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MÓDULO 1 - ORIGEN Y EVOLUCIÓN

1.1. CONCEPTUALIZACIÓN
El diseño de interiores va mucho más allá de “hacer que un lugar quede bonito”. Según Simon
Dodsworth (2009), interiorista y profesor, esta disciplina pretende que los individuos cambien la
forma de usar y de disfrutar del espacio en el que viven:

Esta disciplina pretende adoptar un enfoque integral acerca de la forma en que los
individuos utilizan y disfrutan el espacio donde viven. Se pretende encontrar y crear
una respuesta global a un conjunto de problemas y presentar una solución que
unifique y refuerce nuestra experiencia de un espacio concreto. Mucha gente es
consciente de ello, y de que no cuenta con los conocimientos necesarios para
enfrentarse por sí sola a la tarea. Y ahí es donde nace la necesidad de contar con
interioristas profesionales.

Así pues, el diseño de interiores consiste en la planificación, la distribución y el diseño de los


espacios interiores de los edificios. Su propósito es organizar las distintas partes como un todo
coherente, con el fin de conseguir determinados objetivos.

Cuando es bueno, el diseño aporta una nueva dimensión al espacio. Es capaz de aumentar la
eficacia de las acciones humanas en la vida cotidiana, además de añadirle profundidad, sentido y
significado al entorno construido.

Si es meditado y está adecuadamente estructurado, el diseño también facilita el entendimiento de


un ambiente en concreto y hace que sea beneficioso anímicamente habitar en él.

En conclusión, no es únicamente una organización estética, sino una disciplina práctica y


filosófica: “un espacio armónico revela un desafío lógico y racional del statu quo y puede ser un
modo de hallar formas nuevas y estimulantes de desarrollar nuestra vida” (Dodsworth, 2009).

Conceptualización

1.1.1. Diferencia entre interiorismo y decoración de


interiores

La confusión entre interiorismo/diseño de interiores y decoración de interiores es común. Los


interioristas o diseñadores de interiores cubren, en cierto modo, el vacío existente entre los
arquitectos de interiores y los decoradores de interiores.

Así pues, los interioristas pueden gestionar proyectos puramente decorativos, pero también
aquellos en los que se requiere una gran transformación de la estructura para cumplir con los
requerimientos del cliente.

Estos profesionales deben ser capaces de estar a cargo, de forma competente, de la planificación

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espacial, de la creación de esquemas decorativos y del planteamiento de grandes cambios
estructurales.

Los decoradores, en cambio, suelen trabajar con espacios existentes que no requieren una
alteración física. Transforman la apariencia de un interior mediante el uso del color, de la
iluminación y de los acabados de las superficies.

Lo consiguen de forma que dichos espacios se adecúan más a una función concreta y diferente de
aquella para la que fueron originalmente creados, con una modificación mínima o nula de la
estructura del edificio.

1.2. HISTORIA DEL INTERIORISMO Y DE LA


DECORACIÓN
Los periodos y movimientos clave para el desarrollo del interiorismo y de la decoración fueron,
principalmente: Mundo Clásico (Grecia y Roma); Bizancio y Edad Media; Renacimiento; Barroco;
Rococó, palladiano y neoclásico; Arts and Crafts, Art Nouveau y Beaux Arts; Art Déco; y escuela
Bauhaus.

A continuación se exponen algunas de las características más relevantes de los periodos y


movimientos nombrados.

1.2.1. Mundo clásico: Grecia y Roma

Los interiores domésticos de los clásicos permanecieron ocultos hasta mucho después del
Renacimiento. En el siglo XVIII se pudo empezar a estudiar con rigor el aspecto de un hogar
romano.

La naturaleza y los elementos religiosos eran recurrentes en el ámbito decorativo. Se establecía


una íntima relación entre los interiores de las casas y los diversos ámbitos de la vida cotidiana.

Las características principales de la arquitectura griega eran la simetría , la unidad y la


sencillez, relegando la decoración a un segundo plano. No obstante, los palacios prehelénicos de
Micenas y Creta estaban suntuosamente ornamentados con frescos de colores atrevidos y piezas
artesanas en marfil, cerámica, oro, bronce y plata.

Los cánones escultóricos y los estilos arquitectónicos de esta época han sido recreados a lo largo
de la historia de Occidente. En el orden dórico las columnas poseían capiteles sencillos y sin
decorar, en el jónico presentaban volutas y en el corintio se caracterizaban por tener hojas de
acanto.

Muchos rasgos de los hogares romanos evolucionaron a partir de prototipos griegos. Los rastros
de decoración fija en muros, techos o pavimentos en Grecia son escasos.

La mayoría de casas prehelenas estaban pintadas con una o más zonas de color, siendo el rojo el

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favorito. Las telas en sillas, sofás y paredes eran frecuentes.

En Olinto se encontraron muchas casas del siglo V a.C. que se ajustaban a las descripciones que
Vitruvio, escritor de la época, hizo sobre la casa griega:

La mayor parte de las casas encontradas en Olinto datan del siglo V a.C. y se ajustan a
las descripciones de «la casa griega» de Vitruvio. L os suelos de muchas casas
mediterráneas apenas consistían en tierra bien apisonada en la planta baja, y un piso
de madera en caso de haber una planta superior. En las casas más pobres, el suelo de
la planta superior estaba hecho de barro […], pero en las casas más grandes […] se
observan ocasionalmente suelos de madera en los pisos superiores. También se
usaban losas de pizarra. […]

Los suelos de tierra apisonada, que hoy consideraríamos toscos, compartían sin
ningún rubor, al parecer, interiores con paredes elegantemente decoradas y un rico
mobiliario, aunque es probable que los griegos desarrollaran métodos para disimular
incluso los materiales más sencillos. […] Muchos de los recursos empleados en los
mosaicos de los suelos helénicos y romanos hacen su aparición en la Grecia antigua,
como la práctica de señalar con mosaicos en el suelo la posición de los objetos de
mobiliario importantes, como camas o sofás para comer (triclinia).
(McCorquodale, 1985).

La información directa referida a los interiores romanos proviene de Pompeya y Herculano, y hace
referencia a uno de los tipos de casas existentes: las casas urbanas o domus. Su disposición
respondía mayoritariamente al siguiente esquema:

Fundamentalmente, las casas consistían en un porche de entrada (vestibulum),


seguido de un pasillo corto (fauces) y, a cada lado del ‘atrium’, unas alcobas pequeñas
y cuadradas (cubicula). En ellas […] solía aparecer marcado el contorno del lecho en el
suelo y, ocasionalmente, en el techo. Justo a continuación se encontraba la sala
principal de recibir de la casa, el ‘tablinum’, separado del ‘atrium’ por una cortina u
hoja de madera y que solía tener una vista del jardín (hortus) a través de una ventana,
característica que no solía observarse en el resto de las dependencias. A un lado
quedaba el comedor (triclinium), denominado así por la colocación, en ángulo recto,
de los tres sofás de comer, o ‘klinai’. Hasta mucho más tarde no empezaron a
aparecer en las calles de las ciudades los edificios de varios pisos, que solían
incorporar las ventanas omitidas en las plantas bajas por razones de seguridad y para
aislarse de los ruidos. En este modelo general pueden hacerse muchas variantes, pero
es precisamente en las habitaciones mencionadas donde se encontraba la mayor
parte de la decoración que nos ocupa. (McCorquodale, 1985).

Las familias más adineradas empezaron a utilizar una gran variedad de materiales en el suelo,
como el mosaico o el mármol. Aparte de las representaciones de deidades, animales, máscaras y
retratos, muchos mosaicos tenían diseños astrológicos y esotéricos.

En general, había una relación precisa entre el suelo y el diseño del techo. Los motivos
geométricos de colores contrastados estuvieron de moda en el periodo de Augusto.

Las pinturas murales de la antigua Roma y sus transformaciones aportan una de las muestras más
originales de la decoración de interiores. En Pompeya, el arqueólogo alemán August Mau definió
cuatro estilos:

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● Inkrustationsstil (estilo incrustado) o Primer estilo de Pompeya. Inspirado en el estilo
griego de mampostería, pretendía imitar las incrustaciones de mármoles. Destacaba también
por sus paredes decoradas con pinturas basadas en hechos o cosas reales, principalmente de
motivos paisajísticos y de guerra. Las casas tenían ventanas pequeñas, probablemente por el
deseo de extender el espacio mediante el uso de la pintura y de los efectos ópticos con
detalles arquitectónicos simulados. Se ponía en relieve la naturaleza plana y estructural de las
paredes.
● Architekturstil (estilo arquitectónico) o Segundo estilo de Pompeya. Estaba
caracterizado por la mezcla de realidad e ilusión, además de por el uso de la perspectiva
arquitectónica. Así pues, predominó el principio del ilusionismo. Según recoge McCorquodale
(1985), así expresaba Vitruvio los cambios respecto a la etapa anterior:

Hoy tenemos frescos de monstruosidades, en lugar de representaciones veraces de


cosas concretas. Por ejemplo, se ponen cañas en lugar de columnas, apéndices
acanalados con hojas enroscadas y volutas en lugar de pedimentos, candelabros que
sostienen representaciones de urnas y, encima de los pedimentos de estas (urnas),
numerosos tallos tiernos y volutas que les crecen de las raíces, mientras unas figuras
humanas se sientan incongruentemente sobre ellas; en ocasiones, los tallos solo
tienen medias figuras, unas con cabezas humanas y otras de animales.

● Ornamentaler stil (estilo ornamental) o Tercer estilo de Pompeya. Al contrario que


sus predecesores, este estilo no intentó expandir el espacio real con una ilusión de
arquitectura tridimensional. Destacaba por proporcionar fondos monocromáticos y
decoraciones enmarcadas en cuadros con figuras o paisajes, por ejemplo. Este marco
evolucionó de la arquitectura de fantasía del segundo estilo, pero se redujo a poco más que
un entramado continuo que sostenía motivos decorativos, entre los cuales destacaban
elegantes arabescos de hojas, delicados candelabros, zarcillos enredados, máscaras
suspendidas de hilos de seda y motivos abstractos de todo tipo.
● Fantasiestil (estilo fantástico o intrincado) o Cuarto estilo de Pompeya. Aunque
Vitruvio identificó solo tres estilos, Mau describió un cuarto, que resultaba de la combinación
de los dos anteriores. Los detalles arquitectónicos no eran ni tan sólidos como en el segundo
estilo ni tan evanescentes como en el tercero. Era habitual pintar toda una pared de color, así
como pintar habitaciones contiguas con colores opuestos. Sobre el fondo de color, se
realizaban dibujos lineales u otros motivos ornamentales. Dichos motivos eran más
elaborados que en etapas anteriores y, además, el número de figuras decorativas aumentó
(en paneles o colgadas de los elementos arquitectónicos).

Mundo clásico: Grecia y Roma

1.2.2. Bizancio y Edad Media

La arquitectura doméstica en el Bizancio y la Edad Media tenía muchos rasgos heredados de


Roma. Gran parte de la población vivía en pequeñas casas, mientras que los nobles y sus criados
lo hacían en castillos.

Los castillos, generalmente, tenían una estancia principal que se utilizaba tanto para
cocinar, como para comer y dormir. Cuando los dormitorios empezaron a disponerse
en habitaciones separadas, los criados dormían en la gran sala.

Este espacio acostumbraba a estar cubierto por un techo con grandes vigas de
madera, que más adelante empezaron a adornarse. Los suelos destacaban por ser de
piedra, tierra, ladrillo o azulejos.

Poniendo el foco en la decoración, cabe destacar que se evitaban los rasgos decorativos

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permanentes y abultados. Esto se debía al modo de vida itinerante propio de gran parte de
este periodo.

Los elementos principales del mobiliario eran mesas, bancos, taburetes y arquetas. Las
arquetas acostumbraban a ser grandes, ya que en ellas se almacenaba la mayor parte de las
pertenencias del propietario del castillo; en cuanto a su material, solían ser únicamente de hierro
forjado o bien de madera reforzada con hierro forjado.

Así pues, el color y los detalles eran habituales para embellecer los elementos básicos de la
vivienda: techos, paredes y suelos. La necesidad de aislarse frente a las temperaturas del exterior,
llevó a cubrir de cal las paredes de piedra. Estas se decoraban con pinturas al fresco.

Los azulejos predominaban en tonos amarillos, negros, marrones y verdes. Los dibujos
geométricos regulares y los de animales, pájaros, rostros humanos y emblemas heráldicos eran
recurrentes.

Se adoptaron diversos tipos de pavimento de piedra, con losas grabadas o mármoles cortados en
círculo, y con marcos y decoraciones en piedras semipreciosas como el pórfido, el jaspe y el
mármol de color.

Con el descubrimiento de los cañones y de la pólvora, los castillos dejaron de ser inexpugnables
en el siglo XIV. Este cambio, junto con el surgimiento de una burguesía de comerciantes, originó
una alta demanda de casas.

Tanto en la ciudad como en el campo, comenzaron a construirse viviendas de hasta dos y tres
pisos, con una distribución diferente de los espacios. Tenían cuarto de estar, cocina, dormitorios y
varias zonas de almacenaje.

Contaban con una decoración escasa, hasta que en el norte de Europa, en el siglo XV, se extendió
el uso de tapices para adornar, dividir estancias o cubrir los doseles de las camas. Además, se
popularizó el empleo de las cortinas en sustitución de las contraventanas de madera.

Bizancio y Edad Media

1.2.3. Renacimiento

En el siglo XV, con el Renacimiento ,surgió el interés por las formas y los tamaños de las
estancias y por las relaciones entre ellos. También nació el deseo de extender el espacio real por
medio de una distancia ficticia de los frescos, de las pinturas y de las esculturas.

Las casas tenían habitaciones grandes, con techos decorados con pinturas y molduras de
escayola. Generalmente, seguían un estilo que imitaba o derivaba del clásico.

El objetivo de la decoración era crear un efecto de esplendor y suntuosidad . El mobiliario era


escaso, y los aparadores, arquetas y armarios se diseñaban para armonizar con la arquitectura
simétrica de los espacios.

El revestimiento de madera, las ventanas con parteluces y las chimeneas exteriores e interiores

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con repisas eran recurrentes. Las habitaciones eran sencillas, aunque los techos y las paredes se
decoraban con adornos de escayola o con tapices.

Las superficies murales que no estaban cubiertas de tapices, cuadros o cortinajes de tela o cuero,
se pintaban con frescos o se adornaban con estuco, de forma muy popular a partir de principios
del siglo XVI.

Las ventanas, las puertas y las grandes camas de dosel se adornaban con terciopelo, damasco y
brocado. En las casas más lujosas, sobre todo durante la mayor parte del Quattrocento, los techos
eran de madera generalmente tallada, pintada y bañada en oro. A lo largo del siglo XVI
aparecieron combinaciones de madera, estuco e, incluso, pinturas y metales.

Cuando la decoración de techos y paredes era ostentosa o demasiado colorista, se optaba por
mattoni o losetas de terracota monocromáticas. Eran de uso común en todos los estratos sociales
y podían colocarse siguiendo diseños muy variados.

Decoración en el Renacimiento

1.2.4. Barroco

A principios del siglo XVII, el clasicismo del Renacimiento evolucionó hasta convertirse en el
estilo barroco . Este tuvo su mayor esplendor en Francia, y luego se extendió a Gran Bretaña y a
América. Lo caracterizaban la exuberancia y los detalles:

Se trata de un estilo magníficamente ornamentado, teatral, incluso exuberante, de


formas un tanto pesadas, con diseños a gran escala, con abundantes enlucidos
elaborados y decorados metálicos, con tallas labradas en madera, con revestimientos
y artesonados (que en aquella época se podían instalar y desmontar como un mueble)
pilastras, repisas (de las chimeneas) y tapicerías (Gilliatt, 2002).

El estilo barroco representaba lo contrario a la armonía clásica. No obstante, a pesar de su


exuberancia, destacó por ser el primero que trató el espacio como un lugar para vivir , no solo
para pasar y admirarlo o para celebrar grandes recepciones.

Las paredes comenzaron a recibir especial atención como espacios decorativos. Estas superficies
estaban recubiertas por muebles tallados (boiseries) y elegantes, habitualmente dorados y con
diseños de influencia oriental.

Los interiores barrocos fueron habituales en los hogares de los ricos europeos y americanos, que
se podían permitir el lujo de sus extravagancias. Este estilo quedó relegado por el rococó y en
algunas zonas por el clasicismo neopalladiano.

Decoración en el Barroco

1.2.5. Rococó, palladiano y neoclásico

El estilo rococó nació en París entre principios y mediados del siglo XVIII, en un momento en el

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que se experimentaba un interés por lo informal y por alejarse de los excesos.

Este estilo se caracterizaba por el uso de curvas y contra curvas elaboradas, aunque
finas. También eran comunes las molduras de madera en las superficies, simulando, a
veces, diseños geométricos.

En las paredes, predominaban los colores pastel o las representaciones de la


naturaleza, así como los tapices, a menudo con estampados florales. Respecto a los
adornos, el material más común era el metal con tonalidades en dorado.

En el siglo XVIII también destacó el renacimiento del estilo palladiano, originado en Inglaterra.
Fue introducido por el arquitecto Lord Burlington y uno de sus máximos exponentes fue Robert
Adam.

Adam trataba los interiores como una parte intrínseca del proyecto del edificio . Diseñaba
incluso las alfombras, para que estuviesen en armonía con la decoración de los techos.

El estilo neoclásico era “racional y de una elegancia serena; se caracterizaba por sus
sencillas formas geométricas, las superficies decorativas planas y lineales, y la ornamentación
con motivos griegos y romanos” (Gibbs, 2009).

Luis XVI, sustituto de Luis XV (1710-1774) en el último tercio del siglo XVIII, destacó por estar
ligado al estilo neoclásico. En su mobiliario predominaban las piezas de líneas y ángulos rectos.
Esto incluía las puertas, las ventanas y las repisas, cuyo diseño era rectangular.

Dejando atrás las escenas de la naturaleza, la pintura de las paredes reproducía imágenes
clásicas. Los techos, comunmente, se dejaban sin decorar, aunque también se les podía dar un
toque más lujoso representando el cielo con nubes.

Rococó, palladiano y neoclásico

1.2.6. Arts and Crafts, Art Nouveau y Beaux Arts

A medida que avanzaba el siglo XIX, la batalla entre estilos llevó a Europa y a Estados Unidos
hacia una arquitectura y unos interiores excesivos. En este contexto aparecieron movimientos
reformistas, como el Arts and Crafts.

El surgimiento del Arts and Crafts en Inglaterra puso en valor el “diseño honesto, los
materiales de calidad, la destreza de la obra artesanal tradicional y la belleza del
entorno” (Gibbs, 2009).

Así lo define la interiorista Mary Gilliatt (2002):

Este movimiento de la segunda mitad del siglo XIX, encabezado por William Morris y C.
R. Ashbee en Gran Bretaña, consistía en evitar toda clase de métodos para la
producción en serie, para volver a la creación de muebles individuales como en el
pasado. Aunque se pretendía crear un movimiento de igualdad, sus productos
resultaban demasiado caros para la gente común. Sin embargo, la empresa Sanderson

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and Liberty comenzó a reproducir los papeles pintados y los tejidos de Morris […]. En
Estados Unidos, el movimiento se centraba alrededor del estilo Mission y también de
la Prairie School.

El líder del movimiento fue William Morris. Diseñó elementos textiles, papel pintado y mobiliario.
Sus ideas influyeron también en Estados Unidos, donde surgió el Craftsman ,
movimiento defendido posteriormente por diseñadores como Elbert Hubbard y Gustav Stickley o
por arquitectos como Frank Lloyd Wright.

El Art Nouveau apareció a finales del siglo XIX en Europa. Era complejo , sus formas
asimétricas y curvas tuvieron influencia en la arquitectura y el interiorismo de Bélgica, Austria,
Alemania, Italia y España.

El estilo ecléctico Beaux Arts, que surgió en Francia, trajo consigo un desarrollo importante en el
interiorismo decimonónico. Comprendía varios estilos históricos y enfatizaba en el confort y la
armonía.

Los interiores lujosos se equipaban con mecanismos de comunicación mecánicos, cocinas y baños
sofisticados, ascensores y sistemas eléctricos. Así pues, los profesionales del sector aprendieron a
integrar las nuevas tecnologías en los proyectos.

Arts and Crafts, Art Nouveau y Beaux Arts

1.2.7. Siglo XX

El Art Déco fue un estilo extravagante que se popularizó durante el periodo de entreguerras.
Tomó su nombre de la primera exposición de artes decorativas celebrada en París en 1925:
L’Exposition des Arts Décoratifs et Industriels Modernes.

A finales de la década de 1920 y durante la de 1930, nació el movimiento moderno en la


Bauhaus , la influyente escuela de diseño alemana fundada por Walter Gropius y dirigida
posteriormente por el arquitecto Mies van der Rohe.

El movimiento moderno desplazó el Art Déco. La Bauhaus defendía el funcionalismo y la


restricción al mínimo en el uso del color, en la ornamentación y en los detalles
arquitectónicos, y exigía de mucha destreza para plasmar un diseño satisfactorio.

Con el avance del siglo XX , comenzó a surgir una brecha cada vez mayor entre el proyecto
arquitectónico y la decoración interior de los espacios. En realidad, los interioristas fueron una
novedad de esta época y la decoración se convirtió en una afición que fue ganando
popularidad.

De hecho, muchos de los primeros profesionales de este ámbito fueron aristócratas que vieron
una oportunidad para sacar partido de sus conocimientos y su buen gusto.

La II Guerra Mundial frenó, a nivel europeo, un periodo de gran actividad para arquitectos y
diseñadores durante dos décadas. Posteriormente, adquirió popularidad el estilo rústico,
empleado en la decoración de un gran número de casas de campo importantes.

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Durante un tiempo, volvieron las disciplinas clásicas y las formas históricas, introducidas por el
diseñador David Hicks en la década de 1960. El diseñador y restaurador británico Terence Conran
fue uno de los grandes defensores de un estilo más minimalista y funcional.

Siglo XX

1.2.8. Actualidad

El ejercicio profesional del interiorismo ha tenido que transformarse en los últimos cincuenta años,
para adaptarse a las exigencias actuales.

Lo que fue un campo para aficionados con talento es ahora una profesión por derecho , que
requiere de expertos que aúnen los conocimientos técnicos necesarios, talento para la creatividad
y capacidad para afrontar un proyecto.

A lo largo de la historia del interiorismo y de la decoración de interiores ha habido y hay un gran


número de expertos de referencia . Algunos de ellos son Bruno Munari, David Collins, Le
Corbusier, Karim Rashid, William Morris, Philippe Starck, Jean-Louis Deniot, Charlotte Perriand y
Dieter Rams.

RESUMEN
● El interiorista puede gestionar proyectos puramente decorativos, pero también aquellos en los
que se requiere una gran transformación de la estructura para cumplir con los requerimientos
del cliente.
● El decorador de interiores suele trabajar con espacios existentes que no requieren una
alteración física. Transforma la apariencia de los interiores mediante el uso del color, de la
iluminación y de los acabados de las superficies.
● Los periodos y movimientos clave para el desarrollo del interiorismo y de la decoración
fueron, principalmente: Mundo Clásico (Grecia y Roma); Bizancio y Edad Media; Renacimiento;
Barroco; Rococó, palladiano y neoclásico; Arts and Crafts, Art Nouveau y Beaux Arts; Art Déco;
y escuela Bauhaus.
● El ejercicio profesional del interiorismo se ha transformado en los últimos cincuenta años para
adaptarse a las exigencias actuales. Esta disciplina requiere de expertos que aúnen los
conocimientos técnicos necesarios, talento para la creatividad y capacidad para afrontar un
proyecto.
● Algunos de los referentes en interiorismo y decoración de interiores son Bruno Munari, David
Collins, Le Corbusier, Karim Rashid, William Morris, Philippe Starck, Jean-Louis Deniot,
Charlotte Perriand y Dieter Rams.

AUTOEVALUACIÓN
Contesta las siguientes preguntas y practica las bases teóricas de este capítulo. No olvides

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analizar y responder de acuerdo a lo que entendiste.

1. ¿Cuál es la diferencia entre el interiorismo y la decoración de interiores? 2. Menciona los cuatro


estilos de Pompeya. 3. El estilo barroco se caracteriza por sus sencillas formas geométricas, las
superficies decorativas planas y lineales, y la ornamentación con motivos griegos y romanos.
¿Verdadero o falso? 4. Nombra tres de los expertos de referencia en el ámbito del interiorismo y la
decoración de interiores. 5. ¿Cuáles son las tres principales características de la arquitectura
griega?

SOLUCIONARIO
1. ¿Cuál es la diferencia entre el interiorismo y la decoración de interiores? El
interiorismo puede gestionar proyectos puramente decorativos, pero también aquellos en los que
se requiere una gran transformación de la estructura para cumplir con los requerimientos del
cliente. La decoración de interiores suele trabajar con espacios existentes que no requieren una
alteración física. Los interiores se transforman mediante el uso del color, de la iluminación y de los
acabados de las superficies.

2. Menciona los cuatro estilos de Pompeya. En Pompeya se distinguieron cuatro estilos:

● Inkrustationsstil (estilo incrustado) o Primer estilo de Pompeya;


● Architekturstil (estilo arquitectónico) o Segundo estilo de Pompeya;
● Ornamentaler stil (estilo ornamental) o Tercer estilo de Pompeya;
● Fantasiestil (estilo fantástico o intrincado) o Cuarto estilo de Pompeya.

3. El estilo barroco se caracteriza por sus sencillas formas geométricas, las superficies
decorativas planas y lineales, y la ornamentación con motivos griegos y romanos.
¿Verdadero o falso? Falso. El estilo caracterizado por las formas geométricas sencillas, las
superficies decorativas planas y lineales, y la ornamentación con motivos griegos y romanos es el
neoclásico.

4. Nombra tres de los expertos de referencia en el ámbito del interiorismo y la


decoración de interiores. Algunos de los referentes en interiorismo y decoración de interiores
son Bruno Munari, David Collins, Le Corbusier, Karim Rashid, William Morris, Philippe Starck,
Jean-Louis Deniot, Charlotte Perriand y Dieter Rams.

5. ¿Cuáles son las tres principales características de la arquitectura griega? Las


características principales de la arquitectura griega son la simetría, la unidad y la sencillez.

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