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Por encima de esa red social que todavía ligaba a unos con otros mediante lazos de
dependencia y lealtad (basados en la entrega de alimentos, tierra, trabajo o
protección);
El jefe máximo sería el árbitro dispensador de justicia. justicia entendida como
equidad: a cada uno de acuerdo a lo que necesitaba y al lugar que ocupaba en la
escala social; sin confundir, por ejemplo, los derechos de esclavo con los de un
noble.
Los sectores más humildes no dudaban en apelar, demandar o quejarse contra jueces,
comandantes y todo tipo de autoridades que intermediaban entre ellos y esa autoridad
superior. La cima del poder era un sitial de equidad absoluta: desde que podía más
que todos representaba al todo. En ese sentido, el dictador fue la última instancia de
apelación de todos los reclamos y quejas de los paraguayos de todos los grupos
sociales.
Cómo patrón equitativo era dueño de todos los bienes del país, dado que arbitraba su
usufructo. Patrimonialismo y patronalismo, las dos herencias coloniales, se
encarnaron en el dictador.
¿Cómo lo hizo? A diferencia de la mayor parte de Los Héroes americanos de la
independencia, el Dr. Francia no está representado jamás como un épico jinete, algo
apropiado para aquellos poderes nuevos, generalmente vinculados a la gesta militar o
al “bandidismo” social. Su retrato es el de un hombre que medita, rodeado de libros,
un globo terráqueo y un ambiente ciudadano. Dominó y adaptó a su medida un
poderoso aparato militar, pero no empuño lanza ni rifle, sino pensamientos y
estrategias. Dominó desde el saber.
No había mendigos, las puertas quedaban abiertas, las cosechas eran abundantes,
desfilaban dos mil quinientos hombres de las tres armas para recordar las glorias de
1811, luciéndose especialmente el cuerpo de lanceros mulatos. Calma y estabilidad en
el próspero Paraguay del Dictador. Pero el miedo reinaba y un centenar de barcos
pudrían lentamente sus maderas y velámenes, varados por raquitismo comercial en el
puerto de Asunción. El historiador Julio Llanos, adjudicó a esa reclusión voluntaria
consecuencias nefastas para el Dictador. Le fue “cristalizando sus ideas, acortando su
círculo hasta hacer un sistema absurdo de lo que fue un propósito para fundar la
independencia de su suelo”
Los ideales políticos del gobierno de Francia están plasmados en las normas
gubernamentales que declaran a Paraguay una república soberana.
El Dr. Francia tenía una visión completamente diferente. "Él era un hombre
pragmático, recio. Por la forma en que escribe y -por sobre todas las cosas- su tesis,
que sostenía que para que el Paraguay sea libre se tenía que aislar, ya refleja una
cultura de tendencia autoritaria”.
Ésta idea que proponía Rodríguez de Francia era bastante audaz, porque el aislamiento
implica necesariamente una falta de comunicación con el exterior. "Significa no tener
libros, no tener conversaciones, cartas, en pocas palabras significa que alguien tiene
que regir de manera omnímoda, y él (Francia) era esa persona".
Fernando de la Mora ostenta este cargo porque cuando llegó la independencia éste se
dio cuenta que para que el Paraguay pueda subsistir, no solo como nación, sino ya
como un Estado (una organización política jurídica), se requería de instituciones
republicanas.
Consciente de ello, De la Mora tenía una visión tan extraordinaria que en la nota del
20 de julio de 1811, él ya establece ésta visión con elementos como la seguridad, la
propiedad, y sobre todos ellos, la libertad para los paraguayos.
Porque "el marco institucional hace a los pueblos fuertes", y ahí De la Mora rescata no
solamente las ideas de John Locke (filósofo inglés considerado como el "Padre del
Liberalismo Clásico), sino también las ideas de los grandes pensadores que vinieron
después, como Juan Bautista Alberdi, autor intelectual de la constitución argentina de
1853.
Fernando de la Mora sostenía que el límite del poder debe ser la Ley (la Constitución),
sustentaba la necesidad de establecer leyes para que el Estado sea fuerte, sea garante
de la propiedad; por ello, se considera que fue un genuino pensador liberal, y un
visionario en muchos aspectos como lo demuestra en su libro de instrucción para el
maestro de escuela allí "él se adelanta a varios pedagogos".
Con una visión bastante adelantada a los tiempos conservadores que existían en
materia de pedagogía, éste paraguayo singular aseguraba que para enseñar a los niños
y jóvenes, no hay que castigarlos, hay que predicarles a través de la persuasión, con
argumentos. Por ende, su visión era absolutamente de vanguardia.
Fernando de la Mora deseaba una república, por ello su lema era "Independencia y
República", creía que un buen gobierno era aquel que se asienta en las instituciones
fuertes, pero que era regido por el principio de la ley, no "por el mandamás de turno".
El formó parte de la Junta Superior Gubernativa, donde la influencia del Dr. Francia se
hizo cada vez más notoria.
Por aquella época, el líder natural era Fulgencio Yegros, y de esto se dio cuenta
Francia, quien creía que las ideas de De la Mora llevarían al Paraguay a tener buenas
relaciones con Buenos Aires y que esto podría perjudicar la independencia. De allí
viene su famoso dicho "de qué vale liberarnos de las cadenas de los españoles, para
ponernos los grilletes de los porteños". En consecuencia Francia propone una
dictadura temporal para "poner orden" según Pavón.
Sin embargo Fernando de la Mora deseaba que la Junta Superior Gubernativa siga
gobernando el Paraguay. Su intención era dividir el poder, detestaba la idea del
absolutismo.
Nueve años después de ver realizado su sueño patriótico, Mora fue alejado del
gobierno por el recelo del dictador José Gaspar de Francia, quien lo apresó en la
semana santa de 1820. Su final fue incierto, ya que mientras algunos afirman que
posiblemente falleció en prisión hacia el año 1835 otros argumentan que fue después
de ser liberado. Otras hipótesis afirman que Fernando De la Mora falleció engrillado o
que Francia lo torturó hasta su muerte en 1835.