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PAUL C.

JAGOT

CIENCIA OCULTA
Y M A G I A PRÁCTICA
EL H O M B R E E N RELACIÓN C O N L A S ENERGÍAS
SECRETAS D E L U N I V E R S O , L O S FENÓMENOS
OCULTOS Y S U DETERMINISMO, E L ACCESO
MÁGICO, RITUAL DE L A MAGIA, TALISMANES

Traducción del francés por


C A R L O S AVALA NIETO

Edición ilustrada con las a 3 claves del


Tarot, otras figuras y diversos gráficos

EDITORIAL IBERIA, S. A .
Muntancr, 180 - B A R C E L O N A -36
A M. GUSTAVE FABIUS DE CHAMPVILLE,

gran psicólogo, quien tras cuarenta años


de esfuerzos consiguió que las ideas que
compartimos fueran aceptadas por la éli-
te intelectual.

Tercera edición: Enero, 1982 Con la respetuosa admiración


de un discípulo.

IMPRESO EN ESPAÑA
PR1NTED IN SPAIN

Depósito legal: B. 53 - 1982


ISBN: 84-7082-211-X

Derechos literarios y artísticos reservados para todos los países


© Copyright by Editorial Iberia, S. A. - Mttntaner, 180
Barcelona, 1982

Imprenta Juvenil, S. A. - Maracaibo, 11 - Barcelona-50


CAPÍTULO PRIMERO

LA C O N S T I T U C I O N O C U L T A D E L H O M B R E

«Una obra de arte es una p o r c i ó n de naturaleza vista a


través de un t e m p e r a m e n t o » , escribía Emile Zola.
Pero hay, también, algo de innata predisposición en la
inclinación de ciertos hombres a considerar el mundo sensi-
ble y la integridad cósmica a través del misticismo cuyos con-
ceptos codifica la ciencia oculta.
La filosofía h e r m é t i c a , aunque aparezca como ú n i c a m e n t e
subjetiva, implica siempre un resultado experimental: la ma-
gia; es decir, un conjunto de prácticas que verifican sus prin-
cipios.
E l pensador que busque certezas metafísicas las hallará
en la doctrina aquí bosquejada; o cuando menos ésta le ser-
virá de punto de apoyo para alcanzarlas. E l filósofo, ávido
de la ideología total, hallará en este libro la síntesis donde
se ordenan, conciliándose, la multitud de sistemas expresivos
desde la infinitud de puntos de vista bajo los cuales el uni-
verso ha sido escrutado hasta ahora. E l espíritu intuitivo,
que presiente, tras el fenómeno, la invisible serie de sus cau-
salidades rectoras c o m p r e n d e r á inmediatamente que han
sido sus habituales cabilaciones las que han a t r a í d o hasta
él este libro.
Aquellos que, vaga o vehementemente, se hallan turbados
por una aspiración hacia algún misterioso medio de actuar
sobre los seres, las circunstancias, la fatalidad, o bien aque-
llos a quienes preocupa la noción de estados psíquicos que
conduzcan directamente al conocimiento, e n c o n t r a r á n en la
ciencia oculta el conjunto de los principios descubiertos por
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todos los que a través de los siglos procuraron organizar


en sí mismos estas posibilidades latentes.
A menudo son imprecisas fantasías las que ponen a los
predestinados en la senda de l a iniciación; imprecisas fan-
tasías donde se entrevé l a idea de una relación que une la
intimidad pensante y volitiva del hombre con la vida y la in-
teligencia universales. Para los que así se ven asediados, des-
lumhrados, oscurecidos, incluso extraviados, por los prime-
ros rayos de este alba espiritual, pronto se a b r i r á la puerta
del santuario. E l ocultismo afirma esta relación. Sólo es ne-
cesario indicar sus bases individuales.
E l símbolo habla a las almas en vía de espiritualidad
mejor que las palabras. Los poetas y los videntes conocen
por instinto este lenguaje de los dioses. L o comprenden y
lo escriben. L a ciencia oculta lo utiliza de buen grado porque
permite condensar en una sola figura toda la gama de no-
ciones relativas a un mismo objeto. E l jeroglífico abunda en
los escritos h e r m é t i c o s porque atrae y polariza la meditación
del discípulo, que es transportado de este modo al verdadero
camino donde se oculta el secreto que él d e b e r á descubrir.
E l texto ayuda e incita al e s p í r i t u a resolver el enigma, pero
no podría por sí solo formular el sentido, precisamente infor-
mulable, que sólo el símbolo lleva en sí. (Ver fig. 1, pág. 9).
He aquí, superpuestos, cuatro dibujos configurativos de
la individualidad humana visible e invisible: el toro, el león,
el águila y el ángel; o sea, el vehículo vegetativo, el animismo
emocional, el pensamiento especulativo y el conocimiento
intuitivo. Cada uno de los cuatro símbolos es una entidad:
existen pues cuatro clases de hombres respectivamente ca-
racterizados por el predominio de los apetitos materiales, de
las tendencias emocionales, de la inteligencia racional y del
vuelo idealista. Pero la solidaridad del conjunto de las figu-
ras afirma t a m b i é n la coexistencia en nuestra personalidad
de un organismo manifestado por la sensación, de otros dos
principios donde se elaboran la emoción y la idea, y de un
cuarto elemento, en fin, de naturaleza m á s elevada, m á s an-
gélica, por medio del cual el Absoluto puede llegar a hacérse-
nos inteligible. Y así es precisamente como se revela, a la luz
del esoterismo tradicional, la constitución del hombre: una FIGURA 1
parte material y visible, gouph, o sea, el cuerpo físico, com- La constitución oculta del hombre.
plejo de órganos; un segundo principio, nephesch, el doble
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etéreo o cuerpo astral, intermediario entre el anterior y el si-


guiente principio, el alma o ruach, esencia misma del ser, y
por último, el neschamah, espíritu puro.
Toda iniciación comienza en el estudio detallado de esta
a n a t o m í a oculta y de la fisiología subsiguiente. L a primera
carta del Tarot, precisa s i m b ó l i c a m e n t e la inmediata opor-
tunidad de estas nociones fundamentales: Representa a un
hombre de pie tras una mesa sobre la que están distribui-
das copas y espadas, símbolos de las atracciones y antago-
nismos terrenales: Su peinado está coronado por el signo
del infinito. E n una mano esgrime la varilla de la iniciativa
personal; con la otra parece que se dispone a manipular
los objetos esparcidos ante él. Sobre la tierra firme donde se
apoya, los vegetales florecen. (Ver fig. 2, pág. 11).
Además de confirmar la c u á d r u p l e constitución del hom-
bre, ésta carta ofrece el corolario.
¿No os parece que esté expresando a la vez la identidad
esencial del alma inteligente y del Ser infinito, del animis-
mo emocional y de la energía vital omnilatente, del cuerpo
astral y del universo material, al que el personaje tarótico
está adherido por sus pies?
E l figurón ofrece al candidato a la iniciación la revelación
de las virtualidades que él d e b e r á despertar en sí y a las
que deberá adaptarse por medio de las prácticas mágicas:
«Las apariencias formales han distraído hasta ahora tu aten-
ción de la realidad visible. Tú sólo has visto en mí al bufón,
la ilustración grotesca de un naipe... Y sin embargo, si me
miras mejor, te verás a ti mismo en mí. Tu psique se nutre
en el Absoluto del conocimiento. Asentir a la verdad es co-
municar con él. El dinamismo del que tú hasta ahora sólo
has advertido las resultantes tangibles te rodea constante-
mente. Permanece cerca de ti. Tu iniciativa dispone de él. FIGURA 2
Habita en ti mismo y se extiende sin límites relacionándote
con el universo entero. Está movido soberanamente por El Bufón
quien él acaba de arrebatar. Si la materia, las formas y los Primera clave del Tarot
hechos son accesibles a tu entendimiento y a tu acción por
el dominio directo de tus sentidos y de tus órganos físicos,
todo impulso generado dentro de ti se impondrá también
al exterior y se concretará pronto en apreciables realidades».
Pero no siempre es apto para la iniciación el que co-
dicia sin m á s la ciencia de lo oculto. De intento, desde las
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primeras líneas hemos dejado entrever la necesidad para grado de la ortodoxia científica de ayer — se encuentra hoy
el adepto de una p r e d e s t i n a c i ó n . L a unanimidad en el seno completamente superada por la observación. E l elemento
de l a filosofía h e r m é t i c a no p o d r í a ser llevada m á s allá psicológico por sí mismo, supone problemas inconciliables
que en el seno de cualquier otra. L a ciencia positiva llega con la hipótesis a c a d é m i c a m e n t e intangible de un organismo
laboriosamente al acuerdo entre los suyos sobre el hecho y puramente material.
su causa inmediata. Los metafísicos disputan sobre la con- Cada uno de nosotros sería, según los anatomistas, una
cepción de las causas primeras. E l ocultismo, campo de
acción de las causas segundas, se enorgullece de l a experi-
mentación, único terreno en el que es posible el acuerdo;
pero abordarlo previene contra el riesgo especulativo de
falsas imputaciones, así como contra el peligro inherente
a toda tentativa presuntuosa; supone el previo e íntegro
entendimiento de la doctrina y por ello la facultad de asimi-
lársela.
Si vuestras disposiciones van a c o m p a ñ a d a s de esta ap-
titud, rara según el sujeto, las singularidades que preceden
han despertado en vosotros u n eco necesariamente impreci-
so pero cuando menos e u r í t m i c o : al contacto con el sím-
bolo manifiesta el sentido místico de los predestinados; des-
pierta una superconsciencia; nace un nuevo y definitivo ho-
rizonte. Ahora se puede decir que el E s p í r i t u sopla donde
quiere. A pesar de la m á s elevada cultura, el libro de oro
p e r m a n e c e r á cerrado por siete sellos. Fausto, riguroso hom-
bre de ciencia, empalidece sin esperanza sobre sus infolios:
irreceptivo al Verbo, la palabra, ante él, guarda obstinada-
mente su secreto mientras que el libro de conjuros traba-
josamente recorrido, entrega al dulce Flamel los tesoros
de la espagírica: ha sentido y b u s c a r á seguro de comprender.
FIGURA 3
Sentir, buscar, comprender parece que anuncian a saber,
querer y atreverse. Ascesis h e x a g r a m á t i c a , cuya yuxtaposi- El hexómetro iniciático
ción senaria equilibrada manifiesta, por la figura que evoca,
el s é p t i m o t é r m i n o de la f ó r m u l a : callarse, entrar dentro de aglomeración celular. L a biología habla de la célula, pero la
sí, recogerse... Meditar es sentir con mayor agudeza, bus- vida unitaria de un conjunto individualizado de células pos-
car l ú c i d a m e n t e , prepararse para comprender, y por tanto tula un principio vital identificable — y sin duda identificado
adquirir la ciencia, preparar l a voluntad y fomentar l a au- en un futuro muy p r ó x i m o — con nephesch, el segundo prin-
dacia: el exágono necesita su base... cipio de los cabalistas. E l proceso fetal presenta la misma
Por otro lado, el positivismo moderno se dirige clara- dificultad. Desde el óvulo recién fecundado hasta el tipo
mente hacia las conclusiones del ocultismo, muchas de cu- humano completo, elaborado en treinta y seis semanas, exis-
yas afirmaciones han sido probadas por la psicología ex- te un p e r í o d o de edificación perfecta, cuyo arquitecto los
perimental. fisiólogos se niegan a reconocer. Este organizador, sin el
La concepción materialista del individuo — dogma sa- cual los positivistas no pueden explicar la persistencia de los
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caracteres morfológicos individuales, y la del recuerdo, a tural. Más a ú n , en estado hipnótico, esta dualidad psíquica
pesar de la renovación incesante de las células, es pues se hace indiscutible. Así, cuando el pensamiento consiciente
nephesch, el mediador plástico, el cuerpo astral de los ocul- suspende su actividad, estos dos automatismos, el orgánico
tistas. Él es el que anima el cuerpo de carne. Cuando él y el psicológico, prosiguen su funcionamiento como si, de
se separa, el conjunto se desintegra (1). acuerdo con la doctrina del ocultismo, estuviesen localiza-
E s obvio que si uno procede del otro, éste no s e r á ne- dos en el mismo principio. Por otra parte, ciertos fenóme-
phesch. L a función se distingue claramente de la materia. nos, recientemente admitidos como reales, abundan en la
¿Quién si no él, m á s bien que la inteligencia, participa, en idea de identidad del inconsciente moderno y el mediador
su fase subconsciente? L a movilización de los fagocitos ha- plástico medieval, sobre todo la autosugestión, la telestesía
cia el lugar de la infección microbiana, llamados desde to- y la ectoplasmia.
das las ramificaciones vasculares; las reservas orgánicas, Veamos el primero, m á s accesible al análisis. ¿No es cier-
esos medios de fortuna ideados y realizados para asegurar to que sus teóricos fundamentan en la puesta en juego del
la continuidad de una función amenazada; la precisión con inconsciente las modificaciones curativas obtenidas en su
que se apresta a reconstruir la carne, accidentalmente cor- p r á c t i c a ? Y a el hipnotismo había hecho evidente que accio-
tada, con idéntica disposición a la primitiva: todo esto in- nando el inconsciente a favor del sonambulismo se o b t e n í a n
dica y expresa una iniciativa de orden general absoluta- las m á s precisas reacciones internas.
mente innegable. Así es como hoy reaparece la antigua terna humana (2)
Mientras esta iniciativa, e x t r a ñ a al menos inmediata y bajo los nombres de organismo, consciencia e insconciente.
aparentemente a la inteligencia consciente, se lleva a cabo Los viejos emblemas, toro, león y águila, resultan, vistos a
en el silencio, el entendimiento se desentiende. la luz de estos conceptos, mucho m á s expresivos. L a analo-
La inteligencia, el entendimiento, el tercer elemento de los gía del cuarto símbolo geroglífico, se establece, en fin, por sí
constitutivos del hombre, el ruach, se dedica a su propio misma, con ese elemento superconsciente, manifestado en
campo de acción, dejando a nephesch su labor de dirigir la su plenitud por los genios y los santos, y gracias al cual el
vida vegetativa. E l corazón late, la sangre circula, los pul- hombre participa de la naturaleza angélica. Neschamah, el
mones cumplen su r í t m i c a obligación y el aparato digestivo espíritu puro, explica los fenómenos de intuición superior y
su trabajo de selección y asimilación. E s t a actividad orgá- todas las modalidades del conocimiento extra-especulativo.
nica la concibe el ocultismo, y nosotros la hemos considera- Es el espejo del que los videntes y los inspirados reciben
do, no como una resultante, sino como una entidad aparte, directamente la luz de lo alto. A excepción de estas cimas
distinta a l a vez del gouph, el cuerpo físico y del ruach, el humanas, Neschamah permanece potencialmente en el hom-
alma. Hipótesis por hipótesis, la conciencia psicológica que- bre y como latente; así se explica que el ocultismo elemen-
da así mejor explicada que como propiedad de la materia, tal reduzca el ser a sus tres elementos fundamentales: cuer-
a la que la identifican los sagaces materialistas. po físico, mediador plástico y alma consciente.
S i consideramos, ahora, las prerrogativas atribuidas a Concretemos esta triple unidad. L a ciencia positiva es-
aquello que los filósofos llaman el inconsciente, identifi- tudia ú n i c a m e n t e el cuerpo físico. Anatomistas y fisiólogos
caremos fácilmente en él al mediador plástico.- E l incons- escrutan sus tejidos, sus órganos, sus funciones y tratan de
ciente engloba, en efecto, el automatismo funcional y el auto- explicar, sólo por su mecanismo, los fenómenos de la vida
matismo psicológico. L a memoria, si bien es consciente en el y de la consciencia. Para el ocultismo, la carne es un sim-
momento de recordar algo, puede registrar acontecimientos ple soporte, un ropaje temporal, un instrumento movido
inconscientemente y de hecho no necesita en absoluto es- por el mediador plástico (vida vegetativa) y el alma (vida
tar consciente para conservarlos. L a imaginación se aisla de relación). E l mediador plástico (3), cuya sustancia,
m o m e n t á n e a m e n t e de la consciencia durante el sueño na- aunque material, difiere esencialmente de todo aquello que
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nosotros entendemos por materia, escapa por su misma suti-


leza a los sentidos físicos. Informa al vehículo carnal cuyos MEDIADOR PLASTICO O
CUERPO FISICO CUERPO ASTRAL ALMA
contornos reproduce exactamente. É l es quien dirige las
actividades viscerales y preside en la dirección centraliza- (soporta) {ánima) (gobierna)
dora de la vida de las células, en la edificación y manteni- Materia física (tejidos) Sustancia astral que in- Sustancia espiritual que
miento de la forma individual modelada sobre la suya pro- terpondrá la materia fí- interpreta la sustancia
sica. astral y la materia física.
pia en el curso de la vida fetal. Acciona el gran simpático,
nervio rector de la vida vegetativa. Coordina los mensajes Vehículo y soporte de los Acciona los órganos de la Dirige lo astral y lo fí-
recibidos a través de los sentidos y los impulsos motores (4). otros dos cuerpos. vida vegetativa. sico.
Localiza la reserva m n e m ó n i c a como centro de la subcons- Elabora el quilo, mate- Actúa sobre lo físico co- Actúa sobre lo físico por
ciencia y gestor de la asociación de ideas. E n él nacen y se ria prima de los tejidos, municándole sus vibracio- medio del astral.
desarrollan las emociones y las pasiones. E l principio astral la sangre y la fuerza nes.
nerviosa, energía motriz
resume en una palabra el campo del automatismo orgáni- del organismo.
co y psicológico. E l alma, de esencia superior a los dos pri-
meros elementos, acciona el cerebro, medio fisiológico por Actúa directamente sobre Actúa sobre el alma engen- Actúa directamente sobre
el astral determinando drando en ella ideas co- el astral.
el que se manifiesta; localiza l a consciencia, sede del pen- en él movimientos pro- nexas con sus propias vi-
samiento consciente. S u actividad normal, la dirección y cedentes de los sentidos. braciones.
gobierno de la personalidad, por medio del astral es, en Actúa sobre el alma se- Sede de la vida emocional Sede de la conciencia ra-
algunos, usurpada casi totalmente por sus potencias pura- gún el equilibrio orgá- y de la sensibilidad. zonante y del pensa-
mente vegetativas y en otros por sus pasiones. Pero si el nico. miento.
alma reina de una forma casi absoluta en el elemento motor
Su centro físico es el gran Su centro físico es el ce-
(astral) y sobre el principio movido (cuerpo físico), su in- simpático y los plexos. rebro.
fluencia voluntaria se extiende, como veremos m á s adelan- En relación directa con En relación directa con el En relación directa con
te, a la vida exterior a nosotros. Controla la energía propia el universo material. dinamismo exterior. el absoluto.
del mediador plástico y la libera para l a acción o la con-
centra para la atención. E s m á s ; el alma verdaderamente
los principios del hombre. E l alma y el cuerpo astral se se-
evolucionada puede abstraerse hasta el éxtasis y recibir di-
paran del cuerpo físico, pero conservando con él u n lazo
rectamente el conocimiento.
fluido a través del cual le hacen llegar l a i m p u l s i ó n funcional.
Todo esto queda sintetizado en el cuadro inserto en la pá- Para l a mayoría, esta separación se efectúa en un espacio
gina siguiente y en el cual se subrayan las relaciones del con- limitado. E l doble sideral planea a algunos decímetros bajo
cepto ocultista con el concepto clásico del individuo. la m á q u i n a orgánica. E l alma a ú n poco evolucionada se halla
Antes de seguir adelante, parece necesario aquí una digre- así aislada del cerebro, su ó r g a n o físico, que no recibe m á s
ción. Acabamos de ver que la existencia del cuerpo austral, que un ligero riego de energía nerviosa. E l cuerpo astral, po-
en contra de la cual no hay dato científico que no aparezca seedor de l a fuerza vital y sede del inconsciente, predomina
como falso, resuelve importantes problemas fisiológicos, al durante el sueño y mientras que bajo su impulso los plexos
tiempo que incluso ilumina singularmente la psicología. Ex- se recargan de influjos nerviosos, el automatismo intelectual
plica todos los fenómenos.psíquicos estudiados hoy y concilia se expansiona lejos de la vigilancia crítica del alma. L a con-
en sí las tesis m á s diversas y hasta las m á s opuestas. ciencia se adormece y la imaginación recibe total libertad.
E l mecanismo del sueño, el e n s u e ñ o con sus alucinaciones Eso es el s u e ñ o .
hipnagógicas o telestésicas y sus visiones premonitorias, con- A veces, gracias a la pasividad de l a conciencia, vibracio-
siste, según el ocultismo, en una disociación m o m e n t á n e a de nes astrales exteriores, emanadas de personas en relación
2
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simpática con el durmiente impresionan su pensamiento y to, p r á c t i c a s empíricas peligrosas de las que nos ocuparemos
dan lugar a las premoniciones y sueños telepáticos (5). m á s adelante. S i el uso de los alcaloides derivados de la coca
L a hipnosis, el s u e ñ o artificial, provocado bien por medio y del opio, habitual en el mundo del vicio donde se busca por
de reacciones sensoriales, bien por sugestión, desligada del caminos torcidos la agudeza de la reacción sensorial, encuen-
ocultismo en cierto modo tras los trabajos de B r a i d y Lié- tra tantos adeptos entre la élite intelectual, es porque la
beault es definida por l a psicología moderna como «la anula- exteriorización o desdoblamiento que provoca se a c o m p a ñ a
ción m o m e n t á n e a de los fenómenos conscientes». Por una de una disociación y de una exaltación psíquicas considera-
excitación periférica se retarda la circulación nerviosa, se bles. S i estuviesen mejor informados, los toxicómanos bus-
rarifica l a irrigación cerebral. E l inconsciente, o sea el astral, carían por la ascesis el acceso a las regiones sutiles de la
permanece solo en movimiento, y aprovechando su pasividad mente y o b t e n d r í a n a d e m á s sensaciones que la droga no les
automática, el experimentador gobierna la mente del sujeto, proporcionará jamás.
cuyo cerebro ha escapado a l a influencia y dominio del alma, Otras formas conocidas de exteriorización denuncian la
debido a su casi paralización funcional. L a sugestión deter- a u t o n o m í a del cuerpo astral. L a sensibilidad c u t á n e a , por
mina un estado final análogo aunque su proceso sea muy ejemplo, desaparece cuando el doble etéreo se aleja. L a clo-
diferente: Acapara la mente, crea en ella un monoideísmo roformización tipifica esta abolición y m á s de u n hecho ha
y proporciona así al cuerpo astral u n predominio m á s o me- demostrado que de la narcosis resultaba una bilocación total.
nos prolongado. Durante sus experiencias, repetidas por Joire y realizadas
E l magnetismo a c t ú a a l a inversa. Lejos de perturbar o m á s tarde por Durville, el coronel de Rochas advirtió que el
restringir la vida psíquica, l a amplía. L a t r a n s m i s i ó n al mag- sujeto sometido a un grado profundo de s u e ñ o m a g n é t i c o ,
netizado de l a ondulación etérea del operador, exalta el me- mientras que la epidermis y tejidos subyacentes permane-
diador plástico y el alma del durmiente. É s t e , tras una fase cen en analgesia, acusa todo contacto que afecte a una super-
de aturdimiento debido a esta sobrecarga fluídica (estado su- ficie virtual situada a algunos c e n t í m e t r o s de su periferia
gestivo de Durville) recobra poco a poco su conciencia en mórfica. E n la agonía — ú l t i m o desdoblamiento — se pro-
estado de sonambulismo y é s t a se dilata entonces hasta el duce el mismo fenómeno entre otros igualmente sugerentes,
punto de manifestarse dotada de medios muy superiores a que serán analizados en un capítulo p r ó x i m o .
los que poseía en estado de vigilia y de facultades supranor- ¿No es sugestivo, por otra parte, que l a agudeza senso-
males: l a lucidez, por ejemplo, es decir, l a extensión en el rial varíe según las reacciones afectivas? ¿Acaso no es esto
tiempo y en el espacio de l a p e r c e p c i ó n auditiva y visual. una confirmación de que en nuestro doble tienen asiento
Bajo l a acción del magnetismo, los principios superiores a la vez el centro emocional y la facultad sensorial moda-
del ser muestran tendencia a separarse del organismo mate- lizada en el cuerpo físico por los ó r g a n o s esplácnicos?
rial. E l alma revestida del mediador plástico se aleja del E l dinamismo vital, otra propiedad del mediador plástico,
cuerpo en letargo, se mueve, siente y actúa. Las investigacio- se extiende, durante el trance del m é d i u m , m á s allá del orga-
nes del coronel de Rochas, de Ayglun, y m á s tarde las de Dur- nismo: golpes sonoros y desplazamientos de objetos mani-
ville han establecido experimentalmente l a realidad de este fiestan esta exteriorización motriz. Las huellas de l a cara y de
desdoblamiento, por otra parte observado a lo 1 argo de la mano de Eusopia, obtenidas a distancia sobre u n bloque
toda la historia (6). U n a bilocación análoga sobreviene a ve- de arcilla situado a varios metros de ella, ¿quién las ha im-
ces a consecuencia de un choque emocional violento. Puede presionado si no su doble equivalente que tiene la misma
incluso conseguirse voluntariamente después que, por una forma de su cuerpo? (7).
larga ascesis, el hombre ha reducido al m í n i m o los lazos que «No creo, escribía A d . Frank (8), en una ciencia oculta
le atan a su vertiente carnal. Ciertos adeptos de un ocultismo distinta de la ciencia o r d i n a r i a » . E l testimonio de l a Histo-
descarriado utilizan con el fin de alcanzar este desdoblamien- ria (9) establece al menos que, antes que los nuestros, los
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sabios de l a antigüedad conocían y sin duda provocaban ma- integrante del cuerpo físico en l a clasificación fundamental
gistralmente estos fenómenos psíquicos de los que el m á s en tres elementos. S i n embargo tiene u n papel muy preciso
insignificante es hoy causa de extrañeza y hasta desconfianza y concreto.
para m á s de uno entre los sabios. Ciencia — clásica u ocul- Cuando en un caso de desdoblamiento e s p o n t á n e o el cuer-
ta — significa análisis de los hechos, inducción de sus leyes po astral de un individuo se aparece a otro situado lejos de
y verificación de las mismas. Pero el ocultismo no se queda él, el cuerpo físico del desdoblado c o n t i n ú a viviendo nor-
en las leyes; llega hasta las causas segundas que son su prin- malmente. L o que significa que puede prescindir, al menos
cipal objetivo. Los discípulos abordan el estudio del hom- en lo que concierne a l a vida vegetativa, de su segundo prin-
bre, de sus relaciones con el universo visible e invisible, el cipio. ¿Qué es pues lo que sigue animando cada célula del
problema del ser y el problema de lo que ha de ser — del ser así disociado y moviendo sus órganos? Debe ser sin duda
devenir — bajo la égida del sentimiento — iba a decir bergso- el doble etéreo considerado como l a sede de la vitalidad de
niano — de que una intuición profunda, un inconsciente supe- la materia física. E n esos curiosos trances fakíricos en que
rior, pone a veces ante los ojos del investigador aquello que su se ponen los yoguis de la India mientras se hacen enterrar
inteligencia experimentalista m i r a b a sin ver. durante semanas enteras en un estado de muerte aparente
E s necesario admitir en atención a l a otra y m á s allá de en que l a vida vegetativa no da ninguna señal de actividad,
la inteligencia pura este inconsciente superior. E l genio e el doble etéreo del fakir c o n t i n ú a animando sus células fí-
incluso el talento, tan distintos uno y otro del ser razonante, sicas durante el tiempo que el cuerpo astral y los principios
como indiferentes a la voluntad, le necesitan. Nadie p o d r í a superiores permanecen separados de ellas.
a priori proclamar como u n a absurdidad que haya habido L a forma del doble etéreo es casi idéntica a l a del cuerpo
épocas en que existiera el conocimiento de c ó m o llevarlo de carnal. Cuando sobreviene l a muerte a q u é l se separa inme-
su latencia normal hasta excepcionales manifestaciones. diatamente de este ú l t i m o . Los sensitivos y los clarividentes,
Como hemos dicho las cuatro modalidades, vegetativa, es decir las personas cuya personalidad p s í q u i c a percibe las
anímica, racional e intuitiva de los psicólogos modernos re- vibraciones etéreas y astrales, ven al doble etéreo azulado,
cuerdan y confirman el toro, el león, el águila y el ángel delimitado p o r una tenue línea azul a l a derecha y rojo
esotéricos. anaranjada a la izquierda mientras que el cuerpo astral les
Para completar estas primeras nociones, conviene trazar parece b r i l l a r uniformemente con una bella luminosidad blan-
la analogía de la concepción ternaria y cuaternaria de los ca. Personas poco sospechosas de padecer alucinaciones pa-
principios constitutivos del hombre con los sistemas quina- tológicas han observado en las proximidades de u n a tumba
rio y septenario e n s e ñ a d o s p o r algunos centros de iniciación. recientemente removida, al doble etéreo del cadáver: ése es
E l alma, el mediador plástico y el cuerpo físico son, según sin duda el origen de las historias de aparecidos.
las diversas escuelas: L a función del doble e t é r e o ha sido descrita minuciosa-
cuerpo causal1 mente p o r algunos adeptos del desarrollo espiritual integral
1. A l m a 2
que han llegado a percibir las sutiles vibraciones e t é r e a s en
» mental
sus m á s elevadas modalidades. Este doble indica por su as-
2. Mediador plástico 3
pecto el estado de salud. Todas las formas de astenia derivan
o de una debilidad del doble etéreo, cuyo tono de vibración
cuerpo astral cuando es insuficiente, provoca l a hipoactividad orgánica y
4
nerviosa. Los magnetizadores muy dotados transmiten a los
„ „ . . \ doble e t é r e o
r
3. Cuerpo físico < , , , enfermos, a t r a v é s del é t e r ambiental, u n a o n d u l a c i ó n tan
( materia del organismo poderosa que su doble etéreo queda animado de u n movi-
E l doble etéreo del sistema quinario se considera parte miento vibratorio mucho m á s activo. Este movimiento ondú-
22 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 23

latorio vivifica el cuerpo e t é r e o del paciente, el cual a c t ú a


NOTAS AL CAPÍTULO PRIMERO
sobre los órganos alterados y restablece el sano equilibrio.
Siendo el éter, en fin, un cuarto estado de la materia fí-
sica — estado bien conocido por los físicos — el doble etéreo (1) Hablamos, claro está, de aquella separación radical que caracteriza a
la muerte.
auxiliar del cuerpo astral, se indentifica con el cuerpo ma- (2) En Egipto: khat, el cuerpo; ka, el doble invisible, y khn, la inteligencia.
En China: Xttcng, la sustancia orgánica; KM, el soplo de vida, y wun, la vo-
terial. luntad.
E l cuerpo mental, consciencia psicológica, es el alma, m á s En Pcrsia: Ufan, el cuerpo y la vida; fcnicr, la animación orgánica, y akkho, el
principio eterno.
o menos como la imaginamos. E l cuerpo causal es el que di- En la India: Rupa, Kaitia rupa y Atma.
En Grecia: la carne y la sombra del espíritu.
rige y administra sobre todo l a conciencia moral, algunas (3) Para designar este segundo principio se utilizan también otras expre-
facultades supranormales (en especial la de profecía por ins- siones, tales como cuerpo astral, doble etéreo, doble sideral y fantasma.
(4) Mediante los cordones anterior y posterior de la medula. Un choque
piración directa de seres superiores) y la propiedad causal emocional basta para provocar la paralización momentánea de esta función.
de los condicionamientos astral y físico del individuo. E n (5) Véanse las obras de Flammarion, de los doctores Osty y de Scrmyn,
De Gurney, Miers y Podmore.
este momento una ampliación del tema sería prematura: ver (6) V. Cap. XX.
(7) V. De Rochas, L'Extériorisation de la motricité.
para ello el capítulo X I I I . (8) Traite Mdtliodique de Science oceulte, por Papus; pref. de Ad. Franck.
(9) V. S. de Guaita, Au senil du Mystére.
E l esoterismo b ú d i c o nos propone siete principios, los (10) Sinnet, Le Bouddisme ésotérique.
cinco primeros de los cuales son: Rnpa, Jiva, Linga sharira,
Kamarupa y Manas que corresponden casi exactamente al
cuerpo material, al doble etéreo, al mediador plástico, al
cuerpo mental y al cuerpo causal. Los dos restantes, Buddhi
y Atma se consideran profundamente escondidos en la casi
totalidad de los hombres (10). S u r e p r e s e n t a c i ó n queda pues
muy imprecisa. Los dejaremos a un lado, nominalmente al
menos, a lo largo de esta obra, elemental por otra parte, y
nos ceñiremos a la concepción de los cabalistas resumida así,
según Stanilas de Guaita:

Neschamah EL ESPIRITU PURO 7 ATMA El alma divina


ástica

[ El alma inteligente
ÍANA

i y espiritual 6 ¡11'1)1)111 El alma espiritual

Ruach El alma pasional,


\ lógica y compren-
22 | siva 5 MANAS El cuerpo causal

% , El alma instintiva 4 (CAMA «UPA El cuerpo mental

Nefesch EL CUERPO ASTRAL 3 LINGASIIAIMHA El cuerpo astral

O Fosforecente (la vi-


cu
talidad) 2 JIVA El doble etéreo
Gouph
EL CUE

Material (la carne) 1 RUI'A El cuerpo físico


CAPÍTULO II

L O OCULTO U N I V E R S A L

L a segunda carta del Tarot...


Representa a una mujer sentada sobre un trono sostenido
por dos esfinges. S u mirada, meditativa, se vuelve hacia el
libro abierto sobre sus rodillas. Sostiene en sus manos nu-
merosas llaves de diversos t a m a ñ o s .
U n a tiara de triple diadema, coronada por l a luna en
cuarto creciente, hieratiza su semblante impenetrable. Tras
ella, u n lienzo tendido perpendicularmente a dos columnas,
oculta el horizonte.
Pasaremos por alto los detalles para mejor penetrar en
el significado del conjunto. Sobre una misma base, hiperfí-
sica polarizada, reposa el equilibrio de las realidades tangi-
bles y vivas. Abstraída por el estudio, transformada por l a
inspiración, l a mente humana alcanza las llaves y las naveci-
llas de los grandes misterios. U n velo esconde a l a mirada las
profundidades cósmicas pero puede ser arrancado de su do-
ble soporte, elemento interpuesto entre lo visible y lo ocul-
to... E l c u á d r u p l e adorno de l a tiara, el jeroglifo lunar (sím-
bolo de l a inspiración) situado en lo m á s alto, l a diadema
inferior que ciñe la frente y las dos restantes, intermediarias,
traducen l a c u á d r u p l e contextura del universo, análoga a l a
del hombre, o sea, l a esencia espiritual y el elemento mate-
r i a l fundidos por el principio psíquico y l a sustancia astral.
E n l a individualidad humana, el soporte medianero entre la
apariencia formal y el principio psíquico, es, como ya sabe-
mos, el cuerpo astral, doble exacto, conformador, animador
y conservador del cuerpo físico í n t i m a m e n t e fusionado con él.
E l mundo (macrocosmos) — vasto organismo constituido
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 27

a n á l o g a m e n t e al hombre (microcosmos) — consta, como él,


de un principio tangible interpenetrado por otros tres ele-
mentos de naturaleza indéntica al nephesch, al ruach y al
neschamah individuales. De manera que, como nephesch, el
cuerpo astral, m é d i u m entre nuestro cuerpo carnal y nuestro
psiquismo inmortal, u n vasto o c é a n o de sustancia astral,
intermediaria entre la materia física y la esencia psíquica
cósmica, interpenetra estrechamente el universo material.
Esta limitada extensión de sustancia astral d e s e m p e ñ a en
el plano cosmológico un papel análogo al del doble sideral
en cada personalidad. Accionada por una esencia psíquica,
rectora del cosmos como el alma humana gobierna al in-
dividuo, viene a ser el estadio en el que la ley se convierte
en virtualidad generatriz del hecho, y la esencia psíquica
— verdadero ruach generalizado — sede de las leyes, mani-
fiesta una esfera superior, espiritual, inteligible, correspon-
diente a neschamah y directamente emanada de l a Causa-
Principio-Absoluto.
E n ocultismo se utilizan las expresiones «mundo» o «pla-
no» para designar el conjunto de cada uno de los elementos
físico, psíquico y espiritual compenetrados en el mismo es-
pacio infinito — y no superpuestos o distintos en extensión,
idea que parecen evocar esas mismas expresiones —. Cuando
el lector vea escrito: plano o mundo espiritual, plano o mun-
do psíquico o plano o mundo astral, e n t e n d e r á que se trata
de:
L a esfera espiritual, sede de los principios universales,
elemento propio del Neschamah]
L a esencia psíquica, mundo de las leyes rectoras engen-
dradas por los principios, análoga a Ruach, alma inteligente
y volitiva;
FIGURA 4
O bien de l a sustancia astral, principio de l a vida no di-
Juno ferenciada, de la energía no individuada (entitaria), dinamis-
Segunda clave del Tarot mo en incesante actividad, medio en el que se elabora y
preexiste en estado virtual todo lo que h a b r á de venir u ob-
(La carta que aquí reproducimos corresponde al Tarot
italiano, en el que «La Papisa» ha sido sustituida por jetivarse materialmente. Este elemento, por otra parte re-
una «Juno». Aunque el primer símbolo sea iniguala- vestido de una invisible j e r a r q u í a , será estudiado m á s dete-
ble, el segundo guarda con él indudables analogías nidamente en el capítulo V I I I .
que el lector interpretará fácilmente.)
A pesar de su aridez, m á s aparente que real, estas nocio-
nes son bastante r á p i d a m e n t e asimilables p o r poco que se les
dedique una breve meditación. Amplían, sin contradecirlas.
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA
1 - Kétper
La Causa principio
las ideas modernas relativas al doble aspecto fuerza-ma-
teria.
E l á t o m o contiene en sí una energía que tiende a exte-
riorizarse, nos dicen los físicos. E l ocultismo a ñ a d e , toda
colección entitaria de moléculas, trozo de piedra o filón de
metal, brizna de hierba o vegetal gigante, microbio o paqui-
dermo, posee m á s allá de ellos mismos un doble invisible de
sustancia astral que impregna í n t i m a m e n t e su masa y le
comunica l a vida.
E l mundo físico, los sistemas solares, la tierra y todo lo
5-Gebuzah 4-Chesed
La Justicia que la habita en una palabra, toda la extensión cósmica está
La Misericordia b a ñ a d a p o r esta sustancia astral l a cual recorre los cuatro
estados de l a materia en sus diversas modalidades m á s o
menos como la electricidad se propaga a través de una masa
metálica.
Cada uno se halla pues en relación, p o r su propio doble
con todo el plano astral, y, por intermedio de este ú l t i m o ,
con todos los mediadores plásticos individuales. Este arcano
se manifesta en las posibilidades mágicas m á s e x t r a ñ a s . Fuer-
7-Netzah za y materia elementos inmediatos del mundo fenoménico,
La victoria imponen a sus reacciones, por l a manifestación de las leyes
de la vida que presiden una idea de orden, de rectitud expresiva de este
sobre la muerte elemento o plano p s í q u i c o ya conocidos p o r nuestros lecto-
res. L o mismo l a germinación de una diminuta semilla que la
imponente gravitación de los cuerpos planetarios, e s t á n re-
gidos por una i m p u l s i ó n d i n á m i c a que engendra una serie
perfectamente coordinada de fenómenos concurrentes a una
9
amovible finalidad. E s t a impulsión e s t á pues dirigida por
Jesad. E l fundamento una muy precisa voluntad.
Pero esa misma voluntad necesita como origen un orden
m á s abstracto de realidad: l a Inteligencia, plano o mundo
espiritual de los cabalistas. E l ángulo cuaternario desde l a
cual el ocultismo considera la existencia universal queda
constituido así sobre unas bases puramente lógicas.
Lo que está arriba es como lo que está abajo, dice Hermes
10 Trismegisto. P o r eso cada u n a de las creaciones de u n genio
Malkut manifiesta sus facultades. E l hombre y el universo, engendra-
El reino dos por una Causa-Principio-Ünico son iguales entre sí y
reflejan, por así decirlo, los atributos del Ser Absoluto, ema-
FIGURA 5 nador del mundo. Atributos que l a Cabala configura a s í : (ver
Los Sefirots fig. 5, p á g . 28).
1 - L a Causa primera 1 - Espíritu puro

ESPIRITUALIDAD

2 - Reintegración Abtracción 2 - Inspiración

- Necesidad 4-Libertad 5 - Razón 4 - Afectividad

6 6
Rectitud Entendimiento

Dinamismo 8-Plasticidad
- Radiación 8 - Abducción

POTENCIALIDADES

9 9
VIRTUALIDADES Animación

10 10
FENOMENISMO Síntesis individual
SENSIBLE humana

FIGURA 6 FIGURA 7

Adaptación de loo Sefirots Adaptación de los Sefirots.


a la constitución del Universo a la constitución del Hombre
32 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 33

U n breve comentario facilitará el camino a los que pre- cen. A lo largo de este volumen figuran muy concretas in-
tendan l a c o m p r e n s i ó n de esta figura. dicaciones en que t a m b i é n los novatos de lo maravilloso
Las diez denominaciones numeradas (llamadas sefirots) e n c o n t r a r á n su n ú m e r o . Más de uno volverá a este capítulo
significan en una acepción luminosamente abstracta las diez a buscar las luces de las cuales se h a b r á n sentido deseosos
modalidades — manifestadoras primarias de la Causa de al asimilar los aspectos m á s accesibles de la doctrina.
Causas, del Ser en sí — de Dios. Concebido, no en sí, sino como aspecto cósmico, el sis-
¿Y por q u é diez y no nueve u once? S i contestamos que tema sefirótico puede escribirse: (ver fig. 6 pág. 30).
diez es el n ú m e r o de todo acto perfecto, se impone una expli- Este cuadro ofrece, en efecto, el resumen de l a consti-
cación subsiguiente. Hela a q u í : tución universal.
De l a unidad, base de l a progresión diferencial, a la dé- E n fin, el complejo cuaternario humano, reflejo del Uni-
cada, se halla cualitativamente incluida l a infinita multipli- verso, reflejo a su vez de Dios, se distribuye así: (ver fig. 7,
cidad. Los diez primeros n ú m e r o s : 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 página, 31).
contienen y expresan i n t r í n s i c a m e n t e a todos los d e m á s . Se Aunque nuestras débiles luces hayan sin duda malogra-
puede hallar el valor de expresión esotérica de no importa do la integral precisión de l a correspondencia con cada «se-
q u é n ú m e r o , sumando sus cifras para reducirlo a uno de firah», las analogías de conjunto son innegables.
los diez primeros. Así 365 = 3 + 6 + 5 = 14 = 1 + 4 = 5. Asi-
mismo, 18.749 = 1 + 8 + 7 + 4 + 9 = 29 = 2 + 9 = 11 =
= 1 + 1=2.
Extendernos sobre este punto d e s b o r d a r í a el á m b i t o de
este elemental esquema del ocultismo. Para profundizar so-
bre el tema es recomendable el magnífico trabajo del padre
Lacuria, Las armonías del ser expresadas por el número, así
como los estudios del D r . Allendy, de Alfégas y de Schwaller.
Los sefirots se presentan agrupados en cuatro series:
tres tríadas y l a d é c i m a unidad. Así el sistema décuplo se
convierte en cuaternario, n ú m e r o de los elementos consti-
tutivos del macrocosmos y del microcosmos. E n efecto abs-
trayendo: 4 = 1 + 2 + 3 + 4 = 10.
Como por otra parte, 10 = 1 + 0 = 1, se deduce que so-
los los n ú m e r o s 1, 2 y 3 son los valores que representan el
Absoluto.
L a primera t r í a d a (Kether, Chomach, Binah) — mundo
espiritual — incluye potencialmente a los otros dos. Se re-
fleja secundariamente en modo psíquico (Tiphereth, Chesed,
Geburach), y luego terciariamente en modo astral (Yesod,
Netzah, H o d ) . E l décimo sefirot: Malchuth, el Reino (de las
formas) realiza l a síntesis de los nueve primeros y manifiesta
la reacción de Kether, l a causa inicial (1) sobre el elemento
neutro (0) por sus diversas modalidades.
N o queremos ocultar l a decepción que suelen experimen-
tar a q u í los recién llegados al ocultismo. Que se tranquili-
3
CAPÍTULO III

L A RELACIÓN I N V I S I B L E

Entre l a personalidad humana y el universo, constituidos


uno y otro por l a misma esencia cósmica parecidamente
jerarquizada, existe una c u á d r u p l e relación, por la que se
crean del macrocosmos al microcosmos y r e c í p r o c a m e n t e
una serie discontinua de acciones y reacciones.
E l vehículo físico del hombre ha de someterse a l a luz
del mundo material pero esta ley está al mismo tiempo a su
disposición, y a medida que descubre sus modos, los com-
prende y, poco a poco, acaba p o n i é n d o l o s a su servicio.
E l doble sideral — individualización de una parte de la
sustancia astral, y como el cuerpo físico individualizado un
agregado de á t o m o s — recibe del océano astral y de los
seres que en él se mueven inmunerables impresiones o i m -
pulsiones. R e c í p r o c a m e n t e , cada mediador plástico humano
engendra en el seno del plano hiperfísico una ondulación
vibratoria expresiva de sus tendencias, apetencias o repug-
nancias. Atrae o repele las fuerzas, las individualidades, las
circunstancias e incluso los objetos implicados por sus acti-
vidades emocionales.
Ruach, el alma, el ego, el yo esencial, inteligente y cons-
ciente, transfiere al plano astral, por medio del doble side-
ral que él anima, la huella de sus deseos o de sus voliciones.
E n los seres a ú n poco evolucionados y en los que el ins-
tinto domina, l a voluntad expresa simplemente los apetitos,
los deseos y las pasiones nacidos de l a sensibilidad esplác-
nica y de l a emotividad, característica del cuerpo astral.
Mejor desarrollada, el alma manifiesta una actividad, regida
por los sentidos que le son propios: sentido de l a Equidad,
36 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 37

de l a Verdad, de l a Rectitud. Comienza entonces su existen- la gracia: S i el peor criminal se siente conmovido, sólo u n
cia propiamente dicha y tiende a predominar sobre los ins- segundo, por u n ejemplo de renuncia heroica, se puede decir
tintos y las emociones elaboradas p o r los principios infe- que su superconsciencia acaba de nacer, o mejor que acaba
riores. E l esfuerzo reiterado le confiere poco a poco u n po- de despertarse; desde ese momento lleva en sí l a potencia-
der de control cada vez m á s absoluto. Sus voliciones se ha- lidad de una noble acción, que será l a p r i m e r a de u n com-
cen enérgicas y rigurosamente deliberadas. Cuando el sen- pleto cambio de conducta. Por otra parte, incluso incons-
tido moral, o mejor, los sentidos morales e s t á n suficiente- ciente del verbo espiritual, el ser humano se beneficia cuan-
mente afianzados, el hombre se ha convertido en una poten- tas veces lo juzgue necesario l a inteligencia universal, de
cia consciente porque su actividad psíquica, transmitida al una providencial p r o t e c c i ó n , aparentemente fortuita. De pron-
plano astral, engendra en él virtualidades que se conforman to surge una e m o c i ó n desconocida que le abre nuevos hori-
a lo que él desea, y estas virtualidades confiadas a l elemento zontes; una casualidad viene a aplacar su angustia; una
hiperfísico omnilatente, son en él generadoras de inmediatas salvadora combinación de circunstancias le arrastra fuera
realidades. del círculo en el que sin duda hubiese sido aniquilado. Y
S i , no obstante una fuerte voluntad, el desarrollo del siempre una llamada ardientemente proferida, en recogido si-
alma e s t á falto de homogeneidad; si, por ejemplo, los senti- lencio o con la ayuda de la palabra o de los signos rituales,
mientos siguen siendo arbitrarios o el juicio oscurecido, el acaba en una acogedora reacción del plano divino.
individuo no deja de influir eficazmente en el plano astral, L a a b s t r a c c i ó n m í s t i c a lleva al alma altamente desarro-
pero entonces recoge lo que h a sembrado, es decir, engendra llada hasta l a Inteligencia universal, que le es dada así di-
coyunturas adversas y fatalidades dolorosas. rectamente, y al Conocimiento en una medida compatible
E n resumen, el verbo í n t i m o de cada uno, análogo al con su grado de sutileza y la Beatitud extática proporcio-
verbo psíquico universal, realiza al igual que este ú l t i m o lo nal a su santidad...
que expresa. Pero contradecir a l verbo cósmico implica tan- Dejemos estas ú l t i m a s y excepcionales posibilidades y
tas reacciones coercitivas como contradicciones. L a moral volvamos a las m á s inmediatas: las que pueden realizar el
adquiere así una base experimental mucho m á s fecunda en t é r m i n o medio de los individuos conscientes de sus princi-
aprovechables coloquios interiores que las m á s sutiles diser- pios ocultos y de su relación con los planos correspondien-
taciones de los especuladores de l a filosofía, e incluso de l a tes del universo. Más de u n lector atento a todo lo que an-
teología. tecede h a b r á concretado, p o r sí mismo, los f e n ó m e n o s co-
U n total asentimiento a l a Verdad, a l a E q u i d a d y l a rrelativos a l a vida astral, p s í q u i c a y espiritual.
Rectitud desprende poco a poco l a psique de la huella de los E n primer lugar, sepamos que toda interrogante mental
principios inferiores, gouph y nefesch. Entonces Neschamah claramente formulada, lleva consigo una i n s p i r a c i ó n recí-
eleva el alma hasta sí y l a penetra de una i l u m i n a c i ó n abso- proca. Según se trate del orden inteligible o del orden feno-
lutamente espiritual. Ante ella se abren, radiantes, los tres m é n i c o l a reacción llega de u n plano o de otro bajo las
caminos que conducen a l a u n i ó n divina: el altruismo in- respectivas formas características. Así a los pensamientos
tegral, l a a b s t r a c c i ó n m í s t i c a y l a b ú s q u e d a trascendente. predominantes responden frecuentemente ideas o imágenes
Según su propia naturaleza, elegirá una u otra vía de as- intuitivas, surgidas e s p o n t á n e a m e n t e durante l a vigilia o en
cesis redentora... el s u e ñ o , relativas a personas o eventualidades.
Pero Ruach, mucho antes de alcanzar estas alturas, e s t á Los movimientos interiores del alma, deliberados o re-
preparada para presentir su inefable belleza, para sentir flejos de las tendencias propias del doble cuerpo astral o
una veneración cada vez m á s profunda por l a superioridad de las apetencias sensoriales a c t ú a n , a t r a v é s del m é d i u m
moral, y luego para aceptar p r á c t i c a m e n t e las solicitaciones universal, sobre las individualidades conocidas o descono-
ocasionales de Neschamah; u n clérigo diría: el llamado de cidas de aquellas de quienes depende la realización de lo que
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA

se desea obtener o evitar. O sea que aquellos movimientos elementos estelares, fijos o móviles, dispensa, por su moda-
influyen sobre el factor humano del futuro, pero su actua- lidad vibratoria una característica particular. Planetas y es-
ción no se localiza en los seres: se extiende a las fuerzas, a trellas afectan a los nacidos a l a existencia de una manera
los agentes cósmicos, afecta en el seno del astral a las vir- que difiere para cada segundo y en cada punto de nuestro
tualidades que dan forma previa a los acontecimientos en globo según los ángulos bajo los cuales ese punto recibe sus
suspenso; engendra de sí misma la gestación hiperfísica de vibraciones. Así es como las posiciones planetarias en el
tales realidades ardientemente objetivadas, anhelosamente Zodíaco y, según el lugar del nacimiento y el instante en
deseadas. que se produce, indican al astrólogo las predisposiciones
«La casualidad de las circunstancias es una ilusión», dice fastas y nefastas del n i ñ o . E l h o r ó s c o p o traduce, de he-
Péladan, «de l a que uno se da cuenta mirando hacia a t r á s cho, una cierta relación, un cierto modo de relaciones entre
y desde un poco lejos». Este gran desconocido (1) conocía la naturaleza y el hombre pero nunca una fatalidad rigu-
la parte activa que corresponde a la voluntad humana indi- rosamente inmodificable.
vidual en el determinismo general.
L a fatalidad, esto es, el conjunto de leyes físicas e hiper- De la impresión dejada en el nacimiento por los astros
físicas gobierna el fenomenismo astral y su correlativo sen- deriva un conjunto de cualificaciones, u n determinismo re-
sible; constituye el determinismo rector de los dos grandes lativo al que gouph, el organismo físico y nephech, el incons-
planos inferiores de la naturaleza y de sus dos elementos ciente, servirán de m é d i u m . E l alma sufrirá su influencia y
correspondientes en el hombre. E n tanto que el alma per- su único p r o p ó s i t o aquí abajo será luchar contra ella para
manece encerrada en sus vehículos, dicho de otra manera, evolucionar hacia l a libertad absoluta.
en tanto que el alma refleja pasivamente las espontaneida- E l ángulo bajo el cual el recién nacido recibe el influjo
des emocionales y sensoriales surgidas del mediador plástico propio de cada planeta determina el grado en que le será
y del organismo, el ser humano se encuentra í n t e g r a m e n t e impartida la virtualidad dispensada por ese planeta. Los án-
determinado. A medida que l a vida psíquica se hace m á s gulos bajo los que cada cuerpo estelar recibe las influen-
reflexiva, la entidad pensante y consciente — el alma — se cias de cada uno de los otros ocho en el instante del naci-
convierte t a m b i é n en principio determinante e influye, deli- miento, determinan c ó m o se efectuará en la individualidad
beradamente, en la fatalidad. E l individuo se sustrae, pues, del niño la mezcla del influjo de ese cuerpo estelar y de las
a ella, gradualmente, en una medida siempre proporcional vibraciones irradiadas por los otros.
a su grado de dominio inhibitorio sobre sus impulsiones y Y cada una de las doce regiones zodiacales, o sea doce
sus tendencias primitivas, en una palabra, sobre su as- grupos de estrellas fijas, a c t ú a n , por su tono vibratorio ge-
tralidad. neral, sobre el recién nacido, primero en r a z ó n de su posi-
Por astralidad, hay que entender las predisposiciones y ción relativa a l horizonte oriental del punto de la tierra en
predestinaciones que resultan de las influencias planetarias el que ha nacido, y luego por las modulaciones que expe-
en el momento de nacer, y que por otra parte comunican a l rimenta a su paso por ese signo zodiacal el influjo propio
recién nacido un c a r á c t e r morfológico que permite distin- de cada planeta.
guirlos claramente. Todas las virtualidades observables a q u í en los diversos
E l momento de una e n c a r n a c i ó n humana parece fortuito reinos son engendradas por las influencias astrales. Se puede
pero la Rectitud (2) que preside en la gestión psíquica del clasificar los minerales, los vegetales, los animales y los
universo regula los nacimientos de manera que corresponda hombres, según sus propiedades o características en nueve
a cada yo el doble sideral y el cuerpo de carne que implican categorías: solar, lunar, marciana, mercuriana, jupiterina,
sus antecedentes. venusina, saturniana, uraniana y neptuniana.
Así pues, si el Sol irradia l a vida a cada uno de los d e m á s Marte, por ejemplo, engendra a l a vez las formas recti-
40 PAUL C. JAGOT

líneas y gruesas y los dinamismos violentos. Señala con e l


c a r á c t e r mórfico marciano, l a piedra, los metales, las plan-
tas, los animales y las personas engendradas bajo sus aus-
picios, imprimiendo en ellos las cualificaciones o l a natura-
leza marcianas. Así entre otras e l hierro, el rubí, l a coloquinta
y el tigre son marcianos a s í como los individuos ardiente-
mente combativos. De l a misma manera el cobre, l a esme-
ralda, l a verbena, l a paloma son formas de propiedades ve-
nusinas como, p o r otra parte, los humanos cuyos rasgos

Elemento
espiritual

Esencia
í Entidades
psíquica
r Invisibles

Substancia Ser !] V J
astral

Materia
física
Mineral Vegetal

FIGURA 8
Esquema de las relaciones del Hombre con el Universo

presenten el estilo tipo venusino, reconocible p o r formas


elípticas de foco reducido, formas reveladoras de una ten-
dencia principal a l a b ú s q u e d a , en e l seno de una existencia FIGURA 9
dulce y muelle, de l a a r m o n í a de las impresiones sensoriales. La Emperatriz
Esta clasificación astrológica sirve de base sobre todo al Tercera clave del Tarot
arte talismánico y a l a terapia oculta.
Una piedra, u n metal, u n vegetal y u n animal marcianos
emiten, efectivamente, vibraciones análogas a las del planeta
Marte, vibraciones que comunican a quien las absorbe una
virtud correspondiente a l a suya. De ahí el uso de t a l piedra
engastada en tal metal para favorecer tales cualidades o
atraer tal realización. De a h í , t a m b i é n e l empleo de una
42 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 43

planta determinada para conseguir un determinado efecto diversas categorías de espíritus que pueblan lo invisible y
curativo o, m á s generalmente, fisiológico. De ahí, en fin la particularmente con las entidades solares, lunares, marcia-
indicación de utilizar l a sustancia de tal animal con el fin nas, mercurianas, etc., que se evocan considerando el tiempo
de alcanzar tal resultado. y el rito evocatorio, según su naturaleza planetaria.
Se explica t a m b i é n , según esto, p o r q u é una hora deter-
minada de tal día, en una é p o c a t a m b i é n determinada, es
propicia para recoger tal ingrediente usado en magia. E n * *
el momento en que Marte se sitúa en la eclíptica de manera
tal que su influencia sobre nuestro globo sea intensa, las La invisible relación que solidariza l a unidad humana
propiedades de los vegetales marcianos alcanzan su máxi- con el Todo invisible, está expresada en la tercera carta del
mo. E n ese mismo momento los animales marcianos están Tarot. E l personaje de este naipe, l a Emperatriz, lleva las
en su paroxismo y la violencia se deja sentir en el mundo alas simbólicas que elevan hasta los éxtasis reveladores; su
bajo l a forma de terremotos, tempestades, ciclones, críme- cetro, acabado por el jeroglífico de Venus, afirma el poder
nes, guerras, etc. Hagamos notar, para salir al paso de una de reinar por imantación (atracción), sobre l a luz astral, y por
fácil objeción, que se m a n i f e s t a r á en una u otra forma, se- tanto sobre el dominio de Jo sensible. S u mano izquierda —
gún sean las posiciones de los d e m á s astros cuya acción pasiva en relación con la derecha, que expresa las iniciativas
modificará la acción radical de Marte. deliberadas — muestra a l exterior l a imagen de u n águila
E n otro orden de ideas, hay que advertir t a m b i é n que negra: la oscura impulsión proyectada sobre el omnilatente
el paso de un planeta por puntos en los que su acción sobre hiperfisismo por las espontaneidades anímicas. Arriba, las
la tierra es m á x i m a o m í n i m a , a r m ó n i c a o disonante con la doce estrellas zodiacales irradian el influjo planetario. Abajo,
de los d e m á s satélites solares, v a a c o m p a ñ a d o necesaria- la luna — la realidad contingente, la naturaleza creada — re-
mente de un efecto sobre l a e c o n o m í a planetaria de los in- posa a los pies de la excepcional criatura que su iniciación
dividuos y de las colectividades. A las diversas fases actua- ha provisto de los atributos de l a d o m i n a c i ó n oculta. (Véase
les de p r e s e n t a c i ó n de una región terrestre al sol correspon- la página 41).
den fenómenos muy bien conocidos. L o que ya no lo es
tanto, es que todo eclipse del foco central de nuestro siste-
ma significa siempre u n desastre que suspende o destruye
la vida: hambre, invasión, devastación, epidemia, etc., según
NOTAS AL CAPÍTULO III
la modificación determinada p o r los d e m á s cuerpos side-
rales.
(1) La conspiración del silencio se imponía a una obra cuyo orgulloso con-
Todo conjunto individualizado de á t o m o s , decíamos sus- ceptualismo ofendía al materialismo reinante. Aún hoy es inútil buscar el nom-
tancialmente en el capítulo primero, posee un doble, un bre de Péladan entre aquellos que forjaron la historia literaria del siglo xix. No
obstante, sus libros, rarísimos, hoy, valen su peso en oro.
cuerpo astral, que exterioriza incesantemente su radiacti- (2) Principio cósmico caracterizado por el sexto sefirot. (V. cap. II).
vidad. He aquí un esquema que muestra la relación de los
reinos de la naturaleza terrestre con los planos del universo.
(Véase la página 40).
Esta figura completa las nociones precedentes en lo que se
refiere a la relación por una parte del hombre con los pla-
nos cósmicos, y, por otra con las entidades minerales, vege-
tales o animales de su á m b i t o terrestre. Más adelante vere-
mos c ó m o el plano astral relaciona el ser humano con las
CAPÍTULO I V

L A REACCIÓN MICROCÓSMICA

Las nociones fundamentales del ocultismo expresan y


precisan pues, a los ojos del adepto, el sentimiento de su
íntima correspondencia con el universo y le revelan l a ley
de influencia externa del psiquismo individual.
Determinado en el momento presente por sus anteceden-
tes, de los que deriva su posición frente a l maqumismo cós-
mico, el hombre de ahora en adelante t e j e r á por sí mismo
los elementos de su futuro. Los i r á generando a u t o m á t i c a -
mente por la resonancia causal de su propia voluntad y de
su pensamiento, ya que, a medida que el hilo, tenue o
grueso, de sus estados de conciencia de desenreda, aquéllos
c o m u n i c a r á n sus impulsos alternativamente a la luz astral,
a l a esencia psíquica y m á s o menos siempre se d e j a r á n
sentir en l a esfera espiritual. Esta i m p u l s i ó n organiza simul-
t á n e a m e n t e numerosas series de efectos. Influye, m o r a l y
físicamente, sobre l a persona que piensa; trasmite a aquellos
en quienes piensa y a otras personas conocidas o no, pero
a las que alcanza con sus pensamientos, una ondulación
vibratoria que se traduce en ellas en imágenes, ideas o in-
citaciones; atrae hasta l a individualidad que emite l a i m -
pulsión, las inspiraciones, energías y agentes psíquicos que
se hallan en relación complementaria o analógica con ella
misma; crea para cada proyecto vigorosamente concebido,
un centro de a t r a c c i ó n al que afluyen y se asocian las di-
versas virtualidades susceptibles de concurrir para mate-
rializarlo, y llena l a imaginación de formas, imágenes y en-
tidades. Y , en fin, magnetiza los diversos elementos de l a
j e r a r q u í a viva de los planos supraterrestres. L a influencia
46 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 47

volitiva del hombre se extiende incluso hasta l a naturaleza lidad pero cerrados a las luces morales, ansian para mal-
visible, como se observa m á s concretamente entre los ani- gastarlos, los poderes del mago. Sustituyen la ciencia m á s
males que entre sí se influyen telestésicamente, ya que sus elevada para ellos inaccesible, por el oscuro empirismo del
emociones y sus deseos se irradian en el medio hiperfísico libro de conjuros. S i n embargo son muy raros los que po-
que los difunde y transmite. seen el grado de enormon sin el cual las p r á c t i c a s m á s
Así, por su verbo interior, cada uno puede influir en los abominables permanecen inoperantes. N o alcanza el que quie-
diversos elementos preformadores de lo inminente concreto. re ese grado de frenética exaltación que tienden a provocar
Evoca y conjura sin espada templada bajo ninguna cons- las perversas extravagancias del ritual goético y que sola-
telación n i varita m á g i c a ritual, a las verdaderas Potencias mente el agente hiperfísico, aparte de la voluntad reflexiva
que le favorecen o le perjudican y, a veces, le esclavizan. y adiestrada, puede hacer aparecer imperativamente. N o son
¿Piensa y ruega intensa, encarecidamente? Entonces cons- m á s eficaces las malas intenciones que las buenas, n i bastan
ciente o no, es u n poderoso mago, u n centro activo de por sí solas para crear realidades: es necesario a d e m á s la
movilización y gestión de los poderes cósmicos, una auto- ayuda de una exteriorización propulsiva que el hechicero
ridad de verdadera importancia entre aquellas que rigen busca en la exasperación de sus peores deseos y el mago
el fenomenismo omnilatente. Pero en l a medida en que sus en la ascesis.
voliciones sean arbitrarias, t e n d r á que sufrir las consecuen- Tampoco en manos de los débiles, de los irresolutos, y
cias de las mismas causalidades que él invocó: le será de- de los inconstantes, operan n i positiva n i negativamente los
vuelto el equivalente de lo que indecisa y desordenadamente ritos m á s ensayados.
exigiera. ¿Acaso no h a b r í a de corresponder una desastrosa Sin la m á s m í n i m a noción de ocultismo cada uno expe-
catástrofe a una serie magistral de realizaciones? rimenta en sí mismo inconscientemente las leyes de l a ma-
¿Piensa e invoca luminosamente, bajo l a influencia de gia. L a m á s fugitiva ideación deja sin duda una huella per-
los sentidos propios de su psiquismo, con pleno asentimien- manente, y ayuda, según su d u r a c i ó n y su fuerza, a condi-
to a l a Verdad, l a Justicia y a l a Rectitud? Entonces emana cionar los acontecimientos posteriores. Salvo una debilidad
de su Verbo conforme al Verbo del Cosmos, un fuerte po- extrema toda persona dotada de memoria y de imparciali-
der derivado de la total a d h e s i ó n a él del Altísimo: es u n dad, r e c o n o c e r á que existe al hacer el recuento de sus re-
Santo, u n Genio o un Mago. cuerdos, u n cierto paralelismo entre l a condición en que se
Pero s i el adepto piensa y ruega a ciegas, con el alma encuentra en el presente y sus actividades psíquicas en las
oscurecida e invadida p o r el torbellino de sus apetencias o semanas, meses y a ñ o s precedentes. Este paralelismo puede
de las pasiones; si se limita, como hipnotizado, a satisfacer llegar a ser incluso identidad entre deseos de una época y
las solicitaciones de su naturaleza superior, entonces se con- los acontecimientos de la siguiente. Pero, a no ser que exis-
dena al papel de m é d i u m , inconsciente de las fuerzas de l a tan raras predisposiciones volitivas a una educación mental
fatalidad. Esclavizada, su alma obedece pasivamente al ritmo poco frecuente, cada uno se somete al capricho de sus esta-
de las apetencias e i r r a d í a su encadenamiento a las correla- dos de á n i m o y transmite así a l a luz astral u n a serie de
tivas causalidades. A l brujo y al Mago se opone en este caso reacciones a n á r q u i c a s que se anulan las unas a las otras
una entidad h í b r i d a de apariencia humana, tributaria del porque son demasiado diversas y con demasiada -frecuencia
dominio rector del primero, pero sometida t a m b i é n , a poco antagonistas.
que una intuición le revele el oculto poder de atracción que Entre los pensamientos que recorren el espíritu, unos son
lleva consigo toda vehemencia interior, a transigir con los fruto de las sensaciones físicas, otros experiencias de impre-
elementos subversivos del astral. siones y emociones nacidas del principio astral, y alguna
E s el caso de los brujos de l a magia negra y de los he- que otra se elabora en el centro espiritual. Y las hay que
chiceros. Sensitivos y a l a vez dotados de intensa pasiona- provienen de fuera, representativas de influencias magneti-
48 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 49

zadas antes o sugeridas por seres visibles. Acaban todas en a las alturas de los m á s grandes científicos del mundo, recibe
voliciones e s p o n t á n e a s o reflejos cuya potencia es comparable apenas el salario de un barrendero y se desloma con ingratos
a su intensidad y persistencia. Los impulsivos, cuyas facul- trabajos para aumentar sus ingresos. Aquel industrial, col-
tades dirigentes dormitan y se dejan llevar siempre por l a mado por fin de brillantes satisfacciones para cuya conquista
espontaneidad, accionan ciegamente el plano hiperfísico e se ha descarnado la piel, s u b o r d i n á n d o l o todo a su conse-
imponen a los acontecimientos su propia inconsecuencia. cución, advierte al final que esas satisfacciones estaban muy
Siembran el desorden y recogen l a desgracia. lejos de poder dar lo que p r o m e t í a n . E l primero no supo
ni quiso exigir, el otro no supo n i quiso ver claro.
E n tanto que el hombre se mueva pasivamente por los
impulsos anteriores o por solicitaciones de fuera, debe con- Cada una de las influencias planetarias cuyo papel hemos
siderarse desprovisto si no de eficiencia vitualizante, sí al esbozado en el capítulo III predispone a los que han sido
menos de control sobre los f e n ó m e n o s que puedan derivarse. sometidos a su influjo a un modo especial de sensibilidad
Una serie inflexible de leyes causales lo m o v e r á n a semejanza y de intelección (1). Todo hombre siente y piensa a través
de un barco cuyo piloto duerme. Para sustraerse a esta deri- de un temperamento que resulta de sus condicionamientos
va es necesario que el piloto — l a voluntad reflexiva — per- astrales. L a astralidad (2) individual es la causa inicial de
manezca despierta, atenta y vigilante. S i n embargo no basta las predisposiciones y predestinaciones, aunque unas se en-
querer, deliberada y juiciosamente sino decididamente y sin gendran en mayor n ú m e r o que las otras. Hay, como ya sa-
tregua, ya que de lo contrario los remedios serían tardíos y bemos, una relación de causa a efecto entre una determinada
de hecho poco afectivos, y l a dirección insegura. S i n el ti- manera de actuar y de pensar y los acontecimientos subsi-
m ó n sólidamente amarrado no hay dirección segura; sin una guientes.
p r o p u l s i ó n continuada es imposible el avance. A l modo solar, objetivo, penetrante, sintético, expansivo,
Así se explica que los hombres de c a r á c t e r firme obten- valiente, egoísta e imperioso, responden los grandes triunfos,
gan materialmente m á s que los hombres de inteligencia pura. las altas s u p r e m a c í a s , las brillantes y gloriosas exaltacio-
É s t o s piensan razonablemente, pero l a dispersión de su acti- nes, la í n t i m a soledad, las enemistades colectivas, las caídas
vidad cerebral debilita casi siempre l a intensidad de sus m á s vertiginosas.
legítimos deseos. L a extensa cultura de los sabios, de los A l modo lunar, subjetivo, lento, contemplativo, lunático,
filósofos y de los artistas dignos de ese nombre, sólo mag- imaginativo, inofensivo e idealista, corresponden la oscuri-
netiza hacia ellos una m i n ú s c u l a parte del oro que afluye dad, la inestabilidad, una alternancia de gracias apacibles y
en grandes cantidades a los cofres de los grandes negocian- de dificultades siempre renacientes, de encantamientos ilu-
tes, menos dignificados intelectualmente pero m á s volunta- sorios y decepciones dolorosas.
riosos, m á s apasionadamente apetentes, precisamente por- A l modo marciano, vigoroso, combativo, extremoso, im-
que son menos cultos. Frecuentemente el hombre de razón petuoso, íntegro, positivista, responde la lucha encarnizada,
es un desequilibrado p o r insuficiencia de impulsión y el hom- incesante con sus triunfos y sus fracasos, sus violencias unas
bre de c a r á c t e r u n desequilibrado por exceso de pasionali- veces infligidas y otras soportadas, con s ú b i t o s cambios de
dad. L a ley rige para ambos con absoluta igualdad. A l pri- situaciones desesperadas.
mero l a lucidez y la mediocridad material. A l otro l a abun- A l modo mercuriano, vivo, e s p o n t á n e o , analítico, inquisi-
dancia y l a ceguera intelectual. Uno evoluciona por abstrac- tivo, de atención dispersa corresponden la multiplicidad de
ción, el otro por e x p e r i m e n t a c i ó n . las ocasiones, l a diversidad de ambientes, la independencia,
Pero l a Rectitud cósmica entra de nuevo en acción y los avatares, una vida proteiforme.
suscita en los momentos que m á s las necesita, la energía A l modo jupiterino calmo, confiado, sugeridor, apacible
para el razonable y l a r a z ó n para el fuerte. Ese pobre viejo y descuidado, pertenecen las ayudas, dignidades y facilida-
al que una existencia de trabajo desinteresado ha llevado des materiales seguidas de adversidad (3).
4
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 51

A l modo venusino, refinado, voluptuoso, dulce pero po-


sesivo, convienen la at r acci ón de las circunstancias suscep-
tibles de dispensar, incluso indebidamente, la satisfacción
arbitraria de las exigencias del diletantismo sensorial, emo-
cional o ideológico y los sufrimientos correlativos.
A l modo saturniano, desconfiado, grave, reflexivo, obsti-
nado, responden l a soledad, l a sujeción a una larga serie de
pequeños esfuerzos, l a eterna hostilidad de los seres y de las
cosas, el resultado t a r d í o , las adquisiciones materiales e in-
telectuales lentas pero seguras.
Cada persona recibe desde su nacimiento, la impregna-
ción de todas las influencias planetarias. Pero entre ellas
predominan dos, tres, cuatro o cinco. De ahí le complejidad
de los caracteres. Además, según que la mezcla de cada in-
flujo con todos los d e m á s se efectúe armoniosamente o no,
e n g e n d r a r á predisposiciones o predestinaciones beneficiosas
o fatales. E n nuestra obra Las marcas reveladoras del des-
tino exponemos detalladamente esta t e o r í a en la que p o r ello
ya no insistiremos a q u í .
Aprendiendo a pensar voluntariamente y de una manera
juiciosa se modifica necesariamente su determinismo primi-
tivo, se escapa a las fatalidades bajo cuya estrella se ha na-
cido, se sustituye en suma un esfuerzo deliberadamente
elegido y aceptado por los sufrimientos anteriormente mere-
cidos y cuyos agentes planetarios son los dispensadores
a u t o m á t i c o s al servicio de l a Rectitud, que fija, por otra
parte, el momento cósmico de cada e n c a r n a c i ó n .
L a ascesis inaugural de las antiguas iniciaciones, con sus
esfuerzos progresivos, tendía precisamente a hacer del re-
cipiendario d u e ñ o de sus espontaneidades, es decir, de sus
predestinaciones nativas. Debía dominar en sí mismo a l a
FIGURA 10 naturaleza invisible y visible y de esta manera conquistar
El Emperador el poder que i m p o n í a luego al fenomenismo exterior pres-
Cuarta clave del Tarot tándole dinamismo con los ritos m á g i c o s y e x p r e s á n d o l o
con signos hieráticos.
E l Emperador del cuarto naipe del Tarot es precisamente
este iniciado vencedor de las dificultades ascéticas. L a pie-
dra cúbica sobre la que se apoya simboliza la absoluta
estabilidad de los principios, de los que emanan las leyes
rectoras de los Hechos. Estable él mismo sobre esta base
inamovible, su postura representa la vigilancia siempre aten-
52 PAUL C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 53
ta del hombre constantemente dispuesto a la iniciativa un oscuro sabio (Saturno), una gran cantante (Venus), un opulento banquero
actuante. Las doce estrellas zodiacales del arcano III han (Júpiter), un actor con talento (Mercurio), un gran militar (Marte), un poeta
(Luna), o un gran estadista (Sol)?
desaparecido porque el cetro oculto, firmemente tendido ha- Los ejemplos citados, tomados de lo más alto de la escala social, suponen
astralidades de diversas influencias pero poco mas o menos equivalentes. Entre
cia adelante, es decir, el poder volitivo continuamente pro- los que podríamos considerar mediocremente influidos encontraríamos a un mi-
yectado para conformar el futuro, deshace la trama de las nero (Saturno), una comparsa (Venus), un criado (Júpiter), un carnicero (Marte),
un pescador (Luna), y un pintor de brocha gorda.
fatalidades. Los doce puntos que adornan el casco del E m - Quien nace en un momento en que un planeta está por entero en su situación
perador adepto significan claramente que ha sometido a su en el zodíaco e influye poderosamente en relación con otros cuerpos celestes,
sobre todo Ja Tierra, será ricamente dotado. Si, por el contrario, el ciclo de
voluntad l a virtualidad planetaria. natividad sólo presenta debilidades, las facultades del nativo serán mediocres.
De la mayor o menor influencia depende la escala social en que el nativo vaya
Haberse hecho consciente de las leyes de l a reacción a parar.
Por otra parte la preponderancia de los aspectos armónicos (conjunciones,
psíquica individual, de la secuencia causal inseparable del trinos, sextiles, etc.) determina el predominio de las facultades favorables sobre
juego del pensamiento y del ejercicio de la voluntad, es ver las adversas. Los siete ejemplos anteriores bien influidos pero disonnntes o
inarmónicos se convertirían en un usurero (Saturno), una cortesana (Venus),
con plena luminosidad lo que siempre ocultaron opacas ti- un funcionario venal (Júpiter), un estafador (Mercurio), un agresivo aventurero
(Marte), un traficante del vicio (Luna) y un sociólogo subversivo (Sol).
nieblas a los ojos del m á s grande hombre. Este fulgor ilu-
mina l a inextricable red en medio de la cual el hombre debe
moverse, y le permite orientar sus pasos con absoluto cono-
cimiento del camino. Resueltamente puesto sobre este ca-
mino, elegido deliberadamente, sabe que los obstáculos, pre-
visibles por otra parte por medio de la meditación intuitiva
y de las diversas p r á c t i c a s reveladoras, se resuelven en nada
bajo l a acción de una indefectible persistencia; que una se-
rie de auxiliares dóciles le ayudan en la edificación de los
planos trazados en relieve preciso y seguro en la pantalla
astral; que la enérgica asiduidad del querer asegura la ma-
yor rapidez posible en las realizaciones; y que una vez que
se haya apropiado del objeto, justo o arbitrario, de sus
deseos, debe prepararse a recoger las consecuencias fastas o
nefastas que exija su acción.

NOTAS AL CAPÍTULO IV

(1) V. Les Marques révélatriccs du caractcre et du destin.


(2) Se entiende por astralidad las tres o cuatro principales influencias pla-
netarias preponderantes en cada uno de nosotros.
(3) Algunos astrólogos ven en Júpiter y en Venus dos influencias exclu-
sivamente benefactoras, o sea, respectivamente, el Gran Benéfico y el Pequeño
Benéfico. Igualmente Marte y Saturno corresponderían a la infortuna mayor y
menor. Se debe esta opinión, sin duda alguna, a que Júpiter y Venus son más
pródigos en satisfacciones materiales que las otras influencias mientras que Marte
y Saturno inclinan a una vida más o menos ruda o a la oscuridad laboriosa. Pero
aquí abajo nada es estable. En cada existencia se manifiesta un ritmo. A la osci-
lación alegría sucede la oscilación sufrimiento, al esfuerzo la satisfacción. Ade-
más, no es posible decir cuál es la mejor astralidad. ¿Qué es más de admirar.
CAPÍTULO V

LA RECEPTIVIDAD

La noción de una Causa-Principio, de la que han emanado


los cuatro mundos ocultos, se alcanza por el trabajo con-
ceptual abstracto o por la luz superconsciente. E n el adepto
se manifiesta s i m u l t á n e a m e n t e por los dos procesos. L a me-
ditación especulativa del á r b o l sefirótico asociado a la con-
templación mística abre poco a poco el espíritu a la visión
sucesiva y directa de los planos de lo invisible.
E l hombre e x t r a ñ o a todo esterismo recibe a veces espon-
t á n e a m e n t e , de manera m á s o menos fugitiva, una i m p r e s i ó n
de inconmensurable a r m o n í a , pero el meditativo abandona
su a t e n c i ó n a cualquier majestuoso aspecto cósmico. Los
esplendores de l a naturaleza, sus fenómenos, regidos, de lo
infinitamente grande a lo s u b a t ó m i c o , por inflexibles leyes,
proclaman una Inteligencia y una Voluntad infinitamente
magistrales. Bastan unas horas de reposado y silencioso re-
tiro en medio de un gran espacio, dando sólo a los ojos el
espectáculo de la bóveda celeste y del horizonte de l a tierra,
para que el alma se sienta casi inevitablemente conmovida,
hasta el punto de obligar a los d e m á s obtusos a presentir, a
través de lo tangible, l a resplandeciente i r r a d i a c i ó n de su
Autor.
E n su admirable libro Ciencia Secreta, H e n r i Durville ha
comentado con l a m á x i m a extensión esta i m p r e s i ó n de una
presencia de omnilatente perfección en el seno de la na-
turaleza.
Pero no todos experimentan esta sensación de forma igual-
mente precisa. H a y quien obcecado p o r el prestigio de las
formas, de los colores y de los sonidos, capta, sí, l a a t r a c c i ó n
56 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 57

de su mágica belleza, pero sus sentidos, debilitados, per- arbitrariedades, sino t a m b i é n el m á s imperdonable de los
manecen sordos a la llamada del divino Mago. Otros sienten errores, porque es imposible gobernar por mucho tiempo a
vibrar en inquieta disonancia el temblor del ambiente invi- seres desprovistos de la esencia a r q u í a interior.
sible: les domina el h a s t í o o les oprime una ansiosa desazón, L a ascesis religiosa amplía y acrisola la conciencia espi-
o bien les penetra una singular angustia que delata la intro- ritual, m o m e n t á n e a m e n t e suscitada por los ritos y ceremo-
misión en ellos mismos de una Realidad muy turbadora nias; de esta manera puede ser apreciada experimentalmente
para quien habitualmente deja reposar sus ojos solamente y se impone por sus elevadas posibilidades: el conocimiento
en las fantasmagorías terrestres. Y hay, por fin, quienes directo, generalmente relacionado con el éxtasis, y l a ilumi-
su espesa materialidad, s i s t e m á t i c a y obstinadamente refor- nación profética, es decir, l a precognición en su principio,
zada, les aisla de la suprema fuente de V i d a y de Conoci- de acontecimientos que h a b r á n de ocurrir, inminentes o le-
miento, hasta anular su principio esencial. janos, pero que se convierten desde ese momento en nece-
Asentir a la Rectitud universal, intencionalmente al me- sidades. E l estado de santidad — de integral conformidad
nos, y por tanto tener el alma pendiente de la generación con la Rectitud — implica una comunicación consciente,
de Tiferet, es el objeto p r i m o r d i a l de l a existencia humana. m á s o menos continua, con el plano divino, puerta de acceso
Volver a ligar a la criatura con el centro emanador de la a la Verdad esencial, pre-visión de futuros acontecimientos
a r m o n í a cósmica, es establecer el conducto por el que llega- terrestres, de donde se sigue la facultad de profecía.
r á l a impregnación que s u b s a n a r á el desorden que la tiene E l lector que haya captado l a exposición del capítulo I I
alejada del plano espiritual. E s a fue l a principal y m á s c o m p r e n d e r á inmediatamente la distinción que a q u í se i m -
noble inquietud de los hierofantes religiosos. pone entre el profeta, i n t é r p r e t e inmediato de la inteligencia
Para enmendar este defecto, es necesario ingeniárselas y de l a voluntad universales, y el mero vaticinador m á s o
para desviar p e r i ó d i c a m e n t e el pensamiento del hombre de menos dotado de percepción premonitoria. E l primero cono-
la acaparadora invasión de los instintos, abrirlos a la noción ce l a decisión inicial del acontecimiento. Los d e m á s , sonám-
de lo divino por medio de sugestiones, de p r á c t i c a s y de bulos lúcidos, clarividentes y p s i c ó m e t r a s , perciben de él
ceremonias creando m o m e n t á n e a m e n t e las disposiciones sólo la frase siguiente, intermedia entre la causa y el hecho:
oportunas. la gestación virtual. S u segunda mirada se pierde en el plano
Y la religión s e r á siempre el ú n i c o modo de evolución astral: las esferas de lo psíquico y lo espiritual permanecen
moral para las masas ahora refractarias a iniciaciones abs- cerradas para ellos.
tractas: el exoterismo de la letra deja llegar hasta ellas su- A la quinta carta del Tarot se le atribuye generalmente
ficientemente el eco de las alturas sublimes. Es posible así un sentido e m b l e m á t i c o resumido en l a palabra religión,
la revelación y otorgamiento de la Rectitud, indispensable entendida en su m á s amplio sentido de religamiento con la
para el devenir eterno. escala de las realidades invisibles. Sobre la tiara del per-
L a Ciencia Oculta, inconmovible a t r a v é s de los tiempos, sonaje simbólico —el papa — se observan las tres diademas
a pesar de los sucesivos y vehementes ataques de los filóso- coronadas por un signo sagrado, bien sea las cuatro seccio-
fos racionalistas, materialistas y m á s o menos ateos, no ha nes sefiróticas o bien las cuatro esferas ocultas. L a mano
cesado j a m á s de proclamar estas verdades. Establece como derecha, se tiende con gesto hierático sobre los fieles que
su dogma fundamental que irreligión es igual a subversión; reciben del papa del Tarot la iniciación religiosa; la izquierda
subversión individual cuando el ser ignora o reniega de su sostiene el b á c u l o de triple cruz, expresivo de los dos modos
origen y de su fin; subversión colectiva, cuando el Estado de receptivilidad espiritual, receptividad p s í q u i c a y recep-
es un hormiguero de ciudadanos así privados de la primera tividad astral. Y a hemos visto lo que son las dos primeras.
fuente de las conexiones. Quienes privan a los pueblos de Ahora examinaremos la tercera (ver fig. 11, siguiente).
la religión (1) cometen no sólo la m á s monstruosa de las E l futuro puede ser percibido, hiperfísicamente, en c l i -
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 59

ches m á s o menos netamente delineados, por numerosos


individuos cuyo nivel moral no afecta en absoluto a la ob-
tención de este fenómeno, en muchas ocasiones observado
en individuos incultos o poco evolucionados. Aquí sólo se
plantea como cuestión l a sensibilidad del mediador plástico.
La telestesía — sensación o sentimiento de una inminente
eventualidad, visita, mensaje, encuentro, etc. — caracteriza
un grado muy pobre de receptividad astral. Igualmente los
ensueños premonitorios que quedan gravados en el espíritu
al despertar. E l conocimiento de estos fenómenos e s t á su-
ficientemente generalizado hoy para que sea necesario in-
sistir en ello.
Por otra parte subsisten en lo invisible innumerables
imágenes del pasado. E l astral individual conserva íntegros
los archivos llenos de imágenes de toda l a serie de estados
psíquicos que ha experimentado. Los astrales colectivos po-
seen una memoria análoga, de la que algunos ojos extraen
recuerdos. Y hasta los objetos — todos los objetos tienen su
historia — quedan impregnados de los influjos de aquellos
que los han utilizado.
E l objetivo de las p r á c t i c a s adivinatorias (2) es por tanto
despertar y ejercitar la perceptividad astral del experimen-
tador, hacerle visibles las imágenes que anuncian el futuro,
que revelan el presente o que evocan el pasado.
L a a n t i g ü e d a d iniciada conocía l a técnica infaliblemente
evolutiva de las facultades del mediador plástico. Se apren-
día m e t ó d i c a m e n t e a ver en el invisible.
Entre los modernos, la e x p e r i m e n t a c i ó n ha conducido
principalmente a dos formas de clarividencia, predictiva, in-
mediata o retrospectiva: la lucidez s o n a m b ú l i c a en el sueño
magnético y la visión a distancia en el tiempo o en el espa-
FIGURA 11 cio, por c o n t e m p l a c i ó n de una bola de cristal. Menos exten-
dida, la p s i c o m e t r í a — nombre que se da a l a p e r c e p c i ó n de
Júpiter imágenes de objetos — tiene asimismo sus practicantes. Hay
Quinta clave del Tarot que a ñ a d i r que el Tarot d e s e m p e ñ a a los ojos de la m a y o r í a
(A esta carta del Tarot italiano corresponde «El Papa» de los c a r t o m á n t i c o s , un papel análogo al de l a esfera de cris-
del original). tal y de sus sucedáneos populares: alfileres, marro de café y
la clara de huevo. E l uso deductivamente oracular del libro
de Thot exige una elevada cultura esotérica.
E n nuestro Método de Hipnotismo hemos tratado de la
investigación sistemática de los fenómenos de lucidez sonam-
60 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 61

búlica, y por ello no volveremos a tratarlo aquí. Además este después de ocho sesiones. E s muy importante, efectivamen-
modus operandi tiene muchos inconvenientes. Exige dos per- te, acabar siendo un maestro absoluto del estado receptivo:
sonas: el magnetizador y el sujeto magnetizado. U n a vez N o sólo hay que esforzarse por conseguirlo tantas veces
hipnotizado éste no tiene dominio alguno directo sobre su como uno quiera, conviene t a m b i é n saber acabar en pocos
lucidez. H a de limitarse a i r guiando al operador y comuni- segundos. Por olvidar esta regla, m á s de u n precursor de lo
cándole sus impresiones. P o r otra parte, como las disposi- invisible ha conocido l a obsesión, l a angustia o l a locura.
ciones psíquicas de un s o n á m b u l o v a r í a n necesariamente con L a finalidad de l a gimnasia que precede es preparar el
sus estados psicológicos, o emocionales, su perceptividad despertar de los sentidos, el mediador plástico. Este ú l t i m o
astral resulta fugaz, desigual y caprichosa. Se altera gene- recibe constantemente del exterior, a t r a v é s del medio astral
ralmente en seguida porque se trata de obtener visiones colectivo en el que se halla inmerso, innumerables vibracio-
muy diversas, sufre con la edad una ineluctable p e r t u r b a c i ó n nes que emanan de los seres y de las cosas. Puede captar-
y acaba por desaparecer definitivamente. las. Normalmente estas vibraciones sólo le originan una i m -
S i bien l a clarividencia, que se puede experimentar sin l a precisa reacción. Agitado p o r las preocupaciones, las emo-
ayuda de un tercero, preferiblemente valiéndose de u n cris- ciones, l a gestión de la vida vegetativa (ver pág. 17) el doble
tal de roca muy puro tallado esféricamente, necesita u n es- sideral se cierra a los movimientos ondulatorios que le ro-
fuerzo personal, un entrenamiento m á s o menos prolongado, dean. E s necesaria una circunstancia excepcional para sacar-
permanece, al contrario que l a lucidez sonambúlica, bajo el le de su torpor; por ejemplo, una intensa p r o p u l s i ó n tele-
dominio directo del perceptor. Nos parece que l a adquisición psíquica irradiada hacia él p o r algunos de sus parientes m á s
de un m é t o d o de desarrollo de la clarividencia debe hallar cercanos, violentamente impresionado como ocurre en el
a q u í su puesto. De una manera general, una vida regular, caso de un peligro grave o en el paroxismo de cualquier
calma y de recogimiento, u n r é g i m e n extremadamente so- pasión.
brio, u n estado anímico de m e d i t a c i ó n , son indispensables E l desdoblamiento, inseparable del sueño natural, puede
antes que nada. A l principio se t r a t a r á de situarse diariamen- t a m b i é n abrir m o m e n t á n e a m e n t e los sentidos astrales como
te, durante una o dos horas, en u n estado de pasividad se observa en los sueños telestésicos o premonitorios a los
muscular, sensorial y mental lo m á s completo posible. Para que Camile F l a m m a r i ó n ha dedicado varios libros.
ello, elegir una h a b i t a c i ó n silenciosa, oscura, y, de preferen- Pero en estos casos se trata de f e n ó m e n o s independientes
cia, l a m a ñ a n a dos o tres horas d e s p u é s del sueño, sen- de l a voluntad del preceptor. E l entrenamiento m e t ó d i c o de-
tarse o tenderse, observar una completa inmovilidad y cir- sarrolla y hace constante l a especial capacidad de ser impre-
cunscribir el campo del pensamiento manteniendo l a aten- sionado que permite hacerse permeable a voluntad o las v i -
ción sobre una idea o una imagen indiferentes. Luego los braciones astrales y distinguir las imágenes que transmiten.
sentidos físicos, vista, oído, olfato, tacto y gusto, han de que- Una vez familiarizado con l a técnica del aislamiento, el
dar perfectamente inertes, y, el inconsciente afectado úni- experimentador predispuesto ya a l a clarividencia, d i s p o n d r á
camente por la atención de llegar a l a clarividencia; el pen- la bola de cristal sobre un p e q u e ñ o velador de aproximada-
samiento poco a poco relajado, suprime por completo su mente un metro de altura y con el dispositivo ante él, se
actividad. U n cierto n ú m e r o de sesiones son siempre ne- colocará cara a la luz. S u asiento, alto y confortable, d e b e r á
cesarias para alcanzar este estado, llamado aislamiento. H a y permitirle ver la bola de arriba abajo y situarse en estado
que continuarla hasta que la o b t e n c i ó n del aislamiento sea receptivo. L a luz debe pasar a través de u n difusor que la
r á p i d a y casi i n s t a n t á n e a . Este ejercicio es a d e m á s muy be- distribuya moderada y h o m o g é n e a m e n t e por la habitación.
neficioso para l a salud. M u y pronto será posible realizarlo A l principio, es mejor apartar de sí todo deseo por un
no ya en el silencio y l a oscuridad sino en medio del ruido género determinado de visión y esperar, pasivamente, la
y de la luz. U n relajamiento de una hora es imprescindible realización del fenómeno. Basta para ello dirigir suavemente,
62 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 63

sin l a m á s leve tensión, l a m i r a d a a l interior de l a esfera. la diversa categoría de entidades de lo invisible. Por ahora
Pronto las imágenes, primero vagas e imprecisas, se i r á n sólo destacaremos que estos espejos, t r a s l ú c i d o s o metá-
concretando completamente. Cuanto mejor haya dominado el licos, se caracterizan todos por tener una superficie plana,
experimentador las caprichosas combinaciones de la imagi- suavemente lustrada, e iluminada d é b i l m e n t e y con l a igual
nación, durante las p r á c t i c a s previas, tanto menos le moles- interidad. De hecho cualquier superficie de este género bas-
t a r á ésta con ilusorias alucinaciones hipnagógicas. ta para reflejar el astral. E l doctor Maxwell antes citado,
Cuando las i m á g e n e s astrales se reflejan con facilidad cuenta precisamente visiones de escenas, presentes y futuras,
en el cristal, l a i n t e n c i ó n , l a sola voluntad bastan para evo- confirmadas exactamente por acontecimientos posteriores,
car lo que se desea. S i se trata de hechos relativos a una que aparecieron e s p o n t á n e a m e n t e ante u n a receptora sobre
persona de l a que se posee un objeto (3) impregnado de sus el vidrio de un vulgar armario ropero.
radiaciones etéricas, se le puede tener aplicado a l a frente Una vez que ha aprendido el principio de la diversa re-
o bien sostenerlo en l a mano. Así lo hacen los p s i c ó m e t r a s , ceptividad, el adepto puede ya disponer de él, aunque no
pero operan sin cristal, con los ojos vendados y una oscu- disponga de tiempo para hacerlo con l a p r e p a r a c i ó n que he-
ridad absoluta (4). mos descrito. Las luces le v e n d r á n al principio inciertas,
Todos los clarividentes acaban siendo p s i c ó m e t r a s y uno pero siempre suficientes para guiarle, tanto s i se entrega a
de los resultados m á s comunes que se derivan de estas la m e d i t a c i ó n pasiva, interrogativa o conjurativa.
p r á c t i c a s es l a p e r c e p c i ó n del estado del doble etéreo huma- Ordinariamente, cuando se medita, se centra l a atención
no. Y a se sabe (ver cap. I, p á g . 7) que este doble consti- sobre un aspecto concreto para precisar el conocimiento que
tuye en definitiva la fuerza vital individualizada de cada uno. se tiene de ese respecto y gracias a las asociaciones de ideas
E n el estado perfecto, emite una radiación muy viva, azulada que así se acumulan. Pero hablando en t é r m i n o s de ciencia
a la derecha y amarillo-anaranjada a la izquierda. Unas líneas oculta, todo estado psíquico lleva consigo u n complementa-
perpendiculares a l a periferia del cuerpo emanan del doble rio exterior y allegar al inconsciente del que medita nocio-
etéreo y componen una especie de aura. Cuando un órgano nes que antes no estaban allí. Poco a poco, se abren paso
se debilita o e s t á funcionalmente enfermo o lesionado, los hasta la consciencia. E l pensamiento nos pone en relación
rayos etéreos, ensombrecidos y torcidos huyen de su lado. con todo lo que puede ayudar a nuestra evolución: personas
L a debilidad general se manifiesta por un encorvamiento com- conocidas o ignoradas, p r ó x i m a s o lejanas; incluso con ob-
pleto de estas radiaciones y por su falta de colorido, de jetos que tienen para nosotros un i n t e r é s cualquiera.
luminosidad. De esta suerte hemos podido comprobar sor- Engendra igualmente una abducción intelectual: ideas
prendentes diagnósticos: hemos visto indicar sobre todo en- nuevas, inspiraciones, soluciones relacionadas con su orienta-
fermedades que se remontaban a varios lustros y cuya causa ción. Cualitativamente elevada, o sea orientada p o r l a vene-
no h a b í a sido eliminada por completo. E s m á s , u n clarivi- ración a la Rectitud, armoniza al hombre con el plano espi-
dente realmente dotado puede penetrar por l a vía astral en ritual y postula l a intervención de la providencia.
la profundidad de los tejidos y reconstruir el funcionamiento R e c í p r o c a m e n t e , t a m b i é n excluye a sus antagonistas.
fisiológico.
Se medita pasivamente cuando, situado el adepto en es-
Hay que destacar que ciertas personas, especialmente tado de aislamiento, y a descrito, se permanece a la especta-
constituidas alcanzan, sin el menor entrenamiento, la m á s tiva de las nociones que puedan presentarse. Así las inten-
precisa clarividencia. Pueden leerse a este respecto los tes- ciones o disposiciones de los d e m á s con respecto a nosotros
timonios del doctor Maxwell, doctor en medicina y abogado suscitan un discernimiento proporcional en nuestra recep-
cuyas investigaciones experimentales constituyen los m á s tividad; las inminentes casualidades, afectan a l a intuición;
grandiosos documentos actuales sobre l a cuestión. Más ade- se esbozan incitaciones relacionadas con nuestras preocu-
lante hablaremos del uso de espejos mágicos, evocadores de paciones habituales; aparece l a secuencia causal de nuestras
64 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 65
decisiones pasadas o futuras y según nuestro afán de Equi- critores, presenté a un amigo que había desarrollado en él esta facultad. Uno de
los asistentes le dio a estudiar un viejo reloj de bolsillo que llevaba. Mi amigo
dad l a justicia o arbitrariedad de nuestros actos o pensa- vio: 1.° una corte (del género de la de Luis XIV), nobles y duelos; 2.° una es-
mientos despierta en la conciencia moral las oportunas no- cena de la Revolución francesa en la que una vieja dama era guillotinada; 3." una
escena de operación quirúrgica en un hospital moderno.
ciones... «La persona que había facilitado el reloj quedó estupefacta. Este reloj
perteneció a uno de sus antepasados, muerto en un duelo en el reinado de
Se medita interrogativamente cuando su atención se halla Luis XV; a una abuela guillotinada bajo la revolución; luego había sido guar-
centrada largamente en los datos de un problema ideológico dado y no se volvió a sacar más que en una ocasión en que fue operada la
esposa del allí presente.
o p r á c t i c o a ú n sin solucionar por nuestros propios medios He citado un caso personal, pero se pueden contar por cientos en los libros
inmediatos. L a respuesta no llega nunca en seguida o ra- especializados.
Lo que se deduce de estos fenómenos es que cada objeto puede llevar su his-
ramente; es necesario reiterar el procedimiento, pero es una toria invisiblemente escrita a su alrededor.
Lo mismo ocurre en el ser humano. Cada uno de nosotros estamos rodeados
cuestión de horas o de días. de una radiación invisible al ojo de carne pero perceptible para el espíritu en-
trenado.
Hay meditación conjurativa cuando, trayendo a la me- En esta radiación están inscritas en forma de imágenes las resultantes más
moria diversos elementos de una situación dolorosa o entor- importantes de nuestros actos y pensamientos. Según la tradición, esta radiación
se llama aura y hay un aura para cada principio: Para el cuerpo físico, para
pecedora e insistiendo sobre l a objetivación de las dificul- el cuerpo astral y para el espíritu.
tades en apariencia insolubles, se acude a l a providencia, a Este último es el que en las tradiciones religiosas han identificado siempre
sobre las cabezas de los santos y las divinidades.
un invisible al cual se profesa una veneración particular, Gracias a esta radiación se explican muchos fenómenos en apariencia extraños,
como las súbitas simpatías o antipatías en el primer encentro con otra per-
dirigiéndole una invocación, una llamada, una plegaria. N o sona, las intuiciones y previsiones llamadas inconscientes, etc.
se p o d r í a exigir aquí la fe, como se exige, con obligatoriedad, El ocultista entrenado, o sea el que ha desarrollado sus facultades de per-
cepción de lo invisible, se da cuenta a primera vista del valor real de un ser hu-
al predicarla e x o t é r i c a m e n t e a los fieles de los diferentes mano, no según sus hábitos ni su aspecto exterior, sino según su radiación
invisible».
cultos, pero sí es necesario el sentimiento profundo de la ar-
m o n í a cósmica y u n acatamiento de su ley: Esta sola idea
basta para hacernos merecedores de la asistencia del Altí-
simo durante nuestro peregrinaje por la tierra y en el fin
último.

NOTAS AL CAPITULO V

(1) La pura y primitiva gnosis, fuente original de cultos exotéricos, se halla


en ellos alterada por un dogmatismo arbitrario, por el fanatismo y por el opor-
tunismo político. Quizá los sacerdocios, tras el famoso credo qitia absurdum, se
creyeron en el deber de convertir a la religión en pura sin razón y acaso sean
ellos, que fomentaron así el agnosticismo de las élites, los responsables tam-
bién del de las masas. Porque el anticlericalismo de hoy no parece sino una
reacción contra el tiránico despotismo del clérigo de otro tiempo, instrumento
de consignas de represión. Pero bien está reprimir, pero no suprimir, porque
de lo contrario seria peor el remedio que la enfermedad.
(2) No hay que confundirla con las ciencias de observación: astrología fisiog-
nomía, quirología y grafología. Estas dependen más de la deducción que de la
intuición.
(3) Todos los objetos están impregnados de las radiaciones de aquellos que
los han usado. De ahí la utilización que de ellos hacen los sonámbulos lúcidos
y, para otros fines, los brujos de aldea que ponen en una muñeca de cera
«cualquier cosa que haya tocado la persona» que tratan de dominar.
(4) Véase a título de ejemplo, el relato de una experiencia de psicometría:
«Un día, dice Papus, en una reunión a la que asistían varios científicos y os.
CAPÍTULO V I

MAGNETIZACIONES, REACCIONES
Y ATRACCIONES

L a sexta carta del Tarot evoca la alternativa que la misma


existencia brinda al hombre: la iniciativa voluntariosa y la
indolencia pasiva del espíritu, y por tanto, abandonada a los
instintos. Sea cual fuere, la opción pone en marcha l a rueda
desencadenante de las casualidades que determinan el fu-
turo.
S i se ha elegido la lucha, este acto deliberado arrastra
tras sí las pruebas necesarias, agrupadas y seleccionadas de
manera que el individuo y su destino se realicen según sus
aspiraciones.
Si la opción se inclina por la ley del menor esfuerzo mo-
ral, si se ha rechazado el cetro de la a n a r q u í a volitiva, si se
ha repudiado el ideal espiritual, si se ha asentido al pacto
t á c i t a m e n t e propuesto por el inconsciente inferior, s i se ha
preferido, en una palabra, el sonambulismo arrullador de
una vida ú n i c a m e n t e preocupada de las apetencias psico-as-
trales, entonces n i la intensidad n i la moralidad de las prue-
bas d e p e n d e r á n del libre arbitrio: el determinismo exterior
se e m p l e a r á desenfrenadamente.
Porque, de grado o por fuerza, a q u í abajo hay que expe-
rimentar las realidades necesarias para alcanzar el despertar
gradual del Conocimiento. L a Psique humana, evolucionando
desde el estado primitivo de m ó n a d a hasta la í n t e g r a y de-
finitiva entidad, a través de todas las fases necesarias para
su perfecto desarrollo, recorre una serie de ciclos, cada uno
de ellos compuesto por un período de acción y p o r otro
de asimilación. Durante cada uno de estos períodos el alma,
68 P A U L C. J A G O T

unida a los vehículos oportunos, debe adaptarse a las condi-


ciones de existencia determinadas — la vida humana por
ejemplo — que i r á n afirmando su conciencia de ser. Luego
una vez realizado todo el progreso que sus condiciones ha-
cían posible, se separa de sus vehículos materiales — l a
muerte, tal como l a entendemos — y se asimila, en el seno
de lo invisible, la experiencia nueva que aporta, armonizán-
dola con la totalidad de sus adquisiciones anteriores. Inme-
diatamente se lleva a cabo una nueva encarnación, que de-
pende muy directamente, en sus eventualidades y caracte-
rísticas, del estado resultante de las circunstancias prece-
dentes.
A l encarnarse de nuevo, el ser se halla situado de tal
manera entre el yo y el no-yo que necesariamente p a s a r á por
los sufrimientos y alegrías indispensables para l a realiza-
ción de los nuevos progresos para los cuales fue dispuesto.
Y aquí interviene l a alternativa en cuestión: esforzarse vo-
luntariamente, marchar deliberadamente hacia adelante o
dejarse llevar y sufrir a pesar de sí mismo. E n ambos casos
la ley Suprema de Evolución permanece ineluctable; pero
si, en lugar de abandonarse pasivamente a sus espontanei-
dades, el sujeto asiente conscientemente a l a necesidad de
esforzarse en l a b ú s q u e d a del Conocimiento o de l a Recti-
tud, sustituye por una ruta mejor, la primitiva línea pre-
vista para el encadenamiento lógico de las predisposiciones
y predestinaciones primarias. L a importancia relativa de l a
opción, se hace absoluta desde el momento en que el hom-
bre consciente, obstinada y formalmente renuncia a su futuro
espiritual y se entrega a l a a n a r q u í a , a la destrucción de la
consciencia moral en la oscuridad de sus instintos, forman-
do así l a espantosa palabra que le retrae irremisiblemente
hacia el no-ser. E n la medida en que se le puede imaginar, FIGURA 12
hay que considerar esta posibilidad como una excepción
monstruosa. Sería temerario señalar como una entre las m á s El Enamorado
atroces, cualquiera de las varias individualidades cuya abne- Sexta clave del Tarot
gación se haya, evidentemente, hecho acreedora a l a execra-
ción de l a Historia.
L a mayor parte de los hombres viven y mueren m á s o
menos sin noción profunda de las realidades superiores; les
parecen ilusorias o m í t i c a s . Sólo atentos a sus sueños de so-
n á m b u l o s , no se preocupan m á s que de continuarlos sin obs-
70 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 71

táculos y rehuyen el encuentro y la luz que p o d r í a n desper-


tarlos. Ante cada impacto que bajo la forma de dificultad, * * *
sufrimiento y desgracia trata de romper su tranquilo letargo,
se lamentan de su efecto desagradable sin descuidar en él
su sentido oculto, es decir la manifestación en ocasiones pro- Desde luego, la d u r a c i ó n y l a intensidad v a r í a n para cada
videncial de la Ley de evolución, una llamada a la percepción uno. Pero el piadoso asceta, m o m e n t á n e a m e n t e d i s t r a í d o de
del mundo moral. su a b s t r a c c i ó n por cualquier idea frivola, confirma l a Ley
E l enamorado del sexto arcano y las dos damas cuya lo mismo que el criminal endurecido que en u n determinado
atracción siente s i m u l t á n e a m e n t e simboliza el alma humana momento se siente sobrecogido por un remordimiento vago.
que duda cuál de las dos inspiraciones debe elegir. Una Uno y otro e s t á n subordinados al esfuerzo alternante de los
es Neschamah, E s p í r i t u puro; que encarna el afán de Ideal dos principios que se disputan la entidad humana: el del
y de Rectitud; la otra personifica a l astral inferior, la lla- Ser y el de la Nada.
mada a la euforia animada y a las ilusiones pasionales; E l conocimiento de esta ley de las reacciones inversas y
tiende a encadenar el psiquismo individual para utilizarlo proporcionales constituye en ascesis la m á s indispensable luz
como abastecedor de sus apetencias y absorberlo en esta y el apoyo m á s necesario para la salvación. E n el dominio de
única ocupación. lo psico-hiperfísico — el de las realidades mágicas — este
L a indecisión del personaje t a r ó t i c o expresa magistral- conocimiento llega a ser la directriz esencial. E n todo lo que
mente el estado m á s c o m ú n m e n t e observable en las almas sigue, suponemos preformada en el e s p í r i t u del lector l a
terrestres: no se deciden formalmente sino que permane- equivalencia entre la expresión magia y l a de manifestación
cen sometidas al ritmo que las lleva alternativamente del consciente del verbo individual. Los que se interesan por
espíritu a la materia. L a oscilación se hace poco a poco m á s los ritos, los que buscan fórmulas por las cuales, con u n
persistente hacia la derecha o hacia la izquierda y la flecha gesto se produzcan prodigios, esperan vanamente saber algo
del definitivo devenir queda en suspenso en el arco del jus m á s que no sea que, las p r á c t i c a s tradicionales, expresivas
ticiero inmanente. de Ic; inteligencia í n t e g r a del dogma oculto, constituyen un
ejercicio especial del poder mágico inseparable del animis-
AÍ margen del sentido ético del arcano, aparece a q u í la mo humano, y que los procedimientos antiguos han de ser
ley de los ritmos y reacciones proporcionales. Acabamos de sustituidos por aquellos que tiempos distintos imponen como
plantear, explicándolo brevemente, el problema de la terna m á s adecuados. E n otras palabras, un poder mágico no se
e ineluctable competencia entre los dos principios adversos p o d r í a extraer de un ritual, sino de la c o m p r e n s i ó n y de la
por la absorción de la individualidad psíquica. Puede obser- a d a p t a c i ó n personal de los arcanos rituales, concebidos a la
varse que desde que en el alma se inicia un predominio, el vez conforme al dogma y a las contingencias. Aclarado esto,
antagonista rivaliza con él en seducciones adversas. volvamos a nuestra Ley de las reacciones.
Si el alma se inclina hacia el E s p í r i t u , pronto la hallamos
de vuelta hacia el campo de las ilusiones tangibles y con- ¿Quién no ha leído o escuchado la expresión «fuerza de
temporizando con el olvido de perspectivas luminosas: es retroceso»? Por ejemplo, a p r o p ó s i t o de un maleficio para
la segunda oscilación. Pero el ritmo continúa y a la victoria provocar la muerte de alguien. E l operador, d e s p u é s de in-
de las solicitaciones inferiores s u c e d e r á la inclinación con- tentar en vano provocar con su habilidad la muerte de un
traria. enemigo, se siente invisiblemente herido y tal vez llega a
«De la bestia adormecida se despierta un Angel.» morir. E l agente propulsado ha encontrado una resistencia
victoriosa en el adversario y con toda l a apariencia de un
rebote vuelve al que lo ha emitido, que lo sufre.
Volveremos a insistir m á s adelante en esta clase de fe-
72 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 73

n ó m e n o s . L a fuerza de retroceso — su fase final — que a q u í to accesorio, u n juego, u n espectáculo atrayente o algo pa-
nos ocupa, constituye una de las m á s claras manifestaciones recido.
de nuestra ley, aunque no la principal. Efectivamente, una Para l a concentración p u r a y simple del pensamiento
vez comprendidos los capítulos I I I y I V , proponemos accio- — l a c o n c e n t r a c i ó n de toda l a a n t e n c i ó n de una idea elegi-
nar el agente hiperfísico y avivar en él vuestro verbo volitivo. da — se impone el mismo principio. Después de concentrarse
Por sencillo que parezca — y a hemos dicho que es posible es conveniente aislarse o sea, interrumpir el acceso al campo
sin varita mágica n i espada estrellada — será necesario que de l a conciencia a las consideraciones que traten de inva-
antes venzáis por u n a serie de esfuerzos previos, al adversa- dirlo.
rio; sobre todo, l a inercia. Parece que u n solo intento será E s t a regla es importante no sólo para el equilibrio men-
suficiente. Bueno... probadlo: Apreciaréis l a dificultad por tal del operador sino para l a eficacia de su intencionalidad.
vosotros mismos. S o n innumerables las formas insidiosas Si se quiere magnetizar un resultado, es preciso crear en el
por las cuales l a inercia t r a t a r á de disuadiros de vuestro astral un dinamismo c e n t r í p e t o en dos tiempos: objetivación
intento, de alejaros de él, de manteneros fuera de su centro. del f e n ó m e n o deseado, para situar al doble sideral en las
E inimaginables así m i s m o los tropiezos masivos ante los condiciones de a t r a c c i ó n necesarias; y abandono de las ini-
cuales vuestra intención se h a l l a r á varada hasta tanto no se ciativas de este doble sideral para establecer l a abducción
convierta en resolución. N o tenemos intención de describrir magnetizadora. S i lo que se desea p o r el contrario es alejar,
ninguno de ellos: v a r í a n hasta el infinito y según las dispo- rechazar o dispensar l a influencia de una eventualidad inde-
siciones personales. Pero, para ser breves, habéis vencido a seable, es preciso entonces crear un dinamismo centrífugo,
la inercia y ya estáis en pleno trabajo; suponemos t a m b i é n t a m b i é n en dos tiempos: objetivación inhibidora y luego
que aquélla no p o d r á arrancaros de é l . . . proyección enérgica de una onda que transmita l a intención
Bien, h a b é i s creado entonces u n movimiento, desenca- formulada al elemento hiperfísico.
denado una actividad hiperfísica. Permaneced atentos por- U n ejemplo que viene a facilitar la c o m p r e n s i ó n de cuan-
que l a reacción se p r o d u c i r á inversa y proporcional a vuestro to llevamos dicho lo constituyen casi diariamente el n ú m e r o
esfuerzo inicial. Cuando decidáis suspender vuestro ejerci- de personas que llegan a l ocultismo porque, contrariadas en
cio y volver al estado de reposo, os e n c o n t r a r é i s en lucha sus afecciones, quisieran establecer o renovar sus influencias.
con algo que no se p o d r í a l l a m a r fuerza adquirida, aunque Con demasiada frecuencia lo único que consiguen es obse-
esta expresión sirve para hacernos entrever de q u é se trata, sionarse. Olvidan que radiación necesita condensación pre-
pero que, al igual que esta ú l t i m a , h a r á que seáis agitados via, o bien, al no tener dominio sobre sí mismos, no observan
a pesar vuestro por la misma impulsión que tanto trabajo la condición esencial para que se cumpla l a c o n d e n s a c i ó n :
os costó adquirir. Efectivamente, l a condición p s í q u i c a espe- economizar sus energías psíquicas, es decir, contener el flujo
cial en que os habéis tenido que situar p e r s i s t i r á sin vuestro de los pensamientos relativos al objeto de l a volición, y
consentimiento y, reos del error de haber buscado, previa- acumular así su dinamismo psíquico durante todo el tiempo
mente a cualquier ensayo de influencia mágica exterior, con- que separa dos períodos de irradiación. P o r ejemplo, veinti-
vertiros en dueños constantes de vuestro pensamiento, os t r é s horas de condensación y una de i r r a d i a c i ó n .
veréis amenazados de una insufrible obsesión.
U n adepto se e x t r a ñ a b a u n día ante m í p o r sus fracasos
Tened en cuenta que d e s p u é s de una sesión de activación, en un ensayo experimental que le tocaba m u y directamente.
prevista y ejecutada, el practicante, sea debutante o y a ejer- Se trataba de amor: «Mi acción debería no obstante esta-
citado, debe inmediatamente llevar y mantener su atención blecerse; pienso en ello todo el día e incluso s o ñ a n d o » . « E s a
sobre u n objeto absolutamente e x t r a ñ o a sus tentativas m á - es precisamente l a razón de que su influencia sea débil», le
gicas. L o mejor es relajarse hasta conseguir que sólo el auto- c o n t e s t é , «dése cuenta de que e s t á usted derrochando m i -
matismo fisiológico quede en movimiento: u n adormecimien- nuto a minuto un dinamismo que debería acumular alterna-
74 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 75

tivamente, sin dejarlo salir, para luego permitir la emisión persar. Muchas perturbaciones alucinatorias, rebeldes a toda
en alta teitsión.» mediación, tuvieron como causa una imprudente evocación
Quienes recurren al hechizo amoroso tradicional, que seguida de la ocupación del doble sideral p o r cualquier ener-
veremos m á s adelante, son generalmente por su condición gía originaria del plano astral. Las posesiones se explican de
de apasionados, incapaces de dominar su impulsividad psí- este modo. E n la Edad Media hubo muchos m á s posesos por
quica. Consiguen perfectamente l a exaltación necesaria para debilidad o sorpresa que por obra de evocación formal. Quie-
la observancia del rito, pero no saben volver al punto de nes se e n s a ñ a n tan cruelmente con los d e m o n ó p a t a s mani-
partida. E l torbellino astral creado por su acción anula sus fiestan así muy escasas luces espirituales por no hablar de
tentativas de inhibición, precipita su agitación y exacerba caridad.
su estado y se apoya en él para intensificarlo m á s . E s un Las leyes estudiadas en ocultismo, lejos de regir una es-
círculo vicioso, un círculo difícilmente franqueable, en cuyo pecial categoría de fenómenos m á s o menos e x t r a ñ o s cali-
interior suele hallarse la ansiedad m á s persistente. ficados e r r ó n e a m e n t e como sobrenaturales (1) deben ser
Imaginemos, ahora, un experimentador con mayor capa- entendidos en su sentido de universalidad. Estas leyes no
cidad de autodominio. ¿Qué ocurre? Poco a poco ha conden- pueden contradecir las que se derivan de l a experiencia
sado y proyectado la influencia. E l suceso se prepara: Se primitiva, sino que permiten la observación de diferentes
realiza. E l amor evocado, se encarna... L a ley de reacción ó r d e n e s de manifestaciones muy distintas de las inmediatas
dejará de actuar, pero lo h a r á de otra forma. E l ser amado, y tangibles que constituyen el objeto de las ciencias mo-
impregnado de irradiaciones polarizantes que condicionan la dernas.
atracción a la que obedece, los multiplica necesariamente Así el mecanismo del ritmo de la acción y de la reacción
desde el momento en que comenzaron a alimentar su pen- proporcional, cuyos aspectos hemos demostrado m á s arriba
samiento. Crece en pasión, pues, progresivamente hasta m á s al hablar del hechizo amoroso, se observa t a m b i é n durante
allá del exceso, incoerciblemente. E l responsable inicial de la generación y la evolución e s p o n t á n e a s de las pasiones.
este estado pierde así a l a vez su influencia — l a cual ha Toda apetencia, toda tendencia o afecto, tiende a engen-
sido superada en intensidad por la condición física del su- drar de sí misma una atracción que magnetiza a su objetivo.
jeto — y, por la misma razón, la euritmia con este ú l t i m o . Conocer la ley de las atracciones permite, no su provocación
Deja de amar y sólo s u e ñ a con liberarse, pero demasiado contraria a la ley, sino m á s bien tenerla en cuenta, como
tarde: el hechizo se ha hecho imperiosamente apetente y le norma para ello.
retiene imperiosamente: los papeles se han cambiado. Afecto, apetencia o tendencia, decimos, engendran espon-
No es necesario decir que el hechizo de odio comporta t á n e a m e n t e atracción, por intermedio inmediato de los tres
reacciones análogas. Hemos hablado m á s arriba de l a fuer- elementos psíquicos que animan la imaginación, l a emoti-
za de retroceso clásica, l a modalidad especial en el caso de vidad y la voluntad.
fracaso. S i el hechizo tiene éxito, el astral del experimenta- Del ardor afectivo se deriva la fuerza potencial de mag-
dor queda igualmente sintonizado con el plano de la ener- netización, tanto m á s útil cuanto menos dispersa. L a pantalla
gía y entidades que él ha tenido que energizar para alcanzar imaginativa es un verdadero generador de realizaciones, pero
a su víctima. A u t o m á t i c a m e n t e cualquier error lleva tras cuando se suceden en ella m i l f a n t a s m a g o r í a s en un día,
sí, de esta manera, su castigo. m á s de una imagen no tiene tiempo de tomar cuerpo.
E l m á s elemental grimorio contiene, tras la fórmula de P o d r í a m o s esquematizar los respectivos papeles de la
evocación, l a que nos p e r m i t i r á el reenvío del espíritu evoca- afectividad y de la imaginación r e p r e s e n t á n d o l o s a uno como
do. Esto es muy conveniente ya que se suelen evocar inten- agente productor de energía creadora y a l otro como un
ciones e incluso uno se suele dejar llevar de ciertos pensa- modulador, a través del cual pasa la energía, que él proyecta
mientos, que son agentes que conviene saber y poder dis- según el plan concebido. Supongamos constante el suminis-
76 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 77

tro de energía y perfectamente estable el reglaje del modu-


lador, y su juego, así conjugado, s e r á eficiente. NOTAS AL CAPÍTULO VI
E l papel de l a voluntad consiste precisamente en estable-
cer y mantener esta puesta a punto, interrumpiendo perió- (1) Sólo Dios es sobrenatural. El mundo invisible pertenece, como el uni-
dicamente l a actividad del dispositivo psíquico, como exige verso visible, a la naturaleza creada. Todo fenómeno, cualquiera que sea el
orden a que pertenezca en la jerarquía que va de lo material a lo espiritual, es
la ley de las reacciones. Y a se sabe que una carrera desen- necesariamente cósmico y por tanto natural.
frenada es imposible de mantener por largo tiempo, y que,
en cambio, el descanso renueva el vigor.
E n el capítulo III, hablamos del determinismo de las fa-
talidades. Añadiremos ahora que las casualidades y even-
tualidades nacen de atracciones e s p o n t á n e a m e n t e formadas
por cada uno. Aquella persona con l a que se ha entrado en
relación tan extraña como imprevisible, es una prueba de la
existencia de una atracción nacida de las tendencias de uno
de los dos, que tiene algo en c o m ú n con determinadas ca-
racterísticas del otro. Así se explica el parecido m á s o menos
amplio de los que, i g n o r á n d o s e en principio, acaban por unir-
se a través del tiempo y el espacio.
E l amor no se somete a leyes, precisamente porque ger-
mina, evoluciona y perece conforme a la Ley oculta de las
atracciones que e s t á sobre todas las d e m á s en materia sen-
timental. Los tres elementos ya enumerados, apetencia, afec-
to e imaginación, bastan para componer por medio de sus
múltiples combinaciones y conjuciones, todas las formas de
amor.
Proyectando a t r a v é s de una imagen ideal l a irradiación
emitida por el afecto o el deseo, o simplemente por este
último, el ser dispuesto a enamorarse crea así una imagen
astral cargada de fuerza actractiva.
Esta imagen adquiere poco a poco (a veces en algunos
días) un poder considerable de magnetización y contribuye
a actuar sobre su creador, a mantener tal estado psíquico
excitando sus elementos, sobre todo el deseo.
Esta fase del f e n ó m e n o es independiente de l a posible
influencia del amor sobre el objeto humano, pero absorbe a
veces las fuentes emisoras del enamorado, hasta el punto
de disminuir e incluso de anular su atractivo propio: de a h í
la indiferencia del ser amado.
Todo deseo, al menos en el orden temporal, origina, entre
el elemento hiperfísico y el sujeto, u n proceso análogo.
CAPÍTULO VII

LAS INFLUENCIAS PROVIDENCIALES

E l adepto iniciado en las realidades invisibles que le


relacionan y solidarizan con el universo, instruido del poder
consustancial al verbo de su imperecedera entidad psíquica,
consciente de su triple receptividad, se siente necesaria-
mente invadido del deseo de obtener l a inspiración, la im-
pulsión, el apoyo de la esfera espiritual. Sus pensamientos
de profunda veneración le orientan hacia tal esfera y, sin sa-
ber cómo, le integran en ella, durante sus acostumbradas
meditaciones. Y expresa su deseo de ayuda: reza.
E n su oración solicita que l a insuficiencia de sus luces sea
compensada por la luz del Altísimo; ruega que se le ilumine
sobre la conveniencia de sus intenciones, y para que se vivi-
fiquen en sí mismo las potencialidades que sustentan su
esfuerzo hacia la rectitud que le h a r á merecedor de l a ayuda
providente.
E l día en que la necesidad de l a plegaria se haga evi-
dente para su espíritu, h a b r á dado un gran paso en el camino
de la magia. P o r supuesto, l a eficacia de la oración, la ins-
tantaneidad de esta eficiencia y su conformidad con las in-
tenciones de cada uno, son proporcionales a su propio grado
de evolución individual. E l cielo responde m á s frecuente-
mente a los Santos y a los Teurgos con el cumplimiento
inmediato de sus intenciones porque los supuestos éticos en
los que se apoyan e s t á n í n t i m a m e n t e unidos al plano de lo
divino.
L a mayor parte de nosotros, mucho m á s alejados de se-
mejante altura, no p o d r í a m o s esperar del Altísimo ninguna
respuesta providencial ya que no poseemos el menor grado
80 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 81

de categoría espiritual. De a q u í que l a m a y o r í a de las plega- Absoluto. Rigen cada una de las m ú l t i p l e s esferas de E n e r g í a
rias ardientes y legítimas, no se realicen, aunque su utilidad, que mueven el cosmos o participan en esta gestión. E l Teurgo
si bien desviadas en u n sentido casi siempre oscuro, sea las exhorta en nombre del Altísimo. E l mago las evoca o
absolutamente segura. S i todos p u d i é s e m o s conocer el nú- las conjura. E l brujo las invoca.
mero y la gravedad de los peligros a que hemos estado Así como a l a Rectitud se opone l a subvención y a l a
expuestos p o r aquellas de nuestras plegarias cuyo objeto no voluntad humana se a ñ a d e l a auxiliaridad animal, las regiones
era nada satisfactorio, l a m á s indecible confusión seguiría inferiores de lo invisible se pueblan de desorganizadores de-
a l a duda. liberados, agentes del m a l que hay que combatir y espíritus
P o r otra parte, solicitar tal favor de hecho es formular secundarios siervos del que los apresa y d é s p o t a s de quien
una voluntad que renuncia por sí m i s m a a l a p r o t e c c i ó n del por ellos se deja encadenar. E l mago o el brujo negro con-
Todo Poder s i no va a c o m p a ñ a d a de una formal subordina- vierte en víctima de unos y de otros para dejarles que a c t ú e n
ción a l a justicia. L a eficacia de este ú l t i m o modo de ple- en él como i n t é r p r e t e de su mediación. N o sólo, con p r á c -
garia depende de su ardor y de su insistencia. E s , en una ticas horribles, abre su aura a su invasión sino que usa de
palabra, u n acto de voluntad, una modalidad de reacción fórmulas de llamada que icluso, en cierto modo, son plega-
psicósmica que deja a l hombre a merced de los recursos de rias, oraciones al revés que le hunden m á s y m á s hacia la
su propio juicio como l a conveniencia de su intención. regresión.
Cuando un positivista cuya superconsciencia dormita o Todos los ritos, desde l a oración de un asceta hasta las
incluso, sufre, p o r l a fuerza de l a educación, u n sonambu- complicadas extravagancias del grimorio propenden a faci-
lismo temporal, no ruega, su castigo no va m á s allá de litar l a relación con los invisibles medianeros en los procesos
ciertos graves, sí, pero rectificables errores. S u desconoci- cósmicos o a una gestión directa cerca de las energías que
miento de lo invisible restringe e l alcance de l a luz que se condicionan tales procesos. L a magia no pretende pues en
inflige. Pero cuando el sentido de las realidades ocultas se absoluto contrariar las leyes o el fenominismo natural, sino
ha despertado y se quiere hacer uso de él ciegamente, o sea, que trata de alcanzar el control de las primeras para gober-
sin s u b o r d i n a c i ó n al V e r b o Universal, es una locura porque nar al segundo.
el m á s sutil debe prever l a eventual desaparición de sus Según estos supuestos generales, se proponen cuatro di-
medios de discernimiento y solicitar l a ayuda del E s p í r i t u recciones al que quiere actuar sobre las causalidades ocultas
de s a b i d u r í a , dispensador de las inspiraciones rectificadoras. y cada una de ellas origina un sistema de magia. De hecho,
Tanto s i se persigue p o r medio de las facultades y poderes si parece que a través de los pueblos y las edades se ha
estudiados en Ocultismo, e l Conocimiento abstracto, o bien concebido el arte mágico de muchas maneras diferentes, ello
la Realización de una serie de obras, es esencial religarse, es debido a que nuestros cuatro sistemas han dado lugar a
mediante el recogimiento piadoso, con l a fuente de toda m ú l t i p l e s adaptaciones, a mezclas muy variadas, pero cuyos
verdad. elementos se agrupan en definitiva así:
E n los diversos sistemas de magia comprobamos t a m b i é n 1.° Acción directa sobre el astral terrestre y sobre todo
que l a invocación precede a la evocación o l a conjuración, lo que en él se mueve: elementales (espíritus de los elemen-
entendiendo por invocación, l a hecha a Dios o, en su nom- tos), l é m u r e s , larvas, etc., auxiliares o antagonistas eventua-
bre, a las Esencias que le representan. les de l a voluntad humana. E s de cualquier manera una
A l a j e r a r q u í a cosmológica indicada en el Cap. II, corres- magia hiperfísica cuyos procedimientos exaltan el doble side-
ponde en efecto una j e r a r q u í a de seres. M á s allá de lo tan- r a l individual hasta situar al experimentador en u n estado
gible humano, se hallan los E s p í r i t u s , l a Inteligencia y l a de m é d i u m a l a vez receptivo e irradiante. E n r a z ó n de las
Potencia cuya ininterrumpida cadena contiene en sí todos modificaciones p e r i ó d i c a s sufridas por el astral terrestre en
los grados intermedios entre l a hominidad y el Incognoscible el curso de las diversas fases solares o lunares, l a magia hiper-
6
82 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 83

física exige para sus operaciones ciertos momentos de la ro- Dañan — a veces curan — ú n i c a m e n t e actuando por la
tación de los días, de la revolución anual y de la lunación. propia exaltación m e d i a n í m i c a sobre el doble sideral de los
Permite afectar, por la sola m e d i a c i ó n del plano astral y de hombres, de los animales e incluso de los vegetales cuando
sus habitantes, a los vegetales, a los animales y a los seres sus hechizos se dirigen a las cosechas. S u grimorio prescribe
humanos, a estos ú l t i m o s tanto m á s eficazmente cuanto m á s las prácticas necesarias para la obtención de un estado psí-
débiles sean física, p s í q u i c a y moralmente; quico eficaz. N o sólo influyen por l a irradiación propia de
2 ° Acción sobre los dinamismos planetarios y sus rec- este estado sino que mantienen en acción a las potenciali-
tores los E s p í r i t u s de los siete planetas. Como ya hemos dades de seres esparcidos por las bajas regiones del invi-
visto, a los movimientos de los siete cuerpos estelares, com- sible y proyectan las larvas astrales así movilizadas donde
prenden los siete procesos generales y siete clases de ma- ellos quieren actuar. Tras l a lectura del capítulo siguiente,
nifestaciones observables en la tierra. D e l influjo saturniano, el lector t e n d r á de los medios del hechicero un conoci-
por ejemplo, proceden tales minerales, tales vegetales, tales miento mucho m á s preciso que el propio personaje, del
animales, determinados tipos humanos, unas formas, pro- cual cada d í a quedan menos ejemplares.
piedades, c a r a c t e r í s t i c a s fisiológicas, fenómenos físicos y L a archidoxia de Paracelso no es m á s que una exposi-
eventualidades concretas, etc. L a Magia planetaria establece ción de la magia planetaria. Utiliza por ejemplo los siete
la relación entre el operador, el dinamismo que desea uti- - metales: oro, plata, hierro, mercurio, estaño, cobre y plomo
lizar y las entidades que rigen tal dinamismo. Para ello esta que responden respectivamente a los influjos del S o l , la
técnica utiliza u n ritual basado en la conexidad del influjo Luna, Marte, Mercurio, J ú p i t e r , Venus y Saturno. Fija el
de cada cuerpo celeste con sus correspondientes terrestres dinamismo en a r m o n í a con l a especie planetaria de cada
y sobre los momentos en que este influjo predomina; metal gravando en él los signos expresivos de l a relación
3. ° Magia Angélica accesible sólo a los grandes iniciados en cuestión, en el momento en que el astro que a c t ú a ocupa,
capaces de corresponderse conscientemente con la esfera en el zodíaco, una posición influyente. Cuida siempre de se-
cósmica, rectora de la precedente, o sea con las Altas Inte- ñ a l a r al lado los signos relativos a las influencias planetarias
ligencias directamente auxiliares del Ser Supremo y que de los hierogramas expresivos y de sus intenciones especia-
según los cálculos tradicionales son 72. E l Mago se convierte les y las leyes cósmicas en virtud de las cuales el verbo hu-
así en un poder que participa de la a r m o n í a universal. Este mano realiza lo que afirma.
fue el tipo de Magia practicada por los Rosacruz cuyos ritua- L a Clavícula de Salomón se presenta como una impor-
les — estrictamente individuales — sólo podían ser transmiti- tante síntesis de l a magia hiperfísica, planetaria, angélica y
dos por u n maestro y sólo a u n discípulo; divina. Enrique Cornelio Agripa, y m á s tarde, Papus han
4. ° Magia divina para cuyo ejercicio basta ú n i c a m e n t e descrito excelentemente sus ritos esenciales. Según l a expre-
la llamada de Dios. E s l a de los Santos y Teurgos. Por su sión tradicional, la magia salomónica pretende «hacerse asis-
total conformidad con la Rectitud, sus palabras fortalecidas tir p o r todo el cielo y servir por todo el infierno». Inmutable
con la a d h e s i ó n r e c í p r o c a del Altísimo, se realizan con sólo en sus principios, aunque formulada de distinto modo, la
ser pronunciadas. volvemos a encontrar una y otra vez entre los hierofantes
Una o varias de estas cuatro 'concepciones se hallan una egipcios, en las manos de su discípulo, Moisés, y luego entre
y otra vez en cualquier código de procedimientos de magia. los Rosa-Cruz.
E n nuestros países y en nuestro tiempo ú n i c a m e n t e se ejer- Este í n t e g r o ejercicio del poder oculto se deduce simbó-
cita el modo hiperfísico. Nos referimos a las p r á c t i c a s hechí- licamente del séptimo arcano de Hermes. E l iniciado, con
cenles de nuestros pueblos limitadas a las m á s bajas y un cetro en l a mano, posa de pie en el carro de los vencedo-
elementales manifestaciones. Sus seguidores n i siquiera al- res. Este vehículo, símbolo de los de su voluntad, e s t á tirado
canzarían las m á s elementales exigencias del planetarismo. por dos esfinges configuradas ya en el segundo jerolífico. E l
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 85

carro e s t á cubierto por una especie de dosel estrellado


análogo a la bóveda celeste y a los cuerpos estelares que
en él se mueven. Tres pentagramas, con la punta hacia
arriba, adornan la corona del iniciado y hay que ver en ello
la afirmación de su relación í n t i m a con la Fuente Absoluta
de todo poder. Las cuatro columnas que sustentan el dosel,
en fin, así como la forma cúbica del carro, significan el nú-
mero de los m é t o d o s perfectos.
Semejantes horizontes pueden parecer poco accesibles
para el nombre de hoy. Además de un largo aprendizaje, la
magia tradicional exige un conocimiento profundo de la
Kábala y de la astrología sobre todo. ¿Quiere esto decir que
los poderes ocultos nos e s t á n vedados? N i mucho menos.
Los tres primeros capítulos de este volumen demuestran su-
ficientemente que conscientemente o no, todos actuamos en
mayor o menor grado sobre las causas segundas desde el
momento en que nuestra volición alcanza cierta intensidad.
La intención formal, sostenida e n é r g i c a m e n t e , opera, no aca-
baremos de repetirlo, sin varita mágica, una reacción psi-
cósmica, cuyo ejercicio, conforme a los principios enunciados
asegura todos los resultados, deseables para la vida in-
dividual.
E l dominio de sí mismo, indispensable para la conden-
sación y el gobierno de los elementos constitutivos bajo
cuyas propiedades reposa la posibilidad de accionar los agen-
tes ocultos de la naturaleza, es la primera y fundamental de
las condiciones requeridas. Hemos intentado expresar en
este capítulo la segunda, o sea la s u b o r d i n a c i ó n de l a acti-
vidad mágica a la impregnación de Neschamah. No es nece-
sario repetir que sería una lastimosa necedad pensar que
p o d r í a sustituirse tal esfuerzo volitivo con los ritos utili-
zados en otro tiempo. Aunque no será totalmente inútil la
anterior afirmación si pensamos en la gran cantidad de per-
sonas que se acercan al estudio de estas cuestiones, con la
esperanza de aprender a hacer surgir por medio de fórmu-
las, gestos, poses o prácticas e x t r a ñ a s — pero cuya razón
profunda les importa muy poco — lo que según su condi-
ción humana se les antoja.
Quien vuelva pronto de este error e s t a r á muy cerca de
alcanzar las condiciones reales de las potencias. Quien se
esfuerce en comprender esta página, so pena de leerlas una
86 P A U L C. JAGOT

y otra vez, verá los frutos de este esfuerzo y sentirá poco a


poco l a luz penetrar en su espíritu. L a consolidación conse-
cutiva de sus energías psíquicas le s u s t e n t a r á gradualmente.
L a meditación le h a r á receptivo a la inteligencia del saber
oculto, e invocaciones insistentes le a b r i r á n a la omnila-
tencia providente que, a veces en el espacio de un relámpago,
transmuta a las almas capaces de sincera veneración.

CAPÍTULO V I I I

EL MEDIADOR DE LAS POTENCIAS

E n el capítulo II estudiamos la constitución oculta


del Universo y sus tres elementos: la esfera espiritual o del
Absoluto, mundo de los Principios; la esencia psíquica, do-
minio del alma humana y de la potencia rectora del cosmos,
mundo de las leyes y la sustancia astral, en fin, mundo de las
virtualidades intermediarias entre la esencia psíquica y la
materia, de la misma manera que el doble sideral individual
ensambla la psique al cuerpo de carne, vestimenta terrestre.
E l plano astral, ese invisible océano a l a vez plástico y
dinámico que interpreta el conjunto del dominio físico
humano, animal, vegetal o mineral, constituye el instrumento
c o m ú n de todas las magias. E s un gente cuyas propiedades
hacen posible la reacción m i c r o c ó s m i c a cuyas directrices
se señalaban en un capítulo precedente y un medio poblado
de m ú l t i p l e s categorías de seres que d e s e m p e ñ a n en relación
con el hombre un definitivo papel.
Metafísicamente, el astral simboliza el universal media-
dor por la función virtualizadora de la que cada una de las
leyes cósmicas engendra su cadena de causas y efectos. Re-
ceptáculo del principio de vida, tiende a repartirlo en exis-
tencias individuales y luego, como por una respuesta r í t m i c a ,
a disolver gradualmente toda vida diferenciada hasta la
reintegración al colectivo del potencial que la condicionaba.
Así juegan en nosotros mismos estas dos impulsiones su-
cesivas, una de las cuales nos lleva de la fecundación a la
madurez y la otra de la madurez a la muerte. L a naturaleza
es un testimonio espléndido de este antagonismo d i n á m i c o :
g e r m i n a c i ó n y desagregación, expansión y constricción, dila-
88 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 89

tación y condensación, se manifiestan bajo otras tantas mo- de cada destino individual influye sobre el elemento circuns-
dalidades. Las nociones del espacio y tiempo se iluminan a tancial por el canal del doble sideral individual a l cual in-
poco que se las compare con el concepto de las dos propie- clina —por las tendencias que le imprime — a colaborar
dades fundamentales del agente hiperfísico. U n a y otra por su propio esfuerzo en el determinismo de su devenir.
coinciden en el movimiento, en la mutabilidad, tienen su De los estados psíquicos anteriores y de las actividades sub-
principio abstracto en la causa segunda — astral —, y se siguientes, resulta el llamado f á t u m . Mientras el hombre
fundamentan sobre el determinismo astral de la forma y de recibe pasivamente la inspiración del inconsciente inferior,
la d u r a c i ó n . del automatismo instintivo y pasional, su destino permanece
Inmersos en el seno de este inmenso mar hiperfísico, nos ineluctable ya que nada se opone a su cumplimiento. Pero
encontramos en contacto directo con él por medio de nues- cuando se esfuerza en deliberar conscientemente sus pensa-
tro doble sideral, constituido de su propia sustancia. E l mientos y gobernar sus apetencias y sentimientos, en contro-
astral juega pues para todos los organismos terrestres, el lar los impulsos que nacen de él y las influencias que vienen
papel de un c o m ú n m é d i u m . De la misma forma que el éter del exterior, opera una desviación y un cambio de todo lo
transmite la onda c o n c é n t r i c a de un emisor de ondas hert- que se deriva de sus anterioridades. L a agudeza del discer-
zianas, el astral registra y propaga a través del espacio las nimiento, la firmeza del dominio sobre sí mismo, l a preci-
engendradas en la vida psíquica y permite por ello esa te- sión y la persistencia de los proyectos son las tres condicio-
leinfluencia, esas comunicaciones de pensamientos, esas su- nes de esta virilidad psíquica que fecunda incesantemente la
gestiones mentales, que preocuparon ya a Camille Flam- matriz astral y engendra en ella las realizaciones m á s con-
marion. formes a sus imaginaciones. Y tanto para favorecer l a inte-
ligencia de éstas como para asegurarse el apoyo de las
Desde otro punto de vista, podemos considerar al astral
influencias providenciales, se impone a nuestra relatividad el
como una amplia matriz que toda emisión volitiva tiende a
establecimiento de una relación m í s t i c a con la esfera dispen-
fecundar y que tras una fase m á s o menos larga de gestación
sadora de las luces espirituales.
d e t e r m i n a r á con objetividad el contenido de la volición inicial,
con reserva, naturalmente, de las dificultades posibles en
esta gestación, sobre todo las derivadas de agentes o volun-
tades adversas. U n a manifestación tangible significa siempre H a llegado el momento de abordar l a e x t r a ñ a cuestión
el cumplimiento de un proceso astral, l a resultante de las de los invisibles que pueblan el astral. S i p u d i é r a m o s verlos,
tres principales fuerzas que participan en una p r o p o r c i ó n la a t m ó s f e r a se oscurecería. A nuestro alrededor, a través de
variable en la p r e f o r m a c i ó n de toda eventualidad: las masas y los organismos materiales, su m u l t i t u d se entre-
E l fátum resultante del encadenamiento necesario de cau- cruza y se confunde.
sas y efectos; Algunas consideraciones nos van a ayudar a concebir la
L a Esencia psíquica, de la que participa el alma humana; existencia de ciertas especies astrales. Del mismo modo que
y por tanto la iniciativa deliberada, el Verbo; algunas formas de la materia tienden a cristalizarse alrede-
Las influencias propias de la esfera espiritual, designada dor de u n centro de atracción, lo mismo que todo e m b r i ó n
con el nombre genérico de providencia. vegetal, animal o humano atrae hacia sí, para incorporárse-
De donde se deduce que la voluntad humana, incluso ais- los, los á t o m o s necesarios para su crecimiento, l a sustancia
ladamente, a c t ú a sobre el devenir de su fase virtual, que es astral que tiende por propiedad congénita, a la vida diferen-
la que perciben y pueden por tanto predecir los videntes. ciada, se conglomera i n s t a n t á n e a m e n t e en variadas formas
Así la sucesión de los eventos preformados en el astral por cuando una luz potencial llega, p r o y e c t á n d o s e hacia ella, a fe-
el fátum individual pueden ser deliberadamente modificados. cundar, por así decirlo, una porción de esta sustancia.
Conviene precisar, a este respecto, que el f á t u m eficiente E l plano astral elabora así incesantemente una infinidad
90 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 91

de entes en boceto, de seres sin consistencia ni individuali- nos ductilizarlas) hasta el punto de abandonar su cuerpo de
dad pero fijamente polarizados por la tendencia d i n á m i c a carne, voluntariamente situado en un tranquilo y profundo
que les da nacimiento. letargo, para explorar el m á s allá, sobre todo lo m á s inme-
Además de las almas humanas o animales en vías de diato de las regiones ocultas. Pero si se atreve a llevar hasta
gestación terrestre, el astral acarrea innumerables g é r m e n e s la luz a los fervientes de la ascesis integral y cuaterna, el
de existencia, desprovistos de toda filiación ontológica y que sendero del misterio conduce al terror a los temerarios que
tratan a ciegas de afirmarse: algo parecido a los fetos en osan aventurarse hasta las cercanías de la muerte sin ser
estado de monstruoso boceto durante la gestación. Cuando antes gradualmente confortados y entrenados.
a una de estas larvas se le procura un potencial sustentador, Infinidad de locuras tienen su origen en la irrupción de
su propiedad «vampírica» la absorbe, su corporeidad se den- una larva usurpadora del yo aterrorizado, durante un des-
sifica, su forma se precisa y aumentan su modalidad y su po- doblamiento e s p o n t á n e o o provocado. Y como no faltan
tencia. organismos mal homogeneizados, cuyo elemento mediador,
Los ritos sangrientos u obscenos de la magia negra cum- el doble sideral, adolece de la fuerza de retención con res-
plen esta condición y ofrecen a las larvas astrales una fuente pecto al elemento material — el cuerpo físico — se puede
de donde libar la energía acumulada en alta tensión en los admitir el origen bilocatorio de numerosas, si no de la ma-
vehículos fisiológicos de la vida. Sólo los medios del mago yoría, de los casos de locura. U n desarraigo consecutivo a
negro bastan para constituir verdaderos fantasmas larvarios. cualquier violenta depresión emocional b a s t a r í a para explicar
Extraen su corporeidad de las condensaciones fluídicas, libe- la fortuita escisión de ambos principios.
rada por la sangre o el semen derrochados y nutre con su Quienes evocan formal o intencionadamente al diablo
verbo perverso su simulacro anímico. Esos coagulados as- convencional, de quien una herejía abominable ha preten-
trales se designan, como los precedentes, con el nombre de dido hacer el antagonista personal del Absoluto divino, ex-
lémures. perimentan en cambio la propiedad del astral de objetivar
L a plasticidad de la sustancia astral permite conformar las afirmaciones psíquicas. S i su exaltación es suficiente, va
con ellas las apariencias y las formas m á s diversas. Incons- a c o m p a ñ a d a de una violenta exteriorización que provoca el
cientemente nuestros m á s secretos pensamientos se inscri- nacimiento de una imagen con el aspecto atribuido tradi-
ben, se imaginan (toman imagen) en la luz astral. Las im- cionalmente al demonio. Esta misma exaltación, junto al
presiones sensoriales — un estado previo a la actividad men- efecto de los estupefacientes, favorece un estado de percep-
tal — dejan así una marca duradera e indeleble. También ción, incluso a veces de desdoblamiento perfecto, en el curso
el agente hiperfísico guarda en los archivos de la humanidad del cual ven a s a t a n á s en todo su horror, y con o sin apari-
imágenes de cosas, sombras de seres y fotoplastias de acon- ción, corren el riesgo de quedar obsesionados por cualquier
tecimientos. Cuando se s u e ñ a con larvas teratológicas naci- larva demonomorfa. E n resumen, que sólo con emitirlos in-
das del terror de las pesadillas, con terribles imaginaciones tensa y persistentemente, los pensamientos gravan, en la
originarias de fantasmas reales, se comprende, que a menos misma sustancia astral, las imágenes, las formas y las enti-
de estar preparados, a no ser que esté dotado de un tem- dades con su parecido y provistas de una suerte de sub-
ple excepcional, la sola p e r c e p c i ó n fugaz de lo invisible opri- consciente análogo a su especie original. Las apetencias in-
me con una angustia cercana a la demencia. moderadas, las pasiones violentas: lujuria, cólera, orgullo,
Ese es el menor peligro de las esteriorizaciones prema- envidia y celos, y la propia ideología desordenados, engen-
turas, de las tentativas de desdoblamiento, de salida en dran larvas que se aferran al aura, a la a t m ó s f e r a psíquica
cuerpo astral. E l adepto largamente entrenado, dinamiza- de su creador y se apresuran a perpetuar l a causa de su
do contra el miedo y maestro de su doble sideral, sabe l i - propia existencia. Actúan por tanto sobre l a individualidad
berarse temporalmente de las ataduras materiales (o al me- de l a que han emanado. S i se las evoca para que surjan a l a
92 P A U L C. J A G O T

vida especializada, se resisten oscura pero obstinadamente a


la disociación que significaría para ellas el agotamiento de
su fuente original. Verdaderos vampiros suscitadores de ob-
sesiones y terrores sin nombre, se manifiestan en el familiar
despotismo tenaz de las costumbres.
Lo mismo puede decirse, r e c í p r o c a m e n t e , de la rectitud
moral, del altruismo, de la inteligencia, de la devoción, pro-
cedentes a su vez de seres astrales totalmente diferentes de
los lémures y larvas v a m p í r i c a s . Mientras estos últimos cons-
tituyen la fuerza de choque de los magos negros, la voluntad
del bien, de lo justo, de lo verdadero, puede originar ayudas
invisibles, capaces de una colaboración, de una iniciativa pro-
tectora proporcional al grado de perfección ética, intelectual,
volitiva y mística de su emanador. Tales son según Guaita,
las Potencias eficientes de la Caridad, la Ciencia o la L u z .
Otra sección de los habitantes del astral son los elemen-
tales o fundamentales, t a m b i é n llamados espíritus de los
elementos. Verdaderas individualidades, dotadas de un grado
de inteligencia variable pero que a veces rivaliza con el en-
tendimiento humano, estos e s p í r i t u s gobiernan hiperfísica-
mente sobre los cuatro estados de la materia, o según la ex-
presión tradicional, sobre los cuatro elementos.
Las salamandras, administradoras del fuego, las sílfides
que gobiernan el aire, los gnomos regidores de la tierra y
las ondinas o genios de las aguas. L a vieja concepción de los
cuatro elementos corresponde a cuatro propiedades del as-
tral, cuyo substrato sensible gobiernan las salamandras, las
sílfides, los gnomos y las ondidas (1).
Según esto, su poder, como quien dice absoluto, hace de
ellos útiles auxiliares o temibles adversarios. L a mayoría de
los libros de conjuros han omitido, deformándolos m á s o
FIGURA 14
menos, de la clavícula solomónica los ritos según los cua-
les se conjura a los elementos, pero lo que ninguno de esos La Justicia, o Themis
manuales dejan de decir es que nadie se hace acreedor a Octava clave del Tarot
la ayuda de los gnomos si antes no ha vencido todo el temor
a las alturas y a las profundidades de la tierra; que no con-
t a r á con el favor de las sílfides si es refractario al vértigo
del vacío; que no se h a r á d u e ñ o del poder de las ondinas
si no le es familiar el contacto con las aguas, y, en fin, que
sólo cuando su valor en presencia del fuego esté probado,
las salamandras le serán propicias.
94 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA

Próximos a los elementales son los elfos, duendes, tras-


gos, hadas, ninfas, silvanos, taunos, naxas, etc.; tras estas NOTAS AL CAPITULO VIII
extrañas ficciones hay, sin duda, alguna oculta realidad que
explique su origen. (1) ¿No sería oportuno comparar estos conceptos con los de los teósofos
Tales son con los adeptos peregrinos en el m á s allá, y orientales? Estos profesan que la materia física, además de los cuatro estados
conocidos, sólido, liquido, gaseoso y radiante o etéreo, experimentaría otras tres
los muertos de paso por el astral, las principales especies in- modalidades llamadas superetéreas, subatómica y atómica. Estos siete estados
van de lo más denso a lo más sutil v cada uno de ellos sería una manifestación
visibles que se entrecruzan a través del espacio en el seno de los cambios de la sustancia astral.
de l a m á s p r ó x i m a de las regiones ocultas. Aquellos cuya Por otra parle, la doctrina tcosófica enseña que los habitantes del astral se
ordenan jerárquicamente según su grado de evolución, sobre los siete subplanos
lucidez o clarividencia ordinaria hacen aptos para percibir que corresponden a los siete estados en cuestión.
el astral, distinguen t a m b i é n , flotando aquí y allá sombras o (2) Las propiedades dualizadas de los cuernos: afinidad y cohesión, dila-
tación y condensación, ductilidad y resistencia tienen por única causa al hiper-
apariencias humanas provenientes de desencarnados cuyas físico que manifiesta su doble animación expansiva y constrictiva.
almas libres de su envoltura fluídica ganaron la esfera que
les es propia.
Así como la tierra presta indiferentemente asilo a los m á s
elevados exponentes de la esperitualidad humana y a los m á s
abyectos criminales, el astral es también vehículo a la vez
de los E s p í r i t u s de la luz, ausentes por cualquier razón de
su permanente gloriosa morada y de las Inteligencias sub-
sersivas cuya actividad d e m o n í a c a justifica en parte el mito
maniqueo del diablo. De distintos orígenes, estos demonios,
algunos de los cuales fueron hombres, están irremediable-
mente condenados por su total y definitiva adhesión a la
perversidad, a l a pena de un aniquilamiento gradual pero
irremediable. Prestos siempre a servir de buen grado a cual-
quier obra de oscuridad, terror e inmoralidad.
Figurando como Themis, su espada y su balanza, la octava
clave de Hermes simboliza el papel equilibrador y justiciero
del astral. P o r una parte, muestra el antagonismo de las po-
tencialidades que en él se oponen para asegurar la estabili-
dad de los mundos: S u base reposa en efecto sobre los mo-
vimientos de la sustancia astral cuya materia constituye, por
otra parte, una pasajera concreción (2).
Pero a d e m á s , simboliza la función del astral de reforzar
y mantener hasta el restablecimiento del ritmo, la secuencia
causal accionada por nuestros estados psíquicos. E n él, el
presente determina el futuro, de la misma forma que el pa-
sado ha engendrado al presente.
CAPÍTULO I X

LA ASCESIS MAGICA

Por poca atención que haya prestado a l a exposición hasta


aquí bosquejada, el lector a c e p t a r á este aforismo inicial del
presente capítulo: el hombre es una Potencia oculta. E l ser
humano a c t ú a , en efecto, inconscientemente sobre el fenome-
nismo astral, aunque no tenga l a m á s remota idea de que así
sucede. Iniciarse en l a ciencia oculta es tener conciencia de
ese fenomenismo. L a magia — que consiste en utilizar p r á c -
ticamente los principios del ocultismo — comienza con l a
iniciativa deliberada en el manejo de los medios propios a
esta Potencia que es cada ente racional.
De esta ciencia experimental el profano conoce sobre todo
las adaptaciones m á s singulares y las m á s trascendentes. A
veces tiene de ella un concepto que se acerca bastante a l
absurdo. Se l a imagina dispensadora de una técnica secreta
que h a r í a capaz a quien la posee de producir maravillosos
efectos p o r toda clase de quebrantamientos del orden natu-
ral; incluso del privilegio de plegar este orden prefijado a
la arbitrariedad de un irresistible poder. E n verdad, l a M a -
gia consiste en dirigir el desencadenamiento de ese proceso
que, conscientemente o no, cada uno acciona, y p o r medio
del cual influye sobre diferentes determinismos considera-
dos, e r r ó n e a m e n t e , como fuera del alcance de l a voluntad.
E l acto m á g i c o p r i m o r d i a l es u n acto interior: el de go-
bernar en sí mismo el elemento transmisor del verbo, o sea,
el dinamismo psíquico. L a s u p e r a c i ó n de l a prueba a que
previamente era sometido antiguamente el aspirante neófito
de las antiguas iniciaciones, s u p o n í a ya u n grado excepcional
de dominio sobre sí mismo, una firmeza de á n i m o que veinti-

7
98 P A U L C. JAGOT

dos años de ascesis progresiva le elevaban Juego a aquel úl-


timo m á x i m u m donde la reacción microcósmica aproxima a
la soberanía. No es por tanto ninguna locura suponer que
tales ejemplos de sabia voluntad hayan podido, apoyándose
en las leyes ocultas, en las causas segundas generadoras de
las causas inmediatas, gobernar el fenomenismo sensible.
L a tempestad deriva de causas directas invariables. Sa-
biendo de q u é causas segundas son efectos estas causas di-
rectas se d i s p o n d r á del rayo. Y si el conocimiento moderno
ya adquirido en materia de magnetismo humano, se amplía
y se precisa, no será e x t r a ñ o que veamos repetir las resu-
rrecciones de Apolonio. Todos los prodigios son explicables
por la ciencia oculta; el pretendido milagro se reduce a la
excepcional manifestación de una ley desconocida y lo sobre-
natural legendario disfraza lo real invisible.
Para volver a las contingentes inmediateces y orientar a
los modernos discípulos, expondremos con la precisión ne-
cesaria, y que ellos esperan, la fórmula realizadora del es-
tado eficiente de las diversas técnicas mágicas. Dicha fórmu-
la consiste en situar las propiedades y actividades de la má-
quina humana bajo la dependencia del entendimiento rector,
ai contrario de lo que se exige para realizar la a r q u í a indi-
vidual, deliberadamente condensadora y emisiva del dina-
mismo psíquico.
Existe en nosotros u n centro instintivo A, un centro mo-
tor B, un centro intelectual C y un centro espiritual D.
A l centro instintivo corresponden el organismo material
y sus necesidades (gouph).
A l centro motor la animación del organismo, la sensibili-
dad, la pasionalidad, el automatismo (Nephesch).
A l centro intelectual corresponde el pensamiento, espon-
táneo o reflejo (ruach).
Y al centro espiritual corresponden el sentido ético y el
misticismo (Nunchamah).
E l complejo a n a t ó m i c o A elabora la energía transformada
en B y en C. E l primer t é r m i n o del orden mágico será pues
la a r q u í a psicológica.
E l motor B debe someterse al necesario reajuste para
facilitar el funcionamiento de las diversas intensidades de
energía que en él discurren y para la a d a p t a c i ó n precisa de
aquélla a los efectos convenientes: a r q u í a emocional.
100 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 101
E l director C, perfectamente instruido de los oficios que b) Seleccionar y dosificar, según l a tendencia del propio
le incumben debe estar ejercitado en su mediación y super- temperamento a un predominio linfático, nervioso, bilioso
visar con estrecha vigilancia su ejecución ( a r q u í a intelectual). o sanguíneo, las sustancias que se ingieren.
Este mismo director, consciente de actuar en un sentido Para el linfático cantidades p e q u e ñ a s y base carnosa. Para
provechoso para su futuro, t r a t a r á de concebir, poco a poco, el sanguíneo cantidades p e q u e ñ a s y base leguminosa. Para el
un ideal y de conformarse a él: a r q u í a espiritual. bilioso cantidades medias y base lacto-vegetariana y para el
L a i m p u l s i ó n directiva debe ser comunicada a Nephesch nervioso m á x i m a cantidad — teniendo en cuenta las reglas
— instrumento de l a palabra — por Ruach y Neschamah, al generales a) — y base vegetal grasa.
contrario de lo que ocurre para el vulgo, cuya a r q u í a volitiva c) Moderar las tendencias instintivas de todo orden sa-
abandona al Nephesch a sí mismo, para que reciba las reac- tisfaciéndolas habitualmente en la estricta medida de lo ne-
ciones internas y exteriores, arrastrando tras sí a Ruach y cesario y excepcionalmente, en una medida tan grande o tan
oscureciendo a Neschamah. reducida como las operaciones a realizar lo exijan.
a
A l igual que e l E r m i t a ñ o de l a 9. clave de Hermes e l dis- d) Saber ponerse en las condiciones requeridas para
cípulo h a r á uso, antes que otra cosa, del aislamiento medi- condensar en alta tensión la fuerza nerviosa, para inmovili-
tativo — e l sayal de asceta — a cuyo abrigo se e x a m i n a r á zarla y potenciarla eficazmente. L a fuerza nerviosa se con-
a l a luz de las nociones ocultas. Luego c o m e n z a r á el periplo densa por una vía vegetativa, un dominio emocional y ce-
de s u evolución, apoyado sobre e l b a s t ó n del conocimiento rebral completo y un aislamiento reductor de la vida de re-
y valiéndose para dirigirse en su camino del fanal de su sa- lación. Se la moviliza refrenando, moderando o suspendien-
ber secreto. Gobernado hasta ahora p o r el simple impulso, do las actividades viscerales; su potenciación la realiza la
de ahora en adelante se esforzará en dominarlo e irlo ha- voluntad.
ciendo auxiliar del hombre reflexivo. Pero para contener, L a o r d e n a c i ó n emocional consiste en:
h u r t á n d o l e a sus dos causas (la interior y la exterior), el mo- a) Dominar todas las impresiones de origen sensorial.
vimiento, e l impulso que rigen su persona y su destino, bus- La resistencia a las llamadas del oído, de l a vista, del olfato,
c a r á por encima de todo el silencio y l a soledad, como Her- del gusto y del tacto, así como a las disonancias que los
mes propone s i m b ó l i c a m e n t e . hieren, se imponen de manera absoluta. S u utilización no
tiene importancia alguna pero debe ser considerada por to-
dos como una firme guía. Así l a satisfacción del gusto mo-
Vamos a analizar en detalle las diversas directivas que dera l a impulsividad cerebral; la del olfato calma o estimula
llevan a las cuatro secciones de l a ascesis mágica: el animismo; la del oído, activa la imaginación, la conceptua-
L a o r d e n a c i ó n psicológica consistente en: lidad; las de la vista favorecen el e s p í r i t u de síntesis, y la
a) Valerse de u n r é g i m e n alimenticio habitual perfecta- del tacto afinan la sensibilidad.
mente conforme a su finalidad de conservación de l a anato- b) Determinar la inhibición o agudización de las tenden-
m í a y de a p o r t a c i ó n e n e r g é t i c a . Todo comestible es en prin- cias pasionales nacientes, según convenga. E l motor-deseo, el
cipio una materia p r i m a destinada a convertirse sucesiva- motor-impulso de ser en absoluto dependiente del timón-vo-
mente en quilo, sangre, tejidos, fuerza nerviosa y energía luntad. Sentirse en todo momento d u e ñ o de exaltar, mode-
psíquica. Es, pues, de suma importancia dar de lado a cier- rar y orientar el propio dinamismo moral es el ideal a que
tas especies y vigilar las cantidades de manera que evitemos hay que aspirar.
una toxicidad corrosiva de l a m á q u i n a orgánica, desgastadora c) Abrirse a todas las fuentes de emociones poderosas y
de sus aparatos de eliminación y p o r ello reductora de la elevadas ( c o n t e m p l a c i ó n pictórica, arquitectural y escultu-
elaboración y de l a disponibilidad de las fuerzas psíquica- ral) y de los diversos aspectos de la naturaleza, m a r í t i m o s ,
mente utilizables. m o n t a ñ o s o s , etc., poesía y m ú s i c a de los grandes maestros
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 103
102

(Wagner sobre todo). E l adepto e x t r a e r á de las fuentes ar- e) Sacrificar lo temporal a lo Eterno.
tísticas intensas vibraciones susceptibles de estimular el es- /) Sustituir poco a poco los móviles que tienen su causa
tado psíquico necesario para sus planes y de afinar conside- en el egoísmo por otros móviles sucesivamente colectivos,
rablemente sus percepciones intelectuales. universales y divinos.
d) Afrontar cualquier posible ruptura emocional esfor- (Estos siete grados difícilmente serán alcanzados por to-
zándose en conservar l a serenidad, en oponer a las violen- dos pero los tres primeros son absolutamente indispensa-
bles.)
cias interiores la s o b e r a n í a de la filosofía oculta y en abrir-
se del todo al altruismo humanitario. Sin duda alguna, si bien esta última a r q u í a basta para
L a ordenación intelectual exige: la conversión espiritual, las dos primeras son indispensables
a) U n esfuerzo de libre examen que sustituya al pensa- para alcanzar la potencia mágica como tal. Pero, en ú l t i m o
miento e s p o n t á n e o de las apreciaciones y de los pensamien- término, tal potencia mágica no es m á s que un medio de ac-
tos deliberados. ción y cualquiera que pretenda alcanzar el ú l t i m o conoci-
miento e n c o n t r a r á el camino que lleva hasta él, sólo en la
b) Un esfuerzo de asimilación sostenido alternativamen-
ascesis superior dispensadora de los dones de profecía y teur-
te sobre lo concreto y sobre lo abstracto.
gia. Nadie d e b e r á olvidarla enteramente aunque sólo se preo-
c) U n esfuerzo de dirección que tenga por objeto el desa- cupe de preservarse indefectiblemente de las dificultades
rrollo de la facultad de mantener indefinidamente la aten- inherentes a la naturaleza humana.
ción sobre una directiva, un orden de ideas, sobre cualquier Los efectos de la ascesis mágica son fáciles de deducir
sujeto. con el sólo enunciado de las prescripciones precedentes. Una
d) Un esfuerzo de imaginación que tienda a precisar las serenidad nueva se apodera del ser cuya personalidad ha
imágenes mentales, a objetivarlas r á p i d a m e n t e , a animarlas quedado triplemente afirmada, inteligible, sensible y realiza-
con intensidad y a fijarlas. doramente. Pronto aparece, se precisa y se consolida la fa-
e) U n esfuerzo de causalismo, es decir de b ú s q u e d a s me- cultad de influir, sin procedimientos especiales, sobre los se-
ditativas de las relaciones, de las analogías, de las secuencias res y las circunstancias, de d e s e m p e ñ a r un papel, siempre
causales relativas a u n hecho, a una Ley o a un Principio. m á s importante, en la generación de las circunstancias, y de
/) Un esfuerzo de flexibilidad en el paso de una dedica- determinar cada día m á s eficazmente el futuro. Los pensa-
ción a otra, por diferentes que sean, y en general en el paso mientos y las intenciones que se formulan mentalmente dan
de la actividad psíquica al reposo m á s completo. muestra continua de su poder con repetidas objetivaciones.
L a ordenación espiritual consiste en: En una palabra, se ha conseguido una magia espontánea.
a) Meditar sobre todo aquello que sirve para despertar Secundariamente, l a ascesis desarrolla las aptitudes per-
el sentido ético y el de las abstracciones m í s t i c a s . A este pro- mitiendo abordar el entrenamiento especial y las operacio-
pósito se recomienda especialmente el estudio de la Kábala nes propias de la magia ceremonial y de generar los fenó-
hebrea. menos que son su objeto.
b) Combatir en sí mismo toda arbitrariedad a fin de ma- Muchos p e n s a r á n que hay personas que e s t á n muy lejos
nifestar en ideas, palabras y acciones una equidad siempre de poseer l a superioridad hacia l a que se dirige la ascesis
m á s perfecta. mágica, que se sirven del poder oculto, sin ninguna prepa-
c) Oponerse, p o r justificado que parezca, a todo senti- ración, guiándose por ciertos formularios de p r á c t i c a s , por
miento de odio o animosidad. Alejar su causa o alejarse de otra parte absurdos. Esto se e s t u d i a r á m á s adelante, al ha-
ella y procurar no pensar en ello como no sea para incitarse blar de la b r u j e r í a o magia negra. Baste por ahora decir que
mentalmente a la modificación. si sustituimos la voluntad deliberada y jerarquizada p o r el
deseo exaltado hasta el frenesí, la idea fija frenética, la cer-
d) Dejar florecer en sí l a veneración por la rectitud que
nos llega de su fuente absoluta.
104 P A U L C. JAGOT

teza razonada por la fe ciega, el verbo realiza igualmente


lo que afirma. Pero semejante locura supone una predisposi-
ción por otra parte desdichada, ya que engendra por si
misma su sanción, como resulta de las leyes mismas del po-
der oculto.

CAPÍTULO X

L A R U E D A SIMBÓLICA D E L D E S T I N O

Alguien ha dicho que «el hombre se comporta en su vida


sobre la tierra como si nunca hubiese de m o r i r » . Siendo tan
evidente como la de la muerte, l a certeza de la mutabilidad
de las cosas de aquí abajo es muy raramente tomada en
cuenta como factor o móvil de nuestras acciones individua-
les. No obstante todos nosotros estamos sujetos a esta rueda
del destino por medio de l a cual el Tarot simboliza la ley
del devenir personal o colectivo.
Unos arrimados al eje central, otros en la circunferencia
exterior, todos somos arrastrados por la r o t a c i ó n del conjun-
to y obligados a recorrer una serie de ciclos, centrífugos o
c e n t r í p e t o s , describiendo así una especie de espiral, evolu-
tiva o involutiva...
L a vida de aquel que se mueve p r ó x i m o al centro de la
rueda será una m o n ó t o n a sucesión de menudas circunstan-
cias. S u personalidad, poco consistente, sólo e j e r c e r á un l i -
m i t a d í s i m o influjo en el movimiento centrífugo. Nacido en
una aldea, se queda allí, allí envejece y allí muere. Otro cual-
quiera, venido al mundo como el precedente, bajo los aus-
picios simbolizables por l a proximidad axial del ciclo de las
eventualidades, se densifica poco a poco hasta el punto de
ser totalmente absorbido por l a fuerza centrífuga y arrastra-
do a una corriente cíclica progresivamente m á s amplia. Le
c o r r e s p o n d í a una existencia agitada.
Excepto el punto central, que significa l a inercia, cada
momento de nuestro círculo y l a entidad que a él corres-
ponda sube, baja y vuelve a subir y a bajar, cualquiera que
sea la acción que sobre ellos ejerza la doble corriente hacia
106 PAUL C. J A G O T

el eje y hacia la circunferencia, con la salvedad, eso sí, de


que cuanto m á s p r ó x i m o sea a esta última, m á s poderosas
y amplias serán las eventualidades determinadas por la ro-
tación del conjunto. E l ú n i c o medio de escapar al ritmo ine-
luctable desgracia-fortuna, es alcanzar el pedestal donde la
esfinge se aisla de las fuerzas de la fatalidad. E l camino para
conseguir esa altura, la s a b i d u r í a , sólo se h a l l a r á a t r a v é s de
la renuncia a los prestigios terrestres. Adquirir, por autono-
mía volitiva, una movilidad propia por medio de la cual la
trayectoria se retarde o se acelere, se acerque o se aleje poco
a poco del eje, constituye todo el arte de gobernar al pro-
pio destino.
Pero si bien el flujo negativo, manifestado por la adver-
sidad, los obstáculos, las contrariedades, estimula las fuer-
zas de resistencia y suscita l a iniciativa lúcida, el flujo po-
sitivo, sus facilidades, sus satisfacciones y sus alegrías llevan
hacia el adormecimiento al dichoso peregrino que se mueve
por el mundo como por un mar en calma: N o aspira a acer-
carse al punto de apoyo y la atrofia progresiva de sus me-
dios combativos le conduce sin defensa hacia la primera
tempestad.
L a modificación de la densidad de que h a b l á b a m o s m á s
arriba resulta, bien de un desarrollo e s p o n t á n e o de las vir-
tualidades nativas, bien del esfuerzo deliberado.
E n cuanto a los ejemplos precedentes, tipifican sólo dos
clases de destinos entre los m á s simples. N o es éste lugar
para una e n u m e r a c i ó n de los posibles. L a sagacidad del lector
suplirá con creces esa e n u m e r a c i ó n . A este respecto se pue-
den, no obstante, hacer algunas consideraciones. L a línea de
destino m á s frecuentemente observable entre las existencias
de nuestra época y en el mundo occidental, parte de un pun-
to cualquiera de la rueda y sufre una alternancia de involu-
FIGURA 16
ciones y evoluciones determinadas por la atracción ejercida
sobre los movimientos c e n t r í p e t o y centrífugo sucesivamente, La Rueda de la Fortuna
por la individualidad en cuestión. Los iniciados en la astro- Décima clave del Tarot
logia han comprendido que l a posición inicial se deduce del
tema natal y las variaciones de densidad del tema de progre-
sión. Más adelante, en este mismo capítulo, hablaremos de
la influencia planetaria.
L a décima clave de Hermes muestra, a d e m á s de la inmu-
table esfinge sobre la rueda y fuera de ella, un cinocéfalo
108 PAUL C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 109

que sube de izquierda a derecha y otro, réplica negativa del gloria en una r i s u e ñ a y alegre excursión. Némesis, diosa de
primero (1), que desciende de derecha a izquierda. Para res- la venganza, les sigue como su propia sombra, aguardando
tringir a un sentido m á s inmediato esta alegoría, hay que su hora.
ver en ella la indicación del ritmo circunstancial de cada des- Un exceso contrario, en fin, el m á s fatalista de los nihi-
tino (ver fig. 16, p á g . 107). lismos, lleva a la gran m a y o r í a a abandonarse a su destino.
Implicados en la vida (fijados a la rueda) con l a misma Ahora bien, hay que tener en cuenta que, si bien acabamos
fuerza con que la a t r a c c i ó n de l a tierra nos absorbe y soli- de ver que la dicha y la desgracia alternan necesariamente,
darios de l a superficie móvil en una medida proporcional a no podemos olvidar que el papel de este ritmo es el de con-
la fuerza adhesiva inseparable de nuestras humanas tenden- trariar siempre los esfuerzos del hombre por dominarse: se
cias, sería funesta ceguera querer sustraerse al ciclo r í t m i c o reduce su efecto, pues, en la medida en que uno se prepara
del i r y venir de las dificultades, de los obstáculos y de las para el fin. L a misma ley que arrastra a los inertes ayuda
desgracias. Este elemento adverso se opone necesariamente a la evolución de los ardientes. Quien lucha por evolucionar
en nosotros a la afirmación de nuestras resistencias o del en l a cuarta acepción explicada en el capítulo I X ha ele-
centelleo revelador de las verdades desconocidas. gido el camino, m á s corto; y, asimismo, el m á s favorable,
ya que esforzándose él en la coerción que sus insuficiencias
S i tomamos la iniciativa de los esfuerzos requeridos para necesitan, llena los vacíos abductores de las corrientes cuya
nuestra evolución — esfuerzos de conformidad étnica, de reacción es favorable.
inteligente asimilación y de energía volitiva — modificare-
mos l a fatalidad. L a norma del hombre es actuar: para él L a inestabilidad del presente se insinúa oscuramente en
cada dificultad debe significar sólo la resistencia por la cual muchos casos y es la causa del éxito de los especialistas cua-
p o d r á conquistar, d e s a r r o l l á n d o l o s , l a integridad de sus me- lificados o no de esta ciencia del devenir cuyas adaptaciones
dios. Cuando éstos son superiores en cualquier terreno a son las artes adivinatorias. ¡Se ven tan súbitos derrumba-
las resistencias a que han de enfrentarse, en seguida apare- mientos! Los m á s celebrados del día son considerados cuan-
ce una nueva circunstancia que viene a dar empleo a esa do se los requiere, hasta tanto no llega hasta ellos, silenciosa,
sobra de esfuerzos. L a clase de mal que nuestra debilidad la devastadora, monstruosa y tosca adversidad, el monstruo
m á s teme, se nos impone necesariamente si no hemos tra- que aniquila, regocijándose, situaciones aparentemente de-
bajado para corregir l a propia debilidad. Porque el temor finitivas, volatiliza la fortuna de unos, arrebata a otros el fu-
llama al temor, mientras que la firme vigilancia aleja al turo de un duro trabajo y cambia a su gusto y capricho la
enemigo. opulencia en miseria. M á s prudentes y considerados serían
a ú n otros precavidos, si cayesen en la cuenta de cuan frágiles
Igualmente es grande el riesgo de caer en aquellos mis- son siempre los bienes que no se ha aprendido ni a perpetuar
mos males que no nos preocupan, porque l a indiferencia fa- desde el manantial — con l a lucidez y l a vigilancia —, n i a
vorece l a entrada en nosotros y permite el arraigo, en el ganarlos por su uso según la equidad.
lugar de la p r e o c u p a c i ó n constante, del sentimiento de una
especie de privilegio protector. R e c í p r o c a m e n t e , los desgraciados abrumados por la opre-
Los medios de acción le han sido dados al hombre para sión continua de la fatalidad, aquellos que se ven enfanga-
que sostenga una lucha constante. Algunos quieren hacer de dos en el semicírculo de la izquierda, en lugar de poner su
ellos medios exclusivos de placer. Esa dedicación atrofiante esperanza en una p r o b l e m á t i c a oscilación hacia la derecha de
les priva de ellos totalmente y luego se lamentan. Pero les la rueda — que, a d e m á s sólo les elevará para precipitarles
hubiese sido concedida la luz si hubiesen actuado de otro de nuevo, si no modifican su condición densitaria — debe-
modo. rían, a p o y á n d o s e en los supuestos del ocultismo, extraer de
ellos u n movimiento liberador.
Otros caen en la aberrante convicción de la inmunidad,
o tal parece, ya que se creería que participan sin pena n i Más generalmente, se puede calificar de progreso esencial
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA
110 111

la i n s t a u r a c i ó n de ese estado de conciencia para el cual fe- circunstancias favorables o nefastas y como (hay que decirlo)
licidad y desgracia, manifestaciones igualmente normales de las voluntades capaces de modificar su f á t u m , no en detalle
una ley necesaria, son c o m p a ñ e r o s , a cuya presencia eventual sino en sus líneas principales, son excepcionales, se tiene en
hay que acostumbrarse, sin dejarse subyugar por la primera ello una base suficientemente rigurosa para la apreciación
ni abatir por la otra. del futuro. Además, incluso para aquellos cuyo entrenamien-
Conocemos ya el papel de l a Providencia, el de la Volun- to volitivo o su evolución intelectual o espiritual e s t á pre-
tad y el de Fatalidad en el determinismo colectivo o indivi- parada para actuar sobre su destino, las manifestaciones de
dual. Sabemos t a m b i é n que, para cada uno, el estado pre- los ritmos de este ú l t i m o permanecen, sin embargo, sin en-
sente (predisponsiciones) como el medio humano y el ele- trenar, como en los d e m á s : E l hombre nacido bajo la in-
mento circunstancial (predestinaciones) son derivación de fluencia de Marte, por ejemplo, se halla impelido a desempe-
una anterioridad... Igualmente sabemos que, procediendo ñ a r el papel de luchador, renuncie o no a defenderse, em-
prenda o no cualquier conquista. Semejante individualidad,
todo en la tierra de las influencias planetarias, el momento
dotada de instinto combativo (3) t e n d e r á siempre a situar-
de una e n c a r n a c i ó n coincide con aquel en que los cuerpos
se consciente o inconscientemente, en medio de dificultades u
celestes e s t á n dispuestos del modo necesario para que se
obstáculos. A veces se c r e a r á los unos por imprudencia, im-
den las condiciones generales y eventuales en relación con
previsión o insubordinación, otras veces b u s c a r á los otros
los antecedentes del encarnado. por pura necesidad de actividad marciana. L a fortuna de las
E l mapa del cielo, visto bajo el ángulo correspondiente al armas, cambiante por definición, le s o n r e i r á tanto m á s cuan-
lugar, y configurativo de las disposiciones planetarias en el to m á s asiduamente se esfuerce en condensar sus expansiones
momento del nacimiento, se denomina H o r ó s c o p o y da cuen- y en utilizarlas con mesura y discernimiento. Actuará, pues,
ta al nativo — así dicen los astrólogos — de los condiciona- sobre su destino, administrando la capacidad de sus energías.
mientos del factor destino, o sea de las predisposiciones E l desorden de la signatura de Marte: impulsividad, espon-
— que, por otra parte, p o d r á modificar voluntariamente — y taneidad, fuego, arrebatos, cólera, tendencia al exceso, vio-
de las predestinaciones que se seguirían en caso de una ausen- lencia, d e b e r á someterse a u n dominio reflexivo.
cia completa por su parte de iniciativa modificadora.
Como la influencia planetaria engendra a la vez las for- La amplitud de las casualidades, el plano en el que se
mas y los dinamismos individuales, se pueden deducir éstos las p o d r í a repartir de las insignificancias y de la mediocri-
de aquéllas. De a h í las ciencias adivinatorias derivadas de la dad a la brillantez o a lo excepcional, depende a l a vez del
astrología, como la fisiognomía y la quirología. género de los planetas cuya influencia domina en el tema
E l cuadro que sigue, inserto en las págs. 112 y 113 y adap- natal y del modo instintivo, emocional, cerebral o espiritual
tado de m i libro Les Marques révelatrices du caractére et du de la receptividad del nativo para cada uno. L a frecuencia
destín (2) p r o p o r c i o n a r á una idea de conjunto, de los factores de los éxitos, de los favores o de los rigores, de las eleva-
psicológicos y predestinadores, procedentes de cada planeta. ciones o de las caídas en cualquier acepción, se deduce
Las modalidades particulares que el h o r ó s c o p o natal deja aproximadamente de l a d u r a c i ó n de l a revolución de los
presagiar, aparecen rigurosamente reguladas por l a sucesión planetas predominantes.
de los aspectos planetarios. Cada paso de un cuerpo celeste L a a s t r o n o m í a ha determinado la d u r a c i ó n de estas revo-
por el punto de su trayecto en el que transita su posición luciones; son, en cifras redondas, 27 días para la Luna; 87
horoscópica, donde forma un aspecto sea con esta posición días para Mercurio; 224 días para Venus; 321 días para Marte;
sea con otro planeta, señala una de las modalidades en 12 años para J ú p i t e r ; 30 años para Saturno; 84 a ñ o s para
cuestión. Urano y 160 años para Neptuno. De una manera muy gene-
De ello se deriva una amplitud y una frecuencia deter- ral, a la influencia de los planetas de ó r b i t a corta, corres-
minadas, observables para cada destino, en el juego de las ponden las diversidades frecuentes y de menor relieve; a los
* OnhC^BffTB. ¿.ce* mMrS c a t i v o r

112 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 113

EL INFLUJO DE
SOL LUNA MARTE MERCURIO JUPITER
CADA PLANETA: VENUS SATURNO

TIENDE RESPECTIVA- \Jí DINAMICA


LA EXPANSIÓN LA ABSORCIÓN LA CONVERTIBILIDAD
MENTE A CREAR: LA COHESIÓN LA ARMONÍA
LA CONCENTRACIÓH

Así en el organis- Elevación. Desarro- Fuerza plástica de Vigor muscular. Predominio de los Equilibrio físico. Agudeza sensorial.
mo, favorece, pro- llo. Perfección mór- resistencia. Potencia funcional. nervios. Homogeneidad y Lentitud de cam-
porcionalmcnte a fica. Vitalidad ex- Vitalidad estática. Potencial de ener- Armonía de asimi- bios. Hipotensión.
Fácil adaptación Equilibrio. lación.
la intensidad con pansiva. gía vital. del organismo. Economía. Acumu-
la que el sujeto la lación.
ha experimentado:

FACULTADES FACULTADES FACULTADES FACULTADES FACULTADES


COMBATIVAS FACULTADES FACULTADES
OBJETIVAS SUBJETIVAS ADAPTATIVAS ORGANIZADORAS
ATRACTIVAS CONSTRUCTIVAS
Según esta intensi- J u i c i o . Compara- Intuición. Asimila- Estrategia. Realiza- Ingenio. Diploma- Orden. M é t o d o .
dad, visible en las ción. Discernimien- ción. Introspección. ción. Reducción de cia. Habilidad. So- Apostura. Afectivi- Causalismo. Filoso-
Equidad. dad. Generación.
formas que engen- to. Individualidad. Memoria. antagonismos. ciabilidad. fía. Matemáticas.
dra, serán más o Extrovcrsión.
menos acusados en Sentido estético. Sentido metafísico. Sentido combativo. Pragmatismo. Sentido jerárquico.
el sujeto uno o va- Sentido sintético. Sentido armónico Sentido crítico.
rios grupos de fa-
cultades detallados
al lado:

Siguiendo el influ- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten-
jo dominante el in- dencia homogénea. dencia intelectual. dencia excesiva. dencia experimen- Evolución con ten- Evolución con ten-
dencia ética. dencia emocional.
dividuo tiende a tal. dencia abstracta.
evolucionar en uno
de estos sentidos:

EXPANSIÓN ABSORCIÓN DINAMICA CONVERTIBILIDAD COHESIÓN ARMONÍA


CONCENTRACIÓN
Elevación y luego Constante imprevi- Lucha incesante. Ingenio. Adapta- Gestiones. Altas es-
Predestinaciones El ornato.
las caldas propor- sión de las casua- Reducción de los ción. Oportunismo. feras. Favores. Edificación.
generales o normas Las facilidades. Sedentarismo. Ais-
cionales. lidades y su anula- antagonismos. Invención.
respectivas. La alegría. El pla- lamiento.
ción.
cer.
Incertidumbre.

Fortuna: La gloria. La áurea mediocri- La supremacía. Éxito en los nego- La opulencia.


tas. cios. Diletantismo. Compras.

Infortuna: Intrigas de los ene- Miseria. Fin prematuro y Condenas judicia- Escándalo y ruina.
migos. violento. les. Envilecimiento. Enclaustraciones.

Artes: Comedia. Literatura. Escultura. Coreografía. 3


intura. -anto. |tlúsica.

Adaptaciones socio- Genios. Poetas. In- Marina. Diploma- Ejército. Cirugía. M é d i c o s . Ingenie- / Magistrados. Cléri- E spectaculos. Deco-
lógicas: novadores. macia. Literatura. Metalurgia. ros. Publicistas. S abios. Construc-
t
os. Funcionarios. r ación. Abstraccio- t ores. Extractores,
E es. i grieultores.
8
114 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA
115
de órbitas m á s extensas corresponden las grandes modifica-
ciones, en n ú m e r o necesariamente restringido.
De la mezcla de las influencias principales del tema de NOTAS AL CAPITULO X
natividad resultan así los reflujos periódicos de fortuna o
adversidad, los apogeos o las caídas, los cambios brusca- (1) Personajes que podrían ser identificados con los egipcios Anubis y Tynhon.
(2) Constituye un tratado de fisiognomía que permite deducir de las líneas,
mente dichosos o desgraciados que se observan en determi- las masas y las dimensiones del rostro las influencias planetarias que gobiernan
nados destinos. el destino. Las tendencias, facultades, aptitudes y calificaciones buenas o malas
pueden leerse así sobre la fisonomía y con un poco de práctica esta posibilidad
Un individuo en cuyo h o r ó s c o p o los planetas m á s alejados de evaluación inmediata de aquellos a quienes se aplica, puede prestar grandes
servicios, comenzando por el de ejercitar el espíritu de observación. Además la
del Sol aparecen débiles, tiene en potencia un destino for- fisiognomía presagia los fenómenos fortuitos a los que uno habrá de enfrentarse.
El práctico en esta ciencia puede verificar por sí mismo que:
mado de una multiplicidad de p e q u e ñ o s acontecimientos
sobre un plano uniforme. Y a la inversa, el predominio de RESULTAN de las mismas CAUSAS
Las particularidades de la estructura interior del cuerpo;
uno o varios planetas de gran ó r b i t a presagia grandes ale- Las de su estructura interna;
Las características físicas o morales, y
grías o enormes desgracias. El determinismo predestinador.
Dígase lo que se diga, es perfectamente inútil tentar la Esta ley, formulada y verificada en todas las épocas por los discípulos
de la tradición hermética, se deduce implícitamente del conjunto de trabajos que
suerte, si no se e s t á dispuesto a abandonarse a ella. Más han dado origen a los actuales sistemas de evaluación, según índices morfoló-
gicos, de tendencias, facultades, aptitudes del individuo, y para pronosticar las
vale trabajar para dominarla. E l adepto de la ciencia oculta casualidades favorables o nefastas de su destino.
debe considerar el ritmo de lo bueno y de lo malo como (3) Un boxeador, un polemista y un estratega son igualmente marcianos: el
cualquiera otro fenómeno, sin entusiasmo y apetencias hacia primero instintivamente, el segundo en sus emociones y el tercero cerebral.
el uno n i repulsión o servilismo para con el otro. Puede te-
ner la m á s absoluta certeza de que si sigue las directrices
automodificadoras expuestas en este libro, el destino m á s in-
grato puede ser superado; que cada paso hacia el progreso
interior libera al hombre de los golpes de suerte; que por
el esfuerzo de cada día, se llega a anular el dominio sobre
uno de las eventualidades, afirmando a d e m á s su propio po-
der de actuación exterior.
L a ascesis integral constituye la m á s recomendable de las
operaciones mágicas, ya que si bien es posible, por medio de
otras formas del arte, obtener una ventaja que la anteriori-
dad individual no llevaba consigo, esta ventaja ficticia, por
así decirlo, implica un rescate que la compense; así como la
anulación, por otro m é t o d o que no sea la satisfacción previa
de la inmanente justicia, de un mal anteriormente determi-
nado, cambia en otros sufrimientos, el elemento coercitivo
que aportaba.
CAPÍTULO X I

LAS R E A L I Z A C I O N E S

Vamos a ver cómo las enseñanzas de la ciencia oculta,


sobre todo las nociones expuestas en los diez capítulos que
preceden, pueden ser utilizadas en el marco de la vida mo-
derna, de una manera práctica, por el hombre deseoso de
basar sus realizaciones sobre el conocimiento de las leyes
de la Magia. L a primera condición que se requiere es la de
haberlas meditado y asimilado suficientemente, de conservar
su síntesis presente en el espíritu. L a segunda, no actuar
precipitadamente, pero tampoco con miedo o dubitativamen-
te, entender y completar su actividad como la propia na-
turaleza entiende y completa la suya, progresivamente, ;•.
veces lenta, pero siempre inflexiblemente. De estos dos prin-
cipios fundamentales se derivan por sí mismos mundos co-
rolarios, de los cuales sólo tomaremos en consideración aquí
los m á s importantes.
L a magia permite operar, exteriormente por sí mismo, el
efecto objetivador, dominador, magnetizador de una impul-
sión procedente del esfuerzo volitivo. Para que este esfuer-
zo engendre efectos a la vez conformes a su objeto y en ar-
monía con sus sucesivas consecuencias, debe ser concebido
de una manera circunspecta y sagaz. ¿Quién con una cierta
tenacidad de voluntad no desea influir sobre tal o cual even-
tualidad o determinar tal o cual acontecimiento? Basta con
no ser débil. Son innumerables los que saben querer eficaz-
mente, pero con torpeza y sin previas reflexiones, a lo loco.
Se ponen a sí mismos en aprietos, porque su falta de preci-
sión imaginativa, de medida o de causalismo. hace objeti-
P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 119
118

varse las contrariedades inseparables a sus exigencias irre- y acción propiamente dicha, las cuatro fases mágicas son go-
flexivas. Esa es la razón por la cual es tan necesario un co- bernadas por esta ascesis.
nocimiento de conjunto de las leyes ocultas para aclarar Se elabora en la calma, se condensa en el reposo, se dis-
el discernimiento, como la propia ascesis: para permitir el ponibiliza por las preparaciones y se proyecta por la impul-
gobierno de la voluntad, la cual d e b e r á tener en cuenta las sión volitiva. Aquellos que se ven agitados sin reposo por
una idea, una pasión o un deseo, derrochan segundo por
leyes en cuestión.
Puesto que es el efecto de un estado psíquico el que im- segundo u n dinamismo cuya condensación y proyección ha
pone a las propiedades virtualizadoras exteriores la realiza- magnetizado a su complementario. ¿Quien será, pues, capaz,
ción del verbo individual, lo natural es que sea necesario im- sin entrenamiento m e t ó d i c o , de elevarse como conviene, a
ponerse antes este estado. Cuando se desencadena l a tormen- dirigir su pensamiento, a canalizar sus emociones, a con-
ta, cuando las unidades combatientes se desorganizan, el tener sus pasiones y a acumular su dinamismo impulsivo? De
capitán del navio o el general, pierden toda aptitud de in- ahora en adelante, supondremos que el lector e s t á en plena
fluencia si ellos mismos padecen un proceso de desorganiza- posesión de los frutos de este entrenamiento.
ción de sus facultades. Pueden influir ú t i l m e n t e sobre la Para toda aplicación de magia personal se d i s p o n d r á de
suerte del barco o de la batalla si todo en sí mismos obe- un rincón en el que poder aislarse, recogerse, exteriorizarse
dece al pensamiento reflexivo. De otro modo no p o d r í a n en el silencio y el aislamiento. Una pieza espaciosa y bien
hacerse dueños de su voluntad, y no t e n d r í a n m á s opción que iluminada, sería ideal, sobre todo en alguna casa en pleno
ponerse en manos de l a Providencia o del Destino. Pero de campo, pero, a falta de esto, cualquier habitación suficiente-
estas dos potencias, la segunda no sonríe a su gusto m á s que mente iluminada, rigurosamente privada con los muros en
a los caracteres cuya energía l a ha conquistado y l a otra ra- blanco y desnudos, h a r á el servicio. Se trata de aislarse de
ramente ayuda al hombre que no a c t ú a según su norma. toda fuente exterior de impresiones, de encontrarse solo, a
Se ha dicho y repetido que la fortuna sonríe a los audaces solas consigo mismo cuantas veces se juzgue necesarias. Un
y que la acción voluntaria constituye la plegaria m á s eficaz: individuo muy ejercitado, absolutamente d u e ñ o de sí mismo,
Ayúdate y el cielo te ayudará. capaz de una atención tan concentrada en medio de la agi-
Sea lo que sea lo que pidieseis a la magia contad con tación como en retiro, puede dispensarse de esto, aunque sea
ello sólo en l a medida en que os hayáis puesto en el estado de una gran ayuda. E n todo caso nos parece imprescindible
psíquico lúcido preciso, determinado y estable en relación para el principiante. E n caso de no disponer de un local,
constante de orientación con vuestro objetivo. No hagáis de podrá hallar el equivalente en la soledad de las afueras. Se
una modificación de las circunstancias o de una manifesta- quedará en cualquier sitio desierto, tranquilo, tan apartado
ción exterior a vosotros mismos una condición previa a la como sea posible.
instauración del estado psíquico eficiente; eso sería contar Seguirá una periodicidad regular: cada día o cada dos
con la causa del efecto. Actuad directamente sobre los me- días, por ejemplo, el experimentador se dedicará, lejos de
dios de poder que hay en vosotros. Vuestra voluntad obe- toda presencia, a la elaboración de su plan. Para ello, co-
decida interiormente, lo será igualmente fuera. menzará por definirse a r.í mismo sus móviles, sus intencio-
A toda potencia se oponen resistencias y a todo fenóme- nes, la naturaleza de sus deseos. Calculará las dificultades
no le precede su gestación. Por eso toda realización necesi- que puedan presentarse y, sobre todo, no se o c u l t a r á la inac-
ta una potenciación, sostenida y persistente en la intención, cesibilidad inmediata de su objetivo. T e n d r á cuidado de ano-
reiterada en el esfuerzo. E l medio de este último, la dispo- tar las ideas que le v e n d r á n en el curso de este primer tra-
nibilidad de una importante potencialidad de energía psí- bajo y de resumir en cada sesión el conjunto de las consi-
quica necesita una ascesis ya descrita, por lo que ya no in- deraciones que en ella haya madurado.
sistiremos sobre ella: elaboración, condensación, disposición E n segundo lugar, el mago p r a c t i c a r á la m e d i t a c i ó n in-
120 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 121
terrogativa abductora: a) inspiraciones relativas a l a fortu- las figuras pentaculares, de esa e x t r a ñ a disposición de los di-
na o desgracias eventuales que pudieran derivarse de su bujos, que hallamos en los rituales, vamos a dar, para quien
plan, para rectificar la o r i e n t a c i ó n de éste, según las luces se interese por los signos de apoyo, unas breves nociones.
que le vengan a este p r o p ó s i t o ; b) inspiraciones relativas a la Entre los hierogramas usados en. magia podemos distin-
precisión misma del plan. De este modo llegará hasta él un u
guir: 1.° figuras geométricas; 2. incripciones hebreas; 3.° ca-
flujo de nuevas ideas con las cuales, a medida que toma nota racteres extraídos de diversas clases de cifrados; 4.° signos
de ellas, irá dando una forma definitiva a su plan.
Si se trata de un e m p e ñ o de largo alcance o que presenta
una serie de o b s t á c u l o s que hay que vencer, dificultades a
resolver, antagonismos que alejar o asistencias por atraer,
será conveniente repartir el conjunto del plan en distintas
fases, a fin de disponerse a dirigir todo el esfuerzo integral
sobre el primer estadio exclusivamente, hasta que esté rea-
lizado; luego el segundo, y así en adelante.
Esta serie de meditaciones, de bocetos mentales de puesta
a punto, permite enfocar con la certeza del éxito los proyec-
tos m á s amplios, el ideal m á s elevado, los resultados m á s le-
janos de la condición actual del experimentador. E s necesa-
rio desterrar toda p r e c i p i t a c i ó n y toda negligencia, todo ex-
ceso de entusiasmo tanto como el tedio. Y mientras llega el
momento en que uno se siente dispuesto a atacar el plan, pre-
cisado tanto en sus líneas maestras como en cada una de
sus fases, deberá, en el curso de algunas sesiones, ser con-
siderado desde su origen hasta la finalidad, de sus bases
a sus diversos desarrollos, vivirlo, en una palabra, con la
mayor atención.
A imitación de los practicantes de la magia ceremonial se
pueden usar los signos de apoyo o pentaclo (estrella de cinco
puntas). Estos instrumentos resumen y precisan por medio FIGURA 17
de figuras de un simbolismo preciso y sintético, las inten-
ciones del operador. Se hallan gran n ú m e r o de pentaclos, usa- El Pentagrama
dos en otro tiempo, en los rituales de magia tradicional, an- Composición de Elifas Leví Zahad, tomada de su libro
gélica, planetaria o hiperfísica. Pero no servirían de nada a Dogma y ritual de la Alta Magia
quien no haya descifrado su sentido íntegro. Un pentaclo
debe significar jeroglíficamente en primer lugar, el principio, relacionados con el simbolismo astrológico o a l q u í m i c o . Sólo
las Leyes y propiedades ocultas en cuya conformidad el ex- unas palabras acerca de otros elementos gráficos m á s o me-
perimentador va a manifestar su verbo y, luego, el objeto es- nos misteriosos.
pecial de la realización proyectada. Cada uno h a b r á de bus- Las figuras geométricas precisan maravillosamente cier-
car los pentaclos m á s expresivos (1) de su voluntad e impro- tas ideas o intenciones. E l punto expresa la unidad, la fuente
visar los emblemas de sus obras. original, la causa inicial, la potencialidad abstracta. L a línea,
Aunque sólo sea para ayudar a comprender el origen de engendrada por el movimiento del punto, es el dinamismo
122 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 123

edificador de las formas, dinamismo bipolar, y, por ello, re- hículo material (puntas interiores). Arriba, el espíritu (pen-
presentado por dos segmentos de recta. E l triángulo equi- samiento); abajo, la materia (instintos); en el centro, la fuer-
látero, análogo al ternario, cuyo papel micro y macroscópico za (pasión). E l hexagrama, formado por los dos triángulos
conocemos, expresa: p o r su punto angular superior, la fuer- equiláteros entrelazados, uno blanco con el vértice hacia
za de l a que emanan las virtualidades en evolución (lados ad- arriba y el otro negro con su vértice hacia abajo, resume el
yacentes) que vienen a objetivarse sobre un soporte equi- dogma oculto en todas sus acepciones. Es evidente la analogía
librado (base). E l cuadrado o la cruz, expresivos ambos del constitutiva del hombre y del universo; el antagonismo del
bien y del m a l ; la identidad de todo proceso fenoménico,
sobre todo la del agente de las Potencias de l a luz y de las
inteligencias tenebrosas. U n cuadrado superpuesto a un trián-
gulo equilátero indica la reacción de la idea sobre la forma;
el n ú m e r o siete es precisamente el de las realizaciones. Dos
cuadrados iguales, una estrella de ocho brazos, o cualquier
otra analogía con el n ú m e r o ocho, expresa la a r m o n í a de las
formas, de las manifestaciones objetivas, de las eventualida-
des. U n triángulo equilátero superpuesto a un hexagrama, es
la formal adhesión al ideal de rectitud, la conformidad a l a
ley inmutable de los mundos manifestados, los tres trián-
gulos sefiróticos totalizados por nueve. E l círculo, en fin, es
la imagen del infinito, de la perpetuidad de los ciclos, de l a
Eternidad, y completa la serie de diez figuras.
Las inscripciones hebreas son de dos especies: unas e s t á n
formadas por letras aisladas y las otras por palabras o fra-
ses. Deben ser interpretadas siempre en su sentido cabalís-
tico o esotérico. Las letras, de las que m á s adelante se ha-
llará ilustración, tomadas aisladamente, pueden significar:

Aleph. — L a Unidad Absoluta o la entidad humana, el prin-


cipio y la finalidad, los atributos ocultos del hom-
bre.
FIGURA 18
Beth. — L a oposición, el medio cósmico, el no-yo.
El Exagrama Ghimel. — E l medio de acción, la relación, el proceso.
Daleth. — L a potencia, la s u p r e m a c í a , la autoridad.
n ú m e r o cuadro, significan la estabilidad de las reacciones con- He. — E l recipiente y el productor pasivo de las formas.
sumadas en que el antagonismo del pasivo y del activo tien- Vau. — E l t é r m i n o medio de la unidad a la divisibilidad
den al equilibrio. L a estrella de cinco puntas, ha sido elegida y r e c í p r o c a m e n t e , de las alturas y las profundida-
como símbolo del hombre. Sintetiza, efectivamente, la unidad des, del Ser y de la nada.
(entidad ruach) aliada a lo cuaternario. L a punta superior es Zain. — L a s analogías y correspondencias de los mundos,
la voluntad deliberada que dispone del dinamismo interno ocultos.
(las puntas laterales) proyectado sobre el exterior, y del ve- Heth. — E l hiperfísico en acción.
124 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 125

Cese. — L a condensación, el aislamiento, la concentración, Rescii. — E l movimiento que procede de abajo.


la resistencia de los entes. Shin. — L a subversión, su duración relativa y el astral en-
Iod. — L a eternidad del Ser y su principio abstracto. tendido como agente suyo.
Caph. — L a utilización de la fuerza mágica, su papel indi- Tan. — E l acuerdo mutuo de la voluntad y de las causas
vidualizado y transitorio. segundas. L a a r m o n í a divina manifestada.
Lamed. — E l movimiento extensivo y posesivo de apropia- Las palabras aisladas o agrupadas, expresan bien el nom-
ción y de consustancialidad. bre divino o cualquiera de sus derivados: Iod He V a u He;
Aelohim Adonai; Agía; T e t r a g r á m a t o n o el de una de las in-
teligencias superiores, de un ángel, o bien de una fórmula
expresiva de cualquier ley o proceso oculto (ver fig. 19).
Para conservar secretas sus inscripciones pentaculares,
algunos iniciados han recurrido a claves cifradas del alfa-
beto hebreo. He aquí uno de tales sistemas criptográficos.

ntn p 2 s FIGURA 19
Las veintidós letras del alfabeto hebraico
usadas en los ideogramas mágicos FIGURA 20
Criptografía mágica
Nem. — E l principio suscitador y devorador de las formas Cada signo corresponde a una de las letras hebreas
transitorias.
Nun. — E l principio de las mezclas, que da lugar a la
existencia individual. E l simbolismo astrológico bien conocido, se resume así.
Samech.— L a perversión instintiva ególatra encerrada en su Los practicantes de la magia ceremonial, tratan de utilizar
círculo, aislada de la impregnación espiritual, la la influencia de las constelaciones y de los planetas. O sea:
entidad que se deja cercar. 1. ° eligen para cada operación el momento en que el cuerpo
Hain. — L a materia y su conformación por el espíritu, la celeste bajo cuyo dominio se sitúa la obra emprendida está
pasividad conmovida por la acción. favorablemente situado en el Zodíaco y claramente visible.
Phe. — L a evocación de las potencias por el verbo. 2. ° dibujan sus pentaclos entonces bien g r a b á n d o l o s sobre el
Tsadé. — L a suspensión, el obstáculo en movimiento para metal correlativo al planeta eficiente, sea sobre un pergami-
limitar la acción; el punto de antagonismo. no virgen, es decir, que no haya estado en contacto con nin-
Coph. — Las a r m o n í a s y las gracias de la naturaleza visible. guna contaminación fluídica, en tinta del color correspon-
126 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 127

diente a tal planeta. Según los cálculos tradicionales corres- larga y fácil, las satisfacciones de ostentación, las dignida-
ponden: al Sol, las obras que tienen por objeto la vitalidad des civiles y sacerdotales, los bienes inmuebles, los grandes
activa, pasionalidad anímica, conocimiento trascendente, in- acontecimientos, el e s t a ñ o , el azul, el zafiro. A Venus, la per-
fluencia personal, notoriedad, dignidad, la felicidad, el po- fección física, la atracción por la a r m o n í a de las formas, el
der, el amor de las mujeres, el oro, el amarillo y el carbúncu- encanto, el amor de los hombres, l a compostura, la decora-
ción, acontecimientos de importancia media, el cobre, el
verde, la esmeralda. A Saturno, la longevidad, la ciencia abs-

© C O *
tracta y profunda, la arquitectura, minas, tierras y tesoros
enterrados, los conocimientos secretos, el plomo, el negro.
E n cuanto al momento propiamente dicho se compren-
9 de, bien con relación a las posiciones reales de los cuerpos
celestes indicados para cada a ñ o por las efemérides de Ra-

* fael o el conocimiento de los tiempos, bien sea en confor-


midad con los momentos en que reinan sucesivamente los
espíritus de los planetas. Estos momentos, denominados «ho-

T 1 1
ras», comprenden en realidad:
a
Para cada hora de día la 12. parte del tiempo que trans-
curre entre la salida y la puesta del sol.
¿1 a
Para cada hora de l a noche, la 1. parte del tiempo que
transcurre entre la puesta y la salida del sol.
Estas «horas» varían necesariamente a lo largo del a ñ o .
¡JL,
m/ >-> He a q u í el cuadro de esta sucesión:

V3 9$ DOMINGO LUNES MARTES


MIEHCO-
JUEVES VIERNES SABADO
LES

FIGURA 21 1 Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno


2 Venus Saturno Sol Luna Marte Mercurio
Los símbolos planetarios Júpiter
3 Mercurio Júpiter Venus Saturno Sol Luna Marte
4 Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno Sol
lo. A la Luna, las obras que tengan por objeto la seguridad, <
O 5 Saturno Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Venus
la vitalidad vegetativa, la calma anímica, l a inspiración, la
presciencia, los viajes y la paz, la plata, el blanco y el diaman- »}
Q
6 Júpiter Venus Saturno Sol Luna Marte Mercurio
te. A Marte, l a obra que tenga por objeto la actividad, la 7 Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno Sol Luna
combatividad, la ventaja sobre los obstáculos y enemigos, la $
OH

8 Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno


dominación imperativa, la industria y cirujía, el hierro, el
rojo, el r u b í . A Mercurio, las obras cuyo c a r á c t e r sea l a adap- 9 Venus Saturno Sol Luna Marte Mercurio Júpiter
tación, l a habilidad, el movimiento, el comercio, el arte de 10 Mercurio Júpiter Venus Saturno Sol Luna Marte
la medicina, l a diplomacia y cualquier b ú s q u e d a de resulta-
11 Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno Sol
dos supranormales, el mercurio, multicolor y sardónice.
A Júpiter la posición social, l a familia, el bienestar, la vida 12 Saturno Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Saturno
128 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 129

MIERCO-
He a q u í el tridente de Paracelso, que servirá entre otras
DOMINGO LUNES MARTES JUEVES VIERNES SABADO cosas, de protección contra las entidades del mal.
LES
«El tridente de Paracelso significa, dice Eliphas Levi, el
I Júpiter Venus Sol Saturno Luna Marte Mercurio ternario. E s t á formado por tres dientes piramidales super-
II Marte Mercurio Venus Júpiter Saturno Sol Luna puestos sobre una tau griega o latina. Sobre uno de esos
III Sol Luna Mercurio Marte Júpiter Venus
dientes se ve una j o d cortando una media luna por un lado, y
Saturno
por otro, una línea transversal, figura que recuerda jeroglí-
IV Venus Saturno Luna Sol Marte Mercurio Júpiter ficamente el signo zodiacal de Cáncer. Sobre el diente opues-
CHE

V Mercurio Júpiter Saturno Venus Sol Luna Marte to hay un signo mixto que recuerda el de los Gemelos y el
o
VI Marte Júpiter Mercurio Venus Saturno del León y cerca del León la cruz a s t r o n ó m i c a . Sobre el dien-
2 Luna Sol
te del centro está dibujada geroglíficamente la figura de la
RAS

VII Saturno Sol Marte Luna Mercurio Júpiter Venus Serpiente celeste teniendo como cabeza el signo de J ú p i t e r .
O
K VIII Júpiter Venus Sol Saturno Luna Marte Mercurio
IX Marte Mercurio Venus Júpiter Saturno Sol Luna
X Sol Luna Mercurio Marte Júpiter Venus Saturno
XI Venus Saturno Luna Sol Marte Mercurio Júpiter
XII Mercurio Júpiter Saturno Venus Sol Luna Marte

Estas nociones, por sucintas que sean, serán muy útiles


al lector y si continúa con el estudio del ocultismo, nos agra-
decerá haberle puesto desde ahora en antecedentes para otras
exposiciones m á s elevadas, pero mucho menos accesibles
para el principiante. Para completar e ilustrar esta breve ex-
posición de la ciencia de los pentaclos, nos referiremos aho-
ra a los que todos los especialistas e s t á n de acuerdo en pro- FIGURA 22
clamar excelentes. Primeramente el hexagrama o estrella del
macrocosmos de la que ya hemos hablado. Invitamos a los El Tridente de Paracelso
que quieran utilizar los signos de apoyo en magia personal a
trazar el pentagrama, el triángulo blanco con el vértice ha- Al lado de Cáncer se lee la palabra Obito, aparta, r e t í r a t e ;
cia arriba, sobre la cara anterior de un pergamino cuyo y al lado del León se lee imo: A todo trance, persiste. E n
revés llevará: 1.° el pentagrama, en el centro y arriba, y 2.° el el centro y cerca de la Serpiente simbólica, está escrito A P
tridente de Paracelso en el centro y abajo. DO S E L , palabra compuesta de una abreviación, de una voz
E l pentaclo especialmente relativo a la obra emprendida compuesta cabalística y hebraicamente, y de una palabra
será compuesto por el interesado y dibujado en el centro del completa y vulgar. A P (se lee A R ) son las dos primeras le-
dorso, entre los dos precedentes (2). tras de la palabra griega arjé, que significa principio; DO se
E l Pentagrama y el Hexagrama en manos de quien ha me- lee od. Estas son las tres sustancias primeras y los nombres
ditado suficientemente en ellos, y para quien es ya plena- compuestos por la palabra arjé y od expresan lo mismo que
mente inteligible su expresiva síntesis, son verdaderamente el azufre y el mercurio para los antiguos filósofos. Sobre el
eficaces. Subordinan a la voluntad del operador, identifica- mango de hierro por el que se e m p u ñ a el tridente se observa
do con la esencia p s í q u i c a cósmica, el astral y sus multitudes. tres veces la letra P, jeroglífico fálico y lingámico: y luego
9
130 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 131

las palabras V L I D O X F A T O . L a V de V l i se entiende como poderosa d e t e r m i n a c i ó n de accionar las causalidades reali-


signo de lo quinario p e n t a g r a m á t i c o y las tres expresiones: zadoras...
L I D O X F A T O significan: Libértate Doxa Fato. Libertad ab- Y en este momento es cuando los signos de apoyo inter-
soluta; necesidad o fatalidad invencible, y en medio l a razón, vienen ú t i l m e n t e . E l operador, vuelto hacia el Oriente, se re-
absoluto-cabalístico que hace el equilibrio universal. De este cogerá unos minutos considerando sus pentaclos recapitu-
modo Paracelso representa el pasivo por Cáncer; el activo lando, concentrando, reuniendo, p o r así decirlo, todas sus
por el León, l a inteligencia o l a r a z ó n equilibradora por J ú - energías.
piter o el hombre rey dominador de l a Serpiente. Luego equi- Entonces, con la mirada audazmente dirigida ante sí, u n
libra las fuerzas dando al pasivo l a fecundación del activo poco m á s alta que l a horizontal de los ojos, con la mano iz-
figurado por el Sol, y al activo el espacio y l a noche que hay quierda extendida, l a derecha mostrando hacia fuera la cara
que iluminar y conquistar bajo el símbolo de la Cruz. Orde- anterior del pentaclo, h a b l a r á en voz alta. I n v o c a r á a las
na al pasivo: obedece a l a i m p u l s i ó n del activo y ve con él Potencias y las Esencias, solicitándoles que le asistan con
por el equilibrio mismo de l a resistencia. Y a l activo resiste sus energías; c o n j u r a r á a todas las Inteligencias, a todos los
a l a inmovilidad del o b s t á c u l o , persiste y avanza. Luego ex- Entes del mundo visible y del invisible, susceptibles, por su
plica estas fuerzas adversas p o r e l gran ternario central l i - naturaleza, de serle útiles en sus planes, y o r d e n a r á al agente
bertad-razón-necesidad.» (Eliphas Levi, Dogme et Rituel de invisible, cuya naturaleza le fue expuesta en el capítulo V I I I ,
la haute magie.) y a los auxiliares hiperfísicos del hombre, que trabajen sin
L a operación m á g i c a propiamente dicha se llevará a cabo, descanso p o r l a objetivación de su obra, dictándoles, punto
p e r i ó d i c a m e n t e , así como l a edificación m e t ó d i c a del plan de por punto, los resultados inmediatos que desea obtener.
la realización proyectada. Cada sesión irá precedida de un Especificará siempre su deseo de salud, de seguridad y de
p e r í o d o de elaboración y de c o n d e n s a c i ó n psíquica y seguida longevidad para él y para los suyos, y su repulsa de las ayu-
de un tiempo de reposo de igual d u r a c i ó n . Por reposo hay das y causalidades que pudieran implicar cualquier contra-
que entender todo aquello que ayude a desviar enteramente riedad, perjuicio o accidente.
la atención del operador de las obras en que trabaja y a re- S i el operador improvisa sobre la marcha la f ó r m u l a ex-
ducir al m í n i m o su actividad mental. Luego, situado en el presiva de su voluntad, la r e p e t i r á tres veces; si debe pre-
centro de u n círculo trazado con c a r b ó n de madera por su pararla, la escribirá antes para leerla en el curso de la sesión,
mano derecha y con u n estilete, espada, cuchillo o p u n z ó n y entonces la d i r á siete veces.
cualquiera, especialmente comprado para la ocasión, a su al- H a b l a r á con voz clara, con d e t e r m i n a c i ó n , calurosamen-
cance, p o d r á comenzar. Cada estadio se llevará a cabo como te, manteniendo una tensión volitiva concentrada e imperiosa
sigue: Primero, hacer pasar de l a estabilidad al dinamismo en sumo grado. Y a c a b a r á con una corta invocación a cual-
la energía previamente condensada: movilizarla. Para ello, quier invisible fuente, con el fin de que la paz a c o m p a ñ e siem-
luego de una evocación de conjunto del plan y de u n breve pre a sus obras.
recuerdo del camino recorrido, se procede a la invocación de
Volvemos a insistir en l a necesidad de que a cada sesión
los móviles fundamentales que decidieron l a acción y de los
siga un momento de expansión cerebral. H a y que saber si-
móviles particulares que hacen importante l a obtención
tuarse en un estado de relax, caracterizado p o r u n a sereni-
p r ó x i m a de resultados nuevos, de los cuales depende la con-
dad perfecta. Las ceremonias religiosas, l a audición de las
tinuación del experimento. E l operador se d e t e n d r á un mo-
obras maestras de la lírica, la m ú s i c a clásica, incluso los m á s
mento, procurando darse cuenta de l a situación total del pro-
pueriles motivos de distracción están indicados en este mo-
ceso: objetivará todo lo que, m a ñ a n a , d e b e r á contribuir a la
mento. H a y que saber aislarse pero t a m b i é n mezclarse en
c o n s u m a c i ó n de su voluntad, y se e x a l t a r á hasta que de los
el ruido, dejarse absorber por cualquier trabajo material o
pliegues m á s profundos de su conciencia surja el eco de una
ejercicio físico mesurado.
132 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 133

sensaciones físicas y emociones nacidas en el astral, o ela-


* * * borarse por el juego de las facultades de lo mental. Algunas
vienen de fuera, emitidas por otras mentalidades. Otras nacen
L a ascesis integral, indispensable para el desarrollo del bajo la incitación de influencias procedentes de nuestros pen-
poder mágico, p a r e c e r á a muchos muy lejos de sus fuerzas o samientos anteriores. Unas y otras determinan voliciones
difícilmente compatible con sus ocupaciones. Pero si no pue- — impulsivas o deliberadas — cuya potencia realizadora se
den aumentar sus medios, p o d r á n al menos tratar de alcan- mide por su continuidad y su intensidad.
zar un máximo de buenos efectos. Cada hombre dispone E n tanto que se es movido imperativamente por brotes
de un cierto dinamismo p s í q u i c o cuyo potencial se eleva interiores y por solicitaciones de fuera, hay que considerarse
por medio de la ascesis, pero que en su estado original es ya como manejado por un encadenamiento fatal de leyes causa-
una potencia. Veamos como puede ser utilizado. Algunas con- les. Para resistir a este encadenamiento y convertirse en cen-
sideraciones p r e c i s a r á n esta posibilidad. tro de creación voluntaria capaz de determinar juiciosamente
E n un espacio de tiempo determinado, digamos unas se- total o parcialmente las eventualidades que se desean, hay
manas, todos nosotros emitimos una serie discontinua de que aprender a conducir el propio pensamiento.
pensamientos y voliciones, que, p o r las propiedades ocultas N o obstante, como ya sabemos, no sólo a c t ú a éste exte-
expuestas anteriormente, a c t ú a n sobre el astral de donde, riormente a nosotros, a distancia, en aquellos en quienes
por su efecto combinado, se d e r i v a r á n tales o cuales eventua- pensamos (o que tienen algo que ver con nuestro pensamien-
lidades. to) y crea así una atracción entre las mentalidades cuyo
E l m á s fugitivo pensamiento — concreto o abstracto — tono de vibración es idéntico, sino que genera t a m b i é n una
deja una huella duradera y contribuye a modificar los acon- acción sobre las causas segundas, sobre la trama de los acon-
tecimientos venideros. Toda persona, dotada de cierta me- tecimientos. E l escéptico se convencerá observando que todo
moria y de imparcialidad, p o d r á , al hacer recuento de sus se realiza como si fuese un plan exactamente proyectado;
recuerdos, observar un paralelismo entre su situación actual p o d r í a ser explicado, por otra parte, simplemente por los
y el mundo de su actividad mental durante las semanas, los efectos del telepsiquismo humano considerado en sí mismo.
meses y los años precedentes. L o que se insinúa no es que Atraer hacia sí las mentalidades compatibles con los proyec-
siempre haya de encontrar m á s analogía entre sus pasados tos, los trabajos, los deseos y los sentimientos emitidos, ¿ q u é
deseos y su suerte actual. A menos que se esté c o n s t r e ñ i d o es, sino crear las circunstancias o al menos abonar el terreno
por una educación psíquica especial o que se esté especial- en que nuestros conceptos pueden recibir su realización?
mente dotado, cada persona experimenta el caracoleo, el ca- Siendo esto así, la multiplicidad de nuestros estados de
pricho, el i r y venir de sus estados de á n i m o y comunica a lo á n i m o es la única razón de que no realicemos ni obtengamos
invisible una serie de impulsos a n á r q u i c o s que se anulan unos lo que hemos deseado. E n efecto, no basta desear una cosa;
a otros por ser demasiado diversos y muy frecuentemente an- a d e m á s hay que abstenerse de desear o proyectar otra an-
tagónicos. A l no crear, pues, ninguna virtualidad realmente tagonista, y éste es sin embargo nuestro fallo principal. Que-
poderosa no h a b r í a de resultar e x t r a ñ o que los acontecimien- rer a la vez el equilibrio fisiológico, el bienestar constante del
tos que sobrevienen sean diferentes e incluso contrarios a lo estado de salud, e intensas apetencias sensuales; desear al
que hubiese convenido que fuesen. Los impulsivos cuya con- mismo tiempo las luces del conocimiento y las satisfaccio-
ciencia deliberadora e s t á adormecida y deja al inconsciente nes pasionales; buscar s i m u l t á n e a m e n t e la educación esté-
la iniciativa directriz, sufren las circunstancias creadas por tica y una colosal riqueza; pretender la realización de una
aquellos cuyo espíritu e s t á ocupado por una finalidad deter- obra grandiosa y vivir un amor desenfrenado, es emitir dos
minada. corrientes de fuerza que tienden a neutralizarse.
Las ideas que circulan en el es píritu pueden provenir de Obsérvese que independientemente del grado de inteli-
134 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 135

gencia y del mayor o menor brío de las facultades, son los De todo esto se deduce la importancia de dirigir cons-
hombres cuyas ideas se mantienen m á s seguidamente, aque- tantemente el pensamiento de forma que se determine el
llos en quienes se observa un mayor paralelismo entre lo conjunto de las condiciones deseables para l a a r m o n í a de la
que quisieran y lo que tienen. Esta perseverancia de las ideas existencia: estado psíquico satisfactorio, progreso continuo
es m á s frecuente en hombres de carácter — por poco brillan- de las facultades, circunstancias favorables a l a realización
tes que sean — que entre hombres de intelectualidad muy de los medios materiales necesarios para conseguir la vida
cultivada. É s t o s son capaces de conceptos m á s amplios, m á s deseada, establecimiento de relaciones con las personas sus-
sutiles, pero se pierden en m i l detalles, mientras que el pri- ceptibles de adaptarse a nuestras diversas aspiraciones, de
mitivo — si tiene un c a r á c t e r de verdadero relieve — emite favorecer nuestros asuntos, de apreciarnos como conviene,
la mayor parte de sus pensamientos en direcciones conver- de comprendernos, de responder a nuestros sentimientos,
gentes; para decirlo con palabras de un humorista no tiene de armonizar con nuestras tendencias sentimentales, inte-
suficientes ideas de recambio. lectuales y morales; repulsión, o sea, imposibilidad de entrar
Esta es la razón del contraste frecuentemente observado en relación con nosotros y de obtener nuestra confianza, de
entre la mediocridad material y la superioridad moral, de aquellos que, al contrario que los precedentes, nos serían
un lado, y, por otro, entre la llamada complacencia del oro desagradables o nocivos.
en ciertos e s p í r i t u s rudos y groseros, pero pertinaces y re- Resumamos todo esto en una f ó r m u l a : emitir conceptos
calcitrantes. convergentes.
No faltan individuos condicionados de manera que ejer- Emitir conceptos convergentes es comunicar al plano
cen una muy fuerte influencia psíquica sobre el plano virtual mental y al plano astral un haz continuo de determinantes,
y para quienes el estudio de la ciencia oculta — el estudio de de agentes creadores complementarios y cuya analogía sea la
las leyes que manejan inconscientemente — sigue siendo abso- apropiada para engendrar un m á x i m o de efectos en un mí-
lutamente e x t r a ñ o . Se les puede ver realizar, por un esfuerzo nimo de tiempo.
sostenido, lo que desean, a pesar de todos los obstáculos. Emitir conceptos convergentes es t a m b i é n evitar toda ac-
Pero como no suelen prever todo lo que pueden llevar con- ción psíquica que conlleve elementos antagónicos entre sí,
sigo su ideación al cabo de a ñ o s de trabajo para conseguir y suprimir todo despilfarro de fuerza mental.
un resultado, se ven, con amargura, atropellados por cir- Emitir conceptos convergentes es conducir el pensamien-
cunstancias con las que no h a b í a n contado, pero que un poco to de manera que los diversos objetos aislados a los que se
de sagacidad les hubiera revelado como resultado lógico de aplicará concurran en una finalidad c o m ú n .
su acción psíquica. Para ello es necesario que en nosotros el ser de iniciativa
L a m a y o r í a de nosotros se crearía para sí un cierto gra- razonada domine al ser impulsivo. E l p r i m e r paso en este
do de felicidad, sin que de ello se derivase un mal que no sentido consiste en sustituir a la a n a r q u í a fantasista de los
se busca — todo lo contrario — con sólo orientar convenien- pensamientos por un esfuerzo directivo de atenciones. Para
temente su actividad mental. Pero fascinados por todo fulgor guiar a los principiantes entre los muy numerosos escollos
de bien o de mal que b r i l l a en el camino, víctimas de los del desarrollo psíquico, para permitir a las m á s débiles vo-
prejuicios repetidos por la chusma acerca de lo que conviene luntades adquirir el vigor necesario para l a m a e s t r í a del
asegurarse para ser feliz, persuadidos de que es muy difícil automatismo, hemos publicado el volumen titulado El poder
distinguir entre lo que hay que considerar preferible y lo que de la Voluntad. Esta obra supone que el dominio del lector
considera como tal el c o m ú n de los mortales, se mueven y se sobre sí mismo es lo m á s débil posible: incluso considera
desgastan y se consumen en p e r s e c u c i ó n de un ideal com- los casos enfermizos en que la voluntad es casi nula. E n él
puesto de lugares comunes que a veces se alcanzan, pero que se h a l l a r á un ejercicio elemental que facilitará la aplica-
entonces resulta vacío e, incluso, amargo. ción de las e n s e ñ a n z a s de este volumen.
136 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 137

y con los ojos fijos sobre el signo de apoyo. S i n prisas, irá


* * * evocando mentalmente todas las condiciones que le han lle-
vado a querer obtener lo que trata de virtualizar y c o n t i n u a r á
Antes de cerrar este capítulo hemos de hacer frente a una esta operación hasta que se manifieste en él el m á s intenso
interrogante que su lectura h a b r á planteado sin duda alguna: deseo.
¿No es posible entonces echar mano de la ciencia oculta Seguirá dirigiendo su pensamiento, y a fin de sintetizar
ante una necesidad inmediata, extraer de ella algún medio en una r á p i d a ideación las e n s e ñ a n z a s de este libro, t o m a r á
de acción utilizable ahora ya? la fórmula n.° 1 y la leerá varias veces en voz alta percatán-
Sin duda alguna que sí. Consiste en la adaptación sim- dose claramente de su sentido. Luego, puesto en estado de
plificada de la operación mágica integral, accesible sólo a los actividad psíquica, d e b e r á sentarse confortablemente y cons-
fieles de la ascesis cuaternaria. truir su imagen mental, contemplarla atentamente con u n
Aunque nos hayamos esforzado por alejar de ella todo tranquilo esfuerzo de voluntad, y expresar: «Yo determino
elemento específicamente peligroso, advertimos a sus posi- esto; lo llamo hacia m í y requiero a los agentes susceptibles
bles beneficiarios contra el empleo torcido o abusivo que pu- de conseguir lo que deseo, etc., etc.» u otra afirmación apro-
dieran hacer de ella y sobre todo contra sus aplicaciones sin piada. Después de unos veinte minutos, a menos de un desa-
discreción y alocadamente. rrollo excepcional de la facultad de c o n c e n t r a c i ó n y objeti-
Cuando se trate de influir sobre alguien o de magnetizar vación, la atención flaquea, pero si la operación ha sido r i -
una realización, el experimentador p r e p a r a r á : gurosamente ejecutada, el deseo persiste a ú n m á s vibrante.
1.° Sobre una hoja de papel una fórmula compuesta Para utilizarlo en su totalidad se echa mano de la fórmula
según su iniciativa en t é r m i n o s que recuerden claramente n.° 2, se lee varias veces hasta grabar bien sus t é r m i n o s en
a su espíritu que es un centro de emisiones psíquicas; que se la memoria y luego se repite en tono de orden a la vez calma
baña en un invisible océano etéreo, astral y mental en cuyas e imperiosa.
profundidades sus proyecciones volitivas ejercen un influjo E l «signo de apoyo» sirve, fuera de la sesión matinal,
directo; que el invisible agente que lo envuelve tiene como para dos cosas. Primero para canalizar hacia la realización
función principal evolucionar hacia la objetivación de las que se persigue la fuerza de los deseos reprimidos. Se puede
voliciones humanas. copiar de nuevo este signo en una hoja de agenda, y colgarla
2° Sobre una segunda hoja de papel la descripción exac- en la pared de la alcoba, de la oficina, etc. E n el momento en
ta y completa de lo que se desea obtener sin olvidar hacer que uno se siente tentado por un impulso tendiente a la
constar que se desea sin perjuicio de la integridad de su satisfacción de una inutilidad, dirige los ojos al signo de apo-
salud y de sus intereses materiales; en una palabra, sin que yo expresando mentalmente algo como: «Utilizaré la fuerza
su situación sufra p e r t u r b a c i ó n alguna. de este deseo para obtener el logro de lo que persigo por en-
Es muy importante definir muy precisamente el objeto de cima de todo».
sus deseos. E n segundo lugar, cuando en un momento cualquiera una
3.° Sobre una tercera hoja de papel, será necesario luego asociación de ideas traiga a l a conciencia el objeto codiciado,
de haberlo combinado, trazar un signo de apoyo, o sea una se mira de nuevo al signo de apoyo afirmando: «La realiza-
figura que simbolice tan claramente como sea posible lo que ción de esto está a punto de cumplirse; m i voluntad se cum-
se desea. plirá»; o algo análogo.
E n el momento en que esté dispuesto, el experimentador N o hay que decir que es necesario repetir el proceso dia-
cuya intención o cuya p r á c t i c a no d e b e r á ser conocida por riamente hasta obtener l a completa satisfacción. Las perso-
nadie (comunicarlas sería ceder a una impulsión que derro- nas que puedan disponer de su tiempo pueden proceder de
charía una gran cantidad de fuerza-deseo), se p o n d r á de pie otro modo. Después de tomar las precauciones oportunas
138 PAUL C. JAGOT

para no ser molestadas en diez, quince, veinte, o treinta días


y de alejar de sí el mayor n ú m e r o posible de preocupaciones,
dividirán su jornada en tres etapas: S u e ñ o , b ú s q u e d a de im-
presiones sensoriales que ayuden a crear u n estado de intensa
vibración interna, y acción p s í q u i c a .
Cuando el s u e ñ o es tranquilo, profundo y uniforme permi-
te acumular l a fuerza nerviosa hasta u n m á x i m o de reserva.
A l salir de este estado se cuenta con una suma de energía en
estado estático que se puede dinamizar p o r diversos proce-
dimientos. Prevenimos desde ahora a los experimentadores
que a menos que sean capaces, estando sometidos a la mayor
agitación interior, de conservar u n a perfecta calma exterior
y de pensar con absoluta sangre fría, l a dinamización artifi-
cial de la fuerza nerviosa conduce a impulsiones difíciles de
contener. Los exuberantes locuaces, y los expansivos, aunque
e s t é n muy bien dotados desde el punto de vista de l a ener-
gía, son incapaces de hacer l a obra de voluntad porque e s t á n
agitados p o r su propio ser impulsivo. Gastan sus fuerzas y
quedan abatidos y sin posibilidad de esfuerzo voluntario.
E n éstos, e l cuerpo astral domina a l mental. Para servirnos
de l a c o m p a r a c i ó n de Papus (la rienda y el cochero=mental;
el caballo=astral, y el carro=organismo) diremos que el
cochero es continuamente llevado allí donde el caballo quiere
i r y es impotente para conducirlo. t»
E l centro de los deseos, cuerpo astral, se ainamiza por un
esfuerzo voluntario, p o r u n a serie de autosugestiones proce-
dentes del mental (es lo que se ha indicado en e l primer mé-
todo), o bien dejando exaltarse a l a imaginación o por reac-
ción de diversas percepciones sensoriales, o t a m b i é n , por
respiración profunda. He a q u í un r é g i m e n combinado en este
sentido:
1.° Alimentación: seca, medio cárnica, medio vegetal FIGURA 23
como base.' La Fuerza
2° Respiración: profunda y m e t ó d i c a según el manual
Clave 11 del Tarot
Müller o cualquier otro análogo.
3.° Percepciones olfativas: mezcla de á m b a r y almizcle.
4 ° Percepciones auditivas: m ú s i c a alegre: marchas, dan-
zas r í t m i c a s . Música descriptiva e impresionista (Grieg, De-
bussy, etc.)
5.° Percepciones táctiles: mantener la temperatura a vein-
te o veinticinco grados.
140 PAUL C JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 141

origen de las armas parlantes se hallaría la intuición del poder de los signos de
No es necesario decir que la alimentación prescrita (muy apoyo.
tóxica) sólo será temporal, durante el período de experimen- (2) La tinta requerida para dibujar los pentaclos se compone de las sus-
tancias siguientes:
tación. Es prudente t a m b i é n compensarla de un día para otro Agalla de roble: 50
con una dieta hídrica. Sulfato de hierro: 25
Goma arábiga: 30
Después de la primera comida el experimentador s a l d r á Agua: 80.
Las agallas de roble se pondrán en el agua hirviendo; se las deja allí
y se ejercitará en una marcha muy r á p i d a . Inmediatamente durante veinte horas, transcurridas las cuales se añadirán los restantes ingre-
después b u s c a r á las excitaciones sensoriales indicadas, sobre dientes.
todo la música. Luego p r o c e d e r á a la proyección mental or-
dinaria.
E l aislamiento y la inercia mental hasta el momento de
la experiencia propiamente dicha, ayudan considerablemente:
el operador debe condensar sus fuerzas y dinamizarlas por
medio del sueño y del régimen de excitaciones sensoriales.
Pero todo esto será una p é r d i d a de tiempo si no evita, ab-
solutamente, hablar, moverse, y derrochar sus vibraciones
continuamente.
E n el momento en que todo lo que precede le haya pues-
to en estado de elevado potencial, el experimentador evocará
vehementemente todos sus motivos de desear y de querer.
C o n s t r u i r á luego una imagen mental, como ya hemos di-
cho, y la p r o y e c t a r á con toda la intensidad vibrante de l a
que sea capaz. Las prescripciones anteriormente indicadas,
permiten concentrarse e irradiar m á s ampliamente.
a
L a 11. llave de Hermes indica la s u p r e m a c í a del pensa-
miento sobre l a fuerza bruta que parece reinar en la tierra.
E l jeroglifo de esta clave es una joven, cuyo sombrero afec-
ta la misma forma que el bufón del primer arcano, y que
mantiene separadas, sin un esfuerzo muscular aparente, las
m a n d í b u l a s de un león. E l signo del infinito evoca a q u í el in-
conmensurable poder de las energías psíquicas e hiperfísicas
que rigen invisiblemente el mundo elemental. (Fig. 23, pági-
na 138).

NOTAS AL CAPITULO XI

(1) El pentaclo perfecto será el que exprese su objeto de manera tan clara y
precisa que sea imposible modificarlo sin alterar su sentido. Para cada con-
cepto hay una manera, y sólo una, de expresarlo gráficamente y con una adecua-
ción rigurosa. Se explica, pues, que la búsqueda de esta representación ayude
a fijar los conceptos. La heráldica es un arte absolutamente pcntacular y en el
CAPÍTULO XII

RESISTENCIA, OPRESIONES Y PASIVIDADES

Sería necesaria una visión impecable y excepcionalmente


luminosa de las causalidades para estar seguro de haber or-
denado con tanta precisión el proceso de las realizaciones que
se buscan, que se objetiven exactamente s e g ú n nuestros de-
seos. Los experimentadores pues, no d e b e r á n dejarse descon-
certar por las aparentes contradicciones que se manifiesten,
entre las eventualidades sucesivamente observadas en el cur-
so de un p e r í o d o de acción oculta. A menudo, por no decir
siempre, se impone un camino hacia el que uno se halla
a t r a í d o que conduce m á s directamente que aquel que en un
principio se h a b í a elegido, al fin esencial hacia el cual tiende
la voluntad. L a no conformidad de las circunstancias con las
exigencias del verbo puede significar su repulsa a cualquier
dificultad imprevista; puede t a m b i é n querer dar a entender
que, p o r el hecho mismo de las adjuraciones mágicas, una se-
rie causal ha sustituido a la que en u n principio h a b í a m o s
imaginado como el camino m á s corto para llegar a l final. N o
obstante, a la larga, la persistencia se impone, y poco a poco
anula las resistencias, sortea las influencias adversas, elimi-
na los o b s t á c u l o s y pronto deja entrever la meta, cuando a ú n
parecía lejana. Una tal firmeza mantiene en jaque los inten-
tos de reacción por medio de los cuales el antagonismo tien-
de a disgregar toda resuelta iniciativa.
E l dominio exterior, siempre proporcional a la a n a r q u í a
interior, es concedido gradualmente a cada uno en l a medida
en que él haya sabido dominar su psiquismo individual. N o
obstante, el adepto, que ante la alternativa entre soportar su
no-yo, y dominarle, se decide p o r el cetro dispensador de
144 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 145

servidumbres, c o n s i d e r a r á tranquila y l ú c i d a m e n t e las posi- vehementes y autoritarias engendran un verbo que magnetiza
bles contrariedades, y las i n t e r p r e t a r á como un aviso para poderosamente y en el que se puede reconocer el agente de
analizar cualquier posible insuficiencia, y como una invitación brillantes acontecimientos cuya d u r a c i ó n mide l a amplitud
a un esfuerzo mayor. de la inevitable y catastrófica fuerza de retroceso.
Fijarse una orientación, una meta, una ley equivale a con- Este transmuta, en sus fábricas-prisión, l a sangre del
vertirse en centro de atracciones y dispersiones. Fijarse una pobre en reluciente metal, con el que llena sus cofres: el cas-
orientación, una meta y una ley justas es colocarse en el
camino del reino perfecto. A d e m á s de los efectos de lo que
hemos venido llamando fuerza de retroceso consecuente a
toda arbitrariedad o s u b v e r s i ó n , el dominio del poder oculto
se resiente necesariamente de toda pasividad, ya que ésta es
en definitiva u n abandono. E l hombre que observa las leyes
fisiológicas es activo en el plano causal de la salud y de la
enfermedad. E l que lucha inteligentemente por la vida es ac-
tivo en el plano de l a seguridad y la disfruta en la medida de
su rectitud de juicio; y sus disgustos o desgracias expresan
siempre una falta de aquél. E l hombre que transgriede las
leyes éticas deja engendrarse un m a l que él será el primero
en sufrir. E l agnóstico, en fin, aislado de l a esfera de la que
irradia toda luz (1) espiritual deja perpetuarse en su concien-
cia superior la oscuridad: especie de pasividad, la m á s fu-
nesta de todas, ya que e n t r a ñ a los peores desvarios.
E l único recurso posible contra la fatalidad en todas sus
clases, es por tanto, l a actividad en todos sus modos. An-
teriormente ya lo h a b í a m o s mencionado con su verdadero
nombre: iniciativa.
L a inercia o pasividad, tiene grados, pero es fácil hallar
ejemplos de inercia casi total, sin buscar demasiado. Los ca-
balistas l a representan por medio del pentagrama con la
punta hacia abajo, enmarcando u n hombre en posición in- FIGURA 24
vertida o una cabeza de macho c a b r í o (Fig. 24, p á g . siguiente).
Pentagrama representativo de la subversión
L a cabeza se hunde bajo e l peso del cuerpo que la arras-
tra hacia las regiones inferiores. Este es el jeroglífico sim-
bólico de los muchos que se enfangan en la cloaca material. tigo e s t á sobre él. Este otro se juzga hábil porque burla con
Las apetencias de Gouph y l a pasionalidad de Nephesch go- la ayuda de fraudulentos artificios la ley del trabajo: pronto
biernan a Ruach reducido a la servil condición de instrumen- sus facultades se n e g a r á n a colaborar en cualquier sutileza,
to abastecedor. d e g e n e r a r á y tras l a ruina v e n d r á el trabajo duro y a n ó n i m o .
De este modo las facultades y potencia del alma se mal- Tal cirujano opera con precios abusivos, tras un diagnóstico
gastan ú n i c a m e n t e en satisfacer las exigencias del inconscien- tan urgente como falso: ya ha conseguido l a realización en él
te. L a animalidad y la pasionalidad se alzan con el mando y del fantasma terrible de la enfermedad que tan frecuente-
gobiernan d e s p ó t i c a m e n t e por el espasmo o la euforia. S i son mente magnetizaba. A la abortadora que se presta solícita a
lu
146 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 147

perpetrar el cobarde infanticidio, pronto el vampiro asesino neos fueron poco a poco comprobando que m á s allá de los
vendrá a llevarle su propio hijo. Los obscenos escritos de límites asignados por B r a i d y los suyos a las posibilidades de
aquel escritor suscitan el libertinaje y el libertinaje v e n d r á a influjo psicológico, se extendía un amplio campo de caracte-
tentar, a seducir y a perder a su esposa y a su hija... rísticas misteriosas, cuyo horizonte desafía a ú n a l a perspi-
Iniciativa y dominio de sí son dos principios cuya trans- cacia del hombre.
gresión lleva consigo, en sí misma, el castigo. Sin ellos la Nuestros lectores conocen ya la manera en que el pensa-
vida orgánica, mal ordenada o francamente desordenada, con- miento deliberado o e s p o n t á n e o se transmite a t r a v é s del me-
duce al sufrimiento físico, la vida afectiva se resuelve pron- dio hiperfísico ambiente y las repercusiones que tienen lugar
to en llaga, la vida intelectual en impotencia y la vida volitiva sobre los centros individuales de emisión psíquica que somos
en infamante servidumbre. cada uno de nosotros.
Será pues un gran día aquel en que sobrevenga el des- Las tormentas tronaron durante siglos antes de que nos
pertar de esa especie de sonambulismo en que se hallan in- a p e r c i b i é r a m o s de l a inmanencia de este agente del cual el
mersos tales dominios de la naturaleza humana y en el que rayo sólo es una manifestación aislada.
tantos individuos pasan su vida. Obrar como verdadero mago Igualmente las comunicaciones de pensamientos con re-
es gritar a los aletargados ese Sitrgite! (¡Levantaos!) liberador. percusiones i n s t a n t á n e a s , hoy ya fuera de dudas gracias a al-
gunos sagaces investigadores, no han dejado presentir, nada
Además de la sugestión hipnotizadora de las espontaneida- m á s que a un reducido grupo de iniciados, el fenomenismo
des inferiores, sobre la cual acabamos de proyectar la luz ini- incesante de l a telepsiquia.
ciatica, líay otro fenómeno, t a m b i é n relacionado con los pos- Aparte de las «televisiones» y «teleaudiciones» que lo tes-
tulados ocultistas, que ha de encontrar a q u í su lugar. L a cien- timonian la excepcional instantaneidad de r e p e r c u s i ó n , y la
cia moderna ha puesto de manifiesto experimentalmente su influencia mutua de las mentes representa el ú l t i m o mis-
realidad, después de que el suspicaz doctor Braid pidió pres- terio avalado con la firma de los sabios.
tados al ilustre Du Potet los procedimientos por los cuales se Las investigaciones de los psicólogos en el dominio del in-
suspenden m o m e n t á n e a y completamente las facultades cons- consciente, llamado por otros subconsciente o conciencia su-
ciente del cerebro. Los aprendices de esta nueva manifesta- bliminal, aclaran singularmente el problema telepsíquico.
ción de una ciencia secular quisieran reducir a su fase exclu- Y a sabemos que todos los estados de conciencia resultan de
sivamente material el f e n ó m e n o que llamaron hipnotismo. un complejo elaborado en las profundidades insondables de
Un ejemplo entre miles de lo que la conciencia intelectual ese mecanismo intelectual que, sin que lo sepamos (1), fun-
puede verse afectada cuando se escinde de la superconscien- ciona dentro de nosotros mismos.
cia, los Charcot, Dumontpallier, y sus discípulos, empecina- S i n duda alguna nuestro inconsciente recibe y queda i m -
dos por su materialismo en los límites de la hipótesis posi- pregnado del efluvio de innumerables proyecciones psíquicas,
tiva, se apresuraron a integrar en la m á s insignificante de las al igual que impresiona, de manera tanto m á s insidiosa y di-
secciones del psiquismo todos los hechos m á s o menos ma- fícilmente controlable cuanto que es absolutamente oculta,
ravillosos: la lucidez se convertía, para ellos, en alucinación no sólo a aquellos en quienes pensamos, sino t a m b i é n a otros
pura y simple; la transfusión vital de los magnetizadores, se inconscientemente relacionados con nuestros propios pensa-
explicaba por la colaboración — decían — de la imaginación mientos.
del paciente, y las telestesías y telepatías — que no podían ¿ C u á n t o s individuos viven bajo el yugo sugestivo de cual-
obtener ni repetir — las negaron. quier personalidad fuerte, m á s o menos interesada en crear
Y a hemos señalado en nuestro Método científico del Mag- esta esclavitud cerebral y por otra parte, muy frecuente-
netismo, Hipnotismo, Sugestión y Telepsique a (1) c ó m o de un mente alejada de un conocimiento, n i siquiera vago, de la ley
fenómeno a otro, los modernos investigadores contemporá- de influencias psíquicas? Basta ser e s p o n t á n e a m e n t e volun-
148 P A U L C. J A G O T

tarioso, en un grado exaltado, para imponer a otro la reper-


cusión dominadora de los deseos, las pasiones y las ideas.
Dejamos al lector la tarea de medir por sí mismo los lími-
tes de esta posibilidad y de comprobar el peso masivo de las
colectividades sobre el individuo. De ese modo se d a r á cuenta
exacta de lo que es ese poder que se llama opinión y a la
que nadie — según dicen — desafía impunemente. L o cual no
quiere decir que haya que parapetarse tras ella, sino m á s bien
aislarse de ella por densificación psíquica, a no ser que se
pretenda, valiéndose de varios auxiliares individuales, crear
una cadena colectiva de la que se d i s p o n d r á a propio gusto.
Esta cadena de voluntades, esta b a t e r í a hiperfísica, se cons-
tituye a veces e s p o n t á n e a m e n t e para provecho de aquellos
que saben unir s i m p a t í a s separadas o imponerse por su su-
perioridad psíquica. Esta cadena puede t a m b i é n constituirse
entre invisibles ú n i c a m e n t e , pero esto es ya un gran miste-
rio.
La ascesis del capítulo I X que proporciona l a facultad de
abrirse o de cerrarse a las influencias exteriores, da a quien
alcanza el honor de vivir y pensar rigurosamente al abrigo de
cualquier esclavitud oculta — en particular de sus formas hu-
manas — la llave de la prisión en que todos los d e m á s se con-
sumen (2).
a
E l personaje de la 12. clave de Hermes, recuerda al pen-
tagrama invertido del que hemos hablado m á s arriba. E l
hombre colgado que representa esta carta del Tarot. lo está
por un pie. S u cuerpo pende vertical entre el cielo y la tierra,
circunscrito rectangularmente p o r los tres maderos del ins-
trumento de suplicio y la línea de tierra. Sus brazos, atados
a la espalda, sostienen a ú n , apretados contra los lados del
cuerpo, dos bolsas de monedas preciosas, que se le escapan y
caen una tras otra al suelo bajo la fuerza de la gravedad. Po- FIGURA 25
demos ver en esta figura la imagen del hombre sujeto y ate- El Colgado
nazado por una fuerza instintiva, pasional o psíquica que le Clave 12 del Tarot
priva de la disponibilidad de sus medios de acción y le deja
sin el beneficio de sus m á s preciosas facultades.
Tomada en un sentido inversamente análogo, la doceava
carta expresará el sacrificio voluntario, la renuncia de todo
progreso material, cuyos móviles, limpios de todo egoísmo,
pertenecen enteramente al dominio de lo espiritual. Por m á s
que se diga, los tiempos heroicos persisten: siempre h a b r á
150 P A U L C. JAGOT

m á r t i r e s , santos y cimas humanas desprovistos, por así de-


cirlo, de cuanto aparentemente caracteriza todo lo humano.
Y es que el egoísmo, el amor propio, ese fermento nece-
sario y sin el cual la inercia aniquilaría al ser desde el mismo
principio, pero cuyo absolutismo es igualmente destructor, se
eclipsa progresivamente si se le educa según la norma. A su
fase inicial, brutal, a n á r q u i c a (el primitivo) sucede el estadio
en que la fusión de la inteligencia y del animismo tiende a
la ordenación interior (el voluntario) y luego llega el momen- CAPÍTULO XIII
to en que los móviles colectivos se imponen y se extienden,
relegando a los móviles individuales. Esto es en definitiva la EL MISTERIO D E LA M U E R T E
aparición del hiperconsciente, la extensión progresiva de
una afirmación trascendente del yo, la evasión hacia la de-
finitiva serenidad. Veíamos en el capítulo primero c ó m o la hipótesis — or-
todoxa hoy — de un organismo puramente material se ve re-
futada incluso en el dominio de la fisiología. Hemos visto
también que la concepción cabalística de la individualidad
humana ha sido c o m ú n con algunas variantes aunque insigni-
NOTAS AL CAPÍTULO XII ficantes, a todas las teogonias. Su m á s simple expresión, el
temo alma, cuerpo astral, cuerpo físico, concilia las tesis
u n a a a n , c r i o r
en apariencia m á s diversas. Además aclara los puntos m á s
• J , decimos lo que sigue: cEl misterioso subcons-
ciente de los filósofos modernos, estudiado algunos siglos antes que ellos por los oscuros de la psicología moderna.
discípulos del hcrmelismo bajo el nombre de cuerpo astral, es el que guarda la
musa del poeta, la inspiración del compositor, el genio del gran hombre y el U n vehículo denso, individualización temporal de materia
talento las facultades y los instintos de todos... (Las Marques révélatrices du
caractüre et du destín). física; un doble o cuerpo sideral que anima al primero, y u n
(2) En su delirio subversivo, esos pretendidos individualistas que son los principio consciente que dirige el conjunto. Estos son los ele-
anarquistas reivindican el derecho a vivir fuera del juego de las reglamentaciones
sociales, a fin de entrenarse sin frenos a las diversas impulsiones precisamente mentos esenciales.
contenidas por la ley. En ellos el desconocimiento de lo oculto oscurece aún mas ¿ E n q u é para este complejo cuando su principio tangible,
la inteligencia. El verdadero individualismo comienza por la ordenación inte-
rior. ¿Como se puede luchar contra la colectividad organizada y ni siquiera sus- gastado o roto, deja de funcionar bajo el impulso animador
traerse a su influencia, si no se saben disciplinar los medios propios de defensa v
de acción? ' 1
del doble? Unicamente los que han explorado el m á s allá,
bien por percepción o clarividencia, bien por desdoblamiento
o salida en cuerpo astral, poseen a este respecto una certe-
za experimental. A los d e m á s se nos presentan una serie de
hipótesis. Examinemos las del ocultismo.
Podemos resumirlas así: con la muerte física, la entidad
psíquica unida al cuerpo astral se exterioriza del c a d á v e r
orgánico y, dejando allí esta vestimenta que se ha hecho
inútil, prosigue su evolución en las nuevas condiciones.
Hermes proclama que lo desconocido es análogo a lo cono-
cido. Este principio j a m á s ha fallado en sus manifestaciones
comprobables. L o admitimos por tanto en lo que concierne a
los fenómenos que e s t á n fuera del alcance de nuestro control
152 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 153

experimental. Lo que está arriba es como lo que está abajo, por los iniciadores en el arte del desdoblarse, durante el sue-
se nos dice en l a Table de Emeraude. Es ésta la afirma- ño natural, es indispensable en la mayoría de los casos, como
ción de una analogía entre el nacimiento y la muerte. De la condición ineludible de la obtención del f e n ó m e n o ; y enton-
misma manera que el feto deja de desarrollarse para pasar ces no hay nada que temer, ya que si rehusan someterse al
de l a vida impersonal a la vida individual, cuando llega el esfuerzo m e t ó d i c o que se les propone, no o b t e n d r á n ningún
momento, el hombre se desencarna para nacer a la vida as- resultado. Y si llevan a cabo aquel entrenamiento, su condi-
tral. El momento siguiente a la muerte se distingue del ción psíquica se fortalece lo suficiente para inmunizarlos. No
anterior a ésta poco más o menos en la misma medida en obstante, si bien la m a y o r í a de los humanos tienen el alma
que la víspera del nacimiento difiere del día siguiente de él. inestricablemente unida al cuerpo y difícilmente exterioriza-
L a posibilidad en el curso de la vida terrestre de exterio- ble, otros, en cambio, m á s o menos m é d i u m s por naturaleza,
rizarse del cuerpo carnal, f e n ó m e n o llamado desdoblamien- se desdoblan con extraordinaria facilidad. Estos ú l t i m o s ,
to o bilocación, ha podido ser determinado en personas si- siempre impresionables en exceso, deberían tratar de equili-
tuadas previamente en estado letárgico provocado, el m á s pro- brar su salud física y de desarrollar su impasibilidad moral,
fundo de los estados h i p n ó t i c o s . L a ciencia oculta conocía antes que buscar el acceso a l a región astral, acceso que, en
mucho antes que los modernos investigadores, la salida en definitiva, tenemos todos asegurado, incluso los menos en-
cuerpo astral, del que debemos ocuparnos, aunque sólo sea tusiasmados.
brevemente y para prevenir, a los que gustan de emociones, Arrojar un niño a l a selva, entre malezas y animales, en
de los peligros de toda tentativa insuficientemente preparada. un ambiente y en una topografía para él desconocidos, no se-
Los Magos de la a n t i g ü e d a d , d u e ñ o s por medio de la as- ría m á s insensato que aventurarse sin madurez psíquica, y
cesis de sus vehículos físico y astral, y aptos por consiguiente sobre todo sin un guía experto, en ese elemento cósmico, cuyo
para conservar la integridad de su lucidez y de sus incur- c a r á c t e r temible han podido apreciar los lectores en el ca-
siones en lo invisible, se entrenaban m e t ó d i c a m e n t e para la pítulo VIII.
obtención del estado posletárgico, precursor del desdobla- Adoptando la enseñanza de los antiguos templos, el Maes-
miento, y del desdoblamiento propiamente dicho. Los que tro H é c t o r Durville, a quien lo desconocido ha debido ya des-
practican la magia negra, incapaces de gobernarse, en rebe- velar todos sus secretos, recomendaba a los que quieren des-
lión declarada contra toda norma, han querido también dis- doblarse:
frutar de la prerrogativa de la bilocación. Para ello han sus- a) U n entrenamiento análogo a la ascesis del capítulo I X .
tituido el entrenamiento de la voluntad, por la acción de tóxi- b) L a p r á c t i c a diaria del aislamiento. Llamaba así a un
cos, por ingestión o inyección, que proyectan la entidad psí- estado sólo alcanzado í n t e g r a m e n t e a cambio de grandes es-
quica fuera de la prisión orgánica. E n el capítulo X V I I I ve- fuerzos y que engendran por sí mismo la exteriorización.
remos las posibilidades de la que pretenden usar los goecia- E l ejercicio m á s propio para conseguir el aislamiento fue
nos, liberándose de su vehículo físico, posibilidades perver- descrito por H é c t o r Durville en su obra Magnetisme Person-
sas y desde m á s de un punto de vista criminales. nel. Estas son, según nuestro criterio, las fases sucesivas:
E n estos ú l t i m o s años se ha preconizado un m é t o d o in- 1) Se trata antes de nada de imponer al cuerpo físico
termedio, fundado en la tendencia exteriorizante del sueño una pasividad completa. Para ello lo mejor es tumbarse có-
natural. Aparte de l a inconsciencia a que quedan sometidos modamente. L a atención debe recorrer uno a uno todos los
durante sus tentativas, logradas o no, los adeptos de este m ú s c u l o s , a fin de relajarlos, de suspender perfectamente la
m é t o d o , e s t á n expuestos, al igual que los brujos, a choques actividad del conjunto muscular. Se llega así a l a m á s abso-
hiperfísicos, a emociones desorganizadoras, a l asalto de las luta inmovilidad.
entidades vampíricas del plano astral, a la locura y a la muer- 2) L a inercia locomotriz predispone a u n retardamiento
te. Por supuesto, un entrenamiento, recomendado siempre de la actividad intelectual, fácil de advertir y que degenera en
154 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 155

sueño natural profundo en aquellos en quienes las energías en sí. De todas formas estos dos ejemplos no resumen en ab-
psíquicas no e s t á n suficientemente condensadas. Igualmente, soluto las infinitas posibilidades que pueden presentarse.
si no se domina esta c o n d e n s a c i ó n por la ascesis, la experien-
cia se interrumpe por sí misma.
3) E l experimentador, abandonado ahora a su automa- Sin embargo, está también el candidato al desdoblamien-
tismo, observa su agitación cerebral, agitación que debe su- to inevitable de última hora: el moribundo inmerso en el
primir. L a intención, mantenida sin tensión voluntaria de nin- coma liberador de sufrimientos patológicos. S u p o n g á m o s l e
guna especie, dirigida a i r eliminando la elaboración de los suficientemente iniciado en el terreno de lo oculto y, m á s a ú n ,
pensamientos, constituye la clave del aislamiento. Sería in- llegado a un grado suficiente avanzado de conciencia. Sabía
suficiente esta intención, sin p r e p a r a c i ó n , y ni siquiera con que la vida terrestre constituye un estado transitorio, que
unas pocas sesiones, para conseguir la suspensión completa todo cuanto poseemos, desde nuestro organismo, hasta nues-
de los pensamientos. Poco a poco, la calma sustituye a aquella tros bienes constituyen los instrumentos, los medios de evolu
agitación y aun entonces el s u e ñ o vence a los experimentado- ción temporalmente apreciables, de los que debemos usar
res optimistas. Pero d e s p u é s de algunas semanas de tentativa con l a m i r a puesta en las adquisiciones psíquicas, definitivas
diaria, momentos cada día m á s prolongados marcan un pri- y sin aficionarnos especialmente a ellos. U n a intuición muy
mer progreso. Luego esta situación se prolonga y m á s tarde clara, una lucidez particular ha informado de su fin a quienes
subsiste apenas turbada por alguna reacción. A l final este buscaron la verdad tras las ficciones y las realidades tras las
estado llega a hacerse uniforme. E s el aislamiento. E n esta apariencias. Aunque la debilidad humana haya mezclado esta
situación la agudeza sensorial se halla considerablemente ate- idea con una cierta aprehensión, muy comprensible, cara a
nuada. Los ruidos de fuera son indiferentes, así como las lo desconocido, las ú l t i m a s horas son para él horas de pleno
sensaciones visuales, olfativas o táctiles. Se encuentra en una conocimiento, tranquilo y decidido. Teniendo entonces una
disposición análoga a la de la persona de tal manera absorta idea suficientemente clara del fenómeno del cual él mismo va
que no escucha a quien le habla. Y comienza la exterioriza- a ser sujeto y objeto, se ha preparado con la m e d i t a c i ó n . . .
ción. Una vez que su cerebro material ha dejado de funcionar, una
4) Se tiene la i m p r e s i ó n de no estar ya integrado en especie de letargo ha eclipsado su entendimiento y al cabo
los estrechos límites del cuerpo físico. Se siente uno como de algunas horas, de algunos días, la inercia completa de sus
elevado, paralelamente a aquél, algunos c e n t í m e t r o s . Ninguna órganos ha sido debidamente constatada por la Facultad.
aprehensión, sino una serenidad y un bienestar casi de nir- Inmediatamente antes de exhalar el ú l t i m o suspiro, el
vana. alma del moribundo, transportada por su doble se h a b í a ex-
5) Llegado a estos resultados y capaz de aislarse así en teriorizado de él y el gesto vago, e s p a s m ó d i c o , que le vieron
algunos minutos, se s u s t i t u i r á la intención primitiva de esta- hacer los asistentes con su mano derecha (1) al nivel del epi-
sis intelectual por la de exteriorizarse cada vez m á s , y la gastro t r a d u c í a su ú l t i m o esfuerzo para romper el lazo fluidi-
experiencia se p r o s e g u i r á sin descanso, consagrando a ella co por el cual el doble sideral está ligado al cuerpo y al doble
una hora, poco m á s o menos, cada día. Más adelante, la evo- etéreo. Este es el lazo extensible que permite las bilocaciones
lución de las posibilidades bilocatorias t o m a r á el curso ade- muy lejanas.
cuado a las predisposiciones de cada uno. De modo que al- E n su nuevo estado, el desencarnado — a no ser por un
gunos c o m e n z a r á n a percibir el medio astral bajo el aspecto excepcional conocimiento de los planes invisibles — no se
de una luz o de una sombra difusa, en donde las formas, las da cuenta exacta de la situación. S e r á n necesarios, como al
imágenes, las siluetas, se f u n d i r á n poco a poco; otros re- recién nacido que fue, un tiempo de a d a p t a c i ó n , siempre va-
c o r r e r á n sin gran esfuerzo el espacio hiperfísico y los dobles riable, y l a influencia de sus guías: padres, amigos, maes-
de los vivientes le s e r á n perceptibles antes que el plano astral tros, que le hayan precedido al m á s allá, o bien la ayuda de
156 PAUL C. J A G O T

entidades superiores a t r a í d a s por él. No obstante, el neófito,


incluso el teorizador del ocultismo, se halla mucho menos
desplazado que el profano.
L a permanencia post-mortem en el astral reserva para
cada hombre una suerte y unas impresiones diferentes, según
el futuro que él se p r e p a r ó en vida. Los menos evoluciona-
dos, aquellos cuyas necesidades y emociones inferiores cons-
tituyeron para ellos su principal preocupación, sufren un es-
tado de turbación m á s o menos doloroso. Sus deseos, apeten-
cias, preferencias y afectos materiales les agitan a ú n (porque
es el doble el que los manifiesta a manera de automatismo
inconsciente) y les incitan obstinadamente hacia un plano
en lo sucesivo inaccesible, hacia aquello cuya ausencia del
cuerpo físico pone fuera de su alcance a su pesar. Esto cons-
tituye para algunos una verdadera tortura. A ésta se une la
acción vampírica de las larvas engendradas durante la vida
terrestre y cuyas incitaciones se tomaron como propias. E l
alma, m á s equivocada que perversa, consigue poco a poco
distinguir en ella el producto de un error intelectual, pasional
o instintivo y oponerles la repulsa y el esfuerzo inteligente y
volitivo que les aniquila. Es la ú l t i m a confesión cuya peniten-
cia será íntegra. L a ablación de estas larvas, convertidas en
algo propio, en una suerte de falsa personalidad que se con-
sideraba la propia, por una larga intimidad, hiere en propor-
ción a la adhesión que se les concediera en otro tiempo. Esta
cirugía hiperfísica necesita una iniciativa psíquica por cuyo
cultivo y desarrollo el adepto se felicita entonces. Allí como
en todas partes, existen los i n t r é p i d o s y los pusilánimes, pero
el solo esfuerzo eficiente se llama, puede llamarse, fuerza
de alma.
L a asistencia prestada al alma que se enfrenta a sus opo-
nentes por el invisible, por el pensamiento o por la plegaria
de los vivientes le llega bajo la forma de un sostenimiento
de sus energías combativas y no de una ayuda cualquiera,
como tiende a hacer creer el exoterismo religioso. Toda de-
voción que tenga por objeto la asistencia de los difuntos cons-
tituye pues un acto muy meritorio de caridad. Las ceremo-
nias y oficios culturales ayudan considerablemente a situarse
en el estado de conciencia m á s favorable para asistir a los
desaparecidos; m á s a ú n — aunque no todo el mundo es
apto — la m e d i t a c i ó n establece entre la tierra y el m á s allá
158 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 159

una comunicación simpática, de la que los iniciados se han de una sola encarnación seguida, inmediatamente, luego de
servido muchas veces. una fase bastante parecida al despojamiento astral, de una
Para el adepto, cuyo desprendimiento ya depurado en la eternidad de sufrimiento o de beatitud decididos por la justi-
vida se prolonga hasta el astral, cuya ascesis redujo la pa- cia divina para cada uno según sus obras.
sionalidad, cuyo estudio y esfuerzo de asimilación desarro- Muy lejos de nosotros l a menor intención de discutir o
llaron el entendimiento, cuya rectitud le ha hecho merecedor polemizar, convencidos como estamos de que en semejante
de los recursos dispensados por la Providencia, la purifica- materia, cada uno recibe e s p o n t á n e a m e n t e , de manera in-
ción astral es mucho m á s llevadera que en el caso anterior. tuitiva, las luces que su grado de transparencia psíquica deja
Al principio, la acepta como una prueba necesaria; y en se- filtrar. Nos limitaremos a señalar con c u á n t a s reservas el
guida se despoja de buen grado de todo el molesto residuo clero habla de todo lo concerniente al eterno castigo (2). Hay
de sus defectos. que convenir también en que el terror del infierno reacciona
Y éste es, brevemente expuesto, el final de la etapa pur- de tal manera contra la materialidad de los íntimos pensa-
gatorial. E l alma vuelta a su pureza primitiva abandona su mientos que aunque no existiera su invención no ha sido en
ropaje astral — que flotará d e s i n t e g r á n d o s e poco a poco — absoluto inútil. Se infunde m á s fácilmente el miedo al su-
del mismo modo que se h a b í a separado de su vehículo físico. frimiento que la Veneración a la Rectitud, o dicho de otra
Conservará de su paso por l a tierra, una huella predestinaclo- forma, el Amor de Dios.
ra que el ocultismo oriental localiza en un elemento especial, Por otra parte, la Ciencia Oculta enseña que quienquiera
el cuerpo causal, y, luego, una estadía en el seno de la esfera que por adhesión radical a la perversidad renuncie a su su-
propia a su esencia, hasta el momento en que, para completar perior destino para convertirse en la tierra, y luego en lo in-
un nuevo periplo hacia la definitiva perfección, necesitará visible, en un auxiliar del espíritu del mal, se hace reo de una
recibir de la sustancia hiperfísica un nuevo cuerpo astral; gradual aniquilación. Tales son los malos e s p í r i t u s auxiliares
la constitución y consolidación de este ú l t i m o , que deberá de los magos negros. Así, tras la muerte física, los condena-
responder a nuevas exigencias y poseer nuevos medios, serán dos serían conducidos al seno del astral, con sus obras sus-
determinadas por la huella causal en cuestión. citadoras de muerte, de egoísmo, de odio y de instintividad,
Las encarnaciones o vidas, universalmente profesadas pol- hacia el no ser final.
las religiones orientales, lo son t a m b i é n , aunque bajo apa- U n ú l t i m o problema se nos plantea, relacionado con la
riencias diferentes, por todas las tradiciones esotéricas. Se- muerte. Algunos, tras el célebre Alan Kardec, en quien recae
gún ciertas escuelas, nosotros d e b e r í a m o s reencarnarnos va- la responsabilidad de una moderna revelación de la antigua
rias veces sobre la tierra, mientras que otras se cuidan mu- necromancia, creen haberlo resuelto.
cho de especificar los lugares sucesivamente propuestos pol- Comunicar con los muertos; conversar con las personas
la ley de evolución a la individualidad humana, para así po- queridas desaparecidas; aprender de los habitantes del m á s
nerla en presencia de los m ú l t i p l e s aspectos de la realidad. allá, lo que sea esa «comarca e x t r a ñ a de donde el viajero
E l concepto del fin ú l t i m o difiere también según las Es- j a m á s regresa», según dicen, y obtener así una prueba expe-
cuelas. No obstante, podemos sintizarlo con la idea de reinte- rimental innegable de la supervivencia del alma...
gración del alma a la esfera espiritual. Sería la corresponden- Se concibe que estas perspectivas abiertas por el espiri-
cia inversamente análoga, de la e m a n a c i ó n primitiva. tismo o kardecismo, hayan tentando, tienten y sigan tentando
Como vemos la ciencia oculta nos proporciona a p r o p ó s i t o siempre ya a cierta clase de gentes.
del misterio m á s profundo una solución igualmente alejada Ante los hechos presentados por los fieles del kardecismo,
de los dos extremos: el materialismo que elimina el entendi- la disolución no tarda en llegar para quién sabe desprenderse
miento con el complejo o r g á n i c o del que sería una simple de un error. Nos encontramos en presencia de fenómenos
función y el dogma extendido por las religiones de Occidente perfectamente reales — y realmente interesantes en sí mis-
160 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 161

mos — pero en los que la intervención de las entidades del ello, ni la menor revelación seria sobre el m á s allá ni sobre
m á s allá parece ser m á s excepcional que constante. Ahora algún problema científico.
bien, como sabemos, en el invisible, a d e m á s de las almas hu- No obstante todo esto, e s t a r í a m o s dispuestos a conside-
manas, hay otras entidades con posibilidades para utilizar rar la moda del espiritismo como un servicio disfrazado, un
la m o m e n t á n e a e n c a r n a c i ó n que les ofrece el trance del mé- fermento de reacción contra el agnosticismo y el materialis-
dium. mo, un pretexto para el intento experimental: Se creía llegar
E n nuestro Méthode scientifiqtte moderne de Magnétisme a una determinada solución, luego puesta en evidencia, pero
et Hypnotisme, hemos hecho observar que la facilidad de al tiempo que se eliminase lo falso, se p r o y e c t a r í a la luz so-
exteriorización que suele a c o m p a ñ a r a l a mediumnidad ex- bre lo verdadero. Desgraciadamente, si bien la doctrina de
plica los desplazamientos de objetos, desapariciones, golpes, Kardec ha engendrado importantes iniciativas, como la crea-
o canturreos, materializaciones, noticias o escritura directa; ción del Instituto de Metapsicología del doctor Geley, ha
pero hemos observado t a m b i é n que la escritura i n s t a n t á n e a provocado t a m b i é n , entre gentes predispuestas al fanatismo
parecía explicarse por l a actividad del inconsciente; y en una de lo maravilloso, un desequilibrio lastimoso, místico e in-
palabra, que se pueden ver simples metagnomias en las co- telectual a la vez, emocional y fisiológico, a c o m p a ñ a d o de ob-
municaciones con e s p í r i t u s cuyo aspecto o c a r á c t e r tiene un sesiones, ideas fijas y alucinaciones. S u característica de con-
origen distinto al cerebro del propio m é d i u m . junto es un delirio en que se disuelven al mismo tiempo, la
L a tradición ocultista con el voto u n á n i m e de los inicia- moral y la razón.
dos de Oriente y de Occidente (3), consideran la doctrina es- Todo esto viene a ú n a confirmar los supuestos básicos de
piritista como una simple herejía. Nuestros muertos — a la ciencia oculta. No se magnetiza hacia el propio ambiente
quienes la evolución definitiva acapara y aleja de las preocu- a las peores proximidades sin correr el riesgo de una conta-
paciones propias de nuestro mundo — no p o d r í a n utilizar el minación psíquica e incluso de otros riesgos m á s inmediata-
i n t é r p r e t e m e d i a n í m i c o . Sólo las entidades m á s inferiores y mente sensibles. Y son precisamente éstas las proximidades
por ello m á s deseosas de contacto con nuestro plano llegarían evocadas ya que l a norma de las otras no comporta un co-
a encarnarse algunos instantes en el organismo del m é d i u m , mercio habitual con los vivos. Pero pienso que predicamos en
cuya eventual bilocación les facilita el acceso. desierto. Los adeptos de la Ciencia Oculta j a m á s c a e r á n en la
Larvas, elementales, e s p í r i t u s que habitan las regiones necromancia y los espiritistas no nos leerán...
densas del astral, seres humanos muy poco evolucionados, N o obstante permanecer lejos de nosotros, nuestros muer-
prisioneros de la esfera de a t r a c c i ó n terrenal, hacia la que su tos no nos olvidan, sin embargo. Y c u á n t o deben deplorar
materialidad les empuja a ú n , suicidas o accidentados aterro- la impostura de las equívocas presencias que, amparadas
rizados ante la prueba purgatorial y que creen hallar u n re- en el kardecismo, usurpan sus nombres para llegarse hasta
fugio e n c a r n á n d o s e ; ajusticiados llenos de odio, adoradores nosotros.
impenitentes de los instintos y la materia son las únicas en- S i n duda alguna, pero de una manera generalmente insen-
tidades susceptibles de ceder a la llamada de los aficionados sible, oculta, de alma a alma, la madre separada de sus hijos,
a las mesas redondas. por ejemplo, influye en toda la medida de su receptividad
Esto no es sólo una opinión. De hecho, j a m á s el nivel de sobre ellos. S u amor le permite conservar con ellos una rela-
las comunicaciones espiritistas sobrepasa el nivel del m á s ción constante gracias a la cual les inspira y les protege sin
cultivado de los asistentes; son frecuentes las incoherencias, que ellos lo adviertan, al menos de forma inmediata.
los absurdos, incluso las inconveniencias que se revelan; in- De manera que los lazos de la s i m p a t í a o del deber no se
numerables las mixtificaciones, las falsedades, las perversida- rompen en absoluto con l a muerte.
des proferidas o dictadas p o r los «espíritus», que, a d e m á s , Basta abandonarse al culto interior de los que ya no exis-
siempre rehusan todo control de identidad. Y , por sobre todo ten, evocar sus cualidades morales, sus buenas obras, el as-
n
162 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 163

pecto espiritual y elevado de su personalidad para precisar la sido servido entero. Luego se p o n d r á n t a m b i é n unas gotas de
relación de su alma con la nuestra. Toda acción conforme a vino en su vaso. E s t a comida d e b e r á hacerse en silencio, en
su memoria los evoca realmente. E l deseo de mostarnos dó- la habitación de las evocaciones y en presencia del retrato
ciles a sus inspiraciones nos abre a su pensamiento. Basta velado. M á s tarde se r e t i r a r á todo lo que se haya utiliza-
con pedirles así los consejos y las luces que nos hubiesen do, excepto el vaso del difunto y su parte de pan que se deja-
dado si vivieran y su respuesta se reflejará en nuestro espí- r á n ante su retrato.»
ritu. »Por l a tarde, a l a hora de la visita habitual el adepto se
Estas son las indicaciones que volvemos a encontrar en r e t i r a r á en silencio a la habitación y allí e n c e n d e r á u n fuego
el ceremonial m á g i c a m e n t e utilizado para la evocación de claro con madera de ciprés y se le i n c e n s a r á siete veces, pro-
los muertos y cuyo detalle recogemos del maestro Eliphas nunciando el nombre de la persona que se quiere volver a
Levi Zahed, el Iniciador por excelencia: ver; seguidamente a p a g a r á l a l á m p a r a y d e j a r á que el fuego
« E n primer lugar se deben recoger con cuidado todos los se extinga. Ese día no se desvelará el r e t r a t o . »
recuerdos de aquel o de aquella que se desea volver a ver, »Cuando l a llama se haya apagado, se v e r t e r á el incienso
los objetos que u s ó y que conservan su huella, y amueblar sobre los carbones y se invocará a Dios según las f ó r m u l a s de
una habitación que la persona o c u p ó en vida, o bien una pa- la religión a la que p e r t e n e c í a l a persona muerta, y según las
recida en l a que se colocará su retrato, cubierto con u n velo ideas que la misma tenía de Dios.»
blanco y entre las flores preferidas por ella que se r e n o v a r á n »A1 hacer esta plegaria, es necesario identificarse con la
diariamente». persona invocada, hablar como ella h a b l a r í a , creerse de al-
«Hay que observar luego una fecha precisa, bien el día guna forma ser ella misma; luego, tras un cuarto de hora de
de su santo, bien u n día especialmente feliz en nuestro re- silencio, hablarle como si estuviese presente, con afecto y fe,
cuerdo o en el suyo, un día que suponemos, que su alma, por r o g á n d o l e que se muestre a nosotros; repetir esta plegaria
dichosa que sea en l a otra vida, g u a r d a r á en la memoria: este mentalmente c u b r i é n d o s e el rostro con las dos manos, luego
día es precisamente el que hay que elegir para l a evocación, llamar en alta voz tres veces a la persona amada, y esperar
que se p r e p a r a r á durante catorce días.» de rodillas, con los ojos cerrados o tapados, durante algunos
«En este tiempo, hay que procurar no dar a nadie las mis- minutos, h a b l á n d o l e mentalmente; llamarla d e s p u é s tres ve-
mas pruebas de afecto que el difunto o la difunta hubiera ces m á s con voz dulce y afectuosa y abrir lentamente los
recibido de estar con nosotros; observar una castidad rigu- ojos» (4).
rosa, vivir en el retiro y no hacer m á s que una modesta co-
mida y una ligera colación por día. Encerrarse a solas todas
las tardes con una luz débil, como una p e q u e ñ a l á m p a r a
funeraria o un cirio, en l a h a b i t a c i ó n consagrada al recuer-
do de la persona desaparecida; con la luz d e t r á s de sí, NOTAS AL CAPÍTULO XIII
se d e s c u b r i r á el retrato ante el cual se p e r m a n e c e r á una
hora en silencio; luego se p e r f u m a r á l a estancia con un poco
(1) El gesto de atraer hacia sí la ropa del lecho.
de incienso de calidad y se s a l d r á de la habitación, cuidando (2) La treceava clave de Hermes, que muestra al esqueleto segador con el
de no dar la espalda a l r e t r a t o . » instrumento con el que causa la muerte de los cuerpos, temporales receptáculos
de la vida, en la mano izquierda, indica el carácter negativo y subsidiario de la
muerte física. Pero también significa que sólo las formas se abandonan para
«El día fijado para l a evocación, h a b r á que prepararse dejar a nuevas vidas que tomen posesión del plano terrestre de evolución.
desde l a m a ñ a n a como para una fiesta: no dirigir el prime- (3) Sobre todo los teósofos de la escuela Blavatski, Leadheater, Besant, los
Rosa-Cruz y los Martinistas.
ro l a palabra a nadie en todo el día, y hacer sólo una comida (4) Eliphas Levi. Dogma y ritual de la alta Magia.
compuesta de pan, vino, raíces o frutos; el mantel s e r á blan-
co, y se c o r t a r á para el difunto un trozo de pan que h a b r á
CAPÍTULO XIV

METAMORFOSIS Y MEZCLAS

Nuestros comentarios de la rueda simbólica del destino


han dado a entender claramente la incesante m u t a c i ó n de
las cosas de la tierra y la posibilidad abierta a todos de cam-
biar su futuro. De cinco a siete a ñ o s bastan para renovar la
totalidad de las células del cuerpo físico. U n a voluntad acti-
va modifica, por u n proceso análogo, las tendencias, aptitu-
des o facultades, que recibe como auxiliares, los elementos
constitutivos del medio en que se desarrolla, y las polariza-
ciones predestinadoras determinadas por sus anteriores exis-
tencias.
Si un hombre se encuentra, de l a noche a la m a ñ a n a , en
condiciones de existencia nuevas y rodeado de mentalidades
muy diferentes a l a suya, insensiblemente sus características
psicológicas sufrirán l a impregnación de esta nueva esfera.
Pero en semejante caso l a modificación sería meramente pa-
siva, pero no impuesta.
L a imaginación reflexiona sobre las influencias que nos
afectan y tiende a gobernarnos conforme a estas influencias.
Sustituyamos ahora las imágenes así obtenidas por un pro-
yecto deliberadamente concebido en l a c o n t e m p l a c i ó n y el
perfeccionamiento del que no nos dejaremos desviar, y l a
forma de este proyecto circunscribirá pronto una realidad.
De a h í que H e n r i Durville (1) ajusta todo aquello que pu-
diera tener cualificaciones superiores a las suyas y disociar
sus defectos con miras a crearse un modelo ideal y ejercitar-
se gradualmente en vivirlo.
a
La 14. carta de Hermes sintetiza, entre otras enseñanzas,
lo que precede. E l hada de las metamorfosis trasvasa el con-
166 PAUL C. JAGOT

tenido de un recipiente de plata a un recipiente de oro. Pro-


vee a la esencia de una forma m á s perfecta, o sea de un ve-
hículo mejor condicionado.
E l inconsciente, en que se asientan los dinamismos, los
medios de conocimiento o de acción que ya hemos expuesto,
y los automatismos torpes, inoportunos o francamente malé-
ficos que resultan de nuestros errores y de nuestras pasivi-
dades, permanece manejable bajo l a acción solar del ego
esencial a quien sirve o perjudica. A su mandato, siempre que
éste persevere, ñjará lo volátil y volatilizará lo fijo.
N o hay que desconfiar, pues, de que en el futuro llega-
remos a ser, por fin, muy distintos a como somos ahora. Pen-
sar en cuáles p o d r í a n ser los cambios afecta ya a l a rea-
lidad actual. Tener siempre en cuenta esta apreciación ase-
gura la eliminación progresiva de los elementos del hombre
viejo, y su s u s t i t u c i ó n por una sustancia completamente
nueva.
Pero no olvidemos que s i bien cada uno puede mejorar los
elementos en calidad y en a r m o n í a , los valores que hay en él,
su género y especie planetaria, le fueron impuestos por l a
norma de su destino, y que a él no le corresponde cambiarla.
Supongamos, por ejemplo, a un hombre nacido bajo la in-
fluencia de J ú p i t e r y del S o l , y, naturalmente, calificado por
tal influencia: será pintor, sobre todo si, siguiendo l a orien-
tación de su norma, se esfuerza voluntariamente por desa-
rrollar sus potencialidades y virtualidades. Para ello se ins-
p i r a r á en u n maestro, en un modelo ideal, como ya hemos
dicho m á s arriba. Otro individuo, influenciado por Venus y
Mercurio, tiene las cualidades de un compositor de música,
aquel otro, mercuriano-lunar, e s t á dotado para l a literatura,
y el de m á s allá, mercuriano-marciano, lo fue para la medici-
na. Que cada uno adapte a sus condicionamientos los prin- FIGURA 27
cipios de ascesis inspirados por la magia y alcanzará el máxi- La Templanza
mo de sabiduría (2). De ese modo los gustos, las tendencias y
las veleidades se c o n v e r t i r á n en facultades, posibilidades y Clave 14 del Tarot
resoluciones.
De a h í que el estudio de las signaturas planetarias sea una
de las secciones m á s importantes de l a ciencia oculta.
P o r el tema de nacimiento ( h o r ó s c o p o ) , o sea por el plano
del cielo correspondiente al día, a l a hora y al lugar del na-
cimiento, se conocen las intensidades respectivas de cada in-
168 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 169

flujo sideral sobre el recién nacido. Las formas de éste e s t á n ros, funcionarios, gerentes, y en una acepción m á s modesta,
determinadas por la mezcla de las influencias planetarias todos los auxiliares del orden. Se reconocen por su cualidad
que engendran sus c a r a c t e r í s t i c a s psicológicas. Por eso el ros- m á s c o m ú n : la consideración por la autoridad m á s convencio-
tro y las manos — partes sintéticas del ser humano — llevan nal y t a m b i é n por su apego a la seguridad material.
la marca del tipo moral. S i n necesidad de repetir algo que Con l a influencia de Venus nos acercamos al tipo m á s de-
ha sido objeto de estudio en una obra m í a anterior (3), cree- licadamente dotado para sentir y dispensar las a r m o n í a s sen-
mos conveniente indicar a q u í l a norma de cada uno de los soriales. L a decoración, la melodía, el espectáculo y el adorno
tipos elementales. son los atributos venusianos. E s fácil encontrar venusianos en
E l influjo solar condiciona al individuo de manera que todos aquellos sitios donde abunda el diletantismo. Llevan en
se inclina a las grandes síntesis, a la ideación, a innovar, a sí mismos la alegría de vivir. Los m á s evolucionados son f i -
organizar, a crear. Los nacidos bajo este influjo tienen algo l á n t r o p o s y llevan a cabo obras de caridad, pero en el fondo
de reyes o de genios y, de hecho, hay tantos de ellos como ge- de la escala venusiana hallamos cortesanas y buscadores de
nios en la historia del mundo. Para calificarse así, la influen- sensaciones exóticas.
cia solar debe predominar en el tema sin debilidades o diso- Y Saturno. Los que están bajo su influjo tienen su norma
nancias de aspectos. E n los grados medios del salariado se en cuaquier trabajo extractivo y constructivo de largo esfuer-
hallan arquitectos, escultores, tribunos, actores y joyeros. zo. L a ciencia abstracta, la arqueología y la filosofía necesitan
A los lunares corresponde asimilar, reflexionar, imaginar, de saturnianos intelectuales. Las minas, la albañilería, la agri-
y soñar. Suelen ser m é d i u m s en m á s de un caso. Poetas, l i - cultura circunscriben la categoría manual de los saturnianos.
teratos, intelectuales de todas categorías, intuitivos y viden- Son circunspectos hasta la desconfianza, fríos hasta la adus-
tes, manifiestan la influencia lunar. Algunos lunares, menos ted y mesurados hasta la avaricia.
dotados, muestran pura y simplemente una gran personali- Este breve resumen d a r á una idea de l a importancia de
dad. L a L u n a incita a algunos a transmitir el pensamiento, los datos psicológicos de la ciencia oculta que permite cono-
pero siempre ios hace bohemios. Por eso la marina le perte- cer lo que es mejor, orientar su evolución y equilibrar sus
nece. Por regla general el lunar es s o ñ a d o r , disperso y bo- tendencias templándolas con cualquier iniciativa inversa y
hemio. complementaria. E l saturniano debe, por ejemplo, esforzar-
A Marte toca combatir los antagonismos; por las ciencias se en asimilar las a r m o n í a s venusianas, para reaccionar con-
exactas, las virtudes militares, el sentido estratégico — ob- tra los excesos de su naturaleza s o m b r í a y meditativa. (De la
servable en todos los combativos — coquistadores, cirujanos, síntsis m á s bella de estas dos influencias resulta la composi-
exploradores, policías, m e t a l ú r g i c o s se preparan contra una ción musical.) Igualmente los venusianos alcanzan l a sereni-
violenta resistencia. I n t r é p i d o s , valientes, agresivos, los in- dad en contacto con la filosofía y las abstracciones corres-
fluidos por Marte caen frecuentemente en la arbitrariedad y pondientes a Saturno. U n influjo solar y jupiteriano, al igual
en la indisciplina. que los marcianos y lunares, se equilibran mutuamente. Falta
Mercurio — el m á s universal, el m á s agitado — al que Jú-
Los mercurianos tienen la propiedad de relacionar, de
piter o Saturno c o m u n i c a r í a n la estabilidad y la profundidad
progresar, de adaptar, de mover. Comerciantes, ingenieros,
que necesita siempre en cierta medida.
k
editores, libreros, oradores, periodistas, médicos, dibujan-
tes, copistas, agentes de venta, informadores; pertenecen to- E l arte de los complementarismos planetarios se inspira
a
dos a l a esfera de Mercurio. Sutiles, sagaces, ingeniosos, los en la 14. clave de Hermes, evocada al principio de este capí-
mercurianos se preocupan m á s por el fin que por los medios. tulo en un sentido diferente. Bajo el dibujo t a r ó t i c o , esta
Las características jupiterianas se traducen por l a aptitud inscripción: «La Templanza», parece indicar con q u é inten-
para regentar, administrar, organizar y dirigir. Suelen ser ma- ción — el fin de l a metamorfosis — mezcla los dos líquidos
gistrados, ministros, prelados, industriales, pintores, banque- que trasvasa de un recipiente a otro. (Véase página 167).
P A U L C. J A G O T

NOTAS AL CAPÍTULO XIV

Sí 9EBÍ¡&*lI&H«w*.
duelas j ^ f i n t ^ u ^ se observa

8 s e c u n d
flujo marciano (violencia) han p S d o K Í ¿ . ™ " ° dcH .n

Bloy. Júpiícr para M ¡ S ' y ^ n ^ ^ ^ ^ ^


S
» -Saturno^
tendenc.as literarias sino también sus¡ cPestínos¡ * ~ «•stmgue no sólo sus
r í C C S C r C J
Ed.'í'bcíg ' d e T ^ S : ' ' " " ' - - <>" * • * « . W, a. castel.ano por
CAPÍTULO XV

E L DIABLO O ARCANO D E L MAL

Lo esencial del Emanador Abosoluto es Ser. S i se admite


la creación ex nihilo o Emanación, es evidente que lo uni-
versal procede de lo Divino, lo Colectivo de lo Universal y lo
individual de lo Colectivo. Demonium est Deus inversus: el
demonio, se caracteriza, filosóficamente hablando, por el no-
Ser. No obstante el hecho de que esta noción se haya obje-
tivado tradicionalmente en una personificación, hace necesa-
rias ciertas consideraciones que nos a y u d a r á n a concebirla.
Todo fenomenismo comporta una cadena causal fuera de
la cual, el impulso inicial se opone a su propio fin. E n e l do-
minio de lo relativo, se p r o d u c i r á un f e n ó m e n o diferente; en
el de lo absoluto, sólo puede darse lo inverso, lo opuesto.
E l estadio de la Involución-Evolución caracterizado por
la presencia del hombre tal como lo conocemos, se produce,
como ya sabemos, por la transición vitalizadora de la vida
colectiva a existencias individuales, t r a n s i c i ó n cuyo agente y
vehículo se identifican en el plano astral, del que en el capí-
tulo octavo hemos tratado de dar noticia.
Cuando la individuación — normalmente transitoria —
tiende a fijarse, a polarizarse hacia la afirmación material,
en tanto que l a intención creadora la invita a la espirituali-
dad, el m a l aparece. E n este sentido, l a individualidad — el
nahasch de los cabalistas — se revela como el fundamento
del mal, y el astral, su agente, se convierte en su sostenedor
y fomentador, o sea el diablo.
De a h í que el diablo, entendido así, obstaculice (del he-
172 P A U L C. JAGOT

breo shatan) y se oponga (del griego diabolos) al Ser y que


esta negación a la Absoluta Rectitud tienda al no-Ser.
E l dolor en la esfera de lo sensible, la angustia en la efec-
tiva y la desesperanza en la intelectual, son los síntomas del
caos fatal.
Exceso, arbitrariedad, inercia, error y agnosticismo, o,
si se prefiere, sensualismo, egoísmo, pasividad, ignorancia y
orgullo son las cinco ramificaciones del pentagrama negro,
los cinco aspectos satánicos del hombre, las cinco presencias
del demonio.
La tentación adánica englobaba este fatal quinteto al ofre-
cer la ciencia, que proporciona el poder, e igualarse a Dios,
excluyéndolo.
De nuestros elementos constitutivos, sólo uno nos es pro-
pio: ruach, el alma, la personalidad verdadera que busca
fusionarse con el E s p í r i t u , Neschamah. Cuando la depen-
dencia de Gouph y Nefesch reducen ruach al papel de mero
proveedor de la animalidad y de la pasionalidad, ruach se
degrada, a veces hasta el punto de adherirse voluntariamente
a este infamante servilismo, a renunciar a la vida espiritual
para sumergirse en el abismo de la vida instintiva.
Esta renuncia formal es, no obstante, excepcional. L a
muerte y el estado que la sucede, al enfrentar el alma con
la realidad eterna, la despierta de su torpeza y l a menor
chispa de conciencia basta para encaminarla entonces hacia
la expiación. Sólo los que lo saben p o d r í a n decir al precio de
qué torturadora lucha reconquistan su a u t o n o m í a . E n el
capítulo trece, que convendría meditar, e n c o n t r a r á n nuestros
lectores, tras los ejemplos, lo que e n t e n d í a n los místicos
que será el esfuerzo del alma perversa para escapar de las
manos de Satán...
FIGURA 28
Extendemos el sentido de la palabra rectitud y subversión
hasta la acepción en que una comienza después que nos El Diablo
alejamos de la segunda. Supongamos que la segunda reina Clave 15 del Tarot
donde la primera no opera: en eso consiste precisamente el
fenómeno de la posesión demoníaca, de la que, no obstante
ser multiforme, sólo las manifestaciones m á s singulares han
preocupado a los teólogos inquisitoriales, mientras que dia-
ria, familiarmente l a tenemos a nuestro alrededor sin que
podamos distinguirla.
Allí donde el sensorio domina hasta los m á s excesivos
174 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 175

disturbios la disposición de las facultades psíquicas, hasta Por otra parte, el mago, frenético y osado, puede extraer
el punto de que el hombre se confunda con él, hay posesión de su propia sustancia astral larvas con la imagen de sus
instintiva: materialismo. pensamientos. A l ingenuo brujo rural, el Dragón Rojo le
Donde predominan las arbitrariedades pasionales acapa- responde en persona y el famoso sabbat medieval se desarro-
radoras del entendimiento hasta no hacer de él m á s que ver- llaba seguramente en forma hiperfísica, conjuntando los do-
bo de frenesí, existe posesión afectiva: egoísmo. bles, exteriorizados con la ayuda de tóxicos, de los desdi-
Cuando, no obstante las luces del entendimiento, la vo- chados que se consagraban a las obras del mal.
luntad se abandona, subsiste l a posesión de la inercia: fa- E l origen del típico Lucífugo de los rituales goéticos tiene
talismo. sin duda alguna relación con el macho c a b r í o egipcio de
Cuando reina la ignorancia, o bien l a inteligencia ador- a
Mendes, cuya apocalíptica figura muestra l a 15. carta del
mecida es blanco, sin esforzarse hacia l a verdad, de los mo- Tarot, elegida luego como síntesis jeroglífica por los templa-
vimientos reflejos interiores y los pensamientos ajenos, se rios: «La voluntad», dice el Gran Grimorio, «dispone de un
observa la posesión del error: inconsciencia. medio de acción vulgarmente denominado Bafomet». (Véase
Sobre todo, allí donde surge la ilusión de la independen- página 173).
cia entitaria, el egocentrismo soberano, la s u p r e m a c í a de la Sea como sea, lo cierto es que el Diablo tarótico, el ma-
fuerza sobre el derecho, la negación del orden Universal, el cho cabrío de Mendes y Bafonet personifican al impersonal
demonio del orgullo proyecta la sombra del no-ser: agnos- servidor de las voluntades humanas que m á s de una m í s t i c a
ticismo, s, depravada ha tratado de deidificar, a causa de su relativa
f Materialismo, pasionalidad, inercia, sinrazón y agnosticis- omnipotencia.
m o revelan, bajo diierentes aspectos, un solo y ú n í c o T a i r t o / '
impersonal que transgriede subversivamente su norma cós-
mica, en favor del libre arbitrio temporalmente extensivo de
su necesaria y exacta función.
L a concepción del místico diablo maquineo, e s píritu r i -
val y adversario del Todopoderoso, se ha perpetuado hasta
nosotros a través de las religiones nacidas de la gnosis cris-
tiana primitiva. E s una simple blasfemia y si bien el cato-
licismo romano ha contemporizado con l a leyenda, se
ha abstenido prudentemente de hacer de ella un artículo
de fe.
Las propiedades del agente astral, actuando a través de
cualquier mediumnidad, explican suficientemente las posesio-
nes efectivas, sobre las que casuistas y demonólogos han em-
borronado tantas p á g i n a s . E n cuanto a las manifestaciones
aparentemente objetivas de esos malos espíritus, de esos de-
monios perversos que infestan las bajas regiones del astral,
no nos a s o m b r a r í a m o s ; la perversidad de los magos negros
atraen en gran n ú m e r o a las entidades del mal del invisible
y la exaltación de esos fanáticos, ayudada por p r á c t i c a s prole-
murinas, proporcionan los fluidos necesarios al conglomera-
do vehicular de los agentes que evocan.
CAPÍTULO X V I

INFORTUNIOS Y CATÁSTROFES

Dos personajes — uno de ellos coronado — se han cons-


truido como refugio una sólida torre de sillería maciza; en-
cerrada en este robusto refugio, su seguridad parece evi-
dente. Pero de pronto las nubes se condensan y el cielo
se desploma. L a inquietud hace presa de los dos que se han
refugiado y suben a las almenas de la torre: Una deslumbra-
dora luminosidad ciega sus miradas, y un ruido formidable
hace temblar los cimientos, una breve y poderosa embestida
decapita el edificio y lanza al vacío a los infortunados com-
pañeros.
a
Esa es la alegoría de la 16. clave de Hermes, alegoría
que p o d r í a m o s interpretar de otra manera. E n el sentido
humano, hay que ver la reacción catastrófica de todo aisla-
miento, en el seno de la instintividad, de la vida psíquica y
espiritual. Quienes hayan entendido algo, aunque sea so-
meramente, de la sucinta exposición que precede acerca del
arcano del mal, i n t e r p r e t a r á n en el cilindro de piedra de la
carta dieciséis del Tarot esa densificación del yo que Na-
hasch tiende a implantar alrededor del hombre. L a consecu-
ción de esa latente sugestión se a c o m p a ñ a de una engañosa
impresión de euforia y seguridad. L a conciencia se adormece,
la noción de equidad elimina toda evidencia, el sentido
causal restringe su campo de visión a lo m á s inmediato.
(Véase la página 179).
E n realidad, el poseído por Nahasch desintegra su yo
esencial a medida que deja afirmarse en él al tentador im-
personal. Se confunde con su cuerpo. Se convierte en su pro-
12
178 PAUL C. J A G O T

pia vegetatividad. E l no ser le atrae hasta el punto de que


perdidamente busca como el bien m á s codiciado los estados
de vértigo, de embriaguez o de inconsciencia inhibidores de
la iniciativa psíquica.
E n las tinieblas de la torre, el sol de la Verdad no llega
a sus ojos, el aislamiento es tal que las realidades exterio-
res parecen no-ser y que la noción del fenomenismo am-
biente se difumina y desaparece ante la inteligencia ador-
mecida...
Sin embargo, a q u í como en cualquier parte, la ley de los
ritmos, de las oscilaciones, de la acción y de la reacción
juega también. E l antagonismo entre los agentes adversos
es perpetuo. Todo s o n á m b u l o acaba en un choque con los
obstáculos, que a l no percibir, no evita. L a insuficiencia de
la agudeza causalista supone un error y todo error determi-
na un disgusto, una c o n m o c i ó n o una catástrofe.
Si ignoramos una ley física, o no queremos tenerla en
cuenta, lo natural es que se imponga a nosotros en lugar de
actuar según nuestra voluntad.
Para gobernar hay que conformarse al orden preexisten-
te; es el convenio de la Libertad y de la Necesidad.
E l iniciado sabe que lo físico depende de lo hiperfísico,
éste de lo psíquico y lo psíquico de lo espiritual. Sabe que
la voluntad (psíquico) vitalizando el astral (hiperfísico) en
conformidad con las luces del E s p í r i t u gobierna las obje-
tivaciones (físico). Perversidad, arbitrariedad, inconsciencia
o pasividad significan una no conformidad al orden genera-
dor de la fortuna, que implica necesariamente el infortunio,
proporcional a la desviación sufrida.
Individualmente, eJ_orj¿eriamiento neces^río_es_pjerisa-
N
^ rmento-voluntad^entimiento-seri^a^nÓTrriJn pensámi^ntolcons-
FIGURA 29
^ n t e n i ^ n t e ^ d i í i b e r a d o _ inspirando üpa~VoImitad activa y uti-
lizando-y, gobernando la,sensibilidad y la Impulsividad ape- La Torre fulminada
tente. Invertid uno de los t é r m i n o s y habréis cambiado la Clave 16 del Tarot
s u p r e m a c í a en dependencia, l a a r m o n í a en disonancia, lo
normal en accidental y l a paz en confusión y ofuscación.
Indudablemente, se propone u n ideal a tener a la mira,
sin pretender que sea constantemente realizable, al menos
de hecho. ¿Quién puede considerarse í n t e g r a m e n t e iluminado
en moral, rigurosamente justo en pensamiento o en obras,
o inflexiblemente d u e ñ o de su voluntad y perpetuamente v i -
180 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 181

guante? Todos conocemos insuficiencias y proporcionales y las causas de adversidad, es la directriz que lleva a con-
coerciones circunstanciales. Pero es indispensable realizar secuciones infalibles.
un m í n i m u n de rectitud, sobre todo para obrar como verda- [ Una ley de justicia distributiva regula las encarnaciones)
dero mago: Repudiar toda invasión despótica del dominio Aquí no se establece la cuestión del modo de anterioridad,
sensorial o del emocional; negarse a la menor adhesión a terrestre o extraterrestre. L o que conviene enfrentar es el pa-
cualquier clase de a n a r q u í a intelectual o ética. pel de la Absoluta Justicia en la relación del yo con el no-yo
Como cualquier otra manifestación observable, el infor- representado por lo que se denomina los azares del naci-
tunio, la mala suerte, la fatalidad se rigen por un riguroso miento. Algunas escuelas han restringido el sentido de esta
determinismo. Por regla general, nos hallamos ante una pre- relación hasta el punto de que, según ellos, h a b r í a que ver
dominancia alternante de lo fasto y lo nefasto. Para unos son un criminal en el pasado de un asesinado; un mutilador en
satisfacciones modestas y disgustos menores; para otros la el pasado de un inválido, el m á s compasivo filántropo de una
oscilación adquiere mayor amplitud y lleva consigo golpes vida precedente en los muy ricos de hoy; en el hombre que
de suerte apreciables y luego obstáculos muy sensibles; así, llora un abandono h a b r í a que ver un don Juan de a n t a ñ o ;
hay vidas elevadas en línea recta hasta un brillante apogeo en l a mujer traicionada, una antigua infiel; y, en fin, el avaro
seguido de una caída vertiginosa. o el egoístamente malgastador de una fortuna h a b r í a revi-
Sería una locura imaginar que se puede eludir la acción vido en este pobre amado de Cristo...
de este mecanismo. L a norma accesible a un esfuerzo de su- Ante esta teoría evidentemente exagerada, el clan de los
tileza y voluntad es, sin embargo, regularizarlo, reducir lo antirreencarnacionistas dejó su actitud de ignorar todo lo
que es desagradable y ampliar lo dichoso, esto siempre, claro que se refería a la reencarnación para concentrar su esfuer-
está, en una medida que es proporcional al grado individual zo en denigrar una metafísica hecha de rigor m á s que de
de ascesis. caridad, a pesar de lo cual seguimos sin conocer los m é t o d o s
La prudencia, por otra parte, aconseja afrontar sólo los que ellos utilizan para concililar la Absoluta Justicia del
vaivenes de un destino tan aventurado como las resistencias Dios infinitamente Bueno y Misericordioso con la arbitrarie-
personales sean capaces de soportar; dicho de otra manera, dad aparente de los nacimientos muy distintamente provis-
a elaborar, antes de embarcarse, los medios de discernimien- tos de santidad, facultades, relaciones y dinero.
to y las energías combativas en relación con la envergadura E n definitiva, el último t é r m i n o de la Evolución humana
de la empresa. según la doctrina hernética (de la que las religiones son no
L a penetración de los arcanos de lo oculto y la extensión m á s que adaptaciones m á s o menos deformadas) consiste
que permite de las potencias interiores son una considerable en ese estado de total adhesión a la realidad espiritual y de
ayuda. Nos permitimos pensar incluso que la lectura de es- completa renuncia de las ilusiones materiales; y como la
tos elementos de una ciencia que 11.000 volúmenes no han serie de nuestros estadios evolutivos tiende al definitivo des-
agotado (1), no ha de ser por completo inútil, evidentemente, tino, explicado m á s arriba, debemos encontrarnos, al prin-
para nadie. cipio de cada nueva existencia — de la actual, por ejemplo —
Sin embargo, el nauta enrolado en este viaje no d e b e r á en las condiciones concretas, susceptibles de permitirnos"-
ni alegrarse demasiado de los días buenos, n i asombrarse o alcanzar el m á s inmediato, el m á s urgente progreso del que \
turbarse cuando sobreviene la borrasca. E l momento favo- nuestras'anterioridades nos dejaron "a la vez capaces y ne-/
rable representa la coronación de horas de armoniosa inicia- cesitados.
tiva; el vaivén adverso fue provocado por cualquier defecto Probablemente el mendigo de hoy fue un célebre millo-
del entendimiento o de la voluntad. Proseguir la acción du- nario, a quien su opulenta situación le ocultaba la realidad
rante el período de gozo, aunque parezca que se nos pide de las cosas humanas y le alejaba de todo esfuerzo de agu-
relajamiento, y reaccionar sin desmayo contra los efectos deza causal. Hoy es mucho m á s realista con respecto a los
182 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 183

asuntos de a q u í abajo y mediante su situación de obligado al nativo. Por muy rico, robusto, bello y espiritual que haya
ascetismo ha adquirido l a facultad de reducir al m í n i m o la nacido, si le faltan el sentido c o m ú n o buen juicio, la ac-
esclavitud del deseo fisiológico. Reencarnado ahora bajo la tividad y el dominio de sí mismo, el embate de las m i l vo-
égida favorable de Saturno le es fácil abrirse paso hasta racidades al acecho del todopoderoso metal, convertirán la
las ciencias abstractas y hacia l a serenidad de alma sólo al opulencia en desnudez, la exuberancia vital en enfermedades,
alcance de los e s p í r i t u s reflexivos. E n cuanto a la mujer la amabilidad en violencia. De la misma manera el hijo de
abandonada — ¿ q u i é n sabe? — quizá fue u n modelo de ter- padres indigentes, si posee un grado apreciable de superio-
nura, y por ello, de una fidelidad demasiado exclusiva de ridad cerebral y volitiva no t e n d r á que esperar m á s allá de
amor temporal. Enfrentada ahora con el aspecto transitorio treinta años para ver resueltas todas las dificultades de su
de los complementarismos sentimentales, avanza, t a m b i é n existencia.
ella, por la senda del desprendimiento. Y con respecto al Se recomienda la mayor circunspección en lo que toca a
hombre traicionado, ¿ p o r q u é no h a b r í a podido ser a n t a ñ o las ventajas concedidas b e n é v o l a m e n t e por la suerte, sobre
m á s devoto de Anteros que del propio Eros? Insensible todo en los primeros a ñ o s de la existencia. Todo aquello
hasta ahora a las a r m o n í a s del corazón, convenía que las cuyo determinismo no se tiene en sí mismo, puede evapo-
conociera y privarlo luego de ellas, para que naciera en él rarse de la noche a la m a ñ a n a . Los favores temporales, las
la misma c o m p u n c i ó n que sufren los que lloran u n fracaso insinuaciones, los e s t í m u l o s permitidos en nuestro favor an-
basado, quizá, en una ilusión pero, p o r ello, no menos la- tes de que seamos capaces de crear su equivalente por pro-
mentable. Quien no haya padecido tal sufrimiento difícil-
: pia iniciativa, responden a una necesidad evolutiva; esforcc-
mente p o d r í a compartirlo; y toda insensibilidad limita la ex-
\ monos por adquirir una ventajajuiciosa y por oponer nues-
tensión del conocimiento. E l lisiado lo m á s probable es que
1 tVpsljji^iliQs. adecuados a las condiciones e s p o n t á n e a s de^xis-
tampoco haya hecho d a ñ o a nadie, pero quizá en otro tiem-
I tencia que p a r e c í a n exceder a aquéllos. Este es el único modo
po vivió en la convicción de que es justo que el hijo expíe los
excesos o las imprudencias del padre, y él no pueda enor- ( s e g u r ó de perpetuar, y hasta de mejorar incluso, estos úl- I
gullecerse de una ascendencia precisamente saludable. Y en timos.
lo que toca a l asesinado, nada prueba, n o sólo que haya Y a conocemos el poder de a t r a c c i ó n que posee e l deseo
matado, sino n i siquiera que haya incurrido en el m á s leve sostenido y exaltado. De cualquier modo, desear violentamen-
pecado. De lo contrario, la norma de su presente destino no te es forzar la mano del destino y exponerse, en razón de la
le hubiera evitado, con una muerte brutal pero rápida, una ley universal del equilibrio, a pagar muy cara l a o b t e n c i ó n
horrible enfermedad, fértil en torturas físicas y morales, por indebidamente exigida. A pesar de ciertas teorías colecto-
ejemplo, o cualquiera de esas lentas agonías cuyos gritos no ras de sufragios electorales, el hombre no tiene derecho a
pueden acallar n i los m á s estupefacientes n a r c ó t i c o s . nada que no sea una posibilidad de obrar según su norma.
Sin embargo, las colectividades nacionales, e s t á n regidas a ú n
Conviene sacar en consecuencia de esta digresión, para hoy de tal manera que ciertas clases pretenden sustraerse
la vida actual, que los favores de la suerte lejos de ser a todo deber de equidad. Sobreviene entonces la catástrofe en
siempre recompensa de cualquier m é r i t o adquirido, suelen r e p r e s i ó n de lo indebido y de su uso m á s o menos prolonga-
tener como causa cualquier otro determinismo; y que, in- do y se habla de injusta desgracia, cuando se trata de l a
versamente, los seres nacidos bajo los peores auspicios, no m á s clara manifestación de la Justicia.
son necesariamente sujetos de ninguna expiación. L a resul- Otra clase de fuerza_de retroceso proviene del mismo
tante de las iniciativas individuales, posteriores al nacimien- apasionamiento" deTdeseo. N o se ha sabido" o no sé" ha que-
to, no deja huella alguna, según nuestra opinión, en las exte- rido ver que su cumplimiento llevaba consigo epifenómenos
rioridades condicionantes sino que se nota en los medios de r- negativos. ¡Cuántas víctimas se quejan de la suerte cuando
asimilación, de discernimiento y de realizaciones que nutren I d e b e r í a n quejarse m á s bien de sí mismas! )
184 P A U L C. J A G O T

Pero hay cuatro estados, entre los que provocan la reali-


zación de lo nefasto, que hay que destacar porque son l a
suma y el compendio de todos los d e m á s : E l fatalismo pa-
sivo que espera de la casualidad lo que no pueden objetivar
las cualificaciones. Los sentimientos destructores y desorga-
nizadores tales como el odio, las rencillas, la insensibilidad
egoísta, la animosidad, la parcialidad, y en menor grado la
aprehensión, el miedo y la duda generalizada respecto a sí
mismo; en tercer lugar la restricción de las satisfacciones CAPÍTULO XVII
que se buscan a lo vegetativo. P o r ú l t i m o la oscuración es-
piritual: amoralidad, agnosticismo y apercepción del orden TALISMANES E INFLUENCIAS PLANETARIAS
universal.
Hay desgracias que tienen su origen ciertamente en la
voluntad sistematizada o incluso e s p o n t á n e a de los malin- E n l a , d e c i m o s é p t i m a clave de Hermes figura una mujer
tencionados, de los ruines y de los envidiosos. Calcular im- que devuelve a la economía colectiva los fluidos que recibe de
pacientemente el disfrute de una herencia, contribuye a ca- los siete cuerpos siderales situados en torno a un octavo
var inconscientemente una tumba prematura y, como vere- que irradia su luz, representativo de la fuente c o m ú n de
mos en el capítulo dieciocho, las nTaJa¿^inlenciones^pueden los dinamismos cósmicos. De los planetas, pues, i n t é r p r e t e s
accionar sufiderUemejite^las_ potencias para golpear^ dura- de las Potencias animadoras, nos llegan los imponderables
mente a aquellos a quienes van dirigidas tatesintenctone^jerj con los que hay que contar.
sus facufta^re^,inr"salüdr"suT^ N o obstan- E n t r e otras adaptaciones astrológicas veremos una de
teTelló^no qüfére "decir q u é estemos a la merced de los mal- las m á s sugestivas que la magia sabe hacer. Ante todo expon-
hechores hiperfísicos: Nuestra aura o nimbo sideral indivi- gamos la razón de estas figuras y pentaclos a los que va
dual, nuestra a t m ó s f e r a invisible, constj^uye,_una coraza i n : unido un poder oculto.
franqueable^a l a - a c c i ó n _ d e Jas gentes menos evolucionadas Bergson dice en sustancia que para precisar í n t e g r a m e n t e
q ü e ' h o s ó t r o s ; esta c u á d r u p l e o r d e n a c i ó n , de la que ya habla- un pensamiento hay que formularlo. Y a sabemos c ó m o la
mos en el capítulo noveno, rodea al adepto de una verdadera simbología esotérica condensa e m b l e m á t i c a m e n t e toda no-
muralla sólo permeable para las buenas influencias. Más ción. E n magia, las intenciones o voluntad del operador, los
simplemente, IaJwndnrJ y la berj£VJilericia protegen en gran principios, las leyes y los fenómenos conforme a los cuales
medida pero no siempre son suficientes ya que, a menos que estas intenciones pueden realizarse, se resumen en jero-
estemos exentos de toda debilidad, favorecen los estados de glifos denominados pentaclos. Con ellos se completan los
depresiones emocionales, y por consiguiente de desarreglo rituales y su lectura superficial hace pensar que basta con
astral, en el curso de los cuales las m á s fuertes persona-
reproducirlos para desencadenar los efectos que se h a b í a n
lidades pueden ser víctimas de la perversidad. Pero estas
previsto a l trazarlos. E n realidad, la utilidad de las figuras
últimas víctimas por su condición moral, conservan la po-
pentaculares tradicionales es la de abastecer al adepto de
sibilidad de obtener un recurso omnipotente solicitando de-
votamente Ja intervención de la Providencia. las m á s perfectas síntesis gráficas por las que haya podido
i_
esquematizar tal arcano, determinada relación causal o tal
potencia invisible. L a perfección consiste a q u í en un gra-
fismo tan rigurosamente conciso y expresivo que no pueda
sufrir l a menor modificación sin quedar incompleto o sobre-
cargado. E l hexagrama y el pentagrama cumplen esta doble
186 P A U L C. JAGOT

condición: no se p o d r í a sustituir por otras imágenes cuando


se trata de representar las~ nociones que expresan. Pero
precisamente como el pentaclo tiene por finalidad resumir
un concepto — metafísico o volitivo —, expresar, precisar
significar o notificar un pensamiento y una voluntad, éstos
deben hallarse ya en el operador, ya que difícilmente éste
p o d r í a apoyarse en la r e p r e s e n t a c i ó n gráfica sin su corres-
pondiente representación mental. Se sigue de ello que es
necesario comprender los pentaclos antes de utilizarlos, bien
descifrándolos cuando en los rituales se echa mano de ellos,
bien componiéndolos con los elementos m á s convenientes.
Las figuras pentaculares o talismánicas tradicionales
tienen la ventaja de unir al experimentador a la cadena de
todos los maestros, de todos los adeptos que le han prece-
dido. Muchas de estas figuras a c t ú a n sobre el astral y sus
agentes tanto m á s eficazmente cuantas m á s veces hayan ma-
nifestado la influencia oculta de la voluntad humana. Además
su inigualable precisión simbólica sustenta incomparablemen-
te las disposiciones psíquicas del mago.
E l arte talismánico se inspira en estos datos. Su comple-
jidad necesitaría muchos v o l ú m e n e s para conseguir una ex-
posición m á s o menos completa. E n este libro elemental nos
limitaremos a satisfacer a aquellos que deseen tratar de con-
feccionar uno o m á s talismanes astrológicos o sea talisma-
nes abductores de las influencias planetarias. Estos últimos
están basados en l a ley de las correspondencias de la que
ya hemos hablado en diversas ocasiones del pápele de cada
influjo planetario en el fenomenismo cósmico, sobre todo en
lo que se refiere a las cosas terrenales. Fundamentalmente
existen siete talismanes planetarios destinados a obtener al-
g ú n resultado dependiente del dominio propio de cada pla-
neta. No obstante se pueden concebir otros en n ú m e r o inde- FIGURA 30
finido, para toda realización de naturaleza mixta, b a s á n d o s e Las Estrellas
en las reglas generales que se d a r á n y en las de la astrología.
Así pues, cada uno debería establecer, según las resultantes Clave 17 del Tarot
de su propio horóscopo, un t a l i s m á n dirigido a intensificar
las influencias favorables significadas por el tema natal, o
neutralizar las negativas, a equilibrar los excesos y a suplir
las insuficiencias.
Veamos los siete talismanes fundamentales.
E l talismán solar tiene por objeto favorecer toda eleva-
188 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 189

cion espiritual, intelectual y material, el triunfo en la bús- que unifican el Pentagrama, el Septenario y el Hexagrama,
queda del poder, de la popularidad y de la gloria, las obras conjuro a estos objetos con la magnetización de las Fuerzas,
estéticas, el esplendor y el brillo magnético de la persona- de las Influencias y de las Inteligencias de la naturaleza a
lidad, el acceso y el favor de las altas esferas sociales. Regu- que concurran en la objetivación de mis deseos.» Se pro-
lariza la función cardíaca, preserva del incendio y de los ad- cederá entonces a gravar con el buril sobre la primera cara
versarios envidiosos. E l mejor momento para confeccionar del disco de oro un primer círculo paralelo al contorno de
este talismán es un domingo, a la hora del Sol; esto siempre la placa y a seis milímetros de distancia; entre el círculo y el
que se esté situado en el signo del León, exento de afliccio- borde, los nombres de V a u , Rafael, Nasiel, Miguel, Dar-
nes (1) y en buen aspecto (2). Puede elegirse m á s simple- diel y Huratapel; en el interior del gran círculo un penta-
mente un domingo en que la Luna ocupa los diez primeros grama circunscribiendo el símbolo del S o l ; en la otra cara
grados del León, pero entonces hay q u é prestar atención a el nombre de Och y el n ú m e r o 6 encerrado en un hexagrama.
los aspectos que afectan a este ú l t i m o . Una vez gravado el talismán, se encenderá el calenta-
E l material que se requiere es una placa redonda de oro dor y sobre las astillas en c o m b u s t i ó n se i r á n arrojando las
puro, un buril nuevo pintado de amarillo de oro, un calenta- briznas del perfume indicado, una por una. L a plaquita de
dor nuevo de tierra vidriada, y unos gramos de perfume oro se expondrá al humo odorífero, sucesivamente la pri-
compuesto de sándalo rojo, azafrán, madera de áloe, bál- mera y la segunda caras, el saquito y la gema respetando la
samo, semillas de laurel, clavo de especia, mirra, incienso, fórmula empleada para la consagración previa de los obje-
almizcle y á m b a r gris. Para quemar este perfume hay que tos, pero a ñ a d i e n d o los nombres grabados en el talismán (3).
disponer como combustible ramas secas, de uno o varios de Luego de ponerlo en el saquito con la gema (que se puede
los vegetales siguientes: angélica, b á l s a m o , trigo, canela, car- engastar) se llevará colgado al pecho por medio de un cor-
damomo, celidonia mayor, col, crisantemo, ciclamen, gencia- dón de seda amarilla.
na, clavero, heliótropo, laurel, espliego, loto, mejorana, mu- Para acabar la operación hay que quemar absolutamente
rajes, naranjo, cebada, palma, primavera, ranúnculo, centi- o bien enterrar profundamente todos los objetos e ingre-
nodia, romero, salvia o tomillo. E s necesario t a m b i é n una dientes adquiridos para la p r e p a r a c i ó n del t a l i s m á n .
túnica de mangas cerradas en el p u ñ o , confeccionada de lino Las indicaciones rituales que preceden son comunes a los
amarillo de oro y un saquito del mismo tejido. S i se desea, siete talismanes planetarios. No h a r á falta, pues, repetirlos
p o d r á n disponerse, para engarzar en la placa de oro o para en cada caso. Daremos solamente las indicaciones relativas
ponerlos con esta ú l t i m a en el saquito una vez que se haya a las correspondencias de tiempo, metal, color, perfume, ve-
preparado el talismán, algunos de los minerales solares: ám- getales y minerales, así como los nombres usados según se
bar, crisólito, carbunclo, jacinto y topacio. Todos estos ob- trate de l a Luna, Marte, Mercurio, Venus, J ú p i t e r o Saturno.
jetos d e b e r á n ser nuevos, adquiridos especialmente para el E l t a l i s m á n de la Luna favorece la receptividad intelec-
talismán en las horas solares. tual, el sistema nervioso gran simpático, los viajes por tierra
E n el momento oportuno, el operador tras purificar el y por mar, la intuición, la inspiración, la seguridad material,
lugar en el que quiera confeccionar su talismán con una la paz, la conciliación, la dulzura.
abundante fumata de incienso, de m i r r a y de estoraque, se Momento: Lunes a la hora de la Luna, cuando ésta esté
d e s n u d a r á para vestir la ropa ritual y d i s p o n d r á sobre la en el signo de Cáncer sin aflicciones y, si es posible, bien
mesa, cubiertos por una tela amarilla de oro, los ingredientes encarada; o bien, cuando la Luna esté en el Cáncer o en los
enumerados arriba. Los e x p o n d r á uno tras otro al humo del diez primeros grados de Virgo. Evitar por encima de todo las
incienso y de los perfumes, diciendo, no sólo con su boca conjunciones con Saturno.
sino con toda su voluntad: «En nombre de Adonai, E l o i m , Metal: plata.
Agía y T e t r a g r á m m a t o n , por la virtud de las correspondencias Buril: laqueado de blanco.
190 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 191

Perfumes: áloe, semillas de adormidera blanca, estoraque, grama rodeado, a cinco m i l í m e t r o s del borde, por un círculo
b e n j u í y alcanfor pulverizado. y los nombres usados; al reverso un hexagrama en cada una
Vegetales para quemar: berenjena, alcanfor, cohombro, de las puntas del cual se p o n d r á una de las letras del nom-
amapola, calabaza, lechuga, m e l ó n , n e n ú f a r , sandía, verdola- bre de Fhaleg, con el signo de Marte en el centro.
ga, rapónchigo, naba, caña, s á n d a l o blanco, tamarisco y E l t a l i s m á n de Mercurio tiene relación con las obras de
tilo. imaginación, de adaptación, de sutileza. Favorece el estudio
Túnica: de seda blanca bordada de plata. de la palabra. Ingenieros, médicos, comerciantes, mecáni-
Gemas: berilio, diamante, cristal, ópalo y n á c a r . cos y conductores de vehículos dependen de Mercurio. E l
Número: nueve. talismán actúa ú t i l m e n t e sobre el sistema nervioso central
Nombres: H o l d , E l i m , Malchab y Arsisim, H e d , Bernah, y sobre todas las enfermedades funcionales cuya base etio-
Schehakrm, Gabriel, M i c a e l y Samael. lógica sea nerviosa.
Figuras: en la primera cara u n cuarto creciente en un Momento: miércoles a la hora de Mercurio, cuando esté
pentagrama inscrito en u n círculo rodeado de los nombres situado en los Gemelos o Virgo sin aflicciones y si es posible
usados que deben ser trazados a 9 m i l í m e t r o s del borde; en bien encarado; o bien, cuando la Luna ocupe los mismos
la segunda cara, un hexagrama en cuyo centro se p o n d r á la signos en buena disposición con Mercurio. E v i t a r l a con-
letra hebrea tau (1) y el nombre de Phyl. j u n c i ó n de J ú p i t e r .
E l t a l i s m á n de Marte preserva de los accidentes violen- Metal: aleación de plata, estaño y mercurio.
tos por hierro y fuego, de las fiebres, de m o r i r desangrado, Buril: pintado de listas rojas, blancas, amarillas, azules,
inflamaciones, ú l c e r a s . Favorece las obras de combatividad, verdes y negras.
de d o m i n a c i ó n imperativa, las industrias siderúrgicas, l a ci- Perfume: incienso, cinco en rama, polvo de ágata.
rugía, l a r e p r e s i ó n del m a l . Puede emplearse t a m b i é n para Vegetales para quemar: acacia, anís, camomila, endivia,
combatir todas las insuficiencias fisiológicas, astenia, ane- geranio, margarita, mercurial, milhojas, nogal, té, valeriana,
mia, etc. zarzaparrilla, achicoria, col de Milán, saúco.
Momento: Martes a la hora de Marte, situado éste en Túnica: hecha de seis piezas de diferentes colores, como
Aries, sin aflicciones, sobre todo de Saturno, y en buen as- el b u r i l .
pecto con uno o varios cuerpos celestes. L a presencia de la Gemas: sardónice, cornalina, ágata, calcedonia.
L u n a en los diez primeros grados de Aries o de Sagitario es Número: ocho.
igualmente conveniente. Nombres: Asboga, Duis, Doni, Tiriel, Micael, Rafael, M i -
Metal: hierro. chel, Serafiel.
Buril: pintado de rojo. Figuras: el caduceo incluido en el pentagrama y éste en-
Perfumes: brezo, enforbia, cornejo, sal amoniacal, raíz cerrado a su vez en un círculo de ocho m i l í m e t r o s del borde
de eléboro, polvo de hierro m a g n é t i c o , azufre y raíz de de Ta placa y de los nombres usados; en la otra cara, una
genciana. hexagrama en cuyas puntas se e s c r i b i r á n las letras del nom-
Vegetales para quemar: ajenjo, acanto, apio, agárico, ajo, bre Ophiel, con el signo de Mercurio en el centro.
artemisa, alcachofa, yaro, e s p á r r a g o , bardana, albahaca, be- E l t a l i s m á n de J ú p i t e r es ante todo recomendado para la
lladona, brezo, coloquinta, cuerno de buey, cornezuelo, en- elevación social. E l Sol da el oro y la notoriedad, pero J ú p i t e r
frasia, nuez moscada, ortiga, ruibarbo, verónica, viña. influye sobre aquellos que ocupan las situaciones m á s opu-
Túnica: de tela ruda y rojo. lentas y los cargos m á s estables. Se relacionan t a m b i é n con
Gemas: r u b í e s , sanguina, hematita, jaspe, granate. el influjo jupiterino las satisfacciones de familia, las digni-
Número: cinco. dades cívicas, las propiedades inmuebles, l a o b t e n c i ó n de
Figuras: E n la primera cara, una espada con un penta- sentencias j u r í d i c a s justas y la abnegación de los servidores.
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 193

Momento: un jueves a la hora de J ú p i t e r , es decir, cuando melisa, miosota, murto, margarita, pensamiento, vinca, llan-
éste ocupe el signo de Sagitario o de Piscis sin aflicciones y tén, manzano, reseda, rosa, satirión, serpol, tusílago y ver-
si es posible bien encarado; t a m b i é n puede elegirse el mo- bena.
mento en que la Luna ocupe Sagitario, Piscis y Libra, en bue- Gemas: esmeralda, coral, zafiro con reflejos rojos.
na situación con respecto a Saturno y J ú p i t e r . Evitar la con- Túnica: seda verde.
junción de J ú p i t e r y de Mercurio. Número: siete.
Metal: e s t a ñ o . Nombres: Ahed, Anael, Hagiel, Beneserafín, Rachiel, Sa-
Buril: pintado de azul.
Perfume: madera de áloe, estoraque, benjuí. chiel.
Figuras: l a letra hebrea ghimel, encerrada en un penta-
Vegetales para quemar: agrimonio, áloe, amaranto, asna-
grama incluido a su vez en un círculo a siete m i l í m e t r o s del
lio, remolacha, borraja, buglosa, cedro, centaurea, cerezo,
borde; a su alrededor se e s c r i b i r á n los nombres usados en
haya blanca, col roja, membrillero, cólquico, serval, agracejo,
la consagración; al reverso, el hexagrama con las letras de
miguera blanca, fresa, fresno, germandrina, lino, morera,
Hagith en las puntas y el signo de Venus en el centro.
olmo, álamo, peonía, platanero, ciruelo, s é s a m o y violeta.
E l t a l i s m á n de Saturno favorece las obras de alta erudi-
Túnica: de p a ñ o opulento, grueso y azul.
ción y de abstracción. Materialmente está indicado para los
Gemas: zafiro, amatista, turquesa, jaspe, diamantes con productos de las minas, industrias de l a piedra, o para la
reflejos en verde o en azul. agricultura. Protege de los secuestros, de las conspiraciones
Número: cuatro. y de las emboscadas. Combate las enfermedades de la arma-
Nombres: Abba, Zaquiel, Johiel, Asachiel. dura ósea y en general todos los padecimientos crónicos.
Figuras: al anverso, una corona con cuatro florones, en Momento: un s á b a d o a l a hora de Saturno, cuando éste
el centro de un pentagrama circunscrito por un círculo a esté situado en Capricornio o Acuario, sin aflicciones y si
cuatro m i l í m e t r o s del borde. Entre éste y el círculo irán es posible bien encarado con Marte; o bien, cuando l a L u n a
inscritos los nombres utilizados; al reverso, una cabeza de ocupe los signos citados, y en buena situación con respecto
águila en un hexagrama con las letras del nombre de Bethor a Saturno y Marte.
en las puntas, y el signo de J ú p i t e r en el centro. Metal: plomo.
E l talismán de Venus se emplea para todo lo que concier- Buril: pintado de negro.
ne a la seducción, al amor y su consecución por influencia Perfume: semillas de adormidera negra, de beleño negro,
simpática. Favorece la fecundidad y protege la descendencia. raíces de mandragora, polvo de hierro m a g n é t i c o , polvo de
Combate las enfermedades radicadas en el aparato bucal, mirra.
en el sistema vascular y en los ó r g a n o s genitales. Vegetales para el fuego: acómito, agnocasto, asfódelo, cac-
Momento: Viernes a la hora de Venus, cuando éste se tus, cicuta, coca, comino, ciprés, datura, eléboro, euforbia,
halle en el signo de Taurus, o en el de Libra, sin aflicciones higuera negra, helécho macho, liquen, m a n d r á f o r a , musgo,
y si es posible con aspecto favorable de Saturno; t a m b i é n parietaria, pulmonaira, ruda, saponaria, sauce, saxífraga, es-
cuando la Luna ocupe los signos antedichos y bien encarada crofularia, serpentaria, tabaco.
con Saturno. Evitar las conjunciones con Mercurio. Túnica: p a ñ o c o m ú n , rudo y negro.
Metal: cobre. Gemas: obsidiana, ónice, azabache, diamante y coral negro.
Buril: pintado de verde. Número: tres.
Perfume: almizcle, á m b a r gris, rosas rojas. Nombres: H o d , Cassiel, Agiel.
Vegetales para quemar: almendro, bisagra, cañafístula, Figuras: una g u a d a ñ a en u n pentagrama incluido en un
celidonia mayor, limonero, cilantro, berro, espinaca, alhelí, círculo a tres m i l í m e t r o s del borde el cual e s t a r á rodeado
m u é r d a g o , lirio, jacintos, siempreviva, violetas, lis, malva, de los nombres usados; al reverso, u n hexagrama con las
13
194 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 195

seis primeras letras del nombre de Arataon en las puntas y la Aries: De la naturaleza de Marte. Impulsión, energía, ini-
que sobra en el centro con el signo de Saturno. ciativa, actividad.
Taurus: De la naturaleza de Venus. Evolución lenta pero
Para completar las indicaciones que preceden hemos in- poderosa, pasividad, realismo.
cluido una síntesis de astrología que permite confeccionar Géminis: De la naturaleza de Mercurio. Inducción, oscilación,
con a p r o x i m a c i ó n suficiente e interpretarlo en sus princi- impregnación, indeterminación; carácter analítico.
pales acepciones, un h o r ó s c o p o para cada momento y lugar Cáncer: De la naturaleza de la Luna. Expansión, radiación,
dados. L a horoscopia lleva consigo diversos elementos y vitalización; carácter psíquico.
Virgo: De la naturaleza de Mercurio. Equilibrio, mesura,
operaciones. Vemos primero los elementos: norma; carácter voluntarioso.
1. ° E l lugar, l a fecha y l a hora lo m á s exacta posibles. Libra: De la naturaleza de Venus. Armonía, fusión equi-
2.° E l Zodíaco, o sea el plano de la elíptica en el que libradora, afinidades; de carácter sinóptico.
Escorpión: De la naturaleza de Marte. Inflexibilidad, resisten-
circulan los cuerpos celestes. Este plano, dividido en doce cia, continuidad; de carácter voluntarioso.
grupos de constelaciones se representa por un círculo repar- Sagitario: De la naturaleza de Júpiter. Afirmación, pragmatis-
tido en doce sectores. Los s í m b o l o s zodiacales, Aries, Tau- mo, realismo; de carácter metódico.
rus, Géminis, Cáncer, Leo, V i r g o , L i b r a , Escorpión, Sagita- Capricornio: De la naturaleza de Saturno. Restricción, retro-
rio, Capricornio, Acuario y Piscis designan cada uno en un ceso, inercia; de carácter negativo o privativo.
Acuario: De la naturaleza de Saturno. Estasis, condensación,
sector del Zodíaco y l a influencia propia de cada sector. otenciación; de carácter interiorizante,
3. ° Los siete planetas, S o l , Luna, Marte, Mercurio, Jú- S e la naturaleza de Júpiter. Anterioridad, descargo,
disponibilidades; de carácter exteriorizante.
piter, Venus y Saturno, aportan cada uno a la economía
terrestre, y m á s especialmente a cada individualidad, una
serie de potencialidades que repercuten en las predisposicio-
nes y predestinaciones. Las influencias propias a cada uno de los siete planetas
pueden resumirse así:
4.° Las casas celestes, engendradas por la proyección del
Zodíaco sobre el plano del Ecuador. Cada una de ellas lo-
caliza un grupo de resultantes de las influencias planetarias. PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
Las influencias zodiacales se subdividen en principio,
como sigue: Adaptabilidad en todos Hay que basarse en su
los dominios: ingenio ma- posición y sus relaciones
Signos de fuego: (Aries, Leo, Sagitario) terial, sentido psicológico planetarias o zodiacales pa-
» de tierra: (Taurus, V i r g o , Capricornio) y diplomático, aptitud para ra conjeturar los recursos
captar las relaciones y uti- del nativo para proveerse
» de aire: (Géminis, L i b r a , Acuario) lizar los conceptos. Por su en todas las cosas, sus
» de agua: (Cáncer, E s c o r p i ó n , Piscis) MERCU- propia facilidad de adap- oportunidades de éxito en
Rio tación tiende a extender materia de ciencias aplica-
Estos signos corresponden a los cuatro temperamentos: siempre el campo de su ac- das (industria, medicina,
bilioso, sanguíneo, nervioso y linfático: tividad y a dispersar su etcétera.), en comercio, en
T a m b i é n , se distingue entre: atención en todos sentidos. otro sentido, su aptitud
Gobierna el sistema nervio- para servir de altar ego. Es
Signos cardinales: Aries, Cáncer, L i b r a y Capricornio. so con alternancia de agita- necesario un mínimo de
Signos fijos: Taurus, Leo, E s c o r p i ó n , Acuario. ción y represión. impregnación mercuriana
Signos móviles: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Con la Luna, Mercurio para saber sacar partido de
Los primeros significan l a iniciativa y las realizaciones. constituye un importante los valores que se poseen;
factor de Intelección. el exceso contrario condu-
Los segundos significan la estabilidad y l a fijeza. ce a sacar partido... sin va-
Los ú l t i m o s las impotencias y disgregaciones. lor intrínseco.
Sus influencias propias son las siguientes:
196 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 197

PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES

Caracteriza las faculta- Es el responsable de la Significa el desarrollo de Marca el grado posible


des que dan la aptitud pa- fortuna, de los apoyos emi- la actividad y el grado de de elevación, de significa-
ra las gestiones sociales, nentes o mediocres, de las potencia sintética del en- ción personal, el alcance
administrativas o particu- satisfacciones o disgustos tendimiento, las más ele- del destino. Proporciona el
lares. Orden método y con- familiares. La posición so- vadas aptitudes. Acerca al medio en el que habrá de
formidad a las reglas; el
s e n n
cial en el sentido de im- tipo perfecto, al modelo desenvolverse al nativo. In-
JÚPITER d o de la jerarquía y portancia material depen- ideal que sirve de término dica el grado de influen-
jurídico, dependen de Júpi- de de Júpiter. Se le rela- de • comparación. Señala cia espontánea sobre los
ter. Su influjo regulariza la ciona con los bienes In- SOL P o r
n t o la agudeza de hombres, las oportunidades
ta

homogeneidad fisiológica y muebles (los muebles co- los sentidos críticos, del de adquirir renombre, su-
tiende a las plétoras con- rresponden a Mercurio). discernimiento y, por ex- premacía o gloria. Bien si-
gestivas. Anímicamente es- Los astrólogos de la anti- tensión, del sentido de la tuado y en buen aspecto el
te planeta proporciona am- güedad llamaban a Júpiter forma. Condiciona el ardor Sol presagia un gran desti-
plitud de sentimientos, y el gran bienechor. anímico. Rige la combus- no. Defectuosamente, dis-
puntos de vista, y conse- tión fisiológica y sus efec- pensa un cierto brillo per-
cuentemente de ambicio- tos en el hígado, el cora- sonal. Si su situación es
nes posesivas. E l sentido zón y los ojos. Tendencia mala, el resultado es la
de los colores sobre todo, febril. oscuridad. Si es franca-
pertenece al dominio de mente negativa, neutraliza
Júpiter. la tendencia y retira la ap-
titud.

PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
Agudeza sensorial sobre La posición y los aspec- Augura la frecuencia de
la que descansan las armo- tos de Venus diagnostican Determina la capacidad
nías perceptibles, sobre to- el favor o desfavor del tac- absorbente; tanto de apti- la vida interior, doméstica,
do la música. E l sentido to, en lo que respecta al tud fisiológica para apro- personal y el trato con per-
del atractivo sensorial que amor, la descendencia, las vechar los recursos como sonalidades y situaciones
se deriva de ello, califica alegrías, facilidades, atrac- la capacidad de la recepti- susceptibles de influir en
para todo aquello que con- tivos sensoriales de la exis- vidad intelectual. Predispo- el conceptualismo. Indica
tribuye a hacer agradable tencia. Venus es el peque- ne pues a una ideología pa- también movimiento, via-
VENUS la existencia como el es- ño benefactor de la anti- siva y engendra las tenden- jes, cambio de domicilio,
pectáculo, en particular el gua astrología. cias contemplativas, la bús- de ocupación, etc. ...y las
arte lírico. Sitúa al nativo queda de estimulaciones fluctuaciones de toda espe-
en entera dependencia de sensoriales, emocionales e cie. Marca el carácter de
los gustos y tendencias de intelectuales. Señala la ca- las relaciones con el pue-
este dominio si no está pacidad mnemónica. Rige blo y por tanto las opor-
equilibrado por una in- las secreciones y funciones tunidades de popularidad
fluencia moderadora. Rige acuosas, con tendencia a la que no hay que confundir
la vasculación y el sistema dilatación ele los continen- con la gloria. Más común-
esplácnico con tendencia tes orgánicos: estómago, mente se busca en la posi-
al abuso de la sensación. vesícula, y al exceso de lin- ción lunar una indicación
Fuente anímica de la ter- fa y humedad. relativa a la dulzura, a la
nura. paz de la existencia.
198 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 199

U n planeta a c t ú a superlativamente en su exaltación, nor-


PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES malmente en su casa, insuficientemente en su lugar de exilio
y negativamente en su lugar de caída. Para apreciar todo
Determina el dinamismo Atrae obstáculos de to- esto se r e c u r r i r á al cuadro de las dignidades y debilidades
motor, la energía física y das clases: materiales, hu-
volitiva. Dispensa un senti- manos, colectivos, e t c . , que sigue: E n cuanto al curso retrógrado, que es otro género
do muy particular de la adversarios, enemigos. Los de debilidad, la efemérides lo indica por un p e q u e ñ o signo
economía energética, un accidentes, que son en de- parecido a una R mayúscula.
genio del ataque y de la ré- finitiva tropiezos, oportuni-
plica, sentido estratégico dades hostiles, están deter-
en una palabra, que hace a minados por la posición de EXALTA- LUC»RES Ext rail-
CASA C>SA
MARTE las personas nacidas bajo Marte en el tema. Esto ex- PLAÑE:AS DIUIINA NOCTUIlNA CIÓN LUGARES DE EXILIO CAÍDA jerina
su influencia, extraordina- plica que se haya llamado
riamente aptas para la lu- a Marte planeta maléfico.
cha, y la acción contra. Ca- Pero son sus relaciones Saturno Capricornio Acuario Libra Cáncer Leo Aries
lifica la voluntad. Predis- con los restantes cuerpos Júpiter Sagitario Piscis Cáncer Géminis Virgo Capricornio
pone necesariamente a una celestes y el Zodíaco las Marte Aries Escorpión Capricornio Libra Taurus Cáncer
poderosa impulsividad, a la que fijan sus buenos o ma- Loi
Sol Leo Aries Acuario Libra
más excesiva pasionalidad, los efectos. Libra Piscis
ilcmán
Venus Taurus Aries Escorpión Virgo
a la violencia. Preside to-
das las fases fisiológicas Mercurio Virgo Géminis Virgo Piscis Sagitario Piscis
que elaboran la fuerza vi- Luna Cáncer Taurus Capricornio Escorpión
tal, con tendencia a las in-
flamaciones.
L a fusión de las influencias planetarias, la reacción del
influjo de un planeta sobre el de otro se efectúa de diferente
modo según el ángulo de encuentro de los influjos. De ahí la
teoría de los aspectos. E l aspecto de dos cuerpos celestes se
PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
determina según la abertura del ángulo que separa sus res-
Determina la abstrac- Modera y prolonga si es- pectivas posiciones.
ción, la vida interior, el tá bien situado; pero si Se distinguen:
sentido filosófico, el siste- está en posición desfavora- o
matismo en todas sus for- ble, aniquila jugando en- L a Conjunción o posición idéntica, a 7 aprox.
mas. Las matemáticas y la tonces un papel esterilizan- L a Oposición o ángulo de 180° o
a 7 aprox.
técnica musical dependen te y fatal, de donde el nom- E l Trino o ángulo de 120° o
a 5 aprox.
de Saturno. Hace aptos a bre de gran maléfico. En él o
los que condiciona con su se halla la razón de las ma- E l Sextil o ángulo de 60° a 2 aprox.
SATURNO influjo para todo intento yores desgracias de la exis- E l Cuadrado o ángulo de 90° o
a 3 aprox.
extractivo de largo alcan- tencia, del ostracismo, de
ce. Anímicamente su in- las detenciones, así como Se distinguen también otros aspectos secundarios que
fluencia condensa y retiene de las relaciones con los pueden despreciarse en un h o r ó s c o p o de conjunto.
la expansividad, engendra ancianos, los sabios y los L a conjunción de los maléficos Saturno y Marte es esen-
el causalismo, la perspica- religiosos. cialmente nefasta; la de cada uno de ellos con el S o l , la Luna,
cia y la previsión.
Mercurio, J ú p i t e r y Venus, afecta y modifica el influjo de
Fisiológicamente rige las estos ú l t i m o s . L a conjunción de los benéficos J ú p i t e r y Venus
elaboraciones lentas, el te-
jido óseo, con tendencia a es esencialmente afortunada. E n cuanto a las conjunciones
las paralizaciones e hipo- de los cinco restantes hay que considerarlos como combina-
actividades. doras de influjos y juzgarlas, 1.°, según los otros aspectos
200 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 201

recibidos p o r cada uno de los planetas en conjunción; 2 ° , por 440, l a efemérides indica, en principio, las posiciones plane-
su dignidad o debilidad. tarias, que son:
L a oposición y el cuadrado son disonantes.
E l trino y el sextil son a r m ó n i c o s . Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno
Las doce casas h o r o s c ó p i c a s determinan cada una u n 1
25» 50 8" 45' 20-10' 4-47' 22" 50' 12° 41' 23-17*
destino y localizan u n orden de presagios. Sagitario Aries Escorpión Sagitario Retrogrado Acuario Libra
Taurus
E n l a primera se i n t e r p r e t a r á lo que concierne a la pro-
pia personalidad del consultante: constitución, cualidades, S i l a hora era anterior a mediodía hay que hacer retroce-
etcétera. der l a situación de cada planeta el camino que le quedaba
E n l a segunda los presagios en relación con las adquisi- por recorrer entre la hora del tema y el mediodía; inversa-
ciones financieras. mente, para las horas de d e s p u é s de mediodía, se a ñ a d i r á n
E n l a tercera, los familiares, amistades, etc. los grados y minutos indicados p o r la efemérides a l recorri-
E n la cuarta, los padres (padre y madre) y lo que a ellos do efectuado tras el mediodía por cada cuerpo celeste.
ataña. Aproximadamente el S o l avanza cada día 59'; Mercurio
E n l a quinta, lo que toca al amor, la generación, las sa- 1°49'; Venus 1°15'; L a Luna 13°58'; Marte 46'; J ú p i t e r 5'; Sa-
tisfacciones sensoriales, etc. turno 4'. Se trata pues de una simple regla de tres para calcu-
E n l a sexta, las ayudas, servidores, colaboradores; las lar sus recorridos en horas y minutos.
defecciones fisiológicas o enfermedades del cuerpo, conside- L a efemérides indica a d e m á s l a hora sideral para el me-
rado como u n auxiliar m á s . diodía; para el 17 de diciembre de 1893: 17 h . 41' 21". A esta
E n l a s é p t i m a , el matrimonio, las asociaciones, los asun- hora sideral hay que restar o sumar el tiempo que separa el
tos en litigio. momento en que se e s t á preparando el h o r ó s c o p o del medio-
E n la octava, las enfermedades graves y la muerte. día, s e g ú n que este momento sea anterior o posterior al me-
E n la novena, la elevación m o r a l del consultante y sus diodía. E n nuestro ejemplo no hay que modificar nada:
m á s preciadas aptitudes. 17 h . 45' 21". E n l a Tabla de las Casas corresponden a l a hora
sideral, los puntos zodiacales en que comienzan cada una
E n la décima, la suerte y las grandes realizaciones.
de las casas del tema. Así para el caso en cuestión:
E n la onceava, los amigos útiles, las personas adictas, las
buenas oportunidades aprovechadas p o r la buena voluntad de
otros. Casa 10 27° Sagitario
Casa 11 17° 5' Capricornio
E n l a doceava, las enemistades, las desgracias y los con- 12" 27' Acuario
Casa 12
tratiempos. Casa I 23" 52' Aries
o

Las operaciones necesarias para confeccionar u n horósco- Casa II 7 9'


o
Taurus
Casa III 6 Géminis
po e s t á n hoy enormemente simplificadas gracias a documen-
tos que evitan todo cálculo como no sea una adición o una
sustracción. Estos documentos son: Los ápices o cúspides de las casas I V , V , V I , V I I , V I I I y
E l cuadro de las casas astrológicas de Dalton o el de I X e s t á n siempre a 180°, respectivamente de los ápices de las
Raphael. casas X , X I , X I I , I, I I y I I I . S i se tiene en cuenta que en el
L a efemérides del a ñ o de nacimiento. Zodíaco las líneas se oponen a s í :
Contando con s u ayuda se p r o c e d e r á como sigue. Supon-
gamos, por ejemplo, u n nacimiento el 17 de diciembre de 1893 Aries Libra
Taurus Escorpión
en X . . . (Bulgaria), a m e d i o d í a , siendo la latitud de X . . . Géminis Sagitario
202 PAUL C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 203
C á c e r
T " Capricornio o cuando menos los elementos esenciales, suficientes para
h.° Acuario
V l r
6° Piscis una i n t e r p r e t a c i ó n de conjunto. L a c ú s p i d e de la casa I se
llama Ascendente; la de la casa X , Centro del Cielo. Estos
Se halla:
son dos puntos importantes. Hay que tener siempre en
La cúspide de la Casa IV a 27° de Géminis
V a 17°5' de Cáncer
VI a 12° 27' de Leo
VII a 23"52' de Libra 0 * » 23°22 S Fuego. Com 9 Cad. a
#S.DAS<9<*PMC
o
» VIII a 7 9' de Escorpión Estado de
IX a 6 o
de Sagitario CT 2°50 N Fuego. Card I Card. extrañeza
a
AÍ<?
Entonces, obtenemos las figuras siguientes.
dm? <>-O£AAS P£
a
17°17 S Agua. Fijo 8 Suc. Alegría
a

§ • » 19°14 S Fuego. Com, 8 Suc. Exilio o-otf A<C

17°31 N Tierra. Fijo a


2 Suc. *AS<Co-ocfPCT

9 «a 18°48 S Aire. Fijo 12 Cad. E. de ex.


a
AtfOtf < ©

6°49 S a
Aire. Cárd.. 7 Card. Exaltación *©
a
20°41 N Aire. Com. 3 Cad.

• 9 < 0
a
15°33 S Agua. Fijo 8 Suc.

23°19 S • AS

20°43 A c T D © * £

FIGURA 32

Cuadro de los elementos astrológicos


deducidos del Horóscopo precedente

cuenta sus aspectos con los diferentes cuerpos celestes. E n el


tema que precede:
E l Ascendente recibe el trino de Marte, el cuadrado del
Sol y el Sextil de J ú p i t e r .
E l Centro del Cielo está en cuadratura con el ascendente,
FIGURA 31 y Saturno en aspecto sextil con el S o l .
Mapa del Cielo, «Horóscopo» J ú p i t e r sextil con el ascendente, está en posición con
Marte.
204 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 205

Mercurio en trino con la Luna. dades o debilidades, se consigue, incluso en un h o r ó s c o p o de


Marte, opuesto a J ú p i t e r , e s t á en trino con el ascenden- conjunto, u n campo de estudio, extensísimo y de múltiples
te (4). precisiones.
L a i n t e r p r e t a c i ó n , menos dificultosa de lo que parecía en Acabaremos esta introducción a la astrología con dos indi-
un principio, se inspira en las directrices generales siguientes. caciones relativas a los ciclos de influencias.
Para la salud, la vitalidad y la constitución física, hay que La parte m á s sustanciosa de un h o r ó s c o p o es la que indica
examinar la posición y los aspectos mutuos o heterogéneos cuál de las cuatro partes de la existencia ha de ser la m á s
del Sol y de la Luna, así como el punto ascendente y la influida. Así:
Casa I. L a energía e s p o n t á n e a se deduce del estado de Marte.
Las casas X I I , X I y X significan la L* parte de la vida
L a Inteligencia en el sentido de discernimiento innato pro- a

cede del Sol; en el sentido de predisposiciones intelectuales, IX, VIII y IV » 2. »


a

de Mercurio y la Luna. Las facultades especiales son indica- » » VI, V y IV » 3. » » »


a

das por los signos zodiacales y las casas que ocupan Mercurio » » III, II y I » 4. » » »
y la Luna así como los aspectos que reciben. Los gustos y
Por otra parte la Luna gobierna la infancia hasta los cua-
tendencias corresponden a los planetas predominantes, es
tro a ñ o s inclusive; Marte la sustituye de los 5 a los 9 años
decir los m á s fuertemente calificados positiva o negativamen-
inclusive; Venus gobierna de los 10 a los 17; el Sol de los 18 a
te. E n cuanto a las facultades, tendencias y aptitudes, el
los 37; Marte de los 38 a los 52; J ú p i t e r de los 52 a los 64; y
planeta cuyo c a r á c t e r es el mismo que el del signo zodiacal
Saturno de los 64 hasta el fin de la vida.
del ascendente tiene una influencia considerable, a menos
a
que no sea débil. J ú p i t e r y las 10. casa significan la posición
a
o elevación social. Venus y la 5. casa, la vida sentimental y
los atractivos, alegrías y facilidades. E l Sol y Marte represen-
tan al marido o al padre en un h o r ó s c o p o femenino; la Luna
NOTAS AL CAPITULO XVII
Las casas XII, X I y X significan la 1." parte de la vida
a
» IX, VIII y VII »» >» 2. » (1) O sea de cuadraturas, oposiciones y semicuadraturas con los otros
a planetas y de conjunción con Saturno.
» » VI, V y IV » » 3. » » » (2) O sea, en conjunción de trinos y sextiles con todos los demás, excepto
» » III, II y I » » 4. » a
» » Saturno.
(3) Ejemplo: Adonai, Eloim, Algia Tctragrammaton, Vau, Och, Rafael, Nachiel,
Miguel, Dardiel y Huratapcl.
(4) Así se determinan las disonancias y se les puede oponer el correctivo
y Venus, la mujer o la madre en un h o r ó s c o p o masculino. talismánico que convenga. Sabemos que los planetas aflictivos son el Sol, Júpiter y
Marte. Sobre todo Júpiter se baila negativamente significado: retrógrado, pere-
Para el éxito personal se considera el estado del Sol. L a cues- grino y marcado por Marte, es el dueño del ascendente del centro del ciclo (res-
tión financiera depende de J ú p i t e r , en lo que concierne a los cctivamente situados en Sagitario y Piscis, ambos de naturaleza jupiteriana).
recursos extraños a la iniciativa del nativo; de Mercurio para
G na de las mejores soluciones consistiría en oponer, I." un talismán de Júpiter,
el de los 20° y 25° de Piscis, o sea situado a la vez. en conjunción con el
a

los beneficios industriales; de Venus para las ganancias for- ascendente del horóscopo y en su casa, y 2. un talismán de Marte en buen
aspecto con Júpiter. También se podrían reunir estas dos series de condiciones
tuitas o producto de favores individuales. L a seguridad se en el mismo momento.
presagia según la Luna. De Saturno se de duc irá n conclusio-
nes relacionadas con la mala suerte y la hostilidad de las
cosas. De Marte, las enemistades declaradas, y los obstáculos
que exigen la lucha. A d e m á s , según el aspecto de cada casa,
su signo zodiacal, el planeta que reina sobre él por analogía
de carácter, el lugar de este planeta en el tema, sus digni-
CAPÍTULO XVIII

LA MAGIA NEGRA

E l creciente lunar del decimoctavo arcano de Hermes dis-


pensa a la fauna e r r á t i c a de las noches el negativo de aque-
lla luz cuya incidencia directa ciega l a nictalopía animal.
Reflector lunar de la antorcha inicia tica, los misticismos abe-
rrantes o perversos convierten en oscuridad l a esplendente
claridad y del dogma radiante de los Magos, extraen la som-
b r a maldita de las perpetraciones ocultas...
A l iniciado, abierto por l a ascesis al triple conocimiento,
mundo invisible, entrenado a conciencia en el manejo del
Servidor de las Potencias, se opone el oscuro eignozante prac-
ticante de ritos que desprecian el orden.
¿Acaso el servidor de la inconsciencia p o d r í a realizar ver-
daderos prodigios barbotando las incoherencias de su grimo-
rio? ¿ E s que basta
«Invocar a l a enorme bestia»,
«la bestia con cuello de toro»
para disponer de u n poder tan formidable, cuando las sutiles
intelecciones de los sabios encuentran rebeldes a sus pala-
bras los auxilios que han evocado?
¿Cómo es posible que este grotesco hechicero pueda sem-
brar l a d e s t r u c c i ó n a voluntad cuando el moderno practican-
te de la psicología sólo experimenta con grandes dificultades?
Esto requiere una explicación que algunos lectores h a b r á n
entrevisto y a y que se halla í n t e g r a en esta frase del maestro
Eliphas L e v i Zahed:
«Para realizar milagros, hay que situarse fuera de los lími-
tes comunes de la-humanidad; hay que estar o bien a b s t r a í d o
208 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 209

por la sabiduría, o exaltado por la locura; por encima o por nejable p o r el querer humano; cuando é s t e sea positivo, re-
debajo de las pasiones, en el éxtasis o en el frenesí». flexivo y pasional deseo. Por medio de éste agente, todos po-
E l mago negro, incapaz de acceder a la sabiduría y ni demos llegar hasta cualquiera otra individualidad. Veremos
siquiera de vislumbrarla, utiliza sus predisposiciones a la como hasta los reinos vegetal y animal sufren la reacción de
exaltación frenética. E l psicólogo moderno se queda en el cen- los movimientos volitivos que se imprimen al astral.
tro. E l mago y el brujo, realizan los extremos. L a materia — nuestros físicos lo afirman — nunca es
Tanto si es expresión de un pensamiento luminosamente totalmente inerte. E l á t o m o vive, evoluciona. E n la piedra, el
deliberado y proyectado con las altas tensiones de una ener- metal, la espiga una vida particular anima la sustancia. E l
gía m e t ó d i c a m e n t e condensada, como si es el fruto de impul- mineral tiene su doble etéreo, al igual que el hombre. Tiene
siones enceguecidas por un fanatismo paroxísmico, la volun- incluso un rudimento de cuerpo astral. E l vegetal muestra
tad se impone indiferente al impersonal servidor de las po- una vida algo m á s evolucionada. E n cuanto al animal, su
tencias, porque en uno y otro caso se vale de un absoluto: la cuerpo astral, ya muy evolucionado, explica el misterioso ins-
certeza objetiva o la fe ciega. Así el sencillo pastor que cree tinto por el cual percibe con sorprendente seguridad cosas
en el diablo y a la vez en la fuerza de sus padrenuestros, halla que a nosotros nos escapan absolutamente. L a autoridad del
una efectiva respuesta a sus plegarias. domador sobre el león, la animosidad del perro policía hacia
Lo que atrae la a t e n c i ó n inicial del aspirante a brujo, es el malhechor, su proverbial sagacidad (3), el l ú g u b r e aullido
un poderoso interés por todo lo maravilloso, lo que explica, con el que expresa su aflicción, a su manera, ante un cadá-
por otra parte, las percepciones de la mediumnidad espon- ver; el hilo invisible que conduce a la paloma mensajera,
tánea. E n la noche espera ávido el eco de los pasos de sus todo esto y miles de pruebas igualmente sugestivas, sólo se
antecesores. Pacta en la soledad con las tinieblas y ejerce en explican por el cuerpo astral del animal.
silencio su vaga p e r c e p c i ó n autoalucinatoria. Siente que se E l brujo, a l seguir las indicaciones de su ritual, condensa
distancia poco a poco de su alrededor, demasiado dependien- sus energías psíquicas y con ellas acciona el agente en el que
te de lo tangible, porque lo hiperfísico se le muestra cada vez se mueven todos los seres y las cosas vivientes, de forma que
m á s cercano a sus intuiciones. Y para colmo atrae inconscien- perturba m á s o menos poderosamente su vitalismo.
temente hacia sí al iniciador que ha de revelarle sus maravi- Así, puede esterilizar la tierra, debilitar a los animales
llosos poderes y le h a r á beneficiario un día de sus fórmulas y d a ñ a r de m i l modos a las personas.
secretas. Evidentemente no comprende de una manera clara el
O bien cualquier buhonero le v e n d e r á enquiridiones con mecanismo de los fenómenos que produce y su ignorancia
e x t r a ñ a s figuras, el Dragón Rojo, el Honorio y los escritos de por e x t r a ñ o que parezca, constituye su primer medio de ac-
Agaliarept (1). ción. E s preciso, en efecto, que su imaginación engendre las
E n una palabra, se h a r á un maestro en el arte de invocar m á s espantosas quimeras, se exalte en evocar legiones de
a los espíritus, de evocar a los muertos, de doblegar las fuer- diablos terroríficos, espíritus encadenados por su verbo, in-
zas rebeldes y de desafiar a aparecer a Lucifer, el emperador finidad de agentes ocultos, hasta llegar a esa especie de deli-
de los infiernos (2). rio emocional sin el cual este espí r i t u primario no alcanzaría
S i n repetir al detalle el espantoso repertorio goético y so- a pensar con la ilación y d e t e r m i n a c i ó n necesarias.
bre todo sin aventurarnos en peligrosos comentarios, haga- Los e x t r a ñ o s preparativos, minuciosos, difíciles e incluso
mos un inventario sucinto de las posibilidades del maleficio. peligrosos prescritos por el Dragón Rojo y otros tratados goé-
E n primer lugar, los sortilegios. ticos sustituyen, para este hombre incapaz de disciplina men-
Nuestros lectores saben ya lo que ignoran la mayoría de tal razonada, a la emisión de conceptos convergentes, la con-
los habituales del grimorio y de las conjuraciones: la exis- centración voluntaria del pensamiento y su precisión y con-
tencia del plano astral, o sea, de un agente directamente ma- tinuidad.
1-4
210 PAUL C. J A G O T

Creando h á b i l m e n t e en una persona una p e r t u r b a c i ó n emo-


cional, el brujo i n t r o d u c i r á en su subconsciente una idea fija,
una amenaza que, al golpear la imaginación de su víctima,
c r e a r á en él conmociones proporcionales a su debilidad de
carácter.
Absorbiendo tóxicos que d e t e r m i n a r á n en él un desdobla-
miento polarizado por una intención odiosa formal, el brujo,
en cuerpo astral, asediará, a t o r m e n t a r á e incluso h e r i r á a su
enemigo o le visitará bajo l a forma de un e x t r a ñ o ser (4).
Y exteriorizando su motricidad, p o d r á prolongar las visitas
por el tiempo que quiera, y producir así desdoblado, ruidos,
desplazamientos de objetos, etc.
P r o c u r á n d o s e diversas sustancias impregnadas de los flui-
dos de una persona (sangre, cabello, ropa) p o d r á condensar
esta e m a n a c i ó n eteroastral de dicha persona en un bulto
(figura de cera de los embrujados). Luego, tras haberse exal-
tado convenientemente la p i n c h a r á , m u t i l a r á y q u e m a r á , exac-
tamente como si lo hiciera al sujeto que quiere embrujar.
Estos procedimientos a c t ú a n por vía astral y pueden llegar
a ocasionar perturbaciones m á s o menos duraderas.
Cuando la constatación, repetidamente renovada, de la
eficacia de sus operaciones ha dado al brujo una fe ciega en
sí mismo, cuando su r e p u t a c i ó n se ha establecido y se le
teme, le b a s t a r á la m a y o r í a de las veces con una amenaza
inconcreta, una mirada expresiva o algunos gestos para pro-
vocar un terror tal en el alma de cualquier persona que ésta
puede quedar seriamente afectada. Como el miedo engen-
dra por sí mismo efectos ocultos perniciosos, el hechizado
al que le haya sido comunicada por este medio la impulsión
m ó r b i d a , c o n t i n u a r á a t r a y é n d o s e inconscientemente las in-
fluencias susceptibles de alterar su salud, de magnetizar ha-
cia sí los seres maléficos y de engendrar la infortuna m á s FIGURA 33
tenaz. La Luna
Invocando larvas y elementales a los que c o m u n i c a r á una Clave 18 del Tarot
impulsión y propiedades en relación con su odio, el brujo
la p r o y e c t a r á contra su enemigo. Estos entes a c t u a r á n , trans-
portados por su elemento — el astral — para destruir al he-
chizado.
Teniendo en cuenta las correspondencias planetarias, el
brujo, ayudado de los metales, minerales y vegetales aptos
para impregnarse del influjo de cada cuerpo celeste, llega
212 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 213

hasta confeccionar verdaderos talismanes maléficos. E n lugar conclusión del pacto tradicional especie de contrato por el
de valerse de los aspectos a r m ó n i c o s , recurre, como es natu- cual el oficiante aceptaba el fuego eterno a cambio del poder
ral, a las disonancias (5). infernal.
Condensando en determinados focos de desorganización De donde esa especie de iniciación satánica, generalizada,
material una potente a c u m u l a c i ó n astral generadora de larvas al parecer, en la época medieval y cuya introducción consistía
maléficas, el brujo sitúa esta «carga» en las proximidades de en la p e r p e t r a c i ó n de los peores sacrilegios, el ritual en blas-
las cosechas y de las granjas perturbando así el crecimiento femias y crueles fechorías, el oficio en una parodia invertida
y la salud de vegetales y animales. de la misa y la asamblea en reuniones nocturnas (6).
Esas son las obras principales de la magia negra: todo lo E l Dragón Rojo recoge algunas fórmulas de evocación in-
que sea d a ñ a r es el objetivo m á s importante de sus prácticas. fernal cuya observancia debía hacer perder la cabeza a quie-
Hay otras igualmente reprensibles, concebidas para atentar nes no la hubieran perdido de antemano: Aislarse durante
a la norma natural. Por ejemplo los hechizos de anudamiento treinta días; tomar, en el curso de este retiro, una reducida
de agujetas (que consiste en ocasionar la impotencia o la es- alimentación, a c o m p a ñ a d a por bebidas estupefacientes; pre-
terilidad a aquellos que se odia); los hechizos de amor y los parar, luego de haberla cortado antes del alba con un cuchi-
filtros que incitan a la lujuria. Los grimorios están llenos, de llo nuevo consagrado a los malos e s p í r i t u s de Marte y mar-
fórmulas de este género sobre los que no habremos de insis- cado con sus atributos, una barita ahorquillada que debía
tir m á s . estar provista de puntas magnéticas; degollar una víctima
L a medida en la que estamos expuestos a la influencia de — un cabrito —; proveerse de una piedra hematita, de una
estos procedimientos e m p í r i c o s depende de tres diferentes túnica negra hilada por una prostituta o una abortadora, de
condiciones. E n primer lugar el equilibrio de la salud, se- una placa de plomo con los geroglíficos de Saturno grabados
guido del dominio sobre sí mismo y por ú l t i m o el grado de en ella, de dos antorchas hechas de sebo humano, candela-
inteligencia. P o d r í a m o s resumir todo en una fórmula corta bros negros en forma de semicírculo; de vegetales y perfu-
y expresiva: la energía física y moral. mes, elegidos entre los m á s d a ñ i n o s en la flora de Marte y
E l aura — la invisible a t m ó s f e r a etérea, astral y mental — Saturno; componer con ellos una pasta mezclándolos con
de cada uno de nosotros forma una muralla defensiva tanto sangre de animales igualmente saturnianos; recoger cuatro
m á s infranqueable cuanto m á s activas sean sus vibraciones. clavos que hayan servido para clavar a un ajusticiado por
No hay maleficio capaz de alcanzar una voluntad firme y di- asesinato en ese a ñ o , los cuernos y los testículos de un toro,
rigida por una ideación sutil y elevada. la cabeza de un gato con rabia, alimentado en ese estado con
carne humana durante trece horas, el c r á n e o y los fémures
Pero la magia no cuenta sus practicantes sólo entre los
de un parricida menor y en fin, un m u r c i é l a g o muerto por
disminuidos intelectualmente. L a audacia y la inteligencia
i n m e r s i ó n en un balde de sangre fresca.
han sido frecuentemente sometidas y han acabado por ser co-
rrompidas por glosas malditas. Disfrutar de un poder sobre- A esta fase preparatoria sucedía la evocación propiamente
humano, satisfacer los deseos, abatir a los enemigos por alta dicha y ya pueden imaginarse las disposiciones alucinatorias
que sea su posición, saciar sus apetitos m á s desordenados y del oficiante.
sus m á s desorbitadas pasiones, en una palabra, es la vertigi- N o es imposible que semejante tenacidad con la ayuda de
nosa perspectiva que ha hechizado en todos los tiempos sustancias e invocaciones prolemurianas, atraiga una legión
— casi siempre, hay que decirlo, a causa de un ciego fana- de entidades astrales y que una de ellas se objetive, sea larva
tismo religioso — a e s p í r i t u s dotados de una indudable gran- o elemental, con la imagen del horrible demonio convencio-
deza. nal. Y las propiedades de la varita de los descubridores de
É s t o s no p e r d e r í a n el tiempo con despreciables diable- manantiales y yacimientos metálicos, son demasiado cono-
rías; lo que buscaban era el trato directo con S a t á n y la cidas hoy para que se explique cómo, conducido o no por L u -
214 PAUL C. J A G O T

cifer, el evocador armado de su vara ahorquillada, podía a


veces descubrir un tesoro (7).
E n cuanto a las invocaciones seguidas de pacto, el concur-
so de los elementales b a s t a r í a para asegurar en cierta me-
dida el perjuicio a su signatario, porque los espíritus prestan,
j a m á s regalan: la lectura de nuestro capítulo dieciséis lo ha
dejado suficientemente claro. Obtener de ellos algo es ceder-
les un derecho que e j e r c e r á n un día u otro y éste es el sen-
tido del adagio que dice que todos los brujos acaban estran-
gulados por el diablo. CAPÍTULO XIX

LA MEDICINA OCULTA

Cuando no se observan las leyes del equilibrio fisiológico,


NOTAS AL CAPITULO XVIII
bien porque se ignoran, bien porque deliberadamente se des-
precian, este equilibrio, mantenido un cierto tiempo por
(1) El Dragón rojo, el Gran Grimorio, el Grimorio de Honorio II; el Enqtu- a u t o r r e a c c i ó n orgánica, se rompe m á s o menos bruscamente
lidian del Papa León; el Tesoro del Viejo de las Pirámides; asi como los escritos
de Agaliarept, que se decían publicados en Mcnfis. Y tantos otros formularios y su ruptura se manifiesta por perturbaciones funcionales o
supersticiosos que circulan en abundancia por los pueblos.
(2) El Dragón Rojo revela la constitución gubernamental del Infierno. Lucifer, lesiones que se designan con el nombre genérico de enferme-
Sarganatas, Agaliarept, Flcuretty, Nebiros, Satannchia, y Belcebú asumen en él dades. Uno o varios de los elementos constitutivos de gouph,
las mas elevadas funciones.
_ (3) «Se le ha visto, en medio de una multitud asombrada, reconocer, se el cuerpo físico, dejan de cumplir í n t e g r a m e n t e su función, y
nalar y denunciar al asesino de su dueño.»
(4) La leyenda le presenta recorriendo ios caminos, los bosques y los cam-
como todo en el complejo humano es solidario, l a vitalidad
pos en forma de un animal apocalíptico: el hombre-lobo. del conjunto disminuye paulatinamente cuando un solo ór-
(5) Las operaciones de magia negra se realizan en luna menguante: suges-
tiva analogía con la figura de la decimoctava carta del tarot en la que los gano se halla afectado. De ello se sigue que los males del
cuernos de la Luna se vuelven hacia la izquierda. cuerpo repercuten inevitablemente en el alma debilitando o
(6) El legendario sabbat. Se llegaba a esto por el efecto de las drogas
alucinantes, que facilitan la exteriorización del doble mientras el cuerpo quedaba desorganizando su instrumento carnal de manifestación. Toda
inmerso en un profundo sopor.
(7) El Dragón Rojo prescribe la invocación cuando se trata de encontrar un medicación que cuida el cuerpo pero olvida el alma es insu-
tesoro; Lucífugo entonces debe conducir al asistente al lugar donde el tesoro se ficiente pues si bien el mal viene de abajo y afecta el alma
halla enterrado.
por re pe rc us ión no tiene un lugar determinado donde se le
pueda atacar. Por otra parte, la causa inicial de todos los
estados patológicos es frecuentemente inseparable de vicios
cuyo cese hace necesaria l a a p o r t a c i ó n de luz sin la cual l a
generatriz inicial de la enfermedad se p e r p e t u a r í a , por acer-
tada que sea la lucha contra los s í n t o m a s .
De hecho, la salud, o la recuperación de la salud supone
una normalización m í n i m a de los cuatro centros individuales:
— L a norma espiritual, inversa del estado de subversión
moral.
— L a norma intelectual, fuera de la cual el error o la ig-
norancia fomentan el desorden.
216 P A U L C. J A G O T

— L a norma volitiva, indispensable para gobernarse según


las dos primeras.
— Y la norma vital, que resulta del suficiente vigor de ne-
fesch, el doble sideral, y de l a integridad constitutiva de
gouph, así como de la conformidad del modus vivendi a las
exigencias biológicas. Las dos primeras faltan congénita y
hereditariamente a algunos debido a anterioridades determi-
nantes de una in carn ació n defectuosa. E l efecto de semejante
anterioridad no p o d r í a anularse sin una modificación evolu-
tiva, o sea, sin una r e e d u c a c i ó n espiritual, intelectual y vo-
litiva.
Estas son las bases de la medicina oculta en síntesis que,
cuida de la moralidad (neschamah), el discernimiento (ruach),
la vitalidad (nefesch) y los engranajes de su vehículo tangi-
ble (gouph).
L a decimonona clave de Hermes nos muestra dos jóvenes
que, cogidos de las manos, se exponen en una terraza a la vi-
talizadora y luminosa i r r a d i a c i ó n de un sol inmenso. Benigni-
dad del corazón, claridad de entendimiento, acción de la vida
universal y retorno al puro ambiente natural se prescriben
jeroglíficamente y componen el gran magisterio curativo, la
verdadera triaca.
Cuando se apresta a hacer una c u r a c i ó n , el taumaturgo, lo
que quiere por encima de todo es instaurar la serenidad.
Para ello, buscando ante todo atenuar las manifestaciones
dolorosas, tratando de que renazcan la fe y la esperanza, se
prepara a suscitar en el alma del enfermo altas tensiones: in-
quietud por el futuro espiritual, veneración, caridad, indul-
gencia que justifica los peores agravios. Purifica así el aura
psíquica del paciente y aparta de él los agentes perturbado-
res que hubieron podido introducirse para integrar su pen-
samiento agnóstico, egoísta y rencoroso o simplemente ma- FIGURA 34
terial. El Sol
Instruir al enfermo, galvanizar en él el sentido de las rea- Clave 19 del Tarot
lidades invisibles, atraer hacia él por medio de invocaciones,
las influencias providentes, unirle a una poderosa cadena de
psiquismo benéfico p o r c o n j u r a c i ó n — o sea por adhesión
formal a la congregación de los que la componen — es la fi-
nalidad mística de la medicina oculta.
L a taumaturgia, en fin, a c t ú a especialmente sobre el prin-
cipio animador, o sea el cuerpo astral o doble sideral y su
218 PAUL C. J A G O T

modelación directamente activa sobre los tejidos, el doble


etéreo. Para ello recurre a la transfusión vital y a las influen-
cias planetarias.
La transfusión vital o magnetoterapia utiliza la propiedad
irradiante del doble sideral que permite al hombre sano sos-
tener la potencia de reacción de un organismo atónico.
L a medicina planetaria se funda en el origen patológico
de las predisposiciones p a t ó g e n a s . Nuestros lectores, que
están ya informados con las sólidas nociones de astrología
expuestas en este libro, c o m p r e n d e r á n sin dificultad que los
excesos, las insuficiencias y las disonancias significadas en
un horóscopo de natividad indican las hiperestenias, las aste-
nias y las irregularidades funcionales a que está predispuesto
el nativo. Como se sabe, el Sol condiciona el tono vital de
conjunto, la cohesión celular; la Luna rige el cerebelo, el
gran simpático, el automatismo visceral y la asimilación;
Marte refuerza el sistema muscular, preside en la capacidad
de movimiento y en las combustiones internas; Mercurio
regula la inervación central y periférica; J ú p i t e r influye en
la función respiratoria, la hematopoyesis y la vasculación;
Venus determina la actividad glandular y sensorial; Saturno,
en fin, gobierna la osificación, las conformaciones celulares
y las funciones de eliminación. S i n embargo, la insuficien-
cia de uno de los siete planetas, su debilidad en el tema natal,
e n t r a ñ a una debilidad, una atonía de los ó r g a n o s y funciones
que le corresponden. S u predominio significaría un exceso,
una actividad anormal de los mismos ó r g a n o s y funciones. E l
encuentro de su influencia con la de otro planeta (conjunción,
cuadratura, oposición) indicaría un conflicto accidental o cró-
nico de las dos secuencias funcionales en relación con los
dos cuerpos celestes considerados. L a medicina astral re-
media por el uso de las correspondencias planetarias en los FIGURA 35
tres reinos, los desequilibrios de nacimiento. Llena las insu-
ficiencias por el uso de los semejantes, equilibra los excesos La resurrección de los muertos
por los contrarios, y concilia las disonancias por las mezclas. Clave 20 del Tarot
Será de gran provecho consultar la obra de Paracelso para
una ampliación del tema. Allí se e n c o n t r a r á la fórmula de
numerosas especificaciones, todas magistralmente expuestas
y resueltas.
E n algunos centros de iniciación de la antigüedad se recu-
rría exclusivamente a la abstinencia, a la acción interna y ex-
220 PAUL C. JAGOT

terna del agua, a los ritos propiciatorios y al sueño, lo cual


estaba completamente de acuerdo con el principio sintético
del hermetismo. Preparado por la abstinencia y las ablucio-
nes, el enfermo entraba en el templo y allí se recogía y soli-
citaba de las Potencias Ocultas el sueño medicinal — redes-
cubierto luego por el doctor B r a i d — que no sólo favorecía
considerablemente las reacciones a u t o t e r á p i c a s , sino que ade-
m á s en muchas ocasiones se a c o m p a ñ a de una lucidez reve-
ladora de los cuidados y agentes específicos de la enferme- CAPÍTULO XX
dad.
Basándose en las directrices del esoterismo se p o d r í a n LOS F E N Ó M E N O S O C U L T O S A N T E L A C I E N C I A
curar gran n ú m e r o de enfermos considerados como incura- CONTEMPORANEA
bles. Por otra parte, sin intervención del hombre, sin sueño
especial, basta con situarse en estado de elevación espiritual
y de receptividad psíquica por la meditación, auxiliada si no Las concepciones de la Ciencia moderna coinciden en
por el ayuno total, al menos por una rigurosa sobriedad, para gran parte con las de la Antigüedad. Desde hace unos setenta
atraerse las inspiraciones, las luces e influencias suscepti- años aparece ante los observadores un mundo de fenóme-
bles de contribuir a la curación. nos asombrosos que recuerda con fuerza los prodigios leyen-
Cuando llega la llamada del Altísimo, los muertos de la darios de la magia y suscita en las gentes un nuevo interés
veinteava clave de Hermes salen de la tumba. Estos muer- por el ocultismo que t a m b i é n ha repercutido en la élite del
tos simbólicos son legión entre nosotros, pero por desgracia pensamiento c o n t e m p o r á n e o .
su densificación material, frecuentemente m á s invulnerable Entre los hechos que han sido rigurosamente comproba-
que las losas del sepulcro, les mantiene amurallados, inertes, dos, pueden distinguirse cinco categorías:
inconscientes de las posibilidades ocultas. (Véase la página 1. Exteriorización de la sensibilidad.
anterior). 2. Exteriorización de la motricidad.
3. Metagnomía o percepción de objetos y seres que están
fuera del alcance de los sentidos físicos; a) en el espacio;
b) en el tiempo.
4. Telepsiquismo espontáneo y provocado.
5. Desdoblamiento (bilocación): a) espontánea; b) pro-
vocada por la acción de narcóticos; c) por la acción del mag-
netismo, y d) voluntaria.
Expondermos al lector algunos de estos fenómenos, como
conclusión de este libro.

1. Exteriorización de la sensibilidad. — Quienes hayan


leído nuestro Méthode scientifique moderne de Magnétisme,
Hypnotisme y Suggestion, conocen ya este fenómeno. Los tra-
bajos del coronel de Rochas d'Aiglum, administrador que
fue del politécnico francés, han llamado poderosamente la
atención de los investigadores sobre tal fenómeno: «Cuando
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se magnetiza a una persona, la sensibilidad desaparece de la Pero la tercera, que antes de ser colocada en l a c á m a r a
superficie de su piel; esto se conocía ya de antiguo. Pero lo fotográfica, h a b í a sido cargada fuertemente de la sensibilidad
que se ignoraba es que esta sensibilidad se exterioriza; se exteriorizada del sujeto dormido, dio una fotografía que pre-
forma, tras el estado de relación (1), como una envoltura sen- sentaba las m á s curiosas características.
sible alrededor del cuerpo, separada de la piel por algunos Siempre que el operador tocaba la imagen en papel del
c e n t í m e t r o s . S i el magnetizador o cualquier otra persona dormido, é s t e acusaba la sensación. Luego, el operador t o m ó
pellizca, pincha o quema la piel del sujeto magnetizado, nada unas pinzas, y con ellas a r a ñ ó dos veces la superficie de la
siente éste, pero s i las mismas operaciones se realizan sobre placa en el lugar donde aparecía representada la mano del
la coraza sensible, el magnetizado recibe las sensaciones co- durmiente.
rrespondientes. M á s a ú n ; se ha comprobado que a medida E n este momento, el sujeto, ya despierto, se desmayó,
que se profundiza la hipnosis, se van formando envolturas
c o n t r a í d o por el dolor. Cuando de nuevo fue despertado, se
sensibles análogas, a p r ó l u m a d a m e n t e equidistantes, cuya sen-
pudieron comprobar en su mano dos marcas rojas, en la piel,
sibilidad decrece proporcionalmente a su alejamiento del
que c o r r e s p o n d í a n exactamente a los a r a ñ a z o s de l a placa
cuerpo.» ( D E ROCHAS, L'Exteriorisation de la Sensibilité,
fotográfica.»
París).
H o y se sabe que si la sustancia cargada con l a sensibili-
Por una serie de experiencias cuyos detalles se hallarán dad de un sujeto es moldeada con la forma externa de este
en las obras de M . de Rochas, éste acierta a establecer, que sujeto, se establece una estrecha correlación entre cada pun-
el elemento invisible sede de la sensibilidad exteriorizada de
to de la figura y su correspondiente en el sujeto.
los sujetos irradiaba a su alrededor en ondas concéntricas que
Se ha observado igualmente que la r e p e r c u s i ó n de los con-
podían condensarse en parte en contacto con sustancias como
tactos a los que se somete a la figura impregnada, puede
el agua, la cera y varios otros cuerpos. U n vaso de agua o un
tener lugar a varios k i l ó m e t r o s j l e ^ d i s t a n d a con notable pre-
m u ñ e c o de cera, cargados con la sensibilidad de un sujeto
dormido permanece en relación con éste, quien a muchos cisión.
metros de distancia percibe todos los contactos a los que se E l doctor Joire, presidente de la Sociedad mundial de es-
somete a las sustancias impregnadas con sus radiaciones. tudios psicológicos, ha sido, con De Rochas, uno de los pri-
L a emulsión q u í m i c a de una placa fotográfica registra meros investigadores en materia de exteriorización de la
perfectamente la sensibilidad. M . de Rochas hizo por primera sensibilidad. E n su obra Nenro-Hypnologie, publicada en
vez este experimento, hace ahora setenta y seis años, en pre- 1892, ha recogido también el fenómeno.
sencia de una comisión de periodistas y sabios; el periódico «Si se apunta un estilete metálico, sostenido entre los
La Justice, del 2 de agosto de 1892, recoge la noticia de la de- dedos a la manera de un lápiz, a l a altura de los ojos del
m o s t r a c i ó n en estos t é r m i n o s : sujeto, é s t e percibe exactamente en el punto hacia el que
«Ayer, en presencia de dos médicos, miembros de la Aca- apunta el estilete una sensación de cosquilleo y de pesantez
démie des Sciences, y de un conocido m a t e m á t i c o , M . de Ro- muy acusada. Cuando se ha obtenido esta primera sensación,
chas i n t e n t ó fijar la sensibilidad de u n individuo en una placa manteniendo durante algunos segundos el instrumento inmó-
fotográfica. vil a una p e q u e ñ a distancia de la superficie c u t á n e a , se le
Una primera placa, puesta previamente en contacto con puede, sosteniéndolo siempre a l a m i s m a distancia y lleván-
el sujeto no dormido, y que se reveló inmediatamente, no dolo lentamente en diversas direcciones, presentar sucesiva-
presentaba relación alguna sensible con él. mente desde otros puntos o incluso a otras partes del cuer-
L a segunda fotografía, sacada de una placa que había po. E l sujeto, entonces, a quien tras la primera sensación se
sido puesta en contacto con el sujeto dormido y ligeramente h a b r á n tapado los ojos, e s t a r á en condiciones de seguir
exteriorizado, dio una prueba apenas sensible por relación. exactamente el trayecto íntegro recorrido por el estilete, y,
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en todo instante, precisar con exactitud el punto frente a él Rochas; al conde de Grammont, licenciado en ciencias; M . Sa-
donde se haya detenido el i n s t r u m e n t o . » batier, profesor en la Facultad de Montpellier; al b a r ó n de
E n una obra posterior (1909) sobre los Phénoménes psi- Watteville, licenciado en ciencias y en derecho; a Victoricn
chiques y supernormaux, el doctor Joire indica haber veri- Sardou, a Adophe Brisson y, en fin, al ilustre a s t r ó n o m o Ca-
ficado personalmente las experiencias de Rochas. He a q u í su mille Flammarion.
relato de dos de esas experiencias efectuadas en dos sujetos Estos son algunos de los hechos que estos s e ñ o r e s han
en estado s o n a m b ú l i c o : visto producirse ante sus ojos, a plena luz, por la m é d i u m
»En primer lugar, he podido comprobar su absoluta in- Eusapia Paladino, sometida, a petición suya, a un control
sensibilidad, pinchando con fuerza su piel en diversas zonas tan riguroso como pudieran exigir y ejecutar los propios re-
del cuerpo, con un alfiler: sufre una anestesia total en todas presentantes de la ciencia positiva:
partes. Luego he puesto en sus manos un vaso de agua, mien- Desplazamiento de objetos situados fuera del alcance de
tras una persona, situada tras él, le aplicaba h e r m é t i c a m e n t e la médium y de los asistentes;
las manos sobre los ojos. Pincho entonces con el alfiler la Elevación de mesas (de 5 a 8 kg. de peso), y suspensión
superficie del agua contenida en el vaso y, al instante, según de éstas en el aire sin soporte alguno;
la expresión de su rostro y en un movimiento involuntario, Audición de ruidos producidos en una superficie elegida
el sujeto muestra haber experimentado un vivo dolor. Le pre- por los controladores del experimento, según ritmos indica-
gunto q u é le ocurre, y responde: «Me ha pinchado usted en dos por ellos;
la mano izquierda...» En una caja llena de tierra arcillosa, puesta lejos de su al-
»Con el vaso en mis manos, y sin que haya contacto algu- cance, imprimir el médium sus manos y su fisonomía. Luego
no entre éste y el sujeto, siente la misma sensación. se sacaron copias, utilizando como molde la arcilla en que el
»Pincho y pellizco una y otra vez el agua alternativamente médium había dejado sus huellas.
y el sujeto no se equivoca ni una sola vez. Cuando pincho N o b a s t a r í a un enorme volumen para detallar fenómeno
el agua con el alfiler, dice: «Me e s t á pinchando»; cuando pe- por fenómeno todas las manifestaciones de la exteriorización
llizco el agua con mis dedos, responde: «Ahora me pellizca». motriz. E l coronel De Rochas, en su obra sobre el tema, de-
Los que se interesan por las ciencias psíquicas hallarán talla y precisa cada una de las sesiones a las que ha asistido
los m á s completos informes sobre exteriorización de la en toda su vida. De este trabajo extraeremos sólo el relato de
sensibilidad, en las obras ya citadas de De Rochas y el doctor una experiencia tan simple como significativa:
Joire, y en la m á s actual, del erudito G. de Dubor, LesMysté- «Están presentes los señores De Rochas, Sabatier, doctor
res de l'Hypnose. Nuestro m é t o d o científico moderno, Magne- Dariex, De Grammont, y de Watteville. E l señor De Gram-
tismo, Hipnotismo y Sugestión, se ciñe especialmente a los mont pregunta a Eusapia si se siente capaz, en su estado
procedimientos de e x p e r i m e n t a c i ó n . normal y a plena luz, de actuar con la sola imposición de las
manos, sobre un pesacartas con platillo y báscula que lleva
2. Exteriorización de la Motricidad. — Algunas personas en su maletín. Eusapia responde que no lo sabe, pero que
— indudablemente condicionadas p s í q u i c a m e n t e de manera puede intentarlo. Los miembros de la comisión expresan su
anormal — han presentado ante el sabio el asombroso fenó- deseo de que se realice inmediatamente semejante experien-
meno de la exteriorización de la motricidad; l a élite cientí- cia, ya que así su control sería fácil en extremo; su c a r á c t e r
fica de Europa y América es testigo de la realidad de esta de improvisación no p e r m i t i r í a la p r e p a r a c i ó n previa de un
e x t r a ñ a manifestación. Para no hablar m á s que de los prin- posible artificio, su éxito haría desaparecer todas posibles du-
cipales testimonios franceses que lo han verificado, citaremos das. E l s e ñ o r De Grammont corre a buscar el instrumento,
al profesor Richet, del Instituto de Francia; al doctor Dariex que ha situado sobre la mesa a 60 cm. de la l á m p a r a . Eusapia
y al doctor Maxwell, magistrado de Burdeos; al coronel De hace al principio varios intentos infructuosos para mover el
15
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aparato con una sola mano situada a algunos centímetros d r í a m o s relatar m á s de treinta observaciones, análogas a
sobre el platillo. Uniendo entonces los dedos de cada una de las que siguen, y verificadas en nuestra propia práctica.
sus manos, las coloca una a derecha y la otra a la izquierda Pero preferimos presentar el testimonio de eminentes per-
del platillo y concentra su voluntad en ese punto. L a extre- sonalidades, conocidas, y que pertenecen al mundo científico
midad de los dedos de cada mano e s t á a 3 ó 4 c e n t í m e t r o s oficial.
de distancia de los bordes del platillo y sin hacer ningún
contacto con éste. Eusapia esboza con las manos algunos a) Metagnomía en el espacio. Hecho n." 1. — E l doctor
débiles movimientos de a r r i b a abajo. A l principio el platillo Jules Cloquet h a b í a efectuado, en 1829, la ablación de un
permanece inmóvil; en seguida, y vacilando oscila arriba y seno a una mujer dormida h i p n ó t i c a m e n t e y que en el curso
abajo, sincronizado con el movimiento de las manos. A l fin, de la operación no manifestó signo alguno de dolor (Comu-
Eusapia deja caer las manos y el platillo baja hasta el fondo.» nicación a la Academia de Medicina, inserta en los Archives
(De Rochas, La Exteriorización de la motricidad). Esta ex- genérales de Medicine, n ú m e r o de mayo de 1829). Ahora bien,
periencia se repitió varias veces con el mismo resultado. Los la paciente tenía una hija, que fue dormida t a m b i é n para
controladores, para variar l a experiencia, pidieron a Eusa- obtener de ella indicaciones sobre el estado de su madre, que
pia actuar sobre el pesacartas, no en sentido vertical sino sólo el sonambulismo lúcido podía dar.
en el horizontal. Poniendo sus dedos unidos a algunos centí- Puesta en estado sonambúlico por el doctor Chapelain y
metros del aparato, el m é d i u m consigue arrastrarlo sobre preguntada por el doctor Cloquet, ella r e s p o n d i ó como sigue:
la mesa, hasta que, llevado hasta el mismo borde de aquélla,
«Desde hace algunos días, m i madre está muy debilitada:
cae sobre el piso.
vive,sólo por la hipnosis que la sostiene; pero le falta la vida.
Siguiendo nuestro criterio, no hablaremos en esta visión Expirará mañana por la mañana a primera hora, sin agonía,
de conjunto de los fenómenos hiperfísicos m á s extraordina- sin sufrimientos. E l p u l m ó n derecho está encogido, plegado
rios, sino que nos limitamos, por el contrario, a citar sólo sobre sí mismo, y rodeado de una mambrana como de goma.
los menos espectaculares, pero m á s indiscutibles y umver- E l p u l m ó n derecho no respira; está muerto: m i madre vive
salmente admitidos. sólo por el izquierdo. Hay un poco de agua alrededor del
corazón (pericardia). E l e s t ó m a g o y los intestinos e s t á n sa-
3. Metagnomía. — Este neologismo fue introducido por nos, el hígado está blanco y con decoloraciones en la su-
Boirac, rector de la academia de Dijon, para designar los fe- perficie.»
n ó m e n o s de percepción de seres o de cosas situadas fuera del La enferma murió a la hora predicha. Las indicaciones
alcance de los sentidos físicos del percipiente. que la s o n á m b u l a había dado, fueron consideradas absolu-
Por lo que toca a la visión a través del espacio, hemos tamente exactas en la autopsia. (Según Bierre de Boismont:
elegido de intento cuatro hechos que tuvieron lugar en con-
Les Hallucinations).
diciones muy diferentes y que han sido extraídos de tres
autores: Bierre de Boismont, el doctor Joire y Camille Flam- Hecho n.° 2.— (Comunicado a Flammarion por dos de
marion, cuya autoridad e s t á fuera de toda duda. sus corresponsales.)
Para apreciar la visión en el tiempo, o sea, la percepción «En 1867, en Odensa (Dinamarca), veíamos muy frecuen-
de hechos futuros y pasados, hemos elegido tres ejemplos temente a un amigo c o m ú n , Cari Hansen, célebre hipnoti-
m á s . Uno certificado por el profesor A. A . Liébeault, otro to- zador. T a m b i é n casi diariamente, a un letrado, el s e ñ o r Baile,
mado de Flammarion y el tercero del doctor Dariex, quien luego abogado en Copenhague, sobre quien Hansen ejercía
durante muchos años fue director de los Anuales des Scien- gran influencia- hipnótica, y una tarde el s e ñ o r Baile solicitó
ces psichiques. ser sometido a u n s u e ñ o hipnótico profundo suficientemente
Si nuestra opinión tuviera en este caso algún valor, po- para convertirse en clarividente. Por aquella época, nuestra
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madre vivía en Roeskilde en Seelfand. Pedimos a Hansen primeros acontecimientos se h a b í a n cumplido según la pro-
que enviara a Baile a visitarla. E r a ya bastante entrada la fecía, pensaba, el quinto se c u m p l i r í a t a m b i é n fatalmente.
noche y luego de una ligera vacilación, el s e ñ o r Baile hizo el «Intenté aquel día y los siguientes, llevar al s e ñ o r de C h . . .
viaje en algunos minutos. E n c o n t r ó a nuestra madre en la al e_stado_hipnó.tico profundo con el fin de borrar la peli-
cajna, afectada de una leve dolencia que debía desaparecer grosa obsesión, gravada en su á n i m o de su muerte p r ó x i m a ,
en poco tiempo. Nosotros no c r e í m o s que lo que decía muerte, que, según el, se p r o d u c i r í a el p r ó x i m o 4 de fe-
Baile fuese verdad y entonces Hansen le pidió que leyese en brero, día de su nacimiento, aunque Mme. no h a b í a precisado
la parte superior de la puerta el n ú m e r o de la casa y el nada a este respecto. N o conseguí producirle el m á s ligero
nombre de la calle. Baile dijo que estaba muy oscuro y que s u e ñ o . Entretanto, como era indispensable liberarle urgen-
era difícil leerlo, pero al insistir Hansen, leyó: "Skomagers- temente de su obsesión, porque se han visto casos en que
traede". Pensamos que se equivocaba, ya que nuestra madre una tal previsión se c u m p l í a por simple sugestión, c a m b i é
vivía en otra calle. A l cabo de algunos días, recibimos una de m é t o d o p r o p o n i é n d o l e visitar a uno de mis s o n á m b u l o s ,
carta de ella en la que nos comunicaba que hallándose de- un anciano, apodado El Profeta porque a n u n c i ó la época
licada, h a b í a tenido que mudarse de dirección. Su nueva exacta de su curación de los reumatismos articulares que
dirección era un n ú m e r o de la calle S k o m a g e r s t r a e d e . » (Flam- padecía, con cuatro años de anticipación e incluso la fecha
marion: Lo desconocido y los problemas psíquicos). de curación de su hija.
»E1 s e ñ o r de C h . . . a c e p t ó m i propuesta inmediatamente,
Metagnomía en el tiempo. Hecho n.° 1. — «En enero de y se m o s t r ó decidido a llevar a cabo en seguida la entrevista.
1886, dice el doctor Liebeault, vino el s e ñ o r de C h . . . a con- Puesto en relación con el s o n á m b u l o , sus primeras palabras
sultarme, a las cuatro de la tarde, por un estado de nerviosis- fueron: «¿Cuándo moriré?» E l durmiente experimentado,
mo poco grave. E l s e ñ o r de C h . . . estaba preocupado por el re- sospechando la angustia del muchacho, r e s p o n d i ó : Mori-
sultado de un asunto pendiente y sus posibles consecuen- r á . . . m o r i r á a los cuarenta y un años». ELejrecttL.de estas
cias. E n 1879, hallándose en P a r í s , vio en una puerta una palabras fue maravilloso. Inmediatamente, el consultante
placa que decía: " M m e . -Lenormand, n e c r o m á n t i c a " . Espo- volvió a mostrarse alegre, expansivo y lleno de esperanza, y
leado por una curiosidad irreflexiva, e n t r ó . cuando el cuatro de febrero, el día tan temido, p a s ó sin m á s
»Mme. Lenormand, leyendo en la palma de una de sus novedades, se creyó salvado.
manos le dijo: " P e r d e r á usted a su padre, de aquí en un año, N o volví a pensar en ello hasta que, a principios de oc-
exactamente. Será usted soldado (tenía entonces diecinueve tubre, recibí una tarjeta de participación en la que se me
años) pero no por mucho tiempo. Se c a s a r á muy joven, comunicaba que mi desgraciado cliente h a b í a sucumbido
t e n d r á dos hijos y morirá a los veintiséis años". en su veintisiete año de vida, o sea a la edad de veintiséis
»Esta asombrosa profecía que él c o n t ó a alguno de sus años, como h a b í a predicho Mme. L e n o r m a n d . » (Dr. Lie-
amigos y familiares, no fue tomada al principio muy en se- beault: Terapéutica sugestiva) (2).
rio. Pero, al morir su padre el 27 de diciembre de 1880, des-
pués de una corta enfermedad y exactamente un a ñ o d e s p u é s Hecho n.° 2. — U n eclesiástico, cuyo nombre se leerá m á s
de su entrevista con la n e c r o m á n t i c a , su incredulidad empieza adelante, c o m u n i c ó a Camille Flammarion lo que sigue:
a derrumbarse. Y cuando se fue al ejército (sólo durante « E s t a b a pensionado en Niort; tenía por entonces quince
siete meses), se casó poco d e s p u é s , tuvo dos hijos y faltaba o dieciséis a ñ o s , y una noche tuve un e x t r a ñ o s u e ñ o . M e pare-
poco para que cumpliese veintiséis a ñ o s , el miedo le atenazó cía estar en Saint-Maixent, pueblo que conocía sólo de nom-
definitivamente y se convenció de que realmente le quedaban bre, con m i rector, en una p e q u e ñ a plaza, cerca de u n pozo
pocos días de vida. Fue entonces cuando vino a preguntarme frente al cual h a b í a una farmacia, cuando vi venir hacia
si no sería posible conjurar el hechizo, ya que si los cuatro nosotros a una dama, de la localidad, que yo c o n o c í a por ha-
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berla visto una vez en Niort, en la casa donde yo estaba. Esta verdadero... E n cuanto al ladrón, a ú n no lo h a b í a m o s encon-
señora, a b o r d á n d o n o s , se puso, sin m á s , a hablarnos de cosas trado, por desgracia.
tan e x t r a ñ a s que, a la m a ñ a n a siguiente, p e n s é contárselo —¡Atención!, dijo, ahora veremos los detalles en el marro,
al director de la institución. Algunos días después, viéndose que ya debe haberse asentado.
éste precisado a i r a Saint-Maixent, me pidió que le acompa- Entonces, como si hubiese asistido a la escena, nos descri-
ñase. Nada m á s llegar nos hallamos en la plaza que yo h a b í a be pieza por pieza la topografía del apartamento de Lady A . . .
visto en m i sueño, y de pronto advertimos a la señora en L a vidente indica que el dinero robado h a b í a estado en
cuestión que se dirigía hacia nosotros; en seguida tuvo con un bolso, que describe, y que dicho bolso estaba en un ar-
mi director la misma conversación que yo le h a b í a contado mario inglés, que t a m b i é n describe, y a ñ a d e que el malhe-
días antes y palabra por palabra.» (Carta de M . Groussard, chor, para no forzar la cerradura del bolso, h a b í a separado
cura de Sainte-Radegonde-Charente Inférieure-a Camille Flam- sus tapas con un instrumento y así h a b í a quitado los billetes
marion; tomada de su obra: Lo desconocido y los problemas de banco. E n cuanto al ladrón, la vidente predice que no será
psíquicos.) apresado y que, como fin del camino que ha elegido, dos
años m á s tarde, recibirá la pena capital.
Hecho n.° 3. — E l caso que sigue, parece sólo extraordina- Dos años después, Lady A . . . fue convocada al tribunal de
rio por dos o tres circunstancias que lo condicionan, pero es la Seine; h a b í a n encontrado a l autor del robo del que ella
mucho menos frecuente de lo que se supone. H a sido tomado había sido víctima; era uno de sus criados, que se h a b í a des-
de los Annáles des Sciences Psychiques, certificado por tes- pedido poco después de su fechoría y que acababa de ser
tigos oculares y confirmado al doctor Dariex, por la princi- arrestado por asesinato: se trataba de Marchando, el ase-
pal interesada: sino de la señora Cornet. Sufrió, como se sabe, la pena ca-
Lady A . . . comprueba la desaparición de una importante pital.»
suma^que h a b í a dejado en una bolsa de viaje encerrada en Hay que destacar que la vidente consultada por Lady A . . .
un armario. N o habiendo obtenido ningún resultado en la realizaba las tres principales posibilidades m e t a g n ó m i c a s : la
investigación de la policía, la demandante se decide a con- percepción de una escena pasada, la visión de objetos situa-
sultar, por consejo de una amiga, a una clarividente de la que dos a distancia y la previsión de un acontecimiento que afec-
le han hablado. taba a un tercero a quien no conocía.
Mme. E . . . , la clarividente, leemos en la relación in extenso E s muy difícil encontrarse con sujetos que posean la fa-
del hecho que figura en los Annáles del Sciences Psychiques cultad m e t a g n ó m i c a en tal grado. L o que m á s frecuentemen-
(año 1896), acerca una taza de marro de café y ruega a la te se observa es la visión a distancia de hechos actuales. E n
señorita C . . . (que a c o m p a ñ a b a a Lady A . . . ) que sople allí tres nuestro Método científico moderno de Magnetismo, Hipnosis
veces, después de lo cual, vierte el marro en otro recipiente, y Sugestión hemos indicado las directivas que han de seguir-
abocando el primero sobre el segundo, a fin de que su con- se para obtener la lucidez sonambúlica o la clarividencia.
tenido fuese trasvasado en parte al nuevo recipiente no re-
teniendo en su fondo m á s que algunas p a r t í c u l a s m á s sólidas 4. Telepsiquismo. — L a observación corriente muestra
del polvo de café, que debía, dejando irse su parte líquida, que con frecuencia el pensamiento de una persona se refle-
formar e x t r a ñ o s dibujos en los que la pitonisa p a r e c í a leer. ja por algún efecto en la conciencia de otra persona, objeto
Durante esta p r e p a r a c i ó n oculta, era necesario tenernos de aquel pensamiento. Llamamos a este fenómeno telepatía
ocupadas. M m e . E . . . h a b í a sacado sus cartas y comenzaba: espontánea. Como se sabe, si l a intención deliberada inter-
—¡Ah!, se trata de u n robo, u n robo cometido p o r una viene, sobre todo si tiene como base una voluntad fuerte, un
persona de la casa y no por alguien entrado subrepticiamente. deseo intenso, las incitaciones mentales expresadas se trans-
miten a la individualidad a la que van dirigidas y con mayor
Aquello p r o m e t í a . . . Reconocimos que aquel avance era
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o menor rapidez se imponen a ella. Se trata entonces de te- ejecutar a distintas personas una serie de ó r d e n e s transmi-
lepatía voluntaria. tidas mentalmente. E n su obra Avenir des Sciences psychi-
La obra Les Hallucinations thélepatiquas de los señores ques, Boirac, director de la Academia, de Dijon, cuenta c ó m o
Gurney, Nyers y Podmore, contiene entre otros, el siguiente d u r m i ó muchas veces a distancia, a un lector del pensamien-
ejemplo de telepatía e s p o n t á n e a : to, llamado Dockman.
«El 10 de octubre de 1881, escribe el doctor Olivier, m é - E n cuanto a la telepatía voluntaria ejercida sobre una
dico en Huelgoat (Finistére) fui avisado para atender a un persona normal, ya hemos tratado de ella en la obra citada,
enfermo en el campo, a tres leguas de mi casa. E r a ya noche indicando sus leyes y procedimientos exactos. U n a vez que se
cerrada y el cielo estaba oscuro, muy oscuro. T o m é por un llega a hacer contacto mental con un sujeto — es decir con
camino desierto, casi totalmente dominado por los árboles un individuo sometido a frecuentes hipnotizaciones —, y éste
cuyas ramas tocaban al suelo. E r a una noche tan negra que percibe el contacto y ejecuta lo que se le ordena sin resisten-
no podía conducir a m i caballo, así que le dejé que se guiase cia, las prescripciones pueden llegar t a m b i é n a las mentalida-
por su instinto. Serían cerca de las nueve: el sendero en el des normales, y las impregna lentamente, siempre que el ex-
que me encontraba en ese momento estaba sembrado de perimentador esté suficientemente entrenado y sostenga m á s
grandes piedras y presentaba una pendiente muy r á p i d a . E l o menos sus sugestiones: por ejemplo una hora cada día du-
caballo iba al paso, muy lentamente. De pronto, los pies del rante algunas semanas.
animal flaquearon y cayó de golpe, de cabeza al suelo. Na-
turalmente fui arrojado por las orejas. Di con la espalda en 5. Desdoblamiento. — E l desdoblamiento participa de las
el suelo y me fracturé una clavícula. características de la exteriorización de la sensibilidad y de la
»En ese momento, m i esposa, que se estaba desnudando exteriorización matriz así como de otros elementos particu-
y se preparaba para acostarse, tuvo el presentimiento íntimo larmente sugestivos: en tanto que el cuerpo material del des-
de que yo acababa de tener un accidente: U n estremecimien- doblado reposa, inerte, vivo sólo por la vida vegetativa, pue-
to nervioso le recorrió todo el cuerpo. Rompe a llorar y llama de ser visto y oído a una distancia considerable de su ser
a la criada: «Ven en seguida, tengo miedo, ha ocurrido una corporal, puede ver y oír lo que tiene delante e incluso, ac-
desgracia, m i marido ha muerto o se halla herido.» L a cria- tuar de manera que prueba que su yo, pensante e inteligente,
da se q u e d ó con ella hasta mi vuelta. Quería enviar a alguien a c o m p a ñ a a ese doble de su personalidad exteriorizada.
a buscarme pero no sabía adonde h a b í a ido. Llegué a m i L a historia recoge infinidad de desdoblamientos. He aquí
casa a la una de la madrugada. Llamé a la doméstica para uno de los m á s célebres.
que me alumbrase y me ayudase a desatar m i caballo. «Estoy San Francisco Javier, en noviembre de 1571, se dirigía
herido, dije, y no puedo mover la espalda.» de J a p ó n hacia China, cuando a los siete días de viaje el na-
»E1 presentimiento de m i esposa se había confirmado. vio que le llevaba fue acometido por una violenta tempestad.
Esto, señor, son los hechos, tal y como ocurrieron y me ale- Temiendo que las olas se llevasen la chalupa, el piloto o r d e n ó
gro de poder comunicárselos así». que cinco hombres la amarrasen al barco. Mientras trabaja-
En un libro anterior, hemos expuesto en detalle en q u é ban en este menester, llegó la noche y los marineros, sor-
condiciones han verificado, los representantes de la ciencia prendidos por una ola, desaparecieron en el mar con la cha-
oficial que se han ocupado del hipnotismo, la posibilidad de lupa. Desde que el temporal hubo comenzado, el santo se ha-
la sugestión mental, o sea de la telepatía voluntaria ejercida bía puesto a orar, y mientras tanto la tempestad redoblaba
sobre una persona en estado hipnótico, o en el de vigilia. su furor. Los de abordo se dieron cuenta de que sus com-
Ochorowica, de la Universidad de Lemberg, el doctor Lié- p a ñ e r o s de la chalupa no estaban y los creyeron perdidos.
beault, el profesor Richet, así como los señores Gilbert y Cuando el peligro pasó, Javier les recomienda que tengan
Janet, entre otros, consiguieron en diversas ocasiones hacer valor, porque los e n c o n t r a r á n antes de tres días. A l día si-
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guíente, hizo m i r a r desde lo alto del mástil, pero nada vieron. Hecho n.° 2. — (Observado por M . R. Mouat, 60, Hunting-
E l santo entonces vuelve a ponerse en oración, pasando así ton street, Barnsbury, Londres.)
la mayor parte de aquel día. Sube de nuevo al puente lleno »E1 jueves 5 de septiembre de 1875, hacia las 10'45 de la
de confianza y anuncia que la chalupa se ha salvado. Pero m a ñ a n a , al llegar a m i oficina, v i a m i empleado charlando
como a la m a ñ a n a siguiente nada ven, deciden, viéndose a ú n con el portero, y tras él, de pie, al reverendo M . H . M e di-
en peligro, darles por perdidos y continuar sin ellos el viaje. rigí hacia él con l a intención de preguntarle c ó m o era que
Javier, entonces, trata de infundirles confianza y les j u r a h a b í a llegado tan temprano (trabajaba en m i oficina, pero
por la muerte de Cristo que e n c o n t r a r á n la chalupa, con sólo nunca llegaba antes de medio día) cuando m i empleado re-
esperar un poco. Luego, de nuevo en su camarote, vuelve a l a quirió m i atención para preguntarme a p r o p ó s i t o de un des-
oración con redoblado fervor. pacho que h a b í a llegado d e s p u é s de marcharme, unos m i -
Al cabo de tres largos días de espera, al fin, se ve aparecer nutos antes. D u r ó l a conversación unos minutos y mientras
la chalupa y los cinco marineros que se creían perdidos se tanto el portero me dio una carta en la que se explicaba
r e ú n e n con el barco. Cuando los hombres de la chalupa su- que h a b í a enviado el despacho. Mientras tanto, M . R . h a b í a
bieron hasta el puente del barco y el piloto i n t e n t ó alejarlos bajado de su oficina y escuchaba lo que se decía. Abrí l a
de allí, ellos gritaron que antes era necesario que dejase carta y c o m u n i q u é su contenido mirando fijamente a l a cara
salir a Javier que había estado con ellos. E n vano se t r a t ó de M . H . M e s o r p r e n d i ó su expresión melancólica y n o t é que
de convencerles de que él no h a b í a faltado de a bordo. Afir- no llevaba corbata. E n este momento M . R. y el portero aban-
maron una y otra vez que estuvo con ellos durante la tem- donaron l a estancia. Dije entonces a M . H . : «Pero ¿ q u é tiene
pestad, dándoles ánimos, y que él había sido quien había usted? Parece cansado». No dijo nada y siguió m i r á n d o m e
llevado la embarcación hasta el barco (3). fijamente. Cogí un pliego de papel que h a b í a en l a mesa,
junto a l a carta y lo leí de punta a cabo; mientras tanto M . H .
a) Desdoblamiento espontáneo. Hecho n." 1. — E l caso p e r m a n e c í a frente a m í a l otro lado de l a mesa. Dejé de nue-
típico de este género — y el m á s frecuente — consiste en vo los papeles sobre la mesa y m i empleado e n t r ó de nuevo
la aparición del doble de una persona en el mismo instante para decirme: «Aquí hay una carta de M . H . , señor». Nada
de su muerte. Transcribo de la obra citada de Flammarion, m á s pronunciar ese nombre, M . H . d e s a p a r e c i ó . Quedé ano-
el siguiente hecho, absolutamente c a r a c t e r í s t i c o : «El 4 de nadado, durante un momento, lo que e x t r a ñ ó a m i empleado
febrero de 1888, el s e ñ o r Montégout, subdirector de la peni- quien (como supuse en seguida) no h a b í a visto a M . H . y que
tenciaría de Saint-Laurent d u M a r o n i , se marcha por la ma- negó que hubiese venido a la oficina aquella m a ñ a n a . L a carta
ñana a su visita de inspección en dicho establecimiento. de M . H . me prevenía de que no sintiéndose muy bien, no
Cuando vuelve, a la hora de desayunar, su esposa le dice: v e n d r í a esta m a ñ a n a r o g á n d o m e que le enviase su corres-
«La Mothe Pradelle (uno de sus amigos) ha muerto.» pondencia. L a carta h a b í a sido escrita l a víspera. A l día si-
guiente, viernes, hacia el medio.'l't, e n t r ó en l a oficina y cuan-
Sorprendido al principio por esta brusca noticia su mujer
do le p r e g u n t é d ó n d e se encontraba el día anterior a las 10'45,
le asegura que es cierto c o n t á n d o l e que se había despertado
me c o n t e s t ó que al acabar de desayunar, se q u e d ó con su
durante la noche y que al abrir los ojos, había visto ante
mujer, y no a b a n d o n ó la casa en todo el día. N o me atreví
ella a L a Mothe Pradelle, quien e s t r e c h á n d o l e la mano, le
a preguntarle entonces a M . R . pero el lunes siguiente, sin
dijo: «Acabo de morir; adiós». Seis u ocho semanas después
poder aguantar m á s l a duda, le p r e g u n t é si recordaba haber
llegó a las manos del s e ñ o r M o n t é g o u t un n ú m e r o de la In-
pasado el jueves anterior por m i oficina: «Desde luego, dijo,
dépendance de Bergerac, en el que se anunciaba la muerte
d i s c u t í a usted con su empleado el contenido de u n despa-
del diputado por la Dordogne, M . de la Mothe Pradelle, en la
cho que acababa de llegar y al que usted dio solución inme-
noche del 3 al 4 de febrero de 1888.
diata.» L e p r e g u n t é si recordaba quién estaba presente. «El
236 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 237

empleado, el portero, usted y H.» I n q u i r í de nuevo y dijo: H . sido víctima de un accidente, pero no pudo informarse por
estaba de pie ante usted, cerca de la mesa. Le hablé pero no desconocer su domicilio.
contestó, cogió un libro y se puso a leer. No insistí porque Días después, se p r e s e n t ó ante ella un mensajero de M . S.,
ya al principio me había e x t r a ñ a d o verle tan temprano en la quien le c o m u n i c ó que su amigo, cansado de vivir, se había
oficina y a d e m á s su expresión melancólica, tan distinta de suicidado. A l comparar la fecha de la aparición con la de la
su expresión habitual, me dejó un poco perplejo; no obstante, muerte, tuvo la certeza de la coincidencia.» (Flammarion,
pensé que quizá estaba molesto por la discusión que estaba op. cid.)
teniendo lugar. Estaba en la misma posición cuando salí con
el p o r t e r o » . Dije entonces a M . R. que M . H . estaba en aquel
Hecho n.° 4. — (La misma fuente que el anterior).
momento a 14 millas de la oficina y le molestó que yo pusie-
ra en duda lo que él afirmaba haber visto e insistió para que «Una dama estaba en una cena de gala, dada por un per-
llamase al portero y le preguntase. N i el portero ni el emplea- sonaje cuando, en mitad de la cena, la dama emite un gran
do h a b í a n visto nada.» (Gurney, Anyers y Podmore: Las alu- grito y con los ojos fijos ante sí, exclama: «hijo, m i hijo»
cinaciones telepáticas). y se desmaya. Llevada a otra sala, y vuelta en sí, cuenta, so-
llozando, que de repente el comedor, con sus luces e invita-
Hay que destacar en el caso precedente que son dos las dos, había desaparecido para mostrarle el mar enfurecido y
personas a las que el doble de M . H . fue perceptible. Creemos su hijo entre las olas, que tendía sus brazos hacia ella. Días
que en los casos en que una tercera persona ve una forma m á s tarde, recibió la noticia de la muerte de su hijo, oficial
fantasmática — si la visión coincide con un acontecimiento de la marina, que navegaba en el mar de las Indias y que
correlativo — se está en presencia de una bilocación. Cuando había sido arrebatado por una ola el mismo día de la visión.»
hay, por parte del principiante, no alución visual, sino impre- (Flammarion, op. cit.)
sión intuitiva, hay que sospechar una simple acción telepsí-
quica, una comunicación de un estado de á n i m o .
Hecho n." 5. — (La misma fuente).
«Una de mis amigas, esposa de un capitán, ha experi-
Hecho n.° 3. — (Comunicado a Camille Flammarion).
mentado dos veces la impresión clara de ver a un ser huma-
«Una dama conocida m í a , equilibrada, seria y sensata, no. Una vez, llamó por su nombre a su sobrino en un paseo,
me ha asegurado bajo juramento, la veracidad de lo que muy e x t r a ñ a d a de e n c o n t r á r s e l o por allí; otro día, su criada,
sigue: a la que había dejado en Toulouse, durante un viaje, abrió
Orpheline se había prometido a un extranjero, M . S., a la puerta de su habitación, y ella le p r e g u n t ó , muy e x t r a ñ a d a ,
quien ama mucho. Pero él no pudo obtener el consentimiento q u é es lo que estaba haciendo allí. Las dos apariciones coin-
de la familia para este matrimonio. Esperaron mucho tiempo, cidieron con la hora de la muerte de los dos, jóvenes ambos.»
pero ella, por prudencia o por despecho, acabó casándose (Flammarion op. cit.)
con un hombre de edad que t a m b i é n h a b í a solicitado su
b) Desdoblamiento provocado por absorción de determi-
mano.
nadas sustancias. — Para cada género de causas suscepti-
E l l a quiso ser fiel, y no volvió a ver su prometido, que se bles de provocar el desdoblamiento, existen numerosos docu-
volvió a su país. Sin embargo, seguía pensando en él. mentos. Con el fin de dar a este fenómeno una idea par-
Algunos años después, al entrar en su habitación, creyó ticularmente clara, he elegido los ejemplos entre los m á s
verle muerto, tendido en el suelo y ensangrentado. A pesar de sugestivos. Pero no crea el lector que se trata de manifesta-
saber al acercarse que sólo era una ilusión, gritó. ciones aisladas y muy raras; p o d r í a n llenarse gruesos volú-
A l instante, todo d e s a p a r e c i ó y su marido, que acudió al menes con relatos de esta clase. E l haxix, el opio y los al-
oír su grito, no vio nada. E l l a supuso que M . S. debió haber caloides derivados son la base de todos los productos que
238 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 239

utilizan los investigadores e m p í r i c o s del desdoblamiento. E n y se fricciona con él todo el cuerpo. Luego tendido en el
el relato que sigue, extraído de Les Phénoménes psychiques suelo, cae en un sueño durante el cual el misionero observa
et superhormaux del doctor Joire (1), se trata de u n hechi- la rigidez cataléptica del cuerpo, su insensibilidad c u t á n e a
cero africano, observado por un misionero. Este practicante y la revulsión de los globos oculares.
de l a magia negra, utiliza, como se verá, u n producto que ab- A la m a ñ a n a siguiente, el hechicero se despierta y comu-
sorbe por vía d é r m i c a , friccionándose con él cuidadosamente nica a su amigo que ha hecho su encargo a Esaba.
toda la superficie c u t á n e a . — S i n embargo, le dice el padre, tú has permanecido toda
la noche tendido aquí.
Hecho n.° 1. — U n individuo llamado Ugema Uzago, jefe — N o ; yo no estaba en la cama; sólo mi cuerpo estaba allí,
de l a tribu de los Jabikou y célebre hechicero, detenta un ex- pero ¿qué es m i cuerpo? Yo no estaba aquí; yo estaba en la
traordinario poder sobre los indígenas, ya que cura las en- meseta de los Y e m b i .
fermedades que padecen, les revela l a manera de hacer for- L a realidad del desdoblamiento de Ugema fue confirmada
tuna y de conocer a sus enemigos, lo que, según el pensa- al misionero con la llegada de Esaba que le traía los cartu-
miento de estas gentes, significa que p o d r á n deshacerse de chos encargados por el doble de Ugema.
ellos. —¿Y c u á n d o te avisó Ugema? — le p r e g u n t ó el religioso.
Este Ugema es amigo del misionero. Pero un día le dice —Hacia las nueve de la noche, hace tres días — r e s p o n d i ó
que el Maestro, que todo lo puede, h a b í a invitado a todos sus Esaba.
discípulas a encontrarse, a l a noche siguiente, en la meseta A esa misma hora había caído Ugema en sueño catalép-
de los Tembí. E l misionero hace observar a Ugema que ese tico.
lugar está a cuatro días de marcha y que difícilmente e s t a r á n
allí a aquella hora. E l hechicero invita entonces al religioso a Hecho n.° 2. — M . Roger de C. ha contado en Occult Re-
asistir al día siguiente por l a noche, a los misteriosos pre- wiew c ó m o habiendo sido anestesiado con cloroformo, para
parativos en virtud de los cuales, s e g ú n él será transportado una operación quirúrgica, le pareció de pronto hallarse ante
al lugar indicado a la hora fijada. A l día siguiente, los dos la ventana de un amplio salón.
hombres se reunieron en la cabana del hechicero y el misio- «El sol brillaba y el cielo era azul sobre los árboles y
nero, antes de observar el silencio requerido mientras llevaba los p á j a r o s que cantaban. L a escena me resultaba familiar
a cabo los ritos que h a b í a venido a presenciar, ruega al brujo pero no lograba reconocerla. Me a c e r q u é a la ventana y me
que cuando llegue a la meseta de los Y e m b i m diga a un ne- alcé sobre las puntas de los pies. L a brisa era tan dulce, el
gociante negro, llamado Esada, afincado en l a meseta que el sol tan cálido que me a p r o x i m é m á s a l a ventana. M i s pies
brujo debía visitar, que se pase p o r aquí en seguida a traerle dejaron de tocar el suelo y la mitad de m i cuerpo fuera de
una caja de cartuchos que necesita. la ventana y t r a t é de sujetarme para no caer, pero sólo en-
— H a r é tu encargo — r e s p o n d i ó Ugema —. Esaba recibirá c o n t r é el vacío. Pero no caía; sorprendido c o m p r o b é que flo-
tu mensaje esta misma noche. taba en el aire. A l lado opuesto de la ventana h a b í a varias
«Ante tal seguridad, escribe el misionero, m i asombro figuras que se movían alrededor de algo que se hallaba ten-
a u m e n t ó y e m p e c é a impacientarme por ver el fin de esa dido sobre la mesa. Nadie parecía advertir m i presencia.
historia. ¿Cómo p o d r í a llegar Ugema a la fiesta? ¡Cuatro H a b í a varios hombres y dos mujeres mirando atentamente
días de marcha en unos minutos! Pero yo tenía, por medio de a la mesa. U n hombre que tenía la mano roja de sangre, dejó
Esaba, u n medio fácil de control: desde la misión se nece- el b i s t u r í que h a b í a estado utilizando. C o m p r e n d í que se tra-
sitaban tres jornadas de marcha para llegar hasta Esaba.» taba de una operación.
Acabados diversos ritos, el brujo toma un frasco, vierte —¿Cómo e s t á el pulso? — p r e g u n t ó el cirujano.
en sus manos un líquido rojizo, de olor fuertemente aliáceo — M u y débil.
240 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 241

—Hay que darse prisa; r á p i d o , una compresa. «doble» o «fantasma» de un sujeto dormido por magnetismo,
La enfermera le tiende lo que ha pedido. E l brazo del ci- se separa de su cuerpo físico si, llegado a la fase m á s profun-
rujano pasa a través de m í para cogerla. da de la hipnosis, se c o n t i n ú a magnetizándole. Este es el
—Suficiente éter, doctor; estoy preparado; una venda. relato de una experiencia de este género:
Esto iba para la enfermera quien entrega una venda enro- «En presencia del conde de V . y del s e ñ o r Housat (2),
llada a través de mí sin causarme la menor molestia. L a fi- d o r m í a la s e ñ o r a S. B . , uno de mis mejores sujetos. Fue en-
gura cubierta por una tela me parecía singularmente fami- trenada durante varios años y ha sido utilizada por diversos
liar. E l rostro, cubierto en parte por una toalla y un inhala- eminentes experimentadores, como el doctor Encausse, el
dor, estaba irreconocible. Tenía la i m p r e s i ó n de que yo había s e ñ o r Lancelin, el profesor Durville, etc. Tras haber obser-
experimentado un tratamiento análogo. Trataba de aproxi- vado la fase de exteriorización de la sensibilidad sigo car-
marme a la ventana, pero no pude. gando al sujeto, que se exterioriza r á p i d a m e n t e . E l objetivo
—¡Rápido! —dijo el cirujano, desgarrando la venda y ha- de la experiencia era obtener una acción del doble sobre
ciendo un nudo. E l ayudante retira la toalla y el inhalador. un cuerpo material. Estamos en m i gabinete de trabajo. A re-
Me vi forzado a mirar el rostro descubierto. Me parecía reco- querimiento m í o , el doble de la s e ñ o r a S. B . franquea la
nocerle pero no podía precisar d ó n d e lo h a b í a visto. Esta puerta que da a una p e q u e ñ a sala de espera. Inmediatamen-
idea se convirtió en firme convicción. E l cuerpo volvía en sí; te, se deja o í r un ruido y el doble vuelve a situarse a 1*50 me-
sus p á r p a d o s se movían y una expresión de dolor recorrió tros alrededor del sujeto dormido. Mis controladores y yo
su cara. Me atenazó un irresistible deseo de tomar posesión pudimos comprobar que en el salón una p e q u e ñ a mesa
de aquel cuerpo. Luis X V , de madera de haya, de cuatro kilos y medio de
Entonces ocurrió algo e x t r a ñ o : era como si el cuerpo es- peso, había sido volcada por la acción del doble».
tuviese estrechamente ligado a m í , como si se convirtiese en E l desdoblamiento, bajo la acción del magnetismo, ha
una parte de m í mismo. De pronto me desvanecí, dejaba de sido estudiado especialmente por el profesor H é c t o r Durville,
existir, la figura y la sala se hicieron confusas y todo desa- en presencia de una comisión de asistentes encargada del
pareció de mis ojos. Cuando me d e s p e r t é , estaba en la cama control. S u obra Le Fantóme des vivants es una extensa in-
y sufría atroces dolores de la operación a que había sido so- formación de sus experimentos sobre el doble humano.
metido.» (Occitlt Rewiew, citado por Dudville en Le Fantóme d) Desdoblamiento voluntario. — Algunas personas natu-
des vivants). ralmente dotadas, se desdoblan por un simple esfuerzo de
Cierto n ú m e r o de operados experimentan, durante la anes- voluntad. Para situarse en las mismas condiciones que estos
tesia, impresiones originadas por un desdoblamiento total o privilegiados y llegar a la bilocación voluntaria, es necesario
parcial. Por otra parte, entre los toxicómanos hay una gran un entrenamiento particular. Las obras buenas sobre la ma-
p r o p o r c i ó n de sujetos que son buenos hipnóticos. No se ha gia y algunos rituales de hechicería dan noticia de los proce-
podido, hasta ahora, establecer que la especie de trance pro- dimientos. H e aquí un caso de desdoblamiento voluntario ob-
ducida por el opio, la morfina o el é t e r y las alucinaciones servado en una practicante de la magia negra. L o he resumi-
fascinantes que a c o m p a ñ a n a este estado sean correlativas do según el relato que se hace en Les Hants Phénoménes de
de un desdoblamiento. L o cierto es que el uso de estas sus- la Magie, de Gougenot des Mousseaux:
tancias favorece la aptitud para ser hipnotizado, lo cual nos
parece una indicación en sentido afirmativo. Además, hemos Hecho n.° 1. — «Una cierta Juliana Cox, mal recibida pol-
podido constatar (1) personalmente un caso de desdobla- la criada de una casa a la que suele i r a mendigar, vuelve
miento e s p o n t á n e o en un hombre vigoroso y sobrio que ha- de nuevo a ella y, por la noche, se desdobla y se presenta
bía tomado 2 centigramos de haxix. ante la criada a la que atormenta y quien afirma que la vieja
c) Desdoblamiento bajo la acción del magnetismo. — E l a la que acaba de regañar, vuelve de nuevo y en seguida ante
16
242 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 243

ella. Los hechos se reprodujeron muchas noches seguidas. Por extraños que parezcan, todos estos casos, recogidos
L a sirvienta, exasperada, golpea con un cuchillo el lugar un poco al azar entre m i l , se han repetido muchas veces.
que ocupa el fantasma de la bruja, y ésta, alcanzada por re- Creemos haber aportado a su interpretación las bases que
percusión, es incapaz de explicar el origen de la herida, que p e r m i t i r í a n apreciarlos, precisar su determinismo e incluso
se adapta perfectamente a la recibida por su doble.» provocarlo.
Y ahora un ejemplo tomado de la vida corriente y co-
municado a los señores Myers y Podmore que lo han publi-
cado en Les hallucinations télépathiques:
NOTAS AL CAPITULO XX
Hecho n.° 2. — «Sucedió, dice la s e ñ o r a Russel, esposa del
señor Russel, inspector de I n s t r u c c i ó n pública en Bombay,
que hacía dos años que no h a b í a podido i r a visitar a m i fami- (1) Uno de los estados de hipnosis.
(2) No se trata aquí, ciertamente, de una predicción basada en las formas
• a como acostumbraba. M e decidí a partir. M i familia no co-
;
y líneas de la mano; la quiromancia, hoy «desocultada», es una ciencia de ob-
servación que permite interesantes observaciones, pero, por bien que se la utilice,
nocía m i intención; estaba alejada de mis familiares desde por sí misma no podría dar las precisas indicaciones que arriba se señalan. Todos
la primavera y no había tenido tiempo de avisarles por carta. los psicólogos saben que la mayor parte de los quirománticos que hacen pre-
dicciones con un día de antelación, son videntes que no podrían justificar sus
No q u e r í a enviar un telegrama por temor a asustar a m i ma- predicciones refiriéndolas a las líneas de las manos del consultante.
(3) P. Bouhours. Vida de San Francisco Javier.
dre. Me vino a la cabeza la idea de desear con todas mis fuer-
zas aparecerme a una de mis hermanas y avisarle de m i
llegada. Pensaba en ellas con la mayor intensidad posible du-
rante algunos minutos solamente, deseaba con todas mis
fuerzas ser vista por alguna de ellas (me imaginaba en una
visión que me transportaba ante alguna de ellas). N o creo
que llegase a concentrarme durante m á s de diez minutos.
Llegué a la casa el martes siguiente. Una de mis hermanas
estaba de espaldas a la puerta, y cuando oyó que ésta se
abría se volvió, viéndome; q u e d ó como petrificada m i r á n d o -
me, y empalideciendo dejó caer lo que tenía en la mano. Para
tranquilizarla, le dije: «Soy yo; ¿ p o r q u é te has asustado?»
Entonces me r e s p o n d i ó : «Creí verte como Stinchen (otra
de mis hermanas) te vio el sábado.»
Entonces me contó que el s á b a d o por l a tarde hacia las
seis, m i hermana me h a b í a visto claramente entrar por una
puerta en la habitación donde ella se encontraba, abrir luego
la habitación donde se hallaba m i madre y cerrar la puerta
tras m í . Corrió hacia lo que creía que era yo, l l a m á n d o m e
por m i nombre y q u e d ó absolutamente estupefacta cuando
no me vio con m i madre. É s t a no podía comprender la agi-
tación de m i hermana. M e b u s c ó por todas partes, pero na-
turalmente no me e n c o n t r ó . M i madre aquello lo interpretó,
con gran susto, como un aviso de que yo podía haber muer-
to».
16-
CONCLUSIÓN

L a p e n ú l t i m a página del libro de las famosas 22 claves


de Hermes ofrece a las meditaciones del neófito un singular
personaje, según podemos ver en la página siguiente. Con
su paso vacilante este loco, representado con su típica escla-
vina prendida de cascabeles, como los consabidos bufones de
las antiguas Cortes áulicas, sigue un camino incierto, seguido
de cerca por los dientes de una especie de cachorro de león
o de otra fiera m á s o menos fácil de identificar que se e n s a ñ a
y le empuja hacia la amenazadora proximidad de un abis-
mo abierto a sus pies. Así, de parecida forma, camina el hom-
bre cuyos ojos está a ú n cerrados a las luces del causalismo
oculto; tal es el hombre que se deja guiar ú n i c a m e n t e por sus
instintos; así son muchos hombres; d i r í a m o s que la mayoría.
(Véase la página 246).
Pero entre la locura que se agita en las tinieblas un redu-
cido grupo se orienta a tientas hacia el alba presentida oscu-
ramente y e s c u d r i ñ a la Noche con ansiosa mirada, buscando
en ella, como navegantes perdidos y desorientados en medio
del h u r a c á n , el rayo de luz del faro salvador.
La Eterna Providencia, no tarda nunca en responder a esta
angustiosa espera, y una de las formas de respuesta se mani-
fiesta, a través de los siglos, en los escritos h e r m é t i c o s , reve-
lados sin cesar por adaptadores sucesivos cuya continuidad
permanece, según podemos advertir si nos ponemos a ello,
sin lagunas. (Véase la página 247).
Estos escritos proclaman q u é Armoniosas Relaciones unen
al Mundo Incognoscible de la E m a n a c i ó n y de las Esencias,
con el Universo y el Hombre, ambos nacidos de aquél; mués-
FIGURA 36 FIGURA 37
El Demente El Mundo
Clave 21 del Tarol Clave 22 del Tarot
248 P A U L C. J A G O T

tran la interdependencia y sutil influjo del Hombre y del Uni-


verso; desvelan los procesos cuya verificación confiere la cer-
teza experimental, la definitiva y afortunada Orientación.
Ojalá este libro figure ú t i l m e n t e entre los eslabones de la
Cadena Iniciática...
Dedicatoria 5
CAPÍTULO PRIMERO: L a constitución oculta del hombre . 7
CAPÍTULO II: L o oculto universal 25
CAPÍTULO I I I : L a relación invisible 35
CAPÍTULO I V : L a relación microcósmica 45
CAPÍTULO V : L a receptividad 55
CAPÍTULO V I : Magnetizaciones, reacciones y atraccio-
nes 67
CAPÍTULO V I I : Las influencias providenciales . . . 79
CAPÍTULO V I I I : E l mediador de las potencias . . . 87
CAPÍTULO I X : L a ascesis mágica 97
CAPÍTULO X : L a rueda simbólica del destino. . . . 105
CAPÍTULO X I : Las realizaciones 117
CAPÍTULO X I I : Resistencia, opresiones y pasividades . 143
CAPÍTULO X I I I : E l misterio de la muerte . . . . 151
CAPÍTULO X I V : Metamorfosis y mezclas 165
CAPÍTULO X V : E l diablo o arcano del mal . . . . 171
CAPÍTULO X V I : Infortunios y catástrofes . . . . 177
CAPÍTULO X V I I : Talismanes e influencias planetarias . 185
CAPÍTULO X V I I I : L a magia negra 207
CAPÍTULO X I X : L a medicina oculta 215
CAPÍTULO X X : Los fenómenos ocultos ante la ciencia
contemporánea 221
CONCLUSIÓN 245

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