Está en la página 1de 6

Ensayo histórico: Dr. Gaspar R. de Francia y Dr. Fernando de la Mora.

José Gaspar Rodríguez de Francia y Velasco nació en Asunción el 6 de enero de 1766,


cuando Paraguay era parte de las posesiones coloniales de España. Murió en la misma
ciudad, el 20 de septiembre de 1840, identificado con el proceso de independencia de
Paraguay como país, luego de gobernarlo con mano férrea durante treinta años. A su
nombre le antecedía el título de Doctor y, una vez obtenido, el de Dictador Supremo.
Cuando, a raíz de los sucesos de 1811, Rodríguez de Francia accedió a mayores cuotas
de poder, asestó golpes fundamentales sobre las viejas familias terratenientes, sobre
los profesionales y letrados pero lo hizo de forma de mantener (y transferir a sí
mismo) la tradición hispánica del patriarcalismo. El patriarca o patrón estaba por
encima del sistema de gobierno que lo tenía como cabeza política.
Así fue en tiempo de los gobernadores y así fue cuando Rodríguez de Francia se
convirtió en Dictador.

Por encima de esa red social que todavía ligaba a unos con otros mediante lazos de
dependencia y lealtad (basados en la entrega de alimentos, tierra, trabajo o
protección);
El jefe máximo sería el árbitro dispensador de justicia. justicia entendida como
equidad: a cada uno de acuerdo a lo que necesitaba y al lugar que ocupaba en la
escala social; sin confundir, por ejemplo, los derechos de esclavo con los de un
noble.
Los sectores más humildes no dudaban en apelar, demandar o quejarse contra jueces,
comandantes y todo tipo de autoridades que intermediaban entre ellos y esa autoridad
superior. La cima del poder era un sitial de equidad absoluta: desde que podía más
que todos representaba al todo. En ese sentido, el dictador fue la última instancia de
apelación de todos los reclamos y quejas de los paraguayos de todos los grupos
sociales.
Cómo patrón equitativo era dueño de todos los bienes del país, dado que arbitraba su
usufructo. Patrimonialismo y patronalismo, las dos herencias coloniales, se
encarnaron en el dictador.
¿Cómo lo hizo? A diferencia de la mayor parte de Los Héroes americanos de la
independencia, el Dr. Francia no está representado jamás como un épico jinete, algo
apropiado para aquellos poderes nuevos, generalmente vinculados a la gesta militar o
al “bandidismo” social. Su retrato es el de un hombre que medita, rodeado de libros,
un globo terráqueo y un ambiente ciudadano. Dominó y adaptó a su medida un
poderoso aparato militar, pero no empuño lanza ni rifle, sino pensamientos y
estrategias. Dominó desde el saber.

Francia no era propietario de grandes lotes de tierras ni participaba del lucrativo


negocio de la hierba, ni del comercio. Por el contrario, sus actividades legales, sus
servicios al Cabildo y su actuación como diputado consular, lo convencieron del
favoritismo del gobierno hacia los comerciantes peninsulares. A raíz de esto Y de las
razones personales indicadas, enfrentó duramente a los españoles, a los Propietarios
ricos y a los privilegios que unos y otros tenían en el régimen colonial, Con lo cual se
granjeó la simpatía de los sectores populares base de su ascendiente político. El era,
pero no era, parte de la elite colonial.

No había mendigos, las puertas quedaban abiertas, las cosechas eran abundantes,
desfilaban dos mil quinientos hombres de las tres armas para recordar las glorias de
1811, luciéndose especialmente el cuerpo de lanceros mulatos. Calma y estabilidad en
el próspero Paraguay del Dictador. Pero el miedo reinaba y un centenar de barcos
pudrían lentamente sus maderas y velámenes, varados por raquitismo comercial en el
puerto de Asunción. El historiador Julio Llanos, adjudicó a esa reclusión voluntaria
consecuencias nefastas para el Dictador. Le fue “cristalizando sus ideas, acortando su
círculo hasta hacer un sistema absurdo de lo que fue un propósito para fundar la
independencia de su suelo”

La política del gobierno de José Gaspar Rodríguez de Francia se basó en mantener la


independencia del país, defender las fronteras y la libre navegación de los ríos. Para
mantener la independencia, el Dr. Francia prohibió la reunión de cualquier persona sin
autorización previa del gobierno, con el objetivo de evitar cualquier levantamiento
interno en Porteño y el sector español.

La doctrina franciscana difiere notablemente de la nota a la Conferencia de Buenos


Aires del 20 de julio de 1811 expresando la determinación de defender la autonomía
del Paraguay sobre el Río de la Plata.

Los ideales políticos del gobierno de Francia están plasmados en las normas
gubernamentales que declaran a Paraguay una república soberana.

El Dr. Francia tenía una visión completamente diferente. "Él era un hombre
pragmático, recio. Por la forma en que escribe y -por sobre todas las cosas- su tesis,
que sostenía que para que el Paraguay sea libre se tenía que aislar, ya refleja una
cultura de tendencia autoritaria”.

Ésta idea que proponía Rodríguez de Francia era bastante audaz, porque el aislamiento
implica necesariamente una falta de comunicación con el exterior. "Significa no tener
libros, no tener conversaciones, cartas, en pocas palabras significa que alguien tiene
que regir de manera omnímoda, y él (Francia) era esa persona".

Paternalismo paralizante? Cuando cerró el seminario de San Carlos también destruyó


los planes de educación, de estructura similar al sistema lancasteriano y fuerte apuesta
a la razón y a la experimentación, iniciados en la República a instancias de Fernando
de la Mora, en tiempos de la junta (1811-1813). Le interesaban las letras, rezongaba
ante la ignorancia popular, pero una élite sofisticada representaba un peligro que no
quería volver a enfrentar, una vez que tuvo éxito destruyendo la que existía. Así se
limitó a fomentar la escuela primaria: la educación fue obligatoria para los varones
desde 1828 y se ocupó de mantener escuelas de campo y pagar maestros.

Fernando de la Mora fue uno de los paraguayos que se destacó en la Universidad de


Córdoba, una de las mejores universidades de Argentina, y del mundo hace 200 años.
Era una persona doctrinaria y culta, era un hombre clásico, casi un romántico; cuando
hablaba y escribía lo hacía con el estilo de una homilía tratando de persuadir, no de
imponer. Su carácter y personalidad eran la de un maestro.
El prócer de nuestra independencia, nació en Tapua (Limpio) en 1775. Participó en la
defensa del Virreinato del Río de la Plata contra las invasiones Inglesas de 1806 y
1807. Tras la independencia del Paraguay, se formó una Junta de Gobierno presidida
por el prócer Fulgencio Yegros, de la cual Fernando de la Mora fue vocal secretario.

Hombre educado y poseedor de una personalidad atractiva, se relacionó por lazos


comerciales y sociales con las principales familias patricias de Buenos Aires. Formaba
parte de la pequeña élite rural asuncena.

Fernando de la Mora ostenta este cargo porque cuando llegó la independencia éste se
dio cuenta que para que el Paraguay pueda subsistir, no solo como nación, sino ya
como un Estado (una organización política jurídica), se requería de instituciones
republicanas.

Consciente de ello, De la Mora tenía una visión tan extraordinaria que en la nota del
20 de julio de 1811, él ya establece ésta visión con elementos como la seguridad, la
propiedad, y sobre todos ellos, la libertad para los paraguayos.

Porque "el marco institucional hace a los pueblos fuertes", y ahí De la Mora rescata no
solamente las ideas de John Locke (filósofo inglés considerado como el "Padre del
Liberalismo Clásico), sino también las ideas de los grandes pensadores que vinieron
después, como Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la constitución argentina de
1853.

Fernando de la Mora sostenía que el límite del poder debe ser la Ley (la Constitución),
sustentaba la necesidad de establecer leyes para que el Estado sea fuerte, sea garante
de la propiedad; por ello, se considera que fue un genuino pensador liberal, y un
visionario en muchos aspectos como lo demuestra en su libro de instrucción para el
maestro de escuela allí "él se adelanta a varios pedagogos".

Con una visión bastante adelantada a los tiempos conservadores que existían en
materia de pedagogía, éste paraguayo singular aseguraba que para enseñar a los niños
y jóvenes, no hay que castigarlos, hay que predicarles a través de la persuasión, con
argumentos. Por ende, su visión era absolutamente de vanguardia.
Fernando de la Mora deseaba una república, por ello su lema era "Independencia y
República", creía que un buen gobierno era aquel que se asienta en las instituciones
fuertes, pero que era regido por el principio de la ley, no "por el mandamás de turno".

Según el analista, la preparación sola no garantiza un buen gobierno, lo importante es


el pensamiento político, económico y cultural, en ese sentido la visión de De la Mora
era de la República (división del poder).

El formó parte de la Junta Superior Gubernativa, donde la influencia del Dr. Francia se
hizo cada vez más notoria.

Por aquella época, el líder natural era Fulgencio Yegros, y de esto se dio cuenta
Francia, quien creía que las ideas de De la Mora llevarían al Paraguay a tener buenas
relaciones con Buenos Aires y que esto podría perjudicar la independencia. De allí
viene su famoso dicho "de qué vale liberarnos de las cadenas de los españoles, para
ponernos los grilletes de los porteños". En consecuencia Francia propone una
dictadura temporal para "poner orden" según Pavón.

Sin embargo Fernando de la Mora deseaba que la Junta Superior Gubernativa siga
gobernando el Paraguay. Su intención era dividir el poder, detestaba la idea del
absolutismo.

Gaspar Rodríguez de Francia, con claras intenciones de acceder al poder supremo de


la nueva República paraguaya y con la presencia en la Junta de un civil de la altura
intelectual de De la Mora, inició una acción eliminatoria en contra de sus compañeros
de causa, comenzando con el hombre formado en el exterior. Éste era el último escollo
para que Francia sea imprescindible, dada su condición de Doctor en Derecho. En
efecto, éste lo suspendió definitivamente, en ausencia del afectado, por Resolución del
21 de agosto de 1813.

Con respecto a la educación, Fernando De la Mora tenía planes de promover la


escuela primaria, promover las artes, las letras y la cultura en general.
El modelo económico de De la Mora era también diametralmente opuesto al de
Francia, porque la visión de De la Mora implicaba una apertura hacia los demás
países. En este sentido, el oriundo de Tapua pregonaba la libre navegabilidad de los
ríos, el derecho internacional de los países a navegar libremente en los ríos que
confluían hacia el mar como el Río de la Plata.

Francia tenía la idea de la autarquía, un sistema de autosuficiencia económica, según


el cual un país o región trata de autoabastecerse con sus propios recursos. La autarquía
producía "el mal de los recursos naturales"; es decir, creer que los recursos naturales
por sí solos promueven el desarrollo.

Nueve años después de ver realizado su sueño patriótico, Mora fue alejado del
gobierno por el recelo del dictador José Gaspar de Francia, quien lo apresó en la
semana santa de 1820. Su final fue incierto, ya que mientras algunos afirman que
posiblemente falleció en prisión hacia el año 1835 otros argumentan que fue después
de ser liberado. Otras hipótesis afirman que Fernando De la Mora falleció engrillado o
que Francia lo torturó hasta su muerte en 1835.

El domingo 20 de septiembre de 1840, a la una y media de la tarde, se apagaba la vida


del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia a causa de la gota a los 74 años. Enterrado
el 23 de septiembre, en la iglesia de Encarnación (aunque luego el sepulcro fue
saqueado y sus restos desaparecidos.).

También podría gustarte