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JAGOT
CIENCIA OCULTA
Y M A G I A PRÁCTICA
EL H O M B R E E N RELACIÓN C O N L A S ENERGÍAS
SECRETAS D E L U N I V E R S O , L O S FENÓMENOS
OCULTOS Y S U DETERMINISMO, E L ACCESO
MÁGICO, RITUAL DE L A MAGIA, TALISMANES
EDITORIAL IBERIA, S. A .
Muntancr, 180 - B A R C E L O N A -36
A M. GUSTAVE FABIUS DE CHAMPVILLE,
IMPRESO EN ESPAÑA
PR1NTED IN SPAIN
LA C O N S T I T U C I O N O C U L T A D E L H O M B R E
primeras líneas hemos dejado entrever la necesidad para grado de la ortodoxia científica de ayer — se encuentra hoy
el adepto de una p r e d e s t i n a c i ó n . L a unanimidad en el seno completamente superada por la observación. E l elemento
de l a filosofía h e r m é t i c a no p o d r í a ser llevada m á s allá psicológico por sí mismo, supone problemas inconciliables
que en el seno de cualquier otra. L a ciencia positiva llega con la hipótesis a c a d é m i c a m e n t e intangible de un organismo
laboriosamente al acuerdo entre los suyos sobre el hecho y puramente material.
su causa inmediata. Los metafísicos disputan sobre la con- Cada uno de nosotros sería, según los anatomistas, una
cepción de las causas primeras. E l ocultismo, campo de
acción de las causas segundas, se enorgullece de l a experi-
mentación, único terreno en el que es posible el acuerdo;
pero abordarlo previene contra el riesgo especulativo de
falsas imputaciones, así como contra el peligro inherente
a toda tentativa presuntuosa; supone el previo e íntegro
entendimiento de la doctrina y por ello la facultad de asimi-
lársela.
Si vuestras disposiciones van a c o m p a ñ a d a s de esta ap-
titud, rara según el sujeto, las singularidades que preceden
han despertado en vosotros u n eco necesariamente impreci-
so pero cuando menos e u r í t m i c o : al contacto con el sím-
bolo manifiesta el sentido místico de los predestinados; des-
pierta una superconsciencia; nace un nuevo y definitivo ho-
rizonte. Ahora se puede decir que el E s p í r i t u sopla donde
quiere. A pesar de la m á s elevada cultura, el libro de oro
p e r m a n e c e r á cerrado por siete sellos. Fausto, riguroso hom-
bre de ciencia, empalidece sin esperanza sobre sus infolios:
irreceptivo al Verbo, la palabra, ante él, guarda obstinada-
mente su secreto mientras que el libro de conjuros traba-
josamente recorrido, entrega al dulce Flamel los tesoros
de la espagírica: ha sentido y b u s c a r á seguro de comprender.
FIGURA 3
Sentir, buscar, comprender parece que anuncian a saber,
querer y atreverse. Ascesis h e x a g r a m á t i c a , cuya yuxtaposi- El hexómetro iniciático
ción senaria equilibrada manifiesta, por la figura que evoca,
el s é p t i m o t é r m i n o de la f ó r m u l a : callarse, entrar dentro de aglomeración celular. L a biología habla de la célula, pero la
sí, recogerse... Meditar es sentir con mayor agudeza, bus- vida unitaria de un conjunto individualizado de células pos-
car l ú c i d a m e n t e , prepararse para comprender, y por tanto tula un principio vital identificable — y sin duda identificado
adquirir la ciencia, preparar l a voluntad y fomentar l a au- en un futuro muy p r ó x i m o — con nephesch, el segundo prin-
dacia: el exágono necesita su base... cipio de los cabalistas. E l proceso fetal presenta la misma
Por otro lado, el positivismo moderno se dirige clara- dificultad. Desde el óvulo recién fecundado hasta el tipo
mente hacia las conclusiones del ocultismo, muchas de cu- humano completo, elaborado en treinta y seis semanas, exis-
yas afirmaciones han sido probadas por la psicología ex- te un p e r í o d o de edificación perfecta, cuyo arquitecto los
perimental. fisiólogos se niegan a reconocer. Este organizador, sin el
La concepción materialista del individuo — dogma sa- cual los positivistas no pueden explicar la persistencia de los
14 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 15
caracteres morfológicos individuales, y la del recuerdo, a tural. Más a ú n , en estado hipnótico, esta dualidad psíquica
pesar de la renovación incesante de las células, es pues se hace indiscutible. Así, cuando el pensamiento consiciente
nephesch, el mediador plástico, el cuerpo astral de los ocul- suspende su actividad, estos dos automatismos, el orgánico
tistas. Él es el que anima el cuerpo de carne. Cuando él y el psicológico, prosiguen su funcionamiento como si, de
se separa, el conjunto se desintegra (1). acuerdo con la doctrina del ocultismo, estuviesen localiza-
E s obvio que si uno procede del otro, éste no s e r á ne- dos en el mismo principio. Por otra parte, ciertos fenóme-
phesch. L a función se distingue claramente de la materia. nos, recientemente admitidos como reales, abundan en la
¿Quién si no él, m á s bien que la inteligencia, participa, en idea de identidad del inconsciente moderno y el mediador
su fase subconsciente? L a movilización de los fagocitos ha- plástico medieval, sobre todo la autosugestión, la telestesía
cia el lugar de la infección microbiana, llamados desde to- y la ectoplasmia.
das las ramificaciones vasculares; las reservas orgánicas, Veamos el primero, m á s accesible al análisis. ¿No es cier-
esos medios de fortuna ideados y realizados para asegurar to que sus teóricos fundamentan en la puesta en juego del
la continuidad de una función amenazada; la precisión con inconsciente las modificaciones curativas obtenidas en su
que se apresta a reconstruir la carne, accidentalmente cor- p r á c t i c a ? Y a el hipnotismo había hecho evidente que accio-
tada, con idéntica disposición a la primitiva: todo esto in- nando el inconsciente a favor del sonambulismo se o b t e n í a n
dica y expresa una iniciativa de orden general absoluta- las m á s precisas reacciones internas.
mente innegable. Así es como hoy reaparece la antigua terna humana (2)
Mientras esta iniciativa, e x t r a ñ a al menos inmediata y bajo los nombres de organismo, consciencia e insconciente.
aparentemente a la inteligencia consciente, se lleva a cabo Los viejos emblemas, toro, león y águila, resultan, vistos a
en el silencio, el entendimiento se desentiende. la luz de estos conceptos, mucho m á s expresivos. L a analo-
La inteligencia, el entendimiento, el tercer elemento de los gía del cuarto símbolo geroglífico, se establece, en fin, por sí
constitutivos del hombre, el ruach, se dedica a su propio misma, con ese elemento superconsciente, manifestado en
campo de acción, dejando a nephesch su labor de dirigir la su plenitud por los genios y los santos, y gracias al cual el
vida vegetativa. E l corazón late, la sangre circula, los pul- hombre participa de la naturaleza angélica. Neschamah, el
mones cumplen su r í t m i c a obligación y el aparato digestivo espíritu puro, explica los fenómenos de intuición superior y
su trabajo de selección y asimilación. E s t a actividad orgá- todas las modalidades del conocimiento extra-especulativo.
nica la concibe el ocultismo, y nosotros la hemos considera- Es el espejo del que los videntes y los inspirados reciben
do, no como una resultante, sino como una entidad aparte, directamente la luz de lo alto. A excepción de estas cimas
distinta a l a vez del gouph, el cuerpo físico y del ruach, el humanas, Neschamah permanece potencialmente en el hom-
alma. Hipótesis por hipótesis, la conciencia psicológica que- bre y como latente; así se explica que el ocultismo elemen-
da así mejor explicada que como propiedad de la materia, tal reduzca el ser a sus tres elementos fundamentales: cuer-
a la que la identifican los sagaces materialistas. po físico, mediador plástico y alma consciente.
S i consideramos, ahora, las prerrogativas atribuidas a Concretemos esta triple unidad. L a ciencia positiva es-
aquello que los filósofos llaman el inconsciente, identifi- tudia ú n i c a m e n t e el cuerpo físico. Anatomistas y fisiólogos
caremos fácilmente en él al mediador plástico.- E l incons- escrutan sus tejidos, sus órganos, sus funciones y tratan de
ciente engloba, en efecto, el automatismo funcional y el auto- explicar, sólo por su mecanismo, los fenómenos de la vida
matismo psicológico. L a memoria, si bien es consciente en el y de la consciencia. Para el ocultismo, la carne es un sim-
momento de recordar algo, puede registrar acontecimientos ple soporte, un ropaje temporal, un instrumento movido
inconscientemente y de hecho no necesita en absoluto es- por el mediador plástico (vida vegetativa) y el alma (vida
tar consciente para conservarlos. L a imaginación se aisla de relación). E l mediador plástico (3), cuya sustancia,
m o m e n t á n e a m e n t e de la consciencia durante el sueño na- aunque material, difiere esencialmente de todo aquello que
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simpática con el durmiente impresionan su pensamiento y to, p r á c t i c a s empíricas peligrosas de las que nos ocuparemos
dan lugar a las premoniciones y sueños telepáticos (5). m á s adelante. S i el uso de los alcaloides derivados de la coca
L a hipnosis, el s u e ñ o artificial, provocado bien por medio y del opio, habitual en el mundo del vicio donde se busca por
de reacciones sensoriales, bien por sugestión, desligada del caminos torcidos la agudeza de la reacción sensorial, encuen-
ocultismo en cierto modo tras los trabajos de B r a i d y Lié- tra tantos adeptos entre la élite intelectual, es porque la
beault es definida por l a psicología moderna como «la anula- exteriorización o desdoblamiento que provoca se a c o m p a ñ a
ción m o m e n t á n e a de los fenómenos conscientes». Por una de una disociación y de una exaltación psíquicas considera-
excitación periférica se retarda la circulación nerviosa, se bles. S i estuviesen mejor informados, los toxicómanos bus-
rarifica l a irrigación cerebral. E l inconsciente, o sea el astral, carían por la ascesis el acceso a las regiones sutiles de la
permanece solo en movimiento, y aprovechando su pasividad mente y o b t e n d r í a n a d e m á s sensaciones que la droga no les
automática, el experimentador gobierna la mente del sujeto, proporcionará jamás.
cuyo cerebro ha escapado a l a influencia y dominio del alma, Otras formas conocidas de exteriorización denuncian la
debido a su casi paralización funcional. L a sugestión deter- a u t o n o m í a del cuerpo astral. L a sensibilidad c u t á n e a , por
mina un estado final análogo aunque su proceso sea muy ejemplo, desaparece cuando el doble etéreo se aleja. L a clo-
diferente: Acapara la mente, crea en ella un monoideísmo roformización tipifica esta abolición y m á s de u n hecho ha
y proporciona así al cuerpo astral u n predominio m á s o me- demostrado que de la narcosis resultaba una bilocación total.
nos prolongado. Durante sus experiencias, repetidas por Joire y realizadas
E l magnetismo a c t ú a a l a inversa. Lejos de perturbar o m á s tarde por Durville, el coronel de Rochas advirtió que el
restringir la vida psíquica, l a amplía. L a t r a n s m i s i ó n al mag- sujeto sometido a un grado profundo de s u e ñ o m a g n é t i c o ,
netizado de l a ondulación etérea del operador, exalta el me- mientras que la epidermis y tejidos subyacentes permane-
diador plástico y el alma del durmiente. É s t e , tras una fase cen en analgesia, acusa todo contacto que afecte a una super-
de aturdimiento debido a esta sobrecarga fluídica (estado su- ficie virtual situada a algunos c e n t í m e t r o s de su periferia
gestivo de Durville) recobra poco a poco su conciencia en mórfica. E n la agonía — ú l t i m o desdoblamiento — se pro-
estado de sonambulismo y é s t a se dilata entonces hasta el duce el mismo fenómeno entre otros igualmente sugerentes,
punto de manifestarse dotada de medios muy superiores a que serán analizados en un capítulo p r ó x i m o .
los que poseía en estado de vigilia y de facultades supranor- ¿No es sugestivo, por otra parte, que l a agudeza senso-
males: l a lucidez, por ejemplo, es decir, l a extensión en el rial varíe según las reacciones afectivas? ¿Acaso no es esto
tiempo y en el espacio de l a p e r c e p c i ó n auditiva y visual. una confirmación de que en nuestro doble tienen asiento
Bajo l a acción del magnetismo, los principios superiores a la vez el centro emocional y la facultad sensorial moda-
del ser muestran tendencia a separarse del organismo mate- lizada en el cuerpo físico por los ó r g a n o s esplácnicos?
rial. E l alma revestida del mediador plástico se aleja del E l dinamismo vital, otra propiedad del mediador plástico,
cuerpo en letargo, se mueve, siente y actúa. Las investigacio- se extiende, durante el trance del m é d i u m , m á s allá del orga-
nes del coronel de Rochas, de Ayglun, y m á s tarde las de Dur- nismo: golpes sonoros y desplazamientos de objetos mani-
ville han establecido experimentalmente l a realidad de este fiestan esta exteriorización motriz. Las huellas de l a cara y de
desdoblamiento, por otra parte observado a lo 1 argo de la mano de Eusopia, obtenidas a distancia sobre u n bloque
toda la historia (6). U n a bilocación análoga sobreviene a ve- de arcilla situado a varios metros de ella, ¿quién las ha im-
ces a consecuencia de un choque emocional violento. Puede presionado si no su doble equivalente que tiene la misma
incluso conseguirse voluntariamente después que, por una forma de su cuerpo? (7).
larga ascesis, el hombre ha reducido al m í n i m o los lazos que «No creo, escribía A d . Frank (8), en una ciencia oculta
le atan a su vertiente carnal. Ciertos adeptos de un ocultismo distinta de la ciencia o r d i n a r i a » . E l testimonio de l a Histo-
descarriado utilizan con el fin de alcanzar este desdoblamien- ria (9) establece al menos que, antes que los nuestros, los
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sabios de l a antigüedad conocían y sin duda provocaban ma- integrante del cuerpo físico en l a clasificación fundamental
gistralmente estos fenómenos psíquicos de los que el m á s en tres elementos. S i n embargo tiene u n papel muy preciso
insignificante es hoy causa de extrañeza y hasta desconfianza y concreto.
para m á s de uno entre los sabios. Ciencia — clásica u ocul- Cuando en un caso de desdoblamiento e s p o n t á n e o el cuer-
ta — significa análisis de los hechos, inducción de sus leyes po astral de un individuo se aparece a otro situado lejos de
y verificación de las mismas. Pero el ocultismo no se queda él, el cuerpo físico del desdoblado c o n t i n ú a viviendo nor-
en las leyes; llega hasta las causas segundas que son su prin- malmente. L o que significa que puede prescindir, al menos
cipal objetivo. Los discípulos abordan el estudio del hom- en lo que concierne a l a vida vegetativa, de su segundo prin-
bre, de sus relaciones con el universo visible e invisible, el cipio. ¿Qué es pues lo que sigue animando cada célula del
problema del ser y el problema de lo que ha de ser — del ser así disociado y moviendo sus órganos? Debe ser sin duda
devenir — bajo la égida del sentimiento — iba a decir bergso- el doble etéreo considerado como l a sede de la vitalidad de
niano — de que una intuición profunda, un inconsciente supe- la materia física. E n esos curiosos trances fakíricos en que
rior, pone a veces ante los ojos del investigador aquello que su se ponen los yoguis de la India mientras se hacen enterrar
inteligencia experimentalista m i r a b a sin ver. durante semanas enteras en un estado de muerte aparente
E s necesario admitir en atención a l a otra y m á s allá de en que l a vida vegetativa no da ninguna señal de actividad,
la inteligencia pura este inconsciente superior. E l genio e el doble etéreo del fakir c o n t i n ú a animando sus células fí-
incluso el talento, tan distintos uno y otro del ser razonante, sicas durante el tiempo que el cuerpo astral y los principios
como indiferentes a la voluntad, le necesitan. Nadie p o d r í a superiores permanecen separados de ellas.
a priori proclamar como u n a absurdidad que haya habido L a forma del doble etéreo es casi idéntica a l a del cuerpo
épocas en que existiera el conocimiento de c ó m o llevarlo de carnal. Cuando sobreviene l a muerte a q u é l se separa inme-
su latencia normal hasta excepcionales manifestaciones. diatamente de este ú l t i m o . Los sensitivos y los clarividentes,
Como hemos dicho las cuatro modalidades, vegetativa, es decir las personas cuya personalidad p s í q u i c a percibe las
anímica, racional e intuitiva de los psicólogos modernos re- vibraciones etéreas y astrales, ven al doble etéreo azulado,
cuerdan y confirman el toro, el león, el águila y el ángel delimitado p o r una tenue línea azul a l a derecha y rojo
esotéricos. anaranjada a la izquierda mientras que el cuerpo astral les
Para completar estas primeras nociones, conviene trazar parece b r i l l a r uniformemente con una bella luminosidad blan-
la analogía de la concepción ternaria y cuaternaria de los ca. Personas poco sospechosas de padecer alucinaciones pa-
principios constitutivos del hombre con los sistemas quina- tológicas han observado en las proximidades de u n a tumba
rio y septenario e n s e ñ a d o s p o r algunos centros de iniciación. recientemente removida, al doble etéreo del cadáver: ése es
E l alma, el mediador plástico y el cuerpo físico son, según sin duda el origen de las historias de aparecidos.
las diversas escuelas: L a función del doble e t é r e o ha sido descrita minuciosa-
cuerpo causal1 mente p o r algunos adeptos del desarrollo espiritual integral
1. A l m a 2
que han llegado a percibir las sutiles vibraciones e t é r e a s en
» mental
sus m á s elevadas modalidades. Este doble indica por su as-
2. Mediador plástico 3
pecto el estado de salud. Todas las formas de astenia derivan
o de una debilidad del doble etéreo, cuyo tono de vibración
cuerpo astral cuando es insuficiente, provoca l a hipoactividad orgánica y
4
nerviosa. Los magnetizadores muy dotados transmiten a los
„ „ . . \ doble e t é r e o
r
3. Cuerpo físico < , , , enfermos, a t r a v é s del é t e r ambiental, u n a o n d u l a c i ó n tan
( materia del organismo poderosa que su doble etéreo queda animado de u n movi-
E l doble etéreo del sistema quinario se considera parte miento vibratorio mucho m á s activo. Este movimiento ondú-
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[ El alma inteligente
ÍANA
L O OCULTO U N I V E R S A L
ESPIRITUALIDAD
6 6
Rectitud Entendimiento
Dinamismo 8-Plasticidad
- Radiación 8 - Abducción
POTENCIALIDADES
9 9
VIRTUALIDADES Animación
10 10
FENOMENISMO Síntesis individual
SENSIBLE humana
FIGURA 6 FIGURA 7
U n breve comentario facilitará el camino a los que pre- cen. A lo largo de este volumen figuran muy concretas in-
tendan l a c o m p r e n s i ó n de esta figura. dicaciones en que t a m b i é n los novatos de lo maravilloso
Las diez denominaciones numeradas (llamadas sefirots) e n c o n t r a r á n su n ú m e r o . Más de uno volverá a este capítulo
significan en una acepción luminosamente abstracta las diez a buscar las luces de las cuales se h a b r á n sentido deseosos
modalidades — manifestadoras primarias de la Causa de al asimilar los aspectos m á s accesibles de la doctrina.
Causas, del Ser en sí — de Dios. Concebido, no en sí, sino como aspecto cósmico, el sis-
¿Y por q u é diez y no nueve u once? S i contestamos que tema sefirótico puede escribirse: (ver fig. 6 pág. 30).
diez es el n ú m e r o de todo acto perfecto, se impone una expli- Este cuadro ofrece, en efecto, el resumen de l a consti-
cación subsiguiente. Hela a q u í : tución universal.
De l a unidad, base de l a progresión diferencial, a la dé- E n fin, el complejo cuaternario humano, reflejo del Uni-
cada, se halla cualitativamente incluida l a infinita multipli- verso, reflejo a su vez de Dios, se distribuye así: (ver fig. 7,
cidad. Los diez primeros n ú m e r o s : 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10 página, 31).
contienen y expresan i n t r í n s i c a m e n t e a todos los d e m á s . Se Aunque nuestras débiles luces hayan sin duda malogra-
puede hallar el valor de expresión esotérica de no importa do la integral precisión de l a correspondencia con cada «se-
q u é n ú m e r o , sumando sus cifras para reducirlo a uno de firah», las analogías de conjunto son innegables.
los diez primeros. Así 365 = 3 + 6 + 5 = 14 = 1 + 4 = 5. Asi-
mismo, 18.749 = 1 + 8 + 7 + 4 + 9 = 29 = 2 + 9 = 11 =
= 1 + 1=2.
Extendernos sobre este punto d e s b o r d a r í a el á m b i t o de
este elemental esquema del ocultismo. Para profundizar so-
bre el tema es recomendable el magnífico trabajo del padre
Lacuria, Las armonías del ser expresadas por el número, así
como los estudios del D r . Allendy, de Alfégas y de Schwaller.
Los sefirots se presentan agrupados en cuatro series:
tres tríadas y l a d é c i m a unidad. Así el sistema décuplo se
convierte en cuaternario, n ú m e r o de los elementos consti-
tutivos del macrocosmos y del microcosmos. E n efecto abs-
trayendo: 4 = 1 + 2 + 3 + 4 = 10.
Como por otra parte, 10 = 1 + 0 = 1, se deduce que so-
los los n ú m e r o s 1, 2 y 3 son los valores que representan el
Absoluto.
L a primera t r í a d a (Kether, Chomach, Binah) — mundo
espiritual — incluye potencialmente a los otros dos. Se re-
fleja secundariamente en modo psíquico (Tiphereth, Chesed,
Geburach), y luego terciariamente en modo astral (Yesod,
Netzah, H o d ) . E l décimo sefirot: Malchuth, el Reino (de las
formas) realiza l a síntesis de los nueve primeros y manifiesta
la reacción de Kether, l a causa inicial (1) sobre el elemento
neutro (0) por sus diversas modalidades.
N o queremos ocultar l a decepción que suelen experimen-
tar a q u í los recién llegados al ocultismo. Que se tranquili-
3
CAPÍTULO III
L A RELACIÓN I N V I S I B L E
de l a Verdad, de l a Rectitud. Comienza entonces su existen- la gracia: S i el peor criminal se siente conmovido, sólo u n
cia propiamente dicha y tiende a predominar sobre los ins- segundo, por u n ejemplo de renuncia heroica, se puede decir
tintos y las emociones elaboradas p o r los principios infe- que su superconsciencia acaba de nacer, o mejor que acaba
riores. E l esfuerzo reiterado le confiere poco a poco u n po- de despertarse; desde ese momento lleva en sí l a potencia-
der de control cada vez m á s absoluto. Sus voliciones se ha- lidad de una noble acción, que será l a p r i m e r a de u n com-
cen enérgicas y rigurosamente deliberadas. Cuando el sen- pleto cambio de conducta. Por otra parte, incluso incons-
tido moral, o mejor, los sentidos morales e s t á n suficiente- ciente del verbo espiritual, el ser humano se beneficia cuan-
mente afianzados, el hombre se ha convertido en una poten- tas veces lo juzgue necesario l a inteligencia universal, de
cia consciente porque su actividad psíquica, transmitida al una providencial p r o t e c c i ó n , aparentemente fortuita. De pron-
plano astral, engendra en él virtualidades que se conforman to surge una e m o c i ó n desconocida que le abre nuevos hori-
a lo que él desea, y estas virtualidades confiadas a l elemento zontes; una casualidad viene a aplacar su angustia; una
hiperfísico omnilatente, son en él generadoras de inmediatas salvadora combinación de circunstancias le arrastra fuera
realidades. del círculo en el que sin duda hubiese sido aniquilado. Y
S i , no obstante una fuerte voluntad, el desarrollo del siempre una llamada ardientemente proferida, en recogido si-
alma e s t á falto de homogeneidad; si, por ejemplo, los senti- lencio o con la ayuda de la palabra o de los signos rituales,
mientos siguen siendo arbitrarios o el juicio oscurecido, el acaba en una acogedora reacción del plano divino.
individuo no deja de influir eficazmente en el plano astral, L a a b s t r a c c i ó n m í s t i c a lleva al alma altamente desarro-
pero entonces recoge lo que h a sembrado, es decir, engendra llada hasta l a Inteligencia universal, que le es dada así di-
coyunturas adversas y fatalidades dolorosas. rectamente, y al Conocimiento en una medida compatible
E n resumen, el verbo í n t i m o de cada uno, análogo al con su grado de sutileza y la Beatitud extática proporcio-
verbo psíquico universal, realiza al igual que este ú l t i m o lo nal a su santidad...
que expresa. Pero contradecir a l verbo cósmico implica tan- Dejemos estas ú l t i m a s y excepcionales posibilidades y
tas reacciones coercitivas como contradicciones. L a moral volvamos a las m á s inmediatas: las que pueden realizar el
adquiere así una base experimental mucho m á s fecunda en t é r m i n o medio de los individuos conscientes de sus princi-
aprovechables coloquios interiores que las m á s sutiles diser- pios ocultos y de su relación con los planos correspondien-
taciones de los especuladores de l a filosofía, e incluso de l a tes del universo. Más de u n lector atento a todo lo que an-
teología. tecede h a b r á concretado, p o r sí mismo, los f e n ó m e n o s co-
U n total asentimiento a l a Verdad, a l a E q u i d a d y l a rrelativos a l a vida astral, p s í q u i c a y espiritual.
Rectitud desprende poco a poco l a psique de la huella de los E n primer lugar, sepamos que toda interrogante mental
principios inferiores, gouph y nefesch. Entonces Neschamah claramente formulada, lleva consigo una i n s p i r a c i ó n recí-
eleva el alma hasta sí y l a penetra de una i l u m i n a c i ó n abso- proca. Según se trate del orden inteligible o del orden feno-
lutamente espiritual. Ante ella se abren, radiantes, los tres m é n i c o l a reacción llega de u n plano o de otro bajo las
caminos que conducen a l a u n i ó n divina: el altruismo in- respectivas formas características. Así a los pensamientos
tegral, l a a b s t r a c c i ó n m í s t i c a y l a b ú s q u e d a trascendente. predominantes responden frecuentemente ideas o imágenes
Según su propia naturaleza, elegirá una u otra vía de as- intuitivas, surgidas e s p o n t á n e a m e n t e durante l a vigilia o en
cesis redentora... el s u e ñ o , relativas a personas o eventualidades.
Pero Ruach, mucho antes de alcanzar estas alturas, e s t á Los movimientos interiores del alma, deliberados o re-
preparada para presentir su inefable belleza, para sentir flejos de las tendencias propias del doble cuerpo astral o
una veneración cada vez m á s profunda por l a superioridad de las apetencias sensoriales a c t ú a n , a t r a v é s del m é d i u m
moral, y luego para aceptar p r á c t i c a m e n t e las solicitaciones universal, sobre las individualidades conocidas o descono-
ocasionales de Neschamah; u n clérigo diría: el llamado de cidas de aquellas de quienes depende la realización de lo que
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA
se desea obtener o evitar. O sea que aquellos movimientos elementos estelares, fijos o móviles, dispensa, por su moda-
influyen sobre el factor humano del futuro, pero su actua- lidad vibratoria una característica particular. Planetas y es-
ción no se localiza en los seres: se extiende a las fuerzas, a trellas afectan a los nacidos a l a existencia de una manera
los agentes cósmicos, afecta en el seno del astral a las vir- que difiere para cada segundo y en cada punto de nuestro
tualidades que dan forma previa a los acontecimientos en globo según los ángulos bajo los cuales ese punto recibe sus
suspenso; engendra de sí misma la gestación hiperfísica de vibraciones. Así es como las posiciones planetarias en el
tales realidades ardientemente objetivadas, anhelosamente Zodíaco y, según el lugar del nacimiento y el instante en
deseadas. que se produce, indican al astrólogo las predisposiciones
«La casualidad de las circunstancias es una ilusión», dice fastas y nefastas del n i ñ o . E l h o r ó s c o p o traduce, de he-
Péladan, «de l a que uno se da cuenta mirando hacia a t r á s cho, una cierta relación, un cierto modo de relaciones entre
y desde un poco lejos». Este gran desconocido (1) conocía la naturaleza y el hombre pero nunca una fatalidad rigu-
la parte activa que corresponde a la voluntad humana indi- rosamente inmodificable.
vidual en el determinismo general.
L a fatalidad, esto es, el conjunto de leyes físicas e hiper- De la impresión dejada en el nacimiento por los astros
físicas gobierna el fenomenismo astral y su correlativo sen- deriva un conjunto de cualificaciones, u n determinismo re-
sible; constituye el determinismo rector de los dos grandes lativo al que gouph, el organismo físico y nephech, el incons-
planos inferiores de la naturaleza y de sus dos elementos ciente, servirán de m é d i u m . E l alma sufrirá su influencia y
correspondientes en el hombre. E n tanto que el alma per- su único p r o p ó s i t o aquí abajo será luchar contra ella para
manece encerrada en sus vehículos, dicho de otra manera, evolucionar hacia l a libertad absoluta.
en tanto que el alma refleja pasivamente las espontaneida- E l ángulo bajo el cual el recién nacido recibe el influjo
des emocionales y sensoriales surgidas del mediador plástico propio de cada planeta determina el grado en que le será
y del organismo, el ser humano se encuentra í n t e g r a m e n t e impartida la virtualidad dispensada por ese planeta. Los án-
determinado. A medida que l a vida psíquica se hace m á s gulos bajo los que cada cuerpo estelar recibe las influen-
reflexiva, la entidad pensante y consciente — el alma — se cias de cada uno de los otros ocho en el instante del naci-
convierte t a m b i é n en principio determinante e influye, deli- miento, determinan c ó m o se efectuará en la individualidad
beradamente, en la fatalidad. E l individuo se sustrae, pues, del niño la mezcla del influjo de ese cuerpo estelar y de las
a ella, gradualmente, en una medida siempre proporcional vibraciones irradiadas por los otros.
a su grado de dominio inhibitorio sobre sus impulsiones y Y cada una de las doce regiones zodiacales, o sea doce
sus tendencias primitivas, en una palabra, sobre su as- grupos de estrellas fijas, a c t ú a n , por su tono vibratorio ge-
tralidad. neral, sobre el recién nacido, primero en r a z ó n de su posi-
Por astralidad, hay que entender las predisposiciones y ción relativa a l horizonte oriental del punto de la tierra en
predestinaciones que resultan de las influencias planetarias el que ha nacido, y luego por las modulaciones que expe-
en el momento de nacer, y que por otra parte comunican a l rimenta a su paso por ese signo zodiacal el influjo propio
recién nacido un c a r á c t e r morfológico que permite distin- de cada planeta.
guirlos claramente. Todas las virtualidades observables a q u í en los diversos
E l momento de una e n c a r n a c i ó n humana parece fortuito reinos son engendradas por las influencias astrales. Se puede
pero la Rectitud (2) que preside en la gestión psíquica del clasificar los minerales, los vegetales, los animales y los
universo regula los nacimientos de manera que corresponda hombres, según sus propiedades o características en nueve
a cada yo el doble sideral y el cuerpo de carne que implican categorías: solar, lunar, marciana, mercuriana, jupiterina,
sus antecedentes. venusina, saturniana, uraniana y neptuniana.
Así pues, si el Sol irradia l a vida a cada uno de los d e m á s Marte, por ejemplo, engendra a l a vez las formas recti-
40 PAUL C. JAGOT
Elemento
espiritual
Esencia
í Entidades
psíquica
r Invisibles
Substancia Ser !] V J
astral
Materia
física
Mineral Vegetal
FIGURA 8
Esquema de las relaciones del Hombre con el Universo
planta determinada para conseguir un determinado efecto diversas categorías de espíritus que pueblan lo invisible y
curativo o, m á s generalmente, fisiológico. De ahí, en fin la particularmente con las entidades solares, lunares, marcia-
indicación de utilizar l a sustancia de tal animal con el fin nas, mercurianas, etc., que se evocan considerando el tiempo
de alcanzar tal resultado. y el rito evocatorio, según su naturaleza planetaria.
Se explica t a m b i é n , según esto, p o r q u é una hora deter-
minada de tal día, en una é p o c a t a m b i é n determinada, es
propicia para recoger tal ingrediente usado en magia. E n * *
el momento en que Marte se sitúa en la eclíptica de manera
tal que su influencia sobre nuestro globo sea intensa, las La invisible relación que solidariza l a unidad humana
propiedades de los vegetales marcianos alcanzan su máxi- con el Todo invisible, está expresada en la tercera carta del
mo. E n ese mismo momento los animales marcianos están Tarot. E l personaje de este naipe, l a Emperatriz, lleva las
en su paroxismo y la violencia se deja sentir en el mundo alas simbólicas que elevan hasta los éxtasis reveladores; su
bajo l a forma de terremotos, tempestades, ciclones, críme- cetro, acabado por el jeroglífico de Venus, afirma el poder
nes, guerras, etc. Hagamos notar, para salir al paso de una de reinar por imantación (atracción), sobre l a luz astral, y por
fácil objeción, que se m a n i f e s t a r á en una u otra forma, se- tanto sobre el dominio de Jo sensible. S u mano izquierda —
gún sean las posiciones de los d e m á s astros cuya acción pasiva en relación con la derecha, que expresa las iniciativas
modificará la acción radical de Marte. deliberadas — muestra a l exterior l a imagen de u n águila
E n otro orden de ideas, hay que advertir t a m b i é n que negra: la oscura impulsión proyectada sobre el omnilatente
el paso de un planeta por puntos en los que su acción sobre hiperfisismo por las espontaneidades anímicas. Arriba, las
la tierra es m á x i m a o m í n i m a , a r m ó n i c a o disonante con la doce estrellas zodiacales irradian el influjo planetario. Abajo,
de los d e m á s satélites solares, v a a c o m p a ñ a d o necesaria- la luna — la realidad contingente, la naturaleza creada — re-
mente de un efecto sobre l a e c o n o m í a planetaria de los in- posa a los pies de la excepcional criatura que su iniciación
dividuos y de las colectividades. A las diversas fases actua- ha provisto de los atributos de l a d o m i n a c i ó n oculta. (Véase
les de p r e s e n t a c i ó n de una región terrestre al sol correspon- la página 41).
den fenómenos muy bien conocidos. L o que ya no lo es
tanto, es que todo eclipse del foco central de nuestro siste-
ma significa siempre u n desastre que suspende o destruye
la vida: hambre, invasión, devastación, epidemia, etc., según
NOTAS AL CAPÍTULO III
la modificación determinada p o r los d e m á s cuerpos side-
rales.
(1) La conspiración del silencio se imponía a una obra cuyo orgulloso con-
Todo conjunto individualizado de á t o m o s , decíamos sus- ceptualismo ofendía al materialismo reinante. Aún hoy es inútil buscar el nom-
tancialmente en el capítulo primero, posee un doble, un bre de Péladan entre aquellos que forjaron la historia literaria del siglo xix. No
obstante, sus libros, rarísimos, hoy, valen su peso en oro.
cuerpo astral, que exterioriza incesantemente su radiacti- (2) Principio cósmico caracterizado por el sexto sefirot. (V. cap. II).
vidad. He aquí un esquema que muestra la relación de los
reinos de la naturaleza terrestre con los planos del universo.
(Véase la página 40).
Esta figura completa las nociones precedentes en lo que se
refiere a la relación por una parte del hombre con los pla-
nos cósmicos, y, por otra con las entidades minerales, vege-
tales o animales de su á m b i t o terrestre. Más adelante vere-
mos c ó m o el plano astral relaciona el ser humano con las
CAPÍTULO I V
L A REACCIÓN MICROCÓSMICA
volitiva del hombre se extiende incluso hasta l a naturaleza lidad pero cerrados a las luces morales, ansian para mal-
visible, como se observa m á s concretamente entre los ani- gastarlos, los poderes del mago. Sustituyen la ciencia m á s
males que entre sí se influyen telestésicamente, ya que sus elevada para ellos inaccesible, por el oscuro empirismo del
emociones y sus deseos se irradian en el medio hiperfísico libro de conjuros. S i n embargo son muy raros los que po-
que los difunde y transmite. seen el grado de enormon sin el cual las p r á c t i c a s m á s
Así, por su verbo interior, cada uno puede influir en los abominables permanecen inoperantes. N o alcanza el que quie-
diversos elementos preformadores de lo inminente concreto. re ese grado de frenética exaltación que tienden a provocar
Evoca y conjura sin espada templada bajo ninguna cons- las perversas extravagancias del ritual goético y que sola-
telación n i varita m á g i c a ritual, a las verdaderas Potencias mente el agente hiperfísico, aparte de la voluntad reflexiva
que le favorecen o le perjudican y, a veces, le esclavizan. y adiestrada, puede hacer aparecer imperativamente. N o son
¿Piensa y ruega intensa, encarecidamente? Entonces cons- m á s eficaces las malas intenciones que las buenas, n i bastan
ciente o no, es u n poderoso mago, u n centro activo de por sí solas para crear realidades: es necesario a d e m á s la
movilización y gestión de los poderes cósmicos, una auto- ayuda de una exteriorización propulsiva que el hechicero
ridad de verdadera importancia entre aquellas que rigen busca en la exasperación de sus peores deseos y el mago
el fenomenismo omnilatente. Pero en l a medida en que sus en la ascesis.
voliciones sean arbitrarias, t e n d r á que sufrir las consecuen- Tampoco en manos de los débiles, de los irresolutos, y
cias de las mismas causalidades que él invocó: le será de- de los inconstantes, operan n i positiva n i negativamente los
vuelto el equivalente de lo que indecisa y desordenadamente ritos m á s ensayados.
exigiera. ¿Acaso no h a b r í a de corresponder una desastrosa Sin la m á s m í n i m a noción de ocultismo cada uno expe-
catástrofe a una serie magistral de realizaciones? rimenta en sí mismo inconscientemente las leyes de l a ma-
¿Piensa e invoca luminosamente, bajo l a influencia de gia. L a m á s fugitiva ideación deja sin duda una huella per-
los sentidos propios de su psiquismo, con pleno asentimien- manente, y ayuda, según su d u r a c i ó n y su fuerza, a condi-
to a l a Verdad, l a Justicia y a l a Rectitud? Entonces emana cionar los acontecimientos posteriores. Salvo una debilidad
de su Verbo conforme al Verbo del Cosmos, un fuerte po- extrema toda persona dotada de memoria y de imparciali-
der derivado de la total a d h e s i ó n a él del Altísimo: es u n dad, r e c o n o c e r á que existe al hacer el recuento de sus re-
Santo, u n Genio o un Mago. cuerdos, u n cierto paralelismo entre l a condición en que se
Pero s i el adepto piensa y ruega a ciegas, con el alma encuentra en el presente y sus actividades psíquicas en las
oscurecida e invadida p o r el torbellino de sus apetencias o semanas, meses y a ñ o s precedentes. Este paralelismo puede
de las pasiones; si se limita, como hipnotizado, a satisfacer llegar a ser incluso identidad entre deseos de una época y
las solicitaciones de su naturaleza superior, entonces se con- los acontecimientos de la siguiente. Pero, a no ser que exis-
dena al papel de m é d i u m , inconsciente de las fuerzas de l a tan raras predisposiciones volitivas a una educación mental
fatalidad. Esclavizada, su alma obedece pasivamente al ritmo poco frecuente, cada uno se somete al capricho de sus esta-
de las apetencias e i r r a d í a su encadenamiento a las correla- dos de á n i m o y transmite así a l a luz astral u n a serie de
tivas causalidades. A l brujo y al Mago se opone en este caso reacciones a n á r q u i c a s que se anulan las unas a las otras
una entidad h í b r i d a de apariencia humana, tributaria del porque son demasiado diversas y con demasiada -frecuencia
dominio rector del primero, pero sometida t a m b i é n , a poco antagonistas.
que una intuición le revele el oculto poder de atracción que Entre los pensamientos que recorren el espíritu, unos son
lleva consigo toda vehemencia interior, a transigir con los fruto de las sensaciones físicas, otros experiencias de impre-
elementos subversivos del astral. siones y emociones nacidas del principio astral, y alguna
E s el caso de los brujos de l a magia negra y de los he- que otra se elabora en el centro espiritual. Y las hay que
chiceros. Sensitivos y a l a vez dotados de intensa pasiona- provienen de fuera, representativas de influencias magneti-
48 P A U L C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 49
zadas antes o sugeridas por seres visibles. Acaban todas en a las alturas de los m á s grandes científicos del mundo, recibe
voliciones e s p o n t á n e a s o reflejos cuya potencia es comparable apenas el salario de un barrendero y se desloma con ingratos
a su intensidad y persistencia. Los impulsivos, cuyas facul- trabajos para aumentar sus ingresos. Aquel industrial, col-
tades dirigentes dormitan y se dejan llevar siempre por l a mado por fin de brillantes satisfacciones para cuya conquista
espontaneidad, accionan ciegamente el plano hiperfísico e se ha descarnado la piel, s u b o r d i n á n d o l o todo a su conse-
imponen a los acontecimientos su propia inconsecuencia. cución, advierte al final que esas satisfacciones estaban muy
Siembran el desorden y recogen l a desgracia. lejos de poder dar lo que p r o m e t í a n . E l primero no supo
ni quiso exigir, el otro no supo n i quiso ver claro.
E n tanto que el hombre se mueva pasivamente por los
impulsos anteriores o por solicitaciones de fuera, debe con- Cada una de las influencias planetarias cuyo papel hemos
siderarse desprovisto si no de eficiencia vitualizante, sí al esbozado en el capítulo III predispone a los que han sido
menos de control sobre los f e n ó m e n o s que puedan derivarse. sometidos a su influjo a un modo especial de sensibilidad
Una serie inflexible de leyes causales lo m o v e r á n a semejanza y de intelección (1). Todo hombre siente y piensa a través
de un barco cuyo piloto duerme. Para sustraerse a esta deri- de un temperamento que resulta de sus condicionamientos
va es necesario que el piloto — l a voluntad reflexiva — per- astrales. L a astralidad (2) individual es la causa inicial de
manezca despierta, atenta y vigilante. S i n embargo no basta las predisposiciones y predestinaciones, aunque unas se en-
querer, deliberada y juiciosamente sino decididamente y sin gendran en mayor n ú m e r o que las otras. Hay, como ya sa-
tregua, ya que de lo contrario los remedios serían tardíos y bemos, una relación de causa a efecto entre una determinada
de hecho poco afectivos, y l a dirección insegura. S i n el ti- manera de actuar y de pensar y los acontecimientos subsi-
m ó n sólidamente amarrado no hay dirección segura; sin una guientes.
p r o p u l s i ó n continuada es imposible el avance. A l modo solar, objetivo, penetrante, sintético, expansivo,
Así se explica que los hombres de c a r á c t e r firme obten- valiente, egoísta e imperioso, responden los grandes triunfos,
gan materialmente m á s que los hombres de inteligencia pura. las altas s u p r e m a c í a s , las brillantes y gloriosas exaltacio-
É s t o s piensan razonablemente, pero l a dispersión de su acti- nes, la í n t i m a soledad, las enemistades colectivas, las caídas
vidad cerebral debilita casi siempre l a intensidad de sus m á s vertiginosas.
legítimos deseos. L a extensa cultura de los sabios, de los A l modo lunar, subjetivo, lento, contemplativo, lunático,
filósofos y de los artistas dignos de ese nombre, sólo mag- imaginativo, inofensivo e idealista, corresponden la oscuri-
netiza hacia ellos una m i n ú s c u l a parte del oro que afluye dad, la inestabilidad, una alternancia de gracias apacibles y
en grandes cantidades a los cofres de los grandes negocian- de dificultades siempre renacientes, de encantamientos ilu-
tes, menos dignificados intelectualmente pero m á s volunta- sorios y decepciones dolorosas.
riosos, m á s apasionadamente apetentes, precisamente por- A l modo marciano, vigoroso, combativo, extremoso, im-
que son menos cultos. Frecuentemente el hombre de razón petuoso, íntegro, positivista, responde la lucha encarnizada,
es un desequilibrado p o r insuficiencia de impulsión y el hom- incesante con sus triunfos y sus fracasos, sus violencias unas
bre de c a r á c t e r u n desequilibrado por exceso de pasionali- veces infligidas y otras soportadas, con s ú b i t o s cambios de
dad. L a ley rige para ambos con absoluta igualdad. A l pri- situaciones desesperadas.
mero l a lucidez y la mediocridad material. A l otro l a abun- A l modo mercuriano, vivo, e s p o n t á n e o , analítico, inquisi-
dancia y l a ceguera intelectual. Uno evoluciona por abstrac- tivo, de atención dispersa corresponden la multiplicidad de
ción, el otro por e x p e r i m e n t a c i ó n . las ocasiones, l a diversidad de ambientes, la independencia,
Pero l a Rectitud cósmica entra de nuevo en acción y los avatares, una vida proteiforme.
suscita en los momentos que m á s las necesita, la energía A l modo jupiterino calmo, confiado, sugeridor, apacible
para el razonable y l a r a z ó n para el fuerte. Ese pobre viejo y descuidado, pertenecen las ayudas, dignidades y facilida-
al que una existencia de trabajo desinteresado ha llevado des materiales seguidas de adversidad (3).
4
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 51
NOTAS AL CAPÍTULO IV
LA RECEPTIVIDAD
de su mágica belleza, pero sus sentidos, debilitados, per- arbitrariedades, sino t a m b i é n el m á s imperdonable de los
manecen sordos a la llamada del divino Mago. Otros sienten errores, porque es imposible gobernar por mucho tiempo a
vibrar en inquieta disonancia el temblor del ambiente invi- seres desprovistos de la esencia a r q u í a interior.
sible: les domina el h a s t í o o les oprime una ansiosa desazón, L a ascesis religiosa amplía y acrisola la conciencia espi-
o bien les penetra una singular angustia que delata la intro- ritual, m o m e n t á n e a m e n t e suscitada por los ritos y ceremo-
misión en ellos mismos de una Realidad muy turbadora nias; de esta manera puede ser apreciada experimentalmente
para quien habitualmente deja reposar sus ojos solamente y se impone por sus elevadas posibilidades: el conocimiento
en las fantasmagorías terrestres. Y hay, por fin, quienes directo, generalmente relacionado con el éxtasis, y l a ilumi-
su espesa materialidad, s i s t e m á t i c a y obstinadamente refor- nación profética, es decir, l a precognición en su principio,
zada, les aisla de la suprema fuente de V i d a y de Conoci- de acontecimientos que h a b r á n de ocurrir, inminentes o le-
miento, hasta anular su principio esencial. janos, pero que se convierten desde ese momento en nece-
Asentir a la Rectitud universal, intencionalmente al me- sidades. E l estado de santidad — de integral conformidad
nos, y por tanto tener el alma pendiente de la generación con la Rectitud — implica una comunicación consciente,
de Tiferet, es el objeto p r i m o r d i a l de l a existencia humana. m á s o menos continua, con el plano divino, puerta de acceso
Volver a ligar a la criatura con el centro emanador de la a la Verdad esencial, pre-visión de futuros acontecimientos
a r m o n í a cósmica, es establecer el conducto por el que llega- terrestres, de donde se sigue la facultad de profecía.
r á l a impregnación que s u b s a n a r á el desorden que la tiene E l lector que haya captado l a exposición del capítulo I I
alejada del plano espiritual. E s a fue l a principal y m á s c o m p r e n d e r á inmediatamente la distinción que a q u í se i m -
noble inquietud de los hierofantes religiosos. pone entre el profeta, i n t é r p r e t e inmediato de la inteligencia
Para enmendar este defecto, es necesario ingeniárselas y de l a voluntad universales, y el mero vaticinador m á s o
para desviar p e r i ó d i c a m e n t e el pensamiento del hombre de menos dotado de percepción premonitoria. E l primero cono-
la acaparadora invasión de los instintos, abrirlos a la noción ce l a decisión inicial del acontecimiento. Los d e m á s , sonám-
de lo divino por medio de sugestiones, de p r á c t i c a s y de bulos lúcidos, clarividentes y p s i c ó m e t r a s , perciben de él
ceremonias creando m o m e n t á n e a m e n t e las disposiciones sólo la frase siguiente, intermedia entre la causa y el hecho:
oportunas. la gestación virtual. S u segunda mirada se pierde en el plano
Y la religión s e r á siempre el ú n i c o modo de evolución astral: las esferas de lo psíquico y lo espiritual permanecen
moral para las masas ahora refractarias a iniciaciones abs- cerradas para ellos.
tractas: el exoterismo de la letra deja llegar hasta ellas su- A la quinta carta del Tarot se le atribuye generalmente
ficientemente el eco de las alturas sublimes. Es posible así un sentido e m b l e m á t i c o resumido en l a palabra religión,
la revelación y otorgamiento de la Rectitud, indispensable entendida en su m á s amplio sentido de religamiento con la
para el devenir eterno. escala de las realidades invisibles. Sobre la tiara del per-
L a Ciencia Oculta, inconmovible a t r a v é s de los tiempos, sonaje simbólico —el papa — se observan las tres diademas
a pesar de los sucesivos y vehementes ataques de los filóso- coronadas por un signo sagrado, bien sea las cuatro seccio-
fos racionalistas, materialistas y m á s o menos ateos, no ha nes sefiróticas o bien las cuatro esferas ocultas. L a mano
cesado j a m á s de proclamar estas verdades. Establece como derecha, se tiende con gesto hierático sobre los fieles que
su dogma fundamental que irreligión es igual a subversión; reciben del papa del Tarot la iniciación religiosa; la izquierda
subversión individual cuando el ser ignora o reniega de su sostiene el b á c u l o de triple cruz, expresivo de los dos modos
origen y de su fin; subversión colectiva, cuando el Estado de receptivilidad espiritual, receptividad p s í q u i c a y recep-
es un hormiguero de ciudadanos así privados de la primera tividad astral. Y a hemos visto lo que son las dos primeras.
fuente de las conexiones. Quienes privan a los pueblos de Ahora examinaremos la tercera (ver fig. 11, siguiente).
la religión (1) cometen no sólo la m á s monstruosa de las E l futuro puede ser percibido, hiperfísicamente, en c l i -
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 59
búlica, y por ello no volveremos a tratarlo aquí. Además este después de ocho sesiones. E s muy importante, efectivamen-
modus operandi tiene muchos inconvenientes. Exige dos per- te, acabar siendo un maestro absoluto del estado receptivo:
sonas: el magnetizador y el sujeto magnetizado. U n a vez N o sólo hay que esforzarse por conseguirlo tantas veces
hipnotizado éste no tiene dominio alguno directo sobre su como uno quiera, conviene t a m b i é n saber acabar en pocos
lucidez. H a de limitarse a i r guiando al operador y comuni- segundos. Por olvidar esta regla, m á s de u n precursor de lo
cándole sus impresiones. P o r otra parte, como las disposi- invisible ha conocido l a obsesión, l a angustia o l a locura.
ciones psíquicas de un s o n á m b u l o v a r í a n necesariamente con L a finalidad de l a gimnasia que precede es preparar el
sus estados psicológicos, o emocionales, su perceptividad despertar de los sentidos, el mediador plástico. Este ú l t i m o
astral resulta fugaz, desigual y caprichosa. Se altera gene- recibe constantemente del exterior, a t r a v é s del medio astral
ralmente en seguida porque se trata de obtener visiones colectivo en el que se halla inmerso, innumerables vibracio-
muy diversas, sufre con la edad una ineluctable p e r t u r b a c i ó n nes que emanan de los seres y de las cosas. Puede captar-
y acaba por desaparecer definitivamente. las. Normalmente estas vibraciones sólo le originan una i m -
S i bien l a clarividencia, que se puede experimentar sin l a precisa reacción. Agitado p o r las preocupaciones, las emo-
ayuda de un tercero, preferiblemente valiéndose de u n cris- ciones, l a gestión de la vida vegetativa (ver pág. 17) el doble
tal de roca muy puro tallado esféricamente, necesita u n es- sideral se cierra a los movimientos ondulatorios que le ro-
fuerzo personal, un entrenamiento m á s o menos prolongado, dean. E s necesaria una circunstancia excepcional para sacar-
permanece, al contrario que l a lucidez sonambúlica, bajo el le de su torpor; por ejemplo, una intensa p r o p u l s i ó n tele-
dominio directo del perceptor. Nos parece que l a adquisición psíquica irradiada hacia él p o r algunos de sus parientes m á s
de un m é t o d o de desarrollo de la clarividencia debe hallar cercanos, violentamente impresionado como ocurre en el
a q u í su puesto. De una manera general, una vida regular, caso de un peligro grave o en el paroxismo de cualquier
calma y de recogimiento, u n r é g i m e n extremadamente so- pasión.
brio, u n estado anímico de m e d i t a c i ó n , son indispensables E l desdoblamiento, inseparable del sueño natural, puede
antes que nada. A l principio se t r a t a r á de situarse diariamen- t a m b i é n abrir m o m e n t á n e a m e n t e los sentidos astrales como
te, durante una o dos horas, en u n estado de pasividad se observa en los sueños telestésicos o premonitorios a los
muscular, sensorial y mental lo m á s completo posible. Para que Camile F l a m m a r i ó n ha dedicado varios libros.
ello, elegir una h a b i t a c i ó n silenciosa, oscura, y, de preferen- Pero en estos casos se trata de f e n ó m e n o s independientes
cia, l a m a ñ a n a dos o tres horas d e s p u é s del sueño, sen- de l a voluntad del preceptor. E l entrenamiento m e t ó d i c o de-
tarse o tenderse, observar una completa inmovilidad y cir- sarrolla y hace constante l a especial capacidad de ser impre-
cunscribir el campo del pensamiento manteniendo l a aten- sionado que permite hacerse permeable a voluntad o las v i -
ción sobre una idea o una imagen indiferentes. Luego los braciones astrales y distinguir las imágenes que transmiten.
sentidos físicos, vista, oído, olfato, tacto y gusto, han de que- Una vez familiarizado con l a técnica del aislamiento, el
dar perfectamente inertes, y, el inconsciente afectado úni- experimentador predispuesto ya a l a clarividencia, d i s p o n d r á
camente por la atención de llegar a l a clarividencia; el pen- la bola de cristal sobre un p e q u e ñ o velador de aproximada-
samiento poco a poco relajado, suprime por completo su mente un metro de altura y con el dispositivo ante él, se
actividad. U n cierto n ú m e r o de sesiones son siempre ne- colocará cara a la luz. S u asiento, alto y confortable, d e b e r á
cesarias para alcanzar este estado, llamado aislamiento. H a y permitirle ver la bola de arriba abajo y situarse en estado
que continuarla hasta que la o b t e n c i ó n del aislamiento sea receptivo. L a luz debe pasar a través de u n difusor que la
r á p i d a y casi i n s t a n t á n e a . Este ejercicio es a d e m á s muy be- distribuya moderada y h o m o g é n e a m e n t e por la habitación.
neficioso para l a salud. M u y pronto será posible realizarlo A l principio, es mejor apartar de sí todo deseo por un
no ya en el silencio y l a oscuridad sino en medio del ruido género determinado de visión y esperar, pasivamente, la
y de la luz. U n relajamiento de una hora es imprescindible realización del fenómeno. Basta para ello dirigir suavemente,
62 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 63
sin l a m á s leve tensión, l a m i r a d a a l interior de l a esfera. la diversa categoría de entidades de lo invisible. Por ahora
Pronto las imágenes, primero vagas e imprecisas, se i r á n sólo destacaremos que estos espejos, t r a s l ú c i d o s o metá-
concretando completamente. Cuanto mejor haya dominado el licos, se caracterizan todos por tener una superficie plana,
experimentador las caprichosas combinaciones de la imagi- suavemente lustrada, e iluminada d é b i l m e n t e y con l a igual
nación, durante las p r á c t i c a s previas, tanto menos le moles- interidad. De hecho cualquier superficie de este género bas-
t a r á ésta con ilusorias alucinaciones hipnagógicas. ta para reflejar el astral. E l doctor Maxwell antes citado,
Cuando las i m á g e n e s astrales se reflejan con facilidad cuenta precisamente visiones de escenas, presentes y futuras,
en el cristal, l a i n t e n c i ó n , l a sola voluntad bastan para evo- confirmadas exactamente por acontecimientos posteriores,
car lo que se desea. S i se trata de hechos relativos a una que aparecieron e s p o n t á n e a m e n t e ante u n a receptora sobre
persona de l a que se posee un objeto (3) impregnado de sus el vidrio de un vulgar armario ropero.
radiaciones etéricas, se le puede tener aplicado a l a frente Una vez que ha aprendido el principio de la diversa re-
o bien sostenerlo en l a mano. Así lo hacen los p s i c ó m e t r a s , ceptividad, el adepto puede ya disponer de él, aunque no
pero operan sin cristal, con los ojos vendados y una oscu- disponga de tiempo para hacerlo con l a p r e p a r a c i ó n que he-
ridad absoluta (4). mos descrito. Las luces le v e n d r á n al principio inciertas,
Todos los clarividentes acaban siendo p s i c ó m e t r a s y uno pero siempre suficientes para guiarle, tanto s i se entrega a
de los resultados m á s comunes que se derivan de estas la m e d i t a c i ó n pasiva, interrogativa o conjurativa.
p r á c t i c a s es l a p e r c e p c i ó n del estado del doble etéreo huma- Ordinariamente, cuando se medita, se centra l a atención
no. Y a se sabe (ver cap. I, p á g . 7) que este doble consti- sobre un aspecto concreto para precisar el conocimiento que
tuye en definitiva la fuerza vital individualizada de cada uno. se tiene de ese respecto y gracias a las asociaciones de ideas
E n el estado perfecto, emite una radiación muy viva, azulada que así se acumulan. Pero hablando en t é r m i n o s de ciencia
a la derecha y amarillo-anaranjada a la izquierda. Unas líneas oculta, todo estado psíquico lleva consigo u n complementa-
perpendiculares a l a periferia del cuerpo emanan del doble rio exterior y allegar al inconsciente del que medita nocio-
etéreo y componen una especie de aura. Cuando un órgano nes que antes no estaban allí. Poco a poco, se abren paso
se debilita o e s t á funcionalmente enfermo o lesionado, los hasta la consciencia. E l pensamiento nos pone en relación
rayos etéreos, ensombrecidos y torcidos huyen de su lado. con todo lo que puede ayudar a nuestra evolución: personas
L a debilidad general se manifiesta por un encorvamiento com- conocidas o ignoradas, p r ó x i m a s o lejanas; incluso con ob-
pleto de estas radiaciones y por su falta de colorido, de jetos que tienen para nosotros un i n t e r é s cualquiera.
luminosidad. De esta suerte hemos podido comprobar sor- Engendra igualmente una abducción intelectual: ideas
prendentes diagnósticos: hemos visto indicar sobre todo en- nuevas, inspiraciones, soluciones relacionadas con su orienta-
fermedades que se remontaban a varios lustros y cuya causa ción. Cualitativamente elevada, o sea orientada p o r l a vene-
no h a b í a sido eliminada por completo. E s m á s , u n clarivi- ración a la Rectitud, armoniza al hombre con el plano espi-
dente realmente dotado puede penetrar por l a vía astral en ritual y postula l a intervención de la providencia.
la profundidad de los tejidos y reconstruir el funcionamiento R e c í p r o c a m e n t e , t a m b i é n excluye a sus antagonistas.
fisiológico.
Se medita pasivamente cuando, situado el adepto en es-
Hay que destacar que ciertas personas, especialmente tado de aislamiento, y a descrito, se permanece a la especta-
constituidas alcanzan, sin el menor entrenamiento, la m á s tiva de las nociones que puedan presentarse. Así las inten-
precisa clarividencia. Pueden leerse a este respecto los tes- ciones o disposiciones de los d e m á s con respecto a nosotros
timonios del doctor Maxwell, doctor en medicina y abogado suscitan un discernimiento proporcional en nuestra recep-
cuyas investigaciones experimentales constituyen los m á s tividad; las inminentes casualidades, afectan a l a intuición;
grandiosos documentos actuales sobre l a cuestión. Más ade- se esbozan incitaciones relacionadas con nuestras preocu-
lante hablaremos del uso de espejos mágicos, evocadores de paciones habituales; aparece l a secuencia causal de nuestras
64 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 65
decisiones pasadas o futuras y según nuestro afán de Equi- critores, presenté a un amigo que había desarrollado en él esta facultad. Uno de
los asistentes le dio a estudiar un viejo reloj de bolsillo que llevaba. Mi amigo
dad l a justicia o arbitrariedad de nuestros actos o pensa- vio: 1.° una corte (del género de la de Luis XIV), nobles y duelos; 2.° una es-
mientos despierta en la conciencia moral las oportunas no- cena de la Revolución francesa en la que una vieja dama era guillotinada; 3." una
escena de operación quirúrgica en un hospital moderno.
ciones... «La persona que había facilitado el reloj quedó estupefacta. Este reloj
perteneció a uno de sus antepasados, muerto en un duelo en el reinado de
Se medita interrogativamente cuando su atención se halla Luis XV; a una abuela guillotinada bajo la revolución; luego había sido guar-
centrada largamente en los datos de un problema ideológico dado y no se volvió a sacar más que en una ocasión en que fue operada la
esposa del allí presente.
o p r á c t i c o a ú n sin solucionar por nuestros propios medios He citado un caso personal, pero se pueden contar por cientos en los libros
inmediatos. L a respuesta no llega nunca en seguida o ra- especializados.
Lo que se deduce de estos fenómenos es que cada objeto puede llevar su his-
ramente; es necesario reiterar el procedimiento, pero es una toria invisiblemente escrita a su alrededor.
Lo mismo ocurre en el ser humano. Cada uno de nosotros estamos rodeados
cuestión de horas o de días. de una radiación invisible al ojo de carne pero perceptible para el espíritu en-
trenado.
Hay meditación conjurativa cuando, trayendo a la me- En esta radiación están inscritas en forma de imágenes las resultantes más
moria diversos elementos de una situación dolorosa o entor- importantes de nuestros actos y pensamientos. Según la tradición, esta radiación
se llama aura y hay un aura para cada principio: Para el cuerpo físico, para
pecedora e insistiendo sobre l a objetivación de las dificul- el cuerpo astral y para el espíritu.
tades en apariencia insolubles, se acude a l a providencia, a Este último es el que en las tradiciones religiosas han identificado siempre
sobre las cabezas de los santos y las divinidades.
un invisible al cual se profesa una veneración particular, Gracias a esta radiación se explican muchos fenómenos en apariencia extraños,
como las súbitas simpatías o antipatías en el primer encentro con otra per-
dirigiéndole una invocación, una llamada, una plegaria. N o sona, las intuiciones y previsiones llamadas inconscientes, etc.
se p o d r í a exigir aquí la fe, como se exige, con obligatoriedad, El ocultista entrenado, o sea el que ha desarrollado sus facultades de per-
cepción de lo invisible, se da cuenta a primera vista del valor real de un ser hu-
al predicarla e x o t é r i c a m e n t e a los fieles de los diferentes mano, no según sus hábitos ni su aspecto exterior, sino según su radiación
invisible».
cultos, pero sí es necesario el sentimiento profundo de la ar-
m o n í a cósmica y u n acatamiento de su ley: Esta sola idea
basta para hacernos merecedores de la asistencia del Altí-
simo durante nuestro peregrinaje por la tierra y en el fin
último.
NOTAS AL CAPITULO V
MAGNETIZACIONES, REACCIONES
Y ATRACCIONES
n ó m e n o s . L a fuerza de retroceso — su fase final — que a q u í to accesorio, u n juego, u n espectáculo atrayente o algo pa-
nos ocupa, constituye una de las m á s claras manifestaciones recido.
de nuestra ley, aunque no la principal. Efectivamente, una Para l a concentración p u r a y simple del pensamiento
vez comprendidos los capítulos I I I y I V , proponemos accio- — l a c o n c e n t r a c i ó n de toda l a a n t e n c i ó n de una idea elegi-
nar el agente hiperfísico y avivar en él vuestro verbo volitivo. da — se impone el mismo principio. Después de concentrarse
Por sencillo que parezca — y a hemos dicho que es posible es conveniente aislarse o sea, interrumpir el acceso al campo
sin varita mágica n i espada estrellada — será necesario que de l a conciencia a las consideraciones que traten de inva-
antes venzáis por u n a serie de esfuerzos previos, al adversa- dirlo.
rio; sobre todo, l a inercia. Parece que u n solo intento será E s t a regla es importante no sólo para el equilibrio men-
suficiente. Bueno... probadlo: Apreciaréis l a dificultad por tal del operador sino para l a eficacia de su intencionalidad.
vosotros mismos. S o n innumerables las formas insidiosas Si se quiere magnetizar un resultado, es preciso crear en el
por las cuales l a inercia t r a t a r á de disuadiros de vuestro astral un dinamismo c e n t r í p e t o en dos tiempos: objetivación
intento, de alejaros de él, de manteneros fuera de su centro. del f e n ó m e n o deseado, para situar al doble sideral en las
E inimaginables así m i s m o los tropiezos masivos ante los condiciones de a t r a c c i ó n necesarias; y abandono de las ini-
cuales vuestra intención se h a l l a r á varada hasta tanto no se ciativas de este doble sideral para establecer l a abducción
convierta en resolución. N o tenemos intención de describrir magnetizadora. S i lo que se desea p o r el contrario es alejar,
ninguno de ellos: v a r í a n hasta el infinito y según las dispo- rechazar o dispensar l a influencia de una eventualidad inde-
siciones personales. Pero, para ser breves, habéis vencido a seable, es preciso entonces crear un dinamismo centrífugo,
la inercia y ya estáis en pleno trabajo; suponemos t a m b i é n t a m b i é n en dos tiempos: objetivación inhibidora y luego
que aquélla no p o d r á arrancaros de é l . . . proyección enérgica de una onda que transmita l a intención
Bien, h a b é i s creado entonces u n movimiento, desenca- formulada al elemento hiperfísico.
denado una actividad hiperfísica. Permaneced atentos por- U n ejemplo que viene a facilitar la c o m p r e n s i ó n de cuan-
que l a reacción se p r o d u c i r á inversa y proporcional a vuestro to llevamos dicho lo constituyen casi diariamente el n ú m e r o
esfuerzo inicial. Cuando decidáis suspender vuestro ejerci- de personas que llegan a l ocultismo porque, contrariadas en
cio y volver al estado de reposo, os e n c o n t r a r é i s en lucha sus afecciones, quisieran establecer o renovar sus influencias.
con algo que no se p o d r í a l l a m a r fuerza adquirida, aunque Con demasiada frecuencia lo único que consiguen es obse-
esta expresión sirve para hacernos entrever de q u é se trata, sionarse. Olvidan que radiación necesita condensación pre-
pero que, al igual que esta ú l t i m a , h a r á que seáis agitados via, o bien, al no tener dominio sobre sí mismos, no observan
a pesar vuestro por la misma impulsión que tanto trabajo la condición esencial para que se cumpla l a c o n d e n s a c i ó n :
os costó adquirir. Efectivamente, l a condición p s í q u i c a espe- economizar sus energías psíquicas, es decir, contener el flujo
cial en que os habéis tenido que situar p e r s i s t i r á sin vuestro de los pensamientos relativos al objeto de l a volición, y
consentimiento y, reos del error de haber buscado, previa- acumular así su dinamismo psíquico durante todo el tiempo
mente a cualquier ensayo de influencia mágica exterior, con- que separa dos períodos de irradiación. P o r ejemplo, veinti-
vertiros en dueños constantes de vuestro pensamiento, os t r é s horas de condensación y una de i r r a d i a c i ó n .
veréis amenazados de una insufrible obsesión.
U n adepto se e x t r a ñ a b a u n día ante m í p o r sus fracasos
Tened en cuenta que d e s p u é s de una sesión de activación, en un ensayo experimental que le tocaba m u y directamente.
prevista y ejecutada, el practicante, sea debutante o y a ejer- Se trataba de amor: «Mi acción debería no obstante esta-
citado, debe inmediatamente llevar y mantener su atención blecerse; pienso en ello todo el día e incluso s o ñ a n d o » . « E s a
sobre u n objeto absolutamente e x t r a ñ o a sus tentativas m á - es precisamente l a razón de que su influencia sea débil», le
gicas. L o mejor es relajarse hasta conseguir que sólo el auto- c o n t e s t é , «dése cuenta de que e s t á usted derrochando m i -
matismo fisiológico quede en movimiento: u n adormecimien- nuto a minuto un dinamismo que debería acumular alterna-
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tivamente, sin dejarlo salir, para luego permitir la emisión persar. Muchas perturbaciones alucinatorias, rebeldes a toda
en alta teitsión.» mediación, tuvieron como causa una imprudente evocación
Quienes recurren al hechizo amoroso tradicional, que seguida de la ocupación del doble sideral p o r cualquier ener-
veremos m á s adelante, son generalmente por su condición gía originaria del plano astral. Las posesiones se explican de
de apasionados, incapaces de dominar su impulsividad psí- este modo. E n la Edad Media hubo muchos m á s posesos por
quica. Consiguen perfectamente l a exaltación necesaria para debilidad o sorpresa que por obra de evocación formal. Quie-
la observancia del rito, pero no saben volver al punto de nes se e n s a ñ a n tan cruelmente con los d e m o n ó p a t a s mani-
partida. E l torbellino astral creado por su acción anula sus fiestan así muy escasas luces espirituales por no hablar de
tentativas de inhibición, precipita su agitación y exacerba caridad.
su estado y se apoya en él para intensificarlo m á s . E s un Las leyes estudiadas en ocultismo, lejos de regir una es-
círculo vicioso, un círculo difícilmente franqueable, en cuyo pecial categoría de fenómenos m á s o menos e x t r a ñ o s cali-
interior suele hallarse la ansiedad m á s persistente. ficados e r r ó n e a m e n t e como sobrenaturales (1) deben ser
Imaginemos, ahora, un experimentador con mayor capa- entendidos en su sentido de universalidad. Estas leyes no
cidad de autodominio. ¿Qué ocurre? Poco a poco ha conden- pueden contradecir las que se derivan de l a experiencia
sado y proyectado la influencia. E l suceso se prepara: Se primitiva, sino que permiten la observación de diferentes
realiza. E l amor evocado, se encarna... L a ley de reacción ó r d e n e s de manifestaciones muy distintas de las inmediatas
dejará de actuar, pero lo h a r á de otra forma. E l ser amado, y tangibles que constituyen el objeto de las ciencias mo-
impregnado de irradiaciones polarizantes que condicionan la dernas.
atracción a la que obedece, los multiplica necesariamente Así el mecanismo del ritmo de la acción y de la reacción
desde el momento en que comenzaron a alimentar su pen- proporcional, cuyos aspectos hemos demostrado m á s arriba
samiento. Crece en pasión, pues, progresivamente hasta m á s al hablar del hechizo amoroso, se observa t a m b i é n durante
allá del exceso, incoerciblemente. E l responsable inicial de la generación y la evolución e s p o n t á n e a s de las pasiones.
este estado pierde así a l a vez su influencia — l a cual ha Toda apetencia, toda tendencia o afecto, tiende a engen-
sido superada en intensidad por la condición física del su- drar de sí misma una atracción que magnetiza a su objetivo.
jeto — y, por la misma razón, la euritmia con este ú l t i m o . Conocer la ley de las atracciones permite, no su provocación
Deja de amar y sólo s u e ñ a con liberarse, pero demasiado contraria a la ley, sino m á s bien tenerla en cuenta, como
tarde: el hechizo se ha hecho imperiosamente apetente y le norma para ello.
retiene imperiosamente: los papeles se han cambiado. Afecto, apetencia o tendencia, decimos, engendran espon-
No es necesario decir que el hechizo de odio comporta t á n e a m e n t e atracción, por intermedio inmediato de los tres
reacciones análogas. Hemos hablado m á s arriba de l a fuer- elementos psíquicos que animan la imaginación, l a emoti-
za de retroceso clásica, l a modalidad especial en el caso de vidad y la voluntad.
fracaso. S i el hechizo tiene éxito, el astral del experimenta- Del ardor afectivo se deriva la fuerza potencial de mag-
dor queda igualmente sintonizado con el plano de la ener- netización, tanto m á s útil cuanto menos dispersa. L a pantalla
gía y entidades que él ha tenido que energizar para alcanzar imaginativa es un verdadero generador de realizaciones, pero
a su víctima. A u t o m á t i c a m e n t e cualquier error lleva tras cuando se suceden en ella m i l f a n t a s m a g o r í a s en un día,
sí, de esta manera, su castigo. m á s de una imagen no tiene tiempo de tomar cuerpo.
E l m á s elemental grimorio contiene, tras la fórmula de P o d r í a m o s esquematizar los respectivos papeles de la
evocación, l a que nos p e r m i t i r á el reenvío del espíritu evoca- afectividad y de la imaginación r e p r e s e n t á n d o l o s a uno como
do. Esto es muy conveniente ya que se suelen evocar inten- agente productor de energía creadora y a l otro como un
ciones e incluso uno se suele dejar llevar de ciertos pensa- modulador, a través del cual pasa la energía, que él proyecta
mientos, que son agentes que conviene saber y poder dis- según el plan concebido. Supongamos constante el suminis-
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de categoría espiritual. De a q u í que l a m a y o r í a de las plega- Absoluto. Rigen cada una de las m ú l t i p l e s esferas de E n e r g í a
rias ardientes y legítimas, no se realicen, aunque su utilidad, que mueven el cosmos o participan en esta gestión. E l Teurgo
si bien desviadas en u n sentido casi siempre oscuro, sea las exhorta en nombre del Altísimo. E l mago las evoca o
absolutamente segura. S i todos p u d i é s e m o s conocer el nú- las conjura. E l brujo las invoca.
mero y la gravedad de los peligros a que hemos estado Así como a l a Rectitud se opone l a subvención y a l a
expuestos p o r aquellas de nuestras plegarias cuyo objeto no voluntad humana se a ñ a d e l a auxiliaridad animal, las regiones
era nada satisfactorio, l a m á s indecible confusión seguiría inferiores de lo invisible se pueblan de desorganizadores de-
a l a duda. liberados, agentes del m a l que hay que combatir y espíritus
P o r otra parte, solicitar tal favor de hecho es formular secundarios siervos del que los apresa y d é s p o t a s de quien
una voluntad que renuncia por sí m i s m a a l a p r o t e c c i ó n del por ellos se deja encadenar. E l mago o el brujo negro con-
Todo Poder s i no va a c o m p a ñ a d a de una formal subordina- vierte en víctima de unos y de otros para dejarles que a c t ú e n
ción a l a justicia. L a eficacia de este ú l t i m o modo de ple- en él como i n t é r p r e t e de su mediación. N o sólo, con p r á c -
garia depende de su ardor y de su insistencia. E s , en una ticas horribles, abre su aura a su invasión sino que usa de
palabra, u n acto de voluntad, una modalidad de reacción fórmulas de llamada que icluso, en cierto modo, son plega-
psicósmica que deja a l hombre a merced de los recursos de rias, oraciones al revés que le hunden m á s y m á s hacia la
su propio juicio como l a conveniencia de su intención. regresión.
Cuando un positivista cuya superconsciencia dormita o Todos los ritos, desde l a oración de un asceta hasta las
incluso, sufre, p o r l a fuerza de l a educación, u n sonambu- complicadas extravagancias del grimorio propenden a faci-
lismo temporal, no ruega, su castigo no va m á s allá de litar l a relación con los invisibles medianeros en los procesos
ciertos graves, sí, pero rectificables errores. S u desconoci- cósmicos o a una gestión directa cerca de las energías que
miento de lo invisible restringe e l alcance de l a luz que se condicionan tales procesos. L a magia no pretende pues en
inflige. Pero cuando el sentido de las realidades ocultas se absoluto contrariar las leyes o el fenominismo natural, sino
ha despertado y se quiere hacer uso de él ciegamente, o sea, que trata de alcanzar el control de las primeras para gober-
sin s u b o r d i n a c i ó n al V e r b o Universal, es una locura porque nar al segundo.
el m á s sutil debe prever l a eventual desaparición de sus Según estos supuestos generales, se proponen cuatro di-
medios de discernimiento y solicitar l a ayuda del E s p í r i t u recciones al que quiere actuar sobre las causalidades ocultas
de s a b i d u r í a , dispensador de las inspiraciones rectificadoras. y cada una de ellas origina un sistema de magia. De hecho,
Tanto s i se persigue p o r medio de las facultades y poderes si parece que a través de los pueblos y las edades se ha
estudiados en Ocultismo, e l Conocimiento abstracto, o bien concebido el arte mágico de muchas maneras diferentes, ello
la Realización de una serie de obras, es esencial religarse, es debido a que nuestros cuatro sistemas han dado lugar a
mediante el recogimiento piadoso, con l a fuente de toda m ú l t i p l e s adaptaciones, a mezclas muy variadas, pero cuyos
verdad. elementos se agrupan en definitiva así:
E n los diversos sistemas de magia comprobamos t a m b i é n 1.° Acción directa sobre el astral terrestre y sobre todo
que l a invocación precede a la evocación o l a conjuración, lo que en él se mueve: elementales (espíritus de los elemen-
entendiendo por invocación, l a hecha a Dios o, en su nom- tos), l é m u r e s , larvas, etc., auxiliares o antagonistas eventua-
bre, a las Esencias que le representan. les de l a voluntad humana. E s de cualquier manera una
A l a j e r a r q u í a cosmológica indicada en el Cap. II, corres- magia hiperfísica cuyos procedimientos exaltan el doble side-
ponde en efecto una j e r a r q u í a de seres. M á s allá de lo tan- r a l individual hasta situar al experimentador en u n estado
gible humano, se hallan los E s p í r i t u s , l a Inteligencia y l a de m é d i u m a l a vez receptivo e irradiante. E n r a z ó n de las
Potencia cuya ininterrumpida cadena contiene en sí todos modificaciones p e r i ó d i c a s sufridas por el astral terrestre en
los grados intermedios entre l a hominidad y el Incognoscible el curso de las diversas fases solares o lunares, l a magia hiper-
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82 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 83
física exige para sus operaciones ciertos momentos de la ro- Dañan — a veces curan — ú n i c a m e n t e actuando por la
tación de los días, de la revolución anual y de la lunación. propia exaltación m e d i a n í m i c a sobre el doble sideral de los
Permite afectar, por la sola m e d i a c i ó n del plano astral y de hombres, de los animales e incluso de los vegetales cuando
sus habitantes, a los vegetales, a los animales y a los seres sus hechizos se dirigen a las cosechas. S u grimorio prescribe
humanos, a estos ú l t i m o s tanto m á s eficazmente cuanto m á s las prácticas necesarias para la obtención de un estado psí-
débiles sean física, p s í q u i c a y moralmente; quico eficaz. N o sólo influyen por l a irradiación propia de
2 ° Acción sobre los dinamismos planetarios y sus rec- este estado sino que mantienen en acción a las potenciali-
tores los E s p í r i t u s de los siete planetas. Como ya hemos dades de seres esparcidos por las bajas regiones del invi-
visto, a los movimientos de los siete cuerpos estelares, com- sible y proyectan las larvas astrales así movilizadas donde
prenden los siete procesos generales y siete clases de ma- ellos quieren actuar. Tras l a lectura del capítulo siguiente,
nifestaciones observables en la tierra. D e l influjo saturniano, el lector t e n d r á de los medios del hechicero un conoci-
por ejemplo, proceden tales minerales, tales vegetales, tales miento mucho m á s preciso que el propio personaje, del
animales, determinados tipos humanos, unas formas, pro- cual cada d í a quedan menos ejemplares.
piedades, c a r a c t e r í s t i c a s fisiológicas, fenómenos físicos y L a archidoxia de Paracelso no es m á s que una exposi-
eventualidades concretas, etc. L a Magia planetaria establece ción de la magia planetaria. Utiliza por ejemplo los siete
la relación entre el operador, el dinamismo que desea uti- - metales: oro, plata, hierro, mercurio, estaño, cobre y plomo
lizar y las entidades que rigen tal dinamismo. Para ello esta que responden respectivamente a los influjos del S o l , la
técnica utiliza u n ritual basado en la conexidad del influjo Luna, Marte, Mercurio, J ú p i t e r , Venus y Saturno. Fija el
de cada cuerpo celeste con sus correspondientes terrestres dinamismo en a r m o n í a con l a especie planetaria de cada
y sobre los momentos en que este influjo predomina; metal gravando en él los signos expresivos de l a relación
3. ° Magia Angélica accesible sólo a los grandes iniciados en cuestión, en el momento en que el astro que a c t ú a ocupa,
capaces de corresponderse conscientemente con la esfera en el zodíaco, una posición influyente. Cuida siempre de se-
cósmica, rectora de la precedente, o sea con las Altas Inte- ñ a l a r al lado los signos relativos a las influencias planetarias
ligencias directamente auxiliares del Ser Supremo y que de los hierogramas expresivos y de sus intenciones especia-
según los cálculos tradicionales son 72. E l Mago se convierte les y las leyes cósmicas en virtud de las cuales el verbo hu-
así en un poder que participa de la a r m o n í a universal. Este mano realiza lo que afirma.
fue el tipo de Magia practicada por los Rosacruz cuyos ritua- L a Clavícula de Salomón se presenta como una impor-
les — estrictamente individuales — sólo podían ser transmiti- tante síntesis de l a magia hiperfísica, planetaria, angélica y
dos por u n maestro y sólo a u n discípulo; divina. Enrique Cornelio Agripa, y m á s tarde, Papus han
4. ° Magia divina para cuyo ejercicio basta ú n i c a m e n t e descrito excelentemente sus ritos esenciales. Según l a expre-
la llamada de Dios. E s l a de los Santos y Teurgos. Por su sión tradicional, la magia salomónica pretende «hacerse asis-
total conformidad con la Rectitud, sus palabras fortalecidas tir p o r todo el cielo y servir por todo el infierno». Inmutable
con la a d h e s i ó n r e c í p r o c a del Altísimo, se realizan con sólo en sus principios, aunque formulada de distinto modo, la
ser pronunciadas. volvemos a encontrar una y otra vez entre los hierofantes
Una o varias de estas cuatro 'concepciones se hallan una egipcios, en las manos de su discípulo, Moisés, y luego entre
y otra vez en cualquier código de procedimientos de magia. los Rosa-Cruz.
E n nuestros países y en nuestro tiempo ú n i c a m e n t e se ejer- Este í n t e g r o ejercicio del poder oculto se deduce simbó-
cita el modo hiperfísico. Nos referimos a las p r á c t i c a s hechí- licamente del séptimo arcano de Hermes. E l iniciado, con
cenles de nuestros pueblos limitadas a las m á s bajas y un cetro en l a mano, posa de pie en el carro de los vencedo-
elementales manifestaciones. Sus seguidores n i siquiera al- res. Este vehículo, símbolo de los de su voluntad, e s t á tirado
canzarían las m á s elementales exigencias del planetarismo. por dos esfinges configuradas ya en el segundo jerolífico. E l
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 85
CAPÍTULO V I I I
tación y condensación, se manifiestan bajo otras tantas mo- de cada destino individual influye sobre el elemento circuns-
dalidades. Las nociones del espacio y tiempo se iluminan a tancial por el canal del doble sideral individual a l cual in-
poco que se las compare con el concepto de las dos propie- clina —por las tendencias que le imprime — a colaborar
dades fundamentales del agente hiperfísico. U n a y otra por su propio esfuerzo en el determinismo de su devenir.
coinciden en el movimiento, en la mutabilidad, tienen su De los estados psíquicos anteriores y de las actividades sub-
principio abstracto en la causa segunda — astral —, y se siguientes, resulta el llamado f á t u m . Mientras el hombre
fundamentan sobre el determinismo astral de la forma y de recibe pasivamente la inspiración del inconsciente inferior,
la d u r a c i ó n . del automatismo instintivo y pasional, su destino permanece
Inmersos en el seno de este inmenso mar hiperfísico, nos ineluctable ya que nada se opone a su cumplimiento. Pero
encontramos en contacto directo con él por medio de nues- cuando se esfuerza en deliberar conscientemente sus pensa-
tro doble sideral, constituido de su propia sustancia. E l mientos y gobernar sus apetencias y sentimientos, en contro-
astral juega pues para todos los organismos terrestres, el lar los impulsos que nacen de él y las influencias que vienen
papel de un c o m ú n m é d i u m . De la misma forma que el éter del exterior, opera una desviación y un cambio de todo lo
transmite la onda c o n c é n t r i c a de un emisor de ondas hert- que se deriva de sus anterioridades. L a agudeza del discer-
zianas, el astral registra y propaga a través del espacio las nimiento, la firmeza del dominio sobre sí mismo, l a preci-
engendradas en la vida psíquica y permite por ello esa te- sión y la persistencia de los proyectos son las tres condicio-
leinfluencia, esas comunicaciones de pensamientos, esas su- nes de esta virilidad psíquica que fecunda incesantemente la
gestiones mentales, que preocuparon ya a Camille Flam- matriz astral y engendra en ella las realizaciones m á s con-
marion. formes a sus imaginaciones. Y tanto para favorecer l a inte-
ligencia de éstas como para asegurarse el apoyo de las
Desde otro punto de vista, podemos considerar al astral
influencias providenciales, se impone a nuestra relatividad el
como una amplia matriz que toda emisión volitiva tiende a
establecimiento de una relación m í s t i c a con la esfera dispen-
fecundar y que tras una fase m á s o menos larga de gestación
sadora de las luces espirituales.
d e t e r m i n a r á con objetividad el contenido de la volición inicial,
con reserva, naturalmente, de las dificultades posibles en
esta gestación, sobre todo las derivadas de agentes o volun-
tades adversas. U n a manifestación tangible significa siempre H a llegado el momento de abordar l a e x t r a ñ a cuestión
el cumplimiento de un proceso astral, l a resultante de las de los invisibles que pueblan el astral. S i p u d i é r a m o s verlos,
tres principales fuerzas que participan en una p r o p o r c i ó n la a t m ó s f e r a se oscurecería. A nuestro alrededor, a través de
variable en la p r e f o r m a c i ó n de toda eventualidad: las masas y los organismos materiales, su m u l t i t u d se entre-
E l fátum resultante del encadenamiento necesario de cau- cruza y se confunde.
sas y efectos; Algunas consideraciones nos van a ayudar a concebir la
L a Esencia psíquica, de la que participa el alma humana; existencia de ciertas especies astrales. Del mismo modo que
y por tanto la iniciativa deliberada, el Verbo; algunas formas de la materia tienden a cristalizarse alrede-
Las influencias propias de la esfera espiritual, designada dor de u n centro de atracción, lo mismo que todo e m b r i ó n
con el nombre genérico de providencia. vegetal, animal o humano atrae hacia sí, para incorporárse-
De donde se deduce que la voluntad humana, incluso ais- los, los á t o m o s necesarios para su crecimiento, l a sustancia
ladamente, a c t ú a sobre el devenir de su fase virtual, que es astral que tiende por propiedad congénita, a la vida diferen-
la que perciben y pueden por tanto predecir los videntes. ciada, se conglomera i n s t a n t á n e a m e n t e en variadas formas
Así la sucesión de los eventos preformados en el astral por cuando una luz potencial llega, p r o y e c t á n d o s e hacia ella, a fe-
el fátum individual pueden ser deliberadamente modificados. cundar, por así decirlo, una porción de esta sustancia.
Conviene precisar, a este respecto, que el f á t u m eficiente E l plano astral elabora así incesantemente una infinidad
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de entes en boceto, de seres sin consistencia ni individuali- nos ductilizarlas) hasta el punto de abandonar su cuerpo de
dad pero fijamente polarizados por la tendencia d i n á m i c a carne, voluntariamente situado en un tranquilo y profundo
que les da nacimiento. letargo, para explorar el m á s allá, sobre todo lo m á s inme-
Además de las almas humanas o animales en vías de diato de las regiones ocultas. Pero si se atreve a llevar hasta
gestación terrestre, el astral acarrea innumerables g é r m e n e s la luz a los fervientes de la ascesis integral y cuaterna, el
de existencia, desprovistos de toda filiación ontológica y que sendero del misterio conduce al terror a los temerarios que
tratan a ciegas de afirmarse: algo parecido a los fetos en osan aventurarse hasta las cercanías de la muerte sin ser
estado de monstruoso boceto durante la gestación. Cuando antes gradualmente confortados y entrenados.
a una de estas larvas se le procura un potencial sustentador, Infinidad de locuras tienen su origen en la irrupción de
su propiedad «vampírica» la absorbe, su corporeidad se den- una larva usurpadora del yo aterrorizado, durante un des-
sifica, su forma se precisa y aumentan su modalidad y su po- doblamiento e s p o n t á n e o o provocado. Y como no faltan
tencia. organismos mal homogeneizados, cuyo elemento mediador,
Los ritos sangrientos u obscenos de la magia negra cum- el doble sideral, adolece de la fuerza de retención con res-
plen esta condición y ofrecen a las larvas astrales una fuente pecto al elemento material — el cuerpo físico — se puede
de donde libar la energía acumulada en alta tensión en los admitir el origen bilocatorio de numerosas, si no de la ma-
vehículos fisiológicos de la vida. Sólo los medios del mago yoría, de los casos de locura. U n desarraigo consecutivo a
negro bastan para constituir verdaderos fantasmas larvarios. cualquier violenta depresión emocional b a s t a r í a para explicar
Extraen su corporeidad de las condensaciones fluídicas, libe- la fortuita escisión de ambos principios.
rada por la sangre o el semen derrochados y nutre con su Quienes evocan formal o intencionadamente al diablo
verbo perverso su simulacro anímico. Esos coagulados as- convencional, de quien una herejía abominable ha preten-
trales se designan, como los precedentes, con el nombre de dido hacer el antagonista personal del Absoluto divino, ex-
lémures. perimentan en cambio la propiedad del astral de objetivar
L a plasticidad de la sustancia astral permite conformar las afirmaciones psíquicas. S i su exaltación es suficiente, va
con ellas las apariencias y las formas m á s diversas. Incons- a c o m p a ñ a d a de una violenta exteriorización que provoca el
cientemente nuestros m á s secretos pensamientos se inscri- nacimiento de una imagen con el aspecto atribuido tradi-
ben, se imaginan (toman imagen) en la luz astral. Las im- cionalmente al demonio. Esta misma exaltación, junto al
presiones sensoriales — un estado previo a la actividad men- efecto de los estupefacientes, favorece un estado de percep-
tal — dejan así una marca duradera e indeleble. También ción, incluso a veces de desdoblamiento perfecto, en el curso
el agente hiperfísico guarda en los archivos de la humanidad del cual ven a s a t a n á s en todo su horror, y con o sin apari-
imágenes de cosas, sombras de seres y fotoplastias de acon- ción, corren el riesgo de quedar obsesionados por cualquier
tecimientos. Cuando se s u e ñ a con larvas teratológicas naci- larva demonomorfa. E n resumen, que sólo con emitirlos in-
das del terror de las pesadillas, con terribles imaginaciones tensa y persistentemente, los pensamientos gravan, en la
originarias de fantasmas reales, se comprende, que a menos misma sustancia astral, las imágenes, las formas y las enti-
de estar preparados, a no ser que esté dotado de un tem- dades con su parecido y provistas de una suerte de sub-
ple excepcional, la sola p e r c e p c i ó n fugaz de lo invisible opri- consciente análogo a su especie original. Las apetencias in-
me con una angustia cercana a la demencia. moderadas, las pasiones violentas: lujuria, cólera, orgullo,
Ese es el menor peligro de las esteriorizaciones prema- envidia y celos, y la propia ideología desordenados, engen-
turas, de las tentativas de desdoblamiento, de salida en dran larvas que se aferran al aura, a la a t m ó s f e r a psíquica
cuerpo astral. E l adepto largamente entrenado, dinamiza- de su creador y se apresuran a perpetuar l a causa de su
do contra el miedo y maestro de su doble sideral, sabe l i - propia existencia. Actúan por tanto sobre l a individualidad
berarse temporalmente de las ataduras materiales (o al me- de l a que han emanado. S i se las evoca para que surjan a l a
92 P A U L C. J A G O T
LA ASCESIS MAGICA
7
98 P A U L C. JAGOT
(Wagner sobre todo). E l adepto e x t r a e r á de las fuentes ar- e) Sacrificar lo temporal a lo Eterno.
tísticas intensas vibraciones susceptibles de estimular el es- /) Sustituir poco a poco los móviles que tienen su causa
tado psíquico necesario para sus planes y de afinar conside- en el egoísmo por otros móviles sucesivamente colectivos,
rablemente sus percepciones intelectuales. universales y divinos.
d) Afrontar cualquier posible ruptura emocional esfor- (Estos siete grados difícilmente serán alcanzados por to-
zándose en conservar l a serenidad, en oponer a las violen- dos pero los tres primeros son absolutamente indispensa-
bles.)
cias interiores la s o b e r a n í a de la filosofía oculta y en abrir-
se del todo al altruismo humanitario. Sin duda alguna, si bien esta última a r q u í a basta para
L a ordenación intelectual exige: la conversión espiritual, las dos primeras son indispensables
a) U n esfuerzo de libre examen que sustituya al pensa- para alcanzar la potencia mágica como tal. Pero, en ú l t i m o
miento e s p o n t á n e o de las apreciaciones y de los pensamien- término, tal potencia mágica no es m á s que un medio de ac-
tos deliberados. ción y cualquiera que pretenda alcanzar el ú l t i m o conoci-
miento e n c o n t r a r á el camino que lleva hasta él, sólo en la
b) Un esfuerzo de asimilación sostenido alternativamen-
ascesis superior dispensadora de los dones de profecía y teur-
te sobre lo concreto y sobre lo abstracto.
gia. Nadie d e b e r á olvidarla enteramente aunque sólo se preo-
c) U n esfuerzo de dirección que tenga por objeto el desa- cupe de preservarse indefectiblemente de las dificultades
rrollo de la facultad de mantener indefinidamente la aten- inherentes a la naturaleza humana.
ción sobre una directiva, un orden de ideas, sobre cualquier Los efectos de la ascesis mágica son fáciles de deducir
sujeto. con el sólo enunciado de las prescripciones precedentes. Una
d) Un esfuerzo de imaginación que tienda a precisar las serenidad nueva se apodera del ser cuya personalidad ha
imágenes mentales, a objetivarlas r á p i d a m e n t e , a animarlas quedado triplemente afirmada, inteligible, sensible y realiza-
con intensidad y a fijarlas. doramente. Pronto aparece, se precisa y se consolida la fa-
e) U n esfuerzo de causalismo, es decir de b ú s q u e d a s me- cultad de influir, sin procedimientos especiales, sobre los se-
ditativas de las relaciones, de las analogías, de las secuencias res y las circunstancias, de d e s e m p e ñ a r un papel, siempre
causales relativas a u n hecho, a una Ley o a un Principio. m á s importante, en la generación de las circunstancias, y de
/) Un esfuerzo de flexibilidad en el paso de una dedica- determinar cada día m á s eficazmente el futuro. Los pensa-
ción a otra, por diferentes que sean, y en general en el paso mientos y las intenciones que se formulan mentalmente dan
de la actividad psíquica al reposo m á s completo. muestra continua de su poder con repetidas objetivaciones.
L a ordenación espiritual consiste en: En una palabra, se ha conseguido una magia espontánea.
a) Meditar sobre todo aquello que sirve para despertar Secundariamente, l a ascesis desarrolla las aptitudes per-
el sentido ético y el de las abstracciones m í s t i c a s . A este pro- mitiendo abordar el entrenamiento especial y las operacio-
pósito se recomienda especialmente el estudio de la Kábala nes propias de la magia ceremonial y de generar los fenó-
hebrea. menos que son su objeto.
b) Combatir en sí mismo toda arbitrariedad a fin de ma- Muchos p e n s a r á n que hay personas que e s t á n muy lejos
nifestar en ideas, palabras y acciones una equidad siempre de poseer l a superioridad hacia l a que se dirige la ascesis
m á s perfecta. mágica, que se sirven del poder oculto, sin ninguna prepa-
c) Oponerse, p o r justificado que parezca, a todo senti- ración, guiándose por ciertos formularios de p r á c t i c a s , por
miento de odio o animosidad. Alejar su causa o alejarse de otra parte absurdos. Esto se e s t u d i a r á m á s adelante, al ha-
ella y procurar no pensar en ello como no sea para incitarse blar de la b r u j e r í a o magia negra. Baste por ahora decir que
mentalmente a la modificación. si sustituimos la voluntad deliberada y jerarquizada p o r el
deseo exaltado hasta el frenesí, la idea fija frenética, la cer-
d) Dejar florecer en sí l a veneración por la rectitud que
nos llega de su fuente absoluta.
104 P A U L C. JAGOT
CAPÍTULO X
L A R U E D A SIMBÓLICA D E L D E S T I N O
que sube de izquierda a derecha y otro, réplica negativa del gloria en una r i s u e ñ a y alegre excursión. Némesis, diosa de
primero (1), que desciende de derecha a izquierda. Para res- la venganza, les sigue como su propia sombra, aguardando
tringir a un sentido m á s inmediato esta alegoría, hay que su hora.
ver en ella la indicación del ritmo circunstancial de cada des- Un exceso contrario, en fin, el m á s fatalista de los nihi-
tino (ver fig. 16, p á g . 107). lismos, lleva a la gran m a y o r í a a abandonarse a su destino.
Implicados en la vida (fijados a la rueda) con l a misma Ahora bien, hay que tener en cuenta que, si bien acabamos
fuerza con que la a t r a c c i ó n de l a tierra nos absorbe y soli- de ver que la dicha y la desgracia alternan necesariamente,
darios de l a superficie móvil en una medida proporcional a no podemos olvidar que el papel de este ritmo es el de con-
la fuerza adhesiva inseparable de nuestras humanas tenden- trariar siempre los esfuerzos del hombre por dominarse: se
cias, sería funesta ceguera querer sustraerse al ciclo r í t m i c o reduce su efecto, pues, en la medida en que uno se prepara
del i r y venir de las dificultades, de los obstáculos y de las para el fin. L a misma ley que arrastra a los inertes ayuda
desgracias. Este elemento adverso se opone necesariamente a la evolución de los ardientes. Quien lucha por evolucionar
en nosotros a la afirmación de nuestras resistencias o del en l a cuarta acepción explicada en el capítulo I X ha ele-
centelleo revelador de las verdades desconocidas. gido el camino, m á s corto; y, asimismo, el m á s favorable,
ya que esforzándose él en la coerción que sus insuficiencias
S i tomamos la iniciativa de los esfuerzos requeridos para necesitan, llena los vacíos abductores de las corrientes cuya
nuestra evolución — esfuerzos de conformidad étnica, de reacción es favorable.
inteligente asimilación y de energía volitiva — modificare-
mos l a fatalidad. L a norma del hombre es actuar: para él L a inestabilidad del presente se insinúa oscuramente en
cada dificultad debe significar sólo la resistencia por la cual muchos casos y es la causa del éxito de los especialistas cua-
p o d r á conquistar, d e s a r r o l l á n d o l o s , l a integridad de sus me- lificados o no de esta ciencia del devenir cuyas adaptaciones
dios. Cuando éstos son superiores en cualquier terreno a son las artes adivinatorias. ¡Se ven tan súbitos derrumba-
las resistencias a que han de enfrentarse, en seguida apare- mientos! Los m á s celebrados del día son considerados cuan-
ce una nueva circunstancia que viene a dar empleo a esa do se los requiere, hasta tanto no llega hasta ellos, silenciosa,
sobra de esfuerzos. L a clase de mal que nuestra debilidad la devastadora, monstruosa y tosca adversidad, el monstruo
m á s teme, se nos impone necesariamente si no hemos tra- que aniquila, regocijándose, situaciones aparentemente de-
bajado para corregir l a propia debilidad. Porque el temor finitivas, volatiliza la fortuna de unos, arrebata a otros el fu-
llama al temor, mientras que la firme vigilancia aleja al turo de un duro trabajo y cambia a su gusto y capricho la
enemigo. opulencia en miseria. M á s prudentes y considerados serían
a ú n otros precavidos, si cayesen en la cuenta de cuan frágiles
Igualmente es grande el riesgo de caer en aquellos mis- son siempre los bienes que no se ha aprendido ni a perpetuar
mos males que no nos preocupan, porque l a indiferencia fa- desde el manantial — con l a lucidez y l a vigilancia —, n i a
vorece l a entrada en nosotros y permite el arraigo, en el ganarlos por su uso según la equidad.
lugar de la p r e o c u p a c i ó n constante, del sentimiento de una
especie de privilegio protector. R e c í p r o c a m e n t e , los desgraciados abrumados por la opre-
Los medios de acción le han sido dados al hombre para sión continua de la fatalidad, aquellos que se ven enfanga-
que sostenga una lucha constante. Algunos quieren hacer de dos en el semicírculo de la izquierda, en lugar de poner su
ellos medios exclusivos de placer. Esa dedicación atrofiante esperanza en una p r o b l e m á t i c a oscilación hacia la derecha de
les priva de ellos totalmente y luego se lamentan. Pero les la rueda — que, a d e m á s sólo les elevará para precipitarles
hubiese sido concedida la luz si hubiesen actuado de otro de nuevo, si no modifican su condición densitaria — debe-
modo. rían, a p o y á n d o s e en los supuestos del ocultismo, extraer de
ellos u n movimiento liberador.
Otros caen en la aberrante convicción de la inmunidad,
o tal parece, ya que se creería que participan sin pena n i Más generalmente, se puede calificar de progreso esencial
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA
110 111
la i n s t a u r a c i ó n de ese estado de conciencia para el cual fe- circunstancias favorables o nefastas y como (hay que decirlo)
licidad y desgracia, manifestaciones igualmente normales de las voluntades capaces de modificar su f á t u m , no en detalle
una ley necesaria, son c o m p a ñ e r o s , a cuya presencia eventual sino en sus líneas principales, son excepcionales, se tiene en
hay que acostumbrarse, sin dejarse subyugar por la primera ello una base suficientemente rigurosa para la apreciación
ni abatir por la otra. del futuro. Además, incluso para aquellos cuyo entrenamien-
Conocemos ya el papel de l a Providencia, el de la Volun- to volitivo o su evolución intelectual o espiritual e s t á pre-
tad y el de Fatalidad en el determinismo colectivo o indivi- parada para actuar sobre su destino, las manifestaciones de
dual. Sabemos t a m b i é n que, para cada uno, el estado pre- los ritmos de este ú l t i m o permanecen, sin embargo, sin en-
sente (predisponsiciones) como el medio humano y el ele- trenar, como en los d e m á s : E l hombre nacido bajo la in-
mento circunstancial (predestinaciones) son derivación de fluencia de Marte, por ejemplo, se halla impelido a desempe-
una anterioridad... Igualmente sabemos que, procediendo ñ a r el papel de luchador, renuncie o no a defenderse, em-
prenda o no cualquier conquista. Semejante individualidad,
todo en la tierra de las influencias planetarias, el momento
dotada de instinto combativo (3) t e n d e r á siempre a situar-
de una e n c a r n a c i ó n coincide con aquel en que los cuerpos
se consciente o inconscientemente, en medio de dificultades u
celestes e s t á n dispuestos del modo necesario para que se
obstáculos. A veces se c r e a r á los unos por imprudencia, im-
den las condiciones generales y eventuales en relación con
previsión o insubordinación, otras veces b u s c a r á los otros
los antecedentes del encarnado. por pura necesidad de actividad marciana. L a fortuna de las
E l mapa del cielo, visto bajo el ángulo correspondiente al armas, cambiante por definición, le s o n r e i r á tanto m á s cuan-
lugar, y configurativo de las disposiciones planetarias en el to m á s asiduamente se esfuerce en condensar sus expansiones
momento del nacimiento, se denomina H o r ó s c o p o y da cuen- y en utilizarlas con mesura y discernimiento. Actuará, pues,
ta al nativo — así dicen los astrólogos — de los condiciona- sobre su destino, administrando la capacidad de sus energías.
mientos del factor destino, o sea de las predisposiciones E l desorden de la signatura de Marte: impulsividad, espon-
— que, por otra parte, p o d r á modificar voluntariamente — y taneidad, fuego, arrebatos, cólera, tendencia al exceso, vio-
de las predestinaciones que se seguirían en caso de una ausen- lencia, d e b e r á someterse a u n dominio reflexivo.
cia completa por su parte de iniciativa modificadora.
Como la influencia planetaria engendra a la vez las for- La amplitud de las casualidades, el plano en el que se
mas y los dinamismos individuales, se pueden deducir éstos las p o d r í a repartir de las insignificancias y de la mediocri-
de aquéllas. De a h í las ciencias adivinatorias derivadas de la dad a la brillantez o a lo excepcional, depende a l a vez del
astrología, como la fisiognomía y la quirología. género de los planetas cuya influencia domina en el tema
E l cuadro que sigue, inserto en las págs. 112 y 113 y adap- natal y del modo instintivo, emocional, cerebral o espiritual
tado de m i libro Les Marques révelatrices du caractére et du de la receptividad del nativo para cada uno. L a frecuencia
destín (2) p r o p o r c i o n a r á una idea de conjunto, de los factores de los éxitos, de los favores o de los rigores, de las eleva-
psicológicos y predestinadores, procedentes de cada planeta. ciones o de las caídas en cualquier acepción, se deduce
Las modalidades particulares que el h o r ó s c o p o natal deja aproximadamente de l a d u r a c i ó n de l a revolución de los
presagiar, aparecen rigurosamente reguladas por l a sucesión planetas predominantes.
de los aspectos planetarios. Cada paso de un cuerpo celeste L a a s t r o n o m í a ha determinado la d u r a c i ó n de estas revo-
por el punto de su trayecto en el que transita su posición luciones; son, en cifras redondas, 27 días para la Luna; 87
horoscópica, donde forma un aspecto sea con esta posición días para Mercurio; 224 días para Venus; 321 días para Marte;
sea con otro planeta, señala una de las modalidades en 12 años para J ú p i t e r ; 30 años para Saturno; 84 a ñ o s para
cuestión. Urano y 160 años para Neptuno. De una manera muy gene-
De ello se deriva una amplitud y una frecuencia deter- ral, a la influencia de los planetas de ó r b i t a corta, corres-
minadas, observables para cada destino, en el juego de las ponden las diversidades frecuentes y de menor relieve; a los
* OnhC^BffTB. ¿.ce* mMrS c a t i v o r
112 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 113
EL INFLUJO DE
SOL LUNA MARTE MERCURIO JUPITER
CADA PLANETA: VENUS SATURNO
Así en el organis- Elevación. Desarro- Fuerza plástica de Vigor muscular. Predominio de los Equilibrio físico. Agudeza sensorial.
mo, favorece, pro- llo. Perfección mór- resistencia. Potencia funcional. nervios. Homogeneidad y Lentitud de cam-
porcionalmcnte a fica. Vitalidad ex- Vitalidad estática. Potencial de ener- Armonía de asimi- bios. Hipotensión.
Fácil adaptación Equilibrio. lación.
la intensidad con pansiva. gía vital. del organismo. Economía. Acumu-
la que el sujeto la lación.
ha experimentado:
Siguiendo el influ- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten- Evolución con ten-
jo dominante el in- dencia homogénea. dencia intelectual. dencia excesiva. dencia experimen- Evolución con ten- Evolución con ten-
dencia ética. dencia emocional.
dividuo tiende a tal. dencia abstracta.
evolucionar en uno
de estos sentidos:
Infortuna: Intrigas de los ene- Miseria. Fin prematuro y Condenas judicia- Escándalo y ruina.
migos. violento. les. Envilecimiento. Enclaustraciones.
Adaptaciones socio- Genios. Poetas. In- Marina. Diploma- Ejército. Cirugía. M é d i c o s . Ingenie- / Magistrados. Cléri- E spectaculos. Deco-
lógicas: novadores. macia. Literatura. Metalurgia. ros. Publicistas. S abios. Construc-
t
os. Funcionarios. r ación. Abstraccio- t ores. Extractores,
E es. i grieultores.
8
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CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA
115
de órbitas m á s extensas corresponden las grandes modifica-
ciones, en n ú m e r o necesariamente restringido.
De la mezcla de las influencias principales del tema de NOTAS AL CAPITULO X
natividad resultan así los reflujos periódicos de fortuna o
adversidad, los apogeos o las caídas, los cambios brusca- (1) Personajes que podrían ser identificados con los egipcios Anubis y Tynhon.
(2) Constituye un tratado de fisiognomía que permite deducir de las líneas,
mente dichosos o desgraciados que se observan en determi- las masas y las dimensiones del rostro las influencias planetarias que gobiernan
nados destinos. el destino. Las tendencias, facultades, aptitudes y calificaciones buenas o malas
pueden leerse así sobre la fisonomía y con un poco de práctica esta posibilidad
Un individuo en cuyo h o r ó s c o p o los planetas m á s alejados de evaluación inmediata de aquellos a quienes se aplica, puede prestar grandes
servicios, comenzando por el de ejercitar el espíritu de observación. Además la
del Sol aparecen débiles, tiene en potencia un destino for- fisiognomía presagia los fenómenos fortuitos a los que uno habrá de enfrentarse.
El práctico en esta ciencia puede verificar por sí mismo que:
mado de una multiplicidad de p e q u e ñ o s acontecimientos
sobre un plano uniforme. Y a la inversa, el predominio de RESULTAN de las mismas CAUSAS
Las particularidades de la estructura interior del cuerpo;
uno o varios planetas de gran ó r b i t a presagia grandes ale- Las de su estructura interna;
Las características físicas o morales, y
grías o enormes desgracias. El determinismo predestinador.
Dígase lo que se diga, es perfectamente inútil tentar la Esta ley, formulada y verificada en todas las épocas por los discípulos
de la tradición hermética, se deduce implícitamente del conjunto de trabajos que
suerte, si no se e s t á dispuesto a abandonarse a ella. Más han dado origen a los actuales sistemas de evaluación, según índices morfoló-
gicos, de tendencias, facultades, aptitudes del individuo, y para pronosticar las
vale trabajar para dominarla. E l adepto de la ciencia oculta casualidades favorables o nefastas de su destino.
debe considerar el ritmo de lo bueno y de lo malo como (3) Un boxeador, un polemista y un estratega son igualmente marcianos: el
cualquiera otro fenómeno, sin entusiasmo y apetencias hacia primero instintivamente, el segundo en sus emociones y el tercero cerebral.
el uno n i repulsión o servilismo para con el otro. Puede te-
ner la m á s absoluta certeza de que si sigue las directrices
automodificadoras expuestas en este libro, el destino m á s in-
grato puede ser superado; que cada paso hacia el progreso
interior libera al hombre de los golpes de suerte; que por
el esfuerzo de cada día, se llega a anular el dominio sobre
uno de las eventualidades, afirmando a d e m á s su propio po-
der de actuación exterior.
L a ascesis integral constituye la m á s recomendable de las
operaciones mágicas, ya que si bien es posible, por medio de
otras formas del arte, obtener una ventaja que la anteriori-
dad individual no llevaba consigo, esta ventaja ficticia, por
así decirlo, implica un rescate que la compense; así como la
anulación, por otro m é t o d o que no sea la satisfacción previa
de la inmanente justicia, de un mal anteriormente determi-
nado, cambia en otros sufrimientos, el elemento coercitivo
que aportaba.
CAPÍTULO X I
LAS R E A L I Z A C I O N E S
varse las contrariedades inseparables a sus exigencias irre- y acción propiamente dicha, las cuatro fases mágicas son go-
flexivas. Esa es la razón por la cual es tan necesario un co- bernadas por esta ascesis.
nocimiento de conjunto de las leyes ocultas para aclarar Se elabora en la calma, se condensa en el reposo, se dis-
el discernimiento, como la propia ascesis: para permitir el ponibiliza por las preparaciones y se proyecta por la impul-
gobierno de la voluntad, la cual d e b e r á tener en cuenta las sión volitiva. Aquellos que se ven agitados sin reposo por
una idea, una pasión o un deseo, derrochan segundo por
leyes en cuestión.
Puesto que es el efecto de un estado psíquico el que im- segundo u n dinamismo cuya condensación y proyección ha
pone a las propiedades virtualizadoras exteriores la realiza- magnetizado a su complementario. ¿Quien será, pues, capaz,
ción del verbo individual, lo natural es que sea necesario im- sin entrenamiento m e t ó d i c o , de elevarse como conviene, a
ponerse antes este estado. Cuando se desencadena l a tormen- dirigir su pensamiento, a canalizar sus emociones, a con-
ta, cuando las unidades combatientes se desorganizan, el tener sus pasiones y a acumular su dinamismo impulsivo? De
capitán del navio o el general, pierden toda aptitud de in- ahora en adelante, supondremos que el lector e s t á en plena
fluencia si ellos mismos padecen un proceso de desorganiza- posesión de los frutos de este entrenamiento.
ción de sus facultades. Pueden influir ú t i l m e n t e sobre la Para toda aplicación de magia personal se d i s p o n d r á de
suerte del barco o de la batalla si todo en sí mismos obe- un rincón en el que poder aislarse, recogerse, exteriorizarse
dece al pensamiento reflexivo. De otro modo no p o d r í a n en el silencio y el aislamiento. Una pieza espaciosa y bien
hacerse dueños de su voluntad, y no t e n d r í a n m á s opción que iluminada, sería ideal, sobre todo en alguna casa en pleno
ponerse en manos de l a Providencia o del Destino. Pero de campo, pero, a falta de esto, cualquier habitación suficiente-
estas dos potencias, la segunda no sonríe a su gusto m á s que mente iluminada, rigurosamente privada con los muros en
a los caracteres cuya energía l a ha conquistado y l a otra ra- blanco y desnudos, h a r á el servicio. Se trata de aislarse de
ramente ayuda al hombre que no a c t ú a según su norma. toda fuente exterior de impresiones, de encontrarse solo, a
Se ha dicho y repetido que la fortuna sonríe a los audaces solas consigo mismo cuantas veces se juzgue necesarias. Un
y que la acción voluntaria constituye la plegaria m á s eficaz: individuo muy ejercitado, absolutamente d u e ñ o de sí mismo,
Ayúdate y el cielo te ayudará. capaz de una atención tan concentrada en medio de la agi-
Sea lo que sea lo que pidieseis a la magia contad con tación como en retiro, puede dispensarse de esto, aunque sea
ello sólo en l a medida en que os hayáis puesto en el estado de una gran ayuda. E n todo caso nos parece imprescindible
psíquico lúcido preciso, determinado y estable en relación para el principiante. E n caso de no disponer de un local,
constante de orientación con vuestro objetivo. No hagáis de podrá hallar el equivalente en la soledad de las afueras. Se
una modificación de las circunstancias o de una manifesta- quedará en cualquier sitio desierto, tranquilo, tan apartado
ción exterior a vosotros mismos una condición previa a la como sea posible.
instauración del estado psíquico eficiente; eso sería contar Seguirá una periodicidad regular: cada día o cada dos
con la causa del efecto. Actuad directamente sobre los me- días, por ejemplo, el experimentador se dedicará, lejos de
dios de poder que hay en vosotros. Vuestra voluntad obe- toda presencia, a la elaboración de su plan. Para ello, co-
decida interiormente, lo será igualmente fuera. menzará por definirse a r.í mismo sus móviles, sus intencio-
A toda potencia se oponen resistencias y a todo fenóme- nes, la naturaleza de sus deseos. Calculará las dificultades
no le precede su gestación. Por eso toda realización necesi- que puedan presentarse y, sobre todo, no se o c u l t a r á la inac-
ta una potenciación, sostenida y persistente en la intención, cesibilidad inmediata de su objetivo. T e n d r á cuidado de ano-
reiterada en el esfuerzo. E l medio de este último, la dispo- tar las ideas que le v e n d r á n en el curso de este primer tra-
nibilidad de una importante potencialidad de energía psí- bajo y de resumir en cada sesión el conjunto de las consi-
quica necesita una ascesis ya descrita, por lo que ya no in- deraciones que en ella haya madurado.
sistiremos sobre ella: elaboración, condensación, disposición E n segundo lugar, el mago p r a c t i c a r á la m e d i t a c i ó n in-
120 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 121
terrogativa abductora: a) inspiraciones relativas a l a fortu- las figuras pentaculares, de esa e x t r a ñ a disposición de los di-
na o desgracias eventuales que pudieran derivarse de su bujos, que hallamos en los rituales, vamos a dar, para quien
plan, para rectificar la o r i e n t a c i ó n de éste, según las luces se interese por los signos de apoyo, unas breves nociones.
que le vengan a este p r o p ó s i t o ; b) inspiraciones relativas a la Entre los hierogramas usados en. magia podemos distin-
precisión misma del plan. De este modo llegará hasta él un u
guir: 1.° figuras geométricas; 2. incripciones hebreas; 3.° ca-
flujo de nuevas ideas con las cuales, a medida que toma nota racteres extraídos de diversas clases de cifrados; 4.° signos
de ellas, irá dando una forma definitiva a su plan.
Si se trata de un e m p e ñ o de largo alcance o que presenta
una serie de o b s t á c u l o s que hay que vencer, dificultades a
resolver, antagonismos que alejar o asistencias por atraer,
será conveniente repartir el conjunto del plan en distintas
fases, a fin de disponerse a dirigir todo el esfuerzo integral
sobre el primer estadio exclusivamente, hasta que esté rea-
lizado; luego el segundo, y así en adelante.
Esta serie de meditaciones, de bocetos mentales de puesta
a punto, permite enfocar con la certeza del éxito los proyec-
tos m á s amplios, el ideal m á s elevado, los resultados m á s le-
janos de la condición actual del experimentador. E s necesa-
rio desterrar toda p r e c i p i t a c i ó n y toda negligencia, todo ex-
ceso de entusiasmo tanto como el tedio. Y mientras llega el
momento en que uno se siente dispuesto a atacar el plan, pre-
cisado tanto en sus líneas maestras como en cada una de
sus fases, deberá, en el curso de algunas sesiones, ser con-
siderado desde su origen hasta la finalidad, de sus bases
a sus diversos desarrollos, vivirlo, en una palabra, con la
mayor atención.
A imitación de los practicantes de la magia ceremonial se
pueden usar los signos de apoyo o pentaclo (estrella de cinco
puntas). Estos instrumentos resumen y precisan por medio FIGURA 17
de figuras de un simbolismo preciso y sintético, las inten-
ciones del operador. Se hallan gran n ú m e r o de pentaclos, usa- El Pentagrama
dos en otro tiempo, en los rituales de magia tradicional, an- Composición de Elifas Leví Zahad, tomada de su libro
gélica, planetaria o hiperfísica. Pero no servirían de nada a Dogma y ritual de la Alta Magia
quien no haya descifrado su sentido íntegro. Un pentaclo
debe significar jeroglíficamente en primer lugar, el principio, relacionados con el simbolismo astrológico o a l q u í m i c o . Sólo
las Leyes y propiedades ocultas en cuya conformidad el ex- unas palabras acerca de otros elementos gráficos m á s o me-
perimentador va a manifestar su verbo y, luego, el objeto es- nos misteriosos.
pecial de la realización proyectada. Cada uno h a b r á de bus- Las figuras geométricas precisan maravillosamente cier-
car los pentaclos m á s expresivos (1) de su voluntad e impro- tas ideas o intenciones. E l punto expresa la unidad, la fuente
visar los emblemas de sus obras. original, la causa inicial, la potencialidad abstracta. L a línea,
Aunque sólo sea para ayudar a comprender el origen de engendrada por el movimiento del punto, es el dinamismo
122 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 123
edificador de las formas, dinamismo bipolar, y, por ello, re- hículo material (puntas interiores). Arriba, el espíritu (pen-
presentado por dos segmentos de recta. E l triángulo equi- samiento); abajo, la materia (instintos); en el centro, la fuer-
látero, análogo al ternario, cuyo papel micro y macroscópico za (pasión). E l hexagrama, formado por los dos triángulos
conocemos, expresa: p o r su punto angular superior, la fuer- equiláteros entrelazados, uno blanco con el vértice hacia
za de l a que emanan las virtualidades en evolución (lados ad- arriba y el otro negro con su vértice hacia abajo, resume el
yacentes) que vienen a objetivarse sobre un soporte equi- dogma oculto en todas sus acepciones. Es evidente la analogía
librado (base). E l cuadrado o la cruz, expresivos ambos del constitutiva del hombre y del universo; el antagonismo del
bien y del m a l ; la identidad de todo proceso fenoménico,
sobre todo la del agente de las Potencias de l a luz y de las
inteligencias tenebrosas. U n cuadrado superpuesto a un trián-
gulo equilátero indica la reacción de la idea sobre la forma;
el n ú m e r o siete es precisamente el de las realizaciones. Dos
cuadrados iguales, una estrella de ocho brazos, o cualquier
otra analogía con el n ú m e r o ocho, expresa la a r m o n í a de las
formas, de las manifestaciones objetivas, de las eventualida-
des. U n triángulo equilátero superpuesto a un hexagrama, es
la formal adhesión al ideal de rectitud, la conformidad a l a
ley inmutable de los mundos manifestados, los tres trián-
gulos sefiróticos totalizados por nueve. E l círculo, en fin, es
la imagen del infinito, de la perpetuidad de los ciclos, de l a
Eternidad, y completa la serie de diez figuras.
Las inscripciones hebreas son de dos especies: unas e s t á n
formadas por letras aisladas y las otras por palabras o fra-
ses. Deben ser interpretadas siempre en su sentido cabalís-
tico o esotérico. Las letras, de las que m á s adelante se ha-
llará ilustración, tomadas aisladamente, pueden significar:
ntn p 2 s FIGURA 19
Las veintidós letras del alfabeto hebraico
usadas en los ideogramas mágicos FIGURA 20
Criptografía mágica
Nem. — E l principio suscitador y devorador de las formas Cada signo corresponde a una de las letras hebreas
transitorias.
Nun. — E l principio de las mezclas, que da lugar a la
existencia individual. E l simbolismo astrológico bien conocido, se resume así.
Samech.— L a perversión instintiva ególatra encerrada en su Los practicantes de la magia ceremonial, tratan de utilizar
círculo, aislada de la impregnación espiritual, la la influencia de las constelaciones y de los planetas. O sea:
entidad que se deja cercar. 1. ° eligen para cada operación el momento en que el cuerpo
Hain. — L a materia y su conformación por el espíritu, la celeste bajo cuyo dominio se sitúa la obra emprendida está
pasividad conmovida por la acción. favorablemente situado en el Zodíaco y claramente visible.
Phe. — L a evocación de las potencias por el verbo. 2. ° dibujan sus pentaclos entonces bien g r a b á n d o l o s sobre el
Tsadé. — L a suspensión, el obstáculo en movimiento para metal correlativo al planeta eficiente, sea sobre un pergami-
limitar la acción; el punto de antagonismo. no virgen, es decir, que no haya estado en contacto con nin-
Coph. — Las a r m o n í a s y las gracias de la naturaleza visible. guna contaminación fluídica, en tinta del color correspon-
126 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 127
diente a tal planeta. Según los cálculos tradicionales corres- larga y fácil, las satisfacciones de ostentación, las dignida-
ponden: al Sol, las obras que tienen por objeto la vitalidad des civiles y sacerdotales, los bienes inmuebles, los grandes
activa, pasionalidad anímica, conocimiento trascendente, in- acontecimientos, el e s t a ñ o , el azul, el zafiro. A Venus, la per-
fluencia personal, notoriedad, dignidad, la felicidad, el po- fección física, la atracción por la a r m o n í a de las formas, el
der, el amor de las mujeres, el oro, el amarillo y el carbúncu- encanto, el amor de los hombres, l a compostura, la decora-
ción, acontecimientos de importancia media, el cobre, el
verde, la esmeralda. A Saturno, la longevidad, la ciencia abs-
© C O *
tracta y profunda, la arquitectura, minas, tierras y tesoros
enterrados, los conocimientos secretos, el plomo, el negro.
E n cuanto al momento propiamente dicho se compren-
9 de, bien con relación a las posiciones reales de los cuerpos
celestes indicados para cada a ñ o por las efemérides de Ra-
T 1 1
ras», comprenden en realidad:
a
Para cada hora de día la 12. parte del tiempo que trans-
curre entre la salida y la puesta del sol.
¿1 a
Para cada hora de l a noche, la 1. parte del tiempo que
transcurre entre la puesta y la salida del sol.
Estas «horas» varían necesariamente a lo largo del a ñ o .
¡JL,
m/ >-> He a q u í el cuadro de esta sucesión:
MIERCO-
He a q u í el tridente de Paracelso, que servirá entre otras
DOMINGO LUNES MARTES JUEVES VIERNES SABADO cosas, de protección contra las entidades del mal.
LES
«El tridente de Paracelso significa, dice Eliphas Levi, el
I Júpiter Venus Sol Saturno Luna Marte Mercurio ternario. E s t á formado por tres dientes piramidales super-
II Marte Mercurio Venus Júpiter Saturno Sol Luna puestos sobre una tau griega o latina. Sobre uno de esos
III Sol Luna Mercurio Marte Júpiter Venus
dientes se ve una j o d cortando una media luna por un lado, y
Saturno
por otro, una línea transversal, figura que recuerda jeroglí-
IV Venus Saturno Luna Sol Marte Mercurio Júpiter ficamente el signo zodiacal de Cáncer. Sobre el diente opues-
CHE
V Mercurio Júpiter Saturno Venus Sol Luna Marte to hay un signo mixto que recuerda el de los Gemelos y el
o
VI Marte Júpiter Mercurio Venus Saturno del León y cerca del León la cruz a s t r o n ó m i c a . Sobre el dien-
2 Luna Sol
te del centro está dibujada geroglíficamente la figura de la
RAS
VII Saturno Sol Marte Luna Mercurio Júpiter Venus Serpiente celeste teniendo como cabeza el signo de J ú p i t e r .
O
K VIII Júpiter Venus Sol Saturno Luna Marte Mercurio
IX Marte Mercurio Venus Júpiter Saturno Sol Luna
X Sol Luna Mercurio Marte Júpiter Venus Saturno
XI Venus Saturno Luna Sol Marte Mercurio Júpiter
XII Mercurio Júpiter Saturno Venus Sol Luna Marte
gencia y del mayor o menor brío de las facultades, son los De todo esto se deduce la importancia de dirigir cons-
hombres cuyas ideas se mantienen m á s seguidamente, aque- tantemente el pensamiento de forma que se determine el
llos en quienes se observa un mayor paralelismo entre lo conjunto de las condiciones deseables para l a a r m o n í a de la
que quisieran y lo que tienen. Esta perseverancia de las ideas existencia: estado psíquico satisfactorio, progreso continuo
es m á s frecuente en hombres de carácter — por poco brillan- de las facultades, circunstancias favorables a l a realización
tes que sean — que entre hombres de intelectualidad muy de los medios materiales necesarios para conseguir la vida
cultivada. É s t o s son capaces de conceptos m á s amplios, m á s deseada, establecimiento de relaciones con las personas sus-
sutiles, pero se pierden en m i l detalles, mientras que el pri- ceptibles de adaptarse a nuestras diversas aspiraciones, de
mitivo — si tiene un c a r á c t e r de verdadero relieve — emite favorecer nuestros asuntos, de apreciarnos como conviene,
la mayor parte de sus pensamientos en direcciones conver- de comprendernos, de responder a nuestros sentimientos,
gentes; para decirlo con palabras de un humorista no tiene de armonizar con nuestras tendencias sentimentales, inte-
suficientes ideas de recambio. lectuales y morales; repulsión, o sea, imposibilidad de entrar
Esta es la razón del contraste frecuentemente observado en relación con nosotros y de obtener nuestra confianza, de
entre la mediocridad material y la superioridad moral, de aquellos que, al contrario que los precedentes, nos serían
un lado, y, por otro, entre la llamada complacencia del oro desagradables o nocivos.
en ciertos e s p í r i t u s rudos y groseros, pero pertinaces y re- Resumamos todo esto en una f ó r m u l a : emitir conceptos
calcitrantes. convergentes.
No faltan individuos condicionados de manera que ejer- Emitir conceptos convergentes es comunicar al plano
cen una muy fuerte influencia psíquica sobre el plano virtual mental y al plano astral un haz continuo de determinantes,
y para quienes el estudio de la ciencia oculta — el estudio de de agentes creadores complementarios y cuya analogía sea la
las leyes que manejan inconscientemente — sigue siendo abso- apropiada para engendrar un m á x i m o de efectos en un mí-
lutamente e x t r a ñ o . Se les puede ver realizar, por un esfuerzo nimo de tiempo.
sostenido, lo que desean, a pesar de todos los obstáculos. Emitir conceptos convergentes es t a m b i é n evitar toda ac-
Pero como no suelen prever todo lo que pueden llevar con- ción psíquica que conlleve elementos antagónicos entre sí,
sigo su ideación al cabo de a ñ o s de trabajo para conseguir y suprimir todo despilfarro de fuerza mental.
un resultado, se ven, con amargura, atropellados por cir- Emitir conceptos convergentes es conducir el pensamien-
cunstancias con las que no h a b í a n contado, pero que un poco to de manera que los diversos objetos aislados a los que se
de sagacidad les hubiera revelado como resultado lógico de aplicará concurran en una finalidad c o m ú n .
su acción psíquica. Para ello es necesario que en nosotros el ser de iniciativa
L a m a y o r í a de nosotros se crearía para sí un cierto gra- razonada domine al ser impulsivo. E l p r i m e r paso en este
do de felicidad, sin que de ello se derivase un mal que no sentido consiste en sustituir a la a n a r q u í a fantasista de los
se busca — todo lo contrario — con sólo orientar convenien- pensamientos por un esfuerzo directivo de atenciones. Para
temente su actividad mental. Pero fascinados por todo fulgor guiar a los principiantes entre los muy numerosos escollos
de bien o de mal que b r i l l a en el camino, víctimas de los del desarrollo psíquico, para permitir a las m á s débiles vo-
prejuicios repetidos por la chusma acerca de lo que conviene luntades adquirir el vigor necesario para l a m a e s t r í a del
asegurarse para ser feliz, persuadidos de que es muy difícil automatismo, hemos publicado el volumen titulado El poder
distinguir entre lo que hay que considerar preferible y lo que de la Voluntad. Esta obra supone que el dominio del lector
considera como tal el c o m ú n de los mortales, se mueven y se sobre sí mismo es lo m á s débil posible: incluso considera
desgastan y se consumen en p e r s e c u c i ó n de un ideal com- los casos enfermizos en que la voluntad es casi nula. E n él
puesto de lugares comunes que a veces se alcanzan, pero que se h a l l a r á un ejercicio elemental que facilitará la aplica-
entonces resulta vacío e, incluso, amargo. ción de las e n s e ñ a n z a s de este volumen.
136 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 137
origen de las armas parlantes se hallaría la intuición del poder de los signos de
No es necesario decir que la alimentación prescrita (muy apoyo.
tóxica) sólo será temporal, durante el período de experimen- (2) La tinta requerida para dibujar los pentaclos se compone de las sus-
tancias siguientes:
tación. Es prudente t a m b i é n compensarla de un día para otro Agalla de roble: 50
con una dieta hídrica. Sulfato de hierro: 25
Goma arábiga: 30
Después de la primera comida el experimentador s a l d r á Agua: 80.
Las agallas de roble se pondrán en el agua hirviendo; se las deja allí
y se ejercitará en una marcha muy r á p i d a . Inmediatamente durante veinte horas, transcurridas las cuales se añadirán los restantes ingre-
después b u s c a r á las excitaciones sensoriales indicadas, sobre dientes.
todo la música. Luego p r o c e d e r á a la proyección mental or-
dinaria.
E l aislamiento y la inercia mental hasta el momento de
la experiencia propiamente dicha, ayudan considerablemente:
el operador debe condensar sus fuerzas y dinamizarlas por
medio del sueño y del régimen de excitaciones sensoriales.
Pero todo esto será una p é r d i d a de tiempo si no evita, ab-
solutamente, hablar, moverse, y derrochar sus vibraciones
continuamente.
E n el momento en que todo lo que precede le haya pues-
to en estado de elevado potencial, el experimentador evocará
vehementemente todos sus motivos de desear y de querer.
C o n s t r u i r á luego una imagen mental, como ya hemos di-
cho, y la p r o y e c t a r á con toda la intensidad vibrante de l a
que sea capaz. Las prescripciones anteriormente indicadas,
permiten concentrarse e irradiar m á s ampliamente.
a
L a 11. llave de Hermes indica la s u p r e m a c í a del pensa-
miento sobre l a fuerza bruta que parece reinar en la tierra.
E l jeroglifo de esta clave es una joven, cuyo sombrero afec-
ta la misma forma que el bufón del primer arcano, y que
mantiene separadas, sin un esfuerzo muscular aparente, las
m a n d í b u l a s de un león. E l signo del infinito evoca a q u í el in-
conmensurable poder de las energías psíquicas e hiperfísicas
que rigen invisiblemente el mundo elemental. (Fig. 23, pági-
na 138).
NOTAS AL CAPITULO XI
(1) El pentaclo perfecto será el que exprese su objeto de manera tan clara y
precisa que sea imposible modificarlo sin alterar su sentido. Para cada con-
cepto hay una manera, y sólo una, de expresarlo gráficamente y con una adecua-
ción rigurosa. Se explica, pues, que la búsqueda de esta representación ayude
a fijar los conceptos. La heráldica es un arte absolutamente pcntacular y en el
CAPÍTULO XII
servidumbres, c o n s i d e r a r á tranquila y l ú c i d a m e n t e las posi- vehementes y autoritarias engendran un verbo que magnetiza
bles contrariedades, y las i n t e r p r e t a r á como un aviso para poderosamente y en el que se puede reconocer el agente de
analizar cualquier posible insuficiencia, y como una invitación brillantes acontecimientos cuya d u r a c i ó n mide l a amplitud
a un esfuerzo mayor. de la inevitable y catastrófica fuerza de retroceso.
Fijarse una orientación, una meta, una ley equivale a con- Este transmuta, en sus fábricas-prisión, l a sangre del
vertirse en centro de atracciones y dispersiones. Fijarse una pobre en reluciente metal, con el que llena sus cofres: el cas-
orientación, una meta y una ley justas es colocarse en el
camino del reino perfecto. A d e m á s de los efectos de lo que
hemos venido llamando fuerza de retroceso consecuente a
toda arbitrariedad o s u b v e r s i ó n , el dominio del poder oculto
se resiente necesariamente de toda pasividad, ya que ésta es
en definitiva u n abandono. E l hombre que observa las leyes
fisiológicas es activo en el plano causal de la salud y de la
enfermedad. E l que lucha inteligentemente por la vida es ac-
tivo en el plano de l a seguridad y la disfruta en la medida de
su rectitud de juicio; y sus disgustos o desgracias expresan
siempre una falta de aquél. E l hombre que transgriede las
leyes éticas deja engendrarse un m a l que él será el primero
en sufrir. E l agnóstico, en fin, aislado de l a esfera de la que
irradia toda luz (1) espiritual deja perpetuarse en su concien-
cia superior la oscuridad: especie de pasividad, la m á s fu-
nesta de todas, ya que e n t r a ñ a los peores desvarios.
E l único recurso posible contra la fatalidad en todas sus
clases, es por tanto, l a actividad en todos sus modos. An-
teriormente ya lo h a b í a m o s mencionado con su verdadero
nombre: iniciativa.
L a inercia o pasividad, tiene grados, pero es fácil hallar
ejemplos de inercia casi total, sin buscar demasiado. Los ca-
balistas l a representan por medio del pentagrama con la
punta hacia abajo, enmarcando u n hombre en posición in- FIGURA 24
vertida o una cabeza de macho c a b r í o (Fig. 24, p á g . siguiente).
Pentagrama representativo de la subversión
L a cabeza se hunde bajo e l peso del cuerpo que la arras-
tra hacia las regiones inferiores. Este es el jeroglífico sim-
bólico de los muchos que se enfangan en la cloaca material. tigo e s t á sobre él. Este otro se juzga hábil porque burla con
Las apetencias de Gouph y l a pasionalidad de Nephesch go- la ayuda de fraudulentos artificios la ley del trabajo: pronto
biernan a Ruach reducido a la servil condición de instrumen- sus facultades se n e g a r á n a colaborar en cualquier sutileza,
to abastecedor. d e g e n e r a r á y tras l a ruina v e n d r á el trabajo duro y a n ó n i m o .
De este modo las facultades y potencia del alma se mal- Tal cirujano opera con precios abusivos, tras un diagnóstico
gastan ú n i c a m e n t e en satisfacer las exigencias del inconscien- tan urgente como falso: ya ha conseguido l a realización en él
te. L a animalidad y la pasionalidad se alzan con el mando y del fantasma terrible de la enfermedad que tan frecuente-
gobiernan d e s p ó t i c a m e n t e por el espasmo o la euforia. S i son mente magnetizaba. A la abortadora que se presta solícita a
lu
146 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 147
perpetrar el cobarde infanticidio, pronto el vampiro asesino neos fueron poco a poco comprobando que m á s allá de los
vendrá a llevarle su propio hijo. Los obscenos escritos de límites asignados por B r a i d y los suyos a las posibilidades de
aquel escritor suscitan el libertinaje y el libertinaje v e n d r á a influjo psicológico, se extendía un amplio campo de caracte-
tentar, a seducir y a perder a su esposa y a su hija... rísticas misteriosas, cuyo horizonte desafía a ú n a l a perspi-
Iniciativa y dominio de sí son dos principios cuya trans- cacia del hombre.
gresión lleva consigo, en sí misma, el castigo. Sin ellos la Nuestros lectores conocen ya la manera en que el pensa-
vida orgánica, mal ordenada o francamente desordenada, con- miento deliberado o e s p o n t á n e o se transmite a t r a v é s del me-
duce al sufrimiento físico, la vida afectiva se resuelve pron- dio hiperfísico ambiente y las repercusiones que tienen lugar
to en llaga, la vida intelectual en impotencia y la vida volitiva sobre los centros individuales de emisión psíquica que somos
en infamante servidumbre. cada uno de nosotros.
Será pues un gran día aquel en que sobrevenga el des- Las tormentas tronaron durante siglos antes de que nos
pertar de esa especie de sonambulismo en que se hallan in- a p e r c i b i é r a m o s de l a inmanencia de este agente del cual el
mersos tales dominios de la naturaleza humana y en el que rayo sólo es una manifestación aislada.
tantos individuos pasan su vida. Obrar como verdadero mago Igualmente las comunicaciones de pensamientos con re-
es gritar a los aletargados ese Sitrgite! (¡Levantaos!) liberador. percusiones i n s t a n t á n e a s , hoy ya fuera de dudas gracias a al-
gunos sagaces investigadores, no han dejado presentir, nada
Además de la sugestión hipnotizadora de las espontaneida- m á s que a un reducido grupo de iniciados, el fenomenismo
des inferiores, sobre la cual acabamos de proyectar la luz ini- incesante de l a telepsiquia.
ciatica, líay otro fenómeno, t a m b i é n relacionado con los pos- Aparte de las «televisiones» y «teleaudiciones» que lo tes-
tulados ocultistas, que ha de encontrar a q u í su lugar. L a cien- timonian la excepcional instantaneidad de r e p e r c u s i ó n , y la
cia moderna ha puesto de manifiesto experimentalmente su influencia mutua de las mentes representa el ú l t i m o mis-
realidad, después de que el suspicaz doctor Braid pidió pres- terio avalado con la firma de los sabios.
tados al ilustre Du Potet los procedimientos por los cuales se Las investigaciones de los psicólogos en el dominio del in-
suspenden m o m e n t á n e a y completamente las facultades cons- consciente, llamado por otros subconsciente o conciencia su-
ciente del cerebro. Los aprendices de esta nueva manifesta- bliminal, aclaran singularmente el problema telepsíquico.
ción de una ciencia secular quisieran reducir a su fase exclu- Y a sabemos que todos los estados de conciencia resultan de
sivamente material el f e n ó m e n o que llamaron hipnotismo. un complejo elaborado en las profundidades insondables de
Un ejemplo entre miles de lo que la conciencia intelectual ese mecanismo intelectual que, sin que lo sepamos (1), fun-
puede verse afectada cuando se escinde de la superconscien- ciona dentro de nosotros mismos.
cia, los Charcot, Dumontpallier, y sus discípulos, empecina- S i n duda alguna nuestro inconsciente recibe y queda i m -
dos por su materialismo en los límites de la hipótesis posi- pregnado del efluvio de innumerables proyecciones psíquicas,
tiva, se apresuraron a integrar en la m á s insignificante de las al igual que impresiona, de manera tanto m á s insidiosa y di-
secciones del psiquismo todos los hechos m á s o menos ma- fícilmente controlable cuanto que es absolutamente oculta,
ravillosos: la lucidez se convertía, para ellos, en alucinación no sólo a aquellos en quienes pensamos, sino t a m b i é n a otros
pura y simple; la transfusión vital de los magnetizadores, se inconscientemente relacionados con nuestros propios pensa-
explicaba por la colaboración — decían — de la imaginación mientos.
del paciente, y las telestesías y telepatías — que no podían ¿ C u á n t o s individuos viven bajo el yugo sugestivo de cual-
obtener ni repetir — las negaron. quier personalidad fuerte, m á s o menos interesada en crear
Y a hemos señalado en nuestro Método científico del Mag- esta esclavitud cerebral y por otra parte, muy frecuente-
netismo, Hipnotismo, Sugestión y Telepsique a (1) c ó m o de un mente alejada de un conocimiento, n i siquiera vago, de la ley
fenómeno a otro, los modernos investigadores contemporá- de influencias psíquicas? Basta ser e s p o n t á n e a m e n t e volun-
148 P A U L C. J A G O T
experimental. Lo que está arriba es como lo que está abajo, por los iniciadores en el arte del desdoblarse, durante el sue-
se nos dice en l a Table de Emeraude. Es ésta la afirma- ño natural, es indispensable en la mayoría de los casos, como
ción de una analogía entre el nacimiento y la muerte. De la condición ineludible de la obtención del f e n ó m e n o ; y enton-
misma manera que el feto deja de desarrollarse para pasar ces no hay nada que temer, ya que si rehusan someterse al
de l a vida impersonal a la vida individual, cuando llega el esfuerzo m e t ó d i c o que se les propone, no o b t e n d r á n ningún
momento, el hombre se desencarna para nacer a la vida as- resultado. Y si llevan a cabo aquel entrenamiento, su condi-
tral. El momento siguiente a la muerte se distingue del ción psíquica se fortalece lo suficiente para inmunizarlos. No
anterior a ésta poco más o menos en la misma medida en obstante, si bien la m a y o r í a de los humanos tienen el alma
que la víspera del nacimiento difiere del día siguiente de él. inestricablemente unida al cuerpo y difícilmente exterioriza-
L a posibilidad en el curso de la vida terrestre de exterio- ble, otros, en cambio, m á s o menos m é d i u m s por naturaleza,
rizarse del cuerpo carnal, f e n ó m e n o llamado desdoblamien- se desdoblan con extraordinaria facilidad. Estos ú l t i m o s ,
to o bilocación, ha podido ser determinado en personas si- siempre impresionables en exceso, deberían tratar de equili-
tuadas previamente en estado letárgico provocado, el m á s pro- brar su salud física y de desarrollar su impasibilidad moral,
fundo de los estados h i p n ó t i c o s . L a ciencia oculta conocía antes que buscar el acceso a l a región astral, acceso que, en
mucho antes que los modernos investigadores, la salida en definitiva, tenemos todos asegurado, incluso los menos en-
cuerpo astral, del que debemos ocuparnos, aunque sólo sea tusiasmados.
brevemente y para prevenir, a los que gustan de emociones, Arrojar un niño a l a selva, entre malezas y animales, en
de los peligros de toda tentativa insuficientemente preparada. un ambiente y en una topografía para él desconocidos, no se-
Los Magos de la a n t i g ü e d a d , d u e ñ o s por medio de la as- ría m á s insensato que aventurarse sin madurez psíquica, y
cesis de sus vehículos físico y astral, y aptos por consiguiente sobre todo sin un guía experto, en ese elemento cósmico, cuyo
para conservar la integridad de su lucidez y de sus incur- c a r á c t e r temible han podido apreciar los lectores en el ca-
siones en lo invisible, se entrenaban m e t ó d i c a m e n t e para la pítulo VIII.
obtención del estado posletárgico, precursor del desdobla- Adoptando la enseñanza de los antiguos templos, el Maes-
miento, y del desdoblamiento propiamente dicho. Los que tro H é c t o r Durville, a quien lo desconocido ha debido ya des-
practican la magia negra, incapaces de gobernarse, en rebe- velar todos sus secretos, recomendaba a los que quieren des-
lión declarada contra toda norma, han querido también dis- doblarse:
frutar de la prerrogativa de la bilocación. Para ello han sus- a) U n entrenamiento análogo a la ascesis del capítulo I X .
tituido el entrenamiento de la voluntad, por la acción de tóxi- b) L a p r á c t i c a diaria del aislamiento. Llamaba así a un
cos, por ingestión o inyección, que proyectan la entidad psí- estado sólo alcanzado í n t e g r a m e n t e a cambio de grandes es-
quica fuera de la prisión orgánica. E n el capítulo X V I I I ve- fuerzos y que engendran por sí mismo la exteriorización.
remos las posibilidades de la que pretenden usar los goecia- E l ejercicio m á s propio para conseguir el aislamiento fue
nos, liberándose de su vehículo físico, posibilidades perver- descrito por H é c t o r Durville en su obra Magnetisme Person-
sas y desde m á s de un punto de vista criminales. nel. Estas son, según nuestro criterio, las fases sucesivas:
E n estos ú l t i m o s años se ha preconizado un m é t o d o in- 1) Se trata antes de nada de imponer al cuerpo físico
termedio, fundado en la tendencia exteriorizante del sueño una pasividad completa. Para ello lo mejor es tumbarse có-
natural. Aparte de l a inconsciencia a que quedan sometidos modamente. L a atención debe recorrer uno a uno todos los
durante sus tentativas, logradas o no, los adeptos de este m ú s c u l o s , a fin de relajarlos, de suspender perfectamente la
m é t o d o , e s t á n expuestos, al igual que los brujos, a choques actividad del conjunto muscular. Se llega así a l a m á s abso-
hiperfísicos, a emociones desorganizadoras, a l asalto de las luta inmovilidad.
entidades vampíricas del plano astral, a la locura y a la muer- 2) L a inercia locomotriz predispone a u n retardamiento
te. Por supuesto, un entrenamiento, recomendado siempre de la actividad intelectual, fácil de advertir y que degenera en
154 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 155
sueño natural profundo en aquellos en quienes las energías en sí. De todas formas estos dos ejemplos no resumen en ab-
psíquicas no e s t á n suficientemente condensadas. Igualmente, soluto las infinitas posibilidades que pueden presentarse.
si no se domina esta c o n d e n s a c i ó n por la ascesis, la experien-
cia se interrumpe por sí misma.
3) E l experimentador, abandonado ahora a su automa- Sin embargo, está también el candidato al desdoblamien-
tismo, observa su agitación cerebral, agitación que debe su- to inevitable de última hora: el moribundo inmerso en el
primir. L a intención, mantenida sin tensión voluntaria de nin- coma liberador de sufrimientos patológicos. S u p o n g á m o s l e
guna especie, dirigida a i r eliminando la elaboración de los suficientemente iniciado en el terreno de lo oculto y, m á s a ú n ,
pensamientos, constituye la clave del aislamiento. Sería in- llegado a un grado suficiente avanzado de conciencia. Sabía
suficiente esta intención, sin p r e p a r a c i ó n , y ni siquiera con que la vida terrestre constituye un estado transitorio, que
unas pocas sesiones, para conseguir la suspensión completa todo cuanto poseemos, desde nuestro organismo, hasta nues-
de los pensamientos. Poco a poco, la calma sustituye a aquella tros bienes constituyen los instrumentos, los medios de evolu
agitación y aun entonces el s u e ñ o vence a los experimentado- ción temporalmente apreciables, de los que debemos usar
res optimistas. Pero d e s p u é s de algunas semanas de tentativa con l a m i r a puesta en las adquisiciones psíquicas, definitivas
diaria, momentos cada día m á s prolongados marcan un pri- y sin aficionarnos especialmente a ellos. U n a intuición muy
mer progreso. Luego esta situación se prolonga y m á s tarde clara, una lucidez particular ha informado de su fin a quienes
subsiste apenas turbada por alguna reacción. A l final este buscaron la verdad tras las ficciones y las realidades tras las
estado llega a hacerse uniforme. E s el aislamiento. E n esta apariencias. Aunque la debilidad humana haya mezclado esta
situación la agudeza sensorial se halla considerablemente ate- idea con una cierta aprehensión, muy comprensible, cara a
nuada. Los ruidos de fuera son indiferentes, así como las lo desconocido, las ú l t i m a s horas son para él horas de pleno
sensaciones visuales, olfativas o táctiles. Se encuentra en una conocimiento, tranquilo y decidido. Teniendo entonces una
disposición análoga a la de la persona de tal manera absorta idea suficientemente clara del fenómeno del cual él mismo va
que no escucha a quien le habla. Y comienza la exterioriza- a ser sujeto y objeto, se ha preparado con la m e d i t a c i ó n . . .
ción. Una vez que su cerebro material ha dejado de funcionar, una
4) Se tiene la i m p r e s i ó n de no estar ya integrado en especie de letargo ha eclipsado su entendimiento y al cabo
los estrechos límites del cuerpo físico. Se siente uno como de algunas horas, de algunos días, la inercia completa de sus
elevado, paralelamente a aquél, algunos c e n t í m e t r o s . Ninguna órganos ha sido debidamente constatada por la Facultad.
aprehensión, sino una serenidad y un bienestar casi de nir- Inmediatamente antes de exhalar el ú l t i m o suspiro, el
vana. alma del moribundo, transportada por su doble se h a b í a ex-
5) Llegado a estos resultados y capaz de aislarse así en teriorizado de él y el gesto vago, e s p a s m ó d i c o , que le vieron
algunos minutos, se s u s t i t u i r á la intención primitiva de esta- hacer los asistentes con su mano derecha (1) al nivel del epi-
sis intelectual por la de exteriorizarse cada vez m á s , y la gastro t r a d u c í a su ú l t i m o esfuerzo para romper el lazo fluidi-
experiencia se p r o s e g u i r á sin descanso, consagrando a ella co por el cual el doble sideral está ligado al cuerpo y al doble
una hora, poco m á s o menos, cada día. Más adelante, la evo- etéreo. Este es el lazo extensible que permite las bilocaciones
lución de las posibilidades bilocatorias t o m a r á el curso ade- muy lejanas.
cuado a las predisposiciones de cada uno. De modo que al- E n su nuevo estado, el desencarnado — a no ser por un
gunos c o m e n z a r á n a percibir el medio astral bajo el aspecto excepcional conocimiento de los planes invisibles — no se
de una luz o de una sombra difusa, en donde las formas, las da cuenta exacta de la situación. S e r á n necesarios, como al
imágenes, las siluetas, se f u n d i r á n poco a poco; otros re- recién nacido que fue, un tiempo de a d a p t a c i ó n , siempre va-
c o r r e r á n sin gran esfuerzo el espacio hiperfísico y los dobles riable, y l a influencia de sus guías: padres, amigos, maes-
de los vivientes le s e r á n perceptibles antes que el plano astral tros, que le hayan precedido al m á s allá, o bien la ayuda de
156 PAUL C. J A G O T
una comunicación simpática, de la que los iniciados se han de una sola encarnación seguida, inmediatamente, luego de
servido muchas veces. una fase bastante parecida al despojamiento astral, de una
Para el adepto, cuyo desprendimiento ya depurado en la eternidad de sufrimiento o de beatitud decididos por la justi-
vida se prolonga hasta el astral, cuya ascesis redujo la pa- cia divina para cada uno según sus obras.
sionalidad, cuyo estudio y esfuerzo de asimilación desarro- Muy lejos de nosotros l a menor intención de discutir o
llaron el entendimiento, cuya rectitud le ha hecho merecedor polemizar, convencidos como estamos de que en semejante
de los recursos dispensados por la Providencia, la purifica- materia, cada uno recibe e s p o n t á n e a m e n t e , de manera in-
ción astral es mucho m á s llevadera que en el caso anterior. tuitiva, las luces que su grado de transparencia psíquica deja
Al principio, la acepta como una prueba necesaria; y en se- filtrar. Nos limitaremos a señalar con c u á n t a s reservas el
guida se despoja de buen grado de todo el molesto residuo clero habla de todo lo concerniente al eterno castigo (2). Hay
de sus defectos. que convenir también en que el terror del infierno reacciona
Y éste es, brevemente expuesto, el final de la etapa pur- de tal manera contra la materialidad de los íntimos pensa-
gatorial. E l alma vuelta a su pureza primitiva abandona su mientos que aunque no existiera su invención no ha sido en
ropaje astral — que flotará d e s i n t e g r á n d o s e poco a poco — absoluto inútil. Se infunde m á s fácilmente el miedo al su-
del mismo modo que se h a b í a separado de su vehículo físico. frimiento que la Veneración a la Rectitud, o dicho de otra
Conservará de su paso por l a tierra, una huella predestinaclo- forma, el Amor de Dios.
ra que el ocultismo oriental localiza en un elemento especial, Por otra parte, la Ciencia Oculta enseña que quienquiera
el cuerpo causal, y, luego, una estadía en el seno de la esfera que por adhesión radical a la perversidad renuncie a su su-
propia a su esencia, hasta el momento en que, para completar perior destino para convertirse en la tierra, y luego en lo in-
un nuevo periplo hacia la definitiva perfección, necesitará visible, en un auxiliar del espíritu del mal, se hace reo de una
recibir de la sustancia hiperfísica un nuevo cuerpo astral; gradual aniquilación. Tales son los malos e s p í r i t u s auxiliares
la constitución y consolidación de este ú l t i m o , que deberá de los magos negros. Así, tras la muerte física, los condena-
responder a nuevas exigencias y poseer nuevos medios, serán dos serían conducidos al seno del astral, con sus obras sus-
determinadas por la huella causal en cuestión. citadoras de muerte, de egoísmo, de odio y de instintividad,
Las encarnaciones o vidas, universalmente profesadas pol- hacia el no ser final.
las religiones orientales, lo son t a m b i é n , aunque bajo apa- U n ú l t i m o problema se nos plantea, relacionado con la
riencias diferentes, por todas las tradiciones esotéricas. Se- muerte. Algunos, tras el célebre Alan Kardec, en quien recae
gún ciertas escuelas, nosotros d e b e r í a m o s reencarnarnos va- la responsabilidad de una moderna revelación de la antigua
rias veces sobre la tierra, mientras que otras se cuidan mu- necromancia, creen haberlo resuelto.
cho de especificar los lugares sucesivamente propuestos pol- Comunicar con los muertos; conversar con las personas
la ley de evolución a la individualidad humana, para así po- queridas desaparecidas; aprender de los habitantes del m á s
nerla en presencia de los m ú l t i p l e s aspectos de la realidad. allá, lo que sea esa «comarca e x t r a ñ a de donde el viajero
E l concepto del fin ú l t i m o difiere también según las Es- j a m á s regresa», según dicen, y obtener así una prueba expe-
cuelas. No obstante, podemos sintizarlo con la idea de reinte- rimental innegable de la supervivencia del alma...
gración del alma a la esfera espiritual. Sería la corresponden- Se concibe que estas perspectivas abiertas por el espiri-
cia inversamente análoga, de la e m a n a c i ó n primitiva. tismo o kardecismo, hayan tentando, tienten y sigan tentando
Como vemos la ciencia oculta nos proporciona a p r o p ó s i t o siempre ya a cierta clase de gentes.
del misterio m á s profundo una solución igualmente alejada Ante los hechos presentados por los fieles del kardecismo,
de los dos extremos: el materialismo que elimina el entendi- la disolución no tarda en llegar para quién sabe desprenderse
miento con el complejo o r g á n i c o del que sería una simple de un error. Nos encontramos en presencia de fenómenos
función y el dogma extendido por las religiones de Occidente perfectamente reales — y realmente interesantes en sí mis-
160 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 161
mos — pero en los que la intervención de las entidades del ello, ni la menor revelación seria sobre el m á s allá ni sobre
m á s allá parece ser m á s excepcional que constante. Ahora algún problema científico.
bien, como sabemos, en el invisible, a d e m á s de las almas hu- No obstante todo esto, e s t a r í a m o s dispuestos a conside-
manas, hay otras entidades con posibilidades para utilizar rar la moda del espiritismo como un servicio disfrazado, un
la m o m e n t á n e a e n c a r n a c i ó n que les ofrece el trance del mé- fermento de reacción contra el agnosticismo y el materialis-
dium. mo, un pretexto para el intento experimental: Se creía llegar
E n nuestro Méthode scientifiqtte moderne de Magnétisme a una determinada solución, luego puesta en evidencia, pero
et Hypnotisme, hemos hecho observar que la facilidad de al tiempo que se eliminase lo falso, se p r o y e c t a r í a la luz so-
exteriorización que suele a c o m p a ñ a r a l a mediumnidad ex- bre lo verdadero. Desgraciadamente, si bien la doctrina de
plica los desplazamientos de objetos, desapariciones, golpes, Kardec ha engendrado importantes iniciativas, como la crea-
o canturreos, materializaciones, noticias o escritura directa; ción del Instituto de Metapsicología del doctor Geley, ha
pero hemos observado t a m b i é n que la escritura i n s t a n t á n e a provocado t a m b i é n , entre gentes predispuestas al fanatismo
parecía explicarse por l a actividad del inconsciente; y en una de lo maravilloso, un desequilibrio lastimoso, místico e in-
palabra, que se pueden ver simples metagnomias en las co- telectual a la vez, emocional y fisiológico, a c o m p a ñ a d o de ob-
municaciones con e s p í r i t u s cuyo aspecto o c a r á c t e r tiene un sesiones, ideas fijas y alucinaciones. S u característica de con-
origen distinto al cerebro del propio m é d i u m . junto es un delirio en que se disuelven al mismo tiempo, la
L a tradición ocultista con el voto u n á n i m e de los inicia- moral y la razón.
dos de Oriente y de Occidente (3), consideran la doctrina es- Todo esto viene a ú n a confirmar los supuestos básicos de
piritista como una simple herejía. Nuestros muertos — a la ciencia oculta. No se magnetiza hacia el propio ambiente
quienes la evolución definitiva acapara y aleja de las preocu- a las peores proximidades sin correr el riesgo de una conta-
paciones propias de nuestro mundo — no p o d r í a n utilizar el minación psíquica e incluso de otros riesgos m á s inmediata-
i n t é r p r e t e m e d i a n í m i c o . Sólo las entidades m á s inferiores y mente sensibles. Y son precisamente éstas las proximidades
por ello m á s deseosas de contacto con nuestro plano llegarían evocadas ya que l a norma de las otras no comporta un co-
a encarnarse algunos instantes en el organismo del m é d i u m , mercio habitual con los vivos. Pero pienso que predicamos en
cuya eventual bilocación les facilita el acceso. desierto. Los adeptos de la Ciencia Oculta j a m á s c a e r á n en la
Larvas, elementales, e s p í r i t u s que habitan las regiones necromancia y los espiritistas no nos leerán...
densas del astral, seres humanos muy poco evolucionados, N o obstante permanecer lejos de nosotros, nuestros muer-
prisioneros de la esfera de a t r a c c i ó n terrenal, hacia la que su tos no nos olvidan, sin embargo. Y c u á n t o deben deplorar
materialidad les empuja a ú n , suicidas o accidentados aterro- la impostura de las equívocas presencias que, amparadas
rizados ante la prueba purgatorial y que creen hallar u n re- en el kardecismo, usurpan sus nombres para llegarse hasta
fugio e n c a r n á n d o s e ; ajusticiados llenos de odio, adoradores nosotros.
impenitentes de los instintos y la materia son las únicas en- S i n duda alguna, pero de una manera generalmente insen-
tidades susceptibles de ceder a la llamada de los aficionados sible, oculta, de alma a alma, la madre separada de sus hijos,
a las mesas redondas. por ejemplo, influye en toda la medida de su receptividad
Esto no es sólo una opinión. De hecho, j a m á s el nivel de sobre ellos. S u amor le permite conservar con ellos una rela-
las comunicaciones espiritistas sobrepasa el nivel del m á s ción constante gracias a la cual les inspira y les protege sin
cultivado de los asistentes; son frecuentes las incoherencias, que ellos lo adviertan, al menos de forma inmediata.
los absurdos, incluso las inconveniencias que se revelan; in- De manera que los lazos de la s i m p a t í a o del deber no se
numerables las mixtificaciones, las falsedades, las perversida- rompen en absoluto con l a muerte.
des proferidas o dictadas p o r los «espíritus», que, a d e m á s , Basta abandonarse al culto interior de los que ya no exis-
siempre rehusan todo control de identidad. Y , por sobre todo ten, evocar sus cualidades morales, sus buenas obras, el as-
n
162 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 163
pecto espiritual y elevado de su personalidad para precisar la sido servido entero. Luego se p o n d r á n t a m b i é n unas gotas de
relación de su alma con la nuestra. Toda acción conforme a vino en su vaso. E s t a comida d e b e r á hacerse en silencio, en
su memoria los evoca realmente. E l deseo de mostarnos dó- la habitación de las evocaciones y en presencia del retrato
ciles a sus inspiraciones nos abre a su pensamiento. Basta velado. M á s tarde se r e t i r a r á todo lo que se haya utiliza-
con pedirles así los consejos y las luces que nos hubiesen do, excepto el vaso del difunto y su parte de pan que se deja-
dado si vivieran y su respuesta se reflejará en nuestro espí- r á n ante su retrato.»
ritu. »Por l a tarde, a l a hora de la visita habitual el adepto se
Estas son las indicaciones que volvemos a encontrar en r e t i r a r á en silencio a la habitación y allí e n c e n d e r á u n fuego
el ceremonial m á g i c a m e n t e utilizado para la evocación de claro con madera de ciprés y se le i n c e n s a r á siete veces, pro-
los muertos y cuyo detalle recogemos del maestro Eliphas nunciando el nombre de la persona que se quiere volver a
Levi Zahed, el Iniciador por excelencia: ver; seguidamente a p a g a r á l a l á m p a r a y d e j a r á que el fuego
« E n primer lugar se deben recoger con cuidado todos los se extinga. Ese día no se desvelará el r e t r a t o . »
recuerdos de aquel o de aquella que se desea volver a ver, »Cuando l a llama se haya apagado, se v e r t e r á el incienso
los objetos que u s ó y que conservan su huella, y amueblar sobre los carbones y se invocará a Dios según las f ó r m u l a s de
una habitación que la persona o c u p ó en vida, o bien una pa- la religión a la que p e r t e n e c í a l a persona muerta, y según las
recida en l a que se colocará su retrato, cubierto con u n velo ideas que la misma tenía de Dios.»
blanco y entre las flores preferidas por ella que se r e n o v a r á n »A1 hacer esta plegaria, es necesario identificarse con la
diariamente». persona invocada, hablar como ella h a b l a r í a , creerse de al-
«Hay que observar luego una fecha precisa, bien el día guna forma ser ella misma; luego, tras un cuarto de hora de
de su santo, bien u n día especialmente feliz en nuestro re- silencio, hablarle como si estuviese presente, con afecto y fe,
cuerdo o en el suyo, un día que suponemos, que su alma, por r o g á n d o l e que se muestre a nosotros; repetir esta plegaria
dichosa que sea en l a otra vida, g u a r d a r á en la memoria: este mentalmente c u b r i é n d o s e el rostro con las dos manos, luego
día es precisamente el que hay que elegir para l a evocación, llamar en alta voz tres veces a la persona amada, y esperar
que se p r e p a r a r á durante catorce días.» de rodillas, con los ojos cerrados o tapados, durante algunos
«En este tiempo, hay que procurar no dar a nadie las mis- minutos, h a b l á n d o l e mentalmente; llamarla d e s p u é s tres ve-
mas pruebas de afecto que el difunto o la difunta hubiera ces m á s con voz dulce y afectuosa y abrir lentamente los
recibido de estar con nosotros; observar una castidad rigu- ojos» (4).
rosa, vivir en el retiro y no hacer m á s que una modesta co-
mida y una ligera colación por día. Encerrarse a solas todas
las tardes con una luz débil, como una p e q u e ñ a l á m p a r a
funeraria o un cirio, en l a h a b i t a c i ó n consagrada al recuer-
do de la persona desaparecida; con la luz d e t r á s de sí, NOTAS AL CAPÍTULO XIII
se d e s c u b r i r á el retrato ante el cual se p e r m a n e c e r á una
hora en silencio; luego se p e r f u m a r á l a estancia con un poco
(1) El gesto de atraer hacia sí la ropa del lecho.
de incienso de calidad y se s a l d r á de la habitación, cuidando (2) La treceava clave de Hermes, que muestra al esqueleto segador con el
de no dar la espalda a l r e t r a t o . » instrumento con el que causa la muerte de los cuerpos, temporales receptáculos
de la vida, en la mano izquierda, indica el carácter negativo y subsidiario de la
muerte física. Pero también significa que sólo las formas se abandonan para
«El día fijado para l a evocación, h a b r á que prepararse dejar a nuevas vidas que tomen posesión del plano terrestre de evolución.
desde l a m a ñ a n a como para una fiesta: no dirigir el prime- (3) Sobre todo los teósofos de la escuela Blavatski, Leadheater, Besant, los
Rosa-Cruz y los Martinistas.
ro l a palabra a nadie en todo el día, y hacer sólo una comida (4) Eliphas Levi. Dogma y ritual de la alta Magia.
compuesta de pan, vino, raíces o frutos; el mantel s e r á blan-
co, y se c o r t a r á para el difunto un trozo de pan que h a b r á
CAPÍTULO XIV
METAMORFOSIS Y MEZCLAS
flujo sideral sobre el recién nacido. Las formas de éste e s t á n ros, funcionarios, gerentes, y en una acepción m á s modesta,
determinadas por la mezcla de las influencias planetarias todos los auxiliares del orden. Se reconocen por su cualidad
que engendran sus c a r a c t e r í s t i c a s psicológicas. Por eso el ros- m á s c o m ú n : la consideración por la autoridad m á s convencio-
tro y las manos — partes sintéticas del ser humano — llevan nal y t a m b i é n por su apego a la seguridad material.
la marca del tipo moral. S i n necesidad de repetir algo que Con l a influencia de Venus nos acercamos al tipo m á s de-
ha sido objeto de estudio en una obra m í a anterior (3), cree- licadamente dotado para sentir y dispensar las a r m o n í a s sen-
mos conveniente indicar a q u í l a norma de cada uno de los soriales. L a decoración, la melodía, el espectáculo y el adorno
tipos elementales. son los atributos venusianos. E s fácil encontrar venusianos en
E l influjo solar condiciona al individuo de manera que todos aquellos sitios donde abunda el diletantismo. Llevan en
se inclina a las grandes síntesis, a la ideación, a innovar, a sí mismos la alegría de vivir. Los m á s evolucionados son f i -
organizar, a crear. Los nacidos bajo este influjo tienen algo l á n t r o p o s y llevan a cabo obras de caridad, pero en el fondo
de reyes o de genios y, de hecho, hay tantos de ellos como ge- de la escala venusiana hallamos cortesanas y buscadores de
nios en la historia del mundo. Para calificarse así, la influen- sensaciones exóticas.
cia solar debe predominar en el tema sin debilidades o diso- Y Saturno. Los que están bajo su influjo tienen su norma
nancias de aspectos. E n los grados medios del salariado se en cuaquier trabajo extractivo y constructivo de largo esfuer-
hallan arquitectos, escultores, tribunos, actores y joyeros. zo. L a ciencia abstracta, la arqueología y la filosofía necesitan
A los lunares corresponde asimilar, reflexionar, imaginar, de saturnianos intelectuales. Las minas, la albañilería, la agri-
y soñar. Suelen ser m é d i u m s en m á s de un caso. Poetas, l i - cultura circunscriben la categoría manual de los saturnianos.
teratos, intelectuales de todas categorías, intuitivos y viden- Son circunspectos hasta la desconfianza, fríos hasta la adus-
tes, manifiestan la influencia lunar. Algunos lunares, menos ted y mesurados hasta la avaricia.
dotados, muestran pura y simplemente una gran personali- Este breve resumen d a r á una idea de l a importancia de
dad. L a L u n a incita a algunos a transmitir el pensamiento, los datos psicológicos de la ciencia oculta que permite cono-
pero siempre ios hace bohemios. Por eso la marina le perte- cer lo que es mejor, orientar su evolución y equilibrar sus
nece. Por regla general el lunar es s o ñ a d o r , disperso y bo- tendencias templándolas con cualquier iniciativa inversa y
hemio. complementaria. E l saturniano debe, por ejemplo, esforzar-
A Marte toca combatir los antagonismos; por las ciencias se en asimilar las a r m o n í a s venusianas, para reaccionar con-
exactas, las virtudes militares, el sentido estratégico — ob- tra los excesos de su naturaleza s o m b r í a y meditativa. (De la
servable en todos los combativos — coquistadores, cirujanos, síntsis m á s bella de estas dos influencias resulta la composi-
exploradores, policías, m e t a l ú r g i c o s se preparan contra una ción musical.) Igualmente los venusianos alcanzan l a sereni-
violenta resistencia. I n t r é p i d o s , valientes, agresivos, los in- dad en contacto con la filosofía y las abstracciones corres-
fluidos por Marte caen frecuentemente en la arbitrariedad y pondientes a Saturno. U n influjo solar y jupiteriano, al igual
en la indisciplina. que los marcianos y lunares, se equilibran mutuamente. Falta
Mercurio — el m á s universal, el m á s agitado — al que Jú-
Los mercurianos tienen la propiedad de relacionar, de
piter o Saturno c o m u n i c a r í a n la estabilidad y la profundidad
progresar, de adaptar, de mover. Comerciantes, ingenieros,
que necesita siempre en cierta medida.
k
editores, libreros, oradores, periodistas, médicos, dibujan-
tes, copistas, agentes de venta, informadores; pertenecen to- E l arte de los complementarismos planetarios se inspira
a
dos a l a esfera de Mercurio. Sutiles, sagaces, ingeniosos, los en la 14. clave de Hermes, evocada al principio de este capí-
mercurianos se preocupan m á s por el fin que por los medios. tulo en un sentido diferente. Bajo el dibujo t a r ó t i c o , esta
Las características jupiterianas se traducen por l a aptitud inscripción: «La Templanza», parece indicar con q u é inten-
para regentar, administrar, organizar y dirigir. Suelen ser ma- ción — el fin de l a metamorfosis — mezcla los dos líquidos
gistrados, ministros, prelados, industriales, pintores, banque- que trasvasa de un recipiente a otro. (Véase página 167).
P A U L C. J A G O T
Sí 9EBÍ¡&*lI&H«w*.
duelas j ^ f i n t ^ u ^ se observa
8 s e c u n d
flujo marciano (violencia) han p S d o K Í ¿ . ™ " ° dcH .n
disturbios la disposición de las facultades psíquicas, hasta Por otra parte, el mago, frenético y osado, puede extraer
el punto de que el hombre se confunda con él, hay posesión de su propia sustancia astral larvas con la imagen de sus
instintiva: materialismo. pensamientos. A l ingenuo brujo rural, el Dragón Rojo le
Donde predominan las arbitrariedades pasionales acapa- responde en persona y el famoso sabbat medieval se desarro-
radoras del entendimiento hasta no hacer de él m á s que ver- llaba seguramente en forma hiperfísica, conjuntando los do-
bo de frenesí, existe posesión afectiva: egoísmo. bles, exteriorizados con la ayuda de tóxicos, de los desdi-
Cuando, no obstante las luces del entendimiento, la vo- chados que se consagraban a las obras del mal.
luntad se abandona, subsiste l a posesión de la inercia: fa- E l origen del típico Lucífugo de los rituales goéticos tiene
talismo. sin duda alguna relación con el macho c a b r í o egipcio de
Cuando reina la ignorancia, o bien l a inteligencia ador- a
Mendes, cuya apocalíptica figura muestra l a 15. carta del
mecida es blanco, sin esforzarse hacia l a verdad, de los mo- Tarot, elegida luego como síntesis jeroglífica por los templa-
vimientos reflejos interiores y los pensamientos ajenos, se rios: «La voluntad», dice el Gran Grimorio, «dispone de un
observa la posesión del error: inconsciencia. medio de acción vulgarmente denominado Bafomet». (Véase
Sobre todo, allí donde surge la ilusión de la independen- página 173).
cia entitaria, el egocentrismo soberano, la s u p r e m a c í a de la Sea como sea, lo cierto es que el Diablo tarótico, el ma-
fuerza sobre el derecho, la negación del orden Universal, el cho cabrío de Mendes y Bafonet personifican al impersonal
demonio del orgullo proyecta la sombra del no-ser: agnos- servidor de las voluntades humanas que m á s de una m í s t i c a
ticismo, s, depravada ha tratado de deidificar, a causa de su relativa
f Materialismo, pasionalidad, inercia, sinrazón y agnosticis- omnipotencia.
m o revelan, bajo diierentes aspectos, un solo y ú n í c o T a i r t o / '
impersonal que transgriede subversivamente su norma cós-
mica, en favor del libre arbitrio temporalmente extensivo de
su necesaria y exacta función.
L a concepción del místico diablo maquineo, e s píritu r i -
val y adversario del Todopoderoso, se ha perpetuado hasta
nosotros a través de las religiones nacidas de la gnosis cris-
tiana primitiva. E s una simple blasfemia y si bien el cato-
licismo romano ha contemporizado con l a leyenda, se
ha abstenido prudentemente de hacer de ella un artículo
de fe.
Las propiedades del agente astral, actuando a través de
cualquier mediumnidad, explican suficientemente las posesio-
nes efectivas, sobre las que casuistas y demonólogos han em-
borronado tantas p á g i n a s . E n cuanto a las manifestaciones
aparentemente objetivas de esos malos espíritus, de esos de-
monios perversos que infestan las bajas regiones del astral,
no nos a s o m b r a r í a m o s ; la perversidad de los magos negros
atraen en gran n ú m e r o a las entidades del mal del invisible
y la exaltación de esos fanáticos, ayudada por p r á c t i c a s prole-
murinas, proporcionan los fluidos necesarios al conglomera-
do vehicular de los agentes que evocan.
CAPÍTULO X V I
INFORTUNIOS Y CATÁSTROFES
guante? Todos conocemos insuficiencias y proporcionales y las causas de adversidad, es la directriz que lleva a con-
coerciones circunstanciales. Pero es indispensable realizar secuciones infalibles.
un m í n i m u n de rectitud, sobre todo para obrar como verda- [ Una ley de justicia distributiva regula las encarnaciones)
dero mago: Repudiar toda invasión despótica del dominio Aquí no se establece la cuestión del modo de anterioridad,
sensorial o del emocional; negarse a la menor adhesión a terrestre o extraterrestre. L o que conviene enfrentar es el pa-
cualquier clase de a n a r q u í a intelectual o ética. pel de la Absoluta Justicia en la relación del yo con el no-yo
Como cualquier otra manifestación observable, el infor- representado por lo que se denomina los azares del naci-
tunio, la mala suerte, la fatalidad se rigen por un riguroso miento. Algunas escuelas han restringido el sentido de esta
determinismo. Por regla general, nos hallamos ante una pre- relación hasta el punto de que, según ellos, h a b r í a que ver
dominancia alternante de lo fasto y lo nefasto. Para unos son un criminal en el pasado de un asesinado; un mutilador en
satisfacciones modestas y disgustos menores; para otros la el pasado de un inválido, el m á s compasivo filántropo de una
oscilación adquiere mayor amplitud y lleva consigo golpes vida precedente en los muy ricos de hoy; en el hombre que
de suerte apreciables y luego obstáculos muy sensibles; así, llora un abandono h a b r í a que ver un don Juan de a n t a ñ o ;
hay vidas elevadas en línea recta hasta un brillante apogeo en l a mujer traicionada, una antigua infiel; y, en fin, el avaro
seguido de una caída vertiginosa. o el egoístamente malgastador de una fortuna h a b r í a revi-
Sería una locura imaginar que se puede eludir la acción vido en este pobre amado de Cristo...
de este mecanismo. L a norma accesible a un esfuerzo de su- Ante esta teoría evidentemente exagerada, el clan de los
tileza y voluntad es, sin embargo, regularizarlo, reducir lo antirreencarnacionistas dejó su actitud de ignorar todo lo
que es desagradable y ampliar lo dichoso, esto siempre, claro que se refería a la reencarnación para concentrar su esfuer-
está, en una medida que es proporcional al grado individual zo en denigrar una metafísica hecha de rigor m á s que de
de ascesis. caridad, a pesar de lo cual seguimos sin conocer los m é t o d o s
La prudencia, por otra parte, aconseja afrontar sólo los que ellos utilizan para concililar la Absoluta Justicia del
vaivenes de un destino tan aventurado como las resistencias Dios infinitamente Bueno y Misericordioso con la arbitrarie-
personales sean capaces de soportar; dicho de otra manera, dad aparente de los nacimientos muy distintamente provis-
a elaborar, antes de embarcarse, los medios de discernimien- tos de santidad, facultades, relaciones y dinero.
to y las energías combativas en relación con la envergadura E n definitiva, el último t é r m i n o de la Evolución humana
de la empresa. según la doctrina hernética (de la que las religiones son no
L a penetración de los arcanos de lo oculto y la extensión m á s que adaptaciones m á s o menos deformadas) consiste
que permite de las potencias interiores son una considerable en ese estado de total adhesión a la realidad espiritual y de
ayuda. Nos permitimos pensar incluso que la lectura de es- completa renuncia de las ilusiones materiales; y como la
tos elementos de una ciencia que 11.000 volúmenes no han serie de nuestros estadios evolutivos tiende al definitivo des-
agotado (1), no ha de ser por completo inútil, evidentemente, tino, explicado m á s arriba, debemos encontrarnos, al prin-
para nadie. cipio de cada nueva existencia — de la actual, por ejemplo —
Sin embargo, el nauta enrolado en este viaje no d e b e r á en las condiciones concretas, susceptibles de permitirnos"-
ni alegrarse demasiado de los días buenos, n i asombrarse o alcanzar el m á s inmediato, el m á s urgente progreso del que \
turbarse cuando sobreviene la borrasca. E l momento favo- nuestras'anterioridades nos dejaron "a la vez capaces y ne-/
rable representa la coronación de horas de armoniosa inicia- cesitados.
tiva; el vaivén adverso fue provocado por cualquier defecto Probablemente el mendigo de hoy fue un célebre millo-
del entendimiento o de la voluntad. Proseguir la acción du- nario, a quien su opulenta situación le ocultaba la realidad
rante el período de gozo, aunque parezca que se nos pide de las cosas humanas y le alejaba de todo esfuerzo de agu-
relajamiento, y reaccionar sin desmayo contra los efectos deza causal. Hoy es mucho m á s realista con respecto a los
182 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 183
asuntos de a q u í abajo y mediante su situación de obligado al nativo. Por muy rico, robusto, bello y espiritual que haya
ascetismo ha adquirido l a facultad de reducir al m í n i m o la nacido, si le faltan el sentido c o m ú n o buen juicio, la ac-
esclavitud del deseo fisiológico. Reencarnado ahora bajo la tividad y el dominio de sí mismo, el embate de las m i l vo-
égida favorable de Saturno le es fácil abrirse paso hasta racidades al acecho del todopoderoso metal, convertirán la
las ciencias abstractas y hacia l a serenidad de alma sólo al opulencia en desnudez, la exuberancia vital en enfermedades,
alcance de los e s p í r i t u s reflexivos. E n cuanto a la mujer la amabilidad en violencia. De la misma manera el hijo de
abandonada — ¿ q u i é n sabe? — quizá fue u n modelo de ter- padres indigentes, si posee un grado apreciable de superio-
nura, y por ello, de una fidelidad demasiado exclusiva de ridad cerebral y volitiva no t e n d r á que esperar m á s allá de
amor temporal. Enfrentada ahora con el aspecto transitorio treinta años para ver resueltas todas las dificultades de su
de los complementarismos sentimentales, avanza, t a m b i é n existencia.
ella, por la senda del desprendimiento. Y con respecto al Se recomienda la mayor circunspección en lo que toca a
hombre traicionado, ¿ p o r q u é no h a b r í a podido ser a n t a ñ o las ventajas concedidas b e n é v o l a m e n t e por la suerte, sobre
m á s devoto de Anteros que del propio Eros? Insensible todo en los primeros a ñ o s de la existencia. Todo aquello
hasta ahora a las a r m o n í a s del corazón, convenía que las cuyo determinismo no se tiene en sí mismo, puede evapo-
conociera y privarlo luego de ellas, para que naciera en él rarse de la noche a la m a ñ a n a . Los favores temporales, las
la misma c o m p u n c i ó n que sufren los que lloran u n fracaso insinuaciones, los e s t í m u l o s permitidos en nuestro favor an-
basado, quizá, en una ilusión pero, p o r ello, no menos la- tes de que seamos capaces de crear su equivalente por pro-
mentable. Quien no haya padecido tal sufrimiento difícil-
: pia iniciativa, responden a una necesidad evolutiva; esforcc-
mente p o d r í a compartirlo; y toda insensibilidad limita la ex-
\ monos por adquirir una ventajajuiciosa y por oponer nues-
tensión del conocimiento. E l lisiado lo m á s probable es que
1 tVpsljji^iliQs. adecuados a las condiciones e s p o n t á n e a s de^xis-
tampoco haya hecho d a ñ o a nadie, pero quizá en otro tiem-
I tencia que p a r e c í a n exceder a aquéllos. Este es el único modo
po vivió en la convicción de que es justo que el hijo expíe los
excesos o las imprudencias del padre, y él no pueda enor- ( s e g u r ó de perpetuar, y hasta de mejorar incluso, estos úl- I
gullecerse de una ascendencia precisamente saludable. Y en timos.
lo que toca a l asesinado, nada prueba, n o sólo que haya Y a conocemos el poder de a t r a c c i ó n que posee e l deseo
matado, sino n i siquiera que haya incurrido en el m á s leve sostenido y exaltado. De cualquier modo, desear violentamen-
pecado. De lo contrario, la norma de su presente destino no te es forzar la mano del destino y exponerse, en razón de la
le hubiera evitado, con una muerte brutal pero rápida, una ley universal del equilibrio, a pagar muy cara l a o b t e n c i ó n
horrible enfermedad, fértil en torturas físicas y morales, por indebidamente exigida. A pesar de ciertas teorías colecto-
ejemplo, o cualquiera de esas lentas agonías cuyos gritos no ras de sufragios electorales, el hombre no tiene derecho a
pueden acallar n i los m á s estupefacientes n a r c ó t i c o s . nada que no sea una posibilidad de obrar según su norma.
Sin embargo, las colectividades nacionales, e s t á n regidas a ú n
Conviene sacar en consecuencia de esta digresión, para hoy de tal manera que ciertas clases pretenden sustraerse
la vida actual, que los favores de la suerte lejos de ser a todo deber de equidad. Sobreviene entonces la catástrofe en
siempre recompensa de cualquier m é r i t o adquirido, suelen r e p r e s i ó n de lo indebido y de su uso m á s o menos prolonga-
tener como causa cualquier otro determinismo; y que, in- do y se habla de injusta desgracia, cuando se trata de l a
versamente, los seres nacidos bajo los peores auspicios, no m á s clara manifestación de la Justicia.
son necesariamente sujetos de ninguna expiación. L a resul- Otra clase de fuerza_de retroceso proviene del mismo
tante de las iniciativas individuales, posteriores al nacimien- apasionamiento" deTdeseo. N o se ha sabido" o no sé" ha que-
to, no deja huella alguna, según nuestra opinión, en las exte- rido ver que su cumplimiento llevaba consigo epifenómenos
rioridades condicionantes sino que se nota en los medios de r- negativos. ¡Cuántas víctimas se quejan de la suerte cuando
asimilación, de discernimiento y de realizaciones que nutren I d e b e r í a n quejarse m á s bien de sí mismas! )
184 P A U L C. J A G O T
cion espiritual, intelectual y material, el triunfo en la bús- que unifican el Pentagrama, el Septenario y el Hexagrama,
queda del poder, de la popularidad y de la gloria, las obras conjuro a estos objetos con la magnetización de las Fuerzas,
estéticas, el esplendor y el brillo magnético de la persona- de las Influencias y de las Inteligencias de la naturaleza a
lidad, el acceso y el favor de las altas esferas sociales. Regu- que concurran en la objetivación de mis deseos.» Se pro-
lariza la función cardíaca, preserva del incendio y de los ad- cederá entonces a gravar con el buril sobre la primera cara
versarios envidiosos. E l mejor momento para confeccionar del disco de oro un primer círculo paralelo al contorno de
este talismán es un domingo, a la hora del Sol; esto siempre la placa y a seis milímetros de distancia; entre el círculo y el
que se esté situado en el signo del León, exento de afliccio- borde, los nombres de V a u , Rafael, Nasiel, Miguel, Dar-
nes (1) y en buen aspecto (2). Puede elegirse m á s simple- diel y Huratapel; en el interior del gran círculo un penta-
mente un domingo en que la Luna ocupa los diez primeros grama circunscribiendo el símbolo del S o l ; en la otra cara
grados del León, pero entonces hay q u é prestar atención a el nombre de Och y el n ú m e r o 6 encerrado en un hexagrama.
los aspectos que afectan a este ú l t i m o . Una vez gravado el talismán, se encenderá el calenta-
E l material que se requiere es una placa redonda de oro dor y sobre las astillas en c o m b u s t i ó n se i r á n arrojando las
puro, un buril nuevo pintado de amarillo de oro, un calenta- briznas del perfume indicado, una por una. L a plaquita de
dor nuevo de tierra vidriada, y unos gramos de perfume oro se expondrá al humo odorífero, sucesivamente la pri-
compuesto de sándalo rojo, azafrán, madera de áloe, bál- mera y la segunda caras, el saquito y la gema respetando la
samo, semillas de laurel, clavo de especia, mirra, incienso, fórmula empleada para la consagración previa de los obje-
almizcle y á m b a r gris. Para quemar este perfume hay que tos, pero a ñ a d i e n d o los nombres grabados en el talismán (3).
disponer como combustible ramas secas, de uno o varios de Luego de ponerlo en el saquito con la gema (que se puede
los vegetales siguientes: angélica, b á l s a m o , trigo, canela, car- engastar) se llevará colgado al pecho por medio de un cor-
damomo, celidonia mayor, col, crisantemo, ciclamen, gencia- dón de seda amarilla.
na, clavero, heliótropo, laurel, espliego, loto, mejorana, mu- Para acabar la operación hay que quemar absolutamente
rajes, naranjo, cebada, palma, primavera, ranúnculo, centi- o bien enterrar profundamente todos los objetos e ingre-
nodia, romero, salvia o tomillo. E s necesario t a m b i é n una dientes adquiridos para la p r e p a r a c i ó n del t a l i s m á n .
túnica de mangas cerradas en el p u ñ o , confeccionada de lino Las indicaciones rituales que preceden son comunes a los
amarillo de oro y un saquito del mismo tejido. S i se desea, siete talismanes planetarios. No h a r á falta, pues, repetirlos
p o d r á n disponerse, para engarzar en la placa de oro o para en cada caso. Daremos solamente las indicaciones relativas
ponerlos con esta ú l t i m a en el saquito una vez que se haya a las correspondencias de tiempo, metal, color, perfume, ve-
preparado el talismán, algunos de los minerales solares: ám- getales y minerales, así como los nombres usados según se
bar, crisólito, carbunclo, jacinto y topacio. Todos estos ob- trate de l a Luna, Marte, Mercurio, Venus, J ú p i t e r o Saturno.
jetos d e b e r á n ser nuevos, adquiridos especialmente para el E l t a l i s m á n de la Luna favorece la receptividad intelec-
talismán en las horas solares. tual, el sistema nervioso gran simpático, los viajes por tierra
E n el momento oportuno, el operador tras purificar el y por mar, la intuición, la inspiración, la seguridad material,
lugar en el que quiera confeccionar su talismán con una la paz, la conciliación, la dulzura.
abundante fumata de incienso, de m i r r a y de estoraque, se Momento: Lunes a la hora de la Luna, cuando ésta esté
d e s n u d a r á para vestir la ropa ritual y d i s p o n d r á sobre la en el signo de Cáncer sin aflicciones y, si es posible, bien
mesa, cubiertos por una tela amarilla de oro, los ingredientes encarada; o bien, cuando la Luna esté en el Cáncer o en los
enumerados arriba. Los e x p o n d r á uno tras otro al humo del diez primeros grados de Virgo. Evitar por encima de todo las
incienso y de los perfumes, diciendo, no sólo con su boca conjunciones con Saturno.
sino con toda su voluntad: «En nombre de Adonai, E l o i m , Metal: plata.
Agía y T e t r a g r á m m a t o n , por la virtud de las correspondencias Buril: laqueado de blanco.
190 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 191
Perfumes: áloe, semillas de adormidera blanca, estoraque, grama rodeado, a cinco m i l í m e t r o s del borde, por un círculo
b e n j u í y alcanfor pulverizado. y los nombres usados; al reverso un hexagrama en cada una
Vegetales para quemar: berenjena, alcanfor, cohombro, de las puntas del cual se p o n d r á una de las letras del nom-
amapola, calabaza, lechuga, m e l ó n , n e n ú f a r , sandía, verdola- bre de Fhaleg, con el signo de Marte en el centro.
ga, rapónchigo, naba, caña, s á n d a l o blanco, tamarisco y E l t a l i s m á n de Mercurio tiene relación con las obras de
tilo. imaginación, de adaptación, de sutileza. Favorece el estudio
Túnica: de seda blanca bordada de plata. de la palabra. Ingenieros, médicos, comerciantes, mecáni-
Gemas: berilio, diamante, cristal, ópalo y n á c a r . cos y conductores de vehículos dependen de Mercurio. E l
Número: nueve. talismán actúa ú t i l m e n t e sobre el sistema nervioso central
Nombres: H o l d , E l i m , Malchab y Arsisim, H e d , Bernah, y sobre todas las enfermedades funcionales cuya base etio-
Schehakrm, Gabriel, M i c a e l y Samael. lógica sea nerviosa.
Figuras: en la primera cara u n cuarto creciente en un Momento: miércoles a la hora de Mercurio, cuando esté
pentagrama inscrito en u n círculo rodeado de los nombres situado en los Gemelos o Virgo sin aflicciones y si es posible
usados que deben ser trazados a 9 m i l í m e t r o s del borde; en bien encarado; o bien, cuando la Luna ocupe los mismos
la segunda cara, un hexagrama en cuyo centro se p o n d r á la signos en buena disposición con Mercurio. E v i t a r l a con-
letra hebrea tau (1) y el nombre de Phyl. j u n c i ó n de J ú p i t e r .
E l t a l i s m á n de Marte preserva de los accidentes violen- Metal: aleación de plata, estaño y mercurio.
tos por hierro y fuego, de las fiebres, de m o r i r desangrado, Buril: pintado de listas rojas, blancas, amarillas, azules,
inflamaciones, ú l c e r a s . Favorece las obras de combatividad, verdes y negras.
de d o m i n a c i ó n imperativa, las industrias siderúrgicas, l a ci- Perfume: incienso, cinco en rama, polvo de ágata.
rugía, l a r e p r e s i ó n del m a l . Puede emplearse t a m b i é n para Vegetales para quemar: acacia, anís, camomila, endivia,
combatir todas las insuficiencias fisiológicas, astenia, ane- geranio, margarita, mercurial, milhojas, nogal, té, valeriana,
mia, etc. zarzaparrilla, achicoria, col de Milán, saúco.
Momento: Martes a la hora de Marte, situado éste en Túnica: hecha de seis piezas de diferentes colores, como
Aries, sin aflicciones, sobre todo de Saturno, y en buen as- el b u r i l .
pecto con uno o varios cuerpos celestes. L a presencia de la Gemas: sardónice, cornalina, ágata, calcedonia.
L u n a en los diez primeros grados de Aries o de Sagitario es Número: ocho.
igualmente conveniente. Nombres: Asboga, Duis, Doni, Tiriel, Micael, Rafael, M i -
Metal: hierro. chel, Serafiel.
Buril: pintado de rojo. Figuras: el caduceo incluido en el pentagrama y éste en-
Perfumes: brezo, enforbia, cornejo, sal amoniacal, raíz cerrado a su vez en un círculo de ocho m i l í m e t r o s del borde
de eléboro, polvo de hierro m a g n é t i c o , azufre y raíz de de Ta placa y de los nombres usados; en la otra cara, una
genciana. hexagrama en cuyas puntas se e s c r i b i r á n las letras del nom-
Vegetales para quemar: ajenjo, acanto, apio, agárico, ajo, bre Ophiel, con el signo de Mercurio en el centro.
artemisa, alcachofa, yaro, e s p á r r a g o , bardana, albahaca, be- E l t a l i s m á n de J ú p i t e r es ante todo recomendado para la
lladona, brezo, coloquinta, cuerno de buey, cornezuelo, en- elevación social. E l Sol da el oro y la notoriedad, pero J ú p i t e r
frasia, nuez moscada, ortiga, ruibarbo, verónica, viña. influye sobre aquellos que ocupan las situaciones m á s opu-
Túnica: de tela ruda y rojo. lentas y los cargos m á s estables. Se relacionan t a m b i é n con
Gemas: r u b í e s , sanguina, hematita, jaspe, granate. el influjo jupiterino las satisfacciones de familia, las digni-
Número: cinco. dades cívicas, las propiedades inmuebles, l a o b t e n c i ó n de
Figuras: E n la primera cara, una espada con un penta- sentencias j u r í d i c a s justas y la abnegación de los servidores.
PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 193
Momento: un jueves a la hora de J ú p i t e r , es decir, cuando melisa, miosota, murto, margarita, pensamiento, vinca, llan-
éste ocupe el signo de Sagitario o de Piscis sin aflicciones y tén, manzano, reseda, rosa, satirión, serpol, tusílago y ver-
si es posible bien encarado; t a m b i é n puede elegirse el mo- bena.
mento en que la Luna ocupe Sagitario, Piscis y Libra, en bue- Gemas: esmeralda, coral, zafiro con reflejos rojos.
na situación con respecto a Saturno y J ú p i t e r . Evitar la con- Túnica: seda verde.
junción de J ú p i t e r y de Mercurio. Número: siete.
Metal: e s t a ñ o . Nombres: Ahed, Anael, Hagiel, Beneserafín, Rachiel, Sa-
Buril: pintado de azul.
Perfume: madera de áloe, estoraque, benjuí. chiel.
Figuras: l a letra hebrea ghimel, encerrada en un penta-
Vegetales para quemar: agrimonio, áloe, amaranto, asna-
grama incluido a su vez en un círculo a siete m i l í m e t r o s del
lio, remolacha, borraja, buglosa, cedro, centaurea, cerezo,
borde; a su alrededor se e s c r i b i r á n los nombres usados en
haya blanca, col roja, membrillero, cólquico, serval, agracejo,
la consagración; al reverso, el hexagrama con las letras de
miguera blanca, fresa, fresno, germandrina, lino, morera,
Hagith en las puntas y el signo de Venus en el centro.
olmo, álamo, peonía, platanero, ciruelo, s é s a m o y violeta.
E l t a l i s m á n de Saturno favorece las obras de alta erudi-
Túnica: de p a ñ o opulento, grueso y azul.
ción y de abstracción. Materialmente está indicado para los
Gemas: zafiro, amatista, turquesa, jaspe, diamantes con productos de las minas, industrias de l a piedra, o para la
reflejos en verde o en azul. agricultura. Protege de los secuestros, de las conspiraciones
Número: cuatro. y de las emboscadas. Combate las enfermedades de la arma-
Nombres: Abba, Zaquiel, Johiel, Asachiel. dura ósea y en general todos los padecimientos crónicos.
Figuras: al anverso, una corona con cuatro florones, en Momento: un s á b a d o a l a hora de Saturno, cuando éste
el centro de un pentagrama circunscrito por un círculo a esté situado en Capricornio o Acuario, sin aflicciones y si
cuatro m i l í m e t r o s del borde. Entre éste y el círculo irán es posible bien encarado con Marte; o bien, cuando l a L u n a
inscritos los nombres utilizados; al reverso, una cabeza de ocupe los signos citados, y en buena situación con respecto
águila en un hexagrama con las letras del nombre de Bethor a Saturno y Marte.
en las puntas, y el signo de J ú p i t e r en el centro. Metal: plomo.
E l talismán de Venus se emplea para todo lo que concier- Buril: pintado de negro.
ne a la seducción, al amor y su consecución por influencia Perfume: semillas de adormidera negra, de beleño negro,
simpática. Favorece la fecundidad y protege la descendencia. raíces de mandragora, polvo de hierro m a g n é t i c o , polvo de
Combate las enfermedades radicadas en el aparato bucal, mirra.
en el sistema vascular y en los ó r g a n o s genitales. Vegetales para el fuego: acómito, agnocasto, asfódelo, cac-
Momento: Viernes a la hora de Venus, cuando éste se tus, cicuta, coca, comino, ciprés, datura, eléboro, euforbia,
halle en el signo de Taurus, o en el de Libra, sin aflicciones higuera negra, helécho macho, liquen, m a n d r á f o r a , musgo,
y si es posible con aspecto favorable de Saturno; t a m b i é n parietaria, pulmonaira, ruda, saponaria, sauce, saxífraga, es-
cuando la Luna ocupe los signos antedichos y bien encarada crofularia, serpentaria, tabaco.
con Saturno. Evitar las conjunciones con Mercurio. Túnica: p a ñ o c o m ú n , rudo y negro.
Metal: cobre. Gemas: obsidiana, ónice, azabache, diamante y coral negro.
Buril: pintado de verde. Número: tres.
Perfume: almizcle, á m b a r gris, rosas rojas. Nombres: H o d , Cassiel, Agiel.
Vegetales para quemar: almendro, bisagra, cañafístula, Figuras: una g u a d a ñ a en u n pentagrama incluido en un
celidonia mayor, limonero, cilantro, berro, espinaca, alhelí, círculo a tres m i l í m e t r o s del borde el cual e s t a r á rodeado
m u é r d a g o , lirio, jacintos, siempreviva, violetas, lis, malva, de los nombres usados; al reverso, u n hexagrama con las
13
194 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 195
seis primeras letras del nombre de Arataon en las puntas y la Aries: De la naturaleza de Marte. Impulsión, energía, ini-
que sobra en el centro con el signo de Saturno. ciativa, actividad.
Taurus: De la naturaleza de Venus. Evolución lenta pero
Para completar las indicaciones que preceden hemos in- poderosa, pasividad, realismo.
cluido una síntesis de astrología que permite confeccionar Géminis: De la naturaleza de Mercurio. Inducción, oscilación,
con a p r o x i m a c i ó n suficiente e interpretarlo en sus princi- impregnación, indeterminación; carácter analítico.
pales acepciones, un h o r ó s c o p o para cada momento y lugar Cáncer: De la naturaleza de la Luna. Expansión, radiación,
dados. L a horoscopia lleva consigo diversos elementos y vitalización; carácter psíquico.
Virgo: De la naturaleza de Mercurio. Equilibrio, mesura,
operaciones. Vemos primero los elementos: norma; carácter voluntarioso.
1. ° E l lugar, l a fecha y l a hora lo m á s exacta posibles. Libra: De la naturaleza de Venus. Armonía, fusión equi-
2.° E l Zodíaco, o sea el plano de la elíptica en el que libradora, afinidades; de carácter sinóptico.
Escorpión: De la naturaleza de Marte. Inflexibilidad, resisten-
circulan los cuerpos celestes. Este plano, dividido en doce cia, continuidad; de carácter voluntarioso.
grupos de constelaciones se representa por un círculo repar- Sagitario: De la naturaleza de Júpiter. Afirmación, pragmatis-
tido en doce sectores. Los s í m b o l o s zodiacales, Aries, Tau- mo, realismo; de carácter metódico.
rus, Géminis, Cáncer, Leo, V i r g o , L i b r a , Escorpión, Sagita- Capricornio: De la naturaleza de Saturno. Restricción, retro-
rio, Capricornio, Acuario y Piscis designan cada uno en un ceso, inercia; de carácter negativo o privativo.
Acuario: De la naturaleza de Saturno. Estasis, condensación,
sector del Zodíaco y l a influencia propia de cada sector. otenciación; de carácter interiorizante,
3. ° Los siete planetas, S o l , Luna, Marte, Mercurio, Jú- S e la naturaleza de Júpiter. Anterioridad, descargo,
disponibilidades; de carácter exteriorizante.
piter, Venus y Saturno, aportan cada uno a la economía
terrestre, y m á s especialmente a cada individualidad, una
serie de potencialidades que repercuten en las predisposicio-
nes y predestinaciones. Las influencias propias a cada uno de los siete planetas
pueden resumirse así:
4.° Las casas celestes, engendradas por la proyección del
Zodíaco sobre el plano del Ecuador. Cada una de ellas lo-
caliza un grupo de resultantes de las influencias planetarias. PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
Las influencias zodiacales se subdividen en principio,
como sigue: Adaptabilidad en todos Hay que basarse en su
los dominios: ingenio ma- posición y sus relaciones
Signos de fuego: (Aries, Leo, Sagitario) terial, sentido psicológico planetarias o zodiacales pa-
» de tierra: (Taurus, V i r g o , Capricornio) y diplomático, aptitud para ra conjeturar los recursos
captar las relaciones y uti- del nativo para proveerse
» de aire: (Géminis, L i b r a , Acuario) lizar los conceptos. Por su en todas las cosas, sus
» de agua: (Cáncer, E s c o r p i ó n , Piscis) MERCU- propia facilidad de adap- oportunidades de éxito en
Rio tación tiende a extender materia de ciencias aplica-
Estos signos corresponden a los cuatro temperamentos: siempre el campo de su ac- das (industria, medicina,
bilioso, sanguíneo, nervioso y linfático: tividad y a dispersar su etcétera.), en comercio, en
T a m b i é n , se distingue entre: atención en todos sentidos. otro sentido, su aptitud
Gobierna el sistema nervio- para servir de altar ego. Es
Signos cardinales: Aries, Cáncer, L i b r a y Capricornio. so con alternancia de agita- necesario un mínimo de
Signos fijos: Taurus, Leo, E s c o r p i ó n , Acuario. ción y represión. impregnación mercuriana
Signos móviles: Géminis, Virgo, Sagitario y Piscis. Con la Luna, Mercurio para saber sacar partido de
Los primeros significan l a iniciativa y las realizaciones. constituye un importante los valores que se poseen;
factor de Intelección. el exceso contrario condu-
Los segundos significan la estabilidad y l a fijeza. ce a sacar partido... sin va-
Los ú l t i m o s las impotencias y disgregaciones. lor intrínseco.
Sus influencias propias son las siguientes:
196 P A U L C. J A G O T
CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 197
homogeneidad fisiológica y muebles (los muebles co- los sentidos críticos, del de adquirir renombre, su-
tiende a las plétoras con- rresponden a Mercurio). discernimiento y, por ex- premacía o gloria. Bien si-
gestivas. Anímicamente es- Los astrólogos de la anti- tensión, del sentido de la tuado y en buen aspecto el
te planeta proporciona am- güedad llamaban a Júpiter forma. Condiciona el ardor Sol presagia un gran desti-
plitud de sentimientos, y el gran bienechor. anímico. Rige la combus- no. Defectuosamente, dis-
puntos de vista, y conse- tión fisiológica y sus efec- pensa un cierto brillo per-
cuentemente de ambicio- tos en el hígado, el cora- sonal. Si su situación es
nes posesivas. E l sentido zón y los ojos. Tendencia mala, el resultado es la
de los colores sobre todo, febril. oscuridad. Si es franca-
pertenece al dominio de mente negativa, neutraliza
Júpiter. la tendencia y retira la ap-
titud.
PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
PREDISPOSICIONES PREDESTINACIONES
Agudeza sensorial sobre La posición y los aspec- Augura la frecuencia de
la que descansan las armo- tos de Venus diagnostican Determina la capacidad
nías perceptibles, sobre to- el favor o desfavor del tac- absorbente; tanto de apti- la vida interior, doméstica,
do la música. E l sentido to, en lo que respecta al tud fisiológica para apro- personal y el trato con per-
del atractivo sensorial que amor, la descendencia, las vechar los recursos como sonalidades y situaciones
se deriva de ello, califica alegrías, facilidades, atrac- la capacidad de la recepti- susceptibles de influir en
para todo aquello que con- tivos sensoriales de la exis- vidad intelectual. Predispo- el conceptualismo. Indica
tribuye a hacer agradable tencia. Venus es el peque- ne pues a una ideología pa- también movimiento, via-
VENUS la existencia como el es- ño benefactor de la anti- siva y engendra las tenden- jes, cambio de domicilio,
pectáculo, en particular el gua astrología. cias contemplativas, la bús- de ocupación, etc. ...y las
arte lírico. Sitúa al nativo queda de estimulaciones fluctuaciones de toda espe-
en entera dependencia de sensoriales, emocionales e cie. Marca el carácter de
los gustos y tendencias de intelectuales. Señala la ca- las relaciones con el pue-
este dominio si no está pacidad mnemónica. Rige blo y por tanto las opor-
equilibrado por una in- las secreciones y funciones tunidades de popularidad
fluencia moderadora. Rige acuosas, con tendencia a la que no hay que confundir
la vasculación y el sistema dilatación ele los continen- con la gloria. Más común-
esplácnico con tendencia tes orgánicos: estómago, mente se busca en la posi-
al abuso de la sensación. vesícula, y al exceso de lin- ción lunar una indicación
Fuente anímica de la ter- fa y humedad. relativa a la dulzura, a la
nura. paz de la existencia.
198 P A U L C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 199
recibidos p o r cada uno de los planetas en conjunción; 2 ° , por 440, l a efemérides indica, en principio, las posiciones plane-
su dignidad o debilidad. tarias, que son:
L a oposición y el cuadrado son disonantes.
E l trino y el sextil son a r m ó n i c o s . Sol Luna Marte Mercurio Júpiter Venus Saturno
Las doce casas h o r o s c ó p i c a s determinan cada una u n 1
25» 50 8" 45' 20-10' 4-47' 22" 50' 12° 41' 23-17*
destino y localizan u n orden de presagios. Sagitario Aries Escorpión Sagitario Retrogrado Acuario Libra
Taurus
E n l a primera se i n t e r p r e t a r á lo que concierne a la pro-
pia personalidad del consultante: constitución, cualidades, S i l a hora era anterior a mediodía hay que hacer retroce-
etcétera. der l a situación de cada planeta el camino que le quedaba
E n l a segunda los presagios en relación con las adquisi- por recorrer entre la hora del tema y el mediodía; inversa-
ciones financieras. mente, para las horas de d e s p u é s de mediodía, se a ñ a d i r á n
E n l a tercera, los familiares, amistades, etc. los grados y minutos indicados p o r la efemérides a l recorri-
E n la cuarta, los padres (padre y madre) y lo que a ellos do efectuado tras el mediodía por cada cuerpo celeste.
ataña. Aproximadamente el S o l avanza cada día 59'; Mercurio
E n l a quinta, lo que toca al amor, la generación, las sa- 1°49'; Venus 1°15'; L a Luna 13°58'; Marte 46'; J ú p i t e r 5'; Sa-
tisfacciones sensoriales, etc. turno 4'. Se trata pues de una simple regla de tres para calcu-
E n l a sexta, las ayudas, servidores, colaboradores; las lar sus recorridos en horas y minutos.
defecciones fisiológicas o enfermedades del cuerpo, conside- L a efemérides indica a d e m á s l a hora sideral para el me-
rado como u n auxiliar m á s . diodía; para el 17 de diciembre de 1893: 17 h . 41' 21". A esta
E n l a s é p t i m a , el matrimonio, las asociaciones, los asun- hora sideral hay que restar o sumar el tiempo que separa el
tos en litigio. momento en que se e s t á preparando el h o r ó s c o p o del medio-
E n la octava, las enfermedades graves y la muerte. día, s e g ú n que este momento sea anterior o posterior al me-
E n la novena, la elevación m o r a l del consultante y sus diodía. E n nuestro ejemplo no hay que modificar nada:
m á s preciadas aptitudes. 17 h . 45' 21". E n l a Tabla de las Casas corresponden a l a hora
sideral, los puntos zodiacales en que comienzan cada una
E n la décima, la suerte y las grandes realizaciones.
de las casas del tema. Así para el caso en cuestión:
E n la onceava, los amigos útiles, las personas adictas, las
buenas oportunidades aprovechadas p o r la buena voluntad de
otros. Casa 10 27° Sagitario
Casa 11 17° 5' Capricornio
E n l a doceava, las enemistades, las desgracias y los con- 12" 27' Acuario
Casa 12
tratiempos. Casa I 23" 52' Aries
o
6°49 S a
Aire. Cárd.. 7 Card. Exaltación *©
a
20°41 N Aire. Com. 3 Cad.
• 9 < 0
a
15°33 S Agua. Fijo 8 Suc.
23°19 S • AS
20°43 A c T D © * £
FIGURA 32
das por los signos zodiacales y las casas que ocupan Mercurio » » III, II y I » 4. » » »
y la Luna así como los aspectos que reciben. Los gustos y
Por otra parte la Luna gobierna la infancia hasta los cua-
tendencias corresponden a los planetas predominantes, es
tro a ñ o s inclusive; Marte la sustituye de los 5 a los 9 años
decir los m á s fuertemente calificados positiva o negativamen-
inclusive; Venus gobierna de los 10 a los 17; el Sol de los 18 a
te. E n cuanto a las facultades, tendencias y aptitudes, el
los 37; Marte de los 38 a los 52; J ú p i t e r de los 52 a los 64; y
planeta cuyo c a r á c t e r es el mismo que el del signo zodiacal
Saturno de los 64 hasta el fin de la vida.
del ascendente tiene una influencia considerable, a menos
a
que no sea débil. J ú p i t e r y las 10. casa significan la posición
a
o elevación social. Venus y la 5. casa, la vida sentimental y
los atractivos, alegrías y facilidades. E l Sol y Marte represen-
tan al marido o al padre en un h o r ó s c o p o femenino; la Luna
NOTAS AL CAPITULO XVII
Las casas XII, X I y X significan la 1." parte de la vida
a
» IX, VIII y VII »» >» 2. » (1) O sea de cuadraturas, oposiciones y semicuadraturas con los otros
a planetas y de conjunción con Saturno.
» » VI, V y IV » » 3. » » » (2) O sea, en conjunción de trinos y sextiles con todos los demás, excepto
» » III, II y I » » 4. » a
» » Saturno.
(3) Ejemplo: Adonai, Eloim, Algia Tctragrammaton, Vau, Och, Rafael, Nachiel,
Miguel, Dardiel y Huratapcl.
(4) Así se determinan las disonancias y se les puede oponer el correctivo
y Venus, la mujer o la madre en un h o r ó s c o p o masculino. talismánico que convenga. Sabemos que los planetas aflictivos son el Sol, Júpiter y
Marte. Sobre todo Júpiter se baila negativamente significado: retrógrado, pere-
Para el éxito personal se considera el estado del Sol. L a cues- grino y marcado por Marte, es el dueño del ascendente del centro del ciclo (res-
tión financiera depende de J ú p i t e r , en lo que concierne a los cctivamente situados en Sagitario y Piscis, ambos de naturaleza jupiteriana).
recursos extraños a la iniciativa del nativo; de Mercurio para
G na de las mejores soluciones consistiría en oponer, I." un talismán de Júpiter,
el de los 20° y 25° de Piscis, o sea situado a la vez. en conjunción con el
a
los beneficios industriales; de Venus para las ganancias for- ascendente del horóscopo y en su casa, y 2. un talismán de Marte en buen
aspecto con Júpiter. También se podrían reunir estas dos series de condiciones
tuitas o producto de favores individuales. L a seguridad se en el mismo momento.
presagia según la Luna. De Saturno se de duc irá n conclusio-
nes relacionadas con la mala suerte y la hostilidad de las
cosas. De Marte, las enemistades declaradas, y los obstáculos
que exigen la lucha. A d e m á s , según el aspecto de cada casa,
su signo zodiacal, el planeta que reina sobre él por analogía
de carácter, el lugar de este planeta en el tema, sus digni-
CAPÍTULO XVIII
LA MAGIA NEGRA
por la sabiduría, o exaltado por la locura; por encima o por nejable p o r el querer humano; cuando é s t e sea positivo, re-
debajo de las pasiones, en el éxtasis o en el frenesí». flexivo y pasional deseo. Por medio de éste agente, todos po-
E l mago negro, incapaz de acceder a la sabiduría y ni demos llegar hasta cualquiera otra individualidad. Veremos
siquiera de vislumbrarla, utiliza sus predisposiciones a la como hasta los reinos vegetal y animal sufren la reacción de
exaltación frenética. E l psicólogo moderno se queda en el cen- los movimientos volitivos que se imprimen al astral.
tro. E l mago y el brujo, realizan los extremos. L a materia — nuestros físicos lo afirman — nunca es
Tanto si es expresión de un pensamiento luminosamente totalmente inerte. E l á t o m o vive, evoluciona. E n la piedra, el
deliberado y proyectado con las altas tensiones de una ener- metal, la espiga una vida particular anima la sustancia. E l
gía m e t ó d i c a m e n t e condensada, como si es el fruto de impul- mineral tiene su doble etéreo, al igual que el hombre. Tiene
siones enceguecidas por un fanatismo paroxísmico, la volun- incluso un rudimento de cuerpo astral. E l vegetal muestra
tad se impone indiferente al impersonal servidor de las po- una vida algo m á s evolucionada. E n cuanto al animal, su
tencias, porque en uno y otro caso se vale de un absoluto: la cuerpo astral, ya muy evolucionado, explica el misterioso ins-
certeza objetiva o la fe ciega. Así el sencillo pastor que cree tinto por el cual percibe con sorprendente seguridad cosas
en el diablo y a la vez en la fuerza de sus padrenuestros, halla que a nosotros nos escapan absolutamente. L a autoridad del
una efectiva respuesta a sus plegarias. domador sobre el león, la animosidad del perro policía hacia
Lo que atrae la a t e n c i ó n inicial del aspirante a brujo, es el malhechor, su proverbial sagacidad (3), el l ú g u b r e aullido
un poderoso interés por todo lo maravilloso, lo que explica, con el que expresa su aflicción, a su manera, ante un cadá-
por otra parte, las percepciones de la mediumnidad espon- ver; el hilo invisible que conduce a la paloma mensajera,
tánea. E n la noche espera ávido el eco de los pasos de sus todo esto y miles de pruebas igualmente sugestivas, sólo se
antecesores. Pacta en la soledad con las tinieblas y ejerce en explican por el cuerpo astral del animal.
silencio su vaga p e r c e p c i ó n autoalucinatoria. Siente que se E l brujo, a l seguir las indicaciones de su ritual, condensa
distancia poco a poco de su alrededor, demasiado dependien- sus energías psíquicas y con ellas acciona el agente en el que
te de lo tangible, porque lo hiperfísico se le muestra cada vez se mueven todos los seres y las cosas vivientes, de forma que
m á s cercano a sus intuiciones. Y para colmo atrae inconscien- perturba m á s o menos poderosamente su vitalismo.
temente hacia sí al iniciador que ha de revelarle sus maravi- Así, puede esterilizar la tierra, debilitar a los animales
llosos poderes y le h a r á beneficiario un día de sus fórmulas y d a ñ a r de m i l modos a las personas.
secretas. Evidentemente no comprende de una manera clara el
O bien cualquier buhonero le v e n d e r á enquiridiones con mecanismo de los fenómenos que produce y su ignorancia
e x t r a ñ a s figuras, el Dragón Rojo, el Honorio y los escritos de por e x t r a ñ o que parezca, constituye su primer medio de ac-
Agaliarept (1). ción. E s preciso, en efecto, que su imaginación engendre las
E n una palabra, se h a r á un maestro en el arte de invocar m á s espantosas quimeras, se exalte en evocar legiones de
a los espíritus, de evocar a los muertos, de doblegar las fuer- diablos terroríficos, espíritus encadenados por su verbo, in-
zas rebeldes y de desafiar a aparecer a Lucifer, el emperador finidad de agentes ocultos, hasta llegar a esa especie de deli-
de los infiernos (2). rio emocional sin el cual este espí r i t u primario no alcanzaría
S i n repetir al detalle el espantoso repertorio goético y so- a pensar con la ilación y d e t e r m i n a c i ó n necesarias.
bre todo sin aventurarnos en peligrosos comentarios, haga- Los e x t r a ñ o s preparativos, minuciosos, difíciles e incluso
mos un inventario sucinto de las posibilidades del maleficio. peligrosos prescritos por el Dragón Rojo y otros tratados goé-
E n primer lugar, los sortilegios. ticos sustituyen, para este hombre incapaz de disciplina men-
Nuestros lectores saben ya lo que ignoran la mayoría de tal razonada, a la emisión de conceptos convergentes, la con-
los habituales del grimorio y de las conjuraciones: la exis- centración voluntaria del pensamiento y su precisión y con-
tencia del plano astral, o sea, de un agente directamente ma- tinuidad.
1-4
210 PAUL C. J A G O T
hasta confeccionar verdaderos talismanes maléficos. E n lugar conclusión del pacto tradicional especie de contrato por el
de valerse de los aspectos a r m ó n i c o s , recurre, como es natu- cual el oficiante aceptaba el fuego eterno a cambio del poder
ral, a las disonancias (5). infernal.
Condensando en determinados focos de desorganización De donde esa especie de iniciación satánica, generalizada,
material una potente a c u m u l a c i ó n astral generadora de larvas al parecer, en la época medieval y cuya introducción consistía
maléficas, el brujo sitúa esta «carga» en las proximidades de en la p e r p e t r a c i ó n de los peores sacrilegios, el ritual en blas-
las cosechas y de las granjas perturbando así el crecimiento femias y crueles fechorías, el oficio en una parodia invertida
y la salud de vegetales y animales. de la misa y la asamblea en reuniones nocturnas (6).
Esas son las obras principales de la magia negra: todo lo E l Dragón Rojo recoge algunas fórmulas de evocación in-
que sea d a ñ a r es el objetivo m á s importante de sus prácticas. fernal cuya observancia debía hacer perder la cabeza a quie-
Hay otras igualmente reprensibles, concebidas para atentar nes no la hubieran perdido de antemano: Aislarse durante
a la norma natural. Por ejemplo los hechizos de anudamiento treinta días; tomar, en el curso de este retiro, una reducida
de agujetas (que consiste en ocasionar la impotencia o la es- alimentación, a c o m p a ñ a d a por bebidas estupefacientes; pre-
terilidad a aquellos que se odia); los hechizos de amor y los parar, luego de haberla cortado antes del alba con un cuchi-
filtros que incitan a la lujuria. Los grimorios están llenos, de llo nuevo consagrado a los malos e s p í r i t u s de Marte y mar-
fórmulas de este género sobre los que no habremos de insis- cado con sus atributos, una barita ahorquillada que debía
tir m á s . estar provista de puntas magnéticas; degollar una víctima
L a medida en la que estamos expuestos a la influencia de — un cabrito —; proveerse de una piedra hematita, de una
estos procedimientos e m p í r i c o s depende de tres diferentes túnica negra hilada por una prostituta o una abortadora, de
condiciones. E n primer lugar el equilibrio de la salud, se- una placa de plomo con los geroglíficos de Saturno grabados
guido del dominio sobre sí mismo y por ú l t i m o el grado de en ella, de dos antorchas hechas de sebo humano, candela-
inteligencia. P o d r í a m o s resumir todo en una fórmula corta bros negros en forma de semicírculo; de vegetales y perfu-
y expresiva: la energía física y moral. mes, elegidos entre los m á s d a ñ i n o s en la flora de Marte y
E l aura — la invisible a t m ó s f e r a etérea, astral y mental — Saturno; componer con ellos una pasta mezclándolos con
de cada uno de nosotros forma una muralla defensiva tanto sangre de animales igualmente saturnianos; recoger cuatro
m á s infranqueable cuanto m á s activas sean sus vibraciones. clavos que hayan servido para clavar a un ajusticiado por
No hay maleficio capaz de alcanzar una voluntad firme y di- asesinato en ese a ñ o , los cuernos y los testículos de un toro,
rigida por una ideación sutil y elevada. la cabeza de un gato con rabia, alimentado en ese estado con
carne humana durante trece horas, el c r á n e o y los fémures
Pero la magia no cuenta sus practicantes sólo entre los
de un parricida menor y en fin, un m u r c i é l a g o muerto por
disminuidos intelectualmente. L a audacia y la inteligencia
i n m e r s i ó n en un balde de sangre fresca.
han sido frecuentemente sometidas y han acabado por ser co-
rrompidas por glosas malditas. Disfrutar de un poder sobre- A esta fase preparatoria sucedía la evocación propiamente
humano, satisfacer los deseos, abatir a los enemigos por alta dicha y ya pueden imaginarse las disposiciones alucinatorias
que sea su posición, saciar sus apetitos m á s desordenados y del oficiante.
sus m á s desorbitadas pasiones, en una palabra, es la vertigi- N o es imposible que semejante tenacidad con la ayuda de
nosa perspectiva que ha hechizado en todos los tiempos sustancias e invocaciones prolemurianas, atraiga una legión
— casi siempre, hay que decirlo, a causa de un ciego fana- de entidades astrales y que una de ellas se objetive, sea larva
tismo religioso — a e s p í r i t u s dotados de una indudable gran- o elemental, con la imagen del horrible demonio convencio-
deza. nal. Y las propiedades de la varita de los descubridores de
É s t o s no p e r d e r í a n el tiempo con despreciables diable- manantiales y yacimientos metálicos, son demasiado cono-
rías; lo que buscaban era el trato directo con S a t á n y la cidas hoy para que se explique cómo, conducido o no por L u -
214 PAUL C. J A G O T
LA MEDICINA OCULTA
se magnetiza a una persona, la sensibilidad desaparece de la Pero la tercera, que antes de ser colocada en l a c á m a r a
superficie de su piel; esto se conocía ya de antiguo. Pero lo fotográfica, h a b í a sido cargada fuertemente de la sensibilidad
que se ignoraba es que esta sensibilidad se exterioriza; se exteriorizada del sujeto dormido, dio una fotografía que pre-
forma, tras el estado de relación (1), como una envoltura sen- sentaba las m á s curiosas características.
sible alrededor del cuerpo, separada de la piel por algunos Siempre que el operador tocaba la imagen en papel del
c e n t í m e t r o s . S i el magnetizador o cualquier otra persona dormido, é s t e acusaba la sensación. Luego, el operador t o m ó
pellizca, pincha o quema la piel del sujeto magnetizado, nada unas pinzas, y con ellas a r a ñ ó dos veces la superficie de la
siente éste, pero s i las mismas operaciones se realizan sobre placa en el lugar donde aparecía representada la mano del
la coraza sensible, el magnetizado recibe las sensaciones co- durmiente.
rrespondientes. M á s a ú n ; se ha comprobado que a medida E n este momento, el sujeto, ya despierto, se desmayó,
que se profundiza la hipnosis, se van formando envolturas
c o n t r a í d o por el dolor. Cuando de nuevo fue despertado, se
sensibles análogas, a p r ó l u m a d a m e n t e equidistantes, cuya sen-
pudieron comprobar en su mano dos marcas rojas, en la piel,
sibilidad decrece proporcionalmente a su alejamiento del
que c o r r e s p o n d í a n exactamente a los a r a ñ a z o s de l a placa
cuerpo.» ( D E ROCHAS, L'Exteriorisation de la Sensibilité,
fotográfica.»
París).
H o y se sabe que si la sustancia cargada con l a sensibili-
Por una serie de experiencias cuyos detalles se hallarán dad de un sujeto es moldeada con la forma externa de este
en las obras de M . de Rochas, éste acierta a establecer, que sujeto, se establece una estrecha correlación entre cada pun-
el elemento invisible sede de la sensibilidad exteriorizada de
to de la figura y su correspondiente en el sujeto.
los sujetos irradiaba a su alrededor en ondas concéntricas que
Se ha observado igualmente que la r e p e r c u s i ó n de los con-
podían condensarse en parte en contacto con sustancias como
tactos a los que se somete a la figura impregnada, puede
el agua, la cera y varios otros cuerpos. U n vaso de agua o un
tener lugar a varios k i l ó m e t r o s j l e ^ d i s t a n d a con notable pre-
m u ñ e c o de cera, cargados con la sensibilidad de un sujeto
dormido permanece en relación con éste, quien a muchos cisión.
metros de distancia percibe todos los contactos a los que se E l doctor Joire, presidente de la Sociedad mundial de es-
somete a las sustancias impregnadas con sus radiaciones. tudios psicológicos, ha sido, con De Rochas, uno de los pri-
L a emulsión q u í m i c a de una placa fotográfica registra meros investigadores en materia de exteriorización de la
perfectamente la sensibilidad. M . de Rochas hizo por primera sensibilidad. E n su obra Nenro-Hypnologie, publicada en
vez este experimento, hace ahora setenta y seis años, en pre- 1892, ha recogido también el fenómeno.
sencia de una comisión de periodistas y sabios; el periódico «Si se apunta un estilete metálico, sostenido entre los
La Justice, del 2 de agosto de 1892, recoge la noticia de la de- dedos a la manera de un lápiz, a l a altura de los ojos del
m o s t r a c i ó n en estos t é r m i n o s : sujeto, é s t e percibe exactamente en el punto hacia el que
«Ayer, en presencia de dos médicos, miembros de la Aca- apunta el estilete una sensación de cosquilleo y de pesantez
démie des Sciences, y de un conocido m a t e m á t i c o , M . de Ro- muy acusada. Cuando se ha obtenido esta primera sensación,
chas i n t e n t ó fijar la sensibilidad de u n individuo en una placa manteniendo durante algunos segundos el instrumento inmó-
fotográfica. vil a una p e q u e ñ a distancia de la superficie c u t á n e a , se le
Una primera placa, puesta previamente en contacto con puede, sosteniéndolo siempre a l a m i s m a distancia y lleván-
el sujeto no dormido, y que se reveló inmediatamente, no dolo lentamente en diversas direcciones, presentar sucesiva-
presentaba relación alguna sensible con él. mente desde otros puntos o incluso a otras partes del cuer-
L a segunda fotografía, sacada de una placa que había po. E l sujeto, entonces, a quien tras la primera sensación se
sido puesta en contacto con el sujeto dormido y ligeramente h a b r á n tapado los ojos, e s t a r á en condiciones de seguir
exteriorizado, dio una prueba apenas sensible por relación. exactamente el trayecto íntegro recorrido por el estilete, y,
224 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 225
en todo instante, precisar con exactitud el punto frente a él Rochas; al conde de Grammont, licenciado en ciencias; M . Sa-
donde se haya detenido el i n s t r u m e n t o . » batier, profesor en la Facultad de Montpellier; al b a r ó n de
E n una obra posterior (1909) sobre los Phénoménes psi- Watteville, licenciado en ciencias y en derecho; a Victoricn
chiques y supernormaux, el doctor Joire indica haber veri- Sardou, a Adophe Brisson y, en fin, al ilustre a s t r ó n o m o Ca-
ficado personalmente las experiencias de Rochas. He a q u í su mille Flammarion.
relato de dos de esas experiencias efectuadas en dos sujetos Estos son algunos de los hechos que estos s e ñ o r e s han
en estado s o n a m b ú l i c o : visto producirse ante sus ojos, a plena luz, por la m é d i u m
»En primer lugar, he podido comprobar su absoluta in- Eusapia Paladino, sometida, a petición suya, a un control
sensibilidad, pinchando con fuerza su piel en diversas zonas tan riguroso como pudieran exigir y ejecutar los propios re-
del cuerpo, con un alfiler: sufre una anestesia total en todas presentantes de la ciencia positiva:
partes. Luego he puesto en sus manos un vaso de agua, mien- Desplazamiento de objetos situados fuera del alcance de
tras una persona, situada tras él, le aplicaba h e r m é t i c a m e n t e la médium y de los asistentes;
las manos sobre los ojos. Pincho entonces con el alfiler la Elevación de mesas (de 5 a 8 kg. de peso), y suspensión
superficie del agua contenida en el vaso y, al instante, según de éstas en el aire sin soporte alguno;
la expresión de su rostro y en un movimiento involuntario, Audición de ruidos producidos en una superficie elegida
el sujeto muestra haber experimentado un vivo dolor. Le pre- por los controladores del experimento, según ritmos indica-
gunto q u é le ocurre, y responde: «Me ha pinchado usted en dos por ellos;
la mano izquierda...» En una caja llena de tierra arcillosa, puesta lejos de su al-
»Con el vaso en mis manos, y sin que haya contacto algu- cance, imprimir el médium sus manos y su fisonomía. Luego
no entre éste y el sujeto, siente la misma sensación. se sacaron copias, utilizando como molde la arcilla en que el
»Pincho y pellizco una y otra vez el agua alternativamente médium había dejado sus huellas.
y el sujeto no se equivoca ni una sola vez. Cuando pincho N o b a s t a r í a un enorme volumen para detallar fenómeno
el agua con el alfiler, dice: «Me e s t á pinchando»; cuando pe- por fenómeno todas las manifestaciones de la exteriorización
llizco el agua con mis dedos, responde: «Ahora me pellizca». motriz. E l coronel De Rochas, en su obra sobre el tema, de-
Los que se interesan por las ciencias psíquicas hallarán talla y precisa cada una de las sesiones a las que ha asistido
los m á s completos informes sobre exteriorización de la en toda su vida. De este trabajo extraeremos sólo el relato de
sensibilidad, en las obras ya citadas de De Rochas y el doctor una experiencia tan simple como significativa:
Joire, y en la m á s actual, del erudito G. de Dubor, LesMysté- «Están presentes los señores De Rochas, Sabatier, doctor
res de l'Hypnose. Nuestro m é t o d o científico moderno, Magne- Dariex, De Grammont, y de Watteville. E l señor De Gram-
tismo, Hipnotismo y Sugestión, se ciñe especialmente a los mont pregunta a Eusapia si se siente capaz, en su estado
procedimientos de e x p e r i m e n t a c i ó n . normal y a plena luz, de actuar con la sola imposición de las
manos, sobre un pesacartas con platillo y báscula que lleva
2. Exteriorización de la Motricidad. — Algunas personas en su maletín. Eusapia responde que no lo sabe, pero que
— indudablemente condicionadas p s í q u i c a m e n t e de manera puede intentarlo. Los miembros de la comisión expresan su
anormal — han presentado ante el sabio el asombroso fenó- deseo de que se realice inmediatamente semejante experien-
meno de la exteriorización de la motricidad; l a élite cientí- cia, ya que así su control sería fácil en extremo; su c a r á c t e r
fica de Europa y América es testigo de la realidad de esta de improvisación no p e r m i t i r í a la p r e p a r a c i ó n previa de un
e x t r a ñ a manifestación. Para no hablar m á s que de los prin- posible artificio, su éxito haría desaparecer todas posibles du-
cipales testimonios franceses que lo han verificado, citaremos das. E l s e ñ o r De Grammont corre a buscar el instrumento,
al profesor Richet, del Instituto de Francia; al doctor Dariex que ha situado sobre la mesa a 60 cm. de la l á m p a r a . Eusapia
y al doctor Maxwell, magistrado de Burdeos; al coronel De hace al principio varios intentos infructuosos para mover el
15
226 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 227
aparato con una sola mano situada a algunos centímetros d r í a m o s relatar m á s de treinta observaciones, análogas a
sobre el platillo. Uniendo entonces los dedos de cada una de las que siguen, y verificadas en nuestra propia práctica.
sus manos, las coloca una a derecha y la otra a la izquierda Pero preferimos presentar el testimonio de eminentes per-
del platillo y concentra su voluntad en ese punto. L a extre- sonalidades, conocidas, y que pertenecen al mundo científico
midad de los dedos de cada mano e s t á a 3 ó 4 c e n t í m e t r o s oficial.
de distancia de los bordes del platillo y sin hacer ningún
contacto con éste. Eusapia esboza con las manos algunos a) Metagnomía en el espacio. Hecho n." 1. — E l doctor
débiles movimientos de a r r i b a abajo. A l principio el platillo Jules Cloquet h a b í a efectuado, en 1829, la ablación de un
permanece inmóvil; en seguida, y vacilando oscila arriba y seno a una mujer dormida h i p n ó t i c a m e n t e y que en el curso
abajo, sincronizado con el movimiento de las manos. A l fin, de la operación no manifestó signo alguno de dolor (Comu-
Eusapia deja caer las manos y el platillo baja hasta el fondo.» nicación a la Academia de Medicina, inserta en los Archives
(De Rochas, La Exteriorización de la motricidad). Esta ex- genérales de Medicine, n ú m e r o de mayo de 1829). Ahora bien,
periencia se repitió varias veces con el mismo resultado. Los la paciente tenía una hija, que fue dormida t a m b i é n para
controladores, para variar l a experiencia, pidieron a Eusa- obtener de ella indicaciones sobre el estado de su madre, que
pia actuar sobre el pesacartas, no en sentido vertical sino sólo el sonambulismo lúcido podía dar.
en el horizontal. Poniendo sus dedos unidos a algunos centí- Puesta en estado sonambúlico por el doctor Chapelain y
metros del aparato, el m é d i u m consigue arrastrarlo sobre preguntada por el doctor Cloquet, ella r e s p o n d i ó como sigue:
la mesa, hasta que, llevado hasta el mismo borde de aquélla,
«Desde hace algunos días, m i madre está muy debilitada:
cae sobre el piso.
vive,sólo por la hipnosis que la sostiene; pero le falta la vida.
Siguiendo nuestro criterio, no hablaremos en esta visión Expirará mañana por la mañana a primera hora, sin agonía,
de conjunto de los fenómenos hiperfísicos m á s extraordina- sin sufrimientos. E l p u l m ó n derecho está encogido, plegado
rios, sino que nos limitamos, por el contrario, a citar sólo sobre sí mismo, y rodeado de una mambrana como de goma.
los menos espectaculares, pero m á s indiscutibles y umver- E l p u l m ó n derecho no respira; está muerto: m i madre vive
salmente admitidos. sólo por el izquierdo. Hay un poco de agua alrededor del
corazón (pericardia). E l e s t ó m a g o y los intestinos e s t á n sa-
3. Metagnomía. — Este neologismo fue introducido por nos, el hígado está blanco y con decoloraciones en la su-
Boirac, rector de la academia de Dijon, para designar los fe- perficie.»
n ó m e n o s de percepción de seres o de cosas situadas fuera del La enferma murió a la hora predicha. Las indicaciones
alcance de los sentidos físicos del percipiente. que la s o n á m b u l a había dado, fueron consideradas absolu-
Por lo que toca a la visión a través del espacio, hemos tamente exactas en la autopsia. (Según Bierre de Boismont:
elegido de intento cuatro hechos que tuvieron lugar en con-
Les Hallucinations).
diciones muy diferentes y que han sido extraídos de tres
autores: Bierre de Boismont, el doctor Joire y Camille Flam- Hecho n.° 2.— (Comunicado a Flammarion por dos de
marion, cuya autoridad e s t á fuera de toda duda. sus corresponsales.)
Para apreciar la visión en el tiempo, o sea, la percepción «En 1867, en Odensa (Dinamarca), veíamos muy frecuen-
de hechos futuros y pasados, hemos elegido tres ejemplos temente a un amigo c o m ú n , Cari Hansen, célebre hipnoti-
m á s . Uno certificado por el profesor A. A . Liébeault, otro to- zador. T a m b i é n casi diariamente, a un letrado, el s e ñ o r Baile,
mado de Flammarion y el tercero del doctor Dariex, quien luego abogado en Copenhague, sobre quien Hansen ejercía
durante muchos años fue director de los Anuales des Scien- gran influencia- hipnótica, y una tarde el s e ñ o r Baile solicitó
ces psichiques. ser sometido a u n s u e ñ o hipnótico profundo suficientemente
Si nuestra opinión tuviera en este caso algún valor, po- para convertirse en clarividente. Por aquella época, nuestra
228 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 229
madre vivía en Roeskilde en Seelfand. Pedimos a Hansen primeros acontecimientos se h a b í a n cumplido según la pro-
que enviara a Baile a visitarla. E r a ya bastante entrada la fecía, pensaba, el quinto se c u m p l i r í a t a m b i é n fatalmente.
noche y luego de una ligera vacilación, el s e ñ o r Baile hizo el «Intenté aquel día y los siguientes, llevar al s e ñ o r de C h . . .
viaje en algunos minutos. E n c o n t r ó a nuestra madre en la al e_stado_hipnó.tico profundo con el fin de borrar la peli-
cajna, afectada de una leve dolencia que debía desaparecer grosa obsesión, gravada en su á n i m o de su muerte p r ó x i m a ,
en poco tiempo. Nosotros no c r e í m o s que lo que decía muerte, que, según el, se p r o d u c i r í a el p r ó x i m o 4 de fe-
Baile fuese verdad y entonces Hansen le pidió que leyese en brero, día de su nacimiento, aunque Mme. no h a b í a precisado
la parte superior de la puerta el n ú m e r o de la casa y el nada a este respecto. N o conseguí producirle el m á s ligero
nombre de la calle. Baile dijo que estaba muy oscuro y que s u e ñ o . Entretanto, como era indispensable liberarle urgen-
era difícil leerlo, pero al insistir Hansen, leyó: "Skomagers- temente de su obsesión, porque se han visto casos en que
traede". Pensamos que se equivocaba, ya que nuestra madre una tal previsión se c u m p l í a por simple sugestión, c a m b i é
vivía en otra calle. A l cabo de algunos días, recibimos una de m é t o d o p r o p o n i é n d o l e visitar a uno de mis s o n á m b u l o s ,
carta de ella en la que nos comunicaba que hallándose de- un anciano, apodado El Profeta porque a n u n c i ó la época
licada, h a b í a tenido que mudarse de dirección. Su nueva exacta de su curación de los reumatismos articulares que
dirección era un n ú m e r o de la calle S k o m a g e r s t r a e d e . » (Flam- padecía, con cuatro años de anticipación e incluso la fecha
marion: Lo desconocido y los problemas psíquicos). de curación de su hija.
»E1 s e ñ o r de C h . . . a c e p t ó m i propuesta inmediatamente,
Metagnomía en el tiempo. Hecho n.° 1. — «En enero de y se m o s t r ó decidido a llevar a cabo en seguida la entrevista.
1886, dice el doctor Liebeault, vino el s e ñ o r de C h . . . a con- Puesto en relación con el s o n á m b u l o , sus primeras palabras
sultarme, a las cuatro de la tarde, por un estado de nerviosis- fueron: «¿Cuándo moriré?» E l durmiente experimentado,
mo poco grave. E l s e ñ o r de C h . . . estaba preocupado por el re- sospechando la angustia del muchacho, r e s p o n d i ó : Mori-
sultado de un asunto pendiente y sus posibles consecuen- r á . . . m o r i r á a los cuarenta y un años». ELejrecttL.de estas
cias. E n 1879, hallándose en P a r í s , vio en una puerta una palabras fue maravilloso. Inmediatamente, el consultante
placa que decía: " M m e . -Lenormand, n e c r o m á n t i c a " . Espo- volvió a mostrarse alegre, expansivo y lleno de esperanza, y
leado por una curiosidad irreflexiva, e n t r ó . cuando el cuatro de febrero, el día tan temido, p a s ó sin m á s
»Mme. Lenormand, leyendo en la palma de una de sus novedades, se creyó salvado.
manos le dijo: " P e r d e r á usted a su padre, de aquí en un año, N o volví a pensar en ello hasta que, a principios de oc-
exactamente. Será usted soldado (tenía entonces diecinueve tubre, recibí una tarjeta de participación en la que se me
años) pero no por mucho tiempo. Se c a s a r á muy joven, comunicaba que mi desgraciado cliente h a b í a sucumbido
t e n d r á dos hijos y morirá a los veintiséis años". en su veintisiete año de vida, o sea a la edad de veintiséis
»Esta asombrosa profecía que él c o n t ó a alguno de sus años, como h a b í a predicho Mme. L e n o r m a n d . » (Dr. Lie-
amigos y familiares, no fue tomada al principio muy en se- beault: Terapéutica sugestiva) (2).
rio. Pero, al morir su padre el 27 de diciembre de 1880, des-
pués de una corta enfermedad y exactamente un a ñ o d e s p u é s Hecho n.° 2. — U n eclesiástico, cuyo nombre se leerá m á s
de su entrevista con la n e c r o m á n t i c a , su incredulidad empieza adelante, c o m u n i c ó a Camille Flammarion lo que sigue:
a derrumbarse. Y cuando se fue al ejército (sólo durante « E s t a b a pensionado en Niort; tenía por entonces quince
siete meses), se casó poco d e s p u é s , tuvo dos hijos y faltaba o dieciséis a ñ o s , y una noche tuve un e x t r a ñ o s u e ñ o . M e pare-
poco para que cumpliese veintiséis a ñ o s , el miedo le atenazó cía estar en Saint-Maixent, pueblo que conocía sólo de nom-
definitivamente y se convenció de que realmente le quedaban bre, con m i rector, en una p e q u e ñ a plaza, cerca de u n pozo
pocos días de vida. Fue entonces cuando vino a preguntarme frente al cual h a b í a una farmacia, cuando vi venir hacia
si no sería posible conjurar el hechizo, ya que si los cuatro nosotros a una dama, de la localidad, que yo c o n o c í a por ha-
230 PAUL C. J A G O T CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRACTICA 231
berla visto una vez en Niort, en la casa donde yo estaba. Esta verdadero... E n cuanto al ladrón, a ú n no lo h a b í a m o s encon-
señora, a b o r d á n d o n o s , se puso, sin m á s , a hablarnos de cosas trado, por desgracia.
tan e x t r a ñ a s que, a la m a ñ a n a siguiente, p e n s é contárselo —¡Atención!, dijo, ahora veremos los detalles en el marro,
al director de la institución. Algunos días después, viéndose que ya debe haberse asentado.
éste precisado a i r a Saint-Maixent, me pidió que le acompa- Entonces, como si hubiese asistido a la escena, nos descri-
ñase. Nada m á s llegar nos hallamos en la plaza que yo h a b í a be pieza por pieza la topografía del apartamento de Lady A . . .
visto en m i sueño, y de pronto advertimos a la señora en L a vidente indica que el dinero robado h a b í a estado en
cuestión que se dirigía hacia nosotros; en seguida tuvo con un bolso, que describe, y que dicho bolso estaba en un ar-
mi director la misma conversación que yo le h a b í a contado mario inglés, que t a m b i é n describe, y a ñ a d e que el malhe-
días antes y palabra por palabra.» (Carta de M . Groussard, chor, para no forzar la cerradura del bolso, h a b í a separado
cura de Sainte-Radegonde-Charente Inférieure-a Camille Flam- sus tapas con un instrumento y así h a b í a quitado los billetes
marion; tomada de su obra: Lo desconocido y los problemas de banco. E n cuanto al ladrón, la vidente predice que no será
psíquicos.) apresado y que, como fin del camino que ha elegido, dos
años m á s tarde, recibirá la pena capital.
Hecho n.° 3. — E l caso que sigue, parece sólo extraordina- Dos años después, Lady A . . . fue convocada al tribunal de
rio por dos o tres circunstancias que lo condicionan, pero es la Seine; h a b í a n encontrado a l autor del robo del que ella
mucho menos frecuente de lo que se supone. H a sido tomado había sido víctima; era uno de sus criados, que se h a b í a des-
de los Annáles des Sciences Psychiques, certificado por tes- pedido poco después de su fechoría y que acababa de ser
tigos oculares y confirmado al doctor Dariex, por la princi- arrestado por asesinato: se trataba de Marchando, el ase-
pal interesada: sino de la señora Cornet. Sufrió, como se sabe, la pena ca-
Lady A . . . comprueba la desaparición de una importante pital.»
suma^que h a b í a dejado en una bolsa de viaje encerrada en Hay que destacar que la vidente consultada por Lady A . . .
un armario. N o habiendo obtenido ningún resultado en la realizaba las tres principales posibilidades m e t a g n ó m i c a s : la
investigación de la policía, la demandante se decide a con- percepción de una escena pasada, la visión de objetos situa-
sultar, por consejo de una amiga, a una clarividente de la que dos a distancia y la previsión de un acontecimiento que afec-
le han hablado. taba a un tercero a quien no conocía.
Mme. E . . . , la clarividente, leemos en la relación in extenso E s muy difícil encontrarse con sujetos que posean la fa-
del hecho que figura en los Annáles del Sciences Psychiques cultad m e t a g n ó m i c a en tal grado. L o que m á s frecuentemen-
(año 1896), acerca una taza de marro de café y ruega a la te se observa es la visión a distancia de hechos actuales. E n
señorita C . . . (que a c o m p a ñ a b a a Lady A . . . ) que sople allí tres nuestro Método científico moderno de Magnetismo, Hipnosis
veces, después de lo cual, vierte el marro en otro recipiente, y Sugestión hemos indicado las directivas que han de seguir-
abocando el primero sobre el segundo, a fin de que su con- se para obtener la lucidez sonambúlica o la clarividencia.
tenido fuese trasvasado en parte al nuevo recipiente no re-
teniendo en su fondo m á s que algunas p a r t í c u l a s m á s sólidas 4. Telepsiquismo. — L a observación corriente muestra
del polvo de café, que debía, dejando irse su parte líquida, que con frecuencia el pensamiento de una persona se refle-
formar e x t r a ñ o s dibujos en los que la pitonisa p a r e c í a leer. ja por algún efecto en la conciencia de otra persona, objeto
Durante esta p r e p a r a c i ó n oculta, era necesario tenernos de aquel pensamiento. Llamamos a este fenómeno telepatía
ocupadas. M m e . E . . . h a b í a sacado sus cartas y comenzaba: espontánea. Como se sabe, si l a intención deliberada inter-
—¡Ah!, se trata de u n robo, u n robo cometido p o r una viene, sobre todo si tiene como base una voluntad fuerte, un
persona de la casa y no por alguien entrado subrepticiamente. deseo intenso, las incitaciones mentales expresadas se trans-
miten a la individualidad a la que van dirigidas y con mayor
Aquello p r o m e t í a . . . Reconocimos que aquel avance era
232 PAUL C. JAGOT CIENCIA OCULTA Y MAGIA PRÁCTICA 233
o menor rapidez se imponen a ella. Se trata entonces de te- ejecutar a distintas personas una serie de ó r d e n e s transmi-
lepatía voluntaria. tidas mentalmente. E n su obra Avenir des Sciences psychi-
La obra Les Hallucinations thélepatiquas de los señores ques, Boirac, director de la Academia, de Dijon, cuenta c ó m o
Gurney, Nyers y Podmore, contiene entre otros, el siguiente d u r m i ó muchas veces a distancia, a un lector del pensamien-
ejemplo de telepatía e s p o n t á n e a : to, llamado Dockman.
«El 10 de octubre de 1881, escribe el doctor Olivier, m é - E n cuanto a la telepatía voluntaria ejercida sobre una
dico en Huelgoat (Finistére) fui avisado para atender a un persona normal, ya hemos tratado de ella en la obra citada,
enfermo en el campo, a tres leguas de mi casa. E r a ya noche indicando sus leyes y procedimientos exactos. U n a vez que se
cerrada y el cielo estaba oscuro, muy oscuro. T o m é por un llega a hacer contacto mental con un sujeto — es decir con
camino desierto, casi totalmente dominado por los árboles un individuo sometido a frecuentes hipnotizaciones —, y éste
cuyas ramas tocaban al suelo. E r a una noche tan negra que percibe el contacto y ejecuta lo que se le ordena sin resisten-
no podía conducir a m i caballo, así que le dejé que se guiase cia, las prescripciones pueden llegar t a m b i é n a las mentalida-
por su instinto. Serían cerca de las nueve: el sendero en el des normales, y las impregna lentamente, siempre que el ex-
que me encontraba en ese momento estaba sembrado de perimentador esté suficientemente entrenado y sostenga m á s
grandes piedras y presentaba una pendiente muy r á p i d a . E l o menos sus sugestiones: por ejemplo una hora cada día du-
caballo iba al paso, muy lentamente. De pronto, los pies del rante algunas semanas.
animal flaquearon y cayó de golpe, de cabeza al suelo. Na-
turalmente fui arrojado por las orejas. Di con la espalda en 5. Desdoblamiento. — E l desdoblamiento participa de las
el suelo y me fracturé una clavícula. características de la exteriorización de la sensibilidad y de la
»En ese momento, m i esposa, que se estaba desnudando exteriorización matriz así como de otros elementos particu-
y se preparaba para acostarse, tuvo el presentimiento íntimo larmente sugestivos: en tanto que el cuerpo material del des-
de que yo acababa de tener un accidente: U n estremecimien- doblado reposa, inerte, vivo sólo por la vida vegetativa, pue-
to nervioso le recorrió todo el cuerpo. Rompe a llorar y llama de ser visto y oído a una distancia considerable de su ser
a la criada: «Ven en seguida, tengo miedo, ha ocurrido una corporal, puede ver y oír lo que tiene delante e incluso, ac-
desgracia, m i marido ha muerto o se halla herido.» L a cria- tuar de manera que prueba que su yo, pensante e inteligente,
da se q u e d ó con ella hasta mi vuelta. Quería enviar a alguien a c o m p a ñ a a ese doble de su personalidad exteriorizada.
a buscarme pero no sabía adonde h a b í a ido. Llegué a m i L a historia recoge infinidad de desdoblamientos. He aquí
casa a la una de la madrugada. Llamé a la doméstica para uno de los m á s célebres.
que me alumbrase y me ayudase a desatar m i caballo. «Estoy San Francisco Javier, en noviembre de 1571, se dirigía
herido, dije, y no puedo mover la espalda.» de J a p ó n hacia China, cuando a los siete días de viaje el na-
»E1 presentimiento de m i esposa se había confirmado. vio que le llevaba fue acometido por una violenta tempestad.
Esto, señor, son los hechos, tal y como ocurrieron y me ale- Temiendo que las olas se llevasen la chalupa, el piloto o r d e n ó
gro de poder comunicárselos así». que cinco hombres la amarrasen al barco. Mientras trabaja-
En un libro anterior, hemos expuesto en detalle en q u é ban en este menester, llegó la noche y los marineros, sor-
condiciones han verificado, los representantes de la ciencia prendidos por una ola, desaparecieron en el mar con la cha-
oficial que se han ocupado del hipnotismo, la posibilidad de lupa. Desde que el temporal hubo comenzado, el santo se ha-
la sugestión mental, o sea de la telepatía voluntaria ejercida bía puesto a orar, y mientras tanto la tempestad redoblaba
sobre una persona en estado hipnótico, o en el de vigilia. su furor. Los de abordo se dieron cuenta de que sus com-
Ochorowica, de la Universidad de Lemberg, el doctor Lié- p a ñ e r o s de la chalupa no estaban y los creyeron perdidos.
beault, el profesor Richet, así como los señores Gilbert y Cuando el peligro pasó, Javier les recomienda que tengan
Janet, entre otros, consiguieron en diversas ocasiones hacer valor, porque los e n c o n t r a r á n antes de tres días. A l día si-
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guíente, hizo m i r a r desde lo alto del mástil, pero nada vieron. Hecho n.° 2. — (Observado por M . R. Mouat, 60, Hunting-
E l santo entonces vuelve a ponerse en oración, pasando así ton street, Barnsbury, Londres.)
la mayor parte de aquel día. Sube de nuevo al puente lleno »E1 jueves 5 de septiembre de 1875, hacia las 10'45 de la
de confianza y anuncia que la chalupa se ha salvado. Pero m a ñ a n a , al llegar a m i oficina, v i a m i empleado charlando
como a la m a ñ a n a siguiente nada ven, deciden, viéndose a ú n con el portero, y tras él, de pie, al reverendo M . H . M e di-
en peligro, darles por perdidos y continuar sin ellos el viaje. rigí hacia él con l a intención de preguntarle c ó m o era que
Javier, entonces, trata de infundirles confianza y les j u r a h a b í a llegado tan temprano (trabajaba en m i oficina, pero
por la muerte de Cristo que e n c o n t r a r á n la chalupa, con sólo nunca llegaba antes de medio día) cuando m i empleado re-
esperar un poco. Luego, de nuevo en su camarote, vuelve a l a quirió m i atención para preguntarme a p r o p ó s i t o de un des-
oración con redoblado fervor. pacho que h a b í a llegado d e s p u é s de marcharme, unos m i -
Al cabo de tres largos días de espera, al fin, se ve aparecer nutos antes. D u r ó l a conversación unos minutos y mientras
la chalupa y los cinco marineros que se creían perdidos se tanto el portero me dio una carta en la que se explicaba
r e ú n e n con el barco. Cuando los hombres de la chalupa su- que h a b í a enviado el despacho. Mientras tanto, M . R . h a b í a
bieron hasta el puente del barco y el piloto i n t e n t ó alejarlos bajado de su oficina y escuchaba lo que se decía. Abrí l a
de allí, ellos gritaron que antes era necesario que dejase carta y c o m u n i q u é su contenido mirando fijamente a l a cara
salir a Javier que había estado con ellos. E n vano se t r a t ó de M . H . M e s o r p r e n d i ó su expresión melancólica y n o t é que
de convencerles de que él no h a b í a faltado de a bordo. Afir- no llevaba corbata. E n este momento M . R. y el portero aban-
maron una y otra vez que estuvo con ellos durante la tem- donaron l a estancia. Dije entonces a M . H . : «Pero ¿ q u é tiene
pestad, dándoles ánimos, y que él había sido quien había usted? Parece cansado». No dijo nada y siguió m i r á n d o m e
llevado la embarcación hasta el barco (3). fijamente. Cogí un pliego de papel que h a b í a en l a mesa,
junto a l a carta y lo leí de punta a cabo; mientras tanto M . H .
a) Desdoblamiento espontáneo. Hecho n." 1. — E l caso p e r m a n e c í a frente a m í a l otro lado de l a mesa. Dejé de nue-
típico de este género — y el m á s frecuente — consiste en vo los papeles sobre la mesa y m i empleado e n t r ó de nuevo
la aparición del doble de una persona en el mismo instante para decirme: «Aquí hay una carta de M . H . , señor». Nada
de su muerte. Transcribo de la obra citada de Flammarion, m á s pronunciar ese nombre, M . H . d e s a p a r e c i ó . Quedé ano-
el siguiente hecho, absolutamente c a r a c t e r í s t i c o : «El 4 de nadado, durante un momento, lo que e x t r a ñ ó a m i empleado
febrero de 1888, el s e ñ o r Montégout, subdirector de la peni- quien (como supuse en seguida) no h a b í a visto a M . H . y que
tenciaría de Saint-Laurent d u M a r o n i , se marcha por la ma- negó que hubiese venido a la oficina aquella m a ñ a n a . L a carta
ñana a su visita de inspección en dicho establecimiento. de M . H . me prevenía de que no sintiéndose muy bien, no
Cuando vuelve, a la hora de desayunar, su esposa le dice: v e n d r í a esta m a ñ a n a r o g á n d o m e que le enviase su corres-
«La Mothe Pradelle (uno de sus amigos) ha muerto.» pondencia. L a carta h a b í a sido escrita l a víspera. A l día si-
guiente, viernes, hacia el medio.'l't, e n t r ó en l a oficina y cuan-
Sorprendido al principio por esta brusca noticia su mujer
do le p r e g u n t é d ó n d e se encontraba el día anterior a las 10'45,
le asegura que es cierto c o n t á n d o l e que se había despertado
me c o n t e s t ó que al acabar de desayunar, se q u e d ó con su
durante la noche y que al abrir los ojos, había visto ante
mujer, y no a b a n d o n ó la casa en todo el día. N o me atreví
ella a L a Mothe Pradelle, quien e s t r e c h á n d o l e la mano, le
a preguntarle entonces a M . R . pero el lunes siguiente, sin
dijo: «Acabo de morir; adiós». Seis u ocho semanas después
poder aguantar m á s l a duda, le p r e g u n t é si recordaba haber
llegó a las manos del s e ñ o r M o n t é g o u t un n ú m e r o de la In-
pasado el jueves anterior por m i oficina: «Desde luego, dijo,
dépendance de Bergerac, en el que se anunciaba la muerte
d i s c u t í a usted con su empleado el contenido de u n despa-
del diputado por la Dordogne, M . de la Mothe Pradelle, en la
cho que acababa de llegar y al que usted dio solución inme-
noche del 3 al 4 de febrero de 1888.
diata.» L e p r e g u n t é si recordaba quién estaba presente. «El
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empleado, el portero, usted y H.» I n q u i r í de nuevo y dijo: H . sido víctima de un accidente, pero no pudo informarse por
estaba de pie ante usted, cerca de la mesa. Le hablé pero no desconocer su domicilio.
contestó, cogió un libro y se puso a leer. No insistí porque Días después, se p r e s e n t ó ante ella un mensajero de M . S.,
ya al principio me había e x t r a ñ a d o verle tan temprano en la quien le c o m u n i c ó que su amigo, cansado de vivir, se había
oficina y a d e m á s su expresión melancólica, tan distinta de suicidado. A l comparar la fecha de la aparición con la de la
su expresión habitual, me dejó un poco perplejo; no obstante, muerte, tuvo la certeza de la coincidencia.» (Flammarion,
pensé que quizá estaba molesto por la discusión que estaba op. cid.)
teniendo lugar. Estaba en la misma posición cuando salí con
el p o r t e r o » . Dije entonces a M . R. que M . H . estaba en aquel
Hecho n.° 4. — (La misma fuente que el anterior).
momento a 14 millas de la oficina y le molestó que yo pusie-
ra en duda lo que él afirmaba haber visto e insistió para que «Una dama estaba en una cena de gala, dada por un per-
llamase al portero y le preguntase. N i el portero ni el emplea- sonaje cuando, en mitad de la cena, la dama emite un gran
do h a b í a n visto nada.» (Gurney, Anyers y Podmore: Las alu- grito y con los ojos fijos ante sí, exclama: «hijo, m i hijo»
cinaciones telepáticas). y se desmaya. Llevada a otra sala, y vuelta en sí, cuenta, so-
llozando, que de repente el comedor, con sus luces e invita-
Hay que destacar en el caso precedente que son dos las dos, había desaparecido para mostrarle el mar enfurecido y
personas a las que el doble de M . H . fue perceptible. Creemos su hijo entre las olas, que tendía sus brazos hacia ella. Días
que en los casos en que una tercera persona ve una forma m á s tarde, recibió la noticia de la muerte de su hijo, oficial
fantasmática — si la visión coincide con un acontecimiento de la marina, que navegaba en el mar de las Indias y que
correlativo — se está en presencia de una bilocación. Cuando había sido arrebatado por una ola el mismo día de la visión.»
hay, por parte del principiante, no alución visual, sino impre- (Flammarion, op. cit.)
sión intuitiva, hay que sospechar una simple acción telepsí-
quica, una comunicación de un estado de á n i m o .
Hecho n." 5. — (La misma fuente).
«Una de mis amigas, esposa de un capitán, ha experi-
Hecho n.° 3. — (Comunicado a Camille Flammarion).
mentado dos veces la impresión clara de ver a un ser huma-
«Una dama conocida m í a , equilibrada, seria y sensata, no. Una vez, llamó por su nombre a su sobrino en un paseo,
me ha asegurado bajo juramento, la veracidad de lo que muy e x t r a ñ a d a de e n c o n t r á r s e l o por allí; otro día, su criada,
sigue: a la que había dejado en Toulouse, durante un viaje, abrió
Orpheline se había prometido a un extranjero, M . S., a la puerta de su habitación, y ella le p r e g u n t ó , muy e x t r a ñ a d a ,
quien ama mucho. Pero él no pudo obtener el consentimiento q u é es lo que estaba haciendo allí. Las dos apariciones coin-
de la familia para este matrimonio. Esperaron mucho tiempo, cidieron con la hora de la muerte de los dos, jóvenes ambos.»
pero ella, por prudencia o por despecho, acabó casándose (Flammarion op. cit.)
con un hombre de edad que t a m b i é n h a b í a solicitado su
b) Desdoblamiento provocado por absorción de determi-
mano.
nadas sustancias. — Para cada género de causas suscepti-
E l l a quiso ser fiel, y no volvió a ver su prometido, que se bles de provocar el desdoblamiento, existen numerosos docu-
volvió a su país. Sin embargo, seguía pensando en él. mentos. Con el fin de dar a este fenómeno una idea par-
Algunos años después, al entrar en su habitación, creyó ticularmente clara, he elegido los ejemplos entre los m á s
verle muerto, tendido en el suelo y ensangrentado. A pesar de sugestivos. Pero no crea el lector que se trata de manifesta-
saber al acercarse que sólo era una ilusión, gritó. ciones aisladas y muy raras; p o d r í a n llenarse gruesos volú-
A l instante, todo d e s a p a r e c i ó y su marido, que acudió al menes con relatos de esta clase. E l haxix, el opio y los al-
oír su grito, no vio nada. E l l a supuso que M . S. debió haber caloides derivados son la base de todos los productos que
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utilizan los investigadores e m p í r i c o s del desdoblamiento. E n y se fricciona con él todo el cuerpo. Luego tendido en el
el relato que sigue, extraído de Les Phénoménes psychiques suelo, cae en un sueño durante el cual el misionero observa
et superhormaux del doctor Joire (1), se trata de u n hechi- la rigidez cataléptica del cuerpo, su insensibilidad c u t á n e a
cero africano, observado por un misionero. Este practicante y la revulsión de los globos oculares.
de l a magia negra, utiliza, como se verá, u n producto que ab- A la m a ñ a n a siguiente, el hechicero se despierta y comu-
sorbe por vía d é r m i c a , friccionándose con él cuidadosamente nica a su amigo que ha hecho su encargo a Esaba.
toda la superficie c u t á n e a . — S i n embargo, le dice el padre, tú has permanecido toda
la noche tendido aquí.
Hecho n.° 1. — U n individuo llamado Ugema Uzago, jefe — N o ; yo no estaba en la cama; sólo mi cuerpo estaba allí,
de l a tribu de los Jabikou y célebre hechicero, detenta un ex- pero ¿qué es m i cuerpo? Yo no estaba aquí; yo estaba en la
traordinario poder sobre los indígenas, ya que cura las en- meseta de los Y e m b i .
fermedades que padecen, les revela l a manera de hacer for- L a realidad del desdoblamiento de Ugema fue confirmada
tuna y de conocer a sus enemigos, lo que, según el pensa- al misionero con la llegada de Esaba que le traía los cartu-
miento de estas gentes, significa que p o d r á n deshacerse de chos encargados por el doble de Ugema.
ellos. —¿Y c u á n d o te avisó Ugema? — le p r e g u n t ó el religioso.
Este Ugema es amigo del misionero. Pero un día le dice —Hacia las nueve de la noche, hace tres días — r e s p o n d i ó
que el Maestro, que todo lo puede, h a b í a invitado a todos sus Esaba.
discípulas a encontrarse, a l a noche siguiente, en la meseta A esa misma hora había caído Ugema en sueño catalép-
de los Tembí. E l misionero hace observar a Ugema que ese tico.
lugar está a cuatro días de marcha y que difícilmente e s t a r á n
allí a aquella hora. E l hechicero invita entonces al religioso a Hecho n.° 2. — M . Roger de C. ha contado en Occult Re-
asistir al día siguiente por l a noche, a los misteriosos pre- wiew c ó m o habiendo sido anestesiado con cloroformo, para
parativos en virtud de los cuales, s e g ú n él será transportado una operación quirúrgica, le pareció de pronto hallarse ante
al lugar indicado a la hora fijada. A l día siguiente, los dos la ventana de un amplio salón.
hombres se reunieron en la cabana del hechicero y el misio- «El sol brillaba y el cielo era azul sobre los árboles y
nero, antes de observar el silencio requerido mientras llevaba los p á j a r o s que cantaban. L a escena me resultaba familiar
a cabo los ritos que h a b í a venido a presenciar, ruega al brujo pero no lograba reconocerla. Me a c e r q u é a la ventana y me
que cuando llegue a la meseta de los Y e m b i m diga a un ne- alcé sobre las puntas de los pies. L a brisa era tan dulce, el
gociante negro, llamado Esada, afincado en l a meseta que el sol tan cálido que me a p r o x i m é m á s a l a ventana. M i s pies
brujo debía visitar, que se pase p o r aquí en seguida a traerle dejaron de tocar el suelo y la mitad de m i cuerpo fuera de
una caja de cartuchos que necesita. la ventana y t r a t é de sujetarme para no caer, pero sólo en-
— H a r é tu encargo — r e s p o n d i ó Ugema —. Esaba recibirá c o n t r é el vacío. Pero no caía; sorprendido c o m p r o b é que flo-
tu mensaje esta misma noche. taba en el aire. A l lado opuesto de la ventana h a b í a varias
«Ante tal seguridad, escribe el misionero, m i asombro figuras que se movían alrededor de algo que se hallaba ten-
a u m e n t ó y e m p e c é a impacientarme por ver el fin de esa dido sobre la mesa. Nadie parecía advertir m i presencia.
historia. ¿Cómo p o d r í a llegar Ugema a la fiesta? ¡Cuatro H a b í a varios hombres y dos mujeres mirando atentamente
días de marcha en unos minutos! Pero yo tenía, por medio de a la mesa. U n hombre que tenía la mano roja de sangre, dejó
Esaba, u n medio fácil de control: desde la misión se nece- el b i s t u r í que h a b í a estado utilizando. C o m p r e n d í que se tra-
sitaban tres jornadas de marcha para llegar hasta Esaba.» taba de una operación.
Acabados diversos ritos, el brujo toma un frasco, vierte —¿Cómo e s t á el pulso? — p r e g u n t ó el cirujano.
en sus manos un líquido rojizo, de olor fuertemente aliáceo — M u y débil.
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—Hay que darse prisa; r á p i d o , una compresa. «doble» o «fantasma» de un sujeto dormido por magnetismo,
La enfermera le tiende lo que ha pedido. E l brazo del ci- se separa de su cuerpo físico si, llegado a la fase m á s profun-
rujano pasa a través de m í para cogerla. da de la hipnosis, se c o n t i n ú a magnetizándole. Este es el
—Suficiente éter, doctor; estoy preparado; una venda. relato de una experiencia de este género:
Esto iba para la enfermera quien entrega una venda enro- «En presencia del conde de V . y del s e ñ o r Housat (2),
llada a través de mí sin causarme la menor molestia. L a fi- d o r m í a la s e ñ o r a S. B . , uno de mis mejores sujetos. Fue en-
gura cubierta por una tela me parecía singularmente fami- trenada durante varios años y ha sido utilizada por diversos
liar. E l rostro, cubierto en parte por una toalla y un inhala- eminentes experimentadores, como el doctor Encausse, el
dor, estaba irreconocible. Tenía la i m p r e s i ó n de que yo había s e ñ o r Lancelin, el profesor Durville, etc. Tras haber obser-
experimentado un tratamiento análogo. Trataba de aproxi- vado la fase de exteriorización de la sensibilidad sigo car-
marme a la ventana, pero no pude. gando al sujeto, que se exterioriza r á p i d a m e n t e . E l objetivo
—¡Rápido! —dijo el cirujano, desgarrando la venda y ha- de la experiencia era obtener una acción del doble sobre
ciendo un nudo. E l ayudante retira la toalla y el inhalador. un cuerpo material. Estamos en m i gabinete de trabajo. A re-
Me vi forzado a mirar el rostro descubierto. Me parecía reco- querimiento m í o , el doble de la s e ñ o r a S. B . franquea la
nocerle pero no podía precisar d ó n d e lo h a b í a visto. Esta puerta que da a una p e q u e ñ a sala de espera. Inmediatamen-
idea se convirtió en firme convicción. E l cuerpo volvía en sí; te, se deja o í r un ruido y el doble vuelve a situarse a 1*50 me-
sus p á r p a d o s se movían y una expresión de dolor recorrió tros alrededor del sujeto dormido. Mis controladores y yo
su cara. Me atenazó un irresistible deseo de tomar posesión pudimos comprobar que en el salón una p e q u e ñ a mesa
de aquel cuerpo. Luis X V , de madera de haya, de cuatro kilos y medio de
Entonces ocurrió algo e x t r a ñ o : era como si el cuerpo es- peso, había sido volcada por la acción del doble».
tuviese estrechamente ligado a m í , como si se convirtiese en E l desdoblamiento, bajo la acción del magnetismo, ha
una parte de m í mismo. De pronto me desvanecí, dejaba de sido estudiado especialmente por el profesor H é c t o r Durville,
existir, la figura y la sala se hicieron confusas y todo desa- en presencia de una comisión de asistentes encargada del
pareció de mis ojos. Cuando me d e s p e r t é , estaba en la cama control. S u obra Le Fantóme des vivants es una extensa in-
y sufría atroces dolores de la operación a que había sido so- formación de sus experimentos sobre el doble humano.
metido.» (Occitlt Rewiew, citado por Dudville en Le Fantóme d) Desdoblamiento voluntario. — Algunas personas natu-
des vivants). ralmente dotadas, se desdoblan por un simple esfuerzo de
Cierto n ú m e r o de operados experimentan, durante la anes- voluntad. Para situarse en las mismas condiciones que estos
tesia, impresiones originadas por un desdoblamiento total o privilegiados y llegar a la bilocación voluntaria, es necesario
parcial. Por otra parte, entre los toxicómanos hay una gran un entrenamiento particular. Las obras buenas sobre la ma-
p r o p o r c i ó n de sujetos que son buenos hipnóticos. No se ha gia y algunos rituales de hechicería dan noticia de los proce-
podido, hasta ahora, establecer que la especie de trance pro- dimientos. H e aquí un caso de desdoblamiento voluntario ob-
ducida por el opio, la morfina o el é t e r y las alucinaciones servado en una practicante de la magia negra. L o he resumi-
fascinantes que a c o m p a ñ a n a este estado sean correlativas do según el relato que se hace en Les Hants Phénoménes de
de un desdoblamiento. L o cierto es que el uso de estas sus- la Magie, de Gougenot des Mousseaux:
tancias favorece la aptitud para ser hipnotizado, lo cual nos
parece una indicación en sentido afirmativo. Además, hemos Hecho n.° 1. — «Una cierta Juliana Cox, mal recibida pol-
podido constatar (1) personalmente un caso de desdobla- la criada de una casa a la que suele i r a mendigar, vuelve
miento e s p o n t á n e o en un hombre vigoroso y sobrio que ha- de nuevo a ella y, por la noche, se desdobla y se presenta
bía tomado 2 centigramos de haxix. ante la criada a la que atormenta y quien afirma que la vieja
c) Desdoblamiento bajo la acción del magnetismo. — E l a la que acaba de regañar, vuelve de nuevo y en seguida ante
16
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ella. Los hechos se reprodujeron muchas noches seguidas. Por extraños que parezcan, todos estos casos, recogidos
L a sirvienta, exasperada, golpea con un cuchillo el lugar un poco al azar entre m i l , se han repetido muchas veces.
que ocupa el fantasma de la bruja, y ésta, alcanzada por re- Creemos haber aportado a su interpretación las bases que
percusión, es incapaz de explicar el origen de la herida, que p e r m i t i r í a n apreciarlos, precisar su determinismo e incluso
se adapta perfectamente a la recibida por su doble.» provocarlo.
Y ahora un ejemplo tomado de la vida corriente y co-
municado a los señores Myers y Podmore que lo han publi-
cado en Les hallucinations télépathiques:
NOTAS AL CAPITULO XX
Hecho n.° 2. — «Sucedió, dice la s e ñ o r a Russel, esposa del
señor Russel, inspector de I n s t r u c c i ó n pública en Bombay,
que hacía dos años que no h a b í a podido i r a visitar a m i fami- (1) Uno de los estados de hipnosis.
(2) No se trata aquí, ciertamente, de una predicción basada en las formas
• a como acostumbraba. M e decidí a partir. M i familia no co-
;
y líneas de la mano; la quiromancia, hoy «desocultada», es una ciencia de ob-
servación que permite interesantes observaciones, pero, por bien que se la utilice,
nocía m i intención; estaba alejada de mis familiares desde por sí misma no podría dar las precisas indicaciones que arriba se señalan. Todos
la primavera y no había tenido tiempo de avisarles por carta. los psicólogos saben que la mayor parte de los quirománticos que hacen pre-
dicciones con un día de antelación, son videntes que no podrían justificar sus
No q u e r í a enviar un telegrama por temor a asustar a m i ma- predicciones refiriéndolas a las líneas de las manos del consultante.
(3) P. Bouhours. Vida de San Francisco Javier.
dre. Me vino a la cabeza la idea de desear con todas mis fuer-
zas aparecerme a una de mis hermanas y avisarle de m i
llegada. Pensaba en ellas con la mayor intensidad posible du-
rante algunos minutos solamente, deseaba con todas mis
fuerzas ser vista por alguna de ellas (me imaginaba en una
visión que me transportaba ante alguna de ellas). N o creo
que llegase a concentrarme durante m á s de diez minutos.
Llegué a la casa el martes siguiente. Una de mis hermanas
estaba de espaldas a la puerta, y cuando oyó que ésta se
abría se volvió, viéndome; q u e d ó como petrificada m i r á n d o -
me, y empalideciendo dejó caer lo que tenía en la mano. Para
tranquilizarla, le dije: «Soy yo; ¿ p o r q u é te has asustado?»
Entonces me r e s p o n d i ó : «Creí verte como Stinchen (otra
de mis hermanas) te vio el sábado.»
Entonces me contó que el s á b a d o por l a tarde hacia las
seis, m i hermana me h a b í a visto claramente entrar por una
puerta en la habitación donde ella se encontraba, abrir luego
la habitación donde se hallaba m i madre y cerrar la puerta
tras m í . Corrió hacia lo que creía que era yo, l l a m á n d o m e
por m i nombre y q u e d ó absolutamente estupefacta cuando
no me vio con m i madre. É s t a no podía comprender la agi-
tación de m i hermana. M e b u s c ó por todas partes, pero na-
turalmente no me e n c o n t r ó . M i madre aquello lo interpretó,
con gran susto, como un aviso de que yo podía haber muer-
to».
16-
CONCLUSIÓN