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Dios cuida su nombre

En hebreo el nombre de Dios se escribe con cuatro consonantes: YHWH. Es pronunciado


por muchos como Yahweh y traducido como Jehová. La realidad es que nadie sabe hoy
realmente como se pronuncia este nombre pues la pronunciación se ha pedido con el tiempo.
Esto se debe a que los judíos no pronunciaban el nombre de Dios por temor a romper el tercer
mandamiento.
Pregunta 53: ¿Cuál es el tercer mandamiento?
R: El tercer mandamiento es: No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano;
porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano. (Ex. 20:7, Dt. 5:11)
Es obvio que el mandamiento no prohíbe el simple pronunciamiento del nombre de Dios,
tal como lo entendían los judíos. Si esto hubiera sido así el nombre de Dios no estaría registrado
tantas veces en varios libros del AT y en los salmos.
Pero hoy podemos ver una actitud completamente opuesta a la de los judíos legalistas. No
es difícil escuchar chistes sobre Dios o imágenes donde el nombre de Dios se usa a la ligera.
Pregunta 54: ¿Qué demanda el tercer mandamiento?
R: El tercer mandamiento demanda el usar santa y reverentemente los nombres, los
títulos, los atributos, las ordenanzas, la Palabra y las obras de Dios
Aunque el mandamiento está en forma negativa, es decir, lo que prohíbe, sus demandas
positivas están implícitas, porque no vasta no usar el nombre de Dios en vano, sino que
debemos honrarlo con nuestras acciones y palabras.
Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, la primera petición que enseñó fue:
“santificado sea tu nombre” (Mt. 6:9). Necesitamos pedir a Dios que nos ayude con esta tarea.
¿Honras el nombre del Señor viviendo una vida digna del evangelio? Si los que te rodean y
saben que eres cristiano no se dan cuenta de la coherencia entre los que dices y lo que vives, el
nombre de Dios está siendo deshonrado. Pablo acusó a los judíos de hacer precisamente esto.
Después de demostrar la inconsistencia en sus vidas les dijo: “¿Tú que te jactas de la Ley, con
infracción de la Ley deshonras a Dios? Porque como está escrito, el nombra de Dios es
blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros” (Ro. 2:23-24).
Al ser nosotros cristianos, llevamos el nombre de Dios con nosotros y necesitamos
honrarlo. En el Salmo 15, David dice que una de las características del que vivirá con el Señor
en su santo monte es jurar en perjuicio propio y no retractarse, es decir, cumplir la palabra
empeñada, aunque reciba daño, porque todo el que empeña la palabra, lo hace en el nombre del
Señor. Por eso Jesús enseña que los juramentos siempre deben cumplirse diciendo: “Cuando
ustedes digan “sí”, que sea realmente “sí”; y cuando digan “no”, que sea “no”. Cualquier
cosa de más proviene del maligno” (Mt. 5:37). Cualquiera que quebranta un juramento es un
mentiroso y su padre es el diablo (Jn. 8:44).
Pregunta 55: ¿Qué prohíbe el tercer mandamiento?
R: El tercer mandamiento prohíbe toda profanación o abuso de cualquier cosa por
la cual Dios se da a conocer
Nos damos cuenta de que este punto está claro en el mandamiento. La palabra que se
traduce en nuestras Biblias como “vano” puede entenderse como “falsedad” o incluso
“vanidad”. Lo que se prohíbe, pues, es que se abuse del nombre del Señor.
Ya hemos dicho que una de las maneras de usar el santo nombre de Dios en forma
abusiva, es jurar en falso. Pero hay otras formas de profanar el nombre de Dios. Cuando se usa
místicamente o burlonamente, como en muchos clichés evangélicos, o cuando se usa en chistes,
muchas veces en boca de los mismos cristianos.
La respuesta del Catecismo Mayor, que amplia la del Catecismo Menor, señala como
infracción del mandato “algún otro modo de pervertir la palabra o alguna parte de ella” y “el
sostener falsas doctrinas” (leer pregunta 113 de CMW). Aquí, por lo menos hay dos problemas
serios. Uno tiene que ver con los falsos maestros, que tuercen la palabra de Dios. Los cristianos
serios a menudo han fallado en condenar las falsas enseñanzas bajo el disfraz de la tolerancia.
Cuando Pablo se dio cuenta de los que pervertían la fe de los cristianos en Creta, le escribió a
Tito diciéndole que era necesario silenciar a estos falsos maestros.
Vemos esto claramente en aquellos que hacen promesas en el nombre de Dios, afirmando
que los creyentes ya no tendrán problemas económicos o de salud, mediante el cumplimiento de
campañas y similares.
El otro problema se refiere a la mala interpretación de las Escrituras. En ese sentido,
quienes formar parte de una iglesia confesional, como este pequeño grupo aquí representado,
estamos protegidos, ya que la CFW y los catecismos a los que nos subscribimos como correcta
interpretación de la Biblia, sirven de faro para la comprensión. Sin embargo, es triste notar que
no pocas personas cometen perjurio, que, como ya hemos visto, también es quebrantamiento del
tercer mandamiento, y enseña lo contrario de los que creemos, pervirtiendo la fe de la iglesia.
Tenemos y tienes que tomarte esto muy en serio.
Pregunta 56: ¿Cuál es la razón determinante del tercer mandamiento?
R: La razón determinante del tercer mandamiento es, que por mas que eviten los
infractores de este mandamiento el castigo humano, el Señor nuestro Dios no les dejará
escapar de su justo juicio
A Dios le importa su nombre. Al pueblo de Israel le dijo: “Por mí, por amor de mí mismo
lo haré, para que no sea mancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro (Is. 48:11).
Como parte del pueblo que es llamado por el nombre de Dios (2Cro. 7:14, Dn. 9:19),
debemos vivir honrando el nombre del Señor Jesucristo, a quien Dios “exaltó hasta lo sumo y le
dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla
de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre (Fil. 2:9-11).

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