. Sec:.
José Ramón Villasmil Alejandro Poeli.

A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.


A los M:. II:. HH‘|que COMPONEN LA Gr:. L:.
de VENEZUELA
S:. F:. U:.

Muy II:. y QQ:. H.H:.


Acepto con profundo agradecimiento la felicitación que
me habéis dirijido contenida en vuestra pl:. del 2 de Mayo
de 1859 de la Era Vulgar. En la efusión de vuestros frater­
nales y exquisitos sentimientos me habéis colmado de favo­
res que ahogan mi sensibilidad y embarazan la más justa
y debida retribución: se agolpan mis ideas, se multiplican
mis emociones, se dificulta la palabra, y en forzoso silencio
me postro agradecido ante vosotros, QQ: HH:.
Cesaron mis padecimientos morales desde el momento
en que pisé las playas de mi querida patria y me he visto
rodeado de mis compatriotas y entre los brazos de mis
HH:., y si son constantes mis ruegos al G:. A:. D:. U:. por

— 116 —
la felicidad de la República, no lo son menos para que derra­
me en el corazón de todos los venezolanos el bálsamo de la
concordia y de la sincera fraternidad. Son estos los senti­
mientos que abriga mi pecho como ciudadano y como más:,
y los que tengo la honra de trasmitiros en contestación a
la pl:. con que tan escesivamente me habéis favorecido.
Qs ruego, muy II:. y QQ:. HH:. que os dignéis recibir mi
gratitud y el afecto con que me despido de vosotros con
todos los núm:., sig:. y bat:. que nos son conocidos, al Or:.
de Caracas el 12 del mes de Junio del año 1859 (Era
vulgar).
JOSE A. PAEZ.

REPRESENTACION DE LA MASONERIA VENEZOLA­


NA AL CONGRESO NACIONAL

Ciudadano Presidente y demás miembros que compo­


nen la Honorable Cámara de Diputados.
El que suscribe, Serenísimo Gran Maestro accidental
del Grande Oriente Nacional de los Estados Unidos de Ve­
nezuela, ante ustedes con el mayor respeto y considera­
ción, expongo:
En 1817 se estableció en Venezuela la Sociedad Frac-
masónica la cual lleva 82 años de existencia y sin temor a
equivocarme es una de las sociedades más antiguas de la
República; y tiene esa existencia, porque ella está basada en
la caridad, el amor a sus semejantes, sustentadora de la
Paz y respeto a los Gobiernos constituidos, como lo com­
prueba la Constitución Masónica y de la cual me permito a-
compañar un ejemplar, razones éstas, para que todos los Go­
biernos de Venezuela la hayan distinguido entre todas las
demás sociedades, otorgándole consideraciones, atenciones,
protección y franquicias que a ninguna otra, bien sea por
la moral y tendencias que ella encierra, como también por­
que en su seno han figurado y figuran hombres muy dis­
tinguidos, como los Generales Siimón Bolívar, José Antonio
Páez, Carlos Soublette, Santiago Mariño, José Francisco

— 117 —
Bermúdez, José de Austria, Francisco de Avendaño, Doctor
Diego Bautista Urbaneja, Procer, Tomás J. Sanavria, M.
López de Umérez, General Felipe Esteves, Juan José Con­
de, Licenciado Francisco Aranda, F. Conde, G. Pompa, Es­
teban Escobar, Marcelino de la Plaza, Mauricio de la Cova,
George Córser, Manuel Cala, Presbítero Riera Aguinagal-
de, General Justo de Briceño, Manuel Felipe de Tovar, Esta­
nislao Rendón, Doctores Juan Bautista Urbaneja y Modesto
Urbaneja, Antonio Leocadio Guzmán, Gerónimo Márquez,
José Silverio González, Pedro Tomás Siso, Lorenzo Martu-
ret, José Manuel Rivero, Vicente Michelena, José Ma­
nuel de las Llamozas, Hermanos Blanco, José Grego
rio y Rafael A. de Lugo, Antonio Madrigal, Manuel
Echeandía, J. Charquet, Pedro Núñez de Cáceres, Luis
D. Correa, José Antonio González, Pedro Marturet, I.
J. Pardo, José Francisco Herrera, José Gregorio y José
Tadeo Monagas, José Laureano Silva, Diego A. de Al­
calá, Jacinto Gutiérrez, Juan Crisóstomo Falcón, Ra­
món Anzola Tovar, José M. Ponce, J. Tehodor,, J. A.
Freire, José de Irribarren, Vicente del Castillo, Roberto
Basalo, Francisco I. Carreño, Isidoro Hernández Bello, José
del Rosario Ponte, Manuel Ezequiel Bruzual, José Dolores
Landaeta, Rafael Martínez, Dr. Manuel Cadenas Delgado,
Carlos Elizondo, Pío Ceballos, Pío Albor, José Rafael Pa­
checo, Juan Crisóstomo Hurtado, Jesús María Blanco, Wen­
ceslao Carias, Francisco Linares Alcántara, Adolfo Lacom-
be, Hermanos Plaza, Jesús María Morales Marcano, Felipe
Esteves, Vicente Amengual, Fernando Arvelo, Joaquín Cres­
po, Rafael Agostini, José María Velásquez, F. M. Alfonzo,
Juan Bautista Monserrate, José M. Pelgrón, Jesús María
Rojas, Jesús María Goya, Joaquín Herrera, Rafael Caraba-
ño, Antonio Guzmán Blanco, Wenceslao Villanueva, Pedro
Ezequiel Rojas, Doctor Raimundo Andueza Palacio y otros
infinidad de ciudadanos que sería interminable demostrar;
y para probar más esa protección y deferencia de los go­
biernos de Venezuela a la Masonería, en 1855 dispuso el E-
jejcutivo Nacional que por medio de una circular del Minis­
terio del Interior, el honorable Licenciado señor Francisco
Aranda, que se cerrasen todas las sociedades existentes

— 118 —
en Venezuela por prevención de orden público, y el señor Go­
bernador, de Barcelona cumpliendo tal resolución pro­
hibió que la Respetable Logia Protectora de las Vir­
tudes número l 9, se reuniese; aquel Cuerpo ocurrió al
digno Ministro del Interior, el cual contestó por disposi­
ción de S:. E:. el Presidente de la República M:. I:. H:.
General José Tadeo Monagas y Serenísimo G:. M:. del G:.
O:. Nac:. la resolución que en copia certificada me permito
acompañar:

República de Venezuela. — Secretaría de Estado en


los Despachos del Interior y Justicia. — Sección 2í>. — Nú­
mero 410. — Caracas, 12 de octubre de 1855.—26 y 43.

“Señor Gobernador de la Provincia de Barcelona.

Impuesto el Poder Ejecutivo por la comunicación de


US. eL 19 de setiembre, número 106, de haber US. impedido
las reuniones de la Sociedad establecida en esa ciudad con
el nombre de “Logia Franc-Masónica”, por considerarla su­
jeta a las prevenciones sobre orden público, que se comuni­
caron a ésa gobernación por circular de este Ministerio de
7 de agosto último, número 262, me ha prevenido S:. E. decir
a US., que las Sociedades masónicas no deben comprenderse
entre las de que trata la resolución precitada, porque ni son
políticas ni dejan de ser bastante conocidas de la generali­
dad; “tanto más, cuanto que el espíritu de esa Institución
que tiene por exclusivo objeto adorar a Dios y amar a los
hombres, y cuyas prácticas son la caridad y beneficencia,
las hacen sumamente útiles a la sociedad, muy especialmen­
te en las presentes circunstancias de calamitosa situación
en las que han dado pruebas inequívocas de su acendrada
filantropía y elevada civilización”. En tal concepto, US. las
permitirá que se reúnan libremente según sus intintos, pa­
ra que continúen sus trabajos humanitarios.
Y tengo el honor de decirlo a US. para su cumpli­
miento.
— Soy de UD. atento servidor. — Francisco Aranda”.
Después de este importante y trascendental documento,

— 119 —
quedó declarado tácitamente, que la Masonería en Vene­
zuela, era la única sociedad que podía reunirse libremente.

No debo dejar pasar desapercibidos otros actos de bas­


tante significación.
Todos los Presidentes de Venezuela que han sido maso­
nes, como Páez, Tovar, Mariño, Soublette, los Monagas, Fal-
cón, Guzmán, Andueza y Crespo, han desempeñado al mis­
mo tiempo el puesto de Ser:. Gr.\ Maest:., y para corrobo­
rar más todo cuanto dejó expuesto, el Gobierno que presi­
dió en 1875 el M:. I:. H.\ Antonio G. Blanco erogó sumas
de consideración para ayudar a la conclusión del suntuoso
edificio que tiene la Masonería en esta ciudad, y el cual fué
inaugurado oficialmente en el año de 1876, habiendo sido el
orador de orden, el M:. I:. H:. Dr. Laureano Villanueva.

En 1894 el General Joaquín Crespo, Presidente de la


Renública y de la Masonería, ordenó la erogación tu
sumas para exornar todas las Cámaras del Templo, y dis­
puso al mismo tiempo, la exoneración de derecho de Adua­
na para todos los objetos y enseres que fueron traídos del
Exterior, y con los cuales fueron inaugurados aquellas el
24 de junio de 1895.

Ciudadanos Diputados: Os he hecho, pues una sucinta


relación referente a la Masonería en Venezuela, la cual co­
mo ya os he dicho, lleva 82 años de existencia, por sus
bases, ideas, tendencias, principios, los hombres que la
han formado, las consideraciones y protecciones que ha re­
cibido de los Gobiernos, y que ha sido la única sociedad que
ha disfrutado esas franquicias, y la cual tiene en toda la
República 59 Cuerpos bajo su jurisdicción.

En vista, pues, de estos razonamientos, ocurro a voso­


tros que sois los Representantes de la Soberanía Nacio­
nal, para exigiros, que reconocida oficialmente como está
la Masonería Venezolana por resolución de 11 de octubre
de 1855, os sirváis tanto por los razonamientos apuntados,
como por ser las sociedades masónicas sumamente útiles a

— 120 —
la sociedad en que han dado y siguen dando constantes e
inequívocas pruebas de su acendrada filantropía y elevada
civilización “como lo expresa la citada resolución”, le con­
cedáis el derecho de circular su correspondencia por las Es­
tafetas de la República libre del pago, a todos los Cuerpos
Masónicos, como la ha venido efectuando por más de se­
senta años, hasta el próximo pasado que por la nueva Ley
de Correos se le suspendió aquel derecho.

Es justicia que espero alcanzar de los dignos miem­


bros que componen la Cámara de Diputados, en Caracas a 5
de marzo de 1899.

Con toda consideración y respeto me suscribo de uste­


des atento seguro servidor.
MASSIMO CRESCENTINO.

EL CONGRESO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE


VENEZUELA

Acuerda:

Art. único. Se exonera de los derechos postales para


la correspondencia oficial que circula en el Territorio de la
República a todos los Cuerpos Masónicos existentes en ella.
Dado en el Palacio Federal Legislativo en Caracas, a
10 de mayo de 1899. — Año 88°. de la Independencia y 41°
de la Federación.

El Presidente,
F. González Guinan.

El 1er. Vicepresidnete,
Pedro Vicente Mijares.

El 29 Vicepresidente
Gonzalo Picón Febres.

El 3er. Vicepresidente,
José María Gil.

— 121 —
El 4°. Vicepresidente,
Angel Barreto Lima.

El 59. Vicepresidente,
J. M. España Núñez.
Los Secretarios,
Julio H. Bermúdez, Vicente Pimentel.

SENADORES Y DIPUTADOS QUE APROBARON EL


ACUERDO ANTERIOR

Doctor Francisco Guinand, Dr. Pedro Vicente Mijares,


Doctor José María Gil, Doctor Angel Barreto Lima, General
J. M. España Núñez, General Julio Couput, General Del­
fín E. Aguilera, Doctor Juan Bautista Chávez, Doctor Plá­
cido D. Rodríguez, Doctor Francisco de Paula Andrade, Ge­
neral Jesús Torres Carujo, ciudadano P. A. Febres Cordero,
General Abelardo Arismendi, General Pablo José Pérez, Ge­
neral Jorge Uslar, General Francisco González Espinoza,
General Jacinto Regino Pachano, General Carlos Herrera,
General Pedro Julián Acosta, General Antonio Landines,
Docto? Diego Bustillos, General Francisco Tosta García, Ge­
neral José Félix Mora, General José María Rivas, Bachiller
Leopoldo Torres, General Román A. La Rosa, General Rai­
mundo Fonseca, Doctor Francisco E. Bustamante, General
Adolfo Olmo, ciudadano Jacobo Pimentel, Doctor Luis Al­
calá Sucre, Doctor Leónidas Agüero, Pedro Miguel Reyes,
Ciudadano Francisco Pimentel, Doctor Pedro María Bri-
to González, General Pedro Oderiz, ciudadano Luis R.
Guzmán, General Santiago Sánchez, Doctor Adriana
Riera Aguinaagalde, General Manuel Antonio Cabello, Doc­
tor José María Rodríguez Armas, coudadano Rafael Reyes
Gordon, Doctor Federico Chirinos, ciudadano Julio Calcaño,
Doctor José Rafael Pacheco, General Pedro Trejo Tapia, Ge­
neral Pedro Tomás Lander, General Alejandro Dúchame,

— 122 —
Doctor Manuel Antonio Martínez, Doctor José María Orte­
ga Martínez, Doctor Carlos S. Tamayb, Doctor Enrique Ur-
daneta Maya, Doctor J. M. Torrealba García, Doctor Juan
José Herrera Toro y General Juan Tomás Pérez.

Los que negaron fueron:


Doctor José Manuel Montenegro, ciudadanos Enrique
Chaumer, José M. Manrique y S. Leopoldo Maldonado.

A:. L:. G:. D:. G:. A:. D:. U:.

GRANDE ORIENTE NACIONAL DE LOS ESTADOS


UNIDOS I)E VENEZUELA

Or:. de Caracas, 2 de junio de 1899.

Ciudadano Ministro de Correos y Telégrafos.


En la Gaceta Oficial número 7.634, está inserto el A-
cuerdo del Congreso Nacional del 10 del mes próximo»
pasado, ^or el cual se exonera de los derechos postales la
corespondencia oficial que circule en el teritorio de la Re­
pública a todos los Cuerpos Masónicos existentes en ella.
Consecuente a este Acuerdo, el Gran Secretario de la
muy respetable Gran Logia, ocurrió al correo para saber si
se hacía efectivo lo dispuesto por el Congreso de la Repú­
blica; y se le contestó, de que el Acuerdo de que me ocupo
tenía que serle comunicado por el Ministerio del digno cargo
de usted.
Ruego a usted, ciudadano Ministro, se sirva disponer
que se llene este requisito a fin de hacer efectivo la con­
cesión del Congreso.
Con sentimientos de la consideración más distinguida
soy de usted afectísimo servidor,
El Serenísimo Gran Maestro,

JUAN TOMAS PEREZ.


— 123 —
Estados Unidos de Venezuela. — Ministerio de Corréos
y Telégrafos. — N° 1.228. — Caracas, 5 de junio de 1899.—
889. y 41?.

Ciudadano General Juan Tomás Pérez, Serenísimo Gran


Maestro del Grande Oriente Nacional.

Tengo a honra acusar a usted recibo de su nota del 2


del mes en curso, en la que participa a este Ministerio que,
consecuente con el Acuerdo publicado en la Gaceta Oficial
N9. 7.634, por el cual el Congreso Nacional exonera de los
derechos postales la correspondencia de los Cuerpos Ma­
sónicos de la República, el Secretario de la Gran Logia ocu­
rrió al correo para saber si se hacía efectiva aquella dis­
posición; y se le contestó, que el mencionado Acuerdo te­
nía que serle comunicado por este Despacho, en cuya vir­
tud se sirve usted exitarme a hacer llenar este requisito.

En contestación cúmpleme manifestarle que siendo


dicho Acuerdo un acto de impretermitible ejecución por
estar ya promulgado, de ningún modo es necesario co­
municarlo a los empleados del ramo de cerreos los cuales
han quedado impuestos de él con su publicación en la Ga­
ceta Oficial; ni podría tampoco oficiosamente este Despa­
cho transcribir un acto de Congreso respecto del cual no
se le ha hecho ninguna participación por su promulgación
como los demás emanados de este Alto Cuerpo.

Por consiguiente, llenos los requitiso que hacen de


rigor el cumplimiento del Acuerdo y que dan derecho
perfecto a los Cuerpos Masónicos para la franquicia, nin­
gún empleado postal puede, sin faltar a sus deberes ni in­
currir en responsabilidad, alegar circunstancia alguna para
no cumplir ese acto de exención que favorece a un respe­
table y numeroso gremio nacional.

Dios y Federación,

J.L.ARISMENDI.

— 124 —
LISTA I)E LOS SACERDOTES QUE HAN PERTENE­

CIDO A LA MASONERIA VENEZOLANA

Iltmo. señor Dr. Ramón Ignacio Méndez, Arzobispo de


Venezuela, Gran Patriota, orador y hombre de ciencia,
g r:. 3<?.

Pbro. José Félix Blanco, General de División de la an­


tigua Colombia, político notable, historiador y dignísimo
Ministro del Altar, gr.: 33.

Pbro. Dr. José Manuel Rivero, Canónigo notable de


la Catedral de Caracas, orador sagrado, gran político y
hombre de vastos conocimientos, gr:. 33.

Pbro. Dr. Rafael Alvelo, gr:. 39.

Rvdo. P. León Arteaga, gr:. 39.

Pbro. Dr. León Manuel Romero, Arcediano de la Cate­


dral de Caracas, gr:. 39.

Pbro. Br. Francisco Ayala, gr:. 3?.


Pbro. Pedro Pablo Sarmiento, cura y vicario de Ca­
labozo gr. 33.

Iltmo. señor Dr. Mariano Fernández Fortique, antiguo


Obispo de Guayana, Deán de la Metropolitana de Caracas,
hombre de vasto saber y de virtud ejemplar, gr:. 39.

Pbro. Dr. Andrés Riera Aguinagalde, Obispo de la


Diócesis de Barquisimpto y Guárico, insigne orador sagra­
do, gr:. 18.

Pbro. Francisco Warlosten, cura párroco de muchos


pueblos del Centro de la República, hombre de ilustración
y austeras prácticas como ciudadano y sacerdote gr.: 18.

— 125 —
Pbro. Dr. José Lorenzo Rivero, fraile dominico y cape­
llán de la Iglesia de San Jacinto de Caracas, orador sagrado,
gr:. 18.

Pbro. Cayetano Esteller, cura de varios pueblos de la


República y entre ellos de algunos del Portuguesa, sacer­
dote de grandes conocimientos y virtudes, cuyo nombre se
ha perpetuado en un Municipio de la dicha sección Portu­
guesa, gr:. 18.

Pbro. Francisco Pérez Cabeza, cura español, charlista,


sacerdote celosísimo del culto católico que murió ejerciendo
fi curato de San Rafael de Orituco, gr:. 18.

Pbro. Manuel Ferrer, cura de varios pueblos y entre


ellos de Parapara, gr:. 18.

Pbro. F'rancisco Tejera, canónigo de la Catedral de


Caracas, dignísimo Ministro del Altar, gr:. 18.

MANUEL LANDAETA ROSALES (*)


Académico.

(*) Los sacerdotes de esta lista, son los que constan de los libros,
expedientes y cuadros masónicos, no figurando en ella aquellos
que se iniciaron en Logias foráneas).
SACERDOTES INICIADOS EN LA L O G IA DE CARUPANO

Pbro. Martín José de Oriach, 11 9 de Diciembre de


1814.
Pbro. Epaminondas Lozano, el l 9 de mayo de 1825.

Fray Ramón de Albizu, el 11 de setiembre de 1825.

Fray Juan Bta. Molinar, el 24 de noviembre de 1836.

Pbro. Máximo P. Matamoros, el 24 de noviembre de


1835.

Pbro. Juan S. Piesse, el 10 de Enero de 1840.

Fray Francisco de Barcelona, el 5 de agosto de 1840.

Pbro. Dr. José F. Roca, el 3 de abril de 1842.

Pbro. Vicente Ferrara, el 4 de marzo de 1901 (**).

Son copias auténticas.

C. B. R.

(**) Expedientes y comprobantes, en los archivos de la Respetable


Logia Virtud y Orden al Or. de Carúpano.
B I B L I O G R A F I A

Obras y documentos citados

Diccionario Enciclopédico Masónico — Tomo I — Pág. 693.

Angel Grisanti — M IRAN DA PRECURSOR. — Pág. 20 al 23.

Jules Mancini — BOLIVAR Y LA EM AN CIPACION DE LAS CO­


LONIAS ESPAÑOLAS. — Cap. I I I — Pág. 269 y 270.

Larrazábal — VIDA DE BOLIVAR. — Pág. 41.


M EM ORIAS DE O’LEA RY — Tomo I. — Pág. 25, 27 y 81.
B. Tavera Acosta — ANALES DE GU AYANA — Pág. 166 y 167-.
Baralt y Díaz — RESUM EN DE LA HISTORIA DE VENEZUELA.
Tomo I — Pág. 385.
Márquez de Rojas — Biblioteca de Escritores Venezolanos — Pág.
10 — Introducción.
J. H. Pardo de Tavera — RESEÑA HISTORICA DE F IL IP IN A S
DESDE SU D ESCUBRIM IEN TO HASTA 1903. — Pág. 31.
Márquez de Rojas — Repertorio Americano, tomo I pág. 244.
O’Leary — Obra citada — Pág. 258.

Mancini — Obra citada — Pág. 320.


M EM ORIAS DE O’L EA RY — Tomo I I I — Pág. 124.
“La Opinión Nacional”, periódico de Caracas, publicado el 28 de
octubre de 1874, como un homenaje al Libertador. Biblio-’
teca Nacional.
Revista “Elite” N v 1609 del 28-7-56. Documento histórico.

Francisco Javier Yanes. — Historia de Venezuela. — Pág. 192.

Boletín de la Gran Logia de Bolivia, publicado para las bodas de plata


de esa Gran Logia 1929-1954.
Actas, Documentos y comprobantes, de los archivos del Supremo
Consejo Masónico y de las Logias de Venezuela.

Son copias auténticas.

C. B. Ií.

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