Las Nuss techan el campo, parece que no ha
amanecido, aunque son las diez de la mafiana.
Llovié toda la noche. El chipi chipi persiste, pero
ya son solo gotas retardadas que el cielo escurre.
Enesta ciudad el clima parece ser un adolescente
que cambia de estilo a diario. Hoy es el primer
partido de la temporada.
Una pantalla de agua cubreel polvo, yel terre-
no de juego es un espejo. Nuestros reflejos nadan
entre esas pequefias olas que hacen las pisadas
y mi hermano luce invencible. Hoy solo me ha
dicho dos palabras: “si, gracias”, fue todo, y eso
porque le pregunté si se sentia mejor. Ya no tengo
el enojo de anoche, se me escapé entre los dedos
mientras dormia. Aunque lo que atin sostengo
con fuerza es el deseo de probarlea Dan que est’
equivocado. No soy un initil. Pero si lo soy, no es
nada facil serlo.
51Poco a poco los equipos se completan. Los juga-
dores hacen sus estiramientos en las pequefias is-
fas que dejé la Iluvia. El Bebén es el tinico que pisa
os charcos.No ha dejado de mover tres bates sobresu cabeza desde que lle-
g6, segiin él es parte de
su calentamiento. Para mi que se
siente Tritén y espera ahuyentar con su tri-
denteal resto de nosotros, los naufragos. Las pelotas
que lanza Dan son mi iiltimo grito de esperanza,
mensajes en botella que dicen: “jAuxilio! ,Cémo
se cacha?”,
Papa y mama se acercan. Siempre nos desean
buena suerte antes de subirse a las gradas,
Qué tengas un excelente juego —dice pap
a Beto—. Quién es el mejor?
Beto sonrie mientras pap le sostiene la cabeza
como si fuera una reliquia familiar. La suelta y
enseguida se da cuenta de que su otro hijo esta al
lado de él, Esconde sus manos detras de su espalda
igual de rapido que cuando mama nos encuentra
con dulces antes de la cena.
—Quién es el mejor picher? —se corrige—.
GY quién el mejor cicher? —su mano despeina
los cabellos de Tofio ya alocados por la humedad.
Papé respira aliviado, cree que se salvé por un
clo, pern ven la. quljada apretada da'Thaa ¥ na
sé si estoy de acuerdo.
—Qué tengan los dosun excelente juego —dice
mami con acento en /os dos. Con un vistazo se da
53cuenta de que sus hijos no estan contentos—.No
importa el resultado, diviértanse.
Papa se despide con un pufio cerrado que golpea
su pecho y luego extiende al aire. “Hacia adelante
y con el corazén en la mano”.
—Ahorita te alcanzo —le dice mam4—, ve
apartando lugar.
— {Ya lista esa rapida, Beto? —grita el Bebon
al pasar frente a nosotros con las calcetas enloda-
das—. Tengo ese lanzamiento grabado aqui —su
dedo cubierto con restos de crema de cacahuate
sefiala su sien.
Beto le lanza una mirada fija al Bebén, pero él
no la desvia, la conecta como si quisiera volverla
en otro jonrén.
‘Tofio pone sus manos alrededor desu boca para
dirigir el grito:
—No estés tan confiado, te vaa lanzaruna bola
no una pifiata.
—Tiini sabes lanzar —dice con burlael Bebén,
que se acerca amenazante.
‘Tofio cierra los pufios y sube los hombros.
—Buenos dias, Julianito, c6mo est tumamé?
—mamia interrumpe la pelea en potencia.
—Bien, sefiora, gracias.
—Me la saludas.
54El Bebén sonriea mami, pero sus ojos seachican
al ver a los gemelos, Hace una sefia como si fuera
apicarse los ojos y luego gira sus dedos hacia ellos
manteniendo la “Ve”, 0 sea: “los estoy checando”
y se va.
‘Mama jalaasus hijos y los mira seria,sin perder
su dulzura.
—;Qué les dije?
—Qué nos divirtiéramos —dice Tofto con los.
ojos enganchadosa la nuca del Bebon.
—jAh, sil, y también... acdbenlos —susurra.
Se despide de cada uno con un beso en la mejilla,
—jMama! —lelimpio el beso del cachetea Beto.
Camino al vestidor nos topamos con Marianela
ysu camara. Era obvio que no se perderia nuestro
primer juego. Nos movemos de un lado al otro,
pero adivina nuestros pasos como la mejor pareja
de baile. Beto se detiene y yo le muestro hacia
dénde debe ir ella para frenar el vals. Nos sonrie
y con saltos largos se va hacia abajo de las gradas.
De verdad es excéntrica.
Dan truena sus dedos con obsesién mientras Beto
calienta sus hombros. Vuelta tras vuelta nos lleva
en una mortal rueda de la fortuna. Siento vértigo.
55Caer, qué terrible sensacién. Prefiero quedarme
en el suelo y que mis dedos toquen base.
—Vasa lanzar bien hoy —le digo a Dan como
de costumbre,
—jZam? —me detiene de la musieca—.Sobre
ayer,
—Los dos dijimos cosas que no pensamos —lo
interrumpo.
—Sé que fui injusto. Te pedi que hicieras algo
que no puedes. Quiero que sepas que si loentiendo
—entrelazamos los dedos—. Ya no voy a esperar
nada distinto, eres mi hermano y te quiero tal
como eres.
ZAlguna vez has sentido tanta comezén que
quieres arrancarte la piel? Lo que encuentro
desesperante de esos momentos no es el picor en
si. Es el hecho de que, aunque sea mi picaz6n, mi
irritacién, mi ansiedad, no puedo rascarme con
mis propias ufias,es mi hermano el que tiene que
aliviarme,al que le pido que entierre las suyas en
mi, JNo es esa la definicién de intitil?
—jA qué te refieres con que ya no vasa esperar
nada distinto? —le digo mientras él calienta su
mufieca con un floreo digno de baile flamenco.
—No espero que vayas por la bola.
— Quieres que lance?
56—Por supuesto que no —se detiene—. No
podrias —rie.
—Entonces, ja qué te refieres? Beto necesita
de los dos para ser beisbolista.
—Quiza no. Seria solo cuestién de aprender a
lanzar con Ja manopla.
— (Se puede? /Ha habido algiin beisbolista en
Jigas mayores que juegue con una sola mano?
—No. Pero no te preocupes por eso ahora.
Un chiflido nos Llama, es Poncho. Los nifios lo
rodean y se agachan para reducir el circulo. Res-
pita profundo, como si fuera a cantar una nota
sostenida, mueve su indice y apunta a cada uno,
para avisar que lo que dira les incumbe a todos.
—Es probable que la mitad del juego no lan-
cen, no cachen, ni se muevan. Si Beto lanza sus
rapidas, el juego se va a quedar ahi. Pero quedan
advertidos... Nadie deja el campo! jNo vamos a
perder por default esta vez! —se lleva los dedos
indice y pulgar a la boca y chifla de nuevo, ahora
para indicar romper filas.
Los nifios corren a tomar su posicién en el
campo, Beto y Tofio se quedan.
—No me interesa saber por qué se la lanzaste
ayer 0 por qué crefste que era chistoso hacerlo
—dice el entrenador a Tofto.
57—No crei...
—No me interesa —lo interrumpe—. Nunca
més {Me escuchaste? Tu hermano no tiene que
cachar, solo lanzar. Lanzar como solo él puede y
con eso es suficiente. Ayer uno de los reclutadores
me pregunté por qué Beto habia cachado con la
derecha. ;Quieres que todos se enteren que es
porque le da miedo?
—No —dice Tofio, Su mano derecha rasga su
cuticula con furia hasta que le sale una gota de
sangre por un pellejito suelto.
—No me da miedo —dice Beto.
—Est bien, Beto, hay que lamar las cosas por
su nombre.
—jEn verdad le preguntaron eso? —le pre-
gunta Beto.
El entrenador asiente. Siento una aceleracién
en el pulso y los pensamientos de Beto Ilegan a
mien cédigo morse, “;Ya lo saben?” se pregunta,
“una mis y lo sabrn”. La frecuencia es clara.
—(Qué ves en un truco de magia? jAl mago
al conejo? —pregunta el entrenador al ver a
Beto cabizbajo.
—No sé mucho de magia.
—No importa, mueve la mano. Lanza mas ra-
pido cada vez y a nadie le importaré queno estés
58cachando —el entrenador seendereza—. Estamos
todos de acuerdo?
Pero noespera respuesta. Camina hacia la cueva
con las manos cruzadas tras su espalda.
Tofio le entrega la pelota a Beto. Quiere decir
algo, pero un suspiro le roba las palabras.
— (Por la victoria? —Beto extiende su dedo in-
dice y medio, se da tres golpes al pecho a la altura
del corazén y termina con el gesto al lado de la
sien. La seal de Los gemelos.
—Por la victoria —Tofio corresponde con los
mismos movimientos.
El saludo se vuelve un abrazo atropellado. Se
sontien y caminan en direcciones contrarias, Tofio
hacia la base y Beto, al monticulo.
Es la séptima entrada y estamos ganando 9-0. Mi
hermano lo hace genial, no solo los poncha, los
aniquila con su bola r4pida. Tofio pidié tiempo
fuera en cada out para ponerse hielo en la mano.
Dan ha lanzado cada vez con mas fuerza. El en-
trenador tenia raz6n, nadie se ha dado cuenta
de que no estoy cachando. La cortina de humo
esta hecha de brisa, una brisa que es cada vez mas
gruesa.
59E| Bebén se para en la base. Es su tercer turno
al bate. Los primeros dos abanicé todas y se fue
con tres strikes limpios. Hasta ahora parece mas un
juego de piedra, papel o tijera que de beisbol. Se
trata de que no adivine cuando vendré la rapida y
cuando la rapidisima, también en ese juego vamos
ganando. El Bebén esta atento a cada deralle para
descifrar la celeridad del lanzamiento. Tofio hace
lo mismo con él, revisa la posicién de sus manos
en el bate. El Beb6n las mueve de arriba abajo
comosi fuera una guitarra. Tofto sonrie.El Bebon
no tiene idea de qué viene, La mano de Tofio hace
un ndmero uno apuntando al suelo y después la
abre en forma de explosién. Mis vellos se ponen
de punta. Es una rapidisima.
Beto asiente. Estoy sorprendido de su control
mental. ;Cuando tomé6 clases de yoga? Es en ver-
dad un gran nifo que se merece todo lo que le
pasa. El Bebén saca las pompas y encorvasu espal-
da. Mi hermano lanza la bola con todo y su ta-
lento. Sale rapida. Muy rapida. Como describir
tal velocidad? Me faltan palabras. En un instante
el Beb6n cambia sus manos para recibirla. jLa
adivina! Oxigeno, sangre, venas, ;dénde estin?
Siento que algo corta mi circulacién. El bate al-
canza a rozar la bola de una costura, La conecta
60y flota. Toma altura, mucha aleura, pero nada de
distancia.
Enese instante me golpea una pregunta, roza las
costuras de mi inconsciente: A quése refiere Dan
al decir queme quiere como soy? {Cree que soy la
manera que tiene la vida para decirle a Beto que
nadiees perfecto? ;Cree que no tengootro propésito
mas que representar un impedimento? No quie-
ro set eso. No quiero arrancarle a nuestro nifio la
oportunidad de ser beisbolista. Ademas, ;e6mo cree
que soy? Ni siquiera yo sé quién soy. Pero sé que
no quiero ser definido solo por los momentos en
Jos que fallo. Quiero otra oportunidad. Una mas.
El entrenador grita algo desde la cueva. Una
duda me agarra como manita de puerco, pero no
dejo que tuerza més. Me sacudo y decido que pase
lo que pase lo intentaré, sin cAlculos, sin anilisis,
sin reflexiones, lo haré. Veo la pelota. Aunque mis
dedos pesan més de lo habitual por la manopla, me
abro hacia ella. Me doy cuenta en un segundo dénde
estoy, nunca habia Ilegado tan alto, No mires para
abajo. Ya no miro, Séa dénde voy. Siento un golpe
hueco en la palma como el de un “chécalas”. No
lo puedo creer. jCargo la bola! Aprieto los dedos
para resguardarla, Estoy en el aire y mi felicidad
atrapa el cielo entero. El viento me felicita y los
61rayos de sol me ciegan con sus
millones de flashes al fotogra-
fiarme, quieren inmortalizar
este momento.
Pero el momento dura
dos segundos.Siento que un golpe me sacude.
¢Quién puso un muro en medio
del campo? Es Tofto, Se me cae
lapelota.Del cielo al suelo en un
segundo. Beto desciendeen caida
libre. El impacto es inminente.
Crujidos. Tofio cae encima de
nosotros. Mas crujidos.
Se escucha un grito tras otro,
—j(Mi mano! —grita Beto.
—jMi mufieca! —grita Dan.
Salto a abrazarlo y con mis
dedos sujeto los suyos. Peque-
fios huesitos se asoman de
su piel, como espinas en el
tallo de una flor. Esto no
se siente real.
Decenas de personas
rodean a Beto. El entre-
nador lo mira como si
fuera el espectro de
\ ona vida pasada. Yono
yy sueltoa mi hermano.
—Tetengo—le
digo—, te tengo.